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ESPAÑA 1936
Quijotes
indomables
Casi l 500 cubanos partieron
a la península a luchar por
la libertad, por la república
y la democracia españolas
Por PEDRO ANTONIO GARCÍA
Fotos: Archivo de BOHEMIA
E
N la península ibérica se luchaba contra el fascismo y el 6 de
agosto de 1936 Pablo de la Torriente Brau anunciaba: “He tenido
una idea maravillosa: me voy a España, a la revolución española […],
en donde palpitan hoy las angustias
del mundo entero de los oprimidos.
La idea hizo explosión en mi cerebro
y desde entonces está incendiando
el bosque de mi imaginación”. Casi
un mes después, el 1º de septiembre,
desde el Ile de France, “un barco tremendo de grande” escribió a la madre “camino ya de Europa, casi llegando a Francia” y le comunicó sus
intenciones de “pasar en París unos
días. Tal vez vaya hasta Bélgica”.
En la Ciudad Luz escribió su primera crónica, ¡Des avions pour
l’Espaigne!, fechada el 10 de septiembre. Algunos testimonios insisten en
afirmar que, atravesando de barranco en barranco la escarpada y peligrosa frontera gala, Pablo llegó a
España a mediados de septiembre.
Según los apuntes en sus cuadernos
inéditos –consultados por el investigador Víctor Casaus–, el autor de
Presidio Modelo ya se encontraba
en Barcelona el 18 de septiembre.
Dos días después fechaba su primera crónica en España: Barcelona
bajo el signo de la Revolución.
El 24 de septiembre llegó de noche
a Madrid, como él mismo escribiera,
“después de varios días en Barcelona.
El viaje fue épico”. Se topó ese mismo
día con el escultor cubano Francisco
Maydagán, quien lo llevó al frente. Allí
68
Internacionalistas cubanos en España en 1937.
se abrazó con varios cubanos, quienes
residían en España cuando la asonada fascista y se habían incorporado al
ejército republicano. “Nuestra causa
Pablo la narrará como nadie”, exclamaba Moisés Raigorovsky, su antiguo
compañero de luchas en el movimiento estudiantil contra Machado.
En el frente, el 3 de octubre, encontró a Alberto Sánchez, a quien los
españoles llamaban El Comandante cubano, y a su legendaria compañera, Luna, la capitana de ametralladora. Un día después, sostuvo su
célebre duelo verbal con un cura
falangista en pleno campo de batalla. En su crónica En el parapeto,
considerada por muchos uno de sus
mejores textos escritos en España,
Pablo describió: “El escenario fue
la noche prelunar, densa aún y peligrosa… El público, los milicianos de
la Revolución española y los fascis-
tas insultadores, requetés, falangistas, guardias civiles y militares
traidores. Los aplausos, ráfagas de
ametralladoras”.
El aporte cubano
A inicios de este milenio, dos historiadoras cubanas residentes en España hicieron público su disgusto
porque en sitios relacionados con la
Guerra Civil Española había reconocimientos a la participación de
internacionalistas estadounidenses
y europeos, pero ninguno a los nacidos en la mayor de las Antillas. No
fue hasta el 21 de diciembre de 2013
que se subsanó la omisión cuando
una tarja en homenaje a los cubanos
caídos en la contienda fue develada
en el cementerio madrileño de
Fuencarral.
Según investigaciones de la historiadora María Sánchez Dotres, entre
5 de agosto de 2016
1936 y 1939 participaron del lado republicano 1 412 cubanos, aunque otros
50, cuyos expedientes no ha completado, podrían sumarse a esa cifra posteriormente. Ellos eran básicamente jóvenes de 25 a 27 años de edad y
combatieron como parte de la Brigada Internacional Abraham Lincoln y
unidades del Ejército español. De
acuerdo con la investigadora francesa Denise Urcelay-Maragnés, 130 alcanzaron el grado de oficial.
Los internacionalistas cubanos,
quienes partieron a España ante la
asonada fascista contra el legítimo
gobierno de la República y la intervención armada de la Alemania nazi
y la Italia de Mussolini en el conflicto, llegaron por diversas vías. Un
grupo (aproximadamente 850 combatientes) fue organizado en la propia
Isla por la comisión dirigida por el
comunista Ramón Nicolau. Otros
(alrededor de 355) viajaron de Estados Unidos y se integraron a la XV
Brigada Internacional Abraham
Lincoln. Un tercer grupo ya se había
formado con cubanos exiliados en
Madrid, estudiantes y otros que residían con sus padres españoles. Pero
también llegaron desde República
Dominicana, Venezuela, Centroamérica, México y países europeos, incluyendo un cubano que desertó de
la Legión Extranjera en África.
María Luisa Laffita, quien vivía
exiliada en la capital española cuando se produjo la asonada fascista, recordaría años después: “Todos los
cubanos que vivíamos entonces en
Madrid tomamos desde el primer día
las armas. Ellos llevaban fusiles, yo
una pistola. El 19 de julio de 1936 tendimos un cerco a los sublevados en
los cuarteles de Madrid y al día siguiente iniciamos el ataque al de la
Montaña”. Junto con María Luisa,
combatió su esposo, Pedro Vizcaíno,
quien testimoniaría a su vez: “Iban
con nosotros Raigorovsky, Policarpo
Candón, Alberto Sánchez… Después
de la toma del cuartel de la Montaña, nos enfrentamos a los fascistas
en Buitrago y en el canal de Lozoya.
Más tarde en Somosierra y en el caserío de Roblegordo, así como en la
sierra de Guadarrama”.
Alberto Sánchez también fue,
como María Luisa y Vizcaíno, militante de Joven Cuba, organización
fundada por Guiteras, con quien estuvo en El Morrillo, aunque pudo escapar al cerco de la soldadesca batisAño 108/No. 16
tiana. Exiliado en España, estuvo entre los cubanos asaltantes al cuartel
de la Montaña; luego, en el Quinto
Regimiento, recibió el carné de militante del Partido Comunista de España y combatió en Lozoya, Somosierra, Cascones (donde lo ascendieron
a capitán), Aravaca (ya como comandante), Alfambra (ya jefe de batallón),
Pozoblanco (jefe de brigada). En la
batalla de Brunete (del 6 al 25 de julio
de 1937), lo hirieron de gravedad. Tras
una ligera cura, retornó al campo de
batalla. El 25 de julio, arengando en la
primera línea de combate, una bomba le siega la vida.
Al teniente coronel Rodolfo de
Armas, el legendario jefe de la Centuria Guiteras, le llamaban en La
Habana Rodolfo Trompá, tal vez porque en la jornada estudiantil del 30
de septiembre de 1930, con solo 18
años, se batió a puñetazos junto a
Pablo de la Torriente, Pepelín Leyva
y otros muchos, con la Policía machadista, que tuvo que recurrir a las
armas de fuego, pues ni con cabalgaduras ni porras podían con esta muchachada. Fundador del Ala Izquierda Estudiantil, también militante de
Joven Cuba, participante activo de
la huelga de marzo de 1935 contra el
régimen de Caffery-Batista-Mendieta, De Armas se ganó en España
fama de jefe valiente. “La Centuria
Guiteras puede ser destruida pero no
se rinde”, solía decir a sus hombres.
“Recuerden, muchachos, ni un paso
atrás, caiga quien caiga”. Y en el frente de Jarama, el 23 de febrero de 1937,
defendiendo Madrid, herido en una
pierna, encabezó una acometida de
su tropa hasta que una bala le destrozó la frente.
Pablo y Policarpo
Pablo de la Torriente Brau había venido a luchar, más que a escribir, y
poco a poco el combatiente predominó sobre el periodista: “No tengo ganas de estar escribiendo mientras
ladra tanto cañón por ahí”. Y lo nombró comisario político el jefe militar
republicano Valentín González,
Campesino, “llamado así porque nació en el campo, en Extremadura.
Sus hombres lo admiran y lo quieren. Los enemigos lo odian”, como el
mismo escritor cubano aclaraba en
una de sus crónicas.
“Pablo era mi comisario político”,
afirmó Policarpo Candón en su testimonio para Juan Marinello y la revista Mediodía. “Era en verdad un
hombre único. De un dinamismo,
una energía que jamás se apartaban
de la disciplina más estrecha […]
Incansable, se pasaba el día hablándole a la tropa, aclarándole cosas,
dándole conferencias, comentándole películas revolucionarias”.
Candón comenzó de soldado el 18
de julio de 1936 y a fuerza de coraje
llegó a ser comandante de brigada.
“Mi primera labor de combatiente
fue humilde: fabricar parapetos para
atacar desde ellos el cuartel de la
Montaña […] Con un fusil que me
consiguió Raigorodsky tomé parte
en el asalto. Caído el cuartel, pedí a
mis jefes salir afuera, batir a los fascistas […] Salimos de Madrid solo
diez hombres. Unidos a otro grupo
reducido –juntos no pasábamos de
Rodolfo de Armas (izquierda primer plano) y la Centuria Guiteras.
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veinte–, tomamos Somosierra contra
un enemigo superior en número”.
Luego vendrían Roblegordo, Buitrago,
Gascones. Repetidos ascensos: capitán, comandante. Participó en la defensa de Madrid: jefe de batallón en
Pinto, La Marañosa, Useras. Ya en el
Quinto Regimiento, en Romanillos detuvo el ataque faccioso. Derrotó a los
fascistas en el frente de Jarama,
Guadalajara, Brihuega. Recibió heridas en el pecho y seguía combatiendo.
Como jefe de brigada, estuvo en la batalla de Brunete.
Muchos dentro del Ejército Republicano le consideraron el más bravo
de los internacionalistas cubanos.
Pocos conocían que, en realidad, había nacido en Cádiz en 1905 y a los tres
años lo llevaron a Cuba. Anarco-sindicalista que evolucionó hacia el marxismo, se destacó en la lucha contra
el tirano Machado.
Policarpo Candón cayó en combate el 26 de enero de 1938, en Altos
de Celada. Antes había caído Pablo
en Majadahonda, el 19 de diciembre
de 1936.
manos españoles, y más de 400 000 civiles que huían de las represalias de
los fascistas, marcharon a territorio
francés. En Cuba, la movilización popular obligó al sargento devenido general Batista y su títere de turno a
organizar su repatriación. El pueblo
los recibió como héroes, se volcó hacia el Malecón para vitorearlos y alquilaba lanchas para saludarlos mar
afuera en el barco que los traía.
“Quijote indomable, invencible”,
solía calificar el escritor Jaime Sarusky a Pablo de la Torriente Brau,
evocando al Caballero de la Triste Figura en su arista combativa, adarga
en ristre, que no envainaba la espada
mientras hubiera un entuerto por deshacer, una injusticia por combatir.
Calificativo que bien podría dársele a
los casi l 500 cubanos que partieron a
España, a la patria de Miró Argenter,
Valle Inclán, Pí y Margall, a luchar por
la libertad del pueblo español, por la
república y la democracia de ese país,
quienes vieron en aquella contienda
una prolongación de su combate por
la emancipación nacional.
De regreso a la Patria
A finales de septiembre de 1938, el
Gobierno republicano español decidió la retirada de las Brigadas Internacionales. La mayor parte de los
cubanos fueron concentrados en Barcelona y Gerona. Cuando comenzó la
batalla de Cataluña (finales de 1938)
muchos compatriotas se reincorporaron al Ejército Republicano, pero
la superioridad de los fascistas (30-1,
en aviones; 20-1 en artillería; 10-1 en
fusiles y armamentos) hizo imposible
toda resistencia. Junto con sus her70
Fuentes consultadas
Los libros Cartas y crónicas de España,
de Pablo de la Torriente Brau; Cuba y la
defensa de la República Española: 19361939, de un colectivo de autores (Cuba
1981), y La Leyenda Roja. Los voluntarios cubanos en la Guerra de España, de
Denise Urcelay-Maragnés. Los textos periodísticos Diálogo con el comandante
Candón, de Juan Marinello, y Cubanos en
la Guerra Civil Española, historia semiolvidada, de Miguel Lozano.
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Pablo de la Torriente Brau (a la izquierda), y combatiente cubano no identificado
(a la derecha).
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EFEMÉRIDES
DE SEPTIEMBRE
PRIMERA QUINCENA
1 (1961) Se inicia
en Belgrado la
Primera Conferencia del Movimiento de Países No Alineados.
ANIVERSARIO 55.
1 (1976) Inaugurada en Camagüey
la Escuela Vocacional General
Máximo Gómez. ANIVERSARIO 40.
5 (1961) Es clausurado en La
Habana el Congreso Nacional de la
Alfabetización. ANIVERSARIO 55.
7 (1976) Queda
constituido el Instituto Superior de
Ciencias Agropecuarias en San
José de Las Lajas, hoy Universidad Agraria Fructuoso Rodríguez.
ANIVERSARIO 40.
8 (1956) Llega
José Antonio Echeverría a Sri Lanka
en representación
de la FEU para
participar en la VI
Conferencia
Internacional de
Estudiantes.
ANIVERSARIO 60.
10 (1961) Terroristas contrarrevolucionarios asesinan en la capital al
obrero de 17 años Arnaldo Socorro.
ANIVERSARIO 55.
13 (1976) Constituyen el Instituto
Superior de Arte (ISA) en La Habana.
ANIVERSARIO 40.
15 (1956) La FEU
organiza una función en homenaje
a Alicia Alonso en
el Estadio Universitario ante la
decisión del gobierno batistiano de suspenderle la
subvención al Ballet de Cuba.
ANIVERSARIO 60.
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5 de agosto de 2016
16 de agosto de 1951
Chibás
E
A cargo de
PEDRO ANTONIO
GARCÍA
Fotos: Archivo
de BOHEMIA
N medio de una polémica con un ministro
del Gobierno, a quien acusa de desviar los
fondos públicos, pero no puede presentar pruebas de ello, asiste al programa dominical de
CMQ radio: “Cuba tiene reservado un grandioso destino, pero debe realizarlo... La feliz conjunción de factores naturales tan propicios a
un gran destino, unidos a la alta calidad de
nuestro pueblo, solo espera la gestión honrada de un equipo gobernante que esté a la altura de su destino histórico”. Al finalizar su
oratoria, se dispara un tiro en el costado derecho. Fallece el 16 de agosto de 1951, momento en que se le consideraba el candidato
con más posibilidades de ganar la presidencia en las próximas elecciones. Eduardo René
Chibás Ribas nace en Santiago de Cuba el 26
de agosto de 1907. Por su oposición a la tiranía machadista lo expulsan de la Universidad
en 1927 y lo envían al Presidio Modelo (1931).
Participa en la huelga de marzo de 1935 con-
tra al régimen Batista-Caffery-Mendieta y vuelve a la cárcel. Restablecida la democracia representativa, el pueblo lo elige delegado a la
Constituyente (1940), representante a la Cámara (1940-1944) y senador (1944-48 y
1950-52). Rompe con Grau (1947) ante la
corrupción de su gobierno y ese año funda el
Partido del Pueblo Cubano, Ortodoxo. De las
masas de esta organización política, sobre
todo de su sector juvenil, salen los futuros
asaltantes al Moncada y luego, muchos de los
militantes del Movimiento 26 de Julio.
9 de agosto de 1976
La Operación Cóndor contra dos cubanos
C
RESCENCIO (izquierda) y Jesús van transitando por una
calle de Buenos Aires cuando son interceptados por efectivos de la dictadura militar fascista argentina (testigos aseguran que eran unos 40), quienes actúan en complicidad
con agentes de la CIA y elementos contrarrevolucionarios de
origen cubano. Solo por una abrumadora superioridad numérica logran dominar a los cubanos. La última vez que los
ven con vida es en el garaje de Automotores Orletti (arriba),
entonces un centro de detención y torturas. Crescencio
Galañena Hernández (Yaguajay, Sancti Spíritus, 14 de septiembre de 1949) y Jesús Cejas Arias (Río Feo, Pinar del Río,
15 de octubre de 1953) han aprendido a leer y escribir en las
escuelas creadas por la Revolución en sus respectivas zonas. Crescencio logra alcanzar el quinto grado. Al ser llamado por el Servicio Militar Obligatorio (SMO), pasa directamen-
Año 108/No. 16
te al Ministerio del Interior (Minint). Dicen que le apasiona el
fútbol y el ajedrez, que dedica su tiempo libre a estudiar en la
Facultad Obrera Campesina donde cursa hasta el tercer semestre. Por su destacada labor y resultados del trabajo, es
designado como custodio de la embajada de Cuba en Argentina. Allí tiene como compañero de trabajo a Cejas, quien
pertenece al Minint desde 1969 y ha acumulado experiencia en Tropas Especiales y Seguridad Personal. “Un joven
responsable y dedicado al trabajo, con una magnífica actitud
regida por la más consciente disciplina militar y un alto sentido de la compartimentación y la discreción”, opinan de él sus
superiores. Sus nombres engrosan la larga lista de más de
nueve mil desaparecidos y/o asesinados (los organismos
de derechos humanos estiman la cifra superior a 30 mil), en
aquella larga noche sufrida por el pueblo argentino entre el
24 de marzo de 1976 y diciembre de 1983.
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