¿Cómo Orar - Atalayas en Acción

¿Cómo Orar?
Tomado de: http://www.enlabrechaporvenezuela.com
Fundamentos de la oración
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
¿Qué es ORAR?
¿Por qué oramos?
¿Cuándo debemos orar?
¿Dónde podemos orar?
¿Cómo orar?
¿Por qué cuesta trabajo orar?
¿Por qué Satanás se opone a la oración?
¿Cuáles deben ser nuestras actitudes al orar?
Tipos Bíblicos de la oración
¿Cómo orar una hora completa?
Los nombres de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo empleados para orar
Fundamentos de la Intercesión
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Introducción
La Oración Intercesora
¿Qué es interceder?
¿Qué es un intercesor?
¿Por qué razón hay que interceder?
El Poder de la Oración Intercesora
¿Cómo interceder?
Tipos de Intercesión
Algunas escrituras para interceder
Bases Bíblicas de la Guerra Espiritual
•
•
•
•
Introducción
¿En qué consiste la Guerra Espiritual?
¿Quiénes intervienen en la Guerra Espiritual?
¿Cómo hacer Guerra Espiritual?
1
I. La Oración
A. Introducción
Orar es “ponerse de acuerdo para que se haga la voluntad de Dios”, esto nos dice Watchman
Nee en su libro Oremos. Aunque muy breve, consideramos muy apropiado este pensamiento,
por cuanto el verdadero significado de la oración es orar por el cumplimiento de la voluntad de
Dios.
Bajo este pensamiento, vemos que orar es mucho más que hablar con Dios. Orar es:
•
Proclamar la santidad, soberanía, reino y señorío de nuestro Dios
•
Acercarse a Dios, buscando Ser transformados a la imagen de Cristo; su dirección
para nuestras vidas; su provisión a nuestra necesidad, y su bendición en todo.
•
Interceder para que la mano de Dios se mueva a favor de otros: nuestra familia, el
ministerio, la iglesia, la nación, etc.
•
Confesar el triunfo de Cristo en la Cruz, despojando a los principados y potestades
de Satanás; ejercer la autoridad de Cristo, sometiendo y resistiendo la obra del
enemigo.
B. Algunas preguntas sobre la oración
1. ¿Por qué oramos?
Dios quiere que acudamos al trono de la gracia reconociendo nuestra dependencia a Él,
pidiéndole lo que necesitamos y demostrando nuestra disposición para hacer su voluntad.
Oramos porque:
•
Es la voluntad de Dios; Él lo quiere (1 Timoteo 2:8; 1 Crónicas 16:11
•
Lo necesitamos , Para alcanzar misericordia y hallar gracia(Hebr 4:16; Mateo 7:7)
•
Para que habite Cristo en nosotros ya que nuestra debilidad es fortaleza para el
poder de Dios (Efesios 3:14-19)
2. ¿Cuándo debemos orar?
La Biblia nos enseña a orar en todo tiempo, tanto de manera particular, como junto a otros
creyentes en la iglesia. De manera particular, “Orad sin cesar” (1 Ts. 5:17) no significa que
debamos dedicarnos a la oración formal todo el tiempo; no sería posible hacerlo, ya que
tenemos trabajo y obligaciones que atender y otras actividades que realizar. “Orad sin cesar”
es, más bien, vivir conscientes de la presencia de Dios, a fin de que cuando necesitemos pedir,
interceder o alabar, nuestra oración surja en forma espontánea. También como Iglesia, la Biblia
nos da el ejemplo de “orar sin cesar”: Los creyentes perseveraban unidos en oración (Hechos
1:4; 12:5). Por otra parte, la Biblia nos da ejemplo de quienes oraban en forma regular o
disciplinada diariamente, otros oraban por la mañana y otros por la noche:
•
•
•
•
David oraba tres veces al día (Salmos 55:17)
Daniel, oraba tres veces al día (Daniel 6:10)
Job oraba por las mañanas todos los días (Job 1:5)
Pablo y Silas oraron toda la noche (Hechos 16:25)
2
3. ¿Dónde podemos orar?
De manera general, vemos en la Palabra que la oración se puede hacer en forma individual
(Mt. 6:6) y también en forma colectiva con toda la iglesia (Mt. 21:13). Esto es porque hay
aspectos de la oración que deben tratarse de forma particular, pero hay aspectos que
necesitan el apoyo mutuo y la unidad entre los creyentes. El ponerse de acuerdo con otro o la
oración unida de toda la iglesia, afirma nuestra fe de tal manera que nos atrevemos a orar por
cosas grandes.
¡La Biblia nos enseña que podemos orar en todas partes! El lugar físico no debe restringir
nuestra oración.
En la Biblia encontramos que:
•
•
•
•
•
•
•
Jonás oró en el interior de un pez (Jonás 2:1)
Pedro oró en una azotea (Hechos 10:9)
Daniel oraba en su habitación (Daniel 6:10)
Ana oró en el templo (1 Samuel 1:19-20)
Jesús oró en un huerto (Mateo 26:36)
Los discípulos oraron en el templo (Hechos 12:12)
Los discípulos oraron en la playa (Hechos 21:5)
Podemos orar en cualquier lugar en el que nos encontremos, cuando surja la necesidad de
hacerlo y en la forma que dicha oración requiera.
4. ¿Cómo orar?
¿Hay una posición especial para orar? Esa es una pregunta frecuente. Probablemente no.
Algunas posiciones más usadas son: de rodillas, de pie, sentados, postrados (de rodillas,
tocando el suelo con la frente o tendido en el suelo), caminando, etc. (Hch. 9:40¸ Mt. 26:39;
Jos. 5:14; 1 R. 8:22).
Vemos que se puede orar en diferentes posturas o posiciones; incluso es mejor adoptarlas
todas en diferentes ocasiones.
5. ¿Por qué nos cuesta trabajo orar?
Aunque reconocemos que orar es importante y que podemos aprender a hacerlo de manera
eficaz, es casi seguro que “nos costará trabajo orar”. He aquí algunas razones:
•
Orar parece contrario a nuestra naturaleza. A ésta le interesa más satisfacer
apetitos y deseos físicos. Para el mundo, dedicar tiempo a cualquier cosa de
naturaleza espiritual le parece una pérdida de tiempo (Stg. 4:2)
•
Orar implica admitir que somos débiles. Aunque decimos que somos débiles, en lo
profundo de nuestro ser negamos nuestra dependencia de Dios (Lc. 18:11-12)
•
Orar no siempre guarda relación con los resultados. Estamos acostumbrados a que
los resultados se ajusten a lo que hemos dispuesto, y a veces invertimos tiempo en la
oración y no vemos los resultados en las condiciones y el tiempo que hemos pedido,
por lo que abandonamos la oración (2 Co. 12:8-9)
6. ¿Por qué Satanás trata de oponerse a la oración?
Por el poder que la oración es capaz de desatar, tanto en el mundo espiritual como en el físico,
Satanás siempre tratará de oponerse. Algo importante al respecto es conocer la forma en que
3
éste actúa, y particularmente la forma en la que afectará las diferentes áreas de nuestra vida.
He aquí algunas:
•
Atacará nuestra confianza en el Señor haciéndonos sentir incapaces, indignos de
acercarnos, y con ello afectar nuestro ánimo e interés para orar.
•
Atacará nuestro cuerpo, pensamientos y nervios; querrá afectarnos con cansancio
y restando nuestras fuerzas.
•
Atacará el tiempo que reservamos para la oración, manteniéndonos ocupados con
cosas urgentes o interrumpiéndonos con cosas sin importancia (a través de
actividades, personas y/o a través de nuestros propios pensamientos)
•
Atacará nuestra comunión con el Señor, haciéndonos sentir que es difícil acercarnos
a Él, como si nuestras oraciones “toparan contra el techo” y no pudieran llegar al cielo.
•
Atacará nuestra convicción de la necesidad de orar,
constantemente hacia otras cosas aparentemente más importantes
distrayéndonos
Al estar apercibidos de que estas son algunas de las formas en que Satanás tratará de
atacarnos, es importante que aprendamos a prepararnos para orar. Para ello, encontramos que
la Palabra nos insta a que:
•
Afirmemos nuestra confianza en la Palabra (Hechos 4:15-16)
•
Descubramos el falso cansancio (Romanos 8:26-27)
•
Protejamos nuestro tiempo de oración (Mateo 6:6)
•
Propiciemos nuestra comunión a través de la alabanza (Hechos 10:19-21)
•
Afirmemos diariamente la necesidad de orar (Lucas 18:1)
7. ¿Cuáles deben ser nuestras actitudes al orar?
El pasaje en Lucas 18:11-14 nos muestra la importancia que tienen para Dios nuestras
actitudes. A continuación algunas muy importantes:
•
Reconociendo la santidad, el señorío de Dios y sus atributos (Lc. 11:2; Ap. 7:12)
•
Alabando a Dios, nuestro Padre y Señor (Mateo 11:25)
•
Creyendo que Dios existe y recompensa a los que le buscan (Hechos 11:6)
•
Buscando a Dios con sinceridad, de corazón (Jeremías 29:13)
•
Queriendo que se haga su voluntad y no la nuestra (Lucas 22:42)
•
En humildad, queriendo dejar nuestros malos caminos (2 Crónicas 7:14)
•
Deseando y confiando en que será dado en Abundancia y sin reproche (Santiago
1:5-6)
C. Tipos bíblicos de oración
Los apóstoles y discípulos del Señor Jesús nos enseñaron acerca de la oración. En sus
enseñanzas encontramos aspectos muy importantes en relación a ella. Algunos son:
4
1. La oración no cede (1 Ts. 5:17) El Apóstol Pablo nos anima a no cesar de orar. Es una
palabra de ánimo que nos dice, “Nunca te des por vencido en la oración”.
2. La oración de gratitud en todo tiempo (1 Ts. 5:18) La oración que da gracias en todo
tiempo. Sí, no es fácil dar gracias en tiempos de dificultad, pero esa es la voluntad de Dios. Eso
es l oque Dios quiere de nosotros; por lo tanto, Él nos ayudará a lograrlo.
3. La oración por los gobernantes (1 Ti. 2:1-2) Es una oración intercesora por quienes están
en autoridad, a fin de que podamos vivir en paz, en reverencia a Dios y en respeto los unos a
los otros.
4. La oración sin ira, ni contienda (1 Ti. 2:8) Es una oración que requiere levantar manos
santas. El levantar manos santas es una señal de rendición, también evidencia que no hay
enojo ni discusiones.
5. La oración en tiempo de aflicción y enfermedad (Stg. 5:13-14) Si estamos ante pruebas o
situaciones adversas que afligen nuestra alma, debemos orar. Si estamos ante enfermedad,
también debemos orar (Pr. 4:20, 22; Sal. 107:20; 3 Jn. 2).
6. La oración eficaz del justo (Stg. 5:16; 1 P. 3:12) La eficacia de nuestra oración no
depende de la posición externa que tengamos, ni de cuán importante seamos, sino de que
somos justos (Jesús nos justificó). Al igual que Elías, también nosotros somos personas sujetas
a pasiones, pero somos justos. Y podemos orar y Dios obrará para bendición porque “los ojos
del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones”.
7. La oración para edificación espiritual (Jud. 20) Una forma de ser edificado espiritualmente
es orar en el Espíritu. Orando bajo la guía y dirección del Espíritu Santo –orando en lenguas—
es como se desarrolla y fortalece nuestro espíritu.
8. La oración sin estorbos (1 P. 3:7) La relación del esposo con la esposa, es decir, la forma
en que un marido trata a su mujer, puede ser causa de estorbo, en lugar de ser un canal por
donde fluya la oración.
9. La oración conforme a la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14-15) Nuestras peticiones conforme
a la voluntad de Dios serán escuchadas por Él y tendremos lo que pidamos. Pedir conforme a
la Palabra es la mejor garantía de orar conforme a la voluntad de Dios.
10. La oración por bendición en todo (3 Jn. 2) Es la oración que pide bendición completa
para otros. Es bendición para ser prosperado en lo material, en lo físico, emocional y en lo
espiritual, eso incluye hogares, estudios, empleos, finanzas, salud, etc.
Las enseñanzas de los Apóstoles y discípulos del Señor recogen muy buenos aspectos que
harán de nuestra oración una oración que sobresale de entre muchas oraciones.
Conclusión
La Palabra de Dios es el mejor recurso para conocer la voluntad de Dios y orar conforme a ella
es una garantía de respuesta. El Espíritu Santo es nuestro ayudador en esta “especial vivencia”
que nos da la oración como parte crucial de la vida cristiana.
5
II. La Intercesión: Arma Poderosa
A. Introducción
Hoy más que nunca en la historia de la humanidad, Dios está buscando hombres y mujeres
que estén dispuestos a ponerse en la brecha entre Dios y este mundo para interceder ante Él
por un mundo más justo para todos, por una nación con gobernantes de acuerdo al corazón de
Dios, por una Iglesia que esté siempre a la ofensiva, por un liderazgo fuerte y unido.
B. La oración intercesora
Con mucha frecuencia confundimos el orar con el interceder y la mayoría de las veces nuestra
oración es una larga lista de súplicas y peticiones, repetidas una y otra vez. Los Discípulos,
quienes tampoco sabían orar, le pidieron a Jesús que les enseñara a orar; hoy en día, nosotros
contamos con la ayuda del Espíritu Santo, quien quiere enseñarnos cómo orar. (Jn. 14:26; Ro.
8:26).
1. ¿Qué es interceder?
Interceder es tomar el lugar del otro; es ponerse en su lugar para suplicar o defender su caso
motivado solamente por el amor y la misericordia (Ro. 8:34). Podemos ver, entonces, que
interceder no es pedir a favor nuestro, sino más bien, a favor de otros.
2. ¿Quién es un intercesor?
Es la persona que dispone su vida para orar por otros, tomando su lugar. Es aquella persona
que siente carga en su corazón por una situación ajena. Es alguien que lleva una vida de
profunda comunión con Dios y negación propia, dispuesto a sentir el sufrimiento de aquel por
quien intercede.
•
•
Un intercesor es la persona que se interpone entre Dios y los que se merecen su justa
ira o castigo, poniéndose en la brecha por ellos y clamando a Dios misericordia y
perdón. (Ez. 22:30).
Un intercesor es la persona que siempre en guerra porque pelea contra Satanás y esa
guerra no la puede pelear con armas carnales, necesita vestirse de toda la armadura
de Dios. (Ef. 6:12-18).
3. ¿Por qué razón hay que interceder?
En la Biblia se habla de tres cielos. El primero es lo que llamamos atmósfera. El segundo es el
espacio en donde están los astros, y arriba de ese espacio está el tercer cielo, en donde está el
Reino de Dios. El Apóstol Pablo habla de cómo él fue arrebatado hasta el tercer cielo. (2 Co.
12:2-5).
Cuando el hombre desobedeció en el huerto del Edén, no sólo traicionó la confianza que había
sido depositada en él, sino que voluntariamente le entregó el dominio a Satanás. Desde
entonces, él les el dios de este mundo (2 Co. 4:4).
Él y sus huestes de espíritus malignos viven en lo que corresponde al mundo: la atmósfera, el
primer cielo o regiones celestes (Ef. 6:12). Él es el príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2), el
gobernador de las tinieblas de este siglo (Ef. 6:12).
Mientras Dios tuvo potestad absoluta sobre el hombre, le concedió todo, sin que éste tuviera
necesidad de pedirle nada. Pero, desde que el hombre cedió ante Satanás, Dios no puede
6
darle nada libremente, a menos que el hombre se lo pida, porque Dios es respetuoso de la
decisión del hombre, de su libre albedrío.
Dios no puede hacer nada por la humanidad, si no es a través de la petición de un intercesor.
La voluntad de Dios es que el hombre tenga lo que le pertenece: salud, prosperidad, paz. Sin
embargo, la batalla de Satanás y sus huestes por retener lo que aún les pertenece es continua
y, en su afán por evitar que el hombre reciba las bendiciones de Dios y en vista de que ellos
dominan y operan en las regiones celestes o primer cielo, atrapan la respuesta de Dios y la
retienen allí, haciéndonos creer que Dios no contesta y no nos oye.
En el libro de Daniel está escrito muy claramente (Dn. 10:10-13, lea cuidadosamente los vv. 12
y 13). Este pasaje nos muestra que desde el primer día en que él oró, su petición fue oída.
Pero, Satanás con sus huestes, luchando en las regiones celestes que le pertenecen y que nos
rodean, se opuso e impidió durante veintiún días que esa respuesta llegara.
Cuando al orar conforme a la Palabra de Dios, la respuesta no nos llega inmediatamente, no
quiere decir que Dios no nos oye o no quiere contestarnos. Él ha enviado su respuesta, pero no
nos dirá nada porque Satanás la tiene obstaculizada, interceptada en las regiones celestes, en
su reino.
C. El Poder de la Oración Intercesora
¿Cuál es el poder que tiene la oración de intercesión? Mover, con nuestra súplica la mano de
Dios y libertar la obra restauradora del Espíritu Santo.
Dios puede hacerlo todo. Pero en su amor tan grande hacia nosotros, Él derrama su gracia y
escoge a hombres y mujeres para que colaboren con Él en su obra de salvación, ¡estos son los
intercesores! ¡Qué inmenso privilegio!
La oración del intercesor es igual a la de Jesús al Padre. Por eso es poderosa como ninguna
otra, porque el intercesor, al igual que Jesús, pone su vida en la causa por la que está
suplicando.
La Biblia nos da muchos ejemplos de la oración intercesora:
1. En el Antiguo Testamento
• La intercesión insistente de Abraham a favor de Sodoma pensando en Lot (Gn. 18:2333)
• La intercesión de Moisés a favor de Israel (Éx. 32:11-14; Nm. 16:20-22)
• La súplica intercesora de Samuel a favor del pueblo (1 S. 7:5, 8-9)
• Daniel, durante el destierro (Dn. 9:1-19)
• Esdras, intercede por restauración (Esd. 9:6-15)
• Nehemías, intercede por la restauración de su pueblo (Neh. 1:5-11).
2. En el Nuevo Testamento
• A los milagros de Jesús precede la acción intercesora de alguien Mr. 2:1-12; Lc. 7:1-10;
11:5-8).
• La oración de Jesús en vísperas de ser sacrificado se llama “de intercesión”, pues
señala su actitud constante ante su Padre en relación con los suyos (Jn. 17; Lc.
22:32).
• Esteba, al igual que Jesús, intercede por sus enemigos (Hch. 7:60; Lc. 23:34).
• Pablo pide que intercedan por él (Ro. 15:30-32; Ef. 6:18-20).
• Pablo recomienda pedir por (interceder) todos los hombres (1 Ti. 2:1-2).
7
D. ¿Cómo interceder?
La intercesión es el arma más eficaz que posee todo cristiano. Por esto es importante tener
presente los siguientes pasos:
1. Diferencias entre oración e intercesión
La oración: Es la elevación del alma hacia Dios para adorarle, alabarle, dale gracias, pedirle
perdón, favores o presentarle nuestras necesidades. Es el ofrecimiento de las emociones y los
deseos del alma hechos a Dios, en el nombre de Jesús. Es la comunicación de nuestro
corazón con Dios—es el alimento del alma.
La intercesión: Es todo lo anterior, pero en batalla y no pidiendo por nosotros, sino a favor de
alguien más (persona, familia, iglesia o nación), sintiendo amor, dolor, compasión y
misericordia.
2. La forma de interceder es personal
No hay una técnica en especial en la oración, lo que importa es la fe, la obediencia, la entrega
y el desinterés personal de cualquier índole. La intercesión debe ser una actitud voluntaria
motivada por el amor de Dios. La intercesión no debe hacerse por compromiso, imposición o
compensación económica.
3. ¿De qué maneras podemos interceder?
Con nuestro entendimiento: Orando con nuestras propias palabras (basados en la Palabra
de Dios) y en nuestro idioma. Usando nuestra mente, pensando, entendiendo y sabiendo la
razón por la que intercedemos.
Orando en el Espíritu: Orando en lenguas con la ayuda del Espíritu Santo, no sabiendo
nosotros por lo que intercedemos, pero Él sí.
(1 Co. 14:2).
En muchas ocasiones sentimos la urgencia, la necesidad de orar, de interceder, sin saber lo
que sucede o sin conocer la necesidad. No podemos orar con entendimiento porque no
sabríamos qué pedir, pero el Espíritu Santo sí lo sabe y entonces, lo único que debemos hacer
es dejar fluir esa necesidad de intercesión al orar en el Espíritu, en lenguas extrañas para que
el Espíritu Santo interceda por nosotros (Ro. 8:26).
4. Se puede interceder en voz alta, en voz baja, como en un murmullo o con el
pensamiento
De cualquier forma que se haga, la oración debe dirigirse hacia Dios; sin embargo, cuando se
intercede en batalla contra Satanás y sus espíritus malignos, debe hacerse en voz alta y con la
autoridad que tenemos en el Nombre de Jesús (Mr. 16:17). Satanás no puede entrar en
nuestros pensamientos, pero él y todas sus huestes ¡sí pueden oírnos!
5. La intercesión es una oración en batalla
Para salir a batalla hay que vestirse adecuadamente. Antes de empezar, cúbrase con la
Sangre de Cristo y tome todos los instrumentos de la armadura de Dios. (Ef. 6:10-18).
8
E. Tipos de intercesión
1. Por las naciones
La palabra “naciones” significa “ethnos” o grupos étnicos; esto implica que nación es la gente
de un país.
En el Antiguo Testamento encontramos muchos ejemplos de cómo el destino de una nación
puede cambiar por medio de la intercesión. En el Salmo 2:8, el Señor dice “Pídeme, y te daré
por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”. Cuando
intercedemos por las naciones, estamos rogando a Dios por la conversión de toda la gente del
mundo. (Jn. 10:16).
En toda sociedad existen siete áreas básicas que moldean el pensamiento de las personas y
que se reflejan en la vida de una nación. Además, ejercen una gran influencia en el
comportamiento de los líderes de las naciones y de las personas que están en eminencia. Al
interceder por las naciones, hay que orar por estas áreas. Éstas son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
El hogar y la familia
La Iglesia
Los educadores
Los medios de comunicación
El gobierno
Los espectáculos públicos
El comercio
En 2 Crónicas 7:14 y Jeremías 29:7 hay promesas para las naciones.
2. Por las personas que gobiernan
Satanás ataca a todos los hombres, pero más a los que están en el poder, en eminencia, en
autoridad. El poder da al hombre que lo ejerce: potestad, riquezas, posición e impunidad;
situación que lo hace más vulnerable para caer en las garras del mal.
La Biblia nos exhorta en 1 Timoteo 2:1-2 a interceder “por reyes y por todos los que están en
eminencia”. Esto significa: nuestro gobierno, desde el nivel nacional hasta el nivel local, por el
Presidente y sus Ministros, por los diputados del Congreso, por los gobernadores
departamentales, alcaldes, jueces, autoridades militares y policiales, etc. Es un llamado a la
intercesión por todos, sin importar su posición o condición espiritual.
3. Por la Iglesia
Al igual que los gobiernos, la Iglesia y sus líderes espirituales están expuestos al ataque
constante, inclemente y artero de Satanás.
Al interceder por la Iglesia, debemos tener presente los siguientes aspectos:
•
•
•
•
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, en el cual todos los miembros son importantes (1 Co.
12:12-27). Intercedamos por la unidad.
Jesús no fundó ninguna denominación. Él estableció una doctrina para que fuese una
forma de vida diaria, a través de una relación personal con Él, que se basa a su vez en
la obediencia a la Palabra de Dios, el temor a Jehová, la vida de oración e intercesión y
el amor a nuestros prójimos.
Intercedamos porque todos los cristianos seamos un solo cuerpo, sin distingos
denominacionales.
Intercedamos porque en las iglesias se predique la Palabra de Dios, sin quitarle ni
añadirle nada (2 Ti. 4:1-3; Tit. 2:1).
9
•
Intercedamos recordando que el pueblo de Israel continúa siendo el pueblo de Dios y la
Iglesia de Jesucristo forma parte de ese pueblo. Oremos por la Paz de Israel y
Jerusalén, y por nuestros hermanos judíos.
4. Por los líderes espirituales
Al igual que el gobierno y demás personas en eminencia, los líderes espirituales, apóstoles,
profetas, evangelistas, maestros, pastores, misioneros, etc. están expuestos a los ataques del
enemigo, quien tratará por todos los medios de hacerlos caer, de forma que no puedan cumplir
con su ministerio. Intercedamos para que Dios les de la fortaleza, sabiduría y el entendimiento
que necesitan para resistir y vencer al enemigo.
5. Por la familia, vecinos, amigos, etc.
Satanás buscará destruir a la familia (divorcios, pleitos, contiendas, violencia, mala
comunicación, rebelión, etc.).
6. Contra los poderes de las tinieblas
Todo lo bueno en el mundo procede de Dios, pues Dios todo lo hizo bueno. Pero todo lo malo
procede de Satanás y los demonios. La enfermedad, pobreza, violencia, hambre, vicios,
guerras, pleitos, etc. es consecuencia de lo que Satanás y sus huestes de espíritus malignos
hacen en el hombre.
El ataque por parte del enemigo es a diario y constante, por lo que nuestra batalla en su contra
también debe ser diaria y constante, intercediendo en todo lugar, en la iglesia, en la casa, en el
trabajo, en donde quiera que estemos.
El Señor nos ha dado la autoridad, potestad y poder sobre toda fuerza del enemigo (Lc. 9:1;
10:19).
La armadura de Dios
Cuando un solado sale a la batalla, se viste con un equipo especial. Igualmente nosotros,
cuando vamos a esta batalla de intercesión tenemos que vestirnos de toda la armadura
espiritual que nos ha sido dada por Dios (descrita en Efesios 6:10-17).
Además de esta armadura, tenemos otra igualmente poderosa: la Sangre de Cristo. Antes de
interceder, cubrámonos con la Sangre de Cristo y vistámonos con toda la armadura de Dios.
F. Algunas Escrituras para interceder
1. Por las naciones:
•
Proverbios 16:10-13; 20:26-28; 21:1; 28:2; 1 Timoteo 2:1-2
2. Por las personas que nos gobiernan:
•
•
•
•
•
Por personas que sean justas, sabias, con temor de Dios (2 S. 23:3; Pr. 1:6; Sal. 2:1011)
Por personas no sujetas a la avaricia e inmoralidad (Pr. 4:27; 1 Ti. 6:9)
Por personas misericordiosas y veraces (Pr. 3:3-6; 20:28)
Por personas que sean enemigas del soborno, la corrupción y la lisonja (Éx. 23:8; Dt.
16:19; Pr. 29:4)
Por jueces justos (Dt. 16:18; Col. 3:12-17)
10
3. Por la Iglesia:
•
Proverbios 16:10-13; 20:26-28; 21:1; 28:2; 1 Timoteo 2:1-2
Contra las fuerzas de las tinieblas:
•
Isaías 54:17; Romanos 6:14; 8:28-39; 2 Corintios 10:4; Colosenses 2:12-15; Santiago
4:7
11
III. La Guerra Espiritual
A. ¿En qué consiste?
1. Consiste en:
El conflicto entre el Reino de la Luz y el reino de las tinieblas, el primero por la redención y
restauración del ser humano y la creación; el segundo por evitar la reconciliación del hombre
con su creador y arrastrar a las almas al mismo destino de perdición y muerte eterna.
La batalla por el objetivo máximo: el hombre y la mujer, sus almas.
El dilema es: ¿Quién controla la vida humana?
2. El conflicto:
•
•
Someter al hombre y a la mujer a las tinieblas o trasladarlos a la Luz (2 Co. 4:4; Col.
1:13)
Arrancar al creyente de su estado de bendición (Job 1:10-11; 1 P. 3:9)
3. Niveles de esa guerra espiritual:
Hay tres niveles:
• Humano: echar fuera demonios de un individuo
• Ocultismo: lucha contra los poderes de la hechicería, idolatría, etc.
• Guerra estratégica: lucha contra principados, potestades, espíritus territoriales, etc.
B. ¿Quiénes intervienen en la guerra espiritual?
1. De parte de las tinieblas:
•
•
•
Principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, huestes espirituales de
maldad (Ef. 6:12)
Tronos, dominios (Col. 1:16)
Autoridades, poderes, señoríos, nombres (Ef. 1:21). Debemos prestarle mucha
atención a nombres de procedencia dudosa.
2. De parte del Reino de a Luz:
•
•
•
•
Dios: Su reino domina sobre todo (Sal. 103:19)
Jesucristo: Hizo Su parte—¡Venció! (Col. 2:14-15; Ef. 1:20-22)
Los ángeles: Pelean activamente la batalla, obedeciendo a la Palabra y al precepto y la
voluntad de Dios (Sal. 103:20-21; Dn. 10:12-13, 20)
La Iglesia: Proclamando con autoridad la Palabra, el precepto y la voluntad de
Dios (Sal. 103:20; Ef. 3:10, Ap. 12:7-11)
C. ¿Cómo hacer guerra espiritual?
1. Destruyendo las obras de Satanás
•
Hay que arrancar, derribar, arruinar y destruir lo que el enemigo ha sembrado (Gá. 6:7;
Jer. 1:10)
12
•
•
Decretar el juicio de Dios sobre las obras de las tinieblas. (Sal. 148:5-9; Ef. 5:11; Col.
2:15)
Confundir los planes y artimañas del enemigo (2 Co. 10:4; He. 11:32-34, Dn. 4:17)
2. Edificando el Reino de Dios en la tierra
Hay que reparar las brechas de la historia (de una familia, iglesia o nación) (Is. 58:12)
La historia tiene brechas (portillos, aperturas, agujeros) que reparar:
•
•
•
•
•
Pecado de quienes forjaron y forjan la historia
Maldiciones que atan la historia
Ciclos de destrucción
Prácticas ocultas
Traumas que traen opresión
Enviar la Palabra de bendición sobre nuestra vida, familia, iglesia o nación (1 P. 3:9; Gn. 12:23; He. 11:20-22)
3. Hay que atar al hombre fuerte (Lc. 11:21-22)
Ese hombre fuerte puede ser un espíritu maligno que oprime a una población, familia y hasta a
una congregación. Ejemplos: narcotráfico, depresión, alcoholismo, hechicería, adulterio, etc.
4. Alabando y adorando a Dios
Proclamar la alabanza como arma de guerra (Is. 30:32; 2 Cr. 20:14-15, 22)
13