Voces y Silencios: Revista Latinoamericana de Educación, Vol. 7, No. 1, 1-3 ISSN: 2215-8421 Editorial Andrés Mejía D. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia ([email protected]) DOI: http://dx.doi.org/10.18175/VyS7.1.2016.01 Este número de Voces y Silencios: Revista Latinoamericana de Educación es, como lo podrá notar el lector, diferente de los demás en al menos dos sentidos básicos. El primero es que la sección que antes se llamaba “Otros artículos”, ahora se titula “Planteamientos”. El segundo consiste en que la cantidad de artículos publicados es mucho mayor: hemos pasado de cuatro o cinco artículos de investigación, a ocho; y de uno o ningún artículo de planteamientos, a dos. El primero de estos cambios, aunque parezca menor, corresponde a un reconocimiento importante: los artículos de la sección “Planteamientos” tienen una identidad en sí mismos, que no es simplemente la negación de lo que no es un artículo de investigación. Por lo tanto, no se trata de artículos que no cumplen con los criterios de calidad de la investigación, lo cual podría pensarse del título anterior de la sección. Más bien, positivamente, se trata de artículos que presentan formulaciones de diferentes tipos —que incluyen, entre otras cosas, diseños pedagógicos, metodológicos o administrativos que los autores ofrecen al público, mapas generales sobre las discusiones o las políticas en un determinado campo del conocimiento, o reflexiones alrededor de problemas o preguntas en un campo educativo, realizados desde elaboraciones más personales—, en las cuales sus autores entran en la discusión educativa desde lugares menos tradicionales que los artículos de investigación. Son, en este sentido, planteamientos que contribuyen de manera valiosa a la discusión sobre la configuración de nuestro campo educativo en todos sus niveles y dimensiones, con una perspectiva a la vez más personal y más abierta. El tamaño de la Revista, medido en la cantidad de artículos publicados, también constituye un cambio que parece menor, pero que en realidad es significativo. El cambio obedece, por un lado, a una consolidación de Voces y Silencios, cuyo reconocimiento se hace cada vez más amplio en el mundo de la educación en Latinoamérica. Esto ha tenido como efecto que en la actualidad recibimos muchos más artículos de los que recibíamos antes, de modo que, aunque de todos modos se ha mantenido alto el porcentaje de trabajos rechazados, podemos publicar una cantidad mayor de artículos de buena calidad. Por otro lado, hemos también empezado a adoptar con más decisión y empeño una política de apoyo a los autores de los textos que nos llegan y que consideramos que son de potencial interés por los temas o problemas que abordan y por el tratamiento que hacen de ellos, en general para las conversaciones que deberíamos tener dentro del mundo de la educación, y en Editorial 2 A. Mejía particular para nuestra Revista. Creemos que esta política ha contribuido de manera importante a fortalecer los artículos de la Revista, y en particular también ha permitido que algunos trabajos se ajusten y refinen, de modo que lleguen a niveles de calidad que nos permitan efectivamente publicarlos. Para ello, hemos mantenido los criterios regulares de evaluación de las revistas de investigación (por ejemplo, contar con al menos dos evaluaciones doblemente ciegas por parte de pares investigadores expertos en el campo), pero además hemos añadido algunos elementos adicionales. Uno de ellos consiste en hacer algunas recomendaciones de ajustes a algunos textos que consideramos que aún no están listos para ser enviados a los pares evaluadores expertos ‒pero que podrían estarlo con no mucho trabajo adicional‒, recomendaciones que elaboramos desde algunos criterios técnicos generales tanto editoriales como de investigación. En algunos casos particulares, estas recomendaciones se han transformado en un acompañamiento un poco más cercano al proceso de puesta a punto del artículo en algunos asuntos técnicos generales, tanto antes de enviarlo a los pares evaluadores como también después de recibidos los conceptos y las recomendaciones de ellos. También nos hemos preocupado por dar una retroalimentación más concreta a los autores cuyos trabajos son rechazados en cualquiera de los estadios del proceso. Hemos tratado, de todos modos, de ser muy respetuosos de los criterios de los autores y de los evaluadores, y de reconocer que nuestra experticia y nuestro conocimiento en los aspectos más específicos de los contenidos sobre los que trata un artículo son casi siempre menores que los de los autores y los de los expertos a quienes invitamos como evaluadores. El primer artículo, “Cuerpo y disciplina, orden y poder. Del Instructor Popular a los Tribunales Infantiles”, de Mariana Alvarado, hace un análisis de los lugares que tomaban la disciplina y el cuerpo en la escuela en el siglo XIX en Argentina, utilizando el intercambio epistolar de dos egresados de una escuela normal en Paraná y un programa denominado Tribunales infantiles, implementado en una escuela de Mendoza. El segundo artículo nos trae al presente colombiano de la formación en investigación de los maestros de Bogotá. “Formación posgradual en investigación y profesión docente”, escrito por Darcy Milena Barrios y José Darío Herrera, presenta los resultados de una investigación acerca de las percepciones sobre la relación entre la formación en investigación y las prácticas educativas y la profesión docente, que tienen maestros en servicio que cursan programas de posgrado. Las percepciones de los estudiantes acerca de los elementos pedagógicos desplegados en los cursos que toman son el centro del siguiente artículo. Así, “Práticas de ensino inovadoras e aprendizagem no ensino superior no Brasil: o caso de um curso de ciências contábeis”, de Felipe da Costa, Silvana Neumann Martins y Aline Diesel, describe en profundidad, analizando los puntos de vista de los estudiantes, cómo ciertas prácticas pedagógicas y didácticas permiten el desarrollo de un cierto tipo de aprendizaje que puede caracterizarse como significativo. “Aportes para la Formación Integral Universitaria: un acercamiento desde las concepciones de enseñanza de las ciencias sociales y las humanidades”, de Milton Fernando Trujillo y Sandra Gutiérrez, discute el papel de las ciencias sociales y las humanidades en la formación integral universitaria, a partir de las concepciones de profesores y estudiantes universitarios. En línea con el anterior artículo, el tema del siguiente trabajo es la enseñanza de la historia en la universidad: “Enseñar y aprender Historia a partir del análisis de fuentes históricas. Una 3 experiencia formativa en educación superior”, de Nilson Javier Ibagón. El autor aquí propone una discusión, a partir de una experiencia concreta, sobre la enseñanza de pensamiento histórico como estrategia de la enseñanza de la historia. El siguiente trabajo, “Avaliação da/na educação a distância: a desconsideração de críticas na produção acadêmica”, de Lúcia Regina Vilarinho y Sandra Martins, tiene un carácter crítico alrededor de la innovación y la investigación dentro del campo de la educación a distancia. En él, las autoras muestran que muchas de las críticas que se han hecho a la educación a distancia son aparentemente ignoradas por los artículos de investigación en el tema. “Aprendizaje Basado en Problemas para la construcción de la competencia del Pensamiento Crítico”, de Diana Marcela Sastoque, José Enrique Ávila y Silvia Lizett Olivares, examina la promoción de pensamiento crítico a través de una experiencia pedagógica con la metodología ABP. El artículo de Angélica María Díaz, “Estado del arte del español como lengua extranjera (ELE) en Bogotá: cursos de ELE que nacen y se hacen”, hace una revisión de la aparición y trayectoria del español como lengua extranjera en los diferentes cursos que se ofrecen en Bogotá, examinando sus enfoques y concepciones. El primero de nuestros planteamientos de este número, “Lo que preocupa (u ocupa) al profesor de Historia en Venezuela”, de Jorge Bracho, desarrolla una reflexión personal sobre las concepciones de enseñanza de la Historia en Venezuela, acerca tanto de su significancia como de su enseñanza. Por último, “Las políticas públicas nacionales de Colombia para la formación de educadores infantiles”, de Roberta Favaro y Antoní Navío, hace un recorrido exhaustivo por la política respecto a la formación de educadores infantiles en Colombia, mostrando que ésta se concentra en la dimensión del cuidado, dejando de lado, en gran medida, lo educativo. 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