Capítulo I: “El Obrero y la gente pobre”

Si LOS BARRIOS OBREROS Y LA GENTE POBRE.
MODELOS DE VIVIENDA OBRERA Y
DESARROLLO URBANO EN BOGOTÁ 1900-1936
César Augusto Moreno Ortiz
Requisito parcial para optar por el título de Historiador
Director: Germán Rodrigo Mejía Pavony
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
BOGOTÁ: FEBRERO 5 2016
1
Contenido
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................. 4
Capítulo I: “El Obrero y la gente pobre”: Representaciones a comienzos de siglo XX en la
sociedad capitalina y el debate por los barrios obreros en Bogotá (1900-1936) ........................... 15
El Obrero ..................................................................................................................................... 15
El discurso higienista en Bogotá ................................................................................................ 20
La Junta Central de Higiene ...................................................................................................... 22
Registro Municipal de Higiene y salubridad ............................................................................ 24
El servicio de agua y la dotación de servicios públicos en Bogotá durante primeras décadas
del siglo XX. Problemas de salud publica ................................................................................. 26
La Crisis de la salud Pública en Bogotá. Primeros años del siglo XX .................................... 31
La Crisis Habitacional en Bogotá. Primeros años del siglo XX .............................................. 33
El City Planing............................................................................................................................. 35
La ciudad moderna ..................................................................................................................... 37
El debate de los Barrios Obreros y los cambios en el entorno urbano. Bogotá 1912-1913 ... 39
El caso del barrio Unión Obrera (La perseverancia) ............................................................... 41
Capítulo 2. El deber ser del barrio obrero Y Legislación urbana en Bogotá 1900-1936 .......... 43
¿Qué es un barrio obrero?.......................................................................................................... 44
Tipos de vivienda obrera en Bogotá a comienzos de siglo XX ................................................ 45
Los Barrios obreros en Bogotá ................................................................................................... 47
Normatividad sobre Edificaciones y licencias de construcción. Acuerdo 10 de 1902 ........... 53
Los barrios para obreros y el ensanchamiento de la ciudad ................................................... 56
Justificación del barrio obrero. El buen obrero ........................................................................... 57
El paseo Bolívar. “Un suburbio antihigiénico”........................................................................ 60
Gestión Nacional sobre barrios obreros Ley 46 de 1918 ......................................................... 66
Dirección General de Higiene..................................................................................................... 69
La Junta de habitaciones para obreros ..................................................................................... 71
El deber ser del barrio obrero .................................................................................................... 72
Ingeniería sanitaria. Alberto Borda Tanco ............................................................................... 73
¿Dónde se debía construir un barrio obrero?........................................................................... 75
Habitaciones obreras en Bogotá Camilo Tavera Zamora 1922 .............................................. 78
Recomendaciones para la construcción de vivienda obrera .................................................... 80
2
Capítulo 3 ......................................................................................................................................... 83
Los primeros barrios obreros en Bogotá 1900-1936 .................................................................... 83
Licencias de construcción y vivienda obrera ............................................................................ 86
Modelos y planos de vivienda obrera .......................................................................................... 90
La aprobación de los planos ....................................................................................................... 94
Vivienda obrera por Iniciativa privada. El caso del Barrio Antonio Ricaurte ..................... 98
El Barrio Ricaurte. Un verdadero Barrio para obreros ........................................................ 100
Acción Católica, entidades de Beneficencia y vivienda obrera. Caso de barrio Villa Javier
..................................................................................................................................................... 102
El Barrio Primero de Mayo y el City planing .......................................................................... 106
Del paseo Bolívar al Barrio Centenario .................................................................................. 109
Conclusiones .................................................................................................................................. 115
Bibliografía .................................................................................................................................... 118
3
INTRODUCCIÓN
El estudio de los barrios obreros es uno de los temas más interesantes para adentrarnos en el
mundo de la Historia urbana de la Bogotá de comienzos de Siglo XX. El interés por
estudiar estos temas que corresponden a los barrios obreros y la vivienda obrera, proviene
de las curiosas justificaciones que dieron vida a estos proyectos urbanísticos y la manera
como se llevaron a cabo.
El propósito de este trabajo consiste en el estudio de los barrios para obreros como
propuesta a novedosa y como modelo de vivienda destinado para la vida de los sectores
populares de la capital y para explicar lo anterior es necesario comprender la crisis de salud
pública y los problemas ocasionados por el déficit habitacional que afectaba a la ciudad
durante los primeros años del siglo XX, eventos que darían origen a un extenso debate
sobre cómo debían mejorar las condiciones de las viviendas de los obreros y donde se
deberían construir estos barrios.
Todas estas propuestas formaron parte de un debate que se extendió durante las primeras
tres primeras décadas del siglo XX, el cual es el tiempo propuesto de estudio que
comprende los años de 1900 a 19361. Dicho debate giro entorno a encaminar a una ciudad
que ya venía presentando cambios y diversas transformaciones en el espacio urbano,
relacionadas con el desarrollo capitalista y la aparición del obrero como agente de dichas
transformaciones.
Es en este punto donde entra el obrero con un papel protagónico en este tipo de
transformaciones urbanas y como actor social de los cambios que vivía la ciudad moderna
que ya se venían dando desde las últimas décadas del siglo XIX, y que son producto de
los cambios que comenzaron a transformar la antigua estructura social heredada de tiempos
coloniales y de la aparición de talleres manufactureros y las primeras fábricas en Bogotá.
1
El tiempo de estudio propuesto para este trabajo, se extiende hasta el año de 1936 con el fin de incluir al
barrio obrero el Centenario dentro de la temática.
4
Para ser un poco más claro, en Bogotá durante los primeros años del siglo XX, el obrero
era cualquier trabajador manual asalariado ocupado en los oficios manufactureros o en los
sectores de obras públicas y construcción, término que da a entender el impacto de las
luchas sociales de la clase obrera a nivel internacional.
El obrero era parte importante en los problemas urbanísticos que vivía la capital, dado que
una gran mayoría de obreros ocupaban las zonas periféricas de la ciudad debido a la poca
oferta de vivienda que los llevo al hacinamiento de gran parte de la población obrera en las
llamadas casa tiendas o tiendas ciegas, las cuales se caracterizaban por ser pequeños
espacios carentes de ventilación e iluminación.
Los síntomas de crecimiento urbano se manifestaron en la poca oferte de vivienda y los
altos precios de esta, lo que llevó a que la población más pobre de la ciudad habitara en
estos espacios. La ciudad estaba creciendo y lo hacía de manera desorganizada debido a la
poca planeación que se tenía para controlar el crecimiento acelerado de la ciudad.
En este tipo de vivienda que predomino a finales del silgo XIX y comienzos del XX vivían
los obreros hacinados con sus numerosas familias. Por lo general se trataba de un cuarto
de reducido espacio carente de retretes y que cumplía a su vez la función de cocina. Este
tipo de vivienda se popularizó en Bogotá debido a la poca oferta lo que supuso un
problema de salud pública debido a las precarias condiciones de hacinamiento en las que
habitaban los obreros, y que favorecían el contagio de enfermedades y la proliferación de
estas.
Fue entonces muy común para los bogotanos, asociar el término obrero con el de “pobre”.
Los pobres que habitaban la periferia de la ciudad, en ranchos
o tugurios de pobre
fabricación que adornaban el paisaje urbano, a los que la gente comenzó a llamar obreros,
proletarios, la clase popular, que vivían hacinados y que padecían de una pobreza extrema.
Fue esta una manera muy fácil de reunir a todo este conglomerado de grupos sociales en un
solo referente, el de pobre.
No todos los obreros habitaban en condiciones de pobreza extrema o padecían de
hacinamiento, la mayoría eran trabajadores ocupados en distintas aéreas como zapateros,
artesanos, constructores, sastres a los que caracterizaba la labor manual, motivo por el cual,
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se les incluyo en la representación de obreros, el cual también hacía referencia al de pobres
y cuyo común denominador fue las míseras condiciones de vida de las clases populares o la
denominada clase obrera.
La historiografía urbana de Bogotá durante la primera mitad del siglo XX está compuesta
de numerosos estudios sobre las transformaciones a partir de la expansión del área urbana
y de la aparición de las barriadas populares o barrios obreros en el paisaje urbano. Este es
un tema bien estudiado y con una gran variedad de puntos de vista, los cuales orientaron
este trabajo, el cual busca sumarse y contribuir a la historiografía sobre barrios obreros e
historia urbana de Bogotá.
Este trabajo toma como referencia los estudios sobre vivienda obrera, en la Tesis para
Maestría de Ángela Isabel Rodríguez Leuro “La junta de Habitación para obreros 19191927 caso barrio Primero de Mayo” al precisar un tema relacionado al cual se está
proponiendo para este trabajo, que es el estudio de los barrios obreros y el surgimiento de
estos como modelo y de vivienda higiénica, además de una propuesta para el desarrollo
urbanístico de Bogotá durante las tres primeras décadas del siglo XX.
De igual manera existen otros trabajos los cuales sirvieron como referencia para este
estudio, como el de Carlos Ernesto Noguera “La higiene como política, Barrios obreros y
dispositivo higiénico, Bogotá y Medellín a comienzos del siglo XX” en donde se habla sobre
los barrios obreros y su papel como dispositivo de control social de los sectores populares,
haciendo referencia a estos barrios como uno de estos dispositivos.
Desde la arquitectura también se ha abordado del tema de los barrios para obreros. El
trabajo de Yarleys Pulgarín “vivienda estatal obrera de los años 30 en Bogotá. Los casos
de los barrios Restrepo y Centenario” tiene en cuenta a los barrios para obreros como
propuesta urbanística desde el análisis de los aspectos espaciales como la morfología de los
barrios, la proporción de espacios dedicados a las zonas verdes, la proporción de áreas
construidas con respecto al terreno y el equipamiento de servicios públicos, los cuales
permiten el análisis del tema desde la propuesta urbanística que representaban los barrios
obreros.
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Cuando se profundiza en los temas de vivienda obrera, resalta el caso del paseo Bolívar
como ejemplo de las resoluciones municipales. El estudio sobre esta barriada de comienzos
de siglo ha sido abordado por muchos trabajos, pero cabe resaltar el estudio de Luis Carlos
Colón “El saneamiento del paseo Bolívar” como trabajo que se enfoca en los elementos del
discurso higienista que influyeron en la toma de decisiones y en la determinación de la
expropiación de los terrenos y el manejo que el municipio les dio, con el fin de higienizar
mediante la supresión de los tugurios y ranchos allí construidos y la reubicación de sus
gentes en un barrios para obreros, el cual sería el Centenario.
Para este estudio se hace una aproximación al debate sobre los barrios obreros a partir de la
crisis habitacional y de salubridad que afrontaba la ciudad durante la fecha propuesta de
estudio (1900-1936). Para lograr esto se utilizaron diversas fuentes primarias como prensa
y la revista ilustrada Cromos como fuente de la época que nos ayudaría a contextualizar el
problema de los barrios obreros, saber que sucedía en Bogotá y que perspectivas se tenían
acerca de estos problemas de la época. La prensa de la época también es de suma
importancia pues contribuye con la contextualización del tema.
Para hablar sobre la introducción del obrero en el estudio de estos fenómenos urbanos se
tendrán en cuenta algunos trabajos sobre la denominada clase obrera, “Gente Muy Rebelde,,
mujeres, artesanos y protestas cívicas” De Renán Vega y “Ni amos ni siervos, memoria
obrera de Bogotá y Medellín 1910-1945” de Mauricio Archila para comprender de que
manera el obrero encajaba en este nuevo modelo de desarrollo capitalista y de
transformaciones urbanas y su papel en las transformaciones urbanas de comienzos de
siglo.
Una de las fuentes cuyo valor es imprescindible para este trabajo, es el Registro municipal
de Higiene, el cual es un boletín emitido por los organismos de salud pública de la ciudad y
en donde se tomaba registro de todo lo registrado a nivel de las condiciones higiénicas dela
ciudad. En este boletín se encuentran los datos proporcionados por los hospitales y demás
instituciones relacionadas con la salud pública de la capital con el fin de llevar una
estadística de defunciones, contagios de todo tipo de enfermedades, mortandad infantil,
nacimientos en la ciudad, con el fin de prevenir enfermedades y controlar la salud de los
ciudadanos.
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Entre los datos que se encuentran en el registro se hace mención al estado de las
condiciones higiénicas de la capital, como el estado de las calles, ríos, avenidas, plazas y
las alcantarillas. También se toman en cuenta el estado de las edificaciones, como el
matadero municipal y el estado de las casas o habitaciones. Llama la atención este último
tema sobre las habitaciones pues es el que corresponde a este trabajo, donde es evidente en
el mal estado de estas y el mal acondicionamiento de las viviendas que eran ocupadas por
obreros o gente pobre.
En este punto comienza el debate sobre los barrios obreros pues son los primeros estudios
sobre el estado de las habitaciones en Bogotá y en donde por primera vez se recomienda la
construcción de vivienda para obreros adecuada, siguiendo todas las normas urbanísticas y
de higiene que mejorara las condiciones de vida de quienes las habitaban.
Este fenómeno sanitario que afrontaba Bogotá a comienzos de siglo, nos lleva a considerar
otros estudios como los del profesor Germán Mejía, “Los años del cambio, Bogotá Historia
urbana” en donde se trabaja con los datos arrojados por un censo de 1921, para darnos
herramientas necesarias para comprender
otro de los problemas que afectaba a los
bogotanos, la crisis demográfica de la ciudad y los cambio drásticos en la densidad
demográfica y la transformación del espacio urbano.
El discurso higienista juega un papel muy importante en la formulación de soluciones a los
problemas de los obreros y las condiciones higiénicas de las viviendas que habitaban, para
esto, se tomaron en cuenta algunas tesis de medicina y otros tratados de ingeniería sobre
vivienda obrera higiénica. Esto con el fin de hacer un análisis de las diversas propuestas de
barrios obreros y viviendas que mejorarían las condiciones de vida de quienes habitaban
allí. Para esto se tomó en cuenta una Tesis de 1922 realizada por Camilo Tavera sobre
habitaciones para obreros y un escrito sobre ingeniería sanitaria de Alberto Borda Tanco de
1920.
Sumándose al debate, el punto de vista de médicos, arquitectos e ingenieros fue de suma
importancia para elaborar las propuestas de vivienda para obreros que construirían en la
capital y que buscaban encaminar a esta creciente urbe por los caminos del planeamiento
urbano.
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El City Planing es entendido como un discurso urbanista que comenzó en Europa durante el
siglo XIX y que fue introducido en Colombia con el fin de planear el crecimiento urbano,
recurriendo al embellecimiento de las ciudades y en la transformación del espacio urbano
para garantizar el goce de una vida sana de sus habitantes. De parte de este discurso se
desprende la política de barrios obreros, debido a la importancia que tuvo la construcción
de vivienda y estos barrios como
uno de los ejes dinamizadores y reguladores del
crecimiento urbano.
A medida que la ciudad iba creciendo, se agudizaba el problema de hacinamiento y el
deterioro de la salud pública de los bogotanos era cada vez mayor, fue necesaria entonces
la toma de medidas para contrarrestar estos problemas y planificar la ciudad. Ya no era
cuestión de debate de médicos e ingenieros sino que requería la atención de la
municipalidad, para que procediera de manera más efectiva, elaborando una serie de
medidas que constituirían una política de barrios obreros en la capital.
El carácter de política de barrios obreros es parte del debate que se presentó y que indica la
relevancia y trascendencia en las políticas de transformación urbana, que significó la
vivienda para obreros hasta convertirse en parte importante de una legislación urbana que
buscaba el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas. Para esto, se tuvieron
en cuenta todo tipo de decretos y acuerdos emitidos por la municipalidad y que tenían como
fin reglamentar el tipo de construcciones y por supuesto de vivienda obrera de la capital.
Como punto de partida tenemos el Acuerdo 10 de 1902 el cual constituye una de las
primeras legislaciones urbanas, la cual contenía los requerimientos de cada tipo de
construcción o edificación y modificación de predios. La Ley 46 de 1918 evidencia la
trascendencia que tuvo la necesidad de mejorar las condiciones de vida del obrero y el
impacto de las enfermedades en la población que carecía de servicios públicos y viviendas
higiénicas. El estudio de esta normatividad urbana y política de los barrios obreros nos
ayuda a comprender los siguientes interrogantes: ¿cómo se llevaron a cabo los primeros
barrios para obreros de la capital?, ¿Cómo se construyeron? ¿Cómo se financiaban? ¿Cómo
debían construirse las casas? ¿Dónde debían construirse los barrios obreros? Y ¿para qué
construir vivienda obrera?
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Tenidos en cuenta todos los componentes de la legislación urbana sobre vivienda obrera
se hace un estudio de los planos y licencias de construcción. La rigurosa normatividad
sobre construcciones establecía los requisitos para levantar cualquier tipo de edificación o
la modificación de estas. Por este motivo el estudio de los planos de algunas viviendas
obreras
provenientes de los fondos catastro, licencias de construcción, Unidad
Administrativa especial de rehabilitación vial y dirección de obras públicas en el Archivo
de Bogotá, nos permite ver de qué manera se estaba aplicando toda esta normatividad a los
diseños de las casas y los barrios, para poder entender que se estaba construyendo en
Bogotá por vivienda obrera.
Para esto acudimos a los fondos de catastro donde se encontraban en su mayoría los planos
de las viviendas obreras enviadas a la alcaldía para que esta concediera la aprobación de
construcción. Las licencias nos permiten ver cómo eran los trámites y cuáles eran los
requisitos con los que se debía contar para obtener el visto bueno para las construcciones.
También se consultaron los fondos de quejas y reclamos para tener un mayor entendimiento
del proceso de construcción y los problemas que atravesaron los obreros para llevar a cabo
sus construcciones y la consolidación de los barrios.
Esto último permite sacar conclusiones de si en Bogotá durante el periodo propuesto de
estudio 1900- 1936, se construyó un modelo vivienda obrera que respondiera a las
necesidades de los más pobres de la capital y comprender si el proceso de los barrios para
obreros fue satisfactorio o terminó siendo un negocio del que se lucraron unos pocos que
especularon con el precio de la tierra y de las viviendas.
El estudio de toda la normatividad y todo el material documental que incluye mapas de la
ciudad, planos de urbanizaciones obreras, planos de viviendas y de lotes, permite orientar
esta investigación, la cual constituye uno más de los trabajos sobre barrios obreros en
Bogotá y sobre historia urbana de la capital, indagando por el barrio obrero como eje de
desarrollo urbano.
El trabajo se compone de tres capítulos en el que se encuentran un estudio sobre los barrios
obreros y vivienda durante el debate que transcurrió durante los años de 1900 a 1936, por
ser una fecha clave en la historia urbana de Bogotá. Para el primer capítulo “El obrero y la
10
gente pobre” Representaciones del obrero a comienzos del siglo XX en la sociedad
capitalina. El problema de la Higiene” se propone contextualizar el problema de los
barrios obreros, refiriéndonos a la problemática urbana que afrontaba la ciudad y la
dotación de servicios públicos, haciendo énfasis en los problemas de higiene que vivía la
ciudad a comienzos de siglo, como resultado de los procesos transformadores provenientes
del desarrollo capitalista y los distintos elementos que trajeron consigo dichos cambios en
la estructura de la ciudad.
Teniendo en cuenta que gran parte de la población capitalina habitaba en este tipo de casa
tiendas y la importancia del discurso científico en la sociedad capitalina a comienzos de
siglo, los barrios obreros surgen de este saber que partían de hacer una profilaxis de la
población, por lo que la mayoría de fuentes nos remiten a conferencias medicas y a
elementos como el Registro Municipal de Higiene y Salubridad, pues son las primeras en
señalar el problema de salud pública de representaban para la ciudad la existencia de este
tipo de habitaciones y recomendaban siempre la construcción de barrios obreros para este
problema..
Es de suma importancia para este trabajo la inclusión del tema de City Planing o
planeamiento de la ciudad,
el cual fue introducido en Colombia por ingenieros y
urbanistas, muchos de ellos con estudios en el exterior y asistentes a los congresos sobre
urbanismo que ce celebraron el Europa a finales del siglo XIX. El City planing se
desprende el discurso científico y busca someter el crecimiento de las ciudades europeas a
un planeamiento riguroso para controlar el crecimiento de las ciudades más grandes del
viejo continente. Uno de estos pilares sería el de los barrios obreros el cual se popularizó en
Europa y fue introducido como tema de debate en Colombia durante los primeros años del
siglo XX cuyo fin estaba orientado hacia el ornato de la ciudad.
Para el segundo capítulo. El deber ser del Barrio obrero y legislación urbana en Bogotá
1900-1936. Se parte del estudio de las características de la vivienda en Bogotá basándonos
en varios trabajos, que incluyen una tesis doctoral de medicina sobre barrios obreros de
1922 y que también nos permitirá indicar cuáles eran de los barrios conocidos como
obreros y las características de cada uno. Estos distintos focos obreros fueron apareciendo
en el paisaje urbano. Unos al sur occidente de la ciudad por la franja del río San Cristóbal y
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otros más numerosos hacia el sector de los cerros orientales y el Norte, conformando un
cinturón de miseria sobre la ciudad.
Este problema preocupaba no solo a las autoridades municipales sino también a diversos
sectores de la comunidad científica, quienes inmersos en el discurso higienista y
progresista,
que influyeron
en todas las esferas de la elite intelectual en Bogotá,
aportaron su granito de arena para darle solución a los problemas que aquejaban la ciudad.
Fueron estos, portadores del discurso higienista y emprendieron una cruzada para sanear la
ciudad, librarla de los focos de infección que suponía la existencia de sectores donde
habitaban los obreros conocidos como los barrios obreros.
De esta manera nos adentramos en el “deber ser” del barrio obrero. A partir de dos
componentes esenciales que soportan este estudio. El primero se trata de la normatividad
urbana sobre vivienda obrera en Bogotá, partiendo del año de 1902 con el Acuerdo 10
como una de las primeras legislaciones urbanas que buscaba someter a un riguroso control
todo tipo de construcciones en Bogotá. Esta puede ser vista como una política urbana que
buscaba planificar el crecimiento y todo tipo de construcciones en Bogotá.
El segundo elemento proviene de la mirada de la comunidad científica y las soluciones
contempladas por un grupo de médicos, ingenieros y urbanistas los cuales buscaban desde
sus disciplinas, soluciones a los problemas de la ciudad.
De este enfoque científico se desprende la solución urbanística vista en la construcción de
vivienda higiénica y urbanizaciones para obreros con los requisitos básicos para el goce de
una vida sana, a la vez que se corregían los problemas de salud pública de la ciudad
mediante casas mucho más higiénicas con ventilación, iluminación, agua potable,
alcantarillado y servicios públicos.
En este capítulo también corresponde el estudio del caso del “Saneamiento del paseo
Bolívar”, un lugar considerado por muchos como un suburbio antihigiénicos y el foco más
grande de infección de la ciudad, compuesto por numerosos ranchos y chozas construidos
en los alrededores de los cerros orientales, lo habitaban numerosas familias obreras que
Vivian en las peores condiciones higiénicas y catalogado como el peor de los males que
afectaban a la ciudad.
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El proceso del Saneamiento del paseo Bolívar constituye uno de los ejemplos más claros
sobre como la ciudad afrontó el tema de la aparición espontanea de vivienda antihigiénica e
ilegal que comenzaba a manifestarse en Bogotá a inicios de siglo y las medidas tomadas
para resolver este problema consistieron en la expropiación de los predios que
correspondían al sector del paseo Bolívar y la reubicación de los obreros que allí habitaban,
en un verdadero barrio obrero, el cual sería el origen del barrio el Centenario.
El estudio de los barrios obreros y la justificación de estos, estaría incompleta sin el
estudio de uno de los factores determinantes en el desarrollo de una política urbana y en un
marco legal que permitió que los barrios obreros se convirtieran en un elemento prioritario
en el desarrollo de la ciudad y uno de los pilares urbanísticos de la ciudad futura. Estamos
hablando de la epidemia de gripe española que sacudió a la Bogotá entre Octubre y
Noviembre de 1918. Su impacto en la población más pobre y necesitada de la ciudad hizo
más que necesaria una política de vivienda para obreros y seria la justificación de la Ley
46 de 1918, la cual sería la normatividad estructural para vivienda obrera.
Un componente clave para abordar este trabajo es entender que los barrios obreros no
consistían únicamente en una solución urbanística para mejorar las condiciones de higiene
de la población, sino que tenían también una intencionalidad de control social sobre los
obreros. Algunos autores Como Carlos Ernesto Noguera se refieren a
las políticas de
higiene que se llevaron a cabo este periodo como un “Dispositivo Higiénico” que más allá
de transformar las condiciones de salubridad de la población obrera buscaba transformar
los vicios que caracterizaban a los obreros, como la bebida y los juegos de azar.
De esta “Cruzada” por la redención moral del obrero dados los males que afectaban a los
pobres, formaron parte no solo las autoridades municipales sino también la iglesia católica
y las entidades de beneficencia las cuales buscaban además de mejorar las condiciones de
vida del obrero, educarlos como buenos cristianos, e inculcando en ellos las buenas
costumbres y la importancia del ahorro. De estos proyectos nace en 1912, gracias a la
iniciativa del Jesuita el padre Campoamor el barrio Villa Javier, el cual sería construido en
lo que era el sur de la ciudad, como una urbanización para obreros donde estos podían
tener acceso a una vivienda digna e higiénica por módicos precio de alquiler,
con
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posibilidad de financiación, y a su vez eran educados en valores cristianos, mientras se
moldeaba el comportamiento de los obreros de la familia obrera.
El Tercer capítulo Los primeros barrios obreros en Bogotá 1900-1936. De
una
legislación urbana a una realidad. Aborda la puesta en práctica de la normatividad
urbana y la teoría sobre barrios obreros desde el estudio de los Acuerdos municipales que
aplicaban a la construcción de vivienda obrera en Bogotá. Partiendo del estudio de las
licencias de construcción y de los planos de vivienda obrera podemos observar de qué
manera en la ciudad se estaban aplicando las recomendaciones sobre construcciones
higiénicas en los diseños, como hogares que contaran con suficiente espacio para la
iluminación y ventilación como también que contaran con servicios públicos.
A partir de este estudio podemos reconocer distintos modelos de vivienda que dieron vida a
los primeros barrios para obreros de la ciudad, analizando cada una de las propuestas de
vivienda, verificando si estaban acordes con la legislación y si cumplían con los
requerimientos de higiene.
También se tienen en cuenta los tramites que se llevan a cabo para construir un barrio
obrero partiendo de los casos en que el barrio surge por iniciativa particular, donde los
mismos obreros adquieren los lotes, o dejan en manos de urbanizadores privados la
construcción de su vivienda y de los barrios que surgen por iniciativa municipal
acogiéndose a la Ley 46 de 1918 para la financiación de vivienda obrera.
Este capítulo concluye con el análisis de las características de los barrios obreros como el
Antonio Ricaurte, el Primero de Mayo, Villa Javier, el Centenario como casos en los cuales
estas urbanizaciones fueron incluidas en el plan de desarrollo urbano de la época,
adaptándose a las circunstancias y a la normatividad, se pretende explicar el porqué fueron
barrios obreros y si fueron una solución al problema urbanístico que afrontaba Bogotá
durante el periodo propuesto de estudio 1900-1936, siendo este periodo de estudio, el
adecuado para entender la importancia de los barrios obreros en la transformación urbana
que llegaría en años posteriores y el desarrollo de políticas para la construcción de vivienda
de interés social.
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.
Capítulo I: “El Obrero y la gente pobre”: Representaciones a
comienzos de siglo XX en la sociedad capitalina y el debate
por los barrios obreros en Bogotá (1900-1936)
“De cuando en vez, se miran pasar grupos de obreros que se dirigen apresuradamente, con las manos en los
bolsillo de la blusa, a sus oficinas y talleres2”.
El Obrero
En la tradicional estructura social heredada de los tiempos coloniales y republicanos propia
de una ciudad de burgueses, intelectuales y artesanos, el obrero posee un valor simbólico
dentro del imaginario de los bogotanos que se transmitió de generación en generación,
hasta convertirse en parte del lenguaje genérico de la población santafereña que se refería a
ellos con el estereotipo de trabajador manual.
Fue precisamente con la vinculación de la economía colombiana al mercado mundial
gracias al flujo de capitales provenientes de la economía cafetera y el capital extranjero,
que fue posible la aparición de un trabajador asalariado como base de las formas
capitalistas de producción orientadas hacia la naciente industria capitalina.
El fortalecimiento de las manufacturas y las industrias darían como resultado la inclusión
de un obrero como trabajador asalariado muy distanciado de aquel trabajador de los
antiguos sistemas de producción de las haciendas y minas, sometido únicamente a la
disciplina de la fábrica o taller manufacturero, cuyos dueños imponían un horario a seguir a
cambio de un salario por fuerza de trabajo.
El desarrollo de Bogotá a comienzos de siglo XX fue uno de los principales atractivos y
trajo consigo un movimiento masivo de población proveniente de todos los rincones del
país que llevarían a la ciudad a convertirse en la más populosa, superando en creces la
2
Eduardo Castillo. “Los aledaños de Bogotá”. En Cromos, revista semanal ilustrada de 1920.
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capacidad que tenía la ciudad para responder a las necesidades de tantos habitantes, aspecto
que se daba simultáneamente en ciudades principales como Barranquilla, Medellín y Cali a
puertas del siglo XX, y las tres décadas que le siguen a consecuencia de múltiples aspectos
sociales económicos y políticos en Colombia que explican dichos flujos migratorios.
Según Renán Vega, el extraordinario aumento de la población que ocupaba las principales
ciudades del país, corresponde a un corto lapso de tiempo y se explica principalmente
debido “al aumento del trabajo asalariado, tanto del urbano como rural teniendo en
cuenta que en las décadas de 1920 y 1930 se organizó una lucha de los agregados peones y
campesinos sometidos a formas pre capitalistas (no salariales), de explotación en el
campo, y que por esta razón, se generó una migración hacia las principales ciudades del
país”3.
Para autores como Kalmanovitz, la inclusión de la clase obrera surge como consecuencia
del “desarrollo capitalista y la vinculación de la economía mundial en el siglo XX de los
países latinoamericanos reproduce las condiciones necesarias para generar una fuerza
libre de trabajo asalariada, el desarrollo de la infraestructura, para separar al campo de
la ciudad y la de promover la urbanización”4.
La paulatina desaparición de los talleres manufactureros y la conformación de la industria
ligera, comenzó a demandar mano de obra remunerada mediante el pago de un salario a
cambio de su fuerza de trabajo, dando origen a nuevos sectores sociales provenientes de
este nuevo modelo capitalista en donde tomaron fuerza las clases medias urbanas y los
obreros. Ya para 1910 funcionaba en Medellín una gran industria textil, Mientras que en
Bogotá se consolidaban la cervecería de Bavaria y cementos Samper entre otras.
En Bogotá mientras tanto, los primeros grupos de obreros estaban compuestos en una
mayoría por un amplio grupo de artesanos ocupados en la alta gama
del sector
manufacturero y trabajadores del sector de obras públicas que conformaban la mano de
obra disponible a ocuparse en los pequeños talleres de la capital o en el desarrollo de
3
Vega Renán . Gente muy rebelde, enclaves, transportes y protestas obreras. (Bogotá, Pensamiento crítico,
2009.) , 64
4
Kalmanovitz Salomón. Ensayos escogidos de economía colombiana. (Bogotá. Universidad Nacional, 1986),
27
16
infraestructura y la construcción. También se incluye antiguos campesinos y en una menor
cantidad indígenas, los cuales constituyeron parte del núcleo de trabajadores asalariados
atraídos por las nuevas fuentes de empleo y por el debilitamiento del régimen de las
haciendas y la crisis del agro colombiano en épocas anteriores.
Como caso particular, el uso entre los capitalinos de la palabra obrero, no era más que la
extensión del término artesano, popularizado gracias a que en el imaginario de los
bogotanos, palabras como artesano, obrero y proletario eran asociadas con las labores
manuales. En otras palabras, el uso cotidiano de la palabra obrero se utilizaba para referirse
al típico trabajador manual, llámese campesino, artesano, trabajador asalariado que podía
desempeñar cualquier labor y que no solo se empleaba en fábricas sino también en los
talleres manufactureros o cualquier actividad cotidiana, lo que supuso el desuso el término
artesano.
Renán Vega apunta que “aunque cultural,
social y políticamente Bogotá estuviera
relativamente aislada de los eventos mundiales de esa época, la asimilación del término
por todos los sectores políticos (conservadores, liberales, republicanos y socialistas) así
como diversas clases y grupos sociales (clero, artesanos, primeros capitalistas, medianos
propietarios), indicaba el impacto internacional de las luchas obreras que se realizaban en
distintos lugares del mundo, pero principalmente en Europa”5.
La asimilación de la palabra obrero en cambio de la de artesano no significó la única
transformación en este vocablo genérico. Es natural encontrar en fuentes escritas de
comienzos de siglo XX, la notoria ambigüedad del término obrero para referirse a pobres,
populacho o proletario en términos generales. El siguiente segmento tomado de un
periódico obrero no propiamente de Bogotá sino de Honda demuestra por ejemplo la
manera como no se tenía un consenso general sobre lo que era el obrero y puede ilustrarnos
sobre la manera como en el lenguaje popular, se hace referencia a este como representación
de todos los trabajadores y en especial de las clases pobres.
Formalmente se declara la faz de la Republica que viven sin higiene, sin instrucción adecuada para sus
hijos, sin enseñanza vocacional para obreros, sin asistencia pública, sin protección para sus mujeres, sin
5
Vega Renán, 2003. Gente muy rebelde, mujeres, artesanos y protestas cívicas. (Bogotá. Pensamiento
crítico, 2003) P 106
17
protección para el elemento trabajador honrado lo cual hace imprescindible una reacción que debe ser
salvadora para la salud de toda la república6.
El anterior segmento no especifica bien si por una parte se refiere a la clase obrera como
representante de todos los obreros del país o si trata de la situación de los trabajadores en
general, o simplemente si asumen el liderazgo de las luchas políticas del resto de la
sociedad. Para este punto ya se necesitaría un análisis más profundo el cual no corresponde
tratar por el momento, como es el tema de si existe o no conciencia de clases en un grupo
social tan heterogéneo y tan difícil de definir como el de los obreros.
Incluso cuando se abordan tales temas sobre clase o conciencia de clase, ambos términos
resultan subjetivos y ambiguos en el marxismo, debido a que como señala Hobsbawm, el
empleo que Marx le da a estos vocablos posee dos sentidos diferentes de acuerdo al
contexto. El primero, clase se refiere a “grupos de personas a las que quepa clasificar
colectivamente de acuerdo con un criterio objetivo” y el segundo, la conciencia de clase la
cual “no nace hasta un momento histórico en que la clase empieza a adquirir conciencia
de sí misma como tales”7.
Para autores como Archila, existe un origen claramente rural de los trabajadores que llegan
a las ciudades en busca de mejores oportunidades y de mejores salarios, o simplemente
huyendo del campo a consecuencia de la crisis económica que se desató tras la guerra de
los mil días y que había sumido al campesino en una condición de miseria, el cual no tenía
otra opción más que acudir en masa a las ciudades en busca de mejores oportunidades y
condiciones de vida. Las ciudades eran entonces un foco de concentración de una gran
cantidad de campesinos y jornaleros que ante la crisis del campo, no tenían más remedio
que acudir a la figura del trabajo asalariado, atraídos por las oportunidades que la ciudad les
pudiese prestar con la promesa del pago de mejores salarios que podían encontrar en la
naciente industria y en el sector de la construcción que demandaban cada vez más mano de
obra.
6
El obrero. Honda Enero 11 de 1932
Hobsbawm Eric 1987. El mundo del trabajo, estudios históricos sobre la formación y evolución de la clase
obrera. Barcelona: Critica., 1987), 30
7
18
Sin embargo, el cambio brusco que significa pasar de una vida rural y tradicionalista a
ocupar lugar en la vida urbana de conglomeraciones y de cambios no se da de una manera
total o definitiva, al mantener sus rasgos rurales intactos. El mismo autor plantea que “los
obreros no solo tienen mayoritariamente un origen rural, sino que conservan los lazos con
ese mundo, contribuyendo en cierto sentido a la ruralización de las aldeas a principios de
siglo”8.
La noción típica que se tiene en torno a la clase social en la cual encaja el proletario o el
obrero se refiere a un grupo social que tiene en
común, carecer de los medios de
producción, razón por la cual venden su fuerza de trabajo por el pago de un salario. En el
caso bogotano, este tipo de clasificación reúne a diversos grupos humanos artesanos,
campesinos, trabajadores asalariados, etc. Lo que hace que no exista una certeza de lo que
en términos generales se le llama obrero, proletario o trabajador ocupado en cualquier
trabajo manual9. Debido a esto, el obrero no es única y exclusivamente el trabajador de
fábrica, sino que representa a diversos grupos sociales, profesiones y oficios, todos
relacionados con la labor manual.
La definición de la palabra obrero es mucho más compleja debido a que para comienzos de
siglo la mayoría de los habitantes de Bogotá relacionaban al termino como sinónimo de
pobreza debido a la alta concentración de grandes grupos sociales asalariados en los
barrios más pobres y en las peores condiciones de hacinamiento, motivo por el cual, en la
mayoría de los bogotanos, en especial en la elite, el uso vocablo obrero se asociaba con el
de “pobre” pues era muy fácil englobar a tantos grupos sociales tan heterogéneos en un
solo termino.
En otras palabras, en la Bogotá de las primeras tres décadas del siglo XX, el termino obrero
se usaba para referirse tanto a proletarios, que tenía una connotación política, trabajador
manual y en ultimas, a una persona o grupos de personas pobres. De esta manera, el
binomio obrero- pobre engloba a todos los grupos sociales que a partir de los primeros
8
Archila Neira Mauricio. Ni amos ni siervos, memoria obrera de Bogotá Y Medellín 1910-1945. (Bogotá:
Controversia), 82
9
Ibid, 106. El autor también señala que ciertas profesiones, como los artesanos especializados o los
joyeros y sastres retenían aun entre la sociedad cierto prestigio y gozaban de mejor aprecio que el resto de
oficios manuales.
19
años del siglo XX llegaban a copar los sectores céntricos y de los cerros orientales de la
ciudad, para hacinarse en cualquier tipo de vivienda en las peores condiciones de pobreza e
insalubridad.
La representación del obrero-pobre fue la constante en el imaginario bogotano en una
sociedad que se orientaba por los senderos del progreso, esta ya no consistía en una
sociedad de corte republicana con un estricto orden moral proveniente del fervor religioso
de la gente. Tampoco era la “Atenas sudamericana” ciudad de poetas y literatos. Y es
precisamente el obrero uno de los personajes principales en el nuevo modelo de sociedad
que se buscaba, la sociedad moderna capitalista.
El discurso higienista en Bogotá
Para Castro Gómez existe una ruptura de la “hegemonía epistémica de los gramáticos e
ilustrados en el campo intelectual, gracias a la emergencia de nuevos discursos
provenientes de la biología, la higiene y la medicina social”10. Dichos cambios en el
pensamiento de las elites bogotanas se encamina entonces por el ideal de un progreso social
sustentado en los avances tecnológicos que permiten el desarrollo de la calidad de vida.
El discurso higienista floreció en las mentes de los intelectuales que buscaban adentrarse en
los avances de la medicina y la bacteriología, que a principios de siglo popularizaron entre
las altas esferas de la sociedad bogotana, un discurso progresista sustentado en los saberes
científicos, que buscaban encaminar a la pujante ciudad por las sendas de la modernidad.
En términos más precisos es válido referirse al discurso higienista como un dispositivo
higiénico, tal como se refiere Ernesto Noguera, debe entenderse como un mecanismo de
control social, un dispositivo de poder y un saber necesario para el gobierno de la
población11. La higiene como una extensión de la disciplina médica juega un rol muy
importante en el debate sobre una sociedad moderna en donde se buscaba tener un control
de la salud pública y de las prácticas higiénicas de la población en los cuales se encontraban
ejercer control sobre los espacios urbanos, edificios, calles, habitaciones con el fin de que la
10
Castro Gómez Santiago. Tejidos Oníricos (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2009), 12
Noguera Carlos. “La Higiene como política. Barrios obreros y dispositivo higiénico, Bogotá y Medellín a
comienzos del siglo XX” En Anuario colombiano de Historia social y de la cultura. Número 25 de 1998
11
20
población gozara de unos niveles óptimos de salubridad y se garantizara la calidad de vida
de los bogotanos.
Por otro lado, el discurso higienista buscaba cambiar el comportamiento de las personas, en
especial el comportamiento de los pobres que eran reconocidos por el desconocimiento casi
total del aseo personal y de retretes para deshacerse de sus desperdicios. De igual manera,
la idea de barrios obreros y de habitaciones higiénicas para las clases populares proviene
del discurso médico y científico que otorgaba a la higiene un rol muy importante no solo
para transformar el espacio urbano, sino también para transformar los hábitos higiénicos de
las personas.
Más adelante se demostrará de qué manera este discurso se articula con la legislación
urbana para dar vida a la vivienda obrera y a los barrios obreros en Bogotá de comienzos de
siglo con el afán de higienizar al espacio urbano por medio de este tipo de vivienda y
urbanizaciones.
La higiene constituye un tema importante para la vida en comunidad y requiere de medidas
y leyes que sistematicen y garanticen las condiciones sanitarias mínimas para la existencia
de los individuos. Dicho en palabras de Munford, “En Nuestra nueva economía biotecnica
la higiene ocupa un lugar predominante: no solo significa la defensa pública contra le
enfermedad: significa tomar medidas positivas para que el ambiente sea favorable a la
salud, al goce animal y a la duración de la vida.12”.
El auge higienista que se vivió en la ciudad a inicios de siglo se basó en los adelantos
científicos modernos, introducidos desde el siglo XIX en algunos países europeos, como
un culto por la limpieza, fue esencial para combatir la proliferación de enfermedades
infecciosas mediante la reformulación de nuevas políticas urbanísticas para el
mejoramiento de las condiciones de vida de la población en las principales metrópolis del
viejo continente que presentaban un enorme y acelerado crecimiento demográfico.
Los problemas de higiene y el crecimiento de la ciudad hasta el desbordamiento de su
capacidad para adaptarse a la masiva llegada de población fueron fundamentales para la
política de barrios obreros que veremos más adelante y no debe entenderse como una
12
Mumford Lewis . La cultura de las ciudades Tomo II. (Buenos Aires: Emerece editores), 337
21
cuestión únicamente de salud de las personas la cual mejora la condición de vida, pues
Como señala Noguera, la higiene debe entenderse también, esencialmente como un
dispositivo Higiénico, como un discurso que va más allá del discurso médico y que
constituye políticas que buscan el control y gobierno de la población basadas en el
embellecimiento de las ciudades y la reorganización y racionalización del espacio urbano13.
Como representación de este discurso, que ya había sido introducido en el país desde
finales del siglo XIX con el proceso de institucionalización de la salud pública, surgen las
juntas de higiene, que buscaban velar por la salud de los colombianos. Veamos a
continuación como fueron introducidas las juntas de higiene y que demuestran lo necesario
que era la intervención estatal sobre estos asuntos de salud.
La Junta Central de Higiene
En Colombia, se inicia en el año de 1873 la institucionalización de la higiene pública
gracias a la influencia francesa y los avances en los campos de la bacteriología fueron el
sustento principal del movimiento higienista14.
En la comunidad médica colombiana de comienzos de siglo XX la influencia en médicos,
la mayoría con estudios en Europa, del discurso higienista fue notable dado que fueron
ellos quienes introdujeron
los temas de higiene en la salud pública de la sociedad
colombiana, por medio de la formulación de políticas destinadas a este campo y la creación
de organismos encargados de velar el cumplimiento de dichas instituciones.
Un gran número
de profesionales hicieron parte de la escuela de medicina de la
universidad Nacional, la cual ya se encontraba en funcionamiento desde 1866 y fueron
quienes asumieron el reto de educar y formar profesionales en los asuntos de la higiene
pública, en un momento en que el Estado comienza una política intervencionista en los
asuntos de salud. Ya desde 1886, periodo de la Regeneración conservadora, se había
establecido la ley 30 que permitía la creación de una junta central de higiene para hacer
13
Noguera Carlos.“La Higiene como política. Barrios obreros y dispositivo higiénico, Bogotá y Medellín a
comienzos del siglo XX” , 188
14
Guerrero Barón Javier. 2010 Historia social y cultural de la salud y medicina en Colombia, siglos XVIXX.(Bogotá: La Carreta editores.), 266
22
énfasis no solo combatir las epidemias y demás enfermedades sino también la de velar por
la higiene pública, además de asuntos como “el vicio” del consumo de chicha, asociado a
los sectores más humildes de la población y su gusto por este tipo de bebidas15.
la medicina para comienzos de siglo se caracterizó por ser un saber enfocado en combatir la
proliferación de gérmenes y la propagación de estos en animales y personas, tomando
medidas basadas en combatir los focos de infección en espacios públicos y viviendas para
prevenir el contagio de
la población expuesta, tomando mucha importancia la higiene
personal y hábitos como el lavado de los alimentos, el baño, el uso de excusados, y
entendiendo que el desaseo pondría en peligro las cuestiones de salud pública.
Con estas razones, existía la necesidad de tener un registro de las enfermedades contagiosas
como la Sífilis, la Tuberculosis, la fiebre tifoidea y otras más, lo cual fue de suma
importancia para la prevención y reducción del contagio de dichas enfermedades, al igual
que se trazaban metas para su disminución e impacto en la población año tras año.
Todos los hospitales estaban en la obligación de pasar un reporte mensual sobre el número
de defunciones, el número de contagios con enfermedades endémicas y de mortandad
infantil para tener un control de la salud pública y con el único fin de mejorar las
condiciones de vida de la población.
La función de dicha institución como órgano administrativo municipal consistía en velar
por la higiene de los capitalinos y debía acogerse a las leyes de salubridad y coordinar las
condiciones higiénicas de las plazas de mercado y mataderos, hacer inspección del sistema
de acueducto o alcantarillado, y por último y más relacionado con el tema de las
urbanizaciones obreras, el de inspeccionar el estado de las viviendas en toda Bogotá
haciendo énfasis en resolver el problema de hacinamiento y la crisis habitacional de
comienzos de siglo mejorando las condiciones técnicas de cada vivienda, sobre todo
haciéndose cargo de que estas contaran con las características necesarias de la higiene
moderna, tales como la ventilación e iluminación suficiente de las habitaciones además de
15
Oscar Iván Calvo Isaza y Marta Saade Granados, 2002 Ciudad en cuarentena. Chicha, patología social y
Profilaxis: (Bogotá Ministerio de cultura)
23
letrinas e inodoros conectados al sistema de desagüe o alcantarillado para deshacerse de las
heces humanas en vez de botar los desperdicios en plena calle.
El optimismo que se generó dentro de la población bogotana gracias al papel protagónico
de este tipo de acción conjunta que involucró a distintas organizaciones como la sociedad
de mejoras y ornato junto con los órganos municipales de salubridad de higiene, para
mejorar las condiciones de vida de la capital fue notable.
Registro Municipal de Higiene y salubridad
Los siguientes cuadros fueron tomados del Registro Municipal de Higiene de Bogotá con
fecha de 1912 los cuales forman parte de un informe presentado por el Hospital San Juan de
Dios el 31 de Marzo. En ellos se puede observar de qué manera se llevaba un registro muy
detallado de estos temas con el fin de trazar planes para el mejoramiento de la salud
pública.
Enfermedades
Enfermos
principales
Nacidos Muertos
Numero
Sífilis
54
De 1 a 30 días
26
Blenorragia
23
Chancro Blando
23
Tifoidea
75
Tuberculosis
54
De un mes a dos años
Nacidos muertos
67
24
Cuadros: Informe del Hospital San Juan de Dios, Marzo 31 de 1912
Tomado de: Registro municipal de higiene y salubridad
24
Años
Número de
Bogotá
muertes
Marzo 31 de
1901
4.763
1912 16
1902
3.668
1903
3.349
1904
2.503
1905
2.483
1906
2.861
1907
2.835
1908
1909
2.502
1910
2.664
1911
3.346
*El año de1908 no presenta valor
De acuerdo con esta lógica higienista, las condiciones miserables que fomentaban el
contagio de enfermedades y causaban la muerte de la población deberían ser erradicadas
mediante la implementación de leyes sanitarias sustentadas en los avances tecnológicos de
las ciencias médicas y de la biología, en especial el producto de los avances en la teoría
germinal de las enfermedades infecciosas que indicaban que los microorganismos se
propagaban entre las personas, teoría
formulada por el científico francés Luis Pasteur a
finales del siglo XIX.
16
El autor de este cuadro anota lo siguiente: “El promedio está bien crecido y puede decirse en verdad, que
ya no se ven estas cifras en ciudades higienizadas “.En el mismo informe del registro municipal de higiene se
establecen unas estadísticas en donde se hace una comparación entre las tasas de mortalidad de ciudades
como Bogotá y Buenos Aires: “Efectivamente, la estadística demográfica de los países de la zona templada,
allá donde la civilización ha sentado sus reales, una mortalidad baja de 20%. Buenos Aires dio un promedio
de 12.5%. Bogotá es de 25%”
25
La erradicación de dichas enfermedades y su contagio eran vistas como un logro pues
disminuían los índices de mortandad de la población y marcaba el progreso que se tenía a
medida que pasaban los años por mejorar la salud pública como se evidencia en el
siguiente boletín:
“La mortalidad que antes de la higiene marcaba cifras aterradoras como la de Bogotá en 1914 y
1915 cayó en 20. 5 por 1000 (nacimientos) en 1914 y alrededor de esta se mantuvo hasta 1912,
17
hoy es posible que sea mejor, los nacimientos alcanzaron el 32 por 11000”
Estos aspectos pueden resumir en parte el auge higienista que se vivía en Bogotá y en las
principales ciudades del país para comienzos de siglo XX. Un elemento primordial en este
auge consistía en la profilaxis como sustento de la higiene moderna y el saber científico.
Profilaxis que también parecía extenderse hacia los temas sociales como es el tema de los
barrios habitados por obreros y clases populares. Hacer una “Profilaxis social” enseñándole
higiene a los pobres y dotándoles de unos barrios obreros higiénicos para que estos
pudieran habitarlos y deshaciéndose de los focos de infección conocidos como los barrios
obreros.
La higiene como producto de un saber científico es clave para la interpretación del
problema de investigación y de los barrios obreros como respuesta a los problemas sociales
y de salubridad pública de la sociedad bogotana, buscando levantar o mejorar la calidad de
vida de los trabajadores y del resto de los sectores sociales más bajos.
El servicio de agua y la dotación de servicios públicos en Bogotá durante
primeras décadas del siglo XX. Problemas de salud publica
Existe algo importante en el discurso higienista y el debate sobre los barrios obreros. La
importancia de dotar a la ciudad y a sus habitantes del bien más preciado. El agua. La
dotación de infraestructura era una de las recomendaciones sobre las cuales hacia un mayor
énfasis la comunidad científica, pues llevar el agua a todos los sectores, significaba llevar
consigo la principal herramienta de la higiene y un eje modernizador de la ciudad.
17
Registro Municipal de Higiene Diciembre de 1917 No 12
26
Dotar a la ciudad con un buen sistema de aguas y alcantarillado como medida primigenia
de la sanidad y salubridad de una ciudad, era de gran preocupación para el municipio y el
agua que se debía suministrar a los habitantes de una ciudad requería de un alto grado de
pureza, llegando a todos los sectores de la población sin discriminación si se quería
combatir la proliferación de brotes de enfermedades o epidemias.
En la Bogotá de comienzos de siglo XX por ejemplo, se habían implementado medidas
para proveer a la ciudadanía de aguas con un mayor índice de pureza, logrando un resultado
apenas visible dado que la ciudad no contaba con un sistema de acueducto y alcantarillado
que cubriera a la totalidad de la ciudad.
En 1912, un artículo de la revista Cromos apuntaba los éxitos que había conseguido la
comunidad médica para combatir la proliferación de enfermedades, en especial la fiebre
tifoidea y la difteria.
Tales esfuerzos quedan resumidos de la siguiente manera:
Tratamiento de las aguas por el cloro liquido
“Demostrado el origen hídrico de la fiebre tifoidea, la disentería y algunas otras enfermedades gástricas, se
dio principio al mejoramiento de la calidad de las aguas potables que surten las ciudades… y se trató de
aprovechar la acción oxidante del Cloro por el Hipoclorito de calcio, pero después se modificó aplicando
directamente cloro en su estado natural18”
A pesar de la falta de cobertura de alcantarillados y servicios públicos que cubrieran la
totalidad de la población bogotana, en 1910 la ciudad parecía superar este inconveniente si
se compara con el equipamiento urbano del siglo XIX dotado de un sistema de chorros y
dos acueductos, el de Agua Nueva y el de San Victorino19.
La necesidad de dotar a un mayor número de población obligó al municipio a ser más
eficiente en la distribución del líquido y desde el año de1886 se había firmado un contrato
18
Ortega Eugenio. “tratamiento de aguas pro el Cloro liquido”. En Cromos revista semanal ilustrada. Marzo
27 de 1912 numero 203.
19
Mejía Germán. Los años del cambio, Historia urbana de Bogotá. (Bogotá CEJA, 1999), 429 -430
27
para proceder con una red de tuberías de hierro. Sin embargo, el problema del surtido de
aguas no era lo único que preocupaba a los bogotanos.
No obstante, diversas administraciones a través de las tres primeras décadas de siglo XX
presentaron problemas para suministrar el agua potable y extender el alcantarillado a todos
los sectores de la ciudad, ocasionando en muchas veces problemas de salud pública debido
al acumulamiento de basuras y desechos humanos en las calles.
La situación solía empeorar en tiempos de verano dada la precaria condición del sistema de
alcantarillado pues eran muy constantes las obstrucciones y taponamientos de las tuberías.
Ya avanzada la segunda década del siglo XX, el problema era crónico, como lo demuestra
el siguiente observador:
“¿Cuántos años llevamos por ejemplo sin lograr reducir a proporciones normales la fúnebre cosecha de
muerte de esta altiva y melancólica Atenas de solo 150.000 habitantes? Unas cuantas semanas de verano; la
crónica obstrucción de las tuberías del acueducto, o el debito constante de su mortal veneno, engendran y
agigantan la disentería y la fiebre tifoidea con la dolorosa y trágica intensidad que todos lamentamos sin
esperanza y sin lucha.”20.
La importancia del uso de agua en abundancia es uno de los pilares de la salud pública y
no solo se trata de la cantidad de agua que se pueda suministrar a una población, sino la de
garantizar la pureza esta al llegar a los hogares. El boletín emitido por la comunidad médica
y científica de la capital, recomendaba a las autoridades municipales lo siguiente acerca de
cómo solucionar los problemas de escases de agua y su provisión:
“El más grave de los problemas actuales de Bogotá: la Provisión de agua”
.Hacer canalización de los ríos para evitar el muladar en las orillas.
Dotar a Bogotá de un alcantarillado científicamente construido.
.Todo esto más la construcción de viviendas para obreros
21
Dotar a Bogotá de un buen servicio de aguas, a razón de 100 litros por cada persona .
20
21
Laverde Manuel. En Cromos. Revista semanal ilustrada. Bogotá Mayo 29 de 1920. N 221
Registro municipal de higiene y salubridad Julio 31 de 1912 Numero 5 p 66
28
La dotación de agua potable fue de suma importancia para la ciudad y la vida en
comunidad, por lo tanto, la necesidad de su suministro debe entenderse como un bien
público y no un privilegio de unos cuantos. Así comenzaron los esfuerzos por socializar
este líquido vital, extendiendo la red de alcantarillado, seguido de la construcción de
acueductos para garantizar a la población un agua con alto grado de pureza.
Nótese en el anterior informe sobre la provisión de aguas, que al igual que se recomienda la
importancia de la buena provisión, a la par se incluye la recomendación de construcción de
vivienda obrera como medida para el mejoramiento de la calidad de vida de los capitalinos.
Los signos de progreso por higienizar a la ciudad fueron evidentes en la construcción de
obras destinadas a un uso sanitario para proveer de aguas a la ciudad y del proceso de
canalización de algunos ríos o arroyos para evitar que se formaran muladares en sus orillas
debido a que la gente los utilizaba como baños tal y , como se hizo con la canalización de
gran parte del lecho del ríos San Francisco en el sector que corre entre la plaza de San
Victorino y la carrera cuarta en donde se construiría la Avenida Jiménez de Quesada.
Hacia el año de 1910, existía en Bogotá una oficina de sanidad subordinada al organismo
de Administración Sanitaria del municipio. La oficina de sanidad se encontraba dividida en
cuatro secciones, “inspección técnica de higiene, servicio de desinfección, servicio de
vacunación, y el laboratorio municipal”22.
Entre las funciones de esta oficina de sanidad se encontraba la de hacer pruebas científicas
del contenido del agua de los distintos aljibes y chorros que tenía la ciudad. Los siguientes
informes son una muestra de los muchos análisis que tenía a cargo esta oficina:
“Hacemos saber que el agua de chorros de Padilla, que si es potable y que se considera la mejor agua de
Bogotá, está en riesgo de desaparecer por el laboreo de las minas de carbón”23.
En otro análisis se dice lo siguiente:
“El agua de Belén, Análisis químico:
Absolutamente impotable. Alto nivel de microbios y sustancias químicas”24.
22
23
Registro municipal de higiene y salubridad Julio 31 de 1912 Numero 5 p 18
Registro Municipal de Higiene y salubridad. Julio 31 de 1912
29
La oficina también se ocupaba de análisis del cauce y la calidad del agua de los ríos:
“Análisis de las aguas de los ríos San Francisco y San Cristóbal;
El inspector encontró un gran número de habitaciones en esa región, las gentes que la ocupan hacen uso de
estas aguas para todo”.
Hacer entubación del acueducto de las Nieves hasta que el tanque en donde se toma el agua del rio que va de
los tanques a Egipto”25.
A medida que se elaboraban estos informes, se hace un llamado de atención sobre el
problema de las habitaciones o casas en donde debido a la ausencia de desagües, se
arrojaban los desperdicios a los ríos, motivo por el cual la cuestión de las viviendas o
habitaciones que no contaban con ellos, representaban un peligro para la ciudad.
La socialización de los servicios públicos, entiéndase para este contexto el del agua y el
servicio de recolección y tratamiento de basuras y desperdicios, permitió la reducción de las
tasas de mortandad y los brotes de enfermedades contagiosas, mejoras que significan un
intento por proveer de los servicios esenciales a toda la población y de modificar y ampliar
el rango de la implementación y dotación de los servicios considerados como bienes
públicos.
Entre los problemas que más afectaban a los capitalinos y que tenía que ver con el
crecimiento de la ciudad, llama la atención las precarias condiciones de la población más
pobre de la capital, que habitaba en viviendas que carecían del bien preciado que es el agua
y de un sistema de alcantarillado para deshacerse de sus desperdicios, lo que originó una
crisis de salud pública en la capital, la cual se estaba presentando simultáneamente al
aumento de la población capitalina y el déficit habitacional del cual hablaremos a
continuación.
24
25
Registro Municipal de Higiene y salubridad. Octubre 31 de 1912
Registro Municipal de Higiene y salubridad. Septiembre 30 de 1912.
30
La Crisis de la salud Pública en Bogotá. Primeros años del siglo XX
Existía en Bogotá una crisis higiénica sin precedentes para afrontar el nuevo siglo. Diversos
factores como el aumento de la población y la deficiente cobertura de servicios públicos,
ocasionaron en la ciudad una crisis de salud que ya comenzaba a afectar a todos los sectores
de la sociedad capitalina, en especial a los sectores más pobres de la ciudad a los que se les
conocía como barrios obreros.
Institucionalizada la salud pública en Colombia, los organismos de control y juntas de
higiene tomaron el control de los temas referentes al estado de la higiene y salubridad en las
ciudades, en aras de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Ciudades como
Bogotá desde finales del siglo XIX experimentaba un aumento de la población sin
precedente y que para el año de 1912 ya sobrepasaba la cifra de los 100.000 habitantes, los
problemas de salud pública eran evidentes gracias al deterioro de la higiene de la población.
Ya desde los últimos años del siglo XIX era notable el problema que afectaba a los
capitalinos, la acumulación de basuras, el taponamiento de las alcantarillas, la deficiente
cobertura de servicios públicos a los sectores pobres de la ciudad hacían que higiene fuera
deteriorándose poco a poco tal como se puede ver en el siguiente relato de un visitante
extranjero:
“En bien de la higiene Pública es poco lo que se hace. Medidas de parte de la policía sanitaria casi
no se conocen, explicándose así el amontonamiento de basuras en las calles, especialmente en los
barrios periféricos, lo mismo que la acumulación de inmundicias en el lecho de los riachuelos
durante las épocas carentes de lluvia26s”
Si bien se habían hecho algunos esfuerzos por extender la red de alcantarillado y los
servicios de agua potable a toda la ciudad, en algunos sectores como los barrios de pobres,
o barrios obreros predominaban viviendas carentes de estos servicios, originando una crisis
sanitaria entre las personas más humildes que los habitaban. Los barrios marginales de la
ciudad padecían de estos problemas de sanidad, carentes de desagües, no tenían otra opción
que arrojar los desperdicios en las calles, los cuales tienden a acumularse en las calles y
taponar las tuberías.
26
Romero Germán. Bogotá en los viajeros extranjeros del siglo XX. (Bogotá: Villegas editores), 231
31
En estas viviendas como veremos más adelante con la crisis habitacional de comienzos de
siglo, se hacinaba la mayoría de la población obrera de la capital con sus numerosas
familias, tenían que vivir en espacios reducidos y carentes de ventilación, como lo hace
evidente en el Registro Municipal de higiene:
“En una ciudad como la nuestra donde hay numerosas viviendas que carecen de desagüe; los
individuos que en ellas habitan tienen necesariamente que arrojar a las vías públicas los productos
de sus excreciones corporales27”
En el debate sobre la higiene en Bogotá siempre, llama la atención los problemas que se
desprenden de las transformaciones que comenzaba experimentar la ciudad a partir de los
flujos migratorios, la ineficiencia de los servicios públicos junto con el deterioro de la salud
pública y la aparición barrios obreros en la periferia de la ciudad caracterizados por sus
malas condiciones higiénicas. Los barrios habitados por obreros comenzaban a
vislumbrarse como un problema de orden social caracterizado por la pobreza de sus gentes,
y como un problema de orden de salubridad debido a las precarias condiciones de higiene
de los obreros que allí Vivian.
La ciudad que comenzaba recorrer el camino del progreso que la transformaría en una
ciudad moderna, comenzaba también a experimentar los problemas que la modernización y
el progreso traen consigo. El incremento de la población y la incapacidad de la ciudad para
responder a la demanda de vivienda, el cual suponía el deterioro de la salud pública debido
al hacinamiento de grandes grupos humanos que habitan en condiciones antihigiénicas,
fueron unos de los temas del debate sobre cómo se debía planificar el crecimiento de la
ciudad
27
Registro Municipal de Higiene y Salubridad. Mes de Marzo de 1918
32
La Crisis Habitacional en Bogotá. Primeros años del siglo XX
Como respuesta al incremento de la población se originó una crisis habitacional
consecuente a la concentración de una proporción mayor de la población en una menor
porción de superficie urbana, dando como resultado el hacinamiento de numerosos grupos
humanos dentro de un mínimo espacio habitacional de la ciudad.
Según German Mejía, “La poca elasticidad de la ciudad para expandir su superficie obró
de manera consecuente con la intensidad de los flujos migratorios e incrementaron los
efectos de la crisis habitacional a comienzos de siglo, al quedarse la ciudad sin espacios,
ni capacidad para instalar a la población dentro del espacio urbano”28. Lo que llevaría a
una transformación del espacio urbano de manera notable y el deterioro de las condiciones
de salubridad de la capital.
Transcurrida la primera década del XX, la antigua estructura urbana de orden colonial se
mantenía pero con algunos cambios y daba cuenta de los siguientes barrios: San Victorino,
Las Nieves, La Catedral, Egipto, Santabárbara, Las Aguas, Chapinero y las Cruces.
Cambios como la urbanización y crecimiento de Chapinero, la expansión del sector de
Santa Bárbara hacia el suroriente y ampliación de la parroquia Las Aguas hacia el Norte del
sector conocido como los arrabales de San Diego.
Como señala Mejía, en la ciudad “la concentración de la población estaba dirigida hacia
el centro (orientación centrípeta) como rasgo característico del ordenamiento colonial”29,
pero para la primera década del siglo XX comenzaba a mostrar síntomas de la ruptura con
este tipo de ordenamiento urbano. Para 1912 una gran parte de la población habitaba en los
sectores de Santa Bárbara (21.541), las Cruces (14.638) y los arrabales de Sandiego
(12.612) en una proporción del 18.42 %, 12.62 % para las Cruces y finalmente un 10,78%
para San Diego, como los lugares en donde más se concentraba la población, de un total de
116.951 habitantes30.
28
Mejía German. Los años del cambio, Historia urbana de Bogotá, (Bogotá 1999 CEJA), 366
ibíd. 351
30
Ibíd.359
29
33
Una gran parte de la población humilde capitalina se concentraba en el sector de los
arrabales de San Diego y en donde predominaba
construcciones de
una precaria
fabricación como chozas y bohíos, ubicados en los alrededores de los cerros orientales,
aparecían como un cinturón de miseria en el paisaje urbano, y que demostraban la ausencia
de planeación urbana y el desaseo con el cual tenían que lidiar sus habitantes.
Estos barrios obreros, como se les conocía para la época por ser barrios de gente pobre,
comenzaban a ser un problema de salud pública y eran referidos comúnmente en los textos
científicos de la época y en el Registro Municipal como “focos de infección” debido a las
condiciones de desaseo de sus habitantes. La aparición espontanea de construcciones de
ranchos y chozas hacia el sector de los cerros orientales fue el común denominador de un
problema originado por los escases de vivienda, lo que llevo a que la población más
humilde comenzara a construir por su cuenta o arrendar una pieza en estos sitios.
A consecuencia de esto, en Bogotá se popularizó un tipo de vivienda conocida como
tiendas de habitación para suplir la alta demanda de vivienda en la capital y como
apuntaban las autoridades municipales, la aparición de este tipo de viviendas suponía un
riesgo para la salud debido a que carecían totalmente de desagües o servicio público,
aspectos que favorecían la acumulación de basuras y el desaseo de la ciudad
Lo anterior hace evidente un problema de vivienda y de salud pública que se extendería por
muchos años en Bogotá y que sería uno de los temas a debatir en este nuevo modelo de
ciudad moderna, el cual llevaría a formular por primera vez el tema de los barrios obreros
como solución a los problemas que aquejaban a la ciudad.
La crisis sanitaria y habitacional que afrontaba la ciudad suponía un reto que la ciudad tenía
que afrontar al empezar el nuevo siglo y que al pasar de los años, sus habitantes veían como
el problema iba creciendo y la municipalidad se quedaba corta para tomar medidas
eficiente, pues la ciudad estaba creciendo de manera descontrolada. Teniendo esto en
cuenta, se debían tomar medidas para regular el crecimiento de la ciudad y aún más
importante pensar a futuro para someter dicho crecimiento a control.
34
El City Planing
¿Cómo pensar la ciudad a futuro? ¿Qué medidas tomar para controlar el crecimiento de la
ciudad? Fueron las preguntas claves que venían a la mente de los encargados de dirigir la
ciudad en pleno crecimiento. En ciertas esferas de las elites criollas se había comenzado a
tocar el tema del planeamiento urbano o City planing, con motivo de embellecer las
ciudades para que estas se parecieran a las metrópolis europeas, cuya influencia se
encontraba fuertemente marcada en las políticas urbanas.
En un artículo de Ricardo Olano para la revista Cromos llamado “City planing” se hace
mención de un congreso de obras públicas celebrado en Bogotá en el año de 1917 en donde
se establecieron los puntos claves para el desarrollo de la urbe se. Allí se habla de la
necesidad de construir acueductos y alcantarillados, la canalización de los ríos, la
construcción de casas higiénicas para los obreros, mataderos y mercados públicos más
higiénicos más una oficina pública de sanidad. Es importante recalcar que en uno de los
puntos se da tanta importancia a la organización urbana y la necesidad de un planeamiento
urbanístico para una la ciudad a futuro, compuesto de parques, amplias vías de
comunicación.
El autor remata su artículo refiriéndose a la labor de la acción privada, la cual pretendía
actuar en conjunto con el gobierno municipal.
“En Colombia fue iniciado ese movimiento hace pocos años por la sociedad de mejoras públicas de Medellín.
Hizo un plano de la ciudad actual y de la ciudad futuro… En los primeros meses de 1914 vino a Medellín el
General Rafael Uribe Uribe, ese portentoso hombre en cuyo cerebro cupieron todos los ideales de la
Republica. Conoció la labor de la sociedad de mejoras y quiere llevar al resto del país algo de lo bueno que
allí encontró, elaboró con varios de sus miembros algunos proyectos que presentó al congreso en las sesiones
31
del mismo año y fueron archivados después de la muerte del ilustre líder” .
La coordinación de las funciones administrativas de la ciudad por parte del gobierno
municipal y la acción privada como la sociedad de mejoras y ornato de Bogotá, esta última,
reconocida en el año de 1917 por medio de una resolución del ministerio de gobierno de ese
31
Olano Ricardo. “El city planing”.Cromos. Revista semanal ilustrada. Bogotá Mayo 29 de 1920. N 221
35
entonces, se manifestó, no solo en resolver los problemas de salud de Bogotá, sino también
los problemas que tiene que ver con el déficit de vivienda que se agudizaba.
Los estatutos de esta sociedad de carácter privado y sin ánimo de lucro pueden ser
resumidos como los intentos de planificar el desarrollo urbe, transformando las practicas
higiénicas de la población capitalina y modernizar a la ciudad para hacerla compatible con
los ideales de progreso y a su vez transformarla de acuerdo a los conceptos de belleza. En
otras palabras, Higiene y ornato son sinónimos de progreso.
El gobierno municipal, ya había comprendido la importancia de la higiene y su relación con
la administración pública con el desarrollo capitalista y desde 1886 expidió la ley 30 para la
fundación de juntas de higiene en todos los departamentos, reglamentados por las
comunidades médicas internacionales y demás congresos médicos que se llevaron a cabo en
distintos países de América Latina32.
En el Registro municipal de Higiene y Salubridad se hace mención a uno de estos
congresos en donde se establece lo siguiente:
Conferencia internacional de las Repúblicas Americanas Sanitaria, Santiago De Chile 12 de
Noviembre de 1912
“. Formar especialistas en higiene con diplomas de higienistas. Promover convenios y conferencias.
.Todos los países deben estar adheridos a la convención de Washington
.Se recomienda que los gobiernos promuevan y faciliten investigaciones sobre las enfermedades
contagiosas”33.
El City planing es un componente clave en el nuevo modelo de desarrollo, dentro de sus
medidas para el embellecimiento dela ciudad se encontraba la supresión de los focos de
infección o los barrios insalubres que le daban mal aspecto a la ciudad y fue de esta manera
en que el tema de los barrios obreros comenzó tomar fuerza, pues en orden de darle una
apariencia de ciudad moderna, se deberían acabar con estas viviendas por medio de la
32
Pulgarin Reyes Margarita. Historia institucional secretaria de Salud de Bogotá. (Bogotá:2007, Alcaldía
Mayor),17
33
Registro Municipal de Higiene y Salubridad. Septiembre 30 de 1912
36
construcción de nuevos barrios diseñados para los obreros, siempre pensando en embellecer
el entorno urbano.
La ciudad moderna
El urbanismo también fue el eje central de esta modernización bogotana como un modelo
de ciudad industrial. Era entonces una ciudad opuesta a la ciudad republicana, era una
ciudad en que tuviera lugar el desarrollo de obras públicas, de calles pavimentadas, Una
ciudad dotada de servicios públicos, alumbrado para guarecer las calles, acueductos y
alcantarillados para el suministro de agua potable y para deshacerse de los desperdicios
humanos que eran fuente de enfermedades. Una ciudad en donde el transporte público
tuviera lugar pues el nuevo ritmo de vida citadino requería el desplazamiento rápido y
oportuno de la población.
En el nuevo modelo la clave era la planeación de la ciudad. Pensar la ciudad como un eje
permanente de desarrollo y producción que debía estar controlada en su crecimiento y su
desarrollo debidamente regulado. Por esta razón, se debía pensar en un nuevo modelo de
vivienda que acogiera a la creciente clase obrera con las condiciones de higiene adecuadas.
En este nuevo modelo de sociedad urbana era esencial el papel jugado por los trabajadores
pues eran la espina dorsal del sistema productivo, y el discurso hegemónico de las elites
buscaba infundir en los obreros el amor por el trabajo como medio para alcanzar una
dignidad más elevada a la vez que se inculcaba en este la capacidad de generar riquezas.
Pero no se podía hablar de un desarrollo y modernidad sin someter primero los problemas
que venían afectando a la Bogotá de las tres primeras décadas del siglo XX. Mientras las
elites hablaban de modernización y de una nueva era de desarrollo tecnológico y
prosperidad urbana, la verdad era que gran parte de la población bogotana de comienzos de
siglo estaba sumida en la pobreza. La población a la que los capitalinos reconocían como
obreros habitaba en condiciones de hacinamiento alarmantes, distintos focos de pobreza y
de infección debido a la carencia total de servicios públicos. ¿Cómo podían entonces las
elites hablar de progreso cuando la espina dorsal del sistema capitalista se encontraba en
37
tales condiciones? ¿Qué hacer con los pobres o las masas obreras que aumentaban en
número y que vivían en precarias condiciones?
La idea de dignificar la condición del trabajador era de suma importancia. No habría
desarrollo si el trabajador no contaba con un hogar digno para habitar, como tampoco
habría desarrollo urbano con tantos focos de pobreza en la ciudad. Dado que la miseria y
el desaseo eran asociados a los sectores obreros, era necesario idear una manera de resolver
la situación de las clases populares pues estos “obreros” convivían hacinados en pequeñas
habitaciones sin ventanas en donde cocinaban, comían y dormían numerosas familias, por
lo cual se tomo la decisión de hacer algo por los pobres en orden de modernizar a la ciudad,
haciendo que los obreros habitaran espacios más higiénicos y recomendables para la vida
humana y como la pobreza puede acarrear otro tipo de problemas sociales como la
delincuencia y otros que atentaban con la degradación
moral del obrero
como el
alcoholismo, era necesario rescatarlo de su precaria condición, dignificando su condición
social.
Dignificar la condición del trabajador consistía entonces en construir el eje de la familia
moderna y capitalista, la “vivienda obrera” dotada de servicios públicos (alcantarillado,
agua potable y luz) para acoger a las masas obreras y salvarlas de la desdichada condición
en la que se encontraban.
La ciudad moderna requería planeación, regulación y control sobre la población, lo que
llevaba a la formulación de medidas para coordinar este crecimiento y desarrollo urbano
entre estas medidas estaría el debate sobre los barrios para obreros y la vivienda obrera,
como una manera de darle solución al problema sanitario y habitacional de la ciudad.
38
El debate de los Barrios Obreros y los cambios en el entorno urbano.
Bogotá 1912-1913
“La expansión de los barrios ricos, al norte, al sur, y occidente, con centenares de edificios higiénicos y
hermosos, es una característica de bienestar y progreso, que le auguran un porvenir inmediato con su rango
de primera entre las ciudades de la Republica. Pero al oriente, es decir, hacia la áspera cuesta de los montes
vecinos, se multiplican las miserables viviendas. Cuyo intrínseco desaseo dado la carencia absoluta de agua
y la topografía del terreno, es foco permanente de infección. Su aterradora eficacia la experimentan todas las
clases sociales y en especial, la más digna de enseñanza, higiene y protección, como son los trabajadores,
los de la labor heroica y silenciosa que en todas partes causa y explica la civilización contemporánea”34
El anterior fragmento es tomado de un artículo llamado “salvemos a Bogotá” escrito por
Manuel Laverde para una tradicional revista semanal ilustrada. Son dos los puntos que
llaman atención sobre este escrito. El primero tiene que ver con el énfasis que hace el autor
de los problemas de higiene, señalando hacia el sector de los barrios ubicados en los cerros
orientales, como foco de infección que aqueja a la capital.
El segundo, llama la atención al incluir a una clase social en especial, la de los trabajadores,
aquellos de la “labor heroica y silenciosa” a los que hace referencia el autor. Ambos
aspectos tienen que ver con el obrero como actor social y al mismo tiempo como agente o
causante de los problemas y de la crisis demográfica.
Los cambios mencionados anteriormente evidenciaban ya unos síntomas de la
transformación urbana, algunos marcaban la ruptura a nivel arquitectónico, con el
tradicional trazado colonia, expresado gracias al movimiento de los sectores pudientes de la
sociedad hacia nuevos espacios urbanizables.
La movilización de las elites bogotanas también significó la implementación de una
arquitectura moderna inspirada en un tipo de casa campestre de corte ingles, mientras que
las clases de baja extracción social como los obreros se hacinaban en viviendas
antihigiénicas, habitando en ranchos y casonas de mísera condición, uno de los más
34
Laverde Manuel “Salvemos a Bogotá”, Cromos Revista semanal ilustrada. 8 de Noviembre de 1919
Número 187
39
reconocidos de la época seria el paseo Bolívar. (Barrio Egipto y antiguo parque de la
independencia) y ubicado en el sector de San Diego.
De esta manera se establecía en el imaginario de los capitalinos unas fronteras imaginarias
de lugares donde se centraba el progreso y la modernidad, y ciertos lugares donde
permanecía el atraso y la pobreza. El paseo Bolívar era un ejemplo de atraso, se mostraba
para las elites como un impedimento a sus planes de una ciudad futura, pues consistía en un
suburbio problemático que albergaba a la mayoría de barrios obreros. La solución tomada
por parte de las autoridades municipales fue la de “sanear el paseo Bolívar” (iniciado en
1919 y concluido en 1938) mediante la compra de estos predios y la posterior demolición
de las viviendas de dicho sector, en donde se construiría un parque público.
Otro de los problemas
de la primera década del siglo XX era el encarecimiento de los
precios de la vivienda y el arriendo de las habitaciones, lo cual fue una constante en las dos
primeras décadas del siglo XX debido a la incesante demanda de vivienda en la capital por
la masiva llegada de población y la poca oferta de esta, lo que incentivó la construcción
informal de vivienda para dar cabida a esta demanda de población. Vivienda construida en
sitios marginales de la ciudad y por fuera de la cobertura de servicios públicos.
La crisis habitacional ocasionada por una alta densidad urbana popularizó un tipo de
vivienda ya común desde finales del siglo XIX, en donde se hacia una subdivisión de los
predios para darlos en arriendo conocidas como casa tiendas o tiendas de habitación.
Por otro lado existían sectores en donde era común un tipo de vivienda informal que era
referida como “los Barrios obreros” o barrios de gente pobre, los cuales predominaban en
los alrededores de la ciudad y evidenciaba un problema social que cobraba mayor fuerza a
medida que llegaba más gente a la ciudad para habitar dichos sectores aledaños a los cerro
orientales.
Tenemos entonces que el problema de vivienda suscitó una crisis habitacional en Bogotá
transcurrida la primera década del nuevo siglo, haciendo necesario por
parte de la
autoridad municipal tomar medidas integrales para solucionar el problema de vivienda
obrera, controlando el desarrollo de las construcciones y racionalizando el espacio urbano
para impedir que este problema se continuara acrecentando. Era necesario entonces que el
40
municipio tomara medidas y diseñara el trazado de los barrios obreros, que es como
aclararemos más adelante, una
respuesta al problema habitacional, basándose en los
principios científicos de higiene y salubridad.
Existe una relación entre las dinámicas poblacionales que presentaba la urbe de comienzos
de siglo, en un número cada vez mayor, y los asuntos de salud pública que se deterioraban
significativamente a medida que la población se hacía más grande, si se tiene en cuenta que
al aumentar dichos índices poblacionales, aumentaba el riesgo de proliferación de
microorganismo dañinos y por consiguiente, de la propagación de enfermedades
infecciosas.
En este orden, los principios de la higiene pública buscaba la conformación de nuevos
espacios en el entorno urbano con las características necesarias y destinadas para que los
obreros habitaran, conocidos como barrios para obreros con unos principios claros, entre
los cuales se encuentra, la higienización de la ciudad junto a su población y por otro lado la
de regular el crecimiento urbano
por medio del barrio obrero como herramienta
fundamental para el saneamiento de la ciudad y como mecanismo para solucionar la crisis
habitacional en Bogotá durante la primera década del siglo XX.
Es importante también señalar que la idea de sanear la ciudad, buscaba no solo darle
solución a problemas de hacinamiento de los sectores obreros, sino también con un sentido
más amplio, el de mejorar las condiciones de vida de estos, como un proyecto civilizatorio
de las elites bogotanas en el cual, la vida moderna e higiénica, formaba parte de lo que se
consideraba estaba bien, que definía como una forma de vida aceptable, en este caso, la
vida moderna y civilizaba que las condiciones de la ciencia médica podría brindar.
El caso del barrio Unión Obrera (La perseverancia)
El debate por los barrios obreros había alcanzado un punto muy alto para la segunda década
del siglo XX. Previamente para finales de siglo XIX existía la experiencia del barrio Unión
obrera, un barrio para disposición de León Koop quien había adquirido 200 varas cuadradas
en terrenos correspondientes a los altos de San Diego donde se edificaría un barrio de
trabajadores de la fábrica Bavaria, de quien el señor Koop era propietario.
41
El barrio contaba con casas de un solo piso de 4.30 metros de frente por 8 metros de fondo
y fue construyéndose poco a poco por iniciativa de los obreros y con la mediación del señor
Koop35. Este barrio el cual no fue incluido entre la temática propuesta para el estudio de los
barrios obreros, precede las legislaciones sobre construcciones en Bogotá como el acuerdo
No 10 de 1902, y las construcciones del barrio obrero habían iniciado entre los años de
1984 y 1985, motivo por el cual, el diseño de las casas, no se someten a las legislaciones y
no demuestran tener las características de una vivienda higiénica para los obreros.
El barrio en sus inicios tampoco contaba con suministro de agua potable, ni otros servicios
públicos que permitieran concederle el título de un barrio diseñado para obreros, a pesar de
que allí habitaban trabajadores de la fábrica Bavaria y de zonas aledañas. Por lo tanto, el
hecho de que el barrio fuese construido por obreros, no significa que sea un verdadero
barrio para obrero pues el diseño no se acoge a ninguna normatividad existente, las cuales
llegarían en años posteriores, y los diseños de las casas, en muchos casos, demuestran
improvisaciones. Como si es el caso de barrios como el Primero de Mayo, el Antonio
Ricaurte y villa Javier, los cuales se acogen a la normatividad sobre construcciones en
Bogotá y a la legislación sobre barrios obreros, adquiriendo las características de un barrio
para obrero y vivienda obrera higiénica.
Lo anterior nos indica que mientras se daba el debate por los barrios obreros, el cual
considero, comprende más de tres décadas del siglo XX (1900-1936), ya se venía
experimentando con la construcción de vivienda obrera, algunos de manera improvisada
como el barrio Unión Obrera y otros como el Ricaurte y Villa Javier, con modelos mucho
más concretos y adecuados para el obrero, demostraba la aplicación de las normas
higiénicas y urbanísticas que caracterizaban a un verdadero barrio para obreros. También se
debe tener en cuenta la unidad barrial, compuesto por aspectos como la racionalización de
los espacios, la implementación de servicios públicos (agua, luz, alcantarillado), el uso de
zonas verdes y de recreación, el trazado de las calles, como aspectos que dan sentido a un
barrio para obreros, propósito que nos proponemos para el siguiente capítulo sobre cuál es
el deber ser del barrio obrero.
35
Ruiz Liliana y Cruz esteba. La perseverancia barrio obrero de Bogotá. (Bogotá: Convenio Misión Bogotá,
instituto Distrital de patrimonio cultural), 18-19
42
Capítulo 2. El deber ser del barrio obrero Y Legislación urbana en
Bogotá 1900-1936
Para este capítulo es importante entender la manera como el barrio obrero llegó a ser una un
proyecto concreto en las lógicas urbanísticas de la época estudiada. Podríamos partir de los
siguientes interrogantes. Primero. ¿Qué entendemos por barrio obrero? Y ¿Cómo llega el
barrio obrero a ser una respuesta a los problemas de higiene de la Bogotá de comienzos de
siglo XX?
Como punto de partida
para este estudio, es necesario hacer un análisis de lo que se
entiende por barrio obrero según la normatividad y la política urbana que reglamenta la
construcción de dichos barrios obreros y vivienda obrera. También es necesario
comprender como a partir de los problemas de higiene y la crisis habitacional que afectaba
a la capital de la Republica se hizo necesaria la formulación de una política de vivienda
obrera que solucionara la condición en la que se encontraba la ciudad a comienzos de siglo.
La vivienda obrera representa un nuevo modelo de construcción que mejoraría
notablemente la salud de quienes la habitaban junto con la condición moral, pues se creía
que el obrero podría gozar de una vida digna si contaba con los elementos básicos de
higiene y salubridad en su ambiente. Este nuevo modelo también funcionaria como medida
de choque para reducir la pobreza y combatir el desaseo de la ciudad, que ya venía siendo
crónico, a lo que le seguiría el debate sobre cómo debían ser estas nuevas casas y donde
construir los nuevos barrios para obreros.
Como punto de partida para este capítulo se propone el estudio del tipo de construcciones
que predominaban en Bogotá para la época y que suponían un problema para la salud
pública, pues no cumplían con las normas de higiene necesarias para la vida humana, como
los ranchos y tiendas de habitación que sirvieron como medida para contrarrestar la crisis
habitacional de comienzos de siglo y la alta demanda de vivienda, pero que resultaron ser
un inconveniente para la salubridad de la ciudad a la vez que promovía el hacinamiento de
la población obrera que habitaba este tipo espacios.
43
De igual manera es conveniente para este capítulo, referirse a los barrios obreros como
mecanismos de control social y la transformación moral del obrero para contrarrestar la
emergencia de ideologías revolucionarias en la ciudad y disminuir los niveles de pobreza.
Como lugar del deber ser del obrero, el buen obrero.
A partir de estos elementos se procederá con el análisis de la política urbana que se llevo a
cabo por parte del municipio para contrarrestar este tipo de problemas a la vez que se
buscaba una solución urbanística y se pensaba la ciudad a futuro, pues uno de sus ejes fue
la de una política de barrios obreros con el cual se proponían a resolver la crisis
habitacional, y a su vez los problemas de higiene de la ciudad.
¿Qué es un barrio obrero?
El barrio obrero llegó a convertirse en una propuesta innovadora a los problemas de higiene
y hacinamiento, sugerida por las autoridades municipales siguiendo las recomendaciones y
estudios sobre vivienda obrera hechos por la comunidad científica. El “nuevo barrio
obrero” o “la vivienda obrera” sería un modelo urbanístico que incluía vivienda higiénica
y espaciosa para los obreros y sus familias, una nueva manera de transformar el espacio
urbano que también solucionaría los problemas de higiene de Bogotá.
Como ya se mencionaba en el anterior capitulo la crisis habitacional de finales de siglo XIX
y comienzos de siglo XX, produjo el hacinamiento de las personas en pequeños espacios
habitacionales en donde convivían en la mayoría de los casos, familias enteras hacinadas
en las peores condiciones higiénicas. A estos sectores que anteriormente se les había
conocido como barios obreros acogían a la mayor parte de la población más humilde de la
capital.
El barrio obrero era en otras palabras un barrio de gente pobre, de trabajadores que como ya
mencionamos, habitaban en las
conocidas tiendas de habitación las cuales fueron muy
comunes durante los inicios de siglo. También era cada vez más notable la aparición de
ranchos o tugurios en los extramuros de la ciudad con condiciones higiénicas aun peores
que las de las tiendas de habitación, las cuales servían como vivienda de mucha gente
humilde que no tenía otro remedio que vivir hacinados porque sus recursos económicos no
les permitían acceder a una mejor vivienda.
44
Fue entonces cuando esta crisis habitacional se hizo visible y requería la atención de las
autoridad des del municipio. Ingenieros, médicos, arquitectos y urbanistas junto con
miembros de las clases altas de la sociedad bogotana intervinieron en la formulación de una
política de vivienda obrera que buscaba acabar con esas edificaciones antihigiénicas en
donde habitaban los obreros, proporcionando soluciones desde sus respectivos puntos de
vista, concluyeron que la construcción de barrios obreros destinados a acoger a los
miembros más necesitados de la sociedad capitalina, contrarrestaría el déficit de vivienda y
la formación de cinturones de miseria en la capital.
Es necesario proceder con la descripción de los tipos de vivienda que existían en Bogotá y
que acogían a los obreros, para entender el porqué era necesario reformar las condiciones
de vida y dotarlos de espacios saludables en donde pudieran vivir.
Tipos de vivienda obrera en Bogotá a comienzos de siglo XX
En Bogotá para finales del siglo XIX se dio un incremento de un tipo de habitación
comúnmente conocidas como tiendas de habitación o casa tiendas, las cuales
predominaron particularmente en sectores donde se presentaba una mayor concentración
de población. Las tiendas de habitación como se les conocía se caracterizaban por ser casas
de dos o más pisos, con acceso a la calle y a veces podían tener usos comerciales36.
Las tiendas de habitación por lo general eran pequeños espacios carentes de ventilación e
iluminación por lo que comúnmente se les conocía como tiendas ciegas, en donde
convivían varias personas o familias enteras que se acomodaban como podían en el interior
de las habitaciones, las cuales como eran de esperarse, se convirtieron en focos de infección
y enfermedades debido a las condiciones deplorables de habitabilidad.
Con la necesidad de acoger a más población en Bogotá fue muy común la subdivisión de
predios para así dar en arriendo más habitaciones, pero no se hizo la gestión para adecuar a
estas habitaciones con ventilación e iluminación lo que hizo que estos espacios se
convirtieran en focos de infección y de malos olores. Las habitaciones también carecían de
los servicios básicos como agua potable, electricidad y alcantarillado por lo que tenía que
36
Cuellar Marcela y Mejía Germán, 2007. Atlas Histórico de Bogotá, cartografía 1791-2007. (Bogotá: 2007:
Instituto de patrimonio cultural, Planeta 2007), 492
45
deshacerse de sus desperdicios arrojándolos a los ríos o las acequias en la mitad de la
noche37.
El problema de las tiendas de habitación ya venía complicando la higiene de la ciudad,
desde ya varios años se había llamado la atención sobre este tipo de vivienda y cómo
podemos ver a continuación, en 1918 este problema se mantenía como un común
denominador del desaseo de la ciudad. De esta manera se refiere el concejo municipal al
problema de las tiendas de habitación:
“Mientras no se acabe con las tiendas ciegas, causa efectiva de infecciones locales y generales en
la ciudad, elemento eficaz de las clases trabajadoras, será imposible el progreso de la
civilización…A este asunto de las habitaciones están vinculados los barrios para obreros por
objeto mejorar las condiciones de higiene en las que viven las clases trabajadoras38”
Otro tipo de vivienda común en las clases trabajadoras o populares eran los bohíos o
ranchos. La espontanea Aparición de este tipo de construcciones como resultado de la
llegada de población de origen humilde a la capital colombiana, fue un proceso que ya
había comenzado a presentarse desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX
originado por
el alto precio de la vivienda, lo que hizo que los obreros buscaran una
solución a este problema mediante la construcción de estas casas insalubres en lugares no
autorizados por el municipio y que predominaban en la ladera de los cerros orientales de la
ciudad.
En estas zonas los tugurios y ranchos que se construyeron eran humildes, su construcción
era a partir de materiales como tablas y su techo de paja, allí podían habitar familias
hacinadas en precarias condiciones de vida, conviviendo con animales en su interior,
dormían y también cocinaban allí. La convivencia de seres humanos en estos reducidos
espacios sin ventilación, permitía el fácil contagio de enfermedades y la proliferación de
microorganismos debido a la ausencia de desagües, motivo por el cual las administraciones
37
38
Cuellar Marcela y Mejía Germán, Atlas Histórico de Bogotá, cartografía 1791-2007, 492
Registro Municipal de Higiene y salubridad Diciembre de 1918
46
del municipio debían tomar medidas en el asunto refiriéndose a ellos como los “focos de
infección” de la ciudad.
Los Barrios obreros en Bogotá
En la tesis de Camilo Tavera sobre habitaciones obreras se habla de al menos unos 18
barrios reconocidos como obreros en donde se menciona a los barrios: Bavaria, Unión
obrera (Perseverancia) Antonio Ricaurte, Uribe Uribe, San Francisco Javier y los que
formaban parte del paseo Bolívar, con los barrios San Ignacio de Loyola 1y 2, San Luis,
San Martin, San Miguel, como los más reconocidos del paseo Bolívar el cual alojaba a la
mayoría de esta población39.
La Tesis de Tavera constituye una fuente primaria y consiste en un estudio detallado de
cada uno de los barrios obreros con sus características. Más adelante abordaremos el tema
de dicha tesis pues resulta de gran utilidad sus recomendaciones sobre la construcción de
vivienda higiénica para resolver los problemas de salud pública que suponían la existencia
de dichos barrios obreros en la capital.
En Bogotá, mientras que la antigua estructura de la ciudad se mantenía en la zona céntrica
ya se podían ubicar zonas de poblamiento popular al oriente y hacia el sur los cuales
crecían paulatinamente de manera desordenada y rápida acarreando más problemas de
orden sanitario a la ciudad. Estos problemas hacían necesaria una planeación del
crecimiento de la capital y un plan concreto de ordenamiento en el cual la creación de los
barrios obreros iba a ser la columna vertebral de una ciudad moderna e higiénica.
La distribución espacial de Bogotá para comienzos de siglo también estuvo marcada por la
especulación con los precios de la tierra propiciada por la llegada de población proveniente
de todas las regiones de Colombia que generó el encarecimiento de los predios y de la ya
mencionada subdivisión de estos para la construcción de viviendas o casatiendas, al mismo
tiempo que se iniciaba una colonización de los cerros orientales. El Norte también había
39
Tavera Camilo. “Habitaciones obreras en Bogotá”. En Luis Carlos Colon. “El saneamiento del paseo Bolívar
y la vivienda obrera en Bogotá p 107
47
iniciado un proceso de densificación hacia Chapinero desplazando a las zonas céntricas
como residencia de los capitalinos de clases altas.
En una sociedad que estaba dejando atrás la tradición colonial y en donde todavía convivían
las antiguas forma de desigualdad social, el proyecto de modernidad de la capital
colombiana se construyó sobre las mismas bases que claramente quería segregar a los
sectores populares, densificando para poder quitarle el peso de la concentración poblacional
del centro de la ciudad y reubicar a los sectores populares en “barrios obreros” a las
afueras para darle un ordenamiento a la ciudad. Como apunta Germán Mejía de esta
segregación saldría el barrio como realidad urbana como respuesta a la crisis habitacional
de comienzos del siglo XX y del higienismo como “herramienta de control social e
instrumento de administración urbana”40.
A continuación veremos un plano de Bogotá levantado en 1923 para señalar los focos
conocidos para la época como barrios obreros.
40
Saldarriaga Alberto, Mejía Germán y Zambrano Pantoja Fabio. Escritos sobre Historia y Teoría 2. (Bogotá:
Universidad nacional de Colombia. 2003), 47
48
Plano del estado de la ciudad. Bogotá 1923 de Manuel Rincón. Atlas histórico de
Bogotá. Marcela Cuellar Sánchez, Germán Mejía Pavony
El anterior plano levantado en 1923 muestra claramente la tendencia de la ciudad, que ya se
mencionó, a extenderse hacia la zona de Chapinero al Norte, el cual ya había sido incluido
formalmente a la ciudad desde el 17 de Diciembre de 1885 y la otra tendencia de
crecimiento de la ciudad hacia el sur Occidente, en la zona de San Cristóbal. Este plano es
el primero en mostrar a los barrios obreros a los que se hace mención en la tesis de Camilo
Tavera de 1922, que para la época ya estaban en proceso de formación como es el caso de
el barrio Unión obrera (La perseverancia) el Barrio Ricaurte, San Diego, Villa Javier, Uribe
Uribe, Sucre entre otros, debido a que no aparecen en planos posteriores a 1923 pero que ya
hacían parte del entorno urbano.
49
Más adelante se estudiara el proceso de construcción de los barrios obreros pero por el
momento nos quedaremos con el uso del mapa para exponer las zonas en las cuales se
concentraba la población obrera.
Plano de la ciudad de Bogotá 1923. Barrios obreros cercanos a los cerros orientales que
incluyen el barrio Unión obrera, San Diego en donde se encontraba el paseo Bolívar y
los arrabales de San Luis
1. Barrio Unión Obrera (La perseverancia)
2. San Diego y el paseo Bolívar
3. San Luis
50
Plano de la ciudad de Bogotá 1923. Barrios caracterizados como obreros ubicados hacia el Sur de
la ciudad:
1. Barrio Antonio Ricaurte
2. Las Cruces
3. Barrio Francisco Javier (Villa Javier)
El mapa de 1923 evidencia las zonas que comienzan a consolidarse como los nuevos
barrios hacia el occidente y los límites de las zonas urbanizables de la ciudad. Desde los
primeros años del siglo XX la ciudad ya venía marcando un crecimiento sin planeación ni
racionalidad. El Atlas Histórico dice lo siguiente: “Durante las primeras tres décadas de
dicha centuria el área urbanizada de Bogotá se multiplico por ocho. Este crecimiento se
51
produjo de manera espontánea y desordenada, lo que generó, a partir de los años veinte
preocupación por reglamentar el crecimiento desorganizado y descontrolado de la
ciudad”41.
En el proceso de transformación urbana que venía presentándose desde finales del siglo
XIX, comienza a observarse como un crecimiento desordenado de focos obreros sobre el
sector de los cerros orientales y hacia el suroccidente de la ciudad. Lo anterior eran las
evidencias de una ciudad que ya desde finales del siglo XIX comenzaba a desbordar su
antigua estructura colonial al igual que aparecían nuevas estructuras más acordes al orden
moderno como bancos, edificios, hoteles que superaban la altura de las iglesias como las
construcciones con más altura. Estructuras que dejaban atrás las técnicas coloniales
abriendo paso nuevos materiales como el hierro o el vidrio42.
La aparición en el paisaje urbano de numerosos focos obreros en los suburbios de la ciudad
eran síntomas de un crecimiento que desbordaba la capacidad de la ciudad para responder a
la alta densidad de población, y la poca oferta de vivienda, que hizo que sus habitantes
comenzaran a poblar los alrededores de los cerros orientales, construyendo en zonas no
autorizadas para suplir la necesidad de vivienda, conformándose una especie de cinturones
de miseria que preocupaban a las administraciones municipales y fue un problema que se
extendió por las primeras tres décadas del siglo XX.
A partir de estos problemas referidos era necesario que las autoridades municipales
tomaran medidas concretas para regular el crecimiento de la ciudad y al mismo tiempo
resolver el problema de hacinamiento de la población bogotana. Ante este panorama las
administraciones municipales llevaron a cabo una serie de medidas conocidas como la
´primera legislación urbana que buscaba reglamentar y controlar las construcciones no
solos de obras públicas sino también el de las casas y las habitaciones, haciendo énfasis en
la mala situación en la que habitaban los sectores obreros.
41
Marcela Cuellar, Germán Mejía Pavony. Atlas Histórico de Bogotá, cartografía 1791-2007.( Bogotá:
Planeta 2007), 74
42
Pulgarin Osorio Yarleys. “Vivienda estatal obrera en los años 30 en Bogotá: Los casos de los barrios
obreros Restrepo y Centenario” (Tesis. Maestría patrimonio cultural y territorio, Pontificia Universidad
Javeriana), 48
52
A continuación veremos como una política urbana nacida del discurso higienista y
progresista de las elites capitalinas, surge la idea de reglamentar las construcciones en la
ciudad y de establecer los requerimientos para que las viviendas y demás construcciones
cumplieran con los requisitos higiénicos, por medio de acuerdos y decretos que buscaban
dar solución al problema habitacional de Bogotá. Con este motivo el consejo municipal
emite una serie de acuerdos para reglamentar la construcción en la capital y seria el
sustento de los nuevos barrios diseñados para obreros y para la construcción de vivienda
obrera en Bogotá.
Normatividad sobre Edificaciones y licencias de construcción. Acuerdo 10 de 1902
En los primeros años del siglo XX en Bogotá era necesario que se estableciera un control
más efectivo sobre las edificaciones y cualquier tipo de construcciones. La crisis
habitacional ya mencionada en capítulos anteriores, hacia parte de uno de los problemas
que más afectaba a los capitalinos y que conllevaba al hacinamiento en malas condiciones
de vida de las masas obreras, esto hizo necesario la formulación del primer acuerdo
emitido por el consejo para reglamentar todo tipo de construcción en Bogotá.
El acuerdo 10 de 1902, el cual representa toda una legislación urbana que buscaba además
de reglamentar y controlar la construcción o modificación de las viviendas en Bogotá,
tomar medidas para contrarrestar la aparición de construcciones de ranchos y tugurios que
no cumplían con las normas de higiene y salubridad exigidas en el contexto de la ciudad
moderna.
El acuerdo 10 de 1902 establecía los requisitos mínimos para conceder una licencia de
construcción en la capital. El siguiente fragmento hace referencia a dicho acuerdo y reúne
alguno de los puntos más relevantes de dicho acuerdo:
“Todo constructor de edificios dentro del municipio de Bogotá deberá cumplir fielmente el
acuerdo 10 de 1902, del cual toman las siguientes disposiciones:
53
1ª Ningún individuo podrá dar principio a obras de una nueva planta o reedificaciones, ni
a un exterior de sus predios, o a reparaciones de los muros de fachada sin previa licencia
de la Alcaldía.
9ª Los desagües de las canales exteriores deben sacarse por debajo del andén de la
cuneta
12ª La ejecución de toda obra deberá ser dirigida por profesional idóneo (Articulo 48)
13ª El sitio de obra debe permanecer en el plano original, aprobado debidamente, a
disposición de las autoridades municipales que lo soliciten.
14ª las infracciones a cualquiera de las disposiciones del acuerdo No 10 de 1902 serán
castigadas con multas de cinco a cien pesos oro (Articulo 122)
El Alcalde E.S D Santa María43”
Las autoridades municipales se esforzaron mucho para regular la construcción de viviendas
al igual que la modificación de los predios. Dado que cualquier tipo de construcción en la
capital estaba suscrito al acuerdo número 10 de 1902, el cual marcaba los parámetros de
higiene que debía seguir todo tipo de construcciones en Bogotá.
Este acuerdo sería la pieza clave para controlar lo que se estaba construyendo en Bogotá y
la manera como las autoridades municipales ejercía un mayor control sobre las
edificaciones. Cualquier propietario ya fuese de un lote, casa, edificio, bodega en la capital
para años posteriores a 1902, estaba sujeto a una rigurosa política de control sobre la
construcción y modificación de predios, por eso si un propietario tenía la intención de
construir en un lote, modificar la estructura de su casa, construir una habitación, reconstruir
la fachada, modificar la entrada, el andén, pavimentar una calle, debía acogerse a los
trámites establecidos por la alcaldía quien era la encargada de otorgar la licencia de
construcción en caso que cumpliera con todos los requisitos establecidos por el municipio.
Las construcciones debían estar certificadas por el ingeniero municipal para el
adelantamiento de las obras. Quienes solicitaban una licencia de construcción debían
43
Fondo Licencias de construcción Archivo Distrital folio 56
54
acogerse a un riguroso control municipal enviando los planos y de manera detallada,
exponer en ellos cuales eran las modificaciones, en caso de que se quisiera reestructurar el
predio, o en caso de construir en un lote, se debía especificar qué tipo de construcción se
iba a llevar a cabo, las características de la topografía del lugar, si era un edificio lo que se
quería construir, o si se trataba de una casa quinta por ejemplo, y si contaba con un sistema
recolector de aguas residuales o desagüe.
Una vez enviados los planos, (plano por duplicado)44 es estudiado por el ingeniero
municipal quien era el encargado de dar el visto bueno, y quien acogiéndose a la
normatividad podía garantizar que la construcción cumplía con lo establecido en el acuerdo
10 de 1902 en cuanto a los aspectos arquitectónicos de la construcción.
Teniendo la aprobación del arquitecto municipal, se procedía a remitir los planos a la
Dirección de higiene y salubridad, seguida de la autorización de la Dirección de obras
públicas y la sociedad de embellecimiento y ornato45.
Como veremos a continuación, el Acuerdo 10 de 1902 es sumamente importante porque es
la normatividad que permitirá la construcción de barrios para obreros por iniciativa
particular y para que los habitantes de la ciudad pudieran iniciar la construcción de
vivienda obrera, sentando las bases de una legislación urbana para la construcción de
barrios en los lotes y demarcando como las zonas en vía de urbanización de la ciudad.
El Acuerdo tiene muchos elementos más que permiten tener un control sobre la
construcción de calles, alcantarilla, alumbrado público, plazas públicas, parques etc. Más
adelante vendrán otras leyes para la construcción de barrios obreros como la Ley 46 de
1918, pero el acuerdo 10 de 1902 es el primero en sentar las bases de una legislación
urbana sobre una vivienda adecuada a la cual se acogerían los nuevos barrios para obreros.
Sin embargo, para que el barrio para obreros fuese una realidad la normatividad debía ser
mucho más rigurosa, entre las medidas incluían la intención de urbanizar los ejidos de la
ciudad y el ensanche de esta hacia el sur occidente con el motivo desplazar el crecimiento
44
Para un estudio más detallado véase Rodríguez Leuro Ángela (2013) “La Junta de habitaciones para
obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo” pp 64
45
Ibíd.p63
55
de la ciudad hacia esas zonas y evitar que se continuara con la construcción en las zonas
aledañas a los cerros orientales.
Los barrios para obreros y el ensanchamiento de la ciudad
En el proyecto de urbanización de Bogotá emitido por el concejo municipal el 30 de
Octubre de 1912 se menciona en uno de sus puntos a la necesidad de planear mejor el
crecimiento y urbanización de la ciudad. En el tratado se menciona lo siguiente:
Modificaciones al acuerdo sobre Urbanización
Artículo 1: Apruébese el plano de urbanización de los ejidos de Bogotá, presentado por el
señor ingeniero municipal con fecha de 30 de Octubre de 1912, con las modificaciones
siguientes en uno de sus puntos:
a) Incorporación del “barrio obrero” y de una vía de circunvalación que complete el
paseo Bolívar
Más adelante se dice lo siguiente:
“Bogotá crece rápidamente, ya no cabe dentro de los limites urbanos y tiende a expandirse hacia
los predios rústicos que la circundan. Este hecho fatal que se cumple por medio espontaneo, con el
desgreño y desarreglo que afectan todos los fenómenos naturales… Corresponde a la entidad
municipal, representada en vosotros, regular, metodizar y dirigir los movimientos de este fenómeno
de crecimiento en beneficio del incremento municipal, como precaución higiénica para comodidad
del común y hasta como regla de estética y cultura social”46
Entre las modificaciones al acuerdo sobre urbanización que proyectaba la junta municipal
de obras públicas se hace mención de un plano en el cual estaba incluido el edificio de las
46
Proyecto de acuerdo sobre urbanización de Bogotá 1914. Fondo concejo Municipal de Bogotá. Folio 286
56
hermanas de caridad y se especifica el barrio obrero y las obras de circunvalación del paseo
Bolívar.
La nuevas urbanizaciones o barrios destinados para los obreros cumplían la función de
permitirle a la ciudad un ensanchamiento, pues el municipio basado en el anterior proyecto
de urbanización, trataba de incentivar la construcción de barrios obreros de manera
coordinada y en puntos estratégicos de la ciudad, para quitarle la carga que suponía la alta
densidad de la población en la zona céntrica de la ciudad, así la ciudad adquiría un sentido
ordenamiento que se complementaba con la construcción de la avenida de circunvalación
del paseo Bolívar.
Justificación del barrio obrero. El buen obrero
Fueron muchos los elementos incluidos en este debate la transformación de Bogotá
tomando todos los que tenían que ver con la vida cotidiana como el baño y el aseo personal,
higiene y cuidado de los alimentos y saneamiento de los espacios públicos. De esta manera
se podría afirmar que la idea del barrio obrero es mucho más que una solución urbanística y
e incluyen elementos de control social y pedagógico de la población, en el sentido en que
fueron pensados por la municipalidad y por la comunidad científica como el lugar donde se
concretaría el discurso higienista, y desde donde surgiría una nueva sociedad.
No se puede desconocer en este trabajo que los barrios obreros cumplen una función
pedagógica donde además de brindarle un hogar digno a los obreros también se buscaba
rescatarlo del vicio y la bebida Por medio de la propuesta que significaba el barrio para
obreros, el cual era también visto como un modelo de transformación de las antiguas
tradiciones consideradas por la elite como “indígenas” asociadas generalmente con la
bebida de la chicha.
Tras arduos debates sobre acabar con la venta de esta bebida, asociada al atraso de la
civilización, una bebida que no encajaba en los estándares de una cultura moderna y su
57
consumo estaba relacionado a las clases populares que la consumía con una mayor
frecuencia, se buscaba que el obrero pudiera alejarse del consumo de chicha para
concentrarse en el trabajo.
Camilo Tavera en su tesis sobre habitaciones obreras en Bogotá mencionaba la necesidad
de construir para los obreros casas higiénicas con ventilación y agua abundante para que
estos gozaran de una vida mucho más alegre y se alejaran de males como el vicio y la
bebida. También se menciona que transformando las condiciones materiales del obrero, se
transformarían las condiciones morales e intelectuales al convertirse en un elemento
deseable para la sociedad47.
En el debate sobre los barrios obreros también existen factores de orden social y político,
dado que mejorar las condiciones de vida de las clases más necesitadas, es también mejorar
la condición moral y social del obrero, disminuyendo los factores que podrían causar un
levantamiento de las clases populares que Vivian en una extrema pobreza. Es difícil de
definir los elementos implícitos en las políticas de la elite bogotana que demuestren una
intencionalidad de frenar el surgimiento de focos “Bolcheviques” o revolucionarios en la
capital. Pero si es válido como demuestran algunos autores, que la degradación de las
condiciones de vida del obrero podía llevar a tal descontento de la población en contra de
las elites bogotanas, que estos podrían encender la caldera revolucionaria y el ambiente
propicio para que incitadores socialistas o comunistas tomaran ventaja de la situación social
en la que se encontraban las clases populares48.
De esta manera, el origen de los barrios obreros, obedece en primer lugar a un problema de
claro e identificado, que era la crisis sanitaria y habitacional por las cuales pasaba la ciudad
pero también existían motivos políticos para que las autoridades municipales y las elites
buscaran tener el control sobre las clases populares. Las condiciones de salubridad de los
sectores proletarios llamaba mucho la atención, y los encargados de dar a conocer este
47
Tavera Zamora Camilo. “Habitaciones obreras en Bogotá 1922” Tesis para el doctorado en medicina y
cirugía
48
Noguera Carlos. “La Higiene como política. Barrios obreros y dispositivo higiénico, Bogotá y Medellín a
comienzos del siglo XX” En Anuario colombiano de Historia social y de la cultura. Número 25 1998), 196.
58
problema fueron un grupo de Médicos, ingenieros, arquitectos y urbanistas que pretendían
sensibilizar al gobierno de los problemas que podía traer el no mejorar las condiciones de
vida del obrero y el no tomar medidas en el asunto sobre los barrios obreros para evitar un
posible descontento social, que pudiera desencadenar el estallido de una revolución de las
clases proletarias, haciendo que los barrios obreros fueran de igual manera un mecanismo
impuesto por las clases dirigentes para mejorar las condiciones higiénicas de la ciudad, así
como también un mecanismo de control social de las clases populares, que buscaba evitar
la insurgencia de focos revolucionarios y de agitación social, a la vez que se educaba y se
dignificaba la condición moral del obrero, proporcionándole lo esencial para una vida
digna, la cual transformaría las costumbres del obrero.
También es necesario estudiar el papel que jugaron las entidades de beneficencia en el
debate sobre los barrios obreros, partiendo desde la transformación moral de los obreros
por medio de la vivienda obrera que cogiera a las familias más necesitadas de la capital. Un
ejemplo muy estudiado en Bogotá es el caso de Villa Javier construido entre 1913 y 1914
como representación de la acción católica y sus esfuerzos para contrarrestar la pobreza en la
ciudad.
Más adelante procederemos con el análisis del barrio villa Javier o Francisco Javier como
modelo de vivienda obrera y la manera como este barrio, logró responder a la demanda de
vivienda por medio de un sistema alquiler de sus casas a bajos precios para
que los
obreros pudieran pagarlos y el proceso pedagógico de los obreros que buscaba la
transformación moral de los sectores más necesitados.
Sin embargo, los barrios
para obreros
también fueron usados como dispositivos de
segregación de la población más pobre y necesitada de la ciudad con el fin de embellecerla.
Este dispositivo se basaba en la expropiación de los denominados focos de infección y de
los terrenos en los cuales se había construido vivienda insalubre, para el ornato de la
ciudad, para reubicar a la gente que vivía en estos sitios, en lo que se conocería como un
barrio para obreros. De allí surgiría la idea de utilizar el barrio para obreros, como
mecanismo de segregación de los pobres en sectores fijados por las administraciones
59
municipales, separándolos de los sectores tradicionales de la capital en los que habitaban
las clases altas.
En el debate por los barrios obreros el caso del paseo Bolívar, llamó por muchos años la
atención de la municipalidad y es un claro ejemplo de cómo el municipio utiliza el barrio
para obreros, con motivo de segregar a los pobres de la ciudad, en barrios para obreros.
El paseo Bolívar. “Un suburbio antihigiénico”
Cualquier transeúnte que atravesara los alrededores de los arrabales de San Diego en la
Bogotá de comienzos de siglo XX reconocía claramente a un montón de ranchos y tugurios
en los cerros orientales de rudimentaria fabricación, reconocida como la zona más
desaseada de la capital, un foco de infección y lugar de delincuentes. Este sector quedaba
en el imaginario de los bogotanos como un sinónimo de obrero, un lugar indeseable el cual
muchos querían esconder con el fin de embellecer a la pujante ciudad moderna que se
quería mostrar a los extranjeros y visitantes.
Fueron muchos los intentos por tratar de embellecer este lugar y muchas veces las medidas
tomadas por la alcaldía resultaron ser inútiles para traer orden conglomerado de ranchos
que hacia parte del paseo Bolívar. En la lógica higienista era imposible la existencia de un
lugar como este, constituido por una serie de barrios en los que habitaba la gente más
humilde de Bogotá. Sus calles estrechas construidas en las laderas de los cerros orientales
de la ciudad y erróneamente trazadas, no se conectaban al alcantarillado, motivo por el cual
los desperdicios humanos y la basura, recorrían estas calles de barro que facilitaba la
aparición de muladares y malos olores.
El paseo Bolívar entra en el debate de los barrios obreros, precisamente por el desafío que
representaba este suburbio, para la salud de sus habitantes. La cuestión era la siguiente:
¿Qué se debería hacer con está aglomeración de barrios obreros, mal planificados y
antihigiénicos?
60
Un claro ejemplo de cómo funcionaban las lógicas higienistas de la época pueden ser
representadas en el caso del paseo Bolívar. Este suburbio que durante más de una década
fue el tema principal de debates entre la comunidad científica y el consejo municipal,
escenifica los problemas de higiene y hacinamiento que vivía la población bogotana
durante las primeras décadas del siglo XX.
El caso el paseo Bolívar es ejemplar, y su estudio busca dar explicaciones a la realidad de
los barrios obreros en Bogotá, como la propuesta del saber científico que buscaba, por
medio de la segregación de los sectores proletarios y su reubicación con el fin del
“saneamiento del espacio urbano” con
el fin de embellecer a Bogotá con parques y
avenidas.
Durante los primeros años del siglo XX existió la idea de “embellecer la ciudad”
combatiendo la constante aparición de barrios conocidos como obreros a los alrededores de
la ciudad, estos sectores como se ha dicho anteriormente, representaban unos focos de
infección, eran lugares insalubres y miserables que debían ser suprimidos con el fin de
darle una apariencia a la ciudad de moderna. El ornato de la ciudad jugó un papel clave en
los barrios obreros como veremos más adelante y las medidas que fueron tomadas en base a
la construcción de vivienda obrera y barrios obreros, tuvieron un fin claro, el del
embellecimiento mediante la segregación y exclusión de los sectores populares en espacios
únicos y destinados para el obrero y su familia.
De esta manera a la vez que se buscaba embellecer la ciudad por medio de un conjunto de
políticas destinadas a la transformación del espacio público como la construcción de
parques y avenidas, Bulevares etc. Se buscaba contrarrestar el problema social que
representaba las malas condiciones de vida de la clase trabajadora y los obreros.
El sector del paseo Bolívar fue conocido como un de foco de infección para la comunidad
científica de la época y para los capitalinos como un lugar indeseable, habitado por la gente
más pobre de la ciudad. Una zona reconocida por ser foco de pobreza motivo por el cual en
el imaginario bogotano, los habitantes del sector eran referidos como obreros que vivían en
61
las peores condiciones higiénicas y a su vez un sitio asociado a los crímenes y la actividad
delincuencial.
Tomado del Periódico el Espectador. Ejemplo de cómo este sector ocupaba lugares en
un periódico tradicional de la época. Bogotá 24 de Octubre 1918
La existencia de este sector marginado en donde habitaban la gante más pobres de la
capital representaba un conjunto de problemas, por un lado el de ser un foco de infección
debido a las insalubres condiciones de hacinamiento en las casas, carentes de servicios
públicos, las cuales facilitaban el contagio de enfermedades endémicas como ser haría
evidente durante la epidemia de gripa de 1918 que veremos más adelante, y por otro lado
el problema social que representaba
el sector para la capital, asociado al crimen y la
delincuencia.
La solución que se le da a este problema es mediante una política de barrios obreros, la cual
ya venía sonando en los debates
entre la elite científica y los sectores dirigentes de la
época, a la cual se le conoció como “El saneamiento del paseo Bolívar”, en donde por
iniciativa del municipio, se toma la determinación de expropiar los terrenos en los cuales
habitaban numerosas familias obreras para que la alcaldía pudiera hacer uso de estos
espacios con el fin de embellecer la ciudad, construir parques, arboledas y reubicar a los
obreros que allí habitaban, en un barrio obrero debidamente diseñado para estos, siguiendo
las recomendaciones sobre higiene y urbanismo que hicieron posible al barrio el Centenario
en 1936, tras un proceso que duró dos décadas.
62
El paseo Bolívar entraría en la Historia de los capitalinos de una manera trágica como el
lugar que fue mayormente azotado por la peste de gripa que se dio en Bogotá en Octubre
de 1918, como era de esperarse este lugar marginal olvidado por las administraciones
capitalinas sufrió de un alto índice de muertos a causa de la proliferación de esta
enfermedad en el lugar más antihigiénico y desaseado de la ciudad.
No se puede
desconocer que esta epidemia de gripa fue decisiva en la formulación de los barrios obreros
como una medida de urgencia pues ya no podía seguir escondiéndose un problema como
este, al cual la gripa hizo más que evidente, demostrando que la pobreza sumada a la
insalubridad de las condiciones de vida de los pobres, representaban una combinación fatal.
La epidemia de gripa española de 1918 y el Paseo Bolívar
A finales del año de 1918 una epidemia de gripa azotaría la capital de los colombianos
sumiendo a la ciudad en una crisis sanitaria por el alto número de contagiados y muertos
en las calles. La revista Cromos narra de manera más cercana la manera como esta
epidemia afectó a los capitalinos, especialmente a las personas más pobres de los arrabales
quienes caían víctimas de esta epidemia entre las cuales se encontraban por supuesto, los
obreros e involucraba al sector conocido como el Paseo Bolívar:
“Mucha, mucha pobre gente me dicen ha muerto, esa gente ya había comenzado a fallecer, con distintas
afecciones en apariencia, pero en el fondo con una sola misma enfermedad: el Hambre. Iban sucumbiendo
con el plazo y turno que la miseria les había fijado, la gripe no ha hecho sino decirles: Por aquí es más
derecho”49.
En los titulares de los principales periódicos se registraba esta epidemia que a mediados de
octubre comenzaba tomar las primeras víctimas. Este titular del periódico el Espectador
dice lo siguiente:
49
Cromos, revista semanal ilustrada. Octubre 26 de 1918 p 224
63
“Otro cronista narra el drama por la crisis sanitaria consecuente de la cantidad de cuerpos
en las calles y la dificultad que se tenía por darles sepultura.
“Los enterradores han alcanzado una cotización altísima. La escasez de sepulturas ha sido un problema
pavoroso. Nunca los muertos habían tenido que hacer antesala en el cementerio, por uno o dos días
aguardando que se les acomodase en los ataúdes que antes eran un artículo de ultima necesidad, hoy lo son
de primera, esos bártulos nunca fueron mercancía de importación, y ahora han venido por ferrocarril en
anchetas que inmediatamente quedan distribuidas y agotadas”50.
Ante esta situación para la cual la ciudad no se encontraba preparada, fue necesaria la labor
de la Junta de Socorro, creada por un grupo de personas de la alta sociedad para acudir a la
caridad en ayuda de las personas más pobres afectados por esta peste de gripa. Esta peste
incidió de manera notable en las políticas sanitarias que se debían adoptar para combatir de
manera eficiente el contagio de enfermedades infecciosas, haciendo énfasis en proteger a la
población más propensa al contagio que eran los obreros, quienes sufrieron con más fuerza
de dicha enfermedad. Como se comenta el siguiente artículo:
“La epidemia para nuestras clases menesterosas, fue un azote terrible. La cifra de mortalidad ha sido cada
día más pavorosa. Pasada la epidemia se presenta un azote mucho más horrible aun: el Hambre…La
mayoría de los obreros y en general todos aquellos que derivaban de la diaria subsistencia de su propio
50
Cromos Revista semanal ilustrada. Noviembre 2 de 1918 p 285
64
trabajo, habían sido privados de los más elementales auxilios debido a la enfermedad; como el ahorro es
para ellos planta exótica, les fue preciso implorar la caridad para no morir de hambre”51.
Tomado de Periódico el Espectador 25 de Octubre de 1918
La peste fue una de las razones de peso para la formulación de una política de barrios
obreros. La respuesta de la autoridad municipal fue la creación de la Junta de Habitación
para obreros en 1919 para hacer énfasis en que los pobres debían tener mejores condiciones
higiénicas de vida. Aunque desde la primera década del siglo XX ya se habían formulado
algunas peticiones para la construcción de este tipo de urbanizaciones para garantizar este
tipo de características de una sana e higiénica vivienda que reducía el riesgo de
proliferación de las enfermedades infecciosas, esta última, la gripe y la epidemia del 18
influyó para que las autoridades municipales fuesen más rigurosa en este tipo de políticas
para llevar a cabo los barrios para obreros.
La epidemia demostró que la ciudad no se encontraba preparada para afrontar una crisis
sanitaria como esta, e hizo mucho más que evidente la pobreza y las malas condiciones en
las que habitaban las clases populares. Los pobres quienes no tenían como pagar los
medicamentos y que habitaban en condiciones favorables para que la gripe cumpliera con
51
Cromos Revista semanal ilustrada Noviembre 2 de 1918 p262
65
su devastador efecto, sucumbía rápidamente ante esta epidemia, que pasados los días
cobraban más víctimas.
La presencia de un suburbio desaseado como el paseo Bolívar fue una piedra en el zapato
para las administraciones de la ciudad, en especial después de 1918 con la epidemia de
gripa española cuando tomó aún más fuerza la idea de desalojar a los pobladores de dichos
terrenos. Algunos autores manejan una cifra de aproximadamente un 2% de la población
bogotana que murió a causa de esta epidemia afectando a más o menos unas cuarenta mil
personas y dejando unas 800 personas muertas a causa de tal epidemia de gripe52.
Gestión Nacional sobre barrios obreros Ley 46 de 1918
En Noviembre de 1918 se aprobaría la que sería una ley primordial en la política de
vivienda en Colombia, la ley 46 durante la epidemia de gripe española, la cual fijaba las
pautas de construcción de las habitaciones y el arrendamiento entre las que se encontraba
la expropiación de los terrenos por parte de los municipios. Mientras la epidemia de gripa
española contagiaba un mayor número de personas, el congreso decretó la ley número 35
del 5 de Noviembre de 1918 la cual estipula lo siguiente:
Artículo 1: Sancionada que sea esta ley, el gobierno procederá a dictar medidas que creyere más
convenientes y eficaces para combatir la epidemia reinante, evitar su propagación y proteger a los
enfermos pobres que no puedan atender a su restablecimiento.
Artículo 2: para los gastos que esto demande, invertirá hasta la suma de 40.000$. La cual
se considerará incluida en el presupuesto de gastos de la actual vigencia.
Artículo 3: Esta ley regirá desde su sanción dada en Bogotá, a cinco d Noviembre de mil
novecientos diez y ocho53.
52
Noguera Carlos Ernesto. “La Higiene como política”. En Anuario colombiano de Historia social y cultural.
No 25, 195.
53
Diario oficial Republica de Colombia. Bogotá Sábado 5 de Noviembre de 1918
66
Esta Ley funcionaria como un mecanismo de choque en contra de la epidemia y evidencia
el impacto de la gripa tuvo en Bogotá y la nación, e hizo que la determinación de acabar
con los focos de infección fuesen una prioridad, tomando medidas de emergencia para la
salud pública y para la construcción de barrios obreros. De esta manera los municipios de
más de quince mil habitantes debían destinar un porcentaje de las rentas para la
financiación de vivienda obrera e higiénica. Fue así como los barrios obreros adquirieron
un sustento legal que demuestra lo importantes que fueron, no solo para Bogotá sino para
la Nación el de tomar medidas más eficientes sobre la salud pública y la necesidad aun
mayor de dotar a las clases populares de vivienda adecuada con la intención de establecer
un proyecto más claro de ordenamiento urbano en Colombia y para afrontar la crisis
sanitaria en las ciudades importantes.
Como una gran parte de la población bogotana habitaba en condiciones de hacinamiento en
las denominadas casa tiendas, tiendas de habitación o ranchos, en donde vivían en su
mayoría obreros, el contagio de las enfermedades se hizo aun mayor en estas condiciones
de habitabilidad, pues estas viviendas carecían de lo básico para asegurar unas condiciones
favorables de salud. Por esta razón y con el sentido de reglamentar y asegurar
las
condiciones de las viviendas, se establece la Ley 46 de 1918 formulada como una medida
de salud pública para tener control sobre el estado de los predios y las habitaciones,
asegurando que contara con las características necesarias de higiene que permitieran la vida
de las personas que las habitaban.
La ley 46 de 1918 (19 de Noviembre) dice lo siguiente:
Ley 46 de 1918 “Por la cual se dicta una medida de salubridad pública y se provee la
existencia de habitaciones higiénicas para la clase proletaria”.
El congreso de Colombia decreta:
67
Artículo 1: “Es prohibido arrendar para habitaciones casas, piezas, accesorias y
cualquier otra clase de edificio que no tenga las condiciones higiénicas necesarias al
efecto”.
Artículo 2: La dirección general de higiene determinará las condiciones respectivas según
los edificios, piezas accesorias etc. Hayan de ser habitadas permanentemente o solo
durante el día.
La ley también faculta a los funcionarios de higiene para hacer visitas domiciliarias y para
verificar si cumplen con las condiciones higiénicas necesarias e imponer sanciones a los
propietarios.
Sobre cómo se debían financiar estos nuevos proyectos el artículo siete dice lo siguiente:
“Es obligación de los municipios que tengan más de quince mil habitantes, destinar el dos
por ciento del producto de sus impuestos, contribuciones y rentas, a la construcción de
viviendas higiénicas para la clase proletaria. Dichas viviendas tendrán que llenar las
condiciones determinadas por la dirección general de higiene; por habitarlas se cobrará
solamente un arrendamiento equivalente al seis por ciento anual del valor de su costo, más
cuatro por ciento sobre el mismo valor destinado a cubrir este; todo conforme a los
reglamentos ejecutivos de esta ley, y a los que, sin contrariar los ejecutivos, dicten los
respectivos consejos municipales”.
En el artículo 9 queda estipulado un auxilio (100.00$) para la adquisición de lotes para la
construcción de casas higiénicas:
“La cantidad expresada se pagará por el gobierno nacional al municipio de Bogotá, en
cuotas no menores a 2000$, en cada mes”.
Artículo 11: “Las cantidades
que ingresen al tesoro municipal como precio de las
construcciones llevadas a cabo con el auxilio del tesoro nacional, se aplicarán a las
68
nuevas construcciones, si las declararen necesarias un acuerdo celebrado entre el
Gobierno nacional y la municipalidad; en defecto de esto se aplicarán tales productos a
las cuotas más urgentes para la salubridad pública de la capital de la Republica”54.
Para dar cumplimiento a esta ley, se crea en Bogotá la Junta de habitación para obreros en
1919, la cual iniciaría su labor con 100.000$ y el 2% que debía proporcionar el municipio
para la compra de los terrenos en donde se construiría la vivienda obrera55.
Sin embargo, como señala Rodríguez Leuro, las autoridades municipales se quedaron
cortas en dar aplicación a la ley 46 de 1918 debido a la incapacidad de la alcaldía para
destinar vivienda a la población menos favorecida que aumentaba con el pasar de los años,
lo que hizo que aparecieran urbanizadores particulares que comenzaron a especular con los
precios de la vivienda, vendiendo lotes sin los servicios públicos necesarios56.
De igual manera, la ley 46 buscaba promulgar en la capital una política de viviendas
higiénicas para los obreros imponiendo multas que iban de 10$ a 500$ y regulando la
construcción de viviendas y para los municipios que contaran con más de 1500 habitantes,
una destinación del 2% de las rentas para la construcción de vivienda para la población
obrera 57.
Dirección General de Higiene
La Dirección General de higiene fue el organismo encargado de ejercer control y de
verificar minuciosamente el estado de las construcciones en Bogotá y el control sanitario de
los espacios públicos. Entre sus funciones estaba en velar por que las construcciones y las
viviendas contaran con lo necesario para que sus habitantes llevaran una vida en
condiciones higiénicas y favorables.
54
Diario oficial Republica de Colombia. Bogotá Sábado 23 de Noviembre de 1918 numero 16549
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana),71- 72
57
Ibíd., 76
55
69
La siguiente resolución demuestra cuales eran las facultades asignadas a este organismo
para llevar a cabo la verificación de las condiciones de salubridad de las construcciones y
del espacio público en Bogotá:
La resolución Número 16 dice lo siguiente sobre las condiciones higiénicas de las
habitaciones acogiéndose a las Ley 32 de 1918 y al artículo 2 de la Ley 46 de 1918.
Artículo 1: Las piezas de toda casa de habitación deben distribuirse de modo que tengan la
capacidad de luz y la ventilación que exigen las disposiciones de esta resolución.
Las piezas destinadas para dormitorios deben recibir directamente la luz y la ventilación
de un patio, de un jardín o de una calle.
Artículo 2: El número de personas que pueden dormir en una pieza debe señalarse
teniendo en cuenta que a cada uno debe corresponder por lo menos diez metros cúbicos de
aire para que pueda renovarse fácilmente58.
En los artículos 4 y 5 de la Resolución número 16 de 1919 se establece que la altura de las
piezas medida desde el piso hasta el cielo raso debía ser de por lo menos tres metros y la
altura de las puertas de por lo menos dos metros con sesenta centímetros y esta misma
altura se mantendrá en las puertas de las habitaciones y preferiblemente que sean
construidas con materiales resistentes como el ladrillo unido con cal o cemento.
Por medio de sus funcionarios, se realizaban las inspecciones de los lugares verificando que
se siguiera al pie de la letra los requerimientos anteriormente citados. Los inspectores de
higiene verificaban que no existieran hornillas en el interior de una habitación con el fin
de no viciar el aire. Todas las casas deben tener cañerías, las cuales deben ser cubiertas para
las aguas lluvias y sucias. También debían contar con excusados en la proporción de uno a
58
Dirección Nacional de Higiene, Resolución No 16 sobre condiciones higiénicas de las habitaciones. Bogotá,
Imprenta Nacional 1919.
70
doce personas. En cuanto a las construcciones denominadas pasajes, los muros serian
pintados con pintura de aceite o cal, y no se permitiría el papel de colgadura con el fin de
impermeabilizar las habitaciones.
La Junta de habitaciones para obreros
Para dar cumplimiento a todas estas políticas de control urbano se crea en el contexto de la
epidemia de gripa la Junta de habitaciones para obreros y su labor seria
de suma
importancia para la construcción y para su creación se establece el acuerdo número 317 de
1918. El acuerdo dice lo siguiente:
Primero: “En cumplimiento al parágrafo único del artículo 9 de la Ley 46 de 1918, el
Gobierno y el consejo Municipal acuerdan construir una junta que se denominará de
Habitaciones para obreros, compuesta del Alcalde de Bogotá, quien la presidirá, un
miembro del consejo municipal designado por el mismo consejo, y otro nombrado por el
poder ejecutivo por conducto del ministerio de instrucción pública”59.
El acuerdo también autoriza a esta junta de habitaciones para obreros para recibir un pago
(2% del producto de los impuestos) y lotes de propiedad del municipio para destinarlos a la
construcción de vivienda obrera. Las habitaciones debían ser otorgadas en arriendo a
familias obreras por un canon que no exceda el 3% del valor de las construcciones.
También se acuerda que los planos de construcción de vivienda obrera serán estudiados
por la Dirección de obras públicas y la sociedad colombiana de ingenieros y la dirección
nacional de higiene. A parte de esto el municipio debería
suministrar
los servicios
públicos de alumbrado y agua potable.
59
Acuerdos expedidos por el consejo municipal. Fondo Concejo 1919-1921 pp72 73
71
El deber ser del barrio obrero
¿Qué es entonces un barrio obrero? ¿Cuáles eran entonces las características de la vivienda
obrera? Para que el barrio obrero fuera algo posible se necesitaría de una reglamentación
sobre el tiempo de construcciones y los lugares indicados en los cuales se debían construir
los barrios. En 1902 ya se había aprobado el acuerdo No 10 se fija un régimen normativo
para la construcción de vivienda obrera en las cuales se establece los mecanismos de
arquitectura higiénica y las condiciones que debían tener las viviendas obreras. Estos
parámetros hacían énfasis en la búsqueda de modelos arquitectónicos que beneficiaran la
ventilación de los inmuebles y el sistema de alcantarillado y excusados para reproducir
condiciones higiénicas necesarias para la vida humana, a estas medidas lo complementarían
la Ley 46 de 1918 y surgirían entonces los primeros proyectos de barrio obrero por
iniciativa municipal.
La higiene es sin lugar a dudas una cuestión social y de no atenderse los problemas
relacionados a la
salubridad y el hacinamiento de gran parte de la población, esto
favorecería a la aparición de insalubres suburbios con deficientes construcciones los cuales
se convertirían en focos de infección en donde se esparcirían las enfermedades endémicas
que más preocupaban a los bogotanos y que sumados a la cuestión social y la pobreza de
gran parte de la población, suponían un riesgo para la planeación urbana.
Por lo tanto, el deber ser de los barrios para obreros es el de funcionar como un dispositivo
de control de la higiene de la población, regulando las condiciones de vida de los sectores
populares, para servir como un nuevo modelo de vivienda en donde se establecían las
pautas de higiene y salubridad. Por esta razón, en este trabajo se hace énfasis en la higiene,
pues el nuevo modelo de vivienda para obreros debe leerse como una medida de control
sobre las clases trabajadoras y como una medida para contrarrestar el deterioro de la salud
pública de los bogotanos.
Por eso, las primeras propuestas claras de vivienda obrera y de barrios para obreros
provienen de los médicos e ingenieros, quienes desde sus disciplinas aportaban soluciones,
72
basándose siempre en la premisa de que una vivienda que garantizara las condiciones
higiénicas, mejoraría la calidad de vida de las clases populares y reduciría la pobreza de
estas gentes, a medida que se contrarrestaba la aparición de focos de insalubridad en la
ciudad.
La labor de médicos e ingenieros fue notable en su afán de proporcionar soluciones a los
problemas sanitarios que afectaban a la capital, motivo por el cual, basándose en los
modelos de vivienda obrera en Europa y en los congresos sobre urbanismo celebrados en
Paris y en Viena entre 1867 y 1873, determinaron los parámetros para construir una nueva
ciudad. Una ciudad moderna y planificada con la ayuda de los adelantos tecnológicos y del
saber científico. Una ciudad higiénica.
¿Cómo puede la ciencia intervenir en el desarrollo de los nuevos barrios obreros? Y ¿de
qué manera la legislación urbana y el saber científico formulan unos modelos de barrios
para los barrios obreros? Estos interrogantes serán respondidos basándose en el ejemplo de
dos trabajos realizados por miembros de la comunidad científica capitalina. El primero es
un ingeniero con una alta trayectoria en el campo del urbanismo y la arquitectura, y el
segundo caso es el trabajo de un medico sobre los barrios obreros en Bogotá. Ambos
trabajos constituyen una fuente primaria, pues el primero data de 1920 y el segundo de
1922, constituyendo en unas de las propuestas más claras para la construcción de barrios
obreros, en ambos casos desde sus disciplinas aportan soluciones al problema de vivienda y
al mejoramiento de la salud pública.
Ingeniería sanitaria. Alberto Borda Tanco
En un manual de Ingeniería Sanitaria de Alberto Borda Tanco de 1920, miembro de la
comunidad científica colombiana, profesor de la universidad Nacional y miembro de la
Real sociedad de ingenieros y arquitectos italianos se establecen unas recomendaciones
para vivienda obrera en Colombia. Era esencial como recomienda el autor, tener en cuenta
que las familias obreras son reconocidas por ser numerosas. Tomando este detalle, la
aglomeración de una familia así, es perjudicial no solamente para la salud, sino también
73
para la moral del obrero. El ingeniero afirma lo siguiente en un capítulo sobre habitaciones
obreras en Europa cuando se presentaron los mismos problemas de hacinamiento en las
grandes capitales:
“se
trató entonces de remediar parte de estos inconvenientes edificando grupos aislados de
alojamiento y evitando el demasiado contacto entre varias familias. Cada colonia se componía de
dos a seis casas pequeñas, de dos pisos cada una, de manera que un edificio no se componía de dos
alojamientos superpuestos. Así eran la mayor parte de las casas obreras, modelos alemanes,
franceses, ingleses, cuyos planos figuraban en las exposiciones de Paris de 1867 y 1878 y de Viena
en 187360.”
En cuanto a la situación colombiana, específicamente en Bogotá se refiere de la siguiente
manera:
“La situación actual de nuestro pueblo no es consoladora: Todos vemos en que tristes condiciones
la mayoría de nuestras clases pobres está obligada a vivir por un conjunto de criterios errados, de
costumbres deplorables, de leyes insuficientes y no suficientemente aplicadas de un conjunto de
cosas, en fin, en que se mueve sin saberlas combatir”… al lado de una proporción insignificantes
de habitaciones salubres y algo confortables, que no llegan al 10 por 100, con poquísimo aire y sol,
destinados a poco privilegiados de la fortuna, Existe en Bogotá la enorme agrupación de
habitaciones malsanas y chozas inmundas que forman los barrios más poblados , sin ningún
criterio técnico, ni higiénico y en condiciones verdaderamente alarmantes, donde el contagio de
enfermedades, sino se tiene por contacto directo, es favorecido por el contagio indirecto de moscas
y numerosos parásitos que después de descansar sobre materias infectas, sobre depósitos de
materias inmundas, son los más temibles vehículos de las epidemias”61.
Para el mismo autor, existe una relación entre las condiciones insalubres de existencia y la
condición moral del obrero como la bebida y el alto índice de criminalidad asociado a los
60
61
Borda Tanco Alberto. Ingeniería Sanitaria. (Bogotá: 1920 Litografía de Juan casis), 1
Borda Alberto. Ingeniería Sanitaria, 2
74
obreros, debido a que el hombre permanece por fuera de la casa y prefiere frecuentar las
tabernas descuidando a su familia62.
En Bogotá era muy frecuente el subarriendo de las casas en las cuales habitaban las
familias obreras. Esta precaria situación empeoraba más cuando los propietarios de esta
vivienda decidían arrendar una habitación para acoger a otra familia, en este caso la
situación el hacinamiento en una vivienda se hacía notable. En estas casas de precaria
condición, habitaban las familias incluso a veces hasta dos familias por casa, y en un
mismo dormitorio podían dormir numerosas personas.
Tengamos en cuenta las siguientes recomendaciones de Alberto Borda para la construcción
de vivienda obrera. Sus pensamientos giran en torno a una vivienda obrera en forma de
jardines obreros, donde el trabajador podría dedicar sus tiempos libres al cultivo de
hortalizas. La idea eran casas de dos pisos con una altura comprensible de cinco metros
con cincuenta centímetros. La casa contaba con tres alcobas, una matrimonial y las otras
para los hijos, suficiente espacio para el comedor y la cocina, patio y cien metros cuadrados
para la huerta o el jardín63.
Este modelo funcional de habitación para obreros, según el autor permitía de acuerdo con el
modelo de legislación argentino de vivienda obrera llamado Jardines obreros de San
Vicente, tener suficiente ventilación además que el clima era parecido al de Bogotá con 13
grados centígrados, también esta proporción de espacios permitía la suficiente ventilación.
¿Dónde se debía construir un barrio obrero?
Los factores recomendables para construir un barrio obrero debían hacerse tomando en
cuenta los factores climáticos, como lugares con abundantes corrientes de viento. Se
recomienda de igual manera construir sobre suelos permeables alejados de suelos
62
63
Borda Alberto. Ingeniería Sanitaria 3
Ibíd., 3
75
pantanosos y húmedos. El autor recomendaba la construcción sobre zonas verdes y
arboledas contra los vientos y facilidad de abastecimiento de agua potable. La orientación
de la habitación debe hacerse para que quede en dirección al sol y pueda recibir suficiente
iluminación64.
“Una
vez
escogido el terreno el material con el cual se debía construir era el siguiente:
“cualquiera que sea el terreno, permeable o impermeable, para combatir su humedad natural, se
drenará alrededor de la casa con una fosa más profunda que el nivel inferior de los cimientos, en
cuyo fondo se colocará el lecho de piedras rodadas o de facinas”65.
Las bases de la construcción debían tener más de un metro por el suelo, con materiales
duros y resistentes con una mezcla de cemento para que la protección de la humedad. Los
muros también debían ser hechos de materiales duros y resistentes para mantener la
temperatura interna de la casa. Entre las recomendaciones se hace la de escoger las tejas de
barro pues son más económicas y se pueden reparar con mayor facilidad. En cuanto a la
altura de las piezas estas deben ser de más de 3 metros para que circule aire suficiente, las
puertas de entrada 2,20 metros de anchura, a 2,60 metros de altura protegida por una
marquesina y las ventanas construidas en los muros opuestos; para que la ventilación y la
iluminación sean naturales66. Entre otras recomendaciones se encuentra la de la
construcción de un sistema de evacuación de aguas domésticas, y letrinas para deshacerse
de los desechos humanos y por supuesto el abasto de agua potable.
64
Ibíd. 8
Ibíd. 9
66
Ibíd. 10- 11
65
76
Modelo barrio obrero Jardines de San Vicente. Buenos Aires Argentina. En Ingeniería Sanitaria.
Litografía de Juan casis. Bogotá.
En este modelo se nota una racionalización del espacio de la casa para permitir la
renovación de aire, las ventanas deben ser grandes y están en lados opuestos de la
construcción, las habitaciones están debidamente separadas con espacio para una cocina,
una sala comedor, excusado y se provee un espacio para el jardín o la huerta.
La contribución de médicos e ingenieros fue de suma importancia pues desarrollaron un
modelo de vivienda higiénica, teniendo en cuenta la racionalización del espacio en el
interior de las casas, teniendo en cuenta todos los aspectos arquitectónicos necesarios para
la vida de los obreros. Fueron ellos los ingenieros y médicos quienes basados en el
conocimiento de su disciplina, diseñaron y sentaron las bases de la vivienda obrera, siempre
orientados en su lucha contra la insalubridad y esgrimiendo la espada de la higiene, para
transformar las condiciones de vida de los obreros. Dotando a las clases trabajadoras de una
vivienda higiénica con suficiente espacio, ventilación, iluminación, zonas verdes y barrios
con parques y plazas para el esparcimiento de la población se buscaba transformar a la
77
ciudad y el espacio urbano en su totalidad, buscando acabar de una vez con toda con el
hacinamiento y el desaseo de la capital.
Habitaciones obreras en Bogotá Camilo Tavera Zamora 1922
La tesis de Camilo Tavera constituye uno de las investigaciones más importantes sobre
vivienda obrera en la Bogotá transcurrida la segunda década del siglo XX. El trabajo de
Tavera es muy completo, comienza tratando los temas relacionados con las condiciones de
higiene y hacinamiento de la población bogotana, especialmente el problema de las
numerosas familias obreras que habitaban en los denominados cinturones de miseria de la
capital y en donde se concentraban los focos insalubres, propicios para el contagio de
epidemias. De esta manera, Tavera da su punto de vista a los problemas que afectan a la
capital:
“No puede ser de otra manera viviendo. Si a esto se le puede llamar vivir, en estrechas chozas
situadas a las faldas de los cerros vecinos, o en esos cuartos oscuros y sucios que por partes se ven,
en donde en increíble promiscuidad con animales domésticos habita una familia de cuatro a seis
personas, para la cual una pieza es a la vez cocina, comedor, patio y dormitorio”67 .
El autor también se refiere a las condiciones sanitarias de los obreros de Bogotá, resaltando
su poco conocimiento sobre higiene y la necesidad de que estos sectores populares fuesen
educados en esta materia en orden de mejorar las condiciones de vida de la sociedad:
“la higiene privada es poca cosa para las clases pobres, que no cuidan de ellas y libres de
obrar, se abstienen de observarla. Al contrario, se benefician forzosamente de la higiene
pública, que es necesario, por esto mismo, distribuirles tan ampliamente sea posible.68
En ese entonces
la mayoría de problemas que afectaban en gran medida a los sectores
obreros tenían que ver con la falta de respuesta de los organismos municipales para proveer
67
Tavera Zamora Camilo. “Habitaciones obreras en Bogotá” (Tesis para el Doctorado en medicina y cirugía.
Bogotá,1922), 8
68
ibíd. 8
78
de una red de servicios. Los sectores en donde habitaban los obreros no contaban con los
servicios básicos y esto sumado al hacinamiento de grupos humanos, facilitaba la
formación de focos infecciosos en donde se reproducían las enfermedades endémicas que
afectaban a la población de la época como la Tuberculosis.
El trabajo de Tavera también contiene un estudio de los barrios considerados como obreros
entre los cuales reconoce por lo menos a veinte núcleos de habitaciones obreras en Bogotá
para 1922, los cuales estaban situados en su mayoría en la parte oriental de la ciudad y
consistían en sectores donde predominaba vivienda insalubre, vistos como una fuente de
microbios que tanto aquejaban a la capital. En el trabajo de Tavera se hace un análisis
detallado de las calles de cada barrio obrero, su proporción con el espacio urbano, la
calidad del equipamiento de servicios públicos y la existencia de zonas verdes. Según
Tavera estos son los núcleos de habitaciones obreras en Bogotá:
En el núcleo I se encuentra el Barrio unión obrera, se extiende entre las calles 31 y 33 y de
la carrera 5 hacia el Oriente. De este barrio dice que carece de caños recolectores y Calles
mal trazadas. En el núcleo II Bavaria Entre calle 29 y 32 de la carrera 5 hacia el oriente del
cual dice que las construcciones son en su mayoría chozas estrechas casi en ruinas. Del
núcleo III Barrio Antonio Ricaurte Situado parte occidental, comprendido entre las calles 7ª
y 12 las carreras 23 y 27, sobre el cual afirma que fueron construidos en un terreno
adecuado el cual debía ser seco y plano con varias arboledas. Foco IV Barrio Uribe Uribe
situado hacia el oriente de chapinero entre calles 65 y 68 de la carrera 18 del cual dice que
es muy plano y arcilloso, las casas están a una muy buena distanciadas de unas a otras, el
Barrio San Francisco Javier, pertenece al círculo de obreros y por último se encuentra el
paseo Bolívar69.
Del paseo Bolívar, Tavera afirma lo siguiente reiterando sobre las precarias condiciones de
vida en ese sector:
69
Ibíd. 13,14,15
79
“comprende esta zona varios núcleos de habitaciones obreras que circundan la ciudad como una
enorme herradura que la aprieta y la ahoga con sus pésimas condiciones higiénicas…Se encuentra
70
del parque de la independencia a la plaza Egipto”
Recomendaciones para la construcción de vivienda obrera
Es importante tener en cuenta estas recomendaciones elaboradas por medio de la
comunidad medico científica la cual interviene de manera activa en el debate de los barrios
obreros. De acuerdo con estas recomendaciones, procederán las autoridades municipales,
teniendo ya una legislación urbana clara sobre construcción y estudios sobre dónde y cómo
se debían construir los barrios para obreros, para combatir los problemas de hacinamiento
y la construcción de viviendas insalubres y reducir la aparición de viviendas en sectores que
no contaran con una red de servicios públicos.
Entre las recomendaciones hechas por Tavera se establece de manera clara los siguientes
elementos necesarios para la construcción de vivienda para obreros. Primero que todo y
pensando en el ensanchamiento de la ciudad para darle solución al problema de la
concentración de una alta densidad de la población en la ciudad y en orden de disminuir el
hacinamiento, Tavera propone construir en los extramuros de la ciudad, lejos del perímetro
urbano para de esta manera ensanchar la ciudad. Sobre los sitios recomendables para
construir vivienda obrera Tavera decía lo siguiente:
“los barrios obreros deben construirse al lado de las ciudades hacia el cual no tienden a
ensancharse, para que no vayan a quedar luego englobados en el nucleó de la
población”71
De esta manera, recomendaba la construcción de barrios obreros hacia la zona de San
Cristóbal al sur occidente de la ciudad debido a sus condiciones de terreno plano y seco con
un fácil drenaje. En segundo lugar las viviendas debían ser de diseños espaciosos para que
70
71
Ibíd., 21
Ibíd., p51
80
permitieran la libre circulación de aire y ayudara a la ventilación de la vivienda, que
también debían contar agua potable, con excusados y un sistema de recolección de
desperdicios y aguas sucias.
Según Tavera, el mejoramiento de las condiciones de vida del obrero mediante la
construcción de casas adecuadas, mejoraría también la condición moral alejándolo de males
como la bebida y les permitiría pasar mucho más tiempo en el hogar. De esta manera
también se transformarían los hábitos del obrero y este tendría mucho más tiempo para
compartir con su familia en vez de frecuentar sitios de bebida y chicherías. La construcción
de barrios para obreros también debía pensarse para facilitarle lugares de esparcimiento y
recreación, de manera que contara con suficientes zonas verdes y arboledas que además
permitirían la libre circulación de aire, plantado árboles en los alrededores de los barrios.
La medicina, como saber científico busca ejercer control sobre los temas de salud pública,
por este motivo, la higiene era la herramienta de trabajo de la comunidad médica para dictar
sus recomendaciones en sentido de gobernar a la población y controlar el crecimiento de la
ciudad. De esta manera el saber científico es de suprema importancia pues su ayuda fue
esencial en la búsqueda de soluciones a dichos problemas. La formulación de medidas para
mejorar las condiciones de vida de los obreros fue uno de los tema en la discusión sobre la
higiene y salubridad de la capital a comienzos de siglo XX, en búsqueda del saneamiento
del espacio urbano, la dotación de servicios públicos, la idea era la de higienizar a la ciudad
mediante la construcción de vivienda obrera y el ornato de las ciudades como ejes
principales del desarrollo urbano.
Por otro lado, la comunidad científica de la cual hacían parte muchos de los miembros más
distinguidos de la sociedad bogotana, buscaban con las urbanizaciones obreras, combatir
problemas de orden social como lo era la delincuencia y otros problemas de orden moral
como la bebida que estaban asociados a la pobreza de los sectores pobres de la capital.
Darle un hogar digno al obrero también implicaba transformar su forma de pensar,
dotándolo de un verdadero hogar en donde pudiera vivir.
81
La formulación de propuestas sobre viviendas higiénicas también buscaba otorgar una
mayor felicidad a las familias obreras, y en el caso del proyecto del jesuita Campoamor
Villa Javier, buscaba la transformación espiritual de los obreros convirtiéndolos en buenos
cristianos, a la vez que se les socializaba en temas concernientes a la higiene personal y a la
educación en el ahorro.
La labor de la comunidad científica en conjunto con la de la labor municipal hizo posible
la aparición del barrio obrero como una opción de transformación del espacio urbano, con
una legislación rigurosa sobre la construcción en la capital y con un saber científico
dedicado al control y la regulación del crecimiento urbano, podemos afirmar que esta labor
conjunta de la comunidad científica y la del municipio fue esencial para hacer de los
barrios obreros, un modelo de desarrollo urbanístico, y por primera vez tener una propuesta
clara a futuro que incluían nuevos modelos de vivienda higiénica para los sectores
populares, como medida de peso en contra de la crisis sanitaria y habitacional que afrontaba
la ciudad.
La propuesta de barrios para obreros resultaría novedosa y demostraría que en un principio,
las medidas tomadas por la municipalidad, dieron resultado al ejercer control sobre las
construcciones en la capital. La vivienda higiénica se convirtió en una prioridad después de
la epidemia de gripe del 18, los barrios para obreros tomaron más fuerza.
El debate sobre cómo debían ser las casas y en donde se debía construir alcanzaría su punto
más álgido al trascurrir la segunda década del siglo XX y después articular toda una política
de barrios para obreros con la Ley 46 de 1918, sumado a los estudios científicos que daban
soporte a estos nuevos barrios, se procedería a llevar a cabo la práctica de construir
vivienda para obreros en Bogotá. Muchos barrios ya habían iniciado un proceso de
construcción como el Ricaurte, Villa Javier y el Unión Obrera, pero otros surgirían ya por
iniciativa municipal y con dineros del municipio como el caso de los barrios Primero de
Mayo y el Centenario.
82
Capítulo 3
Los primeros barrios obreros en Bogotá 1900-1936
¿Qué es lo que se construye cuando se habla de barrio obrero o vivienda obrera en las tres
primeras décadas del siglo XX en Bogotá? Es un interrogante que se convertir en el
referente para desarrollar este capítulo y un componente clave para entender el tema de los
barrios obreros. Cabe también plantearse el interrogante de si las construcciones conocidas
como vivienda obrera y las urbanizaciones que encajan en la categoría de para obreros,
acogen toda la normatividad sobre construcciones higiénicas y son elaboradas siguiendo los
estándares y recomendaciones de la comunidad científica.
Para este trabajo entendemos como vivienda obrera y barrio para obreros a las
construcciones que siguen
las normas básicas de higiene y a la legislacion urbana,
representada en un nuevo modelo de vivienda, pensado y diseñado para que el obrero, que
mejoraran su calidad de vida. El hecho de que un barrio estuviese habitado por obreros no
lo convertía en un barrio para obreros, como es el ya mencionado caso del barrio Unión
obrera. Por esto se entiende que los barrios para obreros y la vivienda obrera son la
aplicación de los principios urbanísticos y arquitectónicos basados en la legislación urbana
sobre construcciones y en los principios, que proponían un modelo de vivienda higiénica.
Los barrios obreros no son producto de la improvisación, requieren una racionalización del
espacio del espacio y un trazado urbanístico que contempla calles rectas, avenidas,
implementación de zonas verdes y parques, componentes que permiten hablar de la unidad
barrial.
Toda la normatividad y la política urbana tenían por iniciativa, someter a un riguroso
control el tipo de construcciones y el planeamiento del crecimiento de la ciudad para darle
un sentido ordenamiento a la urbe. Los barrios para obreros serian uno de los puntos clave
83
que permitirían el ensanchamiento de la ciudad y mejoraría la condición en la que
habitaban los sectores obreros de la capital, al igual que se reducía la pobreza y se
erradicaban los cinturones de miseria en la ciudad.
El proceso de la construcción de barrios y el esfuerzo por contar la dotación de servicios
públicos fue una constante en el proceso de construcción de vivienda obrera y de
urbanización de barrios populares en Bogotá. Sin embargo, no se puede afirmar que las
leyes sobre vivienda obrera como la Ley 46 de 1918 y demás decretos emitidos por la
administración municipal, dieron solución a los problemas que afectaban a los obreros de
una manera inmediata. Para que los barrios obreros y la vivienda obrera fuesen construidos
se necesitaría más que leyes y reglamentaciones.
Sería entonces necesario examinar en este capítulo si las viviendas y los barrios cumplen
con la legislación y el modelo de vivienda propuesto, también si lo que se encuentra
establecido en la normatividad sobre construcciones corresponde con lo que en realidad se
entregó como vivienda obrera en Bogotá en el largo proceso que se extiende hasta la
segunda y tercer década del siglo XX. Si es así, es válido preguntarse ¿Qué es entonces lo
que se está construyendo en Bogotá por vivienda obrera? ¿Cómo se construye un barrio
obrero? Y si los barrios para obreros fueron una realidad, o simplemente se quedaron el
papel.
Esto conduce al estudio de las licencias de construcción para entender como era el
procedimiento para adjudicar los permisos necesarios para la construcción, tales como la
idoneidad de los terrenos, como las condiciones higiénicas de los predios. Todo esto
seguido de un riguroso control por parte de las autoridades municipales que debían
garantizar que lo que se iba a construir, estuviera acorde con la normatividad urbana de
vivienda higiénica en Bogotá.
El análisis de los planos remitidos a la alcaldía para su estudio y aprobación resulta de suma
importancia para entender las características de las construcciones en la medida en que los
planos evidencian la rigurosidad de las políticas urbanas y los nuevos diseños que se hacían
acorde a los requerimientos de higiene y salubridad. Requerimientos a los cuales se sometía
84
cualquier tipo de construcción en la capital y por supuesto las construcciones destinadas
para los obreros.
El análisis de este tipo de fuentes como licencias y planos de construcción nos lleva al
estudio de la consolidación de barrios de la cual distingo dos tipos de construcción. El
primero tiene que ver con los barrios obreros que nacen por iniciativa de particulares que
inician la construcción de las viviendas siguiendo los acuerdos y las normas de vivienda
obrera, siendo los mismos obreros quienes llevan a cabo la construcción de su propio barrio
obrero. En algunos casos, la acción particular corresponde al deber ser de un barrio obrero,
con casas adecuadas higiénicamente para la vida de los obreros, el trazado de las calles se
hace siguiendo las recomendaciones de médicos e ingenieros, y la distribución de los
espacios corresponde con la intencionalidad de crear armonía en el entorno con las zonas
verdes, parques, plazoletas y escuelas.
Por otro lado se distingue otro tipo de barrios que nacen ya por iniciativa municipal y con
los dineros que son destinados del 2% de las rentas del municipio como se establece en la
Ley 46 de 1918. De esta iniciativa municipal surgen los barrios Primero de Mayo sometido
al control del municipio y financiado para que los obreros tuvieran acceso a la construcción
de su vivienda a precios favorables.
Sin embargo, es necesario recalcar que el proceso constitutivo de los barrios obreros fue
largo y con muchos inconvenientes en el camino, comenzando por los problemas que
provenían de la rigurosidad de los trámites, los cuales terminaron siendo mucho más que
un mecanismo de control sobre la vivienda, pues limitaron mucho el acceso de los obreros a
una vivienda. También se hacen evidentes en los tramites las trampas a las que recurren los
constructores por salirse de la normatividad sobre vivienda y construir algo totalmente
distinto a lo que se establece en la licencia de construcción aprobada.
85
Licencias de construcción y vivienda obrera
En el barrio obrero Antonio Ricaurte fue muy común el proceso de construcción de predios
por iniciativa privada, iniciando con un grupo de particulares quienes se sometieron a la
legislación vigente en la capital sobre construcciones, para introducir un nuevo modelo de
barrio para obreros.
La siguiente es una licencia de construcción de una casa quinta. En el barrio Antonio
Ricaurte. El barrio había nacido gracias a la acción particular de un grupo de vecinos como
veremos más adelante. El siguiente ejemplo es un poco posterior a 1912 pero ya mostraba
la manera como este barrio obrero comenzaba a surgir gracias a obreros que levantaban
construcciones en las zonas marcadas como urbanizables por el municipio, los cuales
debían proceder de la siguiente manera para obtener la licencia de construcción, enviando
duplicado de los planos y solicitando al Alcalde que se le fuera otorgada una licencia. El
trámite continuaba de la siguiente manera:
Señor Alcalde de la ciudad.
E.S.D Atentamente solicito a Ud. Se sirva concederme licencia para construir de acuerdo con los plano que
acompaño, una casa-quinta en un lote de mi propiedad, situado en la carrea 24 entre calles 10 y 11 No. 467
de esta ciudad. Barrio Antonio Ricaurte. Esta obra me comprometo a llevarla a cabo conforme con las
disposiciones que reglamentan la materia.
Roberto Herrera Romero72
Bogotá Agosto 8 de 1923
Se concede licencia al Sr. Roberto Herrera Romero para construir una casa en el lote no 467 de la carrera
24 que se sujete a los planos aprobados a la demarcación dada por el ingeniero municipal y demás
disposiciones sobre construcciones.
Alcaldía de Bogotá, Agosto 31 de 1923
72
Fondo Licencias de construcción folio 201
86
Si la construcción no se acogía a la normatividad sobre construcciones en la capital, la
licencia podría llegar a ser negada o postergada hasta que cumpliera con todos los
requerimientos exigidos por la administración municipal. La siguiente solicitud de licencia
para construir unas piezas en el barrio obrero Ricaurte fue devuelta debido a que no se
acogía a lo dispuesto en el acuerdo 10 de 1902 sobre construcción de vivienda higiénica,
dado que en muchas ocasiones era necesario verificar que lo que se estaba construyendo
estuviese acorde con los planos que fueron remitidos a la alcaldía.
Sin embargo, a pesar de los controles y la normatividad, en muchos casos se terminaba
construyendo o modificando las construcciones, saliéndose de lo que estaba previsto en los
planos, motivo por el cual la administración municipal enviaba comisiones para verificar
las condiciones y el tipo de construcción que se estaba levantando y su idoneidad con los
planos presentados, tal como se evidencia en el siguiente caso:
Señor secretario de obras publicas
E.S.D
Me dirijo al señor secretario en solicitud de que se me ratifique la licencia número 452 de fecha 10 de Abril
de 1929 que me fue concedida para construir una casita de acuerdo con el plano aprobado por el mismo
despacho…Acompaño también la licencia de la construcción a que me refiero y a la que está situada en la
calle 11 entre carreras 24 y 25 número 728, barrio de Antonio Ricaurte.
La Dirección municipal de Higiene resuelve lo siguiente:
Debe presentarse la certificación de la ingeniería Municipal respecto de la alcantarilla que debe recoger los
desagües del W.C, la cocina y los patios figuran en los planos.
Devuélvase a la Alcaldía.
Se resuelve lo siguiente:
Lo construido está en desacuerdo con los planos presentados y aprobado en 10 de abril de 192973.
La Dirección municipal de Higiene resuelve lo siguiente:
73
Fondo Licencias de Construcción folio 59
87
Tal como se establece en el Artículo 8 del acuerdo 10 de 1902 si la comisión determinaba que la
construcción no se encontraba acorde con los planos.
“No se permitirá ninguna variación a los planos aprobados, siempre que al interesado le conviniere alguna
modificación al proyecto primitivo, la pondrá en conocimiento de la comisión de obras del municipio para
que ella decida sobre su conveniencia o inconveniencia74.”
Sin embargo, los constructores hacían muchas veces trampas saliéndose de la normatividad.
Presentaban unos planos y luego de acreditar la licencia de construcción, estos construían
algo totalmente distinto a lo que les había sido aprobado. Por estos motivos, para la
administración municipal fue supremamente difícil tener control de las construcciones y a
pesar de la rigurosa normatividad, no faltaban los casos en que las construcciones
escapaban a los ojos de la Ley.
Las licencias también caducaban en seis meses como establecía el Artículo 11 de dicho
acuerdo. “Toda licencia de edificación o mejora caducará en seis meses de ser concedida
sino se hubiesen principiado los trabajos, o seis meses después de suspendidos por
cualquier causa, Para principiarlos o continuarlos nuevamente, se necesita solicitar
permiso de la comisión de obras del municipio75”. Esto suponía que los trámites podían
aumentar y si por algún motivo se suspendían las obras, se debían reiniciar los trámites, lo
que terminaba por entorpecer el proceso de edificación de las casas.
Era especialmente complicado tener un control de las edificaciones en los barrios obreros,
muchos nacieron como iniciativa propia y otros como el barrio Primero de Mayo, el primer
barrio obrero que se construyó acogiéndose a la normatividad que establecía y los dineros
que fueron direccionados por la Ley 46 de 1918 para la construcción de vivienda obrera
nivel nacional en conjunto con la Dirección de higiene y salubridad, la junta de
habitaciones para obreros. Y las autoridades municipales76.
El resto de construcciones obreras como en el sector del paseo Bolívar, el cual a partir de
1919 daba comienzo al largo proceso de desalojo y compra de los terrenos, por parte del
74
Registro municipal Abril 25 1902
Registro municipal Abril 25 de 1902
76
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana),
75
88
municipio, se continuaba con la construcción de vivienda por iniciativa de los mismos
obreros, quienes presentaron muchas dificultades para acogerse a los trámites establecidos
por el municipio.
En el barrio Ricaurte todavía se estaba construyendo vivienda, que si bien en algunos casos
estaba ligada a la normatividad, en otros casos dada la pobreza de la gente para gestionar
sus construcciones, iniciaban esta labor sin contar con las licencias. Fue así que la vivienda
obrera comienza a desligarse de la normatividad y excepto en algunos contados casos como
el barrio obrero Primero de Mayo, pudo acogerse al modelo de vivienda obrera que se
estaba buscando, mientras que en los otros sectores obreros, la construcción estaba por
fuera de la normatividad
Como Apunta Ángela Rodríguez el constante flujo de licencias fue una limitante para la
vivienda obrera debido a la cantidad de trámites que hacían del proceso de aprobación de
las licencias algo prolongado y problemático, que no facilitó la construcción de vivienda
obrera sino que al contrario dificulta el acceso que tenían los obreros a esta77.
Este problema complica aún más la situación de los barrios para obreros si tenemos en
cuenta que el municipio tenía dificultades para extender la red de servicios públicos
necesarios para tramitar las mismas licencias y más en sectores populares que no contaban
con red de acueducto y alcantarillado, pero que aun así se les exigía estar conectados a los
desagües y la red de aguas para proceder a la construcción de sus casas. En este caso, si
bien la intención del municipio consistía controlar el tipo de vivienda y las condiciones
higiénicas en Bogotá, al igual que a dar solución a la crisis habitacional con rigurosos
controles y tramites, hizo que la lucha de los obreros por una vivienda y servicios públicos
digna, se prolongara más allá de la tercera década del siglo XX.
En cuanto a la construcción de nuevos barrios, el municipio busca reglamentar y controlar
la formación de barrios para obreros de manera que toda construcción estuviera de acuerdo
a lo establecido en el acuerdo 10 de 1902, que reglamentaba el ancho de las vías las cuales
debían ser mínimo de 12 metros, tan rectas como fuese posible, haciendo énfasis en
conservar en buen estado las alcantarillas y el alumbrado. En cuanto a los lotes, el Artículo
77
Ibíd. P 67
89
81 del Acuerdo 10 de 1092 dice que cuando la zona entre en vía de urbanización, esta se
dividirá en lotes para la venta, y los propietarios tendrán la obligación de dejar un espacio
para una plaza pública cuyas dimensiones no serán mayores a los 80 metros78.
Las autoridades municipales juntaron esfuerzos para reglamentar las construcciones y para
que cumplieran con los requerimientos de la dirección de higiene y salubridad y de las
estimaciones del segundo congreso medico de Colombia de 1913 recomendaba sitios
expuestos a vientos, o detrás de una colina rodeada por arboles haciendo énfasis en la parte
sur del rio San Cristóbal como la zona que presentaba todos los aspectos necesarios para
que se construyera un barrio obrero79. El caso de urbanizaciones que se habían construido
en la franja sur del rio San Cristóbal, como el barrio villa Javier y el Ricaurte, demuestra
que si se siguieron estas recomendaciones de construir en estos sitios indicados y se
esperaba
Modelos y planos de vivienda obrera
El desarrollo de unos planos modelos por parte del Departamento de urbanismo consistían
en unos esquemas copiados de los modelos de las casas de clase media para que los obreros
pudieran mediante iniciativa privada en sus inicios, construir sus propias casas con
características mucho más sobrias y mucho más funcionales en donde no predominara el
adorno y que se adaptaran a las necesidades básicas del obrero y las cuales cumplieran con
los requisitos impuestos por la autoridad municipal que eran casas con división de cuartos,
ventanas para dar cabida a suficiente iluminación y ventilación a su vez que se debería
suplir de servicios públicos a dichas urbanizaciones. Suficientes habitaciones para acoger a
las numerosas familias de los obreros y suficiente espacio para el goce de la vida.
78
Registro Municipal Abril 25 de 1902
Escobar Alberto, Mariño Margarita, Peña César. Atlas Histórico de Bogotá 1538-1910. (Bogotá.
Planeta.2004), 500
79
90
Plano de vivienda obrera en el barrio de las Nieves en el punto denominado San Diego
de agosto 30 de 1917. Fondo licencias de construcción Archivo Distrital
Levantamiento de una pieza en el barrio obrero del alto de San Diego 1916. Fondo
Licencias de construcción. Archivo Distrital
91
Es evidente en los planos con sus cortes verticales que las construcciones son funcionales,
ahorran espacios para centrarse en lo básico y cumplen con las especificaciones de luz y
ventilación para garantizar la higiene de las familias obreras las cuales diferían mucho de
las casonas antiguas con enormes espacios y vistosos antejardines.
El consejo también estaba al tanto no solo de controlar la construcción de vivienda obrera
sino también de reestructurar las calles y el alcantarilladlo y en ocasiones las fachadas de
las casas80. Estas medidas tuvieron que ser constantemente reformadas dada la dificultad
que suponía para los constructores hacer reformas o adecuaciones en las edificaciones
motivo por el cual el acuerdo 10 de 1902, tuvo que ser reformado a medida que el negocio
de la construcción de vivienda iba prosperando81.
Para la formación de nuevos barrios, el concejo municipal estipulaba una anchura de calles,
medida que sería reformada a un mínimo de 15 y 20 metros82. En cuanto a la vivienda
obrera se establece un mínimo de 3 metros y cincuenta centímetros altura. Los planos eran
enviados a la alcaldía para ser aprobados por el ingeniero municipal orientadas por la
acción de la dirección de obras públicas, la dirección de higiene y salubridad
principalmente y por otro lado, dirección de obras públicas y la sociedad de
embellecimiento y ornato83.
80
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana), 60
81
Ibid p 60
82
Ibid p60 véase también acuerdo municipal de 1923
83
Ibid p 63
92
Proyecto para la construcción de una casa en el barrio obrero de San Diego en el lote del
señor Manuel Bernal en la callejuela 4 Bogotá Julio 20 de 1919 aprobado según el
acuerdo número 26 de 1918 fondo licencias de construcción.
Como se observa en el plano anterior aprobado por la dirección de obras públicas precisa
los cortes transversales y vista frontal especificando las medidas, las cuales
son
aproximadamente de tres metros de altura y se ajustan a los establecido en el acuerdo 26 de
1918 especificando la ubicación del caño y dimensiones de las ventanas. Nótese la
presencia en estos diseños de ventanas grandes para permitir la ventilación adecuada y
suficiente iluminación, recomendada por la junta central de higiene y salubridad para
disminuir la humedad dentro de la casa y así circularían las corrientes de viento en el
interior de la casa y las habitaciones. También permitiría la iluminación abundante y
ventilación para que al aire pudiera atravesar por el interior de la vivienda y evitara las
condiciones de humedad que estaba vinculada con el brote de enfermedades respiratorias.
La inclusión de retretes en el diseño era de carácter obligatorio
y este debía estar
conectado al sistema de aguas residuales, de los cuales debían estar señalados en los planos.
93
El análisis de los planos permite dar respuesta al interrogante sobre qué se está
construyendo por vivienda obrera, de lo cual se puede decir que los planos evidencian un
diseño en el cual se aplican todas las recomendaciones sobre vivienda higiénica, se pensó
en el espacio y la ventilación dentro de la casa, lo cual nos indica la existencia de un nuevo
modelo de vivienda pensada para la vida del obrero.
La aprobación de los planos
Una vez remitidos los planos y autorizados por el señor ingeniero municipal y el director de
higiene y salubridad se procedía a conceder la licencia de construcción tal como vemos en
el siguiente ejemplo:
Señor
Alcalde de la ciudad
Presente
En mi carácter de propietario de la finca número 16 de la callejuela 30 de esta ciudad, muy
atentamente solicito de usted se sirva de concederme una licencia correspondiente para edificar
una casa. Dicha obra la haré en el terreno que mide 145 varas cuadradas según el plano que
acompaño con este memorial…
Dicha obra la haré con las condiciones que dispongan los acuerdos municipales sobre la materia.
Gratiniano Vanegas.
Bogotá mayo 8 de 1919
La respuesta del Alcalde una vez aprobados los planos de construcción del predio y
verificadas las condiciones higiénicas del lote fue la siguiente:
Alcaldía municipal
Bogotá Mayo 20 de 1919
94
Se concede licencia al señor Gratiniano Vanegas para construir una casa baja en un lote situado
en la callejuela de la calle 30, siempre que se sujete a los planos aprobados, a la demarcación
hecha por el señor Ingeniero Municipal, a la indicación hecha por el señor director de Higiene y
salubridad sobre el derramadero y desagües a las demás disposiciones del acuerdo 10 de 1902,
teniendo en cuenta que por ningún motivo puede avanzar sobre la vía pública, y que deben
colocarse las canales correspondientes debiendo caer sus desagües por debajo del andén84.
En las zonas que comprendían los barrios obreros la lucha por acceder a los servicios
básicos como acueducto y alcantarillado fue un largo proceso que se extendió por varias
décadas. Propietarios de lotes en zonas como el paseo Bolívar presentaron dificultades para
que sus licencias de construcción fuesen aprobadas por la alcaldía debido al mismo
inconveniente. No contaban con una conexión a la red de acueducto y alcantarillado.
La siguiente licencia de construcción evidencia como en sectores como el del paseo
Bolívar, era más complicado construir vivienda obrera debido a que carecían de servicios
públicos y una red de alcantarillado. Recordemos que este sector acogía a la mayoría de la
población obrera de la capital y los antiguos problemas relacionados con la higiene de esta
zona, lo cual llev a tomar la medida del “saneamiento del paseo Bolívar” y el desalojo de
los obreros que allí Vivian.
La licencia muestra que en dicho sector se continuaba con la construcción de vivienda
acogida a la normatividad urbana.
Señor Alcalde de la ciudad
E.S.D
Yo Luis Cubillos mayor de edad y vecino de esta ciudad, a usted muy atentamente digo.
Soy dueño de un lote situado en la calle 13 Bis No 26 y 28 entre la carrera 1ª y el paseo Bolívar en
donde (solicito) construir una casa de acuerdo con el plano que presento a Ud.
84
Fondo Licencias de construcción 1919 folio 386
95
Debe presentarse la certificación de la ingeniería Municipal respecto de la alcantarilla que debe
recoger los desagües del W.C, la cocina y los patios figuran en los planos.
Devuélvase a la Alcaldía
Dirección Municipal de Higiene 14 Julio de 1923: Debe presentarse el certificado de acueducto85
La solicitud es devuelta por no contar con una certificación del acueducto como requisito
básico para la construcción de vivienda y como a se mencionaba anteriormente, la licencia
era negada y debía solicitar formalmente de nuevo la aprobación siguiendo los trámites
mencionados
En zonas como las del paseo Bolívar los obreros que iniciaban la construcción de las
viviendas, labor que resultaba ser complicada dados los controles y la normatividad que
buscaba la construcción de una vivienda higiénica, y dada la precaria condición de pobreza
sus gentes, la construcción en muchos casos, solía retrasarse un poco mientras se reunía el
dinero para la compra de los materiales.
Como vemos en la licencia anterior, se hace mucho más complicado pues el no contar con
un sistema de desagües adecuado ni suministro de agua, significaba una mayor inversión de
tiempo y dinero
en construcción, motivo por el cual, el proceso de construcción de
vivienda obrera en sectores como los del paseo Bolívar,fue un proceso que duró varias
décadas en donde por lo general las casas quedaban a medio terminar esperando cumplir
con los requisitos para que su vivienda fuese completamente legal.
La siguiente es una carta enviada por los habitantes del barrio obrero Antonio Ricaurte en
donde se evidencia que después de tres años de iniciadas las obras de la construcción del
barrio obrero, ya contaba como al menos 130 casas, pero que aún carecían de servicio de
energía y de un alumbrado público, tal y como podemos evidenciar en el siguiente
documento:
“Por el digno conducto de Ud. Los abajo firmados habitantes y propietarios en el barrio obrero
Antonio Ricaurte, solicitamos de esa honorable corporación, se ordene a la compañía de energía
85
Fondo Licencias de Construcción 1923 folio 113
96
eléctrica de Bogotá, la instalación de los focos de alumbrado de las principales calles y carreras de
nuestro citado barrio.
Fundamos nuestra petición en lo siguiente:
Existen en el barrio más de 130 casas, en su mayor parte habitadas y terminadas, cuyos dueños y
habitantes necesitan del servicio de alumbrado tanto en las calles, como dentro de las casas y el
servicio de luz no se puede instalar dentro de nuestras habitaciones, sino está como es natural,
instalada en las calles…
En que nuestras fincas están pagando los derechos municipales de alumbrado, aseo y vigilancia, y
hasta hoy no hemos tenido tales servicios…
En que nuestro barrio está habitado por más de 600 obreros honrados y trabajadores, que
solicitamos y esperamos apoyo del honorable consejo municipal”.
Bogotá agosto de 191586
El malestar de los habitantes de este barrio obrero es por obvias razones valido, primero
porque el incumplimiento del municipio ha sido notable y el proceso de dotación de
servicios públicos se ha dado lentamente. La repuesta a la carta demuestra que a pesar de
que hay compromiso por parte del consejo municipal en responder a las peticiones de los
habitantes del barrio obrero Ricaurte, el proceso para hacer que este contara con los
elementos necesarios y las condiciones apropiadas, fue largo y agotador para los habitantes
que constantemente remitían cartas a la alcaldía para exigir la dotación de servicios
públicos.
La respuesta del consejo es la siguiente:
“Nada más justo que acceder cuanto antes a los deseos de los habitantes del barrio obrero
recientemente fundado en esta ciudad.
Nuestra comisión visitó detenidamente el citado barrio y pudo cerciorarse del esfuerzo digno de
encomio de sus fundadores, y del grandísimo bien que con tal motivo ha empezado a hacerse a
86
Fondo concejo de Bogotá 1915 folio 550
97
nuestras clases trabajadoras dotándolas de casas apropiadas, higiénicas y suficientemente
espaciosas y mejorando de modo innegable la misma ciudad87”.
Vivienda obrera por Iniciativa privada. El caso del Barrio Antonio Ricaurte
El citado acuerdo 10 de 1902 establece la normatividad que permite regular la iniciativa
privada para la construcción de barrios obreros. De esta manera los particulares podrían
acceder a urbanizar zonas sometiéndose a la legislación sobre vivienda, que además de
establecer las características de las construcciones, también remarcaban las características
de las calles, la conservación de las aceras, de las alcantarillas y el alumbrado público88.
La alcaldía era la encargada de demarcar
las zonas en vía de urbanización para que se
dividieran en lotes, para que de esta manera cualquier interesado en construir una casa,
accedieran a comprar el terreno y presentara los planos para que el ingeniero municipal los
estudiara y diera su aprobación. En los planos debían especificar qué tipo de construcción
se iba a llevar a cabo y los terrenos colindantes.
Fue por medio de la iniciativa privada que el barrio Ricaurte se formaría con la solicitud de
una licencia de construcción para abrir la calle a la familia Gonzales Ponce mediante el
acuerdo 46 de 191289. De esta iniciativa surgiría el barrio obrero Ricaurte.
El acuerdo nos dice lo siguiente:
Acuerdo No 2 de 1913
Por el cual se complementa el número 46 de 1912 (Barrio obrero)
Considerando:
1.
Que el acuerdo número 46 de 1912, por el cual se declara de utilidad pública la apertura de una
calle y se otorgan varias autorizaciones, concede el Municipio en su artículo 5 el derecho de
87
Fondo consejo de Bogotá p551
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana), 108
89
Ibíd. P 110
88
98
comprar a diez centavos oro la vara cuadrada de tierra, en el barrio obrero dentro del primer año
contado desde la fecha de la publicación de este acuerdo.
2.
Que puede convenir a los interesados sin perjudicar al Municipio ni al público en general, la cesión
de los derechos y obligaciones consignados en el Acuerdo Numero 46 citado: y
3.
Que según dicho cuerdo, los señores González Ponce han cedido al Municipio una extensión de diez
mil varas cuadradas.
La negociación por los terrenos continuaba de la siguiente manera:
ACUERDA:
Art1: El Municipio de Bogotá se abstiene de comprar lote alguno de terreno en el Barrio obrero, por
considerar suficiente. Por ahora, el área de 10.000 varas cuadradas que le ha sido cedida gratuitamente por
la familia González Ponce.
Art2: Los señores González Ponce pueden ceder o traspasar, dando aviso al Municipio los derechos y
obligaciones que adquirieron por el Acuerdo No 46 de 1912, y pueden también con previo aviso al consejo,
vender el resto del predio que han destinado para el Barrio obrero, a cualquier persona o entidad, siempre
que esta se subrogue expresamente en los derechos y obligaciones que adquirieron los señores González
Ponce por el acuerdo citado90.
La iniciativa particular fue la encargada de dar vida a este nuevo proyecto en donde se
construyó vivienda higiénica para obreros, en el que urbanizadores proyectaron el trazado
urbano y se encargado de la dotación de los servicios públicos, sumándose a esto, la labor
de algunos propietarios que unieron esfuerzos para llevar a cabo un barrio para obreros91.
Las autoridades municipales estuvieron al tanto del estudio de los planos de la construcción
del nuevo barrio obrero que por iniciativa particular, habían iniciado la construcción en las
zonas urbanizables en inicios de 1912, adoptándolo con espacio necesario para una plaza
destinada para ferias como se hace evidente en el siguiente boletín:
90
Registro Municipal, Bogotá Febrero 28 de 1913
Pulgarin Osorio Yarleys. “Vivienda estatal obrera en los años 30 en Bogotá: Los casos de los barrios
obreros Restrepo y Centenario” (Tesis. Maestría patrimonio cultural y territorio, Pontificia Universidad
Javeriana),
91
99
“El consejo municipal de Bogotá, teniendo en consideración que cuando se inició la
urbanización del barrio obrero Antonio Ricaurte, Los interesados en esta obra,
propietarios de aquellos terrenos, ofrecieron al municipio hacer sección de las zonas que
forman el área del barrio, las calles del nuevo barrio, de acuerdo con los planos adoptados
a efecto y producto de la plaza destinada para ferias con destino a la mejora del
mencionado barrio. Dispone que el seños personero municipal, proceda aceptar por
escritura pública, las respectivas cesiones, haciendo al mismo tiempo la protocolización
del nuevo barrio”92.
Lo anterior nos indica que desde sus inicios, el barrio Ricaurte fue pensado para obreros
demostrando la racionalización del espacio y la consideración del uso de zonas verdes y
parques para configurar la unidad barrial que se venía conformando.
A continuación
estudiaremos las distintas propuestas de barrios para obreros que se hicieron a partir de
distintos modelos, sin olvidar que cada propuesta obedece a distintos factores y múltiples
propósitos. Los siguientes barrios son denominados como obreros, surgieron todos de una
misma necesidad, la cual era la transformación de la ciudad y del obrero.
El Barrio Ricaurte. Un verdadero Barrio para obreros
Basándonos en la ya mencionada Tesis de Camilo Tavera sobre barrios obreros en Bogotá,
el Barrio Antonio Ricaurte tuvo un porvenir como barrio para obreros, debido a su estudio
sobre las condiciones en las que se encontraba ubicado, el trazado de las calles, las
condiciones higiénicas de las casas y el uso de zonas verdes y plazas las cuales eran las
condiciones indicadas para construir un barrio obrero.
Según el autor este barrio se había construido bajo las recomendaciones de la comunidad
científica y se había acogido a los acuerdos municipales sobre la construcción de vivienda
obrera. La siguiente es la observación que hace Tavera sobre el Barrio obrero Antonio
Ricaurte:
92
Registro Municipal Bogotá, Enero 12 de 1918
100
“este conglomerado ofrece un porvenir higiénico brillante, estando levantado sobre un terreno
seco, plano, arenoso e inundado de sol y con aires abundantes y puros. Viene a quedar
comprendido entre las calles 7ª y 12 y las carreras 23 y 27, sus calles son rectas y anchas (16 m) y
de piso parejo y regular. Posee una avenida, la carrera 24 de 25 m. De ancha plantada de árboles;
escuelas, y una plaza de 10,170 m2 con su fuente publica”93
La ubicación geográfica de los barrios obreros era de suma importancia si se quería construir
vivienda obrera, según Tavera se debía continuar con la construcción en los siguientes sectores
debido a que marcaban la tendencia de ensanchar la ciudad, extendiendo los límites de la ciudad
para que en ellos se edificaran barrios para obreros.
“Después de san Cristóbal parecen sitios más adecuados para barrios obreros, la parte occidental
de la ciudad, cerca al barrio Ricaurte; hacia el norte, los terrenos comprendidos entre las calles 20
y 24 al occidente de la línea del ferrocarril del norte, y finalmente al N.O Chapinero, del lado de
Suba94.
Para la fecha en que Tavera realiza su estudio en 1922 sobre barrios obreros, y a una
década después de haber
iniciado el proceso de construcción del barrio a partir de la
iniciativa particular, en un sector demarcado por el municipio, el barrio para obreros
comienza a mostrarse como una realidad, cumpliendo con el propósito de un barrio, de ser
un lugar donde a partir de una vivienda higiénica que se apegaba a la normatividad, la
planeación de los espacios y la destinación de plazoletas y parques en el entorno, se
originaría un nuevo modelo de desarrollo urbanístico, previsto para contrarrestar la crisis
habitacional y sanitaria, al igual de darle un ensanchamiento a la ciudad. A medida que
crecían los barrios la idea era complementarlos con la construcción de escuelas e iglesias y
teatros que conformar toda una unidad barrial.
93
Tavera Zamora Camilo. “Habitaciones obreras en Bogotá” (Tesis para el Doctorado en medicina y cirugía.
Bogotá 1922: Minerva), 15
94
Ibíd. p52
101
Para Tavera este barrio obrero reunía lo necesario, primero porque se había iniciado su
construcción en un sector indicado con las condiciones topográficas y climáticas
recomendables para la vivienda obrera, pues era un sector a donde llegaban suficientes
corrientes de aire para permitir la ventilación de los predios y porque se construye en
terreno seco para reducir las condiciones de humedad, y segundo porque las casas y el
trazado de las calles recto y ordenado, sumado a la dotación de servicios públicos,
representaría un porvenir urbanístico, visto en el barrio para obreros.
Existen otros modelos de vivienda obrera que cabe la pena mencionar, como el de Barrio
Villa Javier o Francisco Javier. Los barrios obreros fueron vistos como un mecanismo de
control social de las clases populares al incluir el tema de la transformación moral del
obrero, con un estricto control del comportamiento y los hábitos de sus habitantes y la
consagración a la religión católica. En el barrio se inició como un
proyecto sin la
intervención municipal en 1913 y por iniciativa del círculo de obreros y del padre
Campoamor, fundarían un banco para el financiamiento de las casas, de las cuales hoy en
día queda pocas de esas 117 con las que inicio la urbanización y el proyecto de “redención
moral del obrero”.
Acción Católica, entidades de Beneficencia y vivienda obrera. Caso de barrio Villa
Javier
Dadas las condiciones de miseria en las que habitaban la mayoría de los obreros que recién
llegaban a las ciudades, la visión que se tenían de estos, en especial en los capitalinos, era la
de tratar de comprender la condición de pobreza del obrero por medio de la compasión que
se tiene hacia un ser que carece de los medios básicos de existencia y que se encuentra
sumido en la pobreza como el obrero.
Este tipo de pensamiento compasivo y solidario, en gran medida influenciado por la
religiosidad de los capitalinos fue puesto en manifiesto por las instituciones de beneficencia
creadas en conjunto por la iglesia católica y las elites capitalinas, como principio de
solidaridad ciudadana centrada en la asistencia de los pobres.
En Bogotá ya existían algunas de estas instituciones de beneficencia como la sociedad
central de San Vicente de Paul
fundada en 1857 y la casa de corrección de mujeres el
102
Buen Pastor en 189095 entre las más importantes. La acción católica y las instituciones de
beneficencia asumieron la responsabilidad por los problemas sociales que afectaban a los
bogotanos cuando aún no existía una política de asistencia social coherente ni
organizaciones de seguridad social, estas harían su aparición en lo que transcurre la década
de los 30’s.
Mientras tanto, la labor de beneficencia y asistencia a los pobres recaía en manos de dichas
organizaciones y miembros de las altas esferas de la sociedad quienes llevarían a cabo el
proyecto de organización obrera conocido como el círculo de obreros en 1911, gracias a la
labor conjunta del jesuita José María Campoamor, se logró reunir a un buen numero inicial
de trabajadores (383)96, y organizarlos bajo la premisa de la salvación económica y moral
del obrero, principios contenidos en la doctrina social de la encíclica Rerum Novarum, en
orden de organizar a los obreros y así contrarrestar la emergencia de ideologías enemigas,
llámese socialismo o anarquismo.
El plan de la acción católica en general consistía en moldear la familia obrera
convirtiéndolos en buenos cristianos, lo cual implicaba una instrucción escolar de los hijos
de los obreros y la socialización de la higiene y el ahorro entre las masas populares. El
discurso moralista inculcaba valores cristianos con el fin promover el bienestar de las
familias obreras.
Uno de los aspectos relevantes en esta acción católica fue la de incentivar el ahorro dentro
de los grupos obreros como mecanismo para contrarrestar la pobreza. Tal esfuerzo se
expresó en la caja de ahorros como proyecto del padre Campoamor, haciendo la función de
entidad financiera para proseguir con proyectos y obras de mayor envergadura. Uno de
ellos seria materialización de una urbanización para obreros, el barrio Villa Javier, y el
primer intento de vivienda de tipo social que se recuerda en Bogotá.
Desarrollado entre 1913 y 1914, fue el intento por darle solución los problemas
habitacionales, económicos y de salubridad que eran propios de los pobres, ósea de los
95
Saldarriaga Alberto y Londoño Rocio. La ciudad de Dios en Bogotá, barrió Villa Javier, (Bogotá: Fundación
social, 1994), P28
96
Ibíd. p33.
103
obreros o trabajadores. El barrio Villa Javier toma forma como urbanización desde el 21 de
junio de 1913, en un terreno adquirido por el costo de 8.000 pesos que provenían de la caja
de ahorros del círculo de obreros. Una vez bendecido el lote e l 7 de septiembre de 1913 se
colocó la primera piedra en la actual carrera 8ª y 10 a suroriente de Bogotá97.
Las características de las viviendas que proporcionaban suficientes elementos para incluir
habitaciones debidamente separadas para las familias obreras, las cuales incluían el debido
espacio para la ventilación y la iluminación dentro del hogar, lo que nos indicaría que los
diseños de las casas fueron adaptados según las normas higiénicas de vivienda existentes y
que estaba construido en los extramuros de la ciudad para favorecer el desarrollo y el
crecimiento hacia ese sector, lo cual ensancharía la ciudad hacia la parte del rio San
Cristóbal.
Ilustración 1. Barrio Villa Javier.
Fuente: H. Darío Gomes. 2003
.
97
Ibd pp 73 115
104
Ilustración 2. Casa del barrio Villa Javier.
Fuente: H Darío Gómez. 2003. Las casas
aún mantienen la apariencia de las
primeras edificaciones
Ilustración 3. Foto de villa Javier. Año
desconocido. Fuente: Fabio
Zambrano Pantoja, en: Revista
credencia de Historia octubre 1999,
No 118
Con estas urbanizaciones, la clase política y la iglesia buscaban incluir a los obreros en su
modelo de sociedad moderna, alejándolos de las ideologías adversas al poder hegemónico
tales como el socialismo y el Anarquismo, buscando en términos más precisos, controlar a
los pobres y que no tuvieran motivos para que se organizaran de manera violenta.
Sin embargo no se descartan levantamientos de la clase obrera en lo transcurrido a la tres
primeras décadas del 20, como señala Castro Gómez, existían sectores en Bogotá como la
perseverancia y las cruces, algunos grupos de tradición socialista quienes personificaban la
lucha obrera y se mostraban solidarios con el bolchevismo pero que gracias a la acción
105
católica y a la concreción de los barrios obreros como mecanismo de control social de los
pobres, el impacto de las revoluciones internacionales en Bogotá fue reducido.98
El proyecto del padre Campoamor llegó en un momento en que las precarias condiciones en
las que se encontraban sumidos los sectores obreros, eran muy visible, logrando trasformar
la condición social del obrero mediante la formulación de toda una urbanización o barrió
para obreros. Construido al sur de la ciudad, por el Rio San Cristóbal, se pensó como un
barrio integral con amplios espacios dedicados a zonas verdes con granjas y huertas,
canchas de futbol para la recreación y el ocio, sin faltar por supuesto la iglesia.
Nunca se pensó en regalar las casas, por el contrario se arrendaban con el fin de que el
obrero pudiera valorar el esfuerzo y el trabajo, valores en los cuales se les pretendía
instruir, al igual que el ahorro. De esta manera, la acción católica y la beneficencia juegan
un papel protagónico en el debate por los barrios obreros. Su propuesta es diferente con
tonos mucho más moralizantes y con una intencionalidad de controlar a las masas obreras,
proporcionándole lo necesario para una vida digna, la vivienda.
El Barrio Primero de Mayo y el City planing
En el debate de los barrios obreros y el de la construcción una vivienda higiénica para las
clases proletarias, el barrio Primero de Mayo es quizás uno de los ejemplos más
sobresalientes en lo que corresponde al tema de vivienda obrera. Enmarcado en uno de los
más grandes proyectos del siglo XX como lo fue Bogotá Futuro, para modernizar y darle
sentido urbanístico a la ciudad.
El barrio Primero de Mayo buscaba proveer de una vivienda higiénica a los sectores
proletarios de la capital acogiéndose a las recomendaciones de la comunidad científica para
extender la zona urbanizable de la ciudad hacia sus alrededores.
Ricardo Olano, al cual ye he mencionado con su artículo sobre urbanismo “City planing”
había trabajado en Medellín en el plano Medellín futuro con la modernización y el ornato
98
Castro Gómez Santiago. Tejidos Oníricos (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2009), 99
106
de esa ciudad y le correspondía trabajar para el embellecimiento y modernización de la
capital.
Responsable del plano de Bogotá futuro en el marco de la discusión sobre urbanismo y
mejoras de obras públicas en Colombia, Olano propone el plano en 1923 donde recopilaba
los principios de planeamiento urbano el cual proponía el ensanche de la ciudad para
dar
un control más eficaz al crecimiento de la ciudad.
Como propuesta buscaba la construcción de nuevas urbanizaciones, proyecto que tendría su
inicio en 1924 y en donde Bogotá futuro remarcaba la importancia de la construcción de
calles y de bulevares para disponer de una buena movilidad, sumado a la construcción de
avenidas de circunvalación, la arborización y la construcción de parques y zonas verdes
para el embellecimiento de la ciudad99.
En este orden, el plano de Bogotá futuro reunía todos los elementos de una ciudad moderna
que buscaba transformar a la capital en una ciudad europea, pensada y planificada desde el
urbanismo, proponiendo también en el embellecimiento de la ciudad bajo los estándares del
City planing, y controlando el tipo de construcciones que se llevaban a cabo.
Una de las características más sobresalientes de Bogotá futuro era el ensanche de la ciudad
como respuesta a la concentración de la población en un solo sector lo cual generaba
problemas de hacinamiento. De esta manera se planeaba de darle solución al crecimiento
previsto de la población de la ciudad junto con el embellecimiento por medio de parques y
avenidas amplias de las nuevas zonas que tendrían lugar en el espacio urbano como es el
caso de los nuevos barrios.
El plano de Bogotá futuro contenía todos los componentes del discurso científico e
higienista importado desde Europa y que en la mente de Ricardo Olano, pensaba una
ciudad moderna por medio de una planeación racional del crecimiento urbano. El intento de
Olano fue claramente el de trabajar a la par con la comunidad científica para construir una
ciudad moderna.
99
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana), 93
107
Este nuevo modelo de ciudad se acogía a la transformación inicial de las condiciones
higiénicas de la población. No había pues una ciudad moderna que no contara al menos con
una eficiente red de suministro de agua potable y alcantarillado, como instrumento básico
de la modernización de la ciudad, buscando mejorar la salubridad de los edificios, parques
y urbanizaciones de la ciudad, motivo por el cual, algo en lo que hacía énfasis Olano era la
de dotar de infraestructura a la ciudad o y otro de los puntos clave que resaltaba también era
la necesidad de habitaciones para obrero o en este caso, el de barrios para obreros. Olano
también fomentaría la Ley 21 de 1917 y la Ley 38 de 1918 sobre expropiaciones con el fin
de regular el crecimiento de la ciudad.100
Con el acuerdo 10 de 1902 y con la Ley 46 de 1918 quedaban expuestos los principios de
una legislación urbana y un notable esfuerzo por planear y regular el crecimiento de la
ciudad. Algo que se resalta en estos elementos es la construcción de barrios obreros como
punto importante es la urbanización Primero de Mayo con la gestión de la Dirección de
obras públicas. El barrio Primero de Mayo es la materialización a la legislación urbana
sobre vivienda obrera, pues su creación estuvo expuesta a debates en el consejo y en los
congresos Médicos y de ingenieros a las cuales se le aplicó la normatividad del acuerdo
10 de 1902 y las recomendaciones de Bogotá futuro 101.
El barrio se construiría en los terrenos adquiridos por el municipio en la franja oriental del
rio San Cristóbal, el cual toma forma en torno a un modelo de vivienda mucho más
espacioso, 27 metros de fondo y 14 metros para ser distribuidos entre las habitaciones, la
sala-comedor, un jardín, un excusado y un lavadero. Con puertas amplias y ventanas
grandes que permitieran la iluminación y ventilación necesaria para sus habitantes102. De
esta manera entre 1923 y 1924 surge el Primero de Mayo como un barrio destinado para el
obrero, y financiado por el municipio, buscando el ensanche de la ciudad para dar solución
al problema de hacinamiento y permitir que el obrero contara con las condiciones de vida
dignas. Este barrio es pues el ejemplo de cómo la legislación urbana daba respuesta a la
mencionada crisis habitacional de la capital, creando una urbanización que se sometía a la
100
Alba José. “El plano de Bogotá Futuro, intento de modernización urbana”. En (Anuario colombiano de
Historia social y de la cultura Vol. 40, No 2, Revista digital, Universidad nacional de Colombia.
101
Rodríguez Ángela. “La Junta de habitaciones para obreros 1919-1929 caso del barrio primero de Mayo”
(Tesis para Magister en Historia. Pontificia Universidad Javeriana),102
102
Ibíd. p102
108
Ley 46 de 1918, la cual destinaba el 2% de las rentas del municipio para la financiación de
vivienda obrera y al acuerdo 10 de 1902. Con estos dineros se financiaría la construcción
por iniciativa municipal del barrio.
También cabe recalcar que el Primero de Mayo atiende las recomendaciones de Bogotá
Futuro que en últimas buscaba la modernización y el mejoramiento de las condiciones de
vida de la población obrera que tomó fuerza a partir de la epidemia de gripe del 18. El
barrio sería incluido en el plan de desarrollo de la ciudad como un eje de desarrollo pues se
construye fuera del perímetro urbano con el fin de ensanchar la ciudad, en donde las
condiciones climáticas previa un desarrollo a futuro y en donde se ubicaban varias fábricas
cercanas a la urbanización, lo que disminuía el tiempo de movilización de los obreros hacia
sus trabajos103.
Del paseo Bolívar al Barrio Centenario
Las medidas tomadas por sanear el paseo Bolívar son la manifestación de una política de
barrios obreros. En la determinación de acabar con este insalubre sector intervino el
urbanista Austriaco Karl Brunner, quien propuso la extinción de este suburbio para darle un
fin de ornato a estos espacios y reubicar a los obreros en un barrio para obreros. De esta
propuesta surgiría el barrio el Centenario como una propuesta vivienda para obreros. La
inauguración del barrio en 1938 sobrepasa la fecha de estudio propuesta para este trabajo,
pero el debate sobre cómo debían ser las viviendas, su financiación y su ubicación inicia en
1919, después de la epidemia de gripe, cuando se toma la determinación de erradicar las
viviendas de dicho sector, es el tema que nos interesa para este trabajo.
Por estos motivos, no se incluyen las propuestas de vivienda del barrio el Centenario, sino
el estudio de las medidas provisionales que se tomaron para erradicar los focos de infección
en la ciudad.
103
Ibíd., 84
109
Llega entonces la víspera del IV centenario de la fundación de la ciudad y que mejor forma
de mostrar una ciudad moderna e higiénica que deshaciéndose del molesto paseo o como se
refirieron en ese momento, “sanear al paseo Bolívar” con el fin de recuperar el espacio al
mismo tiempo que se embellecía la ciudad. Una forma de sanear el paseo Bolívar consistía
en la destrucción de las mismas casas y chozas antihigiénicas que tanto problema habían
causado.
La secretaría de obras públicas fue la encargada de disponer de estos terrenos recién
adquiridos por el municipio era destinarlos para el ornato y embellecimiento de la ciudad.
La solución urbanística al problema del paseo Bolívar se llamaría el barrio el centenario
en donde se alojarían las personas provenientes del extinto paseo Bolívar. Posteriormente
con un decreto, el 26 de 1936 se establece formalmente el embellecimiento del paseo
Bolívar con la celebración del IV centenario de la ciudad.
El saneamiento del Paseo Bolívar fue un tema frecuente en las discusiones del consejo
municipal debido al peligro que
representaba para la ciudad un suburbio antihigiénico
como este. A partir de la segunda década del siglo XX se había sometido a discusión lo
que se debía hacer para erradicar la pobreza y el desaseo de este sector.
Siguiendo la recomendación de ingenieros y médicos se comenzó a hablar del saneamiento
del Paseo Bolívar como salida a estos problemas que vivía la ciudad. La idea de demoler
estos ranchos y tugurios en los que habitaban obreros en orden de higienizar la ciudad
como si se estuviese curando una enfermedad. De esta manera se venía refiriendo al
saneamiento
el consejo municipal a los sectores que concentraban la población más
humilde de la ciudad entre los cuales se hace referencia al Paseo Bolívar.
“La solución al problema sería suprimir las viviendas mencionadas lo que mejoraría notablemente
la higiene pública, pero esta medida no podrá tomarse sin causar grave daño a los infelices que allí
viven, a menos que el municipio reconozca la consiguiente indemnización, como entendemos
110
procedió el ministerio de obras públicas con adoptar medidas de iguales procederes con las chozas
del Paseo Bolívar104”
Con el acuerdo 56 de 1919 la legislación en busca de higienizar la ciudad, aprueba la
destrucción de las construcciones y chozas del paseo Bolívar. A partir de este momento
comienza el proceso compra de los terrenos con el fin de demoler las viviendas insalubres
que allí se encontraban. Entre los años 1926 y 1927 son aprobados los contratos que efectúa
el municipio para el manejo de los terrenos y en 1929 mediante el acuerdo 20 se da
autorización al alcalde para que cree una sociedad anónima destinada al embellecimiento
del paseo Bolívar105.
En 1926 ya se había levantado un plano especificando las zonas insalubres, las cuales
comprendían entre la carrera 1ª y las calles 12 a 18, para posteriormente ser demolidas y
darles un uso distinto que era el ornato de la ciudad. Los siguientes planos nos muestran
este proceso de destrucción de los sectores insalubres del paseo Bolívar y un posterior
proyecto de urbanización.
104
Fondo Consejo Municipal Bogotá 1913 Tomo 31 folio 19
Colón Luis. En Urbanismos. El saneamiento del paseo Bolívar y la vivienda obrera en Bogotá. (Bogotá.
Unibiblos, 2007). 111
”
105
111
Plano de levantamiento de zonas insalubres del Paseo Bolívar. Fondo
Unidad Administrativa especial de rehabilitación vial 1926
El proyecto del urbanista austriaco Karl Brunner quien formó parte
la dirección del
departamento municipal de urbanismo en 1933 buscaba la modernización de la ciudad
dando respuesta a los problemas que ya venían afectando a una ciudad en crecimiento, tales
como el hacinamiento y la poca capacidad de infraestructura que ofrecía la ciudad a sus
habitantes y la deficiente red de servicios públicos como el suministro de agua potable y
alcantarillados.
Brunner contemplaba la necesidad de desalojar las viviendas del paseo Bolívar, al cual
reconocía como un foco de insalubridad y en su lugar se llevaría a cabo la construcción de
un parque de gran extensión, de ochenta por cien hectáreas en el lugar que ocupaba el paseo
112
Bolívar106. En las faldas del cerro se había propuesto la construcción de un jardín botánico
y la parcelación de las zonas del extinto paseo Bolívar.
Según Luis Carlos Colon se hacía de la siguiente manera: las zonas ubicadas entre la
carrera primera y el paseo Bolívar estarían destinadas para la construcción de viviendas
para la clase media y entre las calles 12 y 16 una escuela pública107. La idea con esta
parcelación de los terrenos consistía en embellecer la ciudad con zonas verdes y con un
claro proyecto urbanístico que buscaba conectar estos sectores con amplias vías de
circunvalación por las cuales se podía transitar y observar en los alrededores, con árboles y
los jardines que adornarían este paseo. El embellecimiento del paseo Bolívar buscaba crear
una especie de “balcón” desde el cual se podía observar a la ciudad, ofrecer una vista, no
deplorable de este sector sino una nueva vista de la ciudad moderna, en la cual se proponía
la construcción de nuevos edificios como clubes deportivos y restaurantes para el goce de
las clases altas capitalinas.
A partir del saneamiento del paseo Bolívar, cuyo proceso duro casi dos décadas (19191936) el cual concluye con la fundación del barrio Centenario al sur de la ciudad, un barrio
destinado para los habitantes del paseo Bolívar. De la extinción de los ranchos y tugurios
del paseo surge una normatividad más rigurosa sobre la construcción de viviendas obrera y
la necesidad casi que imperativa de construir viviendas higiénicas para los menos
necesitados, justo después de la epidemia de gripa española del 18. El problema de este
cinturón de miseria era evidente para los bogotanos, pero solo fue gracias a su detonante, la
epidemia que se toma la resolución de sanear el paseo Bolívar.
Demoler las viviendas insalubres con el fin de acabar con los problemas de higiene sino
también el de embellecer la ciudad que se quería a futuro. Detrás del saneamiento también
se esconde un discurso social que buscaba mejorar la condición moral del obrero, pues un
obrero con una vivienda digna sería el modelo de una nueva sociedad donde la familia
obrera era el eje articulador de la sociedad capitalina de inicios del siglo XX.
106
107
Ibíd. p111
Ibíd. p112
113
114
Conclusiones
Resulta interesante comprender de qué manera los barrios obreros fueron una solución a
uno de los problemas que afrontaba la ciudad al iniciar el siglo XX, con una crisis
habitacional sin precedentes y con problemas aún mayores de higiene y salubridad que
afectaban a la mayoría de la población, en especial a los sectores obreros emergentes en
este nuevo sistema de desarrollo capitalista por el cual atravesaba la ciudad.
Podría afirmarse que los barrios obreros atravesaron por un difícil proceso realización que
se extiende durante un poco más de tres décadas y de arduas discusiones sobre cómo debían
ser las casas y la ubicación de los barrios. También sobre su financiación y el negocio que
significó construir vivienda obrera, en el que intervino el municipio, urbanizadores
particulares y los mismos obreros, en Bogotá a partir de la segunda década del siglo XX,
pasando por muchos obstáculos y distintas propuestas.
Sin embargo, el hecho de que el municipio haya intervenido de manera directa en la
construcción de solo un barrio obrero, el Primero de Mayo, indica que el municipio dejo en
manos de urbanizadores privados la construcción de vivienda y barrios para obreros,
quienes se acogieron a la normatividad vigente sobre construcciones en la capital.
La deficiente respuesta de las administraciones de la ciudad para construir y dotar a la
población de servicios públicos fue una limitante para la construcción de barrios obreros y
de vivienda para estos, hecho que parece indicar que el municipio se dedico a emitir
legislaciones sobre vivienda para obreros, pero no garantizó en su totalidad la dotación de
infraestructura de alcantarillado, acueducto y servicio eléctrico.
Debido a esto la construcción de vivienda insalubre continuó en solo unos cuantos sectores
de la capital, que en muchos casos no cumplían con la legislación urbana, debido a que
carecían de los requisitos básicos para realizar el levantamiento de una vivienda, el cual
exigía que los predios estuviesen conectados a la red de acueducto y alcantarillado. Estos
casos se presentaron por lo general en sectores como los del Paseo Bolívar, donde a pesar
de la política de saneamiento de este sector, los obreros continuaron la construyendo este
tipo de casas insalubres debido a su precaria condición económica.
115
De igual manera la rigurosidad de los trámites para solicitar una licencia de construcción
evidencia lo difícil que fue construir vivienda obrera y en muchos casos a falta de un
mínimo requisito, eran devueltos los planos y la aprobación de la
licencia se postergaba
por un tiempo indeterminado, haciendo que muchas construcciones quedaran sin terminar.
Conforme a esta situación, la construcción de vivienda obrera prospero en aquellos casos en
que los propietarios tuvieron el tiempo suficiente para llevar a cabo los trámites
correspondientes y el dinero para realizar modificaciones de las casas si era necesario, o si
el municipio accedía a extender la red de acueducto y alcantarillado hacia el sector.
Sin embargo, en casos como el del barrio Primero de Mayo, Antonio Ricaurte, y Villa
Javier y la construcción de vivienda adecuada para obreros, prosperó debido a que se
acogieron a la normatividad siguiendo el Acuerdo 10 de 1902 sobre construcciones en la
ciudad y demostró un sentido de planeación evidente en el trazado de las calles, en la
destinación de zonas verdes y la construcción de parques y plazoletas.
Los diseños de las viviendas obreras evidencian también la aplicación de las normas de
higiene necesarias para la buena salud del obrero y sus familias, como muestran los planos,
las casas se construían con una altura superior a los tres metros y con ventanas amplias que
permitieran la ventilación e iluminación del hogar. En los diseños se incluye la red de
desagüe y los excusados como elementos de la higiene personal de las familias lo, que
mejoraría la salubridad de los hogares, lo cual nos indica que estos nuevos modelos de
vivienda obrera siguieron las recomendaciones hechas sobre higiene y la calidad de vida de
la población más pobre que tuvo acceso a este tipo de vivienda, mejoró considerablemente,
solucionando en la ciudad gran parte de los problemas de salud pública que afectaban a la
población más necesitada.
De los barrios obreros se puede destacar los siguiente aspectos: Unos surgieron por
iniciativa municipal como el Primero de Mayo y otros por acción de particulares como el
barrio Antonio Ricaurte con la intención de resolver el problema de vivienda de los sectores
de más bajos ingresos, mejorando notablemente la higiene de la ciudad al combatir los
problemas de hacinamiento e higiene de la población capitalina.
116
La aparición espontanea de focos obreros por toda la ciudad fue disminuida por la
legislación urbana que reglamentaba el crecimiento de la ciudad y los barrios obreros
cumplieron la función de ensanchamiento de esta, marcando el crecimiento hacia las zonas
del sur Occidente y Nororiente, demostrando que las administraciones municipales
pensaron la ciudad a futuro.
Algo importante que se logró con los barrios para obreros y con la propuesta de vivienda
higiénica para los sectores populares, fue el ensanchamiento de la ciudad. Cabe notar que
barrios como Villa Javier, el Ricaurte, el Primero de Mayo y otros no mencionados en este
trabajo pero que valen la pena ser estudiados como el Restrepo, el Centenario y el Uribe
Uribe, se ubican en las zonas que para ese entonces, eran los extramuros de la ciudad y que
marcaban el crecimiento hacia ese sector, en el que la comunidad científica de la época
recomendaba construir vivienda obrera debido a las condiciones climáticas y geográficas
que harían prosperar este modelo de vivienda. Por estas razones, los barrios y vivienda para
obreros demuestran ser un modelo de desarrollo urbanístico innovador que buscó someter a
la ciudad a un crecimiento ordenado y planificado que daría solución a una parte de los
problemas provenientes del desarrollo urbano.
117
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Saldarriaga Alberto, Londoño Rocio, 1994 “La ciudad de Dios en Bogotá, barrio Villa
Javier. Bogotá Fundación social.
Vega Renán, 2003. Gente muy rebelde, enclaves, transporte y protestas obreras. Bogotá.
Pensamiento critico
Vega Renán, 2003. Gente muy rebelde, mujeres, artesanos y protestas cívicas. Bogotá.
Pensamiento critico
Ilustraciones
Ilustración 1. Barrio Villa Javier. Fuente: H. Darío Gomes. 2003
Ilustración 2. Casa del barrio Villa Javier. Fuente: H Darío Gómez. 2003. Las casas aún
mantienen la apariencia de las primeras edificaciones
Ilustración 3. Foto de villa Javier. Año desconocido. Fuente: Fabio Zambrano Pantoja, en: Revista
credencia de Historia octubre 1999, No 118
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