DC2010-0015 30 de septiembre de 2010 ¿CÓMO HAN RESISTIDO

COMITÉ PARA EL DESARROLLO
(Comité Ministerial Conjunto
de las Juntas de Gobernadores del Banco y del Fondo
para la Transferencia de Recursos Reales
a los Países en Desarrollo)
DC2010-0015
30 de septiembre de 2010
¿CÓMO HAN RESISTIDO LA CRISIS MUNDIAL
LOS PAÍSES EN DESARROLLO?
Se adjunta, para la reunión del Comité para el Desarrollo del 9 de octubre de 2010, un
documento de antecedentes titulado “¿Cómo han resistido la crisis mundial los países en
desarrollo?”, elaborado por el personal del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional.
***
¿CÓMO HAN RESISTIDO LA CRISIS MUNDIAL LOS PAÍSES EN DESARROLLO? 1
Resumen
Los países en desarrollo de ingreso mediano e ingreso bajo han mostrado una gran resistencia y
capacidad de recuperación durante la crisis mundial en dos frentes: su capacidad para reaccionar a la
crisis de demanda agregada mediante la adopción de políticas fiscales y monetarias anticíclicas para
mantener el crecimiento, y el resguardo del gasto básico en salud, educación e infraestructura. Dicha
capacidad y resistencia han estado estrechamente correlacionadas con los mecanismos de
amortiguación creados a través de las políticas macroeconómicas durante el período anterior a la crisis,
sobre todo la mejora de la posición externa (menos déficit en cuenta corriente y mayores reservas), una
posición fiscal más sólida (menos déficit y menos endeudamiento) y menos inflación.
En otro aspecto fundamental de la resistencia y la capacidad de recuperación, la protección de los
grupos vulnerables ha sido un reto mucho mayor debido a las deficiencias de administración y a la
escasez de mecanismos de protección social de disponibilidad inmediata que pudieran ampliarse
fácilmente, sobre todo en los países de ingreso bajo.
Países de ingreso mediano
En los países de ingreso mediano, el producto cayó en promedio 4% entre el tercer trimestre de 2008 y
el primer trimestre de 2009. Los países que se ubicaron en el cuartil de los más afectados (la mayoría se
clasificaba como países muy vulnerables al momento de desencadenarse la crisis, y muchos de ellos son
países europeos con economías emergentes)
sufrieron una considerable contracción del producto,
mientras que, en el cuartil de los países menos afectados, el producto aumentó ligeramente. Los países
cuya posición fiscal inicial era más sólida registraron un aumento considerablemente mayor de sus
déficits primarios que los países que tenían una posición fiscal más débil.
En lo que respecta al impacto de la crisis en el más largo plazo, se prevé que las repercusiones más
graves se produzcan en Europa y Asia central, donde las proyecciones del producto interno bruto (PIB)
real para 2010 y 2011 se sitúan 15% y 17%, respectivamente, por debajo de los niveles obtenidos a
partir de la tasa de crecimiento tendencial con anterioridad a la crisis. Sin embargo, se observa una gran
heterogeneidad relacionada con los mecanismos de amortiguación establecidos a través de las políticas
macroeconómicas en el período previo a la crisis.
Países de ingreso bajo
Los países de ingreso bajo se vieron afectados por una fuerte contracción de la demanda de
exportaciones, la mayor que se ha registrado al menos desde la década de 1970, y por una disminución
de la inversión extranjera directa (IED) y las remesas. Sin embargo, la relación de intercambio mejoró
ligeramente con respecto a 2008, salvo en los países exportadores de petróleo. La asistencia también se
mantuvo bastante bien, a diferencia de los temores iniciales de que disminuiría considerablemente con
respecto a los niveles registrados en años recientes. Además del mayor crecimiento registrado en el
período anterior a la crisis y de los mecanismos de amortiguación más sólidos que en el pasado que
pudieron establecerse a través de las políticas macroeconómicas, a los países de ingreso bajo los ayudó
el alivio de la deuda.
En promedio, los países de ingreso bajo aumentaron el gasto a pesar de la disminución de sus ingresos y
permitieron que el déficit fiscal aumentara en 2009 en comparación con el año anterior, sobre todo en
1
Preparado por personal del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la reunión del Comité
para el Desarrollo del 9 de octubre de 2010.
i
aquellos países que inicialmente contaban con mejores mecanismos de amortiguación. Las políticas
fiscales anticíclicas ayudaron a reducir el impacto de la crisis en el crecimiento y resguardaron el gasto
básico. La relación deuda-PIB ha aumentado, pero se prevé que volverá a mostrar una tendencia
descendente en 2011-12, y la reducción de la calificación del riesgo ha sido poco frecuente en los
análisis de la sostenibilidad de la deuda en el período posterior a la crisis.
Bienestar
La crisis podría hacer que 64 millones más de personas sobrevivan con menos de US$1,25 al día a fines
de este año, en comparación con una situación en que se hubiera mantenido la tendencia del
crecimiento observada en el período de 2000-07. Con respecto al objetivo de desarrollo del milenio
(ODM) relativo a la reducción de la pobreza extrema, si no se hubiera producido la crisis, 53 millones
más de personas habrían salido de la pobreza para el año 2015. Tomando como base la diferencia entre
los pronósticos del crecimiento en 2009 reales y previos a la crisis, las estimaciones indican que habrá
41 millones más de personas subalimentadas, cifra que concuerda con la proyección más reciente de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que señalaba que
las personas que padecen hambre superarían los 1000 millones en 2009. En general, los progresos
realizados para alcanzar los ODM sufrirán un retroceso debido a la crisis mundial.
El papel de las instituciones financieras internacionales
El mérito con respecto a la resistencia y capacidad de recuperación de los países durante la crisis
mundial es en gran medida de los propios países. El FMI y el Banco Mundial cumplieron una función
catalítica a través del diálogo sobre políticas y un importante aumento del financiamiento, todo lo cual
facilitó la extraordinaria respuesta anticíclica de los países en desarrollo. El Programa para Hacer Frente
a la Crisis Mundial de los Alimentos (GFRP), puesto en marcha por el Banco Mundial en 2008, ayudó a
los países de ingreso bajo a sobrellevar la crisis alimentaria que precedió a la crisis mundial. El Grupo
del Banco Mundial está aumentando el financiamiento y la asesoría en materia de políticas en dos
ámbitos primordiales: agricultura y seguridad alimentaria, y redes de protección social. La Corporación
Financiera Internacional, la institución afiliada que se dedica al sector privado, puso en marcha varias
iniciativas para brindar ayuda a las empresas privadas de los países en desarrollo durante la crisis.
Mensajes en materia de políticas
•
•
Los mecanismos y las medidas macroeconómicas establecidos en el período previo a la crisis
ayudaron a resguardar a los países de ingreso mediano y de ingreso bajo del impacto inmediato
de la crisis. Esto demuestra la importancia de establecer, en tiempos de bonanza, medidas que
permitan amortiguar el impacto de posibles crisis, y de aplicarlas en tiempos difíciles. A
medida que se consolide la recuperación, los países en desarrollo deberían comenzar a reponer
sus mecanismos de protección a fin de que estén preparados para las crisis que se pudieran
producir en el futuro. La reposición de estos mecanismos debe realizarse a un ritmo y en una
medida que estén en consonancia con el apoyo a la actual recuperación económica.
La sucesión de las crisis de los alimentos y los combustibles y la crisis financiera ha
demostrado que muchos países, sobre todos los de ingreso bajo, tienen muchas necesidades en
términos del establecimiento de programas de protección social que aseguren una cobertura
adecuada. Reviste suma importancia crear este tipo de programas y mantener el impulso una
vez superada la crisis mundial.
El número de personas que padecen hambre ha aumentado. La nutrición y la seguridad alimentaria
deben seguir ocupando un lugar prioritario en la agenda del desarrollo. También habrá que intensificar
los esfuerzos para alcanzar los ODM.
ii
I. L A MAYOR CRISIS ECONÓMICA DESDE LA SEGUNDA G UERRA M UNDIAL 2
1.
La resistencia y la capacidad de recuperación de los países en desarrollo tanto de ingreso bajo
como de ingreso mediano durante la crisis mundial es un tema de vital importancia para los propios
países en desarrollo y, en medida creciente, para la economía mundial. El crecimiento mundial cayó
6 puntos porcentuales desde la tasa máxima alcanzada antes de la crisis hasta el punto más bajo en
2009, en lo que ha sido la mayor crisis de la era de posguerra 3. Los mercados bursátiles de todo el
mundo cayeron más del 30% entre septiembre y diciembre de 2008, lo que significó la desaparición de
US$18 billones de la capitalización bursátil de los países del G-7. Estos acontecimientos marcaron el
fin de los años de auge de mediados de la década de 2000, y la economía mundial entró repentinamente
en la Gran Recesión.
2.
Una crisis de esta magnitud puede tener un costo muy alto en términos de pérdida del producto
y de riqueza, y lo que es mucho más importante, en términos de sufrimiento humano. Cabría esperar
que esas repercusiones fueran más profundas en los países en desarrollo que en las economías
avanzadas, porque es probable que los primeros tengan mucho menos capacidad de resistencia a las
perturbaciones, ya sea a nivel del Gobierno para organizar una respuesta nacional, o a nivel de los
hogares. En consecuencia, es muy importante hacer una evaluación de la resistencia de los países en
desarrollo como parte del seguimiento de la crisis, y también para estar preparados para el futuro.
3.
En el presente documento, preparado conjuntamente por personal del Banco y del Fondo para
la reunión de octubre de 2010 del Comité para el Desarrollo, se realiza un análisis inicial de la
resistencia y la capacidad de recuperación de los países en desarrollo en lo referente a tres aspectos:
mitigación del impacto en el crecimiento económico mediante la aplicación de medidas anticíclicas;
resguardo del gasto básico en salud, educación e infraestructura, y protección de los grupos vulnerables.
En pocas palabras, los países en desarrollo, especialmente aquellos que a través de sus políticas
macroeconómicas establecieron mecanismos de amortiguación en los años de bonanza antes de la
crisis, han resistido bien hasta el momento en lo que respecta al crecimiento y el gasto básico. No
obstante, la protección de los grupos vulnerables ha sido un reto mucho más difícil a causa de las
restricciones fiscales, pero sobre todo debido a las deficiencias de administración y a la escasez de
mecanismos de protección social de disponibilidad inmediata que pudieran ampliarse fácilmente, en
especial en los países de ingreso bajo. Como consecuencia de ello, la crisis ha significado un retroceso
para lograr el ODM relativo a la reducción de la pobreza extrema y la mejora de otros indicadores
de bienestar.
4.
La solidez de las conclusiones presentadas en este documento deberá confirmarse una vez que
haya transcurrido más tiempo y se hayan recogido más datos. Además, cabe subrayar la considerable
heterogeneidad que existe entre las regiones y entre los países que conforman cada región. Sin
embargo, basta decir que la evaluación inicial presentada aquí es un respaldo firme e inequívoco a las
continuas mejoras de las políticas e instituciones que han realizado los países en desarrollo durante los
siete años, aproximadamente, que antecedieron a la crisis. Subraya también la urgencia de crear sin
demora redes de protección social adecuadas. El alivio de la pobreza ha sufrido un retroceso,
estimándose que en 2009 se sumaron 41 millones de personas al conjunto de quienes padecen hambre
en el mundo.
2
La primera sección se basa en T. Didier, C. Hevia y S. Schmukler, 2010, “How Resilient Were Developing
Countries to the Global Crisis?”. Banco Mundial, Washington, DC.
3
Medido en términos de la variación de la tasa de crecimiento de la economía mundial entre el punto máximo
previo a la crisis (5,2% en 2007) y el punto más bajo (-0,6% en 2009).
1
5.
En el resto de esta sección se describe el impacto de la crisis en el crecimiento económico de
los países en desarrollo. En la segunda sección se relacionan los mecanismos de amortiguación creados
por los países en desarrollo a través de sus políticas macroeconómicas antes de que se desencadenara la
crisis con el espacio generado en esos países para tomar medidas anticíclicas adecuadas y recuperar el
crecimiento. En la tercera sección se presentan pruebas preliminares de que, en general, los Gobiernos
de los países en desarrollo han resguardado el gasto básico en infraestructura y en los sectores sociales.
En la cuarta sección se describen las repercusiones de la crisis en el bienestar de la población a partir de
microsimulaciones en las que se han utilizado datos de encuestas de hogares, y se recogen las lecciones
aprendidas en lo que respecta a los sistemas de protección social. En la quinta sección se describe el
papel de las instituciones financieras internacionales (IFI), en la sexta se presentan las conclusiones y
en la séptima figura una lista de temas para su discusión por el Comité para el Desarrollo.
Desplome y recuperación del crecimiento económico
6.
En 2009, los países de ingreso mediano e ingreso bajo crecieron 0,9% y 4,7%, respectivamente,
tasas considerablemente superiores al -3,3% de crecimiento en los países de ingreso alto en 2009
(gráfico 1, panel A), lo que produjo una disminución del 0,5% del PIB real de todo el mundo en
relación con el año 2008. Actualmente se prevé que, en 2010, los países de ingreso mediano crecerán a
una tasa del 6,1% en comparación con el 2,4% en el caso de los países de ingreso alto (gráfico 1, panel
B). Brasil, Rusia, India y China en conjunto representan una fracción importante (alrededor del 45%)
del crecimiento proyectado en los países de ingreso mediano. Los pronósticos actuales indican que esos
cuatro países crecerán 8,4% en 2010.
Gráfico 1. Crecimiento del PIB real en 2009 y pronósticos
Panel A: Tasas de crecimiento en 2009
Panel B: Pronóstico
7%
6%
2010
5%
2011
6%
4%
5%
3%
Porcentaje
Porcentaje
2%
1%
0%
4%
3%
-1%
2%
-2%
1%
-3%
-4%
Economías d e ingreso alto
Economías d e ingreso mediano
Economías d e ingreso bajo
0%
Economías d e ingreso alto
Economías d e ingreso mediano
Economías d e ingreso bajo
Fuente: Didier, Hevia y Schmukler (2010). Las proyecciones para 2010-11 se basan en las estadísticas más recientes de Consensus
Forecasts (junio de 2010). En el caso de los países no incluidos en Consensus Forecasts, se utilizan datos tomados de Perspectivas de la
economía mundial (PEM; abril de 2010), del FMI.
7.
Sin embargo, la descripción anterior no toma en cuenta las tasas de crecimiento registradas
antes de la crisis: por ejemplo, China y la India crecen, en promedio, a un ritmo más rápido que los
Estados Unidos, de modo que unas tasas de crecimiento positivas pero más bajas para esos países
implican una considerable contracción relativa del crecimiento. El desplome del crecimiento de los
grupos de países clasificados por su nivel de ingreso, definido aquel como la diferencia de las tasas de
crecimiento del PIB real entre 2007 y 2009, muestra que, mientras los países de ingreso alto sufrieron
un desplome de 5,9 puntos porcentuales de su tasa de crecimiento, el crecimiento de los países de
ingreso mediano disminuyó 7 puntos porcentuales. Además, se prevé que, durante la fase de
2
recuperación, el aumento proyectado de las tasas de crecimiento del PIB real entre 2009 y 2010 en los
países de ingreso alto (5,7 puntos porcentuales) sea ligeramente superior al de los países de ingreso
mediano (5,2 puntos porcentuales). Lo positivo es que en los países de ingreso bajo la reducción del
crecimiento fue de tan solo 2 puntos porcentuales.
8.
En el gráfico 2 se aprecia que ninguna región estuvo inmune a la crisis financiera. En los países
en desarrollo de Europa oriental y Asia central, y los de América Latina y el Caribe, el desplome del
crecimiento fue mayor que en los países de ingreso alto (gráfico 2, panel A), y lo mismo sucedió en los
países en desarrollo de otras regiones. Sin embargo, también se espera que estas dos regiones registren
la mayor recuperación del crecimiento en 2010 (gráfico 2, panel B).
Gráfico 2. Desplome y recuperación de las tasas de crecimiento del PIB, por regiones
Panel A: Desplome de las tasas de crecimiento
(Crecimiento en 2009 menos crecimiento en 2007)
Panel B: Recuperación de las tasas de crecimiento
(Crecimiento en 2010 menos crecimiento en 2009)
0%
12%
-2%
10%
-6%
8%
Puntos porcentuales
Puntos porcentuales
-4%
-8%
-10%
6%
4%
-12%
2%
-14%
-16%
0%
Europa oriental y América Latina y
Asia central
el Caribe
Economías de
ingreso alto
África al sur del Asia oriental y el Asia meridional Oriente Medio y
Sahara
Pacífico
Norte de África
Oriente Medio y
Norte de África
Asia oriental y el
Pacífico
Asia meridional
África al sur del
Sahara
Economías de
ingreso alto
América Latina y Europa oriental y
el Caribe
Asia central
Fuente: Didier, Hevia y Schmukler (2010). Al definir el desplome de las tasas de crecimiento como el crecimiento del PIB en 2009 menos el
crecimiento medio del PIB en el período 2000-07, se obtienen resultados similares.
9.
¿Se debería tomar como evidencia de que todas las regiones en desarrollo fueron igualmente
resistentes a la crisis el hecho de que los mayores desplomes hayan llevado a una mayor recuperación,
como se observa en el gráfico 2? Esto dependería fundamentalmente del grado en que la recuperación
contrarrestara el desplome precedente. Por ejemplo, en el panel A del gráfico 3 se observa que, en 2010,
la proyección para Europa oriental y Asia central es un PIB real alrededor de 2,3 puntos porcentuales
más bajo que el nivel que registró en 2008; pero también se prevé que en 2011 esa región esté
totalmente recuperada y supere ligeramente el nivel del PIB que tenía en 2008. De la misma manera, se
proyecta que los países de ingreso alto se recuperarán totalmente en 2011. En cambio, las demás
regiones en desarrollo no registrarán una disminución absoluta del PIB. En un caso extremo, las
proyecciones indican que las regiones de Asia oriental y el Pacífico y Asia meridional tendrán un
crecimiento del PIB real en 2011 más de 22 puntos porcentuales por encima de los niveles que tenían
en 2008. Sin incluir a China, el desempeño de Asia oriental y el Pacífico es menos espectacular, aunque
igualmente impresionante, con proyecciones de crecimiento del PIB real en 2011 de más de 11 puntos
porcentuales por encima de los niveles registrados en 2008.
10.
Otra manera de analizar la resistencia y capacidad de recuperación de los países es preguntarse
cómo se espera que estos se comporten en comparación con las tendencias de su crecimiento antes de la
crisis. En el panel B del gráfico 3 se indican las proyecciones del PIB real con respecto a un nivel
3
hipotético obtenido mediante el supuesto de que todos los países mantuvieron sus tasas medias de
crecimiento en el período de 2000-07. La diferencia es una medida aproximada del costo de la crisis
mundial en términos del producto. La región más afectada es, lejos, Europa oriental y Asia central,
donde para 2010 y 2011 se proyectan, respectivamente, niveles de PIB real 15% y 17% por debajo de
los niveles obtenidos sobre la base de la tasa de crecimiento tendencial antes de la crisis. Pero incluso
en la propia región de Europa oriental y Asia central hay una gran heterogeneidad relacionada con los
mecanismos de amortiguación establecidos a través de las políticas macroeconómicas en el período
previo a la crisis, como se examina en la segunda sección. Por ejemplo, mientras que las proyecciones
para Lituania y Ucrania son de alrededor de 30 puntos porcentuales por debajo de las tendencias
extrapoladas de su PIB, el pronóstico del PIB real de Polonia es de solo 3 puntos porcentuales por
debajo de la tendencia.
Gráfico 3. PIB real comparado con 2008 y tendencia histórica
Panel B: Niveles de PIB previstos
en relación con el PIB tendencial
Panel A: Niveles de PIB previstos para 2010 y 2011
en relación con el PIB de 2008
30%
5%
2010
2011
2010
2011
25%
0%
-5%
15%
Porcentaje
Porcentaje
20%
10%
-10%
5%
-15%
0%
-5%
Europa oriental y Economías de América Latina y África al sur del Oriente Medio y Asia meridional Asia oriental y el
Asia central
ingreso alto
el Caribe
Sahara
Norte de África
Pacífico
-20%
Europa oriental y
Asia central
Economías de
ingreso alto
África al sur del América Latina y Asia oriental y el Oriente Medio y Asia meridional
Pacífico
Norte de África
Sahara
el Caribe
Fuente: Didier, Hevia y Schmukler (2010).
Cómo se transmitió la crisis a los países en desarrollo
11.
No es sorprendente que la crisis, que comenzó en el centro del sistema económico y financiero
mundial, se propagara a los países en desarrollo a través de los vínculos financieros y comerciales.
Mecanismos de transmisión relacionados con el ámbito financiero
12.
En el gráfico 4 se observa que efectivamente se produjo una disminución de la afluencia de
capital (de los no residentes, descontados todos los retiros efectuados por estos). La mayor parte de
dicha disminución se produjo en países de ingreso alto, pero los de ingreso mediano también sufrieron
una disminución considerable de los flujos de capital. Esa reducción fue relativamente más pequeña en
los países de ingreso bajo debido a que están menos integrados a los mercados financieros externos. El
impacto a nivel regional, que se representa en el panel B del gráfico, muestra la heterogeneidad de la
disminución de los flujos de capital en todas las regiones. Entre las regiones en desarrollo, la de Europa
oriental y Asia central fue la que registró la reducción más pronunciada de los flujos de capital.
4
Gráfico 4. Afluencia de capital
Panel A: Afluencia de capital, por grupos de países
según sus ingresos
12%
Panel B: Disminución de la afluencia de capital
en todas las regiones
4%
2%
10%
3%
8%
-3%
1%
2%
0%
Porcentaje
Porcentaje d el PIB
4%
Porcentaje d el PIB
2%
6%
-8%
0%
-13%
Economías d e ingreso alto
-2%
Economías de ingreso mediano (derecha)
-1%
Economías de ingreso bajo (derecha)
-4%
Mediana
-18%
Economías de Europa oriental y Oriente Medio y África al sur del América Latina y Asia oriental y el Asia meridional
Sahara
el Caribe
ingreso alto
Asia central
Norte de África
Pacífico
T4-2009
T3-2009
T2-2009
T1-2009
T4-2008
T3-2008
T2-2008
T1-2008
T4-2007
T3-2007
T2-2007
T1-2007
T4-2006
T3-2006
T2-2006
-2%
T1-2006
-6%
Promedio ponderado
Fuente: Didier, Hevia y Schmukler (2010).
Mecanismos de transmisión relacionados con el comercio
13.
La crisis de demanda agregada en las economías adelantadas ocasionó una importante
disminución del comercio mundial. En el gráfico 5 se muestra la caída de los volúmenes de comercio
exterior, representado por las exportaciones. Las exportaciones mundiales se redujeron en alrededor del
25% entre abril de 2008 y enero de 2009, pero posteriormente comenzaron a repuntar, como reflejo de
la evolución de la producción industrial. En las economías de las regiones de Europa oriental y
Asia central, Oriente Medio y Norte de África, Asia meridional, y África al sur del Sahara se
observaron caídas de más del 30% en los volúmenes de exportación entre el punto más alto y el
más bajo.
5
Gráfico 5. Volúmenes de comercio
Disminución de los volúmenes de exportación en las distintas regiones
0%
-5%
-10%
Porcentaje
-15%
-20%
-25%
-30%
-35%
-40%
-45%
Oriente Medio y Áf rica al sur del Europa oriental y Asia meridional
Norte de Áf rica
Sahara
Asia central
Economías de
ingreso alto
Asia oriental y el América Latina y
Pacíf ico
el Caribe
Fuente: Didier, Hevia y Schmukler (2010).
14.
Un análisis más acabado revela que los países que se encuentran más integrados en los
mercados financieros registraron una mayor caída de sus tasas de crecimiento. Además, los países con
mayor apertura comercial y una proporción mayor de manufacturas en el conjunto de sus exportaciones
también sufrieron una reducción más marcada del crecimiento. Esto no es del todo sorprendente. Desde
la perspectiva de los países en desarrollo, la crisis mundial fue una crisis exógena que se transmitió del
centro al resto del mundo a través del comercio y el sector financiero. Por lo tanto, es razonable que los
países más integrados se hayan visto más afectados como consecuencia inevitable de la globalización.
Pero aún cuando esta crisis haya sido mucho más grande que las crisis exógenas a las que están
acostumbrados los países en desarrollo, el impacto final y, en consecuencia, la resistencia y capacidad
de recuperación de los países en desarrollo también dependerían de su grado de preparación, aspecto
que se analiza en la sección siguiente4. En efecto, los mismos factores —el grado de apertura, sumado a
fundamentos más sólidos o a mecanismos de amortiguación más adecuados— también se asocian a la
recuperación más firme que señalan las proyecciones.
Efectos en los balances
15.
A partir de fines de la década de 1990, muchos países con mercados emergentes tomaron
medidas para reducir las disparidades monetarias en los balances del sector público y el sector privado
(por ejemplo, evitar hipotecas denominadas en moneda extranjera financiadas con empréstitos
externos). Esto fue fundamental para permitir que los tipos de cambio reales se depreciaran sin los
temores de insolvencia que habrían surgido en presencia de obligaciones en divisas y activos e ingresos
en moneda nacional. Además, las medidas de autoseguro que adoptaron mediante la acumulación de
4
Queda por determinar si, para cada región o cada país, esta crisis fue más o menos grave que las crisis originadas
mayormente por causas internas, como la de América Latina en los años ochenta, la crisis de Asia oriental en
1997-98 o la de Rusia en 1998. En este documento no se aborda este tema, pero es evidente que los países en
desarrollo estaban mucho mejor preparados esta vez, como se demuestra en la segunda sección. Con respecto a los
países de ingreso bajo, en un documento del FMI de próxima aparición titulado “Global Shocks and their Impact
on Low-Income Countries: Lessons from the Global Financial Crisis”, se muestra que, si bien esta crisis no ha
sido la peor que han encarado muchos de ellos, la inusual sincronización en distintos países provocó que la
disminución del crecimiento en ese grupo de países fuera apreciable.
6
reservas de divisas significó que los especuladores tenían menos incentivos para atacar las monedas
nacionales, lo que permitió reducir las tasas de interés.
16.
En los países donde predominaban las disparidades monetarias en los balances del sector
privado y donde los bancos registraban altos coeficientes de préstamo en relación con los depósitos
como resultado de los empréstitos tomados en el extranjero y los représtamos otorgados en el país, el
sistema financiero se vio gravemente afectado, lo que exacerbó la crisis externa. Pero lo que constituyó
un logro notable fue que los mercados emergentes evitaron una crisis sistémica de la banca, aunque en
algunas ocasiones hubo que intervenir algunas grandes entidades bancarias.
II. LA ADOPCIÓN DE SÓLIDAS MEDIDAS MACROECONÓMICAS
AYUDÓ A LOS PAÍSES EN DESARROLLO
17.
En comparación con crisis anteriores, hasta ahora los países en desarrollo han demostrado una
mayor capacidad de recuperación del crecimiento durante la crisis más grave de la época de posguerra.
Esto se debe en gran parte a las medidas macroeconómicas que han permitido mitigar el impacto de la
crisis. Sin embargo, se ha observado una gran heterogeneidad en la capacidad de los países para poner
en práctica tales medidas. Aquellos que habían creado mecanismos de amortiguación a través de sus
políticas, en particular, una posición externa mejorada (bajos déficits en cuenta corriente y más
reservas), posiciones fiscales más sólidas (déficits bajos y menos endeudamiento) y menos inflación,
tuvieron más margen de maniobra para ampliar el déficit fiscal y reducir las tasas de interés. Como
resultado, en esos países la disminución del crecimiento fue menor y ya se observa una recuperación
más rápida que en los países que no
tuvieron tanto éxito en establecer tales
Gráfico 6. Mercados emergentes: PIB real
mecanismos.
(2.do trim. 2008=100, desestacionalizado, medianas)
Medidas anticíclicas en los mercados
emergentes 5
104
18.
En promedio, en los mercados
emergentes
el
producto
cayó
alrededor del 4% (no anualizado,
desestacionalizado) entre el tercer
trimestre de 2008 y el primer trimestre de
2009, que fue el período más intenso de
la crisis (gráfico 6) 6. En el cuartil de los
países más afectados, principalmente
países
clasificados
como
muy
vulnerables
al
momento
de
desencadenarse la crisis —muchos de
ellos, países emergentes de Europa—, se
registró
una
contracción
considerablemente mayor del producto.
En cambio, este aumentó ligeramente
102
100
98
96
94
92
90
T2-2008
T3-2008
T4-2008
T1-2009
T2-2009
T3-2009
T4-2009
Mercados emergentes
Economías adelantadas
ME: baja y mediana vulnerabilidad
ME: alta vulnerabilidad
Crisis pasadas
Fuente: VEE, primavera de 2007; Haver; autoridades nacionales; cálculos del personal del FMI.
5
Esta sección se basa fundamentalmente en el documento titulado “How Did Emerging Markets Cope in the
Crisis?”, que se puede consultar en www.imf.org/external/np/pp/eng/2010/061510.pdf. La expresión “mercados
emergentes” corresponde, en gran medida, a la expresión “países de ingreso mediano” utilizada en la
sección precedente.
6
Todos los datos del crecimiento del PIB contenidos en la segunda sección son medianas.
7
durante el mismo período en el cuartil de los países menos afectados.
19.
Teniendo en cuenta factores tales como la apertura comercial y financiera, los países que antes
de la crisis habían adoptado medidas fundamentales más sólidas y tenían mejores indicadores de
vulnerabilidad a factores externos experimentaron una menor contracción del producto7. El hecho de
contar con mayores reservas internacionales en relación con las necesidades de financiamiento externo
a corto plazo atenuó el impacto de la crisis mundial. Sin embargo, este efecto significó una disminución
del rendimiento. Los países que utilizaron a sus reservas para atenuar el impacto de la crisis también
permitieron que el tipo de cambio soportara una parte del ajuste. Además, en los países que habían
evitado la expansión del crédito antes de la crisis, la disminución del producto no fue tan pronunciada.
20.
Los mercados emergentes reaccionaron a la caída de la demanda externa mediante la adopción
de medidas sin precedentes:
•
•
Incluso teniendo en cuenta las medidas de estímulo que ya se habían implementado en
2008, en 2009 los mercados emergentes dispusieron una considerable acomodación fiscal
—definida como un aumento, de un año a otro, del déficit fiscal primario— cercana al
2,5% del PIB, en promedio. Esto contrastó claramente con crisis pasadas de los mercados
emergentes, en que la posición fiscal normalmente se restringió en el año siguiente a la
crisis 8. Para lograr ese grado de acomodación fiscal, los mercados emergentes aumentaron
el gasto aún cuando los ingresos disminuyeron.
También hubo importantes estímulos monetarios, con rebajas de las tasas de interés de
3 puntos porcentuales, en promedio.
21.
Los países cuyas condiciones básicas eran más sólidas al momento de desencadenarse la crisis
pudieron aplicar más flexibilidad en las medidas anticíclicas. Si bien la mayoría de los mercados
emergentes mantuvo políticas fiscales flexibles durante la crisis, algunos respondieron de manera más
agresiva que otros; en aquellos donde los saldos primarios antes de la crisis eran más altos y los niveles
de endeudamiento público más bajos fue posible una mayor acomodación fiscal. Estos dos factores
explicaron en gran medida la variación de la acomodación fiscal en los distintos países: la variación del
déficit primario fue de entre 1 punto porcentual, aproximadamente, del PIB en el cuartil de los países
con la menor respuesta fiscal y alrededor de 4 puntos porcentuales en el cuartil de los países que
adoptaron la mayor cantidad de medidas. Además, hay pruebas de que la acomodación fiscal fue mayor
donde el crecimiento registró la mayor caída.
22.
Las medidas de política monetaria en respuesta a la crisis variaron considerablemente en los
mercados emergentes, debido a las diferencias en los regímenes cambiarios, los costos del
financiamiento externo y el nivel de las tasas oficiales anteriores a la crisis. La magnitud de la respuesta
en materia de política monetaria de los mercados emergentes fue, en promedio, similar a la de las
economías avanzadas. En los mercados emergentes del hemisferio occidental (América Latina y el
Caribe), las políticas se flexibilizaron de manera más agresiva, mientras que, en los de Oriente Medio,
7
Las expresiones “vulnerabilidades” y “medidas fundamentales” se emplean de manera intercambiable, ya que la
mayoría de las vulnerabilidades (principalmente a las crisis externas) están determinadas por la solidez de las
medidas macroeconómicas adoptadas para mitigar el impacto de las crisis.
8
Las crisis anteriores en los mercados emergentes se definen como las de México (1994), Indonesia (1997), Corea
(1997), Malasia (1997), Filipinas (1997), Tailandia (1997), Brasil (1998), Colombia (1998), Ecuador (1998),
Rusia (1998), Turquía (2000), Argentina (2001) y Uruguay (2001). Los años indicados entre paréntesis
corresponden al año de inicio de la crisis. Las comparaciones con crisis anteriores deben interpretarse con cautela,
debido a las diferentes circunstancias externas.
8
donde las tasas de inflación eran mayores y muchos países tienen un tipo de cambio vinculado a otra
moneda, había menos espacio para distender la política monetaria.
23.
Los países que tenían mejores indicadores de vulnerabilidad a factores externos en la víspera de
la crisis no solo fueron los últimos en registrar un crecimiento negativo, sino los primeros en reanudar
el crecimiento. En general, la recuperación ha sido más rápida en aquellos países cuyos socios
comerciales han registrado un crecimiento más sólido, aquellos que mantuvieron un nivel de gasto
público más firme durante 2009 y aquellos con un régimen cambiario flexible en lugar de uno
vinculado a otra moneda.
Gráfico 7. Países de ingreso bajo: La caída
del crecimiento fue pronunciada, pero el
crecimiento per cápita se mantuvo más alto
que en crisis anteriores
Medidas anticíclicas en los países de
ingreso bajo 9
24.
La crisis ha afectado a los países de
ingreso bajo principalmente a través de una
fuerte contracción de la demanda de
exportaciones, así como de la disminución de
la IED y las remesas. Para el común de estos
países, esta crisis de la demanda de
exportaciones ha sido la más profunda, al
menos desde la década de 1970 10. En cambio,
la relación de intercambio de la mayoría de
los países de este grupo de ingresos mejoró
ligeramente con respecto a 2008, con
excepción de los países exportadores de
petróleo. Además, la asistencia se mantuvo
bastante bien, contrariamente a los temores
iniciales de que disminuiría mucho en
relación con los niveles de años anteriores.
6
4
(Crecimiento real per cápita; en porcentaje, mediana)
Resto del mundo
(2009)
2
0
Países de
ingreso
bajo
(2009)
Resto del mundo (3 crisis)1/
Países d e ingreso bajo (3 crisis)1/
T-4
T-3
T-2
T-1
Año de la crisis
(T)
-2
-4
1/ Las crisis
anteriores son las de 1975, 1982 y 1991.
Fuentes: Perspectivas de la economía mundial (PEM); cálculos del personal.
25.
La caída del crecimiento real cápita en los países de ingreso bajo fue considerable, pero, a
diferencia de crisis mundiales anteriores y en contraste con lo ocurrido en la mayoría de los mercados
emergentes y las economías adelantadas, en estos países el crecimiento siguió siendo positivo, en
promedio (gráfico 7) 11. Los países de ingreso bajo de Asia registraron la menor disminución del
crecimiento, gracias a sus estrechos lazos comerciales con economías emergentes asiáticas, donde el
crecimiento no sufrió grandes variaciones. Los países de ingreso bajo de África al sur del Sahara
registraron una disminución algo mayor del crecimiento, seguidos por los de América Latina y el
Caribe y los de Oriente Medio y Asia central.
9
Esta sección se basa principalmente en un documento del FMI de próxima aparición titulado “Emerging from
the Global Crisis: Macroeconomic Challenges Facing Low-Income Countries”, y en el documento titulado “The
Implications of the Global Financial Crisis for Low-Income Countries—An Update”, que se puede consultar en
www.imf.org/external/np/pp/eng/2009/092809.pdf.
10
Debido a la falta de datos trimestrales de las cuentas nacionales de la mayoría de los países de ingreso bajo, el
impacto de la crisis en esos países de determina a partir de una comparación de datos de 2009 con datos de años
anteriores, principalmente de 2008. En consecuencia, se ha elegido el año 2009 como el año en que la crisis afectó
a los países de ingreso bajo.
11
En concordancia con la literatura existente, las crisis mundiales anteriores se definen para todos los países de
ingreso bajo como las de los años 1975, 1982 y 1991.
9
26.
La situación en los países de ingreso bajo con anterioridad a la crisis se caracterizó por un
mayor crecimiento y por los saldos fiscales y de la balanza de pagos más sólidos, mayores reservas
internacionales y un menor nivel de endeudamiento y de inflación que en crisis anteriores. Estos
mecanismos de amortiguación se establecieron durante la última década (gráfico 8). Un factor que
también influyó en esta situación fue el alivio de la deuda, incluido el recibido en el marco de la
Iniciativa para los Países Pobres muy Endeudados y la Iniciativa para el Alivio de la
Deuda Multilateral.
27.
Como resultados de los recursos acumulados a modo de protección, el 75% de los países de
ingreso bajo pudieron responder a la crisis mediante la adopción de medidas fiscales anticíclicas. En
promedio, los países de este grupo de ingresos incrementaron el gasto a pesar de la disminución de sus
ingresos y permitieron que su déficit fiscal aumentara, en promedio, en 2,5% del PIB en 2009 con
respecto a 2008. Existen pruebas preliminares de que, al igual que en el caso de los mercados
emergentes, los países de ingreso bajo que inicialmente contaban con mejores mecanismos de
amortiguación tuvieron más margen de maniobra para aumentar el gasto, y de que las medidas fiscales
anticíclicas ayudaron a reducir el impacto de la crisis en el crecimiento y permitieron proteger el
gasto básico.
Gráfico 8. La posición de los países de ingreso bajo antes de la crisis era mucho más sólida
(Promedios anuales simples expresados en porcentaje, salvo indicación en contrario;
para el coeficiente de endeudamiento se usan los promedios de finales de año)
6
(eje de la derecha)
45
40
5
Períodos previos a las crisis anteriores
2005–07
35
4
30
25
3
20
2
15
(eje de la derecha)
10
1
5
0
0
Déficit en cuenta
Déficit fiscal/PIB
Reservas (meses de
corriente ajustado en
importaciones)
función de la IED/PIB
Fuentes: Perspectivas de la economía mundial (PEM); cálculos del personal del FMI.
Nota: Períodos previos a las crisis anteriores: 1972-74; 1979-81; 1988-90.
10
Inflación
Deuda pública externa
Gráfico 9. La crisis ha dejado su sello en los niveles de
endeudamiento de los países de ingreso bajo
40
35
Como porcentaje del PIB
28.
Con respecto a las políticas
monetarias y cambiarias, casi dos tercios
de los países de ingreso bajo sobre los
que se dispone de datos redujeron la tasa
nominal oficial, aunque tal vez no en
toda la medida que permitía la baja
inflacionaria impulsada por la situación
mundial. Además, los países de ingreso
bajo que no vinculaban sus tasas de
cambio a otra moneda a menudo
reaccionaron a las presiones cambiarias
a la baja permitiendo la depreciación del
tipo de cambio.
Valor presente de la deuda antes
de la crisis
Valor presente de la deuda
después de la crisis
30
25
20
15
10
5
29.
La
deuda
sigue
siendo
0
manejable para la mayoría de los países
2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020 2022 2024 2026
de ingreso bajo, pero los niveles de
endeudamiento han aumentado en cierta
Fuente: Perspectivas de la economía mundial (PEM); cálculos del
personal del FMI.
medida como consecuencia de la
12
crisis . Se estima que el valor presente
de la relación deuda-PIB habrá aumentado entre 5 y 7 puntos porcentuales en 2009 y 2010 como
resultado de la crisis (gráfico 8). Según las previsiones, los coeficientes de endeudamiento volverán a
mostrar la tendencia a la baja del período previo a la crisis siempre y cuando se controlen las políticas
fiscales expansionistas a medida que se recupere el crecimiento.
III. PROTECCIÓN DEL GASTO PÚBLICO BÁSICO DURANTE LA CRISIS
30.
Tradicionalmente, los Gobiernos de los países en desarrollo han adoptado medidas fiscales
procíclicas, lo que no representaba un buen augurio para la respuesta a la crisis actual. Además, al
comienzo de la crisis existía el temor generalizado de que los Gobiernos de esos países se verían
obligados a recortar el gasto básico en salud, educación e infraestructura, lo que tendría dos tipos de
consecuencias perjudiciales: a) exacerbar la situación de los segmentos vulnerables de la población ya
golpeados duramente por la crisis, y b) producir efectos negativos en el crecimiento a largo plazo y en
los ODM debido al trastorno ocasionado en el capital humano y al empeoramiento del déficit de
infraestructura. Se esperaba que esos efectos fueran más pronunciados en los países de ingreso bajo,
debido a que esos países tienen menos activos que les sirvan de protección y un acceso más limitado a
los mercados de capital como para amortiguar el impacto de las crisis.
31.
En la sección anterior ya se han documentado las satisfactorias medidas anticíclicas adoptadas
por los países en desarrollo en respuesta a la crisis mundial. Las simulaciones de las tendencias del
gasto indican que la crisis ha reducido la tasa de crecimiento del gasto básico, pero muy probablemente
de una manera menos acentuada que en crisis anteriores; sin embargo, los resultados de estas
simulaciones deberán ser confirmados cuando se disponga de datos efectivos 13. A pesar de la
12
“Preserving Debt Sustainability in Low-Income Countries in the Wake of the Global Crisis”. Documento
preparado
por
personal
del
FMI
y
el
Banco
Mundial,
disponible
en
http://www.imf.org/external/np/pp/eng/2010/040110.pdf.
13
Las simulaciones se basan en el modelo de Lewis, Maureen y Marijn Verhoeven, 2010, “Financial Crises and
Social Spending: The Impact of the 2008-2009 Crisis”, Banco Mundial, junio de 2010. Véase también el gráfico 7
en “G20 and Global Development. Report prepared by Staff of the World Bank for G20 Growth Framework and
Mutual Assessment Process”, Banco Mundial, junio de 2010.
11
desaceleración del aumento del gasto público en salud y educación, es probable que este haya
aumentado en los países en desarrollo como proporción del PIB y en cifras per cápita. En los 30 países
de ingreso bajo respecto de los cuales se dispone de datos sobre los resultados presupuestarios, la
mediana del gasto en salud y educación aumentó 10% en términos reales en 2009. Los datos
disponibles también indican que el gasto en infraestructura no disminuyó drásticamente, como resultado
de las medidas de estímulo adoptadas en muchos países en desarrollo. Aún así, no se puede descartar
que haya repercusiones adversas a corto y largo plazo, habida cuenta de que la crisis interrumpió el
impulso para alcanzar objetivos de desarrollo fundamentales, como los ODM. En el recuadro 1 se
describen las consecuencias que todo esto ha tenido en los ODM.
Recuadro 1. La resistencia a la crisis y los objetivos de desarrollo del milenio
A pesar de las medidas anticíclicas sin precedentes que los países en desarrollo adoptaron para afrontar la crisis
mundial, es inevitable que se produzca un retroceso en alcanzar los ODM. Incluso antes de que se desencadenara
la crisis mundial, y en parte debido a las crisis anteriores del precio de los alimentos y los combustibles, ya había
atrasos en la consecución de algunos ODM, particularmente los relativos a la reducción de la mortalidad infantil y
materna, la terminación de la enseñanza primaria, la lucha contra el hambre y la mejora de los servicios de
saneamiento. La situación es especialmente abrumadora en los Estados frágiles y aquellos afectados por
conflictos, ya que en ninguno de ellos se ha logrado ni un solo ODM.
Además del impacto de la crisis en la pobreza, tema que se analiza en la cuarta sección, se estima que desde 2009
hasta fines de 2015 morirán 1,2 millones más de niños menores de 5 años por causas relacionadas con la crisis, y
350 000 alumnos más tal vez no terminen la educación primaria en 2015. Alrededor de 25 millones menos de
personas tendrán acceso a agua apta para el consumo en 2015 como consecuencia de la crisis (según la magnitud
y la eficacia de las inversiones que se realicen en muchos países en desarrollo).
El impacto de la crisis en los avances para lograr los ODM se ha producido a través de muchos conductos, entre
ellos, la desaceleración del crecimiento económico1/. Si bien el crecimiento varió considerablemente en los
distintos países en desarrollo, este disminuyó de un promedio del 7% en los cinco años anteriores a la crisis al
1,6% en 2009, incluso con las medidas de estímulo fiscal2/. El crecimiento de los países en desarrollo está
repuntando, pero las altas tasas de desempleo en muchos países adelantados podría continuar ejerciendo presiones
a la baja en las remesas de los trabajadores, y las dificultades que afrontan muchas economías avanzadas podrían
poner en peligro los niveles de ayuda. Estos factores harán aún más difícil el logro de los ODM.
En consecuencia, las economías avanzadas y aquellas con mercados emergentes deben intervenir a fin de
resguardar la recuperación mundial. Pueden hacerlo con medidas que permitan, entre otras cosas, aprovechar la
potencia del comercio internacional para que actúe como fuerza impulsora del desarrollo3/. Es necesario
restablecer los mecanismos y las medidas macroeconómicas que hacen posible resistir las crisis económicas, de
manera que los países puedan responder a crisis futuras, mitigar los costos para recuperar el crecimiento y
proteger los avances hacia la consecución de los ODM. Al intensificar las inversiones para reanudar el
crecimiento de la infraestructura, los países de ingreso bajo deben mejorar su capacidad para invertir
eficientemente y tomar empréstitos de manera segura. Al mismo tiempo, se debe tratar de mejorar el acceso de los
pobres a servicios de salud y educación de buena calidad, alimentos al alcance de sus posibilidades económicas,
oportunidades de comercio, financiamiento e infraestructura básica.
1/
En el capítulo 2 del Informe sobre seguimiento mundial 2010 (Banco Mundial y FMI) se presenta un amplio análisis de la
relación entre el crecimiento y los indicadores de desarrollo humano.
2/
Unfinished Business: Mobilizing New Efforts to Achieve the 2015 Millennium Development Goals, Banco Mundial,
septiembre de 2010.
3/
Reaching the MDGs: Macroeconomic Prospects and Challenges in Low-Income Countries, FMI, septiembre de 2010.
12
Impacto en el gasto público, por región
África 14
32.
A diferencia del pasado, los datos preliminares muestran que la mayoría de los países de África
al sur del Sahara ha adoptado una política fiscal anticíclica, y que se ha protegido o ampliado el gasto
básico. Los déficits fiscales aumentaron en dos tercios de los países de la región que experimentaron
una desaceleración del crecimiento. La diferencia fundamental entre los países que establecieron
estímulos fiscales (por ejemplo, Kenya, Nigeria y Tanzanía) y aquellos que recortaron los déficits (por
ejemplo, Ghana, Rwanda y Sudán) fue la política fiscal con anterioridad a la crisis, y si esta dejó un
espacio fiscal para expandir el déficit en respuesta a la disminución de los ingresos.
33.
En 2009, el gasto de capital aumentó en términos reales en más de la mitad de los países de
África al sur del Sahara (la mediana del gasto de capital aumentó aproximadamente 1,5 puntos
porcentuales hasta alcanzar el 9,1% del PIB en 2009 en comparación con 2008). De igual manera, la
situación en los países que adoptaron medidas de estímulo fiscal contrasta notablemente con la de los
países donde fue necesario adoptar una política fiscal más restrictiva. En Kenya y Nigeria, el gasto de
capital aumentó en 1% y 2,5% del PIB, respectivamente, en 2009, mientras que el gasto corriente se
mantuvo prácticamente sin variaciones. Por otro lado, en Ghana y Rwanda, países que adoptaron una
política fiscal más restrictiva, el gasto de capital disminuyó en 1% y 3% del PIB, respectivamente, en
2009, y el nivel de gasto corriente también se mantuvo sin variaciones. En consecuencia, en estos
cuatro países, la variación del gasto obedeció exclusivamente a las variaciones del gasto de capital.
34.
Los países de África al sur del Sahara reasignaron el gasto corriente para destinarlo a las
necesidades de gasto social: las cifras presupuestarias preliminares indican que el gasto en salud y
educación aumentó en términos reales en 20 de los 29 países de ingreso bajo de esa región. Además, un
número creciente de países han establecido sistemas de transferencias monetarias con mecanismos para
determinar a los beneficiarios. Además, con respecto a la protección social, se está tratando de aplicar
una estrategia más orientada al desarrollo por medio de las obras públicas, y se intenta mejorar la
seguridad alimentaria mediante subsidios para los insumos agrícolas. Por ejemplo, en Ghana se amplió
el programa de transferencias monetarias (programa LEAP) para incluir a nuevos beneficiarios, y en la
región norte del país se inició un programa de obras públicas. En Tanzanía, el Gobierno aumentó sus
asignaciones al fondo social TASAF, que financia obras públicas de base comunitaria, e inició un
programa experimental de transferencias monetarias condicionadas (TMC). En Kenya, el Gobierno
puso en marcha un programa de trabajo para los jóvenes (Kazi kwa Vijan), y se elaboró un sistema
focalizado de seguridad alimentaria, a partir de los programas ya existentes. En Tanzanía, los sectores
del algodón y el café se han visto gravemente afectados por la fuerte caída de los precios mundiales de
los productos básicos. En respuesta a esta situación, las autoridades crearon un paquete de
financiamiento por el equivalente del 0,5% del PIB. En Burkina Faso y Malí se crearán paquetes de
apoyo financiero más pequeños para los pobres afectados por la baja de los precios de los productos
básicos. Sudáfrica aumentó los sueldos del sector público y estableció nuevas prioridades de gasto en
beneficio de los sectores sociales (salud, educación, protección social y vivienda, en particular). En el
presupuesto para el ejercicio de 2011 se amplió el programa de obras públicas con el fin de crear
4,5 millones de empleos de corta duración a un costo de R52 000 millones en el período de los
ejercicios de 2011-13 (alrededor del 2% del PIB del ejercicio de 2011). Además, el límite de edad para
recibir subsidios para el mantenimiento de los hijos se aumentó de 15 años a 18 años, con lo cual la
cobertura se amplió de 9 millones de niños a 11 millones.
14
Basado en información proporcionada por personal del Banco Mundial y en Regional Economic Outlook
Sub-Saharan Africa: Back to High Growth? (abril de 2010), FMI, Washington, DC. Véase también K. Krumm y
C. Kularatne, 2010, “Fiscal Policy for Growth in Africa in Light of the Crisis”, Banco Mundial, Washington, DC
(de próxima aparición).
13
Asia oriental y el Pacífico
35.
La mayoría de los países de Asia oriental y el Pacífico, incluidos los de ingreso bajo, pudieron
adoptar medidas de estímulo en respuesta a la crisis. Estos paquetes de medidas fueron especialmente
voluminosos en China (el gasto general del sector público aumentó del 18,7% del PIB en 2007 al 22,6%
en 2009) y Viet Nam (se estima que el déficit fiscal se amplió a aproximadamente el 9% del PIB en
2009, en comparación con alrededor del 1% del PIB en 2008). En Viet Nam, la mayor parte de las
medidas de estímulo se concentraron en el gasto. Estas incluyeron un subsidio a las tasas de interés, la
aceleración de la inversión pública (riego e infraestructura en las zonas rurales, proyectos adicionales
extrapresupuestarios en transporte, educación y salud) y el impulso de la asistencia financiera a las
personas de bajos ingresos y los estudiantes. El gasto básico (definido para Viet Nam como el gasto
total menos los pagos de intereses, el gasto en defensa y en seguridad pública) aumentó en 5 puntos
porcentuales del PIB en 2009 en relación con el nivel medio del período de 2005-08. Tailandia también
estableció un paquete de estímulo, que incluyó nuevos pagos a voluntarios de la salud a nivel
comunitario, 15 años de educación gratuita y pensiones para las personas de la tercera edad que no
estaban cubiertas por el sistema de seguridad social. También se planificó un aumento del gasto en
infraestructura, pero las deficiencias de la gestión de las inversiones públicas han impedido su
implementación oportuna. El paquete de estímulo fue aprobado como una medida extrapresupuestaria
para evitar conflictos con las reglas fiscales de Tailandia.
Europa oriental y Asia central 15
36.
Europa oriental y Asia central fue la región de mercados emergentes más golpeada por la crisis,
y los países que la integran fueron los primeros en reducir el gasto público en todos los ámbitos. Pese a
los esfuerzos para consolidar la situación fiscal, los déficits fiscales aumentaron en los países afectados
de la región. En los 13 países que experimentaron una contracción de por lo menos 5 puntos
porcentuales del PIB real en 2009, ese año el déficit fiscal aumentó en promedio en 4,1 puntos
porcentuales del PIB debido a la disminución de los ingresos 16. La consolidación fiscal fue, en gran
medida, el resultado del recorte del gasto en 2009. Rusia —que recibe importantes ingresos de los
hidrocarburos— fue una excepción y continuó su expansión fiscal en 2009 y 2010.
37.
Los recortes del gasto se realizaron principalmente mediante la reducción de los costos
salariales del sector público y de las pensiones, así como del gasto de capital, pero se hicieron esfuerzos
por proteger el gasto básico en los sectores sociales. Los costos salariales se redujeron mediante el
recorte y el congelamiento de los sueldos, y la reducción de la administración pública (por ejemplo, en
Bulgaria, Croacia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Moldova, Montenegro y Rumania). A pesar de
la necesidad de reducir el gasto, Rumania procuró proteger a los grupos más vulnerables manteniendo
el nivel de la pensión mínima y minimizando los recortes de los programas de asistencia social
dirigidos a grupos específicos. En varios países se protegieron o incrementaron los programas de
asistencia social. Por ejemplo, en Armenia se aumentaron las pensiones, las prestaciones familiares y el
seguro de desempleo, a un costo del 1,5% del PIB de 2009. Además, en Hungría y Letonia se crearon
nuevas redes de protección social, y en otros países (por ejemplo, Moldova y Ucrania) se aumentó el
gasto en los programas de protección social existentes.
América Latina y el Caribe
38.
En América Latina, el gasto social se mantiene firme. Las economías de mayor tamaño
estuvieron en condiciones de instituir medidas sociales de emergencia orientadas a financiar
15
Basado en M. I. Ajwad, 2010, “Coping Well or Barely Coping? Household and Government Responses to the
Great Recession in Europe and Central Asia” (de próxima aparición).
16
Letonia, Ucrania, Lituania, Armenia, Estonia, Rusia, Eslovenia, Rumania, Montenegro, Moldova, Hungría,
Croacia y Bulgaria (en orden decreciente respecto de la disminución del PIB).
14
temporalmente el empleo y transferencias transitorias a los grupos vulnerables. Las excepciones al
panorama de crecimiento favorable en la región son El Salvador y México, donde sendas contracciones
de hasta el 8% en 2009 han creado presiones fiscales. A pesar de estos cambios desfavorables, está
previsto que en México continúen las reformas estructurales de la educación. Si bien está previsto que
en 2009 y 2010 el financiamiento para educación disminuya como porcentaje del gasto del Gobierno
federal, el financiamiento absoluto se incrementará y se mantendrá el ritmo de reforma. El gasto en
salud también disminuirá como porcentaje del gasto total del Gobierno federal, aunque en menor
medida, pero el gasto absoluto se incrementará. México también intensificó los programas de
protección social: entre fines de 2008 y principios de 2010, la cobertura del programa Oportunidades
aumentó un 30%, hasta abarcar a alrededor de 18 millones de personas. El Salvador mantiene el
financiamiento para educación, pero se cree que la proporción disminuya ligeramente debido, en gran
parte, a las reducciones del gasto en salud del Instituto Salvadoreño del Seguro Social.
Asia meridional
39.
Los países de Asia meridional no se han visto tan afectados por la crisis como los de otras
regiones. Con la excepción de India, los voluminosos paquetes de estímulo no formaron parte de las
medidas fiscales adoptadas en la región. Algunos países restringieron sus políticas fiscales y redujeron
el gasto básico; en Sri Lanka, por ejemplo, el gasto público en educación y salud se redujo del 6,3% del
PIB en 2007 al 5,5% del PIB en 2009. En igual período, el gasto social en India aumentó del 4,7% del
PIB al 5,9%, como resultado de las medidas de estímulo fiscal. Los países de Asia meridional también
intensificaron los programas de protección social. Por ejemplo, en 2008 se puso en marcha en
Bangladesh un programa para dar empleo durante 100 días, y en 2009 se inició un programa de
generación de empleo para los más pobres, iniciativas que han contribuido a aumentar el gasto en redes
de protección social del 2% del PIB en el período de 2007-08 al 2,5% en los ejercicios de 2009-10.
Oriente Medio y Norte de África
40.
Aun cuando, en general, el impacto de la crisis en Oriente Medio y Norte de África fue
moderado, varios países de la región adoptaron medidas de estímulo. Entre estas cabe mencionar
nuevas inversiones públicas en infraestructura, apoyo al sector privado y un aumento del gasto social.
En Egipto, el Gobierno aprobó medidas de estímulo equivalentes en promedio al 1,5% del PIB de 2008
y de 2009 para proyectos de inversión en infraestructura, subsidios a la exportación y una reducción de
los aranceles de importación de bienes intermedios y de capital.
41.
Otros programas de estímulo fiscal aplicados en la región comprendieron aumentos de las
inversiones en infraestructura (Líbano y Jordania), los salarios del sector público (Líbano, Marruecos,
Siria y Túnez) y los subsidios sociales (Argelia, Jordania y Líbano), y apoyo a las pymes (Argelia,
Marruecos y Túnez). En cambio, Iraq llevó a cabo un profundo ajuste fiscal en 2009, en respuesta a una
pronunciada disminución de sus ingresos del petróleo. El ajuste se centró principalmente en el gasto
de capital.
IV. ESFUERZOS POR MINIMIZAR EL IMPACTO EN EL BIENESTAR
42.
A pesar de la capacidad de recuperación frente a la caída del producto y de los decididos
esfuerzos desplegados por los Gobiernos de los países en desarrollo para resguardar el gasto básico
(descritos en las primeras tres secciones de este documento), era de prever que una crisis de esta
magnitud y la consiguiente desaceleración —supuestamente temporal— del crecimiento provocarían un
aumento de la pobreza y una disminución del bienestar de la población relacionados con los ingresos y
otros factores. En esta sección se aborda el tema del desempleo, la pobreza, el hambre y los efectos
distributivos de la crisis, así como las medidas de respuesta relativas a la protección social. Cabe
advertir que las repercusiones de la crisis en la pobreza y la nutrición que se analizan en esta sección se
basan en simulaciones y no en datos efectivos. En ellas no se toman en cuenta las medidas de política
para responder a la crisis ni las estrategias utilizadas por los hogares para sobrellevar la crisis. Por lo
15
tanto, la mejor manera de interpretar los resultados es considerarlos como el escenario más desfavorable
del impacto de la crisis en el bienestar de la población de un país determinado17.
Impacto en los mercados laborales: Empleo e ingresos
43.
En los países de ingreso mediano, el impacto en el mercado de trabajo parece haber recaído
mayoritariamente en la calidad del empleo, y no tanto en el número de puestos de trabajo. Un estudio
sobre 28 países muestra que los costos salariales disminuyeron, en promedio, 8 puntos porcentuales
entre diciembre de 2007 y septiembre de 2009, y que el impacto fue particularmente fuerte en los países
de ingreso mediano y aquellos con un régimen de cambio fijo18. Dado que el número de puestos de
trabajo varió poco y que el empleo incluso aumentó en el 60% de los países comprendidos en el
estudio, tres cuartas partes de la desaceleración del crecimiento de los costos salariales se debió a la
pérdida de ingresos.
44.
Esta pérdida obedece a dos factores. En primer lugar, muchos empleadores han reducido las
horas de trabajo. En 4 de los 14 países sobre los que se dispone de datos, el número de horas trabajadas
disminuyó 5% o más. En segundo lugar, la caída de la demanda de importaciones en los países
desarrollados ha provocado un cambio en el mercado laboral que ha significado un alejamiento de los
sectores que anteriormente ofrecían salarios altos. Las encuestas rápidas de evaluación cualitativa
realizadas en diferentes países de Asia oriental confirman que los puestos de trabajo que han
desaparecido a raíz de la crisis tendían a pertenecer al sector formal, mientras que los que se han creado
corresponden con más frecuencia al sector informal y a la agricultura19. El carácter sectorial de las
pérdidas de puestos de trabajo depende de cómo se sienta el impacto macroeconómico en un país
determinado. Por ejemplo, mientras que, en la mayoría de los países, el sector manufacturero sufrió la
mayor crisis del producto, las proyecciones indican que el sector de servicios representará la mayor
proporción de la pérdida de empleos en México y Filipinas 20.
45.
De la misma manera, el impacto en la afluencia de remesas internacionales varía de un país a
otro. En Bangladesh, se calcula que las remesas crecerán 12% entre 2009 y 2010 en cifras monetarias,
aunque las proyecciones indican que estas serán aproximadamente 10% más bajas en 2010 en relación
con una situación sin crisis. En cambio, alrededor del 40% de los hogares de Armenia sufrieron la
pérdida de ingresos laborales, remesas o ingresos de actividades agrícolas en 2009, y el consumo de los
hogares disminuyó 12% en términos reales en relación con 2008. Es probable que el impacto en el
empleo, los ingresos laborales y las remesas se haya traducido en diversos grados de pérdida de
ingresos de los hogares en los distintos países.
Impacto de la crisis en términos de pobreza y desigualdad
46.
Si bien una rápida recuperación económica podría revertir algunos de los efectos de la crisis en
los próximos años, es probable que esta tenga un impacto duradero en la reducción de la pobreza. Para
fines del presente año, la crisis podría agregar unos 64 millones de personas a la población que vive con
menos de US$1,25 al día, y 76 millones a la población que vive con menos de US$2 al día, en
17
Lo mismo es válido con respecto a los resultados señalados a continuación basados en el Informe sobre
seguimiento mundial 2010.
18
G. Khanna, D. Newhouse y P. Paci, 2010, “Fewer Jobs or Smaller Paychecks? Labor Market Impacts of the
Recent Crisis in Middle-Income Countries”. Economic Premise Note 11, Banco Mundial, Washington, DC. Los
países con régimen de cambio fijo son Letonia, Lituania (moneda vinculada al euro), y Venezuela (moneda
vinculada al dólar estadounidense).
19
C. Turk y A. Mason, 2009, “Rapid, qualitative assessments of the impacts of the economic crisis: Overview of
findings from eight countries”, informe preliminar, Banco Mundial, Washington, DC.
20
B. Habib, A. Narayan, S. Olivieri, y C. Sánchez Páramo, 2010, “The Impact of the Financial Crisis on Poverty
and Income Distribution: Insights from Simulations in Selected Countries”, Economic Premise Note 7, Banco
Mundial, Washington, DC.
16
comparación con una situación en que continuara la tendencia del crecimiento económico con
anterioridad a la crisis (2000-07) en los países en desarrollo 21. Para mostrar lo que podría implicar la
crisis para el ODM relativo a la reducción de la pobreza extrema, en el cuadro 1 se presentan
tres situaciones 22.
Cuadro 1. Proyecciones de la tasa de pobreza en 2015
(línea de pobreza: US$1.25/día)
Antes de
Después
la crisis de la crisis
1,5
1,7
Europa y Asia central
1,7
1,8
Oriente Medio y Norte de África
4,6
5
América Latina y el Caribe
5,5
5,9
Asia Oriental y el Pacífico
21,5
22,8
Asia Meridional
35,9
38
África al sur de Sahara
Total
14,1
15
Fuente: Adaptado del Informe sobre seguimiento mundial 2010.
Bajo
crecimiento
2,5
3,3
6,5
7,8
28,6
43,8
18,5
La proyección de la tasa de pobreza en el mundo (el porcentaje de la población mundial que vive en la
pobreza) para el año 2015 es del 15% en comparación con el 14,1% que habría alcanzado si no hubiese
ocurrido la crisis, lo que implica que 53 millones más de personas habrían salido de la situación de
pobreza para el año 2015. Además, si el ritmo de recuperación fuera más lento de lo que se proyecta
para la situación “después de la crisis”, la tasa de pobreza disminuiría más lentamente y se reduciría
apenas al 18,5%. Asia meridional y África al sur del Sahara parecen ser las regiones más afectadas, con
tasas de pobreza, en 2015, 1,3 y 2,1 puntos porcentuales más altas como resultado de la crisis 23. En el
caso de África al sur del Sahara, esta proyección significa que 20 millones menos de personas habrán
salido de la extrema pobreza para el año 2015, incluso en la situación más favorable de
recuperación económica.
47.
Los estudios de casos de países, en los cuales se utilizan datos anteriores a la crisis para simular
las repercusiones de esta a nivel de los hogares, ofrecen ejemplos útiles del probable impacto de la
crisis en la pobreza y en la distribución del ingreso en los países24. Tales simulaciones muestran que, si
bien es probable que el nivel y la profundidad de la pobreza aumenten como consecuencia de la crisis
en relación con las tendencias observadas con anterioridad a esta, hay una gran variación en la forma en
que estas repercusiones se manifiestan en cada país.
48.
En Bangladesh, Filipinas y Polonia, se prevé que el menor crecimiento del PIB arroje,
respectivamente, tasas nacionales de pobreza 1,2, 1,5 y 0,4 puntos porcentuales más altas en 2010, en
21
S. Chen y M. Ravallion, 2010, “Update to the impact of the Global Crisis on the World’s Poorest”,
Banco Mundial.
22
La situación “antes de la crisis” presenta el panorama de la pobreza en el caso de que los países en desarrollo
hubieran mantenido su desempeño en el período de 2000-07. La situación “después de la crisis” supone una
recuperación económica relativamente rápida en 2010, con un sólido ritmo de crecimiento en el futuro. La
situación de “bajo crecimiento” supone que la recuperación de esta crisis se retrasará cinco años; en el pasado esa
ha sido la tendencia de la respuesta frente a graves crisis externas experimentadas por los países en desarrollo.
23
Banco Mundial y FMI, 2010, “The MDGs After the Crisis” (Los ODM después de la crisis). Informe sobre
seguimiento mundial 2010, Washington, DC.
24
En muchos países no se dispone de datos en tiempo real, por lo que en la evaluación se utilizan extrapolaciones
a partir de microdatos correspondientes al período anterior a la crisis. En consecuencia, los resultados están
sujetos a importantes reservas (véanse más detalles en Habib y cols., 2010).
17
comparación con una situación sin crisis 25, 26. Polonia experimentó una crisis macroeconómica
relativamente grande, que ha provocado mayor desempleo; se prevé que la tasa de desempleo sea 2,5 y
3 puntos porcentuales más alta en 2010 y 2011, respectivamente, que en ausencia de la crisis. Sin
embargo, debido a las generosas prestaciones de seguro de desempleo que existen en Polonia, el
impacto de la crisis en la pobreza ha sido el más bajo de estos tres países.
49.
En México, Letonia y Turquía es probable que una contracción del PIB haya provocado un
aumento de la pobreza entre los años previos y posteriores a la crisis 27. En México, el PIB se contrajo
casi 7% entre 2008 y 2009; se estima que ello elevó la tasa de pobreza en 3,4 puntos porcentuales. Las
proyecciones indican que, para 2011, el PIB habrá recuperado los niveles que tenía antes de la crisis, y
aun cuando se piensa que la pobreza disminuirá a medida que se reanude el crecimiento, en 2011 habrá
más mexicanos pobres que en 2008. En Letonia, se estima que el índice de recuento de pobreza
aumentó de alrededor del 14% al 20% entre 2008 y 2009. En Turquía, país donde, según estimaciones,
la pobreza aumentó 4,3 puntos porcentuales entre 2008 y 2010, las repercusiones obedecen
fundamentalmente a la falta de creación de empleo frente a un aumento acelerado de la fuerza de
trabajo. Como probablemente el seguro de desempleo haya protegido a los trabajadores del sector
formal contra el riesgo de caer en la pobreza, la mayoría de las pérdidas corresponden al
sector informal.
Impacto en la nutrición
50.
Es probable que las repercusiones de la crisis mundial en la nutrición hayan sido considerables,
como se concluye en un estudio reciente en el que se estima el impacto que tuvo la desaceleración del
crecimiento en 2009 a causa de la crisis financiera en la subalimentación de la población 28. Dichas
estimaciones indican que hay 41,3 millones más de personas subalimentadas que si no se hubiese
producido la crisis económica 29. Las estimaciones del incremento del número de personas que padecen
hambre coinciden con la proyección más reciente de la FAO, que superaba los 1000 millones de
personas en 2009.
51.
No obstante, los indicadores del estado nutricional basados únicamente en la ingesta de
suficientes calorías pueden subestimar el verdadero impacto a largo plazo de estas crisis. Los hogares
pagan un precio muy alto en el largo plazo al verse obligados a buscar alternativas para la dieta
alimentaria —ya que dejan de consumir alimentos nutritivos y los cambian por fuentes calóricas más
baratas— y a recortar el gasto en salud y educación durante los períodos de crisis. Los niños nacidos
durante las sequías que afectaron a Zimbabwe tenían una estatura considerablemente más baja en la
adolescencia y comenzaron a asistir a la escuela a una edad más tardía que el promedio. El estado
25
El impacto de la crisis en la pobreza en cada país se determina en relación con las respectivas líneas de pobreza
nacionales, a diferencia de las líneas de pobreza mundiales que se emplean para las proyecciones mundiales y
regionales indicadas.
26
Las proyecciones del PIB real (con la crisis) en 2010 para Bangladesh, Filipinas y Polonia fueron 2,2%, 4,9% y
5,3% inferiores a lo que habían sido en una situación sin crisis; los pronósticos más recientes son, en general,
más optimistas.
27
Para los resultados correspondientes a Letonia y Turquía, véase Aran, M., M. Azam, M. I. Ajwad, y
J. Hentschel, 2010, “A Methodology Note on the Employment and Welfare Impacts of the 2007-08 Financial
Crisis”. Borrador, Banco Mundial.
28
La desaceleración del crecimiento se calcula como la diferencia entre el crecimiento efectivo en 2009 y los
pronósticos del crecimiento para 2009 realizados por el Banco Mundial con anterioridad a la crisis. Véase
S. Tiwari y H. Zaman, 2010, “The Impact of Economic Shocks on Global Undernourishment”. Documento de
trabajo sobre investigaciones relativas a políticas de desarrollo 5215, Banco Mundial.
29
Las estimaciones no solo toman en cuenta la crisis de crecimiento, sino también la disminución de los precios
de los alimentos y son, por lo tanto, el efecto neto de ambos factores (el hecho de que la crisis de crecimiento
aumente el problema de la subalimentación de la población contrarresta con creces el efecto positivo de la caída
de los precios de los alimentos en la subalimentación).
18
nutricional en la primera infancia puede tener consecuencias duraderas hasta la vida adulta, incluso en
lo que respecta a los sueldos en el mercado de trabajo 30. Además, en la medida en que estas
repercusiones en el capital humano interfieran en el crecimiento económico, ellas restan capacidad a los
países para mitigar los efectos de las crisis que pudieran ocurrir en el futuro.
Impacto en la distribución del ingreso: Quiénes son los afectados y de qué manera
52.
La crisis parece haber tenido un impacto leve en los índices agregados de desigualdad en la
mayoría de los países estudiados. Las cifras agregadas, sin embargo, no muestran completamente cómo
se distribuye dicho impacto. Se estima que algunas regiones y grupos de ingreso dentro de cada país
sufrieron más pérdidas que otros, según los sectores y las fuentes de ingreso más afectados.
53.
Las consecuencias de la crisis en los ingresos son relativamente considerables en los hogares de
ingreso mediano, y los pobres de algunos de los países más golpeados también se han visto gravemente
afectados. En México y Filipinas, casi la quinta parte de los hogares que pueden describirse como de
“clase media” (entre los percentiles 40 y 80 del ingreso) sufre pérdidas que los sitúan en un decil de
ingresos más bajo 31. En México, donde la crisis ha sido más grave, las proyecciones indican que el 20%
más pobre de los hogares sufrirá, en promedio, una pérdida de ingreso per cápita de alrededor de 8%
entre 2008 y 2009, en comparación con el 5% si se tiene en cuenta la totalidad de la población. En
Letonia, donde probablemente el 40% más pobre de la población haya sido el más golpeado por la
crisis, los pobres de las zonas rurales pueden haber quedado algo menos expuestos debido a su
aislamiento de la economía formal. En Mongolia, los hogares urbanos más pobres sufren el mayor
impacto, y se calcula que los hogares de medianos y altos ingresos registrarán las mayores mejoras de
sus ingresos en el período de recuperación una vez superada la crisis.
54.
En general, el impacto de la crisis en el medio de la distribución del ingreso puede atribuirse
principalmente a las graves perturbaciones del empleo en las zonas urbanas, y sobre todo en los sectores
de manufacturas y exportación que emplean a muchos trabajadores de hogares de ingreso mediano. En
comparación con las pérdidas de ingresos laborales, las pérdidas como consecuencia de la disminución
de las remesas tienden a concentrarse más en los hogares de mejor situación económica que las
pérdidas de ingresos laborales. La razón principal es que la distribución inicial (antes de la crisis) de las
remesas se inclinaba hacia los hogares de mejor situación económica.
55.
La crisis también puede haber afectado a las mujeres de distinta manera que a los hombres. Los
datos disponibles de crisis anteriores indican que las mujeres se ven afectadas de una manera
desproporcionada como consecuencia de la reducción de los ingresos de las mujeres que ya tenían
empleo, y del ingreso al mercado laboral de “trabajadoras marginales” con baja remuneración. El
segundo fenómeno, que predominó en la crisis de Asia oriental de 1997 y en la crisis de la deuda de
América Latina a principios de la década de 1980 y fines de la de 1990 32, suele ser más marcado en el
sector informal, que normalmente paga sueldos mucho más bajos pero emplea mujeres más fácilmente.
Por ejemplo, en estudios de casos de recolectores de desperdicios, trabajadores desde el propio hogar y
vendedores callejeros (mayoritariamente mujeres) en 10 países revelan un deterioro de las condiciones
de trabajo y una disminución de los ingresos como consecuencia de la crisis actual33. Hay ciertos datos
30
J. Hoddinot, J. Maluccio, J. Behrman, R. Flores y R. Mortorell, 2008, “Effect of a Nutrition Intervention During
Early Childhood on Economic Productivity in Guatemalan Adults”, Lancet 371, págs. 411 a 416.
31
Cada decil equivale al 10% de la población del país, cuando los hogares se clasifican de acuerdo al consumo o
ingreso per cápita.
32
S. Sabarwal, N. Sinha, y M. Buvinic, 2009, “The Global Financial Crisis: Assessing Vulnerability for Women
and Children”. Reseña sobre políticas, Red sobre Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del
Banco Mundial, Grupo sobre Cuestiones de Género y Desarrollo, Washington, DC.
33
Z. E. Horn, 2009, “No Cushion to Fall Back On: The Global Economic Crisis and Informal Workers”. Informe
sobre el proyecto Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando/Ciudades Inclusivas.
19
disponibles que indican que los hombres y las mujeres pueden haberse visto afectados por la crisis de
manera diferente en los mercados de trabajo, de acuerdo con la naturaleza de los sectores en los que
fuera probable que encontraran empleo. En Camboya, en los dos sectores más afectados (vestuario y
construcción), el sector de la construcción, donde predominan los hombres, se ha ajustado
principalmente mediante el despido de trabajadores, mientras que en el del vestuario, donde
predominan las mujeres, se ha recurrido principalmente a la reducción de las horas de trabajo.
Los hogares “vulnerables a la crisis” constituyen un nuevo desafío
56.
Por “hogares vulnerables a la crisis” se entiende aquellos hogares que no habrían sido
calificados como pobres en ausencia de la crisis. Las características de estos hogares son muy diferentes
de las de aquellos crónicamente pobres (es decir, hogares pobres haya o no haya crisis). En el caso de
Polonia, Bangladesh, Filipinas, México y Mongolia, se estima que los hogares vulnerables a la crisis
comprenden entre el 0,4% y el 3% de la totalidad de los hogares en 2010, y que sufren pérdidas de
ingresos mucho mayores que los hogares medios de cada país. En general, los hogares vulnerables a la
crisis suelen ser más urbanos y más económicamente activos, y sus integrantes tienen mayor nivel de
instrucción que los hogares crónicamente pobres. En México, por ejemplo, también es más probable
que los integrantes de los hogares vulnerables a la crisis estén empleados en el sector de manufacturas y
estén encabezados por mujeres, en comparación con el resto de la población, incluidos los
crónicamente pobres.
57.
Como se ha señalado al comienzo de esta sección, los resultados que aquí se presentan se basan
en simulaciones y no en datos reales del período de la crisis. Los escasos datos empíricos disponibles,
procedentes de encuestas de hogares realizadas en 2009 en Armenia y Rumania, por ejemplo, indican
que las tasas de pobreza tal vez no hayan aumentado tanto como se había previsto inicialmente 34.
Además, en algunos países, las estrategias de los hogares para sobrellevar la crisis y las medidas de
política pueden ayudar a atenuar el impacto de la crisis en los grupos vulnerables. Los resultados de
encuestas cualitativas sobre Asia oriental indican que es más probable que los trabajadores sobrelleven
la pérdida del empleo o la disminución de las horas de trabajo tomando varios empleos. La ampliación
de los programas sociales de transferencias monetarias en Polonia y México pueden haber mitigado en
parte el impacto de la crisis en la pobreza, sobre todo en los más pobres, y los programas de asistencia
social y de pensiones también pueden explicar el impacto relativamente limitado en la pobreza en
Armenia y Rumania. Por último, el seguro de desempleo ha protegido a muchas personas en algunos
países, como Polonia y Turquía.
Programas de protección social
58.
Frente a las crisis sucesivas de los alimentos y los combustibles y la crisis financiera, los países
en desarrollo se han visto en la necesidad de actuar para frenar las consecuencias sociales, y lo han
hecho con diversos grados de éxito. Antes de que se desencadenaran estas crisis, la protección social
era fragmentada e inadecuada, sobre todo en África al sur del Sahara 35. Un estudio sobre 120 países
realizado durante la crisis alimentaria reveló que la mayoría de los programas de protección social en
África al sur del Sahara eran programas alimentarios, entre los cuales los más populares eran los
programas de comedores escolares y alimentos por trabajo 36. La cobertura de estos programas es
34
Véanse Banco Mundial, 2010, “Armenia: The 2008-09 Global Economic Crisis, Policy Responses, and
Household Coping Strategies”, y M. Azam y A. Isik-Dikmelik, 2010, “Technical Note on the Recent Trends in
Poverty in Romania”, Banco Mundial, Washington, DC.
35
A. McCord, 2010, “The impact of the global financial crisis on social protection in developing countries”.
International Social Security Review, Vol. 63, 2/2010.
36
Q. Wodon y H. Zaman, 2010, “Higher food prices in Sub-Saharan Africa: Poverty Impact and Policy
Responses”, World Bank Research Observer, Vol. 25 (1).
20
limitada, pero (como se observa en el recuadro 2) la crisis alimentaria ha sido un importante elemento
catalizador para ampliar en cierta medida esos programas e introducir algunas innovaciones.
59.
La mayoría de los países en desarrollo aún no tienen mecanismos adecuados de protección
social para la mayoría de los pobres y los segmentos vulnerables de la población. Para muchos de estos
países, las posibilidades de ampliar la protección social para ir en ayuda de aquellas personas que se
sumieron aún más en la pobreza y de los “nuevos pobres” eran limitadas debido a la disminución del
espacio fiscal. Al igual que en el pasado, los países tuvieron dificultades para crear nuevos planes o
adoptar medidas adecuadas con suficiente rapidez para atenuar el impacto de la crisis37.
60.
Los países de ingreso mediano, que en general se vieron más afectados por la crisis financiera
que los países de ingreso bajo, utilizaron eficazmente los sistemas de protección social existentes y
crearon nuevos programas. Argentina, Brasil, Chile, Corea y México aprovecharon lo aprendido en
crisis anteriores que tuvieron amplias repercusiones sociales como punto de partida para poner en
marcha nuevos planes de reemplazo de ingresos dirigidos a los desempleados, o de asistencia social
para los pobres 38. Estos países estaban mejor preparados para afrontar las consecuencias de la crisis de
manera sistémica. Por ejemplo, el pilar fundamental de la respuesta de Argentina frente a la crisis fue la
ampliación de los programas de obras públicas, un importante programa de transferencias para los jefes
de hogar desempleados, y subvenciones por hijos a cargo para las familias en situación vulnerable de la
economía informal.
Recuadro 2. La crisis alimentaria como elemento catalizador
para mejorar los programas de protección social
La crisis alimentaria, que se desencadenó durante 2007 y alcanzó su punto culminante en 2008, cuando se
dispararon los precios de los alimentos, tuvo su mayor impacto en los pobres. La crisis ha sido un importante
elemento catalizador para poner sobre aviso a los países acerca de la necesidad de contar con mecanismos de
protección social para ir rápidamente en ayuda de los grupos más vulnerables de los países de ingreso bajo y de
ingreso mediano. El problema principal en el contexto de la limitación de recursos fiscales y capacidad
administrativa era cómo llegar a los hogares más necesitados de ayuda, especialmente en los países de ingreso
bajo. A continuación se presentan algunos ejemplos.
En Pakistán, en la segunda mitad de 2008 se puso en marcha, en forma experimental, el Programa Benazir de
Apoyo a los Ingresos. En un período de ocho meses, el Gobierno amplió su cobertura para beneficiar a
2,2 millones de personas.
Motivado en un comienzo por la crisis de los alimentos, Bangladesh puso en marcha un nuevo programa dirigido
a alrededor de 2 millones de personas para darles empleo durante 100 días en el ejercicio de 2009, que se
convirtió en el programa de protección social más grande del país.
En algunos países, debido a las grandes lagunas en la cobertura de los programas de protección social, fue
necesario combinar medidas bien focalizadas con otras menos específicas para poder manejar la crisis alimentaria.
En Etiopía, por ejemplo, el Gobierno suspendió en todo el país tanto el impuesto al valor agregado como los
impuestos sobre el volumen de negocios aplicables a todos los cereales. En las zonas rurales, el Gobierno amplió
los subsidios y la cobertura del programa de transferencias y alimentos por trabajo, que constituye el pilar
fundamental del sistema de protección social en Etiopía.
37
Por ejemplo, a fin de proteger el consumo de los pobres, algunos países de América Latina y el Caribe lograron
reajustar el monto de los subsidios o modificar los requisitos que debían cumplir los beneficiarios para recibir
TMC. Sin embargo, esto se pudo hacer solamente en seis programas de TMC (de los 16 que existen en la región);
los demás no tenían suficiente flexibilidad presupuestaria y administrativa. Véase H. Ribe, D. A. Robalino e I.
Walker, 2010, “Achieving Effective Social Protection for All in Latin America and the Caribbean: From Right to
Reality”, Banco Mundial, Washington, DC.
38
S. Freije Rodríguez y E. Murrugarra, 2009, “Labor markets and the crisis in Latin America and the Caribbean (a
preliminary review for selected countries)”, en Latin-America beyond the crisis: Impacts, policies and
opportunities, Banco Mundial, Washington, DC.
21
En Filipinas se pusieron en marcha más de 60 programas de protección social administrados por más de 20
organismos públicos. Como resultado de la crisis alimentaria, el Gobierno comenzó a consolidar los programas en
una sola estrategia de bienestar social para el país. En 2008 puso en marcha un programa experimental de TMC
que se está ampliando gradualmente. Durante 2008, y también en 2009, el Gobierno aumentó el gasto en
protección social para ir en ayuda de quienes se han visto afectados por las crisis mundiales.
Aún no se sabe si la ampliación de todos estos programas ha sido suficiente para frenar el aumento de la pobreza.
Por ejemplo, Brasil actuó rápidamente frente a la crisis alimentaria ampliando su principal programa de TMC
—Bolsa Família (la cobertura pasó de 11,1 millones de familias en 2007-08 a 12,8 millones en 2009, y el monto
de las transferencias se incrementó un 10%)— y aumentó las prestaciones del programa Benefício de Prestação
Continuada de subvenciones jubilatorias y por discapacidad condicionadas al nivel de ingresos de los
beneficiados. Las evaluaciones señalan que estas medidas protegieron a los extremadamente pobres pero fueron
demasiado limitadas como para marcar una diferencia importante en el aumento de la desigualdad y del índice de
recuento de la pobreza.
61.
A pesar de estas respuestas y de la capacidad de los hogares para sobrellevar la crisis
recurriendo a sus propias estrategias, hay indicios de que habrá un retroceso en el alivio de la pobreza y
la reducción del hambre, y que en algunos países este será significativo. La crisis pone de relieve la
necesidad de aplicar estrategias para reducir la pobreza y el hambre y de establecer, como una prioridad
urgente, redes de protección social adecuadas que puedan financiarse con recursos fiscales. Idealmente,
estas redes deberían diseñarse con flexibilidad para que puedan ampliarse o desplegarse en caso de que
se produzca una crisis económica. A medida que la crisis comienza a disiparse, no se debe permitir que
disminuya el impulso ganado en esta materia.
62.
Con respecto a esto, una conclusión importante de esta crisis mundial es la necesidad de
combinar dos tipos de mecanismos de protección social: apoyo a los ingresos para los desempleados y
asistencia social específica, que suele estar dirigida a quienes se encuentran en una situación de pobreza
crónica. El apoyo a los ingresos en la forma de subsidios de desempleo ayuda a los trabajadores
despedidos y también podría tener ventajas macroeconómicas al estabilizar la demanda agregada. Su
principal inconveniente es que la mayoría de los planes existentes cubren solamente a los trabajadores
del sector formal. Incluso en los países de ingreso mediano, más del 50% de la fuerza laboral carece de
acceso a subsidios de desempleo o protección laboral “automáticos” 39. Por esta razón, es importante
que los países en desarrollo combinen la asistencia a los desempleados con programas de asistencia
social focalizados. Cuando estos programas están bien diseñados, pueden ampliarse durante los
períodos de crisis, pero tal vez no sean el instrumento más adecuado para cubrir suficientemente a todos
quienes necesitan apoyo a los ingresos en forma temporal, dado que las características de quienes
corren peligro de caer en la pobreza debido a la crisis (es decir, las personas vulnerables a las crisis)
pueden ser muy distintas de las de quienes sufren pobreza crónica, como se ha señalado anteriormente.
V. EL PAPEL DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS INTERNACIONALES
63.
La capacidad para reanudar el crecimiento y proteger el gasto básico que demostraron los
países en desarrollo durante la crisis mundial no fue un fenómeno que ocurrió de la noche a la mañana
ni una mera casualidad. Fue más bien una merecida recompensa por las acertadas reformas
macroeconómicas y financieras que han realizado los países en desarrollo en los últimos años. En los
países con mercados emergentes, las crisis que comenzaron con Asia oriental en 1997 y luego
continuaron durante los años siguientes, culminando con Argentina y Turquía en 2000-01, impulsaron
reformas fiscales y financieras, así como el autoseguro mediante la acumulación de reservas en divisas
y una mejor gestión de los activos y pasivos externos. Los mecanismos de amortiguación que se
39
Organización Internacional del Trabajo, 2010, World Social Security Report 2010/11. Providing coverage in
times of crisis and beyond.
22
establecieron como producto de dichas reformas les resultaron muy útiles durante esta crisis, que ha
sido la más grande de la era de la posguerra. Para los países de ingreso bajo, las mejoras de las
instituciones y las políticas desde el inicio del nuevo milenio, en combinación con el alivio de la deuda,
han sido factores importantes para lograr esa capacidad de recuperación. Por lo tanto, el mérito con
respecto a la resistencia y capacidad de recuperación de los países en desarrollo es en gran medida de
los propios países. No obstante, las IFI, con inclusión del Grupo del Banco Mundial, el FMI y los
bancos regionales de desarrollo, han cumplido una función catalítica y de apoyo muy importante, a
través del diálogo sobre políticas y un aumento sin precedente del financiamiento suministrado.
Gráfico 10. Medidas fiscales anticíclicas adoptadas por los mercados emergentes
(Indicadores fiscales, como porcentaje del PIB)
34
10
(Indicadores fiscales, como porcentaje del PIB)
32
8
Gasto
Ingresos del
Estado
30
28
26
6
4
Déficit fiscal
(derecha)
2
24
0
2007
2008
2009
2010
Fuente: PEM, cálculos del personal del Fondo
64.
La comunidad internacional respaldó las políticas anticíclicas adoptadas por los mercados
emergentes, cuyo componente fiscal está representado en el gráfico 10. Junto con otras IFI, el FMI y el
Banco Mundial suministraron rápidamente considerables volúmenes de financiamiento para ayudar a
los países a hacer el ajuste. En los ejercicios de 2008-09 y 2009-10, los compromisos de financiamiento
del FMI a través de la Cuenta de Recursos Generales totalizaron US$217 000 millones, y los
desembolsos ascendieron a US$57 000 millones. El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
(BIRF) —que suministra financiamiento e instrumentos de gestión de riesgos y presta otros servicios
financieros a los mercados emergentes— estableció nuevos compromisos por una cifra sin precedentes
de US$33 000 millones en el ejercicio de 2009, que prácticamente triplicó el nivel de compromisos del
ejercicio anterior, y en el ejercicio de 2010 volvió a marcar otro récord con US$44 000 millones. El
total de desembolsos del BIRF alcanzó los US$48 000 millones durante los ejercicios de 2009-10, casi
cinco veces el nivel del ejercicio de 2008.
65.
Los países de ingreso bajo debieron afrontar el alza de los precios de los alimentos que
comenzó en 2007 y alcanzó su punto culminante en 2008. En el recuadro 3 se describe la respuesta
encabezada por el Banco Mundial frente a esta crisis, que precedió a la crisis mundial y tuvo
repercusiones particularmente profundas en ese grupo de países. El FMI también proporcionó respaldo
adicional para afrontar la crisis de los precios de los alimentos y los combustibles a través de sus
servicios de financiamiento en condiciones concesionarias.
23
Recuadro 3. El Programa para Hacer Frente a la Crisis Mundial de los Alimentos (GFRP)
El GFRP se puso en marcha en tiempo récord en mayo de 2008 para ayudar a los países de ingreso bajo a
contrarrestar los efectos del alza y la inestabilidad de los precios de los alimentos y adaptarse a las cambios de los
mercados mundiales de alimentos y fertilizantes, y, al mismo tiempo, evitar la adopción de políticas que
provocaran distorsiones, tales como prohibiciones de exportación o compras forzosas de cereales por parte del
Estado. Sus dos objetivos principales eran:
•
la rápida mitigación del impacto de la crisis en los segmentos vulnerables de la población a través de
programas de protección social y apoyo presupuestario;
•
facilitar el abastecimiento de alimentos a más largo plazo mediante la mejora de la cadena de suministro
y de la gestión del agua.
El total de las operaciones (aprobadas y en tramitación) financiadas por el Banco Mundial y con recursos
externos en el marco del GFRP alcanza los US$1460 millones y, hasta el momento, los desembolsos efectivos
suman US$976 millones. Las operaciones financiadas por el Banco apoyan a 27 países de ingreso bajo, y las que
se financian con recursos externos en el marco de este programa apoyan a otros 12 países.
Los resultados concretos han sido notables. Una encuesta sobre Níger indica que el rendimiento de los cultivos
de arroz fuera de temporada en 2009 en las zonas apoyadas por proyectos del GFRP fueron 20% superiores a los
rendimientos obtenidos fuera de temporada en 2008. En Togo, 92 escuelas situadas en zonas rurales pobres
propensas a las inundaciones recibieron fondos para preparar alimentos para más de 21 000 alumnos. En Etiopía,
a través del GFRP se compró un total de 510 000 toneladas de fertilizantes con recursos de la Asociación
Internacional de Fomento (AIF) para la temporada de producción de 2009, gracias a lo cual se logró evitar por
escaso margen lo que en otras circunstancias habría sido un desastre alimentario que habría durado varios años.
Se calcula que tan solo en Etiopía unas 550 000 personas se han beneficiado de este programa en 2009.
66.
La inestabilidad de los precios de los alimentos sigue siendo una amenaza y los análisis
recientes revelan una mayor inestabilidad de los precios internos desde la crisis alimentaria de 200840.
Desde mediados de junio de 2010, los precios mundiales del trigo han aumentado más de 50%, lo que
ha tenido repercusiones en el arroz, el maíz y el sorgo. Fomentar el incremento de la producción
agrícola de una manera ambientalmente sostenible en los países de ingreso bajo es parte fundamental
del programa del Banco relativo a la seguridad alimentaria. A través de su Plan de Acción para la
Agricultura, el Grupo del Banco Mundial ha ido incrementando el apoyo de largo plazo a este sector: en
el ejercicio de 2010 se aprobaron nuevos proyectos en 50 países por un total de US$4100 millones en
nuevo financiamiento de la AIF y el BIRF y US$2000 millones provenientes de la Corporación
Financiera Internacional (IFC). El 81% del apoyo de la AIF/BIRF se ha concentrado en África y Asia
meridional y oriental. En el marco del Plan de Acción para la Agricultura se proyecta un aumento del
financiamiento del Grupo del Banco Mundial, de US$4100 millones anuales en los ejercicios de
2006-08 a entre US$6200 millones y US$8300 millones anuales en los ejercicios de 2010-12. Además,
el Banco también ha colaborado con otros organismos multilaterales en la creación del Programa
Mundial para la Agricultura y la Seguridad Alimentaria como un medio para invertir en esos dos
campos en los países pobres; las promesas de recursos alcanzan los US$914 millones a lo largo de tres
años. Este programa se creó en respuesta a una solicitud del G-20 formulada en Pittsburg en septiembre
de 2009, tras las promesas de recursos hechas por el G-8++ en L’Aquila en julio de ese mismo año.
67.
Tal como lo ha hecho con los mercados emergentes, la comunidad internacional también
respaldó las medidas anticíclicas adoptadas por los países de ingreso bajo. Por ejemplo, muchos
programas respaldados por el FMI apoyaron la considerable acomodación fiscal en ese grupo de países
(gráfico 11). Teniendo en cuenta los aspectos relativos a la sostenibilidad de la deuda, los programas
para los países con niveles moderados de endeudamiento dieron margen para una mayor expansión
40
Food Price Watch, mayo de 2008, Banco Mundial.
24
fiscal que los programas para los países con elevados niveles de deuda41. Los países también se
beneficiaron del apoyo financiero sin precedentes brindado por el FMI y el Banco Mundial. Los
compromisos de financiamiento en condiciones concesionarias realizados por el FMI a los países de
ingreso bajo en los ejercicios de 2008-09 y 2009-10 ascendieron a US$5000 millones, y los
desembolsos alcanzaron los US$3000 millones. Además, en el marco de la asignación de derechos
especiales de giro correspondiente a 2009, los países de ingreso bajo recibieron US$18 000 millones
para aumentar sus reservas de divisas. Las donaciones y los créditos a largo plazo sin interés otorgados
por la AIF a los Gobiernos de los 79 países más pobres del mundo aumentaron marcadamente hasta
alcanzar los US$29 000 millones durante el ejercicio de 2009-10, y los desembolsos totalizaron cerca
de US$21 000 millones.
Gráfico 11. Medidas fiscales anticíclicas adoptadas por los países de ingreso bajo
30
(indicadores f iscales, como porcentaje del PIB)
14
12
29
Gasto (izquierda)
10
28
8
27
Ingresos y donaciones
(izquierda)
26
6
4
2
25
0
24
-2
Saldo f iscal (izquierda)
23
-4
22
-6
2007
2008
2009
2010
Fuentes: Perspectivas Económicas Mundiales (PEM),
cálculos del personal del Fondo.
Fuente: PEM, cálculos del personal del Fondo.
68.
Durante el ejercicio de 2009-10, el financiamiento del Banco Mundial destinado a redes de
protección social en 58 países sobrepasó los US$5600 millones, que equivalen a siete veces el
promedio del período anterior a la crisis (ejercicios de 2006-08). Dicho financiamiento ayuda a los
Gobiernos a mantener el gasto en programas para ir en ayuda de la población pobre y otros grupos
vulnerables a la crisis mediante el incremento de sus ingresos, el aumento de la asistencia a la escuela,
la mejora de la nutrición, el fomento del uso de los servicios de salud y la creación de oportunidades
laborales para los desempleados —incluidas aquellas personas que han caído en la pobreza debido a la
crisis financiera—, y otras personas con discapacidades o víctimas de discriminación. Los programas
sobre protección social respaldados por el Banco han incluido transferencias monetarias tanto
condicionadas como no condicionadas, programas de obras públicas y transferencias en especie (por
ejemplo, programas de comedores escolares). El Banco también estableció junto con otros donantes un
41
Véase “Creating Policy Space-Responsive Design and Streamlined Conditionality in Recent Low-Income
Country Programs”, en www.imf.org/external/np/pp/eng/2009/091009A.pdf.
25
programa de respuesta social rápida como parte de su marco general de respuesta ante la crisis, a fin de
proteger la vida de los habitantes de los países de ingreso mediano e ingreso bajo y resguardar sus
medios de vida durante la crisis mundial. Hasta septiembre de 2010, el Fondo Fiduciario de Múltiples
Donantes del Programa de Respuesta Social Rápida había asignado US$37,6 millones para 34
actividades, de las cuales 25 se concentran en redes de protección social (70% del monto asignado) y
16, en países de África (58% del monto asignado).
69.
En lo que respecta al apoyo al sector privado durante la crisis, IFC puso en marcha diversas
iniciativas para complementar sus estrategias más generales y ayudar a las empresas privadas de los
mercados emergentes a enfrentar condiciones del mercado nunca antes vistas. En colaboración con una
amplia gama de asociados, IFC emprendió iniciativas para ayudar a eliminar los obstáculos al flujo de
crédito a las microempresas y pymes, ayudar a las empresas a administrar activos problemáticos y
aliviar problemas regionales específicos. Estas iniciativas incluyeron los programas de IFC de
financiamiento para el comercio (el Programa Mundial de Financiamiento para el Comercio y el
Programa de Liquidez para el Comercio Mundial), el Fondo para el Mejoramiento de las
Microfinanzas, el Mecanismo de Financiamiento de la Infraestructura Afectada por la Crisis, los
servicios de asesoría sobre acceso al financiamiento, y el Programa de Recuperación de Deudas y
Activos. Con la colaboración de Gobiernos e IFI asociados, el apoyo a estas iniciativas totalizó más de
US$11 000 millones, que incluyeron más de US$6000 millones en recursos propios de IFC,
US$2000 millones aportados por Gobiernos e IFI asociados a través de IFC y US$3000 millones a
través de mecanismos de financiamiento paralelo. IFC también ha puesto en marcha planes de acción
coordinados con otras IFI en África, Europa central y oriental, y América Latina y el Caribe. Estas
iniciativas han sido parte importante de la respuesta de IFC a la crisis financiera mundial y continúan
produciendo un impacto considerable en el desarrollo. En total, los desembolsos de IFC alcanzaron los
US$12 000 millones en el ejercicio de 2009-10.
VI. CONCLUSIONES
70.
Para poder hacer una evaluación definitiva del pleno impacto de la crisis mundial en los países
en desarrollo habrá que esperar un poco más de tiempo y recopilar más datos, especialmente sobre las
repercusiones en los hogares. No obstante, las pruebas presentadas en este documento revelan una
impresionante capacidad de recuperación del crecimiento tanto en los países de ingreso mediano como
en los de ingreso bajo. En general, los países en desarrollo estuvieron en condiciones de expandir los
déficits fiscales y resguardar el gasto básico. Si bien se ha producido un aumento de los coeficientes de
endeudamiento en los países de ingreso bajo, esto no debe causar gran preocupación mientras los
déficits fiscales se controlen gradualmente a medida que se afianza la recuperación.
71.
A diferencia de la capacidad de recuperación del crecimiento y de las medidas adoptadas para
resguardar el gasto básico, la protección de los grupos vulnerables en los países en desarrollo ha sido un
reto mucho más difícil debido a que los mecanismos de protección social son relativamente deficientes,
sobre todo en los países de ingreso bajo, y también, en parte, a las restricciones fiscales.
72.
En adelante, el resguardo de la recuperación mundial para asegurar la solidez y sostenibilidad
del crecimiento mundial es el requisito más importante para lograr un mayor crecimiento en los países
en desarrollo y para recuperar el impulso en la reducción de la pobreza y mejorar las condiciones de
vida de las personas. Estos países tienen que comenzar a restablecer los mecanismos de amortiguación
que resultaron tan útiles durante la crisis, para que de esa manera puedan estar preparados en caso de
que se produzcan nuevas crisis en el futuro. El ritmo de restitución de esos mecanismos dependerá de
las circunstancias de cada país, y debería estar en consonancia con el apoyo a la recuperación
económica. Se debe dar primera prioridad al establecimiento de sistemas de protección social eficaces
que se puedan financiar con recursos públicos.
26
73.
En los países de ingreso bajo, sería conveniente que la consolidación fiscal se centrara en la
movilización de ingresos internos por medio de una mejor política y administración tributarias. Los
ingresos ya eran bajos antes de la crisis y han seguido disminuyendo; además, los países de ingreso bajo
deberán resolver el gran déficit de infraestructura y mantener, o incluso aumentar, el gasto social para
lograr sus objetivos de crecimiento y de reducción de la pobreza. También es necesario aumentar la
eficiencia del gasto y mejorar su asignación. Otro factor fundamental para propiciar la capacidad de
recuperación en los países de ingreso bajo es desarrollar sus sistemas financieros, de manera que los
hogares y las empresas puedan manejar mejor el gasto y las inversiones en períodos de crisis.
VII. TEMAS PARA SU DISCUSIÓN POR EL COMITÉ PARA EL DESARROLLO
74.
Los miembros del Comité para el Desarrollo podrían discutir los siguientes temas:
1. En términos generales, ¿es acertada nuestra evaluación de la situación externa? ¿Existen otros
riesgos u oportunidades que deberíamos tener en cuenta?
2. ¿Cuál es la mejor manera en que el Grupo del Banco Mundial y el FMI pueden brindar
asistencia para reducir los riesgos en relación con el crecimiento y mejorar las perspectivas de
una recuperación sostenible?
3. ¿Qué recomendaciones tienen los accionistas acerca de la labor adicional que debería realizar el
Grupo del Banco Mundial en el ámbito de la agricultura y la seguridad alimentaria?
27