PURUS ELECTORES HABILITADOS : 2765 RESULTADO ELECCIONES EXTRAORDINARIAS PARA CONSEJERO REGIONAL dia 7 de diciembre EL LENGUAJE Una vez, un discípulo preguntó a Confucio qué sería lo primero que haría si tuviera que gobernar un país. Confucio respondió inmediatamente: «Empezaría por mejorar el lenguaje». El alumno se sorprendió con la respuesta y le dijo: «Maestro, habiendo tantas cosas por dónde empezar, no entiendo su respuesta, ¿qué es eso de mejorar el lenguaje». Y Confucio le explicó: «Si el lenguaje carece de precisión, lo que se dice no es lo que se piensa. Si lo que se dice no es lo que se piensa, entonces no hay obras verdaderas. Y si no hay obras verdaderas, entonces no florece ni el arte ni la moral. Si no florecen el arte y la moral, entonces no hay justicia. Si no hay justicia, entonces la nación no sabrá cuál es la ruta: será una nave en llamas y a la deriva. Por eso no te permitas la arbitrariedad con las palabras. Si se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje». Dime cómo hablas, te diré cómo eres. Página 2560 NO VOTARON : 1279 EBER PORTOCARRERO : 854 LUPE BARDALES : 563 NULOS : 41 EN BLANCO 12 JUAN UTIA : 6 MIRIAM RIOS 4 ALEXANDER AREVALO 4 MERY DEL AGUILA 1 BELIA MELENDEZ 1 ROGELIO BARDALES 0 PERCY ROQUE 0 FERMIN RODRIGUEZ 0 DANIEL DE LA CRUZ 0 EL LENGUAJE Cuentan que una noche un sultán soñó que había perdido ...todos los dientes. Enseguida cuando despertó, ordenó llamar a un adivino para que interpretase su sueño. - ¡Qué desgracia, mi señor! – exclamó el adivino – cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad. - ¡Qué insolencia! – gritó el sultán enfurecido – ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! Llamó a su guardia y ordenó que encierre al adivino durante una semana y que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajeran otro adivino. Enseguida cuando lo vio, le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al sultán con muchísima atención, le dijo: - ¡Excelso Señor! ¡Felicitaciones! El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes. Se iluminó el semblante del sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro al adivino. Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: - ¡No es posible! La interpretación que hiciste de los sueños es la misma que la del primer adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y una semana de calabozo y a ti con cien monedas de oro. - Recuerda bien, amigo mío – respondió el adivino – que todo depende de la forma en el decir.
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