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Gestión en el deporte. ¿Para qué se hace?
Oscar Alfredo García Carvajal. Mag.
(Colombia)
El deporte comienza a incorporar y utilizar procedimientos de gestión para dinamizar los márgenes
de incertidumbre, ante la necesidad cada vez más solicitada, de obtener resultados positivos, que
se traducen en términos benéficos. Esos beneficios se convierten en resultados económicos,
deportivos y en satisfacción de las necesidades individuales.
Para MESTRE y ORTS (2010), gestionar el deporte, es la forma más actual de comprender y atender
el Sistema deportivo y la actividad física, desde la perspectiva de quienes asumen la responsabilidad
de planificarlo, organizarlo y ofertarlo.
El deporte y la práctica física pueden analizarse desde dos enfoques, el de los participantes y el de
quienes lo posibilitan, ambos enfoques están relacionados de manera dependiente en ambas
direcciones.
Fundamentado en lo anterior, y ante la necesidad individual y social de practicar actividad física y
deporte, surge a su vez la necesidad de promoverlos. De igual manera desde la seguridad que la
actividad física es necesaria y fundamental para las personas, las entidades deportivas se están
esmerando en la captación de nuevos consumidores deportivos, y en la permanencia de quienes ya
acuden a sus instalaciones.
Así las cosas, la actividad física y el deporte entran a formar parte del sistema de la oferta y la
demanda, con la particularidad que el concepto del deporte y la actividad física ha evolucionado, en
gran parte debido a la diversidad de intereses particulares que han ido surgiendo, generando una
demanda variada con la correspondiente pluralidad en la oferta. Es importante mencionar que en
otra ocasión el proceso ha sido a la inversa, las estrategias de las empresas deportivas por
diferenciarse en el mercado, han propiciado nuevos modos de hacer actividad física, ejercicio y
deporte.
En consecuencia, y tomando como fundamento lo expresado por MESTRE y ORTS (2010), el
sistema deportivo ha tenido que incorporar los criterios de gestión en su desarrollo, para mantenerse
en una sociedad en la que el ocio está cobrando una fuerza desconocida, para atender con
satisfacción las demandas que se generan, y para resultar competitivos dentro del propio sistema
frente a los competidores. A su vez la oferta deportiva, por diversos motivos no puede abstenerse
de determinados criterios que la hagan, ante todo segura para quienes se ejercitan. Seguidamente
debe poner todo su esfuerzo en la reducción de gastos, buscando un desarrollo sostenible y un
menor impacto ambiental. Premisas que no se logran sino a través de una eficiente gestión deportiva.
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