Tercer Ciclo Académico de Formación de Dirigentes Martes 30 de junio de 2009 “Cómo leer los resultados desde una perspectiva productivista” Alberto Abad Buenas tardes. Es un gusto estar nuevamente con ustedes. El objetivo central de mi exposición va a consistir en dar un panorama muy rápido. Voy a marcar los temas que me parecen más interesantes y los voy a dejar abiertos, para plantearlos en las preguntas del cierre. Me gustaría iniciar poniendo el eje en qué es lo que significó esta elección. Hubo distintas maneras de presentarla; algunos lo hicieron como si fuese el fin del planeta Tierra, otros como que nos estábamos jugando la vida, etc. En realidad, se estaban discutiendo tres factores. Por un lado, las elecciones significaban un test de confianza para el gobierno. Por el otro, se disputaba el control parlamentario. Por último, esta elección reflejaba la preparatoria de las presidenciales del año 2011. Estos datos son conocidos pero vale la pena repasarlos. Aquello que estábamos votando era la renovación de 127 diputados en todas las provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, se votaba la renovación de 24 senadores. Se renuevan por tercios y se elegían sólo en ocho provincias. Detrás de todo esto, estaba en disputa el quórum en ambas Cámaras. Les digo que leí todas las “bibliografías”. Los datos variaban según los diferentes puntos de vista de C5N, de Clarín o de Nueva Mayoría. Los números tenían oscilaciones para un lado o para el otro. Sin embargo, estas cifras que les voy a mostrar son bastante representativas e interesantes para sacar algunas conclusiones. En diputados, el Partido Justicialista (Frente para la Victoria), que tenía 116, perdió 23 y queda con 93 diputados. El resto de los “K”, que eran 32, pierden 4 y quedan con 28. La oposición, de 109 que tenía, sumó 27 más y quedó con 136. Si analizamos el quórum que tiene la Cámara de Diputados (se necesita contar con 129 diputados), aunque el Frente para la Victoria se alinee con los otros “K”, no van a lograr el quórum propio. Sin embargo, tampoco hay que engañarse. Los 136 diputados de la oposición, no forman un bloque. Hay distintos sectores y diferentes intereses. En el Senado, la cosa es distinta porque el oficialismo queda con 35 senadores y pueden llegar a tener algunos aliados eventuales. De esta manera, pueden llegar a tener quórum. Por otra parte, en la oposición son 32 senadores. Todo esto son números. Ahora veamos que conclusiones podemos llegar a sacar de los mismos. 1 Primero, el oficialismo pierde el control parlamentario en diputados y lo va a tener complicado en la Cámara de Senadores. Va a haber un mayor equilibrio de interpoderes. Esto es importante destacarlo porque en un sistema presidencialista como el nuestro, si en el Poder Legislativo no hay un equilibrio inteligente, el Poder Ejecutivo puede llegar a tornarse agobiante. Esto que digo no es de literatura política. Es la realidad a la cual llegó este gobierno y que también explicó que el 70% de la gente le dijera que no. Volviendo al test de confianza, el resultado está claro. Va a haber una ardua y asidua discusión de interbloques. Que el oficialismo no tenga la mayoría y que la oposición esté fragmentada, hace que empecemos a consensuar y a debatir. Todo esto permite una negociación constante y una estabilización mayor en las decisiones finales. Por lo menos, no va a permitir que las leyes, con la importancia que han tenido últimamente, se decreten sin ningún tipo de discusión en la sociedad o en el interior de las distintas comisiones del Parlamento. Además, el proceso decisional va a ser más largo. Todo esto pasa en la mayoría de los países que se hacen más parlamentarios. Yo recuerdo haber vivido situaciones así en el 2002, cuando Duhalde era presidente. En el proceso de tomar las decisiones tenía mucha importancia la opinión de los gobernadores y la de los legisladores, que eran convocados sistemáticamente en las cámaras o informalmente en la propia residencia de Olivos. Duhalde no alargaba el proceso decisional pero le daba la posibilidad al otro de ser escuchado. Amortiguaba la decisión y analizaba todos los intereses . En un país federal no pueden se comparar los intereses de la Capital Federal, con respecto al los de Formosa o Misiones. Ningún aspecto se puede ver desde un sólo sector. Este equilibrio que necesitan las políticas públicas, tanto en su diseño como en su implementación, requieren de todo esto. A veces hay procesos decisionales más largos. Las democracias más estabilizadas se acostumbran a gobernar con más paciencia, aún en medio de las crisis. Eso creo que también se relaciona con nuestra carencia y con nuestra perdida de observar el largo plazo. Siempre estamos en la contingencia del corto plazismo. Otro aspecto que pensamos que va a darse es la recomposición de gabinete. Esto pensé ayer antes de haber escuchado a la presidenta. En la Argentina, todo es muy fluido y volátil. A pesar de lo dicho, yo creo que va a haber una recomposición del gabinete. Va a ser más pausada en el tiempo pero es necesaria. Por otra parte, se va a encarar una nueva agenda. Esto no es un tema menor porque la Argentina no la tiene. El gobierno y la oposición no tienen agenda ni el gobierno ni la oposición, y eso esta muy mal. Muchos de los que hicieron esta campaña, plantearon no abrir una nueva agenda. Sin embargo, se han abierto algunos puntos que pueden llegar a constituir una agenda. Esto va a empezar a aflorar ahora, con una mayor importancia y una gran visibilidad social. Yo soy contador pero me tomé el atrevimiento, en un panel donde hay economista, de hacer una especie de semáforo económico social. La idea es 2 ver cuáles son las luces rojas, las amarillas y las verdes que uno puede prever de acá a seis meses. Como verán, mi objetivo es grande, pero tomé los puntos que van a necesitar de mayor consenso. En rojo puse las expectativas. Cuando la economía no está acoplada con las políticas, las expectativas se ponen locas y se tornan incontrolables e ingobernables. El sistema de expectativas, si nos manejamos por el corto plazo, no se dirige en la dirección correcta. Analizar como funcionan las expectativas es central, para poder pensar cualquier panorama o escenario económico a mediano y a largo plazo. El otro tema que para nosotros es preocupante es el del empleo. El gobierno habla de un 8% y monedas, mientras que los análisis privados ya hablan de un 10% y monedas. Es decir, habría dos puntos más de desempleo que pegan de lleno en el sector más vulnerable a este tipo de situaciones. Los últimos datos de la pobreza indican que está en un 31% o 32%. En la actualidad, tenemos un nivel de pobreza más alto que en la década del ´90. Hay otro tema que es el déficit de las provincias. Están entrando en perdida en su relación fiscal, fundamentalmente Buenos Aires y Córdoba, que tienen una participación muy grande en el total. Esto está afectado por dos factores. Por un lado, por la caída de actividad en cada una de las provincias. La recaudación es menor y la coparticipación también. Si uno mira aquello que ingresa a la provincia como porcentaje del producto en los últimos diez años, puede observar una curva que va bajando. El otro tema importante, que yo sólo lo voy a dar como título porque Aldo (Pignanelli) lo va a explicar mucho mejor, es la salidas de capitales. Los capitales se van porque las expectativas no son positivas. Lo que ganamos con el balance comercial se nos va con esto. En definitiva, no queda nada. Abrimos la canilla de la bañadera pero le sacamos el tapón. Los amarillos son aquellos que pueden ser rojos si funciona mal la capacidad de respuesta del gobierno y el sistema de expectativas, o que pueden llegar a verde si sucede lo contrario. El déficit fiscal, relacionado a la reducción agrícola ganadera, es una de esas luces amarillas. Es clave lo que pase con el tema productivista. En la última cosecha fueron 70 y pico millones de toneladas. Para el año que viene se habla de 82 millones con optimismo. Veníamos de una cosecha de 97.5 millones, casi 100 millones de toneladas. O sea, hay un efecto de sequía pero también hay un efecto de desmotivación, o conflicto no resuelto. El otro día estuve hablando con gente de la Bolsa de Cereales. Dejando de lado la sequía, hoy podríamos estar hablando de una cosecha de 120 millones de toneladas. Hemos perdido un tren y una situación estratégica. Los países vecinos como Brasil y Uruguay nos aplauden. Nos dicen, “sigan así que a nosotros nos va a ir bárbaro”. Con respecto a la actividad industrial, ya sabemos el efecto que tiene en la industria automotriz. La construcción, sobre todo la de la obra pública, es factible que vaya declinando. Por último, es preciso señalar que las importaciones se desplomaron. Nosotros no estamos importando como en otras épocas paraguas de Taiwán o de China. Mucho de lo que se importa son insumos para la industria automotriz. La cadena de producción en esta industria, como en 3 otras, están internacionalizadas. Entonces, si no compramos eso, estamos dejando de comprar bienes de capital o bienes intermedios para la producción. En cuanto al refinanciamiento público, en el 2010, según como vayan las cosas, puede haber un solución razonable. De cualquier otra manera, estamos también en problemas. Por último están los verdes. La reserva del Banco Central nos encontró con bajo endeudamiento de las familias y de las empresas. El nivel de préstamos, según el producto, debe estar en el orden del 13% en la Argentina. Brasil está en el 35% y Chile está en el 65% aproximadamente. Cuando un país va creciendo y se va desarrollando, se tiende a que la participación del crédito sobre el producto sea mayor. El sistema financiero está sólido, está rebosante de dinero aunque no presta. El financiamiento público de 2009 aparentemente está bajo control y no tendríamos problemas. El balance comercial va a ser alto pero con la restricción que hoy decíamos, funciona en el corto plazo. El tipo de cambio real, si observamos la devaluación en Brasil o los precios de los commodities, también nos sonríen. A todas las incógnitas las traté de resumir en versus. Nos vamos a encontrar con un Parlamento, que durante seis meses se va a tener que debatir entre dos cosas, la legitimidad versus la legalidad. ¿Los diputados que están cumpliendo con su mandato, van a tener legitimidad después de una elección como esta? El mensaje fue: “muchachos hay que cambiar”. Esto va a significar que el Parlamento empiece a tener presiones. Los del campo van a decir, “ustedes nos dijeron que iban a arreglar el tema de las retenciones, que se iba a acabar la emergencia económica, los superpoderes y que el jefe de Gabinete no iba a manejar más los excesos de recaudación”. Este año, aunque quisieran no lo van a poder hacer, pero esa es otra historia. Yo creo que la legitimidad va a ir ganando sobre la legalidad. El gobierno también se está debatiendo entre la gobernabilidad y la crisis. O asume que se tiene que hacer cargo de la gobernabilidad o se va a la ruina. Desgraciadamente, uno siempre tiene un nivel de optimismo. Sin embargo, el discurso de ayer no ayudó en nada. Siempre trato de hacer un análisis que tenga cierta permanencia temporal, pero el discurso de ayer fue un claro ejemplo del antimensaje. Todos estábamos esperando una aceptación razonable de la derrota. No pretendíamos que se flagelen públicamente, pero hay que escuchar a la voz de la gente y a las urnas. A pesar de eso, los mensajes se reafirmar en los errores. No veo una adaptabilidad del gobierno ante cada situación. En la oposición tenemos el consenso versus la fragmentación. La oposición también está comprometida por lo que decíamos antes, son varios. Pero en la oposición anduvo circulando un documento donde había ocho, diez o doce medidas que todos aceptaban. Creo mucha gente voto pensando que la oposición iba a tener una respuesta inteligente. Si la oposición se dirige a la fragmentación en lugar de ir hacia el consenso, perdemos una especie de 4 clima y de sensación que ha sido muy importante para la gente. Creo que ha sido una enseñanza. Entre otras cosas se demostró que la gente no vota con el bolsillo, vota por lo que piensa, sabe leer lo que está pasando. Todo esto es un ejemplo de madurez. Nos tenemos que sentir bastante contentos con lo que pasó. Tenemos que lograr darle continuidad. Por eso me parece que el rol de la oposición es clave. O entiende que debe haber consensos para las políticas públicas o entramos en una fragmentación terrible. Nosotros, en el peronismo, también tenemos un versus muy fuerte: el alineamiento o la ruptura. El peronismo necesita de un alineamiento y de un liderazgo. De los que estuvieron participando en el proceso electoral, creo que el peronismo no reconoce a ninguno de ellos como a un líder claro y concreto. Me parece que todavía hay que ganarse el liderazgo. Es una tarea que nosotros nos debemos. Hace ya muchos años que el peronismo está perdido en la noche. Como prueba de ello están las listas. Ahí están quiénes y cómo se presentaron. Debe haber un trabajo desde adentro del partido muy fuerte. Nosotros tenemos una responsabilidad histórica. Cuando uno ve los números, incluyendo la fragmentación, seguimos siendo la mayoría. Para seguir haciendo políticas públicas y cumplir con los objetivos que tuvo históricamente el peronismo, relacionados al tema de la pobreza y al de la desigualdad social, tenemos que presentamos como un conjunto ordenado. Necesitamos un liderazgo inteligente y una política compartida. De cualquier otra manera, nos dirigimos a situaciones en las cuales otros que tienen triunfos corto plazistas, nos van a llevar puestos. Los gobernadores ahora van a tener que salir de la reacción e ir a la acción. También recuerden que en el 2002, la Liga de Gobernadores y los gobernadores eran un factor de poder. Incluso, muchos de los puntos que se discutían fueron elaborados en reuniones de gobernadores. Este es otro sector de la política que ha estado muy oscurecido en los últimos años. Ellos deben retomar el papel y el rol que les corresponde. En cuanto a la alfombra de la economía, está llena de basura. Tenemos que empezar a ordenar esos temas de los que hablamos. Tenemos que arreglar el tema del déficit fiscal. No podemos con un recaudación que crece al 5% o al 6%, mantener un gasto a más del 20%. Inexorablemente vamos al choque. Tenemos que arreglar el tema de las tarifas, de los subsidios, de la pobreza. Tenemos que volver a los organismos internacionales de crédito. Con respecto a la sociedad, que recibe todo esto, el debate es entre la confianza o el descreimiento. Siempre la historia ha demostrado que la confianza se puede generar sólo de la política. Entonces, me parece que es central que todos nos comprometamos con la política. Es el único espacio desde el cual vamos a poder empezar a ordenar las cosas. Las condiciones del contexto son favorables pero hay que tomar decisiones cruciales. El peronismo tiene que desarrollar un papel central, a partir de la unión y del liderazgo. Muchas gracias. 5 Esteban Dómina Buenas tardes a todos. Muchas gracias al Movimiento Producto Argentino por permitirme compartir este distinguido panel. Muchas gracias a todos por permitirme abordar un tema, que tal como está planteado es apasionante, “cómo leer el resultado electoral desde una perspectiva productivista”. Yo voy a tratar de hacer un enfoque más macroeconómico. Ustedes vieron que la economía se divide en macroeconomía y en microeconomía. La macro son los grandes engranajes, que hacen mover las piezas del dispositivo económico. Esos grandes engranajes, a su vez, dependen de una enorme cantidad de pequeñas unidades económicas (las empresas, los productores y las PYMES). Imagínense un gran reloj, que sería la economía. Como en todo reloj, hay dos o tres grandes engranajes y 1 millón de pequeños. Eso es la microeconomía. A mí me gusta hablar de ambiente productivo. En definitiva, las unidades productivas, las empresas y los negocios requieren para poder nacer, crecer y desarrollarse, de un ambiente apropiado. Si no cuentan con ese ambiente apropiado, mueren o se atrofian, al igual que los seres vivos. ¿Qué es el ambiente productivo? Es un conjunto de factores, de condiciones que crean el entorno para el desarrollo de la actividad económica y productiva. Volviendo al ejemplo anterior, en el caso de los seres vivos, el ambiente es la temperatura, el oxigeno en el aire y la humedad. Esas son las condiciones que generan un entorno apropiado o inapropiado, favorable o nocivo para el desarrollo de un ser vivo. En el caso de la economía sucede lo mismo. El ambiente productivo es más complejo porque tiene condiciones y factores objetivos, de esos que se pueden palpar y medir. Volviendo al caso anterior, la humedad se puede medir porque hay instrumentos para hacerlo. La temperatura y la calidad del suelo también. En el caso de una economía o del ambiente productivo, intervienen estos factores objetivos pero también hay otros subjetivos. Estos son más difíciles de percibir y de medir pero influyen mucho en las decisiones y en el comportamiento del productor, del empresario o del emprendedor. Esos factores subjetivos se relacionan con el optimismo o el pesimismo, con la esperanza o la frustración. En síntesis, se pueden resumir con el título de confianza. Esta es un elemento muy importante a la hora de definir el ambiente productivo. La introducción es simplemente para que nos vayamos metiendo en el espacio. Mi pretensión es sacar alguna conclusión en orden al tema que nos reúne. ¿Cómo influyen los resultados electorales en el ambiente productivo, a favor o en contra, qué se puede esperar? Previo a eso me gustaría trazar una breve reseña histórica –no se asusten que va a ser muy breve- sobre la variación del ambiente productivo en la Argentina, en los últimos años. 6 Tomamos como punto de partida el final del año 2001 y nos preguntamos cómo era ese ambiente productivo para la empresa, para la Pyme. Era sencillamente caótico. Qué les voy a contar a ustedes si todos lo vivieron en carne propia y saben cuál fue el desenlace y el punto de ruptura del modelo anterior, basado en la convertibilidad. Frente a la falta de políticas correctivas adecuadas, el modelo terminó estallando literalmente y voló todo por los aires. Luego, hubo que juntar los escombros. Ese fue el ambiente productivo que tomamos como punto de partida de esta última fase. Después de la tarea de los bomberos, con Aldo Pignanelli con el caso amarillo y todos los que ayudaron a poner de pie a la Argentina, comienza una segunda fase. Creo que esta fue la mejor etapa, entre el 2003 y el 2007, y significó un crecimiento sostenido a tasas chinas. Se trató de tasas extraordinarias del 9% anual de crecimiento del producto bruto, donde se dio un entorno productivo muy favorable. Además, se alinearon condiciones internas favorables, que no eran fruto de la casualidad sino de las medidas que se adoptaron con el modelo. Se estableció un tipo de cambio competitivo para alentar la producción nacional y las exportaciones. Por otra parte, contamos con los superávit gemelos, con el superávit fiscal de las cuentas públicas y con un saldo favorable de la balanza comercial. Fueron grandes pilares de la política económica de esta etapa, que estamos revisando sucintamente. Hubo un nuevo diseño del funcionamiento del sistema financiero en su conjunto, con una solvencia interna a partir de la recuperación y de la reconstrucción del nivel de reservas del Banco Central. En conclusión, cuando se dio un ambiente favorable desde el punto de vista productivo, la producción creció (como un ser vivo) y hubo récords de producción al punto de agotarse la capacidad instalada. Se hicieron nuevas inversiones y tuvimos el mejor momento en la economía argentina de los últimos diez años. A fines del año 2007, en coincidencia con el recambio presidencial, se comenzaron a avizorar señales negativas y un agotamiento del modelo. Estas no fueron advertidas ni corregidas a tiempo. A fines de 2007 la inflación era una amenaza real, estaba por encima del 20%. Los niveles de inversión habían caído y las respuestas del gobierno no fueron felices, como por ejemplo la alteración y la manipulación de los índices ante un problema estructural como la inflación. La idea es que vayamos viendo por qué y cómo se llega a la situación actual. El 2008 fue el año negro, porque todos los problemas que comenzaron a emerger sobre finales de 2007, hasta ese momento exclusivamente internos, se profundizaron. Además, se desató una guerra con el sector productivo y se quebró definitivamente el pacto que había en el país. Se alteró el ambiente productivo, es como si se hubiese cerrado la llave de oxigeno y de pronto todas las unidades de producción dejaran de respirar. Fue una muy mala decisión desde el punto de vista productivo, desatar una guerra de esas características con un sector tan importante como el agro. La frutilla del 7 postre a estos problemas que generamos solitos, de puertas adentro, sin la ayuda de nadie, se sumó la crisis internacional de la burbuja financiera. Por suerte, nos encontró mejor parados. Si hubiésemos tenido las defensas bajas, como a finales de 2001, era una goleada. Gracias a Dios todavía quedaba algo de la defensa que se armó por el 2003-2004, desde el punto de vista de los fundamentos de la economía. La verdad es que hasta acá la venimos sacando bastante barata, en relación a lo que está pasando en otras partes del mundo. Sin embargo, el 2008 fue un año muy malo desde el punto de vista del ambiente productivo. Tal es así que llegamos, a fines del año 2008 y comienzos de 2009, con un amezetamiento de la actividad económica. Tenemos una virtual parálisis, originada en buena parte por el estado de desconfianza generado, que tuvo manifestaciones muy concretas. Ya las señaló Alberto (Abad) y seguramente Aldo (Pignanelli) las retome. Por ejemplo, la salida de capitales es un síntoma; no es una causa de nada. En el año 2008, la salida de capitales se estima que fue de 23 mil millones de dólares. Todo esto sumado a unos 9 o 10 mil millones que llevamos en este año. Es mucha plata para la Argentina, para un país con escaso ahorro interno. Un volumen de recursos de esas características que se va a otra parte, genera una desventaja muy seria. No se remedia con controles policiales o investigando a ver quién hizo o no una transferencia. La única forma de parar la salida de capitales es volver a darle confianza al ambiente productivo. Hay que ajustar las condiciones ambientales para que se frene ese tipo de situaciones. El 2009 empezó con ese panorama y encima se llamó a elecciones anticipadas. Se enfrió la economía totalmente y tuvimos el efecto combinado de la parálisis interna, más las consecuencias de la crisis internacional. Por más que hayan sido pocas, también tuvo su influencia. Las medidas voluntaristas del gobierno, con intención de promover determinados consumos, no alcanzaron. El panorama previo a las elecciones del domingo fue el de una economía con las dos turbinas apagadas. Las dos grandes turbinas de cualquier economía son el consumo y la inversión. Por otro lado, el consumo está frenado por la caída de los salarios, por la perdida de los puestos de trabajo y sobre todo por la desconfianza de la gente. La gente prefiere guardar el peso a gastarlo. La inversión a nivel macro cayó a los niveles más bajos de los últimos años. El producto bruto está aproximadamente en el 19%, cuando supo estar en el 23% y aún así era bajo. Con relación a la inversión extranjera directa, habrán leído en los diarios que la Argentina es un país no elegible. No todo aquello que viene de afuera es malo. Todo lo contrario, ninguna economía progresa sino es con una participación importante del ahorro externo. No hay ninguna economía que sea autosuficiente, que sólo funcione en base al ahorro interno. Además, en la Argentina, tampoco es muy alto. Llegaron las elecciones y votamos en el medio de un panorama muy complejo. Como decía Alberto (Abad), hay semáforos en rojo y en amarillo, y 8 situaciones ocultas para la opinión pública pero que van a terminar emergiendo en el corto plazo. Lamentablemente, aquella situación favorable y positiva de los años 2003-2007, aquel círculo virtuoso, se ha transformado hoy en un círculo vicioso. Yo elijo una de las posibles formas de expresarlo, hay varias. Hemos perdido la virtuosidad de los superávit gemelos. Hay superávit comercial, pero ya advirtió Alberto Abad que es hijo de una recesión, porque tenemos menos volúmenes de importación. Esto quiere decir que la industria y el sector productivo están demandando menos insumos. Mucho peor es el panorama fiscal, donde su déficit es claramente palpable. Cualquier estadística que quiere demostrar lo contrario es mentirosa. Ni hablar cuando sumamos la situación de las provincias, que salvo excepciones están al rojo vivo. La mayoría de ustedes son de la provincia de Buenos Aires. Les cuento que está en una cornisa fiscal, con un déficit de alrededor de 12 mil millones de pesos. ¿Cuál es el círculo vicioso del que les hablé? El déficit fiscal. El gobierno para financiar se apropia del ahorro interno. Lamentablemente, esta mala praxis de la época de la convertibilidad que se había erradicado en la Argentina, volvió a reverdecer. El gobierno ha vuelto a captar ahorro público y lo hace de distintas maneras; algunas más explicitas como al emitir bonos y otras manoteando directamente las distintas cajas de recursos. Ya se han manoteado todo o casi todo lo disponible. La última caja que ha caído en las garras de la voracidad fiscal es la del ANSES. Esto significa una verdadera expropiación de los ahorros de los argentinos. Esos fondos tenían nombre y apellido. Advierto rápidamente que no estoy haciendo una defensa al sistema privado, que dejaba mucho que desear, ni mucho menos a los bucaneros que administraban los ahorros durante esa etapa. Pero créanme que esta solución tampoco garantiza el futuro de los jubilados argentinos. Si alguno de ustedes hoy aporta al sistema público, no tiene ninguna garantía de recibir el dinero cuando le toque jubilarse. Quiero decir que hoy funciona en la Argentina un círculo vicioso, que va a traer consecuencias porque no es neutro. Les voy a comentar cómo creo que va a evolucionar el ambiente productivo a la luz de los resultados electorales. Lo voy a acotar al período “del viejo Parlamento”. Creo que una de las buenas noticias del domingo es que va a haber un nuevo Congreso. Aparentemente va a estar más alineado y con expectativas populares. El Congreso va a estar más repartido y con mejores posibilidades de lograr consenso. Sin embargo, la mala noticia es que ese nuevo Parlamento ha sido concebido el 28 de junio pero va a nacer dentro de nueve meses. El 10 de diciembre juran los nuevos legisladores, pero se cierran las puertas del Congreso. Hasta el primero de marzo no funciona, sino a instancias del Poder Ejecutivo. Cada uno de ustedes piense si el gobierno va a llamar a sesiones extraordinarias. O sea que el Congreso abre en marzo y mientras los legisladores se acomoden en sus oficinas, va a comenzar en abril. Es decir, hay un período ventana de nueve meses hasta que nazca la criatura. 9 Muchos argentinos nos acostamos el domingo a la noche contentos con el resultado de las elecciones porque dijimos, “al peronismo no le fue bien pero hacía falta este llamado de atención para que reaccionen”. A pesar de esto, a último momento vimos algo que nos dejó medio preocupados. Eso fue la aparición del ex presidente diciendo “pero perdimos por muy poquito”. Nosotros creímos que dijo eso porque estaba cansado y había tenido muchas malas noticias; pero el lunes vino la conferencia de prensa de la presidenta. Ella sí que estaba bien dormida y plantada. Todos la escucharon así que no les voy a contar sus dichos. Imaginemos el ambiente productivo en este contexto, donde el gobierno ha dado señales que no está dispuesto a ratificar ningún rumbo. No ha habido buenas noticias para el ambiente productivo, con este formato del período ventana de nueve meses. Hay un gobierno que no ha querido o sabido, o que no está dispuesto a aceptar el resultado de las urnas. A mí me parece que se van a profundizar las líneas, que se vienen aplicando desde el gobierno nacional en los últimos meses. No veo que haya cambios rotundos en los temas más importantes. Ni siquiera creo que vaya a haber cambios de funcionarios. Igualmente, lo importante es el libreto y me parece que eso no se cambia. Si alguna duda tenía de esto, en los diarios de hoy se publica la novedad de que el gobierno ha captado 12 mil millones de pesos de las fuentes de ahorro interno. Eso es una historia de suma cero. Si se la lleva el gobierno no se la puede llevar otro. Además, metieron la mano en el Banco Nación. Esa es la entidad que debiera alimentar y oxigenar al ambiente productivo. No quiero ser pesimista pero tampoco me gustaría darles esperanzas que no nacen de mis convicciones. Creo que todavía no está la decisión de modificar las cosas para mejorar el ambiente productivo. Lo peor es que sería muy sencillo. Con dos o tres medidas, ese ambiente que hoy es frío, seco, árido y ventoso, casi como Santa Cruz; mejoraría en el acto. Si arreglamos con los muchachos del campo, que hay que arreglar el tema del trigo, el maíz, la leche y la carne, ellos se largan a producir. Necesitamos mejorar el abastecimiento del crédito para los industriales, para las PYMES. Se tiene que reactivar el sector de la construcción. Son tres o cuatro cosas que están al alcance de la mano. Se debe garantizar reglas de juego estables, dejarse de mentir con los índices y dejar de lado las ganas de permanecer aislados del mundo. Hoy el mundo, después de una crisis como la que ha tenido, ofrece oportunidades interesantes. La Argentina, lamentablemente, se empecina en estar con sus puertas cerradas. Muchas gracias por la atención. 10 Aldo Pignanelli Muchas gracias al Movimiento Productivo Argentino por la invitación. La verdad que mucho más para agregar no tengo porque lo que dijeron mis amigos fue muy claro. Yo voy a tratar, dentro de los mismos conceptos, de enumerar y cuantificar algunos problemas de la agenda económica pendiente de la Argentina. El primer tema es el de la recaudación tributaria del gasto. En el año 2009, la caída de la recaudación fiscal fue muy importante. El salvataje de este año fueron las ex AFJP, que permiten que la caída no sea tan grande. Comparando el año 2009 con el 2008, lo que salva la recaudación tributaria son los ingresos de las ex AFJP. En el tema del gasto nos vamos a encontrar con algunas sorpresas, donde por ejemplo los subsidios al sector privado son más importantes que los planes sociales y los planes de salud. Con el tema del crédito y la tasa de interés, esto refleja un poco la paz de los cementerios. Es cierto que el sistema bancario argentino está sólido y liquido. Está tan líquido que el Banco Central tiene más de 30 mil millones de pesos depositados que no se prestan. Entonces, tenemos hoy una economía que no tiene acceso al crédito de altas tasas de interés porque el dinero está guardado en el Banco Central. Esto va a contramano de lo que está haciendo cualquier país del mundo. Somos el único país que hemos contraído el crédito y subido la tasa de interés. El tercer tema de la agenda es cómo se va a pagar la deuda externa. Cuando se hizo la reestructuración en el 2005, un 60% quedó en pesos y un 40% en dólares. El gobierno, captando fondos locales como el Banco Nación, con la ANSES y con los ahorros internos; está asegurando el pago de la deuda. La Argentina no va al default en el corto plazo, de eso tengan seguridad. Los pesos están y los dólares que no estaban han aparecido porque Brasil nos dio un préstamo de 1800 millones de dólares. El BID y el Banco Mundial nos renovaron 1600 millones de dólares. Cuando nos otorgaron el crédito nos putearon, pero ha sido una orden política. También podemos usar algunos de los ahorros que había en el Banco Central. Con eso, el pago de la deuda externa cierra el circuito. Otro tema pendiente, del cual acá se habló, es el pacto fiscal con el campo y con las provincias. Acá nos estamos dando el lujo de confrontar con el sector que genera el 8% de las divisas y gran parte de las riquezas internas. Cuando uno ve los números de la economía argentina, les puedo asegurar que desde el conflicto con el campo (a partir de abril de 2008), todos los números de inversión, de ahorro y de crecimiento del PBI comienzan a ser negativos. Acá tenemos la incidencia de la crisis internacional, pero previamente tenemos una decisión equivocada del gobierno: la confrontación con el campo, que significó una importante caída en la economía argentina. Luego está el nivel de la actividad económica. Estamos en recesión. Este concepto significa que tenemos dos trimestres seguidos de caída del PBI. Si le preguntamos al INDEC, dicen que estamos creciendo al 3% anual; pero esto no es así. Todos 11 los números indican una caída de por lo menos el 3% del PBI. Es muy probable que en el segundo trimestre, si se cumple con alguna de estas agendas, el PBI comience a mejorar lentamente. Para el segundo semestre, si acompañamos al mundo, esto tiene que empezar a mejorar. Por último está el tema del crédito internacional y de la fuga de capitales. Con el crédito internacional, en la Argentina no existe ninguna agenda. No tenemos acceso a ningún crédito, ni público ni privado. Cuando uno ve los números comparados con Latinoamérica; Perú, Colombia y hasta Bolivia no está superando en el ingreso de créditos y en la financiación. Nosotros no estamos, no figuramos. Después está el problema de la fuga de capitales. Como muy bien lo dijo Domina, en el último año se fugaron 25 mil millones de dólares y en lo que va de este año más de 9 mil millones. Para que tengan una idea de la magnitud, en la crisis 2001-2002 la fuga fue de 21 mil millones. Es decir, en el último año se fugó más plata que en la crisis de 2001. La fuga, como dijo Domina, es un problema de credibilidad. La palabra crédito viene de creer y sino nos creen, se fugan. Entonces tenemos balanza comercial superavitaria, que para lo único que sirve es para financiar la fuga de capitales. No financia a la economía interna y esto pega directamente en el sistema productivo argentino. El ingreso tributario que tuvo el Estado Nacional, en los primeros cinco meses, representó un 15% de incremento en relación al año pasado. Pero esto se debió a los incrementos de la seguridad social. Todo el resto de los rubros, o decrecieron como el caso del comercio exterior o han crecido como Ganancias, IVA o el Impuesto al Cheque. Igualmente, todo muy por debajo de la inflación. Es decir, en términos reales, esto cayó de tal manera que si al crecimiento de la recaudación le sacamos el efecto de las AFJP, crece sólo el 3.3% en un año. Si tomamos la inflación del INDEC, también da un crecimiento negativo. Los fondos coparticipables de las provincias sólo crecieron un 9.8%, Esto comienza a tener un impacto sobre el problema fiscal de las grandes provincias y también de las chicas. La pregunta es ¿cómo se distribuye la torta de los gastos en la Argentina? el 37% va a jubilaciones, el 18% a subsidios al sector privado (transporte, energía, gas, empresas, aerolíneas, ferrocarriles, subtes), mientras que en servicios sociales (salud y acción social) es el 17% del gasto. Tengamos en cuenta que estamos en un país en crisis, con un problema de salud, donde se acaba de decretar la emergencia sanitaria. Por otro lado, los intereses de la deuda son del 10% y en definitiva, a esto hay que discutirlo. Como dijo muy bien Abad, hasta ahora las provincias eran una reacción frente a la actitud del gobierno nacional. Ahora alguien tiene que tomar la iniciativa y plantear qué se hace con esto. Esta es una de las cajas que se utilizó para lograr objetivos con intendentes y gobernadores, que son los subsidios al sector privado. El crédito al sector privado, acá llegaba a representar al 12%. La mala noticia es que en el 2009 vamos para el 9% del PBI. Como dijo Abad, en países limítrofes son de diez veces más que el nuestro, y ni hablemos de los países 12 centrales. En realidad, el sector privado productivo hoy no tiene acceso al crédito. El que es empresario, profesional o comerciante sabe de qué estoy hablando. Esto es consecuencia de una política monetaria que tiende más a un modelo productivo de concentración y de no PYMES. Hay un fuerte aumento de los depósitos en dólares, hay más de 11 mil millones de dólares depositados en los bancos. Este es el umbral de la fuga, porque la gente transforma los depósitos en pesos a dólares. Luego se fugan los capitales. Además, hay una gran caída en los depósitos a plazos fijos. La tasa badlar es la tasa pasiva que le pagan los bancos a los grandes inversores, de más de 1 millón de pesos. Llegó a un pico máximo en noviembre de 2008, al 28%. En junio de 2009 estamos en el 14%. Para que tenga una idea, generalmente cuando esta tasa llega al tomador del crédito, se duplica. Hoy, hay empresas de primera línea que están tomando al 28% anual. Insisto, todo el mundo se dirige a la baja de las tasas. Mientras tanto, nosotros anunciamos con bombos y platillos, con fondos públicos del ANSES, prestarle a la gente al 20% anual para que se compre una casa. El tema del pago de la deuda externa, está asegurado el pago de los pesos y de los dólares. Se está pagando con el superávit fiscal, incluido el flujo de las AFJP, con los depósitos del Banco Nación y con los desembolsos de los organismos internacionales. ¿Qué está pasando con el PBI en la Argentina? La realidad es que la caída del último trimestre de 2008 fue del 2% y en el primer trimestre de 2009 es del 3%. No son datos oficiales, son datos de la realidad. ¿Cómo se compone esto? El índice de la construcción baja un 4% en el primer trimestre de 2009 y sigue bajando. La producción automotriz bajó un 30% y la producción agrícola bajó un 30% el volumen. Uno de los rubros que está subiendo es el índice de los servicios públicos, básicamente porque aumenta la telefonía celular e Internet. Otro que aumentó considerablemente fue el consumo de alimentos, un 2%. La gente en vez de comprar electrodomésticos, una casa o un auto está consumiendo porque sus ingresos se ven desmejorados. En definitiva, hemos logrado pagar la deuda durante todo el 2009. No vamos a default pero como dije recién, Brasil nos entrega un crédito de 1500-1800 millones de dólares y la fuga de capitales es de 25 mil millones. Para que tengamos una idea, en el 2009, al sector privado productivo le vencen 1300 millones de dólares de deuda externa. A eso, el gobierno lo vive como a una virtud. A Brasil por ejemplo, en el 2009 le vence de deuda del sector privado productivo 30 mil millones de dólares. Las empresas brasileras tienen muchos problemas para renovarlo. ¿Qué hizo el gobierno americano? Tomó un REPO con el Fondo Monetario, con garantía de bonos en reales y a través del Banco de Desarrollo brasilero, por 30 mil millones de dólares. Brasil le ha dicho a sus empresas brasileras, “no se hagan problema sino consiguen renovar los créditos. El Estado brasilero les da la plata”. Esto significa un apoyo a largo plazo de todo el sistema productivo. En la Argentina de hoy, hasta los bancos 13 públicos sacan los descubiertos al sector privado, suben la tasa y no hay ninguna solución. El mundo está yendo para otro lado. Muchas gracias. (Aplausos). Preguntas del auditorio a Alberto Abad, a Esteban Dómina y a Aldo Pignanelli Silvina Viazzi- ¿No corremos el riesgo de que el gobierno de aquí en adelante pueda obstaculizar una salida real amparándose en una victimización? ¿No convendría que la oposición simplifique en una opción consensuada con los gobernadores e imponga un programa económico? Esteban Domina - Los peronistas sabemos que ocurre cuando se sale del camino de la ley. Al pueblo argentino nunca le fue cuando pasó eso. Desafortunadamente, a este gobierno le quedan dos años y medio. El tema es pensar cómo vamos a hacer para que lleguen, después de la conferencia de prensa que dio la presidenta ayer. Creo que el tema no es sencillo, que se abre un panorama institucional muy delicado. La sociedad argentina tiene que hacer valer su voz y la soberanía expresada en las urnas. El tema son estos nueve meses antes de que asuman los representantes elegidos. Muchos, apocalípticamente, creen que el gobierno puede aprovechar esta ventana para hacer cualquier cosa. Yo no creo que eso pase. No creo que ningún legislador, que se vaya el 10 de diciembre, esté dispuesto a llevarse una carga de esta naturaleza. Sin embargo, hay otros instrumentos como los Decretos de Necesidad y Urgencia y las resoluciones ministeriales, entre otros. A mí me parece que la sociedad debe tener un rol muy activo en estos meses. Como decía el General, “vamos a tener que estar muy atentos y vigilantes”. Las señales que hemos recibido, nos obligan a descreer que el gobierno tenga las soluciones. Hay mucha improvisación también por el lado de la oposición. Ojala tengamos un shock de madurez y entre todos podamos llegar a marzo o a abril con el nuevo Congreso. Alberto Abad - Este gobierno convocó a las elecciones porque se le venía la noche. El adelantamiento de las elecciones era la percepción interna de que no llegaban. Se votó y el 70% le dijo que no estaba de acuerdo con su manera de actuar. Creo que el mensaje está claro, pero no tenemos que enloquecernos. La falta de prudencia y de paciencia en política se paga. Un país que pagó mucho por no pensar y no tomarse los tiempos adecuados, tiene que aprender de Napoleón, “vísteme despacio que estoy apurado”. Acá hay que trabajar, hay que organizarse. El ejercicio de la democracia no se agota en el voto. La paradoja de este momento es que nosotros tenemos que tratar de que el gobierno llegue a terminar su mandato. Los más castigados tienen que ser los más inteligentes y maduros para que el barco llegue bien. 14 Yo creo que el Parlamento va a estar activo en un mes. Se necesitan instalar en el Congreso algunos temas en la agenda, para que se discutan públicamente. Como también hay un agotamiento del Poder Ejecutivo, va a haber un rápido agotamiento en los legisladores. Carlos Brown - ¿Cree que es posible volver a una economía justicialista? Aldo Pignanelli - Con respecto a la economía justicialista, depende si estamos hablando del ´47 o del siglo XXI. Yo creo que es factible volver a un sistema de economía basado en la producción. Nosotros somos básicamente un país exportador y tenemos mucha capacidad técnica para desarrollar las PYMES. Debemos aprovechar que Brasil es uno de los países que más crece en el mundo. El nuevo fenómeno en el mundo es que los países emergentes crecen, por primera vez, más que los industriales. El BRIC, son las siglas de los cuatro países que más crecen (Brasil, Rusia, India y China). Casualmente, ellos son a los que más les vendemos. Uno de ellos es nuestro socio, que lidera América Latina. Hay que aprovechar esa situación. Como justicialista, creo que se puede volver a ese círculo virtuoso del que habló Dómina. El mundo está esperando a ver qué hace la Argentina. Se deberá democratizar el crédito para que llegue a la gente. El campo, la industria, el comercio y los profesionales se van a encargar de recuperar la economía, como pasó en el 2002 cuando se les dieron las condiciones básicas. Con respecto a Estados Unidos, inclusive el Fondo Monetario tiene un informe en el que prevén la evolución de la economía hacia delante. Cada 48 horas dice, “esta información puede variar”. Ni el Fondo Monetario cree en lo que dice. La discusión es sobre si estamos o no en una v. Esto significa una fuerte caída de la economía mundial que generará un rebote y un crecimiento en el año 2010. Ahí es donde vemos, para sorpresa de muchos, que los países emergentes son los que más crecen. Estados Unidos todavía no sale de la recesión, está en el vértice inferior de la v, pero ha comenzado a ver los primeros indicios de un mejoramiento. Todo indica que para fines de 2009 o principios de 2010 el mundo volvería a un camino de crecimiento, a una tasa del 2% anual. Luego, para el 2011-2012, habrá un crecimiento del 4% o del 5%. Los emergentes son los que irán creciendo, liderados por China al 6% y los industriales al 2%. ¿Cómo repercute eso en la Argentina? Si nos acoplamos al mundo, nos va a repercutir favorablemente. Si no lo hacemos, veremos pasar el tren y como dice Lula, “Brasil no nos va a terminar de entender porqué los argentinos somos como somos”. SV - Dado que el problema fundamental es político, ¿no será que el justicialismo debería reorganizarse antes de buscar un líder? AA - Las dos cosas van juntas de la mano. El liderazgo necesita un conjunto organizado. El peronismo tuvo una fragmentación y la crisis pegó en lo económico, en lo social y en lo político. Primero se debe dar la organización 15 del pueblo, que regula todo esto. Mientras tanto aparecerá un liderazgo nuevo. Con respecto a lo que habló Aldo Pignanelli, hubo una economía del ´46 y una del 2002. Sin embargo, tenemos que pensar en otra economía justicialista de 2010 porque el mundo ha cambiado. Este fenómeno de los emergentes es totalmente distinto. Vamos a un mundo multipolar, ya no vamos a tener un mundo con un solo poder. El poder económico no va como antes, del oeste al este, ahora va del este al oeste. China está creciendo al 6.5 % y Estados Unidos no. Es una oportunidad histórica. A la Argentina le es funcional todo lo que está pasando en el mundo. Tenemos que aprovechar lo que se sigue consumiendo y a precios razonablemente altos. Nosotros tenemos la posibilidad de reasentarnos productivamente, porque el campo tiene un ciclo de producción de seis meses a un año. Otros sectores económicos tardan dos o tres años. La Argentina está primero en el indicador de desarrollo humano del PNUD. Luego está Chile, más lejos Brasil y ni hablar de Venezuela. Tenemos todas las potencialidades. Hay que hacer una articulación de inteligencia de estas potencialidades. También lo que falta es el compromiso político. Yo veo que mucha gente habla de la política pero desde la vereda de en frente. Siguen atendiendo sus problemas personales, su negocio particular. Hay que recuperar el compromiso con la política. CB - ¿Qué puede pasar con los superávits fiscales si las provincias imponen el derecho constitucional de modificar la coparticipación federal? ED - La Ley de Coparticipación hay que cambiarla, es un régimen que viene teniendo parches. La última Ley de Coparticipación es del año 1988. Después de eso vinieron los pactos fiscales, los nuevos impuestos que se distribuyen de otra forma, etc. El mecanismo que establece la Constitución reformada en 1994 es infernal. ¿Quién va a querer ceder un punto? Todos van por más y nadie va por menos; el tema no es sencillo. Hay que dar una solución rápida a la distribución inequitativa. Antes iba el 60% para las provincias y el 40% para la Nación. Hoy esos porcentajes se invirtieron. Por eso es que la Nación tiene tanta capacidad y potencialidad de intervenir a nivel provincial y municipal, con fondos y recursos que naturalmente deberían fluir de un modo automático. SV - Si consideramos que todo se encamina mal, ¿cree que sobreviene el caos o decaerá el capricho de nuestros gobernantes? AP - Yo tengo esperanzas, sé que no es fácil. A los personajes ya los conocemos y a nosotros nos han servido de ejemplo. Los peronistas somos corresponsables de esto. Con o sin Kirchner algo se va a tener que hacer, porque el país no se inmola y la población se expresó el domingo. En cuanto al futuro soy altamente optimista, no por los que están en el gobierno sino por los que votan. Además, el mundo está demandando más los productos argentinos que hace dos años atrás. La diferencia es que no estamos 16 nosotros. Hay que en poner en marcha a la rueda y dejar a la gente trabajar. Tenemos que dar credibilidad, dar los créditos y si es necesario subsidiar, hacerlo. Pero no subsidiemos a los ricos, como dice Delia “de la puta Recoleta”, donde pagamos barata la nafta y en Córdoba vale el 30% más. En la provincia petrolera de Mendoza vale un 40% más. Esto es porque Moreno controla la nafta en Agüero y Santa Fe. Estamos subsidiando el subte urbano y a Aerolíneas Argentinas, con 1000 millones de pesos para que un grupo de dirigentes corruptos se lleven la plata. Esto es lo que hay que blanquear. Si nosotros hacemos estas cosas, este país no es viable. La Argentina debe ser un orgullo para nosotros y para el mundo. No les tengo ninguna confianza a los que están, pero sí a los que vienen. CB - ¿Qué políticas tributarias aplicaría para promover la producción? AA - Creo que el tema central es el de las retenciones. Ha sido un cepo puesto en el peor momento y en el peor lugar. Una de las cosas que aprendimos todos con la crisis del campo, es que una cosa es el tema de la agricultura y otro el de la ganadería. Dentro de esto una cosa son los feedlot, otra cosa son los grandes fideicomisos que concentran millones de pesos, y otra son los productores. Además, otra cosa es producir soja en Pergamino, otra en Santiago del Estero o en Charata. Lo que tenía la normativa era que no discriminaba donde había que discriminar. Otro tema importante es dar marcha atrás en esta vergüenza que consiste en el blanqueo de capitales. Hemos destruido toda una cultura que habíamos armado pacifica y pacientemente, para premiar a los tipos que hicieron la plata cometiendo delitos impositivos, de contrabando, de trata de chicos, de narcotráfico, etc. La propia administración tributaria está haciendo la publicidad para recibirlos con los brazos abiertos. ¡Estamos locos! Ha sido una burla al esfuerzo de la gente que pagaba los impuestos y creían que tenía sentido. Hay que volver a recuperar la cultura del sentido común y repensar los impuestos que están asociados a la producción. Pero nosotros no nos podemos dar el lujo de ser pesimistas. Si nosotros superamos la crisis de 2001 y en el 2002 nos pusimos de pie, con todo el caos que había: todo se puede. ¡Muchachos, fuerza! (Aplausos). 17
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