4/12/03 15:59 Página 113 ¿Cómo afecta el estrés al trastorno bipolar? Definimos el estrés como una serie de cambios poco específicos que se producen en el organismo ante situaciones que la persona valora como complicadas o conflictivas. Estos cambios son desde dolores de cabeza, dolores de barriga e insomnio, hasta dificultades para concentrarse, ansiedad, agotamiento físico o disminución del rendimiento. El estrés se produce cuando el cuerpo no está preparado para afrontar las demandas que exige una situación que puede ser puntual (exámenes, nacimiento de un hijo) o bien existe desde hace tiempo (situación familiar conflictiva, demasiadas horas de trabajo). Las situaciones de estrés sostenido pueden tener consecuencias negativas para la persona que sufre un trastorno bipolar, de modo que pueden llevar a una descompensación a través de dos vías: – Directa: el estrés sostenido produce un desequilibrio hormonal que puede provocar una descompensación. – Indirecta: el estrés actuaría negativamente en aspectos como el sueño, de manera que el insomnio terminaría produciendo una recaída. El estrés no es la causa del trastorno bipolar, pero es evidente su participación como desencadenante de episodios. Además, cuando nos referimos al estrés no sólo consideramos fuentes de estrés negativas, como estar en el paro, perder a un familiar, divorciarse, sino que acontecimientos positivos como casarse, un ascenso en el trabajo o cambiar de domicilio 113 © Psiquiatría Editores, S.L. VIETA** 4/12/03 15:59 Página 114 La enfermedad de las emociones: el trastorno bipolar podrían conducir a una recaída. Por otro lado, tampoco hay ninguna relación directa entre el signo del acontecimiento (positivo o negativo) y el tipo de episodio; así pues, por ejemplo la muerte de una persona a la que queremos podría comportar un «duelo maníaco» (estado en que puede manifestarse euforia, aumento de la actividad, aceleración del pensamiento, gastos excesivos…), en lugar de una depresión. La prevención de acontecimientos o situaciones estresantes no es siempre posible; por lo tanto, resultará indispensable aprender a identificar probables situaciones de riesgo y probar de modular las reacciones ante ellas, teniendo en cuenta que la salud es prioritaria. Procurad no hinchar los problemas, no les deis más importancia de la que realmente tienen; por ejemplo, suspender un examen no es el fin del mundo. Para controlar el estrés pueden ser útiles algunas técnicas psicológicas, como las técnicas de relajación o entrenarse en la resolución de problemas, lo que amplía los recursos para afrontar las dificultades y facilita la toma de decisiones. El estrés crónico, sostenido durante un tiempo prolongado, podrá controlarse mejor si procuráis mantener un estilo de vida adecuado, vigilando los hábitos de sueño, alimentación y actividades, tal como ya anunciábamos anteriormente. En general, las situaciones de estrés terminan por llevar a lo que conocemos como síndrome general de activación y que consta de tres fases: 1. Fase de alarma: conlleva la aparición de una serie de sensaciones, como por ejemplo tensión muscular, sudor, dificultades para respirar, nerviosismo…, que facilitan los recursos para una posible actuación. Si termina por superarse la situación estresante, desaparecen estas sensaciones; si no, se pasa a la fase 2. 2. Fase de resistencia: supone una activación menor que en la fase anterior, pero superior a la normal. Si no se supera la situación estresante se pasa a la fase 3. 3. Fase de agotamiento: el cuerpo agota sus recursos y pierde de manera brusca su capacidad de activación. 114 © Psiquiatría Editores, S.L. VIETA** 4/12/03 15:59 Página 115 ¿Cómo afecta el estrés al trastorno bipolar? Las situaciones estresantes pueden actuar como factores desencadenantes de recaídas en los pacientes bipolares. Los factores estresantes precipitan un primer episodio en el 45-75 % de los casos y siguen siendo variables de peso en posteriores descompensaciones en el 13-56 % de los casos. Por lo tanto, el primero o los primeros episodios de la enfermedad se relacionan con más frecuencia con factores estresantes que las recaídas posteriores. Sin embargo, algunos pacientes son más proclives que otros a descompensarse ante situaciones generadoras de estrés. Debe procurarse reducir el impacto de los factores estresantes siempre que no puedan evitarse, para lo cual es muy útil aprender técnicas para el control del estrés. 115 © Psiquiatría Editores, S.L. VIETA**
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