PREÍTIO DE LA srscRicioN.—MADRID, por números NL)M. l4. sueltos i i rs.; tres meses ü rs.; seis meses ií rs.; un año SO rs. REVISTA DE LA SEMANA. espites de acordada en Francia la libertad de los teatros, se lia visto que los franceses tenían demasiadas libertades. Este fenómeno se ha dado á conocer en las últimas elecciones para el cuerpo legislativo , y en muchas reuniones que se han celebrado en París en casa de personajes notoriamente desafectos al régimen imperial. Témense por consiguiente disturbios en aquella capital, y para prevenirlos se dice que va á echarse mano del acostumbrado medio de restringir lo que los franceses poseen, según parece, en grado escesivo, y es la libertad de reunirse y de nombrar diputados. Entre las medidas de seguridad general que van á dictarse están la de no permitir reuniones que no tengan el beneplácito de la autoridad y el declarar ilegales las elecciones que no resulten favorables al gobierno. De esta manera quedará garantida suficientemente la tranquilidad pública , y París gozará do sus teatros, bailes, conciertos, y fondas sin meterse en honduras de política y dejando vivir a tollos. Mientras en Francia se preparan estas medidas, Garibaldi, abandonando la isla de Caprera, se presenta en Londres donde los habitantes le reciben con las mayores muestras de cariño y entusiasmo. Trátase de declararlo ciudadano de Londres y de dar en su obsequio un banquete monstruo en Guildhall. Se hacen diversos comentarios sobre el objeto de este viaje del Cincinato italiano ; pero los periódicos que parecen mejor informados, dicen que Garibaldi va á Londres á consultar á un eminente cirujano inglés acerca de la herida de su pierna y de paso á escítar las simpatías de Inglaterra en favor de la causa de Italia. En España llamamos á esto «ir por atún y á ver al duque.» Garibaldi en efecto va por atún MADRID 5 DE ABRIL DE 18G4. á Londres , esto es, por simpatías y acaso suscriciones para la próxima campaña de la causa italiana, y de paso á ver al duque que en estas circunstancias es un cirujano. Y en verdad que cirujanos hay que valen por muchos duques; cuanto mas que bien puede ser duque un cirujano cualquiera , al p:;so que no todos los duques pueden ser profesores de cirujia. No dudamos que en el banquete de Guildhall se dirán I buenas cosas. Ahora las grandes cuestiones so tratan en I los banquetes; y muchas veces desde 18-íS nos ha ocurrido el pensamiento de escribir una obra de sustancia, ¡ ó como suele decirse, de tomo y lomo, para demostrar la influencia de los banquetes públicos en la prosperi| dad de las naciones. Lis chochas en salmi, las ostras, al limón y el salmón á las finas yerbas, tienen mas influencia de la que se cree en la suerte de los imperios y en el movimiento de los ánimos. Aquí en España también banqueteamos (y permítasenos esta palabrilla que no es nuestra, sino de un gran personaje que ya ha muerto , llamado Luis Felipe) y no nos va mal, pudiendo decir con razón aliquid chupalur. liase hablado mucho en la última semana de la invención de un tambor llamado mágico, el cual toca solo lo que su dueño le manda. Ya no falta sino que se invente un autómata que baile al son que le toquen; y formándose una sociedad entre el duefio del tambor y el del autómata, se vayan por esos mundos de Dios haciendo tocar y bailar lo que quieran y como quieran. ¡ Prodigios de la influencia moral de los hombres sobre los tambores y los autómatas! No sin misterio ha venido ahora á llamar la atención el invento del tambor y vendrá luego el del autómata : la sociedad es como un tambor que toca las marchas que se le mandan , cuándo el himno de Riego, cuándo la pitita, ya el himno de Espartero, ya el de Castro ; y los hombres vienen á ser en muchos casos autómatas que lailán al son que les tocan. Ahora el tambor social toca una marcha liberal marcando el paso, que es lo que se llama en términos técnicos marcha eminentemente conservadora. Tenemos que lamentar la repentina muerte de un amigo y de un tan modesto como apreciable literato y publicista, el señor don Ricardo Federico, colaborador nuestro en EL MUSEO, y antes en algún otro periódico. El señor Federico , doctor en medicina en 1834, sin dejar de cultivar su profesión, se dedicó mas principalmente á tareas literarias y científicas. Fue redactor del Castellano , del Heraldo y de varios periódicos médicos. PROVINCIAS.—Tres meses 28 rs.; seis meses 30 rs; un a ño 9tí r s . - C i B i I'KERTO-KICO V ESTRANJERO, A I \ U \11I. un aíio 7 pesos.—AMERICA Y ASIA, 1U á 15pesos. Escribió después en la América y en EL MUSEO ; desempeñó en 1847 el cargo de secretario del gobierno de Madrid; en 1849 el de oficial del ministerio de la Gobernación y en 18o3 el de director del instituto industrial y el dé diputado á cortes. Sus relevantes dotes, sus conocimientos cientílicos y literarios , su buen gusto, su amable trato , su probidad y buena fe le Inician queridísimo de cuantas personas tenían l:i satisfacción de conocerle. Asi su muerte ha sido umversalmente sentida y toda la prensa sin distinción de colores ni opiniones, ha hecho justicia á las prendas que le adornaban. Acompañamos en su justo dolor á su desconsolada familia. Con los días de Pascua comenzaron de nuevo las funciones en el teatro Real. La líorglii-Mammo es ahora la notabilidad mas aplaudida entre el juego de notabilidades mas ó men ;s notables que componen la compañía del teatro de Oriente. En los primeros dias de la anterior semana se ha representado la Saffo, y en ella la RorgliiMimmo ha dado muestras de un talento superior. Hebemos hacer mención también del tenor Nicoliní, que fue muy aplaudido por lo bien que supo contribuir al buen éxito de la ópera. V.n la Zarzuela se han puesto en escena los Dioses del Olimpo ; y no solamente se nos ha enseñado el Olimpo, sino que, como presumíamos en nuestra revista anterior, hemos visto los infiernos mitológicos , el sombrío imperio de Pluton y la laguna Estigia, que aterraba á los mismos inmortales. La música de esta zarzuela es del maestro Olfenbach y tiene algunas melodías muy lindas: las decoraciones son vistosas; los trages bastante apropiados á las circunstancias. De los tres actos en que está dividida la opereta, el segundo es sin duda el mejor : el primero y el tercero están á bastante distancia del segundo. Ahora bien, el segundo acto es el que tenemos nosotros por mas original: sea dicho en honor del señor Pina, que ha arreglado la obra del francés. Lo que el arreglador ha tomado del autor nos parece muy inferior á lo que ha puesto de su cosecha. El público aplaudió, sobre todo el segundo acto, é hizo repetir el coro linal semi-bailable, no porque fuera el mejor, sino por el semibaile. En Novedades se ha representado con gran lujo de decoraciones una comedia de magia, titulada Los habitantes de la Luna, escrita con bastante ingenio por el señor Rada y Delgado y los señores Redmar y Entrala , la cual está dando buenos productos á la empresa, harto necesitada de una obra que se los diese. Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. 10G En la semana última ha habido una solemnidad que no debemos pasar en silencio. Hay en Madrid una academia que se llama la Real Academia de Arqueología y Geografía del Príncipe Alfonso. No hay que asustarse jior'lo largo del título , porque la corporación es lo mas inocente que darse puede. Suele reunirse de cuando en cuando , unas veces para discutir algún punto del reglantenlo , otras para dar gracias á S M. por haberse dignado perniil.ii1 (pie el nombre del príncipe Alfonso figure ' á la cabeza de su titulo , otras pira nombrar presidente al infante don Sebastian , y otras para objetos análogos tan interesantes á la arqueología como á la geografía. 1.a úllinia reunión habida cuesta semana se celebró para dar posesión del .sillón presidencial á su ilustre presidente. S. A. con este motivo pronunció un discurso sobre la importancia de las ciencias arqueológica y geogi'álica, que fue contestado sobre el mismo lema por el señor don l.oren/.o Arrazola; y los académicos se retiraron á descansar de sus fatigas, después de haber aprobado un proyecto para crear en su seno una sección de filología. No (ludamos que con el tiempo esta academia liará progresos, y si no los ha realizado hasta ahora, la verdad es que ñor lo menos no lia hecho mal ninguno á las ciencias en cuyo adelantamiento piensa ocuparse, lo cual no siempre ni de todas las academias puede decirse, t'na mejora vamos á proponer á esa apreciadle reunión de-geógrafos y arqueólogos. Ya que se crea una sección de biología , ¿no seri i bueno crear una de etnografía? I lesearíamos que en la primera reunión se meditase este punto interesante, porque importa mucho á la historia el movimiento, el oleaje, digámoslo asi , de las razas que han poblado y pueblan el globo. Hoy sabemos cómo lia ido á América la raza negra africana : ¿pero sabemos cómo y por dónde vino á Europa la raza blanca caucásica? En punto á razas no puede darse idea de combinación mas negra que la que han tenido varias muchachas de Nueva-York. Estas jóvenes han formado una sociedad que ellas dicen que tiene por objeto destruir la preocupación de las castas : pero cuyo lin principal es el de todas las jóvenes; casarse. Lo grave del asunto no es esto sin embargo; lo grave es, que quieren casarse con negros. Cada una de ellas es una Desdemona que busca su Ótelo. ¿Serán feas? Aconsejamos á los negros que fueren solicitados, que antes de dar el dulce sí que se le? pida , exijan el retrato y las sulieienles garantías de identidad. útiles, la instrucción se fue generalizando cada vez mas; FAC.ll.TAIIES. los grandes talentos, que tan numerosos han sido siemKl número dealiminosconcurrenl.es á las universidapre en el suelo español, encontraron ocasión de cultivarse; y de aquí y por esto fueron saliendo de dia en des, (lur.inle los cursos académicos antes (Miados, es el dia esos genios que han sido y son hoy la admiración y que arroja el siguiente cuadro : asombro de los paisas eslranjeros. Cursos académicos: alumnos de IS.'i7á IS5S 7,1)28. Ahora bien , y puesto que las dimensiones de este a r de IS.'iS á 1850 7,SÍ2. tículo no nos pernñlen eslendernos demasiado en conside IS50 á ISlill 7.077. deraciones, sobre el oslado de las enseñanzas mas r e de iNfil) á IStíl 8,(¡| | . motas ó anteriores al siglo presente, vengamos desde Tolal :!i,íi:;s. luego a nuestros dias, primero y mas principal objeto El IIIÍMHO aníllenlo rclalmi y proporcional que se ve que tenemos en esla cuestión. Ya hemos dicho antes que el amor al estudio y que el en eslos dalos y los anteriores, se observa laminen en deseo de saber se ha ido aumentando de dia en dia en general en los que se relieren á las enseñanzas superior nuestro país, y que por consiguiente la instrucción profesional y escuelas especiales. La consecuencia , pues . de lodolo espueslo, esquí' la también se aumenta y desarrolla . aunque hoy no lanío como es de apetecer, y se necesita indispensablemente; instrucción primaria adelanta poco , y que la superior bien porque no corre parejas con nuestra población exis- progresa. No concluiremos eslos apuntes sin llamar de nuevo tente, cuanto porque el grado de ilustración y progreso la atención de quien corresponda , acerca déla convecon que marcha el siglo XIX asi lo exige. Para demostrar, pues, nuestros asertos, y con ob- niencia y necesidad que existe del mayor número de jeto de sacaren su vista las deducciones que nos parez- establecimientos de primera enseñanza , base sólida, é can convenientes, y que de este modo serán mas exac- indispensable fundamento para las posteriores. tas, usaremos del lenguaje de los números, cuya verdad .los:: M\i¡í\ PCI.I; VHIN. es mas clara que la de las palabras. Al intento trascribiremos aquí los dalos estadísticos que hay publicados mas recientemente sobre el particular. LA SEMANA SANTA EN" HOCOTÁ. PRIMERA ENSEÑANZA. RECIEIIHOS Escuelas di1 todas clases, alumnos de ambos sexos concurrentes á las mismas cu ISliil , y su relación entre si y con el número de vecinos y babilanles: .Número de escuelas públicas 20,IOS; privadas -í, 155: total 2i,353. Relación del número de escuelas con el de vecinos, 1 por 147. Alumnos en las escuelas públicas 1.101,520: ídem en las privadas 150,124 : tolal 1.251,053. Relación del número de alumnos con el de a l mas , 1 por 13. Ídem del de escuelas con el de alumnos, i por SI. Las provincias en donde existen proporcionalmenle mayor número de escuelas, son las de Álava , Burgos, Guadalajara , Huesca , León, Lérida, Lugo, Falencia, Segovia . Soria . Teruel y Zamora, cuya relación con el numero de vecinos está á 1 por 100 la que m a s ; pues entre estas hay algunas que no llegan al 70. Y las en que Por esla reviva y la parte no firmada de este existe menor número de establecimientos de primera número , enseñanza, son Albacete, Alicante, Almería, Badajoz, Baleares , Cádiz, Córdoba , Jaén, Málaga, Murcia, PonNEMESIO FERNANDEZ CUESTA. tevedra y Sevilla , de las cuales , la que se encuentra en mejor relación es 1 por 2 1 5 , viéndose entre ella» una que llega hasta la exagerada cifra de 1 por 370. Las demás provincias restantes de España están en el término medio entre los estreñios de que liemos hecho mérito. Sí á la desproporción que se n o ' j cutre las provincias en el número de escuelas co'1 q;,e contaban en el año EN ESPAÑA. de lSó'O, relativamente co:i el vecindario que cada una Por fortuna y para bien del individuo y de la socie- tenia, añadimos un date ;iii:5 que ims suministra el censo dad, pasaron ya aquellos terribles y nebulosos tiempos de aquel misino a ñ o , cual es, que aun existían en Esen que la razón era la fuerza, pero fuerza bruta á cuyo paña 705,(iCO ind.vicluos délos dos sexos que no sabían espantoso y asaz terrible dominio se hallaban injusta- es •j'ibir , y I l.s;¡7,-í 15 que ni siquiera sabían leer, p o mente subyugados los privilegios mas grandes, los d o - dremos deducir una consecuencia lógica del estado poco nes mas preciosos queOins quiso concederal ser huma- lisonjero, ya que no lastimoso, en que se encontraba la no : el talento y el saber. instrucción primaria de nuestro país en aquellos días: ¡ Tiempos de esclavitud , de sangre y de ignorancia, y siendo indudablemente una de las causas mas principales cuyas tristes y fatales consecuencias recordamos hoy de este retraso el corlo número de escuelas, el primero llenos de, vergüenza y de, dolor! l'ara nada se necesita- y mas necesario elemento para la enseñ.oza publica. De la relación del número de al.mmos con el de almas ba entonces el saber: para nada y de nada servia entonces el talento : y no solo no servia , sino que lenian y de. la de los primeros con el de escuelas, también pocomo denigrante los señores de aquella época , dedicar- demos sacar la consecuencia clara de, que se ha desperse á ninguna otra clase de aprendizaje ni enseñanza ins- tado el deseo de aprender, y de que los establecimientos tructiva, que. no fuera el ejercitarse en las armas, para que con tal objeto existían , no eran ya suficientes en después blandirías y acometer á sus propios hermanos, aquella época ; [mes sabido es que si hay aglomeración derramando torrentes de sangre hubiera ó no rnzon de alumnos en las escuelas, la confusión paralizará, ó para ello, l'or fortuna ya no existen aquellos tiempos. por lo menos ''ara mas tardío el desarrollo de los primeAl abandono, á la negligencia, sucedieron el estímulo y ros coiiocj;iu>'iiios. l'or eso debemos llamar y llamamos la voluntad , y pocos fueron ya los pueblos que, perma- la aten io:i sobre osle punto. necieron quietos ó que quedaron rezagados en el camino SEGUNDA ENSEÑANZA. de la enseñanza pública y privada. Número de alumnos concurrentes á los estableciNo fui! España de los pueblos á quienes locó la peor parle, en esa tan gloriosa y útilísima como apacible con- mientos de segunda enseñanza , durante Jos años acatienda que hubo entre las naciones mas civilizadas del démicos siguientes: globo para estiinu ar é inducir á sus habitantes á que NUMKIiO lili ALUMNOS. se instruyeran y adquiriesen los conocimientos precisos é indispensables para penetrar en el terreno de los adeEstudios ¡ÍOMOlantos, j que mas tarde había de hacerlos fuertes y po- Cursos np a,]ú nir )S. ralcs. hl..l n,,tar¡..,,. Te al. derosos. Por el contrario, conoció bien pronto que la instrucción y la enseñanza son fuentes de moralidad y de ventura , porque comprendió que i'l pueblo se mora- I) • 1857 á 18 ¡8. 00!) t:t,soi I í y oo liza á la ve/, que se instruye , y no tarda mucho en es1 ,0 1 í 10 02 S 1858 á 18 ¡0. 18,'olí lender y desarrollar esos grandes pensamientos, cuyos 20 SOS I ,50!) .; |M ¡0. 10,292 resultados fueron tan provechosos, que cada año, cada 2 1 , 178 1,055 181,0 ií Si i l . 10,52:! dia alcanzaba nuevas y numerosas ventajas por su notable adelanto, consiguiendo ser en aigunas épocas, Como se ve por las anteriores, y aunque no van comcomo en los tiempos de la primera Isabel,' de Curios ||¡ prendidos en el curso de 1857 á 1858, 2,722 alumnos, y otros , la señora del mundo y de que nuestros abue- los cuales corresponden á varios instituios, porque no los dijeran la grandiosa aunque enfática frase <|c que han poiliilo detallarse de la manera que indica el prenunca se ponía el sol en los dominios españoles. cedente caiadro, los estudios de la segunda enseñanza Conseguido el estímulo por querer saber, y desarro- se desarrollan y generalizan , vendo de cada vez mas en llados los medios de aprender y adquirir conocimientos aumento. APUNTES SOBRE LA ENSEÑANZA. GENERAL Anterior Inicio I>I: i s Y VIAJE Á AMIUICV ESCUIIOS ron I N EMICIIAIIO, A I . VAI'OI!. X. Llegó por fin el Viernes Sanio, el dia de las grandes ceremonias y de la conmemoración de Jos grandes misterios , ese dia solemne entre todos los que celebra la Iglesia entre sus festividades del a ñ o , dia de lulo y p e nitencia, y que. viene á marcar con otra prueba nías indeleble y auténtica el carácter esencialmente religioso del pueblo americano. Por la mañanita muy temprano dióse, principio al olicio, recitado por un coro numerosísimo de sacerdotes y laicos revestidos de negro con paramentos fúnebres, terminado el cual, el preste, rodeado de sus adláteres, estrajo la Santa Forma y el cáliz, que se guardaban desde el dia anterior en la urna del monumento, continuando en seguida la procesión claustral al compás del Pango lingua, recitado á media voz por los sacerdotes. La ceremonia terminó como había empezado, triste é imponente, como el doloroso objeto á que aludiera; é ínterin el gentío evacuaba aquel santo recinto, un gran cortinaje negra caía de improviso , desarrollándose de la altísima clave de la bóveda, haciendo desaparecer detrás el monumento con todo su grandioso aparato , y cuyas mil luces habíanse apagado ya de antemano en un instante rápido, como por un soplo mágico. Por la tarde cantáronse las tinieblas, y yo que me babia propuesto aprovechar el viaje, sin perder accidente alguno, me apresuré á asistir de los primeros al cilicio conmemorativo de la hora suprema del Salvador, desde uno de los bancos del trascoló, gracias á la amabilidad del s'ñor canónigo, el cual me facilitó también un gran diurno .•eneciano, obligándome á cantar una lección del tercer nocturno ; honor altamente apreciarlo entre el pueblo de Bogotá, y que me valió un concepto recomendable por parle de aquellas buenas gentes, que empezaron á mirarme no sé si con admiración o con e n vidia. Luego se, predicó el sermón llamado de la Agonía ó de las siete palabras, con el templo completamente á oscuras: solo allá en frente, sobre el altar mayor, enleramenle. desnudo, ardían seis velas verdes y amarillas y una lámpara colgante en el crucero, á cuya luz lénue y dudosa veíanse apenas tres cruces negras, altísimas, como espectros dolantes en aquel santo abismo de sombras. La del centro estaba desnuda , mientras que las dos laterales tenían crucificados los dos ladrones en actitudes opuestas. Esforzábase el orador en relatar el drama doloroso de la Pasión de Cristi; pero sobre lodo , al llegar su peroración á las escenas sangrientas del Calvario, su acento tomó una inflexión lastimosa y patética, y su narración empezó á ser mas pausada, para dar lempo á la ejecución de la escena que empezaba á tener lugar ya en el presbiterio, y que á continuación describo. Un grupo de sayones remangados de pie y brazo, sacó medio arrastrando y á einpe|'oricj.s :í una efigie de Jesús, cuyos miem'iros eran de resorte, yjirestiiban.se á toda clase de articulaciones y movimientos. Kn un momento la santa imagen fue despojada de su lúníca , y colocada sobre la cruz, que se tendió al efecto liorizonlalmenle en tierra sobre la grada del presbiterio. Al punto oyóse el ruido de los martillos que, e n clavaran sus miembros, y bien presto volvió á elevarse la cruz con el cuerpo de Jesús cárdeno y sangriento en ella. Allá á poco tuvo lugar el descendimiento, y dos s a cerdotes con ornamentos negros mostraron lentamente por medio de una evolución giratoria aquel cuerpo descoyuntado al auditorio, que rompió en llanto, al compás Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. del estrépito atronador de las malracas, anunciando el á ello á los revendedores de artículos al [ -menor y á inonienlo [en ¡lile de la muerto del Dios-Hombre. los olicios mecánicos de cierto género. El orador, terminado el sermón, descendía de la e á l'n grueso piquete de tropa bien uníforni da con sus tedra cuando las (¡nieblas del crepúsculo aumentaban oficiales al frente y con emplumados tricornios, escolla oscuridad del templo, envolviendo los objelos cu una taba la procesión dividido en dos grupos . uno do ellos á lobreguez fantástica. continuación del anterior, y en pos de los cuales iba la Conchuda que fue la ceremonia de la Imposición, co- Santa Virgen con las demás Marías vestidas todas tres locaron al erueilijo en unas andas doradas cubiertas con con ropas de terciopelo entre iiiuM.ilmi de ángeles alaarcos de banderas simbólicas, de las cuales desprendían- dos, rodeado todo de mujeres con el pelo suelto llolanle se finias negras dolantes y piños de lulo bordados en á la espalda, y llevando en la mano cirios encendidos. piala con Iraujas de lo mismo, é iluminada la eligió por Detrás iba un número incalculable de penilenles con arandelas y globos de cristal límpido en los ángulos del i la espalda desnuda y sacudiéndose sin piedad fuelles pedal sobre que se al/.ara. ¡izóles con ramas i'e mimbres, lo cual ofrecía un espectáculo repugnante, pues brotaba la sangre en aquellas espaldas cárdenas. Aquellos pobres diablos ayunaban XI. lodos al traspaso, es decir, desde la ma: ana del Jueves Ordenada la iíran procesión del enlierní, ésla de Sudo basta el toque de gloria en el Sábado, y estaban la iglesia en la forma siguiente: escuálidos, medio muertos, sin aliento aun para añilar. Alina la marcha un grupo ile jóvenes indios con s o - Algunas personas principales iban confortándoles, h a breveslas amarillas, uno de los cuales baria sonar una ciéndoles aspirar y beherlíquidos espirituosos, mientras trompeta enorme con ruedas, mientras que- los reslaules que otros individuos de cofradías sosleiiiau en alto larolocal) m una especie de marcha fúnebre con las cajas les de estrañas forni's, á cuya luz aparecía ol sangriento cuadro en toda su cruel repugnancia. destempladas y euhierlas de paños nebros. lVIras marchaban dos lilas numerosísimas de faulasEl segundo grupo de soldados cerraba la marcha de mas, llamadas maniquíes ó almas sanias, con prolon- esta procesión singular, cuyos asistentes sin escepeiou gadas vestiduras con cola , echado un anlifaz al roslro y tal vez, á no ser los que llevaran andas, estandartes ó llevando ¡i la cabeza un ¡lilísimo capuz, piramidal, con atribuios, iban provistos de faroles, linternas ó cirios profusión de cintas Uníanles sobre la espalda , y cuyo encendidos: espectáculo que observado desde cualquier cslremo solía llegar á los balcones. Algunos de aquellos punió cómodo, ofrecía ttw golpe de vista sorprendente, fantasmas, cuyo número oseoilería de ochocientos, so- pues entonces aparecía una doble serie infinita de lumilian traer de la mano á un ángel lloroso, mientras que narias movibles, cuyo número debería esceder sin exaen la otra, y todos sin escopcion, llevaban cirios ama- geración de cuatro o cinco mil, semejanle a un ejército rillos encendidos. de fantasmas, iluminado por fuegos fatuos y errantes, Aquellos hombres eran enfrailes de varias hermanda- de un efeclo grandioso y mágico, arrullado por los acordes, cuyas imágenes ó emblemas ululares iban detrás des lánguidos de una música melancólica, como un eco con separación y á convenidas distancias. El primero de. doliente, perdido en el tenebroso limbo de la noche. ellos era un grupo alegórico del triunfo de la (irada sobre el pecado, y lo representaba un ángel que hollaba XII. un esqueleto, conducido por seis mulatos en unas a n das, que mejor pudieran llamarse parihuelas. Los albores de una mañana hermosa y el canto sonoA este paso seguían varios clérigos revestidos, que ro de los pájaros en la enram ula Honda ya i'e los jardiconducían los diferentes atributos de la Pasión , coloca- nes, anunciaron la presencia del Sábado, ese dia de dos al eslremo de varas de una altura conveniente para estrepitoso júbilo, uno de los mas grandes del año en poder verse, tales como el martillo, las tenazas, los tres liogotá. clavos, la esponja , el gallo del Pretorio, los liados, los Amaneció como el anterior, tétricamente silencioso y treinta diner s de Judas, e t c . , y sobre todo un gran y en el cual silo la naturaleza y las aves desvanecían la pendón violado . salpicado de manchas rojas, que dicen postración del hombre , dando testimonio de la existenrepresentaba la I única inconsútil di'Jesucristo. cia del mundo y délas criaturas. Los frailes de todos los conventos de la ciudad marPero un acontecimiento estraordinario vino á galvachaban en pos con sus simples hábitos de color distinto, nizar, por decirlo asi, esa vida adormecida y á precipiy llevando todos velas verdes encendidas y detrás veía- tarla en el vértigo : las campanas de los doce conventos se al Nazareno con la cruz acuestas, ayudado por don de la ciudad y de sus parroquias, enmudecidas desde la Simón Circneo, conducidos ambos en andas, de pésimo mañani del Jueves, empezaron á doblar á vuelo, mezgusto por cierto. clándose su clamoreo con el estrépito de las descargas de A continuación veíase un gran crucifijo de talla que fusilería, las salvas de artillería de la plaza, el ruido sostenían en alio tres almas sanias , dos de las cuales, de los martillos, de las bocinas y matracas y las notas colocadas lateralmente, lo verificaban por medio de hor- de los clarines que resonaran en las murallas y en los cuarteles. Soltáronse las presas de los cauces, cuyas quillas de hierro enganchadas á la cruz. El alcalde ó gobernador de la ciudad , vestido de r i - aguas asi como las de las fuentes, empezaron á correr gurosa ceremonia y cubierto con mía especie do mor- de nuevo, inundando la parle mas baja de la ciudad y rión con penacho de plumas, llevaba una bandera negra sus barrios, entre la algaravía de aplausos, vítores y arrastrando por el suelo, en medio de un tumultuoso aclamaciones del pueblo entero, ebrio de entusiasta j ú pelotón de negros uniformados di1 azul con vivos amari- bilo, que rayaba en un vértigo frenético. Las fuentes llos y escarapela encarnada , los cuales pertenecían á la contenidas también, soltaron igualmente sus caños crisservidumbre de las principales familias que les enviaban talinos sobre sus recipientes de piedra , vistiéronse los en su representación , uiienlras que ellas, por una sin- Inlcones de colgaduras y gallardetes do seda, y las bangularidad de costumbre, quedábanse en sus casis, para deras oliciales y consulares, abatid; s sobre su asta, voldisfrutar desde los terrados y balcones del espectáculo, vieron á izar de nuevo su pabellón Ilutante, tremolando en los aires, en señal de gloria y regocijo. curioso por demás, de la procesión. Los músicos que componían la orquesta ¡han á la retaguardia delante de las mujeres y niños, rigorosamente, enlutados, con antifaces negros, y los instrumentos cubiertos con cendales de color violado, tocando aires fúnebres en los intervalos de las estrofas del Miserere y de los moteles de, los Improperios, que cantaban pausadamente, los coros en un tono sumamente conmovedor y tristísimo. Detrás el cuerpo municipal , precedido del sindico procurador y del jefe de policía , marchaba con sus tragos ilu ceremonia enlutados, y arrastrando los dos últimos por el suelo pendones negros. A aquel grupo seguía el féretro con el cadáver del Salvador conducido por clérigos ordenados de menores. El féretro ó lecho fúnebre mirábase cubierto de, arcos de (lores cerrados en pabellón, del cual desprendíanse multitud de cintas, cuyos cabos conducían varios olicíales de graduación, los individuos del clero catedral y los canónigos , y de cuya honra participé también yo mismo. Una confusión de gente disfrazada de, hebreos con abigarrados tragos ile varios colores , chillones todos y estrambóticos, venia detrás armada de palos, espadones, picas y alabardas: algunos de estos individuos, pertenecientes todos ellos á distintos gremios mecánicos do la ciudad , llevaban también linternas sordas y encendidas, lo cual no dejaba de, producir un escelente efecto en medio de la semí-oscurídad de la noche, que era ya entrada. El papel que, representaba esta gente, era tan odioso y repugnante, según alirma una autoridad competente en la materia , que no hallándose con facilidad personas que se presten á encargarse de su desempeño, oblígase Anterior Felizmente en la noche anterior, se me había prevenido que me abstuviera de salir de casa por la mañana del Sábado Santo, consejo que utilicé gustoso y del cual no me be, arrepentido ciertamente. A la sombra de ese, mismo entusiasmo, que raya en delirio, como queda dicho , suelen cometerse crimínales venganzas que desliguradas cuino actos casuales, quedan ordinariamente impunes , pasando por rasgos indiscretos producidos por la efervescencia religiosa. Y con efecto, en ese mismo día de que voy hablando murió atravesada de, un tiro una pobre joven á manos de un fanático que, h a biendo tenido relaciones amorosas con ella, y que desairado en sus pretensiones, había llegado á ser presado unos celo'j rabiosos, cuyo desenlace fue el crimen que queda d.'cho. En vano los parientes de la víctima trataron de hacer valer sus vehementes sospechas de culpabilidad premeditada y con alevosía contra el asesino: éste logró eludir la acción de la ley, bajo el protesto de una lastimosa imprudencia producida por su propio entusiasmo religioso. Otros crímenes por el estilo ocurrieron además, con circunstancias diversas y que me abstengo de reproducir, citando únicamenle el que queda rehilado anteriormente en testimonio de la ciega preocupación do un pueblo exaltado hasta el fanatismo , á cuya sombra medran el error y la impostura, ose doble apoyo sofístico del crimen, cobardemente disfrazado. Tal fue, pues, el ceremonial fie la Semana Santa que me propuse describir á grandes rasgos. Josii PASTOU ni-: i.\ lioc.v. Inicio 107 KL TE Y SUS ADULTEKACIÜNIÍS. El consumo del té en Europa, es inmenso ; esla bebida , que apenas era conocida hace dos siglos, ha llegado á generalizarse de tal modo, que en Inglaterra, Holanda y algunos Estadosde la Confederación (•erniánica, la usan basta los artesanos mas pobres; en Ilusia, donde el comercit con la China es tan considerable y se hace directamente , es la bebida de todas las clases de la sociedad; en el resto de Europa su uso no es lan general , aunque en ludas par es es de un uso común.1 El aníllenlo progresivo que lia tenido su consumo principalmente de algunos años á estallarte, ha sido causa de que los que se dedicaban á su comercio hayan adulterado este importante artículo añadiéndole oirás s u s tancias que los permitieran realizar grandes beneficios á poca costa. Esla falsílicacimi es mas digna de estudiarse en los países, que como España , obtienen el le de segunda ó tercera mano y por lo lauto mas espueslo á ser adulterado, que en aquellos en que como en Rusia e Inglaterra le reciben directamente de la China , ó como en Holanda , (|ue abastece sus mercados de las plantaciones que posee en Java y en algunas oirás colonias. El lé no es solamente un esliiiiulanle que sirve para reanimar el espíritu . sino que como han demostrado la química y la lisinlogía moderna , es una sustancia alimenticia. pues además del aceile volátil, vivificador y aromático que posee en una proporción de I por 100 conlieii" un radical formado pm- una gran c a n tidad de gas azote: á este radical se le ha dado el nombro de le'i'na , y I ¡ene la inay, r semejanza química con la calcina del haba de café. Según la clase del té la cantidad de teína que contiene es de 2 á (i por loo . y está formada d ' ¿S,s;t parles de gas azote , iít,S<> de carbono . ii.OS de hidrógeno y llí,21) de, oxígeno. El té . además de sus cualidades estimulantes y alimenticias, tiene una propiedad astringente , deluda á una parle de ácido corrosivo que se encuentra en una cantidad de 13 á 18 por 1(10. Este ácido juntamente con el electo a s tringente del t é , es también la causa de que las hojas verdes secadas demasiado pronto en C! i na . tomen un color negro. El ácido ejerce en los nervios una influencia que se manifiesta dándoles una dulzura y una especie de entorpecimiento sumamente agradable. Además se encuentra aun en el t é , aparte del almidón y de la goma , una sustancia alimenticia que hallamos como la principal sustancia nutricia de los cereales, y que se conoce como fibrina vegetal ó cola. Las hojas secas del té contienen mas de una cuarta parte de su peso de este, materia. Como en la infusión en agua caliente se d e s prendo muy poca materia glutinosa en las preparaciones que hacemos con el té , queda en las hojas una gran parte de la sustancia alimenticia , la cual puede sacarse si se echa en el agua algo de sosa purilicada (1). Lis |iartes constitutivas del té son muy distintas, según la clase de éste , pero no dependen en realidad de la planta misma sino de su preparación; a s i , pues, conviene conocerle un poco para poder juzgar de su pureza i'i de su adulteración. En la mayor parte de Europa se usa generalmente el té chino ó el que se, cultiva en Japón, Corea, Java y Ceylan. En la América del Sur se usa el del Paraguay (de la planta llamada ¡le.cparat]uai/cns¡s); en la A m e rica del Norte el té de Jersey (i de James (de la planl.il ccanolhas amcricanus y l&lum ectifoliar») ; todas estas clases contienen la parle de gas azote de, la teína, aunque las plantas son tan distintas en especie y en clima. El té chino viene de las tres clases del tliea ehinensis, que pertenece á la familia de las cameliáceas, cuya representante es la hermosa camelia tan conocida. De estas tres clases la primera es el thca virtáis (lé verde) que es la mas lina, que se cultiva en la provincia de lliong-chovv; el ilusa bohea (té pardo) y el thca strivta, particularmente, el primero de ellos, proviene de las clases inferiores del té verde y del negro de la provincia de Cantón. La preparación de las hojas del té para h a cer el té verde y el té negro, es de la mayor importancia. El té es una planta dotada do propiedades venenosas que no tiene en sí ningún indicio del aroma ni del gusto de las hojas ya preparadas; todas las propiedades agradables que le hacen ser la bellida favorita de las naciones , se desarrollan on el procedimiento de su prepacion. Esta no solo verifica una alteración en sus partes constitutivas por el modo de secar y de tostar las hojas , sino que además es la causa de que, sea verde ó negro. Para hacer ol té verde se esliendo!) las hojas recién cogidas sobro una capa de bambúes á fin de secarlas, lo queso hace en dos ó tres horas; después se ponen á tostaren una especie de sartén á un buen fuego de, leña apretándolas bien para que, despidan la humedad que puedan tener aun , y estando todavía calientes se las arrolla con la mano. En seguida se las vuelve ¡i poner á un fuego lento removiéndolas sin cesar y arrollándolas (1) Kn l n ¡ ; l a l r m y en llamhnr¡;i>, s e o d i a un p o n í ilc sosn á l a s h o j a s i l o l tí", i l e s p i i c s \ | u e se lia s a c a d o loila el a s n a , Un la A m é r i c a (leí S u r so turnan las hojas r o m o un a l i m e n t o n u t i i t i v o , d e s p u é s ilc hiilicr bellido la t l e r o r i o u ile t é . Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. 108 por segunda vez ; hora y media después de este procedimiento, adquieren un color verde oscuro. De la m a yor ó menor limpieza en estas operaciones y de las veces que se las calienta resultan las diferentes clases mas ó menos tinas y reciben el color oscuro , verde azulado ó verde mas claro , formando asi el twankay, hyson , imperial , pólvora de cañón , etc., etc. Kl té negro requiere una preparación especial ; las hojas frescas so eclian sobre una esterilla y se ponen á secar al aire por espacio de doce lloras; después se las mueve y se las comprime con la mano para ponerlas blandas, dejándolas aun al aire por espacio de una hora en montón y en este estado húmedo adquieren ya un cierto aroma. Después se las arrolla encima de una mesa hasta hacer de ellas unas bolas pequeñas, y echándolas luego en una especie de sartén para acabarlas, de secar por un procedimiento análogo al que se emplea para el té verde aunque mas complicado y con algunas otras operaciones, hasta que pierden su propiedad venenosa (narcótica) y entonces se presentan en el mercado como Iwhea (de la provincia de Eo-kion), congu, compoi. pakoe, etc., etc. Veamos ahora cómo se hacen las adulteraciones y cuáles son los medios de descubrirlas. En general se juzga del té por su aroma, por el color que tiene cuando está seco y por el de la hebilla ya hecha ; pero el que no sea un conocedor muy profundo puede equivocarse muy fácilmente en el olor, en el color y en el gusto, pues la adulteración del té no se hace en general en Europa, sino en China, por los mismos que trabajan en él. Esta adulteración tiene lugar principalmente en el té verde para dalle el color mas apre- ciado en el comercio ; con este objeto se toma materia colorante, amarilla, blanca y sobre todo azul. Cuando Fortune, vívia en la China, vio que los fabricantes de allí machaca lian en u n mortero, azul de Prusia con algunos pedazos de yeso que antes habia sido quemado y pulverizado, y que esta mezcla la echaban al tiempo de poner á secarpor última vez al té,esteni'iéndola sobre las hojas con una cucharita de porcelana y que antes de q u i t a r l a s del fueteo las com- ESrEPICION AL PACIF100.—ARBOLES GIGANTES, LA MAPBE T EL HIJO. primian con las manos. Para cada siete libras de lé se venia á emplear como media onza de aquella materia colóranle; de este modo el té recibo por igual el color verde tan apreciado en Europa, donde se paga á tan alto precio. En la re alidad esta adición de azul de I'rusia y de yeso no puede apenas perjudicara! que usa este té, pues seha demostrado poresperimentos hechos, que en media onza de té hay,cuandomas, medio prano de esta materia colorante y en ésle, solo una sesta parle de azul de I'rusia. Los chinos usan también el añil para dar color al té. Se puede conocer muy fácilmente si el té verde contiene añil ó azul de l'rusia; para esto basta echar un poco del té queso quiere examinar ESP1 DICION'. AL PACIFICO.—AHBOLÜS CIGANTKS , CHOPO DULAS TBKS (¡RACIAS. Anterior Inicio en ngua na , y después de haberle movido bien en ella, colarle con una muselina muy delgada; entonces la materia colorante que se hallaba adherida á la hoja del leen un polvo impalpable, pasará al través de la muselina y formará una especie de poso en el agua ya colada. Cuando se halla ya asolado, se vierto el agua poco á poco y se p n e en contacto el poso con una solución de cal; si el color lo del poso so hace mas bajo, en ese caso la materia colorante está formada por el añil, pero si el poso con la potasa toma un color pardo y añadiéndole algunas gotas do árido sulfúrico so pono, de nuevo claro, entonces la materia colorante es azul de I'rusia. Los chinos no solo tratan de dar color al lé , siim que procuran también comunicarle! buen olor y aumento de peso cuando tienen un lé inferior y quieran que atraiga compradores. Para esto toman ordinariamente otras plantas, cuyas hojas las mezclan con las del té. El souchong le mezclan con las flores y hojas del chloranthiis inconsptcuu.i que crece en la isla i'e java ; esta mezcla se verifica pulverizando el chloranthus y echándolo en las hojas del té cuando oslan puestas á socar. Con igual fin so usan las flores y hoj'as del Jardcnia florida, las hojas aromdtilicas del Olea fragrans y del jasminum Sambnc. Los chinos secan anualmente muchos millones de libras de hojas de diferentes plantas para mezclarlas con las del verdadero té. La compañía inglesa do las Indias orienlales so sirve del mismo medio y esta es la causa do que en las clases de té do fabricación inglesa se hallen hojas do haya , olmo, castaño do Indias , plátano, encina , álamo Illanco, e t c . , etc. Estas hojas se secan, se corlan en pedazos pequeños y después de echarles un poco de katechu so mezclan con las dol té ó con el polvo colorante de la rosa y del té puro. Examinemos ahora el té negro tal como so encuentra en el comercio. Para estar en estado do conocer por medio del microscopio, que es el nimio mas directo y seguro, las adulteraciones que ha sufrido el t é , es necesario saber antes «filó contieno la hoja del té puro. En esto caso el análisis químico para demostrar qué hojas so han empleado en adulteración y si hay efectivamente hojas de té puro, es tan dilícil como incierto. El examen con el microscopio demuestra do un modo especial la forma, el tamaño y Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. disposición de los nervios y venas de la hoja, pues hasta de los pedazos que la lioja rota ó pulverizada presenta al microscopio se pueden reconocer fácilmente las formas características. En ciertos casos la misma epidermis , es decir, la telilla ligera que cubre la superficie de la lioja, puede servir para dar el conocimiento de ella. El microscopio nos manifiesta en las hojas del verdadero té, del thea chinensis, una forma lanceolada con los bordes dentados; pero estas hojas presentan un carácter particular en la ramificación de los nervios ó venas, pues no solo forman sus mallas ó redes como todas las demás plantas de follaje , sino que las ramificaciones mayores que parten de los nervios ó venas centrales, hacen un espacio ante el tejido en figura de red , de la 109 orilla de la hoja y corren cerradas al parecer por las redes mas linas, una frente á otra. Esta forma es característica en el té puro, y ahora veremos que las hojas de las otras plantas que sirven para adulterarle se diferencian notablemente en ella. La hoja del té que se cultiva en Assnm es algo diferente. La ramificación de las venas de su hoja es completamente igual á la del thca chinensis , pero la hoja entera es mas ancha y también dentada con la particularidad de que sus di ntes son alternativamente uno mayor y mas ancho, y otro menor y mas estrecho. Esto no se halla marcado de un modo evidente en todas las hojas, pero aun en aquellas que no se ve con claridad se conoce fácilmente el carácter de toda la lio a. El conocimiento de la epidermis de la hoja es también muy importante; se debe examinar bien porque la hoja del té se diferencia por su epidermis de otras varias que sirven para adulterarle. Una de las cosas que caracterizan mas la epidermis de esta hoja , son las celdillas que forman las llamadas grietas ó hendiduras, y la especie, de vello que la cubre en su parte inferior. Hemos dicho ya que los chinos mezclan otras hojas con el té para darle un olor agradable; para esto se sirven principalmente del chloranlus inconspicuus y de la came'lia sasanqua. Las hojas de ambas plantas son bastante parecidas A las del ié chino , mas sin embargo, la persona (pie está acostumbrada averias, las conoce fácilmente cuando las compara con éstas. PASO DE LOS PRUSIANOS POR EL SCHI.EI, CfcHCA DE ARNIS , EN SCHI.ESWIG. El té se adultera aun lomando las hojas mas comunes de plantas sin valor alguno , poro que tienen una propiedad astringente ó que poseen partes constitutivas de ácid > corrosivo. Por esta rnzon se ludían muchas veces en el té , hojas de plantas de Europa y aun de la parte septentrional de ésta, y si la misma Compañía inglesa de I s Indias hace estas adulteraciones, no tiene nada de estraño que los especuladores ingleses y alemanes las hagan también para lograr mayores beneficios. Las hojas que se usan mas frecuentemente para esto, son las de sauce , álamo blanco , plátano, encina , espino blanco, haya, olmo, etc. H ly otros medios todavía peores que se emplean para dar ai té adulterado una apariencia de pureza. El té que so ha empleado ya para bebida , se prepara con ciertas sustancias que le comunican una fuerza aparente y se vende corno té chino puro. Hay casas de comercio en Inglaterra que compran el té que ha servido ya en las fondas y en los cafés, le preparan y le venden de nuevo. En general todo el que se vende muy barato en Inglaterra y en Alemania, ha sido empleado ya antes para bebida'. . La parte de ácido corrosivo que contiene es la que favorece esta adulteración. La infusión en agua caliente Anterior quita el ácido corrosivo con la parte de goma ; el primero da á Id hoja su efecto escitante, astringente y aroma I.ico ; la segunda la conserva dura en su forma comprimida ; ambas cosas son sustituidas fácilmente en la adulteración. ¡Se continuará ) A. ESPKDICION CIENTÍFICA. AL PACÍFICO. Ahnrdode !:i fragata de guerra Triunfo. En la mar ;í i." de diciembre de 1863. Bajo la triste impresión del fallecimiento de nuestro compañero don Fernando Amor, de que di noticia en mi última carta desde San Francisco, entrarnos de nuevo en la fragata el dia :)1 de octubre por la noche, para salir el dia de Todos /os Santas. Ellos nos presten su ayuda y protección hasta pisar las playas de nuestra patria; que por cierto lo deseamos, no por los temporales y borrascas del mundo físico, sino por las del inundo moral, que tienen rachas mas duras, y no hasta Inicio ponerse á la capa. Pero dejemos esto en el fondo del saco para su tiempo, y (¡iré algo de lo que no haya hablado en mi última sobre California, donde solo hemos permanecido veinte dias, corto tiempo para hacer apreciaciones exactas, pues como dice Balines en su criterio: «La razón y la esperiencia enseñan que para formar cabal concepto de una pequeña comarca, y poderla describir tal como es, bajo el aspecto material y moral, es necesario estar familiarizado con la lengua, pasar allí larga temporaria, abundar en relaciones, estar en trato continuo sin cansarse de preguntar y observar. No creo que haya otro medio de adquirir noticias exactas y formar acertado juicio; lo demás es andarse en generalidades, y llenarse la cabeza de errores é inexactitudes , etc., etc.» Diez y seis meses vamos á cumplir en nuestro viaje, y en su mayor parte hemos estado siempre navegando, y el ('orto espacio de cinco meses que hemos estado en tierra en los divers s puntos que hemos tocado, apenas habremos hecho sino embarcarnos y desembarcar, orientarse de las poblaciones , aprender el sistema monetario ; de los miles de rcis en el Brasil, los patacones y pesos de la república argentina , las libras esterlinas ¡le Stanley, los cóndores de Chile, los pesos del Perú y (luayaquil, todos de diferentes valores, y Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. no 'iis dollars iln California. Solo con oslo hay para emplear os cansado. La única distracción en la m a r , es el cielo los dio/, y los veinte dias que pasamos en cada punto; que el marino mira pidiéndole vicnlns favorables, y que mas apenas, uno lia IHTIIO ya su conocimiento con los el viajero mira por dislraerse, ya con las nacaradas hombros entendidos del pais, y apenas estos lo lian nubéculas del alba . ya con las nuiles blanc ts y fantástiindicado los punios dignos <]e visitarse y de recoger n o - cas que cambian de formas y de colores con la marcha ticias, ruando sin esperarlo lo embaulan á uno en el do la tierra . ya con las puestas de sol , rojizas, aliaranbarco, y adelante ¡i estudiar ninbtis cissus y vunmlos |adas y grises, va enii las constelaciones de l;is estrei|ue forman las nuiles. llas, la trasparencia del cielo > los pal ellniíes ile nubes KM esta parle nuestro presidente Almagro. Isern \ el por entre los cuales pasa la luna. inalo-iado Amor, lo entendieron , v siempre 1I;MI estado Ks lo único que distrae . pero os una distracción depor tierra desde ipie salieron ile Montevideo, quedándo- masiado melancólica para muy continuada. nos en el encierro Marline/., Espada , l'uig y su sorviiloi', vieiiilo >ieinpre la mar salada y las maniobras del buque . con lo que me parece podremos cxamiuaru s para guardias marinas, con gran recomendación por los | Kn Calilornia se encuentran establecidos v lraba|anmuflios dias de mar que llevamos. Kn la mar un bota- do como (ill.dlin chinos en lodo el Kslado. v unos .'i.OOO nien poco puedo n eoí/rr. me parece ; y un a)iti'(i]H)lüji(>. en San Francisco solo . que tienen sus coieorcios y pecomo no mida los cráneos de los tiburones y otros pe- queñas iiidusl rías. ces, o averigüe si los susodichos lleviiu ír;ie v chalec 1 , Conservan en gran parlo sus trabes y costumbres . si I'I usan muebles, para adelaular los estudio" eluo. ráliros, I ion con el loco dolos europeos van perdiendo a l m i lio sé i]iié pueda I,acor, l'or mi parle . romo no folouTa- llas de oslas últimas. Ksláu bástanle mal mirados por |:e lo qiii' dicen hi/o Dios el primer ilia de l;i creación, los europeos , no se si por M I suciedad o por qué causa. no encuentro nada que pueda reproducirse. Si pudiera Tienen barrios enteros , con sus muestras cu letras i-lules dibujaría á ustedes el inlini'o calor que pasamos y la nas; dos templos y una easuoa en la que dan funciones gran buniedad que maltraía nuestros efectos y sobre lodo de teatro. Kl teatro es una habitación como de ^10 pies nuestras personas : mas eslu no es posible por carecer cuadrados do una casa cualquiera , con sus paredes di ile contornos. A u n duran en mi imaginación los agradables momentos que p:is;imos en el conilado de Cala- papel pintado trances : un labia..'o n mo el de nuestros re ras , admirando los enormes y ma:;n¡lieus hiíj-treef. teatros es la escena, sin decorado ni lelon. pero con sus I'I palos altos del pino , seenoia-giíjarUa. las rolladas y muebles y utensilios . armas, banderas, quitasoles y llanos de Morpliis. y las deliciosas orillas del-fio Saera- lodos los enseres necesarios para las piezas históricas, inenlo. festoneadas de arboledas. Ks|e rio no tiene ape- que representan y que duran por cierto seis ú OC.IK nas corriente. y como crece al derretirse las nieves, dias . empezando á las ocho y concluyendo á las doce ó suele salirse de madre r o n frecuencia , poniendo á la la una de la mañana. No tienen piezas escritas á propóciudad tic Sacramento en un verdadero conflicto. l.ana- sito y asi se aprenden trozos de la historia al pie de la vogacion por este rio es uno de los espectáculos mas letra con singular y envidiable memoria , pues carecoi bellos que se pueden imaginar, por los efectos que bacen de apuntador y traspuntes. Tienen detrás de la escena, las amias tranquilas en que se retraían las riberas, al en una especie do nicho cuadrado de cuatro varas, su mismo tiempo que las proas y ruedas de los vapores r i - orquesta . compuesta de instrumentos discordantes y zan las ondas, que- con sus mil reflejos diferentes, unas ruidosos: entro ellos una especie de v i n l i n , o mejor d i veces verdosos , oirás rojizos con los rayo* ' I d sol po- cho . rabel de un chirrido original, un timbal de palo niente, otras platearlos y trasparentes, forman maravi- platillos y tantán. Con la música ac- nipañan las reprellosos y ricos contrastes . dignos ile mejor descripción sentaciones como hacen los franceses en los vaudevíllos que esta. ; En particular las entradas y salidas de los personajes. ¡ y las escenas terribles, son acompañadas con gran braLa seenoia-Qigantca os o l n o m l re genérico de los pi- vura por el instrumental. La acción en las damas os nos, cuyo primer dibujo remití en mi última, La altura tiesa y soca: su inflexión de voz chillona como las de de los centinelas es do .'fon pies ingleses y su c i r c u n - ; los polichinelas, asi como en los hombres os acre y ferencia es do ft.'i el uno y de (iO el otro. cascajosa: sobro todo en los arranques épicos, se desEl grupo de las tres gracias, uno de los mas bellos gañifan, con tales gestos y movimientos. que parecen grupos del p i n a r , mide Te altura 2!1.'¡ píes y la c i r c u n - endiablados. Los Irau-es, aunque ya usados y viejos, ferencia de los tres 02 pies ingleses. eran bastante bonitos y originales. Lamadre y el hijo, la primera 311! do altura y 3o2 Sus caretas, con visibles barbas y facciones monsel secundo, y su circunferencia unida 102 pies. truosas, sus tocados y cascos con largas y ondulantes El padre del bosque, ;¡00 pies desde la raiz . y su plumas, forman los mas raros contrastes, l'or decontado diámetro t s pies ingleses. que siempre hay aquello de corlar cabezas y acabar La madre del bosque descortezada en IÑ.ÍT y el es- como el rosario de la aurora el drama : siendo las escequeleto medido en 1NI11, mido 0(> pies de circunferen- nas larcas y detalladas, ron rombales singulares, forcia en su buso y S í pies sin la corte/a. Su altura es maciones ile cansas y qué sé yo olíanlo trasiego; pues de 321 pies. Se lo quitó la corteza basta la altura de I Mi advierlo que no entendía una palabra y que la mímica pies en IN!> í. era mi norte y guia. Vislense en dos pequeños cnarliLa vanidad dclbosqne, t i e n e -¿~¡'.'¡ pies de a l l u r a y lio los llenos de objetos singulares y que hubiera d¡bii|ado de circunferencia. Otro enorme pino denominado cáma- si no hubiera tenido el tiempo tan escaso. ra de los ?>?ineros, que fue echado á tierra por un t e m A duras penas conseguí hacer cuatro grupos de c h i poral . tiene 270 pies de altura y NO de circunferencia. nos en trago de calle, pues los del lealro no (pusieron O t r o , llamado cabana de los mineros, liene :t2 pies de prestárseme ni aun ofreciendo robalos, l'ara hacer los diámetro y se tronchó al choque con otro árbol á la al- . retratos que hice, tuve que buscar á Mr. Kdoiiard Cartura de l.'iO pies. I v a l l o , natural de Hatavia. y que habla el chino, y pude Tale- son las dimensiones colosales ile estos tan nota- por dicho señor entenderme con cinco i]r eslos diahlilos bles árboles, para el naturalista . el arlisla y el curioso do colóla, l'ero aun asi fue un triunfo el retratarlos, é itislruidn viajero. Ksle sitio es el Aranjuez de San sobre lodo las mujeres que armaban un guirigay y un l''rancisco ; y en la estación primaveral, á éi van á pasar enrollo , que no ha'ia medio de entenderse ron ellas. temporadas las familias de dicha población y disfrutar l'or último, pude sacar eiialro clichés, que no fue poca del puro ambiente, y de sus amenas y frescas sombras, fortuna. pues tant'i Sacramento e mo San Krancisco.se ponen I t vi•• V I . I . C. v s ' i i i o v < l u h o Ñ i . z . inhabitables con el inlinilo polvo y la atmósfera mas pesada por cousiguionle. Kiir.Mcnl.raii un bello y cómodo hotel con Ierre/as y galería, desde donde se goza de. la vista del bosque. Tiene espaciosas habitaciones, bien CAUTAS A IT-N MI'lüiTn. amuebladas, sala de billar, y una mesa servida al estilo del pais con el mayor aseo, y no do gran precio para el I. pais, que todo se paga eslraordinariameiile caro. Kl corto tiempoque pasé en dicho punió ron mi compañero Martínez, fue lanío mas apetecido, cuanto que recordábamos los tristes y monótonos dias de m a r , de que l.in liarlos nos encontramos. La tierra es la vida , os una parle de nuestra imaginación; si en olla hay dolores, también hay alivio y recursos que no se enciienlran en el salado elemento. 101 m a r , en una 7iaveg,-icion larga, quila las fuerzas, lauto físicas como intelectuales ; puede hacer de. hombres civilizados salvajes, pues lodos los dias so ve lo mismo , todos los dias se tienen las mismas conversaciones , los caracteres se agrian y el faslidio gana el espír i t u , sin (|Me ni la lectura ni las reflexiones raimen el oslado nervioso que se apodera do los individuos. Los que han escrito sobro la mar, los que l;in bellas y poéticas descripciones nos han dado, no han sido grandes navegantes; siempre han escrito ron la impresión de un p u e r l o . donde ln comparación de la tierra y o l agua , con los canihianles do luz, les ha arrastrado á la admiración. Poro en alia mar, donde no so ven montañas, ni rompientes pintorescas, sino una ola y otra, todo Anterior Eras bonila ; eras j o v e n ; eras buena: lemas ojos resplandecientes; tenias quince años; tenias corazón. ¡ A l i ! yo no puedo r e t r a t a r l o ; le tengo en mi alma ; i n la vida: le siento; no te veo... Y ademas, ¿no basta con lo dicho? ¿no ora el resplandor de tus ojos, no era lu j u ventud , no ora la lernura de tu corazón lo que. a n i maba lu lisonomía? Si eras bonita, ¿á qué recordar otra cosa que tus ojos, belleza suprema del barro animado? ¡oras joven también!... ¡qué mas casligo que pensaren aquellos quince años! cuando siento el aguijón ile tu recuerdo, olvido la belleza de tu cuerpo, para abismar11 n la belleza de l u alma, y hoy te r e t r a t o , confesando que oras buena... Sí, le relralo: esas planchas do acero que arrancan de la oscuridad el remedo periodo de una lisonomía ; osa misma lamina de papel que tan maravillosamente reproduce IMI su superlicie hasta la dolorniidad , no física, del o r i g i n a l , ¿no so horran con el tiempo, mas que por el influjo de éste, por inanifeslar lo perecedero de los originales?... l'ues asi en Iti r e l í a l o , o h , no olvidada Encarnación, be conseguido que las palabras roproiluz- Inicio -aii. como el daguerroofipo y la fot -grafía, lo mortal de u belleza : lo lie conseguido. porque al anunciar que enias corazón , he anunciado que el tiempo borraría... liasla! bario tendré que llorar sobro estas páginas para pie quiera empezar a atormentarme. T u recuerdo, que me roo el cora/on . me ha pod do pie conv ierla v\\ novela nuestra historia: olede/coal recuerdo, v oslas cartas narrarán para li lo que tal ve/ no sabes, porque antes de rocoi;!'! 1 tu pon sa unen lo. v eni:ar lu vida a lu conciencia . eiiconlrasle el camino une huseal as. La lágrima que acabo desocar, buscaba lu sonrisa rompasiva: ¿tendré laminen que ahogar la vo/. porque en vano buscará un eco en li? ¡Lacrimas sin sonrisas, voces sin eco!... ¿Sabes. Kncaruacien. lo que oslo stuniliea '.'... Tu recuerdo, que roe >iu cesar, ino pio'o para 11 la verdad de nuestra bisloria : aquí la tiene. liras b - i i i l a : eras ¡oven ; oías buena . cuando j u |e conocí: lo conocí en el eaiupo... ¡<Jue i li llciosi era aquella noche, que con su cielo inmenso, su luna s o l i l a r n . ora imagen do mi a l m a , solitaria lamí leu . v lambieii llena do la uiuicusidail do tu m i r a d a ! . . . ¡Olio dichosa ora aquella noche en la que lio me pareció Ulill-llo de la Illll II lille/ll el espíritu del hombre'... Cuando sentados dolantedo tu casa, miraba vo aquellos rostros, en cada uno de los cuales fulguraba el destello i n d i v i d u a l , oia aquellas palabras vacilantes que para bendecir la hermosura d é l a noche se riu/.abaii: sentia el amor de la bondad de Dios . el amor de la v u Illd del hombre que de lodos aquellos labios >,• exhalaba, ¡qué deliciosa me pareció aquella noche que l u í plácidamente ilumínala aquella l u n a , errante en el espac i o ! . . . Cuando adelantada la noche me d i r i j a de lu quinta á mi casa . situada en la chalad que sabes . ¡ con qué embeleso recordaba las horas que acababan ilr pasar, horas sin dolor que habían preparado mi alma p ra el porvenir!... Cuando agoviado por el poso de una felicidad i\c algunas horas . me tendí en el césped do tus campos, ¡con qué placentero anhelo presentaba a mi memoria los sucesos de aquel dia!... ¡ con qué inefables aspiraciones bendecía aquella noche, la primera . luminosa y aleare de mi alma !... Recordaba que, vuelto de mi viaje periódico á la c i n to, había elegido las horas precursoras de aquella noche para visitar á tus padres que siempre habían tenido un abrazo cariñoso para m í ; pero que hasta aquella noche no habían tenido el encanto peligroso de t u liermo. sura : te bal ia dejado crisal.da y te encontré mariposaRecordabí mi sorpresa al v e r l e , y al ver á tu hermana Inocencia, mariposa t a m b i é n , ardes crisálida. Recordaba e| recibimiento cariñoso: el abrazo espansivo de tu padre . la bondadosa sonrisa de tu madre. Recordaba lu majestuosa amabilidad, y mientras que sonreía al recuerdo de la infantil esquivo/, de Inocencia, lemblaha, aun n i sé si de placer ó miedo, al recordar l i i " encantos, disimulados y realzados á la vez por la majestad de lus primeros dias. Y sábelo b o y . Encarnación: también recordaba á Ernesto: ¿comprendes hoy el valor do aquel recuerdo? ¿adivinarás (|ue era una sombra para mi alma? ¿ a d i vinarás que Vo había adivinado?... ¿Cómo no, si veía, lijos en lus ojos, lus ojos cariñosos, lija su alma en lus menores movimientos, lija en sus labios al contemplarlo , la placida sonrisa?... Recordaba también... lo recordaba lodo: el jardín, en el cual me recibisteis, la alcneioii con que se oían mis relaciones; la frescura del a i r e : el perfumo do las llores, y el perfume embriagador de tu hermosura. Recordaba el estasis en que r: i cuando apareció la luna, vohcdecieiido hi a la sabia melancolía do los años, lucidlo llegar liarla nosotros la melodía suspirante de II i l l l / c l l l . ¿ Y salios , Encarnación , de lo que mas me acuerdo? de aquel diálogo misterioso cutre lu madre y t ú , que entonces al oírlo hirió mi corazón . que después al recordarlo, me daba palpitaciones siimilláneas de alearía y de posar, y que hoy al meditar en sus decios . atrae á mis labios la sonrisa que tiene la amargura. Me acordaba do aquel diálogo : oslaba presentí' en mi memoria ; estelo en el papel. — ¿l'or qué lio has locado una melodía mas alegro? — 1'orque MÍ á usted, ni á papá, ni á Inocencia, ni á mí. nos gustan las melodías alegres. — Itien ; poro debiste recordar que Incalías para Arturo (v fu madre me miro como compadecida de| efoclo que bahía producido en mí la melodía): debiste recordar... — Lo recordaba; poro iiislinlivainculc empocé á r e producir esa maravillosa melodía que á pesar de. la agitación do su compás, parece que suspira y llora. Hablabais lú y lu madre; pero os interrumpió Krnesloi • •, v mirándole v" lanzando de sus ojos su misión, le dijo: ^ — Eso no es una melodía , es el (piojillo de un alma. ¿ISoouerdas que yo me sonreí, y hacie.ido conlraslar la malignidad de mi sonrisa ron la involuntaria ternura de mi voz, le pregunté : •—Ksa melodía , ese que|iilo del alma , ¿como se t i - , lula? — Kl amor huíoslo. . Siguiente i i ' 111 EL MUSEO UNIVERSAL. ¡Kl amor funeslo!... dije yo, creyendo decírmelo ¡ A l i ! ¿porqué no me fue dado arrancarla de allí ó pendientes del camino que conducía al puente estaban horrarla del mío? á mí ni ¡sino. tan cubiertas de hielo húmedo y resbaladizo que fue neSi la melodía bahía sido el vahrinio. el profeta fui yo; Escrito está, y lo escrito no lo horro : es mi primera cesario echar ceniza en algunos pasos, no hubo sin em1 entonces me anuncie' lo que después lia sucedido: enlon- confesión tardía y estéril: ambos te amábamos: él, con bargo ninguna desgracia de consideración. ci'S me dijo la inluicion lo <]tie después lian continuado la dulzura de su alma: yo, con el recogimiento de lamía. Eas tropas que habían pasado por la noche se habían los sucesos. Yo, depositario de sus secretos, lo sabía , y encerra- puesto en persecución del enemigo; pero los dinamarSi entonces liuliieras saludo lo que ya !e lialirá ense- 1a mi secreto en el fondo de mí corazón, que solo este queses, que si hubieran permanecido en sus reductos ñado nuestra coiiuin inadraslra la esperiencia; si eu- iliegue tenia para Ernesto. se hubiesen hallado entre dos fuegos, se habían retirado lonces Imliieras sabido que hay terrores placenteros que Eramos amigos , y mi cariño bacía él. era mas vivo tan precipitadamente, que los boletines austríacos d i lejos de arredrarnos nos incilan , no hubieras comelido pie el que él me profesaba ; su alma era esclava de la cen que este movimiento fue semejante á una huida. la crueldad de preguntarme : uva , y la mía, incapaz de sufrir la sujeción, era capaz El lelégralo les había anunciado la salida de los prusiale'lijarse con insistencia en mas de uno, en mas de dos nos de Schleswig ,y á media noche se hallaban ya en —¿Lo gustan ¡i usted las melodías tristes? ibjelos : eramos amigos, y sin embargo... marcha. Por esta precipitación han podido, aunque con —Va lo ve usli'd (todavía no Iclulcaha): ha provocabastantes pérdidas, salvar una gran parle de sus tropas Silencio: aqui acaba la primera caria. do una lágrima interior. en los reductos de Duppel y en la isla de Alsen. ¡ \ y . Encarnación! yo \a no tengo cura: si á los lucos EI'CKMO M.Mii \ MOSTOS. les devuelve la razón la gola de agua que \ierle SOIHT su cerehro una mano compasiva , la gola de hiél (|iie destilan en mi alma los recuerdos, ya no pueden sal\arme, y el dolor ipie volviendo ¡i lo [lasado experimento PASO DE LOS PRUSIANOS POll KL SCHLKI ¡MAS ALL.V! me lo aiiuiii'ia : yo ya no tengo cura ; si la tuviera, la actividad del recuerdo, comunicada al alma, seria su CKRCV lu. AKMS, EN SClll.lCSWIG. I. mejor remedio; pero el recuerdo vive, el alma está inuerla . y el sentimiento del dolor que ahora la angusMemos hablado hace tiempo de la pérdida del IVinneFrágil e incierto esquile comkilido tia . en ve/, de salvarla, la aniquila. wirke que ha facilitado la invasión austro-prusiana en del mundo en la azarosa tempestad . territorio danés mas allá de los límites del Schleswig. Hay , sin emli irgo, en el alma una armonía misterioque ;i impulso de "- vientos codiciosos sa . que mas la complace cuanto mas lejana , y ahora Hoy damos un grabado que representa el hecho que mas intentas reM<lir al huracán. entre los acordes disonantes del dolor, está sintiendo la contribuyó á tal pérdida y que tanto ha ¡Diluido en las Trasunto de la mísera o-adia : operaciones. grata vaguedad de los placeres. ¿A dónde xas ? La precipitada evacuación del Dannewirke ¡i cuya leS'go narrando : tu padre por complacerme, le dijo: Surco las olas airadas — Vamos. Encarnación, tica otra melodía , y puesto na/, defensa parecían dispuestos los dinamarqueses , se hasta una orilla locar debe en parle al movimiento ejecutado por el príncipe que agradan á Arturo las tristes , otra triste. donde sacie mi deseo Federico Carlos de l'rusia , en el bajo Schleí. Los ausTu madre liberló á tu alma delicada del placer de la mi bolillo alan. tríacos habían empezado un ataque de frente contra el tristeza , esclamando: Dannewirke y los prusianos alac ron la posición de los — No, amigo mió, no, que Arturo disculpará á Encarnacion , cuando sepa cuino sabes que le hace dano dinamarqueses cerca de Missunde. Los primeros habían lienioque inspiras la maldad al lonihre . lodo lo que es triste , por mas que ella lo niegue, y aun "egado a persuadirse de que la loma de las posiciones sombra en que se oscurecí1 la verdad enemigas exigirían sacrilicios considerables : en conselo busque. hipócrita virtud que en este suelo — ¡Y lo busque!... repetía yo mentalmente, buscán- cuencia, resolvieron cercar á Arnis y á Kappcln y en pretendes luengos siglos imperar: un reconocimiento hecho por el príncipe de prusia , en dote con los ojos. torbellino que arrastras nuestras glorias: Estabas ligeramente sonm.-a h : eras asi la promesa persona, se vio que podía hacerse asi. Delante de Mis¿A dónde vas? de un espíritu sin mancha ; eras ti da espíritu : eras sunde dejaron solo las avanzadas prusianas, apoyadas Semilla de los dolores poruña brigada austríaca y todo el resto del ala dereluz ; yo amo la luz. seco la felicidad cha del ejército de ocupación . se dirigió baria el Norte, Las causas pequeñas que el orgullo del hombre memi víctima es la conciencia , llevando consigo pontones y material para [mentes con nosprecia, ¡quedeefectos producen! tú lo sabes: un baiio mi bien el mal. algunos pontoneros austríacos que no llegaron á trabalomado en un estanque, dio á Arquímedes la ley de los jar y barcas en carros, cuyos conductores eran pescapesos específicos: la caída de una manzana, la gravitadores y bateleros que habían ido voluntariamente de ción universd á Newlon : y á m í , el color de lus mejiAnatema siniestro que en el mundo Kiel. Eckernforde y Ellershcck. La marcha de los prullas, mí desgracia. de la discordia atizas el volcan, sianos empezó el \> de febrero por la mañana temprano: Después de aquella noche , todas las noclies iba á ve- delante iba una couqañía de pontoneros, infantería y niebla humeante que destilas vicios, ros, y todas oía de. vueslros labios el cariñoso «hasta artillería ; á las ocho de la mañana se puso en marcha incendio de la honra pertinaz: mañana.» mentida adulación . falsa apariencia : el cuartel general yendo delante el principe á (aballo, ¿No lias visto , Encarnación, esos ¡lajanllos, que ar- con su escolta, á pesar de un violento torbellino de nieve ¿ A dónde vas? rebatados del nido ile su madre, sí en un principio que duró todo el tiempo de aquella penosa marcha. MáRauda . prepotente , altiva languidecen y pían con tristeza , se habitúan á su orfan- cia la una del día la vanguardia llegó á Karlsburg, cascomo el águila caudal , dad , y olvidando el ala, el nido protectores . siguen de- tillo perteneciente al duque Cluckslmrg, á unos I,:¡oopaescalando voy la nueva Irás del que remeda su canto? Asimialma. presintiendo sos de la orilla del Schlei, que tiene aquí XXO pasos de inmortalidad. y aceptando la orfandad, seguía Iras tu alma, que ancho y en cuya orilla opuesta está el pueblo de Arnis IV. con un misterioso coquetisino, con un poder de fasci- con NOO hábil antes poco mas ó menos. Los dinamarnación irresistible . la había libado á sí. queses habían rolo todos los bateles y barcos, (pie había Envidia miserable, cuyo soplo Todos |ns días iba yo á lu c;¡sa , ahuilado unas xvee^ para pasar el rio, y al anochecerse vio que llevaban mas quiere soberbias torres derribar; por el aléelo que me mostrabais , otras veces por una piezas de artillería á los reductos del lado de allá del lengua dañosa que en el pecho débil amarga esperanza, imitador también del pajarillo huér- rio. Los torbellinos de nieve duraron toda la larde y la cobas desalentada tu puñal . fano, ipn1 al primer nido <|c donde no lo arrojan, se noche ; los prusianos en lanío, continuaban llegando á eco de la alabanza de los necios: la línea de Karlsburg y se preparaban, sin hallarse desacostumbra. ¿ A dónde vas? alentados por las penalidades de aquel día , á vivaquear Si alguna vez me alejaban de lu casa mis presenliSoy alimento del hombre sin luego en el suelo húmedo, tina parle de ellos tuvo mienlos, mi deber ó mis observaciones, la necesidad de Dios de esle siglo venal; tu presencia, contenida por mi ra/.on , me esponía á trabajo laminen por la noche, [mes e:i las alturas de produzco lauros marchitos, tormi'nlos que á nadie he conliado: las limas no corrian; aquel lado que dominaban la orilla de en frente, fueron honra jamás. los instantes pesa han sobre mi corazón como una villa colocados cien cañones para obligar á que cesara el v i Y. parte de las liarde dolores; los recuerdos del día anterior se presenta- goroso fuego de los dinamarqueses. Una 1 ban á mi memoria sin que ella los llamara , y ponían cas fue llevada á Kappcln, en la partí interior del Schlei, Aura apacible con que el triste sueña , ante mi imaginación el cuadro armonioso de tu familia, á lin de que sirviera para el paso de la brigada de Iloiler. plácido sueño do ventura y paz, que gozaba; la fisonomía de Ernesto, brillante de pla- El jefe de Osla supo ya á las ocho de la noche, que los numen fecundo de virtud y amores, cer; la tuya, que ni una vez se cubría con el velo de dinamarqueses habían abandonado a Kappcln. Los haesperanza que ahuyentas nuestro alan ; la tristeza, que según mi corazón, debía en mi ausen- I.ilalil.es del pueblo que se lo anunciaron asi, le trajeron luz de los seres que dolientes gimen... cia cubrirla. Cuando ¡¡ solas con mis tormén tos ignorados, para continuárselo, algunas talas de á 24. que habían ¿A dónde estás ? me preguntaba su causa, no me atrevía á confesaron lomad') en los reductos dinamarqueses. Lis tropas ConA y , yo no vivo en la tierra ; que mi alma era esclava de. tu alma, y engañándome tinuaron inmediatamente bacía Arnis que se halla á una ay , yo no existo en la mar, milla [loco mas ó menos i!e Kappcln. A la una de la nosin engañarme, mu decía: la costumbre... mi morada no es el inundo, che si1 supo en Karlsburg que los dinamarqueses habían Y mintiéndome á mi mismo, me decía una verdad. ¡ es m a s allá ! abandonado también á Arnis y que habían clavado su ¿No lo es, Encarnación, que el amor es una cos.1. MARTINKZ l'KIUin.SA. artillería mas pesada, es decir, cuatro cañones de á 24. • lumbre? La brigada número 12 pasó inmediatamente en barcas y lláganos buenos el dolor, y aconsejemos á los que no sin obstáculo alguno á la orilla opuesta. Ninguno de los han sufrido, luciéndoles de. una manera persuasiva: buques enemigos que poco tiempo antes se habían preMemos ¡nsisliilo muchas veces en nuestras escilacio—Cuando sintáis que vuestra mirada se ha encontra- sentado en Eckernfordo apareció allí entonces. En reado una vez y otra vez con olra mirada, hermana de la lidad casi no les hubiera sido posible atacar á las t r o - nes á los capitalistas, á los particulares y al Cobierno, vuestra, si os aterra la pasión , huid de esa mirada ; di lias prusianas que estaban [tasando, pues se hallaban para que se intente en grande escala el cultivo del algootro modo, la costumbre de mirar, os arrastrará á la (lispueslascual.ro haterías, una de ellas con obuses, que don en Fernando Pó, en las Canarias, en Cuba, en peor locura ; á la locura que os deja el uso de vuestras hubieran tenido á una distancia respetuosa á las lanchas Santo Domingo, en Filipinas, puntos todos ¡í propósito Jiara este cultivo, y algunos de condiciones inmejorables facultades; que aviva esas mismas facultades; las hace cañoneras y á los vapores. para él. Hoy volvemos á insistir, y por si puede servir admirables á los ojos que no ven, y lentamente os hiere, de estímulo, pondremos el eslado de los producios del y lentamente os ¡mude en el dolor, y lentamente os mata. A las ocho de la mañana del dia f> de febrero empezó algodón cultivado en las tres provincias de la colonia Sí esa estraña atracción que llaman simpatía nos im- la construcción del puente y á pesar del mucho hielo francesa de Argel en txii.'l: pulsó en un principio, después (¿no lo observaste?) á flotante que se había amontonado en las orillas, este ClISOrlia. Ostensión fult¡v:n!;i. Ernesto y ámí nos impulsó el dolor, el dolor, soldadura difícil trabajo se ejecutó con la mayor regularidad en de las almas. muy [loco tiempo. Los primeros que [lasaron á caballo Argel. . . t.'in.ono K¡I. i(ll) hectáreas Ernesto y yo éramos amigos; amigos verdaderos; por encima de él fueron el príncipe Federico Carlos con Oran. . . '•1,1X0 amigos, Encarnación, dignos del sagrado nombre; é otros dos príncipes de su casa y el gran duque de MecConslanlina. me. conliaba sus secretos, y me enseñaba de contimu kleiiiburgo Schwerin. Después pasó el tercer regimiensu corazón , sin pliegues para m í ; en é.l babia yo visl.i to de húsares de Itrandeburgo, infantería y coraceros, Total. . . :t,-'.7i t.:¡í»7,3í:¡ grabada para siempre lu imagen... y aunque el paso ofrecía las mayores ililiciíllades y las El algodón se paga en Francia de t o a \2 francos el Anterior Inicio Siguiente 112 EL MUSEO UNIVERSAL. LOS PIFARAR1. FACSÍMILE DE l'NA AGl'A Fl'KRTE kilogramo. Disminuyendo del producto luuto el ":; por 100 por las preparaciones que hay que dar al alquilón, antos dfi ponerlo á la venta, resulta un producto líquido de .TiO.SIt!) kilogramos ili- ak'n.l.m. qu,. á | | trancos darim :t.s;¡fl,l9(i francos, ñ cerca de t.;.(Hiii,(]|)o de reales. Esto en solo unas !I,OIH> fanecas cultivadas. FLORES Y AUItOJOS. (COMIM'ACIIIN.) »MLICIIOS dias después duialia ludavi.i la discusión, l.a hija quería ser artista , quería que su padre negociase con los ahorros. El padre se oponia. l,a madre lloiaha. (irán número de sus relaciom^.s , iior no decir de sus amibos, habían vuelto la espalda af ¡iilcirLunio. »Esla situación concluyó jior la victoria de la niña. »Sus estudios, hechos bajo la dilección del príncipe del teatro español, duraron muy poco y en breve se presentó por vez primera al público.» —Ricardo ¿, por que'1 guardas el folletín ? Concluye. —Sí, s i , concluye, añadieron todos con interés. —No es necesario : lo que sigue se calla por sabido, son los triunfos de Carlota. ¿ Y qué me decís ahora? —Que Carlota es digna de todo; pero que es una lástima que se nos case Arturo. —No , pues yo he variado de opinión. -Yo también, desde el principio de la biografía. —¡Hola, Enrique ! acabo de leer la biografía de Carlota. Y qué ¿os parece que Arturo debe casarse con ella ? —A mí, sí. —l'ues á mí no. Ouiero á Carlota y la trato desde antes de ser cómica; pero que Arturo se case . no me gusta. —¿Has dado ya los informes? —No. —¿Cuándo los das ? —Mañana. —¿Dirás la verdad? —l'ienso hacerlo así. —Yo propuse votación nnoelie para disuadir á Arturo y la propongo ahora para lo ronlrario , dijo uno. Y empezó á contar los votos en pro y en mnlra Anterior PlMil.1.1. —Cinco votos porque se case v dos porque no. —¡ Magnilico ! —Perfectamente , añadió Enrique; parodiaré las palabras de Ricardo. Uueda á mi cargo y al de mi compañero el disuadir á Arturo de lo qu« vosotros le aprobéis. —Hiienas noches, dijo Luis, que entraba en este momento. - Mas vale tarde que nunca. —lie lenido graves ocupaciones. - ¡O!i ! si vieras que flaco estás desde que amas con lanío furor á la de los rubios cabellos. —¿Has leido ya esa biografía ? - í'ues es claro. - Dámela; me voy al gabinete de l i d u r a . Adiós , chicos. - ¿Tan pronto , Enrique? —Sí. —Escucha. Ricardo se acercó al oído de Enrique y le habló en voz baja. —Una cosa ignoras lú de Yillal'uerle. --¿Cuál es? —Une tiene muy buen fondo, y que es capaz de ser muy bueno. Acuérdate de esto. % —Lo haré. —Lo repito, mientras pslá junto á ni i respondo do su buen juicio. Quisiera, por eso , que le recibiésemos en casa... •—Tú no sabes lo que es murmuración... —¡ Ah ! mírale. —Sí, le veo, rondando constantemente nuestros balcones. —¡Cuánto me quiere ! —Te quiero yo mucho mas. — Nunca lo be dudado ni lo dudaré en toda mi vida. — Vamos á cuentas. Supongamos que es muy bueno y que te casas con él , ¿qué vamos á hacer entonces? —Cosa muy sencilla; ó se viene conmigo y sigue nuestros viajes, ó si quiere que deje mi carrera, ns hace una donación de algunos bienes para que viváis bien siempre. —Niña, ¡ qué fácil lo encuentras! — Creo que no ofrece dificultades el asunto. — liueno ; allá veremos. — Otra cosa tenia que pedirle , papá. —Di. —¿Crees lú que soy buena hija? — No, contesta sonriendo irónicamente don Joaquín. — Entonces concédeme tu permiso para hablar con Arturo desde el balcón. --Mejor es recibirle : menos murmuraciones. —i AJ1! ¿ s ' - ' i ( 1" L ' liueno eres! — ¡ Zalamera ! —¿ Lo soy ? —Un poco. —Señores, yo no he hablado todavía. Ustedes se lo dicen todo sin contar con mi opinión , interrumpe Dellina. ¿ Cnié , yo no soy nadie ? —No eres nadie, porque eres alguien, mamá. —Tiene usted el uso de la palabra , señora. —(Jueria haceros una pregunta. Ese hombre será muy bueno al lado de Carlota, según dice ella misma, pero, ¿no recordáis cierta enfermedad que padece? —También se pondrá bueno con mi cariño. — ¡ Hija niia! — Mamá, la otra noche en el teatro me dijo que nadie le cuidaba. Yo be preguntado á muchos qué seria bueno para esa dolencia y entre las cosas que me han contestado hay una que voy á hacer. —¿ V en que consiste ? —En un abrigo interior para el pecho. —Eso no sirve para nada. —Llevándolo con fe... —Tú tienes talento : haz cuanto quieras sin esponer tu buen nombre. —No teínas. He aquí una familia venturosa. l'ara nada sirve la riqueza sin el cariño , que es la base del edificio de la felicidad. Cariño en el bogar doméstico , unión , paz , pureza de costumbres ; estos son los bienes mas apetecibles. Enhorabuena vengan después las riquezas que pueden aumentar goces y comodidades de otro género, pero que son como la veleta que sirve de remate á una lorie. I'uede existir la torre sin veleta, nunca sin cimientos. Carlota y su madre continúan su tarea. Don Juaquin pone los brazos sobre las labores , diciendo: —No se cose mas. Vamos á dar un paseo. l'or toda contestación , recibe un beso de su mujer y otro que le da su hija acompañado di' un cstroi-hísiino abrazo. í\Sí' cotltltltnlrtl.) A I I O I . I ' O M I K M I I s IMCI I U M . V. Cl AÜIlO III; FAMILIA. Es un día de enero ; pero un día del enero de Valencia , es decir, fresco y no frió. Los dias Crios son pocos bajo este agradable clima. Se ve en diciembre lanío verdor en los campos como pudiera verse en el mes de mayo. En un gabinete decentemente amueblado de una casa de huéspedes de la plaza de las Harcas hablan con animación tres personas. Las conocemos. Son don Joaquín I'once, Delfina su mujer, y su hija. Carlota y su madre cosen. Don Joaquín pasea por la habitación y se acerca á «días de vez en cuando para hacerles una caricia. Hay en el conjunto ile este cuadro mucha suavidad, mucha poesía. - Carlota, dice el padre, eres libre de hacer cuanto ' quieras. Ya le he dicho lo que sabia de Arturo por E n - : rique (¡areerán : he averiguado también por otros conili'.clos y todas las noticias coinciden. Arturo es muy calavera aunque capaz de ser un hombre honrado. Inicio Musco ülnhicrsal AVISO. Según las condiciones establecidas, á los suscrilores á El. MIÍSKO IJNiVKitsu. que optaron por el Año Cristiano, se les remite con este número el tomo IV. A los suscrilores á LOÍ tres reinos de la iKtlurnlrza, se les remite el lomo V A los suscritores á la Santa Uil.lia, se les remite el tomo IV. Los suscritores cuyo abono ha concluido, se servirán renovar la suscricion si no quieren esperiinenlar reí raso. blHKCTOH Y KDtTOIl HKSI'ONSAIII.K, I). JOSK (iASI'Alt. I M I ' I I K N T A iii: G A S I - A K V I U I H , , C U I T D I I K " . M A M U H , I'HIN<:II>K, I
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