EVANGELISMO 30 de abril de 2016 Yo puedo evangelizar uando se habla de evangelismo, la mayoría de la feligresía de la iglesia piensa en aquellos pastores y laicos que recorren grandes ciudades predicando a multitudes. Muchos piensan que no son evangelistas y que nunca llegarán a serlo. Algunos desean incursionar en este aspecto ministerial y buscan la forma de prepararse tomando cursos, leyendo libros, etcétera. Pero si buscamos en la Biblia las instrucciones de Jesús a sus discípulos, podremos damos cuenta de las cualidades para llegar a ser un evangelista: «Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra» (Hechos 1: 8) De esta declaración de Jesús entendemos que los requerimientos para ser un evangelista son: Recibir el Espíritu Santo, tener el poder que da el Espíritu Santo y salir a testificar. Con estas premisas podemos damos cuenta de que ser un evangelista no es tan complicado, porque no se necesita mucha preparación intelectual, ni materiales, ni equipos. Para ser un evangelista solo necesitamos ser utilizados por el Espíritu Santo. ¿Por qué entonces hay tan pocos evangelistas? Porque muchos no han comprendido la función. No entienden que solo hay que hacer dos cosas: dejarse guiar por el Espíritu Santo y luego actuar como testigos de lo que hemos visto que Dios hace. C Esa es la clave. Dios nos llama a ser testigos. Para evangelizar solo hay que testificar. Un testigo habla de lo que ha visto, cuenta su propia experiencia. No todos los cristianos han estudiado Teología; pero, todos los verdaderos cristianos hemos sentido la gracia de Dios actuando en nuestro favor. De eso podemos hablar. Como pastor, a diario cumplo con la tarea de predicar, y tengo siempre en mente el hecho de que muchos podrán contradecir los argumentos que les presento, pero nadie podrá contradecir lo que Dios ha hecho en mi vida. En Marcos 5: 18, 19 encontramos la instrucción de Jesús a un endemoniado al que habla liberado, la cual parece confirmar lo que debemos hacer al recibir la gracia de Dios: «Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara quedarse con él. Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti"». Empiece desde hoya testificar a otros lo que Dios ha hecho por usted y llegará a ser un gran evangelista para Dios. © Recursos Escuela Sabática Pr. Mario Rondón Asociación Dominicana del Sureste Unión Dominicana
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