Post de Ruth Ríos – Cómo gestionar una crisis de Reputación Online _____________________________________________________________________ Al hilo de noticias como el reciente amago de abandono de Alejandro Sanz de la red social Twitter (cansado de las críticas que recibía constantemente) o los ya conocidos problemas de David Bisbal, hoy nos gustaría profundizar sobre qué hacer si nos encontramos con una crisis de reputación online en nuestra empresa. Precisamente en nuestro último artículo hablábamos de que una de las funciones de nuestro Community Manager (en caso de tenerlo) es la de detectar y gestionar crisis de comunicación en Internet. Este tipo de crisis es uno de los mayores frenos de las empresas a la hora de decidirse a entrar en redes sociales. Ante este miedo a la crítica o a comentarios negativos, los profesionales solemos responder que la conversación sobre tu marca ya está ocurriendo en Internet, con o sin ti. Con esta evidencia, lo mejor que se puede hacer es: Prevenir y escuchar. Prevenir es que, al igual que hacemos en la comunicación offline, es importante disponer de un plan de crisis para actuar de forma rápida y eficaz ante estas situaciones. En él definiremos las personas involucradas 1 dentro del comité de crisis, las funciones que llevará cabo cada una y las acciones que pondremos en marcha, que podrán converger con lo offline. Escuchar es monitorizar qué dicen los usuarios sobre nosotros y responderles de la mejor manera posible, tanto en nuestros propios cauces (blog o perfiles de Facebook y Twitter) como en sitios ajenos. Por ejemplo, imaginemos que tenemos una cadena de tiendas especializada en ropa de bebé. Hemos diseñado una web fantástica, bien programada y con criterios SEO para que sea fácilmente indexable por los buscadores. Nuestro esfuerzo ha sido grande. Sin embargo, un buen día un cliente va a una de nuestras tiendas y siente que uno de nuestros empleados no le ha atendido de manera correcta. En la era 1.0, esta insatisfacción se hubiera traducido en que ese cliente, no sólo no hubiera vuelto a nuestro establecimiento sino que además hablaría mal de nosotros a sus conocidos. Esto por sí solo ya era grave pero es que en la era 2.0. esta mala experiencia se verá amplificada, ya que además de haber perdido a un consumidor, éste acudirá a un foro especializado en ropa de bebé y contará a todo el mundo que “tal día en tal tienda de tal marca me atendieron realmente mal”. Lo mismo puede reproducir en su propio blog, en Facebook… Si el nivel del debate va creciendo, nos podemos encontrar con que, al teclear el nombre de nuestra empresa, justo debajo de nuestra web oficial 2 aparezca un sitio donde se nos deje en mal lugar. Esto condicionará la imagen que percibirán de nosotros futuros usuarios que estén en Internet en busca de tiendas de ropa para bebé. ¿Qué hacer ante esto? Es muy difícil evitar que nos critiquen, especialmente en un momento histórico en el que el consumidor es más exigente que nunca. Sin embargo, podemos detectar a tiempo el malestar y gestionarlo, para demostrar empatía y preocupación por nuestra calidad. Volviendo a nuestro ejemplo de la tienda, nuestro CM podría responder directamente a la persona enfadada (siempre educadamente), pidiéndole disculpas, preguntándole qué es lo que ha ocurrido exactamente, prometiéndole que se intentará subsanar el error e invitándole a tener un contacto con nosotros para hacer un seguimiento de la resolución. A partir de aquí, el CM puede trasladar la queja al departamento correspondiente para que investigue lo sucedido. Dependiendo del alcance del problema, podrá ser el propio CM el que dé respuesta a las quejas pero, si el asunto va más allá, tendrá que ser un ejecutivo de mayor rango el que ofrezca una respuesta oficial (es famoso el caso de Domino´s Pizza donde tuvo que intervenir el propio presidente de la compañía). Tal como hacíamos en el mundo offline, nuestro portavoz (cuyo cargo dependerá de la intensidad de la crisis) será el que ofrezca una 3 respuesta combinando lo offline según convenga (ruedas de prensa, entrevistas) y lo online (comunicados y explicaciones en nuestros perfiles sociales). En resumen, podríamos establecer la gestión de una crisis de reputación online en 5 pasos: • Ante las críticas, responder de forma abierta, educada y clara. • Nombrar a una persona cualificada como portavoz. • Llevar a cabo acciones offline (si es necesario) y online para hacer llegar nuestra versión. • Supervisar la evolución de la crisis y el alcance en términos de imagen y de ventas. • Una vez superada la crisis, analizar en qué debemos mejorar para evitar situaciones similares. Ante todo, actuemos de forma transparente, sincera y rápida. Nuestros clientes sabrán al instante si pretendemos engañarles o ignorarles. 4
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