8 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE Elucubraciones bajo las sombras De lejos y a mi alrededor Raúl García Las cadenas Carlos Caco Ceballos Silva INVIERNO 1985. Hace Unos días me ofreció Panchito Ramos una “pirámide”: entregar tres mil pesos, recibir tres hojas para venderlas más adelante y así recuperar los tres mil entregados y esperar a recibir miles de pesos más. Esta complicada o sencilla forma de ganar, estafar o ilusionar me da la idea de apoyar y favorecer “cadenas” de buena voluntad y ayudas, además de sugerir una de intercambio de opciones, remedios y resultados sobre dolencias o enfermedades que nos aquejan por igual, es decir, formar por ejemplo una “cadena” o “club” de artríticos, neuróticos o alcohólicos que mediante intercambio de correspondencia, se informen mutuamente sobre el remedio que los ha mejorado y opiniones al respecto, en fin, datos que mucho les podrán servir, mejorando sus males. Ahora, sobre las de buena voluntad y ayudas, me recuerda lo pasado en una tarde de junio, allá por los años cuarenta, ya pasada la temporada de baños de Cuyutlán. El padre De Alba, posteriormente jefe de los jesuitas en la Cuba de Castro, don Pancho Parra, ex gobernador de Nayarit y un servidor, conversábamos en la desolada terraza del Hotel Ceballos. En un momento dado, presentóse una persona con evidentes signos de embriaguez, implorando con su mano temblorosa una ayuda para curarse. Yo le entregué cinco centavos que el hombre recibió con su marcado agradecimiento. Cuando se alejaba, el padre lo llama y nos dice: este hombre enfermo debe tener familia y éste debe tener tanta o más necesidad que él, mientras tanto el borrachito sonriendo, asentía por lo que oía, así es que vamos a pedirle que nos lleve a su casa y veremos por su familia. Don Pancho y yo nos interrogamos con la mirada, pero el movimiento del padre al levantarse nos hizo aceptar. De inmediato nos encaminamos al pueblo, cruzamos callecitas arenosas y en las afueras encontramos su humilde hogar. La señora salió con dos niñas cogidas de su falda. Mire, señora, díjole el padre, aquí los señores le ayudarán con cincuenta pesos para que se ayude y duerma tranquila. Cuando su marido se ponga bien empiece a juntar en una alcancía los cincuenta pesos y en la misma forma que los recibió, es decir, sin requisitos, entréguelos a otra familia que se encuentre en apuros. Don Pancho y yo más que sorprendidos por la cantidad, asenti- mos, le entregamos doce pesos que entre ambos traíamos, recomendándole que al día siguiente pasara por el hotel para completarle la cantidad. Nos despedimos, y al regreso, platicándonos, nos recomendó que procuráramos hacer una cadena de ayuda al prójimo. Cuando alguien les pida una cantidad prestada para enfermedad o cualquier imprevisto familiar y estén en condiciones de hacerlo, es decir, que tengan aquella suma, entréguenla sin más requisitos y sin mayores preguntas, recomendándoles que sea en las mismas condiciones que a la señora que acabamos de visitar. Cuando llegamos a la terraza iluminada por los últimos destellos del sol poniente y contemplábamos el mar, el padre nos preguntó: ¿En qué piensan que están sin platicar?, a lo que don Pancho le respondió: En usted y en su lección. De verdad que es mejor dar que recibir, lástima que muchos ciegos no lo veamos y no lo comprendamos los tontos y envanecidos. Y ya en la noche en mi cuarto y cavilando sobre lo mismo, me propuse hacer votos para que los tontos y ciegos tratemos de disimular nuestros defectos, procurando en desterrar la chocante y prejuiciosa avaricia, que tan apegada está a nuestras vidas, “embobados”, pensando que nuestra “partida” está muy lejana, cuando de verdad la tenemos a la vuelta de la esquina y que definitivamente nuestros bienes se quedarán en la superficie, mientras que nosotros iremos a descansar un poco más abajo. Han transcurrido los años, lo del padre De Alba lo he platicado y comentado teniendo el gusto de oír algunos amigos del DF, Guadalajara y dos de esta ciudad que lo han practicado, desde luego no les consta si los “eslabones de la cadena” están intactos, pero ellos la han iniciado y han palpado y sentido la gran satisfacción de servir. Ojalá y otros aprovechemos las oportunidades que suelen presentarse para obtener aquí en la tierra, las satisfacciones y gustos que sólo la largueza y la comprensión nos pueden otorgar, sirviendo desinteresadamente a la persona o a la familia afligida o necesitada. ¡Y todo tan fácil! Solamente decidirnos a practicar la frase sublime de Amado Nervo: “Es mejor dar que recibir”. * Empresario, historiador y narrador. † Director General: Armando Martínez de la Rosa I/II La grandeza de un espíritu no radica en sus triunfos, sino en la hondura de sus fracasos: se requiere para ello una mayor entereza y así poder soportarlos. * Quienes insisten en el diálogo como solución civilizadora no han conocido la elegancia y fecundidad espiritual del silencio. No saben que a partir de él, se puede construir un imperio. * La felicidad… sólo un completo ingenuo la buscaría y pretendería establecerla como principio de vida. Resulta un esfuerzo inútil por dos cosas: la gran pérdida de energía que produce, ello desembocaría en una depresión, y dos, el error de creer en un estado anímico sin fluctuaciones constantes. * No tengo intenciones de legado genético. Es más, tampoco quiero heredar mis libros, nada. ¿Para qué? Sé que no acabará la especie y la idea de que la raíz de este mal se extienda me provoca horror. La siguiente idea acompañada de imágenes me produce una voluptuosidad irresistible: soy una huella plasmada en la humedad de la arena del mar, a continuación, el suave desliz de una ola la desvanece por completo. ¡Se acabó quien hacía llamarse Raúl! La historia con su ingratitud no reserva un lugar en la memoria para los perdedores. La vida con su indiferencia no guarda lutos ni cálidas palabras de despedida. El tiempo, en fin, no dejará de ser tiempo, no detendrá y menos por nimiedades. ¿Dios? Ni se inmuta. * He dicho que no creo en el diálogo, asumo el silencio. Debo agregar una alternativa cuando ni silencio ni diálogo, una madriza con fines pedagógicos. * El amor es una penuria evitable. En efecto, si denunciáramos expresa, sobriamente sus nocividades y excesos, optaríamos con agrado por sendas distintas. Pero no, sólo hacemos catarsis en estados alterados de conciencia: ya sea por sustancias depresoras o por cuestiones naturales de causa-efecto. Establezco una propuesta de aniquilación a esa pasión del eros. Es hora de delatar al culpable. Ya no hablaremos bonito ni construiremos más odas poéticas. Desenmascaremos a ese gran traidor, hablemos de una vez por todas del farsante, de ese enmascarado, del vil engaño que es el amor. ¡Quitemos la venda que impide ver a cupido! * Cuando el yo habla de sí se ensancha, opto por contraerlo, puesto que aún no he podido deshacerme de él. * Soy un predilecto por las causas pérdidas. De hecho, si lo pensamos, he ahí el verdadero triunfo: reponerse y esperar la próxima derrota. Ya que si el triunfo exitista llega, séase por añadidura. * Cuando pienso en Dios y su posibilidad, lo único que soy capaz de hacer es compadecerme. * Se me va el sueño, se me van los sueños. Se me van los nombres otrora significativos. Se me van las horas en el café, en los días, se van los cigarros. Se me va tu sombra otoñal, tus ojos. Se va la sombra de la muerte arrastrando tu recuerdo. Se van los amigos, las noches creídas imperecederas. Se me va todo porque siempre estoy a destiempo. Se me va la vida, me voy yo. Coordinador: Julio César Zamora Velasco Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected], [email protected] Ágora Detalle de Buen Juicio Don Manuel Sánchez Silva (4 de agosto de 1963) VIÑETAS DE LA PROVINCIA 4 2413 Domingo 16 de octubre de 2016 El país de la Inocencia Norma Navarrete Busco un país inocente. Giuseppe Ungaretti No sé por qué, Ungaretti buscó un país inocente, Como yo busco uno. Hoy, aún conservo la ilusa presencia De los autos en las avenidas. Pienso en el poder de su mensaje, ¿cuál? Las luces, si pudieran vaciarse de gente, Perderían la frialdad, la indolencia y hablarían. Ungaretti, nuestro país se mira solo y aumentado. Si entrecerramos los ojos Tenemos la magia de lo espontáneo. Tal vez como la única arma Para seguir caminando, Y tornar un día falso En verdadero. Sicilian Avenue, pintura de Nathan Walsh. ESCRIBEN: Alberto Llanes, J. Urruzola, Sergio Portillo, Leopoldo Barragán, Raúl García, Alberto Ocón, Xavier Paredes y Carlos Caco Ceballos. 2 Ágora PLAZA CULTURAL DE Escrito para René En la historia Alberto Llanes El domingo anterior se antojaba como cualquier otro. Ir de visita con mis padres, preparar las viandas y bocadillos para ver jugar al equipo de la estrella solitaria y así, normal. El clima era caluroso y el volcán nos mantiene, aún, en foco ámbar por si las dudas. Sin embargo, la muerte, esa maligna a la que le tememos, de la que a veces nos escabullimos, de la que no queremos saber y tampoco hablar y mucho menos en un domingo cuando van a jugar los Cowboys se hizo presente vía Facebook. Resulta que revisé mis estados y, de pronto, vi la nota. Un sudor frío, estilo enfermo de zika, me recorrió el cuerpo entero. De inmediato le marqué a mi querida maestra Guillermina Cuevas para informarle, sabía de su grata, eterna y, hasta cierto punto, cabrona amistad, o quizá ella supiera más datos, no sé. Le marqué y nada, del otro lado de la línea nadie. Volví a intentar y el mismo mensaje: “línea ocupada”, decía una voz sensual. Me controlé. Mis padres notaron mi repentino cambio de humor. —¿Pasa algo?, preguntó mi padre. —Nada, una lamentable noticia de la que me acabo de enterar, fue mi respuesta. Quise verificar en las agencias noticiosas el hecho que acaba de leer en un post de mi querido amigo y maestro Bernardo Ruiz, y cerciorarme motu proprio de lo que acababa de leer… claro que Bernardo Ruiz no jugaría con dar una declaración así, pero de todas maneras investigué. Googlee la noticia y nada, no era un hecho confirmado por nadie, sólo Bernardo lo había anunciado con palabras muy escuetas (yo creo que él mismo se quemaba por dentro al escribirlas) y una foto y nada más. La Jornada no decía nada, El Excélsior tampoco, El Universal menos, nada y nadie, sólo Bernardo. Volví a marcar el número de Guille Cuevas para verificar si ella sabía algo y la misma letanía de entonces: “línea ocupada”. Pensé que estaría hablando con la viuda del maestro, con el mismo Bernardo o que alguien la estaba enterando de la terrible noticia, y entonces cupo en mí la prudencia porque pasada media hora de volver a marcar y luego de oír la misma letanía, dejé el asunto por la santa paz y me puse a hacer otras cosas a fin de olvidar un poco, esperar que mi querida Guille Cuevas viviera su duelo si es que ya la habían enterado de la muerte de su querido y cabrón amigo René Avilés Fabila y proseguí entonces viviendo mi domingo familiar y de futbol americano. Yo en realidad me enteré a muy temprana hora y es que sigo muy de cerca lo que postea Bernardo Ruiz y la noticia me cayó como bomba. Es cierto que René no era parte de mi familia, que ningún escritor y escritora lo es, eso lo sé, pero a veces la muerte de alguien lejano que, sin embargo, se dedica a lo mismo que me dedico yo es algo que, a últimas fechas, me cae hasta de peso, la siento y la hago mía y me duele terriblemente, y ese ser lejano se vuelve muy cercano porque veo con tristeza que nos vamos haciendo menos. Cuando Roberto Bolaño falleció, en ese momento yo estaba inmerso en una suerte de correspondencia con Juan Villoro, quien me estaba dando material para mi tesis de licenciatura que habla sobre los tópicos contraculturales en un cuento del libro La noche navegable; en ese momento Villoro se disculpó conmigo y me dijo que la muerte de su querido amigo Roberto Bolaño le había partido el alma y que se alejaría, por lo menos, una semana de todo y que continuaríamos después; fui prudente también en ese momento y entendí, como entiendo ahora la muerte de un querido amigo y maestro como lo fue René Avilés Fabila, a quien tuve la oportunidad de conocer en varias ocasiones tanto en Colima como en Guadalajara. Un hombre elegante, con porte y presencia, ligador con las chavas como el que más… que de pronto, como Emannuel Carballo (también que en paz descanse) le tiró la onda a una novia que tenía en aquel lejano 2004. René Avilés vino a presentar el libro titulado El libro de mi madre, y luego nos fuimos a cenar, a brindar y a celebrar; quiero hacer hincapié que en ese año (2004) los eventos literarios no se llenaban como se llenan ahora, gente que sale de quién sabe dónde, en fin. Pues así corrió este domingo con esta terrible noticia. Me puse a pensar entonces en las ocasiones que había visto a René y no lo podía creer, me puse a pensar también en las ocasiones que leí a René y seguía sin poder creerlo, un infarto terminó con su vida, un infarto a los 75 años de edad y cuando trabajaba en obras que ahora quedaron inconclusas, un periodista, escritor, amigo, catedrático y un tipo apasionado 7 Ágora PLAZA CULTURAL DE del arte… Ágora 16 de octubre 1854.- Nació Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde, un poeta y escritor irlandés, considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío. Es recordado por sus epigramas, su novela El retrato de Dorian Gray, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte. 1927.- Nació Günter Grass, Premio Nobel de Literatura y el Premio Príncipe de Asturias 1999. Un escritor comprometido en los campos del arte, la cultura, la política y los derechos humanos. Entre sus obras más famosas: El tambor de hojalata, de 1959, y Años de perro, de 1963. 17 de octubre 1849.- Murió Frederic Chopin, compositor y virtuoso pianista polaco. Su perfecta técnica, su refinamiento estilístico y su elaboración armónica han sido comparadas históricamente, representando el Romanticismo musical en su estado más puro. 1918.- Nació Rita Hayworth, una de las actrices más emblemáticas de la época dorada del cine estadounidense. Además de ser símbolo sexual indiscutible de la década de 1940, ocupa un notable lugar en la lista de las grandes estrellas del Séptimo Arte, pese a que nunca fue nominada a los premios Oscar. El escritor René Avilés Fabila (1940-2016) por las letras. Todavía recuerdo Tantadel, El gran solitario del palacio, La canción de Odette y la última que leí que fue El amor intangible y que narra las aventuras de una pareja que se encuentran por internet e intercambian sendos correos electrónicos para soliviantar una relación que, a distancia, se antoja enfermiza, promiscua, apasionada como cualquier otra relación. Dejé que el domingo corriera como corren los domingos; me acordé de aquella película Morirse en domingo, me acordé que Eliseo Alberto murió el 31 de julio de 2011 también en domingo, y que su Eternidad por fin comenzaba un lunes y me acordé que los escritores y escritoras nos vamos haciendo menos, y que es lamentable que tipos así, apasionados de su arte, maravillosos, seres que rondan por ahí y que nos vienen a cambiar el mundo aunque sea por un instante sean los que se estén yendo. A Guille Cuevas nadie le había informado nada. Terminado el juego de los Cowboys (que por fortuna ganaron), a eso de las seis de la tarde de ese extraño domingo (lo podía sentir hasta en el clima), volví a marcar a la casa de mi querida Guille y por fin me contestó. Le di la terrible noticia y su voz se medio quebró, me agradeció de enterarle el hecho y me dijo que se iba a poner en comunicación con la gente del de efe, hoy CDMX, para dar el pésame. Se me pasó decirle que también diera el pésame de parte mía pero… eso es lo de menos. Como siempre he dicho, el mejor homenaje que se le puede rendir a un escritor es darle un repaso a su obra y es justo lo que voy a hacer esta semana, además de publicar este texto que dedico a la memoria de mi nuevo amigo René, como puso en aquella firma de libros en el año 2004. En paz descanse. Así terminó este domingo y así terminó también el encuentro Cuento en Comala 2016. Lo que son las cosas… 18 de octubre 1955.- Falleció José Ortega y Gasset, un filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital (raciovitalismo) e histórica, situado en el movimiento del Novecentismo. Con la frase “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”, aparecida en Meditaciones del Quijote, Ortega insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que le rodea, no sólo lo inmediato, sino lo remoto; no sólo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual. 19 de octubre 1862.- Nació Augusto Lumière, químico francés, uno de los inventores del cinematógrafo. El 19 de marzo de 1895, se realizó el primer film con este invento, La salida de las Fábricas Lumière, en la llamada “Calle de la Primera Película”. Las puertas de la fábrica de los hermanos Lumière se abrieron y fue el primer movimiento de la historia del cine. 20 de octubre 1854.- Nació Arthur Rimbaud, uno de los más grandes poetas franceses, adscrito unas veces al movimiento simbolista, junto a Mallarmé, y otras al decadentista, junto a Verlaine. Escribió sus primeros versos cuando apenas contaba con quince años y dejó para siempre la literatura a la prematura edad de veinte. Para él, el poeta debía de hacerse “vidente” por medio de un “largo, inmenso Bodegón con cortina (1895) ilustra la creciente tendencia de Cézanne hacia la compresión tersa de formas y tensión dinámica entre figuras geométricas. y racional desarreglo de todos los sentidos”. Su obra más conocida son los poemarios Una temporada en el Infierno (1873) e Iluminaciones (1874). 21 de octubre 1833.- El notable inventor e industrial, Alfred Nobel, nació en Estocolmo, Suecia; famoso principalmente por la invención de la dinamita y por los premios que llevan su nombre. Un año antes de morir (1896), en su testamento firmado el 27 de noviembre de 1895 en el Club Sueco-Noruego de París, Nobel instaura con su fortuna un fondo con el que se premiaría a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y la Paz. 1917.- Nació Dizzy Gillespie, trompetista y compositor estadounidense. Junto con Charlie Parker, fue una de las figuras más relevantes en el desarrollo del bebop, y del jazz moderno. Durante toda su vida fue un incansable experimentador de música afroamericana, lo que le llevó a experimentar con el jazz afrocubano, y otros géneros como el calipso y la bossa nova. 1920.- En la hermosa Habana, Cuba, nació Celia Cruz, la exitosa cantante de son montuno, guaracha y salsa, grabando una numerosa discografía que desarrolló a lo largo de su carrera, tanto en Cuba como en Estados Unidos. 22 de octubre 1811.- Nació Franz Liszt, músico, pianista y compositor húngaro del movimiento romántico. Un importante e influyente profesor de piano notable, director de orquesta que contribuyó significativamente al desarrollo moderno del arte y un benefactor de otros compositores y artistas, en particular de Richard Wagner y Edvard Grieg. 1906.- Murió Paul Cezanne, un pintor francés postimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna, cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y radicalmente distinto. Puede decirse que crea el puente entre el impresionismo del siglo XIX y el nuevo estilo de principios del siglo XX, el cubismo. 1943.- Nació la hermosa Catherine Deneuve, una mítica actriz francesa, quizá la más emblemática desde Brigitte Bardot y Jeanne Moreau. Musa de Luis Buñuel que la inmortalizó en Belle de jour, con la que fue merecedora del Premio César; también nominada al Oscar por Indochina. No eran la bella y la bestia, sino Catherine Deneuve y Luis Bunuel en el set de la película Belle de Jour. 6 Ágora Ágora PLAZA CULTURAL DE “Me afecta, si llueve como a las 9 de la noche y no se quita la gente no sale a comprar; pero si llueve como a los ocho y se quita, ¡Huy, oiga usted, se vende como pan caliente!”. El carrito chiflador Leopoldo Barragán Maldonado Por el título podrá pensarse que hablaremos de los bólidos que participarán en el gran premio F1 de la Ciudad de México, o de algún coche tripulado por un junior, emulando al campeonísimo Michael Schumaher, o en su defecto de un vehículo movido con energía solar; para nada, se trata de un carrito chiflador impulsado con la fuerza física de Maximino Munguía Olivares, hombre que se dedica a la venta de plátanos tatemados. Maximino nació en San Francisco Mixtla allá el estado de los camotes el 29 de mayo de 1970, lugar en que permaneció hasta los 16 años, trabajó desde niño en el corte de la alfalfa, dice que: “Me iba a cortar alfalfa para las vacas, eran las vacas de mi abuelita”. Con el propósito de contribuir al sustento familiar se trasladó a la Ciudad de México, laborando en una bodega que “traían vajillas, tenedores, platos, era de unos señores japoneses, y me dice mi hermano: ‘vámonos para Acapulco a vender plátano porque aquí pagan muy poco’, y mi hermano ya había trabajado en esto de los carritos chifladores, vendían camotes y plátanos, él se inició por medio de unos primos que tenían carritos plataneros”. Maximino dice que en el puerto le fue bien con la venta del producto, ya que salía para la renta, comer y todavía les quedaba algo más. Posteriormente se trasladó a Ixtapa Zihuatanejo, Lázaro Cárdenas, Tecomán y Manzanillo, cuenta que cuando llegaron a Colima “estuvimos viviendo en la calle Revolución 298, abajito del Jardín Núñez, se llamaba ‘Pensión Colima’, nos fue muy bien, nos pasamos para Ciudad Guzmán, Tamazula, Tuxpan y Zapotiltic”. La clave del éxito de este negocio radica en el atractivo que representan los carritos chifladores al llegar a determinada ciudad, Maximino opina que “esto es como novedad, no había carritos, no habían entrado y se nos vendía demasiado, porque dejamos de venir un tiempo, la gente como que le atrae, y cuando estamos de continuo como que ya no compran”. Es cierto, el sonido que producen los carritos camoteros parecidos a una pequeña máquina locomotora llama la atención y abre el apetito, el chiflido característico de estos cochecitos se produce porque: “en el tanquecito verde ahí le echamos agua y lleva una llave de paso, entonces con lo caliente el tubo lleva un tipo silbato, entonces le abre la llave, para que salga muy poquita agua, y como está bien caliente el tubo, esa es la que hace el ruido, el tubo está al rojo vivo. Hemos tenido cuidado, hay veces que vienen corriendo los niños, y pues para eso estamos, uno ya los ataja, les decimos que está caliente, lo que está más caliente es todo el tambo”. Aquí vale decir que Maximino trabaja acorde al principio popular: “de lo bueno poco”, ya que los camotes y los plátanos tatemados son un antojo que se disfruta entrada la noche y más acompañándolos con leche o un cafecito, y que conste que no llevo comisión por afirmar lo anterior, asegura Máximo: “aquí en Colima tengo muchos clientes, personas mayores, que me dicen ‘los quiero así solos para mi leche por la diabetes’, es que le echamos cajeta o leche Nestlé”. Maximino nos cuenta el procedimiento del tatemado: “el camote se lava, lo echamos a cocer, el camote dura una hora o una hora veinte minutos, el carrito lleva una charola donde ahí mismo se tateman los camotes, es un cajón que va forrado, no sé si por ahí a los clientes les hayan salido los plátanos que saben a humo, saben malos, por eso va forrado con lámina gruesa; el plátano se coce de una hora a una hora cuarenta y cinco minutos”. Si hay algún lector interesado en saborear el camote o el plátano, tatemado por supuesto, Máximo sale al filo de las 7 de la tarde de su domicilio ubicado en Constitución 212 para iniciar su recorrido y en estos tiempos capoteando el temporal: “Me afecta, si llueve como a las 9 de la noche y no se quita la gente no sale a comprar; pero si llueve como a los ocho y se quita, ¡Huy, oiga usted, se vende como pan caliente!”. Así que aprovechemos la estancia de Maximino en nuestro terruño porque dice que: “pienso quedarme aquí otro año, estando estacionado en un solo lugar no da resultado; inclusive cuando hay feria hay mucha gente, pero ahí no nos compra, la muchachada como que les da vergüenza”; el dicho de Maximino puede ser cierto, quizá en la feria les recuerden el estribillo que cantaba Antonio Aguilar: “ya ni escuchas el pitido de mi carro de camotes, ahora algún individuo te pasa pitando en coche, ya cambiaste el morralito por una bolsa de broche”. PLAZA CULTURAL DE La piedra J.S.T. Urruzola Huracán Xavier Paredes Es la lluvia de octubre Una luna extraviada En medio del desastre Canción de Julia Alberto Ocón Ventura Una estela luminosa Crece en sus ojos oscuros Su mano baila Su mirada canta Una sonrisa musical ¡Escuchen! La cancón de Julia Mi amigo Tomás, mi hermano José y yo charlábamos de pie en la playa. De pronto José se agachó, desenterró una piedra plana, la colocó sobre su pie y propuso: que no caiga (lo dijo como si la piedra fuese un balón). Se la pasó a Tomás y este no pudo controlarla. Tomás puso la piedra en su pie y me la lanzó. Yo traté de neutralizar el impacto acompañando la trayectoria con un movimiento rápido de tobillo, pero la piedra rebotó en mis metatarsos y cayó al suelo. No era fácil ni divertido. Parecía absurdo continuar. Pero seguimos: coloqué la piedra sobre mi pie y se la lancé a José. Así sucesivamente. Una y otra vez. Calculo que estuvimos intentándolo sin éxito unos veinte minutos, aunque quizá fueron más. José fue el primero que logró controlar un pase mío: lancé la piedra muy alto, mi hermano le dio un toque hacia arriba con la rodilla y cayó muerta sobre su pie. Nos partimos de risa. Unos diez tiros más tarde, yo controlé un pase de Tomás con el mismo método que José, y volvimos a reír. Reíamos porque parecía más difícil, a priori, detener la piedra así. De cualquier manera, estaba claro para los tres que los pases controlados de ese modo eran nulos: la piedra debía pasar limpiamente de pie a pie, nada de acomodarla antes con la rodilla. El objetivo, según el reglamento no escrito del juego, era que todos lanzásemos y controlásemos la piedra una vez consecutivamente, es decir, que yo le pasara la piedra a José y él la controlara, que él se la lanzara a Tomás y este la controlara y que Tomás me la pasara a mí y yo la controlara. Ahí sí, fin del juego. Parecía imposible, pero seguíamos intentándolo, incluso reflexionábamos sobre cuál era la técnica más apropiada para lanzar y bajar la piedra. Al rato se me ocurrió una nueva norma, muy importante: si yo le lanza- ba la piedra a mi hermano, por ejemplo, y él no lograba controlarla, era yo, y no él, quien debía agacharme y colocarla en su pie de la mejor manera posible para que él diera el pase a Tomás. Lo consideré un acto de humildad y también de participación; así, si un lanzamiento tenía éxito todos éramos parte de ese éxito: uno por la correcta colocación de la piedra en el pie del otro, el otro por el buen lanzamiento y el último por el buen control, que sin duda era lo más difícil. Fuimos mejorando. La clave estaba en situarse muy cerca del compañero y en lanzar la piedra verticalmente, detenida en su centro. El receptor debía, simplemente, colocar el empeine debajo y amortiguar el impacto bajando el pie con sutileza. Cada vez estábamos más cerca. Los tres conseguíamos frecuentemente completar algún pase, pero nunca dos seguidos, menos aún tres. Unas veinte personas nos observaban expectantes. Le pasé la piedra a José de forma óptima pero no pudo controlarla. Me agaché y la coloqué sobre sus dedos con cuidado. Y ya la piedra no volvió a tocar el suelo. Fue increíble: de su pie fue al de Tomás, del de Tomás al mío, del mío, de nuevo, al de José. El círculo se cerró. Eso se llama protagonizar el milagro. Todos los que nos rodeaban aplaudieron, no sé si nuestra hazaña o nuestra alegría. Los tres corrimos al mar y lo celebramos, eufóricos, entre las olas. Así se crea el juego de la piedra: se intenta, se establecen normas, funciona, es perfecto. ¿Y después? Después imaginad que no se puede parar, que hay que continuar jugando. Entonces habría que intervenir en lo ya concluido, en lo perfecto, y destruirlo, para ir nuevamente en su busca. Pues bien, así echa a andar el mundo tras la creación, así es como el hombre se desenvuelve en la existencia. 3 4 Ágora PLAZA CULTURAL DE VIÑETAS DE LA PROVINCIA Detalle de buen juicio Don Manuel Sánchez Silva Al poco tiempo de haber asumido el gobierno de Jalisco, el licenciado Jesús González Gallo integró un comité constructor de escuelas rurales, del que formaron parte el profesor Pablo Silva García, en su carácter de director de Educación Pública Federal en Jalisco, y el profesor García Ruiz, por entonces secretario particular del señor gobernador. Dicho organismo contó siempre con el apoyo moral y económico del mandatario jalisciense, y es de justicia subrayar que sus componentes justificaron la confianza que en ellos se depositó, pues como resultado de su esfuerzo personal, espíritu de iniciativa y buena voluntad, en armonía con la generosidad económica de que dispusieron, les fue posible desarrollar una admirable campaña de construcciones escolares, lavantadas hasta en los más pequeños y recónditos lugares de la entidad. No era el licenciado González Gallo afecto al exhibicionismo, al que deliberadamente rehuía, sustentando la tesis de que las obras públicas ejecutadas por un gobierno son la consecuencia del cumplimiento de un deber, y que los funcionarios públicos no tienen derecho a premio alguno por el cumplimiento de la misión que han aceptado. En esa virtud y de acuerdo con la política seguida por el presidente Ruiz Cortines, que también rechazaba la publicidad estrepitosa, las escuelas erigidas durante el periodo del mencionado profesionista, únicamente ostentaban una placa de referencia cronológica, con relación a la fecha de su inauguración. 5 Ágora PLAZA CULTURAL DE De conformidad con este sistema, los sitios adecuados para construir planteles no se localizaban en función de su visibilidad, sino de su estrategia. Es decir, se hacía llegar la escuela a los núcleos de población infantil, en vez de obligar a los alumnos a ir a la escuela a través de largos recorridos. Y sucedió una vez, que los profesores Silva García y García Ruiz decidieron sorprender gratamente al señor gobernador con la construcción de una escuela en las inmediaciones de su pueblo natal: Yahualica. Sin previa información, iniciaron las obras, y cuando estuvieron concluidas le anunciaron la buena noticia: –Señor gobernador, sin su consentimiento hemos levantado una escuela rural en Yahualica. Pensamos que será de su agrado... –Desde luego que lo es, pues mucha falta hacía. ¿Y dónde la hicieron? –En Yahualica, pero nos reservamos al lugar exacto hasta que usted vaya a inaugurarla. Esto será cuando lo estime conveniente. –Pues el sábado de esta semana. Nos iremos temprano... Cuando en la mañana del día fijado, el gobernador, los profesores Silva García y García Ruiz, y gran número de funcionarios y amigos llegaron a la intersección donde arranca el camino a Yahualica, encontraron reunida a la mayor parte del pueblo. Hombres, mujeres y niños portaban cartelones alusivos, y los visitantes fueron recibidos con una cerrada ovación y con el alegre ritmo de “Guadalajara”, tocado por un mariachi bullanguero. Colima (4 de agosto de 1963) Como en todas las ocasiones de esa naturaleza, hubo discursos elogiosos, vivas al gobernante y la inevitable comida regional, transcurrida en medio de un general alborozo. Sin embargo, los íntimos del licenciado González Gallo pudieron advertir los casi imperceptibles signos de una contrariedad, que ensombrecía el rostro del mandatario. Cuando terminó la fiesta y a las primeras horas del crepúsculo se inició el regreso a Guadalajara, el gobernador dijo a los profesores Silva García y García Ruiz: –Les agradezco mucho su atención. En realidad, me sentí conmovido, pero... ¿cuánto salió costando la escuela? –Poco más de veinte mil pesos, licenciado. –Pues me van a hacer el servicio de demolerla y de construir otra igual en algún lugar céntrico. Esta la hicieron materialmente sobre la carretera, y quienes de paso la adviertan no dirán que se levantó para prestar un servicio social, sino para hacernos propaganda... –Oiga usted, señor gobernador, pero es que el costo... –No se preocupen por eso -interrumpió González Gallo-, sería injusto que el comité perdiera un solo centavo por mi culpa. La nueva escuela la pagaré yo íntegramente... Pueden empezarla mañana mismo... Y se demolió la escuela acabada de inaugurar y el gobernador aportó el dinero suficiente para hacerla de nuevo... pero no en lugar visible. * Periodista, escritor y fundador de Diario de Colima.† Sergio A. Portillo Ceballos Jardín que embelesa a quien sueña voz que resume un poema de vida y luz una loa salerosa a la tierra costeña tu marcha inspirada es himno de amor. Princesa hechicera tu sangre es de palma, tejuino, melones y miel abundante. Embrujo de estrella, nobleza y estampa tu brazo, tu tierra, son temple y vigor. Tus labios brillantes de arena salada injerto de vida del mango-limón. Embriagas el alma caliente y alada con pulpa de besos, suspiros y amor. Con la brisa de una dulce melodía desde lo alto colman flores tus canastos. Fotos: Jesús Soto Como cromo y firme luz del mediodía reverdeces jubilosa con tus pastos. Cantón iguanero, fritangas y churros tu Piedra Lisa atrapa la gente entera, mojigangos bailones pasean entre charros, Los profesores Silva García y García Ruiz decidieron sorprender gratamente al señor gobernador con la construcción de una escuela en las inmediaciones de su pueblo natal: Yahualica. Sin previa información, iniciaron las obras, y cuando estuvieron concluidas le anunciaron la buena noticia. bravos, tus toros bufan en La Petatera. Preciosa, tu Catedral rezuma fervor y brillo. Tradición y gala son Hotel-Casa Ceballos. Avellaneda refiere dichosa al Portal Portillo. Tu kiosko: bombón de flores y garbosos tallos. El astro dorado abraza tu cielo lindo, chupando conos sabor a vainilla y nuez, tu marimba huele a pellizco de tamarindo, romances de malecón, mariscos y calidez.
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