descarga pdf - El Diario de Coahuila

02
el diario de coahuila
domingo 13 de marzo de 2016
El Diario en la Educación
–¡Qué bien me ha quedado!
–exclamó–. Lástima que no
tenga vida. Cómo me gustaría
que mi Pinocho fuese un niño
de verdad. Tanto lo deseaba
que un hada fue hasta allí y
con su varita dio vida al muñeco.
– ¡Hola, padre! –saludó Pinocho.
– ¡Eh! ¿Quién habla? –gritó
Gepeto mirando a todas partes.
– Soy yo, Pinocho. ¿Es que
ya no me conoces?
– ¡Parece que estoy soñando! ¡Por fin tengo un hijo!
Gepeto pensó que aunque
su hijo era de madera tenía
que ir al colegio. Pero no tenía
dinero, así que decidió vender
su abrigo para comprar los libros.
Salía Pinocho con los libros
en la mano para ir al colegio y
pensaba:
–Ya sé, estudiaré mucho
para tener un buen trabajo y
ganar dinero, y con ese dinero compraré un buen abrigo a
Gepeto.
De camino, pasó por la pla-
za del pueblo y oyó:
– ¡Entren, señores y señoras! ¡Vean nuestro teatro de
títeres!
entierras tus monedas en el
Entonces, apareció el Hada
Campo de los Milagros cre- Azul.
cerá una planta que te dará
– ¿No me prometiste ir al codinero.
legio? –preguntó.
– ¿Y dónde está ese campo?
– Sí –mintió Pinocho–, ya he
Era un teatro de muñecos
– Nosotros te llevaremos – estado allí.
como él y se puso tan conten- dijo el zorro.
to que bailó con ellos. Sin emY, de repente, empezaron a
bargo, pronto se dio cuenta de
Así, con mentiras, los ban- crecerle unas orejas de burro.
que no tenían vida y bailaban didos llevaron a Pinocho a un Pinocho se dio cuenta de que
movidos por unos hilos que lugar lejos de la ciudad, le ro- le habían crecido por mentir y
llevaban atados a las manos baron las monedas y le ataron se arrepintió de verdad. Se fue
y los pies.
a un árbol.
al colegio y luego a casa, pero
– ¡Bravo, bravo! –gritaba la
Gepeto había ido a buscarle a
gente al ver a Pinocho bailar
Gritó y gritó pero nadie le la playa con tan mala suerte
sin hilos.
oyó, tan sólo el Hada Azul.
que, al meterse en el agua, se
– ¿Quieres formar parte
– ¿Dónde perdiste las mo- lo había tragado una ballena.
de nuestro teatro? –le dijo el nedas?
– ¡Iré a salvarle! –exclamó
dueño del teatro al acabar la
– Al cruzar el río –dijo Pino- Pinocho.
función.
cho mientras le crecía la nariz.
– No porque tengo que ir al
Se fue a la playa y esperó
colegio.
Se dio cuenta de que había a que se lo tragara la ballena.
– Pues entonces, toma es- mentido y, al ver su nariz, se Dentro vio a Gepeto, que le
tas monedas por lo bien que puso a llorar.
abrazó muy fuerte.
has bailado –le dijo un señor.
– Esta vez tu nariz volverá a
– Tendremos que salir de
ser como antes, pero te crece- aquí, así que encenderemos
Pinocho siguió muy con- rá si vuelves a mentir –dijo el un fuego para que la ballena
tento hacia el cole, cuando de Hada Azul.
abra la boca.
pronto:
– ¡Vaya, vaya! ¿Dónde vas
Así, Pinocho se fue a la ciuAsí lo hicieron y salieron natan deprisa, jovencito? –dijo dad y se encontró con unos ni- dando muy deprisa hacia la
un gato muy mentiroso que se ños que reían y saltaban muy orilla. El papá del muñeco no
encontró en el camino.
contentos.
paraba de abrazarle. De re– Voy a comprar un abrigo a
– ¿Qué es lo que pasa? – pente, apareció el Hada Azul,
mi padre con este dinero.
preguntó.
que convirtió el sueño de Ge– ¡Oh, vamos! –exclamó el
– Nos vamos de viaje a la peto en realidad, ya que tocó
zorro que iba con el gato–. Eso Isla de la Diversión, donde to- a Pinocho y lo convirtió en un
es poco dinero para un buen dos los días son fiesta y no hay niño de verdad.
abrigo. ¿No te gustaría tener colegios ni profesores. ¿Te
más?
quieres venir?
– Sí, pero ¿cómo? –contes– ¡Venga, vamos!
tó Pinocho.
– Es fácil –dijo el gato–. Si
Especial / EL DIARIO
H
ace mucho tiempo,
un carpintero llamado Gepeto, como se
sentía muy solo, cogió de su
taller un trozo de madera y
construyó un muñeco llamado Pinocho.