Riesgo de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) en jóvenes universitarios con diferente IMC del Noroeste de México. Rodríguez Tadeo A1., Urquidez Romero R1., Wall Medrano A1., Mendoza Márquez J2. 1 Profesor-Investigador del ICB 2 Subdirector de Universidad Saludable Correspondencia: [email protected] Palabras clave: TCA, universitarios, IMC Resumen Introducción: Debido a los pocos estudios epidemiológicos del riesgo de TCA en universitarios mexicanos fronterizos es necesario conocer su prevalencia con fines a desarrollar estrategias de tamizaje y diagnostico temprano. Objetivo: Establecer el riesgo de TCA en universitarios jóvenes fronterizos de reciente ingreso a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, así como observar diferencias entre sexo. Metodología: Se realizó un estudio transversal en un grupo de 5,007 estudiantes entre 17 y 19 años de edad de reciente ingreso a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez quienes respondieron un cuestionario auto-aplicado de riesgo de Trastornos de la Conducta Alimentaria EAT-26. Se realizaron mediciones antropométricas como peso y talla para establecer el IMC y establecer su condición nutricional actual. La prevalencia de riesgo de TCA de la población se observo entre géneros, edad y condiciones nutricionales. Resultados: se observo que 3 de cada 10 joven universitario presenta sobrepeso y obesidad y la prevalencia global de riesgo de TCA fue mayor en la población femenina que en los varones (8.5% vs 3.3%) y en todos los grupos de edad, destacándose que es ligeramente superior en el grupo de 19 años. También se identifico que el riesgo de TCA esta presente en todas las condiciones nutricionales en las mujeres, siendo mayor en las chicas obesas de 17 y 19 años (16.7 y 14.5% respectivamente. En los varones la mayor prevalencia de riesgo se observo principalmente en aquellos con sobrepeso de 18 y 19 años (5.2 Y 4.2% respectivamente). Conclusiones: La prevalencia estimada del riesgo a desarrollar TCA indica que estas enfermedades son un problema importante en la comunidad universitaria, principalmente en las mujeres y que el riesgo esta presente en todas las condiciones nutricionales, por lo que se debe crear estrategias de prevención y tratamiento. ABSTRACT Introduction. The very few epidemiological studies on eating disorders (ED) in university students from northern Mexico justify the surveillance of its prevalence in order to develop efficient diagnostic and intervention strategies. Objective. To evaluate the risk for ED by gender in pre-university students from the Autonomous University of Ciudad Juarez. Methods. A crosssectional study on ED was performed in 5,007 (17-19 y) university applicants who answered individually the validated EAT-26 questionnaire. Height, weight and IMC were also measured. The ED prevalence was estimated by gender and nutritional status. Results. One out of three participants was overweight or obese. ED prevalence was higher in female (8.5%) than in male (3.3%) participants particularly in the 19 y group. ED was present across all women’s BMI’s (1829), although it was higher in 17y- and 19y-obese participants (16.7 and 14.5%, respectively). The higher prevalence in men was among 18y- and 19y-overweight participants (5.2 and 4.2%, respectively). Conclusion. The high prevalence for ED states for the importance on prevention and treatment strategies for ED in the university community, mainly directed toward female students independently of its phenotypic nutritional state. Introducción Los trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia (AN) y bulimia (BN) se presentan principalmente en la etapa de la adolescencia, sin embargo también ocurre en edades mas tardías sin respetar sexo ni clases sociales, afectando principalmente a mujeres, sin embargo existe también en la población varonil. Generalmente se caracterizan por una alteración en el comportamiento en la forma de comer de los individuos que se pueden ver influenciados por diferentes factores que interfieren con su rol de vida dejando de lado y restándole importancia a la salud física y mental. Su expansión tanto numérica como territorial y su relación con rasgos de la cultura actual permiten caracterizarlos como patologías propias de la sociedad urbana contemporánea (1). Los trastornos alimentarios ocurren en 1% y 4% de los adolescentes y mujeres adultas jóvenes, predominantemente de raza blanca, clase media y media-alta y sólo 5% a 10% de los casos involucran hombres (2). La estimación de la incidencia o prevalencia de los TCA varía dependiendo del tamaño y edad de la muestra y de los métodos de evaluación. En Estados Unidos de América y Europa occidental la prevalencia es de 0.3% para AN, de 1% en BN en mujeres jóvenes y de 0.1% en BN en hombres jóvenes (3). En estudios con adolescentes españoles se ha reportado una prevalencia que fluctúa entre 0.3 y 0.45% para AN y 0.8% para BN. Los TCA se presentan con una razón de prevalencia hombre/mujer de entre 1:6 y 1:10. (4,5). En chile la prevalencia de riesgo de TCA fue de 8.3% en jóvenes entre 11 y 19 años (6) y en Colombia el riesgo de TCA es mayor en mujeres que en hombres con una relación de 2:1; y una prevalencia estimada de 44.1% en mujeres y 9.6% en hombres y uno de los factores asociados fue el género femenino (7). Sin embargo este problema no es exclusivo de otros países, en México de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Psiquiatría, los casos de TCA han aumentado exponencialmente en una década (1993 al 2003) siendo la anorexia y bulimia mas común en las mujeres (8). Además de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México, en población mayor de 18 años, destacó una prevalencia de bulimia de 0.6% en hombres y 1.8% en mujeres (8). En la Ciudad de México se ha detectado que 0.9% de los hombres y 2.8% de las mujeres en edad estudiantil (12 a 19 años), presentan alto riesgo de padecer un TCA (9) y que este riesgo incremento de 1997 a 2003, sobretodo en las mujeres (10). También se ha identificado que en otros estados de la republica mexicana como Morelos la prevalencia de conductas alimentaria de riesgo en estudiantes de 11 a 24 años fue de 5% en mujeres y 1.1% en hombres (11) y en universitarios las cifras reportadas de TCA fue de 8.3% (12). El incremento en estos problemas de salud durante los últimos años, ha conducido a que se haya producido una gran proliferación de investigaciones a fin de poder determinar los principales factores implicados en la adquisición y mantenimiento de estos trastornos de conducta alimentaria, sin embargo existen pocos datos de prevalencia en México y sobretodo en población universitaria, por lo que es importante conocer la situación de riesgo de TCA en jóvenes de la región fronteriza. El objetivo del presente estudio es establecer las dimensiones de riesgo de TCA en universitarios jóvenes fronterizos de reciente ingreso a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y observar su distribución de acuerdo al Índice de Masa Corporal (IMC). Materiales y métodos Se realizó un estudio de corte transversal en el período 2005 al 2007 en jóvenes universitarios fronterizos de reciente ingreso a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, entre 17 y 19 años, quienes respondieron al Cuestionario de Actitudes ante la Alimentación (Eating Attitudes Test)(EAT-26) de forma autoaplicada. Este cuestionario fue diseñado por Garner y Garfinkel en 1979 (13) y es la herramienta auto-aplicada más ampliamente utilizada para la evaluación de los desórdenes alimentarios. Su objetivo es identificar síntomas y preocupaciones características de los trastornos alimentarios en muestras no clínicas (14). El rango de puntuación va de 0 a 78, la puntuación total distingue entre pacientes anoréxicas y población normal y entre bulímicas y población normal, pero no lo hace entre anoréxicas y bulímicas. El EAT-26 puede utilizarse como un índice de la severidad de las preocupaciones típicas entre mujeres con TCA, particularmente en cuanto a la motivación para adelgazar, miedo a ganar peso y restricción alimentaria. Se recomienda como una herramienta de evaluación a gran escala, como prueba de filtro, con un punto de corte de 20, para determinar la presencia de cualquier TCA pero existe la posibilidad de perder algunos individuos con trastornos de la conducta alimentaria no específico (TANE) (15). También puede servir como una medida global de evaluación del resultado de un tratamiento (16). Siguiendo técnicas estandarizadas se obtuvieron las mediciones del peso corporal con báscula digital (Tanita mod. 682) y la talla con un estadímetro portátil (Seca mod. 208) para establecer el Índice de Masa Corporal (IMC) y establecer el estado nutricional actual. La población fue evaluada mediante el IMC de acuerdo a la edad, con los puntos de corte establecidos por los patrones de referencia de OMS/NCHS/CDC de 2003. Para esto se empleó el paquete estadístico de cálculos antropométricos (EPIINFO 6.0), basado en las curvas de referencia y crecimiento en percentiles (PC) de jóvenes americanos desarrollados por el Centro Nacional para Estadísticas en Salud (NCHS, por sus siglas en ingles) de los Estados Unidos de América y adoptadas por la Organización Mundial de La Salud (OMS) como patrón internacional. Los puntos de corte utilizados para estimar desnutrición fue <5PC, bajo peso 15-85PC, peso normal 15-85PC, sobrepeso ≥85PC y obesidad ≥95PC. Análisis estadístico Las variables continuas fueron analizadas inicialmente con su valor absoluto (media ± error estándar) y posteriormente se construyeron subgrupos de análisis descriptivo e inferencial por categorías. Para el análisis categórico se utilizó Chi cuadrada. Para evaluar las diferencias de cada una de las variables entre hombres y mujeres en la muestra total se utilizó una prueba t de Student para muestras independientes. Para todos los análisis se calcularon intervalos de confianza de 95%, utilizándose el paquete estadístico SPSS versión 11.0 para windows. Todos los análisis estadísticos se probaron a un nivel de significancia de 0.05. Resultados Se recolecto información de 5,007 jóvenes universitarios de reciente ingreso a la universidad entre 17 y 19 años de edad entre hombres (N=2245) y mujeres (2762). La población encuestada se dividió por género observándose mayor cantidad de mujeres que de hombres (55% vs 45%) y se dividió por edad en tres grupos: a) 17 años, b) 18 años y c) 19 años (Tabla 1). Además se observo diferencias estadísticamente significativas entre los géneros en cuanto al peso y estatura, en los tres grupos pero no en cuanto al IMC (Tabla 2). Tabla 1.Distribución de la población según la edad. Edad (años) 17 18 19 Total Población N % 232 4.6 2371 47.4 2404 48 5,007 100 Tabla 2. Características antropométricas de los participantes por edad y género. Mujeres Hombres (X ± DE) (X ± DE) dif 17 N=144 N=88 Peso kg 58.3 ± 11.6 71.2 ± 15.4 0.000 Talla cm 160.1 ± 6.3 173.5 ± 6.3 0.000 IMC kg/m2 23.9 ± 5.3 24.3 ± 4.6 NS 18 N=1377 N=994 Peso kg 69.3 ± 12.6 71.1 ± 15.4 0.000 Talla cm 159.7 ± 5.8 172.7 ± 6.2 0.000 IMC kg/m2 23.6 ± 4.7 23.6 ± 4.7 NS 19 N=1241 N=1163 Peso kg 60.4 ± 14.1 73.4 ± 16.3 0.000 Talla cm 159.1 ± 5.9 172.9 ± 6.5 0.000 IMC kg/m2 23.8 ± 4.9 23.9 ± 4.9 NS Valores presentados como media y desviación estándar (X ± DE). NS = no significativo Con el IMC ajustado a la edad y sexo se pudo determinar la condición nutricional actual de los participantes, observándose que en los tres grupos de edad 3 de cada 10 jóvenes presenta alteraciones del estado de nutrición, ya sea por deficiencia o exceso de peso, siendo mayor la proporción de sobrepeso y obesidad. Es necesario resaltar que las mujeres presentan mayor sobrepeso y menor obesidad que los hombres (Tabla 3). Tabla 3. Estado nutricional de los participantes de acuerdo a la edad y sexo. Condición nutricional 17 años (%) 18 años (%) 19 años (%) Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Desnutrición 2.3 4.2 5 5.2 5.8 5.9 Bajo peso 6.8 5.6 7.9 6.7 8.9 6.8 Peso normal 62.5 62.5 62.4 62.5 57.7 61.2 Sobrepeso 13.6 19.4 13.5 15.3 16.4 15.1 Obesidad 13.6 8.3 11.2 10.2 11.2 11 Se encontró que la prevalencia de riesgo de TCA fue mayor en la población femenina (8.6%) en comparación con los hombres (3.3%). Además esto se observo en todos los grupos de edad, destacándose que es ligeramente superior en el grupo de 19 años (Tabla 4). Tabla 4. Prevalencia de riesgo de TCA por grupo de edad y género. EDAD (años) (%) riesgo de TCA (N=5,007) Hombres Mujeres 17 2.3 a 7.6 b 18 3.4a 7.6b 19 3.3a 9.8b * Diferente superíndice representa diferencias significativas entre géneros (P<0.05) Además se exploro la distribución de riesgo de TCA en los universitarios de acuerdo al grupo a la edad, género y estado nutricional actual. En las mujeres de 17 años se observo que las cifras son mayores en aquellas que presentan obesidad (16.7%) y peso normal (8.9%). El riesgo de TCA en las mujeres del grupo de 18 años de edad mostró cifras superiores en aquellas con desnutrición (13.9%), sobrepeso (9.5%) y obesidad (7.8%). A diferencia del grupo de mujeres de 19 años donde los casos de riesgo de TCA se presentan en todas las condiciones nutricionales principalmente en aquellas con obesidad (14.6%) y desnutrición (12.3%) (Tabla 5). En los varones de 17 años se observa que existe solamente riesgo de TCA en aquellos con peso normal, a diferencia de los de 18 y 19 años donde el riesgo es mayor en jóvenes con sobrepeso. Sin embargo similar a las mujeres el riesgo de TCA se distribuye de manera muy homogénea en el grupo de 19 años (Tabla 5). Tabla 5. Distribución porcentual del riesgo de TCA en los participantes con diferente IMC* Condición nutricional Desnutrición Bajo peso Peso normal Sobrepeso Obesidad 17 años (%) 18 años (%) 19 años (%) Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres 0 0 2 13.9 3 12.3 0 0 1.3 4.3 3.8 8.2 3.6 8.9 3.5 7 3.1 9.4 0 3.6 5.2 9.5 4.2 8 0 2.7 7.8 2.3 16.7 14.6 *El índice de masa corporal (IMC) se calcula dividiendo el peso (kg) entre la estatura al cuadrado. Discusión Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son un riesgo importante de salud en nuestro país, datos epidemiológicos muestran que la mayor parte de estos se han realizado en jóvenes estudiantes y pocos en universitarios, con algunos instrumentos de screening o tamizaje. Similar a los estudios hechos en mexicanos (Medina IME, et al 2003; Unikel SC, et al 2000 y 2006; Escobar A, 2004; Mancilla JM, et al 1998), la prevalencia de factores de riesgo de TCA en la población universitaria fronteriza es superior en las mujeres que en los hombres. Un dato importante es la variabilidad de instrumentos con los cuales se estima el riesgo de desarrollar TCA y esto puede reflejar las diferencias entre prevalencias. Es necesario resaltar que algunos datos de prevalencias son reportados mediante entrevista clínica utilizando lineamientos establecidos para la identificación de Anorexia, bulimia y Trastornos alimentarios no especificados. En este trabajo se utilizo la versión EAT-26 el cual esta reconocido como un instrumento de filtro para la identificación de riesgos de TCA de forma auto-aplicada. Se identifico una prevalencia general de 8.6% en mujeres y 3.3% en varones jóvenes de reciente ingreso a la universidad, al cual menor que las reportadas en jóvenes estadounidenses donde la prevalencia fue de 10.9% en mujeres y 4.0% en varones (17). Al separar por edad se observo que las prevalencias en mujeres de 17 y 18 años fue de 7.6% comparadas con chicas canadienses (10.6 y 9.7% respectivamente (18). Las transición nutricional es nuestro país es evidente, y de acuerdo con la ultima Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (19) el sobrepeso y la obesidad afectan a 32% de los varones y 33% a las mujeres entre 17 y 19 años, datos similares se obtuvieron en el estado de Chihuahua (20) donde estas entidades afectan a 32% de los varones y 34% de las mujeres. A diferencia de ambas encuestas las condiciones de sobrepeso y obesidad en los universitarios fronterizos de reciente ingreso fue de 26% en ambos sexos. Es importante resaltar que la distribución de riesgo de TCA se encuentra en jóvenes con peso adecuado e incluso sobrepeso y obesidad y no solo en aquellos con bajo peso o desnutrición establecida, como lo observado en una población de jóvenes chilenas (21), por lo cual se hace evidente la atención de todos los casos independientemente de su condición nutricional actual. Es probable que el sobrepeso y obesidad en las mujeres produzca cambios en las conductas alimentarias consideradas como de riesgo, las cuales pueden favorecer el desarrollo de un trastorno alimentario, aunado al riesgo cardiovascular que por si mismas ya poseen. Conclusiones La prevalencia estimada del riesgo a desarrollar TCA indica que estas enfermedades son un problema importante en la comunidad universitaria, principalmente en las mujeres y que el riesgo esta presente en todas las condiciones nutricionales, por lo que se debe crear estrategias de prevención, detección temprana y tratamiento. La relevancia del presente trabajo es que los hallazgos encontrados facilitaran la confirmación diagnostica y permitirá desarrollar estrategias de intervención en la comunidad universitaria con aspectos preventivos y/o atención. Referencias bibliográficas (1)Weissberg K., et al., 2004. Guía de trastornos alimenticios. Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva. Secretaría de Salud. México. (2)Morandé G, Celada J, Casas J. Prevalence of eating disorders in a Spanish school-age population. J Adolesc Health 1999; 24: 212-219. Abstract (3) Hoek HW, van Hoeken D. Review of the prevalence and incidence of eating disorders. 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