El corpus joanico: Evangelio y apocalipsis El evangelio de Juan muestra una originalidad que junto con sus tres cartas y el Apocalipsis forman un complejo unitario y compacto, distinto del resto del NT. El corpus joanico tiene una manera especial de presentar el evangelio del reino. Si después de leer los sinópticos nos adentramos en el evangelio de Juan, se tiene la impresión de entrar en una atmósfera distinta. Y es que una primera lectura pone en evidencia la originalidad del cuarto evangelio: hay algunos puntos comunes con los sinópticos pero sobre todo diferencias sustanciales tanto en la forma (estructura del evangelio) como en el contenido (relatos, discursos, temas tratados y el modo de hacerlo). Los especialistas han expuesto diversas hipótesis para explicar la relación de Juan con los sinópticos. De forma sintética, dos son las tesis que existen, ambas enfrentadas: 1) La tesis antigua o clásica de la dependencia literaria. Juan conocía los sinópticos (Barrett, Neirynck, escuela de Lovaina) y los usó como fuente para completar, superar y hasta reemplazar (tesis de Windisch) a los evangelios sinópticos tras largos años de meditación. Según los defensores de esta tesis, en todos los materiales comunes, Juan dependía de los sinópticos y ciertas escenas sin paralelos en la tradición sinóptica se explicaban como combinaciones de detalles sinópticos. Por ejemplo: el relato de Lázaro y sus dos hermanas (Jn 11), se juzgaba como una amalgama de un relato sinóptico sobre la resurrección de un individuo, del paralelo lucano acerca de Lázaro (Lc 16,31) y de las noticias de Lucas acerca de Marta y María (Lc 10,38-42). Hoy día no se admite que la intención última del cuarto evangelio fuese completar los sinópticos, si bien de hecho lo hace. 2) La tesis de la independencia literaria. Juan desconocía los sinópticos en su forma literaria y de ningún modo los utilizó para la elaboración de su evangelio, si Nuevo Testamento y NNTT · 2009/10 María Teresa Siles Sorribas 1 bien se alimentó de las mismas tradiciones que los sinópticos (Bultmann, Dodd, Gardner-Smith). La dependencia existe pero no en el nivel literario, sino que pertenece a la historia de las tradiciones. La base para esta tesis están en las diferencias entre Juan y los sinópticos. Un argumento decisivo es que en el caso de relatos paralelos, la versión joánica no contiene nunca elementos redaccionales característicos de las versiones sinópticas paralelas. Esta carencia señalaría de forma cierta que no hay dependencia literaria de Juan con respecto a los sinópticos. Esta tesis tiene su sentido, pero no puede llevarnos a afirmar que Juan no conoció los evangelios sinópticos escritos, como afirman algunos de los autores que defienden esta postura. ¿Podemos decidir a favor de una de estas dos hipótesis? En el estado actual de nuestros conocimientos y de nuestra documentación, sólo es posible una respuesta parcial. No podemos saber con seguridad si Juan depende literariamente de los sinópticos o de fuentes anteriores comunes a los sinópticos. Lo que no podemos afirmar es que Juan no conociera los evangelios sinópticos ni que, incluso, leyera uno o más de ellos. Si admitimos la segunda tesis, debemos dejar claro que se trata de independencia literaria (Juan no usó como fuentes los evangelios sinópticos escritos), lo cual no conlleva necesariamente desconocimiento de los mismos. Una explicación coherente es que Juan trata de ofrecer su propio testimonio para sus destinatarios inmediatos elaborando su evangelio a partir de materiales tradicionales que circulaban en su medio y apoyándose en su propia concepción teológica. Conocidos o desconocidos, los evangelios sinópticos no tuvieron peso ni sobre la elección de las tradiciones incluidas en el relato, ni sobre la concepción teológica global. El evangelio de Juan El evangelio de Juan goza de una atención privilegiada y de una estima indiscutida. Su autor es el «discípulo a que Jesús amaba», según la tradición es Juan, hijo del Zabedeo junto a él aparece Pedro, permaneciendo unidos y ocupando un lugar privilegiado entre los Doce en el libro de los Hechos. Juan es testigo privilegiado ya que ha comprendido mejor que ningún otro el misterio de Jesús, el único que no lo abandona durante su pasión y que está presente en el patio del Sumo Sacerdote y al pie de la cruz junto a María, es el único que comprende el signo del agua y la sangre que brotan de la lanzada del corazón. Juan es el más perspicaz en la fe, el primero en llegar a la fe pascual, el primero en reconocer a Jesús tras la pesca milagrosa y testigo privilegiado. Es el modelo de discípulo que jamás abandonó al maestro y recibió sus revelaciones más íntimas. Juan escribe su evangelio a finales del siglo I, en Efeso encrucijada de influjos provenientes de la cultura griega, judía, persa y babilónica, con las que Juan intenta dialogar de forma valiente, sincera y en ocasiones polémicas desde la comprensión del misterio de Cristo. Juan designa a Cristo como la Palabra de Dios. La situación política es difícil, Domiciano pide a sus súbditos condiciones que los cristianos no pueden aceptar en conciencia por lo que rehúsan a expresar públicamente su adhesión al imperio y mostrándose muy crítico con el poder imperial, especialmente en las visiones del Apocalipsis. También hay tensión y confrontación con los judíos, Juan invita continuamente a los cristianos de origen judío a romper con la sinagoga. Pero la iglesia de finales del siglo I vive nuevas tensiones y problemáticas. La vida de fe de los creyentes se ve asediada por el cansancio y el sincretismo tanto de la ortodoxia como de la moral, por ello para Juan es fundamental definir los criterios auténticos de la comunidad eclesial y alertarla contra los anticristos a la vez que estimularlos a que están llamados a una misión universal. Además en el seno de la iglesia están surgiendo herejía como el docetismo que separa lo divino de lo humano, el espíritu de la materia, el conocimiento de la praxis. Juan parte de una tradición original para su evangelio, por lo que se desarrolló de forma independiente de los sinópticos. Juan omite numeroso material presente en Nuevo Testamento y NNTT · 2009/10 María Teresa Siles Sorribas 3 los sinópticos, reelabora de forma muy original el material que comparte con estos, aunque la mayor parte de su evangelio goza de un material en exclusiva. El material se fijó en pequeñas unidades desarrollándose en complejos narrativos por sus discípulos bajo el influjo y la presencia original del apóstol. El lenguaje es lúcido y esencial, contiene numerosas palabras repetidas que dan intensidad, sugestión y un estilo inconfundible que procede por círculos concéntricos usando la parataxis, el paralelismo y la incomprensión sistemática así como el doble sentido. La reelaboración pone de manifiesto una concentración cristológica única. El evangelio debió surgir en varias adiciones en las que el material iba creciendo con adiciones, tras la muerte del apóstol confluyeron todos los materiales de la escuela joanica que aparecen insertado de forma inorgánica como el prologo. En el evangelio tiene importancia el esquema de la semana al principio y el final, y las fiestas de Israel que tienen en Jesús su cumplimiento y una nueva definición. La estructura comúnmente aceptada para el evangelio es: 1) Prologo (1,1-18) 2) El libro de los signos, centrado en la fe (2,11;12,37-50 ) a) Juan Bautista presenta a Jesús suscitando la primera respuesta de fe de los discípulos (1,19-51) b) Comienzo de la revelación de Jesús, el signo del vino, el signo del templo y la respuesta de fe de la judía, la samaritana y la pagana (cc 2-4) c) Progreso de la revelación y del rechazo, un sábado Jesús es Hijo del Padre, la segunda pascua, Jesús es pan de vida, la fiesta de los tabernáculos, Jesús es luz del mundo, agua viva, el buen pastor, la fiesta de la dedicación, Jesús es consagrado por el Padre. (cc 5-10) d) Hacia la muerte y la gloria, culmina la revelación, Jesús resucita a Lázaro y deciden matar a Jesús, la unción en Betania y la entrada en Jerusalén (cc 11-12) 3) El libro de la gloria, centrado en el amor, última cena, testamento de Jesús, los discursos del adiós, la oración sacerdotal, pasión y muerte, la tercera pascua, las apariciones del resucitado (cc 13-20) 4) Epilogo (cc 21) El tiempo que separa a Juan de Jesús y su diferente contexto cultural permiten captar con más profundidad la globalidad y alcance de la vida de Jesús aportando nuevas perspectivas, es memoria vida de una comunidad creyente, amante y testimonian del misterio de Cristo que se manifiesta cada vez con más profundidad, como lo había anunciado. Esta nueva profundidad es el Espíritu de Verdad enviado por Jesús como paráclito y llega a los apóstoles a revisar la vida de Jesús para comprender su glorioso significado. Las tres cartas de Juan Escritas algunos años después de la redacción definitiva del cuarto evangelio, su autor habría sido un discípulo de Juan que tenía responsabilidades y autoridad en las comunidades de inspiración joanica. Desaparecido Juan en estas comunidades se fue filtrando el pensamiento gnóstico (la dualidad entre la bondad de lo espiritual y la maldad de la materia, el espíritu está preso en la materia de la que solo es posible liberarse por el conocimiento gnosis). El propósito de las cartas es el de salir al paso de estas herejías, su autor muestra su convencimiento de que Dios se manifiesta y se entrega a sí mismo como luz y amor, Jesús es aquel que existía desde siempre es el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios que Jesús era verdadero hombre que vino al mundo a quitar el pecado ofreciendo su vida por nosotras. Cuando caminamos por la luz estamos en comunión, esa es la esencia del cristianismo creer en Jesucristo y amarnos unos a otros. Nuevo Testamento y NNTT · 2009/10 María Teresa Siles Sorribas 5 El libro el apocalipsis En torno a los siglos que preceden al nacimiento de Cristo surgen numerosos apocalipsis, el de Juan es la obra más original e importante de todos, el único cristiano y se presenta como profecía. La función de la profecía es anunciar el plan de Dios sobre la historia, recordando la revelación pasada y abriendo nuevas perspectivas para el futuro para que el hombre pueda convertirse y colaborar con Dios en el camino de la historia. El apocalipsis anuncia el fin de la historia corrompida, invita a la perseverancia en la espera del mundo nuevo que Dios hará surgir de las ruinas del actual, con un lenguaje misterios que es necesario descifrar. El apocalipsis de Juan parte de la visión del fin que quiere desvelar a los hombres la dimensión oculta del presente para que perseveren en la luz y sean testigos de la verdad. La obra es original y compacta tanto en el ritmo interior como de la capacidad de evocación del autor que mediante imágenes y símbolos tomados del AT. Su estructura la encontramos en lo presente (situación de las siete iglesias) y lo que sucederá con símbolos estructurantes que están en coherencia con el contenido. El lenguaje simbólico permite comprender el texto a la vez que describe el hecho que está sucediendo y su significado profundo y salvífico en el contexto histórico presente y el futuro escatológico. Junto al simbolismo aparece un código críptico que es preciso conocer y descifrar. La estructura del libro es: 1) Las 7 cartas-Cristo Señor de la Iglesia: tras la visión inaugural del Cristo resucitado, las 7 cartas son una radiografía del estado de salud de las 7 iglesias, a Cristo le preocupa su fidelidad porque hacen visible a Cristo en el mundo. 2) Los 7 sellos-Cristo Señor de la historia: el tema central es el sentido de la historia que no puede analizarse solo reuniendo y confrontando entre sí sus hechos particulares que oculta un misterio que solo la revelación permite captar el Plan de Dios, su plan de salvación y misterio del reino que se está cumpliendo. 3) Las 7 trompetas-la victoria final: la cruz de Jesús revela el designio de Dios en la historia que siempre se encuentra con obstáculos, entre el bien y el mal hay una lucha continua en la que Cristo ha decidido el resultado final. En la iglesia el mal también encuentra apoyos, en el poder político y la religión pagana está la fuerza del mal. 4) Las 7 copas-el juicio de Dios: que no tardará en manifestarse entonando un canto fúnebre para las fuerzas hostiles a Dios concretadas en el poder pagano de Roma, cuya muerte está decidida. 5) El reino del Cordero-la Jerusalén celeste: para los fieles ocmienza la vida en comunión con Dios y la plena realización de la Jerusalén celeste que ya ha empezado a construirse por aquellos que viven en comunión con Cristo resucitado y desean el encuentro con Dios. Nuevo Testamento y NNTT · 2009/10 María Teresa Siles Sorribas 7
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