LA GUERRA NO MERECE UN MUERTO MÁS Cuando aspiramos a cerrar el capítulo de la violencia los señores de la muerte se ensañan nuevamente en generar terror escudándose en el letargo en el que parecería estar el acuerdo de paz. Los cinco años anteriores llevaron a que miles de ciudadanos asumieran la tarea de difundir, defender y promover la paz en campos y ciudades a pesar de los riesgos que eso implicaba. Los avances en la Habana permitían pensar que se construía un camino nuevo para la reconciliación y el quehacer de la política basada en el respeto y la tolerancia. Los señores de la guerra, de manera silenciosa y sistemática, no dan tregua y se niegan a darle al país y su gente una oportunidad para construir la paz. Más de un centenar de hombres y mujeres de marcha patriótica y otras organizaciones sociales perdieron su vida construyendo el camino para preparar el momento de la refrendación de los acuerdos y su aplicación. El triunfo del No alimentó el odio y sectores que se lucran y viven de la guerra retomaron a su accionar asesinando a hombres y mujeres que no cometieron delito alguno pero que se atrevieron, de forma decidida, a impulsar la posibilidad de construir la paz para todos los colombianos. Noviembre marca el mes más negativo para los sectores sociales y la construcción de paz ya que son asesinados Jhon Rodríguez y José Velásquez en el cauca, Didier Losada Barreto y Hugo Cuellar en el meta, Erley Monroy en Caquetá, Danilo Bolaños Díaz y Rodrigo Cabrera en Nariño, además del atentado en contra de Hugo Cuellar quien fue baleado en San Vicente del Caguán en la noche del 19 de noviembre. Estos asesinatos no hacen más que sembrar el terror y el miedo para que los colombianos se nieguen la posibilidad de alcanzar y construir la paz. Llamamos al gobierno nacional y a la comandancia de las Farc a mantener la sensatez y la cordura; exigimos, de parte del gobierno, celeridad para refrendar los acuerdos y dar paso a su implementación y ejecución. Las garantías que reclamamos para proteger la vida de los ciudadanos colombianos no deben quedar en letra muerta, ya estamos cansados de llorar víctimas, las acciones del gobierno deben generar la certeza que estos hechos no son el comienzo de otro proceso de muerte y persecución a quienes defienden la vida, la paz y la justicia social. Convocamos a todos los ciudadanos de bien a movilizarse de manera permanente rechazando la violencia como herramienta política, sumándose a la programación de denuncia y rechazo que organizaciones sociales y políticas adelantan en todo el territorio nacional; nuestra solidaridad permanente con las familias y los territorios que viven el accionar de los actores contrarios al proceso de paz. La guerra no merece un muerto más, que los años de negociación y los días de esperanza garanticen la vida a todos y cada uno de los colombianos. El cese al fuego debe ser permanente, la implementación urgente y los diálogos con el ELN deben comenzar de manera inmediata. Bogotá D.C. 21 de noviembre de 2016.
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