Servicio Bíblico Latinoamericano Domingo 2 de noviembre de 201 Conmemoración todos los Difuntos Domingo 31 de tiempo ordinario Job 19,1.23-27ª: Yo sé que está vivo mi Redentor Salmo responsorial 24: A ti, Señor, levanto mi alma Flp 3,20-21: Transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso Mc 15,33-39;16,1-6: Jesús, dando un fuerte grito, expiró E l tema de la «vida eterna» no es un tema tan claro e intocable como en el ámbito de la fe tradicional nos ha parecido. Buena parte de la reflexión teológica renovadora actual está pidiendo replantear nuestra tradicional visión al respecto, la que habíamos aceptado con ingenuidad cuando niños, y que mantenemos ahí como guardada en el frigorífico del subconsciente, y que no nos atrevemos a mirar de frente. A la luz de lo que hoy sabemos, no es fácil, en efecto, volver a profesar en plenitud de conciencia lo que tradicionalmente hemos creído: que somos un «compuesto de cuerpo y alma», que el alma la ha creado Dios directamente en el momento de nuestra concepción, y que como tal es inmortal; que la muerte consiste en la «separación de cuerpo y alma», y que en el momento de la muerte Dios nos hace un «juicio particular» en el que nos juzga y nos premia con el cielo o nos castiga con el infierno, con lo que ya sabemos tradicionalmente de estas dos imágenes. No resulta fácil hablar de estos temas, ni siquiera con nosotros mismos, en la soledad de nuestra conciencia frente a la esperada hermana muerte. Pero es conveniente hacerlo. La teología está asumiendo este desafío. Citamos sólo tres obras: - Roger LENAERS, Otro cristianismo es posible, colección «Tiempo axial», Abya Yala (www.abyayala.org), Quito, Ecuador, 2007, con un capítulo expreso sobre el más allá, la vida eterna. El libro está puesto en internet y es muy recomendable como manual de texto para un grupo de formación que quiera actualizar su fe con valentía. Puede tomarse libremente, por capítulos (http://2006.atrio.org/?page_id=1616). - También, John Shelby SPONG, Ethernal Life. A new vision, HarperCollins, 2010, 288 pp, publicado en español por la editorial Abya Yala de Quito, en su colección «Tiempo axial» (tiempoaxial.org). - Hace ya unos 30 años Leonardo BOFF publicó su libro sobre escatología: «Hablemos de la otra vida» (Sal Terrae, que sigue reeditándolo actualmente; y está en la red, por cierto). Es una visión de los temas escatológicos desde una filosofía actualizada y desde una espiritualidad liberadora. Los tres son muy recomendables, tanto para la lectura/estudio/oración personal, como para tomarlos como un manual de base para un cursillo de formación/actualización de nuestra fe en este ámbito de temas. • La fiesta de los fieles difuntos es continuación y complemento de la de ayer. Junto a todos los santos ya gloriosos, queremos celebrar la memoria de nuestros difuntos. Muchos de ellos formarán parte, sin duda, de ese «inmenso gentío» que celebrábamos ayer. Pero hoy no queremos rememorar su memoria en cuanto «santos» sino en cuanto difuntos. Servicio Bíblico Latinoamericano Es un día para hacer presente ante el Señor y ante nuestro corazón la memoria de todos nuestros familiares y amigos o conocidos difuntos, que quizá durante la vida diaria no podemos estar recordando. El verso del poeta «¡Qué solos se quedan los muertos!», expresa también una simple limitación humana: no podemos vivir centrados exhaustivamente en un recuerdo, por más que seamos fieles a la memoria de nuestros seres queridos. Acabamos olvidando de alguna manera a nuestros difuntos, al menos en el curso de la vida ordinaria, para poder sobrevivir. Por eso, este día es una ocasión propicia para cumplir con el deber de nuestro recuerdo agradecido. Es una obra de solidaridad el orar por los difuntos, es decir, de sentirnos en comunión con ellos, más allá de los límites del espacio, del tiempo y de la carne. • En algunos lugares, la celebración de este día puede ser buena ocasión para hacer una catequesis sobre el sentido de la «oración de petición respecto a los difuntos», para la que sugerimos esquemáticamente unos puntos: -el juicio de Dios sobre cada uno de nosotros es sobre la base de nuestra responsabilidad personal, no en base a otras influencias (como si la eficacia de la oración de intercesión por los difuntos pudiera actuar ante Dios como "argolla, enchufe, recomendación, padrino, coima..."); -Dios no necesita de nuestra oración para ser misericordioso con nuestros hermanos difuntos...; nuestra oración no añade nada al amor infinito de Dios, en cierto es innecesaria; -no rezamos para cambiar a Dios, sino para cambiarnos a nosotros mismos; -la «vida eterna» no es una prolongación de nuestra vida en este mundo; la «vida eterna», como todo el resto del lenguaje religioso, es una metáfora, que tiene contenido real, pero no un contenido “literal-descriptivo”. El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 122 de la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Hasta la muerte de Cruz». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1600122 Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap122b.mp3 Para la revisión de vida La muerte es la realidad más seria de la vida. Vivir es caminar hacia la muerte, inevitablemente. ¿Es la muerte, la certeza de mi muerte futura -próxima o lejana, incierta en todo caso-, una realidad con la que cuento? ¿O soy de los que nunca pienso en ello y no integran esa dimensión real de su existencia a su vida diaria? - Para la reunión de grupo Leer y comentar estos dos pensamientos: No cometí fraude contra los humanos, no atormenté a la viuda, no mentí ante el tribunal, no conozco la mala fe, no hice nada prohibido, no mandé diariamente a un capataz de trabajadores más trabajo del que debía hacer, no fui negligente, no estuve ocioso, no quebré, no desmayé, no hice lo que era abominable a los dioses, no perjudiqué al esclavo ante su amo, no hice padecer hambre, no hice llorar, no maté, no ordené la traición, no defraudé a nadie... ¡Soy puro, soy puro, soy puro! (Fórmula para defenderse el alma en el juicio, en el Libro de los Muertos, Escritura Sagrada de la religión egipcia). Servicio Bíblico Latinoamericano - - - El pensamiento de que me tengo que morir y el enigma de lo que habrá después, es el latir mismo de mi conciencia. Como Pascal, no comprendo al que asegura no dársele un ardite de este asunto, y ese abandono en cosa en que se trata de ellos mismos, de su eternidad, de su todo, me irrita más que me enternece, me asombra y me espanta, y el que así siente es para mí, como para Pascal, cuyas son las palabras señaladas, un monstruo. (UNAMUNO, Del sentimiento trágico de la vida, Austral, 11ª edición, pág. 38). Tomar cualquiera de los tres libros recomendados más arriba, y organizar una reunión de estudio. Para la oración de los fieles Para que la Iglesia busque siempre la santidad por el camino de las bienaventuranzas. Roguemos al Señor. Para que los creyentes recorramos el Camino que es Jesús, con autenticidad, como transformación gozosa de nuestras vidas. Roguemos... Para que todas las personas que viven en la práctica las bienaventuranzas, sean del credo que sean, alcancen la dicha de la vida eterna. Roguemos... Para que nuestra condición de hijos de Dios nos ayude a vivir siempre con ilusión, gozo y esperanza. Roguemos... Para que todos nosotros nos reunamos un día con toda la Humanidad en el Reino de Dios y gocemos para siempre de su misma vida. Roguemos... Oración comunitaria Dios Eterno, Misterio inabarcable, Fuerza creadora, sin principio ni fin, Sabiduría escondida: Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato, y ayúdanos a sentir, en la fe, la presencia espiritual de nuestros hermanos y hermanas que nos han precedido en la existencia y en el amor. Tú que vives y haces vivir, por los siglos de los siglos. Amén. Servicio Bíblico Latinoamericano Lunes 3 de noviembre de 2014 San M artín de Po rres, Religioso (1639) Flp 2,1-4: Denme esta gran alegría: manténgase unánimes Salmo responsorial 130: Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor Lc 14,12-14: No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados L a invitación de un fariseo a Jesús para que comiera en su casa se convierte en marco perfecto donde acontecen varias cosas: primera, Jesús sana a un hidrópico; segunda, Jesús demuestra con hechos cómo en el Reino no hay excluidos, y tercera, Jesús se pronuncia sobre algunas de las características más importantes del Reino. Para Jesús está claro que en la construcción del Reino de Dios tienen que intervenir dinámicas y actitudes muy distintas a las que comúnmente se emplean en la sociedad. Digamos que lo más común y frecuente es que en un evento cualquiera, uno quiere estar entre los primeros puestos; siempre andamos carentes de reconocimiento, de alguien que se fije en nosotros; cuando se trata de relacionarse con otros, entablar lazos de amistad, de roce social, uno piensa en personas de “bien”, nunca en los ignorados de siempre, ¡y tanto que hablamos de los ignorados y excluidos! Según la mentalidad de Jesús, en la realidad del Reino, las cosas funcionan de manera diferente. Deberíamos tener siempre a la mano estos criterios que nos da hoy Jesús para ir midiendo el grado de acercamiento o de distancia al ideal del Reino que todos queremos. Servicio Bíblico Latinoamericano Martes 4 de noviembre de 2014 Carlos Borromeo, Obispo (1584) Flp 2,5-11: Se rebajó, por eso Dios lo levantó Salmo responsorial 21: El Señor es mi alabanza en la gran asamblea Lc 14,15-24: ¡Dichoso el que se siente al banquete del reino de Dios! D ichoso el que se siente en el banquete del Reino de Dios”, expresión que lanza uno de los invitados a la comida donde fue invitado también Jesús, recordemos que estamos en ese contexto. Seguramente aquel invitado era también un fariseo como su anfitrión. Y bien, al verse en casa de un fariseo, rodeado de fariseos y conocedor a profundidad de la mentalidad farisaica de su época, Jesús aprovecha para corregir ese modo de pensar. Delante de ellos demostró que es perfectamente posible “violar” el sábado cuando de hacer el bien se trata; ya les enseñó cuál es la dinámica esencial para la construcción del Reino, y ahora a propósito de la expresión de uno de los comensales, Jesús intenta corregir, mediante una bellísima parábola, la falsa seguridad que produce el legalismo. Efectivamente, Jesús sabía que según la mentalidad legalista de los fariseos, ellos tenían ganado ya un puesto de honor en el banquete escatológico del Reino; sin embargo, desde la perspectiva que muestra la parábola, quienes se sienten tan seguros son precisamente los que quedan por fuera del banquete. Examinemos cuáles son las trabas que ponemos hoy a la invitación constante de Jesús a participar en ese banquete que él nos ofrece. Servicio Bíblico Latinoamericano Miércoles 5 de noviembre de 2014 Isabel y Zacarías (s. I) Flp 2,12-18: Sigan actuando su salvación, porque es Dios quien activa en ustedes el querer y la actividad Salmo responsorial 26: El Señor es mi luz y mi salvación Lc 14,25-33: El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío E n el seguimiento de Jesús no cuenta tanto la cantidad cuanto la calidad. Un maestro, un líder, un pastor, un político de cualquier época se sentirían dichosos si tuvieran detrás una multitud que los siga y los halague; no así Jesús. Precisamente al ver la multitud que lo sigue, inmediatamente entiende que en lo que tiene que ver con el seguimiento y la construcción del Reino, el asunto no es de números; el asunto es de conciencia transformada y transformadora. Precisamente, una conciencia transformada es la que logra establecer mediante un profundo discernimiento cuáles son las prioridades a la hora de optar por el evangelio del Reino, cuáles son los obstáculos y ataduras personales que impiden un seguimiento radical: ¿la familia? ¡Cómo, si es la célula de la sociedad, y en nuestros días es célula de la Iglesia!!! Pues precisamente porque Jesús ha visto y es consciente de que en su tiempo la familia era en muchos casos obstáculo para el crecimiento personal, para la opción autónoma y libre de un estado de vida de los individuos, por eso Jesús menciona a la familia como primera ligazón que es necesario revisar para poder seguirle. ¿Qué rasgos de opresión subsisten todavía en la familia y cómo superarlos? Servicio Bíblico Latinoamericano Jueves 6 de noviembre de 2014 Severo, obispo (303) Flp 3,3-8ª: Lo que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo Salmo responsorial 104: Que se alegren los que buscan al Señor Lc 15,1-10: Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta C omo bien sabemos, las palabras y gestos de Jesús no son recibidas de la misma forma por todos; para unos son motivo de alegría, de liberación, de Buena Noticia; para otros, son cosas absurdas, incomprensibles, nada parecido a buen anuncio. Especialmente estos últimos son los que lo critican, los que andan buscando siempre un motivo para tener de qué acusarlo; estos, tienen nombre propio: fariseos y doctores de la ley. ¡Qué contradicción! Justamente, los que mejor conocen la ley y la Escritura, son los que más se cierran para ver la realización de esa Ley y Escritura en las palabras y signos de Jesús; por eso, ellos no pueden ver en el comportamiento de Jesús el acercamiento total y definitivo de Dios a los que la ley considera impuros o excluidos, y en lugar de sentirse tocados por el amor con que Jesús los acoge y come con ellos, los legalistas murmuran y critican. Para darles aún más motivo de murmuración, Jesús se deja venir con tres parábolas (la tercera es la del hijo pródigo) donde queda bien ilustrada la misericordia, el amor y la predilección del Padre por los pecadores, no tanto por lo que se sienten ya justos porque “cumplen” la ley. Servicio Bíblico Latinoamericano Viernes 7 de noviembre de 2014 Wilibrordo, monje (739) Flp 3,17−4,1: Aguardamos un Salvador; él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso Salmo responsorial 121: Vamos alegres a la casa del Señor Lc 16,1-8: Los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz U na buena clave para comprender mejor cada una de las parábolas narradas por Jesús es tratar de descubrir el doble objetivo que buscaba Jesús a través de ellas: denunciar y anunciar. Miremos qué es lo que denuncia Jesús aquí: salta a la vista que lo que Jesús quiere poner en evidencia es la tremenda corrupción administrativa de su tiempo, corrupción que toca todas las esferas del sistema; esto es, la política, la economía, la religión. ¿No nos hemos sentido admirados también nosotros por la diversidad de formas de corrupción que campea hoy en nuestros países o ciudades, pero sobre todo por la sagacidad y la astucia con que actúan los corruptos? Cierto que esta no es una conducta que debamos imitar; aunque el administrador es felicitado por su patrón, es claro que la parábola está denunciando toda forma de corrupción; sin embargo, a partir de algo tan negativo Jesús invita a utilizar también la sagacidad y la astucia en las tareas de implantación del Reino. Y esa debería ser una súplica constante al Señor: que nos ayude a ser más sagaces, más astutos, más audaces en las tareas de denuncia y de anuncio del reinado de Dios entre nosotros. Servicio Bíblico Latinoamericano Sábado 8 de noviembre de 2014 Beata Isabel de la Trinidad, religiosa (1906) Flp 4,10-19: Todo lo puedo en aquel que me conforta Salmo responsorial 111: Dichoso quien teme al Señor Lc 16,9-15: El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho A propósito de la parábola que nos narraba el evangelio de ayer, Jesús continúa su enseñanza, de puro corte sapiencial. Hoy se refiere concretamente a las actitudes tan diversas que suscitan el dinero y la riqueza en el corazón humano. No se trata de una condena al dinero porque es dinero o a la riqueza porque es riqueza; se trata de un llamado al seguidor de Jesús para que en todo momento sepa discernir cuál es exactamente su posición y su relación con los bienes materiales; la evocación del empleado que no puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo, es perfectamente aclaradora. El seguidor de Jesús tiene en el centro de su proyecto el evangelio de la justicia, la fraternidad y la solidaridad; pero somos seguidores de carne y hueso, no somos “espíritus puros”, necesitamos subsistir, cubrir diariamente necesidades personales y familiares, en fin, tenemos que dedicar gran parte de nuestro tiempo a la búsqueda de medios económicos para poder vivir de manera medianamente digna. Con todo, no quiere decir esto que estemos en contravía del Evangelio, lo importante es tener claro que el dinero es un simple medio para la sobrevivencia, no un fin en sí mismo.
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