8 de enero de 2016 Nº 94 1. L a debilidad de la r ecuper ación de los mer cados emer gentes afectar á notablemente el cr ecimiento mundial en 2016 1 2. E l hambr e: L a auténtica cr isis económica, por J er emy H obbs 4 3. L a ONU lleva al máximo nivel sus pr eocupaciones por la cr isis de r efugiados 6 4. L as consecuencias políticas de las cr isis financier as 7 5. C uatr o r iesgos geopolíticos par a la economía global, por M ar tin Feldstein 9 6. L as tr ansiciones del año 2016, por C hr istine L agar de 11 7. 4 gr andes r etos económicos de A mér ica L atina en 2016 14 8. A mér ica L atina se desaceler a a dos velocidades, por J uan M . R uiz 17 9. E l pr ecio del petr óleo y el cr ecimiento mundial, por K enneth R ogoff 18 1. LA DEBILIDAD DE LA RECUPERACIÓN DE LOS MERCADOS EMERGENTES AFECTARÁ NOTABLEMENTE EL CRECIMIENTO MUNDIAL EN 2016 El flojo crecimiento de los principales mercados emergentes afectará fuertemente el crecimiento mundial en 2016, pero la actividad económica tendrá un repunte moderado hasta alcanzar el 2,9% (frente al 2,4% registrado en 2015), a medida que las economías avanzadas cobren fuerza, según el informe Perspectivas económicas mundiales 2016, publicado en enero por el Banco Mundial. La debilidad observada simultáneamente en la mayoría de los principales mercados emergentes dificulta la posibilidad de alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza y prosperidad compartida, ya que dichos países contribuyeron enormemente al crecimiento mundial en los últimos años. Los efectos secundarios derivados de los principales mercados emergentes limitarán el crecimiento de los países en desarrollo y pondrán en peligro los logros obtenidos en los esfuerzos en reducir la pobreza, advierten los autores del informe. “Más del 40 % de la población pobre del mundo vive en países en desarrollo donde el crecimiento se desaceleró en 2015”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. "Los países en desarrollo deben concentrarse en fomentar su capacidad de recuperación ante una situación económica más endeble y en proteger a los más vulnerables. Los beneficios de las reformas de las condiciones comerciales y de gobierno pueden ser cuantiosos y podrían ayudar a compensar los efectos de la lentitud del crecimiento en las economías más grandes". 1 Pagina 2 de 20 El crecimiento económico mundial en 2015 fue inferior al previsto, debido a que la disminución del precio de los productos básicos, la debilidad de los flujos comerciales y de capital, y los episodios de inestabilidad financiera socavaron la actividad económica. La firmeza del crecimiento dependerá de la continuidad del ímpetu de los países de ingreso alto, la estabilización del precio de los productos básicos y la transición gradual de China hacia un modelo de crecimiento que se base más en el consumo y los servicios. Según los pronósticos, las economías en desarrollo crecerán un 4,8 % en 2016, menos de lo que se había previsto anteriormente, pero más del 4,3 % registrado en año que acaba de terminar. Las proyecciones indican que el crecimiento se desacelerará aún más en China, mientras que Rusia y Brasil seguirán en recesión en 2016. La región de Asia meridional, encabezada por la India, presenta un panorama esperanzador. El Acuerdo de Asociación Transpacífico, negociado recientemente, podría dar un fuerte y bienvenido impulso al comercio. “Hay una mayor divergencia de desempeño entre las economías emergentes. En comparación con lo que ocurría hace seis meses, se han incrementado los riesgos, en particular los vinculados a la posibilidad de una desaceleración desordenada en una economía emergente de importancia”, dijo Kaushik Basu, vicepresidente y economista en jefe del Grupo Banco Mundial. “Una combinación de políticas fiscales y medidas adoptadas por los bancos centrales puede ayudar a mitigar esos riesgos y respaldar el crecimiento”. Si bien es poco probable que se produzca, una desaceleración más rápida que la prevista en las grandes economías emergentes podría tener repercusiones mundiales. Entre los riesgos también cabe mencionar una posible tensión financiera durante el ciclo restrictivo iniciado por la Reserva Federal estadounidense y las crecientes tensiones geopolíticas. “Un crecimiento más sólido de los mercados avanzados compensará solo parcialmente los riesgos de que continúe la debilidad de los principales mercados emergentes“, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo Económico del Banco Mundial. “Por otra parte, se mantiene el riesgo de turbulencias financieras en una nueva era de aumento de los costos del endeudamiento”. Perspectivas regionales Asia oriental y el Pacífico: Según las proyecciones, el crecimiento de la región seguirá perdiendo impulso y será del orden del 6,3 % en 2016, frente al 6,4 % registrado en 2015, ligeramente inferior al previsto. En China, para 2016 se pronostica un crecimiento del 6,7 %, más bajo que el 6,9 % observado en 2015. El crecimiento de la región excluida China se ubicó en el 4,6 % en 2015, en líneas generales sin variación respecto de 2014, ya que la lentitud del Pagina 3 de 20 crecimiento de los exportadores de productos básicos, como Indonesia y Malasia, se vio compensada por la aceleración en Vietnam y la moderada recuperación de Tailandia. Los riesgos incluyen una desaceleración más rápida que la prevista en China, la posibilidad de nuevas turbulencias en los mercados financieros y un abrupto endurecimiento de las condiciones de financiación. Europa y Asia central: Para 2016 se proyecta un crecimiento del 3 %, más alto que el 2,1 % verificado en el año que acaba de concluir, dado que se espera que los precios del petróleo disminuyan más lentamente o se estabilicen, que la economía de la Federación de Rusia mejore y que Ucrania se recupere. Se prevé que la actividad económica de Rusia va a sufrir una contracción del 0,7 % en 2016, tras contraerse en un 3,8 % en el año que terminó. Podría reanudarse un crecimiento módico en el este de la región, que comprende Europa oriental, el Cáucaso meridional y Asia central, si se estabilizan los precios de los productos básicos. La parte occidental de la región, que incluye Bulgaria, Rumania, Turquía y los Balcanes occidentales, debería crecer moderadamente en 2016, impulsada por la recuperación de la zona euro. América Latina y el Caribe: Conforme a las proyecciones, en 2016 la región tendrá una recuperación moderada tras la recesión: la actividad económica permanecerá sin cambios después de contraerse un 0,9 % en el año recién terminado, mientras lucha contra la persistente disminución del precio de los productos básicos y los problemas internos que aquejan a las economías más grandes de la región. Sin embargo, hay diferencias entre las subregiones, y el mayor crecimiento de los países en desarrollo de América Central y del Norte y el Caribe compensará la debilidad de América del Sur. Se prevé que la recesión del Brasil continuará en 2016, pero se espera que el país vuelva a crecer en 2017. Si bien algo debilitado por los bajos precios del petróleo y las presiones fiscales conexas, se prevé que en México el crecimiento repuntará gracias a los beneficios de las reformas estructurales y el fortalecimiento de la demanda del mercado estadounidense. Oriente Medio y Norte de África: Según los pronósticos, en 2016 el crecimiento se acelerará hasta el 5,1 %, frente al 2,5 % registrado en el año que acaba de concluir, ya que la suspensión o la eliminación previstas de las sanciones económicas contra la República Islámica de Irán permitirán al país cumplir un papel más importante en los mercados mundiales de la energía. También se prevé un repunte del crecimiento de otros exportadores de petróleo, más que nada partiendo del supuesto de que los precios del petróleo se van a estabilizar. La región corre serios riesgos ante la posibilidad de que los conflictos se agraven, el precio del petróleo siga bajando y no mejoren las condiciones de vida, lo que podría provocar malestar social. Asia meridional: Con un crecimiento que, de acuerdo con las proyecciones, aumentará del 7 % en el año que acaba de concluir al 7,3 % en 2016, la región presenta una situación esperanzadora dentro del panorama de las economías emergentes y en desarrollo. La región es importadora neta de petróleo y se beneficiará de la disminución de los precios mundiales de la energía. Asimismo, debido a su integración relativamente limitada con el resto del mundo, la región es menos afectada por las fluctuaciones de crecimiento de otras economías. Se prevé que, en el año fiscal de 2016-17, la India, la economía dominante de la región, crecerá a un ritmo más rápido, del orden del 7,8 %, y Pakistán acelerará su crecimiento hasta el 4,5 %. África al sur del Sahara: Se pronostica que la región crecerá un 4,2 % en 2016, en comparación con el 3,4 % registrado en 2015, a medida que el precio de los productos básicos se estabilice. La actividad económica variará de un lugar a otro de África al sur del Sahara: el aumento del consumo seguirá siendo flojo en los países exportadores de petróleo, ya que se incrementarán Pagina 4 de 20 los costos de los combustibles, mientras que el descenso de la inflación en los países importadores de petróleo contribuirá a dar un fuerte impulso al gasto en consumo. Se prevé que Nigeria crecerá 4,6 %, después del 3,3 % registrado el año pasado, mientras que Sudáfrica tendrá un módico crecimiento de apenas el 1,4 % frente al 1,3 % del año recién terminado. Fuente: Comunicado de Prensa publicado el 06 de enero de 2016 en el portal electrónico del Banco Mundial y disponible en el sitio web: http://www.bancomundial.org/ 2. EL HAMBRE: LA AUTÉNTICA CRISIS ECONÓMICA, POR JEREMY HOBBS El hambre afecta a, aproximadamente, mil millones de personas en todo el mundo y, a medida que la crisis económica continúa, los esfuerzos por impulsar el crecimiento empeoran la situación. La crisis financiera mundial y la posterior recesión económica han dominado las mentes de los líderes económicos de la OCDE durante los últimos cuatro años. Pero una crisis más cruda y persistente evidencia el fracaso de la economía global para buena parte de los 7.000 millones de personas que viven en el planeta, y señala la necesidad de buscar una nueva forma de hablar de economía si nuestro objetivo es afrontar con éxito los retos del siglo XXI. La autentica crisis no reside en la subida o bajada de los valores y las acciones de los mercados financieros sino en los estómagos vacíos de mil millones de personas. Una crisis que desaprovecha oportunidades, frena el desarrollo y deja sin alimentos a una importante fracción de la humanidad. Por supuesto que se están haciendo esfuerzos para hacer frente al hambre en el mundo. En 2008, tras las revueltas provocadas por el aumento de los precios de los alimentos en una docena de países, los líderes mundiales prometieron emprender acciones. Los líderes del G8 acordaron en L'Aquila (Italia) que la agricultura y la seguridad alimentaria deben figurar "en el centro de la agenda internacional". Más tarde ese mismo año, el Comité de Seguridad Alimentaria (CSA) fue reformado para fortalecer los mecanismos de gobernanza del sistema alimentario mundial. Pero estos esfuerzos o bien deben aún dar sus frutos (el recién reformado CFA aún está dando sus primeros pasos) o simplemente se han reducido a promesas vacías. Tras la crisis alimentaria de 2008, los líderes del G8 se comprometieron en L'Aquila a proporcionar 20.000 millones de euros para impulsar la agricultura en los siguientes tres años. Estos fondos han resultado ser fondos reciclados de anteriores promesas o destinados a cumplir distintas promesas al mismo tiempo. Muchas de las políticas que fomentan la crisis alimentaria aún están en vigor. Por ejemplo, desde la UE o los EE.UU. aún se impulsa la producción de biocombustibles a pesar de que hay evidencias que señalan que éstos fueron la principal causa del aumento de los precios de los alimentos en 2008 y uno de los principales factores causantes de la volatilidad de los precios de los alimentos, además de contribuir a aumentar, y no a disminuir, las emisiones de carbono. Y mientras la presión sobre las personas que viven sumidas en la pobreza continúa aumentando a medida que los recursos, la tierra y el agua de los que dependen para alimentarse se han convertido en el principal objetivo de poderosos intereses, ansiosos por acceder a estos valiosos activos. Desde 2001, en los países en desarrollo hasta 227 millones de hectáreas de tierra (un área del tamaño de Europa occidental) han sido vendidas o arrendadas , en su mayor parte a inversores internacionales a quienes no sólo les interesa la tierra sino los recursos hídricos vitales a los que ésta les permite acceder. Oxfam ya ha sido testigo de como muchas de las supuestas inversiones Pagina 5 de 20 eran en realidad casos de "acaparación de recursos", dejando, a menudo, a las personas más pobres sin tierra, sin recibir compensación alguna y expuestas a la inseguridad alimentaria. El fracaso de los países desarrollados a la hora de hacer frente de forma seria al reto del calentamiento global es otro problema que se suma a la escasez de recursos. Hasta ahora, han rechazado un acuerdo climático justo que permitiría a los países pobres desarrollarse sin necesidad de hacer un uso masivo de combustibles fósiles. Mientras, la agricultura en los países en desarrollo sufre las consecuencias de unas estaciones cada vez más impredecibles y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, que afectan al suministro de alimentos a nivel global. Con un mundo reacio a emprender de manera urgente las acciones necesarias para hacer frente al cambio climático y una población mundial que se estima incremente en 2.000 millones de personas más para el año 2050, la presión sobre los recursos mundiales aumentará, así como sobre las personas más pobres del mundo, las menos capaces de salir adelante. Un estudio de investigación llevado a cabo por Oxfam en 2010 prevé que, para el año 2030, los precios de algunos alimentos básicos esenciales aumentarán a nivel internacional entre un 120 y 180%, un 50% de dicho incremento debido al cambio climático. Las soluciones a esta crisis están a nuestro alcance. En el mundo hay suficientes alimentos para que todos tengamos suficiente que comer hoy y durante las próximas décadas. Otras cuestiones son la distribución de estos alimentos y el deseo político. Ser conscientes de que vivimos en un mundo con recursos limitados nos obliga a poner la equidad en el centro del pensamiento económico global. Asimismo, estos recursos limitados nos obligan a tomarnos en serio la cuestión de la sostenibilidad, no como parte de una retórica a utilizar cada cierto tiempo sino como un elemento integrador del pensamiento económico. En vez de la igualdad, lo que vemos florecer es la desigualdad. Mientras en 2010 el número de personas que padecía hambre en el mundo aumentó hasta los 925 millones de personas, el número de millonarios aumentó un 8%, incluso en países en los que cientos de millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día. En lugar de hacer frente a la escasez de recursos, muchos gobiernos buscan simplemente restituir el crecimiento sin apenas tener en cuenta la capacidad de nuestro planeta. Las inversiones "verdes" supusieron tan sólo un 7% de los fondos destinados por el Reino Unido a estimular la economía en 2008-2009; tan sólo un 6% en España y un 3% en Japón. En lugar de lograr un acuerdo sobre el cambio climático, las negociaciones se alargan mientras la temperatura de la tierra continúa aumentando. Está claro que la actual forma de debatir y gestionar la economía no cumple con sus objetivos; es un fracaso para cientos de millones de personas y se prevé que lo siga siendo para miles de millones durante las próximas décadas. Los gobiernos han recurrido de nuevo a sus antiguas herramientas y soluciones (medidas a corto plazo y competitivas negociaciones) en lugar de adoptar un enfoque colaborativo y a largo plazo. Es necesaria una nueva economía, basada en la ética, para el siglo XXI. Una economía centrada en la equidad, que juzgue su éxito en base al cumplimento de los derechos y la preservación de los recursos. La piedra de toque de esta economía ética será el hambre y cómo lograr acabar con él. Fuente: Jeremy Hobbs es director general de Oxfam International. Este artículo de opinión fue publicado el 04 de diciembre 2015 en el portal de Oxfam International y se encuentra disponible en el sitio web: https://blogs.oxfam.org/ Pagina 6 de 20 3. LA ONU LLEVA AL MÁXIMO NIVEL SUS PREOCUPACIONES POR LA CRISIS DE REFUGIADOS La ONU ha decidido llevar al máximo nivel su preocupación por la crisis de refugiados que han ocasionado los conflictos armados de Oriente Medio y Libia con una cumbre que se espera tenga lugar en la segunda mitad de este año. La iniciativa fue planteada el pasado 20 de noviembre por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la reiteró en la rueda de prensa que ofreció el 16 de diciembre para hacer un balance anual de las actividades de la organización. Naciones Unidas apoya esta cumbre no sólo para fijar respuestas comunes sino para combatir mensajes o políticas que, en lugar de abrir puertas, las están cerrando para quienes buscan salvar sus vidas y las de sus familias por la persecución y la guerra. “Demonizar y usar como chivo expiatorio a estas personas en base a su religión, etnia o país de origen no tiene lugar en el siglo XXI”, afirmó el secretario general de la organización, que este año abandonará ese puesto. La idea de la ONU es que esta cumbre tenga lugar antes del debate general de alto nivel que celebra la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de cada año, al igual que ocurrido en ocasiones anteriores. La cumbre más reciente antes del último debate de la Asamblea General estuvo dedicada a analizar los nuevos desafíos para el desarrollo y fijar la agenda de prioridades que estará vigente hasta el 2030 y la del 2014 se centró en el cambio climático. Ahora, según Ban, se necesita “un nuevo pacto global sobre el reparto de responsabilidades” para atender a los refugiados, teniendo en cuenta, como ha venido repitiendo la ONU, que la crisis actual por ese tema es la más grave desde la II Guerra Mundial. Una solución global para hacer frente a los millones de refugiados que han generado los conflictos armados de Siria, Irak o Libia, “podría ayudar a prevenir la futura desestabilización de las naciones y regiones enteras”, sostiene Ban. Durante este año, la crisis mundial generada por los flujos de refugiados será debatida en varias reuniones internacionales. El 4 de febrero próximo, en Londres, se celebrará una conferencia internacional sobre la crisis humanitaria generada por el conflicto sirio y estará dedicada también a buscar financiación para apoyar los esfuerzos de los países vecinos. Y en mayo siguiente se realizará en Estambul una cumbre mundial humanitaria para “buscar un nuevo perfil en la agenda humanitaria internacional”, como parte de los esfuerzos que buscan también atender las necesidades de los refugiados. Los últimos datos que maneja la ONU cifran en miles de personas diarias las que están huyendo hacia Europa escapando del principal conflicto armado en Oriente Medio, el que afecta desde 2011 a Siria. Sólo en Grecia, según datos de la ONU, cada día llegan 5.000 personas escapando de la guerra en Siria. En Turquía, según sus autoridades, hay cerca de 2,5 millones de refugiados sirios e iraquíes. El año que acaba de comenzar no sólo será clave para buscar una solución global al tema de los refugiados, sino que será el último en la gestión de Ban Ki-moon, que ocupa el máximo puesto de la ONU desde el 1 de enero de 2007. Pagina 7 de 20 El proceso de selección para nombrar su reemplazo ocupará muchas reuniones dentro y fuera de la sede de Naciones Unidas durante este año, en un proceso que, según las nuevas normas aprobadas en septiembre pasado, busca garantizar la transparencia. Por primera vez en los 70 años de historia de la ONU, la Asamblea General recogerá candidaturas y podrá entrevistar a los aspirantes. La Asamblea General es el órgano más representativo de la ONU, porque forman parte de él todos los países miembros. Esa fórmula contrasta con la tradicional, marcada por conversaciones a puerta cerrada y en las que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad eran prácticamente los únicos que tenían algo que decir. El Consejo de Seguridad seguirá siendo el órgano de la ONU que recomiende un candidato, para que la Asamblea General le dé la luz verde final, pero antes de eso los aspirantes podrán explicar sus planes ante la Asamblea General. Se espera que el proceso de selección se cierre durante la segunda mitad de este año, para que el sucesor de Ban asuma el puesto el 1 de enero de 2017. La rotación que ha seguido durante décadas la ONU para la elección del secretario general indica que el próximo debiera proceder de países de Europa del Este. También existe un fuerte movimiento en los pasillos de la ONU para que, por primera vez, haya un mujer al frente del puesto más importante de Naciones Unidas. Según las propuestas públicas conocidas hasta ahora, hay dos candidaturas oficiales, la de la ministra de Exteriores croata, Vesna Pusic, y la del macedonio Srgjan Kerim, que presidió la Asamblea General de la ONU entre 2007 y 2008. Pero también se menciona con fuerza a Irina Bokova, exministra de Exteriores búlgara y actual directora general de la Unesco. Fuente: Nota informativa publicada por el Centro de Información de las Naciones Unidas en Panamá el 7 de enero de 2016 y disponible en el sitio web: http://www.cinup.org/ 4. LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LAS CRISIS FINANCIERAS No creo ser el único profesor de finanzas que al proponer a sus estudiantes temas para una monografía haya recurrido a una pregunta como: “En tu opinión, ¿cuál fue la causa principal de la crisis financiera global: demasiada intervención del gobierno en los mercados financieros o demasiado poca?”. Frente a esta disyuntiva, mi último grupo de alumnos se dividió en tres. Un tercio aproximadamente, bajo el influjo del voluptuoso atractivo de la Hipótesis del Mercado Eficiente, sostuvo que la culpa de todo la tuvieron los gobiernos, que distorsionaron los incentivos del mercado con sus erradas intervenciones (entre las que en Estados Unidos se destacan la Asociación Federal Nacional Hipotecaria y la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios, ambas con patrocinio estatal, y la Ley de Reinversión Comunitaria). Algunos incluso hicieron suyo el argumento del libertario estadounidense Ron Paul y culparon a la existencia misma de la Reserva Federal como prestamista de última instancia. Otro tercio de la clase, en el extremo opuesto del espectro político, puso en el papel del villano al expresidente de la Reserva, Alan Greenspan. Para ellos, el problema se debió a la notoria renuencia de Greenspan a intervenir en los mercados financieros, incluso cuando los niveles de apalancamiento crecían aceleradamente y los precios de los activos parecían haber perdido todo contacto con la realidad. Más en general, la tendencia desreguladora de los gobiernos occidentales permitió un descontrol de los mercados en los primeros años de este siglo. Pagina 8 de 20 El tercio restante trató de quedar bien con Dios y con el diablo, y sostuvo que los gobiernos intervinieron demasiado en algunas áreas y demasiado poco en otras. Aunque evitar así una pregunta no sirve para dar examen, puede que los estudiantes pescaran algo. Ya pasaron siete años desde la crisis; ¿qué respuesta han dado los gobiernos y los votantes en Europa y Norteamérica a esta importante pregunta? ¿Muestran sus actos que piensan que los mercados financieros necesitan controles más estrictos o, por el contrario, que el Estado debe repudiar los rescates y dejar que las empresas financieras enfrenten las consecuencias de sus propios errores? Por su retórica y sus políticas de regulación, parecería que la mayoría de los gobiernos se pasaron al tercer bando de los que están con un pie a cada lado. Es cierto que han implementado un sinfín de controles detallados, que han puesto los libros contables de los bancos bajo la lupa como nunca antes y que exigen tener la última palabra respecto de la distribución de efectivo, la designación de directores clave e incluso la descripción de responsabilidades de los miembros de las juntas. Pero también avisaron que en el futuro ni el gobierno ni el banco central intervendrán para ayudar a instituciones financieras en problemas. Ahora los bancos deben presentar a las autoridades planes anticipados de quiebra (“testamentos vitales”) que permitan un cierre ordenado sin apoyo público. Si los bancos se meten en problemas, los gobiernos se lavan las manos: se acabó la era de las instituciones “demasiado grandes para quebrar”. Tal vez esta estrategia de dos vías era inevitable, pero sería bueno que nos dijeran a que apunta. ¿Se busca un sistema en el que vuelva a mandar la disciplina de mercado, o las autoridades van a vigilar de cerca a las gerencias por tiempo indefinido? ¿Y los votantes, qué decidieron? En la primera ronda de elecciones después de la crisis, el mensaje fue claro en un sentido y confuso en otro. Los gobiernos que estaban en el poder cuando se declaró la crisis, fueran de izquierda o derecha, tuvieron que hacer las valijas y ceder el puesto a gobiernos de signo opuesto. No fue así en todos los casos (si no, véase a Angela Merkel en Alemania), pero sí en Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y otros países. Francia pasó de la derecha a la izquierda y el Reino Unido pasó de la izquierda a la derecha. Pero el veredicto de los votantes sobre sus gobiernos fue más o menos el mismo: las cosas salieron mal durante el turno de ustedes, así que se tienen que ir. Pero ahora podemos ver que se está formando una tendencia más coherente. Tres economistas alemanes, Manuel Funke, Moritz Schularik y Christoph Trebesch, acaban de publicar un fascinante estudio basado en más de 800 elecciones en países occidentales en los últimos 150 años, cuyos resultados emparejaron con 100 crisis financieras. La conclusión principal del estudio es clara: “después de las crisis financieras, hay un vuelco abrupto a la derecha. En promedio, los votos a la extrema derecha aumentan un tercio durante los cinco años inmediatamente posteriores a una conmoción bancaria sistémica”. El ejemplo más obvio y preocupante que a uno le viene a la cabeza es la Gran Depresión de los años treinta, inmediatamente posterior al derrumbe de Wall Street en 1929, pero la tendencia puede observarse incluso en los países escandinavos después de las crisis bancarias de principios de los noventa. De modo que no tiene sentido tratar de explicar, por decir algo, el ascenso del Frente Nacional en Francia por la falta de carisma personal y político del presidente François Hollande. Aquí hay en juego fuerzas mayores que su extravagante vida privada y su incapacidad para conectar con los votantes. Pagina 9 de 20 La segunda gran conclusión de Funke, Schularik y Trebesch es que gobernar se vuelve más difícil después de una crisis financiera, por dos motivos. El ascenso de la extrema derecha suele producirse en un contexto de fragmentación política, con más partidos y una proporción menor de votos al partido gobernante (sea de izquierda o derecha), lo que dificulta una acción legislativa decidida. Al mismo tiempo, se produce un súbito aumento de la movilización extraparlamentaria: se multiplican las huelgas y se vuelven más largas, y las manifestaciones son más frecuentes y numerosas. Se debilita el control público de las calles. La cantidad promedio de marchas contra los gobiernos se triplica, la frecuencia de desmanes violentos se duplica y las huelgas generales aumentan al menos un tercio. En Grecia estas cifras han aumentado hace poco. La única conclusión reconfortante de los tres economistas es que de a poco estos efectos van perdiendo fuerza. Los datos indican que después de cinco años, lo peor ya pasó. Pero no parece ser la forma en que se están dando las cosas en Europa, si pensamos en el último susto electoral en Francia, y ni hablar de Finlandia y Polonia, donde el poder ahora está en manos de populistas de derecha. Tal vez la respuesta sea que el reloj empieza a andar cinco años después de que la crisis está totalmente terminada, lo que todavía no ocurrió en Europa. Así que parece que la política seguirá complicada por algún tiempo. Y los banqueros y financistas, a quienes se acusa de provocar la crisis, seguirán en el banquillo hasta que las expectativas de estabilidad económica y financiera de los votantes estén más uniformemente satisfechas. Fuente: Howard Davies es el primer presidente de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido (1997-2003), es presidente de la Royal Bank of Scotland. Fue director de la London School of Economics (2003-11) y se desempeñó como vicegobernador del Banco de Inglaterra y el Director General de la Confederación de la Industria Británica. Este artículo de opinión fue publicado en el portal Project Syndicate el 22 de diciembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org 5. CUATRO RIESGOS GEOPOLÍTICOS PARA LA ECONOMÍA GLOBAL, POR MARTIN FELDSTEIN El cierre del año es un buen momento para considerar los riesgos que nos aguardan. Existen, por supuesto, riesgos económicos importantes entre los que se cuentan la fijación incorrecta de precios causada por una década de tasas de interés ultrabajas, los desplazamientos en la demanda provocados por el cambio en la estructura de la economía china y la persistente debilidad de las economías europeas. Pero los principales riesgos a largo plazo son geopolíticos y provienen de cuatro fuentes: Rusia, China, Oriente Medio y el ciberespacio. Aunque la Unión Soviética ya no existe, Rusia continúa siendo una formidable potencia nuclear, con capacidad para proyectar su poderío hacia cualquier parte del mundo. Por otra parte, Rusia es económicamente débil por su dependencia de los ingresos provenientes del petróleo en tiempos en que sus precios han caído dramáticamente. Su presidente, Vladimir Putin, ya advirtió a los rusos que habrá austeridad ya que el gobierno será incapaz de ofrecer los beneficios por transferencias que proporcionó en los últimos años. El riesgo geopolítico proviene de la creciente dependencia de Putin de la acción militar en el extranjero —en Ucrania y ahora en Siria— para mantener su popularidad interna haciendo uso de los medios locales de difusión (casi completamente bajo control del Kremlin) para ensalzar la importancia mundial de Rusia. Rusia también usa sus exportaciones de gas a Europa Occidental y Turquía como arma económica, aunque la reciente decisión turca de comprar gas a Pagina 10 de 20 Israel pone de relieve los límites de esta estrategia. Mientras Putin responde a este y otros desafíos, Rusia continuará siendo una fuente de incertidumbre significativa para el resto del mundo. China aún es un país pobre: su PIB per cápita es aproximadamente un cuarto del estadounidense en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA). Pero como su población es cuatro veces mayor, su PIB total equivale al de EE. UU. (en términos de PPA). Y es el PIB total lo que determina la capacidad de un país para ampliar su poderío militar, ofrecer un mercado estratégicamente significativo para las exportaciones de otros países y ofrecer ayuda a otras partes del mundo. China está haciendo todas esas cosas a una escala acorde a su PIB. Aún con las tasas de crecimiento más moderadas proyectadas para el futuro, el crecimiento del PIB chino será mayor que el de EE. UU. o Europa. China ahora está ampliando su alcance estratégico. Está reivindicando sus derechos marítimos en los mares de China Oriental y de China Meridional, que entran en conflicto con los reclamos de otros países en la región (entre ellos, Japón, Filipinas y Vietnam). En especial, China se apoya en la llamada «línea de los nueve puntos» (creada inicialmente por Taiwán en 1947) para justificar su reclamo por el mar de China Meridional, donde ha creado islas artificiales y afirmado su soberanía sobre las aguas que las rodean. EE. UU. describe la política china como «negación de área antiacceso»: un esfuerzo para mantener a la marina estadounidense alejada del continente chino y, por lo tanto, de las costas de los aliados estadounidenses en la región. También está ampliando su influencia geopolítica a través de iniciativas como el Banco Asiático de Inversión para Infraestructura, programas de asistencia en África y su plan «Un cinturón y un camino» para establecer vínculos marítimos y territoriales a través del Océano Índico y Asia Central, que se extenderán para llegar incluso hasta Europa. Los actuales líderes políticos chinos desean una relación pacífica de cooperación con EE. UU. y otros países occidentales. Pero una mirada hacia el futuro muestra que el desafío para EE. UU. y sus aliados será evitar que las generaciones futuras de líderes chinos adopten políticas que amenacen a Occidente. En Oriente Medio, gran parte de la atención del mundo se ha centrado en la amenaza que plantea ISIS a las poblaciones civiles en todo el planeta, incluidos Europa y Estados Unidos. El mayor problema en la región es el conflicto entre los musulmanes chiitas y los suníes, un cisma que se han mantenido durante más de un milenio. La mayor parte de ese tiempo y en la mayoría de los lugares los chiitas han sido discriminados —y a menudo enfrentaron violencia letal— por parte de los suníes. Por lo tanto, Arabia Saudí y otros estados del Golfo con líderes suníes perciben a Irán, la potencia regional chiita como su archienemigo estratégico. Arabia Saudí en especial teme que Irán decida ajustar viejas cuentas e intente trasladar la custodia de los sitios islámicos sagrados en La Meca y Medina a control chiita. Un conflicto entre Arabia Saudita e Irán también implicaría una lucha por las vastas riquezas petrolíferas de la península arábiga y la enorme riqueza financiera de los pequeños estados suníes como Kuwait y Catar. La última de las fuentes de riesgo, el ciberespacio, puede llegar a eclipsar dentro de poco a todas las demás, porque las fronteras y los ejércitos no tienen forma de limitarlo. Las amenazas incluyen los ataques de denegación de servicio a bancos y otras instituciones; el acceso no autorizado a registros personales en los bancos, empresas aseguradoras y agencias gubernamentales; y el espionaje industrial. De hecho, el robo generalizado de tecnología a empresas estadounidenses llevó a un reciente acuerdo entre China y EE. UU. para garantizar Pagina 11 de 20 que ninguno de sus gobiernos proveerán asistencia para el robo de tecnología para beneficiar a las empresas de sus países. Estos son temas importantes, pero no tan graves como la amenaza que presentan los programas malignos o malware a la infraestructura crítica: redes eléctricas, sistemas de tráfico aéreo, oleoductos, provisión de agua, plataformas financieras, etc. Casos recientes de malware se han atribuido a China, Irán, Rusia y Corea del Norte. Pero no es necesario que en eso participen los Estados, las personas y los actores no estatales podrían hacer uso de programas malignos contratando el talento necesario en el mercado clandestino internacional. Las armas cibernéticas son relativamente baratas (y, por lo tanto, de fácil acceso) y capaces de llegar a todo el mundo. Son las armas preferidas del futuro para atacar o extorsionar a un adversario. Y aún carecemos de la capacidad para bloquear esos ataques o identificar sus fuentes inequívocamente. Estas cuatro fuentes de riesgo constituyen un conjunto de desafío geopolíticos inusualmente grave. Al destacarlos no pretendo minimizar la importancia de otras cuestiones —como la política monetaria estadounidense, los bajos precios de las materias primas, las crisis de la deuda, etc.— que probablemente afectarán a la economía mundial el próximo año. Lo especial de estas amenazas provenientes de Rusia, China, Oriente Medio y el ciberespacio es que persistirán y amenazarán nuestro futuro económico durante muchos años. Fuente: Martin Feldstein es profesor de Economía en la Universidad de Harvard y Presidente Emérito de la Oficina Nacional de Investigación Económica, presidió el Consejo de Asesores Económicos del presidente Ronald Reagan de 1982 a 1984. Este artículo de opinión fue publicado en el portal Project Syndicate el 28 de diciembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org 6. LAS TRANSICIONES DEL AÑO 2016, POR CHRISTINE LAGARDE El ataque terrorista de noviembre en París junto con la afluencia de refugiados a Europa no son más que el síntoma más reciente de las agudas tensiones políticas y económicas en el norte de África y el Medio Oriente. Y, estos eventos de ninguna manera son hechos aislados. Existen, también, conflictos en apogeo en otros lugares; y, hay cerca de 60 millones de personas desplazadas en todo el mundo. Además, el año 2015 está en camino de ser el año más caluroso de la historia, con un fenómeno de El Niño extremadamente fuerte que ha dado lugar a catástrofes relacionadas con el clima a lo largo del Pacífico. Y, la llegada de la normalización de las tasas de interés en Estados Unidos, junto con la desaceleración de China, está contribuyendo a una mayor incertidumbre y volatilidad de la economía mundial. De hecho, ha habido una fuerte desaceleración en el crecimiento del comercio mundial; y, la caída de los precios de las materias primas plantea problemas para las economías basadas en recursos naturales. Una de las razones para que la economía mundial esté tan lenta es la estabilidad financiera aún no está asegurada, a pesar de que ya transcurrieron que siete años desde del colapso de Lehman Brothers. En muchos países persisten aún debilidades en el sector financiero – y, los riesgos financieros están creciendo en los mercados emergentes. La sumatoria de todo esto lleva a que el crecimiento mundial en el año 2016 vaya a ser decepcionante y desigual. Las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de la economía mundial también se han debilitado, porque el crecimiento potencial se ve frenado por un nivel Pagina 12 de 20 de productividad bajo, poblaciones que envejecen, y los legados de la crisis financiera mundial. El alto endeudamiento, el bajo nivel de inversiones y bancos débiles continúan constituyéndose como una carga para algunas economías avanzadas, especialmente en Europa; y muchas economías emergentes siguen enfrentándose a los ajustes posteriores a su auge crediticio y de inversión postcrisis. Este panorama se ve fuertemente afectado por algunas de las principales transiciones económicas que están creando efectos de derrame y efectos de retorno de derrame a nivel mundial, en especial la transición de China a un nuevo modelo de crecimiento y la normalización de la política monetaria de E.E.U.U. Ambos desplazamientos son necesarios y saludables. Son buenos para China, buenos para EE.UU., y buenos para el mundo. El desafío es gestionarlos de la mejor y más eficiente forma posible. China ha puesto en marcha profundas reformas estructurales para elevar los ingresos y los estándares de vida, está en la búsqueda de una “nueva normalidad” con un crecimiento más lento, más seguro y sostenible que se fundamente más en los servicios y menos en la manufactura y las inversiones que requieren un uso intensivo de materias primas. Pero las autoridades de China están enfrentando un delicado acto de equilibrio: necesitan implementar estas reformas difíciles y, al mismo tiempo, deben preservar la demanda y la estabilidad financiera de su país. El pasado verano se sintió un efecto de derrame de esta transición cuando los temores de los inversionistas sobre el ritmo de desaceleración de la economía china pusieron aún más presión sobre los mercados de materias primas y provocaron importantes depreciaciones del tipo de cambio en una serie de países exportadores de materias primas que dependen de la demanda china. A medida que China invierta menos, su apetito por materias primas se reducirá – y, cabe mencionar, por ejemplo, que China consume en la actualidad el 60% de mineral de hierro del mundo. Esto contribuirá a lo que podría ser un período prolongado de precios bajos de las materias primas, mismo que los formuladores de políticas tendrán que gestionar cuidadosamente – sobre todo en países que son grandes exportadores de materias primas, como por ejemplo Australia y Brasil. La segunda transición importante es la relacionada con la decisión de la Reserva Federal de elevar las tasas de interés. A pesar de que la Fed ha indicado claramente que se espera que las tasas se mantengan bajas durante algún tiempo, esta transición refleja la existencia de mejores condiciones económicas en EE.UU., lo que también es bueno para la economía mundial. Las bajas tasas de interés contribuyeron a una búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores, que apoyaron la toma de riesgos financieros y las valoraciones más altas de los instrumentos de renta variable, los bonos soberanos, y el crédito corporativo. Por lo tanto, la Fed, también, se enfrenta a un delicado acto de equilibrio: normalizar las tasas de interés y, al mismo tiempo, reducir al mínimo el riesgo de perturbaciones en los mercados financieros. Hay, también, posibles efectos de derrame en esto. Incluso antes del aumento de las tasas de interés en EE.UU. en el mes de diciembre, la perspectiva de una política monetaria más restrictiva ya había contribuido al aumento de los costos de financiación para algunos prestatarios, incluyéndose entre ellos a las economías emergentes y en desarrollo. Esto es parte de un necesario ajuste de las condiciones financieras a nivel mundial. El proceso, sin embargo, podría ser complicado por los cambios estructurales en los mercados de renta fija, mismos que se han tornado en menos líquidos y más frágiles – y, esa es una receta que lleva a perturbaciones y reacciones exageradas en los mercados. Pagina 13 de 20 Hacia afuera de las economías avanzadas, los países están generalmente mejor preparados para hacer frente a tasas de interés que son más altas en comparación con las del pasado. Y, sin embargo, estoy preocupada por su capacidad para amortiguar los shocks. Muchas economías emergentes y en desarrollo respondieron a la crisis financiera mundial dictando audaces medidas anticíclicas, tanto fiscales como monetarias. Mediante el uso de estos amortiguadores de políticas, fueron capaces de liderar la economía mundial en su momento de necesidad. Y, durante el transcurso de los últimos cinco años, estas economías han dado cuenta de casi el 80% del crecimiento mundial. Sin embargo, estas iniciativas en cuanto a políticas estuvieron generalmente acompañadas por un aumento en el apalancamiento financiero en el sector privado, y muchos países incurrieron en más deuda – y, una porción importante de dicha deuda se constituyó en dólares estadounidenses. Consiguientemente, el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y un dólar más fuerte podrían dejar traslucir descalces de monedas, lo que conduciría a moratorias corporativas – y a un contagio vicioso que se extienda a los bancos y a los Estados soberanos. Y, no obstante, sabemos que los riesgos bajistas de estas transiciones se pueden gestionar mediante el apoyo a la demanda, la preservación de la estabilidad financiera y la aplicación de reformas estructurales, La mayoría de las economías avanzadas, a excepción de la de EE.UU. y, posiblemente, la del Reino Unido, seguirán necesitando de políticas monetarias acomodaticias. Todas las economías avanzadas, sin embargo, deben incorporar de manera plena los riesgos de los efectos de derrame en su toma de decisiones y deben garantizar que sus comunicaciones sean claras en este sentido. La eurozona, entretanto, puede mejorar sus perspectivas al ponerse a trabajar de manera decidida en los préstamos en mora que ascienden a un valor aproximado de 900 mil millones de euros – uno de los principales legados no resueltos de la crisis financiera. Hacer esto permitiría que los bancos aumenten la oferta de crédito disponible para empresas y hogares, y que de esa forma se incremente la potencia de la acomodación monetaria, lo que a su vez mejoraría las perspectivas de crecimiento y reforzaría la confianza en el mercado. Las economías emergentes necesitan mejorar la monitorización de la exposición de las principales empresas al riesgo cambiario. También deben garantizar la estabilidad financiera mediante el uso de herramientas macroprudenciales para fortalecer la capacidad de resistencia y flexibilidad de los bancos ante la acumulación de deuda externa y de apalancamiento corporativo. A nivel mundial, existe una necesidad apremiante de completar y poner en práctica el programa de reforma regulatoria – con un enfoque especial en la mejora de la transparencia y la supervisión de las entidades no bancarias, o bancos en las sombras. Y, del mismo modo, tenemos otra tarea importante por delante: mejorar la calidad del aún inadecuado marco de resolución para entidades financieras sistémicas y activas mundialmente. Por el lado fiscal, los países deben utilizar políticas que sean, dentro de lo posible, lo más flexibles y favorables al crecimiento. El Fondo Monetario Internacional sigue recomendando que las economías avanzadas que tienen un margen para estímulos fiscales lo utilicen para impulsar la inversión pública, especialmente en infraestructura de calidad. Los planes fiscales creíbles a medio plazo también continúan siendo una prioridad, especialmente para EE.UU. y Japón. Los países exportadores de materias primas que tienen un margen para maniobras de políticas fiscales deben utilizar dicho margen para suavizar su ajuste a los precios más bajos. Otros países Pagina 14 de 20 deben depender de un reequilibrio fiscal favorable al crecimiento – por ejemplo, mediante la aplicación de reformas fiscales y a los precios de la energía, y la fijación de nuevas prioridades de gasto, incluyéndose entre ellas la protección de los más vulnerables. Los países exportadores de materias primas, como ser Chile, Colombia, Noruega, y Botsuana utilizaron el auge de las materias primas para fortalecer sus marcos fiscales frente a los shocks. Esto les ha dado un mayor control sobre el ritmo de ajuste fiscal necesario, lo que a su vez les permite mantener el crecimiento. Esta es una lección útil para otros. Por último, todos los países necesitan mejorar la calidad de sus estructuras económicas mediante la reforma de sus mercados de trabajo y de productos, sus infraestructuras, sus sistemas de salud y educación, y sus políticas de comercio exterior. La implementación, por supuesto, requiere de la hábil y perspicaz formulación de políticas, sobre todo en esta fase de menor crecimiento y mayor incertidumbre. Y, dada la naturaleza colectiva de muchos de los temas involucrados – como ser el cambio climático, el comercio exterior, la migración, y la red de seguridad financiera mundial – una mayor cooperación internacional es más urgente y más esencial que nunca. Me alegré de ver que este espíritu trascendió en la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el mes de septiembre pasado, y, nuevamente dicho espíritu se hizo presente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en París este mes de diciembre. Asimismo, la crisis de los refugiados en el Medio Oriente y Europa no es sólo un asunto humanitario; es también un asunto económico que afecta a todos. Y, todos tenemos la obligación de ayudar. Sí, es verdad que los desafíos que enfrenta el mundo en el año 2016 son grandes. Pero, con las políticas, la cooperación y el liderazgo correctos, podemos gestionarlos en beneficio de todos nosotros. Fuente: Christine Lagarde es el Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Anteriormente se desempeñó como ministro de Finanzas de Francia a partir de 2007-2011 y en 2009 fue nombrada por el Financial Times como la mejor ministra de Finanzas de la zona euro. Este artículo de opinión fue publicado en el portal Project Syndicate el 05 de enero de 2016 y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org 7. 4 GRANDES RETOS ECONÓMICOS DE AMÉRICA LATINA EN 2016 El panorama de la economía mundial no es promisorio. El de la región tampoco. La CEPAL calcula que en 2015 las economías de América Latina experimentaron un retroceso del 0,4% y que solo crecerán un 0,2% en 2016. Al igual que la CEPAL, centros privados de análisis e inversores señalan que el complicado panorama mundial está golpeando duramente a la región. En 2016 la economía global crecerá al mismo ritmo que en 2015: alrededor de un 2,4%. China, fundamental para muchos países de la región, crecerá en el mejor de los casos un 7%, mucho menos que en la época del boom. Según Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, no habrá cambios en este desafavorable escenario internacional. "Esta tendencia persistirá en el mediano plazo. América Latina tendrá que buscar vías alternativas de crecimiento económico", señaló a BBC Mundo. Pagina 15 de 20 En este sentido será decisiva la respuesta de la región a cuatro retos: las materias primas, las tasas de interés en Estados Unidos, la desaceleración global y la incertidumbre política. Materias primas Entre enero de 2011 y octubre de 2015 la caída de los precios de los metales y de la energía (petróleo, gas y carbón) fue cercana al 50% mientras que los alimentos disminuyeron un 30%. Si el foco se concentra en 2015 se ve que los productos energéticos experimentaron una caída en torno al 24%, los metales un 21% y los productos agrícolas un 10%. Este panorama entorna la puerta a una salida clásica para las crisis: las exportaciones. "Hay desafíos a mediano plazo como el de hacer un cambio estructural para producir manufacturas con más valor agregado. Pero a corto plazo necesitamos una política fiscal activa y un estímulo a la inversión", señala Titleman. Potenciar la producción y el consumo interno como alternativas a la exportación requiere una política crediticia que favorezca el desarrollo. Brasil es un ejemplo de los problemas en ese ramo. En octubre la tasa de interés para los préstamos al consumo superó el 45% de promedio mientras que para las empresas el costo promedio está por encima del 30%. Tasas de interés de Estados Unidos El anuncio de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, el pasado 16 de diciembre no dejó dudas. El alza de la tasa de interés fue mínima - 0,25% - pero el mensaje inequívoco: en 2016 continuaría. La Unidad de Inteligencia (EIU) del semanario británico "The Economist" calcula que en los próximos 12 meses se elevará cada trimestre un 0,25% y que rondará el 1,37% en diciembre próximo. Según Mike Jakeman, analista global del EIU, será un proceso gradual. "Yellen será muy flexible y abierta a cambios en caso de que el impacto sea fuerte, no solo en Estados Unidos sino en mercados emergentes", señaló a BBC Mundo. A partir de 2013 la mera posibilidad de un aumento produjo turbulencias en los mercados emergentes con devaluaciones y bruscas alzas de la tasa de interés para evitar una fuga de capitales. Esta volatilidad llevó a una retracción de los capitales que salieron de la región para buscar plazas más seguras en los países desarrollados, comportamiento tradicional en estos casos, como se ha visto desde la crisis de la deuda de los 80 en adelante. Según Titelman la respuesta variará de acuerdo a los países. "Algunos tendrán que aumentar sus tasas de interés en línea con la Reserva Federal. Es el caso de México. Otros tendrán que devaluar su moneda. Un factor positivo es que el aumento de las tasas de interés ya estaba bastante internalizado por el mercado por lo que el impacto es menor", indicó a BBC Mundo. Desaceleración económica mundial El comercio es uno de los termómetros de la salud economica mundial. En los primeros nueve meses de 2015 registró el crecimiento más bajo desde el estallido financiero de 2008: un 1,5%. Pagina 16 de 20 La CEPAL calcula que en 2016 crecerá un 2,5%, nuevamente por debajo del crecimiento económico mundial. Michael Ivanovitch, director ejecutivo de la financiera global MSI, señaló a BBC Mundo que ninguno de los países que podría cambiar esta tendencia tomará los pasos necesarios para hacerlo. "Estados Unidos no tiene mucho margen debido a su déficit fiscal y su deuda. Alemania tiene ese espacio, pero está encerrado en una política de austeridad que está ahogando a la Eurozona. China tendría más posibilidades, pero no se puede esperar algo similar a lo que sucedió en la crisis de 2008-2009", indicó a BBC Mundo. Si el comercio no es la vía del crecimiento, si la inversión financiera puede quedar comprometida por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, la alternativa es el consumo interno. La bonanza que comenzó a principios de siglo permitió una reducción de la pobreza a la mitad en América Latina, logro que, además de social y humano, tiene un fuerte significado económico: unos 200 millones de consumidores con mayor poder adquisitivo. Según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la desaceleración económica regional es un peligro para este sector. En este contexto la CEPAL rescata la importancia económica del gasto social. "Es indispensable ver la composición del gasto fiscal para privilegiar la inversión pública y el gasto social", indicó Titleman a BBC Mundo. Enigmas políticos Tres de las economías más fuertes de América Latina se encuentran en medio de un complicado proceso político. En la primera economía regional, Brasil, la crisis empezó al otro día de la ajustada victoria electoral de Dilma Roussef a fines de un 2014. En 2015 la crisis se agudizó de la mano del escándalo de Petrobras y la compleja madeja política del Brasil. El impasse político terminó por hacer naufragar el programa de austeridad que impulsaba el ahora ex ministro de finanzas Joaquim Levy, sustituído en diciembre por quien fuera su ministro de planificación, Nelson Barbosa. Los problemas que deberá enfrentar son los mismos: alto déficit fiscal, contracción económica y caída de las exportaciones. Más allá de los méritos de su propuesta, el interrogante básico es si logrará sortear los obstáculos políticos que empantanaron el accionar de su predecesor. En Mercosur Los problemas de Brasil han impactado al resto del Mercosur, en particular a Argentina, que vio como la demanda de su principal socio comercial disminuía al ritmo de su contracción económica. Con la asunción el 10 de diciembre de Mauricio Macri el país dio un fuerte viraje hacia un modelo de apertura de las barreras comerciales y financieras y eliminación de impuestos. Al mismo tiempo, el macrismo se comprometió a mantener las conquistas sociales del Kirchnerismo. Pagina 17 de 20 Conjugar ambas agendas será complicado. Venezuela plantea un interrogante aún más crítico. En medio de una fuerte crisis económica, ¿es posible la convivencia entre el chavismo en el gobierno y una oposición con mayoría legislativa por primera vez en 16 años? El fantasma de un choque institucional entre el legislativo y el ejecutivo está en el aire. Con precios internacionales del petróleo planchados, déficit fiscal de dos dígitos y alta inflación, se ve el devastador potencial que puede tener la crisis política sobre la económica. Brasil, Argentina y Venezuela no agotan los problemas políticos de la región, pero el tamaño de sus economías y los retos que enfrentan, los convierten en uno de los grandes enigmas que condicionará el crecimiento de América Latina. Fuente: Nota informativa publicado en el portal de la BBC Mundo el 01 de enero de 2016 y disponible en el sitio web: http://www.bbc.com/ 8. AMÉRICA LATINA SE DESACELERA A DOS VELOCIDADES, POR JUAN M. RUIZ Los vientos de popa que ha disfrutado América Latina en los diez años comprendidos entre 2004 y 2013 —el continuado aumento de los precios de las materias primas, empujadas por China, y las favorables condiciones de financiación internacional— han amainado y no se espera que regresen pronto. Esto no quiere decir que se convertirán en vientos en contra, pues los precios de las materias primas se mantendrán encima de los que se observaron antes del 2003 y las condiciones de financiación internacional serán más favorables que antes de la gran crisis de 2008-9 todavía durante un tiempo. Lo que sí es cierto es que la región (sobre todo Sudamérica) ya no va a disfrutar de ese empuje externo al crecimiento, y eso se ha reflejado en una desaceleración que cumplirá cuatro años en 2015. Esta desaceleración está llevando a un estancamiento de la actividad en la región. Si tomamos a América Latina como un todo, la actividad económica este año caerá 0,3%. El 2016 no será mucho mejor, pues se anticipa un crecimiento de sólo 0,3%. Es decir, una actividad plana en 2015-16 y el encadenamiento de tres años (del 2014 al 2016) en que la región crece por debajo de la OCDE. Así, será la primera vez en 15 años en que se amplía la brecha de renta entre la región y los países avanzados, algo que había evitado incluso durante la crisis global de 2008-9. Con todo, la región se está desacelerando a dos velocidades. Por un lado, los países de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) mantendrán, en conjunto, un crecimiento alrededor del 2,5% este año y el próximo. Sin duda, por debajo de su potencial (más cercano al 4%) pero comparable con el de las economías desarrolladas. Como contraste a la Alianza del Pacífico, Brasil experimentará este año una dura recesión, con una caída del PIB superior al 3% y la perspectiva de que el próximo año la actividad económica también se contraiga, con el riesgo de repetir la recesión de 2015. La recesión en Brasil constituye un fuerte lastre para el resto de países de Mercosur que, si bien no sufrirán una recesión, experimentarán un crecimiento bajo, menor que la Alianza del Pacífico. Estas dos velocidades reflejan países que, por un lado, siguieron políticas macroeconómicas prudentes durante el superciclo de precios de las materias primas y, por el otro, los que se excedieron en el empuje de políticas de demanda para sustentar el crecimiento. Hacia delante, la recuperación de este bache a partir de 2017 también se producirá a dos velocidades, a no ser que se reconduzca la política económica en los países que optaron por la vía heterodoxa durante la década pasada. En cualquier caso, lo que sí empieza a aflorar con la pérdida de los vientos de popa es la constatación que el superciclo de materias primas no se aprovechó lo suficiente en la región para avanzar la agenda de reformas y aumentar la Pagina 18 de 20 productividad. México ha sido de los primeros en avanzarla. El resto de países aún está a tiempo de hacerlo. Fuente: Juan M. Ruiz es economista jefe para América del Sur de BBVA Research. Este artículo de opinión fue publicado el 20 de diciembre de 2015 en el periódico español El País y se encuentra disponible en el sitio web: http://economia.elpais.com/ 9. EL PRECIO DEL PETRÓLEO Y EL CRECIMIENTO MUNDIAL, POR KENNETH ROGOFF Una de las mayores sorpresas económicas de 2015 es que la asombrosa caída de la cotización mundial del petróleo no haya estimulado más el crecimiento global. A pesar del derrumbe de precios (de más de 115 dólares por barril en junio de 2014 a 45 dólares a fines de noviembre de 2015), la mayoría de los modelos macroeconómicos indican que el efecto sobre el crecimiento global fue menor al esperado: tal vez solo un 0,5% del PIB mundial. La buena noticia es que este oportuno pero limitado estímulo al crecimiento probablemente se extienda más allá de 2016. La mala noticia es que el abaratamiento del petróleo crea más presiones para los principales países exportadores. La reciente caída del precio del petróleo es similar a la que se produjo en 1985 y 1986 por un aumento de la oferta, cuando los países de la OPEP (léase: Arabia Saudí) decidieron liberar producción para recuperar cuota de mercado. También es comparable al derrumbe de 2008 y 2009 por una menor demanda después de la crisis financiera global. En la medida en que un abaratamiento del petróleo responde a la demanda, no cabe esperar un efecto positivo importante, ya que el precio del petróleo opera más como un estabilizador automático que como una fuerza exógena que rija la economía global. Pero de un shock de oferta puede esperarse un considerable impacto positivo. Si bien el shock de 2014 y 2015 no es tan fácil de analizar como los dos episodios anteriores, parece que en este caso las variaciones de la demanda y de la oferta corren parejas en influencia. Está claro que el vuelco de China hacia una política de fomentar el consumo interno desinfló todos los commodities a escala internacional; por ejemplo, los metales también tuvieron una caída abrupta en 2015. (El precio del oro, 1.050 dólares por onza a fines de noviembre, está muy lejos del máximo de casi 1.890 dólares al que llegó en septiembre de 2011; el abaratamiento del cobre desde 2011 es casi idéntico.) Pero un factor que influye al menos tanto es la oferta de nuevas fuentes de petróleo. La revolución de las fuentes no convencionales permitió aumentar la producción estadounidense de cinco millones de barriles por día en 2008 a 9,3 millones de barriles en 2015; y este boom de la oferta se mantiene a pesar del derrumbe de precios. Las expectativas de levantamiento de sanciones a Irán también repercutieron en los mercados. El abaratamiento del petróleo es hasta cierto punto un juego de suma cero en el que los productores pierden y los consumidores ganan. En general se considera que la caída de precios estimula la demanda global, porque los consumidores gastan la mayor parte de la ganancia inesperada, mientras que los productores se adaptan recortando el ahorro. Pero en 2015, esta dinámica diferenciada no fue tan marcada. Una razón es que los países emergentes importadores de energía hoy pesan mucho más en la economía global que en los ochenta, y tienen una postura mucho más intervencionista en el mercado del petróleo que los países avanzados. Países como la India y China estabilizan el mercado minorista de energía por medio de subsidios estatales para contener el precio que pagan los consumidores. Cuando el petróleo se Pagina 19 de 20 encareció, estos subsidios se volvieron muy costosos, y muchos gobiernos ya buscaban desesperadamente cómo recortarlos. De modo que al llegar el abaratamiento, los países emergentes lo aprovecharon para reducir subsidios. Al mismo tiempo, muchos exportadores de petróleo se ven obligados a reajustar sus planes de gastos en un contexto de caída abrupta de los ingresos. Hasta Arabia Saudí se ha visto afectada (a pesar de sus inmensas reservas de petróleo y financieras), debido al veloz crecimiento de su población y el aumento del gasto militar por los conflictos en Oriente Próximo. Que el abaratamiento del petróleo haya incidido tan poco en el crecimiento global no debería sorprendernos. Hace tiempo que la investigación académica señala en esa dirección. Ahora se piensa que el petróleo no es un motor del ciclo económico tan independiente como se creía antes. Otro factor que restringe el crecimiento es una abrupta caída de las inversiones en el sector energético. Tras años de veloz crecimiento, la inversión mundial en producción y exploración petrolera se redujo 150.000 millones de dólares en 2015. En algún momento esto se trasladará a los precios, pero en forma lenta y gradual: en los mercados de futuros el petróleo sólo cotiza a 60 dólares por barril en 2020. La buena noticia para 2016 es que la mayoría de los modelos macroeconómicos señalan que el efecto estimulante del abaratamiento del petróleo tenderá a prolongarse por un par de años, lo que compensará que los países emergentes importadores sigan aprovechándolo para recortar subsidios. Pero para los países productores, los riesgos son cada vez mayores. Aunque solo un par esté en crisis declarada (se destaca la mal gestionada Venezuela), muchos están al borde de la recesión. Los países con tipo de cambio flotante, entre ellos Colombia, México y Rusia, hasta ahora han podido adaptarse a la mayor restricción fiscal (pero si el abaratamiento continúa, Rusia se verá en problemas). Los países con regímenes cambiarios rígidos, en cambio, se enfrentan a una prueba más difícil. La histórica política saudí (que en otros tiempos parecía imbatible) de atar su moneda al dólar fue objeto de enormes presiones las últimas semanas. Para resumir, en 2015 el precio del petróleo no influyó tanto en el crecimiento global como se esperaba al principio del año. Además, la abundancia de reservas y una política macroeconómica relativamente conservadora han permitido hasta ahora a la mayoría de los grandes productores hacer frente a enormes presiones fiscales sin caer en crisis. Pero el año que viene puede ser diferente (y no en el buen sentido), especialmente para los productores. Fuente: Kenneth Rogoff es ex economista jefe del FMI y profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard. Este artículo de opinión fue publicado el 27 de diciembre de 2015 en el periódico español El País y se encuentra disponible en el sitio web: http://economia.elpais.com/ Pagina 20 de 20 Tel: 591 2 2799673 Fax:591 2117326 Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201 La Paz – Bolivia Página Web: www.institutoprisma.org Correo electrónico: [email protected] Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz
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