TALLER III. DIALOGO SOBRE EL GÉNERO COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL Y PERSONAL EL RETO PEDAGÓGICO El reto pedagógico consiste en promover el diálogo con los y las estudiantes orientado a deconstruir el sistema sexo/género destacando que la dotación biológica no determina el género, y que las ideas sociales sobre lo masculino y lo femenino son una construcción social, que varía de acuerdo con el contexto histórico y cultural y que se interrelaciona con la clase social, la racialización, la etnia y la generación, entre otras realidades. La construcción social del género acontece en la familia, en la escuela, en las interacciones entre los grupos de pares generacionales y en los medios de comunicación, entre otras instituciones y espacios sociales. Los contenidos particulares de las construcción social de la masculinidad y la feminidad hegemónica, acontece en nuestro medio social mediante la reproducción social de la episteme sexo/genero, del patriarcado y el machismo, contenidos culturales que inciden en la configuración de los sentidos y significados de los roles de género, las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres y las violencias entre los géneros. La episteme sexo/género, plantea que el sexo biológico con el cual nace un ser humano determina el género y es posterior a él. Esta visión esencialista y determinista del género se configura en los procesos de socialización primaria en la familia, mediante el lenguaje, los juegos infantiles considerados apropiados para los niños (carros, balones, herramientas) y para las niñas (muñecas, cocinas, maquillajes), la forma como los adultos visten a los y las bebés (vestido rosado para las niñas, azul para los niños) y a los y las infantes, entre otros. Asimismo, dicha construcción social ocurre a través de los procesos de socialización secundaria que acontecen en la escuela, mediante rituales cotidianos como el uniforme, los juegos considerados apropiados para hombres y mujeres, o los tipos de conocimientos académicos en los que aparentemente tienen mayor habilidad los hombres que las mujeres. La construcción social del género también acontece en los procesos de socialización con el grupo de pares. Por ejemplo, entre los jóvenes los significados de la masculinidad se construyen sobre la base del machismo. En las relaciones cotidianas entre hombres jóvenes en algunas escuelas predominan las actitudes agresivas, los saludos con groserías, los golpes o los empujones. Formas de violencia simbólica y física que están naturalizadas y que desde el punto de vista de algunos jóvenes es la manera de ratificar la hombría y de reforzar los vínculos de amistad. La construcción de la masculinidad también se desarrolla mediante actividades como jugar fútbol, billar, o el consumo de alcohol, la participación en fiestas, entre otras actividades. Los medios de comunicación también inciden en la construcción social de la masculinidad y la feminidad hegemónica y tiene un significativo impacto en los y las jóvenes quienes a su vez reproducen estos contenidos culturales, los re significan o se resisten a los mismos desde las culturas juveniles A través de los medios, algunos jóvenes reciben constantemente mensajes que legitiman el significado del cuerpo atractivo que se traduce en cierta presión para que hagan ejercicio físico con el fin de tener un cuerpo más “masculino”. Entre algunas mujeres el gusto por la ropa ajustada tiene el sentido de “mostrar las curvas”. Los medios también inciden en la construcción del concepto de belleza adecuada para las mujeres. Con frecuencia los jóvenes manifiestan mayor gusto por mujeres que se aproximan a las medidas estéticas idealizadas 90-60-90, aunque reconocen que este tipo de belleza no se encuentra en las mujeres que son sus amigas o novias. Las mujeres reportaron que el ideal de belleza masculino se asocia con hombres que tengan una buena presentación personal, “huelan rico” y sean musculosos. Como bien señala Carmen Sáez, la construcción de género no ocurre sólo durante la infancia y la adolescencia sino a lo largo del ciclo de vida.1 1 Sáez B., Carmen (1990). “Violencia y proceso de socialización genérica; enajenación y trasgresión, dos alternativas extremas para las mujeres”. En Violencia y sociedad patriarcal. Madrid: Editorial Pablo Iglesias. ORIENTACIONES PARA EL DIÁLOGO El género como construcción social y personal Para comprender cómo se determinan las desigualdades de género en cada sociedad es necesario considerar al sexo y al género como productos construidos socialmente y no biológicamente (Giddens, 2001).2 La primera que utiliza la categoría género fue la antropóloga norteamericana Gayle Rubin, en su concepto sistema sexo/género el cual definió como “un conjunto de disposiciones por el cual una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana” (Rubin, 1975:36), El planteamiento de Rubin apuntaba a que el sexo es moldeado por la intervención social. A partir de los años setenta, debido a la influencia del feminismo norteamericano, el género se convirtió en una categoría importante tanto en los análisis teóricos del feminismo y de las ciencias sociales como también en las prácticas políticas dando lugar a los estudios de género y la perspectiva de género. Desde mediados de los años ochenta, el género se populariza en el contexto de la 4ta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995. El género como categoría teórica ha logrado desafiar supuestos androcéntricos, el sesgo sexista de las instituciones y las relaciones sociales, y la construcción de identidades individuales enmarcadas en la masculinidad y la feminidad. Pero el problema ha sido que tanto desde el feminismo, desde las ciencias sociales y desde muchos movimientos sociales los análisis y la perspectiva de género han limitado otras complejidades porque se asume la existencia de dos sexos y dos géneros, visión dicotomía, binaria y negadora de otras realidades sexuales y genéricas. En un recorrido histórico por la categoría de género y sus diferentes sentidos académicos y políticos, Joan Scott describe las principales posturas al respecto, gestadas desde el feminismo. En términos generales, la autora plantea que la historia del pensamiento feminista es la historia de rechazo a la construcción de la relación jerárquica entre varón y mujer, en contextos específicos, y del esfuerzo por invertir o desplazar esta relación. Además plantea las tres principales posturas teóricas, desde las cuales se ha analizado el problema del género. Desde una perspectiva esencialista se plantea que la diferenciación biológica en dos sexos es la base desde la cual la sociedad define el significado de ser hombres o mujeres y sus roles sociales. Desde esta perspectiva el género es determinado por el sexo y posterior a él3. En oposición a esta idea, las posturas teóricas de tipo constructivista se oponen a la idea de “la biología como destino”. Desde estas perspectivas, el género se refiere al conjunto de ideas sociales construidas a partir de la diferencia sexual macho / hembra, que atribuye características “femeninas” y “masculinas” a cada sexo, a sus actividades y conductas, y a las esferas de la vida. Mediante el proceso de construcción del género, la sociedad configura ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres, de lo que es propio de cada sexo.4 (Lamas, 1994). En el marco de las reivindicaciones políticas de las feministas, la categoría mujer adquirió un sentido unívoco, generando la universalización y homogenización de la misma y pasando por alto las diferentes maneras de ser mujer: por ejemplo, mujer afroamericana o lesbiana, entre otras. 2 Autoras como Margaret Mead en 1935, cuestionaron la naturalización de los roles y funciones entre hombres y mujeres sin utilizar el concepto de género. En su libro Sex and temperament in Primitive, planteó la jerarquización entre hombres y mujeres y exponía su crítica al determinismo 2 biológico. En 1949, Simone de Beauvoir, en su obra “El Segundo Sexo”, pionera para el feminismo mundial, también analizó la construcción cultural de ser mujer expresada en su famosa frase: “no se nace mujer, se llega a serlo” (Beauvoir, 1987). El concepto género aparece por primera vez en las ciencias sociales en los años cincuenta en Estados Unidos en el ámbito de la psicología. Robert Stoller es quien primero lo utiliza en sus texto Sex and gender analizando las diferencias entre sexo y género en casos relacionados con transexuales para distinguir entre la identidad sexual (gender) y el sexo biológico (sex) (Friasse, 2002). En la década de los setenta el feminismo se adentra en el análisis de las estructuras sociales explicitando como las desigualdades entre hombres y mujeres no pueden explicarse por la diferencia biológica. Así se recurre a la oposición sexo y género, como una forma de analizar las relaciones entre los sexos con el fin de distinguir lo biológico y lo social rechazando así el determinismo biológico. 3Stolcke, Verena. ¿Es el sexo para el género, como la raza para la etnicidad? Madrid: Obras y Horas Editorial. 1999 4 LAMAS, Martha. Cuerpo: diferencia sexual y género. En: Debate feminista. Vol.10, (Sep.1994) p.8 Cantor propone asumir la noción de sujeto propuesta Judith Butler, según la cual, por un lado, “un sujeto es siempre producido en y por la subordinación a un orden, a reglas, normas y leyes. Ser sujeto y estar subordinado a un sistema de impedimentos son una sola y misma cosa”; y por otro lado, el sujeto es un centro de iniciativa, que actúa con libre albedrío, en la definición de sus propios modos de ser, pensar y actuar.5 Esta noción es coherente con el planteamiento de Anthony Giddens para quien el sujeto es el resultado de una construcción concomitante entre las instituciones y el individuo.6 Desde estas perspectivas, durante la primera socialización, el sujeto es construido, y a la vez se construye su identidad de género en el marco de un proceso de sujeción y dominación, a través de discursos y prácticas sociales desarrolladas al interior de algunas instituciones y espacios sociales como la familia, los amigos y el mundo del trabajo.7 La masculinidad y la feminidad hegemónica se construyen a través de los procesos de socialización primaria y secundaria. Según Luckman y Berger, la socialización primaria, es aquella en la “que el niño absorbe el mundo social en el cual está inscrito, no como un universo posible entre otros, sino como el único mundo existente y concebible”. El niño “incorpora un saber básico que junto con el aprendizaje del lenguaje conforman los procesos fundamentales de la socialización primaria”.8 Mientras que la socialización secundaria es definida como “la interiorización de submundos institucionales especializados y como la adquisición de saberes específicos y de roles relacionados con la división del trabajo”9 El concepto de socialización se refiere a un proceso biográfico de incorporación progresiva de maneras de sentir, pensar y actuar en un grupo social: se trata de la incorporación de habitus10 que se convierten en constitutivos de su modo de vida. Butler argumenta que hay varios actos que al ser repetidos crean la idea de género. Es decir, que el género llega a entenderse como natural, por medio de la repetición de una serie de actos que pueden entenderse como preformativos: como actos de poder autoritario que tiene un carácter obligatorio, como discursos sociales con poder que se repiten y que reproducen su propio poder, configurando y cimentando determinadas ideas de género. Estos actos de repetición que crean la idea de género se hacen sobre una base material, anatómica y fisiológica, y bajo los contenidos de las masculinidad y la feminidad hegemónica. Para Nancy Codorro, representante de la escuela sicoanalítica angloamericana, el género es una construcción tanto cultural como personal y, por lo tanto, los significados asociados al género están indisolublemente vinculados a procesos psicológicos. El significado social de lo masculino y lo femenino también varían en cada momento histórico y en cada contexto sociocultural, por lo tanto, no existe una sola forma de ser hombre o de ser mujer, incluso las construcciones sobre la feminidad y masculinidad tienen connotaciones diferentes de acuerdo con la clase social, la etnia, la raza y la religión de las personas11. En Colombia, estas ideas contienen variaciones y matices, de acuerdo con los contextos regionales, sociales y culturales”.12. No obstante, en nuestro contexto la construcción social y personal del género está ligada a los contenidos culturales del patriarcado y del machismo Los estudios sobre las masculinidades contribuyen a completar la perspectiva de género para convertirla en una dimensión realmente relacional. “Los estudios en torno a las masculinidades son un campo muy reciente dentro de los estudios de género. Si bien el hombre siempre ha estado presente en gran parte de la bibliografía feminista en calidad de miembro del patriarcado, es hasta hace muy poco que se genera una corriente orientada a entender a los hombres 5BUTLER, Judith. The Psyquic life of power. Theories of subjection. Stanford University Press, 1992. p.12- 17. Citada por: ERIBON, Didier. Reflexiones... Op. cit. p.16 6GIDDENS, Anthony. Las transformaciones de la intimidad: sexualidad y erotismo en las sociedades modernas. Madrid: Cátedra,1992 7 Cantor Erik. De la familia al bar y el video. Tesis de Maestría Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. p.6 8Berger, Peter L.; Luckman, Thomas (1986). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu. Ibid. p.124 9 VIVEROS, Mara. De quebradores y cumplidores. Sobre hombres, masculinidades y relaciones de género en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales, 2002. p.125 10 Ibíd. p.123 Viveros, Mara. Masculinidades Diversidades regionales y cambios generacionales en Colombia. Bogotá, D.C. 12 Cantor Erik. De la familia al bar y al video. Tesis de maestría. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. 2004 11 desde su situación y condición de género. Algunos de los autores más relevantes dan cuenta de la construcción social de la masculinidad y de la emergencia de una masculinidad hegemónica que no sólo oprime a las mujeres sino a otras masculinidades subordinadas (Cannel, 1995; Amufan, 1997; Kummel, 1997). Otro antecedente de importancia es el desarrollo de los llamados estudios gay que son representativos de los primeros hombres que empiezan a preguntarse sobre su identidad y a romper con la masculinidad hegemónica”.13 En la construcción del género durante los procesos de socialización “podemos encontrar ciertas claras ventajas para el varón, algunas de las cuales, con el tiempo y su reagudización, se pueden ir transformando en un costo para su salud (y la de las mujeres y otros hombres). Ejemplo de esto son una mayor independencia, la agresividad, la competencia y la incorporación de conductas violentas y temerarias en aspectos tan diversos como la relación con vehículos, las adicciones, las relaciones familiares y la sexualidad” “Consideramos que es importante hablar de la masculinidad en plural, es decir, hablar de masculinidades y dar cuenta de estas diversidades a partir de aspectos como la nacionalidad, la clase, la edad, la migración, la etnia, la orientación sexual, entre otros14 (Figueroa, 1998). Así, cada hombre se encuentra enclavado en un continuum en donde comparte, en grados distintos, lo común y lo diverso con otros hombres”.15 Las masculinidades y feminidades que construyen las personas transgénico, se construyen durante proceso vital de resistencia y confrontación a la norma de genero Hagenúnicas, pero que paradojamente a lo largo del ciclo vital puede reproducir algunos de los contenidos culturales de esta norma Benno de Keijzer. Hasta donde el Cuerpo Aguante: Género, Cuerpo y Salud Masculina. Artículo publicado en Cáceres et al. (2001), La salud como derecho ciudadano: perspectivas y propuestas desde América Latina, Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú. 13 Figueroa, Juan Guillermo (1998b). La soledad en la paternidad. Transcripción de conferencia dictada en el Ciesas-Golfo, Xalapa, México. Citado por Benno de Keijzer. Hasta donde el Cuerpo Aguante. P.4 14 15 Ibíd. p.3 HERRAMIENTA PEDAGÓGICA Actividad 1. Saludo y presentación. 10 minutos Actividad 2. Relajación Haciéndonos hombres, haciéndonos mujeres 20 minutos La relajación se hace para todo el grupo, se solicita a los jóvenes y las jóvenes ubicarse en una posición cómoda para desarrollar el ejercicio. Antes de iniciar con las instrucciones se coloca la música. El guión de la relajación se entrega anexo a este documento. Se solicita no hacer variaciones en la forma de realizar este ejercicio. Actividad 3. Carta íntima 15 minutos Instrucción de la carta: Se solicita a los jóvenes y las jóvenes que escriban una carta anónima narrando las emociones y los recuerdos más importantes evocados durante la relajación. La carta íntima es un instrumento que garantiza la confidencialidad y el anonimato. No debe tener ningún elemento de identificación del autor de la misma. No se lee en público. El profesional las recoleta y reporta los contenidos de las cartas que indiquen situaciones de violencia intrafamiliar, violencia sexual o ideación suicida. Las cartas se depositan en un buzón o bolsa oscura Actividad 4. Diálogos sobre el género como construcción social 25 minutos El conversatorio es un espacio abierto, en el que se espera propiciar un dialogo reflexivo, validando las preguntas, opiniones e inquietudes de los y las jóvenes, teniendo como guión general los aspectos centrales a tratar. El facilitador debe ser un mediador que motive la participación, no debe contar experiencias personales íntimas para preservar cierta distancia, Se divide el curso de estudiantes en dos grupos y pregunta ¿Cuáles son las formas de vestir de niños y niñas? ¿Cuáles son los juegos y los juguetes usados por niños y niñas? ¿Qué hace y de que hablan los hombres cuando están entre amigos? ¿Qué hacen y de que hablan las mujeres cuando están entre amigas? ¿Cuáles e la representación de los hombres y las mujeres en los libros de texto? Actividad 5. Retroalimentación 30 minutos Retome los discursos de los y las jóvenes y los elementos de las orientaciones para el diálogo con los y las jóvenes Es importante explicar que el género no está determinado por la dotación biológica y que el género es una construcción social cuyos sentidos y significados se construyen desde la primera infancia, en la escuela, en la iglesia y en los medios de comunicación, entre otras instituciones sociales. Comenté que el patriarcado y el machismo son parte de la construcción de la masculinidad y la feminidad en nuestra sociedad. Y que estas realidades también afectan a los hombres y se expresa en las riñas, los accidentes de tránsito, y en las transgresiones de género Explique la importancia de fomentar la solidaridad y la complementariedad entre hombres y mujeres Actividad 6. Naipe de la diversidad de género en otras sociedades y culturas 20 minutos Se rotaran 4 láminas tamaño ¼ de carta que representan diversas masculinidades y feminidades de acuerdo con la clase social, la etnia, la religión, la cultura, alguna situación de discapacidad, entre otros. Cada carta tendrá con una breve explicación al reverso. Las cartas se entregan a los estudiantes y ellos leen el reverso de la misma Actividad 5. Evaluación 10 minutos Solicite a los y las participantes responder de manera individual las siguientes preguntas ¿Del tema qué ideas le parecieron importantes? Explique ¿por qué? ¿Cree que el contenido y desarrollo de la sesión le aporta a su vida personal? SI___ NO___. ¿De qué manera? ANEXO 1. RELAJACIÓN Se solicita a los y las jóvenes cerrar los ojos y ubicarse en una posición cómoda. Se motiva a los participantes a hacer conciencia de la respiración, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Se les sugiere imaginar que la respiración ingresa por la nariz hasta los pulmones acompañada de una luz blanca que genera claridad y tranquilidad (es importante hacer pausas entre una instrucción y otra para permitir que cada uno procese la información). Se sugiere evocar la sensación de calidez junto con la luz. Luego la luz recorre lentamente el cuerpo empezando por la cabeza, la cara, el cuello, los hombros, el pecho, los brazos, las manos, los dedos de las manos, la espalda, el estómago, el abdomen, los genitales, los muslos, las pantorrillas, los pies y los dedos de los pies, motivando a los y las participantes a experimentar sensaciones de relajación y distensión muscular. Posteriormente, se les indica que concentren la luz en su estómago y se dispongan a realizar un recorrido por el túnel del tiempo. Es importante recordar hacer conciencia de la respiración. En ese camino por el túnel del tiempo se les indica que van a encontrarse con algunos momentos o personas con las que compartieron experiencias gratas en su vida, que este recorrido les generara seguridad y tranquilidad. Continuar respirando lentamente. En un primer momento se lleva a los participantes a evocar momentos de afecto durante su infancia, identificando quienes estaban presentes, por qué ese momento fue especial y motivarlos para que evoquen un olor particular, un color, un sabor. Luego se les motiva a recordar cómo les vestían cuando eran niños/as, qué juegos y juguetes recuerdan de manera especial, como les trataba la mamá y el papá, a que jugaba con los amigos o amigas de infancia. Si generan sentimientos de dolor es importante mencionar que, en este momento, se tiene la posibilidad de perdonar, identificando que aprendizajes trajo para su vida esta situación. En todos los casos se invita a cerrar este episodio con un abrazo o expresión de afecto. Posteriormente, se solicita evocar momentos vividos durante la pre adolescencia o la adolescencia. Se les pide recordar cuál es la pinta que más les gustaba, como fue el primer día de clase y que uniforme llevaban puesto, cuales son los juegos o las actividades preferidas entre hombres y mujeres, Si generan sentimientos de dolor es importante recordar que en este momento se tiene la posibilidad de perdonar identificando que aprendizajes trajo para su vida esta situación. En todos los casos se invita a cerrar este episodio con un abrazo o expresión de afecto. Se sugiere avanzar hasta la etapa actual. Se les pide hacer conciencia lentamente nuevamente de la luz que los acompañó, mantenerla en la recordación y sugerir reincorporarse lentamente, cada uno a su tiempo. En caso que alguno de los participantes se quede dormido, un facilitador (a) deberá acercarse cuidadosamente e intentar despertarlo a través de mencionar que debe volver aquí y ahora. Antes de cerrar se deben evocar sentimientos de satisfacción por haber tenido la posibilidad de vivir esta experiencia única y especial para ellos y ellas. Importante identificar aquellas personas que presentan dificultades para relajarse, se debe hacer la contención estableciendo contacto físico cordial con esa persona, no funciona el intentar hablar porque puede desconcentrar al resto del grupo. En caso de que la resistencia sea difícil de vencer se solicita a la persona participar respetuosamente en el proceso, manteniendo los ojos abiertos, colaborando con el silencio. La persona que dirige la relajación debe sintonizarse con la actividad, es decir, sentirse cómoda con la realización del ejercicio, estar pausada en el momento de dar las instrucciones, sentirse segura, no preocuparse por controlar que todos participen, ya que esta actividad implica un proceso individual, los integrantes del equipo de facilitadores son quienes deben apoyar en la contención de las situaciones.
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