NOTA CLÍNICA Estimulación del núcleo centromediano en la epilepsia farmacorresistente asociada al cromosoma 20 en anillo Alejandra Arévalo-Sáenz, Cristina V. Torres, Jesús Pastor, Concepción Alonso-Cerezo, Rafael G. Sola Servicio de Neurocirugía (A. ArévaloSáenz, C.V. Torres, R.G. Sola). Departamento de Neurofisiología Clínica (J. Pastor). Servicio de Análisis Clínicos (C. Alonso-Cerezo). Hospital Universitario La Princesa. Madrid, España. Correspondencia: Dra. Alejandra Arévalo Sáenz. Servicio de Neurocirugía. Hospital Universitario La Princesa. Diego de León, 62. E-28006 Madrid. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 04.02.15. Cómo citar este artículo: Arévalo-Sáenz A, Torres CV, Pastor J, Alonso-Cerezo C, Sola RG. Estimulación del núcleo centromediano en la epilepsia farmacorresistente asociada al cromosoma 20 en anillo. Rev Neurol 2015; 60: 548-52. © 2015 Revista de Neurología 548 Introducción. El síndrome del cromosoma 20 en anillo es una alteración genética infrecuente, con un diagnóstico tardío. Caso clínico. Mujer de 43 años con epilepsia farmacorresistente desde los 6 años, tratada mediante estimulación cerebral profunda del núcleo centromediano y con un cromosoma 20 en anillo. Conclusiones. Del estudio se extrae la conclusión de la inefectividad de la estimulación cerebral profunda del núcleo centromediano en pacientes con cromosoma en anillo, pero se apunta la importancia de la caracterización genética para el manejo de la epilepsia farmacorresistente. Palabras clave. Cariotipo. Cromosoma 20 en anillo. Epilepsia genética. Núcleo centromediano. Introducción El cromosoma en anillo es una infrecuente alteración cromosómica caracterizada por la deleción del cromosoma en ambos extremos y su posterior ensamblaje en forma circular. Se caracteriza por una variabilidad fenotípica con retraso mental de grado variable, alteraciones en el comportamiento, rasgos dismórficos inespecíficos, malformaciones cardiovasculares y renales, y epilepsia refractaria al tratamiento con crisis polimorfas. Las crisis habitualmente están caracterizadas por patrones atípicos durante el electroencefalograma (EEG) y frecuentemente estado epiléptico no convulsivo, y es el tercer tipo de epilepsia conocido de base genética localizado en el cromosoma 20, en el locus 20q13 [1]. El fenotipo y la clínica del paciente se hallan en relación directa con la cantidad de material genético perdido en los extremos, así como con el cromosoma involucrado, y esta anomalía incluso puede estar presente sin repercusión clínica [2] desde el punto de vista de crisis epilépticas, por lo que en muchos casos pasa desapercibida. A esto contribuye el hecho de que el análisis cromosómico no se incluye de forma sistemática en la valoración prequirúrgica de los pacientes con epilepsia farmacorresistente en muchos centros. Se trata de una epilepsia farmacorresistente no susceptible al tratamiento quirúrgico, por lo que el tratamiento es limitado. La estimulación cerebral profunda (ECP) ha demostrado su eficacia y seguridad en varias enfermedades neurológicas y psiquiátricas [3-7]. Para el tratamiento de la epilepsia, la ECP en el núcleo centromediano está produciendo resultados prometedores y podría ser una terapia aplicable al subgrupo de pacientes resistentes a otros tratamientos [8], pero se desconocen los criterios de selección óptimos para los candidatos a esta terapia [9]. A continuación se presenta un caso de epilepsia farmacorresistente en una paciente en la que el análisis del cariotipo en la sangre periférica había puesto de manifiesto un síndrome del cromosoma 20 en anillo, que se trató mediante ECP del núcleo centromediano, sin mejoría clínica significativa. Caso clínico Mujer de 43 años, que presentaba como antecedentes relevantes epilepsia farmacorresistente, retraso mental leve y ligeras malformaciones. Sus crisis comenzaron a los 6 años, y hasta la edad de 9 años se controlaban con topiramato. Posteriormente, reaparecieron y se hicieron progresivamente más frecuentes y duraderas, sin mejoría a pesar de múltiples combinaciones de fármacos antiepilépticos. Su tratamiento en el momento de la evaluación era: lacosamida, ácido valproico, fenitoína, fenobarbital, lamotrigina, levetiracetam, topiramato y zonisamida. La frecuencia de las crisis era diaria, con estado epiléptico de 60-90 minutos, 1-2 veces al día. Las manifestaciones clínicas consistían en desconexión con el medio, caída al suelo, parpadeo y automatismos con la mano derecha. Como pródromo www.neurologia.com Rev Neurol 2015; 60 (12): 548-552 Estimulación del núcleo centromediano en la epilepsia farmacorresistente presentaba ocasionalmente sensación de nerviosismo y no tenía período poscrítico. En la exploración, era evidente la presencia de hirsutismo, ligero prognatismo, labios finos, sinofridia, ligero paladar hendido, y sindactilia entre el segundo y tercer dedos de ambos pies. Además, asociaba retraso mental leve, con un cociente intelectual de 65. La paciente fue derivada en enero de 2000 para valoración quirúrgica de su epilepsia farmacorresistente en nuestro centro. El estudio video-EEG mostró actividad interictal generalizada, con manifestaciones clínicas y bioeléctricas consistentes con crisis generalizadas con un patrón ictal en los dos hemisferios sin tener un origen focal inicial claro. El estudio de tomografía computarizada con emisión de fotón único con 99Tc-HmPAO mostró hipoperfusión temporal y parietal izquierda, y en la imagen por resonancia magnética cerebral de 1,5 T se encontró un pequeño hemangioma venoso en el cerebelo izquierdo, sin otras alteraciones. En el cariotipo en la sangre periférica mediante la técnica de bandas G a una resolución de 400 bandas, se observaron 46 cromosomas, y la fórmula sexual era XX (Fig. 1). De 60 metafases estudiadas, se hallaron: en tres (5%), monosomía del cromosoma 20; en dos (3,3%), cromosomas dicéntricos en anillo; en 28 (46,7%), cromosoma 20 en anillo; y en 27 (45%), cromosomas normales (46,XX[27]/46,XX,r(20)(p13q13.3)[28]/46, XX,+dic(20)[2], 45,XX). Tras la evaluación en sesión clínica multidisciplinar, se decidió implantar un estimulador vagal, tras lo cual la paciente sólo experimentó una ligera mejoría inicial, con persistencia de sus crisis diarias. Su caso se reevaluó, con repetición del estudio video-EEG, que mostró los mismos hallazgos, por lo que se decidió el tratamiento mediante ECP del núcleo centromediano bilateral. En abril de 2011 se intervino quirúrgicamente para la implantación de electrodos ECP Medtronic (3389) con control neurofisiológico, y conexión a batería Kinetra en la región pectoral derecha. La paciente no presentó complicaciones durante el período postoperatorio y la resonancia magnética de control mostró una correcta colocación de los electrodos (Fig. 2). Se activó la estimulación en julio de 2011 y desde entonces la paciente ha seguido presentando crisis (Fig. 3), con una mínima disminución en su frecuencia: antes, 2-3 diarias; después de la operación, 1-2 diarias. La medicación se ha mantenido estable hasta el momento actual. Se han realizado estudios de video-EEG de una semana de duración cada seis meses, y los parámetros del estimulador se han ajustado en función de sus resultados. www.neurologia.com Rev Neurol 2015; 60 (12): 548-552 Figura 1. Cariotipo en la sangre periférica mediante la técnica de bandas G a una resolución de 400 bandas. Se observaron 46 cromosomas, y la fórmula sexual era XX. Figura 2. Control mediante resonancia magnética cerebral de la colocación de electrodos de estimulación cerebral profunda de forma bilateral en el núcleo centromediano. Discusión El síndrome del cromosoma 20 en anillo es una enfermedad genética rara, con una prevalencia menor de 1 en 1.000.000. Hasta la fecha, en la bibliografía se han publicado sólo unos 50 estudios de casos de cromosoma 20 en anillo, y éste es el primer caso de una paciente con este síndrome tratada con ECP del núcleo centromediano bilateral. 549 A. Arévalo-Sáenz, et al Figura 3. Registro de crisis y parámetros asociados. El cromosoma 20 en anillo se trata de una alteración cromosómica en la que el brazo corto se ha fusionado con el brazo largo de dicho cromosoma. La fusión de estas regiones teloméricas puede originar la pérdida de dos genes que codifican para los canales que afectan a dos tipos de epilepsia: CHRNA4 y KCNQ2 [10]. Considerado inicialmente en 1976 por Borgaonkar et al [11] como un síndrome genético, este origen fue apoyado posteriormente por Porfirio et al [12] y Herva et al [13]; y confirmado por Atkins et al [14], quienes hicieron la primera descripción del caso en un niño con retraso mental, problemas de desarrollo, crisis epilépticas y microcefalia asociada al cromosoma 20 en anillo. Se han descrito cromosomas 20 en anillo heredados del padre o de la madre; sin embargo, la mayoría de los casos son esporádicos e incluyen mosaicismos [15]. Aunque la evolución de estos pacientes no está del todo documentada, se cree que existe una tendencia a un empeoramiento clínico progresivo con la edad, con un aumento de la frecuencia de las crisis y mayor resistencia al tratamiento, y puede incluso tener mayor riesgo de estado epiléptico letal [16]. Parece tener un fenotipo electroclínico característico y, aunque no es patognomónico, debería ser suficiente para realizar en todos los pacientes que lo cumplan un cariotipo en sangre periférica. De esta forma se obtiene una clara orientación pronóstica, ya que la epilepsia asociada a este síndro- 550 me no parece responder de forma significativa a ninguna combinación de fármacos, si bien algunos autores informan de un resultado más favorable con una combinación de ácido valproico y lamotrigina [17-19]. Respecto al tratamiento quirúrgico, este tipo de epilepsia es generalizada, por lo que los pacientes no son susceptibles a la cirugía resectiva. Se han publicado también algunos estudios que sugerían resultados favorables con estimulador del nervio vago, aunque la evidencia es escasa [20]. La ECP ha demostrado su eficacia y seguridad en varias enfermedades neurológicas y psiquiátricas [3-6,21-23]. En la epilepsia, el tálamo y, más concretamente, los núcleos centromediano y anterior, están utilizándose como diana de estimulación para resistentes o no susceptibles a otros tratamientos, con resultados esperanzadores [2,3,6]. El uso del núcleo centromediano como diana se fundamentó en bases anatómicas y fisiológicas que demostraban sus funciones en el control del umbral y expresión de las crisis generalizadas, así como su papel en los mecanismos de vigilancia y desincronización cortical [24-27]. Este núcleo puede controlar el estado fisiológico del tálamo por medio de conexiones intratalámicas, o puede suprimir la actividad crítica a través de proyecciones excitatorias con el estriado [26]. A pesar de la escasez de estudios animales con estimulación crónica de esta área cerebral, Velasco et al [28], en 1987, comenzaron a realizar ensayos con esta terapia en humanos. Para ello implantaron electrodos bilaterales en el núcleo centromediano de cinco pacientes con epilepsia generalizada o multifocal. La estimulación se liberó a través de electrodos externalizados de modo cíclico, a 60 Hz, 1 ms durante dos horas al día. Tras tres meses de tratamiento, se produjo una reducción del 80-100% de la frecuencia de las crisis generalizadas; las puntas interictales y las ondas lentas del EEG se redujeron también significativamente. Tras este estudio inicial, Fisher et al, en 1992, realizaron un ensayo doble ciego con resultados más modestos [29]. En contraste con estos resultados, el grupo de Toronto dio a conocer en 2006 un estudio en el que se incluían dos pacientes con electrodos en el núcleo centromediano y seis en el núcleo anterior. Presentaron el pronóstico a largo plazo (cinco años) tras el comienzo de la estimulación, y no se observó ninguna reducción significativa en aquellos con estimulación en el núcleo centromediano. Además, se produjeron efectos secundarios, como ansiedad, ideación paranoide y letargo [30]. www.neurologia.com Rev Neurol 2015; 60 (12): 548-552 Estimulación del núcleo centromediano en la epilepsia farmacorresistente Cukiert et al [31] publicaron una serie de cuatro pacientes con epilepsia generalizada en los que la frecuencia de las crisis disminuyó un 25-95%. En todos los pacientes mejoró la atención. Habían sido previamente tratados con sección callosa extensa y recibieron seguimiento durante más de un año. Hu bo resincronización de las descargas interictales durante el sueño de ondas lentas en dos pacientes, y no se dio ningún caso de morbilidad o mortalidad. En 2013 se realizó un estudio conjunto entre las unidades de cirugía de la epilepsia de los hospitales Kings College (Londres, Reino Unido) y La Princesa (Madrid, España). El objetivo fue evaluar la eficacia del núcleo talámico centromediano bilateral pa ra controlar las convulsiones en la epilepsia generalizada y la epilepsia del lóbulo frontal. Velasco et al seleccionaron un conjunto de 11 pacientes adultos con epilepsia del lóbulo frontal generalizada o refractaria [32]. De los cinco pacientes con epilepsia del lóbulo frontal, sólo uno tenía más del 50% de mejoría en la frecuencia de las crisis durante el período ciego. En la fase de extensión a largo plazo, dos pacientes con epilepsia del lóbulo frontal tenían más del 50% de mejoría en la frecuencia de las crisis. Los seis pacientes con epilepsia generalizada tenían más del 50% de mejoría en la frecuencia de las convulsiones durante el período ciego. En la fase de extensión a largo plazo, cinco de los seis pacientes mostraron una mejoría superior al 50% en la frecuencia de las crisis mayores (uno se convirtió en libre de crisis, uno tenía una mejoría superior al 99%, y tres, una reducción del 60-95% en la frecuencia de las convulsiones). Entre los pacientes con epilepsia generalizada, la implantación de ECP en sí parece ser eficaz, ya que dos pacientes permanecieron libres de crisis durante 12 y 50 meses con ECP off, y los cuatro restantes tuvieron el 50-91% de mejora en los tres primeros meses con ECP off [9]. Por la experiencia referida, y ante el caso tan grave de epilepsia generalizada, se propuso el tratamiento con ECP del núcleo centromediano a esta paciente, con un resultado claramente peor que en los pacientes con epilepsia generalizada tratados previamente. Hay que destacar que, en los diversos protocolos clínicos de evaluación prequirúrgica de la epilepsia farmacorresistente, no existe un criterio uniforme respecto a la necesidad de estudio genético de todos los pacientes evaluados. Es evidente que, como en este caso, la existencia de un síndrome genético específico puede orientar hacia la respuesta al tratamiento, por lo que debería realizarse en todos los pacientes con epilepsia, y en especial en aquellos que www.neurologia.com Rev Neurol 2015; 60 (12): 548-552 no respondan a la medicación de forma adecuada. Además, la realización sistemática de este análisis ayudará a avanzar en la investigación y a optimizar la selección de pacientes candidatos al tratamiento quirúrgico para la epilepsia farmacorresistente. Sobre la ECP en la epilepsia grave, todavía resultan escasos los estudios aleatorizados doble ciego, por lo que es preciso realizar más estudios para extraer conclusiones fidedignas y establecer criterios adecuados para la selección óptima de pacientes. Abundando en este sentido, la utilidad de la estimulación del núcleo centromediano en la epilepsia farmacorresistente asociada a diversos síndromes genéticos y, en concreto, al síndrome del cromosoma 20 en anillo, está aún por demostrar, si bien la presencia de este síndrome podría ser un factor negativo en cuanto al pronóstico. En conclusión, el síndrome del cromosoma 20 en anillo es una entidad que asocia un fenotipo característico y epilepsia farmacorresistente, que debería considerarse en el diagnóstico diferencial de aquellos pacientes con epilepsias generalizadas farmacorresistentes. El análisis genético en pacientes con epilepsia farmacorresistente puede aportar informa ción relevante en cuanto a esfuerzos terapéuticos/ quirúrgicos. La ECP del núcleo centromediano es una técnica esperanzadora, para la que es preciso aún definir criterios de selección de pacientes candidatos. En nuestro caso, la paciente no demostró mejoría con la ECP utilizando de diana el núcleo centromediano, pero es preciso confirmar con más estudios el papel de este tipo de tratamiento en el síndrome del cromosoma 20 en anillo. Bibliografía 1. Vega-Zelaya L, Alonso C, Quesada JF, Sola RG, Pastor J. Características electroclínicas de un paciente con síndrome del cromosoma 20 en anillo. Rev Neurol 2014; 58: 450-4. 2. Villéga F, Ngayap H, Espil-Taris C, Husson M, RooryckThambo C, Arveiler B, et al. Polymorphic expression of epilepsy and cognitive impairment in ring chromosome 20 syndrome. Arch Pediatr 2011; 18: 394-6. 3. Torres CV, Pastor J, Navarrete EG, Sola RG. 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