“Cómo triunfar con un proyecto de Internet” Rodolfo Carpintier, año 2008 0. Introducción Este libro tiene como objetivo ayudar a todos sus lectores a tener una mejor comprensión del fenómeno que Internet ha significado para el mundo de los negocios. En especial pretendo que se convierta en una guía de emprendedores que quieren triunfar utilizando las oportunidades que ofrece la red. El libro se editará bajo una licencia de Creative Commons. Aprovechando la interactividad del medio, está abierto a la participación de todos los lectores, ya sea en forma de críticas, mejoras, sugerencias, ejemplos o comentarios. Las contribuciones de mayor relevancia serán recogidas y reconocidas en los créditos del libro, aunque el autor se reserva el derecho de seleccionar las que considere más apropiadas. Cada dos semanas, los lectores de Baquia.com encontrarán un nuevo capítulo del libro. Durante ese tiempo, la participación estará abierta en cualquiera de las formas antes mencionadas. Tipología de emprendedores En 1.996, Jorge Juan y Silvia García crearon lo que fue una de las primeras empresas de desarrollos de Internet de la que surgieron dos proyectos –con socios externos- que eran Sportarea y Donde Comprar. Luego, en 1.999, se propuso y realizó la compra de ambas y se relanzó Netjuice como incubadora de negocios de Internet a la que nos dieron acceso a mí y a Carlos Dexeus y a varios socios más poco después. Siempre he intentado contribuir al proyecto que me han presentado. No siempre lo han entendido así o lo he conseguido. Reconozco que, a veces, me ha faltado la paciencia necesaria para explicar lo que debería ser obvio. Que la idea no tenía sentido o que si lo tenía, el emprendedor no era quien podía llevarla a cabo. Recuerdo un caso concreto de uno que planteaba un avanzado sistema matemático para competir con Google y no había estudiado nada que tuviera que ver con ello ni tenía conocimientos sobre la materia. Su planteamiento es que iba a convencer a las universidades con mejores facultades de matemáticas para que trabajaran gratis para él dado el prestigio que ello les iba a aportar. Le deseé suerte. Comparad esto con los fundadores de Google, que tuvieron a sus más prestigiosos profesores en Stanford presentándoles a los inversores más importantes de Sillicon Valley. Voy a tratar de tipificar al emprendedor que he recibido en mi despacho y clasificarlo por ciertos perfiles que considero básicos, con los que mis lectores estarán o no de acuerdo. Como se trata de un libro que voy a ir escribiendo con los lectores de mi blog y de Baquia.com, habrá muchos comentarios que tendré que incluir y modificaciones que tendré que hacer debido a que me convenzan de que no tengo razón en alguna de mis afirmaciones. Es decir, por primera vez voy a escribir un libro, con los lectores como críticos, mirándome por encima del hombro. Enamorado de Internet sin preparación formal Los hay de muchos tipos, pero la mayoría es gente que han aprendido a programar y que cuando han descubierto Internet, han decidido programar para sí mismos, hacerse independientes y dedicarse a algo que les gusta mucho. Muchos se han convertido en verdaderos “geeks” de Internet que saben cómo moverse en la Red y conseguir resultados. Normalmente, visitas a su página/s Web. Algunos, casi sin darse cuenta, porque se han preocupado mucho de satisfacer a sus clientes, han alcanzado volúmenes de usuarios únicos y páginas vistas muy importantes. Los hay que, simplemente con Adwords (Google) se ganan muy bien la vida. Poco a poco se han hecho expertos en utilizar Google, y SEO es para ellos una rutina diaria. Son, normalmente, lobos solitarios que trabajan desde su casa o desde algún despacho compartido con alguno de los pocos amigos que tienen. Están obsesos con su producto/servicio y le dedican horas sin fin, incluido fines de semana. No son un objetivo para un inversor. Sólo lo son para comprarles “el invento” si se puede integrar con algo que hayamos desarrollado nosotros y que tenga menos impacto que lo suyo, pero cuente con una buena gestión. Algo bastante frecuente. Equivocados de carrera Muchos jóvenes descubren que el título que han sacado en la Universidad, más o menos para satisfacer a sus padres, a ellos no les mola y no quieren trabajar en nada que tenga que ver con lo que han estudiado. Son usuarios asiduos de Internet y les encantaría crear algo que tuviera que ver con Internet. Dedicarse a lo que les gusta, claro. Le dedican unas cuantas horas (el algunos casos muchas) a ver qué es lo que hay en la Red en USA o Europa y que no descubran en España para lanzarse a plantear un plan de negocio basado en dicho estudio. En la mayoría de los casos, su desconocimiento del entorno les hace propensos a descartar competencia que ya existe o menospreciar el grado de inversión mínimo para llevar adelante el proyecto. El problema es que, en general, tienden a unirse a otros amigos, con el mismo tipo de experiencia y sin conocimientos claros del conjunto de las habilidades que son necesarias para desarrollar una empresa de Internet. Al contrario que los anteriores, no suelen saber gran cosa de SEO ni de marketing online y hacen planteamiento de negocio que no es creíble en ningún caso. En algunos casos han dado en el clavo y la idea que presentan tiene atractivo, pero no son el equipo creíble para llevarla a cabo. Su tendencia natural es la de rodearse de gente como ellos y no resolver bien el problema de disponer de un equipo equilibrado para la gestión. El emprendedor nato ¿Os ha pasado alguna vez que, no sabéis por qué, pero estáis convencidos de que quien habla es capaz de cumplir lo que dice aunque no parezca tener mucho sentido? Es el brillo en los ojos, el entusiasmo, en algunos casos, acompañado todo por una buena educación y una capacidad innata de gestionar equipos. No hay muchos, pero todos los queremos tener con nosotros. Se ha currado una carrera, ha hecho un MBA o no pero, desde niño, ha estado formando equipos o mandando en sus amigos como organizador natural de todo cuando hacía su grupo. Desde ir al cine hasta organizar el viaje de fin de curso y promover una quedada con cientos de personas. Ya desde niño han hecho “cosas”, desde comprar y vender canicas a “gestionar” una docena de vendedores de entradas para los eventos por los que él cobraba por promoción. Les puede el entusiasmo y para mí, el último peldaño de su capacidad es que hayan conseguido “vender” su proyecto a otros dos o tres ejecutivos que quieren llevarlo adelante. Son la bicoca que busca el inversor, sobre todo si encima el proyecto tiene mucho recorrido. Su debilidad suele venir de la falta de criterio en la selección del equipo que necesitan. Son capaces de vender el proyecto a cualquiera, pero tienen una tendencia natural a hacerlo con gente de su entorno que, casi nunca, son los más adecuados. El gestor experimentado Muchos gestores en grandes empresas terminan hartos de tener que adaptarse a las normas y al organigrama, y sueñan con “ser sus propios jefes”. La mayoría tiene experiencia en haber llevado departamentos con cientos de empleados y se preguntan –sobre todo después de un MBA- si, en realidad, están perdiendo el tiempo y no deberían estar lanzando su propio negocio. Su problema es que no saben de Internet pero, si son buenos, saben contratar a los mejores en cada especialidad, y eso es todavía más importante. La mayoría son conservadores y prefieren hacerlo en un entorno de mercado conocido, pero unos pocos buscan proyectos de Internet que puedan liderar y en los que puedan ser la cabeza gestora. También son muy interesantes, solos o como complemento de los anteriores. Los techies ¿Quién sabe más de Internet que un licenciado en informática o teleco? Llevan toda la carrera en la Red y la mayoría sabe programar bien, aunque no quieran hacerlo por demasiado tiempo y creen poder inventar nuevas aplicaciones o mejorar muchas de las que conocen. Su problema es que no tienen ninguna experiencia en ventas ni han pensado en quién será el responsable de garantizar la consecución de su Plan de Negocio. Necesitan completar el equipo con refuerzo en las áreas comercial y financiera y no todos están dispuestos a darles participación a pesar de que son necesarios para llevar a cabo el proyecto. Emprendedores e inversores Otro aspecto importante es lo que los anglosajones denominan “commitment” que es, además de compromiso, responsabilidad sobre el mismo. Muchos emprendedores me han dicho “no quiero que invierta mi familia porque no se qué tal va a ir el proyecto”. O están trabajando en Accenture con un buen sueldo pero no quieren meter ellos dinero ni dejar la empresa hasta que hayan conseguido el capital necesario. Partamos de una base. Ningún inversor invierte en que te puedas ganar un sueldo. Todos lo hacemos para ganar dinero, y las partes tienen que tenerlo claro: alguien dedicado a tiempo parcial a un proyecto no tiene credibilidad. Un inversor amigo me decía el otro día que estaba harto de emprendedores que le necesitaban al inicio –sin su dinero no hubieran podido hacer nada- y luego, cuando la empresa va muy bien, intentan quitarle como inversor o reducir sustancialmente sus participaciones. Esta es la fuente de la que beben los contratos leoninos de los VCs que conocen el percal y no están dispuestos a que, al final, les quiten los beneficios por los que apostaron cuando invirtieron. Tan sólo una empresa de cada 100 es un éxito monumental. Siendo muy buenos, entre 10 y 15 ganan dinero sin ser espectacular. El resto vegetan o mueren (para un inversor suele ser peor que vegeten). Eso hace que se tenga que tener beneficios muy importantes para cubrir las muchas pérdidas en otras inversiones. El emprendedor debe saberlo y estar de acuerdo con que, al final, si todo sale como está previsto, el inversor importante termine ganando más que el propio emprendedor que tuvo la idea. Seamos sinceros. Si hemos estado sin dormir más de unas horas durante 2/3 años, sin vacaciones y sin apenas tiempo libre y hemos construido una empresa que vale 100 millones de euros y ha necesitado 5 millones para llegar hasta ese punto, ¿cuál es la situación habitual? Pues que si los inversores tienen entre un 40 y un 60% de la empresa (entre todos), más algunos inversores de menor cuantía con un total del 15%, estamos viendo a un emprendedor que tiene en ese momento un 12 a un 20% de la sociedad, y aunque su parte le hace rico, empieza a cavilar por qué un inversor de 1 millón de euros que tiene el 20% va a terminar ganando más que él. Es humano pero no es aceptable, y eso está quitando las ganas de invertir a más de uno. Cuando estás creciendo y necesitas dinero, ese dinero es equivalente o incluso tiene más valor que las horas que el emprendedor le ha echado. Sin el dinero el proyecto se hubiera terminado y el emprendedor no hubiera podido seguir ni ser hoy millonario. Tiene también mucho que ver con la selección del inversor que se haga. Dada la necesidad urgente de dinero de cualquier proyecto al inicio y durante el crecimiento, es probable que no se dedique suficiente tiempo a analizar con quién nos casamos para nuestra financiación. En DAD, la incubadora de negocios de Internet que presido, he dicho a todos mis socios “no debéis invertir nada que necesitéis en los próximos 5 años y como mucho, el 3% de vuestro patrimonio”. Proyectos y proyectos La mayoría de los proyectos que veo son de auto-empleo. Siempre explico que mi labor más importante es convencer a muchos emprendedores de que no necesitan dinero. Si tienes un producto/servicio y estás facturando 10.000 euros al mes y pretendes llegar a 50.000 al mes, eso no es un plan de negocios para un inversor, eso es “vender más y mejor”, pensando cómo y negociando con el banco que nos cubra el circulante de vez en cuando. Por lo que acabo de explicar en el apartado anterior, sólo podamos invertir en proyectos que tengan ambición y prevean fuerte crecimiento. Una empresa que vaya camino de facturar 3 millones en 5 años está en el límite de lo que nos puede interesar, pero sólo si entendemos que esos 3 millones se pueden multiplicar metiéndose en otros países. Una empresa que pretende dedicarse solo al mercado español y vender 500.000 euros al tercer año no interesa a un inversor. Seamos sinceros: el sueño de un inversor es invertir 100.000 euros y conseguir que el proyecto valga 5 o 6 millones en menos de 5 años. Cada millón que se consigue, financia otros 5 o 10 proyectos nuevos. Los proyectos que tienen planes de facturar 500.000 euros terminan siendo una fuente de negocio para sus gestores que, al final, terminan comprando al inversor por el 10 o 20% de lo que ha puesto. Comentarios de lectores en Baquia.com Aparte de las correcciones que ya he hecho debido a dichos comentarios, hay dos especialmente que debo contestar aparte como parte de esta introducción. El primero se refiere a las tipologías. Uno de los lectores, emprendedor de éxito, dice no identificarse con ninguna de las tipologías. Está claro que lo que he hecho es, simplemente, caricaturizar mi experiencia. Hay muchos emprendedores que no se encuentran en ninguna de las categorías descritas: éstas solo pretenden nombrar a los que, en mi experiencia, he visto con mayor frecuencia. El otro aspecto importante tiene dos ámbitos. Uno es el denominado gestión de las expectativas, que tiene mucho que ver con saber bien, tanto el emprendedor como el inversor, lo que esperan de su alianza. Estoy de acuerdo con el lector que hace este comentario y que dice que es mejor gestionar un acuerdo inicial entre ambos para que quede bien reflejado y luego no se pueda discutir. El otro aspecto, el del número de empresas de Internet que sobreviven y el de aquellas que llegan a ser un gran éxito, es más difícil de analizar. En mi experiencia, sin acudir a estadísticas concretas, creo que, en general, las empresas de Internet -como las tradicionales- se pueden dividir en: • Sobrevivientes: aquellas que llegan a tener beneficios, pero crecen poco y no son rentables para los inversores pero sí para los emprendedores. Yo diría que un 40% de ellas lo consiguen. • Quiebran un 50%, o son vendidas perdiendo dinero. • El 10% llega a tener distintos grados de éxito y son rentables para emprendedores e inversores. De ellas, un 20% (es decir un 2% del total) son un gran éxito, como fue la venta de Kelkoo a Yahoo por 475 millones de euros en 2004. Sin embargo, las cosas han cambiado y las inversiones, en general, son menos que antes. Por ello, cuando antes para triunfar con una empresa de Internet se necesitaban cientos de millones, hoy puede considerarse un éxito llevar a una empresa a una valoración de 50 millones. Capítulo 1: El entorno. Diferencias entre Internet y una empresa física En 1993 y 1994 el mundo de Internet en EE.UU. era un hervidero de negocios de todo tipo con empresas recién creadas saliendo a Bolsa en el NASDAQ. Desde entonces hasta el pinchazo de la burbuja en el año 2000 las empresas de Internet se pusieron de moda y todos los países del mundo buscaban sus nuevos “billgates” entre los miles de emprendedores que buscaban El Dorado de una salida a Bolsa para convertirse en mil millonarios. España, desgraciadamente, llegó tarde porque aunque algunos “avanzados” como Eudald Domenech sacaron una empresa de Internet en 1.994, el gran negocio de Internet en España empezó alrededor del 1.999 con, entre otras potentes iniciativas, la salida al mercado de Netjuice, la primera incubadora de negocios en la que participé, y muchos imitadores y empresas de nuevo cuño que nacían al calor de inversiones que se multiplicaban, desgraciadamente con muy poco criterio y un desconocimiento total del entorno. Por ello, el pinchazo de la burbuja, que hizo que empresas que valían en el NASDAQ 3 mil millones de dólares pasaran a valer 120 millones, cogió a España con el pié cambiado. España no ha creído nunca en la tecnología, la innovación ni Internet. La gran masa de dinero que acudió al mercado se debía, sobre todo, a que una de las grandes fortunas españolas, con mucha vista, hizo una fortuna adicional con la salida al mercado de AIRTEL y todos sus amigos, que habían perdido el carro de las operadoras móviles, cuando vieron a Juan Abelló invertir en Internet, se pusieron a hacer lo mismo. Nadie quería que D. Juan les volviera a sacar ventaja. Es tan sencillo como eso. Pasamos de no tener un duro de inversores a que los inversores nos persiguieran por los pasillos ofreciendo lo que fuera para entrar en cualquier sociedad que tuviera el apellido .com añadido. En Netjuice, con gente de Internet, teníamos algo de criterio y de las muchas operaciones que estudiamos entonces (más de 800) solo recomendamos invertir en 4. La mayoría del resto eran incomprensibles y, a pesar de ello, más de 400 encontraron inversores que estuvieron dispuestos a meter dinero en proyectos que no tenían sentido alguno. A pesar de ello, metimos la pata con varias inversiones que parecían buenas y luego no lo fueron. Nadie tiene una barita mágica para seleccionar empresas ganadoras y por eso hay que invertir en varias para buscar las que amorticen las pérdidas de aquellas en las que nos hemos equivocado. Todo este dinero se vio, en menos de 12 meses, ante la caída del NASDAQ y la debacle bursátil del 2.000. En su mayoría, lo perdieron todo y se juraron no volver nunca a escuchar nada que tuviera la palabra tecnología o Internet en algún párrafo de su plan de negocio. Vinieron luego los años de sequía. Desde el 2.000 hasta el 2.004 en el que nosotros, en Netjuice, como ya expliqué en la Introducción, conseguimos vender Kelkoo a Yahoo, apenas hubo operaciones interesantes en Europa. En España también, Martin Varsavsky consiguió vender por 500 millones Ya.com un momento antes del estallido de la burbuja. La nuestra fue el detonante de una nueva ola inversora que, como siempre, empezó en EE.UU. y siguió por Inglaterra, Alemania y Francia para llegar a España, ya muy debilitada, en el 2.006 en el que decidimos convertir lo que eran unas inversiones particulares, en la incubadora que tenemos ahora. En estos momentos en los que las Bolsas de todo el mundo se duelen de los estragos iniciados por las “subprimes” en EE.UU. y la inversión se estanca, España un paraíso de crecimiento casi Asiático en los últimos años, se queda sin su motor particular, la economía del ladrillo y con ella desaparece el crecimiento al que estamos acostumbrados, la sobrevaloración de los activos inmobiliarios y en general, un frenazo al consumo, al sentirnos todos menos ricos o rematadamente pobres. La generación de empleo que se necesita en una población creciente depende de la creación de nuevas empresas y las start-ups del sector de Internet son una parte importante de lo que debería ser nuestro plan de actuación a corto, medio y largo plazo. Hay mucho dinero estancado e indeciso. Los grandes negocios especulativos del ladrillo ya no son posibles y, por primera vez, la gente se ve confrontada con algo inesperado. Un bien inmobiliario baja de valor. Una empresa inmobiliaria de prestigio tras otra se van quedando sin liquidez y su valoración en Bolsa ya ni siquiera les reconoce el valor de un patrimonio devaluado de forma rápida y completamente inesperada para la mayoría. Algunos amigos del sector me han dicho: “ahora verán que Internet es una buena alternativa de inversión”. Quizás, pero no es bueno estar en un país que solo habla de tristezas, quiebras y crisis, no es bueno para nadie. Se pierde la alegría inversora, el dinero es miedoso y, en estos momentos, la mayoría prefiere liquidez que inversión a medio plazo. El temporal pasará pero lo que no pasará es el posicionamiento de España como una nación que en los últimos años ha tenido un milagro económico y ahora se ha quedado sin él. Estamos peor que nadie de nuestro entorno, carecemos de la Industria, la innovación y los motores de recambio necesarios para volver a impulsar nuestra economía. No tenemos empresas de software/tecnología en Bolsa, Indra y Amper, quizás las únicas tecnológicas españolas, ahora también Avanzit, siguen siendo una pobre representación de la tecnología en un país europeo del prestigio y crecimiento anterior de España. Los negocios son ejercicios para ganar dinero. Tanto en Internet como en el mundo físico sin embargo, hay muchas diferencias notables entre lanzar una empresa física o hacerlo con una de Internet. El mundo físico lleva muchos años valorando activos y razonando como “huelen” las empresas que tienen un gran negocio. En Internet apenas llevamos 15 años de comprensión y la rápida evolución de sus modelos de negocio hace muy compleja la valoración, por parte de las finanzas habituales, de dichos modelos. ¿Qué vale una empresa de Internet? ¿Por qué valoramos un plan de negocio en un millón de euros? ¿Qué parámetros se utilizan en uno y otro entorno?.¿Qué significan las 3 F (friends, family and fools)? ¿Conocen muchos proyectos físicos que crezcan, en tres años, de facturar 250.000 euros a 25 millones? En Internet conozco varios. Las valoraciones están en función de la oportunidad y la creencia que tenga el inversor de “tener un filón o no”. Nadie tiene un sistema 100% de valoración de una empresa de Internet. Nosotros hacemos una valoración que tiene en cuenta, valoraciones similares en otros entornos pero, sobre todo, hacemos una valoración del descuento de flujo de caja en el que calculamos una tasa de descuento del 22,5%. No contentos con ésta, además, damos a cada empresa, según su estado real de desarrollo, un porcentaje de probabilidades de que cumpla no su estimación de flujos de caja. Si está en modo la probabilidad que le damos es de tan solo un 20%. Esto nos dejaría este valor en un ejemplo dado: Digamos que el descuento del flujo de caja nos da una empresa que “vale” 3 millones de Euros. Como le aplicamos un corrector del 20%, en realidad, para que nos interese la inversión, el valor real sería de 600.000 Euros. Esto puede parecer demasiado exagerado y muchos emprendedores así lo creen pero la realidad es que, a menos que el emprendedor lo haya demostrado ya una vez anteriormente, es muy difícil cumplir un plan de negocio cuyo modelo hay que probar con clientes reales. A pesar de ello, entramos en ocasiones a valoraciones más altas porque nos gusta el proyecto o creemos que se trata de un equipo ganador. En cualquier caso, cada VC e inversor privado tiene su propio “librillo” y lo ajusta al momento según le guste la oportunidad. Algunos emprendedores me dicen que entonces con presentar un plan de negocio muy arriesgado con mucho crecimiento se consigue el dinero a valoraciones más altas. Sí, pero no, si para algo sirve el plan de negocio es para explicar cómo vamos a conseguirlo. Si no tenemos un plan de negocio coherente que demuestre, por lo menos sobre el papel, que tenemos todo bien controlado, no será creíble. Esta es una de las grandes diferencias entre un negocio físico y otro de Internet, lo detallado del plan de negocio. En el mundo físico, con datos comparables para casi todo, es mucho más sencillo el basarse en datos reales. En Internet hay que explicar muy bien los supuestos y el que el inversor sepa de que va el tema lo hace más difícil. Por ejemplo, la mayoría de los emprendedores calcular que tendrán muy pocos gastos de marketing, dicen “internet es marketing viral gratuito”. Bueno, hemos invertido ya en 16 empresas y, por suerte, se cuales son los precios máximos y mínimos que hay que pagar por cada “cliente”. El valor mínimo está por encima de los 2 euros en España y es difícil bajar de 6 en Alemania. Es decir, me miraré muy de cerca un plan de negocio que calcula que tendrá gastos para conseguir “clientes” (la definición cliente cambia de proyecto en proyecto) de un 0,05 Euros. En los negocios físicos el entorno también lo es. En Internet el negocio se mueve a niveles virtuales por la red y hay una serie de connotaciones técnicas –la plataforma que se utilice- y de posicionamiento (muchos no tienen ni idea de lo que significa SEO – Search Engine Optimation- ni SEM –Search Engine Marketing- y a pesar de ello creen conocer todo sobre el marketing viral de Internet. El marketing viral existe pero, con el tiempo, tiende a exigir inversiones de cierta importancia. Los mejores negocios en los que nos hemos metido tienen gastos de marketing que pueden llegar a 200.000 Euros en un mes. Otro aspecto de Internet es que SI se puede adecuar el negocio a nuestras necesidades y/o capacidades de inversión. Por eso, con mucha frecuencia, mi labor es convencer al emprendedor que no necesita dinero sino un plan comercial más agresivo y un socio industrial o comercial en vez de más dinero. Cuando hablaba antes de las 3F´s (friends, fammily and fools) me refería al capital inicial que, en muchos casos, parte de este tipo de inversores que no están regidos solo por el afán de lucro sino que, sobre todo, pretenden ayudar a un amigo o familiar a prosperar y creen que es capaz de hacerlo. Es muy poco creíble el que, en entornos con posibles, el emprendedor no haya conseguido ninguna financiación de este tipo y, si cuando se le pregunta, contesta con un “hombre, es que no quiero poner a mis amigos en riesgo” podéis imaginar que a los inversores se les cierra el bolsillo. Precisamente el haber “vendido” en un entorno familiar y de amigos una iniciativa hace que ésta sea más creíble. No es imprescindible, sobre todo si está claro que el emprendedor y su entorno no disponen de capacidad inversora, pero ayuda mucho si ello ha hecho que podamos adelantar el proyecto y probar alguno de los supuestos del plan de negocio. Pero no hay una regla fija y, en muchos casos, precisamente quienes se las saltan son los que tienen una mejor propuesta que hacer. Un ejemplo claro de este último caso ha sido, por ejemplo, Red Karaoke, un proyecto que me gustó desde el principio pero en el que no hemos entrado por valoración. Craso error. Se dice con frecuencia que la valoración inicial es lo de menos ya que si un proyecto triunfa y llega a valer 200 o 300 millones de euros es lo mismo que iniciara su andadura con una valoración de 2 o de 5 millones. Estoy de acuerdo pero también aquí cuenta el dinero que tengas disponible y la reglas de juego con las que te mueves. Si nosotros solo invertimos por proyecto entre 50.000 y 200.000 Euros la valoración si es importante porque sino el porcentaje que conseguimos es demasiado bajo en el momento inicial. Money vs Smart Money. Todo el mundo inversor quiere ser “smart money” (no solo aportan dinero sino que ayudan de otras muchas formas al emprendedor) pero, en realidad, pocos pueden acreditar que lo son. Nosotros lo conseguimos porque tenemos inversiones que nos permiten acercar cualquier negocio a más de un millón de lectores al mes directamente y probablemente, a cinco veces más de manera indirecta. Esto si tiene valor. Hoy, cuando Buyvip tiene varios millones de clientes, nuestra aportación inicial no tiene un valor muy importante pero fue determinante al conseguirle casi 30.000 en los primeros 3 meses de vida. Esto es una realidad, el que te digan que “conocen a todo el sector” que “pueden ayudarte con los bancos” y demás comentarios habituales de un inversor “smart” no significa más que quieren, con ello, bajar la valoración del proyecto para su entrada. Todos los proyectos de Internet con éxito tienen un “crash” en algún momento. O se les cae el sistema o no da el servicio que se espera de él o es incapaz de facturar… En unos proyectos esto se tiene con 100.000 usuarios concurrentes y en otros con el primer millón pero, como es de esperar, un proyecto en la red necesita un soporte técnico de calidad que prevea, antes de que suceda…que sucederá, el chaos de una aplicación que llega a su fin y tiene que ser reemplazada. En general, los proyectos de Internet vienen con lo que podríamos denominar “mickey mouse software”. Uno o dos programadores mejores o peores han hecho un desarrollo informática para Internet que no pasa de un nivel 2/3 en una escala hasta el 10. Esto es suficiente para cuando se esperan 10.000 clientes, incluso 100.000 con las posibilidades actuales, pero en cuanto se llega a gestionar millones o se tiene un buen equipo técnico o estamos poniendo el negocio en la picota. Lo mismo pasa con el ancho de banda, la seguridad, la redundancia…cualquier ISP no puede ofrecer lo que una empresa de Internet necesita a largo plazo y menos a 100 Euros al año. Es el equivalente a tener una tienda sin puerta y con ventajas sin luz a la calle. Lo importante es planificar y tener un ISP que sepa de se trata y que se necesita para conseguir niveles de calidad del 99,99% de acceso al año. El ISP es, en la comparativa con un lugar físico el emplazamiento y la calidad del entorno. No todos son iguales aunque haya que saber valorar sus precios y se pueda conseguir buenas ofertas a precios más asequibles cada día. Capítulo 2: El equipo. “La elección del equipo es fundamental para el éxito de un negocio. En el caso de los proyectos de Internet, es necesario contar con gente que conozca y se desenvuelva bien en el medio.” Todo inversor termina apostando por un equipo. Un emprendedor único es demasiado arriesgado. Puede cambiar de idea, casarse, irse a vivir a otro país, deprimirse por un divorcio o por cualquier otro acontecimiento familiar y, sinceramente, la inversión ya es suficientemente arriesgada, incluso con un equipo. La mayoría de los emprendedores no tienen equipo. ¿Qué características tiene que tener un equipo? Para mí, lo más importante es el equilibrio. Es bueno que haya un emprendedor que domine el equipo, pero también los hay que prefieren “ser parte del equipo”. En cualquier caso, un equipo equilibrado debe provenir de distintas especialidades, disponer de habilidades complementarias y estar ajustado al modelo de negocio que se pretende llevar a cabo. Un equipo que se da con frecuencia es el formado por dos o tres MBAs que han hecho conjuntamente un proyecto final de máster y ahora quieren ponerlo en marcha. No es lo mismo hacer un proyecto para aprobar un MBA que tener un proyecto ganador. El grado de conocimiento de Internet de las escuelas de negocio ha mejorado mucho en los últimos años, pero todavía hoy, con contadas excepciones, existen pocos profesores con experiencia en el sector de Internet dentro de las mismas. En este equipo de MBAs el problema, casi siempre, es que no existe un líder claro: todos se llevan bien, se consideran iguales y se reparten los porcentajes a la par. Craso error. Al final, si alguien termina siendo el CEO y otro, por ejemplo, se limita al rol de coordinar el departamento jurídico, su contribución a la totalidad del éxito de la empresa es muy dispar y la paridad acordada al inicio se convierte en un fuerte hándicap para su desarrollo. Los equipos tampoco funcionan si hay objetivos diferentes. Un emprendedor que quiere cambiar el mundo es difícil que acepte a su lado un ejecutivo que quiere “salirse” en cuanto su participación valga una cifra millonaria. Pero una parte importante de equipo, a medida que la empresa crece, es el grupo inversor, y aquí también la gestión de expectativas es clave. No puedo dejar entrar a inversores que quieren salirse a los 3 años si mi objetivo es crear una gran empresa, aunque me cueste 10. ¿Cuál es un equipo perfecto sobre el papel? Un emprendedor con experiencia en un proyecto anterior, con o sin éxito, pero que haya crecido mucho y en el que haya aprendido a gestionar tensiones y crecimientos explosivos. Alguien que sepa pagar a su Director Comercial más sueldo que a sí mismo y que no tenga reparos en contratar a gente con más experiencia que él. Lo más importante es que sea honesto, trabajador, de trato positivo y con don de gentes. Alguien que hable idiomas y sepa trabajar en un ambiente multicultural, que juzgue a la gente por lo que aportan a la empresa y no por su procedencia. Es difícil conseguirlo todo, claro. Por eso, las iniciativas locales de fomento al emprendedor tienen el hándicap de la localización geográfica que, en Internet, debe ser global y trasladarse donde sea necesario en cada caso. Puede ocurrir que para cotizar en la Bolsa de Londres sea mejor tener la sede en Inglaterra, y no puede ser que su suerte esté ligada a un domicilio físico que, en Internet, es una mera conveniencia momentánea. ¿Qué profesionales son mejores emprendedores y quienes forman los mejores equipos? Depende del proyecto. Por ejemplo, un proyecto de comercio electrónico que esté liderado por técnicos sin ningún comercial en la cúpula tiene el déficit inicial de que hay que vender y nadie tiene experiencia en hacerlo. Contratar vendedores para ello no sirve de gran cosa porque, en la dirección, no entienden sus necesidades. Una empresa que está basada en SaaS (Software as a Service) y que dependa de alianzas con otras empresas, debe tener un director de alianzas de mucha experiencia en crearlas. Si la empresa tiene unos planes muy agresivos y necesita mucho dinero durante su crecimiento, necesita captar un CFO (Director Financiero) experimentado en hablar con inversores y en preparar la documentación como ellos la esperan. Si lo que tengo es una red social generalista, necesito tener un departamento de desarrollo líder para tener una aplicación que compita con las demás con ventaja de tecnología. También necesito un gran arquitecto de la aplicación y un experto en interfaces de usuario. Si voy a vender producto físicos y tengo que hacer entregas, necesito alguien que tenga experiencia en logística, aunque la tenga subcontratada ya que sino ni siquiera sé cómo hacerlo bien. No existe el equipo perfecto, lo mismo que, en cualquier escuela de negocios se enseña que nunca existe una solución única. Un equipo formidable puede estar integrado por grandes programadores y abogados del cliente que se pasan el tiempo mejorando el producto, conocen todo lo que hay entre sus competidores y los baten con regularidad. A pesar de un sistema de gestión algo caótico, se superan constantemente los ambiciosos objetivos y todo el mundo está “iluminado” por el proyecto que todos consideran único. Se trabaja de sol a sol, pero hay un gran ambiente ganador. En el otro extremo está el emprendedor que ya es un gestor experimentado que pone la gente mejor en cada puesto y no pierde el tiempo contemporizando, es un apasionado del control y lo quiere todo controlado. Sabe lo que quiere y exige (y se exige) a diario. El ambiente es más tenso por el peso de la responsabilidad repartida, pero se cumplen objetivos cada mes. Dentro, y fuera, de estos extremos, existen equipos de todos los colores. Uno, muy habitual de Internet es el de los emprendedores sin ninguna experiencia que quieren hacerlo todo, y consideran que son la empresa. Es muy difícil convencerles de que sacrifiquen porcentajes para captar buenos ejecutivos que les complementen, y no creen en nada que no hayan inventado ellos. Al final, lo más importante es el sentido común, el menos común de todos los sentidos. ¿Es posible con 20 años liderar una empresa que se coma el mundo? Probablemente, es la única manera. Hay que tener pocos años y menos experiencia para plantearse doblegar al número uno del sector, pero a esa edad, no existen imposibles. La dificultad está, para el inversor, está en la diferencia entre el genio y el insensato. Un negocio de Internet tiene que tener gente de Internet en el equipo. Gente que conozca la Red, que sepa lo que es SEO (Search Engine Optimation) y SEM (Search Engine Marketing) y su importancia para el negocio. Son la clave para conseguir captar clientes a costes razonables. Es importante que conozcan la blogosfera de su país y la de aquellos países a los que quieran ir, y sepan realizar marketing de guerrillas por la Red a costes muy razonables. En general, los equipos siempre tienen defectos. Es casi imposible empezar con un equipo perfecto, lo importante es conocer las limitaciones que tenemos inicialmente y como debemos ir captando las habilidades que nos faltan. Generalizar es imposible, pero un buen equipo gestor tiene un CEO (el propio emprendedor o alguien con quien tenga una buena relación personal), un CTO (director técnico, muy importante en toda empresa de Internet que a veces es el propio emprendedor) un director de ventas o comercial y luego, dependiendo del tipo de proyecto, un CFO (Chief Finacial Officer o Director Financiero) y un Director de Desarrollo corporativo y/o alianzas. En empresas de redes sociales debe haber también un Director de la red (responsable de optimizar la captación y el trato con los miembros de la red social) y en las de e-Commerce un Director de Logística y otro de Compras. A partir de los 50 empleados hay que ir buscando un Director de RRHH. Al principio, alguno de estos puestos puede estar ocupado por la misma persona, pero a medida que se crece es conveniente que haya responsables directos de cada área. El siguiente problema es la compensación económica. Hay que tratar de captar profesionales con un gran CV y, por lo tanto, muy bien pagados, y saber convencerles de que están ante un proyecto ganador por el que deben sacrificar parte de su sueldo para conseguir una participación en acciones. Donde sea posible, es recomendable que los directivos inviertan algo de su dinero en la empresa. En una situación idónea, alguien que ha ganado dinero y tiene ahorros debe comprar, aunque sea a condiciones muy ventajosas, una parte del capital de la empresa que quiere llegar a tener. El resto se le puede compensar por objetivos a través de opciones sobre acciones o pactos de ampliación de capital sucesivos para darles entrada a un precio prefijado. Cuando una empresa ha crecido mucho y tienen dinero en caja puede permitirse captar profesionales a sueldos de mercado y sin pagarles otra cosa que incentivos, pero al inicio, cuando hay poco dinero, la clave está en captar recursos de primera en base a venderles el proyecto y compensarles con acciones. Es un equilibrio complejo y debe estar siempre ligado a resultados para impedir que alguien que viene con un gran curriculum, pero no se adapta a la pequeña empresa, pueda ser despedido con una compensación pactada de antemano y recuperar sus acciones a precios incrementales, pero siempre por debajo de su precio real. Capítulo 3: La competencia “El análisis de la competencia es vital para la determinar viabilidad de un proyecto. Tanto que los inversores se preocupan cuando al emprendedor no le preocupa tener o no competencia.” Si un emprendedor que presenta su proyecto a un inversor conoce menos a sus competidores que el propio inversor, mal vamos. Un estudio exhaustivo de la competencia es parte importante de cualquier Plan de Negocio que merezca ese nombre. ¿Qué es lo que un inversor quiere saber sobre tu competencia? En la época del boom de Internet, entre los años 1993 y 2000, los inversores invertían en casi cualquier puntocom, sólo les preocupaba un tema concreto: ¿es Microsoft competidor vuestro? Si entendían que Microsoft era, o podía convertirse, en un competidor, nadie quería entrar. Hoy el competidor que todos temen es Google. Casi nadie, por lo menos en Europa, se quiere meter en un negocio en el que Google está o vaya a entrar. • Pero un estudio de la competencia tiene que dividirse en, por lo menos, estos entornos: Competidores tradicionales que todavía no están online. • Competidores tradicionales con una oferta online. • Ofertantes puros de Internet. • Presencia de los tres gruidos anteriores en los mercados que queramos penetrar en los primeros tres años de existencia de nuestro proyecto. Casi todos los estudios de la competencia que veo están muy poco currados. Un par de horas de navegación por Internet –sin ser un experto en ello- y una pequeña reseña al final como un comentario sin importancia. A los inversores les preocupa mucho la competencia. Sobre todo, les preocupa que no le preocupe al emprendedor. No hay enemigo pequeño y, desde luego, aquellos que contestan que El Corte Inglés no cuenta porque no sabe de Internet, se descalifica nada más empezar. Si estás en un negocio de comercio electrónico, un análisis de lo que hace esta empresa es imprescindible para saber si tiene o no recorrido el negocio que planteas. España no es el mejor país para conseguir información de forma sencilla, pero hay muchos trucos para saber cosas de nuestra competencia. Desde estudios de Dunn & Bradstreet , pasando por e-Informa, podemos conseguir, a un precio muy asequible, conocimientos que, bien tratados y contrastados con otra información de Internet, nos pueden dar una idea muy clara de la competencia. Al inversor le interesa saber: • Cómo es de grande la competencia. • Qué tipo de financiación tiene. • Qué cuota de mercado en cada país objetivo. • Si ya han sido financiados por alguna ronda y a que valoración. • Si ha habido un éxito importante porque una compañía haya salido a Bolsa con una buena valoración o se haya vendido a otra mayor a buen precio. • Historias de éxito del sector general. El hecho de que no haya competencia alguna, en general, es negativo. El inversor se pregunta: “¿Es realmente posible que este emprendedor de Cuenca haya descubierto un nuevo modelo de negocio?” La respuesta es que sí es posible, pero muy poco probable. En mi experiencia, cuando un emprendedor dice que no tiene competidores, o no ha estudiado bien el mercado, o se refiere a que nadie lo está haciendo como él piensa encarrilarlo. Esa diferencia puede ser muy buena, pero hay que explicarla: “Sí, El Corte Inglés es un posible competidor, pero no creo que lleguen a competir porque su modelo de negocio se basa en ____ y el nuestro les haría cambiar demasiadas cosas; además, al inicio el mercado es demasiado pequeño para ellos y cuando lo hayamos crecido y se den cuenta les será más fácil comprarnos”. Este es el tipo de explicación que espera un inversor de un emprendedor que se ha currado el estudio de mercado. Otro mercado que hay que estudiar muy bien es el desaparecido. Durante la época del boom de Internet, entre 1993 y 2000, hubo todo tipo de modelos de negocio que fracasaron. Eso no quiere decir que hoy no tengan su oportunidad, pero hay que conocerlos para poder argumentar “es un modelo similar a xxxxxx.com, que quebró”. El motivo de su quiebra fue que el mercado no estaba todavía suficientemente maduro, no existía suficiente público objetivo y el haber conseguido millones de financiación les hizo perder el foco. Hay que tener en cuenta que muchos inversores perdieron mucho dinero en ese espacio de tiempo, y el emprendedor puede estar hablando precisamente con alguien que ha tenido una mala experiencia y necesita saber por qué está vez si va a tener éxito. Se puede invertir en un modelo que quebró, pero hay que conocer qué puede hacer ahora que sea posible el éxito. En general, los modelos franceses se adaptan mejor al mercado español que los de otros países. Por ello, es conveniente tener una idea muy clara de lo que está pasando al norte de nuestra frontera, y conocer cómo les va a quienes tienen un modelo similar al nuestro. Otro aspecto muy importante para el inversor es que el emprendedor tenga claro si existe una “salida natural”. Ya sea porque existe la posibilidad de salida a Bolsa debido al tamaño y márgenes que se quiere obtener en menos de 5 años (cualquier espacio de tiempo más largo es ya demasiado para los inversores), momento en el que el inversor puede hacer caja, o porque existen ya empresas mayores, en el mismo espacio en otros países, que pueden ser objeto de una compra o de una fusión. Las empresas hay que plantearlas para que tengan éxito en el tiempo, y no pensar sólo en venderlas. Pero hay que hablar con inversores, es necesario hacer un ejercicio para explicarles cuándo pueden contar ellos con un retorno a su inversión. Por ello, el que existan éxitos comparables en otros países les da tranquilidad. Todo lo que sea un invento completo es mucho más difícil de financiar. Es bueno tratar de mostrar cualquier modelo en función de otros que hayan tenido éxito, aunque no sean exactamente iguales, si coinciden en el público objetivo o el tipo de necesidad del cliente nos puede valer una muestra ajena a nuestro modelo único. Capítulo 4: El modelo de negocio “Un análisis de las diferentes opciones que nos ofrece Internet para desarrollar nuestro modelo de negocio” Hace ya un par de años que subí a Baquia.com una presentación en Flash con lo que yo consideraba un resumen de la totalidad de los modelos de negocio de Internet sobre los que quiero hablar en este capítulo. Los gráficos me los hizo Ideamaps, la empresa que luego vendimos a Xplane y que ahora se llama Xplane EMEA. El listado completo de dichos modelos de negocio y su explicación es el siguiente: Gratis total Son entornos que se orientan a obtener muchas visitas, ofrecen todo gratis y quieren ser rentables en base a vender la publicidad que se puede poner en sus páginas vistas. Es el caso de periódicos como El Mundo o El País. Aunque todos ellos migren, poco a poco hacia el siguiente modelo. Gratis total con cobro de servicios de valor añadido Son empresas que ofrecen muchos servicios gratis, pero cobran por servicios de valor añadido. Los grandes portales internacionales, como Yahoo! o Google, son los más conocidos. Marketing viral Se pretende generar redes de mucho tráfico a través de “amigo promociona a amigo” con el fin de, como en el caso anterior, disponer de un buen inventario de páginas vistas que se rentabilice en base a la publicidad. En contra de lo que se cree, la mayoría del marketing viral tiene un coste, más o menos encubierto y, en general, es preciso analizar muy bien el sector y el público objetivo, porque los precios de captación de clientes van desde los 2 euros a los 30 en España, y se multiplican casi por 3 en los países más importantes de Europa. Un ejemplo en España puede ser Antevenio. Contenidos Es el negocio tradicional de los periódicos que buscan tráfico para conseguir páginas vistas e ingresos por publicidad, pero que también sirven para la sindicación de sus contenidos y las ventas de los mismos múltiples veces. La creación de una marca de prestigio tiene un alto coste de marketing online y necesita inversiones muy importantes. La alternativa, sindicación de contenidos, es un negocio, casi siempre B2B, que vende el mismo contenido muchas veces a diferentes clientes y que está basado en una plataforma que automatice al máximo el sistema y lo haga viable con poco personal. En general, se venden contenidos propios y de terceros basados en una ventaja tecnológica demostrable. Un ejemplo puede ser LastInfoo, que también incluye boletines electrónicos para enviar a los usuarios registrados. Boletines La generación de boletines de información segmentada es otro formato de adquisición de correos electrónicos muy válidos para hacer publicidad directa. El objetivo de estos entornos y su sistema de envíos discriminados se orienta a la captación de correos electrónicos de los lectores y opt-in marketing, en el que el lector registrado nos autoriza a enviarle, de forma más o menos regular, información que tenga que ver con sus intereses. Comercio Electrónico El comercio electrónico es, de entrada, el modelo más sencillo porque parece simplemente una tienda online. Lo malo es que rara vez funciona si no ofrece ventajas únicas por estar en Internet. Se trata de generar ventas repetitivas y conseguir facturación regular, pero… es muy difícil competir con El Corte Inglés teniendo su mismo modelo de negocio. El comercio electrónico por Internet tiene que tener una ventaja competitiva muy clara sobre el comercio regular, ya sea por precio o porque se trata de un servicio que no se puede dar más que por Internet. Y aquí es muy importante probar que dicho servicio es algo que los compradores online van a percibir como ventaja competitiva. La generación de marca y tráfico y la captación de usuarios registrados son muy costosas, y deben calcularse siempre alrededor de los 5 euros por cliente registrado como mínimo razonable. Es decir, si necesitamos 1 millón de clientes para ser rentables tenemos que partir de una inversión en marketing de alrededor de 5 millones. Un buen ejemplo puede ser Buyvip.com. Blogs Los blogs sirven para generar prestigio a sus propietarios, marcar tendencias cuando se convierten en importantes y ser foco de comunidades externas e internas que se generan a su alrededor. Concebidos como formato gratuito, cada día más permiten al propietario vivir de ellos por disponer del prestigio necesario o porque, amparado por una red de blogs que los comercializa, se consigue dinero por publicidad. Una buena muestra de este entorno en España es Weblogs SL de Julio Alonso. Comunidades Las comunidades pretenden crear entornos sólidos de usuarios agrupados por gustos y relaciones, tener acceso a una información muy exhaustiva de los miembros y ganar dinero con publicidad muy segmentada. El modelo de ingreso de las comunidades de negocio está todavía en su infancia y, aunque las mayores puedan sobrevivir con publicidad, no parece el método más viable en futuro. Será mucho más probable su actuación como infomediarios que consigan que sus miembros obtengan ventajas por la compra de productos y servicios a través suyo. Esto requiere un grado de confianza en la red social que pocas consiguen, pero, caso de hacerlo, puede ser su gran fuente de negocio. Comunidades en España hay ya muchas. Quizás las más importantes sean las globales: MySpace, Facebook, Xing, Linkedin y el líder local, Tuenti. Nuevos productos Otra de las grandes oportunidades que ofrece Internet está ligada a la interacción con los usuarios.Se puede utilizar para entablar conversaciones y obtener la participación de los lectores/clientes en el diseño de nuevas líneas de negocio, el control de calidad de nuestros productos y conseguir que la ayuda mutua haga descender nuestra factura de soporte al cliente. La mejor ayuda es la que proporciona un usuario de nuestro producto o servicio a otro. Un nuevo modelo de este formato puede ser Ideas4all.com, que quiere promover la generación de ideas y el uso de las mismas por las empresas. Capítulo 5: El plan de negocio y su gestión “El plan de negocio es clave en el lanzamiento de una start-up. Aunque parezca que sólo es un trámite, en realidad –a falta de otros elementos- se convierte en una de las claves para enjuiciar una inversión.” El plan de negocio es clave en el lanzamiento de una start-up. Aunque parezca que sólo es un trámite, en realidad –a falta de otros elementos- se convierte en una de las claves para enjuiciar una inversión. La forma es tan importante como el fondo. Muchos emprendedores creen que, para parecer serios, el plan debe tener 300 páginas o más. Nada más alejado de la realidad. Sin embargo, sí es necesario escribir más de 300 páginas para luego, en un ejercicio muy importante de síntesis, reducirlo a no más de 100 páginas. Formato Debe tener un “Resumen ejecutivo” que permita al inversor leer, en menos de un cuarto de hora, las bases más importantes del plan. El formato debe ser pues lo más claro posible: • • • • • Un resumen ejecutivo (10 a 20 páginas con los datos más importantes para tomar una decisión de inversión). Un organigrama claro actual, y el futuro que se piensa tener a partir de la inversión solicitada. Un desarrollo del plan de negocio (80 a 100 páginas). Las cifras clave (4 a 6 cuadros con proyecciones de flujo de caja, pérdidas y ganancias, balance). Elementos adjuntos que son importantes, pero no forman parte del plan (patentes, licencias, inversiones anteriores, cuadro de accionariado, explicaciones técnicas, artículos y cifras que soportan nuestras afirmaciones y supuestos en el plan, etc.) Hay que tratar de evitar “palabros” técnicos, o si se quieren incluir, hay que ofrecer una explicación de los mismos al final de cada capítulo o en un anexo. También deben incluirse explicaciones gráficas de los procesos más complejos para que cualquiera los pueda entender. Hay que explicar claramente cómo se quiere emplear el dinero que se solicita. Es muy poco defendible que sea “para pagarnos un sueldo” o para “dejar de trabajar en la consultora y dedicarnos al proyecto”. El dinero de la ampliación debe ir completamente dedicado a lanzar la sociedad y/o conseguir un hito clave para su desarrollo futuro. Otro error corriente es el de “pedir más dinero del que se necesita” para “poder estar tranquilos”. Nadie invierte su dinero para que estés más tranquilo. Lo invierte para que la sociedad en la que entra tenga mejor futuro y se le pague muy bien la inversión. En los equipos bien configurados, el plan de negocio ha sido un ejercicio colectivo en el que todos han aportado lo mejor de sus competencias y cada uno sabe defender su parte del mismo frente a inversores. No es bueno que, en una presentación a la que van tres personas de la empresa, digamos el CEO, el CTO y el Director Financiero, sólo hable el CEO y los otros dos parezcan convidados de piedra. Es mejor que el CEO dibuje la presentación general, y luego deje al CTO explicar el aspecto tecnológico y al Director Financiero las cifras de dicho plan. El resumen ejecutivo Debe ser la clave para convencer al lector de que el proyecto merece la pena. El inversor buscará en él: • El entusiasmo del proyecto y sus partícipes. • Una visión clara la propuesta. • Las magnitudes más importantes (punto de equilibrio en el tiempo, márgenes, retorno de la inversión, posibles salidas futuras a la inversión…). • Los problemas y la competencia (planes de dicen no tener ningún competidor suelen estar mal hechos). • Un formato espaciado y fácil de leer en el que se puedan hacer anotaciones con facilidad. • Un formato argumental sólido en el que se explique el DAFO del proyecto. • Una explicación completa de para que se necesita el dinero y como se va a emplear. RR.HH. el organigrama Hay que plantear muy bien las necesidades de personal a lo largo del proyecto, definir bien el organigrama actual y proyectarlo en el tiempo para que el inversor vea cómo crece la estructura a medida que avanza el negocio. El plan de negocio desarrollado Se necesitan 500 páginas (es un ejemplo) para conseguir 100 que no tengan desperdicio y pasen bien el mensaje. Por ello, un buen plan de negocio lleva más de un mes prepararlo entre dos o tres personas. Si se ha hecho rápidamente, el inversor con experiencia lo detecta enseguida. Es corriente descubrir errores de cálculo, lo que lleva a la conclusión de que no se ha dedicado el tiempo suficiente a comprobarlos. Es habitual descubrir errores de cierta magnitud que demuestran que el emprendedor y su equipo no se han tomado en serio el trabajo. Los problemas y la competencia Es imprescindible que el plan incluya un apartado dedicado al estudio de la competencia, y es recomendable hacer un listado comparativo de prestaciones de cada uno de ellos en comparación con lo que nosotros proponemos. Formato argumental sólido Es corriente poder desmontar el plan de negocio en base a lo mal argumentado que está todo. Hay que tratar de dar ejemplos y tener referencias a mano que demuestren lo que escribimos y los argumentos que damos. Explicar bien para qué se necesita el dinero Muchos emprendedores piden dinero “para cubrirse”. Nadie te lo da. El dinero que se recoge en una ampliación de capital es para invertirlo y que sirva para lanzar el proyecto, no para que esté en el banco esperando a ver si no cumplo mi plan y necesito más dinero. Capítulo 6: Los modelos sustitutivos La mayoría de los modelos de negocio de Internet, sobre todo en comercio electrónico, son copias online de un negocio físico. El caso de Amazon es, sin embargo, un modelo sustitutivo de un gran almacén físico. Puedo comprar un libro en El Corte Inglés o hacerlo online en AMAZON. ¿Qué diferencia hay? En El Corte Inglés también lo puedo comprar online. El modelo de Amazon se ha hecho transparente al usuario en un formato casi imposible de imitar por una tienda física. Ofrece millones de libros –ahora ya otros muchos artículos- donde una tienda en la calle solo puede tener unos miles, ofrece comentarios de los lectores, recomendaciones de terceros y sistemas de fidelización online que son solo posible por su red abierta a miles de proveedores. Además, ofrece, en la misma oferta, la compra del mismo libro en formato usado y calificación de la persona que lo vende en cuanto a su calidad y fiabilidad. Aunque Amazon ha tenido que reorganizar su logística a nivel mundial y hoy tiene almacenes físicos, cada día más, su modelo es un modelo de red potente en el que utiliza su propia tecnología como la clave de su crecimiento futuro. Hoy, Amazon, más que una gran tienda online es un proveedor de servicios de comercio electrónico a nivel mundial propias y para terceros. El camino no ha sido sencillo y tardó 7 años en ser rentable. Hoy ya no existe un comercio físico que pueda competir con Amazon en cuanto a su oferta, flexibilidad de la misma y alcance global. Para mí, los negocios de Internet deben sustituir antiguos o inventar nuevos formatos. No basta con trasladar online un negocio físico. ¿Dónde está entonces la ventaja?. Además, está todo por hacer. Cada día que hacemos una compra de cualquier cosa y vemos lo mal que nos tratan, la dificultad en la entrega, lo engorroso del servicio técnico…ahí hay una oportunidad de negocio. Si la gente tiene cada día más conciencia sobre el medio ambiente y quiere comer mejor y con mayor calidad, un servicio –ya existe- de venta de productos que garanticen que solo se han cultivado con medios naturales, nos proporciona una oportunidad de negocio. Si cada día hay más personas que viven solas y que no pueden comprar por kilos, una tienda especializada en singles, que pueden comprar desde la oficina puede ser una buena alternativa al comercio tradicional que les vende en cantidades que no pueden consumir. Hay ya recetas de cocina para quienes viven solos y, poco a poco, hay tiendas que se especializan en darles el servicio cuidado y de pequeño tamaño que necesitan. Hay incluso consultoras dedicadas a dar soporte a este sector de la población y, on line, se verá cada vez más oferta para ellos. Si pensamos en todo cuanto hacemos, compramos o utilizamos en un día, hay siempre oportunidades de hacerlo mejor, más eficiente y con mayor rapidez en Internet. Los formatos de venta de seguros a través de agentes están también sufriendo muchos cambios y, en el mercado online, se ven con frecuencia innovaciones de pólizas y nuevos formatos para la venta virtual. Floresfrescas ha ideado un nuevo formato de entrega física y venta por Internet que todavía está por probar pero que es un paso en la dirección adecuada en cuanto a nuevos servicios que solo se pueden ofrecer con la transparencia de la red y la información, casi en tiempo real, del cliente. Existe una gran variedad de modelos sustitutivos que todavía están siendo descubiertos en nuestras ofertas online. Capítulo 7: Las necesidades de financiación. Conseguir dinero para financiar un proyecto es una tarea ardua. El proceso empieza con los "FFF" (“Friends, Fools and Family”) y termina con las rondas de financiación avanzadas. En un porcentaje muy alto de casos, los emprendedores que me vienen a ver no necesitan dinero. Tienen un prototipo funcionando, en muchos casos incluso clientes de pago, y piden dinero para “poder pagarse un sueldo”, “contratar un programador”, “cambiarse de oficina”, “dejar el trabajo que tengo para poder dedicarme 100% al proyecto”, “devolverle el préstamo a mi padre”… Sólo necesitan creer en su modelo y su propia capacidad y financiarse con las ventas futuras y algo de ayuda clásica de un banco o de una institución regional. Un inversor quiere tener claro para qué necesita la empresa su dinero. Quiere saber cuándo lo recuperará y si existe la posibilidad de multiplicarlo por 50 o 100. Para obtener una rentabilidad del 7% negocia con su banco. Por ello, si estamos creando una empresa para nuestros hijos, no debemos meter inversores en ella. Serán un lastre en cuanto se den cuenta que no tienen escapatoria. ¿Cuándo es lícito buscar dinero de inversores privados o institucionales? Hablemos primero de los más sencillos de contentar, los institucionales locales que pretenden fortalecer el empleo de su región. Aquí vale casi cualquier proyecto que genere empleo y sea sostenible en el tiempo. El tipo de inversores privados va desde el famoso “FFF” (“Friends, Fools and Family”), pasando por losangel investors y los seed funds hasta los VCs (Venture Capital) que financian rondas del crecimiento de una empresa. ¿Cuánto vale un proyecto? El primer dilema es la valoración. Una empresa que tiene sólo una idea y un plan de negocio no vale nada, a menos que venga acompañada de un equipo gestor creíble, tenga una patente o venga con un emprendedor “pata negra”. En el primero de los casos, sin más, la valoración más optimista se queda en los 250.000 euros. Es decir, un emprendedor novato, sin experiencia, con una idea y un plan de negocio, no puede esperar una valoración superior. Si resulta que la idea es muy buena, se le ve muy convencido, sabe contestar a todas las preguntas de los inversores con respuestas lógicas y se ve que conoce bien su mercado y sabe que es lo que tiene que hacer para ganar, puede subir la valoración hasta 500.000 euros. Si se trata de un modelo probado en otro país, que no existe en España, y viene con un equipo gestor de primera línea, la valoración mínima estará sobre 1 millón de euros, que puede superarse dependiendo del modelo y el tiempo que se prevea va a necesitar para ser rentable. El tener una patente, que a muchos les parece una clave para valorar mejor su empresa, no lo es. Es bueno tener patentes sobre todo porque sirven para defenderse de la competencia y de que ésta nos frene con acciones legales porque tengan una patente sobre lo que queremos hacer. Así que sí es un área a investigar pero –en el mercado de Internet, ojo, es otra cosa, por ejemplo, en biotecnologíala patente aporta sólo un valor marginal. El “emprendedor pata negra” es muy raro en España, y por ello puede escribir su propia historia. Todos quieren invertir con él. Una persona que lo ha hecho una vez bien, ha hecho ganar mucho dinero a sus inversores y tiene una pequeña fortuna personal es un rara avis en nuestro país, pero tiene todas las de ganar. Normalmente, su siguiente proyecto aprovecha todo lo que ha aprendido de un proyecto ganador en el que ha cometido muchos errores y, a pesar de ello, lo ha llevado a convertirse en un gran negocio. Este tipo de emprendedor, que puede aportar hasta medio millón de euros de su propio patrimonio, sale con valoraciones por encima de los 3 millones, y consigue el resto de la ampliación en una fracción del tiempo que los demás. Todos quieren apoyar a un caballo ganador. ¿Cuál es la diferencia entre una buena empresa y una empresa adaptada al perfil de inversores particulares? Una buena empresa puede ser un proyecto a largo plazo, con crecimientos de hasta un 15% anual y capaz de generar muchos puestos de trabajo en el tiempo. Un inversor busca crecimientos muy rápidos una vez el modelo de negocio se ha probado. Un proyecto que crece hasta los 2 millones de euros en 5 años puede ser una gran empresa, pero frustrará a un inversor que espera que facture 50 en ese período de tiempo. Es decir, el primer aviso, la primera norma, es gestionar bien las expectativas de todos los inversores, que no son las mismas en cada tramo. Tipología de inversores • FFF (Friends, Fools and Family): Son normalmente amigos del emprendedor, dispuestos a invertir entre 10.000 y 50.000 euros cada uno por un porcentaje de la empresa. Son, en general, los menos exigentes en cuanto a la valoración y, desgraciadamente, ese es el mayor error de un emprendedor. Consigue de ellos una valoración estratosférica que lastra luego posibles rondas con inversores externos. Mucho cuidado con ello. No tiene ninguna gracia decirle al tío Pedro que la valoración de 1 millón a la que él entró, no consigue ahora, en el mercado real, más que 400.000 euros. • Angel investors o Business Angels: Invierten en general entre 25.000 y 100.000 euros, y suelen entrar a valoraciones por debajo de un millón de euros. Rara vez lo hacen por encima de los 2 millones. Las redes pueden agrupar a varios de ellos y alcanzar inversiones de 300 a 600.000 euros. Algunos son muy expertos en los sectores en los que invierten y pueden aportar mayor valor que el dinero que invierten. • Seed Capital Funds e incubadoras de negocio: Invierten normalmente entre 50.000 y 250.000 euros, y entran al mismo tiempo o justo detrás que los FFF a valoraciones similares. En algunos casos están muy especializados y aportan mucho valor adicional al emprendedor. Por ello, conviene estudiar antes lo que han hecho y si conocen nuestro sector específico. • VCs de primera ronda: Invierten entre 1 y 2,5 millones a valoraciones sobre los 3,5 y 6 millones de euros. También suelen estar especializados y es recomendable, como en el caso anterior, buscar bien y saber con quién hablamos. Los contratos son ya mucho más restrictivos y hay que tener un buen abogado asesorándonos antes de firmar la documentación que nos planteen. • VCs de segunda ronda – Consolidación: Sólo entran en empresas con fuerte crecimiento y un modelo probado, a valoraciones entre 10 y 25 millones de euros, donde aportan entre 3,5 y 6 millones de euros. Aquí los contratos suelen ser muy “leoninos”, pero dejan poco espacio a la negociación. A pesar de ello, hay que tener un buen abogado que nos asesore. • VCs de tercera y rondas más avanzadas: Son las grandes empresas con fondos de varios cientos de millones de euros, que buscan entrar en una empresa poco antes de salir a Bolsa o de que sea vendida a otro gran grupo. Empiezan a invertir por encima de los 25 millones de euros y a valoraciones por encima de los 80 millones en general. Cuando has llegado hasta aquí tienes mucha oferta y hay que seleccionar al inversor por la ayuda que nos pueda aportar para conseguir salir a Bolsa o vender la empresa o lo que queramos hacer con ella. En todos los casos debemos buscar información a partir de sus páginas web y, a ser posible, tratar de hablar con los CEOs de otras empresas en las que ya hayan invertido para saber qué tal les ha ido con ellos. Captar dinero es una tarea ardua. Los mismos VCs consiguen éxito –cuando son ellos los que están cerrando un fondo- solo entre un 1,5 y un 3% de las veces, por lo que conseguir los inversores que necesitan en un fondo grande les lleva a veces más de un año. El dinero es miedoso, y hay que calcular lo que se necesita entre 6 meses y un año para cerrar una ronda de cierta importancia. Hay que prepararse bien, investigar a quién vayamos a presentar y asegurarnos que no le hacemos perder el tiempo visitando inversores que no tienen el perfil que buscamos ni van a invertir en nuestro proyecto. En las primeras rondas, si se hace bien la selección de inversores potenciales –algo que la Red ahora facilita sobremanera- deberemos presentar el proyecto un mínimo de 50 veces para conseguir el dinero que necesitamos. Capítulo 8: Monetizar: cuándo y cómo. Encontrar el momento y los productos o servicios que permitan convertir el tráfico en ingresos es uno de los grandes desafíos de cualquier negocio online. ¿Cómo y cuándo un usuario se convierte en un generador de ingresos? Hay dos teorías extremas. Por una parte están quienes creen que “monetizar” es algo para el futuro, para cuando tengan millones de usuarios y se centran en conseguirlos sin importarles los ingresos durante muchos meses. Lógicamente, tienen que tener una buena financiación que se lo permita, porque muchos “clientes” sin ingresos significan muchos gastos y un nivel de “burn rate” altísimo. En el otro extremo están quienes dicen “déjame ir paso a paso y rentabilizar cada uno de los que dé”. Son empresas que quieren ser autofinanciadas casi inmediatamente y no quieren tráfico que signifique costes adicionales si no ven, a muy corto plazo, ingresos concretos. La mayoría de los proyectos de Internet de la ola 1.0 estaban en el primer caso. Una inmensa mayoría fracasó en cuanto se les terminó la caja que habían conseguido de sus inversores. Ahora el campo está dividido. Hay empresas de ambos entornos. Lo más frecuente son los modelos mixtos, en los que, en cuanto se tiene una pequeña masa crítica de usuarios, se empieza a monetizar inmediatamente. En cualquier caso, yo siempre hago la siguiente pregunta: ¿quién paga, cuánto, cuándo y por qué? Dejadme contaros una historia de los inicios del Internet como hoy lo entendemos, allá por el año 1994/95. Netscape desarrolló el primer navegador comercial, Navigator 1.0. Lo anunció en la Red diciendo “creemos haber desarrollado el mejor navegador que existe y nos gustaría que lo probarais. Es gratuito y no encantará saber qué pensáis de él”. Fue el inicio de una historia de amor con sus usuarios que duró casi un lustro. Pocos recuerdan que Bill Gates apareció en una entrevista de la CNN para explicar que Microsoft era una empresa “seria” y que Internet era cosa de amateurs que nunca daría dinero y que ellos no tenían ningún interés en la Red. ¿Qué pasó para que, 6 meses después, el mismo Bill Gates volviera a la CNN para decir que se había equivocado y que Internet era el futuro y Microsoft pensaba liderarlo también? Netscape, una vez obtuvo más de 2 millones de usuarios de su Navigator, decidió que tenía que ganar dinero y lanzó una encuesta entre sus “clientes” a los que preguntaba qué le faltaba a Navigator a su juicio, y cuanto estarían dispuestos a pagar si tuviera dichas prestaciones. La respuesta fue variopinta: mucho dijeron que ellos no pagarían nada, otros que pagarían 1.000 dólares. Una vez hecha la selección del mejor ratio precio/volumen, Netscape sacó una versión de pago que salió, creo recordar, sobre los 30 dólares, con la que consiguió en sólo unos meses facturar más de 10 millones de dólares. Este hecho cambió la perspectiva de Bill Gates y de Microsoft, que reconoció el peligro que entrañaba un navegador dominante frente a su control del desktop. La mayoría de los jóvenes emprendedores de hoy no saben qué pasó después. Microsoft, con una inversión reconocida de más de 2.500 millones de dólares, tardó 4 años en conseguir ahogar a Netscape. Todavía menos conocen el hecho que, a pesar de la fuerza de Microsoft, mientras tuvo el beneplácito de sus usuarios, Netscape supo contrarrestar al gigante de Seattle. Perdió la partida cuando dejó de consultar a sus clientes. Se creyó el rey de Internet y sacó una versión (creo que fue la 7.0) que no estaba “hablada” con sus clientes y era mucho peor que el Internet Explorer que salió casi al mismo tiempo, y que recogía muchas de las pegas que habían manifestado sus usuarios. Es decir, en Internet hay que “pactar” los precios con los clientes, dar a cada uno el precio que está dispuesto a pagar por las prestaciones que pide. Hay que disponer de sistemas interactivos que nos hagan llegar la voz del usuario, y debemos pactar con ellos el precio de lo que les queremos cobrar, cuándo se lo cobramos y por qué lo hacemos. La gente en Internet paga. No paga por cuanto se pueda conseguir gratis en otro lugar. Es decir, tenemos que ser capaces de diseñar productos y servicios únicos por los que el “cliente” esté dispuesto a pagar, o en los que se vea claro un triángulo de interés en el que quien pague, en vez de ser el usuario directo, es alguien al que compensa tener de alguna forma acceso a dicho usuario. ¿Cuál es el mayor problema de la Red? Una tendencia natural a la gratuidad. Cosas por las que hoy pago, mañana las encuentro gratis en otro sitio, y dejo de pagar por ellas. Por eso, los negocios de Internet son de ciclos cortos, con mucho margen durante muy poco tiempo, y sólo las empresas que innovan constantemente saben ir por delante de la ola de gratuidad que siempre está a punto de alcanzarnos. La financiación basada en la publicidad es demasiado pobre para los modelos de Internet a largo plazo. La publicidad en Internet se está reinventando y el pago por impactos publicitarios se verá restringido a unos pocos lugares de mucho tráfico y otros, muy especializados, en los que los anunciantes pagan un plus por estar. La mayoría de los negocios de la Red pasarán a financiarse a través del comercio electrónico, los patrocinios triangulares de los que hablaba antes y nuevos formatos, todavía por inventar, que veremos evolucionar en el tiempo. Es pues imprescindible conocer bien a nuestros “clientes” actuales y futuros, y buscar la manera de “entenderles”. Solo así podremos conseguir, por lo menos durante un tiempo, que nos paguen por ciertos productos o servicios, y deberemos estar alerta para ver cuando otros los ofrecen gratis y haber migrado antes nuestro modelo para poder abandonar el que se acaba de convertir en obsoleto. Una buena muestra de cómo se monetiza lo practican Idealista.com y 11870.com, ambos negocios liderados por el conocido empresario y emprendedor Jesús Encinar. El Grupo ITNet de Carlos Blanco se especializa en entornos de mucho tráfico que se financian por publicidad, y Baquia.com puede ser otro sitio, muy especializado, que también cuenta con ingresos publicitarios como una de sus mayores fuentes de ingresos aunque, con el tiempo, lo irá diversificando con la venta de contenidos especializados de pago (sobre todo TV). Capítulo 9: La gestión de las expectativas “Alinear las expectativas de empresarios e inversores, o las del equipo directivo, es un equilibrio delicado” Todo es opinable. Un millonario que ha perdido 1.200 millones de euros en un año y se ha quedado reducido a ser un “pobre” millonario con una fortuna estimada en menos de 50 millones puede ser un buen ejemplo. La mayoría de los mortales ya quisieran para ellos su “mermada fortuna”; para él, todo se le ha venido abajo. De ser uno de los hombres importantes del país a convertirse en un paria a quien nadie le coge el teléfono. Las expectativas son la clave, y su gestión es una rara especialidad. Todo el mundo habla de cómo hay que ajustar la oferta de una inversión al tipo de inversor adecuado. La verdad es que, en la mayoría de los casos que conozco, esto es más bien el resultado de una serie de curiosas coincidencias que nada tienen que ver con “un análisis en profundidad” de nuestro inversor y su adecuación al proyecto que le ofrecemos. En EE.UU. con mucha más experiencia que en España, se hacen mejor las labores de investigación y se consigue con mayor frecuencia que las expectativas del emprendedor y las de los inversores estén alineadas. A pesar de ello, en muchos casos terminan tarifando por una falta de comprensión de los objetivos de ambos. Como emprendedor debo saber qué busco. ¿Crear una empresa familiar para pasársela a mis hijos? ¿Crear una gran empresa sin más? ¿Vender en cuanto pueda? ¿Cuándo creo que va a ser posible desinvertir? ¿Me importa este aspecto? La mayoría de los inversores tienen un planteamiento temporal claro. No quieren estar en una inversión más de 2 años, de 3 o de 5. Pocos quieren ir más allá. ¿Por qué? Porque tienen que dar cuenta a sus inversores normalmente entre 5 y 10 años, y por lo tanto, tienen que conseguir resultados a medida que se cumplen los tiempos que ellos han pactado con sus inversores. Si sus tiempos y los de nuestra empresa no están alineados, corren un grave riesgo de no entenderse y crear problemas –ajenos al negocio- que pueden afectarle negativamente. Cuando fundé DAD, ya lo he explicado alguna vez, busqué inversores/amigos que pudieran invertir con las condiciones siguientes: nunca más del 3% de su patrimonio y dinero que no necesitaran en 5 años. Esto alineaba sus objetivos de inversores con los míos en DAD, donde esperaba los primeros resultados en ese espacio de tiempo. Ahora, casi dos años y medio después, parece que ambos objetivos están progresando de la forma esperada y dispongo de empresas madurando, en desarrollo y empezando, de forma que tengo posibilidades de salida a 2, 3 y 5 años en la mayoría de ellas. ¿Qué pasa cuando esto no es así? Que hay que intentar salirse de la situación lo más rápidamente posible. Los objetivos de los inversores varían también según el nivel de inversiones que deban hacer, el número de inversores con los que cuentan y los compromisos adquiridos con ellos. Es menos difícil de lo que parece, cuando las cosas van razonablemente bien, cambiar de inversores. Es decir, la gestión de las expectativas tiene mucho que ver con la de los inversores, pero también con las nuestras. La mayoría de los emprendedores meten la pata la primera vez. Casi nunca están contentos de cómo han asignado los porcentajes de sus acciones y las de sus compañeros de viaje e inversores posteriores. Si una empresa ha terminado valiendo –porque haya salido a Bolsa o ha sido vendida a otra- digamos 400 millones de euros, y el emprendedor termina, al final del camino, teniendo un 5% de la sociedad, a pesar de que consiga 20 millones – mucho más de lo que hubiera esperado al inicio- está algo desconsolado por ver que inversores que “sólo” han aportado dinero se llevan la parte del león, con paquetes (según porcentajes) de más de 150 millones. La pregunta es: ¿hubiera podido hacerse sin las inversiones que han permitido la rápida expansión de la empresa? ¿Qué es más importante. el capital y la capacidad de innovación y gestión del emprendedor? Ambas de igual manera, pero deben ir acompañadas de una gestión clara de las expectativas. Si necesito 3 millones de euros para salir adelante y convertirme en líder y eso representa que tengo que dejar sobre la mesa el 30% de la empresa, debo estudiarlo muy detenidamente para asumir que, si doy entrada a inversores de capital riesgo con porcentajes de ese tamaño, terminarán ganando más dinero que yo. Debo asumir que eso es lo que busco, lo que quiero y que luego no voy a arrepentirme. Muchos inversores se quejan de los emprendedores en este aspecto. Primero vienen vendiendo que nos necesitan pero luego, cuando todo va bien, no paran de quejarse de que nos han dado demasiado dinero por nuestra inversión. No son capaces de darse cuenta de que sin el dinero de los inversores nunca hubieran podido construir la empresa que han sacado a Bolsa o vendido. ¿Qué vale conocer bien a quién nos puede comprar? ¿Un 1%? ¿Un 10%? ¿Cómo lo valoro? ¿Qué trabajo ha hecho quien ya tiene dicho conocimiento? Simplemente, venderle a un amigo una oportunidad de negocio. Quizás ha sido capaz de hacerlo durante un fin de semana jugando al golf o al pádel. ¿Y por eso se lleva un 1%, 3%, 5% de mi empresa en la que llevo sudando 3, 5 años? Hay que saber mirarse al espejo y decir “Esta es una oportunidad única que no tendría sin dicho intermediario, y estoy dispuesto a convencer a mi Consejo de que le debemos pagar X% del valor de la venta”. Ya he vivido un par de veces lo que pasa cuando, de repente, los valores que se manejan dejan el nivel de las decenas de millones para pasar a las centenas. Sin haber cazado el oso, la mayoría anda vendiéndolo por los pasillos. Un valor es real cuando está en el banco, ni un minuto antes. Por eso es importante gestionar las expectativas de la plantilla. Sobre todo de quienes, por tener participación, andan pensando ya en el nuevo coche y casa que piensas comprarse. Hay que tratar que nadie sepa a qué valores estamos negociando, aparte de los miembros del Consejo y éstos deben ser una caja negra de la que no sale ni un resquicio de información. Quizás el mayor problema de la gestión de expectativas está en el periodo de la empresa, una vez que se ha vendido con éxito o ha salido a Bolsa, creando varios millonarios en la misma. Gestionar empleados ricos es un problema mayor. ¿Es posible, a pesar de haber vendido bien, quedarse para seguir en la gestión? La verdad, no suele funcionar. Cuando el gestor acaba de hacerse con una pequeña fortuna, su cabeza y la de su cónyuge están más en el nuevo chalet, el barco y el viaje a las Maldivas que en el “sudor y lágrimas“ del día a día. Por ello, la venta a empresas del sector que sean más grandes tiene la ventaja de que, en general, no buscan demasiada permanencia de los emprendedores y se contentan con pedirles un año de superposición con los gestores que ellos aporten. Las salidas a Bolsa son mucho más complejas porque, en la casi totalidad de los casos, se requiere al equipo directivo que permanezca en la empresa un mínimo de 3 años, durante los cuales no pueden vender la mayor parte de sus acciones. Esto hizo, por ejemplo que, empresarios multimillonarios en papel durante la salida a Bolsa de su empresa terminaran con mucho menos dinero cuando, al final, pudieron vender sus participaciones. Otro aspecto recurrente es el de las diferencias de expectativas entre los emprendedores, sobre todo si provienen de entornos distintos. Un emprendedor que sea “rico de familia” tiene más tranquilidad para negociar una venta que alguien que ve en el proyecto su primera oportunidad de serlo. Capítulo 10: La gestión del burn rate Muchas empresas comenten el error de gastar más de lo que tienen o calcular unos ingresos poco realistas. Una adecuada gestión del burn rate debería solucionar algunos de esos problemas. La Wikipedia nos explica que burn rate es un sinónimo de flujo de caja negativo. Es una medida de la velocidad a la que consumimos el capital más la prima de emisión, es decir, de la caja que disponemos, representada por las inversiones de nuestros accionistas. Uno de los graves problemas de la primera era de las puntocom fue utilizar esta medida como una demostración de la capacidad de la empresa para generar nuevos usuarios ”quemando caja”. Parecía que cuanta más caja se consumía, mayor era el potencial futuro del proyecto. Craso error. Al final un negocio tiene que ganar dinero, y aquellos que tienen valoraciones increíbles cuando todavía pierden dinero cuentan con unos parámetros de uso y disfrute que no son naturales, y por ello, suceden con muy poca frecuencia. ¿Skype? eBay pagó más de 2.600 millones de dólares por una empresa que perdía dinero. Hoy, a pesar del “éxito” de Skype, la realidad de los números se ha impuesto, y eBay ha tenido que depreciar casi 1.000 millones de esta inversión, reconociendo que, dados los resultados reales, había pagado demasiado por la compra. Es muy importante gestionar bien el burn rate. Los emprendedores casi siempre se equivocan en este aspecto. Algunas de las razones son las siguientes: 1. El producto/servicio que se plantea no tiene aceptación por el cliente, y se ha tardado seis meses más en redefinir otro producto/servicio que realmente fuera aceptable. 2. La tecnología que iba a estar lista en 6 meses ha tardado 12 en estarlo. 3. Los ingresos previstos del 5% sobre contactos han resultado ser sólo del 1%. 4. La mayoría de las ventas se hacen en un formato que no se cobra en menos de 3 meses. 5. El nivel de impagados previsto del 3% se triplicado y casi está en el 10%. 6. El coste del producto/servicio, que estaba previsto sobre el 20%, se nos ha disparado al 50%. 7. La organización de ventas, que iba a vender 100 unidades al, mes sólo vende 35. 8. Se había creado una estructura de venta a través de terceros que se ha tenido que desmontar porque no funcionaba. 9. Las rondas de aumento de capital se han cumplido mal. 10. No existe suficiente capacidad para soportar el número de clientes con al estructura existente y se ha tenido que aumentar el gasto. 11. Los alquileres se han disparado. 12. Etc, etc… Como veis, innumerables razones pueden proporcionarnos un problema de burn rate. Por ello, es imprescindible plantearse los presupuestos con objetivos concretos, que llevan consigoactuaciones diarias y que se pueden medir de forma semanal. Hay que evitar el incluir en el plan de negocio cualquier descripción poco precisa. “Vamos a promover el producto”, no quiere decir nada. El procedimiento correcto debería ser: • • Durante las primeras 3 semanas vamos a ofertar el producto (clara descripción del mismo) a 100 clientes potenciales con el objetivo de conseguir 10 clientes de pago, y con ellos, rediseñar el producto para lanzarlo de forma masiva en la cuarta semana. El precio inicial será de 20 euros al mes, y se adaptará a las nuevas prestaciones que demandenlos primeros clientes durante las 3 semanas iniciales. El objetivo es vender, a partir de la 4ª semana, 3 productos al día, para lo que hemos calculado que necesitaremos unos 50 interesados. • La captación de los 50 interesados se hará en base a invertir 1.500 euros al mes en Google Ads y conseguir con ello 250 visitas diarias a la web. Además,, a través de marketing viral o por intercambio de enlaces pretendemos conseguir otros 5.000 accesos al mes a nuestra web. • Con estas cifras conseguiremos un break-even en 14 meses a partir de la cuarta semana, y sabremos que el aumento de capital necesario para cubrir este periodo es de 225.000 euros, de los cuales necesitaremos la mitad en los primeros 3 meses, que es cuando mayor burn rate tendremos Como veis se trata de precisar bien los objetivos y las acciones concretas que vamos a realizar. En realidad, el plan debería ser todavía más preciso e indicar acciones semana a semana. El problema es que la mayoría de los planes de negocio marcan grandes pautas pero no tienen un sistema de medición a corto plazo que permita saber si estamos o no siguiendo el planteamiento inicial, y cuáles son las consecuencias en cuanto a nuestras necesidades de caja en cada momento. Sobre todo, hay que impedir un burn rate mayor que el que creamos somos capaces de financiar, y para ello hay que tener en cuenta, por ejemplo, que los ejercicios de aumento de capital son lentos y consumen muchos recursos de la alta dirección de la empresa. Hay que tener siempre previsto un plan B para ver qué hacemos si, por las razones que sean, los planes iniciales no se cumplen y se nos termina la caja antes de lo previsto.
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