¿Cómo Orar? Tomado de: http://www.enlabrechaporvenezuela.com Fundamentos de la oración • • • • • • • • • • • ¿Qué es ORAR? ¿Por qué oramos? ¿Cuándo debemos orar? ¿Dónde podemos orar? ¿Cómo orar? ¿Por qué cuesta trabajo orar? ¿Por qué Satanás se opone a la oración? ¿Cuáles deben ser nuestras actitudes al orar? Tipos Bíblicos de la oración ¿Cómo orar una hora completa? Los nombres de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo empleados para orar Fundamentos de la Intercesión • • • • • • • • • Introducción La Oración Intercesora ¿Qué es interceder? ¿Qué es un intercesor? ¿Por qué razón hay que interceder? El Poder de la Oración Intercesora ¿Cómo interceder? Tipos de Intercesión Algunas escrituras para interceder Bases Bíblicas de la Guerra Espiritual • • • • Introducción ¿En qué consiste la Guerra Espiritual? ¿Quiénes intervienen en la Guerra Espiritual? ¿Cómo hacer Guerra Espiritual? 1 I. La Oración A. Introducción Orar es “ponerse de acuerdo para que se haga la voluntad de Dios”, esto nos dice Watchman Nee en su libro Oremos. Aunque muy breve, consideramos muy apropiado este pensamiento, por cuanto el verdadero significado de la oración es orar por el cumplimiento de la voluntad de Dios. Bajo este pensamiento, vemos que orar es mucho más que hablar con Dios. Orar es: • Proclamar la santidad, soberanía, reino y señorío de nuestro Dios • Acercarse a Dios, buscando Ser transformados a la imagen de Cristo; su dirección para nuestras vidas; su provisión a nuestra necesidad, y su bendición en todo. • Interceder para que la mano de Dios se mueva a favor de otros: nuestra familia, el ministerio, la iglesia, la nación, etc. • Confesar el triunfo de Cristo en la Cruz, despojando a los principados y potestades de Satanás; ejercer la autoridad de Cristo, sometiendo y resistiendo la obra del enemigo. B. Algunas preguntas sobre la oración 1. ¿Por qué oramos? Dios quiere que acudamos al trono de la gracia reconociendo nuestra dependencia a Él, pidiéndole lo que necesitamos y demostrando nuestra disposición para hacer su voluntad. Oramos porque: • Es la voluntad de Dios; Él lo quiere (1 Timoteo 2:8; 1 Crónicas 16:11 • Lo necesitamos , Para alcanzar misericordia y hallar gracia(Hebr 4:16; Mateo 7:7) • Para que habite Cristo en nosotros ya que nuestra debilidad es fortaleza para el poder de Dios (Efesios 3:14-19) 2. ¿Cuándo debemos orar? La Biblia nos enseña a orar en todo tiempo, tanto de manera particular, como junto a otros creyentes en la iglesia. De manera particular, “Orad sin cesar” (1 Ts. 5:17) no significa que debamos dedicarnos a la oración formal todo el tiempo; no sería posible hacerlo, ya que tenemos trabajo y obligaciones que atender y otras actividades que realizar. “Orad sin cesar” es, más bien, vivir conscientes de la presencia de Dios, a fin de que cuando necesitemos pedir, interceder o alabar, nuestra oración surja en forma espontánea. También como Iglesia, la Biblia nos da el ejemplo de “orar sin cesar”: Los creyentes perseveraban unidos en oración (Hechos 1:4; 12:5). Por otra parte, la Biblia nos da ejemplo de quienes oraban en forma regular o disciplinada diariamente, otros oraban por la mañana y otros por la noche: • • • • David oraba tres veces al día (Salmos 55:17) Daniel, oraba tres veces al día (Daniel 6:10) Job oraba por las mañanas todos los días (Job 1:5) Pablo y Silas oraron toda la noche (Hechos 16:25) 2 3. ¿Dónde podemos orar? De manera general, vemos en la Palabra que la oración se puede hacer en forma individual (Mt. 6:6) y también en forma colectiva con toda la iglesia (Mt. 21:13). Esto es porque hay aspectos de la oración que deben tratarse de forma particular, pero hay aspectos que necesitan el apoyo mutuo y la unidad entre los creyentes. El ponerse de acuerdo con otro o la oración unida de toda la iglesia, afirma nuestra fe de tal manera que nos atrevemos a orar por cosas grandes. ¡La Biblia nos enseña que podemos orar en todas partes! El lugar físico no debe restringir nuestra oración. En la Biblia encontramos que: • • • • • • • Jonás oró en el interior de un pez (Jonás 2:1) Pedro oró en una azotea (Hechos 10:9) Daniel oraba en su habitación (Daniel 6:10) Ana oró en el templo (1 Samuel 1:19-20) Jesús oró en un huerto (Mateo 26:36) Los discípulos oraron en el templo (Hechos 12:12) Los discípulos oraron en la playa (Hechos 21:5) Podemos orar en cualquier lugar en el que nos encontremos, cuando surja la necesidad de hacerlo y en la forma que dicha oración requiera. 4. ¿Cómo orar? ¿Hay una posición especial para orar? Esa es una pregunta frecuente. Probablemente no. Algunas posiciones más usadas son: de rodillas, de pie, sentados, postrados (de rodillas, tocando el suelo con la frente o tendido en el suelo), caminando, etc. (Hch. 9:40¸ Mt. 26:39; Jos. 5:14; 1 R. 8:22). Vemos que se puede orar en diferentes posturas o posiciones; incluso es mejor adoptarlas todas en diferentes ocasiones. 5. ¿Por qué nos cuesta trabajo orar? Aunque reconocemos que orar es importante y que podemos aprender a hacerlo de manera eficaz, es casi seguro que “nos costará trabajo orar”. He aquí algunas razones: • Orar parece contrario a nuestra naturaleza. A ésta le interesa más satisfacer apetitos y deseos físicos. Para el mundo, dedicar tiempo a cualquier cosa de naturaleza espiritual le parece una pérdida de tiempo (Stg. 4:2) • Orar implica admitir que somos débiles. Aunque decimos que somos débiles, en lo profundo de nuestro ser negamos nuestra dependencia de Dios (Lc. 18:11-12) • Orar no siempre guarda relación con los resultados. Estamos acostumbrados a que los resultados se ajusten a lo que hemos dispuesto, y a veces invertimos tiempo en la oración y no vemos los resultados en las condiciones y el tiempo que hemos pedido, por lo que abandonamos la oración (2 Co. 12:8-9) 6. ¿Por qué Satanás trata de oponerse a la oración? Por el poder que la oración es capaz de desatar, tanto en el mundo espiritual como en el físico, Satanás siempre tratará de oponerse. Algo importante al respecto es conocer la forma en que 3 éste actúa, y particularmente la forma en la que afectará las diferentes áreas de nuestra vida. He aquí algunas: • Atacará nuestra confianza en el Señor haciéndonos sentir incapaces, indignos de acercarnos, y con ello afectar nuestro ánimo e interés para orar. • Atacará nuestro cuerpo, pensamientos y nervios; querrá afectarnos con cansancio y restando nuestras fuerzas. • Atacará el tiempo que reservamos para la oración, manteniéndonos ocupados con cosas urgentes o interrumpiéndonos con cosas sin importancia (a través de actividades, personas y/o a través de nuestros propios pensamientos) • Atacará nuestra comunión con el Señor, haciéndonos sentir que es difícil acercarnos a Él, como si nuestras oraciones “toparan contra el techo” y no pudieran llegar al cielo. • Atacará nuestra convicción de la necesidad de orar, constantemente hacia otras cosas aparentemente más importantes distrayéndonos Al estar apercibidos de que estas son algunas de las formas en que Satanás tratará de atacarnos, es importante que aprendamos a prepararnos para orar. Para ello, encontramos que la Palabra nos insta a que: • Afirmemos nuestra confianza en la Palabra (Hechos 4:15-16) • Descubramos el falso cansancio (Romanos 8:26-27) • Protejamos nuestro tiempo de oración (Mateo 6:6) • Propiciemos nuestra comunión a través de la alabanza (Hechos 10:19-21) • Afirmemos diariamente la necesidad de orar (Lucas 18:1) 7. ¿Cuáles deben ser nuestras actitudes al orar? El pasaje en Lucas 18:11-14 nos muestra la importancia que tienen para Dios nuestras actitudes. A continuación algunas muy importantes: • Reconociendo la santidad, el señorío de Dios y sus atributos (Lc. 11:2; Ap. 7:12) • Alabando a Dios, nuestro Padre y Señor (Mateo 11:25) • Creyendo que Dios existe y recompensa a los que le buscan (Hechos 11:6) • Buscando a Dios con sinceridad, de corazón (Jeremías 29:13) • Queriendo que se haga su voluntad y no la nuestra (Lucas 22:42) • En humildad, queriendo dejar nuestros malos caminos (2 Crónicas 7:14) • Deseando y confiando en que será dado en Abundancia y sin reproche (Santiago 1:5-6) C. Tipos bíblicos de oración Los apóstoles y discípulos del Señor Jesús nos enseñaron acerca de la oración. En sus enseñanzas encontramos aspectos muy importantes en relación a ella. Algunos son: 4 1. La oración no cede (1 Ts. 5:17) El Apóstol Pablo nos anima a no cesar de orar. Es una palabra de ánimo que nos dice, “Nunca te des por vencido en la oración”. 2. La oración de gratitud en todo tiempo (1 Ts. 5:18) La oración que da gracias en todo tiempo. Sí, no es fácil dar gracias en tiempos de dificultad, pero esa es la voluntad de Dios. Eso es l oque Dios quiere de nosotros; por lo tanto, Él nos ayudará a lograrlo. 3. La oración por los gobernantes (1 Ti. 2:1-2) Es una oración intercesora por quienes están en autoridad, a fin de que podamos vivir en paz, en reverencia a Dios y en respeto los unos a los otros. 4. La oración sin ira, ni contienda (1 Ti. 2:8) Es una oración que requiere levantar manos santas. El levantar manos santas es una señal de rendición, también evidencia que no hay enojo ni discusiones. 5. La oración en tiempo de aflicción y enfermedad (Stg. 5:13-14) Si estamos ante pruebas o situaciones adversas que afligen nuestra alma, debemos orar. Si estamos ante enfermedad, también debemos orar (Pr. 4:20, 22; Sal. 107:20; 3 Jn. 2). 6. La oración eficaz del justo (Stg. 5:16; 1 P. 3:12) La eficacia de nuestra oración no depende de la posición externa que tengamos, ni de cuán importante seamos, sino de que somos justos (Jesús nos justificó). Al igual que Elías, también nosotros somos personas sujetas a pasiones, pero somos justos. Y podemos orar y Dios obrará para bendición porque “los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones”. 7. La oración para edificación espiritual (Jud. 20) Una forma de ser edificado espiritualmente es orar en el Espíritu. Orando bajo la guía y dirección del Espíritu Santo –orando en lenguas— es como se desarrolla y fortalece nuestro espíritu. 8. La oración sin estorbos (1 P. 3:7) La relación del esposo con la esposa, es decir, la forma en que un marido trata a su mujer, puede ser causa de estorbo, en lugar de ser un canal por donde fluya la oración. 9. La oración conforme a la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14-15) Nuestras peticiones conforme a la voluntad de Dios serán escuchadas por Él y tendremos lo que pidamos. Pedir conforme a la Palabra es la mejor garantía de orar conforme a la voluntad de Dios. 10. La oración por bendición en todo (3 Jn. 2) Es la oración que pide bendición completa para otros. Es bendición para ser prosperado en lo material, en lo físico, emocional y en lo espiritual, eso incluye hogares, estudios, empleos, finanzas, salud, etc. Las enseñanzas de los Apóstoles y discípulos del Señor recogen muy buenos aspectos que harán de nuestra oración una oración que sobresale de entre muchas oraciones. Conclusión La Palabra de Dios es el mejor recurso para conocer la voluntad de Dios y orar conforme a ella es una garantía de respuesta. El Espíritu Santo es nuestro ayudador en esta “especial vivencia” que nos da la oración como parte crucial de la vida cristiana. 5 II. La Intercesión: Arma Poderosa A. Introducción Hoy más que nunca en la historia de la humanidad, Dios está buscando hombres y mujeres que estén dispuestos a ponerse en la brecha entre Dios y este mundo para interceder ante Él por un mundo más justo para todos, por una nación con gobernantes de acuerdo al corazón de Dios, por una Iglesia que esté siempre a la ofensiva, por un liderazgo fuerte y unido. B. La oración intercesora Con mucha frecuencia confundimos el orar con el interceder y la mayoría de las veces nuestra oración es una larga lista de súplicas y peticiones, repetidas una y otra vez. Los Discípulos, quienes tampoco sabían orar, le pidieron a Jesús que les enseñara a orar; hoy en día, nosotros contamos con la ayuda del Espíritu Santo, quien quiere enseñarnos cómo orar. (Jn. 14:26; Ro. 8:26). 1. ¿Qué es interceder? Interceder es tomar el lugar del otro; es ponerse en su lugar para suplicar o defender su caso motivado solamente por el amor y la misericordia (Ro. 8:34). Podemos ver, entonces, que interceder no es pedir a favor nuestro, sino más bien, a favor de otros. 2. ¿Quién es un intercesor? Es la persona que dispone su vida para orar por otros, tomando su lugar. Es aquella persona que siente carga en su corazón por una situación ajena. Es alguien que lleva una vida de profunda comunión con Dios y negación propia, dispuesto a sentir el sufrimiento de aquel por quien intercede. • • Un intercesor es la persona que se interpone entre Dios y los que se merecen su justa ira o castigo, poniéndose en la brecha por ellos y clamando a Dios misericordia y perdón. (Ez. 22:30). Un intercesor es la persona que siempre en guerra porque pelea contra Satanás y esa guerra no la puede pelear con armas carnales, necesita vestirse de toda la armadura de Dios. (Ef. 6:12-18). 3. ¿Por qué razón hay que interceder? En la Biblia se habla de tres cielos. El primero es lo que llamamos atmósfera. El segundo es el espacio en donde están los astros, y arriba de ese espacio está el tercer cielo, en donde está el Reino de Dios. El Apóstol Pablo habla de cómo él fue arrebatado hasta el tercer cielo. (2 Co. 12:2-5). Cuando el hombre desobedeció en el huerto del Edén, no sólo traicionó la confianza que había sido depositada en él, sino que voluntariamente le entregó el dominio a Satanás. Desde entonces, él les el dios de este mundo (2 Co. 4:4). Él y sus huestes de espíritus malignos viven en lo que corresponde al mundo: la atmósfera, el primer cielo o regiones celestes (Ef. 6:12). Él es el príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2), el gobernador de las tinieblas de este siglo (Ef. 6:12). Mientras Dios tuvo potestad absoluta sobre el hombre, le concedió todo, sin que éste tuviera necesidad de pedirle nada. Pero, desde que el hombre cedió ante Satanás, Dios no puede 6 darle nada libremente, a menos que el hombre se lo pida, porque Dios es respetuoso de la decisión del hombre, de su libre albedrío. Dios no puede hacer nada por la humanidad, si no es a través de la petición de un intercesor. La voluntad de Dios es que el hombre tenga lo que le pertenece: salud, prosperidad, paz. Sin embargo, la batalla de Satanás y sus huestes por retener lo que aún les pertenece es continua y, en su afán por evitar que el hombre reciba las bendiciones de Dios y en vista de que ellos dominan y operan en las regiones celestes o primer cielo, atrapan la respuesta de Dios y la retienen allí, haciéndonos creer que Dios no contesta y no nos oye. En el libro de Daniel está escrito muy claramente (Dn. 10:10-13, lea cuidadosamente los vv. 12 y 13). Este pasaje nos muestra que desde el primer día en que él oró, su petición fue oída. Pero, Satanás con sus huestes, luchando en las regiones celestes que le pertenecen y que nos rodean, se opuso e impidió durante veintiún días que esa respuesta llegara. Cuando al orar conforme a la Palabra de Dios, la respuesta no nos llega inmediatamente, no quiere decir que Dios no nos oye o no quiere contestarnos. Él ha enviado su respuesta, pero no nos dirá nada porque Satanás la tiene obstaculizada, interceptada en las regiones celestes, en su reino. C. El Poder de la Oración Intercesora ¿Cuál es el poder que tiene la oración de intercesión? Mover, con nuestra súplica la mano de Dios y libertar la obra restauradora del Espíritu Santo. Dios puede hacerlo todo. Pero en su amor tan grande hacia nosotros, Él derrama su gracia y escoge a hombres y mujeres para que colaboren con Él en su obra de salvación, ¡estos son los intercesores! ¡Qué inmenso privilegio! La oración del intercesor es igual a la de Jesús al Padre. Por eso es poderosa como ninguna otra, porque el intercesor, al igual que Jesús, pone su vida en la causa por la que está suplicando. La Biblia nos da muchos ejemplos de la oración intercesora: 1. En el Antiguo Testamento • La intercesión insistente de Abraham a favor de Sodoma pensando en Lot (Gn. 18:2333) • La intercesión de Moisés a favor de Israel (Éx. 32:11-14; Nm. 16:20-22) • La súplica intercesora de Samuel a favor del pueblo (1 S. 7:5, 8-9) • Daniel, durante el destierro (Dn. 9:1-19) • Esdras, intercede por restauración (Esd. 9:6-15) • Nehemías, intercede por la restauración de su pueblo (Neh. 1:5-11). 2. En el Nuevo Testamento • A los milagros de Jesús precede la acción intercesora de alguien Mr. 2:1-12; Lc. 7:1-10; 11:5-8). • La oración de Jesús en vísperas de ser sacrificado se llama “de intercesión”, pues señala su actitud constante ante su Padre en relación con los suyos (Jn. 17; Lc. 22:32). • Esteba, al igual que Jesús, intercede por sus enemigos (Hch. 7:60; Lc. 23:34). • Pablo pide que intercedan por él (Ro. 15:30-32; Ef. 6:18-20). • Pablo recomienda pedir por (interceder) todos los hombres (1 Ti. 2:1-2). 7 D. ¿Cómo interceder? La intercesión es el arma más eficaz que posee todo cristiano. Por esto es importante tener presente los siguientes pasos: 1. Diferencias entre oración e intercesión La oración: Es la elevación del alma hacia Dios para adorarle, alabarle, dale gracias, pedirle perdón, favores o presentarle nuestras necesidades. Es el ofrecimiento de las emociones y los deseos del alma hechos a Dios, en el nombre de Jesús. Es la comunicación de nuestro corazón con Dios—es el alimento del alma. La intercesión: Es todo lo anterior, pero en batalla y no pidiendo por nosotros, sino a favor de alguien más (persona, familia, iglesia o nación), sintiendo amor, dolor, compasión y misericordia. 2. La forma de interceder es personal No hay una técnica en especial en la oración, lo que importa es la fe, la obediencia, la entrega y el desinterés personal de cualquier índole. La intercesión debe ser una actitud voluntaria motivada por el amor de Dios. La intercesión no debe hacerse por compromiso, imposición o compensación económica. 3. ¿De qué maneras podemos interceder? Con nuestro entendimiento: Orando con nuestras propias palabras (basados en la Palabra de Dios) y en nuestro idioma. Usando nuestra mente, pensando, entendiendo y sabiendo la razón por la que intercedemos. Orando en el Espíritu: Orando en lenguas con la ayuda del Espíritu Santo, no sabiendo nosotros por lo que intercedemos, pero Él sí. (1 Co. 14:2). En muchas ocasiones sentimos la urgencia, la necesidad de orar, de interceder, sin saber lo que sucede o sin conocer la necesidad. No podemos orar con entendimiento porque no sabríamos qué pedir, pero el Espíritu Santo sí lo sabe y entonces, lo único que debemos hacer es dejar fluir esa necesidad de intercesión al orar en el Espíritu, en lenguas extrañas para que el Espíritu Santo interceda por nosotros (Ro. 8:26). 4. Se puede interceder en voz alta, en voz baja, como en un murmullo o con el pensamiento De cualquier forma que se haga, la oración debe dirigirse hacia Dios; sin embargo, cuando se intercede en batalla contra Satanás y sus espíritus malignos, debe hacerse en voz alta y con la autoridad que tenemos en el Nombre de Jesús (Mr. 16:17). Satanás no puede entrar en nuestros pensamientos, pero él y todas sus huestes ¡sí pueden oírnos! 5. La intercesión es una oración en batalla Para salir a batalla hay que vestirse adecuadamente. Antes de empezar, cúbrase con la Sangre de Cristo y tome todos los instrumentos de la armadura de Dios. (Ef. 6:10-18). 8 E. Tipos de intercesión 1. Por las naciones La palabra “naciones” significa “ethnos” o grupos étnicos; esto implica que nación es la gente de un país. En el Antiguo Testamento encontramos muchos ejemplos de cómo el destino de una nación puede cambiar por medio de la intercesión. En el Salmo 2:8, el Señor dice “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”. Cuando intercedemos por las naciones, estamos rogando a Dios por la conversión de toda la gente del mundo. (Jn. 10:16). En toda sociedad existen siete áreas básicas que moldean el pensamiento de las personas y que se reflejan en la vida de una nación. Además, ejercen una gran influencia en el comportamiento de los líderes de las naciones y de las personas que están en eminencia. Al interceder por las naciones, hay que orar por estas áreas. Éstas son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. El hogar y la familia La Iglesia Los educadores Los medios de comunicación El gobierno Los espectáculos públicos El comercio En 2 Crónicas 7:14 y Jeremías 29:7 hay promesas para las naciones. 2. Por las personas que gobiernan Satanás ataca a todos los hombres, pero más a los que están en el poder, en eminencia, en autoridad. El poder da al hombre que lo ejerce: potestad, riquezas, posición e impunidad; situación que lo hace más vulnerable para caer en las garras del mal. La Biblia nos exhorta en 1 Timoteo 2:1-2 a interceder “por reyes y por todos los que están en eminencia”. Esto significa: nuestro gobierno, desde el nivel nacional hasta el nivel local, por el Presidente y sus Ministros, por los diputados del Congreso, por los gobernadores departamentales, alcaldes, jueces, autoridades militares y policiales, etc. Es un llamado a la intercesión por todos, sin importar su posición o condición espiritual. 3. Por la Iglesia Al igual que los gobiernos, la Iglesia y sus líderes espirituales están expuestos al ataque constante, inclemente y artero de Satanás. Al interceder por la Iglesia, debemos tener presente los siguientes aspectos: • • • • La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, en el cual todos los miembros son importantes (1 Co. 12:12-27). Intercedamos por la unidad. Jesús no fundó ninguna denominación. Él estableció una doctrina para que fuese una forma de vida diaria, a través de una relación personal con Él, que se basa a su vez en la obediencia a la Palabra de Dios, el temor a Jehová, la vida de oración e intercesión y el amor a nuestros prójimos. Intercedamos porque todos los cristianos seamos un solo cuerpo, sin distingos denominacionales. Intercedamos porque en las iglesias se predique la Palabra de Dios, sin quitarle ni añadirle nada (2 Ti. 4:1-3; Tit. 2:1). 9 • Intercedamos recordando que el pueblo de Israel continúa siendo el pueblo de Dios y la Iglesia de Jesucristo forma parte de ese pueblo. Oremos por la Paz de Israel y Jerusalén, y por nuestros hermanos judíos. 4. Por los líderes espirituales Al igual que el gobierno y demás personas en eminencia, los líderes espirituales, apóstoles, profetas, evangelistas, maestros, pastores, misioneros, etc. están expuestos a los ataques del enemigo, quien tratará por todos los medios de hacerlos caer, de forma que no puedan cumplir con su ministerio. Intercedamos para que Dios les de la fortaleza, sabiduría y el entendimiento que necesitan para resistir y vencer al enemigo. 5. Por la familia, vecinos, amigos, etc. Satanás buscará destruir a la familia (divorcios, pleitos, contiendas, violencia, mala comunicación, rebelión, etc.). 6. Contra los poderes de las tinieblas Todo lo bueno en el mundo procede de Dios, pues Dios todo lo hizo bueno. Pero todo lo malo procede de Satanás y los demonios. La enfermedad, pobreza, violencia, hambre, vicios, guerras, pleitos, etc. es consecuencia de lo que Satanás y sus huestes de espíritus malignos hacen en el hombre. El ataque por parte del enemigo es a diario y constante, por lo que nuestra batalla en su contra también debe ser diaria y constante, intercediendo en todo lugar, en la iglesia, en la casa, en el trabajo, en donde quiera que estemos. El Señor nos ha dado la autoridad, potestad y poder sobre toda fuerza del enemigo (Lc. 9:1; 10:19). La armadura de Dios Cuando un solado sale a la batalla, se viste con un equipo especial. Igualmente nosotros, cuando vamos a esta batalla de intercesión tenemos que vestirnos de toda la armadura espiritual que nos ha sido dada por Dios (descrita en Efesios 6:10-17). Además de esta armadura, tenemos otra igualmente poderosa: la Sangre de Cristo. Antes de interceder, cubrámonos con la Sangre de Cristo y vistámonos con toda la armadura de Dios. F. Algunas Escrituras para interceder 1. Por las naciones: • Proverbios 16:10-13; 20:26-28; 21:1; 28:2; 1 Timoteo 2:1-2 2. Por las personas que nos gobiernan: • • • • • Por personas que sean justas, sabias, con temor de Dios (2 S. 23:3; Pr. 1:6; Sal. 2:1011) Por personas no sujetas a la avaricia e inmoralidad (Pr. 4:27; 1 Ti. 6:9) Por personas misericordiosas y veraces (Pr. 3:3-6; 20:28) Por personas que sean enemigas del soborno, la corrupción y la lisonja (Éx. 23:8; Dt. 16:19; Pr. 29:4) Por jueces justos (Dt. 16:18; Col. 3:12-17) 10 3. Por la Iglesia: • Proverbios 16:10-13; 20:26-28; 21:1; 28:2; 1 Timoteo 2:1-2 Contra las fuerzas de las tinieblas: • Isaías 54:17; Romanos 6:14; 8:28-39; 2 Corintios 10:4; Colosenses 2:12-15; Santiago 4:7 11 III. La Guerra Espiritual A. ¿En qué consiste? 1. Consiste en: El conflicto entre el Reino de la Luz y el reino de las tinieblas, el primero por la redención y restauración del ser humano y la creación; el segundo por evitar la reconciliación del hombre con su creador y arrastrar a las almas al mismo destino de perdición y muerte eterna. La batalla por el objetivo máximo: el hombre y la mujer, sus almas. El dilema es: ¿Quién controla la vida humana? 2. El conflicto: • • Someter al hombre y a la mujer a las tinieblas o trasladarlos a la Luz (2 Co. 4:4; Col. 1:13) Arrancar al creyente de su estado de bendición (Job 1:10-11; 1 P. 3:9) 3. Niveles de esa guerra espiritual: Hay tres niveles: • Humano: echar fuera demonios de un individuo • Ocultismo: lucha contra los poderes de la hechicería, idolatría, etc. • Guerra estratégica: lucha contra principados, potestades, espíritus territoriales, etc. B. ¿Quiénes intervienen en la guerra espiritual? 1. De parte de las tinieblas: • • • Principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de maldad (Ef. 6:12) Tronos, dominios (Col. 1:16) Autoridades, poderes, señoríos, nombres (Ef. 1:21). Debemos prestarle mucha atención a nombres de procedencia dudosa. 2. De parte del Reino de a Luz: • • • • Dios: Su reino domina sobre todo (Sal. 103:19) Jesucristo: Hizo Su parte—¡Venció! (Col. 2:14-15; Ef. 1:20-22) Los ángeles: Pelean activamente la batalla, obedeciendo a la Palabra y al precepto y la voluntad de Dios (Sal. 103:20-21; Dn. 10:12-13, 20) La Iglesia: Proclamando con autoridad la Palabra, el precepto y la voluntad de Dios (Sal. 103:20; Ef. 3:10, Ap. 12:7-11) C. ¿Cómo hacer guerra espiritual? 1. Destruyendo las obras de Satanás • Hay que arrancar, derribar, arruinar y destruir lo que el enemigo ha sembrado (Gá. 6:7; Jer. 1:10) 12 • • Decretar el juicio de Dios sobre las obras de las tinieblas. (Sal. 148:5-9; Ef. 5:11; Col. 2:15) Confundir los planes y artimañas del enemigo (2 Co. 10:4; He. 11:32-34, Dn. 4:17) 2. Edificando el Reino de Dios en la tierra Hay que reparar las brechas de la historia (de una familia, iglesia o nación) (Is. 58:12) La historia tiene brechas (portillos, aperturas, agujeros) que reparar: • • • • • Pecado de quienes forjaron y forjan la historia Maldiciones que atan la historia Ciclos de destrucción Prácticas ocultas Traumas que traen opresión Enviar la Palabra de bendición sobre nuestra vida, familia, iglesia o nación (1 P. 3:9; Gn. 12:23; He. 11:20-22) 3. Hay que atar al hombre fuerte (Lc. 11:21-22) Ese hombre fuerte puede ser un espíritu maligno que oprime a una población, familia y hasta a una congregación. Ejemplos: narcotráfico, depresión, alcoholismo, hechicería, adulterio, etc. 4. Alabando y adorando a Dios Proclamar la alabanza como arma de guerra (Is. 30:32; 2 Cr. 20:14-15, 22) 13
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