COBACH Ciencias de la Comunicación II VI semestre M.C. Pablo Leif Virgen Domínguez COMUNICACIÓN PÚBLICA La comunicación pública es el Componente del Control que apoya la construcción de visión compartida, y el perfeccionamiento del entramado de relaciones humanas de la entidad pública con sus grupos de interés internos y externos, es decir la interacción entre las personas y la realidad organizacional con el propósito de lograr que mensajes, datos, ideas y actitudes que apoyen el acercamiento de la entidad a los públicos que atiende y estos a su vez, faciliten el cumplimiento de sus objetivos institucionales y sociales. Es todo acto por el cual una pluralidad de personas puedan tener acceso a la obra, interpretación, fonograma, o emisión de radiodifusión sin previa distribución de ejemplares, incluyendo la puesta a disposición del público, de tal forma que los miembros del público puedan acceder desde el lugar y en el momento que cada uno de ellos elija. No se considerará pública la comunicación cuando se lleve a efecto dentro del círculo familiar ordinario de una persona natural y sin fines lucrativos. En la comunicación pública encontramos los fenómenos sociales conocidos como mediático y cultura de masas. MEDIÁTICO Mediático es un adjetivo que permite referirse a aquello perteneciente o relativo a los medios de comunicación. Un medio de comunicación es un instrumento que permite llevar a cabo un proceso comunicacional. En este sentido, un teléfono es un medio de comunicación. En el caso de los medios de comunicación masivos (también conocidos como medios de comunicación de masas o mass media), los instrumentos permiten la comunicación entre múltiples emisores y receptores. El teléfono es interpersonal, pero no permite la comunicación masiva como sí lo hacen Internet, la televisión, la radio o los diarios. La noción de mediático, por lo tanto, está vinculada especialmente a estos medios masivos. Puede utilizarse en un sentido físico o simbólico. Un grupo mediático o multimedio es una empresa subdividida en varios medios de comunicación. El Grupo Clarín (dueño del diario Clarín, los canales televisivos El Trece, Todo Noticias y Volver, la radio Mitre y otros medios) es un ejemplo de grupo mediático. Los grupos mediáticos controlan buena parte de la información y pueden alcanzar una posición monopólica. El dueño de estos grupos puede difundir su versión de la realidad en múltiples medios, dejando poco espacio para otras cosmovisiones. El concepto de mediático es muy frecuente para nombrar a ciertos personajes que alcanzan la popularidad en los medios de comunicación por sus escándalos y polémicas, pero que no se destacan por su talento artístico ni tienen trabajo estable. Se trata de individuos que, por diferentes razones, acaban participando de programas televisivos dedicados a estudiar con lupa la vida privada de los famosos para generar controversias. De acuerdo con las características de cada cultura, los requisitos para que una persona se vuelva mediática son diferentes, pero en países occidentales tales como España, Argentina, Italia, Estados Unidos y Perú, por citar algunos, estos personajes suelen coincidir en su falta de educación, en sus malos modales y en la especial atención que reciben por parte de millones de personas, que se aferran a sus imágenes como si se tratara de seres iluminados, cuando no son más que títeres de los medios de comunicación. Cabe señalar que no todas las figuras mediáticas carecen de talento o habilidades especiales: algunas de ellas atraviesan una etapa de éxito en su juventud y más tarde no saben mantener su lugar en el mundo del espectáculo. Sin embargo, esto no justifica que acaben desvelando romances secretos de la farándula o participando de falsas discusiones y peleas orquestadas frente a millones de personas, cada tarde. Se conoce como sesgo mediático a la inclinación de ciertos medios de comunicación masiva a manipular la verdad para conseguir noticias que respondan a sus propias creencias y convicciones; se trata de una forma desequilibrada y deshonrada de llevar a cabo la labor periodística, y ocurre cuando existen intereses económicos, políticos o sociales de fondo. Entre los tipos de sesgo mediático conocidos se encuentran los siguientes: * étnico: tiende a favorecer las cuestiones nacionalistas o regionalistas; * empresarial: ignora la publicación de ciertas campañas políticas, noticias y anuncios, en pos de favorecer los intereses de tipo empresarial; * social: suele tergiversar la verdad para mejorar la imagen de una clase socioeconómica en particular, que suele ser la clase alta; * político: se inclina por un partido político o por una postura determinada, y busca favorecerlos por todos los medios posibles. El sesgo mediático es un fenómeno que lleva décadas intoxicando el periodismo, y a pesar de los intentos por alcanzar la total neutralidad y el equilibrio en la presentación de la información, resulta casi imposible deshacerse de esta tendencia. Si bien en algunos casos se trata de actitudes que parecen involuntarias, la preparación profesional de un periodista incluye la búsqueda de la objetividad a la hora de investigar y publicar las noticias. CULTURA DE MASAS Desde una perspectiva referencial masa es una propiedad característica de un cuerpo, que está relacionada con el número y clase de las partículas que lo forman. Se mide en kilogramos (kg) y también en gramos, toneladas, libras, onzas, etc. Esto se relaciona con cultura de masas, entendiéndola como el entramado social que se crea con las costumbres, tradiciones y expresiones que desarrolla una determinada comunidad. Así como las personas son las encargadas del desarrollo de la cultura, ésta influye sobre los hombres y mujeres de la sociedad en cuestión La noción de masas, por otra parte, puede hacer referencia a diversas cuestiones. En este caso nos interesa el significado vinculado a una multitud o amontonamiento de gente. Las masas, en este sentido, constituyen un grupo social Se conoce como cultura de masas a aquellas manifestaciones culturales que, por sus características o forma de producción, pueden ser asimiladas por una gran cantidad de personas. Este tipo de cultura, de este modo, se opone a la cultura de elite (que suele estar dirigida a las clases privilegiadas). En general, se asocia la cultura de masas a aquélla producida bajo parámetros propios de una industria, con fines de lucro y dirigida a consumidores. Por eso se vale de herramientas del marketing y la publicidad para alcanzar difusión y convertirse en un producto rentable. Además de todo lo expuesto, tendríamos que establecer una serie de parámetros o de señas de identidad importantes sobre lo que se conoce como cultura de masas: • Se sustenta en tres pilares claves como son la sociedad de consumo, la cultura comercial y la publicidad. • Su concepto fue desarrollado en el siglo XX. En concreto, fue a mediados del mismo cuando comenzó a usarse de manera contundente y todo a raíz de una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en el mundo en materia social o política. Entre esos hechos se hallan desde la implementación y extensión de los totalitarismos hasta la aparición y contundencia de medios de comunicación masivos como la radio o la televisión. • Va íntimamente relacionada con la globalización. • Está estrechamente unida a lo que se da en llamar consumismo. Y es que se considera que ella fomenta en muchos casos la adquisición y compra de todo tipo de productos. • Entre las ventajas que lleva aparejada la cultura de masas está que apuesta por la multiculturalidad • No obstante, también se le achaca que también, al mismo tiempo, fomenta en ocasiones aspectos nada positivos como pueden ser la pérdida de las identidades nacionales o valores así como el anteriormente mencionado consumismo. • El deporte, la música, el cine o la televisión se han convertido en “espectáculos” de la cultura de masas. • Existen diversos estudios y análisis llevados a cabo en torno al término que nos ocupa, siendo uno de los más significativos el realizado en 2004 por Alberto Abruzzese bajo el título “Cultura de masas”. Es posible, por lo tanto, trazar una oposición entre la cultura de masas (cuyos productos son concebidos para alcanzar la masividad y generar ganancias) y aquélla realizada de manera más artesanal y con el goce estético o espiritual como principal finalidad. Puede indicarse que la cultura de masas intenta fijar pensamientos y símbolos en la comunidad ya que, al llegar a una gran cantidad de personas, tiene una gran influencia. Los grupos más poderosos apelan a este tipo de cultura para transmitir sus valores y perpetuar el statu quo. Según diversos expertos, la cultura de masas se define como un producto que tiene como objetivo implantar en sus consumidores una determinada forma de pensar y de actuar. A través de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, gran parte de la sociedad absorbe a diario una serie de ideas y de costumbres que luego adopta como propias, alimentando una cadena sin fin que moldea poco a poco a poblaciones enteras. A pesar de estar atravesando una era en la que Internet parece ser el rey del mercado, la televisión sigue ocupando un lugar primordial en la mayoría de los hogares del mundo; en países como Estados Unidos y Japón, generalmente asociados a grandes avances científicos y a superproducciones en las industrias del espectáculo y el entretenimiento, la gente pasa muchas horas al día frente al televisor, que representa una auténtica (aunque peligrosa) compañía, especialmente para quienes viven solos. Los medios de comunicación tienen la misión de mantener informada a la gente, de entretenerla y de abrirle puertas a nuevas culturas, a maravillas de la naturaleza que pocos pueden ver en persona, de acercarla a la realidad del mundo entero sin necesidad de moverse de su casa; sin embargo, lejos han quedado los días en los que su contenido pudiera ser considerado espontáneo y legítimo, ya que en la actualidad tenemos sobradas pruebas la lamentable distorsión que provocan los intereses económicos y políticos. La cultura de masas no es algo que haya sido aceptado o adoptado espontáneamente por las masas, sino un producto especialmente diseñado y ajustado para ser consumido por tantas personas como sea posible, y que busca utilizarlas para potenciar su masificación hasta alcanzar un dominio imposible de derrocar. Aunque resulte decepcionante para algunos, es verdaderamente difícil hacerse a un costado y evitar cualquier influencia de la cultura de masas, incluso para aquéllos que creen tener sus propias ideas y convicciones; pertenecemos a un gran sistema complejo y cuidadosamente entretejido, que nos susurra a cada esquina qué pensar, cómo aprovechar nuestro tiempo libre, y, por qué no, qué hacer si queremos rebelarnos ante él.
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