10G EL MUSEO UNIVERSAL.

PREÍTIO DE LA srscRicioN.—MADRID, por números
NL)M.
l4.
sueltos i i rs.; tres meses ü rs.; seis meses
ií rs.; un año SO rs.
REVISTA DE LA SEMANA.
espites de acordada en
Francia la libertad de los
teatros, se lia visto que
los franceses tenían demasiadas libertades. Este fenómeno se ha dado á conocer en las últimas elecciones para el cuerpo legislativo , y en muchas
reuniones que se han celebrado en París en casa
de personajes notoriamente desafectos al régimen imperial. Témense por consiguiente disturbios en aquella capital, y para prevenirlos
se dice que va á echarse mano del acostumbrado medio
de restringir lo que los franceses poseen, según parece,
en grado escesivo, y es la libertad de reunirse y de nombrar diputados. Entre las medidas de seguridad general
que van á dictarse están la de no permitir reuniones que
no tengan el beneplácito de la autoridad y el declarar
ilegales las elecciones que no resulten favorables al gobierno. De esta manera quedará garantida suficientemente la tranquilidad pública , y París gozará do sus
teatros, bailes, conciertos, y fondas sin meterse en honduras de política y dejando vivir a tollos.
Mientras en Francia se preparan estas medidas, Garibaldi, abandonando la isla de Caprera, se presenta en
Londres donde los habitantes le reciben con las mayores
muestras de cariño y entusiasmo. Trátase de declararlo
ciudadano de Londres y de dar en su obsequio un banquete monstruo en Guildhall. Se hacen diversos comentarios sobre el objeto de este viaje del Cincinato italiano ; pero los periódicos que parecen mejor informados,
dicen que Garibaldi va á Londres á consultar á un eminente cirujano inglés acerca de la herida de su pierna y
de paso á escítar las simpatías de Inglaterra en favor de
la causa de Italia. En España llamamos á esto «ir por
atún y á ver al duque.» Garibaldi en efecto va por atún
MADRID 5 DE ABRIL DE 18G4.
á Londres , esto es, por simpatías y acaso suscriciones
para la próxima campaña de la causa italiana, y de paso
á ver al duque que en estas circunstancias es un cirujano. Y en verdad que cirujanos hay que valen por muchos duques; cuanto mas que bien puede ser duque un
cirujano cualquiera , al p:;so que no todos los duques
pueden ser profesores de cirujia.
No dudamos que en el banquete de Guildhall se dirán
I buenas cosas. Ahora las grandes cuestiones so tratan en
I los banquetes; y muchas veces desde 18-íS nos ha ocurrido el pensamiento de escribir una obra de sustancia,
¡ ó como suele decirse, de tomo y lomo, para demostrar
la influencia de los banquetes públicos en la prosperi| dad de las naciones. Lis chochas en salmi, las ostras,
al limón y el salmón á las finas yerbas, tienen mas
influencia de la que se cree en la suerte de los imperios
y en el movimiento de los ánimos. Aquí en España también banqueteamos (y permítasenos esta palabrilla que
no es nuestra, sino de un gran personaje que ya ha
muerto , llamado Luis Felipe) y no nos va mal, pudiendo decir con razón aliquid chupalur.
liase hablado mucho en la última semana de la invención de un tambor llamado mágico, el cual toca solo lo
que su dueño le manda. Ya no falta sino que se invente
un autómata que baile al son que le toquen; y formándose una sociedad entre el duefio del tambor y el del
autómata, se vayan por esos mundos de Dios haciendo
tocar y bailar lo que quieran y como quieran. ¡ Prodigios de la influencia moral de los hombres sobre los tambores y los autómatas! No sin misterio ha venido ahora
á llamar la atención el invento del tambor y vendrá luego
el del autómata : la sociedad es como un tambor que toca
las marchas que se le mandan , cuándo el himno de
Riego, cuándo la pitita, ya el himno de Espartero, ya
el de Castro ; y los hombres vienen á ser en muchos casos autómatas que lailán al son que les tocan. Ahora el
tambor social toca una marcha liberal marcando el paso,
que es lo que se llama en términos técnicos marcha
eminentemente conservadora.
Tenemos que lamentar la repentina muerte de un
amigo y de un tan modesto como apreciable literato y
publicista, el señor don Ricardo Federico, colaborador
nuestro en EL MUSEO, y antes en algún otro periódico.
El señor Federico , doctor en medicina en 1834, sin dejar de cultivar su profesión, se dedicó mas principalmente á tareas literarias y científicas. Fue redactor del Castellano , del Heraldo y de varios periódicos médicos.
PROVINCIAS.—Tres meses 28 rs.; seis meses 30 rs;
un a ño 9tí r s . - C i B i I'KERTO-KICO V ESTRANJERO,
A I \ U
\11I.
un aíio 7 pesos.—AMERICA Y ASIA, 1U á 15pesos.
Escribió después en la América y en EL MUSEO ; desempeñó en 1847 el cargo de secretario del gobierno de
Madrid; en 1849 el de oficial del ministerio de la Gobernación y en 18o3 el de director del instituto industrial y el dé diputado á cortes. Sus relevantes dotes, sus
conocimientos cientílicos y literarios , su buen gusto, su
amable trato , su probidad y buena fe le Inician queridísimo de cuantas personas tenían l:i satisfacción de conocerle. Asi su muerte ha sido umversalmente sentida y
toda la prensa sin distinción de colores ni opiniones, ha
hecho justicia á las prendas que le adornaban. Acompañamos en su justo dolor á su desconsolada familia.
Con los días de Pascua comenzaron de nuevo las funciones en el teatro Real. La líorglii-Mammo es ahora la
notabilidad mas aplaudida entre el juego de notabilidades mas ó men ;s notables que componen la compañía
del teatro de Oriente. En los primeros dias de la anterior
semana se ha representado la Saffo, y en ella la RorgliiMimmo ha dado muestras de un talento superior. Hebemos hacer mención también del tenor Nicoliní, que
fue muy aplaudido por lo bien que supo contribuir al
buen éxito de la ópera.
V.n la Zarzuela se han puesto en escena los Dioses del
Olimpo ; y no solamente se nos ha enseñado el Olimpo,
sino que, como presumíamos en nuestra revista anterior,
hemos visto los infiernos mitológicos , el sombrío imperio de Pluton y la laguna Estigia, que aterraba á los
mismos inmortales. La música de esta zarzuela es del
maestro Olfenbach y tiene algunas melodías muy lindas:
las decoraciones son vistosas; los trages bastante apropiados á las circunstancias. De los tres actos en que está
dividida la opereta, el segundo es sin duda el mejor : el
primero y el tercero están á bastante distancia del segundo. Ahora bien, el segundo acto es el que tenemos
nosotros por mas original: sea dicho en honor del señor
Pina, que ha arreglado la obra del francés. Lo que el
arreglador ha tomado del autor nos parece muy inferior
á lo que ha puesto de su cosecha. El público aplaudió,
sobre todo el segundo acto, é hizo repetir el coro linal
semi-bailable, no porque fuera el mejor, sino por el semibaile.
En Novedades se ha representado con gran lujo de
decoraciones una comedia de magia, titulada Los habitantes de la Luna, escrita con bastante ingenio por
el señor Rada y Delgado y los señores Redmar y Entrala , la cual está dando buenos productos á la empresa,
harto necesitada de una obra que se los diese.
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
10G
En la semana última ha habido una solemnidad que
no debemos pasar en silencio. Hay en Madrid una academia que se llama la Real Academia de Arqueología y
Geografía del Príncipe Alfonso. No hay que asustarse
jior'lo largo del título , porque la corporación es lo mas
inocente que darse puede. Suele reunirse de cuando en
cuando , unas veces para discutir algún punto del reglantenlo , otras para dar gracias á S M. por haberse dignado perniil.ii1 (pie el nombre del príncipe Alfonso figure
' á la cabeza de su titulo , otras pira nombrar presidente
al infante don Sebastian , y otras para objetos análogos
tan interesantes á la arqueología como á la geografía. 1.a
úllinia reunión habida cuesta semana se celebró para
dar posesión del .sillón presidencial á su ilustre presidente. S. A. con este motivo pronunció un discurso sobre la importancia de las ciencias arqueológica y geogi'álica, que fue contestado sobre el mismo lema por el
señor don l.oren/.o Arrazola; y los académicos se retiraron á descansar de sus fatigas, después de haber aprobado un proyecto para crear en su seno una sección de
filología. No (ludamos que con el tiempo esta academia
liará progresos, y si no los ha realizado hasta ahora, la
verdad es que ñor lo menos no lia hecho mal ninguno á
las ciencias en cuyo adelantamiento piensa ocuparse, lo
cual no siempre ni de todas las academias puede decirse,
t'na mejora vamos á proponer á esa apreciadle reunión
de-geógrafos y arqueólogos. Ya que se crea una sección
de biología , ¿no seri i bueno crear una de etnografía?
I lesearíamos que en la primera reunión se meditase este
punto interesante, porque importa mucho á la historia
el movimiento, el oleaje, digámoslo asi , de las razas
que han poblado y pueblan el globo. Hoy sabemos cómo
lia ido á América la raza negra africana : ¿pero sabemos
cómo y por dónde vino á Europa la raza blanca caucásica?
En punto á razas no puede darse idea de combinación
mas negra que la que han tenido varias muchachas de
Nueva-York. Estas jóvenes han formado una sociedad
que ellas dicen que tiene por objeto destruir la preocupación de las castas : pero cuyo lin principal es el de
todas las jóvenes; casarse. Lo grave del asunto no es
esto sin embargo; lo grave es, que quieren casarse con
negros. Cada una de ellas es una Desdemona que busca
su Ótelo. ¿Serán feas? Aconsejamos á los negros que fueren solicitados, que antes de dar el dulce sí que se le?
pida , exijan el retrato y las sulieienles garantías de
identidad.
útiles, la instrucción se fue generalizando cada vez mas;
FAC.ll.TAIIES.
los grandes talentos, que tan numerosos han sido siemKl número dealiminosconcurrenl.es á las universidapre en el suelo español, encontraron ocasión de cultivarse; y de aquí y por esto fueron saliendo de dia en des, (lur.inle los cursos académicos antes (Miados, es el
dia esos genios que han sido y son hoy la admiración y que arroja el siguiente cuadro :
asombro de los paisas eslranjeros.
Cursos académicos: alumnos de IS.'i7á IS5S 7,1)28.
Ahora bien , y puesto que las dimensiones de este a r de IS.'iS á 1850 7,SÍ2.
tículo no nos pernñlen eslendernos demasiado en conside IS50 á ISlill 7.077.
deraciones, sobre el oslado de las enseñanzas mas r e de iNfil) á IStíl 8,(¡| | .
motas ó anteriores al siglo presente, vengamos desde
Tolal
:!i,íi:;s.
luego a nuestros dias, primero y mas principal objeto
El IIIÍMHO aníllenlo rclalmi y proporcional que se ve
que tenemos en esla cuestión.
Ya hemos dicho antes que el amor al estudio y que el en eslos dalos y los anteriores, se observa laminen en
deseo de saber se ha ido aumentando de dia en dia en general en los que se relieren á las enseñanzas superior
nuestro país, y que por consiguiente la instrucción profesional y escuelas especiales.
La consecuencia , pues . de lodolo espueslo, esquí' la
también se aumenta y desarrolla . aunque hoy no lanío
como es de apetecer, y se necesita indispensablemente; instrucción primaria adelanta poco , y que la superior
bien porque no corre parejas con nuestra población exis- progresa.
No concluiremos eslos apuntes sin llamar de nuevo
tente, cuanto porque el grado de ilustración y progreso
la atención de quien corresponda , acerca déla convecon que marcha el siglo XIX asi lo exige.
Para demostrar, pues, nuestros asertos, y con ob- niencia y necesidad que existe del mayor número de
jeto de sacaren su vista las deducciones que nos parez- establecimientos de primera enseñanza , base sólida, é
can convenientes, y que de este modo serán mas exac- indispensable fundamento para las posteriores.
tas, usaremos del lenguaje de los números, cuya verdad
.los:: M\i¡í\ PCI.I; VHIN.
es mas clara que la de las palabras. Al intento trascribiremos aquí los dalos estadísticos que hay publicados
mas recientemente sobre el particular.
LA SEMANA SANTA EN" HOCOTÁ.
PRIMERA ENSEÑANZA.
RECIEIIHOS
Escuelas di1 todas clases, alumnos de ambos sexos
concurrentes á las mismas cu ISliil , y su relación entre
si y con el número de vecinos y babilanles:
.Número de escuelas públicas 20,IOS; privadas -í, 155:
total 2i,353.
Relación del número de escuelas con el de vecinos, 1 por 147.
Alumnos en las escuelas públicas 1.101,520: ídem en
las privadas 150,124 : tolal 1.251,053.
Relación del número de alumnos con el de a l mas , 1 por 13.
Ídem del de escuelas con el de alumnos, i por SI.
Las provincias en donde existen proporcionalmenle
mayor número de escuelas, son las de Álava , Burgos,
Guadalajara , Huesca , León, Lérida, Lugo, Falencia,
Segovia . Soria . Teruel y Zamora, cuya relación con el
numero de vecinos está á 1 por 100 la que m a s ; pues
entre estas hay algunas que no llegan al 70. Y las en que
Por esla reviva y la parte no firmada de este existe menor número de establecimientos de primera
número ,
enseñanza, son Albacete, Alicante, Almería, Badajoz,
Baleares , Cádiz, Córdoba , Jaén, Málaga, Murcia, PonNEMESIO FERNANDEZ CUESTA.
tevedra y Sevilla , de las cuales , la que se encuentra en
mejor relación es 1 por 2 1 5 , viéndose entre ella» una
que llega hasta la exagerada cifra de 1 por 370. Las demás provincias restantes de España están en el término
medio entre los estreñios de que liemos hecho mérito.
Sí á la desproporción que se n o ' j cutre las provincias
en el número de escuelas co'1 q;,e contaban en el año
EN ESPAÑA.
de lSó'O, relativamente co:i el vecindario que cada una
Por fortuna y para bien del individuo y de la socie- tenia, añadimos un date ;iii:5 que ims suministra el censo
dad, pasaron ya aquellos terribles y nebulosos tiempos de aquel misino a ñ o , cual es, que aun existían en Esen que la razón era la fuerza, pero fuerza bruta á cuyo paña 705,(iCO ind.vicluos délos dos sexos que no sabían
espantoso y asaz terrible dominio se hallaban injusta- es •j'ibir , y I l.s;¡7,-í 15 que ni siquiera sabían leer, p o mente subyugados los privilegios mas grandes, los d o - dremos deducir una consecuencia lógica del estado poco
nes mas preciosos queOins quiso concederal ser huma- lisonjero, ya que no lastimoso, en que se encontraba la
no : el talento y el saber.
instrucción primaria de nuestro país en aquellos días:
¡ Tiempos de esclavitud , de sangre y de ignorancia, y siendo indudablemente una de las causas mas principales
cuyas tristes y fatales consecuencias recordamos hoy de este retraso el corlo número de escuelas, el primero
llenos de, vergüenza y de, dolor! l'ara nada se necesita- y mas necesario elemento para la enseñ.oza publica.
De la relación del número de al.mmos con el de almas
ba entonces el saber: para nada y de nada servia entonces el talento : y no solo no servia , sino que lenian y de. la de los primeros con el de escuelas, también pocomo denigrante los señores de aquella época , dedicar- demos sacar la consecuencia clara de, que se ha desperse á ninguna otra clase de aprendizaje ni enseñanza ins- tado el deseo de aprender, y de que los establecimientos
tructiva, que. no fuera el ejercitarse en las armas, para que con tal objeto existían , no eran ya suficientes en
después blandirías y acometer á sus propios hermanos, aquella época ; [mes sabido es que si hay aglomeración
derramando torrentes de sangre hubiera ó no rnzon de alumnos en las escuelas, la confusión paralizará, ó
para ello, l'or fortuna ya no existen aquellos tiempos. por lo menos ''ara mas tardío el desarrollo de los primeAl abandono, á la negligencia, sucedieron el estímulo y ros coiiocj;iu>'iiios. l'or eso debemos llamar y llamamos
la voluntad , y pocos fueron ya los pueblos que, perma- la aten io:i sobre osle punto.
necieron quietos ó que quedaron rezagados en el camino
SEGUNDA ENSEÑANZA.
de la enseñanza pública y privada.
Número de alumnos concurrentes á los estableciNo fui! España de los pueblos á quienes locó la peor
parle, en esa tan gloriosa y útilísima como apacible con- mientos de segunda enseñanza , durante Jos años acatienda que hubo entre las naciones mas civilizadas del démicos siguientes:
globo para estiinu ar é inducir á sus habitantes á que
NUMKIiO lili ALUMNOS.
se instruyeran y adquiriesen los conocimientos precisos
é indispensables para penetrar en el terreno de los adeEstudios ¡ÍOMOlantos, j que mas tarde había de hacerlos fuertes y po- Cursos np a,]ú nir )S.
ralcs.
hl..l n,,tar¡..,,. Te al.
derosos. Por el contrario, conoció bien pronto que la
instrucción y la enseñanza son fuentes de moralidad y
de ventura , porque comprendió que i'l pueblo se mora- I) • 1857 á 18 ¡8.
00!)
t:t,soi
I í y oo
liza á la ve/, que se instruye , y no tarda mucho en es1 ,0 1 í
10 02 S
1858 á 18 ¡0.
18,'olí
lender y desarrollar esos grandes pensamientos, cuyos
20 SOS
I ,50!)
.; |M ¡0.
10,292
resultados fueron tan provechosos, que cada año, cada
2 1 , 178
1,055
181,0 ií Si i l .
10,52:!
dia alcanzaba nuevas y numerosas ventajas por su notable adelanto, consiguiendo ser en aigunas épocas,
Como se ve por las anteriores, y aunque no van comcomo en los tiempos de la primera Isabel,' de Curios ||¡ prendidos en el curso de 1857 á 1858, 2,722 alumnos,
y otros , la señora del mundo y de que nuestros abue- los cuales corresponden á varios instituios, porque no
los dijeran la grandiosa aunque enfática frase <|c que han poiliilo detallarse de la manera que indica el prenunca se ponía el sol en los dominios españoles.
cedente caiadro, los estudios de la segunda enseñanza
Conseguido el estímulo por querer saber, y desarro- se desarrollan y generalizan , vendo de cada vez mas en
llados los medios de aprender y adquirir conocimientos aumento.
APUNTES SOBRE LA ENSEÑANZA. GENERAL
Anterior
Inicio
I>I: i s
Y
VIAJE
Á AMIUICV
ESCUIIOS
ron
I N
EMICIIAIIO,
A I . VAI'OI!.
X.
Llegó por fin el Viernes Sanio, el dia de las grandes
ceremonias y de la conmemoración de Jos grandes misterios , ese dia solemne entre todos los que celebra la
Iglesia entre sus festividades del a ñ o , dia de lulo y p e nitencia, y que. viene á marcar con otra prueba nías
indeleble y auténtica el carácter esencialmente religioso
del pueblo americano.
Por la mañanita muy temprano dióse, principio al olicio, recitado por un coro numerosísimo de sacerdotes y
laicos revestidos de negro con paramentos fúnebres,
terminado el cual, el preste, rodeado de sus adláteres,
estrajo la Santa Forma y el cáliz, que se guardaban
desde el dia anterior en la urna del monumento, continuando en seguida la procesión claustral al compás del
Pango lingua, recitado á media voz por los sacerdotes.
La ceremonia terminó como había empezado, triste
é imponente, como el doloroso objeto á que aludiera;
é ínterin el gentío evacuaba aquel santo recinto, un
gran cortinaje negra caía de improviso , desarrollándose
de la altísima clave de la bóveda, haciendo desaparecer
detrás el monumento con todo su grandioso aparato , y
cuyas mil luces habíanse apagado ya de antemano en
un instante rápido, como por un soplo mágico.
Por la tarde cantáronse las tinieblas, y yo que me babia propuesto aprovechar el viaje, sin perder accidente
alguno, me apresuré á asistir de los primeros al cilicio
conmemorativo de la hora suprema del Salvador, desde
uno de los bancos del trascoló, gracias á la amabilidad
del s'ñor canónigo, el cual me facilitó también un gran
diurno .•eneciano, obligándome á cantar una lección del
tercer nocturno ; honor altamente apreciarlo entre el
pueblo de Bogotá, y que me valió un concepto recomendable por parle de aquellas buenas gentes, que empezaron á mirarme no sé si con admiración o con e n vidia.
Luego se, predicó el sermón llamado de la Agonía ó
de las siete palabras, con el templo completamente á
oscuras: solo allá en frente, sobre el altar mayor, enleramenle. desnudo, ardían seis velas verdes y amarillas
y una lámpara colgante en el crucero, á cuya luz lénue
y dudosa veíanse apenas tres cruces negras, altísimas,
como espectros dolantes en aquel santo abismo de sombras. La del centro estaba desnuda , mientras que las
dos laterales tenían crucificados los dos ladrones en actitudes opuestas.
Esforzábase el orador en relatar el drama doloroso de
la Pasión de Cristi; pero sobre lodo , al llegar su peroración á las escenas sangrientas del Calvario, su acento
tomó una inflexión lastimosa y patética, y su narración
empezó á ser mas pausada, para dar lempo á la ejecución de la escena que empezaba á tener lugar ya en el
presbiterio, y que á continuación describo.
Un grupo de sayones remangados de pie y brazo, sacó
medio arrastrando y á einpe|'oricj.s :í una efigie de Jesús,
cuyos miem'iros eran de resorte, yjirestiiban.se á toda
clase de articulaciones y movimientos.
Kn un momento la santa imagen fue despojada de su
lúníca , y colocada sobre la cruz, que se tendió al efecto liorizonlalmenle en tierra sobre la grada del presbiterio. Al punto oyóse el ruido de los martillos que, e n clavaran sus miembros, y bien presto volvió á elevarse
la cruz con el cuerpo de Jesús cárdeno y sangriento
en ella.
Allá á poco tuvo lugar el descendimiento, y dos s a cerdotes con ornamentos negros mostraron lentamente
por medio de una evolución giratoria aquel cuerpo descoyuntado al auditorio, que rompió en llanto, al compás
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
del estrépito atronador de las malracas, anunciando el á ello á los revendedores de artículos al [ -menor y á
inonienlo [en ¡lile de la muerto del Dios-Hombre.
los olicios mecánicos de cierto género.
El orador, terminado el sermón, descendía de la e á l'n grueso piquete de tropa bien uníforni da con sus
tedra cuando las (¡nieblas del crepúsculo aumentaban oficiales al frente y con emplumados tricornios, escolla oscuridad del templo, envolviendo los objelos cu una taba la procesión dividido en dos grupos . uno do ellos á
lobreguez fantástica.
continuación del anterior, y en pos de los cuales iba la
Conchuda que fue la ceremonia de la Imposición, co- Santa Virgen con las demás Marías vestidas todas tres
locaron al erueilijo en unas andas doradas cubiertas con con ropas de terciopelo entre iiiuM.ilmi de ángeles alaarcos de banderas simbólicas, de las cuales desprendían- dos, rodeado todo de mujeres con el pelo suelto llolanle
se finias negras dolantes y piños de lulo bordados en á la espalda, y llevando en la mano cirios encendidos.
piala con Iraujas de lo mismo, é iluminada la eligió por
Detrás iba un número incalculable de penilenles con
arandelas y globos de cristal límpido en los ángulos del i la espalda desnuda y sacudiéndose sin piedad fuelles
pedal sobre que se al/.ara.
¡izóles con ramas i'e mimbres, lo cual ofrecía un espectáculo repugnante, pues brotaba la sangre en aquellas
espaldas cárdenas. Aquellos pobres diablos ayunaban
XI.
lodos al traspaso, es decir, desde la ma: ana del Jueves
Ordenada la iíran procesión del enlierní,
ésla de Sudo basta el toque de gloria en el Sábado, y estaban
la iglesia en la forma siguiente:
escuálidos, medio muertos, sin aliento aun para añilar.
Alina la marcha un grupo ile jóvenes indios con s o - Algunas personas principales iban confortándoles, h a breveslas amarillas, uno de los cuales baria sonar una ciéndoles aspirar y beherlíquidos espirituosos, mientras
trompeta enorme con ruedas, mientras que- los reslaules que otros individuos de cofradías sosleiiiau en alto larolocal) m una especie de marcha fúnebre con las cajas les de estrañas forni's, á cuya luz aparecía ol sangriento cuadro en toda su cruel repugnancia.
destempladas y euhierlas de paños nebros.
lVIras marchaban dos lilas numerosísimas de faulasEl segundo grupo de soldados cerraba la marcha de
mas, llamadas maniquíes ó almas sanias, con prolon- esta procesión singular, cuyos asistentes sin escepeiou
gadas vestiduras con cola , echado un anlifaz al roslro y tal vez, á no ser los que llevaran andas, estandartes ó
llevando ¡i la cabeza un ¡lilísimo capuz, piramidal, con atribuios, iban provistos de faroles, linternas ó cirios
profusión de cintas Uníanles sobre la espalda , y cuyo encendidos: espectáculo que observado desde cualquier
cslremo solía llegar á los balcones. Algunos de aquellos punió cómodo, ofrecía ttw golpe de vista sorprendente,
fantasmas, cuyo número oseoilería de ochocientos, so- pues entonces aparecía una doble serie infinita de lumilian traer de la mano á un ángel lloroso, mientras que narias movibles, cuyo número debería esceder sin exaen la otra, y todos sin escopcion, llevaban cirios ama- geración de cuatro o cinco mil, semejanle a un ejército
rillos encendidos.
de fantasmas, iluminado por fuegos fatuos y errantes,
Aquellos hombres eran enfrailes de varias hermanda- de un efeclo grandioso y mágico, arrullado por los acordes, cuyas imágenes ó emblemas ululares iban detrás des lánguidos de una música melancólica, como un eco
con separación y á convenidas distancias. El primero de. doliente, perdido en el tenebroso limbo de la noche.
ellos era un grupo alegórico del triunfo de la (irada sobre el pecado, y lo representaba un ángel que hollaba
XII.
un esqueleto, conducido por seis mulatos en unas a n das, que mejor pudieran llamarse parihuelas.
Los albores de una mañana hermosa y el canto sonoA este paso seguían varios clérigos revestidos, que ro de los pájaros en la enram ula Honda ya i'e los jardiconducían los diferentes atributos de la Pasión , coloca- nes, anunciaron la presencia del Sábado, ese dia de
dos al eslremo de varas de una altura conveniente para estrepitoso júbilo, uno de los mas grandes del año en
poder verse, tales como el martillo, las tenazas, los tres liogotá.
clavos, la esponja , el gallo del Pretorio, los liados, los
Amaneció como el anterior, tétricamente silencioso y
treinta diner s de Judas, e t c . , y sobre todo un gran y en el cual silo la naturaleza y las aves desvanecían la
pendón violado . salpicado de manchas rojas, que dicen postración del hombre , dando testimonio de la existenrepresentaba la I única inconsútil di'Jesucristo.
cia del mundo y délas criaturas.
Los frailes de todos los conventos de la ciudad marPero un acontecimiento estraordinario vino á galvachaban en pos con sus simples hábitos de color distinto, nizar, por decirlo asi, esa vida adormecida y á precipiy llevando todos velas verdes encendidas y detrás veía- tarla en el vértigo : las campanas de los doce conventos
se al Nazareno con la cruz acuestas, ayudado por don de la ciudad y de sus parroquias, enmudecidas desde la
Simón Circneo, conducidos ambos en andas, de pésimo mañani del Jueves, empezaron á doblar á vuelo, mezgusto por cierto.
clándose su clamoreo con el estrépito de las descargas de
A continuación veíase un gran crucifijo de talla que fusilería, las salvas de artillería de la plaza, el ruido
sostenían en alio tres almas sanias , dos de las cuales, de los martillos, de las bocinas y matracas y las notas
colocadas lateralmente, lo verificaban por medio de hor- de los clarines que resonaran en las murallas y en los
cuarteles. Soltáronse las presas de los cauces, cuyas
quillas de hierro enganchadas á la cruz.
El alcalde ó gobernador de la ciudad , vestido de r i - aguas asi como las de las fuentes, empezaron á correr
gurosa ceremonia y cubierto con mía especie do mor- de nuevo, inundando la parle mas baja de la ciudad y
rión con penacho de plumas, llevaba una bandera negra sus barrios, entre la algaravía de aplausos, vítores y
arrastrando por el suelo, en medio de un tumultuoso aclamaciones del pueblo entero, ebrio de entusiasta j ú pelotón de negros uniformados di1 azul con vivos amari- bilo, que rayaba en un vértigo frenético. Las fuentes
llos y escarapela encarnada , los cuales pertenecían á la contenidas también, soltaron igualmente sus caños crisservidumbre de las principales familias que les enviaban talinos sobre sus recipientes de piedra , vistiéronse los
en su representación , uiienlras que ellas, por una sin- Inlcones de colgaduras y gallardetes do seda, y las bangularidad de costumbre, quedábanse en sus casis, para deras oliciales y consulares, abatid; s sobre su asta, voldisfrutar desde los terrados y balcones del espectáculo, vieron á izar de nuevo su pabellón Ilutante, tremolando
en los aires, en señal de gloria y regocijo.
curioso por demás, de la procesión.
Los músicos que componían la orquesta ¡han á la retaguardia delante de las mujeres y niños, rigorosamente, enlutados, con antifaces negros, y los instrumentos
cubiertos con cendales de color violado, tocando aires
fúnebres en los intervalos de las estrofas del Miserere y
de los moteles de, los Improperios, que cantaban pausadamente, los coros en un tono sumamente conmovedor
y tristísimo.
Detrás el cuerpo municipal , precedido del sindico
procurador y del jefe de policía , marchaba con sus tragos ilu ceremonia enlutados, y arrastrando los dos últimos por el suelo pendones negros.
A aquel grupo seguía el féretro con el cadáver del
Salvador conducido por clérigos ordenados de menores.
El féretro ó lecho fúnebre mirábase cubierto de, arcos
de (lores cerrados en pabellón, del cual desprendíanse
multitud de cintas, cuyos cabos conducían varios olicíales de graduación, los individuos del clero catedral y los
canónigos , y de cuya honra participé también yo
mismo.
Una confusión de gente disfrazada de, hebreos con
abigarrados tragos ile varios colores , chillones todos y
estrambóticos, venia detrás armada de palos, espadones, picas y alabardas: algunos de estos individuos, pertenecientes todos ellos á distintos gremios mecánicos
do la ciudad , llevaban también linternas sordas y encendidas, lo cual no dejaba de, producir un escelente
efecto en medio de la semí-oscurídad de la noche, que
era ya entrada.
El papel que, representaba esta gente, era tan odioso y
repugnante, según alirma una autoridad competente
en la materia , que no hallándose con facilidad personas
que se presten á encargarse de su desempeño, oblígase
Anterior
Felizmente en la noche anterior, se me había prevenido que me abstuviera de salir de casa por la mañana
del Sábado Santo, consejo que utilicé gustoso y del cual
no me be, arrepentido ciertamente. A la sombra de ese,
mismo entusiasmo, que raya en delirio, como queda
dicho , suelen cometerse crimínales venganzas que desliguradas cuino actos casuales, quedan ordinariamente
impunes , pasando por rasgos indiscretos producidos
por la efervescencia religiosa. Y con efecto, en ese mismo día de que voy hablando murió atravesada de, un
tiro una pobre joven á manos de un fanático que, h a biendo tenido relaciones amorosas con ella, y que desairado en sus pretensiones, había llegado á ser presado
unos celo'j rabiosos, cuyo desenlace fue el crimen que
queda d.'cho.
En vano los parientes de la víctima trataron de hacer
valer sus vehementes sospechas de culpabilidad premeditada y con alevosía contra el asesino: éste logró eludir la acción de la ley, bajo el protesto de una lastimosa
imprudencia producida por su propio entusiasmo religioso.
Otros crímenes por el estilo ocurrieron además, con
circunstancias diversas y que me abstengo de reproducir, citando únicamenle el que queda rehilado anteriormente en testimonio de la ciega preocupación do un
pueblo exaltado hasta el fanatismo , á cuya sombra medran el error y la impostura, ose doble apoyo sofístico
del crimen, cobardemente disfrazado.
Tal fue, pues, el ceremonial fie la Semana Santa que
me propuse describir á grandes rasgos.
Josii PASTOU ni-: i.\ lioc.v.
Inicio
107
KL TE Y SUS ADULTEKACIÜNIÍS.
El consumo del té en Europa, es inmenso ; esla bebida , que apenas era conocida hace dos siglos, ha llegado
á generalizarse de tal modo, que en Inglaterra, Holanda y algunos Estadosde la Confederación (•erniánica,
la usan basta los artesanos mas pobres; en Ilusia, donde el comercit con la China es tan considerable y se
hace directamente , es la bebida de todas las clases de
la sociedad; en el resto de Europa su uso no es lan general , aunque en ludas par es es de un uso común.1 El
aníllenlo progresivo que lia tenido su consumo principalmente de algunos años á estallarte, ha sido causa
de que los que se dedicaban á su comercio hayan adulterado este importante artículo añadiéndole oirás s u s tancias que los permitieran realizar grandes beneficios
á poca costa. Esla falsílicacimi es mas digna de estudiarse en los países, que como España , obtienen el le
de segunda ó tercera mano y por lo lauto mas espueslo
á ser adulterado, que en aquellos en que como en Rusia e Inglaterra le reciben directamente de la China , ó
como en Holanda , (|ue abastece sus mercados de las
plantaciones que posee en Java y en algunas oirás colonias.
El lé no es solamente un esliiiiulanle que sirve para
reanimar el espíritu . sino que como han demostrado la
química y la lisinlogía moderna , es una sustancia alimenticia. pues además del aceile volátil, vivificador
y aromático que posee en una proporción de I por
100 conlieii" un radical formado pm- una gran c a n tidad de gas azote: á este radical se le ha dado el nombro de le'i'na , y I ¡ene la inay, r semejanza química con
la calcina del haba de café. Según la clase del té la cantidad de teína que contiene es de 2 á (i por loo . y está
formada d ' ¿S,s;t parles de gas azote , iít,S<> de carbono . ii.OS de hidrógeno y llí,21) de, oxígeno. El té . además de sus cualidades estimulantes y alimenticias,
tiene una propiedad astringente , deluda á una parle de
ácido corrosivo que se encuentra en una cantidad de 13
á 18 por 1(10. Este ácido juntamente con el electo a s tringente del t é , es también la causa de que las hojas
verdes secadas demasiado pronto en C! i na . tomen un
color negro. El ácido ejerce en los nervios una influencia que se manifiesta dándoles una dulzura y una especie de entorpecimiento sumamente agradable. Además
se encuentra aun en el t é , aparte del almidón y de la
goma , una sustancia alimenticia que hallamos como la
principal sustancia nutricia de los cereales, y que se
conoce como fibrina vegetal ó cola. Las hojas secas del
té contienen mas de una cuarta parte de su peso de este,
materia. Como en la infusión en agua caliente se d e s prendo muy poca materia glutinosa en las preparaciones que hacemos con el té , queda en las hojas una gran
parte de la sustancia alimenticia , la cual puede sacarse
si se echa en el agua algo de sosa purilicada (1).
Lis |iartes constitutivas del té son muy distintas, según la clase de éste , pero no dependen en realidad de
la planta misma sino de su preparación; a s i , pues, conviene conocerle un poco para poder juzgar de su pureza
i'i de su adulteración.
En la mayor parte de Europa se usa generalmente el
té chino ó el que se, cultiva en Japón, Corea, Java y
Ceylan. En la América del Sur se usa el del Paraguay
(de la planta llamada ¡le.cparat]uai/cns¡s); en la A m e rica del Norte el té de Jersey (i de James (de la planl.il
ccanolhas amcricanus
y l&lum ectifoliar») ; todas
estas clases contienen la parle de gas azote de, la teína,
aunque las plantas son tan distintas en especie y en
clima.
El té chino viene de las tres clases del tliea ehinensis,
que pertenece á la familia de las cameliáceas, cuya representante es la hermosa camelia tan conocida. De estas tres clases la primera es el thca virtáis (lé verde)
que es la mas lina, que se cultiva en la provincia de
lliong-chovv; el ilusa bohea (té pardo) y el thca strivta,
particularmente, el primero de ellos, proviene de las
clases inferiores del té verde y del negro de la provincia
de Cantón. La preparación de las hojas del té para h a cer el té verde y el té negro, es de la mayor importancia.
El té es una planta dotada do propiedades venenosas
que no tiene en sí ningún indicio del aroma ni del gusto
de las hojas ya preparadas; todas las propiedades agradables que le hacen ser la bellida favorita de las naciones , se desarrollan on el procedimiento de su prepacion. Esta no solo verifica una alteración en sus partes
constitutivas por el modo de secar y de tostar las hojas , sino que además es la causa de que, sea verde ó
negro.
Para hacer ol té verde se esliendo!) las hojas recién
cogidas sobro una capa de bambúes á fin de secarlas, lo
queso hace en dos ó tres horas; después se ponen á
tostaren una especie de sartén á un buen fuego de, leña
apretándolas bien para que, despidan la humedad que
puedan tener aun , y estando todavía calientes se las
arrolla con la mano. En seguida se las vuelve ¡i poner á
un fuego lento removiéndolas sin cesar y arrollándolas
(1) Kn l n ¡ ; l a l r m y en llamhnr¡;i>, s e o d i a un p o n í ilc sosn á l a s
h o j a s i l o l tí", i l e s p i i c s \ | u e se lia s a c a d o loila el a s n a , Un la A m é r i c a
(leí S u r so turnan las hojas r o m o un a l i m e n t o n u t i i t i v o , d e s p u é s ilc
hiilicr bellido la t l e r o r i o u ile t é .
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
108
por segunda vez ; hora y media después de este procedimiento, adquieren un color verde oscuro. De la m a yor ó menor limpieza en estas operaciones y de las veces
que se las calienta resultan las diferentes clases mas ó
menos tinas y reciben el color oscuro , verde azulado ó
verde mas claro , formando asi el twankay, hyson , imperial , pólvora de cañón , etc., etc.
Kl té negro requiere una preparación especial ; las
hojas frescas so eclian sobre una esterilla y se ponen á
secar al aire por espacio de doce lloras; después se las
mueve y se las comprime con la mano para ponerlas
blandas, dejándolas aun al aire por espacio de una hora
en montón y en este estado húmedo adquieren ya un
cierto aroma. Después se las arrolla encima de una mesa
hasta hacer de ellas unas bolas pequeñas, y echándolas
luego en una especie de sartén para acabarlas, de secar
por un procedimiento análogo al que se emplea para el
té verde aunque mas complicado y con algunas otras
operaciones, hasta que pierden su propiedad venenosa
(narcótica) y entonces se presentan en el mercado como
Iwhea (de la provincia de Eo-kion), congu, compoi. pakoe, etc., etc.
Veamos ahora cómo se hacen las adulteraciones y
cuáles son los medios de descubrirlas.
En general se juzga del té por su aroma, por el color
que tiene cuando está seco y por el de la hebilla ya hecha ; pero el que no sea un conocedor muy profundo
puede equivocarse muy fácilmente en el olor, en el color y en el gusto, pues la adulteración del té no se hace
en general en Europa, sino en China, por los mismos
que trabajan en él. Esta adulteración tiene lugar principalmente en el té verde para dalle el color mas apre-
ciado en el comercio ; con este objeto se toma materia colorante, amarilla, blanca y sobre todo azul.
Cuando Fortune, vívia en la
China, vio que
los fabricantes
de allí machaca lian en u n
mortero, azul de
Prusia con algunos pedazos
de yeso que antes habia sido
quemado y pulverizado, y que
esta mezcla la
echaban al tiempo de poner á
secarpor última
vez al té,esteni'iéndola sobre
las hojas con
una cucharita
de porcelana y
que antes de
q u i t a r l a s del
fueteo las com-
ESrEPICION AL PACIF100.—ARBOLES GIGANTES, LA MAPBE T EL HIJO.
primian con las
manos. Para cada siete libras de
lé se venia á emplear como media
onza de aquella
materia colóranle; de este modo
el té recibo por
igual el color verde tan apreciado
en Europa, donde
se paga á tan alto
precio. En la re
alidad esta adición de azul de
I'rusia y de yeso
no puede apenas
perjudicara! que
usa este té, pues
seha demostrado
poresperimentos
hechos, que en
media onza de té
hay,cuandomas,
medio prano de
esta materia colorante y en ésle,
solo una sesta
parle de azul de
I'rusia. Los chinos usan también
el añil para dar
color al té.
Se puede conocer muy fácilmente si el té
verde contiene
añil ó azul de
l'rusia; para esto
basta echar un
poco del té queso
quiere examinar
ESP1 DICION'. AL PACIFICO.—AHBOLÜS CIGANTKS , CHOPO DULAS TBKS (¡RACIAS.
Anterior
Inicio
en ngua na , y después de haberle movido bien en ella,
colarle con una muselina muy delgada; entonces la materia colorante que se hallaba adherida á la hoja del leen
un polvo impalpable, pasará al través de la muselina y
formará una especie de poso en el agua ya colada. Cuando
se halla ya asolado, se vierto el agua poco á poco y se
p n e en contacto el poso con una solución de cal; si el color
lo del poso so hace mas bajo, en ese caso la materia colorante está formada por el añil, pero si el poso con la potasa toma un color pardo y añadiéndole algunas gotas do
árido sulfúrico so pono, de nuevo claro, entonces la materia colorante es azul de I'rusia. Los chinos no solo
tratan de dar color al lé , siim que procuran también
comunicarle! buen olor y aumento de peso cuando tienen un lé inferior y quieran que atraiga compradores.
Para esto toman ordinariamente otras plantas, cuyas
hojas las mezclan con las del té. El souchong le mezclan con las flores y hojas del chloranthiis inconsptcuu.i
que crece en la isla i'e java ; esta mezcla se verifica pulverizando el chloranthus y echándolo en las hojas del té
cuando oslan puestas á socar. Con igual fin so usan las
flores y hoj'as del Jardcnia florida, las hojas aromdtilicas del Olea fragrans y del jasminum Sambnc. Los
chinos secan anualmente muchos millones de libras de
hojas de diferentes plantas para mezclarlas con las del
verdadero té. La compañía inglesa do las Indias orienlales so sirve del mismo medio y esta es la causa do
que en las clases de té do fabricación inglesa se hallen
hojas do haya , olmo, castaño do Indias , plátano, encina , álamo Illanco, e t c . , etc. Estas hojas se secan, se
corlan en pedazos pequeños y después de echarles un
poco de katechu so mezclan con las dol té ó con el polvo colorante de la rosa y del té puro.
Examinemos ahora el té negro tal como so encuentra
en el comercio.
Para estar en estado do conocer por medio del microscopio, que es el nimio mas directo y seguro, las adulteraciones que ha sufrido el t é , es necesario saber antes
«filó contieno la hoja del té puro. En esto caso el análisis
químico para demostrar qué hojas so han empleado en
adulteración y si hay efectivamente hojas de té puro, es
tan dilícil como incierto. El examen con el microscopio
demuestra do un modo especial la forma, el tamaño y
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
disposición de los nervios y venas de la hoja, pues hasta
de los pedazos que la lioja rota ó pulverizada presenta al
microscopio se pueden reconocer fácilmente las formas
características. En ciertos casos la misma epidermis , es
decir, la telilla ligera que cubre la superficie de la lioja,
puede servir para dar el conocimiento de ella.
El microscopio nos manifiesta en las hojas del verdadero té, del thea chinensis, una forma lanceolada con
los bordes dentados; pero estas hojas presentan un carácter particular en la ramificación de los nervios ó venas, pues no solo forman sus mallas ó redes como todas
las demás plantas de follaje , sino que las ramificaciones
mayores que parten de los nervios ó venas centrales,
hacen un espacio ante el tejido en figura de red , de la
109
orilla de la hoja y corren cerradas al parecer por las
redes mas linas, una frente á otra. Esta forma es característica en el té puro, y ahora veremos que las hojas de
las otras plantas que sirven para adulterarle se diferencian notablemente en ella.
La hoja del té que se cultiva en Assnm es algo diferente. La ramificación de las venas de su hoja es completamente igual á la del thca chinensis , pero la hoja
entera es mas ancha y también dentada con la particularidad de que sus di ntes son alternativamente uno
mayor y mas ancho, y otro menor y mas estrecho. Esto
no se halla marcado de un modo evidente en todas las
hojas, pero aun en aquellas que no se ve con claridad se
conoce fácilmente el carácter de toda la lio a.
El conocimiento de la epidermis de la hoja es también
muy importante; se debe examinar bien porque la hoja
del té se diferencia por su epidermis de otras varias que
sirven para adulterarle. Una de las cosas que caracterizan mas la epidermis de esta hoja , son las celdillas que
forman las llamadas grietas ó hendiduras, y la especie,
de vello que la cubre en su parte inferior.
Hemos dicho ya que los chinos mezclan otras hojas con
el té para darle un olor agradable; para esto se sirven
principalmente del chloranlus inconspicuus y de la came'lia sasanqua. Las hojas de ambas plantas son bastante parecidas A las del ié chino , mas sin embargo, la
persona (pie está acostumbrada averias, las conoce fácilmente cuando las compara con éstas.
PASO DE LOS PRUSIANOS POR EL SCHI.EI, CfcHCA DE ARNIS , EN SCHI.ESWIG.
El té se adultera aun lomando las hojas mas comunes de plantas sin valor alguno , poro que tienen una
propiedad astringente ó que poseen partes constitutivas
de ácid > corrosivo. Por esta rnzon se ludían muchas
veces en el té , hojas de plantas de Europa y aun de la
parte septentrional de ésta, y si la misma Compañía inglesa de I s Indias hace estas adulteraciones, no tiene
nada de estraño que los especuladores ingleses y alemanes las hagan también para lograr mayores beneficios.
Las hojas que se usan mas frecuentemente para esto,
son las de sauce , álamo blanco , plátano, encina , espino blanco, haya, olmo, etc.
H ly otros medios todavía peores que se emplean para
dar ai té adulterado una apariencia de pureza. El té que
so ha empleado ya para bebida , se prepara con ciertas
sustancias que le comunican una fuerza aparente y se
vende corno té chino puro. Hay casas de comercio en
Inglaterra que compran el té que ha servido ya en las
fondas y en los cafés, le preparan y le venden de nuevo.
En general todo el que se vende muy barato en Inglaterra y en Alemania, ha sido empleado ya antes para
bebida'.
.
La parte de ácido corrosivo que contiene es la que
favorece esta adulteración. La infusión en agua caliente
Anterior
quita el ácido corrosivo con la parte de goma ; el primero da á Id hoja su efecto escitante, astringente y aroma I.ico ; la segunda la conserva dura en su forma comprimida ; ambas cosas son sustituidas fácilmente en la
adulteración.
¡Se continuará )
A.
ESPKDICION CIENTÍFICA. AL PACÍFICO.
Ahnrdode !:i fragata de guerra Triunfo.
En la mar ;í i." de diciembre de 1863.
Bajo la triste impresión del fallecimiento de nuestro
compañero don Fernando Amor, de que di noticia en
mi última carta desde San Francisco, entrarnos de nuevo en la fragata el dia :)1 de octubre por la noche, para
salir el dia de Todos /os Santas. Ellos nos presten su
ayuda y protección hasta pisar las playas de nuestra patria; que por cierto lo deseamos, no por los temporales y borrascas del mundo físico, sino por las del inundo moral, que tienen rachas mas duras, y no hasta
Inicio
ponerse á la capa. Pero dejemos esto en el fondo del
saco para su tiempo, y (¡iré algo de lo que no haya
hablado en mi última sobre California, donde solo hemos
permanecido veinte dias, corto tiempo para hacer apreciaciones exactas, pues como dice Balines en su criterio:
«La razón y la esperiencia enseñan que para formar cabal concepto de una pequeña comarca, y poderla describir tal como es, bajo el aspecto material y moral, es
necesario estar familiarizado con la lengua, pasar allí
larga temporaria, abundar en relaciones, estar en trato
continuo sin cansarse de preguntar y observar. No creo
que haya otro medio de adquirir noticias exactas y formar acertado juicio; lo demás es andarse en generalidades, y llenarse la cabeza de errores é inexactitudes , etc., etc.» Diez y seis meses vamos á cumplir en
nuestro viaje, y en su mayor parte hemos estado siempre
navegando, y el ('orto espacio de cinco meses que hemos
estado en tierra en los divers s puntos que hemos tocado, apenas habremos hecho sino embarcarnos y desembarcar, orientarse de las poblaciones , aprender el sistema monetario ; de los miles de rcis en el Brasil, los
patacones y pesos de la república argentina , las libras
esterlinas ¡le Stanley, los cóndores de Chile, los pesos
del Perú y (luayaquil, todos de diferentes valores, y
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
no
'iis dollars iln California. Solo con oslo hay para emplear os cansado. La única distracción en la m a r , es el cielo
los dio/, y los veinte dias que pasamos en cada punto; que el marino mira pidiéndole vicnlns favorables, y que
mas apenas, uno lia IHTIIO ya su conocimiento con los el viajero mira por dislraerse, ya con las nacaradas
hombros entendidos del pais, y apenas estos lo lian nubéculas del alba . ya con las nuiles blanc ts y fantástiindicado los punios dignos <]e visitarse y de recoger n o - cas que cambian de formas y de colores con la marcha
ticias, ruando sin esperarlo lo embaulan á uno en el do la tierra . ya con las puestas de sol , rojizas, aliaranbarco, y adelante ¡i estudiar ninbtis cissus y vunmlos |adas y grises, va enii las constelaciones de l;is estrei|ue forman las nuiles.
llas, la trasparencia del cielo > los pal ellniíes ile nubes
KM esta parle nuestro presidente Almagro. Isern \ el por entre los cuales pasa la luna.
inalo-iado Amor, lo entendieron , v siempre 1I;MI estado
Ks lo único que distrae . pero os una distracción depor tierra desde ipie salieron ile Montevideo, quedándo- masiado melancólica para muy continuada.
nos en el encierro Marline/., Espada , l'uig y su sorviiloi', vieiiilo >ieinpre la mar salada y las maniobras del
buque . con lo que me parece podremos cxamiuaru s
para guardias marinas, con gran recomendación por los |
Kn Calilornia se encuentran establecidos v lraba|anmuflios dias de mar que llevamos. Kn la mar un bota- do como (ill.dlin chinos en lodo el Kslado. v unos .'i.OOO
nien poco puedo n eoí/rr. me parece ; y un a)iti'(i]H)lüji(>. en San Francisco solo . que tienen sus coieorcios y pecomo no mida los cráneos de los tiburones y otros pe- queñas iiidusl rías.
ces, o averigüe si los susodichos lleviiu ír;ie v chalec 1 ,
Conservan en gran parlo sus trabes y costumbres . si
I'I usan muebles, para adelaular los estudio" eluo. ráliros, I ion con el loco dolos europeos van perdiendo a l m i lio sé i]iié pueda I,acor, l'or mi parle . romo no folouTa- llas de oslas últimas. Ksláu bástanle mal mirados por
|:e lo qiii' dicen hi/o Dios el primer ilia de l;i creación,
los europeos , no se si por M I suciedad o por qué causa.
no encuentro nada que pueda reproducirse. Si pudiera
Tienen barrios enteros , con sus muestras cu letras i-lules dibujaría á ustedes el inlini'o calor que pasamos y la
nas; dos templos y una easuoa en la que dan funciones
gran buniedad que maltraía nuestros efectos y sobre lodo
de teatro. Kl teatro es una habitación como de ^10 pies
nuestras personas : mas eslu no es posible por carecer
cuadrados do una casa cualquiera , con sus paredes di
ile contornos. A u n duran en mi imaginación los agradables momentos que p:is;imos en el conilado de Cala- papel pintado trances : un labia..'o n mo el de nuestros
re ras , admirando los enormes y ma:;n¡lieus hiíj-treef. teatros es la escena, sin decorado ni lelon. pero con sus
I'I palos altos del pino , seenoia-giíjarUa.
las rolladas y muebles y utensilios . armas, banderas, quitasoles y
llanos de Morpliis. y las deliciosas orillas del-fio Saera- lodos los enseres necesarios para las piezas históricas,
inenlo. festoneadas de arboledas. Ks|e rio no tiene ape- que representan y que duran por cierto seis ú OC.IK
nas corriente. y como crece al derretirse las nieves, dias . empezando á las ocho y concluyendo á las doce ó
suele salirse de madre r o n frecuencia , poniendo á la la una de la mañana. No tienen piezas escritas á propóciudad tic Sacramento en un verdadero conflicto. l.ana- sito y asi se aprenden trozos de la historia al pie de la
vogacion por este rio es uno de los espectáculos mas letra con singular y envidiable memoria , pues carecoi
bellos que se pueden imaginar, por los efectos que bacen de apuntador y traspuntes. Tienen detrás de la escena,
las amias tranquilas en que se retraían las riberas, al en una especie do nicho cuadrado de cuatro varas, su
mismo tiempo que las proas y ruedas de los vapores r i - orquesta . compuesta de instrumentos discordantes y
zan las ondas, que- con sus mil reflejos diferentes, unas ruidosos: entro ellos una especie de v i n l i n , o mejor d i veces verdosos , oirás rojizos con los rayo* ' I d sol po- cho . rabel de un chirrido original, un timbal de palo
niente, otras platearlos y trasparentes, forman maravi- platillos y tantán. Con la música ac- nipañan las reprellosos y ricos contrastes . dignos ile mejor descripción sentaciones como hacen los franceses en los vaudevíllos
que esta.
; En particular las entradas y salidas de los personajes.
¡ y las escenas terribles, son acompañadas con gran braLa seenoia-Qigantca os o l n o m l re genérico de los pi- vura por el instrumental. La acción en las damas os
nos, cuyo primer dibujo remití en mi última, La altura tiesa y soca: su inflexión de voz chillona como las de
de los centinelas es do .'fon pies ingleses y su c i r c u n - ; los polichinelas, asi como en los hombres os acre y
ferencia es do ft.'i el uno y de (iO el otro.
cascajosa: sobro todo en los arranques épicos, se desEl grupo de las tres gracias,
uno de los mas bellos gañifan, con tales gestos y movimientos. que parecen
grupos del p i n a r , mide Te altura 2!1.'¡ píes y la c i r c u n - endiablados. Los Irau-es, aunque ya usados y viejos,
ferencia de los tres 02 pies ingleses.
eran bastante bonitos y originales.
Lamadre
y el hijo, la primera 311! do altura y 3o2
Sus caretas, con visibles barbas y facciones monsel secundo, y su circunferencia unida 102 pies.
truosas, sus tocados y cascos con largas y ondulantes
El padre del bosque, ;¡00 pies desde la raiz . y su plumas, forman los mas raros contrastes, l'or decontado
diámetro t s pies ingleses.
que siempre hay aquello de corlar cabezas y acabar
La madre del bosque descortezada en IÑ.ÍT y el es- como el rosario de la aurora el drama : siendo las escequeleto medido en 1NI11, mido 0(> pies de circunferen- nas larcas y detalladas, ron rombales singulares, forcia en su buso y S í pies sin la corte/a. Su altura es maciones ile cansas y qué sé yo olíanlo trasiego; pues
de 321 pies. Se lo quitó la corteza basta la altura de I Mi advierlo que no entendía una palabra y que la mímica
pies en IN!> í.
era mi norte y guia. Vislense en dos pequeños cnarliLa vanidad
dclbosqne,
t i e n e -¿~¡'.'¡ pies de a l l u r a y lio los llenos de objetos singulares y que hubiera d¡bii|ado
de circunferencia. Otro enorme pino denominado cáma- si no hubiera tenido el tiempo tan escaso.
ra de los ?>?ineros, que fue echado á tierra por un t e m A duras penas conseguí hacer cuatro grupos de c h i poral . tiene 270 pies de altura y NO de circunferencia. nos en trago de calle, pues los del lealro no (pusieron
O t r o , llamado cabana de los mineros, liene :t2 pies de prestárseme ni aun ofreciendo robalos, l'ara hacer los
diámetro y se tronchó al choque con otro árbol á la al- . retratos que hice, tuve que buscar á Mr. Kdoiiard Cartura de l.'iO pies.
I v a l l o , natural de Hatavia. y que habla el chino, y pude
Tale- son las dimensiones colosales ile estos tan nota- por dicho señor entenderme con cinco i]r eslos diahlilos
bles árboles, para el naturalista . el arlisla y el curioso do colóla, l'ero aun asi fue un triunfo el retratarlos,
é itislruidn viajero. Ksle sitio es el Aranjuez de San sobre lodo las mujeres que armaban un guirigay y un
l''rancisco ; y en la estación primaveral, á éi van á pasar enrollo , que no ha'ia medio de entenderse ron ellas.
temporadas las familias de dicha población y disfrutar l'or último, pude sacar eiialro clichés, que no fue poca
del puro ambiente, y de sus amenas y frescas sombras, fortuna.
pues tant'i Sacramento e mo San Krancisco.se ponen
I t vi•• V I . I . C. v s ' i i i o v < l u h o Ñ i . z .
inhabitables con el inlinilo polvo y la atmósfera mas
pesada por cousiguionle. Kiir.Mcnl.raii un bello y cómodo
hotel con Ierre/as y galería, desde donde se goza de. la
vista del bosque. Tiene espaciosas habitaciones, bien
CAUTAS A IT-N MI'lüiTn.
amuebladas, sala de billar, y una mesa servida al estilo
del pais con el mayor aseo, y no do gran precio para el
I.
pais, que todo se paga eslraordinariameiile caro.
Kl corto tiempoque pasé en dicho punió ron mi compañero Martínez, fue lanío mas apetecido, cuanto que
recordábamos los tristes y monótonos dias de m a r , de
que l.in liarlos nos encontramos. La tierra es la vida , os
una parle de nuestra imaginación; si en olla hay dolores, también hay alivio y recursos que no se enciienlran
en el salado elemento.
101 m a r , en una 7iaveg,-icion larga, quila las fuerzas,
lauto físicas como intelectuales ; puede hacer de. hombres civilizados salvajes, pues lodos los dias so ve lo
mismo , todos los dias se tienen las mismas conversaciones , los caracteres se agrian y el faslidio gana el espír i t u , sin (|Me ni la lectura ni las reflexiones raimen el
oslado nervioso que se apodera do los individuos.
Los que han escrito sobro la mar, los que l;in bellas y
poéticas descripciones nos han dado, no han sido grandes navegantes; siempre han escrito ron la impresión
de un p u e r l o . donde ln comparación de la tierra y o l
agua , con los canihianles do luz, les ha arrastrado á la
admiración. Poro en alia mar, donde no so ven montañas, ni rompientes pintorescas, sino una ola y otra, todo
Anterior
Eras bonila ; eras j o v e n ; eras buena: lemas ojos resplandecientes; tenias quince años; tenias corazón. ¡ A l i !
yo no puedo r e t r a t a r l o ; le tengo en mi alma ; i
n la
vida: le siento; no te veo... Y ademas, ¿no basta con lo
dicho? ¿no ora el resplandor de tus ojos, no era lu j u ventud , no ora la lernura de tu corazón lo que. a n i maba lu lisonomía? Si eras bonita, ¿á qué recordar otra
cosa que tus ojos, belleza suprema del barro animado?
¡oras joven también!... ¡qué mas casligo que pensaren
aquellos quince años! cuando siento el aguijón ile tu
recuerdo, olvido la belleza de tu cuerpo, para abismar11
n la belleza de l u alma, y hoy te r e t r a t o , confesando que oras buena...
Sí, le relralo: esas planchas do acero que arrancan de
la oscuridad el remedo periodo de una lisonomía ; osa
misma lamina de papel que tan maravillosamente reproduce IMI su superlicie hasta la dolorniidad , no física,
del o r i g i n a l , ¿no so horran con el tiempo, mas que por
el influjo de éste, por inanifeslar lo perecedero de los
originales?... l'ues asi en Iti r e l í a l o , o h , no olvidada
Encarnación, be conseguido que las palabras roproiluz-
Inicio
-aii. como el daguerroofipo y la fot -grafía, lo mortal de
u belleza : lo lie conseguido. porque al anunciar que
enias corazón , he anunciado que el tiempo borraría...
liasla! bario tendré que llorar sobro estas páginas para
pie quiera empezar a atormentarme.
T u recuerdo, que me roo el cora/on . me ha pod do
pie conv ierla v\\ novela nuestra historia: olede/coal
recuerdo, v oslas cartas narrarán para li lo que tal ve/
no sabes, porque antes de rocoi;!'! 1 tu pon sa unen lo. v eni:ar lu vida a lu conciencia . eiiconlrasle el camino
une huseal as.
La lágrima que acabo desocar, buscaba lu sonrisa
rompasiva: ¿tendré laminen que ahogar la vo/. porque
en vano buscará un eco en li?
¡Lacrimas sin sonrisas, voces sin eco!... ¿Sabes. Kncaruacien. lo que oslo stuniliea '.'...
Tu recuerdo, que roe >iu cesar, ino pio'o para 11 la
verdad de nuestra bisloria : aquí la tiene.
liras b - i i i l a : eras ¡oven ; oías buena . cuando j u |e
conocí: lo conocí en el eaiupo...
¡<Jue i li llciosi era aquella noche, que con su cielo
inmenso, su luna s o l i l a r n . ora imagen do mi a l m a , solitaria lamí leu . v lambieii llena do la uiuicusidail do tu
m i r a d a ! . . . ¡Olio dichosa ora aquella noche en la que
lio me pareció Ulill-llo de la Illll II lille/ll el espíritu del
hombre'...
Cuando sentados dolantedo tu casa, miraba vo aquellos rostros, en cada uno de los cuales fulguraba el destello i n d i v i d u a l , oia aquellas palabras vacilantes que
para bendecir la hermosura d é l a noche se riu/.abaii:
sentia el amor de la bondad de Dios . el amor de la v u Illd del hombre que de lodos aquellos labios >,• exhalaba,
¡qué deliciosa me pareció aquella noche que l u í plácidamente ilumínala aquella l u n a , errante en el espac i o ! . . . Cuando adelantada la noche me d i r i j a de lu
quinta á mi casa . situada en la chalad que sabes . ¡ con
qué embeleso recordaba las horas que acababan ilr pasar, horas sin dolor que habían preparado mi alma p ra
el porvenir!... Cuando agoviado por el poso de una felicidad i\c algunas horas . me tendí en el césped do tus
campos, ¡con qué placentero anhelo presentaba a mi
memoria los sucesos de aquel dia!... ¡ con qué inefables
aspiraciones bendecía aquella noche, la primera . luminosa y aleare de mi alma !...
Recordaba que, vuelto de mi viaje periódico á la c i n to, había elegido las horas precursoras de aquella noche para visitar á tus padres que siempre habían tenido
un abrazo cariñoso para m í ; pero que hasta aquella noche no habían tenido el encanto peligroso de t u liermo.
sura : te bal ia dejado crisal.da y te encontré mariposaRecordabí mi sorpresa al v e r l e , y al ver á tu hermana
Inocencia, mariposa t a m b i é n , ardes crisálida. Recordaba e| recibimiento cariñoso: el abrazo espansivo de tu
padre . la bondadosa sonrisa de tu madre. Recordaba
lu majestuosa amabilidad, y mientras que sonreía al recuerdo de la infantil esquivo/, de Inocencia, lemblaha,
aun n i sé si de placer ó miedo, al recordar l i i " encantos,
disimulados y realzados á la vez por la majestad de lus
primeros dias.
Y sábelo b o y . Encarnación: también recordaba á
Ernesto: ¿comprendes hoy el valor do aquel recuerdo?
¿adivinarás (|ue era una sombra para mi alma? ¿ a d i vinarás que Vo había adivinado?... ¿Cómo no, si veía,
lijos en lus ojos, lus ojos cariñosos, lija su alma en lus
menores movimientos, lija en sus labios al contemplarlo , la placida sonrisa?...
Recordaba también... lo recordaba lodo: el jardín,
en el cual me recibisteis, la alcneioii con que se oían mis
relaciones; la frescura del a i r e : el perfumo do las llores, y el perfume embriagador de tu hermosura.
Recordaba el estasis en que r: i cuando apareció la
luna, vohcdecieiido hi a la sabia melancolía do los años,
lucidlo llegar liarla nosotros la melodía suspirante de
II i l l l / c l l l .
¿ Y salios , Encarnación , de lo que mas me acuerdo?
de aquel diálogo misterioso cutre lu madre y t ú , que
entonces al oírlo hirió mi corazón . que después al recordarlo, me daba palpitaciones siimilláneas de alearía
y de posar, y que hoy al meditar en sus decios . atrae
á mis labios la sonrisa que tiene la amargura.
Me acordaba do aquel diálogo : oslaba presentí' en mi
memoria ; estelo en el papel.
— ¿l'or qué lio has locado una melodía mas alegro?
— 1'orque MÍ á usted, ni á papá, ni á Inocencia, ni á
mí. nos gustan las melodías alegres.
— Itien ; poro debiste recordar que Incalías para Arturo (v fu madre me miro como compadecida de| efoclo
que bahía producido en mí la melodía): debiste recordar...
— Lo recordaba; poro iiislinlivainculc empocé á r e producir esa maravillosa melodía que á pesar de. la agitación do su compás, parece que suspira y llora.
Hablabais lú y lu madre; pero os interrumpió Krnesloi • •, v mirándole v" lanzando de sus ojos su misión, le
dijo: ^
— Eso no es una melodía , es el (piojillo de un alma.
¿ISoouerdas que yo me sonreí, y hacie.ido conlraslar
la malignidad de mi sonrisa ron la involuntaria ternura
de mi voz, le pregunté :
•—Ksa melodía , ese que|iilo del alma , ¿como se t i - ,
lula?
— Kl amor huíoslo.
.
Siguiente
i
i
'
111
EL MUSEO UNIVERSAL.
¡Kl amor funeslo!... dije yo, creyendo decírmelo
¡ A l i ! ¿porqué no me fue dado arrancarla de allí ó pendientes del camino que conducía al puente estaban
horrarla del mío?
á mí ni ¡sino.
tan cubiertas de hielo húmedo y resbaladizo que fue neSi la melodía bahía sido el vahrinio. el profeta fui yo;
Escrito está, y lo escrito no lo horro : es mi primera cesario echar ceniza en algunos pasos, no hubo sin em1
entonces me anuncie' lo que después lia sucedido: enlon- confesión tardía y estéril: ambos te amábamos: él, con bargo ninguna desgracia de consideración.
ci'S me dijo la inluicion lo <]tie después lian continuado la dulzura de su alma: yo, con el recogimiento de lamía.
Eas tropas que habían pasado por la noche se habían
los sucesos.
Yo, depositario de sus secretos, lo sabía , y encerra- puesto en persecución del enemigo; pero los dinamarSi entonces liuliieras saludo lo que ya !e lialirá ense- 1a mi secreto en el fondo de mí corazón, que solo este queses, que si hubieran permanecido en sus reductos
ñado nuestra coiiuin inadraslra la esperiencia; si eu- iliegue tenia para Ernesto.
se hubiesen hallado entre dos fuegos, se habían retirado
lonces Imliieras sabido que hay terrores placenteros que
Eramos amigos , y mi cariño bacía él. era mas vivo tan precipitadamente, que los boletines austríacos d i lejos de arredrarnos nos incilan , no hubieras comelido pie el que él me profesaba ; su alma era esclava de la cen que este movimiento fue semejante á una huida.
la crueldad de preguntarme :
uva , y la mía, incapaz de sufrir la sujeción, era capaz El lelégralo les había anunciado la salida de los prusiale'lijarse con insistencia en mas de uno, en mas de dos nos de Schleswig ,y á media noche se hallaban ya en
—¿Lo gustan ¡i usted las melodías tristes?
ibjelos : eramos amigos, y sin embargo...
marcha. Por esta precipitación han podido, aunque con
—Va lo ve usli'd (todavía no Iclulcaha): ha provocabastantes pérdidas, salvar una gran parle de sus tropas
Silencio: aqui acaba la primera caria.
do una lágrima interior.
en los reductos de Duppel y en la isla de Alsen.
¡ \ y . Encarnación! yo \a no tengo cura: si á los lucos
EI'CKMO M.Mii \ MOSTOS.
les devuelve la razón la gola de agua que \ierle SOIHT
su cerehro una mano compasiva , la gola de hiél (|iie
destilan en mi alma los recuerdos, ya no pueden sal\arme, y el dolor ipie volviendo ¡i lo [lasado experimento PASO DE LOS PRUSIANOS POll KL SCHLKI
¡MAS ALL.V!
me lo aiiuiii'ia : yo ya no tengo cura ; si la tuviera, la
actividad del recuerdo, comunicada al alma, seria su
CKRCV lu. AKMS, EN SClll.lCSWIG.
I.
mejor remedio; pero el recuerdo vive, el alma está
inuerla . y el sentimiento del dolor que ahora la angusMemos hablado hace tiempo de la pérdida del IVinneFrágil e incierto esquile comkilido
tia . en ve/, de salvarla, la aniquila.
wirke que ha facilitado la invasión austro-prusiana en
del mundo en la azarosa tempestad .
territorio
danés
mas
allá
de
los
límites
del
Schleswig.
Hay , sin emli irgo, en el alma una armonía misterioque ;i impulso de "- vientos codiciosos
sa . que mas la complace cuanto mas lejana , y ahora Hoy damos un grabado que representa el hecho que mas
intentas reM<lir al huracán.
entre los acordes disonantes del dolor, está sintiendo la contribuyó á tal pérdida y que tanto ha ¡Diluido en las
Trasunto de la mísera o-adia :
operaciones.
grata vaguedad de los placeres.
¿A dónde xas ?
La precipitada evacuación del Dannewirke ¡i cuya leS'go narrando : tu padre por complacerme, le dijo:
Surco las olas airadas
— Vamos. Encarnación, tica otra melodía , y puesto na/, defensa parecían dispuestos los dinamarqueses , se
hasta una orilla locar
debe en parle al movimiento ejecutado por el príncipe
que agradan á Arturo las tristes , otra triste.
donde sacie mi deseo
Federico
Carlos
de
l'rusia
,
en
el
bajo
Schleí.
Los
ausTu madre liberló á tu alma delicada del placer de la
mi bolillo alan.
tríacos
habían
empezado
un
ataque
de
frente
contra
el
tristeza , esclamando:
Dannewirke
y
los
prusianos
alac
ron
la
posición
de
los
— No, amigo mió, no, que Arturo disculpará á Encarnacion , cuando sepa cuino sabes que le hace dano dinamarqueses cerca de Missunde. Los primeros habían
lienioque inspiras la maldad al lonihre .
lodo lo que es triste , por mas que ella lo niegue, y aun "egado a persuadirse de que la loma de las posiciones
sombra en que se oscurecí1 la verdad
enemigas
exigirían
sacrilicios
considerables
:
en
conselo busque.
hipócrita virtud que en este suelo
— ¡Y lo busque!... repetía yo mentalmente, buscán- cuencia, resolvieron cercar á Arnis y á Kappcln y en
pretendes luengos siglos imperar:
un
reconocimiento
hecho
por
el
príncipe
de
prusia
,
en
dote con los ojos.
torbellino que arrastras nuestras glorias:
Estabas ligeramente sonm.-a h : eras asi la promesa persona, se vio que podía hacerse asi. Delante de Mis¿A dónde vas?
de un espíritu sin mancha ; eras ti da espíritu : eras sunde dejaron solo las avanzadas prusianas, apoyadas
Semilla de los dolores
poruña brigada austríaca y todo el resto del ala dereluz ; yo amo la luz.
seco la felicidad
cha del ejército de ocupación . se dirigió baria el Norte,
Las causas pequeñas que el orgullo del hombre memi víctima es la conciencia ,
llevando consigo pontones y material para [mentes con
nosprecia, ¡quedeefectos producen! tú lo sabes: un baiio
mi bien el mal.
algunos pontoneros austríacos que no llegaron á trabalomado en un estanque, dio á Arquímedes la ley de los
jar y barcas en carros, cuyos conductores eran pescapesos específicos: la caída de una manzana, la gravitadores y bateleros que habían ido voluntariamente de
ción universd á Newlon : y á m í , el color de lus mejiAnatema siniestro que en el mundo
Kiel. Eckernforde y Ellershcck. La marcha de los prullas, mí desgracia.
de la discordia atizas el volcan,
sianos empezó el \> de febrero por la mañana temprano:
Después de aquella noche , todas las noclies iba á ve- delante iba una couqañía de pontoneros, infantería y
niebla humeante que destilas vicios,
ros, y todas oía de. vueslros labios el cariñoso «hasta artillería ; á las ocho de la mañana se puso en marcha
incendio de la honra pertinaz:
mañana.»
mentida adulación . falsa apariencia :
el cuartel general yendo delante el principe á (aballo,
¿No lias visto , Encarnación, esos ¡lajanllos, que ar- con su escolta, á pesar de un violento torbellino de nieve
¿ A dónde vas?
rebatados del nido ile su madre, sí en un principio que duró todo el tiempo de aquella penosa marcha. MáRauda . prepotente , altiva
languidecen y pían con tristeza , se habitúan á su orfan- cia la una del día la vanguardia llegó á Karlsburg, cascomo el águila caudal ,
dad , y olvidando el ala, el nido protectores . siguen de- tillo perteneciente al duque Cluckslmrg, á unos I,:¡oopaescalando voy la nueva
Irás del que remeda su canto? Asimialma. presintiendo sos de la orilla del Schlei, que tiene aquí XXO pasos de
inmortalidad.
y aceptando la orfandad, seguía Iras tu alma, que ancho y en cuya orilla opuesta está el pueblo de Arnis
IV.
con un misterioso coquetisino, con un poder de fasci- con NOO hábil antes poco mas ó menos. Los dinamarnación irresistible . la había libado á sí.
queses habían rolo todos los bateles y barcos, (pie había
Envidia miserable, cuyo soplo
Todos |ns días iba yo á lu c;¡sa , ahuilado unas xvee^ para pasar el rio, y al anochecerse vio que llevaban mas
quiere soberbias torres derribar;
por el aléelo que me mostrabais , otras veces por una piezas de artillería á los reductos del lado de allá del
lengua dañosa que en el pecho débil
amarga esperanza, imitador también del pajarillo huér- rio. Los torbellinos de nieve duraron toda la larde y la
cobas desalentada tu puñal .
fano, ipn1 al primer nido <|c donde no lo arrojan, se noche ; los prusianos en lanío, continuaban llegando á
eco de la alabanza de los necios:
la línea de Karlsburg y se preparaban, sin hallarse desacostumbra.
¿ A dónde vas?
alentados
por
las
penalidades
de
aquel
día
,
á
vivaquear
Si alguna vez me alejaban de lu casa mis presenliSoy alimento del hombre
sin
luego
en
el
suelo
húmedo,
tina
parle
de
ellos
tuvo
mienlos, mi deber ó mis observaciones, la necesidad de
Dios de esle siglo venal;
tu presencia, contenida por mi ra/.on , me esponía á trabajo laminen por la noche, [mes e:i las alturas de
produzco lauros marchitos,
tormi'nlos que á nadie he conliado: las limas no corrian; aquel lado que dominaban la orilla de en frente, fueron
honra jamás.
los instantes pesa han sobre mi corazón como una villa colocados cien cañones para obligar á que cesara el v i Y.
parte de las liarde dolores; los recuerdos del día anterior se presenta- goroso fuego de los dinamarqueses. Una
1
ban á mi memoria sin que ella los llamara , y ponían cas fue llevada á Kappcln, en la partí interior del Schlei,
Aura apacible con que el triste sueña ,
ante mi imaginación el cuadro armonioso de tu familia, á lin de que sirviera para el paso de la brigada de Iloiler.
plácido sueño do ventura y paz,
que gozaba; la fisonomía de Ernesto, brillante de pla- El jefe de Osla supo ya á las ocho de la noche, que los
numen fecundo de virtud y amores,
cer; la tuya, que ni una vez se cubría con el velo de dinamarqueses habían abandonado a Kappcln. Los haesperanza que ahuyentas nuestro alan ;
la tristeza, que según mi corazón, debía en mi ausen- I.ilalil.es del pueblo que se lo anunciaron asi, le trajeron
luz de los seres que dolientes gimen...
cia cubrirla. Cuando ¡¡ solas con mis tormén tos ignorados, para continuárselo, algunas talas de á 24. que habían
¿A dónde estás ?
me preguntaba su causa, no me atrevía á confesaron lomad') en los reductos dinamarqueses. Lis tropas ConA y , yo no vivo en la tierra ;
que mi alma era esclava de. tu alma, y engañándome tinuaron inmediatamente bacía Arnis que se halla á una
ay , yo no existo en la mar,
milla [loco mas ó menos i!e Kappcln. A la una de la nosin engañarme, mu decía: la costumbre...
mi morada no es el inundo,
che si1 supo en Karlsburg que los dinamarqueses habían
Y mintiéndome á mi mismo, me decía una verdad.
¡ es m a s allá !
abandonado también á Arnis y que habían clavado su
¿No lo es, Encarnación, que el amor es una cos.1. MARTINKZ l'KIUin.SA.
artillería mas pesada, es decir, cuatro cañones de á 24.
• lumbre?
La brigada número 12 pasó inmediatamente en barcas y
lláganos buenos el dolor, y aconsejemos á los que no sin obstáculo alguno á la orilla opuesta. Ninguno de los
han sufrido, luciéndoles de. una manera persuasiva:
buques enemigos que poco tiempo antes se habían preMemos ¡nsisliilo muchas veces en nuestras escilacio—Cuando sintáis que vuestra mirada se ha encontra- sentado en Eckernfordo apareció allí entonces. En reado una vez y otra vez con olra mirada, hermana de la lidad casi no les hubiera sido posible atacar á las t r o - nes á los capitalistas, á los particulares y al Cobierno,
vuestra, si os aterra la pasión , huid de esa mirada ; di lias prusianas que estaban [tasando, pues se hallaban para que se intente en grande escala el cultivo del algootro modo, la costumbre de mirar, os arrastrará á la (lispueslascual.ro haterías, una de ellas con obuses, que don en Fernando Pó, en las Canarias, en Cuba, en
peor locura ; á la locura que os deja el uso de vuestras hubieran tenido á una distancia respetuosa á las lanchas Santo Domingo, en Filipinas, puntos todos ¡í propósito
Jiara este cultivo, y algunos de condiciones inmejorables
facultades; que aviva esas mismas facultades; las hace cañoneras y á los vapores.
para él. Hoy volvemos á insistir, y por si puede servir
admirables á los ojos que no ven, y lentamente os hiere,
de estímulo, pondremos el eslado de los producios del
y lentamente os ¡mude en el dolor, y lentamente os
mata.
A las ocho de la mañana del dia f> de febrero empezó algodón cultivado en las tres provincias de la colonia
Sí esa estraña atracción que llaman simpatía nos im- la construcción del puente y á pesar del mucho hielo francesa de Argel en txii.'l:
pulsó en un principio, después (¿no lo observaste?) á flotante que se había amontonado en las orillas, este
ClISOrlia.
Ostensión fult¡v:n!;i.
Ernesto y ámí nos impulsó el dolor, el dolor, soldadura difícil trabajo se ejecutó con la mayor regularidad en
de las almas.
muy [loco tiempo. Los primeros que [lasaron á caballo
Argel. . .
t.'in.ono K¡I.
i(ll) hectáreas
Ernesto y yo éramos amigos; amigos verdaderos; por encima de él fueron el príncipe Federico Carlos con
Oran. . .
'•1,1X0
amigos, Encarnación, dignos del sagrado nombre; é otros dos príncipes de su casa y el gran duque de MecConslanlina.
me. conliaba sus secretos, y me enseñaba de contimu kleiiiburgo Schwerin. Después pasó el tercer regimiensu corazón , sin pliegues para m í ; en é.l babia yo visl.i to de húsares de Itrandeburgo, infantería y coraceros,
Total.
.
. :t,-'.7i
t.:¡í»7,3í:¡
grabada para siempre lu imagen...
y aunque el paso ofrecía las mayores ililiciíllades y las
El algodón se paga en Francia de t o a \2 francos el
Anterior
Inicio
Siguiente
112
EL MUSEO UNIVERSAL.
LOS PIFARAR1. FACSÍMILE DE l'NA AGl'A Fl'KRTE
kilogramo. Disminuyendo del producto luuto el ":;
por 100 por las preparaciones que hay que dar al alquilón, antos dfi ponerlo á la venta, resulta un producto
líquido de .TiO.SIt!) kilogramos ili- ak'n.l.m. qu,. á | |
trancos darim :t.s;¡fl,l9(i francos, ñ cerca de t.;.(Hiii,(]|)o
de reales. Esto en solo unas !I,OIH> fanecas cultivadas.
FLORES Y AUItOJOS.
(COMIM'ACIIIN.)
»MLICIIOS dias después duialia ludavi.i la discusión,
l.a hija quería ser artista , quería que su padre negociase con los ahorros. El padre se oponia. l,a madre lloiaha.
(irán número de sus relaciom^.s , iior no decir de sus
amibos, habían vuelto la espalda af ¡iilcirLunio.
»Esla situación concluyó jior la victoria de la niña.
»Sus estudios, hechos bajo la dilección del príncipe
del teatro español, duraron muy poco y en breve se
presentó por vez primera al público.»
—Ricardo ¿, por que'1 guardas el folletín ? Concluye.
—Sí, s i , concluye, añadieron todos con interés.
—No es necesario : lo que sigue se calla por sabido,
son los triunfos de Carlota. ¿ Y qué me decís ahora?
—Que Carlota es digna de todo; pero que es una lástima que se nos case Arturo.
—No , pues yo he variado de opinión.
-Yo también, desde el principio de la biografía.
—¡Hola, Enrique ! acabo de leer la biografía de Carlota.
Y qué ¿os parece que Arturo debe casarse con
ella ?
—A mí, sí.
—l'ues á mí no. Ouiero á Carlota y la trato desde antes de ser cómica; pero que Arturo se case . no me
gusta.
—¿Has dado ya los informes?
—No.
—¿Cuándo los das ?
—Mañana.
—¿Dirás la verdad?
—l'ienso hacerlo así.
—Yo propuse votación nnoelie para disuadir á Arturo
y la propongo ahora para lo ronlrario , dijo uno.
Y empezó á contar los votos en pro y en mnlra
Anterior
PlMil.1.1.
—Cinco votos porque se case v dos porque no.
—¡ Magnilico !
—Perfectamente , añadió Enrique; parodiaré las palabras de Ricardo. Uueda á mi cargo y al de mi compañero el disuadir á Arturo de lo qu« vosotros le aprobéis.
—Hiienas noches, dijo Luis, que entraba en este momento.
- Mas vale tarde que nunca.
—lie lenido graves ocupaciones.
- ¡O!i ! si vieras que flaco estás desde que amas con
lanío furor á la de los rubios cabellos.
—¿Has leido ya esa biografía ?
- í'ues es claro.
- Dámela; me voy al gabinete de l i d u r a .
Adiós , chicos.
- ¿Tan pronto , Enrique?
—Sí.
—Escucha.
Ricardo se acercó al oído de Enrique y le habló en
voz baja.
—Una cosa ignoras lú de Yillal'uerle.
--¿Cuál es?
—Une tiene muy buen fondo, y que es capaz de ser
muy bueno. Acuérdate de esto.
%
—Lo haré.
—Lo repito, mientras pslá junto á ni i respondo do
su buen juicio. Quisiera, por eso , que le recibiésemos
en casa...
•—Tú no sabes lo que es murmuración...
—¡ Ah ! mírale.
—Sí, le veo, rondando constantemente nuestros balcones.
—¡Cuánto me quiere !
—Te quiero yo mucho mas.
— Nunca lo be dudado ni lo dudaré en toda mi vida.
— Vamos á cuentas. Supongamos que es muy bueno
y que te casas con él , ¿qué vamos á hacer entonces?
—Cosa muy sencilla; ó se viene conmigo y sigue
nuestros viajes, ó si quiere que deje mi carrera, ns
hace una donación de algunos bienes para que viváis bien
siempre.
—Niña, ¡ qué fácil lo encuentras!
— Creo que no ofrece dificultades el asunto.
— liueno ; allá veremos.
— Otra cosa tenia que pedirle , papá.
—Di.
—¿Crees lú que soy buena hija?
— No, contesta sonriendo irónicamente don Joaquín.
— Entonces concédeme tu permiso para hablar con
Arturo desde el balcón.
--Mejor es recibirle : menos murmuraciones.
—i AJ1! ¿ s ' - ' i ( 1" L ' liueno eres!
— ¡ Zalamera !
—¿ Lo soy ?
—Un poco.
—Señores, yo no he hablado todavía. Ustedes se lo
dicen todo sin contar con mi opinión , interrumpe Dellina. ¿ Cnié , yo no soy nadie ?
—No eres nadie, porque eres alguien, mamá.
—Tiene usted el uso de la palabra , señora.
—(Jueria haceros una pregunta. Ese hombre será
muy bueno al lado de Carlota, según dice ella misma,
pero, ¿no recordáis cierta enfermedad que padece?
—También se pondrá bueno con mi cariño.
— ¡ Hija niia!
— Mamá, la otra noche en el teatro me dijo que nadie
le cuidaba. Yo be preguntado á muchos qué seria bueno
para esa dolencia y entre las cosas que me han contestado hay una que voy á hacer.
—¿ V en que consiste ?
—En un abrigo interior para el pecho.
—Eso no sirve para nada.
—Llevándolo con fe...
—Tú tienes talento : haz cuanto quieras sin esponer
tu buen nombre.
—No teínas.
He aquí una familia venturosa.
l'ara nada sirve la riqueza sin el cariño , que es la
base del edificio de la felicidad. Cariño en el bogar doméstico , unión , paz , pureza de costumbres ; estos son
los bienes mas apetecibles. Enhorabuena vengan después
las riquezas que pueden aumentar goces y comodidades
de otro género, pero que son como la veleta que sirve
de remate á una lorie. I'uede existir la torre sin veleta,
nunca sin cimientos.
Carlota y su madre continúan su tarea.
Don Juaquin pone los brazos sobre las labores , diciendo:
—No se cose mas. Vamos á dar un paseo.
l'or toda contestación , recibe un beso de su mujer y
otro que le da su hija acompañado di' un cstroi-hísiino
abrazo.
í\Sí'
cotltltltnlrtl.)
A I I O I . I ' O M I K M I I s IMCI I U M .
V.
Cl AÜIlO III; FAMILIA.
Es un día de enero ; pero un día del enero de Valencia , es decir, fresco y no frió. Los dias Crios son pocos
bajo este agradable clima. Se ve en diciembre lanío
verdor en los campos como pudiera verse en el mes
de mayo.
En un gabinete decentemente amueblado de una casa
de huéspedes de la plaza de las Harcas hablan con animación tres personas.
Las conocemos.
Son don Joaquín I'once, Delfina su mujer, y su hija.
Carlota y su madre cosen.
Don Joaquín pasea por la habitación y se acerca á
«días de vez en cuando para hacerles una caricia.
Hay en el conjunto ile este cuadro mucha suavidad,
mucha poesía.
- Carlota, dice el padre, eres libre de hacer cuanto '
quieras. Ya le he dicho lo que sabia de Arturo por E n - :
rique (¡areerán : he averiguado también por otros conili'.clos y todas las noticias coinciden. Arturo es muy
calavera aunque capaz de ser un hombre honrado.
Inicio
Musco ülnhicrsal
AVISO.
Según las condiciones establecidas, á los suscrilores á
El. MIÍSKO IJNiVKitsu. que optaron por el Año Cristiano,
se les remite con este número el tomo IV.
A los suscrilores á LOÍ tres reinos de la iKtlurnlrza,
se les remite el lomo V
A los suscritores á la Santa Uil.lia, se les remite el
tomo IV.
Los suscritores cuyo abono ha concluido, se servirán
renovar la suscricion si no quieren esperiinenlar reí raso.
blHKCTOH Y KDtTOIl HKSI'ONSAIII.K, I). JOSK (iASI'Alt.
I M I ' I I K N T A iii: G A S I - A K V I U I H , , C U I T D I I K " . M A M U H ,
I'HIN<:II>K,
I