02 OPINIÓN JUEVES juventud rebelde 16 DE JUNIO DE 2016 LA TECLA DEL DUENDE Nuestra playa tiene un ¿dueño? [email protected] Globos MI amigo y colega Jesús Jank Curbelo ya no firmará más, a partir de hoy, como estudiante de Periodismo. Su tesis, consistente en un portafolio de textos publicados en las páginas vecinas de Granma, lo catapultó con excelencia a la otra carrera, interminable, que significa el oficio de la prensa. Como Jank además de escribidor incansable es un amantísimo papá, le pedí una crónica suya para regalarla a todos los padres casi a punto de su domingo de fiesta. Es un pequeño yo con rizos rubios acuclillado en el suelo con un carro. De plástico. Un desorden en la casa. Un caos que es un caos vivaz. Es esos ojos llenos de todo lo sincero y limpio que pudiera ocurrírseme. Es hermoso. Es la articulación de las palabras que comienza a aprender. Mi niño es eso que me hace responsable. Es la masa en las manos de un artista que comienza a moldear. Juega, transcurre. Pide agua y un tete y que le abracen. Come frente a la máquina mirando Masha y el oso, encima de mis piernas. Y el regazo en mis piernas es entonces el cobijo que quiero que lo salve de todo. Y yo hago todo porque sea feliz. Mi niño es eso que deberían ser todos los niños. Los huérfanos, los mustios, los que lloran, los que trabajan, los desprotegidos, los lánguidos, los que no tienen parques, o globos, los que viven hacinados, los que quedan en las salas de parto, los delicados, los que esperan siempre. Miro a mi niño y me luce tan frágil que no puedo evitar pensar en esos que no son él. Entonces agradezco a las personas, a las circunstancias que colaboran en que hoy sea el pícaro pilluelo que es. Y lo agradezco todo. Desde las enfermeras y las seños hasta el carnicero del vecindario, que levanta el teléfono para avisarme que le llegó el pollo. Desde el que alguna vez cedió su asiento en la 27 hasta el tío que viene semanalmente y se sienta en el suelo a rodar carritos; hasta el vecino amable que me pregunta «cómo está mi chama». Y se me ocurre que todos los niños debieran tener seños, enfermeras, un carnicero, un vecino, unos tíos… Mi niño come encima de mis piernas. Se baja al suelo. Juega con pelotas, con carros plásticos, con monigotes. Luego se chupa el dedo, abraza a la madre, da diez vueltas, duerme. E irremediablemente se me ocurre que nadie debería estar tranquilo sin hacer algo mínimo, o tremendo, que contribuya al bienestar de un niño. Que haga que un niño ría antes de irse a dormir. HOLGUÍN Y LA HABANA Los ocurrentes holguineros se encontrarán este sábado, a las 10:00 a.m., para homenajear a los padres. Con igual sentir, pero a las 2:00 p.m. del propio día, nos veremos en La Habana, en La Fragua martiana. GRAFITI Papá: Todo lo que no decimos a veces habla más que los discursos. ED por YUNIEL LABACENA ROMERO [email protected] EN la semana de receso de abril mi tía se acordó mucho de algunas de las estrofas del poema Tengo, de Nicolás Guillén, y no es para menos. Fue con mis primas a una playa, muy cerca del conocido parque de diversiones Isla del Coco, en el municipio capitalino de Playa y, para su sorpresa, a la entrada del camino que conduce a ese pedazo de mar abierto, una señora cobraba un peso por acceder al lugar. Eso no es posible, fue lo primero que atiné a decirle, porque desde 1959 —y nada hasta hoy lo ha cambiado— las playas en Cuba fueron declaradas públicas. Pero la tía insistió en que a otras personas les sucedió lo mismo. La anécdota comenzó a dar vueltas en mi cabeza, y recientemente estaba cerca del lugar, para hacer algunas gestiones, y decidí comprobar la certeza del suceso. Esta vez no había nadie cobrando la entrada. Pregunté entonces a quienes disfrutaban de esa playa cerca del mediodía. Algunos dijeron que ignoraban la historia; sin se le ocurrió oponerse? Esta escena —y otras tantas narradas en estos tiempos— demuestra que truhanes, estafadores y engañadores pretenden timar allí donde falta hacer valer los derechos, o como nos canta Haila María Mompié: la mala hierba crece en las piedras sin pizca de agua… La crisis económica de estos años, con todas sus consecuencias, nos ha dejado una cosecha de pillos y pícaros que, sin regulaciones suplementarias, buscan hacer su muy particular acopio de beneficios a costa de inocentes y el «déjalo pasar». Y la verdad, esta tendencia se ha posicionado en los últimos tiempos. Ante este tipo de actitudes es que se mide el grado de conciencia ciudadana, de conocimiento y de capacidad de exigir los derechos que nos corresponden, porque lo que comienza por una manera burda de «privatizar» un pedazo de apacible playa, ¿quién sabe a cuántas grandes olas o tsunamis pudiera conducirnos? ACUSE DE RECIBO JOSÉ ALEJANDRO RODRÍGUEZ [email protected] EL pasado 29 de abril, Elgys Gallego Rivero y su esposo, Claudio Martínez, quienes residen en Agramonte 17, en Falla, municipio avileño de Chambas, transitaban en una moto por el batey La Oriental, cuando los atacó una manada de búfalos que, al parecer, estaban sin control y sin cuidado. A Elgys le ocasionó una fractura de cúbito del brazo izquierdo, y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para colocarle una varilla que debe tener durante dos meses. Pasado este tiempo, deberá entrar de nuevo al salón de operaciones para que le retiren ese dispositivo, y así comenzar su rehabilitación. Y Claudio, aunque portaba casco protector, recibió golpes en la cabeza, que le produjeron una fractura de cráneo con hemorragia subaranoidea, y por ello estuvo hospitalizado varios días en el hospital de Morón. La historia la envía Eida Gallego Rivero, hermana de Elgys, quien reside en Omoa 301 B, entre 10 de Octubre y San Joaquín, en el municipio capitalino del Cerro. Ella recalca que, según comentarios de varias personas, ese incidente ha ocurrido en otros municipios de la provincia de Ciego de Ávila, como Primero de Enero y Bolivia, con lamentables consecuencias. «Vale destacar, subraya, que se acercan las vacaciones de verano; y en Bolivia y el poblado de Punta Alegre, hay zonas de playa, a las cuales se accede por esa carretera, por donde tienen que transitar las DIRECTORA: Marina Menéndez Quintero SUBDIRECTORES EDITORIALES: Herminio Camacho DIARIO DE LA JUVENTUD CUBANA Fundado por Fidel el 21 de octubre de 1965 embargo, otros expresaron que sí había ocurrido el cobro de la entrada. ¿Cuándo?, indagué, y recordaron que en la semana de vacaciones de los muchachos. También pregunté si sabían por qué estaban cobrando, y el silencio fue la respuesta. La anécdota, digna de alerta, nos lleva a pensar que ciertos pillos están intentando hacer de las suyas en los espacios más insospechados. Y frente a ello es necesario tener muy despierta la conciencia cívica y preguntar el porqué de las cosas cuando nos parezcan extrañas o absurdas. Tenemos que plantarnos y exigir nuestros derechos ante esos desaguisados que aparecen de pronto, de la noche a la mañana, y nos dejan atónitos, porque violentan lo que es ya costumbre, tradición, o ley en Cuba. ¿Cómo es posible que a esas personas no se les haya ocurrido inquirir por qué cobraban la entrada de un pedazo de playa abierto? ¿Por qué, en vez de pagar, a nadie Eiranova, Ricardo Ronquillo Bello y Yailin Orta Rivera Yurisander Guevara Zaila SUBDIRECTOR DE DESARROLLO: Búfalos sueltos… personas, incluyendo nuestros jóvenes y niños que han terminado el curso escolar». Afirma Eida que por estos días, en el espacio Buenos días de la Televisión Cubana, el jurídico del Ministerio de la Agricultura llamaba a los campesinos dueños de animales a tomar las medidas para controlarlos, y evitar así accidentes en la vía. Además, advierte el peligro que representa, pues hay una hora del día en que los moradores del lugar no pueden salir de sus hogares, ya que temen por su vida. Y es que estos animales se convierten en los dueños de la zona y atacan a los transeúntes ocasionando lesiones fatales. Destaca, con más razón, que por esa vía transitan transporte urbano, ambulancias que trasladan enfermos hacia hospitales del municipio y fuera de él, escolares y trabajadores. «Es válido recordar que la vida de un ser humano es lo más preciado del mundo», concluye Eida. DERROCHE DE AGUA Alberto Marrero (avenida 51 y Novia del Mediodía, Arroyo Arenas, La Habana) considera que mientras falta el agua en tantos sitios de la capital y del resto del país, es inaudito que se despilfarre el líquido en una comunidad residencial de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), aledaña a su vivienda. SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO: Enrique Saínz Alonso REDACCIÓN: Territorial y General Suárez, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba. APARTADO: 6344 Cuenta que hace poco entró a ese reparto para utilizar los teléfonos públicos que allí tienen instalados, y descubrió una gran cantidad de agua estancada cerca del enclave telefónico. Al indagar con los vecinos, supo que desde hacía nada menos que ¡más de un año! estaban sufriendo esa situación, provocada por el desborde de la cisterna del reparto. La cisterna no tiene flotante y se desborda, como en muchos otros sitios de la capital. Pero la situación le resultó más alarmante al saber que en ese reparto viven varios vicerrectores, decanos y otros directivos de esa Universidad. «Esta situación persiste, añade, cuando se trata de algo tan sencillo como ponerle un flotante a la cisterna. No entiendo que una institución como la UCI, Universidad forjada al calor de la Batalla de Ideas, se permita derrochar de esa manera tan irresponsable un recurso tan sensible para la población, cuando miles de cubanos reciben el preciado líquido apenas una vez cada 15, 20 y hasta 30 días. «¿Cuántos litros de agua se han botado literalmente en el último año, cada vez que se llena esa cisterna y comienza a desbordarse? ¿Conoce la dirección de la Universidad esa situación? ¿Qué han hecho los cuadros que viven en ese reparto y pasan todos los días por delante de ese estanque de agua, cuna para criaderos de mosquitos?», reflexiona. ZONA POSTAL: La Habana 6 CP: 10600 PIZARRA: 7882-0155, 7882-0346, 7882-0789 TELÉFONO ATENCIÓN A LECTORES: 7881-8265 CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] INTERNET: www.juventudrebelde.cu ISSN: 0864-1412 Impreso en el Combinado de Periódicos Granma.
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