Las pruebas - Iglesia Rey de Reyes

Carpeta N°2 – LOS ENEMIGOS DEL ALMA – Lección 21: “¿Para qué sirven las pruebas?”
(Parte II)
Introducción
En las clases pasadas, estuvimos charlando acerca de la importancia de hallar la voluntad de Dios a través de
cualquier situación que nos toque atravesar, así como también encontrar el propósito de cada prueba.
También hablamos acerca de que toda circunstancia es limitada y pasajera y que todos vivimos ciertos
sentimientos que son lógicos y entendibles. Es por eso que en la clase de hoy, la última parte, aprenderemos
acerca de los pensamientos que podemos tener en momentos difíciles y cuál debería ser la actitud a tomar en
cada prueba, así como también cómo ayudar a quien está en medio de una tormenta.
1. ¿Qué pensamientos nos invaden en el momento de prueba?
a) ¿Qué me está sucediendo? Una de las cosas que debemos buscar es que el Señor nos de, por su
Santo Espíritu, entendimiento para ver las pruebas como Él las ve.
1 Pedro 4:12 nos habla de no sorprendernos de la prueba. Para el cristiano que conoce la Biblia, las
pruebas no son una cosa extraña sino parte del crecimiento espiritual. No se cuestiona si eso
ocurre porque hay debilidad espiritual; sino que se deben tomar como algo común a todo hijo de
Dios, para aceptar como algo para provecho personal.
b) “No me siento bien” En los momentos de prueba lo peor que uno puede hacer es depender de los
sentimientos. Esto puede resultar fatal. En los momentos de prueba, no dependas de las ganas o
las emociones que puedas sentir. Debes basarte y afirmarte en lo que dice la Palabra de Dios
(Mateo 24:35) y buscar tomar buenas decisiones.
c) “Me parece que Dios me ha dejado”. No inquietes tu corazón pensando que Dios te ha dejado
solo. Él está a tu lado aunque no lo sientas, ni lo veas. Recuerda que el justo por la fe vivirá
(Romanos 1:17), y que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).
d) “No tengo deseos de orar y leer la Biblia”. Los tiempos de poda divina son tiempos de espera y
quietud. El Señor nos dice: “Estad quietos” (Salmo 46:10). No tomes decisiones que arruinen lo
maravilloso que el Espíritu de Dios está gestando en tu vida. Dejar de orar regularmente y de
meditar con fidelidad diaria, pueden traer debilidad espiritual a tu vida, vulnerabilidad a cualquier
embestida de Satanás. La oración y la meditación revitalizan nuestra comunión con Dios. Cuando
oramos, nosotros hablamos con Él y cuando meditamos en su Palabra, Él habla con nosotros.
e) “En este estado, no puedo congregarme”. Hay creyentes que cuando atraviesan por pruebas, en
lugar de buscar compañía y refugio en los hermanos, prefieren aislarse hasta que pase la tormenta.
En la vida cristiana, el aislamiento es muy peligroso, es más, puede resultar mortal para la vida en
el espíritu. Dios nos ha colocado en un cuerpo espiritual donde cada miembro necesita del otro
para funcionar bien.
Ningún miembro puede vivir aislado (Hebreos 10:25). Al congregarnos recibimos bendición,
estímulo, aliento y esperanza. Si cuando atravesamos por pruebas no lo hacemos ¿qué será de
nosotros? La Biblia dice también: “Mejores son dos que uno” en Eclesiastés 4:9ª. ¿Por qué? Porque
uno ayudará al otro a no enfriarse espiritualmente y a resistir la adversidad de los tiempos.
2. ¿Qué actitud debemos tener para con el hermano o hermana que está atravesando momentos de
prueba?
Romanos 12:15 dice así: “Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran”.
La frase “llorad con los que lloran” debiera estar escrita no solo en la Biblia sino también grabada a
fuego en nuestro corazón.
¿Qué significa llorar con los que lloran? Esto se refiere a comprender la situación por la que está
atravesando el hermano o la hermana y darle compañía y amor y no pasar tiempo sermoneándolo.
Aquel que pasa por dificultades, lo primero y principal que necesita de nosotros es nuestro amor. Eso
vale mucho más que mil palabras o un sermón completo.
¡Llorad con los que lloran! Esa es la actitud que tiene el creyente maduro para con su hermano en
pruebas.
Hoy será tu oportunidad de brindar consuelo y ayuda; mañana serás tú quien recibas consuelo y ayuda.
“De gracia recibisteis (consuelo), dad de gracia (consuelo)” Mateo 10:8.
Leamos también 2 Corintios 1:3-4. Dejemos de lado la insensibilidad y demos lugar a la sensibilidad
bíblica que dice: “Llorad con los que lloran”. Rechacemos todo egoísmo y dejemos que el Espíritu Santo
nos guíe para acercarnos a alguien en medio de una prueba y poder así, consolarlo.
CONCLUSIÓN
Aquí nadie intenta negar o menospreciar lo maravilloso que es ser bendecido por Dios. Él no solo nos dice que
nos ama, sino que también suple todas nuestras necesidades. El Señor nos da su Palabra y también la confirma
con hechos concretos. Lo que se quiere recalcar es que Dios desea de nosotros una vida de crecimiento en
nuestra relación con Él.
El Señor espera de su pueblo fidelidad y estabilidad, cualesquiera que sean las circunstancias. Cualquiera sirve
a Dios por el interés de recibir algo a cambio, pero Dios espera que le sirvamos por amor a Él, por lo que ES:
¡Rey de Reyes y Señor de Señores!
Dios espera de nosotros una actitud que nos conduzca al crecimiento y la madurez espiritual, y por sobre todo
una decisión concreta de seguirlo pase lo que pase y sea lo que sea.
En Habacuc 3:17-19 dice: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto
del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los
corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi
fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar”.
La prueba es un filtro que separa lo verdadero de lo impuro, lo santo de lo profano. ¡Qué seamos hallados
cada día íntegros ante el Señor! No temamos, pues ni la más terrible tempestad podrá apartarnos de Él si lo
tenemos por sobre todas las demás cosas.
El fundamento es lo que hace que una casa esté firme (Mateo 7:24-27). El fundamento es lo único que puede
ayudar a resistir las tormentas e inundaciones de la vida. Si permanecemos en Jesucristo, nuestra roca firme,
las tormentas de la vida no nos podrán vencer, sino que nosotros saldremos de ellas siendo “MÁS QUE
VENCEDORES”
Año 2016
Iglesia “Rey de Reyes”
Pastores Claudio y Betty Freidzon