R E V I S TA Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla www. aca rorevista . org.a r DICIEMBRE 2016 Vol.2 - Núm.2 ISSN en trámite Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla Revista Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla Órgano de la Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla Volumen 2 Número 2 - Diciembre 2016 ISSN en trámite - Registro de la Propiedad Intelectual en trámite Consejo editorial Editor Responsable Editores adjuntos Secretarios Consultor en Investigación Coordinación Editorial Correctora de estilo Diagramadora Dr. Carlos M. Autorino Dr. Guillermo Rodríguez Sammartino Dr. Gabriel Martínez Lotti Dr. Bartolomé Luis Allende Dr. Mauricio Chiotta Romano Dr. Harold Simesen de Bielke Dr. Federico Bottaro D.G. Silvia Schiavone Inés Verdini D.G. María Martínez La revista de la Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla es una publicación electrónica de acceso abierto. La revista es propiedad de de la Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla. Vicente López 1878 C1128ACB - CABA – Argentina Tel/Fax: 54 11-4801-2320. int. 310/311 www.acarorevista.org.ar Comisión Directiva ACARO 2016 Presidente: Dr. Alejandro Salem Vicepresidente: Dr. Martín Buttaro Secretario General: Dr. Fernando Lopreite Prosecretario: Dr. Federico Burgo Tesorero: Dr. Pablo Sierra Protesorero: Dr. Guillermo Rodriguez Sammartino Director de Publicaciones: Dr. Fernando Comba Subdirector de Publicaciones: Dr. Gabriel Martínez Lotti Secretario Educativo: Dr. Andrés Silberman Pro Secretario Educativo: Dr. Dr. Daniel Bello Secretario Ejecutivo: Dr. Bartolomé L. Allende Pro Secretario Ejecutivo: Dr. Gustavo Galatro Secretario Gremial: Dr. Roberto Olivetto Pro Secretario Gremial: Dr. Germán Viale Secretario de Actas: Dr. Pedro Bruno Vocales Titulares: Dr. José Arrondo Dr. Alexis Eljatib Dr. Fabián Landa Dr. Pablo Malettii Dr. Jorge Plos Vocales Suplentes: Dr. Lisandro Carbó Año 1 · Número 1 · 2015 Dr. Eduardo M. Genovesi Dr. Luis Turus Las opiniones editoriales o científicas que se emitan con firma compromente al autor y no a la Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla. El Consejo Editorial autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación, siempre y cuando sea utilizada con fines educativos y de investigación, respetando los derechos de autor y citando la fuente. Índice Revista Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 48 EDITORIAL / ACTUALIZACIÓN Carlos María Autorino 51 TRABAJO DE ACTUALIZACIÓN Desgaste en sistemas protésicos de cadera. Pablo Sierra 59 TRABAJOS ORIGINALES Lisis femoral proximal, secundaria a reacción inflamatoria al ácido láctico poli-L tras la reparación quirúrgica del manguito abductor de la cadera con arpones biodegradables. Reporte de un caso. Rodrigo Pérez Dávila y Manuel Ribas Fernández 64 69 Aflojamiento metafisario del tallo Corail® no cementado. Reporte de 15 casos Martín Buttaro, Gerardo Zanotti, Pablo Slullitel, Ignacio Oñativia, Fernando Comba y Francisco Piccaluga Luxación anterior de cadera: serie de casos y revisión de la literatura. Jesuán Zordán, Hernán Rodríguez, Marcos Barengo y Sergio Emanuel Ronconi 73 Proteína C-reactiva sinovial para la detección intraoperatoria de infección persistente en reimplantes de cadera. Francisco Nally, Martín Buttaro, Agustín Molina Romoli, Fernando Comba, Gerardo Zanotti y Francisco Piccaluga 82 87 93 Síndrome de dolor regional complejo asociado a artroplastía total de cadera. Gerardo Zanotti, Pablo Slullitel, Martín Buttaro, Fernando Comba y Francisco Piccaluga Manejo de los reemplazos totales de rodillas varas, según el grado de deformidad. Belisario Segura Defectos tegumentarios en prótesis total de rodilla. Gonzalo Mur VIDEO Tallo corto de fijación cervicometafisaria: técnica quirúrgica. Martín Buttaro EDITORIAL / ACTUALIZACIÓN Fracturas periprotésicas Sistema unificado de clasificación Las fracturas periprotésicas (FPP) son una entidad nosológica de incidencia creciente. La severidad de dicha complicación es bien documentada, hallando correlación con el incremento de la mortalidad a los 30 días y al año de postoperatorio para las fracturas periprotésicas de cadera. 1-2 En Alemania se practican anualmente alrededor de 450.000 artroplastias de cadera y rodilla; la frecuencia de revisiones es marcadamente creciente: casi un 10% anual, muchas casos vinculados con la presencia de implantes de dimensión extensa. 3 En estudios de análisis multivariado se han identificado algunos factores de riesgo para las FPP de cadera: sexo femenino (mayor riesgo de caídas y osteoporosis postmenopáusica) , valoración de la comorbilidad según Deyo y Charlson de 2-3 o mayor, calificación del riesgo anestesiológico según la American Society of Anesthesiologists (ASA) 2 o mayor, pacientes menores de 61 años (vida más activa y mayor riesgo de revisión) y variedad de implantes no cementados. 4 La edad avanzada y la osteopenia son factores de riesgo destacados para las FPP de rodilla. 5 Diversos factores caracterizan, en general, un diagnóstico de situación complejo, el cual puede ser resumido de la siguiente manera en la peor de las circunstancias: • Deterioro del capital óseo • La presencia intramedular de un sector del implante dificulta la fijación estable • La consolidación es dificultosa especialmente en pacientes mayores y cuando el capital óseo es pobre • El aflojamiento del implante es un factor desfavorable a la vez que expone al riesgo de FPP De lo precedentemente expuesto fácil es interpretar las complicaciones típicas de la fijación interna 6 : • Fijación inestable • No unión • Fallas del montaje 48 • Fallas del implante • Infección • Consolidación viciosa En la mayor parte de los casos los resultados son subóptimos. Sistema Unificado de Clasificación (Unified Classification System o UCS) El Sistema Unificado de Clasificación no debe ser entendido simplemente como una modificación de la bien afamada Clasificación de Vancouver sino más bien como un Sistema de Tipificación que unifica criterios según diversidad de localizaciones anatómicas y tipos fracturarios a la vez que la condición propia del implante. 7 Originalmente, el Sistema Unificado de Clasificación fue aplicado para la clasificación de suelos; usado en ingeniería y geología para describir la textura y el tamaño de las partículas de un suelo. El sistema de clasificación unificado USCS (Unified Soil Classification System), designación ASTM D-2487, originalmente fue desarrollado por A. Casagrande (1948) para la construcción de aeródromos durante la segunda guerra mundial. Un Sistema Unificado de Clasificación aplicable a las FPP fue concebido como una herramienta aplicable para la tipificación de generalidad de las FPP a la vez que una suerte de lista de verificación que permitiera identificar a los factores fundamentales para definir el plan terapéutico. 8 El Sistema Unificado de Clasificación aplicado a las FPP ofrece diversas ventajas: Se fundamenta en terminología sencilla Es aplicable a todas las localizaciones anatómicas Considera a las variables fundamentales para definir el cuadro clínico local Orienta el camino crítico para definir la opción terapéutica Para la clasificación de las FPP, el Sistema Unificado de Clasificación ha demostrado ser seguro a la vez que ofrece confianza de acuerdo intra e interobservador. Año 1 · Número 1 · 2016 La mnemotecnia es muy práctica: Sin profundizar en detalles, surgen algunas observaciones prácticas: • Tipo A / Apophyseal Considerar las estructuras anatómicas tendinoligamentarias insertadas y la magnitud del desplazamiento. • Tipo B / Bed / Lecho Considerar la calidad del capital óseo y la fijación del implante. B1 - Implante fijo B2 - Implante flojo B3 - Implante flojo y capital óseo deficitario • Tipo C/ Clear of the implant/ Claro o libre Si el implante está fijo, pueden ser aplicados principios básicos de la osteosíntesis • Tipo D/ Dividing/ Dividiendo Se recomienda aplicar la metodología denominada “block out analysis” (“analizar bloqueando”). Ejemplo: lo más común, la fractura es femoral; responder a dos preguntas por separado: 1. ¿Qué tratamiento elijo para esta cadera?; luego, 2. ¿Qué tratamiento elijo para esta rodilla? La estrategia descripta permite analizar, por ejemplo, si alguno de los implantes debe ser revisado; asimismo, si los implantes estuvieran fijos, si el escenario es más favorable para una osteosíntesis convencional o una síntesis por puente interprotésico. • Tipo E / Each Entre ambas fracturas queda el implante Se recomienda aplicar la metodología denominada “block out analysis” • Tipo F / Facing with an implant / Faz o cara o superficie Sin desplazamiento / orienta tratamiento conservador Con desplazamiento / orienta tratamiento quirúrgico Prof. Carlos María Autorino Expresidente (2011-2013) REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 49 Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 50 Thirty-day mortality following hip arthroplasty for acute fracture. Parvizi J, Ereth MH, Lewallen DG. J Bone Joint Surg Am. 2004 Sep; 86-A(9):1983-8. Mortality after periprosthetic fracture of the femur. Bhattacharyya T, Chang D, Meigs JB, Estok DM 2nd, Malchau H. 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Belg., 2016, 82, 233-239 The Unified Classification System (UCS): improving our understanding of periprosthetic fractures. C. P. Duncan, F. S. Haddad. Bone Joint J 2014;96-B:713–16 Año 1 · Número 1 · 2016 Desgaste en sistemas protésicos de cadera Pablo Sierra Hospital Alemán, Buenos Aires Contacto: Pablo Sierra Email: [email protected] Introducción La artroplastia total de cadera es un procedimiento quirúrgico altamente exitoso cuyos objetivos primordiales son aliviar el dolor, mejorar la función y restituir la biomecánica normal de la articulación. Es una de las cirugías con mejor relación costo/beneficio y constituye el tratamiento más eficaz de la coxartrosis avanzada. Debido al éxito del procedimiento, se implantan prótesis en pacientes cada vez más jóvenes, con mayor demanda funcional y crecientes picos de carga. En 1974, W. H. Harris diagnosticó los primeros 3 casos de osteólisis periprotésica. La definió como la “enfermedad de las partículas”, el actual “aflojamiento aséptico”, que es la principal causa de cirugía de revisión. La osteólisis periprotésica sigue siendo una importante causa de falla de los implantes protésicos, tanto a corto como a largo plazo, y constituye uno de los grandes desafíos de la artroplastia total de cadera moderna. Los factores que limitan la función y la longevidad de los implantes son: la técnica quirúrgica, los medios de fijación, tipos de superficies y pares de fricción, la fatiga de los materiales y la remodelación esquelética. Es imprescindible desarrollar una técnica quirúrgica correcta y depurada. Ningún sistema protésico puede maquillar una técnica quirúrgica inadecuada. “Hemos perdido una oportunidad única. La de curar una enfermedad mundial. Esta enfermedad es única, rara en su naturaleza, nunca vista antes en la historia de la humanidad, imposible de erradicar durante la misma generación de aparición”. (6) Con esta frase, W.H. Harris, enfatizó en el Forum Internacional de Tribología en Montreal, en octubre de 2000, su preocupación por este fenómeno tan destructivo que es la osteolisis periprotésica. La osteolisis periprotésica es única en modo de acción, única en etiología y única en su manifestación clínica. La etiología es por la interacción entre las partículas de desgaste y los macrófagos. Éstos, mediante la síntesis de enzimas y citoquinas, activan a los osteoclastos y se produce la reabsorción ósea periprotésica. Si bien las prótesis de cadera no se revisan por el desgaste, sino por el aflojamiento que se produce por la reabsorción ósea periprotésica, es crucial conocer los fenómenos y los mecanismos de acción que producen la osteolisis y el aflojamiento. Tribología, desgaste, lubricación TRIBOLOGÍA La palabra tribología se deriva del término griego tribos, el cual debe entenderse como “frotamiento” o “rozamiento”. La interpretación de la palabra es “la ciencia del rozamiento”. Los diccionarios definen a la tribología como la ciencia y tecnología que estudia la interacción de las superficies en movimiento relativo, y los temas y prácticas relacionadas. (1, 2) La tribología es el arte de aplicar un análisis operacional a problemas de gran importancia económica, llámese confiabilidad, mantenimiento, y desgaste del equipo REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 51 técnico, abarcando desde la tecnología aeroespacial hasta aplicaciones domésticas. El entendimiento de las interacciones superficiales en una interfase requiere tener conocimiento de varias disciplinas, incluyendo la física, química, matemáticas aplicadas, mecánica de sólidos, mecánica de fluidos, termodinámica, transferencia de calor, ciencia de materiales, reología, lubricación, diseño de máquinas, desempeño y confiabilidad. (4) DESGASTE El desgaste es conocido desde que el ser humano comenzó a utilizar elementos naturales que le servían como utensilios domésticos. Este fenómeno al igual que la corrosión y la fatiga, es una de las formas más importantes de degradación de los elementos mecánicos. El desgaste puede ser definido como el daño superficial sufrido por los materiales después de determinadas condiciones de trabajo a los que son sometidos. Por lo general este fenómeno se manifiesta en las superficies de los materiales, llegando a afectar la sub-superficie. El resultado del desgaste es la pérdida de material, la siguiente disminución de las dimensiones y por tanto la pérdida de tolerancias. Los mecanismos de daño en los materiales se deben principalmente a deformación plástica, formación y propagación de grietas, corrosión y/o desgaste. (1, 2) Desde que el desgaste comenzó a ser un tópico importante que necesitaba estudio y entendimiento, comenzaron a aparecer numerosas publicaciones de cómo prevenirlo o combatirlo. Entre esas ideas se tienen: 1. Disminuir la presión de contacto. 2. Disminuir la velocidad de deslizamiento. 3. Mantener lisas las superficies de rodamientos. 4. Usar materiales duros. 5. Asegurar bajos coeficientes de fricción. 6. Utilizar lubricantes. Las condiciones bajo las cuales funcionaba el sistema al producirse el desgaste se denominan modos de desgaste. Los cuatro modos de desgaste son los siguientes (3): Modo 1. Es el resultado del movimiento entre sí de dos superficies de fricción primarias. Por ejemplo, el normal movimiento entre la cabeza femoral y el inserto acetabular. Modo 2. Es la situación en que una superficie primaria se mueve contra una superficie secundaria no diseñada para entrar en contacto con la primera. Generalmente 52 esta modalidad de desgaste se produce tras un desgaste excesivo en modo 1. Un ejemplo de esta situación es cuando un componente femoral penetra a través del inserto acetabular modular y comienza a articularse con la cúpula metálica. (Figuras 1 y 2) Modo 3. Es la condición en que dos superficies primarias se mueven una frente a otra pero con partículas de tercer cuerpo interpuestas. En el modo 3, las partículas contaminantes producen abrasión directa de una o ambas superficies. Modo 4. Se refiere al frotamiento entre dos superficies secundarias. Como ejemplo se puede citar el desgaste originado cuando existe un movimiento relativo entre la superficie exterior de un componente acetabular modular y su soporte metálico (desgaste en la parte posterior). Otros ejemplos son la fricción que se produce entre el componente acetabular y un tornillo de fijación de la cúpula metálica, la corrosión en los cuellos modulares, etc. Las partículas producidas por el desgaste del modo 4 pueden migrar hacia las superficies primarias produciendo un desgaste del tercer cuerpo (modo 3). Ver figura 3. Figura 1. A: Modo de desgaste 1, B: Modo de desgaste 2 Figura 2. Cadera derecha: modo de desgaste 1 (metal-metal de segunda generación). Cadera izquierda: modo de desgaste 2 (metal-polietileno). Año 2 · Número 2 · 2016 Figura 3. A: Modo de desgaste 3. B: Modo de desgaste 4. Cuadro 1 El desgaste se define como la pérdida progresiva del material de la superficie de la zona de contacto de dos cuerpos sometidos bajo carga, en movimiento relativo. Figura 4. Desgaste adhesivo. El desgarro de las superficies puede generar partículas de tercer cuerpo ocasionando sus superficies. Para reducir la fricción y el desgaste es deseable una elevada relación de grosor entre la capa de fluido y la rugosidad de la superficie. (1-3) Factores que favorecen el desgaste: Espesor mínimo de película λ = --------------------------------------------Rugosidad de las superficies 1. Diferencia de las propiedades del par de fricción (dureza, composición química, acabado superficial. 2. Presencia de terceros cuerpos (partículas de desgaste, óxidos, productos de degradación del lubricante) 3. Condiciones de servicio por encima de los límites • Presión • Velocidad relativa • Temperatura • Lubricante (ausente, inadecuado o degradado) λ < 1: Lubricación límite o seca. La película de lubricante desaparece completamente o permanece entre las rugosidades, siendo soportada toda la carga por el contacto sólido-sólido. A medida que aumenta el cociente λ, la fricción se reduce alcanzando un estado de lubricación mixta. Controlando todos estos factores se pueden reducir o controlar el desgaste, pero NO se puede eliminar por completo. Desgaste adhesivo Esta forma de desgaste ocurre cuando dos superficies se deslizan una contra otra bajo presión. Los puntos de contacto, proyecciones microscópicas o la aspereza de la unión en la interfase donde ocurre el deslizamiento debido a los altos esfuerzos localizados, llevan a que las fuerzas de deslizamiento fracturen la unión, desgarrando al material de una superficie y transfiriéndolo a otra, lo que puede ocasionar posteriormente mayor daño. (1) (Fig. 4) LUBRICACIÓN La lubricación tiene una gran influencia sobre la magnitud del desgaste abrasivo y especialmente sobre el adhesivo. El comportamiento tribológico de una articulación depende de la capa de fluido que recubre λ > 1 y < 3,5: Lubricación mixta. La lubricación mixta separa las superficies sólo de forma parcial. La carga es soportada en partes por el contacto sólido-sólido y en otras por el lubricante, siendo la lubricación imperfecta. λ > 3,5: Lubricación por capa de fluido, perfecta o hidrodinámica. La lubricación por capa de fluido separa por completo las superficies de carga. Esta situación tiene lugar cuando la capa de lubricante es más gruesa que la altura de las asperezas de las superficies de aposición. En esta situación, la carga es soportada por el fluido y el desgaste de los materiales se reduce al mínimo. Para una carga y velocidad de deslizamiento determinadas, el grosor de la capa de fluido depende de las propiedades del fluido, de los materiales en contacto, de la macrogeometría de las superficies, de la microgeometría (esferas, óvalos, agujas), y de la cantidad y tamaño de las partículas. REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 53 Una cuestión de interés práctico es un problema mixto donde pueden aparecer tanto fenómenos de rozamiento entre sólidos y entre fluido y sólido, dependiendo de la velocidad. Se trata del caso de dos superficies sólidas entre las cuales existe una fina capa de fluido. Stribeck demostró que a muy bajas velocidades predomina un rozamiento como el que ocurre entre dos superficies secas, y a velocidades muy altas predomina un rozamiento hidrodinámico. La mínima fricción se alcanza para una velocidad intermedia dependiente de la presión del fluido. (Figura 5) Articulación metal-metal de segunda generación En 1988, B. G Weber y M. Müller introdujeron el metal-metal de segunda generación, como par de fricción alternativo en la cirugía protésica de cadera. Éste es de una aleación de CoCrMo forjado con alto contenido de carbono (0,20%0,25%). Clínica y experimentalmente, diversos estudios demostraron un desgaste volumétrico hasta 200 veces menor que los pares convencionales. El comportamiento frente al desgaste depende directamente de una cuidada ingeniería y adecuados diseños protésicos (rugosidad de superficie, esfericidad y la holgura diametral entre la copa acetabular y la cabeza femoral). (5) Figura 5. Modelos de lubricación. Límite, mixta e hidrodinámica. PARES DE FRICCIÓN Para reducir el número de partículas biológicamente activas y disminuir los índices de aflojamiento tempranos, la comunidad científica internacional introdujo diferentes sistemas de fijación, nuevos diseños protésicos y alternativos pares de fricción. Estos son el metal-metal de segunda generación, la cerámica-cerámica y el polietileno con enlaces cruzados. 54 La lubricación mixta y por capa de fluido es el mecanismo que se presenta en la mayoría de las articulaciones metal-metal. La lubricación por capa de fluido se fomenta haciendo la cabeza femoral tan grande como fuere posible (esto aumenta la velocidad de deslizamiento y atrae más fluido hacia la articulación) y las superficies de contacto tan lisas como fuere posible. Una cabeza de mayor diámetro produce menores tasas de desgaste que una cabeza más Año 2 · Número 2 · 2016 pequeña con los mismos parámetros de fabricación y reduce el impingement femoroacetabular. (5,6) La generación de osteolisis, la respuesta inmunológica, el aumento sérico de cobalto, la hipersensibilidad con un infiltrado linfocítico perivascular, y la carcinogénesis son factores de constante controversia y debate. (8) Después de más de 20 años, se han implantado en todo el mundo más de 450.000 pares metal-metal de segunda generación con excelentes resultados clínicos y radiográficos. (Figuras 6 y 7) De todos modos, en los últimos años se observaron casos de aflojamiento catastrófico y lesiones pseudotumorales con una clínica similar a la infección protésica. Este fenómeno, denominado ALVAL (Aseptic Lymphocytic Vasculitis-Associated Lesions) consiste en una hipersensibilidad retardada tipo IV mediada por linfocitos T y está asociada con sistemas protésicos metal-metal, por lo que actualmente se aconseja un estricto control y precaución al indicar este par de fricción. (9-11) Figura 7. Artroplastia total de cadera no cementada con par de fricción metal-metal de segunda generación. Figura 8. Artroplastia total de cadera híbrida con par de fricción cerámica-polietileno con enlaces cruzados. Figura 6A. Artroplastia total de cadera no cementada con par de fricción metal-metal de segunda generación de 15 años de evolución (RX ambas caderas frente). Figura 6B. Artroplastia total de cadera no cementada con par de fricción metal-metal de segunda generación de 15 años de evolución (RX perfil quirúrgico). Polietileno con enlaces cruzados Desde la introducción de John Charnley de la artroplastia de baja fricción, el material de elección para los componentes acetabulares fue el polietileno de peso molecular ultra alto. La experiencia clínica demostró por más de 30 años la baja probabilidad de fracaso catastrófico de este material, sin consecuencias de repercusión sistémica clínicamente aparentes. La limitación fundamental del polietileno de peso molecular ultra alto es su baja resistencia al desgaste. (11) Para mejorar la resistencia al desgaste del polietileno, se recurrió a los enlaces cruzados, que se consiguen con la utilización de la química del peróxido, con dosis variables de radiación ionizante. Los enlaces cruzados se forman cuando los radicales libres, localizados en las regiones amorfas de las moléculas de polietileno, reaccionan para formar un enlace covalente entre REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 55 moléculas de polietileno adyacentes. Diversos estudios demostraron que los enlaces cruzados resisten a la deformación y el desgaste en el plano perpendicular al eje molecular primario, reduciendo enormemente el desgaste por los movimientos tangenciales que tienen lugar en los componentes acetabulares. Los estudios in vitro indicaron que los enlaces cruzados reducen el tipo de desgaste que se produce en los componentes acetabulares en más del 95%. (12) Par de fricción cerámica-cerámica Otra estrategia para disminuir el desgaste consiste en disminuir la rugosidad de las superficies de contacto como se obtiene con las cabezas y los cotilos de cerámica. Los materiales cerámicos son mucho más duros y pueden pulirse con menor rugosidad de superficie que las superficies metálicas. Tanto la cabeza de alúmina (Al2O3) como zirconia (ZrO2) tienen gran dureza y resistencia (lo que las hace más resistente a las grietas producidas por las partículas de tercer cuerpo). Otra característica importante es que son más hidrofílicas, tienen mejor lubricación, y por lo tanto menor fricción. Las cerámicas son materiales frágiles, lo que conduce a la posibilidad de una fractura de los componentes protésicos. La tasa de fractura es del 0,004%. La zirconia tiene una dureza y una resistencia a la ruptura superiores a la alúmina, pero no es termoestable. La actual estrategia para mejorar estas características es utilizar las alúminas endurecidas con zirconia. La combinación de los dos materiales da lugar a un nuevo material con la elevada resistencia de la zirconia y la estabilidad térmica de la alúmina. Se requieren estudios a largo plazo para valuar los beneficios de este sistema. Taperosis Femoral Los tallos femorales modulares (unión cabeza-cuello), tienen claras ventajas de diseño y se transformaron en el estándar de oro en la cirugía protésica de cadera. El fretting y la corrosión del cono de encaje 56 Figura 9. Artroplastia total de cadera no cementada con par de fricción cerámica-cerámica. son causas poco frecuentes de revisión protésica. Sin embargo, durante la última década, y con la incorporación de nuevas tecnologías, se reportaron numerosos casos tanto de fretting como de corrosión. Estos factores incluyen la utilización de cabezas femorales mayores de 36 mm de diámetro, cuellos femorales más pequeños, diferentes tipos de cono de encaje, incisiones quirúrgicas más pequeñas, y mayor stress del encaje debido tanto a mayor peso como mayor actividad de los pacientes. (13-15) Este tipo de unión, le permite al cirujano equiparar la longitud de miembros, ajustar el off-set y disminuir el impingement articular, aún cuando los componentes protésicos se encuentren implantados. Existen más de 30 modelos diferentes de conos de encaje, con diferentes tipos de diseño (diámetro proximal, diámetro distal, longitud, ángulo y acabado de la superficie). (Fig. 10) Hay diversas fuerzas de stress que se producen a nivel del cono de encaje cabeza/cuello que dependen de la dirección de las mismas fuerzas y del movimiento de cada paciente. Este tipo de unión introdujo potenciales modos de falla que incluyen desacoples, fretting y corrosión. Estos fenómenos pueden generar partículas, iones metálicos, y otros productos de desgaste que se introducen entre las superficies de contacto generando mayor daño articular. Fretting: Daño de la superficie causada por la interacción mecánica y movimiento relativo entre las dos superficies de encaje del cono. Corrosión: Interacción fisicoquímica entre el metal y el Año 2 · Número 2 · 2016 medio ambiente. Ésta puede resultar en cambios en las propiedades del metal. (14,15) El desgaste corrosivo se define como un proceso en el que se producen reacciones químicas o electroquímicas del material con el medio ambiente, en combinación con algunos de los procesos mecánicos de desgaste existentes. A menudo, el índice de desgaste de una superficie corroída es más elevado que el de una superficie no corroída. Estos fenómenos pueden generar tanto desgaste y aflojamiento de los componentes como también reacciones biológicas adversas de los tejidos adyacentes. Las reacciones adversas observadas son similares a las reportadas en los pares de fricción metal-metal. Es una hipersensibilidad retardada Tipo IV mediada por linfocitos T. En los cortes histológicos se puede visualizar lesiones quísticas y un gran infiltrado linfocítico perivascular. (7, 14, 15) Figura 10. El cono de encaje es comúnmente denominado “Cono Morse”. De todos modos, las dimensiones son diferentes al patentado por Morse en los años 60. Las dimensiones de la mayoría de los diseños protésicos son desde 8/10 mm a 14/16 mm. Debido a que no está estandarizada la fabricación de los diferentes conos de encaje, no deben intercambiarse cabezas femorales de diferentes diseños protésicos. (13) CONSIDERACIONES FINALES El aflojamiento aséptico, producido por la osteolisis periprotésica es la principal causa de falla de la artroplastia total de cadera y la principal causa de revisión. Con el correr de los años se alcanzaron impresionantes avances en los diseños protésicos y en la tecnología aplicada a las superficies de contacto de las prótesis de cadera. El entendimiento de los mecanismos de desgaste responsables del fracaso de la artroplastia es crucial para decidir el tipo de fijación, tamaño de cabeza femoral, par de fricción y técnica quirúrgica que debemos realizar en cada paciente. Solo así podremos alcanzar los objetivos primordiales del procedimiento que son calmar el dolor, mejorar la función, restituir la biomecánica normal de la articulación con un implante estable que perdure. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. Luengo López, O. Estudio de fricción y desgaste de capas de aleación NiP. Proyecto de Ingeniería de Materiales, Escuela técnica superior de Ingeniería Industrial de Barcelona, 2008. Felipe Díaz del Castillo Rodríguez. Lecturas de Ingeniería 2: Tribología: Fricción, desgaste y lubricación. Cautitlán Izcalli 2007. Heisel C, Silva M, Schmalzried T. 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Se reporta un caso de una paciente de sexo femenino y de 58 años de edad intervenida quirúrgicamente en marzo del 2014 debido a ruptura y dehiscencia grado III del glúteo medio izquierdo. A los 18 meses postoperatorios sin evidencia de mejoría, se solicitaron nuevos estudios de imagen en los que se constató una imagen de características líticas en región del trocánter mayor y extensión extraósea. Este estudio trata sobre la revisión quirúrgica a la que fue sometida y las reacciones al ácido poliláctico utilizado para la fabricación de arpones. Palabras clave: ácido poliláctico, manguito abductor, arpones biodegradables ABSTRACT The aim of this presentation is to describe and report an adverse effect secondary to the materials used in the re-embedding of the abductor apparatus. A female, 58 year-old patient is surgically treated on March of 2014 due to the rupture and grade III dehiscence of her left gluteus medius muscle. Eighteen months after her surgery, and with no evidence of improvement, new image studies were taken that showed an image of lithic characteristics in the greater trochanter region and extra-osseous extension. This study exposes the surgical revision the patient underwent and the adverse reactions to polylactic acid used for the manufacture of harpoons. Key words: polylactic acid, abductor cuff, biodegradable harpoons REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 59 Introducción La patología del aparato abductor de la cadera ha cobrado últimamente mayor relevancia dentro de los especialistas abocados a la cirugía de la cadera. Este interés conlleva el desarrollo de nuevas técnicas para afrontar esta patología. Con el desarrollo de los nuevos tratamientos, han aparecido, a su vez, efectos indeseables. El objetivo de esta presentación es describir y reportar un efecto adverso secundario al material utilizado en el reanclaje del aparato abductor. Reporte de caso Una paciente de sexo femenino y de 58 años de edad intervenida quirúrgicamente en marzo del 2014 debido a ruptura y dehiscencia grado III del glúteo medio izquierdo, requirió una reinserción del glúteo medio y plástica de Whiteside (26). Para la reinserción muscular se utilizaron 3 arpones TWIN FIX® (Smith & Nephew, Inc. Andover, USA) fabricados de una mezcla de hidroxiapatita y ácido láctico poli-L. Como último gesto quirúrgico se realizó enriquecimiento con plasma rico en plaquetas autólogo. La paciente cumplió con el protocolo de rehabilitación progresivo con controles a la segunda y sexta semana y a los 3 meses postoperatorios, donde se evidenció ecográficamente una colección pertrocantérica. La colección fue punzada con guía ecográfica y el análisis del laboratorio no evidenció infección. Al examen físico presentaba sensibilidad local que aumentaba al adoptar el decúbito lateral sobre el lado intervenido, un test de Ossendorf 1 en 3 (21). Se constató la marcha en trendelemburg, por lo que se indicó deambulación asistida con muletas y fortalecimiento selectivo de los músculos pelvitrocantéreos, además de ejercicios de propiocepción. En el control evolutivo a los 5 meses postoperatorios, según protocolo, se indicó comenzar con infiltraciones de plasma rico en plaquetas autólogo con frecuencia de una aplicación mensual durante 3 meses. A los 11 meses del procedimiento no se evidenció mejoría clínica, y la paciente continuó con dolor local. Además, presentó impotencia funcional, y sensibilidad en el área de la intervención quirúrgica. Al no evidenciarse hallazgo imagenológico, ecográfico, o radiológico, se decidió continuar con la rehabilitación e indicar nuevas infiltraciones con plasma rico en plaquetas asistidas ecográficamente. A los 18 meses postoperatorios sin evidencia de mejoría franca, se solicitaron nuevos estudios de imagen. En los estudios radiográficos se constató imagen de características líticas en región del trocánter 60 mayor (Figura 1). En la resonancia magnética nuclear se evidenció una imagen heterogénea con compromiso del trocánter mayor y extensión extraósea (Figura 2), por lo que se procedió a una revisión quirúrgica. Durante la misma se realizó: Exéresis de una extensa lesión de aspecto pseudotumoral que comprometía parcialmente al trocánter mayor con osteolisis, y aflojamiento de los anclajes óseos. Tratamiento mecánico la región metafisaria femoral, con reconstrucción de los orificios osteolíticos mediante curetaje hasta hueso sano. Impactación de injerto óseo molido, desgrasado e impregnado en vancomicina. Osteoplastia femoral de faceta lateral y anterior del trocánter mayor. Reinserción trans-ósea a través de forámenes transversos de colgajo glúteo mayor, tercio superior, según técnica de Leo Whiteside para las deficiencias del aparato abductor (Figura 3) Figura 1. Imagen radiológica ampliada sobre cadera izquierda, donde se constata defecto en región del trocánter mayor. Año 1 · Número 3 · 2016 Figura 2. Imágenes de RMN. A y B: cortes coronales con secuencia STIR donde se evidencia formación heterogénea hiperintensa a nivel peritrocánter mayor con imágenes tipo quísticas en trocánter. C: imagen sagital, en la secuencia T1 se observa imagen heterogénea isointensa con áreas de hipointensidad a nivel de trocánter, con cambios compatibles con atrofia grasa del glúteo medio. literatura reportes sobre reacciones al ácido poli láctico utilizado para la fabricación de arpones, colocados en la región de la cadera, siendo esta la primer publicación al respecto. Quizás debido a que esta patología es de reciente reconocimiento y por lo tanto también lo es su tratamiento quirúrgico, según una encuesta realizada en Francia hasta un 58% de los profesionales desconocía la patología del aparato abductor de la cadera (12). La mayoría de las publicaciones de efectos adversos al ácido poli láctico son en base al tratamiento de inestabilidad glenohumeral, reparación del manguito rotador del hombro y tras osteosíntesis con tornillos bioabsorbibles en el malar y tobillo. Principalmente, entre los efectos adversos se describen reacción a cuerpo extraño, formación quística, sinovitis, alergias, cuerpos libres y migración del implante. (1, 2, 6, 8-11, 13, 14, 16-18, 20-25) Figura 3. Imágenes intraoperatorias. A: visión subfascial de la exposición de la lesión pseudotumoral. B: defecto femoral metafisario tras resección del pseudotumor. C: pieza de resección quirúrgica. La pieza de resección se envió para análisis en el laboratorio de anatomía patológica y la misma obtuvo el informe de inflamación crónica con osteólisis. En los controles posteriores se evidenció mejoría clínica; a los 3 meses de la revisión solo utiliza una muleta para realizar esfuerzos prolongados en subidas, pero ha recuperado sobremanera su estabilidad activa pelvitrocantérea. El test de Ossendorf es de +/+++, lo cual indica que es capaz de abducir la cadera con anulación selectiva del cuádriceps. La ecografía pone en evidencia ausencia de solución de continuidad y de imágenes anecogénicas en la entesis. El examen radiológico proporciona una homogeneización del patrón radiológico trabecular, signo de integración del injerto óseo. El ácido poli láctico se degrada principalmente por hidrólisis. El ácido láctico generado se incorpora al ciclo del ácido tricarboxílico y se excreta por los pulmones como dióxido de carbono y agua. (15) La tasa de reabsorción depende del peso molecular, la cristalinidad, la temperatura, la geometría y el sitio donde se coloca el implante. (5,7) Debido a su largo periodo de degradación, cualquier potencial reacción adversa tisular al ácido poli láctico puede esperarse que ocurra hasta 4 a 5 años después de la cirugía (3,4,19) . El cirujano ortopédico debe estar al tanto de esta potencial complicación y tenerla en mente para el diagnóstico diferencial cuando evalúa un paciente con dolor persistente tras una reconstrucción del manguito abductor con arpones biodegradables. Discusión Tras una búsqueda bibliográfica no hallamos en la REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 61 Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 62 Athwal GS. Osteolysis and arthropathy of the shoulder after use of bioabsorbable knotless suture anchors: a report of four cases. J Bone Joint Surg Am. 2006;88(8):1840-1845. Banerjee S. Glenoid rim fracture in contact athletes with absorbable suture anchor reconstruction. Arthroscopy. 2009;25(5):560-562. Bergsma EJ. 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Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 63 Aflojamiento metafisario del tallo Corail ® no cementado: reporte de 15 casos Martín Buttaro, Gerardo Zanotti, Pablo Slullitel, Ignacio Oñativia, Fernando Comba, Francisco Piccaluga Centro de Cadera “Sir John Charnley” Instituto de Ortopedia y Traumatología “Carlos E. Ottolenghi” Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina Contacto: Martín Buttaro Email: [email protected] RESUMEN Introducción: la restauración del offset femoral se relaciona con una baja tasa de desgaste e inestabilidad. La reproducción de la anatomía nativa de la cadera mejora la supervivencia del implante mientras que el aumento del offset femoral se correlaciona con elevadas fuerzas de torque en la interfase, con el riesgo potencial de evolucionar a un anclaje subóptimo del tallo. A pesar de que el tallo Corail® no cementado presenta excelentes resultados descriptos, hemos hallado un inesperado número de aflojamientos asépticos metafisarios. El objetivo de este estudio fue caracterizar clínica y radiológicamente a un grupo de pacientes que han experimentado un aflojamiento metafisario aséptico temprano e inesperado del tallo no cementado Corail® (DePuy) describiendo los hallazgos intraoperatorios en aquellos casos que requirieron una cirugía de revisión con el objeto de estimar una frecuencia mínima esperable de esta complicación. Métodos: se presentan 15 casos de aflojamiento aséptico metafisario del tallo no cementado Corail® en su versión sin collar, utilizado en cirugía primaria de cadera. Todos los casos refirieron dolor de muslo de comienzo insidioso y claudicación de la marcha como sintomatología principal. Ningún paciente reportó trauma o eventos similares previo al comienzo de los síntomas. Once hombres y cuatro mujeres, con una edad promedio de 60 años (rango: 42-81) e historia previa de artrosis primaria de cadera, presentaron una falla aséptica a 33 meses promedio (rango 2-100) del postoperatorio. Siete casos presentaron un fémur tipo Dorr A y ocho tipo Dorr B. En 10 de los 15 casos se utilizó el par de fricción cerámica-cerámica con una cabeza de 36mm de diámetro, mientras que en los 5 pacientes remanentes se usó el par cerámica-polietileno de alto entrecruzamiento molecular con una cabeza de 28mm. En este estudio 11 de las 15 fallas recibieron un tallo estándar mientras que 3, un tallo extendido. Se observó un aumento promedio del offset de +6.2mm (rango: 0-17), y una discrepancia de longitud de miembros inferiores promedio de +2.4mm (rango: 0-8). Ninguno de los casos fallidos presentó una subsidencia mayor a 2 mm. La posición de los vástagos fue de 2 grados de varo en promedio (rango: 0-6).Resultados: los pacientes tuvieron una recuperación y remisión completa a los 8 meses promedio (rango: 5-10). El tratamiento utilizado en todos los pacientes fue terapia combinada de drogas para el manejo del dolor, bifosfonatos para estimular la fijación del calcio y fisioterapia bajo el control de un equipo de tratamiento multidisciplinario. En un paciente se realizó bloqueo cortico-anestésico del ganglio simpático lumbar derecho. La clínica, centellograma y resonancia fueron negativas para enfermedad al momento de la recuperación. Conclusión: el SDRC como complicación de artroplastia total de cadera es extremadamente raro. Este síndrome debe ser tenido en cuenta en aquellos pacientes que cursando un postoperatorio de reemplazo articular técnicamente correcto presentan dolor inusual y desmedido, alteraciones sensitivas y motoras, cambios tróficos en la piel y faneras, más las típicas alteraciones en el centellograma trifásico y la resonancia magnética. 64 Año 2 · Número 2 · 2016 Resultados: Se efectuó una cirugía de revisión en 6 de los casos fallidos; 4 pacientes se encuentran en lista de espera quirúrgica con indicación de revisión mientras que en 2 casos se perdió el seguimiento. La prevalencia de esta falla aséptica de este implante fue de 1.75% (15 fallas en 855 casos en 10 años). Conclusiones: hemos observado 15 fallas asépticas del tallo Corail sin collar, no cementado, operados en una misma institución. Si bien la tasa es baja, el modo de falla no ha sido descripto previamente. La serie total de pacientes requiere de un análisis minucioso para objetivar la incidencia real y final de esta complicación en casos que han tenido un resultado funcional excelente en el postoperatorio inmediato. No hemos encontrado un patrón típico que pueda predecir estos aflojamientos tempranos. Introducción El tallo Corail (DePuy Synthes, St. Priest, Francia) es un vástago no cementado de fijación metafisaria, con una cubierta completa de hidroxiapatita (HA), que ha reportado resultados excelentes a largo plazo en la literatura disponible. (7, 9, 11, 14) Desde su presentación en 1986, su diseño se ha mantenido invariable; el mismo es recto, con una superficie de sección cuadrangular compuesta por una aleación de titanio (TiA16V4). Presenta un aspecto acampanado en ambos planos (coronal y sagital) de su región proximal. Esta característica anatómica le permite optimizar su anclaje tridimensional en el fémur proximal. Su extremo distal ostenta una configuración cónica con el objeto de prevenir la obstrucción del canal endomedular femoral. Al exhibir surcos dispuestos tanto en sentido vertical como horizontal para incrementar su estabilidad mecánica, este diseño genera un gradiente de rigidez. La totalidad de su superficie está cubierta por un revestimiento de HA de 150μm de espesor, que intenta bloquear la emisión de iones metálicos. Ello también intenta optimizar la osteointegración al endostio femoral, evitando la generación de una interfase fibrosa de fijación defectuosa, sobre todo a nivel del extremo distal del vástago. (14) Hemos utilizado el tallo Corail desde 2006 y luego de 4 años de uso rutinario, comenzamos a observar fallas asépticas del mismo. Un reporte reciente demuestra que el riesgo de aflojamiento aséptico con este implante es significativamente mayor con la versión lateralizada de este vástago. En una serie de 280 tallos con offset lateralizado versus 527 estándar, la tasa de falla fue 1.8% en el primer grupo contra 0% en el segundo, a 2 años de seguimiento promedio (rango: 1-7). (4) El objetivo de este estudio es caracterizar clínica y radiológicamente a un grupo de pacientes que han experimentado un aflojamiento metafisario aséptico temprano e inesperado del tallo no cementado Corail (DePuy), describiendo los hallazgos intraoperatorios en aquellos casos que requirieron una cirugía de revisión, con el objeto de estimar una frecuencia mínima esperable de esta complicación. Material y métodos Hemos observado 15 casos de aflojamiento aséptico metafisario del tallo no cementado Corail en su versión sin collar, utilizado en cirugía primaria de cadera. Todos los casos refirieron dolor de muslo de comienzo insidioso y claudicación de la marcha como sintomatología principal. Ningún paciente reportó trauma o eventos similares previos al comienzo de los síntomas. Once hombres y 4 mujeres, con una edad promedio de 60 años (rango: 42-81), con una historia previa de artrosis primaria de cadera, presentaron una falla aséptica a 33 meses promedio (rango: 12-100) del postoperatorio. Todas las cirugías fueron planificadas preoperatoriamente en base a una radiografía de ambas caderas de frente de pie y con las rótulas al cenit, tamaño 1:1. Todos los casos fueron operados por el mismo equipo quirúrgico en decúbito lateral, con anestesia epidural hipotensiva en un quirófano con flujo laminar, utilizando un abordaje posterolateral mínimamente invasivo. Fue implantado un cotilo Pinnacle (DePuy Synthes, Warsaw, Indiana, EE.UU.) en todos los pacientes. Se indicó una rehabilitación de la marcha con carga completa según tolerancia desde el postoperatorio inmediato, con la asistencia de dos bastones canadienses durante los primeros 15 días y progresión a un bastón simple hasta el primer mes. Luego de la cirugía, los pacientes se controlaron con la misma radiografía postoperatoria pero en decúbito dorsal. El mismo protocolo radiológico utilizado preoperatoriamente se indicó para controlar a los pacientes durante los días 15, 45 y al final del seguimiento. Los parámetros extramedulares medidos para el estudio de las fallas fueron los siguientes: lateralización (offset) femoral, lateralización acetabular y global, diferencia de longitud de miembros inferiores y orientación del tallo (neutro, varo o valgo). Se definió a la medialización como una diferencia de más de -5mm con respecto a la radiografía preoperatoria; lateralización como una REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 65 diferencia de +5mm; y offset sin cambios con una diferencia menor a ± 5mm (siendo el signo + utilizado para mediciones laterales al punto de referencia y el signo – para aquellas mediales al mismo). La fijación ósea y estabilidad del implante fueron valoradas según el score de Engh y Massin (6) en base a la radiografía del último seguimiento. La presencia de signos de aflojamiento fue descripta de acuerdo con la escala de Gruen. (8) Según la clasificación previamente definida, 7 casos presentaron un fémur tipo Dorr A y 8 tipo Dorr B. (5) En 10 de los 15 casos se utilizó el par de fricción cerámicacerámica con una cabeza de 36 mm de diámetro, mientras que en los 5 pacientes restantes se usó el par cerámica-polietileno de alto entrecruzamiento molecular con una cabeza de 28 mm. Doce de las 15 fallas recibieron un tallo estándar mientras que 3, un tallo extendido (Tabla 1). Hemos valorado un aumento promedio del offset de +6.2 mm (rango: 0-17), y una discrepancia de longitud de miembros inferiores promedio de +2.4 mm (rango: 0-8). Ninguno de los casos fallidos presentó una subsidencia mayor a 2 mm. La posición de los vástagos fue de 2 grados de varo en promedio (rango: 0-6) (Fig. 1). En 5 casos se solicitó centellograma óseo corporal total con tecnesio 99, en los cuales se observó aumento del radiotrazador en la región metafisaria (Fig .2). Todas las fallas evidenciaron signos de radiolucencia progresiva a nivel metafisario en zonas 1 y 7 de la radiografía anteroposterior de cadera y en zonas 8 y 14 de la radiografía de perfil (Figs. 3 y 5). (8) Resultados De acuerdo con los datos recolectados de la historia clínica electrónica de nuestra institución, la prevalencia de esta falla de implante fue de 1.75% (15 fallas en 855 casos en 10 años). Se efectuó una cirugía de revisión en 6 de los casos fallidos; 7 pacientes se encuentran en observación con indicación de revisión pendiente mientras que en 2 casos se perdió el seguimiento. Las reoperaciones se realizaron mediante un nuevo abordaje posterolateral con anestesia epidural hipotensiva. En todos los casos se observó movimiento proximal del tallo a la manipulación digital. Sin embargo, debido a la osteointegración distal de los vástagos, se requirió una osteotomía femoral en ranura adyacente a la línea áspera, mínimamente invasiva, con una sierra oscilante. (3) Dicha osteotomía incompleta se efectuó desde el extremo del tallo hacia proximal, dilatándose con escoplos progresivos para despegar las adherencias osteofibrosas. Luego de desimpactar la prótesis, se removieron las membranas fibrosas y tejidos óseos neoformados de interfase ubicados en el canal endomedular. La osteotomía fue fijada con una lazada de alambre simple. Macroscópicamente, los tallos explantados presentaron una cubierta de HA sin evidencia de ingrowth en la región en la cual fallaron (Fig. 4). Cuatro casos fueron revisados en un tiempo con un tallo no cementado modular, estriado, de fijación distal (ZMR, Zimmer Biomet, Warsaw, In, EE.UU.). En los 2 casos restantes, se utilizó un vástago Figura 1. Caso 11. A: Radiografía de frente de cadera izquierda en paciente de 54 años activo que muestra una prótesis no cementada con tallo Corail. B: El paciente presenta molestias en su cadera a los 4 años postoperatorios cuando se le toma esta radiografía. C: Radiografía de cadera izquierda frente aumentada que evidencia una doble imagen en zona 1 y 7 de Gruen a los 8 años postoperatorios. Figura 2: Centellograma óseo que evidencia hipercaptación del radiotrazador en la región metafisaria. 66 Año 2 · Número 2 · 2016 cónico largo, de revisión, cementado (Versys, Zimmer Biomet, Warsaw, In, EEUU). Figura 3. Caso 7. Tallo Corail® explantado en el cual se observa un recubrimiento metafisario de HA intacto. Discusión A pesar de su infrecuencia, hemos descripto un inesperado mecanismo de falla del tallo Corail®. Es bien sabido que la HA ostenta propiedades osteoconductoras para estimular un cierre hermético en la interfase hueso-prótesis. Así, los osteoblastos se adhieren a la HA creciendo hacia adentro del implante en forma progresiva. En estudios previos, los tallos con cubierta de HA han resultado en mejor ingrowth trabecular que en tallos no cementados de titanio sin cubierta. (10, 12, 13) Como limitaciones de nuestro estudio, podemos mencionar el hecho de utilizar radiografías simples para valorar los aflojamientos y que no todos los pares de fricción ni los diámetros de las cabezas fueron los mismos en todos los casos. Asimismo, no hemos analizado todos los tallos Corail® que hemos implantado a lo largo del tiempo, no incluyendo algunos casos aflojamiento metafisario asintomático. Los diseñadores del tallo han reportado previamente que la presencia de estas líneas radiolúcidas localizadas en zona 1 presentan una fina área de formación ósea hacia ambos lados de la subsidencia. Ellos interpretan esta manifestación como un hallazgo sin valor pronóstico puesto que la describen como un región sin fuerzas compresivas ni macroestructura. A su vez, los diseñadores alegan que la región metafisaria del Corail® está sujeta más bien a fuerzas de tensión o deslizamiento que de compresión. (15) Debido a que varios pacientes perdieron seguimiento y pudieron haberse tratado esta complicación en otra institución, creemos que la prevalencia real descripta de este hallazgo es de baja estimación. Sin embargo, nuestra sugerencia es alertar a la comunidad ortopédica sobre esta complicación potencialmente catastrófica que, a pesar de infrecuente, ofrece un desafío para el ortopedista que efectúe la revisión dada la osteointegración distal del implante. Las tasas de supervivencia del tallos no cementados con cubierta completa de HA han demostrado ser excelentes. El Registro Noruego de Artroplastia ha reportado una tasa de 1% de cirugías de revisión a 4.5 años, de 2.4% a 10 años y de 4.9% a 15 años luego de analizar 5130 vástagos con cubierta total de HA operados entre 1987 y 2004. (9) Empero, este modo de falla no ha sido detectado en reportes previos, a excepción de una serie publicada por Cantin y cols. (4) Los autores describieron una serie de aflojamientos metafisarios en tallos lateralizados de la versión no cementada del Corail® con mayor frecuencia que en tallos estándar (1.8% vs 0%). Esta diferencia ocurrió con la salvedad de que los tallos lateralizados no lograron aumentar el offset femoral real en los controles radiológicos. Contrariamente, nosotros hemos observado esta falla en tallos Corail estándar que sí han aumentado el offset global en comparación con la radiografía previa. Es bien sabido que el aumento del offset femoral conlleva un aumento de las fuerza de torque en la interfase hueso-implante al aumentar la tensión de la palanca abductora, con el riesgo potencial de evolucionar a un anclaje subóptimo del tallo. (2) Sin embargo, no todas las fallas que hemos puntualizado aumentaron el offset sino que dicho aumento fue en promedio. Además, la mayoría de los casos incluyó una cabeza de 36 mm, con algunos tallos implantados en varo. Todos estos factores pudieron haber contribuido adicionalmente al aflojamiento aséptico. Creemos que una planificación preoperatoria meticulosa debiera realizarse en caso de programar un tallo Corail® no cementado, procurando no incrementar el offset más de 5 mm, a pesar de que esta falla pudiera observarse con alteración milimétrica del offset. Otros tallos no cementados de fijación metafisaria pero con cubierta sólo proximal de HA podría prevenir estas fallas de implante. Sin embargo, potenciales complicaciones como stress-shielding y dolor de muslo podrían observarse con mayor frecuencia. (1) Diez de los 15 casos recibieron superficies duras (cerámicacerámica) durante la cirugía primaria. Este hecho podría relacionarse con una sobrecarga de implante mayor REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 67 que con la eventual utilización de un inserto acetabular de polietileno, funcionaría como un absorbe-tensión. Hemos implantado la versión del tallo Corail® sin collar desde 2006. No tenemos resultados sobre los tallos con collar dado que dicha versión no se comercializa en Argentina y, por tanto, no sabemos si el collar pudiera haberse relacionado con la prevención de estos aflojamientos. A pesar de que la incidencia de esta complicación fue baja (15 fallas en 855 casos operados en 10 años), estamos alarmados por la real magnitud de este problema. Ya hemos aclarado que acrecentar la lateralización de una cadera, independientemente del tallo usado, juega un rol primario en la identificación de fallas de implante tempranas. Pero hemos observado casos fallidos en algunos casos con coxa vara previa, en los cuales un tallo extendido sólo reproduce la anatomía inicial del paciente, copiando la cadera contralateral sin aumentar el offset global. Este hecho podría afirmar que no todos los casos que presentamos se asociaron a un aumento del offset. En definitiva, hemos relatado 15 fallas del tallo Corail® sin collar, no cementado, operados en una misma institución. Sugerimos que todos los cirujanos de cadera estén alerta sobre este potencial problema. La frecuencia de este mecanismo de falla puede ser mucho mayor al que hemos referido. Recomendamos enfáticamente la minuciosa planificación preoperatoria que debiera llevarse a cabo para evitar el aumento de offset con este tallo, dado que este fue el único factor asociado con sospecha de riesgo que hemos observado, a pesar de no contar con un análisis estadístico del mismo. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 68 Argenson JN. The extent of HA coating: Proximal vs Full coating. Springer-Verlag 2004. Bachour F, Marchetti E, Bocquet D, Vasseur L, Migaud H, Girard J. Radiographic preoperative templating of extra-offset cemented THA implants: how reliable is it and how does it affect survival? Orthop Traumatol Surg Res 2010;96:760–8. Bauze AJ, Charity J, Tsiridis E, Timperley AJ, Gie GA. Posterior longitudinal split osteotomy for femoral component extraction in revision total hip arthroplasty. J Arthroplasty. 2008;23(1):86-9. Cantin O, Viste A, Desmarchelier R, Besse JL, Fessy MH. Compared fixation and survival of 280 lateralized vs 527 standard cementless stems after two years (1-7). Orthop Traumatol Surg Res. 2015;101(7):775-80. Dorr LD, Luckett M, Conaty JP. Total hip arthroplasties in patients younger than 45 years. A nine- to ten-year follow-up study. Clin Orthop Relat Res 1990;260: 215-9. Engh CA, Massin P, Suthers KE. Roentgenographic assessment of the biologic fixation of porous-surfaced femoral components. Clin Orthop Relat Res 1990;257:107–28. Froimson MI, Garino J, Machenaud A, Vidalain JP. Minimum 10-year results of a tapered, titanium, hydroxyapatite-coated hip stem: an independent review. J Arthroplasty 2007; 22(1): 1-7. Gruen TA, McNeice GM, Amstutz HC. “Modes of failure” of cemented stem-type femoral components: a radiographic analysis of loosening. Clin Orthop Relat Res 1979;141:17–27. Hallan G, Lie SA, Furnes O, Engesaeter LB, Vollset SE, Havelin LI. Medium- and long-term performance of 11,516 uncemented primary femoral stems from the Norwegian arthroplasty register. J Bone Joint Surg Br 2007;89(12):1574-80. Moroni A, Caja VL, Egger EL, Trinchese L, Chao EY. Histomorphometry of hydroxyapatite coated and uncoated porous titanium bone implants. Biomaterials 1994;15(11):926-30. Reikeras O, Gunderson RB. Excellent results of HA coating on a grit-blasted stem: 245 patients followed for 8-12 years. Acta Orthop Scand 2003;74(2): 140-5. Soballe K. Hydroxyapatite ceramic coating for bone implant fixation. Mechanical and histological studies in dogs. Acta Orthop Scand Suppl 1993;255:1-58. Soballe K, Hansen ES, Brockstedt-Rasmussen H, Bünger C. Hydroxyapatite coating converts fibrous tissue to bone around loaded implants. J Bone Joint Surg Br 1993;75(2):270-8. Vidalain JP. Twenty-year results of the cementless Corail stem. Int Orthop 2011;35(2):189-94. Vidalain JP, Selmi TAS, Beverland D, Young S, Board T, Boldt JG, Brumby SA. The CORAIL® Hip System: A Practical Approach Based on 25 Years of Experience. Springer Science & Business Media, 2011. Año 2 · Número 2 · 2016 Luxación traumática de cadera: series de casos y revisión de la literatura Jesuán Zordán, Hernán Rodríguez, Marcos Barengo, Sergio Emanuel Ronconi Hospital José María Cullen. Santa Fe. Santa Fe. Argentina Contacto: Jesuán Zordán Email: [email protected] Nivel de evidencia: 4 serie de casos. Sin soporte financiero. RESUMEN La luxación anterior traumática de cadera es una lesión poco frecuente y se produce habitualmente por traumatismos de alta energía. Este tipo de luxación requiere maniobras especiales para su reducción cerrada, aunque en determinadas ocasiones se requiera de reducción abierta. En nuestra serie presentamos tres casos, uno de ellos secundario a un mecanismo de baja energía sin antecedentes patológicos conocidos (primer caso) y los restantes dos casos secundarios a mecanismo de alta energía. Dada urgencia de dicha patología se realizó reducción cerrada al ingreso. El tratamiento definitivo fue conservador en los dos primeros casos, en el tercer paciente no se pudo completar el tratamiento debido a que el mismo falleció dentro de las 24 horas secundario a lesiones asociadas. El pronóstico de una luxación de cadera depende tanto de la gravedad de la lesión así como del tiempo que se tarda en realizar su reducción, por el riesgo de desarrollo de necrosis avascular. La luxación anterior de cadera tiene mejor pronóstico que la luxación posterior cuando se realiza un tratamiento temprano adecuado. Palabras clave: luxación anterior de cadera, cadera, luxación coxofemoral, luxación obturatriz. ABSTRACT The anterior traumatic hip dislocation is a rare injury and is usually produced by high-energy trauma. This type of dislocation requires special maneuvers for closed reduction, although in some cases required open reduction. In our series we present three cases, one of them secondary to a low-energy mechanism without known medical history (first case) and the remaining two, secondary to high-energy mechanism cases. Given the urgency of this pathology, closed reduction was performed at admission. The final treatment was conservative in the first two cases, the third one could not complete the treatment because the patient died within 24 hours due to associated injuries. The prognosis of a traumatic hip dislocation depends on the severity of the injury and the time it takes to perform the reduction, which is related to the risk of developing avascular necrosis. The anterior traumatic hip dislocation has better prognosis than posterior dislocation when appropriate early treatment is done. Key words: Anterior dislocation of the hip; hip; hip dislocation; obturator dislocation REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 69 Presentación de casos Primer caso Paciente de sexo masculino de 62 años de edad que ingresa por coxalgia derecha tras una caída de 80 centímetros aproximadamente. El mismo refiere estar de pie a nivel del tercer escalón de una escalera plegable, momento en que su cuerpo pierde el equilibrio en dirección posterior quedando el pie derecho fijo y tras un mecanismo de abducción y rotación externa comienza con coxalgia derecha. Es derivado a nuestro nosocomio con 3 días de evolución (desde el momento del accidente el paciente permaneció en reposo absoluto sin poder deambular). A la inspección, se observa el miembro inferior derecho en flexión, abducción y en rotación externa. Ante la imposibilidad de extender el miembro se decide realizar radiografía de frente de ambas caderas (Figura 1) y frente de cadera derecha (Figura 2). Tanto en la figura 1 como en la figura 2, se puede observar una pérdida de relación de la articulación coxofemoral derecha, con un desplazamiento de la cabeza femoral en dirección anterior sobre el agujero obturador. Se clasifica la lesión como luxación traumática anterior de cadera. Segundo caso 70 Segundo caso Paciente de sexo masculino de 16 años de edad que ingresa a nuestro servicio por dolor e impotencia funcional a nivel de su cadera derecha tras accidente en la vía pública (caída en moto a velocidad). A la inspección se observa miembro inferiort en flexión, abducción y en rotación externa. Luego del examen físico se decide realizar estudios por imágenes (figuras 3 y 4). En ambos estudios se puede evaluar una pérdida de relación a nivel de la articulación coxofemoral derecha en dirección anterior variante obturatriz. Tercer caso Paciente de sexo masculino de 74 años de edad que ingresa al servicio de urgencias por inestabilidad hemodinámica secundario a politraumatismo grave tras accidente agrario (aplastamiento por cosechadora). Al ingreso el paciente se encontraba con alteración del estado de conciencia (Escala de Glasgow de 7/15) con excitación motriz asociado a pelvis inestable. A la inspección, el miembro inferior derecho se encuentra en flexión, abducción y rotación externa. Se solicita radiografía y tomografía al ingreso (figuras 5 y 6) y se realiza el diagnóstico de fractura de pelvis C2 según Tile (fractura transforaminal en alerón sacro izquierdo, Año 2 · Número 2 · 2016 más fractura bilateral de ramas íleo e isquiopubiana); asociada a luxación coxofemoral anterior, variante superior o púbica de cadera derecha. Dada la jerarquía de dicha patología presentada en los 3 casos anteriores, se decide realizar reducción cerrada bajo anestesia general y control con radioscopia. y se evalúa bajo control radioscópico su reducción. Posteriormente se realizan radiografías y tomografía de control (figuras 7 y 8). Técnica de reducción Para realizar la misma se requirió de tres ayudantes, el primero colocando ambas manos y ejerciendo resistencia anterosuperior en ambas espinas ilíacas, un segundo ayudante de pie sobre la camilla del paciente ejerciendo tracción al eje con ambas manos a nivel de tercio proximal y posterior de pierna, para lo cual se debió flexionar la rodilla derecha del paciente a 90°, y por último un tercer ayudante se ubica ipsilateral a la luxación coxofemoral y tracciona en sentido lateral tomando al muslo por su cara interna a nivel del tercio proximal. Mientras el segundo ayudante ejerce tracción al eje y rotación interna, el tercer ayudante ejerce tracción lateral. Una vez percibido el resalte de reducción, se controla la estabilidad clínica Discusión La luxación traumática anterior de cadera es una patología de baja frecuencia. Según Epstein, constituye el 12% de las luxaciones traumáticas de cadera (1) y se encuentra ligada en su mayoría a traumatismos de alta energía (accidentes de tránsito como causa principal, caídas de altura, y en menor frecuencia, deportes de contacto) debido a la estabilidad intrínseca de dicha articulación. (2) La luxación coxofemoral se clasifica según la posición de la cabeza femoral y su relación con el acetábulo en posterior, central y anterior. Esta última se subclasifica según Epstein y Harvey en inferior u obturatriz (si la cabeza femoral se ubica anterior al agujero obturador), y en superior o púbica (si la cabeza REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 71 femoral se ubica anterior a la rama iliopubiana). De dicha subclasificación, más del 70% corresponde a la variante obturatriz. (3) Las lesiones asociadas que se suelen hallar son las fracturas impactadas de la cabeza femoral, que aparecen aproximadamente en el 15-35% de los casos, mientras que las fracturas del acetábulo son menos frecuentes y sólo ocurren en el 4% de los casos. (4) Los estudios biomecánicos en cadáveres han demostrado que la fuerza en extensión, abducción y rotación externa de la cadera produce una luxación coxofemoral anterior púbica y, por otro lado, la fuerza en flexión, abducción y rotación externa produce la variante obturatriz. (5, 6) Radiográficamente, la luxación anterior coxofemoral puede confundirse con su variante posterior. Para poder diferenciar ambos casos hay que observar el trocánter menor y la cabeza femoral, ya que cuando la cabeza femoral se encuentra en rotación externa, el trocánter menor se hace prominente. Lo contrario ocurre en la luxación coxofemoral posterior. (7) Dicha patología es considerada una urgencia en la traumatología, por lo tanto su reducción se debe realizar lo antes posible y bajo anestesia general. Si dicha reducción se realiza antes de las 6 horas, Hougaard y Thomsen hallaron una tasa de osteonecrosis femoral del 4,8%. Pasadas las 6 horas, está tasa asciende. (8) Según Brav CEA, el pronóstico general de osteonecrosis para una luxación anterior de cadera es del 9%. (9) La técnica de reducción cerrada se lleva a cabo por tracción y contratracción. En el caso de desplazamiento superior, la tracción se lleva a cabo hasta que la cabeza femoral se nivela con el acetábulo, y luego se realiza una rotación interna hasta sentir el resalto de reducción. El 2-15% de las luxaciones de cadera suelen requerir una reducción quirúrgica abierta habitualmente por atrapamiento en un ojal de la cabeza femoral o por interposición de músculo o fragmento óseo; (10) Se recomienda realizar una tomografía computarizada luego de su reducción para valorar posibles fracturas que no se vean en la radiografía simple. (11) Se aconseja realizar un seguimiento con radiografías de control cada 3-6 meses hasta los 2 años tras la lesión para valorar la aparición de una posible osteonecrosis de la cabeza femoral y realizar el tratamiento oportuno de la misma. (12) Bibliografía Epstein HC, Harvey JP. Traumatic anterior dislocation of the hip: management and results. J Bone Joint Surg Am. 1972; 54: 1561–70. 2. Epstein HC. Traumatic dislocations of the hip. Clin Orthop Relat Res 1973; 116-42. 3. Clegg E, Roberts C, Greene J, Prather B. Hip dislocations, epidemiology, treatment and outcomes. Injury. 2010;41:329-34. 4. Erb RE, Steele JR, Nance Jr EP, Edwards JR. Traumatic anterior dislocation of the hip: spectrum of plain film and CT findings. Am J Roentgenol. 1995;165(5):1215–9. 5. Rockwood C, Green D, Bucholz R. Rockwood and Green’s fractures in adults. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2006. p.1716–52. 6. Amihood S. Anterior dislocation of the hip. Injury. 1975;7(2):107–10. 7. Obakponovwe O, Morrell D, Ahmad M, Nunn T. Traumatic hip dislocation. Orthop Trauma 2011;25:214-22. 8. Hougaard K, Thomsen PB: Coxarthrosis following traumatic posterior dislocation of the hip. J Bone Joint Surg. 1987 Jun;69(5):679-83. 9. Brav CEA. Traumatic dislocation of the hip. Army experience and results over a twelve year period. J Bone Joint Surg. 1962; 44A: 1115-34. 10. Tornetta P, Mostafavi H. Hip dislocation: current treatment regimens. J Am Acad Orthop Surg. 1997;5:27-36 11. Blacksin M, Zurlo J. Computed tomographic findings after anterior dislocation of the hip. Emergency Radiology. 1997;4:375-9. 12. Sahin V, Karakaş ES, Aksu S, Atlihan D, Turk CY, Halici M. Traumatic dislocation and fracture-dislocation of the hip: a long-term follow up. 1. 72 Año 2 · Número 2 · 2016 Proteína C-reactiva sinovial para la detección intraoperatoria de infección persistente en reimplantes de cadera Francisco Nally, Martín Buttaro, Agustín Molina Romoli, Fernando Comba, Gerardo Zanotti, Francisco Piccaluga Centro de Cadera, Instituo de Ortopedia y Traumatología “Carlos E. Ottolenghi” Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina Contactos: Francisco Nally y Martín Buttaro Email: [email protected] [email protected] RESUMEN Definir la persistencia de infección en reimplantes es de vital importancia dada la morbilidad agregada y los costos asociados a complicaciones sépticas postoperatorias. La congelación intraoperatoria es ampliamente utilizada en la actualidad aun siendo discutida su especificidad y sensibilidad. Este estudio dosó proteína C reactiva ultrasensible en líquido sinovial (PCRS) en 31 pacientes en el momento del reimplante, tomando como positivos valores superiores a 9.5 mg/dl. 16 pacientes fueron de sexo masculino y 15 de sexo femenino con un promedio de edad de 62 años (24 a 81). El dosaje de PCRS es un método preciso y económico que sumada a la evaluación sérica preoperatoria aumenta la detección de infección persistente. Palabras clave: infección de prótesis de cadera, infección periprotésica, proteína C-reactiva, PCR sinovial. ABSTRACT Defining the persistence of infection in reimplantation is vital given the added morbidity and costs associated with postoperative septic complications. Intraoperative freezing is widely used today despite having its specificity and sensitivity discussed. This study collected samples of C-Reactive Protein in synovial fluid (CRPS) in 31 patients at the time of reimplantation, taking values above 9.5 mg / dl as positive results. Sixteen patients were male and 15 female with an average age of 62 years (24-81). The dosage of CPRS is an accurate and economical method that combined with preoperative serum assessment increases the detection of persistent infection. Key words: hip prosthesis infection, periprosthetic infection, C-reactive protein, sinovial CRP REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 73 Introducción La detección de infección persistente resulta crucial a la hora de reimplantar una artroplastia total de cadera (ATC) en pacientes con infección previa. Los signos clásicos de infección como eritema, fiebre o secreción a menudo no están presentes ya que pueden estar enmascarados por el tratamiento antibiótico reciente. Los estudios radiológicos pueden ser no concluyentes para la detección de infección, al igual que los métodos de medicina nuclear (1). Las pruebas de laboratorio, tales como recuento leucocitario, velocidad de eritrosedimentación globular o determinación de proteína C-reactiva sérica, no son específicas de una ATC infectada, (2,6,19) y existen otras entidades clínicas que pueden producir alteraciones de las mismas (5,9,11) o mantenerse alteradas durante varias semanas luego del primer tiempo quirúrgico. La punción y aspiración articular se asocia a un alto índice de falsos negativos debido a la liberación de antibióticos a partir del espaciador de cemento, por lo que no es un método diagnóstico absolutamente fiable (2). Si bien los cortes histológicos por congelación son de gran utilidad en el diagnóstico intraoperatorio de infección en cirugía de revisión, su utilidad en los reimplantes en segundo tiempo ha sido cuestionada por varios autores. Este estudio se asocia a los bajos porcentajes de sensibilidad y especificidad y valores predictivos en comparación con el primer tiempo quirúrgico debido a la cirugía reciente (11). Recientemente ha sido publicada la utilidad de la proteína C-reactiva sinovial (PCRS) en cirugía de revisión de cadera y rodilla en 55 pacientes con una sensibilidad del 85% y una especificidad del 95% (12). Sin embargo, no existen estudios que comparan la utilidad de la PCRS con la anatomía patológica o cultivo en reimplantes. El objetivo de este trabajo fue determinar la utilidad de la PCRS intraoperatoria en el diagnóstico de infección persistente en el momento del reimplante protésico en pacientes con diagnóstico de infección previa tratados en 2 tiempos, su comparación con la anatomía patológica y el cultivo diferido. Como objetivo secundario se planteó la utilidad clínica a 2 años de seguimiento de ese método diagnóstico intraoperatorio. Material y métodos Entre diciembre de 2011 y diciembre de 2014 se realizó un estudio prospectivo que incluyó a todos los pacientes con diagnóstico de infección periprotésica 74 de cadera de acuerdo a los criterios descriptos por la Musculoskeletal Infection Society (14) que fueron sometidos a cirugía de reimplante protésico en un segundo tiempo tras completar el tratamiento antibiótico endovenoso y local con espaciador de cemento con antibiótico. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de nuestro hospital. Fueron excluídos de este estudio aquellos pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas, 4 pacientes con diagnóstico de artritis reumatoidea, 1 con esclerosis múltiple, 1 con enfermedad de Paget y 2 con HIV ya que altos niveles de Proteína C Reactiva sinovial han sido descriptos en la literatura en este tipo de patologías (4,9). Además se excluyeron 15 casos de revisión en un tiempo y 2 casos tratados con antibióticos inmediatamente hasta la cirugía de revisión. Se realizó el dosaje de PCRS en 31 pacientes tomando muestras de líquido sinovial que fueron recolectadas bajo condiciones asépticas antes de la apertura capsular con un Avocath 14 por cuatro cirujanos de cadera. Dieciséis pacientes corresponden al sexo masculino y 15 al sexo femenino con un promedio de edad de 62 años (rango: 24-81). El diagnóstico inicial fue artrosis primaria en 14 casos, fractura de cadera en 13 casos, osteonecrosis de la cabeza femoral en 2 casos y displasia del desarrollo en otros dos. El diagnóstico de infección persistente se basó en las guías de la Musculoskeletal Infection Society (MSIS), (14) considerando 2 cultivos positivos con el mismo organismo o fístula activa como criterios mayores o 3 de los criterios menores: aumento de PCR y eritrosedimentación séricas, aumento de glóbulos blancos en sangre, aumento de PMN en líquido sinovial, resultado anatomopatológico de infección activa o un cultivo aislado (14). El protocolo de tratamiento en 2 tiempos consistió en el retiro del implante, desbridamiento del tejido desvitalizado y colocación de un espaciador de cemento con gentamicina con el agregado de 2 gramos de vancomicina por dosis de cemento utilizada. El tiempo de utilización del espaciador fue de 24 semanas en promedio (rango: 6-72). En el postoperatorio inmediato los pacientes recibieron antibióticoterapia endovenosa orientada al patógeno hallado en el primer tiempo quirúrgico y una vez determinado el patógeno, se rotó el antibiótico a aquel definido por el antibiograma de los cultivos directos del segundo tiempo quirúrgico durante un promedio de 6 semanas. Los gérmenes aislados en los cultivos iniciales fueron en 7 casos Staphylococcus aureus meticilino resistente, 4 casos de Año 2 · Número 2 · 2016 Staphylococcus epidermidis, en 4 casos Enterobacter spp, 2 casos de Escherichia coli, 1 caso de Klebsiella spp, 1 caso de Streptococcus viridans, 6 casos con cultivos postoperatorios negativos y 6 casos con cultivo polimicrobiano. El tratamiento antibiótico endovenoso se definió en cuanto a la sensibilidad del antibiograma y la tolerancia clínica al antibiótico. Luego de las 6 a 10 semanas de antibioticoterapia y con parámetros de laboratorio normales, se programó el reimplante protésico en un segundo tiempo (Tabla 1). (Continúa en la página siguiente) REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 75 (Viene de la página anterior) Referencias: NOA: necrosis ósea avascular, D: displasia, F: fractura, OA: osteoartrosis, SAMR: Staphylococcus aureus meticilino resistente, SCN: Staphylococcus coagulasa negativo, FD: fijación distal, FDC: fijación distal cementada, CMT: copa metal trabecular, CC: copa cementada, IG: impaction grafting, TCC: tallo corto cementado, AP: aloprótesis, CNC: copa no cementada La determinación de PCRS sinovial de alta sensibilidad se realizó por turbidimetría con reactivo PCRH Beckman Coulter (Beckman Coulter ®, Brea, CA, USA). El Reactivo PCRH se basa en una metodología cinética de alta sensibilidad de inmunoensayo con partículas en el infrarrojo próximo. Las partículas recubiertas con anticuerpo anti-PCR se ligan a la PCR de la muestra del paciente, formando agregados insolubles que causan turbidez. La sensibilidad analítica se define como la menor concentración mensurable que se puede distinguir de cero con un grado de confianza del 95%, la cual para la determinación de PCR sérico es 0.02 mg/ dL (0.2 mg/L). Se tomó como valor de corte al utilizado en la literatura de 9,5 mg/dl (5, 12). El costo de la PCRS tiene un promedio de $285 (19 dólares americanos) y se encuentra disponible en aproximadamente 20 minutos en nuestro hospital. Al menos dos muestras fueron enviadas para anatomía patológica diferida. Estas muestras fueron obtenidas de la pseudocápsula, del tejido que forma la interfase hueso-cemento y de las áreas más sospechosas de estar infectadas, según criterio del cirujano. De las mismas regiones se tomaron también las muestras para cultivo. Todos los cultivos fueron enviados para 76 análisis bacteriológico, micológico y micobacteriológico. Todas las muestras fueron manipuladas y selladas en el campo operatorio estéril para evitar contaminaciones intraoperatorias. La evaluación se realizó sobre todo el material extraído y enviado, efectuándose extendidos citológicos coloreados con hematoxilina-floxina y cortes histológicos seriados, de 4 micras de espesor procesados en criostato (Cryostome, Shandon® Pittsburgh) y coloreados con hematoxilina-floxina y azul de toluidina. El material fue posteriormente fijado en formol al 10% y procesado para su inclusión en parafina en procesador automático (Citadel 2000, Shandon®). Se realizaron cortes histológicos de 6 micras en micrótomo automático (HM 355 Microm®). Los cortes fueron coloreados con hematoxilina-eosina y tricrómico de Masson y observados con microscopio óptico a gran aumento (400x) y lente de luz polarizada (Axiostar, Zeiss® Munich). El exámen histológico fue analizado por dos observadores y consistió en determinar la cantidad de células presentes por campo de gran aumento (400x). Las células analizadas fueron neutrófilos, linfocitos, plasmocitos, macrófagos, células gigantes de cuerpo Año 2 · Número 2 · 2016 extraño, material acrílico y polietileno. Para el presente estudio se tomaron en cuenta los neutrófilos. El punto de corte se tomó en 5 polimorfonucleares, considerando a la muestra como positiva para infección con 5 o más polimorfonucleares por campo de gran aumento. De 0 a 4 polimorfonucleares se consideró a la muestra como negativa. El análisis bacteriológico fue realizado por el servicio de bacteriología de nuestro hospital. Por lo menos dos muestras fueron remitidas. Las muestras para aerobios y anaerobios fueron colocadas en agar-chocolate y agar-sangre y distintos medios de enriquecimiento. Las muestras para aerobios fueron incubadas por 48 horas y las muestras para anaerobios durante 5 días. Los cultivos definitivos fueron reportados negativos si no mostraban crecimiento bacteriano al cabo de 2 semanas para examinaciones bacteriológicas, 4 semanas para examinaciones micológicas, y 8 semanas para examinaciones micobacteriológicas. Los cultivos fueron reportados como positivos si al menos una colonia crecía. Se definió como sobreinfección el hallazgo de un nuevo germen agregado durante el tratamiento del primer germen aislado, donde se considera que la primera infección predispuso a la sobreinfección . Se consideró como reinfección la falla en el tratamiento del germen inicialmente aislado. Se realizó un estudio comparativo de PCRS vs. Cultivo y PCRS vs. anatomía patológica. El análisis estadístico expresó la sensibilidad como aquellos casos con PCRS alta e infección, especificidad como aquellos casos con PCRS baja sin infección, valor predictivo positivo (VPP) como la proporción de pacientes con PCRS elevada e infección y el valor predictivo negativo (VPN) como la proporción de casos sin infección y valores de PCRS bajos. Se expresó la habilidad del método con el área bajo la curva (ROC) con sus intervalos de confianza del 95%. El likelihood positivo y negativo se definen como la razón entre la probabilidad de tener determinado resultado del test en la población con infección protésica persistente versus tener el mismo resultado en la población sin infección protésica persistente. Un cociente de probabilidad de mayor que 1 indica el resultado de la prueba está asociado con la enfermedad. Un cociente de probabilidad de menos de 1 indica que el resultado está asociado con la ausencia de la enfermedad. También se evaluó la sensibilidad y especificidad de la anatomía patológica y de la PCRS tomando como parámetro la infección clínica al seguimiento. Se realizó un análisis estadístico multivariable con el programa SPSS versión 19.0 (SPSS, Inc., Chicago, Illinois, USA). Los resultados obtenidos fueron analizados con la prueba de “T” test y de Chicuadrado de Pearson’s, según el tipo de variable, considerando estadísticamente significativo una p ≤ 0.05. Resultados De los 31 pacientes evaluados y seguidos por un promedio de 33 meses (rango: 19 a 48 meses), 8 pacientes evidenciaron un nuevo cuadro infeccioso en su cadera reimplantada. En 6 casos ocurrió una sobreinfección (4 casos de Proteus spp., uno de Pseudomona spp. y uno de Enterobacter spp.) y en 2 casos reinfección (Staphylococcus coagulasa negativo y Acinetobacter spp.). De los 8 pacientes infectados en el seguimiento, en 6 casos la PCRS fue mayor a 9,5 mg/dl. Sólo 2 de ellos evidenciaron resultados de anatomía patológica compatible con infección aguda y sólo 2 pacientes presentaron cultivos intraoperatorios positivos. Entre los 6 casos con cultivos negativos y anatomía patológica negativa que resultaron infectados, la PCRS intraoperatoria fue mayor a 9,5 mg/dl en 2 casos y menor en los otros 4 casos. Esto condiciona el valor de corte de la PCRS que en algunos trabajos diferencian para infecciones agudas y crónicas, siendo más bajos para las infecciones crónicas (2,5 mg/dl) (14). Solo en 2 casos la PCRS fue mayor a 9,5 mg/dl con cultivo y anatomía patológica negativa y al seguimiento no presentaron infección. Al considerar al cultivo como estándar de referencia, la sensibilidad del PCRS fue de 66% (IC 95% 0-100), la especificidad de 77% (IC 95% 57-100), el VPP de 25% (IC 95% 0-74) y el VPN de 95% (IC 95% 81-100). El LRP (positive likelihood ratio) fue de 2,88 (IC95% 0,99- 8,37) y el LRN (negative likelihood ratio) fue de 0,43 (IC95% 0,08- 2,17). Al considerar a la anatomía patológica como estándar de referencia, la sensibilidad del PCRS fue de 80% (IC 95% 25-100), la especificidad fue de 83% (IC 95% 64100), el VPP fue de 50% (IC 95% 81-100) y el VPN de 95% (IC 95% 81-100). El LRP fue de 4,8 (IC95% 2,05-12,99) y el LRN fue de 0,24 (IC95% 0,04- 1,37). Ver figuras 1 y 2. Al considerar la infección clínica al seguimiento, la sensibilidad de la anatomía patológica fue de 25% (IC 95% 0-68) y la especificidad de 87% (IC 95% 68-100) con un VPP de 40% (IC 95% 0-100) y un VPN de 76% (IC 95% 57-100). La sensibilidad de la PCRS fue de 75% (IC 95% 32-100), la especificidad de 74% (IC 95% 52-100) el VPP fue de 50% (IC 95% 14-95) y el VPN fue de 89% (IC 95% 14-95), estos valores se comparan con los obtenidos en la literatura para la anatomía patológica y resultan más alentadores para el diagnóstico de infección REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 77 persistente para la PCRS. El poder de la muestra fue del 30% pero dado a que se incluyeron todos los pacientes tratados durante dicho periodo, a pesar de un poder bajo, consideramos que tiene mucho valor en nuestro medio. Figura 2. Área bajo la curva para PCR vs. cultivo y anatomía patológica. Al separarse de la línea oblicua ascendente, aumenta la sensibilidad del método y el área bajo la curva. La figura superior corresponde a la curva ROC evaluando Cultivo y PCRS y la inferior corresponde a la curva ROC evaluando Anatomía patológica y PCRS. Figura 1. Valores categóricos de PCR sinovial comparado con cultivos y anatomía patológica. Gráficos que toman valores categóricos de PCRS mayor a 9,5 mg/dl y su correlación con la anatomía patológica y los cultivos diferidos (superior e inferior respectivamente) . En un caso fue positivo el cultivo con PCRS menor a 9,5 mg/dl . En un caso fue positivo en la anatomía patológica con PCRS menor a 9,5mg/dl y en 3 casos la anatomía patológica fue negativa con PCRS mayor a 9,5 mg /dl. 78 Discusión La incidencia de infección persistente o sobreinfección oscila en un 30% post revisión de un aflojamiento séptico (20, 23). Los marcadores inflamatorios utilizados habitualmente como ESD sérica, PCR sérica, recuento de glóbulos blancos siguen siendo de gran utilidad en el control post retiro de implante, pero no aseguran la ausencia de infección (24, 25). Della Valle y col. compararon la congelación intraoperatoria vs. la anatomía patológica definitiva, donde las muestras fueron tomadas en el momento del retiro del implante. La sensibilidad fue del 25% y la especificidad del 98%, lo que interpreta a la congelación como un estudio con pobre aporte en la pesquisa de infección remanente al momento del reimplante (11). Omar y col. reafirmaron la Año 2 · Número 2 · 2016 utilidad de la PCRS diferenciando de infección aguda y crónica donde el valor de corte para las infecciones crónicas fue de 2,5 mg/dl, obteniendo así en un estudio de 89 pacientes una sensibilidad de 95,5% y una especificidad de 93,3% utilizando como estándar de referencia PCR, eritrosedimentación, recuento de glóbulos blancos y PMN séricos y no el cultivo y anatomía patológica como nuestro estudio (14). Por otro lado el trabajo de Parvizi, que no diferencia infecciones agudas o crónicas toma un valor de corte de 9,5 mg/dl con una sensibilidad de 85% y una especificidad del 95% (12,19). Este estudio tiene como principal limitación el número de casos aunque no encontramos estudios que comparen PCRS con anatomía patológica y cultivo en el momento del reimplante. El resultado de la anatomía patológica puede variar dependiendo de la correcta toma de muestra del cirujano en la zona de mayor sospecha de infección y la adecuada evaluación por el anatomopatólogo al estudiar las piezas entregadas. Por otro lado, es sabido que el cultivo tiene un valor predictivo positivo bajo y puede tener falsos negativos (3). El dosaje de proteína C sinovial es imperfecto, puede aumentar en respuesta a varias enfermedades con reacciones inflamatorias agudas, y puede ser inutilizable en las articulaciones “secas”. Sin embargo, todos los casos en estas series presentan líquido sinovial para dosaje de proteína C reactiva sinovial. El meta-ánalisis de Tsaras y colaboradores donde quince estudios que utilizan un umbral de cinco leucocitos polimorfonucleares (PMN) por campo para definir infección en una sección congelada como positivo, tenían un odds ratio diagnóstico de 52,6 (IC del 95%, 23,7 a 116,2), y seis estudios donde el umbral diagnóstico fue de diez PMN por campo tuvo un odds ratio diagnóstico de 69,8 (IC del 95%, 33,6 a 145,0). Concluyeron que los cortes congelados intraoperatorios de tejidos periprotésicos eran útiles en la predicción de un diagnóstico de infección articular periprotésica cuando el cultivo era positivo pero tuvo precisión moderada para descartar este diagnóstico en ausencia de cultivo positivo (10). Della Valle y colaboradores estudiaron 64 reimplantes obteniendo una sensibilidad de 25%, una especificidad de 98%, un valor predictivo positivo de 95% y un valor predictivo negativo de 95%. Concluyeron que un resultado negativo en el análisis intraoperatorio de cortes congelados tiene un alto valor predictivo con respecto a descartar la presencia de infección; sin embargo, la sensibilidad de la prueba para la detección de infección persistente es pobre (11). Realizamos nuestro estudio utilizando los mismos equipos que se utilizan para valorar la PCR sérica, lo cual es un exámen de laboratorio rápido (aproximadamente 20 minutos) y económico. Se han realizado otros estudios sobre los valores de la PCR sinovial pero focalizados a distinguir la artritis inflamatoria de la artritis no inflamatoria en la rodilla. (4) .Zamani y col. analizaron los valores de PCR sinovial buscando diferencias entre artritis inflamatorias (artritis reumatoidea, lupus, etc.) y artritis sépticas, no observando diferencias estadísticas significativas. (8) Consideramos como fortaleza que las muestras fueron tomadas en su totalidad en el segundo tiempo quirúrgico, inmediatamente antes del reimplante a diferencia de otras publicaciones donde se recolectaron muestras de distintas etapas del tratamiento o a través de punciones articulares antes del retiro del implante (14, 15). El dosaje de interleukina-6 ha sido también propuesto por otros autores como potencial marcador de infección periprotésica. Sin embargo, no está actualmente disponible en nuestro medio para realizar estudios individuales, y su costo es alto (2, 16, 19) . Estudios recientes como el de Hoell y colaboradores definieron el valor de IL-6 sérico mayor o igual a 13 pg/ml como indicador de infección con un VPP de 91% y un VPN de 92% para una IL-6 menor o igual a 8 pg/ ml (4). Existen recientes publicaciones donde se valoró la alfa-defensina junto con PCRS intraoperatoria aumentando la especificidad y sensibilidad de la infección intraoperatoria. La alfa-defensina es un péptido que cumple funciones de apoyo a la respuesta inmune innata del huésped a patógenos invasivos a partir de neutrófilos, interactuando con la membrana celular del patógeno, provocando la despolarización y la rápida muerte del mismo. Sin embargo, aún no contamos con estos reactivos en nuestro medio (20, 22, 25). Shukla y colaboradores evaluaron 87 casos de revisión en 2 tiempos y promueven la utilización de recuento de glóbulos blancos de líquido articular con un valor de corte de 3528 con una sensibilidad de 78% y una especificidad de 96% con un área bajo la curva de 0,9 (25). Con ese valor de corte, el VPP fue de 0.7 y el VPN de 0.3, siendo este último estadísticamente bajo. Nuestro estudio arrojó mejor sensibilidad pero menor especificidad, permitiéndonos tratar sin reimplante a aquellos pacientes con resultados mayores de 9.5mg/dl (Ver tabla 2). REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 79 Referencias. CI: congelación intraoperatoria, OR: Odds Ratio, IC: intervalo de confianza, S: sensibilidad, E: especificidad, VPN: valor predictivo negativo, VPP: valor predictivo positivo, ABC: área bajo la curva, GBS: glóbulos blancos sinoviales. Conclusión El dosaje de PCR sinovial es un método simple, eficaz y accesible para el diagnóstico de infección periprotésica persistente. Su alto VPN nos permite contar con una nueva herramienta que sumada a la evaluación sérica preoperatoria aumenta la posibilidad de detectar de manera intraoperatoria una infección en pacientes con infección previa tratados en 2 tiempos. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 80 Ong KL, Kurtz SM, Lau E. Bozic KJ, Berry DJ, Parvizi J. Prosthetic joint infection risk after total hip arthroplasty in the Medicare population. J Arthroplasty 2009; 24(6 Suppl):105-9. Buttaro MA, Tanoira I, Comba F, Piccaluga F. Combining C-reactive protein and interleukin-6 may be useful to detect Periprosthetic Hip Infection. Clin Orthop Relat Res. 2010;468:3263-7. Padgett DE, Silverman A, Sachjowicz F, Simpson RB, Rosemberg AG, Galante JO. Efficacy of intraoperative cultures obtained during revision total hip arthroplasty. J Arthroplasty. 1995;10:420-426. Hoell S, Borgers L, Gosheger G, Dieckmann R, Schilz D, Gerss J,Hardes J. Interleukin-6 in two stage revision arthroplasty. Bone Joint J. 2015;97-B:71-5. 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Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 81 Síndrome de dolor regional complejo asociado a artroplastia total de cadera Gerardo Zanotti, Pablo Slullitel, Martín Buttaro, Fernando Comba, Francisco Piccaluga Centro de Cadera Instituto de Ortopedia y Traumatología “Carlos E. Ottolenghi” Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina Contacto: Gerardo Zanotti y Pablo Slullitel Email: [email protected] [email protected] Nivel de Evidencia: IV Sin conflictos de interés RESUMEN Introducción: El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) se caracteriza por dolor asociado o no a parálisis, cambios en piel y faneras, edema y sudoración. La presentación de este síndrome asociado a cirugía de reemplazo articular de cadera es muy rara y poco descripta. Material y métodos: se describen 3 casos de SDRC tipo 1 diagnosticados por clínica, centellograma y resonancia magnética en pacientes cursando postoperatorio inmediato de artroplastia total de cadera. Dos pacientes presentaban diagnóstico inicial de artrosis primaria y el restante fue una secuela de fractura de cadera infectada que requirió conversión a ATC en dos tiempos. Los tres pacientes eran masculinos con edad promedio de 25 años, fumadores y se encontraban en tratamiento por trastornos de ansiedad o depresión. Resultados: los pacientes tuvieron una recuperación y remisión completa a los 8 meses promedio (rango: 5-10). El tratamiento utilizado en todos los pacientes fue terapia combinada de drogas para el manejo del dolor, bifosfonatos para estimular la fijación del calcio y fisioterapia bajo el control de un equipo de tratamiento multidisciplinario. En un paciente se realizó bloqueo cortico-anestésico del ganglio simpático lumbar derecho. La clínica, centellograma y resonancia fueron negativas para enfermedad al momento de la recuperación. Conclusión: el SDRC como complicación de artroplastia total de cadera es extremadamente raro. Este síndrome debe ser tenido en cuenta en aquellos pacientes que cursando un postoperatorio de reemplazo articular técnicamente correcto presentan dolor inusual y desmedido, alteraciones sensitivas y motoras, cambios tróficos en la piel y faneras, más las típicas alteraciones en el centellograma trifásico y la resonancia magnética. 82 Año 2 · Número 2 · 2016 ABSTRACT Introduction: Complex Regional Pain Syndrome (CRPS) is characterized by local pain associated or not with paresthesia, trophic alterations on skin and appendages, diffuse edema and incoercible sweating. Its presentation following primary total hip replacement (THR) remains an extraordinary situation. Given the scarcity of literature, we describe the outcome of 3 cases of CRPS developed after primary THR. Methods: Three cases of Type 1 CRPS were diagnosed upon physical examination and further imaging with scintigraphy and MRI during the immediate postoperative course of primary THR. Two patients had been initially diagnosed with primary osteoarthritis whereas the remaining one presented a sequel of a failed osteosynthesis that required conversion to THR. All patients were nearly 25 years-old, active smokers and under treatment of psychiatric conditions due to depression or anxiety. Results: Remission of disease was found at an average of 8 months (range: 5-10). Medical treatment involved a combined therapy of pain management, bisphosphonates and intense physical therapy. One patient was additionally treated with a corticosteroid blockade of his sympathetic lumbar right ganglia. None of the patients required surgical treatment. At final follow-up, physical examinations and imaging were negative for disease. Conclusion: CPRS as a complication of primary THR is extremely unusual. It should be considered on those patients presenting unbearable and unexplainable pain during the initial postoperative days, associated with trophic alterations of the skin and appendages as well as neurological disorders. Further imaging is crucial before initiating medical treatment. Introducción El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es una entidad poco entendida. Se caracterizada por dolor, alteraciones sensitivas y motoras, cambios tróficos, alteraciones vasculares (edema y vasodilatación), cambios en la sudoración y alteraciones psicosociales. Los síntomas neurológicos no se corresponden a un territorio de inervación específico y, por lo general, afecta las extremidades y raramente compromete a más de un miembro. (1,2) Su etiología no está determinada y el rol del sistema simpático no es claro. (3-5) Existen múltiples entidades con denominaciones similares a este síndrome, que se consideran un espectro de la misma patología: distrofia simpática refleja (DSR), algodistrofia, atrofia de Sudeck, síndrome hombro-mano, dolor simpático mantenido, y causalgia. Algunos de ellos son utilizados para describir este síndrome asociado a patologías puntuales. En este sentido, atrofia de Sudeck se utiliza cuando el síndrome se asocia a fracturas de muñeca; y causalgia es el nombre que recibe cuando se asocia a una lesión nerviosa. (3) Dos tipos de SDRC han sido frecuentemente descriptos. (4) El tipo 1 no está relacionado con una lesión específica de un nervio y no sigue ninguna distribución anatómica puntual, mientras que el tipo 2 tiene una sintomatología similar al tipo 1 pero se asocia a una lesión nerviosa y se distribuye por un recorrido neurológico específico. (5) Se describen a continuación 3 casos de SDRC de tipo 1 diagnosticados a través de un examen clínico e imagenológico con un centellograma óseo corporal total y una resonancia magnética en pacientes que se hallaban cursando el postoperatorio inmediato de una artroplastia total de cadera. Caso 1: paciente de sexo masculino de 26 años de edad con diagnóstico de displasia bilateral de cadera. Consultó por presentar dolor en ambas articulaciones coxofemorales con gran limitación en la movilidad, observándose actitud en flexión de ambas caderas de 15°. Presentaba también dolor lumbar incapacitante que aumentaba en posición de decúbito dorsal. La escala de evaluación de Merle D’Aubigné-Postel (6) preoperatorio fue de 12 puntos. Se realizó un reemplazo total de cadera bilateral en un tiempo quirúrgico con prótesis totales no cementadas superficie cerámica-cerámica de cuarta generación. En el control a las 6 horas postoperatorias, se evidenció la imposibilidad de dorsiflexión del pie izquierdo sin dolor ni edema en dicho territorio, lo cual se interpretó como una neuropraxia del nervio ciático poplíteo externo. El paciente fue dado de alta a los 5 días postoperatorios. En el día postoperatorio número 10 días el paciente concurrió por dolor intolerable en la zona del tobillo y pie izquierdo (escala visual analógica de 10/10). En la consulta se evidenció edema en la zona afectada, REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 83 alteraciones tróficas en piel y faneras y alteraciones sensitivas que se sumaron a la motora que presentaba anteriormente y que ya no correspondía a un solo territorio de inervación. La centellografía de triple fase mostró la típica captación del síndrome de dolor regional complejo (Fig. 1) y las radiografías de pie y tobillo mostraron la osteoporosis característica de esta patología (Fig. 2) llevando al diagnóstico definitivo. Se inició tratamiento conjunto con el equipo de endocrinología y el equipo de tratamiento del dolor. Se administró bifosfonatos junto a terapia combinada de drogas opiáceas y antidepresivas. La mejoría franca de los síntomas se evidenció a los 8 meses postoperatorios y luego de 10 meses el paciente evolucionó sin dolor. Los resultados de la escala de evaluación de Merle D’Aubigné (6) fueron 17 puntos a los 3 años de seguimiento. Caso 2: paciente de sexo masculino de 28 años de edad que presenta diagnóstico de secuela de Enfermedad de Perthes de su cadera derecha. Se realizó un reemplazo total de cadera no cementado, superficie cerámicacerámica. La evolución postoperatoria fue similar al caso 1: el paciente evolucionó con paresia en el territorio del nervio ciático poplíteo externo, acompañado de dolor y variaciones en los tejidos blandos y piel, edema, cambio de coloración y sudoración. Las características clínicas junto con el centellograma de triple fase característico condujeron al diagnóstico de SDRC. Para el manejo de la sintomatología se realizó terapia de dolor con médicos especialistas, utilizando terapia combinada de drogas opiáceas y antidepresivas más bloqueo corticoanestésico simpático derecho guiado por tomografía. Simultáneamente se realizó un tratamiento endocrinológico con bifosfonatos. La franca mejoría de los síntomas se evidenció a los 9 meses postoperatorios y en el último seguimiento (a los 6 años) el paciente recuperó por completo su función. La escala de evaluación de Merle D’AubignéPostel es de 18 puntos. Caso 3: paciente de sexo masculino de 25 años de edad con antecedente de fractura intertrocantérica en su cadera derecha que evolucionó con diagnóstico de pseudoartrosis infectada. Se realizó tratamiento quirúrgico de la infección en dos tiempos (espaciador de cemento con antibiótico y colocación de prótesis total de cadera no cementada). Cursando los 45 días postoperatorios, el paciente concurre con dolor en el pie homolateral, incapacitante, que no cedía con medicación analgésica. Las alteraciones en la piel y faneras más el edema llevaron a solicitar una resonancia nuclear magnética que confirmó el diagnóstico. (Fig. 3) La recuperación total de la sintomatología se resolvió a los 4 meses de diagnosticado el SDRC. La escala de evaluación de Merle D’Aubigné-Postel fue de 18 puntos a los 3 años de seguimiento. Figura 1. Centellograma de triple fase en un paciente de sexo masculino 26 años (caso 1) donde se observa un refuerzo tardío correspondiente a un aumento del metabolismo óseo. Figura 2. Radiografía del mismo paciente de 26 años (caso 1) que evidencia osteoporosis en consecuencia del aumento del metabolismo óseo. Detectado entre la 4° y 6° semana de aparición del cuadro clínico. 84 Discusión El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es una patología compleja y de etiología desconocida. En la mayoría de los casos el diagnóstico se realiza por descarte. (4) Se caracteriza por presentar dolor, síntomas sensitivos, motores y autonómicos. El cuadro clínico florido ayuda al diagnóstico, pero ante la falta de alguno de sus síntomas característicos el mismo se vuelve dificultoso. El 95% de los pacientes presenta historia de trauma o cirugía. (4) En la mayoría de los casos el dolor es constante, Año 2 · Número 2 · 2016 Figura 3. A y B. Resonancia magnética que muestra edema óseo que compromete varios huesos del pie del mismo paciente referido en las figuras anteriores (caso 1), asociado a edema de partes blandas y aumento del líquido articular. acompañado de hiperalgesia o hiperestesia desproporcionadas en relación al evento desencadenante. Una tercera parte de los casos se caracteriza por alodinia (dolor desmedido ante estímulos mecánicos o térmicos que en condiciones normales serían indoloros). Los cambios tróficos se presentan en el 50% de los casos y se manifiestan con alteraciones en el crecimiento de pelos y uñas. Ésta, cuando se presenta, es de las primeras en aparecer y de las últimas en retirarse. Los síntomas autonómicos se caracterizan por cambios en la coloración de la piel, eritema violáceo, alteración en la sudoración y temperatura. Se puede observar la disminución de la movilidad con la aparición de contracturas en extensión ya que la flexión es la que se encuentra más comprometida. En todos los casos se pueden encontrar factores psicológicos y del comportamiento como predisponentes de SDRC. (1) Los exámenes complementarios son indispensables en el diagnóstico. Las radiografías pueden evidenciar la característica osteoporosis entre la 4° y la 8° semana de comenzados los síntomas. El centellograma de tres fases es el estudio de mayor sensibilidad para el diagnóstico y se caracteriza por un refuerzo tardío que corresponde a un aumento del metabolismo óseo. La resonancia nuclear magnética puede ser de utilidad en aquellos pacientes donde está contraindicada la utilización de contraste endovenoso, como por ejemplo pacientes embarazadas, y siempre debe ser acompañada de hallazgos clínicos. Habitualmente, se puede evidenciar edema de la médula ósea que compromete a varios huesos, inflamación de las partes blandas y aumento del líquido articular. (1) En el caso 3, el paciente se realizó una resonancia nuclear magnética por referir un antecedente traumático relacionado al centellograma de triple fase. El tratamiento se basa en psicoterapia y manejo del dolor neuropático. La utilización de calcitonina y bifosfonatos se asocian a buenos resultados, así como el uso de gabapentin para el tratamiento del dolor neuropático. (6) Uno de los pacientes presentó buenos resultados con la realización de bloqueo simpático; descripto en la bibliografía como coadyuvante en el manejo del dolor. (1) En los casos que presentamos, dos pacientes comenzaron con dolor y paresia en el territorio del nervio ciático poplíteo externo homolateral en el postoperatorio inmediato. Los cambios en piel y faneras aparecieron al cuarto día postoperatorio. El edema fue de comienzo posterior a la aparición de los síntomas motores y se fue exacerbando por la tendencia a mantener el miembro inmóvil. (7) Debido a que la sintomatología motora es la primera de las manifestaciones en el comienzo, el síndrome se puede confundir con una lesión aguda del nervio ciático poplíteo externo. Pese a los síntomas ambos pacientes pudieron sedestar y deambular con andador dentro de las 24 horas postoperatorias. El diagnóstico definitivo se obtuvo mediante el centellograma óseo corporal total de tres fases, el resultado positivo es patognomónico de SDRC. (6) Los tres pacientes descriptos son de sexo masculino y con una edad promedio de 25 años, lo cual contrasta con los resultados de la bibliografía ya que esta patología es más común en mujeres y en la edad media de la vida. (9) Incluso, para otros autores, sexo femenino y mediana edad son un riesgo mayor para el SDRC. (10) Otro factor de riesgo es la adicción al cigarrillo; en nuestra serie 2 de 3 pacientes eran fumadores. Existen trabajos que reportan un 68% de fumadores en sus series y afirman que tendrían relación directa con el desarrollo de SDRC por incrementar el vasoespasmo periférico. (1) La ansiedad o depresión parecerían favorecer el desarrollo de SDRC: en nuestra serie los 3 pacientes se encontraban en tratamiento psicológico por alguno REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 85 de estos síndromes. (12) Debido a los múltiples factores de riesgo, el tratamiento del SDRC debe ser multidisciplinario, incluyendo tratamiento farmacológico, bloqueos simpáticos, psico y fisioterapia. (14) El SDRC como complicación de artroplastia total de cadera es extremadamente raro y existe un solo reporte en la bibliografía. (15) Creemos que este síndrome debe ser tenido en cuenta en aquellos pacientes que cursando un postoperatorio de reemplazo articular técnicamente correcto presentan dolor inusual y desmedido lejos de la zona operatoria, alteraciones sensitivas y motoras y cambios tróficos en la piel y faneras. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 86 Schiffenbauer J, Fagien M. Reflex sympathetic dystrophy involving multiple extremities. J Rheumatol 1993;20(1):165 -169. Teasell RW, Potter P, Moulin D. Reflex sympathetic dystrophy involving three limbs: a case study. Arch Phys Med Rehabil. 1994;75(9):1008-10. Bir Klein F. Complex regional pain syndrome. 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En un intento de facilitar nuestro trabajo y proporcionar a los pacientes la mayor durabilidad de los implantes sin comprometer los resultados, analizamos 165 pacientes operados por deformidad en varo entre enero de 2013 a marzo de 2016 con un seguimiento promedio de 20 meses. Los pacientes fueron divididos en 3 grupos según el grado de deformidad: grupo 1 con deformidad menor a 10 grados, grupo 2 de 11 a 20 grados de varo y grupo 3 con un grado de deformidad mayor a 20 grados. Los grupos 1 y 2 arrojaron resultados similares; mientras que en el grupo 3, hasta marzo del 2015, hubo la necesidad de utilizar en un alto porcentaje de ellos con cuñas y vástagos o constreñimiento, os cuales pueden comprometer la durabilidad de los msmos. En los últimos 11 casos tratados se utilizó la técnica de osteotomía de reducción tibial, con los cuales conseguimos resultados a los otros grupos utilizando prótesis primarias en un alto porcentaje. Palabras clave: reemplazo total de rodilla primario, rodilla vara ABSTRACT During a primary total knee replacement it is more difficult to agree on balancing knock knees than varus knees, but we don’t have established protocols in treating severe varus. In an attempt to facilitate our work and provide patients with the durability of implants without compromising the results, we analyzed 165 patients operated by varus deformity from January 2013 to March 2016 with an average follow-up of 20 months. Patients were divided into 3 groups according to the degree of deformity: group 1 with less than 10 degrees of deformity, group 2 of 11 to 20 degrees of varus and group 3 with a deformity greater than 20 degrees. Groups 1 and 2 yielded similar results; while in group 3, until March 2015, there was the need to use a high percentage of wedges and stems or constraint prosthesis, decreasing their durability. In the last 11 cases treated with tibial osteotomy reduction technique, we got similar results to the other groups using a high percentage of primary prosthesis. Key words: primary total knee replacement, varus knees REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 87 Introducción Durante un reemplazo total de rodilla primario, las deformidades severas son conocidas por tener mayor dificultad para lograr un balance adecuado. Como principio se busca no afectar la estabilidad ligamentaria, y con ello, evitar tanto la recidiva de la deformidad como comprometer la durabilidad del implante. (1,2) Existe mayor consenso en cómo abordar una deformidad en varo, pero no hay protocolos establecidos para tratar grandes deformidades, por ejemplo, varo de más de 20 grados con eje anatómico superior a 15 grados, que habitualmente también presenta deformidad en flexión. (3) En un intento de facilitar nuestro trabajo, en el año 2013 se establecieron pautas de tratamiento en nuestro servicio para disminuir o minimizar errores cometidos en el pasado con respecto a este difícil tópico y protocolizar el balance ligamentario. Material y métodos El autor operó 231 reemplazos totales de rodilla primarios desde enero del 2013 a marzo del 2016, de los cuales 45 casos presentaron rodillas valgas, 21 casos artrosis con eje neutro y 165 casos rodillas con distintos grados de varo en 151 pacientes. Un paciente falleció en el posoperatorio inmediato. Para clasificar las rodillas varas, se dividieron en tres grupos según el grado de la deformidad. (4) Grupo 1: de 2 a 10 grados de varo patológico para un normal de 0 con respecto al eje mecánico (56 casos). Grupo 2: de 11 a 20 grados con respecto al eje frontal o coronal (71 casos). Grupo 3: mayor a 20 grados, habitualmente con deformidad en flexión asociada y siempre con hundimiento del platillo medial mayor a 10 mm (Ahllbäck 5, 38 casos). La deformidad promedio fue de 15,1 grados (rango: 2-43) de varo patológico. Este es un grado de deformidad muy elevado dado que el hospital es un centro de derivación de algunas obras sociales para tratar pacientes con alta complejidad. La edad promedio de los pacientes fue de 71,6 años (rango: 5888), el tiempo quirúrgico promedio fue 79,5 minutos (rango: 54-122), el Knee Society Score (KSS) 31,2 (rango: 5-45), (3) y el Knee Function Score (KFS) 27,1 (rango: 0-45). En 137 casos (87%) la causa de la deformación fue artrosis primaria, en los 28 pacientes restantes la artrosis fue secundaria. Preoperatorio Cada paciente fue sometido a: laboratorio clínico, 88 electrocardiograma, examen bucal, evaluación clínica, infecto y anestesiológica con riesgo quirúrgico. El examen clínico incluyó KSS, KFS, y determinación de suficiencia de LCL (considerado insuficiente cuando este último no tenía punto final en la maniobra de stress en varo). (5) Las radiografías constituyeron imágenes de frente de rodilla con carga bipodálica, tomando la medición de eje anatómico con goniómetro, perfil y axial de rodilla. Hoy en día recomendamos el uso de escanograma de miembros inferiores tomado en placa de espinograma. Intraoperatorio Todos los pacientes fueron operados en decúbito dorsal con anestesia intrarraquídea, sin manguito neumático. (6) Se utilizó 1 gramo de cefalosporina de primera generación en la entrada y otro en la salida. Se controló el tiempo quirúrgico en todos los casos. En el 20% de los pacientes se administró ácido tranexámico por presentar hematocrito menor a 36 o pertenecer a Testigos de Jehová. Hoy se utiliza el ácido tranexámico en forma rutinaria. (7) Se colocó soporte en el pie para operar en flexión durante casi todos los pasos, incluyendo el cierre. En todos los casos sea realizó una incisión longitudinal medial en la rodilla, a excepción de 5 pacientes en los que se reutilizó una cicatriz medial previa. Se colocaron los componentes, el tibial neutro y el fémur, en 3 grados de rotación externa anatómica y universal. (8) Una vez introducidos los componentes, se comprobó el encarrilamiento rotuliano y se realizó lateral release de ser necesario (13% de los casos) sabiendo que este gesto no compromete el resultado final. (9) Grupo 1 Deformidad: 2-10 grados. Promedio: 7,3 grados. Cantidad de pacientes: 56 (42 femeninos y 14 masculinos). Edad promedio: 70,8 años. Causas: artrosis primaria (47 casos), artrosis secundaria (9 casos). Tiempo quirúrgico: 75,2 minutos (rango: 64-81). KSS: 34,8 (rango: 5-45). KFS: 31,3 (rango: 10-45). Se realizó un abordaje pararrotuliano medial, con extracción de osteofitos especialmente en la cara medial de la tibia. En todos los casos, y como parte del abordaje, se liberó de anterior a posterior subperiósticamente el haz profundo del Ligamento Colateral Medial (LCM) llegando hasta la cápsula posterior visualizando la Año 2 · Número 2 · 2016 inserción del semimembranoso sin necesidad de liberar la pata de ganso ni el haz superficial del LCM. Se liberó de manera completa el Ligamento cruzado anterior (LCA) y Ligamento cruzado posterior (LCP) posteriormente resecando el menisco interno. Una vez realizado el corte tibial y los cortes distal, anterior y posterior de fémur (los últimos dos con 3 grados de rotación externa), se colocó el bloque que debió coincidir tanto en extensión como en flexión de 90 grados. En ese momento, se realizaron maniobras varo-valgo para ver si el lado medial fue liberado correctamente y el lado lateral no insuficiente. En este grupo nunca fue necesario liberación adicional. En todos los casos se comprobó una vez más el balanceo con prótesis de pruebas y definitivas, y la corrección de los ejes con varilla intraoperatoria en extensión y control de radioscopia (esta última también para controlar la posición de los componentes). Grupo 2 Deformidad: 11-20 grados. Promedio: 16 grados. Cantidad de casos: 71 Edad promedio: 71,9 años (rango: 58-82). Causas: artrosis primaria (59 casos), artrosis secundaria (12 casos). Tiempo quirúrgico: 77,4 minutos (rango: 60-120). KSS: 32 (rango: 18-45). KFS: 26,9 (rango: 10-45). En este grupo se utilizó el mismo abordaje que el grupo 1. En 5 casos se liberó adicionalmente el haz superficial del LCM y fue necesario desinsertar parcialmente la pata de ganso cuidando de no desprender la inserción distal del LCM. En un caso se utilizó una prótesis constreñida dada la insuficiencia del LCM. En otro, se reparó el LCM distal con dos arpones por desinserción; en tres se utilizaron prótesis con cuñas y vástagos sin constreñimiento y en otro con colocación de injerto autólogo. Grupo 3 Deformidad: mayor a 20 grados. Cantidad de casos: 40 Causas: artrosis primaria (31 casos), artrosis secundaria (7 casos). Tiempo quirúrgico: 81 minutos (rango: 56-117). KSS: 23 (rango: 5-43). KFS: 21,2 (rango: 0-40). Por la gran deformidad y rigidez que presentaban los pacientes, en todos los casos se realizó un abordaje pararrotuliano medial, resección de osteofitos, liberación del haz profundo del LCM y de la inserción del músculo semimembranoso. En todos los pacientes fue necesaria la liberación adicional del LCM en su haz superficial y en varias oportunidades también la liberación de la pata de ganso, lo que puede ocasionar un sobre balanceo con inestabilidad. Hasta marzo del 2015, se realizaron cortes tibiales superiores a 20 mm en cuatro casos y luego se colocaron aumentos tibiales con vástagos. Los mismos correspondieron a insertos de polietileno de 20 mm en 2 casos, en 3 casos usamos constreñimiento y en 3 casos injertos óseos estructurados tomados del corte de platillo tibial externo y fijados con tornillos 4,5 corticales comunes junto con vástagos tibiales. En un caso se realizó una bisagra rotatoria por insuficiencia absoluta del LCM. En 14 casos se utilizó una prótesis primaria. A partir de marzo del 2015 se operaron 11 casos de este grupo con técnica descripta por Dixon y pregonizada por Mullaji. Se realizó un abordaje longitudinal medial en la piel y pararrotuliano medial en el plano profundo. Se liberó el haz profundo del LCM y la cápsula posterior e inserción del semimembranoso, sin tocar el haz superficial del LCM ni la pes anserina. Luego, se realizó con guía externa un corte tibial de 10 mm (Fig. 1), quedando en el platillo medial un osteofito, el cual se reseca (Fig. 2), y un defecto medial oblicuo (Fig. 3). El resto del platillo medial, el cual está a la misma altura del corte externo, es escleroso en su periferia y actúa como hueso cortical, lo que permite hacer una osteotomía de reducción de la pendiente medial (Fig. 4) sin tener problemas de subsidencias protésica. En ese punto debe lateralizarse la plantilla tibial para hacer el orificio del vástago o quilla y, en la mayoría de los casos, colocar un componente una medida menor al supuesto (esto puede realizarse solo si la prótesis permite intercambiabilidad de componentes) (Fig. 5). Si en este momento el balanceo no es suficiente, se realiza una osteotomía de deslizamiento inferior del epicóndilo medial con posterior fijación con tornillos. (10) En ningún caso hubo necesidad de constreñimiento pero un caso sí requirió la colocación de un injerto autólogo estructurado y vástago largo cementado. (11) Comparado con el resto del grupo, el tiempo quirúrgico por esta vía fue mayor (97 minutos en promedio), y en 3 casos hubo que corregir el corte tibial una vez REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 89 colocada la prótesis de prueba con radioscopía, pero creemos que forma parte de la curva de aprendizaje. En la mayoría de los casos de los grupos 2 y 3 hubo rigidez y deformidad en flexión combinada con el varo patológico. Como parte del abordaje se resecaron osteofitos posteriores y se liberó la cápsula posterior. En los casos de rigidez severa, en la mayoría de ellos hubo que realizar el corte distal de fémur mayor al habitual para poder hacer coincidir el gap de flexión y extensión; y la liberación de cápsula posterior con legra de Cobbs, elevando el fémur con cuidado de no dañar los grandes vasos. Figura 4. luego de la osteotomía, se coloca plantilla tibial una medida inferior a la correspondiente y se realiza osteotomía de reducción medial. Figura 5. una vez colocado el componente, permanece en buena posición y sin peligro de subsidencia, dado que la esclerosis medial actúa como hueso cortical. Figura 1. identificación de osteofito medial y su resección. Figura 2. marcar línea de corte perpendicular a no mayor a 15 mm (línea roja) y marcar línea de corte a la altura más distal del defecto (línea negra). Figura 3. realizar osteotomía siguiendo la línea de corte rojo. 90 Resultados Grupo 1 Seguimiento de 20,4 meses (rango: 5-40), mejora de 7 grados de varo promedio a 0,6 grados promedio de eje mecánico, KSS 80,9 (rango: 40-90), KFS 80,3 (rango: 3095). Se presentaron las siguientes complicaciones: una fractura intraoperatoria de cóndilo externo resuelta con osteosíntesis en la cirugía (sin ninguna recidiva del varo al momento del ultimo control), un drenaje serohemático persistente tratado con toilette y buena evolución y un paciente con revisión en dos tiempos por infección. Grupo 2 Seguimiento 21,2 meses de (rango: 5-40), mejora de 16 grados de varo patológico a 0,9 grados promedio, KSS 79,9 (rango: 20-95), KFS 80,1 (rango 10-100). Se presentaron las siguientes complicaciones: una desinserción intraoperatoria de LCM tratada con dos arpones; una trombosis venosa profunda con tratamiento, pero sin secuela al momento de la última consulta; un paciente con muerte súbita al segundo día postquirúrgico; un paciente con infección del injerto actualmente con espaciador de cemento en Año 2 · Número 2 · 2016 plan para segundo tiempo quirúrgico (lleva 9 meses de espaciador); un paciente con apertura de herida traumática a los 11 días de cirugía, tratado con 3 limpiezas quirúrgicas 3 semanas de antibiótico endovenoso y 6 semanas por vía oral. Grupo 3 Los 27 primeros casos tuvieron un seguimiento promedio de 29 meses de (rango: 16-40), corrección de 24 grados de varo patológico de promedio a 1,2 grados de promedio, KSS 81,5 (rango: 30-90), KFS 79,3 (rango: 20-100). En este grupo se presentaron 3 complicaciones: artroplastia patelar en paciente con gran dolor prerrotuliano sin reemplazo de rótula en un primer momento; una fractura periprotésicas traumática tratada con clavo endomedular anterógrado; y un paciente con desacople de un tornillo del vástago femoral, extraído por vía artroscópica. Todos con buen resultado al momento de la última consulta. Para los últimos 11 casos tratados con técnica de reducción por osteotomía, que comenzaron en marzo de 2015, se obtuvo un seguimiento reducido de 10 meses promedio (rango: 5-16). Sus resultados posoperatorios no mostraron diferencia estadística significativa con los otros casos de este grupo. Una paciente en plan quirúrgico para operarse la segunda rodilla, también con varo de más de 20 grados; y un paciente con un alto grado de insatisfacción sin signos objetivos de infección, pero movilidad limitada a 70 grados, llevan al momento de la publicación once meses de seguimiento. En un caso no fue posible realizar la técnica por gran defecto medial; se resolvió con injerto y vástagos femorales y tibiales. Discusión En este estudio se presentan muchos casos de deformidad mayor a 20 grados (grupo 3) ya que fue llevado a cabo en un centro de derivación para tratar casos de alta complejidad. Los trabajos que presentan reemplazo total de rodillas varas suelen tener promedios inferiores. Mientras mayor es la deformidad, mayor es el riesgo de falla, durante una artroplastia. (12) Los resultados subjetivos de satisfacción del paciente fueron similares a los de la bibliografía, pero es necesario realizar un análisis objetivo para ser más precisos en el resultado y el análisis, ya que este último no fue realizado por nosotros. (13) En los casos complejos, el tiempo quirúrgico fue mayor tanto por la dificultad misma de la intervención como por curva de aprendizaje de las técnicas novedosas, sin considerar que la técnica de osteotomía de reducción presenta un gran desafío técnico. Una dificultad que se presenta en nuestra práctica es prever la utilización de constreñimiento o vástagos ya que no contamos con banco de prótesis en el quirófano. A pesar de haber utilizado este tipo de prótesis solo en un caso siempre fue necesario contar en el set con prótesis primarias y de revisión, lo que implica una gran dificultad para la logística REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 91 de la cirugía. Fueron utilizados según disponibilidad, diferentes marcas y modelos de prótesis (Biomet, Baumer, Stryker, Depuy, Wright, Villalba, Imeco y Victor). En el trabajo no se analizó la rigidez en flexión en forma individual pero en la mayoría de los casos del grupo 2 y 3 se presentó en combinación con el varo patológico. Conclusiones Este protocolo de trabajo ha simplificado el manejo de esta patología. Siguiendo este esquema de trabajo se han obtenido resultados similares en los distintos grupos independientemente del grado de deformidad y, con la osteotomía de reducción, hemos evitado la utilización de prótesis con mayor constreñimiento ya que con esta técnica en los varos severos no sobre balanceamos la rodilla (tipo Insall que desinserta la porción super ficial del LCM, 6 cm. a distal de la línea articular). Al cortar menos cantidad de hueso tibial proximal no ha sido necesario en gran medida utilizar cuñas y vástagos, las cuales dificultan una futura revisión y tienen un costo más elevado. (14) En los casos en donde pre o intraoperatoriamente existe insuficiencia de los ligamentos colaterales, recomendamos el uso de constreñimiento mayor al habitual. Consideramos este protocolo de fácil manejo, con técnicas reproducibles y fundamentales para el costo beneficio en nuestro medio. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 92 Whiteside L. Soft tissue balancing: The knee. The Journal of Arthroplasty. 2002;17(4):23-27. Peters C, Mohr R, Bachus K. Primary total knee arthroplasty in the valgus knee. The Journal of Arthroplasty. 2001;16(6):721-729. Yagishita K, Muneta T, Ikeda H. Step-by-step measurements of soft tissue balancing during total knee arthroplasty for patients with varus knees. The Journal of Arthroplasty. 2003;18(3):313-320. Mullaji A, Shetty G. Correction of Varus Deformity During TKA With Reduction Osteotomy. Clinical Orthopaedics and Related Research®. 2013;472(1):126-132. McAuley J, Engh G. 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Año 2 · Número 2 · 2016 Defectos tegumentarios en prótesis total de rodilla Rafael Gonzalo Mur Hospital de Clínicas “José de San Martín”, Ciudad Autónoma de Buenso Aires Contacto: Gonzalo Mur Email: [email protected] RESUMEN La artroplastia total de rodilla es una cirugía exitosa no exenta de complicaciones como por ejemplo demoras o dehiscencias en la cicatrización de la herida. Muchas de estas complicaciones, como los trastornos cicatriciales, podrían ser evitadas, con un meticuloso planeamiento prequirúrgico, y cuidados intra y post quirúrgicos. Incluso algunos conceptos ya establecidos de rutina, como ser el uso de drenajes o profilaxis antitrombótica, son polémicos al hablar del cierre de la herida. Una rápida acción debe ser llevada a cabo para evitar complicaciones mayores como defectos tegumentarios importantes, infecciones protésicas e incluso la amputación del miembro. Material y método: en este trabajo fueron incluidos 11 pacientes con defecto de cicatrización de herida; con edad promedio de 70,3 años (rango: 49-82) en un período de 5 años (enero 2009 a septiembre 2014). Dependiendo del tipo de lesión tisular y según la clasificación de Laing, (11) se realizaron diferentes opciones terapéuticas reconstructivas tegumentarias para salvataje de la artroplastia. Resultados: seis pacientes presentaron lesiones de Laing tipo 1 que cicatrizaron sin complicaciones (cuatro con curaciones periódicas y dos con el uso de sistema de vacío VAC) hasta su cierre o realizando un injerto libre de piel en un segundo tiempo. Un paciente tuvo una lesión de Laing tipo 2 que curó con desbridamiento, artrotomía, recambio de liner, VAC e injerto libre de piel. Los restantes cuatro pacientes tuvieron un defecto de Laing tipo 3 que necesitaron desbridamiento, artrotomía con lavado articular y recambio del inserto, y diferentes colgajos musculares o dermograsos. En solo uno de estos últimos pacientes se desarrolló una infección protésica tardía que requirió colocar un espaciador y un nuevo colgajo en un segundo tiempo. Conclusiones: los defectos tegumentarios en el cierre primario de una herida luego de una artroplastia total de rodilla pueden llevar a la infección protésica; sus complicaciones varían llegando hasta la amputación del miembro. La rápida acción conjunta del cirujano ortopedista y del plástico es crucial para disminuir estas posibilidades. Palabras clave: prótesis total de rodilla, defectos tegumentarios, infección protésica REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 93 ABSTRACT Total knee arthroplasty is a successful surgery but may present complications such as complications of wound healing.. Many of these complications, such as scarring, could be avoided with meticulous preoperative planning and intra/post-surgical care. Even some concepts already established routinely, such as the use of drainage or antithrombotic prophylaxis, are controversial when discussing wound closure. Rapid action should be performed to avoid major complications such as major tegumentary defects, prosthetic infections and even limb amputation. Material and method: 11 patients with a wound healing defect were included in this study; they presented an average age of 70.3 years (range: 49-82) over a period of 5 years (January 2009 to September 2014). Depending on the type of tissue injury and according to Laing’s classification, (11) different tegumentary reconstructive therapeutic options were used to salvage the arthroplasty. Results: Six patients had Laing type 1 lesions that healed without complications (four with periodic cures and two with the use of VAC vacuum system) until their closure or by performing a skin free graft in a second intervention. One patient had a Laing type 2 lesion that healed with debridement, arthrotomy, liner replacement, VAC, and skin grafting. The remaining four patients had a defect of Laing type 3 that needed debridement, arthrotomy with joint washing and replacement of liner, and different muscular or adipose flaps. In only one of the last patients a late prosthetic infection was developed, requiring a spacer and a new flap to be placed in a second intervention. Conclusions: Tegumentary defects in the primary closure of a wound after total knee arthroplasty may lead to prosthetic infection; its complications vary from mild to the amputation of the limb. The rapid conjunct action of the orthopedic surgeon and plastic surgeon is crucial to reduce these possibilities. Key words: total knee prosthesis, tegumentary defects, prosthetic infection La artroplastia total de rodilla es una cirugía exitosa en un alto porcentaje de pacientes, sin embargo no está exenta de posibles complicaciones. Entre éstas figuran todos los tipos de trastornos de cierre tegumentario, como el retraso en la cicatrización de la herida, dehiscencias de la misma o necrosis de la piel. Cualquiera de estas complicaciones puede llevar a resultados funestos, desde infecciones protésicas hasta la amputación. (1-3) La incidencia de estas complicaciones relativas a la herida, que requieren nuevamente intervención quirúrgica, van de un 0,33% a 5,3%. (2) Muchos factores perjudiciales pueden ser prevenidos. Algunos signos y síntomas precoces pueden estar indicando una inminente infección protésica, y otros, que la misma ya está en curso. Por lo tanto, todos los problemas en la cicatrización deben requerir rápida atención y aspiración de la articulación antes de iniciar antibióticos, pues muchas complicaciones de la herida están altamente asociadas a la infección protésica. (9-10) Los defectos tegumentarios que se presentan por problemas de cicatrización de la herida después de una prótesis de rodilla son difíciles de manejar principalmente si la infección protésica ya está instalada, o si existe exposición de la prótesis o hueso. 94 En el 17% de los casos luego de un reemplazo protésico se genera un drenaje persistente y problemas con la cicatrización. De éstos, solo el 1,6 a 2,5% se infectan. El problema puede ir desde una dehiscencia superficial, hasta una lesión grave con exposición protésica. Es por ello que una rápida intervención del ortopedista en trabajo conjunto con un cirujano plástico debe ser llevada a cabo para evitar la instalación de la infección, dando una adecuada cobertura de partes blandas a la prótesis. El objetivo de este trabajo es mostrar nuestra experiencia en el manejo de los diferentes tipos de lesiones o defectos tegumentarios luego de una artroplastia total de rodilla, evitando complicaciones mayores como ser la infección protésica e incluso la amputación. A su vez, es nuestro fin aportar al ortopedista una guía o algoritmo de tratamiento para la resolución de estos problemas a través de una profunda búsqueda bibliográfica y experiencia personal. Material y métodos Entre enero 2009 y septiembre 2014 se operaron en nuestro servicio 286 pacientes con intervenciones que comprenden tanto prótesis de rodilla primaria como revisiones. De este grupo, 11 pacientes (4%) presentaron Año 2 · Número 2 · 2016 algún tipo de complicación con defectos en la cicatrización de la herida; seis mujeres y cinco hombres. Ocho fueron cirugías primarias, y tres posteriores a una revisión. La edad promedio fue de 70,3 años (rango: 4982 años). El promedio de la aparición de los defectos de cierre fue de 3 semanas (rango: 1-4). La severidad de la lesión tisular se basó acorde a la clasificación de Laing (tabla 1). (11) A todos los pacientes se les recolectó una muestra para cultivo antes de realizarles el procedimiento quirúrgico reparador de partes blandas. Luego del mismo, continuaron con antibióticos sistémicos hasta el cierre de los cultivos, o prosiguieron con ellos si los mismos resultaron positivos, adecuándose a los resultados del antibiograma. Seis de los pacientes presentaron defectos cicatriciales con necrosis del margen de la herida, sin comunicación con la articulación y con defectos luego del desbridamiento menores a 4 cm (tipo 1 de Laing). Un paciente presentó un defecto de cierre de aproximadamente 6,5 cm con una comunicación con la articulación (tipo 2 de Laing). Finalmente, los cuatro pacientes restantes presentaron un defecto tegumentario con una exposición protésica u ósea (tipo 3 de Laing) (Tabla 2). De los 6 pacientes con defectos tipo 1, cinco se encontraban en un postoperatorio inmediato de una artroplastia total de rodilla, mientras que el resto correspondía al postoperatorio de una revisión protésica. El promedio de aparición del sufrimiento de la herida fue de 3,16 semanas (rango: 2-4 semanas). Los primero cuatro fueron tratados con desbridamiento, punción de la articulación para muestras para cultivo, curaciones seriadas, e inmovilización promedio de 5 semanas. Uno solo de ellos requirió un injerto libre de piel. El paciente restante (Fig. 1) y el correspondiente a la revisión protésica, fueron tratados con un sistema de cierre al vacío (VAC) que utilizaron durante aproximadamente 3 semanas con recambios periódicos de la curación hasta su cierre definitivo. En estos dos casos no se obtuvieron cultivos de la articulación. Figura 1. Paciente con AR y defecto tipo 1, después de una artroplastia primaria tratada con VAC hasta su cierre. El paciente con el defecto tipo 2 fue tratado con un desbridamiento amplio del tejido necrótico y punción del líquido articular. Al observarse la comunicación REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 95 de la articulación con el exterior y cursando el octavo día postquirúrgico, se le realizó una artrotomía con lavado exhaustivo y recambio de inserto de polietileno protésico junto con colocación de VAC. A la cuarta semana del procedimiento se le colocó un injerto libre de piel. El cultivo resultó negativo. Los pacientes restantes presentaron defectos tipo 3 de Laing en promedio a las 3,25 semanas (rango: 3-4). Dos se trataban de defectos infrapatelares con exposición del tendón rotuliano y la tuberosidad anterior de la tibia. Luego de una artroplastia total de rodilla primaria y una de revisión, que requirieron del desbridamiento, artrotomía, lavado articular, y recambio de inserto de polietileno; se les realizó un colgajo de gemelo interno, tunelizado, con el agregado de un injerto libre de piel. Los últimos dos pacientes restantes, uno con una artroplastia primaria y el otro con una prótesis de revisión, presentaron una exposición protésica y rotuliana proximal. A ellos se les realizó un desbridamiento amplio y limpieza quirúrgica sin retiro de implante, con recambio del inserto de polietileno y colocación de VAC por el término de una semana para preparar el lecho del colgajo. Luego de este plazo, se les practicó un colgajo dermograso vascularizado proximal, medial rotatorio en un caso (por ser la exposición superointerna rotuliana; ver figura 2), y lateral deslizado en el otro (por tratarse de un defecto sobre la región superoexterna rotuliana; ver figura 3). En estos dos pacientes se obtuvieron cultivos positivos, por lo que requirieron antibioticoterapia acorde a la sensibilidad obtenida en el antibiograma según indicaciones del equipo de infectología. Todos los procedimientos fueron realizados en conjunto con el equipo de cirugía plástica. Figura 2. Paciente con defecto tipo 3 al que se le realizó un colgajo dermograso medial de muslo. Resultados En todos los casos se logró la cobertura de los defectos tegumentarios. Solo uno de ellos, correspondiente al colgajo dermograso lateral, presentó un retraso en la cicatrización distal por lo que se le colocó el VAC y luego se le realizó el cierre definitivo con un injerto libre de piel. Tabla 2. Pacientes. 96 Año 2 · Número 2 · 2016 Los pacientes con defectos tipo 1, tuvieron una buena evolución tanto clínica como funcional de su prótesis de rodilla hasta la fecha de su último control. El paciente con el defecto tipo 2 fue el último de la serie. El injerto de piel evolucionó satisfactoriamente, aunque el rango de movilidad de su prótesis se encuentra con una limitación en la extensión, y la flexión llega a los 90 grados. El paciente que requirió el colgajo dermograso medial posterior a su revisión de rodilla por una exposición protésica superointerna, desarrolló una infección tardía de su prótesis. Por este motivo, se le realizó a los tres años un retiro protésico y colocación de espaciador, debiendo disecar el colgajo desde su borde lateral. A nivel de la tuberosidad anterior de la tibia, debido a la presencia de adherencias, se le realizó en el mismo acto quirúrgico un colgajo de gemelo interno en dicha zona con injerto libre de piel que evolucionó favorablemente. Discusión Las complicaciones en la cicatrización de las heridas resultantes del reemplazo protésico, pueden llevar a defectos tegumentarios, infección protésica, y malos Figura 3. Paciente con defecto tipo 3 suprapatelar tratado con injerto dermograso lateral. resultados clínicos, hasta incluso la amputación del miembro. Los defectos tegumentarios tipo 1, son relativamente más fáciles de solucionar, en tanto se actúe rápida y certeramente. El uso de los dispositivos de cierre al vacío (VAC), tiene finalidades precisas, como la reducción del tamaño de la herida (mediante la eliminación del exudado y la reducción del edema alrededor de la herida), la formación de un 80% de tejido de granulación (por REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 97 aumento de la perfusión microvascular local), la mejora del lecho de la herida antes y después de la cirugía (en casos de requerir colgajos o injertos), y la reducción de la complejidad de los procedimientos de cierre quirúrgico de la herida. Es necesario tener en cuenta que el tejido que produce el VAC es un tejido de granulación desestructurado, sin un andamiaje, por lo tanto no es un tejido con buenas defensas ante infecciones o traumatismos. Es por esto que está indicado solo para el cierre de herida pequeñas, o para preparar el lecho para un tratamiento definitivo como ser un injerto libre de piel o un colgajo. Peersman et al, (4) evaluaron tanto infecciones superficiales y profundas en 6.489 reemplazos totales de rodilla, y observaron que el riesgo de infecciones aumentaba con el número de comorbilidades. Estadísticamente, las comorbilidades más significativas fueron: cirugías previas en el mismo sitio, terapia inmunosupresiva, hipopotasemia, malnutrición, diverticulosis, infecciones en otro sitio, diabetes mellitus, obesidad, enfermedad vascular periférica, tabaquismo, falla renal, hipotiroidismo, y alcoholismo. Otras comorbilidades estadísticamente no significativas son: insuficiencia venosa leve, hipercolesterolemia, y enfermedades oncológicas. La diabetes aumenta el riesgo de complicaciones del cierre de la herida e infecciones mediante el retraso en la síntesis de colágeno. (5-6) También afecta el suministro de sangre y oxígeno en los tejidos. El control preoperatorio de la glucemia es por ende beneficioso. El tabaquismo aumenta las complicaciones después de la artroplastia por la vasoconstricción y disminución de glóbulos rojos, fibroblastos y macrófagos, disminuyendo así el aporte de oxígeno necesario para una buena cicatrización. (7-8) Los corticoides y los agentes inmunosupresores, en general aumentan las complicaciones de cicatrización e infecciones por inhibición de la síntesis de prostaciclinas y producción de leucocitos. (12) La malnutrición compromete la cicatrización de las heridas y aumenta el riesgo de infecciones. Por lo tanto, debe ser corregida antes de la cirugía, obteniendo en los análisis de laboratorio prequirúrgicos un recuento de más de 1.500 glóbulos blancos y una concentración de al menos 3,5 g/dl de albúmina sérica. (13) Otros autores, como Gherini et al, creen que el nivel de transferrina sérica prequirúrgica es el único indicador de status nutricional que condiciona la cicatrización de heridas, junto con la albúmina, linfocitos y niveles de hematocrito. En cirugía primaria la elección de la incisión es primordial. Las incisiones mediales de rodilla, con 98 un amplio colgajo lateral, son más susceptibles a necrosis en el borde lateral. Esto es debido a que la rodilla recibe su irrigación desde un plexo fascial que está inmediatamente superficial a la fascia profunda. Este plexo hexagonal está formado tanto por los vasos mediales como laterales, pero el suministro medial es sustancialmente más dominante que el lateral. Los vasos mediales derivan de una arteria genicular descendente (suprema), la rama safena de la arteria genicular descendente y una rama genicular anterior de la arteria femoral. El lado lateral del plexo es suplido por las arterias geniculares laterales superior e inferior. Las incisiones mediales típicamente interrumpen el suministro de sangre medial, pero el plexo vascular subdérmico está bien desarrollado y rara vez se ve la necrosis de piel. Las incisiones laterales pueden ser más problemáticas; con una circulación medial dominante y un lecho sobre la cara anterior de la rodilla, ocasionalmente se desarrollará necrosis de piel sobre el lado lateral de una incisión realizada lateralmente. Lo más importante es que en pacientes que tienen incisiones longitudinales previas alrededor de la rodilla, se debe usar la incisión más lateral que es útil para el procedimiento en un intento por preservar el suministro de sangre medial dominante a la piel. Las incisiones transversales previas no son un problema. Lo ideal es cruzarlas a 90°. En los casos de cicatrices longitudinales anteriores, es conveniente usar la más lateral dejando un colgajo medial, o en caso de una cicatriz aguda menor a 6 meses, es recomendable utilizar la más reciente. (17) En algunos casos conviene utilizar expansores tisulares si hay adherencias importantes o colgajos de gemelo inmediatamente después de la cirugía, especialmente en la región tibial anterior proximal. Se recomienda tener especial cuidado con los colgajos laterales de la herida; idealmente deben ser de espesor total hasta fascia para poder preservar el aporte vascular. En el postquirúrgico inmediato deben evitarse los vendajes compresivos, hematomas a tensión (por lo que se recomienda dejar drenajes por un mínimo de 24 horas), movilización en flexión agresiva de la rodilla los primeros días (16) y en los casos de mala perfusión vascular, se recomienda el aporte de mascarilla de oxígeno al 24% por 48 horas. Está demostrado que el uso de antitrombóticos orales producen mayor índice de complicaciones en la cicatrización de la herida (hematomas, drenaje persistente). Simon S. et al (15) estudiaron 2.762 Año 2 · Número 2 · 2016 pacientes a los que se les prescribió Rivaroxaban luego de un reemplazo total de rodilla o cadera y los comparó con 10.361 pacientes a los que se les prescribió heparina de bajo peso molecular. Como resultado obtuvieron un número significativamente menor en complicaciones de la herida en el grupo de los que fueron tratados con la heparina (2,81% comparado con 3,85%). La utilización de colgajos dermograsos han demostrado con el tiempo que son buenos para cubrir lesiones extensas y profundas, aportando vascularización en el sitio quirúrgico lo que conlleva, en el caso de infecciones protésicas, a una administración adecuada de antibióticos en la zona. Es importante, identificar las arterias que nutrirán dicho colgajo mediante el uso del doppler. Estos colgajos se pueden deslizar, e incluso rotar, para cubrir los defectos. En comparación a los colgajos fasciocutáneos, los colgajos dermograsos presentan las mismas virtudes locales, la diferencia radica en que los fasciocutáneos presentan más complicaciones locales por el riesgo de herniaciones musculares del sitio donante, al igual que la morbilidad en dicha zona. Los colgajos libres vascularizados musculocutáneos están indicados en los sitios donde falta músculo, sea por una necrosis u otro motivo, y que el defecto sea de tal magnitud que un colgajo contiguo a la misma no logre resolver el defecto. En caso de haber una infección protésica de rodilla establecida con una exposición amplia de la misma, es aconsejable retirar la prótesis y colocar un espaciador para luego cubrir el mismo con el colgajo musculocutáneo, por ejemplo, de dorsal ancho dado que puede fallar si es colocado sobre una infección activa. Nuestros resultados demostraron que la cobertura rápida de los defectos tegumentarios en la región de la rodilla, pueden lograr la preservación de la prótesis en la gran mayoría de los casos. En los defectos grandes con tejido muscular vital, el colgajo dermograso es una opción a tener en cuenta por sobre los musculocutáneos, dado que cumplirían la misma función con menor morbilidad del sitio donante. Estos colgajos deberían ser la indicación inicial para estos defectos. Es necesario tener en cuenta la artrodesis de rodilla luego de una infección protésica con defectos tegumentarios severos, por poseer un alto riesgo de reinfección. Es por ello que una rápida acción conjunta con el cirujano plástico, con un simple y rápido procedimiento quirúrgico, puede evitar complicaciones mayores. Laing et al. publicaron un algoritmo de tratamiento en el cual nos basamos, aunque nosotros modificamos el mismo por el uso de los colgajos dermograsos. Por ello, sugerimos el siguiente algoritmo para el tratamiento de los defectos tegumentarios luego de una artroplastia de rodilla. REVISTA. Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla 99 Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 100 Dennis DA. Wound complications in total knee arthroplasty. Orthopedics. 1997;20:837-40. Galat DD, McGovern SC, Larson DR, Harrington JR, Hanssen AD, Clarke HD. Surgical treatment of early wound complications following primary total knee arthroplasty. J Bone Joint Surg (Am) 2009:91(1):48-54. Winiarsky R, Barth P, Lotke P. Total knee arthroplasty in morbidly obese patients. J Bone Joint Surg Am. 1998;80:1770-4. 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Año 2 · Número 2 · 2016 Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla 56 Año 1 · Número 1 · 2015
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