TE CHINO DEL FOLLAJE VERDE 210 GR. 1X24 Producto : 1033

Ponencia a presentarse en el IV Taller de Historia Intelectual
IV Taller de Historia Intelectual
Título de la propuesta: Algunas consideraciones sobre el estudio de grupos intelectuales
y proyectos político-culturales colectivos. El caso de la revista La Ciudad Futura
(1986-1998)
Tipo de trabajo: Avance de investigación
Nombre del autor: María Jimena Montaña
Pertenencia Institucional: IDES-UNGS/CHI-UNQ
Correo electrónico:
[email protected]
En este taller, nos proponemos discutir algunos de los problemas que se nos han
presentado a lo largo de la investigación al intentar abordar un proyecto político-cultural
que pese a haber tenido como centro organizador a una publicación (La Ciudad Futura),
la excedió ampliamente.
Tal como ha sido señalado por Raymond Williams (2012:181) estudiar grupos
culturales, supone serios problemas de método. En primer lugar, porque al estar
compuestos por un número relativamente pequeño, no es posible el análisis estadístico.
En segundo lugar, porque existan o no instituciones organizadas a través de las cuales
el grupo trabaja, los principios y valores que unen a sus integrantes pueden no estar
codificados en un conjunto de principios o aspiraciones expuestas en un manifiesto pese
a tener en común un cuerpo de prácticas o un “ethos” distinguible. Sin embargo, su
importancia como hecho social general, además de cultural, es enorme por lo que han
logrado y por lo que sus modos de lograrlo pueden decirnos sobre las sociedades más
amplias con las que mantuvieron relaciones. De aquí la importancia de estudiar las
relaciones reales del grupo con el sistema social en su conjunto.
Nuestra investigación se ocupa fundamentalmente la revista La Ciudad Futura
(1986-1998) en tanto epicentro de un proyecto político-ideológico colectivo destinado a
renovar y organizar el espacio de izquierda en Argentina dotándolo de una perspectiva
democrática y socialista de modo tal que, además de desempeñar una función crítica,
fuera capaz de organización y acción política. Analizada como espacio de sociabilidad y
como proyecto colectivo, la revista nos permite por un lado, conocer la dinámica del
campo intelectual y abordar la relación entre intelectuales y política en el período
estudiado (es decir, el modo particular de pensar el rol del intelectual ante los
acontecimientos políticos); y por el otro, arrojar luz sobre las particularidades de la
1
Ponencia a presentarse en el IV Taller de Historia Intelectual
construcción de un proyecto colectivo. En este caso, el modo en que se renovó la
identidad política de la izquierda con el objetivo de alcanzar una síntesis entre
socialismo y democracia que revalorizando esta última, permitiera establecer nuevos
esquemas de inteligibilidad para la construcción de sociedades democráticas en el
marco del capitalismo.
Si bien el pensamiento de izquierda no es reductible a esta sola publicación,
consideramos que la misma cumplió una función aglutinante dentro del campo
intelectual al constituirse como organizadora, catalizadora y legitimadora de formas de
agregación y prácticas político-culturales novedosas. De aquí que estudiarla en diálogo
con otras publicaciones del período, nos permitirá analizar tanto los puntos de ruptura,
reposicionamientos y tensiones al interior del pensamiento de la izquierda argentina,
como los puentes que se tendieron hacia otras tradiciones políticas en su intento de
renovación.
Ahora bien, pese a la ventaja que supone la existencia de una revista en torno a
la cual el grupo político-cultural que estudiamos trabajó e hizo manifiesto su proyecto;
al intentar acceder al programa que rigió su relación con la esfera pública -ya que tal
como ha señalado Sarlo (1990:9) las revistas son instrumentos de intervención pública
en su propio presente- se nos plantearon algunos obstáculos. Uno de los principales, fue
el problema de la heterogeneidad de sus colaboraciones (Beigel, 2003:113) y la
consecuente dificultad para desentrañar un “proyecto” y una “praxis” colectiva.
Desbordar los textos e intentar conectarlos con la conflictividad social, política y
cultural que atraviesa el emprendimiento es señalado por la autora como una de las
formas de seguir el proceso de definiciones ideológicas. La otra, supone identificar los
textos programáticos (artículos editoriales, manifiestos, separatas o secciones que
expresan las actividades o posiciones de todo el grupo) que van construyendo los ejes
del proyecto, procurando detectar los momentos de inflexión en el recorrido de la
publicación. En este último punto, tal como advierte Beigel en el artículo del que
estamos abrevando, el papel que desempeña el director del emprendimiento es central,
ya que éste suele encarnar el proyecto ocupando el lugar de portavoz y orientador del
grupo.
En el caso de La Ciudad Futura, el papel desempeñado por sus directores es
fundamental al momento de intentar definir el proyecto político que la misma encarnó.
Pese a que existen algunos artículos programáticos a cargo de miembros del Comité
Editorial, la mayor parte de los textos que procuran delinear los contornos de una
2
Ponencia a presentarse en el IV Taller de Historia Intelectual
izquierda “moderna” socialista y democrática, han sido escritos por Juan Carlos
Portantiero y José María Aricó. Esta constatación, en muchas oportunidades nos ha
llevado a enfrentarnos con aquellos que ponen en cuestión la existencia de un grupo o
bien de una identidad colectiva sustentándose en declaraciones como la de Jacques
Julliard (1987:5) que afirman que una revista puede tener una vida colectiva, pero su
alma permanece siempre individual ya que casi siempre hay un hombre que le consagra
sus ideas, su tiempo, su energía y a veces su dinero.
Efectivamente, no todos los que forman parte de una revista participan en la
misma medida ni sus intervenciones tienen el mismo grado de representatividad al
interior de la publicación o bien frente al campo político-intelectual del que revista –
junto a otras revistas- forma parte. Sin embargo, el rasgo característico de las revistas
reside en el hecho de que ella es un punto de encuentro de itinerarios individuales sobre
un credo común y la puesta en forma de un deseo de expresión colectiva (Pluet
Despatin, 1999:126). Es por ello que consideramos que atendiendo a los postulados de
Williams (2012) sobre la “Fracción Bloomsbury” en particular y las formaciones en
general a los que nos referimos en un comienzo, es posible evitar caer en la “ilusión
biográfica” sin renunciar a la idea compleja y en ocasiones problemática de que las
revistas pueden encarnar proyectos colectivos. Detectar ideas o actividades compartidas
que contribuyeron a su formación y diferenciación en tanto grupo, “estructuras de
sentimiento” más o menos difusas pero siempre colectivas.
En este punto, es pertinente señalar que aún cuando las publicaciones periódicas
tomadas como textos colectivos, nos conectan de modo ejemplar tanto con las
principales discusiones del campo intelectual de una época, como con los modos de
legitimación de nuevas prácticas políticas y culturales; al momento de adentrarnos en la
reconstrucción del proyecto político-cultural impulsado por el grupo, las revistas
prueban ser construcciones incompletas. El hecho de que la revista encarne un proyecto
político que -a su vez- la excede, obliga a que el estudio de las mismas deba ser
complementado, no sólo con las obras particulares de los portavoces del grupo, sino con
otras fuentes (tales como la correspondencia, archivos personales, entrevistas, etc.) y
fundamentalmente, con el campo de revistas en el cual se inserta1.
1
Colocar a la revista dentro de un sistema de revistas, es necesario no sólo para poder dar cuenta de los
procesos de constitución y funcionamiento del grupo que le da vida y comprender , respecto de qué otro
crea su identidad (ya que toda identidad se construye de modo relacional y supone un proceso de
homogenización interno y diferenciación externo en el que se excluye a otros); sino además, para ver
cómo se estructura el campo intelectual: “las revistas, estructuran el campo intelectual con sus
3
Ponencia a presentarse en el IV Taller de Historia Intelectual
El trabajo intelectual en el seno de una revista, contribuye a definir
ideológicamente, articular y difundir un programa político-social, pero desbordar el
texto y adentrarse en las relaciones e interacciones con otros grupos sociales e
instituciones, es lo que en última instancia permite atender a dimensiones del proyecto
que no son reductibles al espacio textual.
Concretamente, la propuesta de intervención del grupo que estudiamos requiere
entonces ser analizada atendiendo a que tal como ha señalado Altamirano (2006:115) la
actividad de los intelectuales se desarrolla en múltiples tramas o contextos. Con lo cual,
además de las comunidades creadas por los intelectuales -de naturaleza más informal en
cuanto a sus reglas- como es el caso de la revistas, también deberemos atender a
aquellos espacios institucionales propios de la intelligentsia como la universidad o los
centros académicos y a los espacios de orden general como los que establecen el Estado
o el mercado.
La Ciudad Futura fue parte de un proyecto destinado a renovar y organizar el
espacio de izquierda dotándolo de una perspectiva democrática y socialista
constituyéndose en uno de los lugares centrales de debate de las problemáticas dentro de
la izquierda. Y si bien funcionó como espacio de articulación de las distintas voces que,
partiendo del diagnóstico de que el ideal socialista y la cultura de izquierda se
encontraban en crisis, se interesaron por pensar las alternativas de la izquierda en la
Argentina y pretendieron darle alcance práctico a esa preocupación, compartió esta tarea
con el Club de Cultura Socialista (1984) creado dos años antes. La fundación del Club
inauguraba además, una nueva modalidad de relación entre intelectuales y política que
se vio complejizada con la participación de algunos de los miembros del CCS y de la
revista -fundamentalmente Juan Carlos Portantiero y Emilio de Ípola- en El Grupo
Esmeralda (llamado así por el nombre de la calle en la cual se reunía el grupo de
colaboradores no partidarios del entonces presidente Raúl Alfonsín). Sin embargo, es
necesario advertir que los vínculos con el radicalismo alfonsinista fueron a título
individual y no orgánico. Finalmente, la Universidad también debe ser señalada como
un espacio relevante de acción de estos intelectuales ya que muchos de ellos fueron
profesores universitarios que encabezaron cátedras, dictaron materias, seminarios e
mecanismos antagónicos de adhesión - por las amistades que subyacen, las fidelidades que consigue y la
influencia que ejerce- y de exclusión -por las posiciones adoptadas, los debates suscitados y las escisiones
aparecidas” (Ory-Sirinelli, 2007: 304-305).
4
Ponencia a presentarse en el IV Taller de Historia Intelectual
incluso, ayudaron a crear la naciente Facultad de Ciencias Sociales de la UBA en 1988
siendo Juan Carlos Portantiero el primer rector electo.
Como cierre de estas breves consideraciones metodológicas centradas en algunas
de las dificultades que hemos afrontado en nuestra investigación al estudiar un grupo
intelectual y la revista que este animó en tanto proyecto colectivo, quisiéramos señalar
que atender a escalas de observación múltiples así como el uso de periodizaciones
cruzadas que tensionen el mundo intelectual con el mundo político/social permitiendo
recuperar los matices y mediaciones, son modos posibles de contribuir a una reflexión
más compleja sobre la formación de grupos intelectuales y sus programas y propuestas
de intervención pública.
Bibliografía:
Altamirano, Carlos (2006). Intelectuales, Notas de Investigación, Bogotá, Ed. Norma.
Beigel, Fernanda (2003). “Las revistas culturales como documentos de la historia
latinoamericana” en Utopía y Praxis Latinoamericana, año 8, N° 20, pp. 105-115.
Julliard, Jacques (1987). “Le monde de revues au debut du siècle. Introduction” en
Cahiers Georges Sorel, N°5, pp. 3-9.
Ory, Pascal-Sirinelli, J. François (2007). Los intelectuales en Francia. Del caso Dreyfus
a nuestros días. Valencia: PUV.
Pluet-Despatin, Jacqueline (1999). “Une contribution a l’histoire des intellectuels: les
revues”, en Les Cahiers de L’ IHTP, nº 20, Marzo, número especial “Sociabilites
intellectuels : lieux, milieux, reseaux”, pp. 125-136.
Sarlo, Beatríz (1990). “Intelectuales y revistas: razones de una práctica” en Claude Fell
(dir.) Le discours culturel dans les revues latino-américaines 1940- 1970, América,
Cahiers du CRICCAL (9/10): 9-16.
Williams, Raymond (2012). Cultura y materialismo, Buenos Aires, La Marca Editora.
5