Periodico Rumiñahui y Su Gente 8

y su
Gente
Edición especial Nº 08 • Sangolquí, 31 de mayo de 2015 • Distribución gratuita • Ejemplares en circulación: 30 000
77
AÑOS DE
CANTONIZACIÓN
Todos
construimos
Rumiñahui
77 años de forjar
nuestra cultura,
historia e identidad.
BATALLAS: LA
HISTORIA EN
PLUMILLAS
EL PINGULLERO
MÚSICA Y
TRADICIÓN
LOS COCOS AÚN
SE juegan EN
SELVA ALEGRE
En 24 pinturas este
artista muestra
rincones y anécdotas
de Sangolquí. P4
Ancestrales tonadas
de las fiestas se tocan
al ritmo del pingullo
y el tambor. P5
Esta actividad
es parte de las
costumbres de los
rumiñahuenses. P8
2
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
RUMIÑAHUI EN LA MEMORIA
VIVIR
NUESTRA
MEMORIA
“
“En todo caso, las
imágenes de los hechos pasados están
enteramente acabadas en
nuestro espíritu como páginas impresas de un libro
que podría abrirse aún
cuando no se abren”. Maurice Halbawachs.
Esta edición especial
del periódico Rumiñahui
y su Gente ha sido pensada
como un homenaje a los
ciudadanos y ciudadanas
que construyeron el cantón. A los que forjaron una
historia única e irrepetible
condenada a desaparecer
si no creamos espacios
en los que se convoque a
los viejos amigos con sus
nombres, su quehacer y
sus anhelos. Si no traemos
a la memoria la música, los
parajes antiguos, la artesanía, el deporte, los juegos,
entre otros símbolos de
nuestra historia.
Afortunadamente aún
podemos asirnos de la
mano de los “viejos” para
pasear por el Sangolquí
antiguo, pequeño en su
extensión pero lleno de
historia, de anécdotas y pi-
cardía que nos emocionan
y nos animan. Esta edición
fue pensada, pero sobre
todo fue sentida por los
moradores de los hogares
que nos abrieron sus puertas para convidarnos sus
recuerdos; se escaparon
exclamaciones, suspiros,
lágrimas e innumerables
sonrisas.
En sus 77 años de creación, el Municipio de Rumiñahui quiere transmitir
a sus conciudadanos algunas de las innumerables
facetas de Rumiñahui,
queremos compartir con
aquellos que llegaron en
los últimos años para quedarse. El Municipio quiere
fortalecer esa memoria colectiva que nos hace portadores de una identidad,
¡abrir el libro de los hechos
pasados!.
Acompáñennos en este
recorrido por el tiempo,
lo haremos guiados por
hombres y mujeres que se
consagraron en el recuerdo de los rumiñahenses.
¡Viva Rumiñahui!
Plaza central de Sangolquí.
Sangolquí,
entre haciendas,
fábricas y
turismo
A
fines el siglo XIX, Sangolquí estaba rodeada
por haciendas. La tierra engendraba maíz de grano
grueso y sabor exquisito que
ganó fama regional. El “maíz
de chillo” y sus variedades
fueron alimento fundamental
del habitante sangolquileño, la
actividad económica giraba en
torno a la producción agrícola.
En 1908 Leopoldo Mercado
instaló la fábrica de escobas,
fósforos y cigarrillos “El Progreso” que transformó la economía sangolquileña: se crearon fuentes de trabajo, generó
moneda circulante y surgieron edificios particulares. La
educación se convirtió en una
opción para la clase trabajadora. En 1927 se descubrieron
las aguas termales de El Tingo
origen del auge del turismo.
Sangolquí era una parroquia desatendida por Quito,
por lo que sus habitantes constituyeron la “Junta de Embellecimiento” que ejecutó obras de
agua potable y vialidad.
Estas condiciones socioeconómicas forjaron hombres y
mujeres con nuevas ilusiones y
arrestos para proponer la cantonización de Sangolquí que
comienza su recta final con la
creación de los Comités Pro
Cantonización presididos por
Alonso Báez y Jesús Cevallos.
Obreros y fachada principal de la fábrica El Progreso.
CANTONIZACIÓN
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
SANGOLQUÍ,
DE PARROQUIA
A CANTÓN
RUMIÑAHUI
“Sangolquí revisó
su pasado y lo halló
noble y herÓico.
Miró su presente y
lo vio digno. Puso
su corazón en el
porvenir”. Luis
armendaris
INICIATIVAS Y GESTIÓN
DE LOS SANGOLQUILEÑOS
A
inicios de 1938, llegó
el telegrafista Teodoro
Arrieta, que impulsó
en los pobladores de
la localidad la idea de
deslindarse de Quito, pues existía
creciente capacidad económica, servicio de carreteras, comercio, artesanía, medios de comunicación (telégrafo, teléfono y correo), etc.
Los más fervientes ciudadanos
organizaron los comités masculino
y femenino. Los sangolquileños residentes en Quito protagonizaron un
desfile en esa ciudad; el Comité pro
cantonización escribió un manifiesto a la nación y una semana antes de
la firma del decreto se consiguió la
visita a Sangolquí del General Enríquez, Jefe Supremo de la República.
El recibimiento fue maravilloso, los
vecinos y los chagras acantonados en
Inauguración casa cuna - firma de compromiso.
las haciendas circundantes, bajo el
mando de Honorio Rodríguez y Luis
Mejía (administradores de varias
haciendas), formaron una caravana
de hombres a caballo desde Sangolquí hasta San Rafael a lo largo de la
avenida que hoy lleva el nombre de
Enríquez.
La invitación se hizo para inaugurar una casa cuna que llevó el nombre
de la primera dama de la nación, Mariana Calderón. Emocionado con este
gesto, Enríquez firmó un compromiso
para cantonizar Sangolquí.
Durante la semana posterior
hombres y mujeres efectúan un sinnúmero de gestiones en Quito para
concretar el sueño que se veía amenazado por el alcalde de ese entonces, Galo Plaza y por las parroquias
vecinas Conocoto y Amaguaña.
Una vez verificados los requisitos, con un informe de Luis Jácome,
el General Alberto Enríquez Gallo
firma el decreto del 31 de Mayo, en el
que se señalan parroquias urbanas,
rurales y límites del nuevo cantón.
Hace 77 años, la tierra surcada
por los ríos Pita, Capelo, San Pedro,
cuna de uno de los procesos históricos más importantes de nuestra Patria, en la cual se diseñaron los planes de la gesta independentista, fue
denominada Rumiñahui.
El 26 de junio de ese mismo año,
en el hall de la antigua Casa Municipal se instaló el primer concejo cantonal, presidido por Manuel Hidalgo
Puente. Así comenzó la vida política
de Rumiñahui, hace 77 años.
Las mujeres fueron
puntal de la gesta
cantonizadora
E
l ritmo del rondador
de Salomón Guamán
se escuchaba hasta el
portal ubicado al costado
del parque central, uno de
los sitios de reunión de los
sangolquileños que concretaron la cantonización.
Allí moraba Zoila Cevallos,
única sobreviviente de la
gesta. Sostiene que se vivía
un ambiente festivo, en el
que los pobladores tomaron
conciencia de la importancia que tenía Sangolquí y se
sumaron a la lucha por conseguir la independencia.
“Queríamos ser libres de
Quito, estábamos olvidados
por el gobierno municipal,
sin embargo éramos muy
cercanos a la ciudad y eso
fue ventajoso para nuestro
desarrollo”, asegura Cevallos con voz firme, signo de
su carácter enérgico.
“Al pasar la plaza de Conocoto los parroquianos nos
agredían con catapultas,
rompían los vidrios de los
carros”, comenta. Con estos
inconvenientes, los hombres
estaban a punto de rendirse,
pero las mujeres se aglutinaron en un comité femenino
del que su madre, Carmen
Petrona Guayasamín fue la
tesorera, por eso recuerda la
perseverancia de las señoras
y también su audacia.
Para conseguir fondos, las familias afines a la
causa organizaban corridas de toros
en la actual
escuela Juan
Montalvo,
donaban dinero en efectivo,
comida, en fin, ofrecieron
su tiempo y esfuerzo para
independizarse de Quito.
El 31 de Mayo, las personas que se trasladaron
a Quito para presionar en
Carondelet por la firma del
decreto de cantonización,
comunicaron vía telefóni-
Miembros del comité femenino que luchó por la cantonización.
ca que el Gral. Enríquez lo
había hecho realidad. En
Sangolquí repicaban las
campanas, los jóvenes golpeaban baldes de lata en las
calles, se vivió una alegría
indescriptile. “Al mismo
tiempo mi hermana menor
moría víctima de un padecimiento gastrointestinal,
mi madre estaba completamente dedicada a la gestiones cantonizadoras, de manera que el primer acto de
celebración fue el entierro
de mi hermana que murió
a los 7 años. Le enterraron
con banda, como un homenaje a mi mamá” afirma
doña Zoila.
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4
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
ARTE Y CULTURA
Artistas que
retratan Sangolquí
E
l 13 de abril de 1945 José
María Carrera, 'El Maya'
pintó el Cristo de la Agonía
en un concurso realizado en la escuela Artigas y
ganó un premio que consistía en una
beca a la escuela de Bellas Artes
en Quito. Pero su condición
económica no le permitía
gastar en alimentación
y alojamiento en
la capital. Sin
emba r go
'El Maya' recuerda que: 'una señora me
regaló 10 sucres que era un platal y se
llevó el cuadro'.
Para sobrevivir se dedicó a la sastrería, pero siguió pintando hasta 1974
año en el que fue nombrado prioste de
Jueves Santo y decidió pintar un Cristo mirando el mar, así que buscó un
maestro en la Casa de la Cultura de
Quito que le enseñe a utilizar el óleo.
El sacerdote no quería que la pintura se
ubique en la Iglesia Matriz, pero cuando la vio, aceptó de inmediato.
'El Maya' Carrera y pepe Batallas son dos exponentes
del arte sangolquileño. plasman su amor por
Sangolquí en dibujos. Acuarelas, oleos y plumillas
destacan las costumbres de la tierra y su gente.
'Pintaba con lápices de madera y
tizas, me dediqué a la acuarela aunque
es lo más difícil, me entretenía pintando' comenta Carrera. Decidió retratar
varios rincones del Sangolquí bucólico,
chagras a caballo, casitas de chocoto y
techo de teja, plazas de tierra; iconos
de su infancia y juventud como El Conventillo, la hojalatería del señor Quinche, la cancha de básquet (actual Municipio) su lugar favorito en el que pasó
inolvidables momentos con su equipo
Welcome, entre otros.
Pintó personajes como el Peto y el
Villacis, dos figuras de la década del
70 que recorrían las calles del pueblo
y también retrató a Lucas Tipán, el
chasqui sangolquileño, en una conversación con el Mariscal Sucre. En sus
cuadros se encuentra plasmado el cariño por su tierra y por su gente. Carrera
logró decenas de acuarelas y nos deja
un legado de imágenes que evocan el
Sangolquí de antaño.
José María, Mayita fue un gran deportista y a pesar de su baja estatura logró ingresar a la conscripción, sus habilidades con la pelota y don de gentes han
hecho de él un sangolquileño querido y
respetado. Militó en el club Chacarita.
Antigua plaza 31 de Mayo, creación de José María Carrera.
P
Batallas con la plumilla del teatro Jacinto Jijón y Caamaño.
epe Batallas, arquitecto y pintor, es
uno de los personajes representativos de Rumiñahui.
Dedica tiempo a promocionar
el pasado de este cantón y con
su habilidad grafica paisajes y
tradiciones de Sangolquí.
Con sus plumillas evoca
lugares tradicionales como El
Aguacate, el Molino San
José, la escuela Santa
Ana, la Esquina del Saber,
La Quinta Rosaura, el Barrio Chino y el Conventillo.
Algunas se expusieron en el
Bulevard Santa Clara.
Pintar en Plumilla a su
cantón es para él un sentimiento y una oportunidad de recordar al pueblo que le vio crecer.
Además escribió el libro
'Sangolquí por Siempre' en el
que cuenta más de 100 anécdotas que reviven la historia de los
años 60 y 80.
Batallas destaca al parque
Juan de Salinas como el sitio
emblemático de Sangolquí,
porque ha sido testigo de muchos acontecimientos.
'Todas las ciudades sufren
cambios y Rumiñahui es uno
de los cantones más prósperos
del Ecuador, pero mi afición me
permite evocar el Sangolquí de
antes que causa un profundo
sentimiento' expresó.
José Batallas nació en una
casa cerca del parque central y
recuerda cuando jugaba a la ta-
bla encebada en las pendientes
del Aguacate y del Estadio Municipal; las canicas, los trompos y la rayuela.
Cuenta también que poner
apodos era muy común. 'Sangolquí era una gran vecindad,
todos nos conocíamos y si no
sabíamos el apellido, lo llamábamos por el apodo' acotó.
Menciona que la gente de
Rumiñahui es amable, comunitaria y trabajadora. Dentro
de sus tradiciones están las
grandes procesiones, los toros y
el hornado. La artesanía fue la
actividad que más se desarrolló
en Sangolquí. Había zapaterías,
sastrerías, sombrerías, herrerías, joyerías y platerías.
Cuenta que este cantón
vivió una transformación radical al momento que se dio la
construcción de la autopista
General Rumiñahui porque
antes se viajaba por la carretera
antigua que atravesaba la Y de
Conocoto. 'Con esto se acortó el
tiempo, los ciudadanos de Quito vieron que eso era beneficioso para ellos y se dio inicio a la
construcción de grandes urbanizaciones'.
Abrió una página de Facebook 'Sangolquí por Siempre',
en la que comparte sus plumillas, fotos de personajes, equipos de fútbol tradicionales, etc;
permitiendo a la comunidad
del cantón y migrantes recordar esos momentos que marcaron la historia de este cantón.
MÚSICA Y ARTESANÍA
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
Luis Pinargo, música, folclore y artesanía
TALENTO ARTÍSTICO Y HÁBILES
MANOS CARACTERIZAN A NUESTROS
ARTESANOS Y MÚSICOS DESDE épocas
inmemoriales.
U
n almacén de
sombreros y
artesanías es
la fuente de
trabajo de la
familia Pinargo. Hace al
menos 20 años, Luis Pinargo Rojas asentó su comercio
en el parque Tursimo, luego
amplió el local y se reubicó
a una cuadra de la Iglesia
Matriz, en la calle Mercado.
Pinargo es oriundo de
San Pedro de Taboada y
heredó de su familia la habilidad para confeccionar
sombreros cuyo material es
el fieltro, un tejido de lana.
Asegura que mientras más
pura es la lana, la calidad
de los sombreros es mejor.
Para obtener un hermoso
ejemplar se inicia colocando la “campana” de fieltro
sobre diferentes hormas
de madera, elegidas según
el tamaño de la cabeza y el
modelo previsto.
El proceso requiere
de técnica, gusto y minuciosidad. La diversidad de
sombreros que oferta al
cliente sirve para disfraces, compromisos sociales
y priostazgos. Ha variado
su producción con miras
a satisfacer las tradiciones
locales como las fiestas del
Niño Jesús, por eso confecciona prendas para imágenes religiosas.
En su negocio laboran
su esposa y nuera. Los Pinargo se han convertido en
una familia que difunde la
cultura ancestral a través
de la artesanía, la música y
la confección de disfraces.
Luis ha desarrollado
aptitudes musicales: toca
el charango, ha compuesto varias melodías como
María de Amores y Linda
Guambrita. Acompaña sus
presentaciones con una coreografía en la que participa
su hija Wendy vistiendo el
traje típico de la sangolquileña compuesto por una falda amplia, sombrero y una
blusa de tela espejo.
Wendy Pinargo y Joel Jiménez lucen el traje típico sangolquileño.
Saturdino
Topón,
el Pingullero
de Mushuñan
E
n el barrio Mushuñan de Sangolquí,
nos recibe Saturdino Topón de 76 años tocando la tonada de inicio
de fiesta con su pingullo y
su tambor.
Este hombre descendiente de una familia de
agricultores, cuenta que se
inició en la música a sus
14 años. Aprendió empíricamente al escuchar a su
abuelo y ser partícipe de las
fiestas del Corpus Cristi.
Doce son las tonadas
que se interpretan en las
celebraciones de la comunidad indígena con el pingullo y el tambor. Las que
más recuerda Topón son el
tono para reunir a los personajes que van a bailar, el
de mesa para dar de comer,
el de salida, el de agradecimiento y el fin de fiesta.
El Pingullero es propio
de la serranía ecuatoriana
y es el maestro músico que
ejecuta dos instrumentos simultáneamente, un
tambor mediano con una
baqueta y con la otra mano
el pingullo (pingullu en
quichua), un tipo de flauta
vertical hecho de caña en
la actualidad, ancestralmente de la canilla de un
cóndor con tres agujeros,
dos en la parte superior y
uno para el pulgar en la inferior. 1
Cuenta que el pingullo es hecho de caña brava
y suena en cinco tonos. El
tambor que él utiliza es de
piel de llamingo y borrego.
Recuerda que a sus 17
años, dedicó con versos
lo que hoy es la canción
el Chulla Sangolquileño a
una profesora de tejido de
Otavalo. Al ritmo del bandolín nos deleitó con esta
melodía 'Yo soy el chullita
que te canto a ti, tú eres la
mujer que no me quiere a
mí. Muy bien sabes que no
soy de aquí, por eso yo te
llevo a mi Sangolquí'.
Entre risas nos declama otro de los versos que se
hizo canción y que caracteriza a los habitantes de los
barrios: 'cómprenme que
estoy vendiendo guambrita, no te casaras con chagra negrita, sin saber cómo
se llama. Los San Pedros
piedra y palo, los fajardos
areperos, los del Quinche
romereantes,
Inchalillo
pegadores, y mushuñanes
gastadores'.
Su familia, especialmente su hijo Wilson Topón, le impulsa a mantener
viva esta tradición que data
de más de un siglo.
Saturdino estudio en
la escuela Juan Montalvo
y también en la Santa Ana,
luego sus abuelos le obligaron a trabajar. Se casó a
los 22 años y tuvo 10 hijos.
Trabajó en la fábrica El
Progreso y en la actualidad
se dedica al sembrío de papas, habas, maíz y jícama.
Saturdino Topón es el
Pingullero más representativo y antiguo del cantón
Rumiñahui. En la parroquia San Pedro de Taboada, José Llumiquinga, un
joven de 20 años, está incursionando en este ámbito y participa en las fiestas
de este sector.
1.(http://revistaviajerosecuador.blogspot.com/2013/09/lospingulleros.html)
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DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
DEPORTES
El deporte le dio fama y grandes
figuras a Rumiñahui
LOS DEPORTES que convocaron más
aficionados fueron EL Fútbol, EL
básquet y EL ECUAvóley.
V
arias anécdotas, jugadores y
lugares donde
la comunidad
se daba cita
para jugar vóley, fútbol o
básquet son parte de la historia de Rumiñahui. La práctica deportiva fue motivo de
unión y distracción entre los
amigos y familias.
En el ámbito futbolístico
José Batallas en su libro 'Sangolquí por Siempre' menciona a varias generaciones de
deportistas. En la primera de
los años 60 podemos recordar al 'Zurdo' Moromenacho, el 'Zorro' Camilo Guamán, José 'Maya' Carrera,
Bolívar Ubidía, Cornelio Salazar, Telmo Romero, Vicente Ambato, entre otros.
Alrededor de los años 65
figuraron deportistas como
Pepe Terán, Samuel Aguirre,
Arnulfo 'Abovo' Gordilo, Jorge 'Pollo' Atapuma, Gonzalo
Cordovez, que militó en Liga
Deportiva
Universitaria,
y sus hermanos Hernán y
Francisco.
En el año 70 recordamos
a futbolistas como Eduardo
Vallejo, Mario Alcocer, Fernando 'La Fiera' Baldeón,
quienes llegaron a jugar en el
fútbol profesional.
Las nuevas generaciones
también tuvieron la oportunidad de debutar en equipos
de primera, entre ellos Jhonny Baldeón y Rolando Jácome que actuaron por varios
años en el Deportivo Quito.
Hoy podemos nombrar
a jóvenes que forman parte
del Deportivo Cuenca y son
Bryan y Andrés Oña.
Los primeros partidos
de fútbol se jugaban en canchas de tierra y con arcos de
madera. Entre los sitios más
recordados están: el Maracaná donde hoy se ubica el
Monumento a Rumiñahui,
el Estadio Municipal, la Cancha de Cachaco, la Bombonera atrás de la escuela Montalvo y la Plaza 31 de Mayo.
Los equipos más reconocidos son el Chacarita, Atletic, Juan Salinas, Brasilia,
Quinto Guayas de Sangolquí;
Zamdoria, de La Tola; Patria,
de Chillo Jijón; Hércules, de
San Pedro de Taboada; El
Valle, de San Juan y España
de Selva Alegre.
Una de las anécdotas
que recuerda Pepe Batallas
es cuando jugaban los partidos de 'a sucre' los días lunes
con los artesanos de Sangolquí, especialmente los jóvenes que integraron el grupo
UVA (Unión de Vagos Asociados) quienes llegaron a
formar el club Independiente en 1958. Es importante
mencionar que este equipo
también lo conformaron jugadores del club Rumiñahui.
Ante el fallecimiento de José
Terán el club pasó a llamarse
Independiente José Terán.
Hoy es el Independiente del
Valle que ocupa los primeros
lugares en la serie de privilegio del fútbol nacional.
Otro de los equipos tradicionales de Rumiñahui es
el club Chacarita fundado en
1937 por trabajadores de la
fábrica El Progreso.
En lo que respecta al
básquet, podemos mencionar al equipo Welcome,
formado también por empleados de la fábrica El
Progreso. Los partidos
se desarro-
llaban en la Plazoleta 31 de
Mayo, donde hoy funciona el
Municipio con equipos quiteños. También se jugaba en
la plaza Jacinto Jijón y en el
Estadio Municipal.
El primer equipo femenino estuvo conformado por
las hermanas Sosa: Laura,
Rosa Olimpia, Odila, Josefina, María Elena y Cecilia que
llegaron a ser campeonas
bolivarianas.
La selección de Rumiñahui integrado por grandes
figuras como Lola Cevallos,
Pilar Santamaría, Cecilia
Aguirre, Gloria Aguirre,
Lupe Villacís, Sonia Vinueza
y Martha Rojas fue dirigida
por Gonzalo 'Pata Llucha'
Cevallos.
Un hecho relevante para
este deporte fue la inauguración del Coliseo de Sangolquí en 1983. En este escenario se formaron las nuevas
generaciones dirigidas por
Laura Mora y José Díaz.
En la actualidad podemos mencionar como uno de
los preparadores más destacados a Raúl Vilatuña, entrenador de damas en Pichincha. Rumiñahui cuenta con
grandes basquetbolistas que
representarán al Ecuador en
el Preolímpico de Canadá
como: Margarita Andrade,
Estefanía Peña y Doris Lasso.
El ecuavóley es otro deporte que hizo vibrar a varias
generaciones. La plaza 31 de
Mayo y el espacio que quedaba frente al teatro Jijón y
Caamaño fueron las primeras canchas. Gerardo Díaz,
Cesar 'El Mago' Salgado, Milton y Guido Salazar se destacaron en esa época.
Luego se jugó en la Piscina Municipal, con personalidades como Iván Zambrano,
Aurelio Salazar 'el Zurdo de
Oro', Hólger Díaz y Gerardo
Guamán, estos tres últimos
fueron seleccionados de Rumiñahui y representantes en
los campeonatos organizados por la Unión Nacional de
Periodistas en el coliseo Julio
César Hidalgo.
Equipo Rumiñahui antes de conformar el Independiente.
Selección femenina de Rumiñahui en los años 60.
Aurelio Salazar, recuerda claramente que en esos
campeonatos la gente de
Quito les gritaba 'hornaderos'. También cuenta que en
Sangolquí se apostaba millones de sucres y que venían
a jugar deportistas de Ama-
guaña y Quito.
En la actualidad se juega
en el complejo recreacional
San Sebastián, antigua gallera municipal y también
en el 'hueco' del parque
Santa Clara.
FACETAS HISTÓRICAS
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
Hechos que cambiaron
la historia de
Rumiñahui
LAS OBRAS DE AGUA POTABLE TIENEN
UN CAPÍTULO ESPECIAL CON EL VIAJE A
GALáPAGOS. LA CREACIón del colegio
juan de salinas abre las puertas a la
educación del conglomerado social.
E
n el año 1951 Rumiñahui registra
una hazaña colectiva: un viaje
a la isla Seymour
del archipiélago de Galápagos para extraer la tubería
instalada por los norteamericanos en la segunda guerra
mundial, pues en las islas se
constituyó una base militar
que fue desalojada en la presidencia de Velasco Ibarra.
Jorge Cevallos Salas,
presidente del concejo de la
época (cargo que ejercía ad
honorem) cumplía las funciones de Jefe de Despacho
de la Cámara del Senado y
formó parte de un comité investigador que analizaba una
denuncia de asesinatos a los
presidiarios que se encontraban en la ínsula (Galápagos
fue presidio desde 1832 hasta
1958). En el lapso que le tomó
este trabajo advirtió que esa
tubería que conducía agua y
gasolina estaba en perfectas
condiciones y podía ser utilizada en su ciudad natal para
servir a la población con el
líquido vital. Pidió autorización al presidente de la República Galo Plaza y se efectuó
la donación del material.
Alrededor de 40 personas se ofrecieron para realizar el trabajo de excavación y
extracción en la isla, se nombró director de obra a Enrique Palacios y administrador
a Moisés Salazar. El único
sobreviviente de la epopeya
Gerardo Coronel comenta
que tenían escasas provisiones de comida y agua dulce,
pues por más que el concejo
de Rumiñahui se esforzaba
en enviar alimentos y vituallas, los barcos se retrasaban
y los víveres no llegaban.
Cerca de dos meses duró
la expedición. El retorno estuvo marcado por el cariño
familiar de los viajantes y el
reconocimiento de la población. La tubería viajó por barco hasta Durán y por ferrocarril hasta Tambillo, desde allí
en bus hasta Sangolquí.
En esta administración municipal se produjo
otro acontecimiento que
a decir de muchos cambió
radicalmente la condición
socioeconómica de los rumiñahuenses. La creación
del Colegio Municipal Juan
de Salinas abrió los horizontes de miles de agricultores, peones, indígenas,
obreros, transportistas y
artesanos que no tenían
acceso a la educación
por sus exiguos ingresos
económicos. 'Lo mejor
que puede hacerse en
cualquier conglomerado humano del mundo
es preparar a la gente,
darles posibilidades de
estudiar y eso se hizo'
exclama Cevallos.
Las fotografías
muestran a los jóvenes durante su permanencia en Galápagos.
Daniel Gualotuña,
ícono de la época hacendaria
D
aniel Gualotuña nació en Rumiñahui
en 1937 y creció en
la hacienda Fajardo de Jacinto Jijón y Caamaño. Vivió en carne propia la mano
dura del 'patrón'. Cuenta que
cuando veían a don Jacinto
desde lejos 'había que sacarse el sombrero hasta que
pase el rey' y procurar una
actitud sumisa y reverencial
que él no tenía.
Su familia realizaba la
labor agrícola en la hacienda, de dos de la mañana
a nueve de la noche, sin
parar. No conocían el
descanso de los fines de
semana, ni las fiestas
cívicas. No hablaban
español, dominaban
el quichua.
Daniel, inconforme con el sistema implantado por el patrón se escabullía
de la escuela de la hacienda para estudiar en la Juan
Montalvo de Sangolquí; llegaba descalzo desde Fajardo.
A los 12 años empezó a usar
alpargatas y desarrolló su
rebeldía, que le obligó a salir
de la hacienda y emplearse
como obrero en la fábrica
Textilana del señor Dassum.
El trabajo disciplinado
en la fábrica textil, en mejores condiciones que en la
hacienda, le hizo prosperar.
'A los catorce años ya estaba
afiliado', comenta. Incluso
en los años 60 adquirió una
parcela de cinco mil metros,
fruto de la lotización de la hacienda Fajardo.
Se casó con María Oña y
procreó cinco hijos, enviudó
en el año 2002. Quiso conocer el mundo vistiendo sus
alpargatas blancas, embajadoras de su tierra.
En el 2004 visitó las Islas
Galápagos, después estuvo
en Cartagena y Estados Unidos. En el 2010 fue a Holanda,
Egipto e Israel y en el 2014 a
España, Francia, Alemania,
Austria y Roma. En estos
países lució orgulloso sus
alpargatas, que asegura son
admiradas.
Le avergüenza ponerse
zapatos. 'Me opongo al paso
del tiempo y la desaparición
de una estirpe a la que siento
propia, porque soy descendiente directo de Atahualpa
y Rumiñahui, que eran bravos, importantes, inteligentes, sobre todo ellos eran los
dueños de la Patria' afirmó.
No importa que el tiempo corra, que ellos no estén y
se pierda el canto del rondador y el pingullo, el seguirá
resistiendo con sus alpargatas y su sangre audaz.
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8
DE
CANTONIZACIÓN
77AÑOS
TRADICIONES
Los cocos
un juego
tradicional que
se resiste a
desaparecer
Patricio Gualotuña muestra su habilidad en el juego.
P
atricio Gualotuña,
oriundo de Sangolquí
recuerda
que a sus 10 años
se inició en el juego
de los cocos. Con la gente del
barrio se reunían en el actual
parque Juan de Salinas, en la
Plaza César Chiriboga y atrás
del antiguo cementerio. Todos
estos espacios eran de tierra.
Alrededor de los años 50,
este juego solo se realizaba
cada 2 de noviembre por la
conmemoración de finados. Se
jugaba ocho días antes y ocho
días después.
Con el pasar de los años y
con el crecimiento poblacional
y arquitectónico de Sangolquí,
el juego se trasladó al sector de
Selva Alegre.
Recuerda claramente que
se iba a pie de Sangolquí a Selva Alegre. 'Jugábamos en la
parte del ordeño de la Hacienda Bolivia, luego nos trasladamos a la iglesia del Hermano
Miguel. Había un puente atrás
del templo que llegaba a la hacienda de Lourdes y desde ahí
lanzábamos las bolas porque
necesitamos una distancia de
35 metros para llegar a la bomba marcada en la cancha', comenta Gualotuña.
Luego se ubicaron a pocos
metros, junto a la iglesia, donde en la actualidad se reúnen
cada fin de semana desde las
14:00 hasta las 18:00.
Patricio Gualotuña, conocido como 'el Ingeniero' por
sus amigos de juego es quien
realiza las mediciones de la
explanada, la ubicación de los
cocos en el círculo central y el
tizado del área de 25 metros
cuadrados.
Cerca de 10 mesas se disputan cada sábado y domingo,
con la presencia de 15 jugadores. Beto Tipanta, Víctor “el Tablón' Barros, Rodrigo 'el Rolón'
Espín, Manuel Marcillo, Wilson Villarruel, Ricardo 'el Viejo' Pillajo, Mario 'el Pesadilla'
Díaz, Víctor 'Marta Julia' Guayasamín, Manuel Leime, Hernán 'el Taxista' Balseca, Raúl
'el Tanque de Gas', entre otros.
Lo que caracteriza al juego son las apuestas. Cuando se
manejaba el sucre, apostaban
entre 10 y 20 centavos. En la
actualidad cada mesa es de 30
centavos por jugador.
'Los turistas preguntan
por qué apostamos tan poco,
pero más que por dinero, se
juega por gusto y por mantener vivas nuestras tradiciones.
Queremos que más gente se
sume y que esto no se pierda',
expresa Gualotuña.
Tienen algunas reglas al
momento de jugar. Todos se
ubican a una distancia de 40
metros para realizar el primer
lanzamiento. Quienes logran
entrar al cuadrado continúan
el juego, los que se salen o no
entran al área 'están muertos'.
Si pega un coco del círculo
central , gana cinco centavos y
por apuntar o 'dar el pepo' al
coco de un compañero también suma a su cuenta cinco
centavos. Entre los cuatro o
dos últimos jugadores que se
mantienen vivos se reparten la
ganancia.
Humberto Díaz
peluquero por afición
E
l canto de los
pajaros es la
compañía
perenne
de
Humberto
Díaz, el peluquero más
antiguo de Sangolquí. Por
60 años ha atendido a los
sangolquileños en su local
ubicado en la avenida General Enríquez.
Díaz cuenta que estudiaba en el colegio Central
Técnico de Quito, pero se
“echaba la pera” e iba a
una peluquería del centro
histórico para admirar y
aprender cómo procedían
los peluqueros quiteños.
De esa manera aprendió
el oficio y argumenta que
no es algo que se pueda
enseñar, que el aprendiz
debe tener afición.
Recuerda que
en
Sangolquí
existían sola-
mente nueve peluqueros
de entre los que recuerda
a Juan y Jacinto Sosa, Jorge
Baldeón, Hidalgo, Estrella
y Páez, dice que ahora la
competencia es muy dura
porque en cada cuadra
existe una peluquería.
Humberto tiene 80
años, nueve hijos, 32 nietos, 15 bisnietos y ninguna dolencia. Atribuye su
buen estado de salud a la
alimentación basada en
granos, sin fertilizantes
ni fungicidas.
“Yo nací y me crié a
orillas del río Pita, cerca de
la fábrica El Progreso, era
un paraje de una belleza
única, un bosque natural
que no volveré a ver, soy
sangolquileño y me siento
muy orgulloso de esta tierra, de aquí no me he movido, ¿para qué? si Sangolquí tienen todo” finaliza.
Las señoritas Torres, un
siglo de curiosidades
Mirian prepara varios productos que ofrece a sus clientes.
C
ecilia Nuñez y
Leandro Torres
vinieron hace
casi 100 años de
Saquisilí para
radicarse en una de las casas
que circundan el parque Juan
de Salinas. En el terremoto de
1938 se cayó el techo de la vivienda y la remodelaron, allí
pusieron una tienda que ofrecía infinidad de productos
entre abarrotes, derivados del
petróleo, medicina natural,
¡en fin hasta a los jovencitos
que jugaban fútbol los mandaban a comprar puntería
cuando no atinaban los tiros!.
Miriam, una de las nietas
de don Leandro es la encar-
gada de la tienda y nos cuenta
que en estos días dispone de
productos que han desaparecido de los supermercados
modernos. Por ejemplo ofrece
hierbas para aliviar diferentes
dolencias, jabón negro para
la caspa, manteca de cacao y
velas de cebo para los resfríos,
azufre para los animales, flores de zinc, anilinas, colonia
con éter, entre otros. Gracias
a estas singulares mercancías
ha logrado mantener la clientela y satisfacer las necesidades de una población que aún
conserva la fe en las mezclas y
productos naturales.
Las señoritas Torres eran
y son dueñas de abundantes
secretos para mejorar la salud, cuidar el hogar y siempre
estuvieron dispuestas a proporcionar información clara
como los ojos azules que embellecieron sus rostros.
Rumiñahui y su Gente
agradece a:
Fernando Correa, Martha Palacios, Gerardo Coronel, José Elías Cárdenas,
Humberto Díaz, Miriam Torres, Zoila Cevallos, 'Maya' Carrera, Luis y Wendy Pinargo, Patricio Gualotuña, Daniel Gualotuña, Aurelio Salazar, José Batallas, Jorge
Washington Cevallos, Saturdino Topón, José Goyes, Rosa Amelia Carrera, Grupo
Unión del Valle, direcciones de Participación Ciudadana, Educación y Comunicación Social del Municipio de Rumiñahui, por compartir sus invaluables fotografías, experiencias y conocimientos.