1255 “Vida en familia hoy”. Cómo entender el enojo (2) Invitado

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“Vida en familia hoy”.
Cómo entender el enojo (2)
Invitado: Lou Priolo
Serie: Corazón de enojo para adolescentes
SONIDO PRESENTACIÓN HABITUAL QUE DA PASO A:
Roberto: (A SEÑAL) ¿Ha tenido que lidiar con un adolescente enojado recientemente?
Ahora, pregúntese a usted mismo, ¿es posible, solo quizá, que usted haya
hecho algo para provocar la ira de su hijo? Aquí está Lou Priolo.
SONIDO FILTRA MÚSICA ADECUADA PARA FONDO DE:
Lou:
(A SEÑAL) Bien podría ser que mamá y papá están provocándoles el enojo
por medio de su comportamiento pecaminoso, o simplemente pudiera ser que
los padres no están pecando, no están haciendo nada malo, y la razón por la
que están enojados es porque quieren alguna cosa, y la quieren en tal
magnitud que están dispuestos a pecar porque mamá y papá evita que tengan
lo que desean.
SONIDO MÚSICA RECREA Y BAJA A RESOLVER:
Roberto: (A SEÑAL) Esto es “Vida en Familia Hoy”. Nuestro anfitrión es Dennis Rainey y
yo soy Roberto Lepine. Si desea llegar al corazón del asunto con la ira de su
adolescente, puede que primero tenga que mirar su propio corazón. (T)
¿Sabes? En nuestro programa hemos hablado antes sobre el tema de la ira en
la familia, ya sean los hijos los enojados o los esposos o las esposas los que
están enojados…
Dennis: …o los padres los que están enojados…
Roberto: …o los hijos enojados unos con otros. Sin embargo, este parece ser un
problema con el que muchas familias están lidiando.
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Dennis:
En el pasado programa nuestro invitado Lou Priolo, nos decía algo relacionado
con el enojo en los adolescentes. (T) Roberto, ¿cuál fue la pregunta que le
hiciste a Lou en el encuentro anterior?
Roberto: Pues le pregunté si un adolescente, podría estar expresando inapropiadamente
un enojo legítimo o justo, porque mamá y papá están regándola como padres…
Lou:
Antes de contestar la pregunta que darles las gracias nuevamente por
invitarme a su programa…
Roberto: Es un placer tenerte con nosotros en el estudio.
Dennis: Así, Lou. Bienvenido a “Vida en familia hoy”.
Lou:
Gracias, Dennis. (T) Y bueno, -contestando la pregunta de Roberto, sobre si un
adolescente podría expresar inapropiadamente su enojo porque su mamá y
papá la estén regando como padres-, les comento que antes de que el
jovencito decida lo que va a hacer, cómo expresará su ira, etc, tiene que
asegurarse de que sea la clase correcta de enojo, no la clase incorrecta de
enojo. (T) En otras palabras, debe estar seguro de que está enojado porque
alguien ha pecado contra él, no porque alguien no le ha dado lo que quiere. (T)
Esa es realmente la diferencia entre el enojo justo y el enojo pecaminoso. La
ira pecaminosa es el resultado de no conseguir lo que queremos. La ira justa
es el resultado de que Dios no consigue lo que Él desea. En otras palabras,
cuando alguien peca, nos enojamos, entonces lo más probable que esa sea la
clase correcta de enojo. (T) Pero cuando nos enojamos simplemente porque
nadie ha pecado, sino que no recibimos lo que queremos, entonces, lo más
probable es que esa sea la clase incorrecta de enojo.
Roberto: Y estoy adivinando que el 99.79% del enojo de los adolescentes es
pecaminoso, es incorrecto, es: “No estoy consiguiendo lo que quiero, y mamá y
papá son el problema. Así es como yo lo veo, porque no me están dando lo
que quiero”.
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Lou:
Sin duda un alto porcentaje siente enojo por eso, pero también está el otro lado
de la moneda que sí dice que las mamás y papás a veces provocan a sus hijos
a la ira por cosas que hacen y que no hacen. En el libro Corazón de enojo,
identifico 25 maneras en las que los padres normalmente provocan a sus hijos
a la ira.
Roberto: Sí y, por cierto, no me gustó esa parte del libro.
Dennis: A mí tampoco me gustó. Me gustaría ir al 99% de adolescentes que hacen un
uso inapropiado de la ira con sus padres, ya sea estallar o irse a su habitación
para aislarse por completo. ¿Dónde comienza un padre, al ver a su hijo, a su
pequeñito, con quien solía tener estos momentos dorados, o su hija, que era su
princesa, que siempre esperaba que él regrese a casa y, de repente, hay esta
distancia que va creciendo, porque hay esta emoción que alimenta el cisma
entre los dos? ¿Dónde puede comenzar un padre?
Lou:
Dennis, todavía mantengo que el mejor lugar para que los padres empiecen es
sentarse con el hijo y pedirle que explique cómo él, el padre, ha pecado en
contra de ese hijo. En otras palabras, todavía creo que la mejor manera en que
un padre puede acercarse es estar dispuesto, en primer lugar, a sacarse la viga
de su propio ojo. (T) “Parece que estás muy enojado conmigo. De hecho,
parecería que es más que enojo, parecería que tienes amargura contra mí,
parece que guardas algún resentimiento contra mí y me gustaría saber, ¿de
qué manera he pecado contra ti?” Puede que el padre incluso quiera
preguntarle: “De todas las formas en que te herido a través de los años y que
no has podido superar, ¿cuáles son las tres principales? Dime, ¿de qué
manera te he herido?” (T) Y en ese punto, el adolescente no puede decir:
“Bueno, me heriste porque no me compraste el automóvil que quería por mi
cumpleaños”. Tendría que ser un pecado viable. Tendría que ser algo que el
adolescente pueda incluso decir: “Mamá, papá, miren, incluso en la Biblia dice
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que no deberían hacer esto”. (T) Y, de hecho, la Biblia dice que la sabiduría
que viene de lo alto es razonable. Entonces un adolescente realmente debe
tener un poco de sentido, sabe que tiene la oportunidad de luchar, al menos
alguna vez, para cambiar la opinión de sus padres.
Dennis: Y lo que me gustaría agregar a eso, Lou, es que yo le daría al adolescente un
poco de tiempo para que revise la lista.
Lou:
Exactamente.
Dennis: Como seres humanos, todos procesamos a diferentes velocidades. Puedo ver
cómo un hijo que realmente piensa rápido podría llegar a esa conclusión, pero
un hijo que tiene dificultades para asimilar sus propias emociones y quizá
pueda procesar más lentamente en términos de cómo manejar las cosas,
podría necesitar un día.
Lou:
Por supuesto.
Dennis: Digamos: “Mañana por la noche, después de la cena, vamos a sentarnos y
hablar. Vamos a hacerte la pregunta, ¿cómo te ha ofendido o decepcionado
mamá, cómo te ha decepcionado papá?”
Roberto: Pero esto es lo que esperaría escuchar de la mayoría de adolescentes: “Tú has
pecado contra mí”, o: “Tú me has decepcionado”, o: “Tú me has ofendido
porque no puedo salir hasta la medianoche los viernes, como todos mis
amigos”.
Dennis: Bueno, puedo darte una ilustración para eso, Roberto. Es la historia del “pájaro
enjaulado”. Yo tenía una hija que quería ser libre y acababa de apalearnos,
como padres, diciendo: “Ustedes son demasiado estrictos. Tienen demasiadas
restricciones. No puedo hacer nada bien”. Y en última instancia, su canario se
escapó de la jaula, voló y finalmente murió, entonces yo conversé con ella. Le
dije que Dios tiene en medio de nosotros un ambiente protector porque no
sabemos lo que es mejor para nosotros. No sabemos lo que hay afuera. Y casi
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todos nuestros hijos hicieron exactamente lo que estás diciendo, Roberto.
Ellos empujaron los límites.
Roberto: Y la mayoría de adolescentes están frustrados porque quieren tener más
autonomía y la mayoría de nosotros, como padres, creemos que todavía no
están listos para una independencia de esa magnitud. Por lo tanto, ellos lo
expresan con enojo. Cuando decimos: “No, aquí hay una restricción, hay un
límite”, ellos dicen: “Bueno, eso no es bíblico. No hay nada en la Biblia que
diga que eso esté correcto y, ¿por qué ustedes, como padres, no pueden ser
más razonables y dejarme hacer más las cosas a mi manera?”
Lou:
Bueno, normalmente respondería a eso con algo como esto: “Cariño, la libertad
viene con la confianza. Mientras más les demuestres a mamá y a papá que
eres digna de confianza, más libertad tendrás. Entonces, en realidad, es
cuestión de que nos enseñes que estás tomando una decisión sabia tras otra,
con relativamente pocas decisiones necias. Y mientras vamos viendo cómo
aprendes a tomar esas decisiones sabias, entonces te daremos más libertad.
Pero si vemos que estás tomando más decisiones necias que sabias, entonces
no podremos darte esa libertad con buena conciencia”. (T) Tenemos dos
decisiones. O decimos: “Dale. Queremos que tengas éxito, sabemos que
puedes hacerlo, confiamos en ti”, o decimos: “Espera un momento, no vayas
tan rápido. Nosotros vamos a tener que impulsarte a hacer el bien o tú nos vas
a forzar, por tu inmadurez, a tener que controlarte y evitar que tengas la libertad
que quieres hasta que primero nos demuestres que tienes la capacidad de
manejar esa libertad”.
Dennis: Pero el adolescente te responde: “Papá, no me gustan tus límites”.
Lou:
“Bueno, cariño, no son mis límites, son los límites de Dios”.
Roberto: “Pero esta hora de llegada, la medianoche, ¿dónde se ve eso en los límites de
Dios?”
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Dennis: “Todos mis amigos, incluso los cristianos, pueden quedarse hasta mucho más
tarde de lo que tú me das permiso”.
Lou:
“Bueno, cariño, ¿por qué Dios te dio estos padres ancianos, anticuados y
gruñones, que tienen todas estas reglas legalistas? No lo sé, pero la
conclusión es que Dios nos ha puesto juntos, y si tienes alguna esperanza de
que replanteemos nuestra posición en alguna de estas cosas, hacerlo de
manera irrespetuosa no te llevará hacia allá”.
Dennis: Muy bien, y en ese punto, el adolescente se pone de pie, comienza a gritar y
sale disparado de la habitación, lanza la puerta, sacude todas las paredes de la
casa. ¿Qué puede hacer el papá?
Lou:
De alguna manera, sin ser presuntuosos, hay que decirle al hijo que ya
presentamos nuestro caso para él, que está actuando más como un niño que
como un adulto.
Dennis: Muy bien, ¿pero cuándo lo haces? ¿Cuándo vas a la habitación para
decírselo? ¿Esperarías hasta que él o ella se tranquilicen un poquito? ¿Cómo
lo manejarías?
Lou:
Sí, esa sería una decisión a conciencia. Yo probablemente le daría un tiempo
para calmarse y luego regresaría para hablar con él, primero acerca de la
forma en que respondió, acerca de ese enojo pecaminoso e irrespetuoso con el
que reaccionó, y luego regresaría para ayudarle a ver, desde las Escrituras,
que la razón por la que tenía tanta ira es porque no le agradó la autoridad que
Dios ha puesto sobre él.
Roberto: ¿Puedes pensar en el adolescente más enojado y perturbador que ha llegado a
tu oficina con mamá y papá, y al que, a través de un proceso, pudiste ayudar a
consolar su enojo? ¿O es que todo esto es parte solo es algo que se va
desarrollando con el tiempo?
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Lou:
Creo que debemos tener en mente que Dios es soberano. Entonces, sí, hemos
visto a adolescentes que aprenden relativamente rápido cómo controlar su ira,
y hemos visto a otros que no aprenden desde un inicio y después, años más
tarde, regresan y ya tienen ese asunto arreglado.
Roberto: ¿Años más tarde?
Lou:
Sí.
Roberto: Entonces, ¿podría ser que los padres tienen que prepararse para un proceso
largo con un adolescente enojado?
Lou:
Sí, pero esa es más la excepción que la regla.
Roberto: Muy bien.
Lou:
Nuevamente, mientras el hijo esté bajo su autoridad, entonces usted debe
tener la esperanza de que puede hacer algo para producir un cambio. E
incluso en los casos donde podría tomarle años al hijo darse la vuelta y volver,
el Señor usará ese tiempo que usted pase inicialmente para tratar de ayudarle
a cambiar, en última instancia, para producir arrepentimiento.
Dennis: Me gustaría decir dos cosas aquí. En primer lugar, Lou, tu pequeña actuación
que nos mostraste sobre cómo dirigir a un adolescente para que aprenda cómo
hablar de una forma respetuosa. Creo que es tan importante. Y, en mi opinión,
es la responsabilidad del padre la de caminar junto a su hijo y decirle: “No, eso
no es aceptable. Este es el patrón sobre cuál es la mejor manera en que
puedo escuchar información, heridas y decepciones de tu parte, como mi hijo o
mi hija”. (T) Pero la segunda cosa que me gustaría afirmar aquí es que los
padres deben asumir la responsabilidad por el problema, y eso comienza con
ellos, como padres. Si nosotros somos padres enojados, que perdemos el
control, entonces tendremos hijos enojados que pierden el control, porque
nuestro ejemplo será una mala influencia sobre nuestros hijos, y lo que
digamos nunca tendrá la oportunidad de penetrar en sus corazones.
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Roberto: ¿Estás hablando acerca de un padre que es enojado o de ambos padres y de
su hijo adolescente?
Dennis: Bueno, estoy hablando acerca de los padres y del adolescente que
experimenta el enojo. Pienso que yo puedo aprender mucho de mis hijos. De
hecho, yo aprendí muchísimo de mis hijos sobre cómo manejar mi enojo y,
personalmente, me gustaría que hubiéramos tenido un libro como este, porque
sí creo que en todas las familias, incluso en la comunidad cristiana, esto del
enojo es como un iceberg. Solo vemos una pequeña puntita, pero el 90% está
bajo la superficie. (T) Creo que la mayoría de nosotros podría tener nuestra
última semana proyectada en una pantalla frente a nuestros compañeros
espirituales y quizá puede que haya algunas miradas interesantes, quizá
vergonzosas, al tan solo ver cuánto nosotros fallamos como padres, y cuánto
necesitamos guiar y amar a nuestros hijos.
Lou:
Hermosas y sabias palabras, estimado Dennis.
SONIDO MÚSICA ADECUADA QUE DA PASO A:
Roberto: (A SEÑAL) Le agradecemos a nuestro invitado por compartir este tiempo en
“Vida en familia hoy”. En próximos encuentros continuaremos conversando
sobre “Cómo entender el enojo en los adolescentes”. (T) Trabajamos para
usted….