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I Premio de Narrativa escolar
JOSÉ MARÍA PEMÁN
Y aquí estoy yo, un sacerdote “catalán catalán”, encantado con mi nuevo estilo de
vida en el sur de España rodeado de andaluces que no paran de hablar. ¿Quién me lo iba a
decir a mí hace unos años?
Mi nombre es Jordi. Nací en Reus, la que fuera hasta principios del siglo XX
segunda ciudad por importancia de Cataluña, cuna del independentismo catalán y pese a
todo más español que el Generalísimo. Eso sí, menos que mi gran amigo José María
Pemán, tan amante de España como de su querida Mari Carmen.
A José María lo conocí en Madrid días antes de que leyera su tesis doctoral. Fue un
encuentro accidental mientras esperábamos la llegada del autobús. Sin saber cómo, surgió
entre nosotros una entretenidísima conversación que sólo la distancia la ha interrumpido a
lo largo de los muchos años que nos conocemos. Y el martes pasado tocó reanudarla.
Como todos los años en septiembre, fui al “Cerro de Santiago”, la finca de Jerez de
José María y Mari Carmen, su refugio creativo preferido, para cumplir con nuestra
tradición de festejar la vendimia tomándonos unas copas de vino fino, de Jerez
naturalmente.
Como siempre, Mari Carmen había preparado todo al milímetro. Fiel a la
costumbre, José María inició la conversación con un “¿y qué tal ese flanco noreste?”.
- “Catalunya, sin ñ, Josep. Y que sepas que el año que viene toca Reus y Cava” le
contestaba yo con acento catalán igualmente año tras año.
- “¿Qué te parece si este año hablamos de la petición de tus obispos paisanos?” –dijo José
María.
- “Sabía que me ibas a sacar el tema y vengo hoy casi tan preparado como tú. En primer
lugar, te recuerdo que soy de Reus y Reus no es lo mismo que Tarragona como Jerez no es lo mismo
que Cádiz aun siendo Cádiz también. Y en segundo, mal. Tan mal como a ti. Pretender que ser
catalán sea una condición para poder ser obispo en Cataluña es olvidarse de lo realmente importante
que es la labor apostólica que todo sacerdote, sea catalán o no, debe desempeñar en Cataluña o donde
Dios quiera. Además el roce hace el cariño y si no que me lo digan a mí un cura catalán que me
siento igual de andaluz que cualquiera de mis feligreses” –le respondí.
- “Querido Jorge. Sentirse andaluz es fácil. Sentirse tarraconense creo que debe ser algo más
complicado” –replicó en tono jocoso José María para continuar diciéndome: “Pero qué razón
llevas. Como se nota que te has ilustrado con mi artículo Adecuación Apostótica”.
I Premio de Narrativa escolar
JOSÉ MARÍA PEMÁN
- “¿Y no será al revés?” – dijo Mari Carmen.Tras un breve silencio motivado por la
sorpresiva intervención de Mari Carmen, que rara vez participaba, continuamos nuestra
conversación sobre tema varios aprovechando cualquier trago de fino para arrebatarle al
otro la palabra hasta que el pequeño de la familia apareció en el porche y la dio por
finalizada con un tajante “La cena está servida”.
María Dolores Reyes Martínez-Conradi