Chi no Hana

“En medio de la guerra”
Capítulo I
-Asuka-channnnnnnnnn.
-Saito-sannnnnnnnnnnn.
-Asuka-channnnnnnnnn. Te quiero.
-Saito-sannnnnnnnnnnn. Abrázame bien fuerte.
-OK, nunca te dejaré ir, siempre estarás a mi lado.
-Bien, estaremos juntos por siempre.
“Oh, esto es el paraíso, un bello jardín lleno de flores de cerezo que recién
empiezan a caer y un cielo despejado ligeramente coloreado de rosado. Oh es tan
bello, y más aún, cuando Asuka-chan me está esperando al otro lado de este
camino cubierto de flores multicolores. No sé por qué estoy teniendo este sueño
tan homosexual, pero no me importa, a menos que salga un gorila violador desde
detrás de ese árbol no habrá problemas. Así que voy a poner todo mi esfuerzo en
llegar al otro lado con mi Asuka-chan”
-Asuka-channnnnnnnnn, espera por mí, pronto estaré ahí.
“Me acerco poco a poco, es como si las flores quisieran impedirme llegar hasta
ella”
-Saito-san, corre, te estoy esperando, me muero de ganas de caer en tus fuertes
y musculosos brazos.
“Sí, definitivamente esto es un sueño, jamás tendré brazos como esos que
describe, pero esos pequeños detalles ahora mismo no me interesan, lo
importante es que Asuka-chan me está llamando. Al menos en un sueño podré
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cumplir mi deseo de tener a Asuka-chan entre mis fuertes y musc…, no, no, me
estoy dejando llevar por la trama que mi subconsciente ha creado. No puedo
perder mi objetivo de vista, Asuka-chan, sí, eso es, ya casi estoy, ya casi puedo
alcanzarla, solo un poco más”
(…)
“Qué raro, la alcancé, y ahora está entre mis brazos, ahhhh, está calentita, se
siente como una esponja de esas suave al tacto que deja escapar todo su amor
cuando la aprietas contra el cuerpo, aunque, su olor es un poco raro, huele como
hierro, pero eso no es correcto, es algo más, es casi, como si fuera Chi (sangre).
Pero bueno, los sueños siempre son raros, ahora mismo no me importaría que
este se convirtiera en una pesadilla en la que Asuka-chan intenta violarme, ah
ahhh. Oh, qué es esto, ahora si estoy seguro que huele a sangre. No puede ser,
estoy sangrando por la nariz, tanto me pone que Asuka-chan pegue su cuerpo al
mío. No, no me puedo descontrolar, sino me despertaré, y quiero seguir sintiendo
el calor de Asuka-chan. Un momento, esto no es de la nariz”
-Dámela, dámela toda.
-Asu...ka-chan, que…que haces. Asuka-chan.
“¿Qué está haciendo?, ¿me está mordiendo el cuello?, ahhhhhhhhh, eso duele,
este no es el tipo de pesadilla que deseaba, en serio que ya me quiero despertar.
Eh, todo se vuelve negro, Asuka-chan está desapareciendo también, parece que
ya voy a despertar, menos mal que era un sueño, aunque no sé por qué tengo un
mal presentimiento”
…
-Gghhh.
Un sonido mudo, como si fuera incapaz de respirar, es lo único que salió de la
boca del chico.
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“Qué pasa, no era un sueño, no, sí que lo era, definitivamente ya no estoy en ese
campo de flores, pero entonces, por qué está pasando esto”
Sin saber que pensar, el chico intentó abrir los ojos, cuando de repente sintió un
fuerte dolor en su cuello, un dolor como de mordida, entonces, se dio cuenta de
algo que se encontraba encima de él, algo que le impedía levantarse, que lo
aprisionaba para evitar que escapara.
“Siento, que mis fuerzas se agotan, no creo poder levantarme ahora mismo, pero
algo muy en mi interior me dice que tengo que hacerlo, que tengo que levantarme
y correr tan fuerte como pueda”
Reuniendo las fuerzas que le quedaban, Saito empujó la masa encima de él; esto
provocó que parte de su hombro se desgarrara, quedando en la mandíbula de esa
cosa.
Se apresuró a ponerse de pie, pero se dio cuenta que sus piernas no le
respondían. Cayó estrepitosamente contra el suelo.
-Ahhhhhhhhhh.
Se apoyó dificultosamente en la pata de la cama e intentó levantarse una vez más,
esta vez con éxito.
Una vez se puso de pie, aunque no correctamente, sus pies temblaban sin fuerza,
no podía correr, tal vez ni siquiera caminar, así que no sabía qué hacer. Entonces.
-Oh, te has despertado, esto es algo muy raro de ver, normalmente mueren en
sus camas teniendo sueños eróticos debido al contacto físico y eso. Pero me
sorprende que seas capaz de ponerte de pie. Ya que chupé bastante antes de
que recuperaras la consciencia, no creo que puedas ir muy lejos.
“Qué pasa, quien es ella, ¿chupar?, eso era el olor a sangre que sentía, tengo que
hacer algo, gritar por ayuda, alguien me escuchará, estoy seguro”
-No vale la pena gritar por ayuda.
Esta frase paralizó todos los procesos mentales de Saito durante un momento.
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“Cómo supo lo que estaba pensando”
-Tampoco puedes correr, todas las puertas y ventanas están bien aseguradas.
Quién se encontraba frente a él era una belleza en todos los sentidos de la
palabra. De una edad parecida a la suya. El cabello tan negro como la noche que
provenía de su cabeza brillaba a la luz de los rayos de luna que se colaban
ocasionalmente a través de la cortina.
Aunque todas las luces estaban apagadas, su figura resaltaba pareciendo
bastante atractiva. En su cara, que parecía de facciones delicadas, solo resaltaba
un color: rojo; alrededor de su boca, y en las pupilas de sus ojos, aunque quizás
esto fuera provocado por la asociación que existe entre el color rojo y la muerte,
y ahora mismo la muerte es lo que Saito veía a través de sus vacilantes y
entrecerrados ojos.
-Quién er…-Su frase fue interrumpida por un fuerte dolor que lo hizo escupir
sangre.
-Oh, vamos, no la desperdicies de esa manera, solo quédate quieto y déjame
acabar de drenarte.
“Pero esta chica es tonta, como piensa siquiera que me voy a quedar quieto
esperando mi muerte”
Saito se giró tan rápido como pudo hacia la puerta que afortunadamente estaba
abierta e intentó correr hacia ella. Pero tan pronto como dio el segundo paso, cayó
de golpe contra el suelo.
-Vaya, realmente intentas escapar, así que quieres jugar al juego del gato y el
ratón-dijo ella con una sonrisa angelical que claramente tenía otras intenciones.
Saito ni siquiera se giró a ver, solo gateó como pudo fuera de la habitación.
-Bien, voy a perseguirte entonces, pero atraparte enseguida sería aburrido, te daré
una ventaja de cinco minutos. Dame un buen juego, sí. Y recuerda, sin gritar.
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Tras escuchar esas palabras, Saito no pudo evitar pensar que se trataba de algún
experimento sádico por parte del gobierno y que él no era más que un conejillo de
indias, pero este no era momento de pensar en esas cosas.
Tenía que encontrar un lugar seguro para esconderse, y luego escapar. Desde su
punto de vista a ras del suelo no podía ver mucho, debido a que todas las luces
estaban apagadas. Pero si las encendiera, sería como una señal de “estoy aquí”
para esa psicópata de allá atrás.
Intentó levantarse, pero sus músculos no se lo permitieron. Claramente no tenía
la fuerza suficiente siquiera para ponerse de pie, ni que decir correr.
“Dónde, donde puedo ocultarme, debería correr, aunque ella dijo que sería
imposible, no estoy tan desesperado como para confiar en mi enemigo, pero no
parecía que lo dijera para evitar que escapara, por lo que debe ser verdad.
Entonces, qué hago”
Su mente estaba en blanco, quizás por la pérdida de sangre o por el shock de
alguien drenándolo hasta la muerte. Esas cosas pueden dejarte muy confundido.
Se arrastró por el pasillo lo más rápido que pudo, no podía ver casi nada e
intentaba hacer el menor ruido posible.
“Ya deben haber pasado como tres minutos, aggg, se me acaba el tiempo”
Pensó para sí mientras se mordía el labio inferior.
“Qué es eso”
Un sonido se escuchaba desde la habitación en la había estado antes. No era
muy fuerte, pero en esta situación era suficiente para ponerle la piel de gallina a
cualquiera.
- ¿Eso es…un silbido?
Definitivamente era el sonido que emitía alguien al silbar. Aunque la música que
salía del cuarto era siniestra y triste, como un background de persecución.
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“Ahhhhhhh, no quiero oír esa voz, realmente me asusta su forma de ser, tengo
que encontrar una forma de escapar lo más pronto posible. Pero todas las
ventanas están fuertemente aseguradas, ¿todas?”
Una pequeña luz vino a su cansada mente.
“El sótano, eso es, probablemente no sepa que hay un sótano, puedo escapar por
ahí, o como mínimo esperar hasta el amanecer, cuando sea de día podré gritar y
todos los vecinos podrán escucharme”
Una ligera sonrisa de “No estoy acabado aún” se mostró en la cara de Saito.
“Puedo lograrlo, puedo hacerlo, no pienso dejarme a merced de la parca antes de
cumplir mi sueño. Asuka-chan, espérame, pronto estaré ahí para ti, pero primero
tengo que salir de aquí, y escapar de este monstruo”
Ni siquiera en un momento crítico como este Saito podía dejar de pensar en esa
persona. ¿Sería amor?
Usó la fuerza que le quedaba para moverse hasta la parte debajo del sótano. Se
estiró con dificultad para poder agarrar la cuerda de la escalera corrediza.
“Sí, ya la tengo, ahora solo tengo que…”
Sus pensamientos se interrumpieron y cayó desmayado.
…
“Eh, que ha pasado, estaba bajando la escalera y entonces…”
Al darse cuenta que no tenía mucho tiempo para pensar decidió achacarle su
desmayo a la falta de sangre en su cuerpo.
No sabía durante cuánto tiempo había estado fuera, pero como ese monstruo aún
no había aparecido, no debía de ser mucho.
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La escalera ya estaba bajada cuando recuperó la conciencia, y la cuerda atada a
ella se encontraba firme en su mano. Parece que al caer desmayado terminó
bajando la escalera. Pero esa acción espontánea probablemente habría causado
mucho ruido.
“No pensó siquiera que podía haber escapado, pero eso me da ventaja, es bueno
que siga siendo una ignorante, al menos me conviene en este momento”
Saito pensó para sí mientras subía los escalones casi gateando.
Una vez arriba del todo, dentro del sótano, se apresuró a subir la escalera. Esto
cortaba su vía de escape, pero también hacía más difícil que lo encontraran. Era
una espada de doble filo, pero en esta situación Saito pensó que era la mejor
opción, ya que es como si ya tuviera una mitad de la espada cortando
dolorosamente su cuello.
Topó ligeramente su cuello, en la parte donde ese monstruo lo había mordido. Ahí
tenía varias marcas de dientes que se hundían en su piel. La sangre aún salía por
algunos agujeros.
“Y si me descubre por los rastros de sangre, o por el olor o algo así. No, no puedo
pensar así, tengo que ser optimista, tengo que escapar de aquí para encontrarme
con Asuka-chan, ella seguro está esperando por mí”
Saito se auto-compadeció a sí mismo por un momento. Se tocó la herida en su
cuello.
-Aggghh.
Aún dolía como el diablo, y le palpitaba cada cierto tiempo. En ese sótano al que
no iba desde hace mucho, no debía haber nada adecuado para cubrirse la herida,
y si lo hubiera, probablemente si lo usaba terminaría infectado con alguna cosa
rara. Saito no tuvo más remedio que aplicar presión con su mano, aunque le
causaba bastante dolor.
Parecía que su brazo en cualquier momento caería sin fuerzas. Su piel estaba
pálida y sus uñas tenían un color muerto sobre ellas. Ni siquiera sentía algunos
de los nervios de su brazo: su dedo anular no reaccionaba a las señales que
enviaba su cerebro. Parece que el cuerpo empezó a poner en acción un
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mecanismo de defensa que cortaba los suministros de sangre a partes no vitales
para dársela a los órganos. Pero él no sabía nada de Biología o Anatomía, así
que solo se lo podía imaginar.
“Ehh, ¿Cuándo paró?, hace un rato se escuchaba un sonido como de silbido, pero
parece que se detuvo cuando subí las escaleras”
En realidad, se había detenido cuando la escalera corrediza chocó contra el suelo,
pero Saito no tenía modo de saberlo, porque se encontraba desmayado.
“Supongo que los cinco minutos de ventaja deben haber acabado, ya debe de
estar buscándome, realmente está jugando conmigo”
Saito mordió su labio en demostración de rabia y odio hacia eso. Era cierto que
parecía una chica a simple vista, y bastante bella además. Pero sin duda no era
humana, era un monstruo asesino que se alimentaba de sangre humana.
-Ahora que lo pienso, no había una criatura con esas características.
Si Saito servía para algo, eso era perder el tiempo, pero nada es en vano. Horas
y horas de leer tonterías en Wikipedia por fin dieron sus frutos.
-Un vampiro, pero no, eso es imposible, solo son criaturas mitológicas, no puede
ser que…
En ese momento la herida abierta en su cuello palpitó una vez más, causándole
un terrible dolor. Sin embargo, Saito logró controlar el grito de dolor y lo cambió
por un sentimiento de odio, y, como si viniera con él, un poco de impotencia.
Realmente se sentía débil, pero no era porque le habían drenado las fuerzas, sino
porque sentía que, aunque hubiera estado en todas sus capacidades no podría
haber hecho nada para defenderse de tal ser como lo era esa chica.
-Realmente me alegró que mis padres no estén aquí y anden de viaje de negocios.
Los padres de Saito casi nunca estaban en casa, siempre estaban en el trabajo o
en viajes por el mundo. Por eso casi se podía decir que Saito vivía solo. Había
aprendido a valerse por sí mismo desde muy joven debido a que no había nadie
que le permitiera ser un niño por completo. Aunque esto no era malo, Saito sabía
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comportarse como un adulto si la situación lo requiriese, y él creía que lo hacía
bastante bien. Aunque en esta situación había perdido los estribos un poco. Pero
esto que le estaba pasando no era normal en ningún sentido, así que se podría
decir que la forma en que reaccionó fue excepcional. Cualquier otro estaría
acurrucado llorando. Pero no Saito, él quería vivir, se podría decir que tenía un
objetivo en la vida que quería cumplir antes de morir, sí, era una razón, y muy
noble además. Esa razón era…
-Asuka-chan, pronto estaremos juntos, y podré acariciar ese bello cuerpo tuyo.
Las mejillas de Saito se estaban sonrojando de manera alarmante, parecía que
su cabeza iba a explotar. Realmente era un cabeza hueca por pensar esas cosas
pervertidas en un momento como ese.
-Aun así, tengo que escapar de alguna manera, no es como si pudiera quedarme
aquí para siempre.
En ese momento Saito recordó la razón por la que había ido al sótano en primer
lugar. Se acercó silenciosamente a la ventana que iluminaba el cuarto con una
blanquecina luz lunar.
Puso sus manos en ella, y haló fuertemente hacia arriba.
(…)
Nada.
Saito siguió ejerciendo fuerza, pero nada ocurrió. Como última opción, golpeó el
cristal con su codo lo más fuerte que pudo, que no era mucho debido a que estaba
en un estado casi anémico.
No pasó nada, ni siquiera hubo una reacción a la acción del desesperado chico.
Si quería obtener un resultado favorable, debía golpear más fuerte, pero además
que casi no le quedaban fuerzas, esa acción implicaría ruido, y podría ser
descubierto y asesinado antes de escapar.
Una vez más. Volvió a intentarlo.
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La ventana ni siquiera se había inmutado por la fuerza ejercida por Saito. Era
como si una hormiga hubiera intentado levantar a una persona, aunque en ese
caso la hormiga hubiera muerto aplastada, y por suerte Saito no corrió ese
destino.
“No puedo escapar, me he esforzado tanto por nada, y voy a morir aquí, en este
sótano. Soy idiota, incluso le ahorré el trabajo de mover mi cuerpo a un lugar en
el que no fuera fácilmente descubierto, yo mismo hice el trabajo”
Saito pensaba esto mientras se reía silenciosamente, no era una risa de alegría,
sino de temor y desesperación. Sus puños fuertemente apretados querían golpear
algo urgentemente, pero él sabía que si hacía eso sería rápidamente descubierto.
Aunque ya se sentía como que no había escapatoria, claramente no quería morir.
“Tap, tap, tap”
Sonidos de pasos se escucharon cerca de donde él se encontraba, su sangre se
congeló y casi dejó de respirar por la impresión. Estuvo a punto de gritar, pero de
alguna manera logró mantener la calma pensando en hacer cosas pervertidas con
Asuka-chan.
Quien lo perseguía parecía acercarse cada vez más, pero él se encontraba por
encima del suelo, no podía hacer ningún ruido, pero rezaba porque esa persona
no supiera que había un sótano en la casa.
“Tranquilo, tranquilo, no hay forma de que sepa que estoy aquí, es imposible”
Saito pensaba para sí mismo con el propósito de tranquilizarse un poco, pero aun
así estaba temblando de miedo y sus dientes castañeaban sin control.
Los pasos de detuvieron casi justo bajo su posición. Él contuvo el aliento, quizás
por miedo a que escuchara su entrecortada respiración. Pero…
“Tap, tap, tap”
El sonido de pasos se reanudó y ahora se alejaba de él cada vez más.
“Eh, ¿Se fue?, ¿me salvé?”
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Saito liberó el aliento que contenía con una sonrisa de liberación. No podía creerlo,
había logrado evadir al monstruo. Todavía no había salido del peligro por
completo, pero esa pequeña victoria le dio un poco de esperanza. Quizás en
realidad si podría lograrlo.
El sonido de pasos ya había desaparecido a lo lejos, o eso era lo que él pensaba,
ya que no los oía más.
-Uffffffffff
Suspiró para deshacerse de la tensión. Tanto humo blanco salió de su boca que
parecía que se había fumado Ámsterdam completo. ¿Humo blanco?
“No estamos en invierno, entonces por qué sale humo de mi boca al respirar, y
por qué hace tanto frío”
Saito se dio cuenta de la temperatura anormalmente baja. No debería hacer frío,
estaban en verano, es cierto que ese era el último día de sus vacaciones de
verano y el otoño ya se acercaba, pero aún era muy pronto para ese clima tan frío.
Ahora que lo pensaba, cuando intentó abrir la ventana, esta no tenía escarcha ni
se sentía fría al tacto. Era muy extraño.
Será que aún no había escapado del peligro como pensaba.
-Qué está pasando.
Dijo en un murmullo apenas audible.
“Tengo un mal presentimiento, necesito algo para defenderme”
Él realmente no tenía esperanzas de sobrevivir en una pelea contra un monstruo
chupasangre, pero, tal vez, si tenía suerte, podría tomarlo por sorpresa y atacar
por sorpresa, esa sería su mejor opción. Claro, él prefería no ser encontrado y no
tener que usar ese plan de contingencia. Pero viendo las cosas extrañas que
estaban ocurriendo, no podía estar seguro de eso.
Ahora mismo las posibilidades para Saito no eran muy buenas. Él las vislumbraba
como un 97% de morir, un 2,99999% de sobrevivir de alguna manera y un
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0,00001% de que misteriosamente apareciera Asuka-chan y lo salvara de las
garras de la muerte.
“Bueno, cosas más raras ya han pasado”
Pensó para sí mientras calculaba las posibilidades, aunque en realidad él pensaba
que estaba siendo muy optimista con sus probabilidades de salir de ese embrollo.
Mientras pensaba en todo esto, un objeto en una esquina cercana a él captó su
atención. Su brillo metálico lo delataba, aunque solo lo hacía destacar un poco,
debido al tiempo extendido que parecía haber estado allí.
“Eso podría serme útil”
Lo que Saito observaba era un bate de béisbol dejado a su suerte en el sótano.
Lentamente se arrastró hacia el lugar. Sus piernas estaban entumecidas y
adoloridas. Parecía un paralítico o un gusano al moverse así. Pero no podía autocompadecerse, no tenía tiempo para eso. Su cuerpo ya había reducido el flujo de
sangre a las partes no importantes, y era solo cuestión de tiempo antes de que
cortara la circulación por completo para que lo órganos pudieran funcionar
correctamente.
Dificultosamente llegó a la esquina. De inmediato, tras lograr el objetivo, se
desplomó en el suelo jadeando con dificultad.
Aún estaba consciente, pero sería por poco tiempo. Su vista se estaba
empezando a nublar. Cuando su corazón por fin se calmó un poco. Intentó
moverse para recostarse contra la pared.
“Mis pies ya no funcionan, pero aun puedo usar las manos”
Saito no quería rendirse, no podía rendirse. Asuka-chan lo estaba esperando al
final de todo este infierno.
¿Cómo él lo sabía?, llámalo una premonición o una corazonada. Pero él estaba
seguro de ello. Y como si fuera un fanático de una religión incierta, seguía esta
ilusión con fuerza y determinación. Él lo creía, lo demás no importa.
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Ejerció fuerza en sus palmas para levantar su cuerpo y empujarse contra la pared.
Solo esta sutil acción fue capaz de sacarle la lengua a Saito, que ya no podía más.
Por fin lo logró.
Cuando sintió el frío y duro concreto rozando contra su espalda desnuda, soltó un
pequeño suspiro de alivio. Qué por qué estaba desnuda su espalda, pues claro
porque nadie duerme vestido en verano. Ahora mismo Saito solo estaba usando
unos boxers. Aunque esto le estaba cobrando la cuenta, debido al frío anormal en
el sótano.
Ahora estaba un poco más lejos de la ventana que antes, pero como ya había
decidido que esa ruta de escape no era posible, no le importó.
Pero.
“Le gusta jugar con su presa, aunque me siento un poco mal llamándome a mí
mismo una presa, pero eso ahora no importa, quizás pueda usarlo como una
ventaja”
Sin nada más que hacer que solo esperar por un casi inminente final, la cabeza
de Saito se había empezado a calentar pensando como voltear la situación.
“Si espero a que me encuentre, justo cuando empiece con ese juego sádico de
atormentarme, puedo usar esto”
Pensó mientras observaba el bate convertido por su mente en un arma
contundente eficaz contra los vampiros.
“Entonces…”
-Te-en-con-tré.
Saito dejó de respirar, no tenía fuerzas para asustarse. Solo sus ojos se abrieron
como si fueran a salirse de sus cuencas. Una vez más empezó a respirar con
dificultad, pero esta vez no era producto del cansancio, esta vez era miedo.
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No quería mirar, pero tenía que hacerlo, ni siquiera había sopesado los pros y los
contras de su plan a mitad de camino, y ya estaba ocurriendo la situación
planteada.
Volteó lentamente la vista hacia el origen de la voz. Allí estaba, una figura que no
quería volver a ver nunca más. La conocía desde hace menos de una hora, pero
quería apartarse de esa figura lo antes posible, porque sabía que era peligrosa.
Frente a él, se encontraba la misma chica que había visto anteriormente en su
cuarto, la misma chica que había estado matándolo lentamente mientras dormía,
la misma chica que estaba jugando con él al gato y el ratón antes de matarlo solo
para divertirse.
Esa chica estaba sonriendo, su radiante sonrisa solo podía ser descrita como
tierna, pero sus dientes excepcionalmente blancos estaban manchados con el rojo
de la sangre de Saito. Su cabello negro como la noche brillaba al tocar los rayos
de luz de luna que iluminaban débilmente el sótano a través de la ventana. Ahora
que se fijaba bien, las pupilas de sus ojos en realidad eran también de un profundo
color negro, igual que su cabello. Quizás la anterior vista que había tenido de sus
ojos rojos fue solo una actuación de su asustada imaginación.
“¿Cómo?”
Era la única palabra que rondaba la mente de Saito en esos momentos.
“¿Cómo llegó hasta aquí sin que lo notara?, ¿cómo apareció de repente?, ¿Por
qué?, Es…es un monstruo”
Claramente Saito no dijo nada de esto a la persona frente a él.
Casi como si hubiera adivinado lo que pensaba, y al ver su cara atónita. La chica
tapó su boca y rio como si le hubieran contado un chiste.
- ¡No me digas que en serio creíste que no sabía que estabas aquí!
Continuó riendo mientras exponía los hechos al desafortunado chico.
-Cuando te desmayaste en la escalera, fui a ver qué pasaba, te vi allí tan débil y
delicado, realmente te veías apetitoso.
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“Eh, ¿cuándo tiempo me desmayé, no fueron solo unos segundos?”
Ella se relamió los labios tras decir esto, y continuó.
-Así que subí al sótano, que por cierto es por donde entré, y cerré la ventana con
seguro, como estabas tan débil, estaba segura que no podrías abrirla, y parece
que estaba en lo correcto. Kukuku, desde el principio estabas atrapado como una
mosca en mi telaraña.
Esto último lo dijo de una forma gloriosa y orgullosa de sí misma.
“Entró por la ventana, eso quiere decir que, si no me hubiera desmayado, podría
haber escapado”
-No.
Una vez más parecía que había leído la mente de Saito.
- ¿T…tú puedes leer mi…mente?
Saito preguntó asustado, si su oponente tenía una habilidad como esa, cualquier
plan de escape y cualquier esperanza de sobrevivir se iban a ir como excremento
por el retrete.
-Fu jajajajajajjajajaja.
Ella se echó a reír sin un motivo aparente, que diantres le pasaba a esta persona,
que acaso no era una pregunta seria.
-No, no puedo leer tu mente, solo adivino lo que vas a decir.
El retrete se atascó.
Ella dijo eso limpiándose las lágrimas que habían aparecido en sus ojos producto
de la risa.
Pero, pese a todo esto, Saito seguía estando muy tenso, como no estarlo, lo que
estaba parado justo frente a él era un monstruo chupasangre, sí, reía y hablaba
como un ser humano, pero no era más que un monstruo.
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Después de limpiarse el rostro con su manga derecha, ella se acercó lentamente
a Saito, casi de forma provocativa y seductora, casi.
-Como me has hecho reír y me diste un relativamente buen juego, te daré una
muerte rápida.
La temperatura se sintió aún más baja.
-Qué.
Fue lo único que pudo articular al escuchar su sentencia de muerte.
“No, no, tengo que salir de aquí, aun no puedo rendirme”
Ella se acercaba cada vez más, mientras ponía una sonrisa lasciva, mostrando
sus dientes manchados de rojo.
Saito estiró su mano derecha para agarrar el bate de béisbol a su alcance.
“Solo un poco más, vamos”
Aunque estaba realmente muy cerca, la ansiedad y la desesperación, fusionados
con la fatiga física, lo hacían parecer inalcanzable.
Ya casi podía sentir el aliento de muerte en su cuello, así que se esforzó al
máximo.
“Un…poco…más”
Sintió algo en su palma, y creyó que por fin lo había alcanzado, pero…
“Eh, qué es esto, no es el bate, entonces, qué es”
Lo que Saito agarraba con su mano no era lo que quería, sino algo totalmente
distinto. Eso era suave y agradable al tacto, también desprendía un extraño calor
desde su interior.
“Es, un brazo”
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Sí, lo que Saito sujetaba era un brazo, pero no cualquier brazo, le pertenecía a
esa persona que amenazaba su vida.
-Oh.
-Mal, no me gustan que se anden resistiendo, por favor quédate quieto hasta que
todo termine, sí.
Ella dijo eso en un tono infantil y cariñoso, pero las palabras que salían de su boca
demostraban lo contrario.
-Agggg.
El brazo de Saito ahora estaba fuertemente pegado contra la pared, como si
tuviera pegamento, y las posiciones se habían intercambiado, quien sujetaba un
brazo ahora era ella, y era su brazo, ese que estaba contra la pared.
-Ahora, mantente tranquilo mientras yo bebo.
Él intentó mover su otro brazo, pero sin que siquiera se diera cuenta, también
estaba siendo aguantado por ella. Sus piernas ya eran inútiles hace mucho, así
que ni siquiera se molestó en intentar algo con ellas.
Ella acercó su rostro lentamente hacia él, sus ojos negros lo miraban fijamente,
como un cazador a su presa, como una araña a una mosca atrapada en una
telaraña, como un vampiro a un chico semi-desnudo en un sótano sin oportunidad
de escapar. Un momento, ese era justo lo que estaba pasando. Bueno no importa.
Se relamió los labios y acercó su boca abierta hacia el cuello de Saito, él intentó
forcejear, pero era imposible. Una vez que los labios de ella podían tocar su piel…
“Uggggffff”
Exhaló.
La piel del asustado chico se erizó como alambre de púas.
“Fufufu”
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Él podía sentir una risa espantosa proviniendo de esa chica. Podía sentir, porque
hace poco que había dejado de escuchar. Parece que sus sentidos principales ya
habían sido afectados por la falta de sangre.
Aunque sus ojos estaban borrosos, aun podía ver un poco, y lo que vio lo hizo
querer morir ya.
Ella se reía, se reía de él. Era obvio, un chico asustado sin ninguna oportunidad
real de sobrevivir como él lo entendía claramente. Ella se reía de su impotencia,
de no poder hacer nada y solo rogar por ser salvado. Pero era inútil, nadie iba a
venir a salvarlo.
“Excepto, tal vez, Asuka-chan”
Sonrió para sus adentros, porque ya no tenía fuerzas para hacerlo de forma física.
-Bueno, ya me he divertido bastante, es hora de terminar con esto. A partir de
ahora, solo disfruta.
Ella dijo eso con una sonrisa burlona en su rostro. Aunque el ya no podía escuchar
nada, aun podía ver, y esa sonrisa era el final de todo, él podía entender eso, y
por eso simplemente se quedó quieto; aunque no es como si hubiera tenido
fuerzas para moverse de todos modos.
Ella, cuya boca ya estaba muy cerca del cuello de Saito, la acercó aún más.
Volvió a abrir sus fauces impregnadas con la muerte y…
- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
…Mordió
El grito de Saito podría haber sido escuchado por todo el vecindario, si no hubiera
sido por la mano que tapaba su boca, evitando que el sonido saliera de su boca,
no podía bloquearlo todo, claro, pero aun así gran parte del grito fue ahogado y
casi no se escuchó.
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Esas eran las fuerzas que le quedaban, ya no podría gritar más, e igual sería inútil,
ya que había una mano tapando fuertemente su boca. Cual mano era, el ya no
podía mantener lo suficiente su conciencia como para saberlo.
Si hubiera sido la mano derecha, podría utilizar el bate a un costado de él para
intentar defenderse de alguna manera, pero en su estado actual, ni aunque
estuviera totalmente libre podría hacer nada. Siendo drenado, y perdiendo el
control de sus sentidos, Saito se volvió hacia el interior de su mente, para al menos
estar con Asuka-chan en sus últimos momentos, aunque solo fuera en su
imaginación.
Él iba a morir, lo sabía, y por eso ya no intentó nada y se dejó a la merced de ese
monstruo.
“Asuka-chan, no podré estar contigo, creí que podría lograrlo, pero parece que es
imposible, espero que me perdones por no poder cumplir mi promesa de estar
juntos por siempre”
Saito deliraba en su mente, en realidad nunca había existido una promesa como
esa. Pero él lo creía así, y como eran sus últimos momentos, incluso se dio el lujo
de imaginar la respuesta de su amada, pero…
“Oh, vaya, así que vas a morir de esta manera tan inútil, sin lograr nada, sin tan
siquiera intentar dar un paso en nuestra relación”
Esa no era la Asuka-chan que él esperaba, eso era muy raro, debería haber dicho
algo como “Claro que te perdono mi amor, y no te preocupes, yo te estaré
esperando por siempre”, o algo así.
“Fujajajajajja, eres realmente un cobarde, huyendo aquí dentro de tu mente
mientras tu cuerpo es devorado por ese monstruo”
“Para, detente, Asuka-chan no es así, no debe ser así”
“Lo siento, pero esto es todo lo que obtendrás de la yo actual, si quieres más lucha
para sobrevivir”
La mente de Saito quedó en silencio. Luchar, acaso estaba loca, como podría
pelear contra algo como eso.
19 | 34
“YO NO ACEPTO COBARDES”
“Asuka…………chan”
No hubo respuesta, esas fueron las últimas palabras dichas por la Asuka-chan
dentro de su mente, antes de desaparecer en la nada de la que había venido.
Quizás su subconsciente le estaba diciendo que no se rindiera, que aún había
esperanzas, y había usado la mejor táctica para convencerlo, que era disfrazarse
de la persona más amada por él y decírselo a la cara. El cerebro humano es
realmente increíble.
Como sea, el punto es que había sido expulsado de su propia mente y empujado
hacia la horrible realidad otra vez.
(Tragar)
Saito sintió que su hombro era liberado al volver a la realidad. Ya no podía
moverlo, pero sentía el frío en su piel desgarrada, por lo que sabía que la boca
del monstruo se había separado, al menos momentáneamente, de su cuerpo.
Aún mantenía su vista.
Frente a él, arrodillada, con sus manos aguantando su cuerpo para que no se
cayera producto de la fatiga, y relamiéndose los labios empapados en sangre,
estaba la chica de antes, esa chica que lo había estado matando poco a poco, y
contra la cual no podía hacer nada.
-Es realmente deliciosa.
Dijo ella mientras ponía su dedo índice ensangrentado en sus labios y lo lamía de
forma provocativa.
Saito no podía hacer nada, solo observar y asustarse al pensar en lo que aún le
ocurriría.
“Luchar, como quiere que luche, ni siquiera puedo moverme”
Saito se mordía el labio con rabia, odiaba su impotencia, por culpa de la cual iba
a morir de seguro.
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“Auch”
Se mordió tan fuerte que su labio empezó a sangrar.
“Por favor, no es como si me sobrara ahora mismo como para desperdiciarla en
esto”
Ahora sentía rabia por la sangre que caía lentamente de su boca. Era realmente
un inútil, no podía mover ni un solo músculo sin sufrir un terrible dolor.
-Hmmm.
Parece que ella notó sus acciones, a él realmente ya no le importaba, iba a morir
de todos modos.
-Ya te dije que no la desperdiciaras de esa forma.
Se acercó a él, y sacó su lengua.
La lengua de la chica daba la impresión de estar afilada, aunque se doblaba y se
aplastaba como una lengua normal, aun así, parecía ser un objeto filoso. Un
pequeño hilo de saliva goteaba de ella, llegando hasta el pecho desnudo de Saito.
Saito, como chico, no podía evitar excitarse un poco por esta escena que ocurría
frente a él, aunque ya no tenía fuerzas para levantar “eso”.
Solo miraba embobado lo que ocurría.
Asuka-chan lo había rechazado por cobarde, aunque solo había sido en su mente,
él aun sentía el pesar de no ser correspondido por el amor de su vida. Pero tal vez
ahora podría convertirse en un hombre.
“Pero qué diablos estoy pensando, este no es el momento para eso”
Saito volvió en sí llenándose de palabras de rectitud. Cuando pudo entornar los
ojos en la realidad una vez más…
(Lamer)
- ¡Ahhhh!
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Él se estremeció por completo.
Esta escena que ocurría frente a sus narices, más que erótica, era desesperante.
Ella lamía, sí, lamía la sangre que se resbalaba de su boca.
Solo el pensar con moverse ya era motivo de gran dolor, se sentía débil y su vista
se nublaba cada vez más, ya no podía oír nada. Pero…
“En serio te vas a rendir, vaya, y yo que creía que eras un hombre”
No podía oír nada, pero oyó eso. Ahí estaba otra vez, Asuka-chan le estaba
hablando. La sentía cerca, podía sentirla ahí, con él, justo en frente de su cuerpo
inmóvil.
Saito entornó los ojos hacia delante y…
“Bueno, si te vas a rendir, supongo que al menos te daré un último regalo de
despedida”
Asuka-chan estaba ahí, justo frente a él, se encontraba arrodillada frente a él,
mirándolo fijamente, y hablando.
Aunque el ya no podía oír, aun la sentía hablar, y los sonidos que salín de su boca
aún tenían sentido.
“Un regalo, a qué te refieres”
Saito preguntó mentalmente, claro, si hubiera hablado, la burbuja fantasiosa en la
que estaba hubiera explotado de mala manera, llevándolo, una vez más, a la
horrible realidad, en la que estaba muriendo poco a poco sin poder defenderse.
“Un beso”
“¿Eh?”
“Te daré…”
Un pequeño silencio de expectación.
“…un beso”
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Saito no podía entender, era solo su imaginación, como podría simular un beso,
si él nunca había besado a nadie. ¿Cómo?
“Ven”
Asuka-chan lo estaba llamando. Pero ella no se movía, acaso quería que él
tomara la iniciativa.
“Ah, bueno, si este es mi regalo de despedida, aunque sea imaginario, es un beso
con Asuka-chan, así que no me importa”
Saito, consciente del corto tiempo de vida que le quedaba en la realidad, lo dejó
todo a un lado, liberarse a sus placeres le daría al menos un poco de paz en esos
últimos horribles momentos.
“Bien, pues aquí voy”
Saito intentó levantar su brazo, cuál, pues el derecho, que es el que tenía libre.
Aunque sin fuerzas, aún podía moverlo lentamente.
Lo movió hacia delante, y lo agitó hacia el lugar donde se encontraba la cabeza
de Asuka-chan, pero…
“Eh. ¿Desapareció?”
La cabeza de Asuka-chan se hizo invisible, y reapareció un poco más cerca de él.
“Vaya, parece que también hay bugs en las fantasías. Como sea, volvamos a
intentarlo”
Volvió a mover su cansada mano, esta vez hacia atrás, y…
“Bien, la tengo”
Podía tocar ligeramente la parte trasera de la cabeza de Asuka-chan.
“Bien, ahora, llévame hasta ti, quiero sentirte”
“Vaya, nunca creí que Asuka-chan sería tan liberal, pero no es como si pudiera
pedir mucho más que esto”
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Saito decidió no quejarse y continuar su fantasía.
La acercó lentamente, podía ver los labios rosas de Asuka-chan y oler su aroma
característico. Estaban muy cerca, y entonces…
-Guuuuuuh
Acercó sus labios a los suyos para besarla por fin y lograr uno de sus sueños. Vio
que su boca se abría y emitía un sonido, pero ahora mismo lo único que oía era
“Hazlo, hazlo” dicho con el dulce tono de Asuka-chan.
Así que…
(…)
…la besó.
Podía sentir un dulce aroma en sus labios suaves como esponja.
“Por fin, este es probablemente el mejor momento de mi corta vida, no creí que mi
imaginación podría simular una escena como esta, aunque ya podría haberlo
hecho antes”
Sus labios aún estaban pegados, y se movían, no voy a explicar la forma en que
se besaban, porque muchos pervertidos podrían hacer cosas indebidas.
-Muuuuuhhh.
Ahí estaba otra vez, ese sonido inentendible que rompía el ambiente. Saito no
entendía que era, pero lo odiaba.
En ese momento…
(Halar)
Los labios de Asuka-chan se estaban separando de los suyos.
“Vaya, parece que se me acabó la fantasía, pero bueno, la disfruté, me siento bien
con…”
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Saito había vuelto a abrir los ojos mientras pensaba en esto, pero lo que vio paró
en seco todos sus pensamientos.
-Pero qué…
Dijo con un murmullo casi inentendible.
Frente a él no se encontraba la Asuka-chan que había visto hace apenas unos
momentos, sino otra persona. Allí había una chica arrodillada, tocando sus labios
con su mano derecha de forma desconcertada, parecía confundida.
“¿Quién es?”
Fue lo primero que rondó la mente de Saito, pero entonces recordó.
Cabello y ojos tan negros como la noche, había sangre alrededor de su boca,
aunque era de noche y estaba muy oscuro, parecía tener un buen cuerpo.
Esa chica era la misma de antes, la que había estado chupando su ser lentamente
y dejándolo sin vida. Era una chica hermosa, de eso no había duda. Pero, no era
quien él esperaba.
-Qué…qué haces.
Ella se estaba limpiando la boca con su antebrazo.
-O eres valiente o eres un tonto. Mira que hacer esto ahora. Jajaja.
Se reía como si hubiera sido una broma, pero sus mejillas se notaban ligeramente
sonrojadas.
“No puede ser”
Saito no quería creerlo, realmente, lo había perdido, lo había desperdiciado. A los
chicos esto no debería importarle mucho, pero él quería que esa primera mágica
vez fuera con el amor de su vida, y lo había usado con esta cosa que ni siquiera
era humana.
“Por qué, por quéééééééééé”
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Él se gritaba sí mismo. Por qué su imaginación le había jugado tan mala pasada,
él no lo sabía. Ya no podía confiar ni en sí mismo. Ya no merecía la pena seguir.
-Espero que te hayas divertido, porque será la última vez en esta vida.
Saito no escuchó eso, pero podía ver la boca de la chica moviéndose, como si
estuviera diciendo algo. Luego ella empezó a acercarse lentamente, con su boca
abierta, y en dirección a su cuello ensangrentado.
“No, otra vez no”
No sabía qué hacer, estaba siendo sujetado así que no podía moverse. Un
momento.
Saito recientemente había movido su brazo derecho para besar a la falsa Asukachan. Eso significaba.
“Puedo…moverlo”
Su brazo izquierdo ya no estaba siendo sujetado, podía moverlo.
“El bate, está…”
Seguía allí, desde el principio no se había movido, claro era un objeto inanimado.
“Pero…”
Saito empezó a dudar.
“No servirá de nada, ni siquiera tengo fuerzas para levantarme, ni que decir luchar,
aunque tampoco es que sea un buen peleador”
Sus oportunidades eran solo destellos de falsa esperanza en el abismo de
desesperación en el que se encontraba.
“Aunque no pierdo nada intentándolo, a fin de cuentas, voy a morir de cualquier
manera, además es mi única opción ahora mismo, me niego a dejar a ese
monstruo seguir haciendo lo que quiera de mí”
Parecía no decidirse. Pero entonces…
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“Lucha”
Una voz se escuchó, él ya no podía oír nada, así que sabía que esa voz provenía
de su interior, de su Asuka-chan imaginaria.
Esa Asuka-chan lo había rechazado, y luego traicionado haciéndolo perder su
primer beso de esa manera, pero aun así no podía ignorar su opinión. Él era en
realidad una persona muy controlable.
“Lucha, lucha”
Otra vez, podía escucharla, aunque solo decía una palabra, él entendía
perfectamente lo que quería decir.
“Lucha, lucha, lucha, lucha, lucha, lucha, lucha”
Se repetía como una cinta trabada en una grabadora.
“Te vas a rendir, sigue luchando, no pierdas la esperanza”
Oh, la cinta se destrabó.
Ella le estaba dando un discurso de aliento, inspirándolo e incitándolo a seguir
adelante, sin rendirse. Afortunadamente, el discurso tuvo efecto en Saito, quién
por fin se decidió.
Todo esto pasó en solo cuestión de segundos. Cuando Saito volvió a la realidad,
las fauces de la chica frente a él aún no habían alcanzado su cuello, por suerte.
No le quedaba mucho, Saito lo sabía, pero eso no le iba a parar.
Sentía nuevas fuerzas de origen desconocido recorriendo su cuerpo. Aunque diga
esto todos sabemos que solo era la adrenalina. Saito solo era un humano normal,
sin ningún tipo de poder o habilidad.
Alzó su mano sin que ella se diera cuenta, y finalmente lo agarró. El bate que tanto
había esperado su momento, por fin podría brillar como el héroe.
El plan comenzaba.
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- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!
El grito de ira de Saito confundió a la chica, la cual se giró para ver que ocurría.
Esta acción formaba parte de su estrategia. Al ponerse de frente para saber que
pasaba, el bate que se movía a una velocidad vertiginosa, le dio de lleno en la
cara.
El golpe la envió unos metros hacia atrás, cayó acostada de espaldas. Como era
un maldito monstruo, ni siquiera sintió dolor, pero la fuerza fue suficiente para
enviarla a volar de esa manera.
Esta era su oportunidad, Saito se dio cuenta de que era ahora o nunca. Se giró
rápidamente hacia la ventana que antes no había podido abrir. Quizás ahora, con
impulso, podría lograrlo, el daño que tomaría sería grande, pero comparado con
lo que ya había pasado, sería solo un mal menor por el bien común.
Correr era mucho pedir, pero al menos podía gatear y arrastrarse. Eso era
suficiente para él.
-Guhhhh, cómo pudiste. ¡TÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚ!
Pudo escuchar el rugido furioso tras él. La curiosidad lo impulsó a girar su rostro
para ver a la chica. Ella se encontraba a cuatro patas, como un animal. Sus
penetrantes ojos ahora estaban clavados en la espalda de Saito como si fueran
cuchillos. Una extraña espuma caía de su boca. Entonces…
-Wahhhhhhhhhh.
Ella se abalanzó sobre él. No iba a dejarlo escapar. Era un cazador persiguiendo
a su presa herida, tenía la ventaja, y eso atemorizaba a Saito.
Se acercaba, aunque él no mirara atrás lo sabía, cada vez podía sentirla, a la
muerte, más cerca de su adolorido cuello.
“Qué hago, necesito hacer algo, o si no esto acabará de la peor manera posible”
Algo brilló en su ojo, reflejando la luz de la luna. El bate que estaba en su mano,
su fiel compañero, el cual le había dado una oportunidad, ahora le estaba diciendo
que estaba bien abandonarlo. No habría rencores.
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“Compañero, no, amigo, hermano, nunca te olvidaré”
Saito se despidió con lágrimas rodando por sus mejillas.
-Toma esto.
Gritó, y entonces lanzó el bate hacia la chica que corría tras él.
Saito ni siquiera esperó a ver el desenlace, simplemente siguió avanzando, cada
vez estaba más cerca de la ventana.
-Guhhh.
Pudo sentir tras él un gemido de dolor, y así comprobó que su compañero del
alma había cumplido su última misión con éxito.
Después de recibir un fuerte golpe en la cara, de nuevo, ella rugía furiosa, ya no
quería jugar, ahora solo quería matarlo, destriparlo, y comérselo.
Lo odiaba, cómo un simple y tonto humano podía haber osado golpearla, no
merecía vivir, debía morir. Ella no iba a permitir que él siguiera respirando después
de cometer tal acto.
Estos segundos fueron de vital importancia para Saito, quien ahora estaba muy
cerca de la ventana de la salvación.
- ¡No escaparás!
Pudo oír un grito tras de sí, y la persecución se reanudó. Pero ahora tenía ventaja.
Ella no podría alcanzarlo a esa distancia antes de que escapara.
Saito se dio un último impulso antes de lanzarse contra la ventana con todo su
ser. Su vida dependería de este golpe. Puso todo lo que tenía en él, si aun así no
era suficiente, es porque el universo realmente lo odiaba.
Sintió el cristal chocando contra su hombro, era duro y frío. Pero
afortunadamente…
“Bien”
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…se rompió.
La cara de Saito se iluminó por un momento, lo había logrado, iba a sobrevivir.
Pero…
Realmente no había pensado muy bien en la manera en que iba a escapar. Por
eso no tuvo en cuenta que cristal roto más piel desnuda es igual a dolor intenso y
heridas múltiples.
Sintió como las esquirlas se incrustaban en su hombro y brazo. Pero Saito no
gritó. Ahora le palpitaba todo el cuerpo y sentía un dolor infernal. Pero no gritó.
Este no era momento para quejarse, faltaba muy poco para alcanzar la libertad,
que iba él a hacer después de sobrevivir a ese infierno, no lo sabía, pero al menos
ahora tenía un futuro.
Sintió la ingravidez durante los segundos que las últimas partes de su cuerpo
dejaron el edificio. En ese momento se sentía como si flotara. Todo estaba bien
ahora. Pero…
(Agarrar)
“Ehh”
Una mano agarraba su pie fuertemente.
Era ella, Saito se impresionó de lo rápido que había llegado hasta la ventana.
Había sido realmente veloz. Pero el problema ahora era que…
-No…escaparás.
Saito se estremeció. Aun flotaba mientras ella lo agarraba. La chica respiraba con
dificultad, y su cara estaba completamente roja, quizás debido a los golpes
recibidos.
Saito usó su otro pie y golpeó la mano que lo sujetaba con ahínco. Pero ella no lo
soltaba.
“No, no puede terminar así, estoy tan cerca”
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La desesperación podía notarse en su cara, ya estaba ahí, ya podía sentir el viento
en su rostro, si giraba el rostro, podría ver la casa de Asuka-chan frente a él.
Faltaba muy poco, y aun así, por qué.
“Ehh”
Saito sintió como empezaba a caer. Miró a su pie, y ya no estaba siendo sujetado,
ella lo había soltado. Vio como el suelo se acercaba peligrosamente rápido hacia
él, y se dio cuenta.
“Tengo que cubrirme”
Colocó sus brazos frente a él para amortiguar el golpe y…
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Un fuerte dolor como nunca había sentido antes se apoderó de su ser, lo único
que podía hacer para calmarlo era gritar tan fuerte como podía. Los pedazos de
vidrio incrustados en su piel, se hundieron aún más haciéndolo perder mayor
cantidad de su preciada y ahora escasa sangre.
Saito se retorcía de dolor en la acera frente a su casa, lágrimas salían de sus ojos,
y gritaba como si no hubiera mañana.
“Eh”
Sintió unas manos que lo levantaron y alguien que le hablaba, no puede ser, ella
había bajado a por él. Será que ni siquiera saliendo podría escapar.
Saito se estremeció y empezó a patalear mientras gritaba de dolor y miedo.
-Hey, tranquilo, todo estará bien. ¡Qué pasa con esa ambulancia, ya habéis
llamado, apuraos, que este chico se muere!
Saito entornó su vista y vio a un hombre viejo pero fuerte que lo sostenía en
posición de sentado mientras le daba palabras de aliento.
Varios vecinos se habían despertado debido al ruido causado por la ventana
rompiéndose, y habían acudido en su ayuda, la ambulancia llegaría pronto, y
también la policía.
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-Hey, chico, estás bien, que te ha pasado, pareces muy herido.
Saito quería responder, pero lo único que hacía era llorar. Ya no eran lágrimas de
desesperación o de dolor, sino de alegría.
“Lo logré, por fin. Dime, Asuka-chan, aun piensas que soy un cobarde”
- ¡Oye, no te duermas, vuelve, chico, oye!
El hombre le gritaba preocupado, pero Saito ya no podía oírlo, estaba empezando
a perder la conciencia. Tanta sangre perdida, tanto esfuerzo físico, y habiendo
perdido los efectos de la adrenalina. Saito estaba a punto de desmayarse. Sus
ojos se cerraban lentamente en contra de su voluntad.
- ¡Chico, respóndeme, oye!
“Supongo que me merezco un descanso”
Saito miró arriba, al cielo estrellado que cubría la noche, las lágrimas aun caían
de sus ojos y sonreía inconscientemente.
“Ah, que le diré a Asuka-chan cuando despierte, seguro estará muy preoc…, pero
no es mi culpa, verdad, la culp… es d…”
Saito perdió el conocimiento y cayó dormido producto del cansancio y la pérdida
de sangre…
Desde arriba, desde su casa, desde la ventana rota por la que había escapado.
Un par de ojos negros lo observaban fijamente.
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Capítulo II
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Autor: Electro-Zombie
Continuará…
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