Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. LA EVALUACIÓN DE LA ESCRITURA EN EL INGRESO UNIVERSITARIO. ANÁLISIS DE UN CASO Y PROPUESTA DIDÁCTICA COMPLEMENTARIA Mónica Beatriz García * Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTreF). Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) [email protected] INTRODUCCIÓN Una de las principales competencias que tiene que desarrollar un estudiante que ingresa a la universidad es la escritura a partir de la lectura de fuentes diversas. Se trata de una actividad cognitiva en la que no se ha incursionado con frecuencia en el nivel medio o polimodal. Sin embargo, los primeros años de carrera universitaria requerirán por parte del estudiante una serie de habilidades para leer, comprender y encontrar puntos de contacto y divergencia entre los textos académicos de autores que hayan abordado un mismo tema, con el fin de apropiarse de las teorías existentes y poder diferenciarlas. En esto se basará gran parte de su conocimiento disciplinar y su posicionamiento ideológico como futuro profesional e investigador. De ahí la importancia del empleo de estrategias pedagógicas que hagan las veces de facilitador para que el ingresante adquiera una autonomía rápida y eficiente en la lectura y comprensión de fuentes diversas en pos de la escritura de textos de géneros académicos diversos que den cuenta de esas lecturas y las pongan en diálogo. Mónica García es Licenciada en Lengua y Literatura y profesora de Castellano, Literatura y Latín. Se ha diplomado en Lectura, Escritura y Educación, con mención en Ciencias Sociales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Es investigadora docente y profesora de cursos de pregrado en UNTREF, UNLAM, UNGS Y UBA. * 1 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Estas son las razones por las cuales los cursos de ingreso a las universidades nacionales cuentan con un recorrido didáctico de aproximación al discurso académico que culmina con un examen que evalúa esas competencias. Se trata, como sostiene Foulquié (México, 1980), de la evaluación entendida como “un conjunto de observaciones o de pruebas destinadas a apreciar el saber o la cultura de los candidatos con vistas a la concesión de un diploma, para entrar en una escuela, o la aptitud para una función determinada”. En este caso, los resultados de dichas evaluaciones determinarán si el estudiante se encuentra o no en condiciones cognitivas para enfrentar un estudio universitario. El propósito de este trabajo es, en primer lugar, describir la propuesta didáctica implementada por una universidad nacional en su curso para ingresantes, a los efectos de conocer las estrategias didácticas que plantea. En segundo término, tras la descripción, se analizará el conjunto de supuestos básicos subyacentes sobre el estudiante, el material didáctico y la lectura de fuentes diversas que se pone en juego en estas prácticas, en función de la evaluación con la que se habilitará su ingreso al nivel superior de estudios. Finalmente, se establecerán las primeras conclusiones sobre la perspectiva analizada y se hará una aproximación al tipo de estrategias que podría andamiar el recorrido del estudiante y su evaluación con mayor efectividad. MARCO TEÓRICO La forma de entender la evaluación condiciona el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por una parte, la forma de concebir y desarrollar ese proceso conduce a una forma de practicar la evaluación, pero por otra parte, una forma de entender la evaluación hace que se supediten a ella las concepciones y los métodos de enseñanza (Santos Guerra, 2000: 91). En el ingreso universitario, particularmente, la utilización de la evaluación como un instrumento de diagnóstico, de aprendizaje y de comprensión encaminada a la mejora parece tener una menor presencia que la evaluación como mecanismo de control, de selección, de comparación y de medición. En esta apreciación coincidimos con Santos Guerra al concebir a la evaluación como dimensión sociológica “que se convierte en una criba que selecciona a los estudiantes y permite o impide su avance en las siguientes etapas del sistema” (Santos Guerra, 2000: 92-93). 2 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Cuando no existe igualdad de oportunidades –y en esto la Argentina es un caso particular-, una pretendida evaluación justa y objetiva cumple la función de perpetuar y acentuar las diferencias. Como constructo social, cumple funciones que interesan a unos y perjudican a otros. Sería ingenuo ocultar la naturaleza política y ética de la evaluación concebida como mecanismo de poder que ejercen el profesor y las instituciones, porque quien evalúa establece los criterios, los aplica, interpreta y decide caminos a seguir, pues, como sostiene Elliot (1990): “La comunicación, el intercambio de significados, el aprendizaje de contenidos, expectativas y conductas se encuentran mediatizadas por la función evaluadora. Por eso, condiciona y artificializa las actividades y procesos de aprendizaje, en virtud de su valor en el intercambio de actuaciones del alumno por calificaciones del profesor”. Diseñar, aplicar y evaluar exámenes constituye un componente básico del trabajo docente dado que es en el examen donde se manifiesta de un modo más evidente la asimetría estructural que caracteriza a la relación docente/estudiante. De todos modos, consideramos que es posible transformar a la evaluación para el ingreso universitario en una herramienta de conocimiento, tanto para los profesores como para los alumnos, pero sólo si se toman en consideración algunas cuestiones que propondremos hacia el final de este trabajo. Concebiremos a la evaluación, entonces, como un momento de la enseñanza, como un proceso que permite a los protagonistas, preferentemente ayudados por facilitadores externos, descubrir lo desconocido que hay en lo conocido, siguiendo los principios cardinales de igualdad, ubicuidad, diversidad, utilidad, redundancia, ambigüedad y generalización (Santos, 1999: 2). Por esta razón, tomaremos la concepción de la pedagogía que desarrolla Trend (1995), quien considera que la función de la pedagogía es proporcionar medios a los grupos sociales oprimidos para que tomen conciencia de su situación y facilitarles los instrumentos para encontrar métodos de transformación de la realidad. De ahí que tomemos como base al paradigma crítico (Álvarez Méndez, 2001: 30), es decir, aquel que concibe a la evaluación como comprensión, en su dimensión crítica/reflexiva. Desde esta perspectiva, como queda dicho, la evaluación se entiende como un proceso y no como un momento final. La crítica atraviesa todas las dimensiones: la formulación de pretensiones, la fijación de criterios, el diseño y aplicación de instrumentos, la interpretación de los resultados, etc. (Santos Guerra et al., op. cit.). De este modo, la evaluación 3 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. se convierte en un elemento generador de rasgos positivos por medio de la cultura de la autocrítica, del debate, de la incertidumbre y de la flexibilidad. La evaluación de carácter crítico exige una mayor participación de todos los elementos que intervienen en el proceso de evaluación tras un proceso de metarreflexión. Dentro de esta concepción de la evaluación, adheriremos a la formativa, es decir, a aquella que se entiende como una parte del mismo programa curricular que no sólo lo desarrolla, sino que también lo perfecciona; a diferencia de la evaluación sumativa que calcula el valor del objetivo una vez que el proceso ha terminado, cuando ya no existe ninguna posibilidad de cambio en la práctica docente (Scriven, 1967). De lo anterior se desprende que no hablaremos de apropiación de conocimiento, ni de rendimiento, sino de aprendizaje (Sanjurjo, 2008: 68-69). El conocimiento es aquello que se acepta como saber de un modo público y compartido, es decir, una convención social (hegemónica) y/o científica (paradigmática) sobre cuáles son las explicaciones actualmente aceptables sobre la realidad y su relatividad histórica. El rendimiento, por su parte, es la situación de un alumno respecto de un criterio, generalmente arbitrario y no explicitado, fijado previamente por los profesores y que éstos emplean para hacer comparaciones desde una perspectiva subjetiva y muchas veces prejuiciosa. En cambio, hablar de aprendizaje implica comprender y relacionar la información entrante con la experiencia y los conocimientos previos a fin de extraer significados personales; porque aprender es abrirse a la experiencia y procurar su racionalización atribuyéndole sentido (Bruner, 1990, 1997). Paralelamente, entenderemos por enseñanza a la organización de las tareas en las condiciones más favorables para que puedan desarrollarse los procesos de aprendizaje adecuados en orden a lograr la apropiación de las posibilidades de los contenidos de un determinado currículum (Sacristán, 1998: 264). En esta tarea, concebiremos al docente como mediador, monitor y guía de ese proceso de aprendizaje, quien construirá los andamios necesarios para llevar al estudiante por la zona de desarrollo próximo hacia la autonomía, tras un proceso de individuación progresiva (Vigotsky, 1995). 4 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. 5 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. LAS VOCES EN DIÁLOGO EN LA ESCRITURA DE UNA RESEÑA A continuación describiremos la propuesta didáctica de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. En este caso, el curso de ingreso dura un cuatrimestre y los estudiantes son agrupados por comisiones, según la carrera para la que se inscribirán. Las materias que deben cursar se relacionan directa o indirectamente con la modalidad de la carrera a seguir. Es así como varias comisiones tienen entre sus materias Comunicación oral y escrita 1 . El objetivo de este espacio es acercar al ingresante a la lectura de textos académicos, pero dentro de un marco teórico del que debe apropiarse. No sólo se espera que comprenda los textos, sino que también pueda reconocer la función del lenguaje que predomina, el propósito comunicativo, el género discursivo, el tipo textual, la secuencia predominante, la macroestructura, la superestructura y las huellas del sujeto enunciador. Además, el estudiante deberá demostrar sus habilidades de escritura con la producción de una reseña crítica de un texto argumentativo, principal actividad del examen final. Es en este punto donde se inserta “el trabajo con diversas fuentes”. Se trata de un apartado recuadrado de menos de una página en el que se advierte qué debe hacerse cuando en una reseña crítica se incluyen voces de otros autores que han trabajado el mismo tema. En el apartado se hace una serie de recomendaciones, tales como: 1- leer y analizar comparativamente los textos –estableciendo coincidencias y diferencias entre los textos a partir del tipo de relaciones que existen entre los documentos; 2- determinar si las ideas centrales de los documentos son comunes o divergentes; 3- reagrupar las ideas según subtemas, aspectos u otros parámetros; 4- realizar cuadros que pongan en relación la información obtenida (para lo cual sugiere un cuadro de doble entrada en el que se abren tantas columnas verticales como textos a comparar y tantas horizontales como aspectos a considerar). Ascione, Alberto et al. (2008). Comunicación Oral y Escrita. Curso de ingreso. Caseros: Universidad Nacional de Tres de Febrero. 1 6 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Finalmente, se hace la salvedad de que en el caso de que los textos se complementen, será conveniente elaborar un cuadro a partir del texto más abarcador y considerar las ideas coincidentes y los nuevos aportes de los otros autores, en filas horizontales. Es importante aclarar que ingresa a la universidad aquel estudiante que haya aprobado los finales de las tres materias cursadas en el ingreso (una de las cuales es este taller) y cuyo promedio le permita entrar en el orden de mérito que establezca el cupo de su carrera. Dicho de otro modo, se trata de una evaluación por promoción. Supuestos básicos subyacentes en juego: En la propuesta descripta subyacen distintos supuestos (Lorez Arnaiz, 1997) respecto del estudiante que ingresa a la universidad, de la función que cumple el material didáctico, de la interrelación entre ambos aspectos y de la evaluación de un texto en el que se de cuenta del trabajo con diversas fuentes. La secuencia didáctica propuesta por la Universidad de Tres de Febrero conlleva el perfil de un estudiante autónomo que logra comprender los conceptos teóricos, apropiarse de ese marco y trasladar ese conocimiento a la resolución eficiente de un género complejo como lo es la reseña crítica, en la que además de las competencias mencionadas anteriormente, deberá plantear una postura personal frente a los textos leídos y argumentar acerca de sus logros y deficiencias. Por otra parte, en la fundamentación del material didáctico que figura en las primeras páginas del cuadernillo, se explicita la tarea del docente. En ella se determina que su función “consistirá en facilitar la interacción de los estudiantes con las prácticas del lenguaje propias de la investigación y de la comunicación de saberes, de modo de permitirles su plena integración a la comunidad científico-académica”. Sin embargo, el material didáctico está diseñado de manera tal que el estudiante pueda autogestionar su aprendizaje desde un enfoque comunicativo que exige que el usuario de la lengua desarrolle competencias para su inserción efectiva en la realidad y, a la vez, logre la apropiación creativa del lenguaje. Por esa razón, el proceso de enseñanza-aprendizaje está organizado a partir de situaciones didácticas que definen no sólo los ejes organizadores del campo de saberes que constituyen el área, sino también sus conceptos estructurantes. De esta manera se procura que el estudiante, además de mejorar las estrategias de procesamiento de la 7 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. información, integre los contenidos y le confiera estructuras textuales nuevas y estilos discursivos diferentes a los de la literatura científica de referencia, con precisión conceptual y desarrollo argumentativo. Para ello, deberá desplegar habilidades macro y microlingüísticas destinadas a adecuar el texto al destinatario propuesto, a través de procedimientos de autorregulación implicados en el control y monitoreo de su propia escritura. No obstante, el tiempo tan acotado de la cursada (aproximadamente 12 clases de 4 módulos) perfila, implícitamente, un estudiante que ya tiene conocimientos lingüísticos y extralingüísticos previos. La función de la asignatura, entonces, es lograr que el alumno cumpla adecuadamente con los requisitos relacionados con la producción y comprensión de textos académicos, tan poco frecuentados en los niveles anteriores de enseñanza. Para lograr dicho objetivo, el espacio destinado a la escritura como producto de la lectura resulta muy acotado, se encuentra imbricado en la elaboración de la reseña crítica, pero no como un saber específico al que debería destinarse un tiempo didáctico mayor. El material didáctico de la Universidad Nacional de Tres de Febrero plantea las pautas que el estudiante debe tener en cuenta para la producción de géneros complejos como la reseña crítica, el informe de lectura o la monografía, pero por lo general el alumno no está en condiciones de realizar esos procesos por sí mismo. Si bien la propuesta resulta adecuada para el corto plazo que implica el curso de ingreso, se presume que el alumno será capaz de llevar a cabo los procesos de lectura y comprensión con el andamiaje del material didáctico, por lo cual deberá contar con competencias de lectura y escritura adquiridas con anterioridad al ingreso universitario. A partir del análisis de este caso, podemos concluir que, si bien el estudiante tiene que desarrollar una serie de estrategias de lectura y escritura para enfrentar cualquier carrera universitaria, en los cursos de ingreso las consignas propuestas no resultan suficientes para el desarrollo autónomo de estas habilidades, las cuales no sólo serán objeto de evaluación, sino que también determinarán, en la mayoría de los casos, su ingreso al nivel. UNA PROPUESTA DIDÁCTICA COMPLEMENTARIA 8 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. La experiencia que comentaremos se llevó a cabo en dos comisiones de ingresantes a la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en 2009. En tal sentido, en primer lugar describiremos una propuesta didáctica que procura complementar las actividades sugeridas en el cuadernillo analizado anteriormente. Luego expondremos los resultados obtenidos a partir del análisis de producciones realizadas por los estudiantes y, finalmente, nos aproximaremos a las primeras reflexiones que nos llevarán a la revisión de nuestras prácticas. La primera intervención de la docente fue la de tomar una evaluación diagnóstica que permitiera medir las habilidades de lectura y escritura con las que contaban los estudiantes al inicio del curso de ingreso. Éste era un examen final del año anterior para cuya resolución los estudiantes debían responder algunas preguntas teóricas, desarrollar algunas aplicaciones teórico-prácticas sobre el texto y, finalmente, escribir una reseña crítica de éste. El modelo de examen respondía con exactitud a las partes y criterios que adoptaría la universidad para evaluar a sus ingresantes en la instancia final. Los resultados fueron diversos. Sólo un pequeño porcentaje pudo reponer algunos conceptos teóricos; otros reconocían una serie de limitaciones en su formación escolar que no les permitía acceder a esos saberes que concebían como nuevos. Finalmente, sólo algunos estudiantes intentaron realizar la reseña crítica (ver ANEXO I), aunque con desconocimiento de las características del género. El resto no podía iniciar la escritura o lo hacía caóticamente, sin seleccionar ni jerarquizar la información pertinente. En la clase de devolución de esa actividad, se hizo una reflexión metalingüística que permitió retomar no sólo los aspectos logrados, sino también los no alcanzados por los estudiantes en la construcción del género (realización de resúmenes sin contextualización, la ausencia de la referencia bibliográfica, la omisión de la macroestructura, la falta de citas, la escasa o nula argumentación, los errores sintácticos, semánticos y normativos, entre otros). Al tomar conciencia de la importancia de una lectura comprensiva de los textos y de la necesidad de posicionarse ante ellos, los estudiantes reconocieron el valor de la lectura y la escritura como herramientas comunicativas del conocimiento científico y de las ideas políticas. 9 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Mientras los temas teóricos se iban discutiendo en clase a partir de la lectura domiciliaria, paulatinamente los procesos de lectura y escritura seguían su camino, haciendo cada vez más rica la interacción con los textos debido a la apropiación de un marco teórico que les permitía analizarlos con una mirada más crítica. Observar cómo se construyen el sujeto enunciador y el enunciatario a partir de las huellas que el primero de ellos deja en el enunciado; reconocer los distintos tipos de polifonía y su función en cada caso; así como identificar las posturas ideológicas desde dónde y contra las cuales el enunciador se posiciona fueron hallazgos importantes en este recorrido por las voces de los otros. En cuanto a la escritura, con el fin de andamiarla, se hizo la deconstrucción de un modelo genérico. Se seleccionó una reseña crítica escrita por el profesor Germán Soprano 2 (ver ANEXO II). El motivo por el cual se consideró ese texto y no otro fue por la claridad y orden con que su autor planteaba las distintas secuencias. En esa lectura conjunta se analizaron cuestiones macro y microtextuales, es decir que los estudiantes reconocieron cuáles eran las características del género que debían lograr en cuanto al campo disciplinar, a las relaciones interpersonales y al modo de construir el texto (registro, canal, estructuras sintácticas, etc.). Una vez realizada la lectura conjunta, la docente escribió al dictado lo que los estudiantes aportaban respecto de los rasgos genéricos del texto leído. Por medio de una participación activa de los ingresantes, se conformó un esquema que daba cuenta de los aspectos relacionados con la temática, el estilo y la composición de la reseña crítica antes mencionada. En la interacción, se llegó a las siguientes conclusiones: a) la reseña crítica constituye un género complejo en el que se articulan otros géneros; b) circula en revistas académicas y su propósito es informar y comentar a los lectores las publicaciones más recientes de la especialidad, lo que les permite estar al tanto de las novedades y avances en la investigación; c) no constituye una mera síntesis del texto que se Soprano, Germán. “A favor de una etnografía sobre clientelismo político y peronismo”, en Desarrollo Económico, vol. 42, nº 167 (octubre-diciembre 2002). 2 10 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. presenta, sino que propone una visión crítica de la obra, es decir que destaca los aportes más importantes y señala las debilidades. Se consensuaron así las características del género y se determinó que la reseña crítica tiene los siguientes pasos: -Encabezamiento con la referencia bibliográfica de la obra que se reseña -Presentación de los objetivos y de las principales ideas, temas o tesis que se reconocen en la publicación -Perspectiva teórica que adopta la publicación reseñada -Explicación y exposición crítica de los contenidos abordados en la obra reseñada -Evaluación general de la obra En el encabezado debe figurar el nombre del autor, título, ciudad de edición, editorial, año de publicación y cantidad de páginas. La presentación de los objetivos y de las principales ideas tiene la función de indicar al lector cuál fue el propósito del autor al hacer la publicación y cuáles son los ejes temáticos que desarrolla. A partir de esta presentación, el lector sabrá cuál es el problema abordado y cuál es la postura del autor frente a esas cuestiones. La presentación de la perspectiva teórica es fundamental. La función de este paso es ubicar al lector en el encuadre teórico desde el cual se emiten las ideas, lo que le permitirá realizar hipótesis de lectura más acertadas. El siguiente paso consiste en la explicación y exposición crítica de los contenidos abordados en las distintas partes o capítulos que conforman la obra. Es la parte central del trabajo. La función de este paso es anticiparle al lector los principales argumentos del autor, por eje temático. Generalmente, cada argumento es explicado desde el enfoque elegido por el autor, pero paralelamente el reseñista hace comentarios críticos y valoraciones respecto del grado de 11 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. veracidad de esas ideas, ya sea apoyándolas o refutándolas con contra-argumentos. El reseñista se construye como un experto con capacidad de evaluar la publicación, desde sus conocimientos y experiencias profesionales. Finalmente, se realiza la evaluación general de la obra. Esta parte cierra el texto a la manera de una conclusión en la cual se ponderan los aciertos y se sintetizan las debilidades del texto reseñado. Es importante reconocer que en este género el tema es el texto que se analiza, por lo tanto en las reseñas críticas se diferencian, por lo menos, dos voces: por un lado la del autor de la obra reseñada por medio del discurso referido directo o indirecto y de la delegación de la responsabilidad enunciativa; por otro, la del reseñista quien contextualiza, analiza, comenta, critica y valora la obra reseñada. Muchas veces surgen otras voces de autoridades en la especialidad que se emplean para apoyar o refutar las ideas del autor de la obra o del reseñista. De ahí la importancia de marcar la presentación de las voces en función de una mayor claridad conceptual y del flujo de la información. Tras estas reflexiones metadiscursivas, se les entregó una consigna mediante la cual se pedía la escritura de una reseña crítica del texto “Objetivos de Dakar: dónde estamos” 3 a una de las comisiones y “El analfabetismo resulta más caro que la alfabetización” 4 a la otra, ambos extraídos del anexo de lecturas del cuadernillo de ingreso. Se les sugirió que tuvieran en cuenta las reflexiones que se habían realizado en la clase. En el próximo encuentro los trabajos fueron entregados para su corrección. Es importante destacar que la docente sólo se limitó a corregir aspectos microtextuales, no así las cuestiones relacionadas con el género. El día de la devolución de los trabajos corregidos, antes de proceder a repartir los escritos, la docente distribuyó copias (ver ANEXO III) en las que se habían seleccionado dos de los textos realizados por los estudiantes. Se les propuso que leyeran las dos versiones y que las analizaran (2008) “Objetivos de Dakar: dónde estamos”. La educación nos hace lo que somos”, en Informe de seguimiento de la E.P.T. en el mundo. Disponible en: Correo de la UNESCO httm://portal.unesco.org/es 3 Archer, David y Guttman, Cynthia. “El analfabetismo resulta más caro que la alfabetización”, en El Correo de la UNESCO 2007. Nº 10. Educación para todos: el camino por recorrer. http://portal.unesco.org/es 4 12 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. sobre la base de una grilla que la docente les facilitó, surgida del esquema realizado en forma conjunta la clase anterior (ver ANEXO IV). Los estudiantes reunidos en pequeños grupos analizaron los textos y, tras una puesta en común de los logros y dificultades que presentaron las versiones trabajadas, cada alumno recibió su escrito. La consigna fue que trabajaran de la misma manera con el texto propio, pero en forma individual. De esa manera, cada ingresante completó la grilla con las observaciones realizadas a su propia versión. A la clase siguiente deberían traer una segunda versión de su escrito, adjunta a la primera, ambas acompañadas por comentarios sobre lo detectado en aquella y las mejoras realizadas en esta última. El día de la entrega de la reescritura, algunos estudiantes leyeron sus nuevas producciones ante sus compañeros, quienes reconocieron la evolución del segundo texto respecto del primero e hicieron aportes muy interesantes que los enriquecieron aún más. Este proceso se llevó a cabo dos veces más con otros textos del apéndice de lecturas, hasta llegar al momento del simulacro de examen. En esa oportunidad, al hacer la puesta en común de las preguntas teóricas y teórico-prácticas se evidenció una gran dificultad para conceptualizar, puesto que la mayoría de los estudiantes (salvo algunas excepciones) había entendido los temas, pero los explicaba con un registro coloquial que ponía de manifiesto la falta de apropiación del vocabulario específico del área. Con el aporte de todos los estudiantes, la docente construyó los conceptos en el pizarrón (al dictado). Los mismos estudiantes proponían los enunciados y los ratificaban o rectificaban, según les parecía correcto. Se trabajó con distintas reformulaciones para que vieran las distintas posibilidades que brinda el lenguaje a la hora de expresar las mismas ideas. Finalmente se llegó al punto más controvertido que fue la escritura de la reseña crítica. Se operó de la misma manera: los estudiantes discutían cuál era la mejor forma de comenzar, continuar y cerrar el texto y le dictaban a la docente, quien escribía en el pizarrón. La construcción conjunta de la reseña crítica (momento en que la docente funcionó como monitor escribiente) resultó adecuada, dado que muchos estudiantes reticentes a presentar sus escritos pudieron participar 13 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. activamente de la elaboración de un texto genérico modelo que los llevaría a la autogestión de su aprendizaje. La participación fue muy activa. Tanto en el momento de las preguntas como en el de la escritura, los estudiantes se manifestaron interesados por conocer. Cuando surgieron dudas teóricas, se creó el espacio para revisar los conceptos entre todos y reconstruirlos. Al producir la escritura, si bien el texto se estaba planteando en el pizarrón, muchos optaban por emplear otras palabras en sus propios apuntes, porque las consideraban más adecuadas a su propio estilo. Las respuestas de la docente se limitaron a reorganizar los conceptos y sistematizarlos. En cuanto a la reseña crítica, la labor de la docente consistió en sugerir cuáles de las propuestas se adecuaban más al género que se estaba escribiendo. Una vez terminado el texto en el pizarrón, la docente les sugirió que revisaran la reseña que habían escrito para el simulacro y reconocieran cuáles eran los logros de sus escritos y qué aspectos podían mejorar sobre la base de la grilla empleada para la revisión de los escritos anteriores. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en que no habían tenido dificultades con la parte descriptiva de la reseña, pero sí con los comentarios críticos, puesto que no sabían cómo ni cuándo introducirlos en el escrito. La docente los invitó a la reescritura en aquellos casos que lo consideraran necesario y así lo hicieron. Las producciones que los alumnos enviaron por mail, dado que la próxima clase era la del parcial, evidenciaron una mayor textualidad y una mejor distribución temática que las realizadas inicialmente. A modo de ejemplo, para mostrar los resultados del proceso de andamiaje hacia la lectura y la escritura autónomas, analizaremos un par de fragmentos de un trabajo presentado sobre el artículo de Agnès Bardon 5 , para lo cual compararemos la primera versión con la segunda. En la primera versión de la reseña crítica, un estudiante plantea: Bardon, Agnès (2007). “La igualdad entre los sexos en los libros de matemática ¿Una ecuación imposible?, en Correo de la UNESCO. 5 14 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. “El estudio se trata de una iniciativa original de examinar a los libros de Matemática, porque en general se considera que la ciencia es neutral y abstracta. Se realizó un enfoque cuantitativo, es decir, no solo se examinaron las situaciones e ilustraciones, sino que se contabilizó cada aparición señalada”. En este fragmento se observan saltos temáticos que dificultan la comprensión del texto para quienes no hayan leído las fuentes. El tema ha sido elidido y por lo tanto no se sabe de qué se trata el texto fuente. Por otra parte, la relación causal establecida entre las dos partes de la primera oración por medio del conector porque no es correcta. La reescritura de este pasaje es la siguiente: “Se trata de un informe sobre estudios realizados en manuales de matemática de varios países africanos. Dichos estudios nos brindan información sobre la diferencia entre los sexos en dichos libros escolares. El artículo está organizado en cuatro partes correspondientes a la misma cantidad de interrogantes”. En la segunda versión del texto, se enuncia el tema, la macroestructura y la superestructura, es decir, hay una visión más clara de la construcción del enunciador y del enunciatario de una reseña crítica. El texto ha ganado en claridad y pertinencia de la información seleccionada. Por otra parte, en la primera versión de la misma reseña no hay un cierre. Tras la enumeración de los interrogantes en forma sucinta y fragmentada, el texto termina abruptamente, sin el desarrollo de los argumentos expuestos por el autor de la fuente en cada una de las partes. Tampoco hay una recomendación destinada a los futuros lectores. Sin embargo, estas dificultades ya no están presentes en la reescritura. Cada una de las partes es desarrollada a través de la exposición de los argumentos del autor y las valoraciones del reseñista respecto de esas mismas razones. Además, se produce el cierre temático y la apelación al lector: “Este artículo es recomendable para los autores y editores de manuales, con el fin de que no manifiesten estas diferencias entre los sexos y midan las posibles consecuencias de los prejuicios que instalan en la sociedad. Es importante deshacer esas diferencias para que las niñas sientan placer al estudiar”. 15 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Es evidente que el proceso se ha producido en forma satisfactoria. El texto final es de una calidad superior al anterior y pone de manifiesto el conocimiento de las características del género. CONCLUSIONES Por todo lo expuesto, queda claro que el abordaje sistemático de la escritura a partir de la lectura en el ingreso universitario es un tema ineludible. Es necesario destinar un espacio pedagógico al trabajo continuo con fuentes diversas en forma exclusiva, es decir, secuencias pedagógicas dirigidas a la lectura, comprensión y producción de textos, independientemente de los géneros académicos en los que las voces autorales puedan entrar en diálogo. Esto es así porque el desarrollo de competencias que fortalezcan el reconocimiento y reproducción de los discursos ajenos en los textos disciplinares será una de las actividades prioritarias en cualquier carrera de nivel académico, motivo por el cual es lo que se evalúa en el ingreso universitario. Será necesario, entonces, replantearse cuál es el perfil del alumno que intenta ingresar a la universidad, revisar cuáles son sus saberes previos en lo que se refiere a las competencias de lectura y escritura con los que cuenta y rediseñar estrategias didácticas que andamien el aprendizaje de los estudiantes hacia un desarrollo verdaderamente autónomo de sus habilidades. El docente tiene que estar próximo al alumno, debe convertir la evaluación en un diálogo educativo sobre los caminos o vías escogidos para actuar, sobre las dificultades encontradas y sobre las alternativas posibles. Solo así se podría democratizar el acceso a los discursos científico-académicos de la mayoría de los estudiantes y disminuir el porcentaje de los fracasos en el curso de una carrera universitaria. Esto se cumple en la secuencia didáctica propuesta, la cual acompaña al estudiante a lo largo de un proceso paulatino de autonomía en la lectura, comprensión y producción de textos que dan cuenta del reconocimiento de la polifonía textual, de sus acuerdos y sus rivalidades. Aprender en la universidad no es un logro garantizado, depende de la interacción entre alumnos, docentes e instituciones. Depende de lo que haga el aprendiz, pero también depende de las condiciones que ofrecemos los docentes para que el primero ponga en marcha su actividad cognitiva (Carlino, 2007: 10). 16 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. La evaluación, entonces, no es un acto desprendido de las acciones propias de la enseñanza y el aprendizaje, sino que las actividades evaluativas se constituyen y entrelazan en el interior mismo del proceso total. Como sostiene Susana Celman (1998: 39), el mejor método que un profesor puede utilizar para que sus estudiantes desarrollen formas activas y creativas de aprendizaje es transparentar ante ellos los procesos que él mismo puso en juego al aprender: sus dudas, sus criterios, sus opciones, sus hipótesis. Nuestra experiencia en talleres de Lectura y Escritura para ingresantes nos permite concluir que es posible construir instancias evaluativas capaces de evidenciar los procesos de enseñanza y aprendizaje si se ha trabajado en esa dirección antes y durante el proceso. Por otra parte, los criterios de evaluación deben ser explicitados y, en lo posible, consensuados con los estudiantes. Es allí donde el docente debe focalizarse, en qué y cómo están aprendiendo sus alumnos, es decir, en la reflexión, interpretación y juicios a que dan lugar los datos recogidos de las evaluaciones. Enseñar a aprender del error como objeto de estudio y proponer recursos facilitadores vehiculizan la apropiación democrática del conocimiento y con ella, la formación de un ciudadano crítico. Esto demuestra que es posible identificar, comprender y modificar los patrones de racionalidad que rigen las prácticas porque el conflicto es constitutivo de la práctica social. BIBLIOGRAFÍA Álvarez Méndez, Juan Manuel. “Naturaleza y sentido de la evaluación en educación”, en Evaluar para conocer, examinar para excluir. Madrid, Morata, 2001 Camps, A. y Marta Milian (comps.). El papel de la actividad metalingüística en el aprendizaje de la escritura. Rosario: Homo Sapiens, 2000, pp. 7-38. Carlino, Paula. Escribir, leer y aprender en la universidad: una introducción a la alfabetización académica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007. Celman, Susana. “¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento?”, en La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires, Paidós, 1998 Cubo de Severino, L. (ed.). Leo, pero no comprendo. Mendoza: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, 2000. Dubois, María E. El proceso de lectura: de la teoría a la práctica. Buenos Aires, Aiqué, 2005. 17 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010 Fioriti, Gema (Comp.), Actas del Segundo Congreso Internacional de Didácticas Específicas “Poder, disciplinamiento y evaluación de saberes”, UNSAM, Septiembre‐Octubre 2010. Pereira, M.C. (Coord.). La comunicación escrita en el inicio de los estudios superiores. Los Polvorines: U.N.G.S., 2005. Sanjurjo, Lilliana & Trillo, Felipe. “La enseñanza: eso sí que es un lío”, en Didáctica para profesores de a pie. Propuestas para comprender y mejorar la práctica. Rosario, Homo Sapiens, 2008. Santos Guerra, Miguel Ángel. “En los umbrales”, en Hacer visible lo cotidiano. Teoría práctica de la evaluación cualitativa de centros escolares. Madrid, Ediciones Akal, 1998. Santos Guerra, Miguel Ángel. “Evaluar es comprender. De la concepción técnica a la dimensión crítica”, en La escuela por dentro y el aprendizaje escolar. Rosario, Homo Sapiens, 2000. Tenti, Emilio. “Los docentes y la evaluación”, en Evaluar las evaluaciones. Una mirada política acerca de las evaluaciones de la calidad educativa. Buenos Aires, UNESCO, 2003. Vigotsky, L. Pensamiento y lenguaje, Buenos Aires, Paidós, 1995. 18 Año 1, Nro.1, Septiembre‐Octubre 2010
© Copyright 2024