y su Gente Edición especial Nº 08 • Sangolquí, 31 de mayo de 2015 • Distribución gratuita • Ejemplares en circulación: 30 000 77 AÑOS DE CANTONIZACIÓN Todos construimos Rumiñahui 77 años de forjar nuestra cultura, historia e identidad. BATALLAS: LA HISTORIA EN PLUMILLAS EL PINGULLERO MÚSICA Y TRADICIÓN LOS COCOS AÚN SE juegan EN SELVA ALEGRE En 24 pinturas este artista muestra rincones y anécdotas de Sangolquí. P4 Ancestrales tonadas de las fiestas se tocan al ritmo del pingullo y el tambor. P5 Esta actividad es parte de las costumbres de los rumiñahuenses. P8 2 DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS RUMIÑAHUI EN LA MEMORIA VIVIR NUESTRA MEMORIA “ “En todo caso, las imágenes de los hechos pasados están enteramente acabadas en nuestro espíritu como páginas impresas de un libro que podría abrirse aún cuando no se abren”. Maurice Halbawachs. Esta edición especial del periódico Rumiñahui y su Gente ha sido pensada como un homenaje a los ciudadanos y ciudadanas que construyeron el cantón. A los que forjaron una historia única e irrepetible condenada a desaparecer si no creamos espacios en los que se convoque a los viejos amigos con sus nombres, su quehacer y sus anhelos. Si no traemos a la memoria la música, los parajes antiguos, la artesanía, el deporte, los juegos, entre otros símbolos de nuestra historia. Afortunadamente aún podemos asirnos de la mano de los “viejos” para pasear por el Sangolquí antiguo, pequeño en su extensión pero lleno de historia, de anécdotas y pi- cardía que nos emocionan y nos animan. Esta edición fue pensada, pero sobre todo fue sentida por los moradores de los hogares que nos abrieron sus puertas para convidarnos sus recuerdos; se escaparon exclamaciones, suspiros, lágrimas e innumerables sonrisas. En sus 77 años de creación, el Municipio de Rumiñahui quiere transmitir a sus conciudadanos algunas de las innumerables facetas de Rumiñahui, queremos compartir con aquellos que llegaron en los últimos años para quedarse. El Municipio quiere fortalecer esa memoria colectiva que nos hace portadores de una identidad, ¡abrir el libro de los hechos pasados!. Acompáñennos en este recorrido por el tiempo, lo haremos guiados por hombres y mujeres que se consagraron en el recuerdo de los rumiñahenses. ¡Viva Rumiñahui! Plaza central de Sangolquí. Sangolquí, entre haciendas, fábricas y turismo A fines el siglo XIX, Sangolquí estaba rodeada por haciendas. La tierra engendraba maíz de grano grueso y sabor exquisito que ganó fama regional. El “maíz de chillo” y sus variedades fueron alimento fundamental del habitante sangolquileño, la actividad económica giraba en torno a la producción agrícola. En 1908 Leopoldo Mercado instaló la fábrica de escobas, fósforos y cigarrillos “El Progreso” que transformó la economía sangolquileña: se crearon fuentes de trabajo, generó moneda circulante y surgieron edificios particulares. La educación se convirtió en una opción para la clase trabajadora. En 1927 se descubrieron las aguas termales de El Tingo origen del auge del turismo. Sangolquí era una parroquia desatendida por Quito, por lo que sus habitantes constituyeron la “Junta de Embellecimiento” que ejecutó obras de agua potable y vialidad. Estas condiciones socioeconómicas forjaron hombres y mujeres con nuevas ilusiones y arrestos para proponer la cantonización de Sangolquí que comienza su recta final con la creación de los Comités Pro Cantonización presididos por Alonso Báez y Jesús Cevallos. Obreros y fachada principal de la fábrica El Progreso. CANTONIZACIÓN DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS SANGOLQUÍ, DE PARROQUIA A CANTÓN RUMIÑAHUI “Sangolquí revisó su pasado y lo halló noble y herÓico. Miró su presente y lo vio digno. Puso su corazón en el porvenir”. Luis armendaris INICIATIVAS Y GESTIÓN DE LOS SANGOLQUILEÑOS A inicios de 1938, llegó el telegrafista Teodoro Arrieta, que impulsó en los pobladores de la localidad la idea de deslindarse de Quito, pues existía creciente capacidad económica, servicio de carreteras, comercio, artesanía, medios de comunicación (telégrafo, teléfono y correo), etc. Los más fervientes ciudadanos organizaron los comités masculino y femenino. Los sangolquileños residentes en Quito protagonizaron un desfile en esa ciudad; el Comité pro cantonización escribió un manifiesto a la nación y una semana antes de la firma del decreto se consiguió la visita a Sangolquí del General Enríquez, Jefe Supremo de la República. El recibimiento fue maravilloso, los vecinos y los chagras acantonados en Inauguración casa cuna - firma de compromiso. las haciendas circundantes, bajo el mando de Honorio Rodríguez y Luis Mejía (administradores de varias haciendas), formaron una caravana de hombres a caballo desde Sangolquí hasta San Rafael a lo largo de la avenida que hoy lleva el nombre de Enríquez. La invitación se hizo para inaugurar una casa cuna que llevó el nombre de la primera dama de la nación, Mariana Calderón. Emocionado con este gesto, Enríquez firmó un compromiso para cantonizar Sangolquí. Durante la semana posterior hombres y mujeres efectúan un sinnúmero de gestiones en Quito para concretar el sueño que se veía amenazado por el alcalde de ese entonces, Galo Plaza y por las parroquias vecinas Conocoto y Amaguaña. Una vez verificados los requisitos, con un informe de Luis Jácome, el General Alberto Enríquez Gallo firma el decreto del 31 de Mayo, en el que se señalan parroquias urbanas, rurales y límites del nuevo cantón. Hace 77 años, la tierra surcada por los ríos Pita, Capelo, San Pedro, cuna de uno de los procesos históricos más importantes de nuestra Patria, en la cual se diseñaron los planes de la gesta independentista, fue denominada Rumiñahui. El 26 de junio de ese mismo año, en el hall de la antigua Casa Municipal se instaló el primer concejo cantonal, presidido por Manuel Hidalgo Puente. Así comenzó la vida política de Rumiñahui, hace 77 años. Las mujeres fueron puntal de la gesta cantonizadora E l ritmo del rondador de Salomón Guamán se escuchaba hasta el portal ubicado al costado del parque central, uno de los sitios de reunión de los sangolquileños que concretaron la cantonización. Allí moraba Zoila Cevallos, única sobreviviente de la gesta. Sostiene que se vivía un ambiente festivo, en el que los pobladores tomaron conciencia de la importancia que tenía Sangolquí y se sumaron a la lucha por conseguir la independencia. “Queríamos ser libres de Quito, estábamos olvidados por el gobierno municipal, sin embargo éramos muy cercanos a la ciudad y eso fue ventajoso para nuestro desarrollo”, asegura Cevallos con voz firme, signo de su carácter enérgico. “Al pasar la plaza de Conocoto los parroquianos nos agredían con catapultas, rompían los vidrios de los carros”, comenta. Con estos inconvenientes, los hombres estaban a punto de rendirse, pero las mujeres se aglutinaron en un comité femenino del que su madre, Carmen Petrona Guayasamín fue la tesorera, por eso recuerda la perseverancia de las señoras y también su audacia. Para conseguir fondos, las familias afines a la causa organizaban corridas de toros en la actual escuela Juan Montalvo, donaban dinero en efectivo, comida, en fin, ofrecieron su tiempo y esfuerzo para independizarse de Quito. El 31 de Mayo, las personas que se trasladaron a Quito para presionar en Carondelet por la firma del decreto de cantonización, comunicaron vía telefóni- Miembros del comité femenino que luchó por la cantonización. ca que el Gral. Enríquez lo había hecho realidad. En Sangolquí repicaban las campanas, los jóvenes golpeaban baldes de lata en las calles, se vivió una alegría indescriptile. “Al mismo tiempo mi hermana menor moría víctima de un padecimiento gastrointestinal, mi madre estaba completamente dedicada a la gestiones cantonizadoras, de manera que el primer acto de celebración fue el entierro de mi hermana que murió a los 7 años. Le enterraron con banda, como un homenaje a mi mamá” afirma doña Zoila. 3 4 DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS ARTE Y CULTURA Artistas que retratan Sangolquí E l 13 de abril de 1945 José María Carrera, 'El Maya' pintó el Cristo de la Agonía en un concurso realizado en la escuela Artigas y ganó un premio que consistía en una beca a la escuela de Bellas Artes en Quito. Pero su condición económica no le permitía gastar en alimentación y alojamiento en la capital. Sin emba r go 'El Maya' recuerda que: 'una señora me regaló 10 sucres que era un platal y se llevó el cuadro'. Para sobrevivir se dedicó a la sastrería, pero siguió pintando hasta 1974 año en el que fue nombrado prioste de Jueves Santo y decidió pintar un Cristo mirando el mar, así que buscó un maestro en la Casa de la Cultura de Quito que le enseñe a utilizar el óleo. El sacerdote no quería que la pintura se ubique en la Iglesia Matriz, pero cuando la vio, aceptó de inmediato. 'El Maya' Carrera y pepe Batallas son dos exponentes del arte sangolquileño. plasman su amor por Sangolquí en dibujos. Acuarelas, oleos y plumillas destacan las costumbres de la tierra y su gente. 'Pintaba con lápices de madera y tizas, me dediqué a la acuarela aunque es lo más difícil, me entretenía pintando' comenta Carrera. Decidió retratar varios rincones del Sangolquí bucólico, chagras a caballo, casitas de chocoto y techo de teja, plazas de tierra; iconos de su infancia y juventud como El Conventillo, la hojalatería del señor Quinche, la cancha de básquet (actual Municipio) su lugar favorito en el que pasó inolvidables momentos con su equipo Welcome, entre otros. Pintó personajes como el Peto y el Villacis, dos figuras de la década del 70 que recorrían las calles del pueblo y también retrató a Lucas Tipán, el chasqui sangolquileño, en una conversación con el Mariscal Sucre. En sus cuadros se encuentra plasmado el cariño por su tierra y por su gente. Carrera logró decenas de acuarelas y nos deja un legado de imágenes que evocan el Sangolquí de antaño. José María, Mayita fue un gran deportista y a pesar de su baja estatura logró ingresar a la conscripción, sus habilidades con la pelota y don de gentes han hecho de él un sangolquileño querido y respetado. Militó en el club Chacarita. Antigua plaza 31 de Mayo, creación de José María Carrera. P Batallas con la plumilla del teatro Jacinto Jijón y Caamaño. epe Batallas, arquitecto y pintor, es uno de los personajes representativos de Rumiñahui. Dedica tiempo a promocionar el pasado de este cantón y con su habilidad grafica paisajes y tradiciones de Sangolquí. Con sus plumillas evoca lugares tradicionales como El Aguacate, el Molino San José, la escuela Santa Ana, la Esquina del Saber, La Quinta Rosaura, el Barrio Chino y el Conventillo. Algunas se expusieron en el Bulevard Santa Clara. Pintar en Plumilla a su cantón es para él un sentimiento y una oportunidad de recordar al pueblo que le vio crecer. Además escribió el libro 'Sangolquí por Siempre' en el que cuenta más de 100 anécdotas que reviven la historia de los años 60 y 80. Batallas destaca al parque Juan de Salinas como el sitio emblemático de Sangolquí, porque ha sido testigo de muchos acontecimientos. 'Todas las ciudades sufren cambios y Rumiñahui es uno de los cantones más prósperos del Ecuador, pero mi afición me permite evocar el Sangolquí de antes que causa un profundo sentimiento' expresó. José Batallas nació en una casa cerca del parque central y recuerda cuando jugaba a la ta- bla encebada en las pendientes del Aguacate y del Estadio Municipal; las canicas, los trompos y la rayuela. Cuenta también que poner apodos era muy común. 'Sangolquí era una gran vecindad, todos nos conocíamos y si no sabíamos el apellido, lo llamábamos por el apodo' acotó. Menciona que la gente de Rumiñahui es amable, comunitaria y trabajadora. Dentro de sus tradiciones están las grandes procesiones, los toros y el hornado. La artesanía fue la actividad que más se desarrolló en Sangolquí. Había zapaterías, sastrerías, sombrerías, herrerías, joyerías y platerías. Cuenta que este cantón vivió una transformación radical al momento que se dio la construcción de la autopista General Rumiñahui porque antes se viajaba por la carretera antigua que atravesaba la Y de Conocoto. 'Con esto se acortó el tiempo, los ciudadanos de Quito vieron que eso era beneficioso para ellos y se dio inicio a la construcción de grandes urbanizaciones'. Abrió una página de Facebook 'Sangolquí por Siempre', en la que comparte sus plumillas, fotos de personajes, equipos de fútbol tradicionales, etc; permitiendo a la comunidad del cantón y migrantes recordar esos momentos que marcaron la historia de este cantón. MÚSICA Y ARTESANÍA DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS Luis Pinargo, música, folclore y artesanía TALENTO ARTÍSTICO Y HÁBILES MANOS CARACTERIZAN A NUESTROS ARTESANOS Y MÚSICOS DESDE épocas inmemoriales. U n almacén de sombreros y artesanías es la fuente de trabajo de la familia Pinargo. Hace al menos 20 años, Luis Pinargo Rojas asentó su comercio en el parque Tursimo, luego amplió el local y se reubicó a una cuadra de la Iglesia Matriz, en la calle Mercado. Pinargo es oriundo de San Pedro de Taboada y heredó de su familia la habilidad para confeccionar sombreros cuyo material es el fieltro, un tejido de lana. Asegura que mientras más pura es la lana, la calidad de los sombreros es mejor. Para obtener un hermoso ejemplar se inicia colocando la “campana” de fieltro sobre diferentes hormas de madera, elegidas según el tamaño de la cabeza y el modelo previsto. El proceso requiere de técnica, gusto y minuciosidad. La diversidad de sombreros que oferta al cliente sirve para disfraces, compromisos sociales y priostazgos. Ha variado su producción con miras a satisfacer las tradiciones locales como las fiestas del Niño Jesús, por eso confecciona prendas para imágenes religiosas. En su negocio laboran su esposa y nuera. Los Pinargo se han convertido en una familia que difunde la cultura ancestral a través de la artesanía, la música y la confección de disfraces. Luis ha desarrollado aptitudes musicales: toca el charango, ha compuesto varias melodías como María de Amores y Linda Guambrita. Acompaña sus presentaciones con una coreografía en la que participa su hija Wendy vistiendo el traje típico de la sangolquileña compuesto por una falda amplia, sombrero y una blusa de tela espejo. Wendy Pinargo y Joel Jiménez lucen el traje típico sangolquileño. Saturdino Topón, el Pingullero de Mushuñan E n el barrio Mushuñan de Sangolquí, nos recibe Saturdino Topón de 76 años tocando la tonada de inicio de fiesta con su pingullo y su tambor. Este hombre descendiente de una familia de agricultores, cuenta que se inició en la música a sus 14 años. Aprendió empíricamente al escuchar a su abuelo y ser partícipe de las fiestas del Corpus Cristi. Doce son las tonadas que se interpretan en las celebraciones de la comunidad indígena con el pingullo y el tambor. Las que más recuerda Topón son el tono para reunir a los personajes que van a bailar, el de mesa para dar de comer, el de salida, el de agradecimiento y el fin de fiesta. El Pingullero es propio de la serranía ecuatoriana y es el maestro músico que ejecuta dos instrumentos simultáneamente, un tambor mediano con una baqueta y con la otra mano el pingullo (pingullu en quichua), un tipo de flauta vertical hecho de caña en la actualidad, ancestralmente de la canilla de un cóndor con tres agujeros, dos en la parte superior y uno para el pulgar en la inferior. 1 Cuenta que el pingullo es hecho de caña brava y suena en cinco tonos. El tambor que él utiliza es de piel de llamingo y borrego. Recuerda que a sus 17 años, dedicó con versos lo que hoy es la canción el Chulla Sangolquileño a una profesora de tejido de Otavalo. Al ritmo del bandolín nos deleitó con esta melodía 'Yo soy el chullita que te canto a ti, tú eres la mujer que no me quiere a mí. Muy bien sabes que no soy de aquí, por eso yo te llevo a mi Sangolquí'. Entre risas nos declama otro de los versos que se hizo canción y que caracteriza a los habitantes de los barrios: 'cómprenme que estoy vendiendo guambrita, no te casaras con chagra negrita, sin saber cómo se llama. Los San Pedros piedra y palo, los fajardos areperos, los del Quinche romereantes, Inchalillo pegadores, y mushuñanes gastadores'. Su familia, especialmente su hijo Wilson Topón, le impulsa a mantener viva esta tradición que data de más de un siglo. Saturdino estudio en la escuela Juan Montalvo y también en la Santa Ana, luego sus abuelos le obligaron a trabajar. Se casó a los 22 años y tuvo 10 hijos. Trabajó en la fábrica El Progreso y en la actualidad se dedica al sembrío de papas, habas, maíz y jícama. Saturdino Topón es el Pingullero más representativo y antiguo del cantón Rumiñahui. En la parroquia San Pedro de Taboada, José Llumiquinga, un joven de 20 años, está incursionando en este ámbito y participa en las fiestas de este sector. 1.(http://revistaviajerosecuador.blogspot.com/2013/09/lospingulleros.html) 5 6 DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS DEPORTES El deporte le dio fama y grandes figuras a Rumiñahui LOS DEPORTES que convocaron más aficionados fueron EL Fútbol, EL básquet y EL ECUAvóley. V arias anécdotas, jugadores y lugares donde la comunidad se daba cita para jugar vóley, fútbol o básquet son parte de la historia de Rumiñahui. La práctica deportiva fue motivo de unión y distracción entre los amigos y familias. En el ámbito futbolístico José Batallas en su libro 'Sangolquí por Siempre' menciona a varias generaciones de deportistas. En la primera de los años 60 podemos recordar al 'Zurdo' Moromenacho, el 'Zorro' Camilo Guamán, José 'Maya' Carrera, Bolívar Ubidía, Cornelio Salazar, Telmo Romero, Vicente Ambato, entre otros. Alrededor de los años 65 figuraron deportistas como Pepe Terán, Samuel Aguirre, Arnulfo 'Abovo' Gordilo, Jorge 'Pollo' Atapuma, Gonzalo Cordovez, que militó en Liga Deportiva Universitaria, y sus hermanos Hernán y Francisco. En el año 70 recordamos a futbolistas como Eduardo Vallejo, Mario Alcocer, Fernando 'La Fiera' Baldeón, quienes llegaron a jugar en el fútbol profesional. Las nuevas generaciones también tuvieron la oportunidad de debutar en equipos de primera, entre ellos Jhonny Baldeón y Rolando Jácome que actuaron por varios años en el Deportivo Quito. Hoy podemos nombrar a jóvenes que forman parte del Deportivo Cuenca y son Bryan y Andrés Oña. Los primeros partidos de fútbol se jugaban en canchas de tierra y con arcos de madera. Entre los sitios más recordados están: el Maracaná donde hoy se ubica el Monumento a Rumiñahui, el Estadio Municipal, la Cancha de Cachaco, la Bombonera atrás de la escuela Montalvo y la Plaza 31 de Mayo. Los equipos más reconocidos son el Chacarita, Atletic, Juan Salinas, Brasilia, Quinto Guayas de Sangolquí; Zamdoria, de La Tola; Patria, de Chillo Jijón; Hércules, de San Pedro de Taboada; El Valle, de San Juan y España de Selva Alegre. Una de las anécdotas que recuerda Pepe Batallas es cuando jugaban los partidos de 'a sucre' los días lunes con los artesanos de Sangolquí, especialmente los jóvenes que integraron el grupo UVA (Unión de Vagos Asociados) quienes llegaron a formar el club Independiente en 1958. Es importante mencionar que este equipo también lo conformaron jugadores del club Rumiñahui. Ante el fallecimiento de José Terán el club pasó a llamarse Independiente José Terán. Hoy es el Independiente del Valle que ocupa los primeros lugares en la serie de privilegio del fútbol nacional. Otro de los equipos tradicionales de Rumiñahui es el club Chacarita fundado en 1937 por trabajadores de la fábrica El Progreso. En lo que respecta al básquet, podemos mencionar al equipo Welcome, formado también por empleados de la fábrica El Progreso. Los partidos se desarro- llaban en la Plazoleta 31 de Mayo, donde hoy funciona el Municipio con equipos quiteños. También se jugaba en la plaza Jacinto Jijón y en el Estadio Municipal. El primer equipo femenino estuvo conformado por las hermanas Sosa: Laura, Rosa Olimpia, Odila, Josefina, María Elena y Cecilia que llegaron a ser campeonas bolivarianas. La selección de Rumiñahui integrado por grandes figuras como Lola Cevallos, Pilar Santamaría, Cecilia Aguirre, Gloria Aguirre, Lupe Villacís, Sonia Vinueza y Martha Rojas fue dirigida por Gonzalo 'Pata Llucha' Cevallos. Un hecho relevante para este deporte fue la inauguración del Coliseo de Sangolquí en 1983. En este escenario se formaron las nuevas generaciones dirigidas por Laura Mora y José Díaz. En la actualidad podemos mencionar como uno de los preparadores más destacados a Raúl Vilatuña, entrenador de damas en Pichincha. Rumiñahui cuenta con grandes basquetbolistas que representarán al Ecuador en el Preolímpico de Canadá como: Margarita Andrade, Estefanía Peña y Doris Lasso. El ecuavóley es otro deporte que hizo vibrar a varias generaciones. La plaza 31 de Mayo y el espacio que quedaba frente al teatro Jijón y Caamaño fueron las primeras canchas. Gerardo Díaz, Cesar 'El Mago' Salgado, Milton y Guido Salazar se destacaron en esa época. Luego se jugó en la Piscina Municipal, con personalidades como Iván Zambrano, Aurelio Salazar 'el Zurdo de Oro', Hólger Díaz y Gerardo Guamán, estos tres últimos fueron seleccionados de Rumiñahui y representantes en los campeonatos organizados por la Unión Nacional de Periodistas en el coliseo Julio César Hidalgo. Equipo Rumiñahui antes de conformar el Independiente. Selección femenina de Rumiñahui en los años 60. Aurelio Salazar, recuerda claramente que en esos campeonatos la gente de Quito les gritaba 'hornaderos'. También cuenta que en Sangolquí se apostaba millones de sucres y que venían a jugar deportistas de Ama- guaña y Quito. En la actualidad se juega en el complejo recreacional San Sebastián, antigua gallera municipal y también en el 'hueco' del parque Santa Clara. FACETAS HISTÓRICAS DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS Hechos que cambiaron la historia de Rumiñahui LAS OBRAS DE AGUA POTABLE TIENEN UN CAPÍTULO ESPECIAL CON EL VIAJE A GALáPAGOS. LA CREACIón del colegio juan de salinas abre las puertas a la educación del conglomerado social. E n el año 1951 Rumiñahui registra una hazaña colectiva: un viaje a la isla Seymour del archipiélago de Galápagos para extraer la tubería instalada por los norteamericanos en la segunda guerra mundial, pues en las islas se constituyó una base militar que fue desalojada en la presidencia de Velasco Ibarra. Jorge Cevallos Salas, presidente del concejo de la época (cargo que ejercía ad honorem) cumplía las funciones de Jefe de Despacho de la Cámara del Senado y formó parte de un comité investigador que analizaba una denuncia de asesinatos a los presidiarios que se encontraban en la ínsula (Galápagos fue presidio desde 1832 hasta 1958). En el lapso que le tomó este trabajo advirtió que esa tubería que conducía agua y gasolina estaba en perfectas condiciones y podía ser utilizada en su ciudad natal para servir a la población con el líquido vital. Pidió autorización al presidente de la República Galo Plaza y se efectuó la donación del material. Alrededor de 40 personas se ofrecieron para realizar el trabajo de excavación y extracción en la isla, se nombró director de obra a Enrique Palacios y administrador a Moisés Salazar. El único sobreviviente de la epopeya Gerardo Coronel comenta que tenían escasas provisiones de comida y agua dulce, pues por más que el concejo de Rumiñahui se esforzaba en enviar alimentos y vituallas, los barcos se retrasaban y los víveres no llegaban. Cerca de dos meses duró la expedición. El retorno estuvo marcado por el cariño familiar de los viajantes y el reconocimiento de la población. La tubería viajó por barco hasta Durán y por ferrocarril hasta Tambillo, desde allí en bus hasta Sangolquí. En esta administración municipal se produjo otro acontecimiento que a decir de muchos cambió radicalmente la condición socioeconómica de los rumiñahuenses. La creación del Colegio Municipal Juan de Salinas abrió los horizontes de miles de agricultores, peones, indígenas, obreros, transportistas y artesanos que no tenían acceso a la educación por sus exiguos ingresos económicos. 'Lo mejor que puede hacerse en cualquier conglomerado humano del mundo es preparar a la gente, darles posibilidades de estudiar y eso se hizo' exclama Cevallos. Las fotografías muestran a los jóvenes durante su permanencia en Galápagos. Daniel Gualotuña, ícono de la época hacendaria D aniel Gualotuña nació en Rumiñahui en 1937 y creció en la hacienda Fajardo de Jacinto Jijón y Caamaño. Vivió en carne propia la mano dura del 'patrón'. Cuenta que cuando veían a don Jacinto desde lejos 'había que sacarse el sombrero hasta que pase el rey' y procurar una actitud sumisa y reverencial que él no tenía. Su familia realizaba la labor agrícola en la hacienda, de dos de la mañana a nueve de la noche, sin parar. No conocían el descanso de los fines de semana, ni las fiestas cívicas. No hablaban español, dominaban el quichua. Daniel, inconforme con el sistema implantado por el patrón se escabullía de la escuela de la hacienda para estudiar en la Juan Montalvo de Sangolquí; llegaba descalzo desde Fajardo. A los 12 años empezó a usar alpargatas y desarrolló su rebeldía, que le obligó a salir de la hacienda y emplearse como obrero en la fábrica Textilana del señor Dassum. El trabajo disciplinado en la fábrica textil, en mejores condiciones que en la hacienda, le hizo prosperar. 'A los catorce años ya estaba afiliado', comenta. Incluso en los años 60 adquirió una parcela de cinco mil metros, fruto de la lotización de la hacienda Fajardo. Se casó con María Oña y procreó cinco hijos, enviudó en el año 2002. Quiso conocer el mundo vistiendo sus alpargatas blancas, embajadoras de su tierra. En el 2004 visitó las Islas Galápagos, después estuvo en Cartagena y Estados Unidos. En el 2010 fue a Holanda, Egipto e Israel y en el 2014 a España, Francia, Alemania, Austria y Roma. En estos países lució orgulloso sus alpargatas, que asegura son admiradas. Le avergüenza ponerse zapatos. 'Me opongo al paso del tiempo y la desaparición de una estirpe a la que siento propia, porque soy descendiente directo de Atahualpa y Rumiñahui, que eran bravos, importantes, inteligentes, sobre todo ellos eran los dueños de la Patria' afirmó. No importa que el tiempo corra, que ellos no estén y se pierda el canto del rondador y el pingullo, el seguirá resistiendo con sus alpargatas y su sangre audaz. 7 8 DE CANTONIZACIÓN 77AÑOS TRADICIONES Los cocos un juego tradicional que se resiste a desaparecer Patricio Gualotuña muestra su habilidad en el juego. P atricio Gualotuña, oriundo de Sangolquí recuerda que a sus 10 años se inició en el juego de los cocos. Con la gente del barrio se reunían en el actual parque Juan de Salinas, en la Plaza César Chiriboga y atrás del antiguo cementerio. Todos estos espacios eran de tierra. Alrededor de los años 50, este juego solo se realizaba cada 2 de noviembre por la conmemoración de finados. Se jugaba ocho días antes y ocho días después. Con el pasar de los años y con el crecimiento poblacional y arquitectónico de Sangolquí, el juego se trasladó al sector de Selva Alegre. Recuerda claramente que se iba a pie de Sangolquí a Selva Alegre. 'Jugábamos en la parte del ordeño de la Hacienda Bolivia, luego nos trasladamos a la iglesia del Hermano Miguel. Había un puente atrás del templo que llegaba a la hacienda de Lourdes y desde ahí lanzábamos las bolas porque necesitamos una distancia de 35 metros para llegar a la bomba marcada en la cancha', comenta Gualotuña. Luego se ubicaron a pocos metros, junto a la iglesia, donde en la actualidad se reúnen cada fin de semana desde las 14:00 hasta las 18:00. Patricio Gualotuña, conocido como 'el Ingeniero' por sus amigos de juego es quien realiza las mediciones de la explanada, la ubicación de los cocos en el círculo central y el tizado del área de 25 metros cuadrados. Cerca de 10 mesas se disputan cada sábado y domingo, con la presencia de 15 jugadores. Beto Tipanta, Víctor “el Tablón' Barros, Rodrigo 'el Rolón' Espín, Manuel Marcillo, Wilson Villarruel, Ricardo 'el Viejo' Pillajo, Mario 'el Pesadilla' Díaz, Víctor 'Marta Julia' Guayasamín, Manuel Leime, Hernán 'el Taxista' Balseca, Raúl 'el Tanque de Gas', entre otros. Lo que caracteriza al juego son las apuestas. Cuando se manejaba el sucre, apostaban entre 10 y 20 centavos. En la actualidad cada mesa es de 30 centavos por jugador. 'Los turistas preguntan por qué apostamos tan poco, pero más que por dinero, se juega por gusto y por mantener vivas nuestras tradiciones. Queremos que más gente se sume y que esto no se pierda', expresa Gualotuña. Tienen algunas reglas al momento de jugar. Todos se ubican a una distancia de 40 metros para realizar el primer lanzamiento. Quienes logran entrar al cuadrado continúan el juego, los que se salen o no entran al área 'están muertos'. Si pega un coco del círculo central , gana cinco centavos y por apuntar o 'dar el pepo' al coco de un compañero también suma a su cuenta cinco centavos. Entre los cuatro o dos últimos jugadores que se mantienen vivos se reparten la ganancia. Humberto Díaz peluquero por afición E l canto de los pajaros es la compañía perenne de Humberto Díaz, el peluquero más antiguo de Sangolquí. Por 60 años ha atendido a los sangolquileños en su local ubicado en la avenida General Enríquez. Díaz cuenta que estudiaba en el colegio Central Técnico de Quito, pero se “echaba la pera” e iba a una peluquería del centro histórico para admirar y aprender cómo procedían los peluqueros quiteños. De esa manera aprendió el oficio y argumenta que no es algo que se pueda enseñar, que el aprendiz debe tener afición. Recuerda que en Sangolquí existían sola- mente nueve peluqueros de entre los que recuerda a Juan y Jacinto Sosa, Jorge Baldeón, Hidalgo, Estrella y Páez, dice que ahora la competencia es muy dura porque en cada cuadra existe una peluquería. Humberto tiene 80 años, nueve hijos, 32 nietos, 15 bisnietos y ninguna dolencia. Atribuye su buen estado de salud a la alimentación basada en granos, sin fertilizantes ni fungicidas. “Yo nací y me crié a orillas del río Pita, cerca de la fábrica El Progreso, era un paraje de una belleza única, un bosque natural que no volveré a ver, soy sangolquileño y me siento muy orgulloso de esta tierra, de aquí no me he movido, ¿para qué? si Sangolquí tienen todo” finaliza. Las señoritas Torres, un siglo de curiosidades Mirian prepara varios productos que ofrece a sus clientes. C ecilia Nuñez y Leandro Torres vinieron hace casi 100 años de Saquisilí para radicarse en una de las casas que circundan el parque Juan de Salinas. En el terremoto de 1938 se cayó el techo de la vivienda y la remodelaron, allí pusieron una tienda que ofrecía infinidad de productos entre abarrotes, derivados del petróleo, medicina natural, ¡en fin hasta a los jovencitos que jugaban fútbol los mandaban a comprar puntería cuando no atinaban los tiros!. Miriam, una de las nietas de don Leandro es la encar- gada de la tienda y nos cuenta que en estos días dispone de productos que han desaparecido de los supermercados modernos. Por ejemplo ofrece hierbas para aliviar diferentes dolencias, jabón negro para la caspa, manteca de cacao y velas de cebo para los resfríos, azufre para los animales, flores de zinc, anilinas, colonia con éter, entre otros. Gracias a estas singulares mercancías ha logrado mantener la clientela y satisfacer las necesidades de una población que aún conserva la fe en las mezclas y productos naturales. Las señoritas Torres eran y son dueñas de abundantes secretos para mejorar la salud, cuidar el hogar y siempre estuvieron dispuestas a proporcionar información clara como los ojos azules que embellecieron sus rostros. Rumiñahui y su Gente agradece a: Fernando Correa, Martha Palacios, Gerardo Coronel, José Elías Cárdenas, Humberto Díaz, Miriam Torres, Zoila Cevallos, 'Maya' Carrera, Luis y Wendy Pinargo, Patricio Gualotuña, Daniel Gualotuña, Aurelio Salazar, José Batallas, Jorge Washington Cevallos, Saturdino Topón, José Goyes, Rosa Amelia Carrera, Grupo Unión del Valle, direcciones de Participación Ciudadana, Educación y Comunicación Social del Municipio de Rumiñahui, por compartir sus invaluables fotografías, experiencias y conocimientos.
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