Compilado de Textos Almanaque Negro 2

Compilado de Textos
Almanaque Negro 2
Coyuntura Política y Poder Popular
Estrategia y Táctica
23 de Julio, 2012
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El Partido Revolucionario Chileno, El Referente que No Cuaja (1)
30 de Marzo, 2011
La dispersión, fragmentación y atomización de la izquierda revolucionaria chilena es un hecho conocido y presente en cada
análisis político, llamamiento o propuesta que surge del sector. No existe colectivo, organización, proto- organización, partido o
piños que no reconozca el hecho, y que a continuación no se pronuncie "por la necesaria unidad de los revolucionarios". Los
intentos de avanzar en esta línea, desarrollados desde diversas vertientes políticas desde fines de los años 80`en adelante son
incontables. Tanto como los fracasos. Coordinaciones, Comités de Unidad, Frentes, Partidos Federados, Bloques, y otras
herramientas similares se han generado logrando efímeros acuerdos que se disuelven a poco andar.
Quienes fuimos alguna vez militantes del MIR y hoy participamos de otras organizaciones, reflejamos y resumimos la dispersión
que no es distinta a la situación de quienes fueron militantes del FPMR, de sectores consecuentes que alguna vez militaron en el
PC, o la de los militantes del MAPU Lautaro. Y pongo el ejemplo de militantes que adhirieron a un Programa de Revolución
Proletaria, a una Estrategia de Guerra Popular, a una concepción de Partido de Cuadros. Baste decir que hoy existen ex miristas
en el PPD, en el PS, y en numerosas organizaciones de la llamada "izquierda extraparlamentaria", izquierda "desconfiada" o
similares, amen de partidos que se reclaman continuadores del MIR. Tampoco es diferente las experiencias militantes de quienes
fundaron en los años 90´organizaciones nuevas organizaciones políticas que tampoco lograron superar la dispersión,
manteniéndose algunas de ellas tras fracturas y quiebres que a su vez dan nacimiento a nuevos agrupamientos. En principio,
nadie duda teóricamente de la necesidad de la unidad. Incluso del recurso leninista de marchar separados pero golpear juntos. Y
sin embargo ni eso logramos. Ni siquiera avanzar entre organizaciones que sustentas principios similares.
Los últimos meses hemos asistido a nuevos procesos de quiebres y reagrupamientos, algunos de ellos debatidos agresivamente
hasta en Internet, tanto como los Congresos unitarios o nuevas coordinaciones que ya sabemos duraran algunos meses para
desplomarse una vez más.Las características de estas organizaciones son su escasa o nula relación con fuerzas sociales reales,
sostener principios y criterios políticos muy generales, escasa capacidad para realizar análisis de la formación social y acceder a
un conocimiento más certero de las fuerzas sociales , y una practica localista ligada al asistencialismo, a la lucha reivindicativa
que no logra politizarse, y en general con un tipo de militante más agitador y propagandista que constructor de fuerzas y al
privilegio de una practica política que apunta más al acuerdo político cupular, a la maniobra, que al proceso de debate y
construcción real de fuerzas conscientes, que en definitiva está mas preocupada de ganar un puesto en una federación, centro
cultural u organización social a que la organización concreta asuma “la política revolucionaria”. Mas ruidos y fuegos artificiales
que fuerzas reales construidas. Los puntos de contradicciones entre las organizaciones, no son distintos a los temas que sacuden
a la izquierda a escala internacional, y que en muchos casos son debates y contradicciones que se arrastran desde la aparición
del marxismo y el Manifiesto del Partido Comunista, conflictos agravados tras el desplome de los llamados socialismos reales, las
derrotas a escala mundial del ascenso revolucionario de los años 60 y 70, y la contrarrevolución mundial desatada por las fuerzas
imperialistas y burguesías locales extendida hasta el día de hoy con episodios de resistencias locales y reinstalación de proyectos
reformistas particularmente en América latina bajo la caratula de “Socialismo del siglo XXI”. Los temas en debate son muchos:
Reforma o revolución; proyectos nacionales o ser parte desde un proyecto o corriente a escala internacional; parlamentarismo o
acumulación de fuerzas fuera y en contradicción con el escenario político legal; lucha reivindicativa o lucha política, lucha
reivindicativa o asistencialismo, lucha legal o todas las formas de lucha, lucha armada como centro, lucha política como centro,
lucha reivindicativa como centro. Estrategia de lucha por el poder de tipo insurreccional, estrategia parlamentarista, estrategia
de guerra irregular. Desprendiéndose de lo anterior Partido o Movimiento, Partido de masas o Partido de cuadros. Centralismo
Democrático u horizontalidad. Sin embargo, otros elementos que están presentes en la incapacidad de avanzar en procesos
unitarios o de convergencia, son las prácticas concretas, las confianzas o desconfianzas que generan los actores políticos
concretos y un mundo de subjetividades presentes en estos procesos. Desde este blog nos proponemos ir abordando el tema de
la unidad de los revolucionarios en diversos artículos, y nos parece que el texto de Reinaldo Troncoso, del MCR publicado por
Rebelión el año 2008 sigue siendo en lo sustancial, un buen punto de partida en el debate.
1 El cinismo, la mentira y la izquierda revolucionaria en Chile . A los hermanos de ruta, a los compañeros de
historia, a mis camaradas: a los revolucionarios. Hace ya mucho que la izquierda y los revolucionarios fuimos derrotados por
nuestros enemigos de clase. Y hace ya tiempo también, que la izquierda y los revolucionarios nos empeñamos por superar esta
derrota e iniciar nuevamente un proceso de reconstrucción orgánica, de rearme ideológico y de recomposición moral. En función
de esta necesidad histórica, nos servimos de la experiencia y del legado moral que las generaciones anteriores nos dejaron como
lecciones de consecuencia, entrega, combatividad, heroísmo y compromiso revolucionario. De este pasado extraemos los valores
y principios que sostienen y dan posibilidad de futuro a nuestra lucha, y desde estos valores, hacemos los esfuerzos por levantar
la estructura que sea la fortaleza de nuestras ideas y de nuestra práctica de clase. Sin embargo, hace ya mucho también que, los
valores del enemigo se han hecho parte del acervo cultural de gran parte de esta izquierda y por lo mismo, los empeños que se
invierten para remontar la lucha revolucionaria se retrasan y nuestros objetivos se vuelven una y otra vez a postergar en el
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tiempo. En casi 20 años, hemos ensayado cientos de fórmulas para salir del atolladero. Están como experiencia, desde los
círculos de estudios y formación, pasando por los colectivos sociales y políticos, hasta repitiendo más de una vez la idea de los
frentes y la organización de partido. Casi inexcusablemente nos hemos sentido necesarios y hasta imprescindibles en aquellas
dinámicas. Nos parece por lo tanto, muy justo, valorar y considerar como un gran y significativo aporte, cada uno de los
esfuerzos realizados en estas casi dos décadas de subsistencia política. Parte de los años ochenta, todos los años noventa y los
ya dos tercios recorridos de la primera década de este nuevo siglo, se pueden caracterizar como un periodo copado de muchos y
variados esfuerzos que en lo fundamental apuntaron a retomar la iniciativa estratégica, pero, lamentablemente sobre un
escenario vacío de los principales antagonistas: la clase obrera y el pueblo. Una pequeña franja de jóvenes acompañados de unos
pocos ex militantes, constituyeron la nueva fuerza de luchadores que, enfrentaban como realidad un modelo económico en
crisis, pero, funcionando dentro de estructuras de dominación política ya suficientemente consolidadas; además de situarse al
frente de una clase dominante unida estratégicamente y con una gran capacidad de administración, que les hizo posible
prolongar hasta hoy las dificultades estructurales del modelo y su colapso. Este será el contexto que en primer lugar hará
inoperante la retoma de la iniciativa. El reflujo social y político, no pulsado con rigor por esta nueva generación, significó
profundizar los niveles de atomización a esta izquierda consecuente y a los revolucionarios, aislándonos aún más de las mayorías
que ya habían encaminado su rumbo por los senderos del consenso burgués.
2 LOS CAMINOS HACIA EL PANTANO. Las ofertas culturales del capitalismo encontraron su terreno fértil en los
fenómenos de atomización orgánica, fragmentación social y dispersión ideológica de los sectores obreros y populares, incluidos
en estos, obviamente, la izquierda y los revolucionarios. Difícilmente los pequeños grupos que enfrentaban de manera activa al
sistema, podrían mellar con sus acciones al contenido atrayente del “bienestar” consumista, al afán individualista y a la alienante
competencia dada para complacer el arribismo social que había inoculado el sistema en cada una de las cabezas “ciudadanas”. La
marcha por el endeudamiento y por el sobre endeudamiento ya se había iniciado en la década de los setenta y en los ochenta las
tarjetas de crédito lucían brillantes hasta en las billeteras de muchos militantes de la izquierda anti-sistémica. Las justificaciones
para legitimar tamañas novedades iban y venían del mismo modo que la Concertación justificaba la interminable “transición” a
“la democracia”. La nueva fuerza, intentaba ser un baluarte de justicia frente a las mentiras y falsas promesas de los sectores
dominantes, y su rechazo ético al sistema que tenía como contraparte la moda del pragmatismo político, la convertía en una
izquierda marginal y distanciada de los espacios ocupados por las mayorías que, sólo ponían atención a las ofertas del gran
capital financiero internacional. Difícilmente esta franja de revolucionarios pudo quedar libre de alguna contaminación
ideológica burguesa, sobre todo en las condiciones de auto-“marginalidad” que asume. La identidad que se busca rescatar,
definitivamente se altera o se pierde, cuando sin darse cuenta abre espacio en su seno, a todo un andamiaje conceptual dentro
del cual la idea de diversidad, se constituye en un importante eje de desarrollo ideológico que, la propia clase dominante había
elevado como la propuesta preferente de su consenso inter-burgués. Colocada en una situación de minoría; sin contar con
espacios amplios de gravitación social; sin el ejercicio del debate al interior de una ausente clase obrera independiente y activa,
crítica y con capacidad de control moral; sin la oportunidad de confrontar las ideas de cara a los acontecimientos históricos. En
definitiva, esta izquierda revolucionaria minoritaria, se enreda y confunde con sus auto-referencias y sus “verdades propias”,
perdiendo así el norte dialéctico de su dinámica, para finalmente caer cautiva de marxismos sui generis que, han resultado
altamente nocivos y hasta contrarrevolucionarios en sus premisas. La constatación que se advierte y que resulta dialéctica en su
naturaleza, es que no será posible constituir a la clase para sí, sin la existencia del instrumento organizador, educador y
conductor de los trabajadores y el pueblo: el Partido Revolucionario. Así también, no será nunca posible sostener en el tiempo la
naturaleza revolucionaria del Partido de la clase, si no se cuenta con una Fuerza Social Revolucionaria activa y que desarrolle un
protagonismo transformador en los ámbitos políticos, económicos y sociales. Esta retroalimentación entre partido y masas será
la condición que allane el proceso de acumulación de fuerzas y le devuelva a las masas su soberanía y poder político. Lo que
ahora está dado, es una frágil voluntad por dotar a la experiencia militante, de los conocimientos y de los principios que den
consistencia y rigor científico a la tarea de edificación del polo revolucionario y que sea alternativo en todos los sentidos al
bloque dominante. Para entendernos, haremos un recorrido temporal sucinto, a las fases de desarme de la izquierda
revolucionaria, y él como hemos caído en el actual momento de descomposición que arrastramos ya desde hace dos décadas, y
que han acentuado la crisis del campo popular y prolongado en el tiempo el vacío de conducción revolucionaria. 1. A fines de los
años 80 la crisis de la izquierda deriva en a lo menos tres situaciones negativa que instalan una correlación de fuerzas
desfavorable para los sectores dominados y serían las siguientes: o Capitulación y subordinación de un sector importante de la
izquierda al proyecto de la oposición burguesa. Año 86-87. El Partido Socialista Almeyda, se integra a la “Alianza Democrática” y
arrastra al Partido Comunista a la demanda de elecciones libres, legitimando con ello el itinerario político diseñado por el
Departamento de Estado Norteamericano, para el término de la dictadura y que llamaron “Acuerdo Nacional”. o El Partido
Socialista, el Partido Comunista y el equipo de Alianzas del MIR, deciden cancelar la experiencia del Movimiento Democrático
Popular (MDP) en el intento de posibilitar un acuerdo político con la “Alianza Democrática” (Mesa Política Privada) y deciden el
impulso de “Las Mesas de Concertación” sustituyendo con ello a “Las Coordinadoras de Masas” que tenían un carácter más
ofensivo y rupturista y que expresaban un protagonismo más directo de los sectores sociales. Se abandona al nivel cupular, la
lucha democrática independiente y se reflotan en el PC y PS las viejas concepciones reformistas, estimulando a los sectores
sociales a que se subordinen a la táctica burguesa opositora que levantó como referente central un organismo cupular que
llamaron “La Asamblea de la Civilidad”, instrumento que asume como tarea, encabezar las negociaciones con el instrumento progobierno, “El Acuerdo Nacional”. o Como resultado del abandono de la lucha popular independiente, se comienzan a manifestar
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fisuras en la izquierda y en los sectores revolucionarios. Este proceso deriva en una crisis generalizada que termina produciendo
la división de los partidos cuya expresión se traduce en la generación de un polo reformista y otro revolucionario. El reformismo
se realinea sumando además en esta iniciativa a la militancia escindida de los sectores revolucionarios. En el intento de
disputarle la influencia a la oposición burguesa, constituye para la ocasión el partido electoral PAIS, que representó el absoluto
divorcio con los objetivos históricos de la izquierda e incluso con los objetivos de clase del reformismo obrero de antaño. Son
entonces, las profundas debilidades de los revolucionarios y las explícitas posturas capitulacionistas y conciliadoras del
reformismo de izquierda, los que posibilitan la derrota ideológica de los sectores obreros y populares, que se sumará a la ya
consumada derrota político-militar de la franja revolucionaria. El reflujo comenzado a mitad del año 1986 (año decisivo) con el
aborto de la táctica del “Alzamiento Democrático de Masas” y la consiguiente frustración que significó para los sectores más
avanzados en conciencia, devino en un fuerte y negativo impacto moral para la resistencia obrera y popular. El importante,
significativo y provechoso estado de cohesión ideológico que se había logrado a lo largo del proceso de acumulación de fuerzas
en el desarrollo de la lucha antidictatorial, se eclipsa de modo abrupto y comienzan a operar con respecto a las condiciones
objetivas, formas de ver y entender los hechos que difieren radicalmente de los análisis marxistas de la realidad; por lo tanto se
pierde la visión científica acerca de los acontecimientos. Las lecturas de la realidad, comienzan a tener en el seno de la propia
izquierda revolucionaria un sesgo unilateral y absolutamente relativo, lo cual dio para que algunos intelectuales y líderes se
rindiesen acríticamente al proyecto burgués opositor a la dictadura. Tales ejercicios intelectuales que van incidiendo en la
experiencia práctica de los militantes, determinan el fortalecimiento de la renovación socialista, que en algún momento se batió
en retirada, pero que dada esta crisis irrumpe con nuevos bríos, hermanada a sus nuevos camaradas ideológicos: los miristas y
comunistas renegados. Sin constituir estos sectores un bloque único, se identifican con el discurso de ir valorando al interior del
campo obrero y popular la democracia burguesa, y arriban a entenderla como un sistema justo, neutral y sin apellido de clase,
legitimándola como opción política. La atomización se extiende como fenómeno político y social y la dispersión ideológica va
dividiendo y subdividiendo a los revolucionarios, haciendo que en los pequeños grupos “el tuerto en el país de los ciegos se
convierta en rey”. 2. Fukuyama y el postmodernismo se perfilan como la moda intelectual de los 90. Con el derrumbe del
socialismo real, muchos de los pensadores de la izquierda ya centrista o ya reformista involucionan, comienzan a confesar culpas
y reniegan de sus principios para compartir la misma mesa con el enemigo de ayer. En el campo revolucionario las visiones
autonomistas y el caudillismo empiezan a erosionar los cimientos valóricos; al punto de convertir muchas experiencias orgánicas
en los “laboratorios de experimentación” de los complejos psicológicos de militantes seducidos por los afanes de figuración
personal. Con justa razón se entendió el surgimiento de los colectivos, como la forma más genuina de la crisis y derrota de la
izquierda y los revolucionarios, esta forma de organización representó el estado concreto de la atomización en el que había
caído de manera lamentable la izquierda reformista como revolucionaria. En los colectivos, que aparentaban las maneras
democráticas con su horizontalismo a ultranza, es en donde más patente quedó el profundo grado de distanciamiento y divorcio
de la izquierda con las grandes mayorías. En los colectivos, la izquierda y los revolucionarios nos mentíamos un papel de
vanguardia y liderazgo que no poseíamos y que engañosamente nos iba ovillando hasta hacernos mirar nuestro propio ombligo.
Los nuevos dirigentes y líderes, particularmente los elementos más jóvenes, desarrollan su rol y responsabilidad con un déficit
significativo de preparación teórica; es más, muchos de ellos asumen la cruzada de descalificar todo esfuerzo que tienda a
explicar los hechos desde una plataforma analítica. La soberbia y arrogancia caracterizaron en muchos espacios de encuentro de
la izquierda, la conducta y actitud política de los militantes organizados en colectivos. El desprecio y rechazo a los militantes que
intentaron una postura de evaluación intelectual de lo coyuntural, fue una conducta recurrente, el intento de análisis
simplemente fue tratado como un ejercicio inútil, “pajero” y denso frente a opciones de naturaleza voluntaristas, espontaneistas
y que sus actores reivindicaron como lo único válido, en tanto se trataba de una práctica de enfrentamiento directo con los
aparatos represivos en la lucha callejera.
3 LUCHAR, LUCHAR, PERO SIN OBJETIVOS CLAROS. Lo antisistémico, sintetizó el voluntarismo colectivista de casi dos
décadas. A finales de los 80 y toda la década del 90, al margen de todo análisis e indiferentes de donde estaba situada la
mayoría, se yerguen en la escena política nacional cientos de átomos políticos y sociales que pretendieron dar cuenta de los
antagonismos de clase, paradójicamente soslayando el sentido y análisis de clases de tales enfrentamientos. Sin duda que el
marco de fondo apuntaba a las falsas promesas, al populismo y demagogia de la clase dominante, que rápidamente había
homogenizado sus intereses y que ya caminaban orientados por el “Consenso de Washington”. El radicalismo de la nueva
generación, no hilaba ni pretendía hilar fino. Para estos actores políticos y sociales, todo olía a podredumbre y lo único que
restaba era la acción directa de masas, aunque sin masas. La consigna que reflejaba este ánimo la construyeron el año 96, los
estudiantes universitarios de la USACH: “Si las calles arden es porque aquí no ha cambiado nada”. Sin embargo, siendo razonable
lo que esta consigna resumía, lo que no se entendía a nuestro juicio, era la relación dialéctica y directa entre la derrota y la
superestructura ideológica del régimen, erigido para conducir la nueva etapa del Estado burgués. En este sentido, el nuevo
liderazgo revolucionario, pierde de vista al Estado como el instrumento desde el cual la burguesía proyecta su dominación en el
terreno de las ideas, y lo ven como un factor pasivo que no produce ni concentra la dominación, de ahí que no se sienta la
urgencia ni la obligación de elaborar un programa que represente una concepción integral de sociedad y que nutra teóricamente
las aspiraciones populares del momento, respecto de posturas como estas Lenin nos dice que: “La lucha por arrancar a las masas
trabajadoras de la influencia de la burguesía en general y de la burguesía imperialista en particular, es imposible sin una lucha
contra los prejuicios oportunistas relativos al "Estado".” ( 1 ), es bueno señalar que el contexto de las postrimerías de los 90, se
muestra como la etapa de mayor dispersión ideológica en el seno de la izquierda y los revolucionarios. En este tiempo, en
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muchos colectivos comienza a cobrar fuerza la crítica al partidismo, se reivindica como más legítima la militancia social y de
manera progresiva se va instalando una suerte de gremialismo de izquierda que; establece una dicotomía entre lo social y lo
político e irrumpe con el discurso del autonomismo social y la idea de diversidad como negación a la homogeneidad de clase. El
nuevo liderazgo comete el error de ver y sentir como enemigo a las políticas (las agendas), a los planes coyunturales, a las
medidas temporales que toma la burguesía para resolver sus problemas y proyectar sus intereses. No logra ver el conjunto de
factores que intervienen en la lucha de clases y que configuran en la historia el reflejo estratégico de su poder e intereses. De ahí
el carácter cortoplacista que tuvo todo el accionar de la izquierda y los revolucionarios a finales de los 90, justamente porque no
estaba entendido el rol del Estado aún en condiciones de democracia burguesa formal. Lenin nos recuerda desde el marxismo
que: ”EI Estado es el producto y la manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el
sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la
existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables.” ( 2 ) La verdad es que en esta década se
instaló un negativo fenómeno, que convirtió los espacios políticos y sociales en terrenos tremendamente áridos para el
desarrollo del debate y la discusión, con la altura de miras que se precisaba para momentos tan adversos y complicados y que
conformó la etapa más característica del reflujo de la clase. ( 1 ). Lenin. V.I. “El Estado y la Revolución”. Pág, 2. Ediciones en
lenguas extranjeras. Pekín 1975. 1ª edición 1966. (2). Lenin. V.I. “El Estado y la Revolución”. Pág, 7. Ediciones en lenguas
extranjeras. Pekín 1975. 1ª edición 1966. A mitad de los 90 se va configurando un estado de miseria intelectual que nos
permitiría hablar del comienzo de un analfabetismo cultural, situación que precisamente pone la ciencia a larga distancia de la
práctica política y social. La inteligencia es exiliada institucionalmente de las universidades y de aquellos espacios que la hicieron
en un momento su hija predilecta y legítima; como eran los medios de comunicación social y las tribunas de los centros de
estudios e investigaciones; de paso se le niega hospedaje en los sindicatos y en las organizaciones populares. En este periodo, la
inteligencia no contó en el mundo obrero con aliados, como si los tuvo en los comienzos del siglo XX con Luís Emilio Recabarren,
Elías Lafferte y tantos excelentes autodidactas del campo de los oprimidos, que la cultivaron y le dieron un lugar privilegiado en
la marcha de los humildes hacia el saber y en la conformación de la conciencia de clase. Mientras la mayoría de los viejos
militantes se divorciaba de su matriz teórica, para incursionar en muchos casos en terrenos idealistas, los jóvenes de los activos
políticos, también en su mayoría despreciaban el intelecto y combatían en el ejercicio político la necesidad de estudiar,
reflexionar y debatir a la luz de grandes ideas. Hacer el intento por sistematizar los recorridos históricos, sintetizar la experiencia
o analizar el básico estado de las relaciones sociales, era necesariamente un enfrentamiento aparentemente generacional
porque, este intento a favor del pensamiento y del desarrollo del pensamiento, era insultado como anacrónico, como desfasado
o simple y vulgarmente tratado de “paja mental” por gente que supuestamente nos quedamos en el pasado. Al abrigo de estas
circunstancias, los viejos y los nuevos militantes participamos e hicimos nuestras experiencias, y cada uno llevó la impronta de
estos prejuicios y las distorsiones de querer avanzar sin la referencia teórica que, nos posibilitara orientar y ordenar nuestra
marcha como explotados y oprimidos del capitalismo. En algún momento se asumió una suerte de acuerdo tácito, que en los
espacios de discusión soslayaba recurrentemente los temas estratégicos, argumentándose que estos no nos acercaban y que por
el contrario eran causa de división y retraso en la unidad. Esta posición que compartían muchos colectivos, cada día que pasaba
era desmentida como una falsa postura y quedó demostrado que a la postre, tales argumentaciones, no fueron más que la gran
justificación y el gran pretexto que utilizaron los caudillos para mantener a toda costa sus pequeñas propiedades o capillas
político-ideológicas. Tarde nos dimos cuenta que la omisión de los grandes temas de fondo o estratégicos, nos condenaba a una
eterna postergación del proceso de reconstrucción orgánico, el rearme teórico y el desarrollo de la conciencia de clase.
Obviamente, censurada esta discusión, los diferentes colectivos y/o pequeños partidos de la izquierda y los revolucionarios, nos
estábamos negando la incorporación en el debate y la discusión, de toda la base científica desde la cual podía edificarse nuestra
concepción del mundo y de la historia. Mientras el enemigo consolidaba sus formas de dominación, inyectando en cada tramo
de sus aplicaciones prácticas, la mayor cantidad de elementos “científicos”, aún cuando tales premisas se correspondiesen con
las corrientes teóricas más unilaterales en la forma de explicarse los fenómenos de la realidad: Aún cuando, los modelos
epistemológicos no superaran las nociones del empirismo, el sensorialismo y toda suerte de familiaridad argumentativa con el
neo-positivismo. La clase dominante fue capaz de imponernos un “Consenso de Washington” que volvía a poner de pie los
esquemas conservadores de la propiedad privada de los medios de producción, esta vez, sobre la base de una consistente
revolución tecnológica de la cibernética y la informática, avances extraordinarios con los cuales se respalda toda la dinámica
financiera y especulativa del gran capital imperialista. Así las pequeñas y grandes batallas del capital financiero internacional por
una holgada hegemonía en el planeta, contó a cada momento, de una gran asistencia técnica e intelectual que hizo su juego
seguro y exitoso. En estos casos, el ítem “asesoría” no pudo estar ausente de ningún presupuesto que pretendiera el
financiamiento de cualquier estrategia de poder. De este modo, la clase dominante cubre todos sus espacios de planificación,
con grandes y afiatados equipos de tecnócratas que a su vez se constituyen en sus representantes políticos. Al revés, en el
campo popular, los actores orgánicos, desmerecían la labor de los intelectuales y asumían la lucha callejera como el único
resorte de reconstrucción posible.
4 CUANDO LA RAZÓN NO NOS ASISTE. La década de los 90 que pudo ser un periodo de aprendizaje de lecciones
históricas, un momento de autocrítica y de corrección de los métodos de construcción, un momento de análisis y profundización
teórica; lamentablemente se convierte en una etapa de autodesarme, de divisiones y subdivisiones, de fragmentación social y de
dispersión en el plano de las ideas. Pero también, se convirtió para las nuevas generaciones de activos políticos y sociales, en un
momento de ruptura con todo aquello que les pareciera causa de la derrota. Los militantes de los 60 y de los 70 no fuimos
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capaces –según ellos- de tomar el cielo por asalto y heredarles una sociedad nueva en la cual volcar todo su ímpetu imaginativo
y creativo y el gran reproche que se instala, es que fuimos demasiados intelectuales y poco prácticos en el terreno de la lucha
por el poder. Que particularmente los partidos de la izquierda revolucionaria, gastamos demasiado tiempo y energía en
elaborados diagnósticos; pero, nos hicimos incapaces e impotentes para imponer revolucionariamente el remedio que nuestras
sociedades necesitaban. La nueva hornada de jóvenes izquierdistas, ponen en entredicho, no sólo los métodos de lucha, no sólo
el modelo orgánico, sino algo mucho más importante: la teoría revolucionaria. En razón de estos cuestionamientos, se abren
grandes flancos de crítica al marxismo, particularmente a lo que se supone, sería su variable stalinista. Es aquí donde el
postmodernismo arremete con sus juicios escepticistas y poniendo el acento en la derrota, logra legitimar y justificar las visiones
del radicalismo pequeño-burgués que posibilita el desarrollo de expresiones orgánicas seudo-anarquistas, que extrañamente
conocen poco de Max Stimer, Proudhom, Bakunin, Malatesta, Kropotkin. Esta generación expresaba aversión al ejercicio
intelectual, por lo mismo construyen sus argumentaciones con lecturas fragmentarias y desarrollan clichés sub-culturales que se
asientan fundamentalmente en la irreverencia como conducta o comportamiento social. Junto con el advenimiento de la
Concertación como coalición de gobierno, el terreno de la izquierda y los revolucionarios, por los varios factores que ya hemos
señalado en esta reflexión, como ya lo dijimos, se muestra como un espacio árido. Con una clase obrera y con amplias capaz
populares inmersas en un reflujo social y político profundo, atentos sólo a los cantos de sirena de la clase dominante. La vieja y
nueva militancia queda reducida a pequeñas organizaciones, que más se asemejan a las estructuras de círculos de discusión
política en tiempos de derrota. Es en estos espacios donde comienzan a cultivarse las desviaciones ideológicas, las trancas
morales y los prejuicios que hacen crecer la desconfianza hacia uno u otro colectivo que se entienda como el rival o competidor,
dentro de un falso proceso de acumulación de fuerzas que, precisamente por su naturaleza falaz, no convierte a ninguna de las
orgánicas en la vanguardia revolucionaria que pretenden ser. Desde entonces a esta parte, la experiencia de la izquierda
revolucionaria ha sido un permanente ciclo de encuentros y desencuentros, fusiones y divisiones que validan y confirman una y
otra vez la egolatría y el personalismo enfermizo de los caudillos o “patrones de fundo” de las pequeñas capillas ideológicas.
Ellos se nutren de las descalificaciones, de las injurias y vilipendios que lanzan contra aquellos militantes que les “roban
protagonismo” o que demuestran ser más consecuentes, más capaces y más ejecutivos que ellos en la realización de las tareas
revolucionarias. Estos caudillos que han surgido bajo el amparo de las debilidades de la izquierda y los revolucionarios, bajo la
atmósfera de mediocridad que despliega la decadencia valórica del capitalismo, ellos y sus acólitos no sólo han retrasado los
procesos de reconstrucción orgánica, de unidad estratégica de los revolucionarios, sino que peor aún, premeditadamente se han
propuesto enturbiar los vínculos básicos de relaciones y acuerdos, desde los cuales se pueden trabajar las confianzas políticas
para avanzar hacia propósitos de acumulación y crecimiento de la influencia de los revolucionarios en el seno del pueblo. Es
mucho ya el tiempo y son muchos los años en que han operado como si fuesen una quinta columna del enemigo. Muchas veces
su conducta política ha resultado mucho más dañina que las tareas de zapa de los agentes del enemigo, y siguen en nuestras
filas sin que ninguno, hasta hoy, hayamos tenido la capacidad de neutralizarlos o derechamente expulsarlos de las filas
revolucionarias.
5 NO ECHAR LA CULPA AL EMPEDRADO. Hoy nos hacemos testigos de la reactivación social de algunos sectores de
trabajadores y de algunos sectores del pueblo. Son sin duda, aquellos sectores que más contradicciones tienen con el modelo, y
la lucha que han emprendido es una lucha valiosa, importante, pero de naturaleza economicista. De ninguno de los
enfrentamientos dados, podemos rescatar un trasfondo político que cuestione los pilares de sustento del modelo y que serían el
origen de los problemas por los cuales se movilizan. Aun cuando algunas orgánicas políticas, quieran ver en estas expresiones de
protesta y descontento, un giro en las condiciones subjetivas y declarar que la lucha reivindicativa actual, se acompaña de un
avance en la conciencia de clase de estos actores sociales, y que nos encontramos a las puertas de un nuevo periodo de la lucha
de clases, pensamos hay una gran equivocación. Si bien estas dinámicas tienen niveles satisfactorios de organización y cuentan
con liderazgo social, no es menos cierto que, tanto la organización como su liderazgo, manifiestan como contenido una demanda
social de carácter sectorial, que precisamente, no asume el conjunto de problemas económicos, sociales y políticos que de ser
tomados en cuenta, daría lugar a una plataforma más integral de lucha democrático-popular, y que reflejaría por lo tanto, un
estadio mucho más elevado de conciencia. Frente a estos embrionarios niveles de reactivación social, está presente otra realidad,
pero que se plantea desde su ángulo negativo: el vacío de conducción revolucionaria. Si bien el enemigo de clase cumple con su
cuota de causal en esta situación de debilidad y dispersión de los revolucionarios, también es real que otras causas y otros
factores que condicionan la existencia de una dirección revolucionaria, se encuentran en nuestras propias filas. En este sentido,
es bueno agudizar el sentido político y darnos cuenta que en nuestras propias organizaciones puede estar solapadamente
presente el reformismo obrero o pequeño–burgués; puede estar el defensismo de izquierda, cuyas posturas centristas, se
enuncian al interior de las organizaciones con postulados vacilantes que postergan permanentemente las tareas revolucionarias,
so pretexto de que las condiciones objetivas nunca están maduras para la intervención de los revolucionarios; y el radicalismo
pequeño-burgués que a diferencia de los defensistas, proclaman coyunturalmente posturas ofensivas y radicales, pero que están
carentes de finalidades programáticas y objetivos estratégicos. En esta última concepción, nos encontramos con los elementos
más perniciosos en cuanto a las desviaciones ideológicas que se manifiestan en nuestras filas. El radicalismo pequeño burgués
suele ser por razones de extracción social, una tendencia de características negativa y peligrosa en la organización
revolucionaria, por su afán de poder y de control de la estructura orgánica y en razón de una auto-percepción mesiánica, que
pone en duda la capacidad teórica y política de conducción de aquellos militantes que no participan de su camarilla y de su
política de pequeño círculo al interior de la organización revolucionaria; legitimando de este modo y en los hechos el
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fraccionalismo y la conducta tendenciosa solapada, encubierta, y que atenta permanentemente contra el Centralismo
Democrático. Despliegan desde el pequeño grupo la actitud insidiosa contra cualquier militante que anule o ponga en peligro su
influencia, y mediante artimañas como la mentira y el descrédito de sus “rivales” u oponentes, imponerse en su condición de
minoría oportunista y con toda la carencia de moral revolucionaria que los caracteriza. Podemos decir por ello, que la etapa de
descomposición en las filas revolucionarias, no ha llegado aún al fondo, y que todavía tenemos que andar un importante trecho
de avances y reveses, hasta que no nos hagamos capaces de decantar, toda la escoria que la tamaña crisis vivida nos ha adosado
al cuerpo orgánico-político. Lenin también nos alecciona, cuando en la crisis del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, debió
enfrentar las posiciones solapadas y engañosas de Martov y desenmascarar el discurso aparentemente revolucionario de una
minoría, que de manera oportunista y falsa se apartaba de los principios y de la práctica revolucionaria, intentando dar una y
otra vez golpes arteros a la disciplina, a la democracia interna y a la moral de la militancia revolucionaria. Lenin, les dijo con
franqueza y acompañado de su temple teórico, que los vacilantes, que los cobardes, que los oportunistas, podían si así lo
deseaban, caminar hacia el pantano, pero que soltaran las manos de los militantes honestos y se fuesen solos a las trincheras de
la contrarrevolución. Y así fue, Martov y su camarilla terminaron como (mencheviques) minoría engrosando las filas de los
enemigos del proletariado. Podemos decir entonces, que la historia vuelve a dejarnos lecciones, que lo que ahora nos toca vivir,
como una lamentable etapa de descomposición política y moral de algunos segmentos de la izquierda y los revolucionarios, se
establece como una relación dialéctica de situaciones en la que el enfrentamiento de clases y no otro fenómeno, explica las
causas y los efectos de la derrota obrera y popular, explica las necesidades y casualidades en el proceso de acumulación,
aquilatamiento y finalmente desplome de la fuerza social revolucionaria, es decir, la lucha de clases explica todo el balance
posible de un prolongado proceso de construcción político, social e ideológico y el carácter histórico de los enfrentamientos así
como el revés objetivo de los sectores dominados traducidos en bajas de sus dirigentes y cuadros, por lo tanto, la lucha de
clases explica también el descabezamiento de toda su fuerza. Pero también, poniendo atención a las contradicciones históricas,
podemos integrar al análisis otra categoría de la dialéctica materialista: la relación contenido-forma, para poder explicarnos que,
toda crisis y toda derrota, es el resultado provisional de la puesta a prueba de todo lo que táctica y estratégicamente se concibió
como el movimiento histórico de los explotados, y en un periodo determinado de tiempo de la lucha de clases. Si es que hubo
análisis y análisis riguroso, como amerita y exige una derrota, sea esta de orden táctico o estratégico; es bueno preguntarse ¿qué
elementos de la ofensiva contrarrevolucionaria integró el balance? Hay que preguntar ¿qué elementos del alza (periodo-UP) y
posterior reflujo de las masas fue considerado en el análisis? ¿Qué elementos de la reorganización y de la etapa de resistencia
(periodo-post-golpe) fue tomado en cuenta en la reflexión? ¿Cómo se asume y que características concretas tuvo el relevo
(periodo de instauración del Modelo Económico) de los dirigentes y cuadros presos, desaparecidos y muertos, en el proceso de
reconstrucción y rearme de la izquierda y los revolucionarios? ¿Quiénes y cómo asumen y se asumen las tareas de conducción
del nuevo periodo? ¿Qué capacidades y qué herramientas se utilizaron para definir la dirección revolucionaria del
enfrentamiento? Cómo respondemos al hecho de que, durante dos décadas, la crisis, lejos de resolverse se haya profundizado, y
que producto de esta profundización se haya mantenido por ya tanto tiempo el reflujo de los sectores obreros y populares y que
la derrota lejos de superarse se haya convertido en descomposición moral y desarme orgánico-político. No es en absoluto malo,
poseer aunque sea una pequeña dosis de humildad, para reconocer, que nos ha faltado capacidad en muchos terrenos,
capacidad y habilidad para estar a la altura del desafió revolucionario de acompañar a los sectores obreros y populares en este
periodo de derrota y reflujo, contar con una visión certera, con una propuesta de trabajo clara, lúcida, poseer un empeño
enérgico y estimulador de la voluntad social y política. Reconocer con honradez, que desde el punto vista teórico y práctico
hemos estado a kilómetros de distancia de la contextura política y moral de nuestros héroes, aquellos camaradas caídos en la
lucha y a los cuales decimos seguir en su ejemplo de coherencia revolucionaria. En periodos de costos políticos y sociales
enormes para la clase, no se puede mirar la paja en el ojo ajeno sin ver la viga que hay en el propio, hacerlo es caer en una
vergonzosa actitud oportunista que no nos ayuda a avanzar siquiera un paso. El reformismo pequeño burgués que se posesiono
en la dirigencia de la izquierda, lo mismo que el radicalismo pequeño-burgués, establecieron sus opciones frente al capitalismo,
hacen sus propias rutas, caminos zigzagueantes y decisiones de conciliación que traicionan y confunden los rumbos de los
trabajadores y los sectores populares. Allá ellos, pero los revolucionarios no podemos transformarlos en los objetos de nuestra
política, nuestros destinatarios siempre son y deben ser los explotados y oprimidos, estén estos influenciados por las corrientes
ideológicas que sean, nuestra misión es convencerlos y ganarlos para las filas de la revolución social. Tenemos demasiado que
hacer y en condiciones de tanta debilidad y frente a tanta adversidad, que no podemos ni debemos distraernos ni desgastarnos
políticamente con los amigos del pantano. Hay que girar la cabeza dirigir la mirada hacia las masas y exhortarlas a levantarse, a
ponerse de pie e iniciar el camino de la lucha. A pesar de la crisis del sistema, los cambios revolucionarios no están a la vuelta de
la esquina. Muy por el contrario, con la enorme maquinaria publicitaria del capitalismo, nuestra tarea de reconstrucción, en las
actuales condiciones de dispersión, se reduce enormemente y nos hace avanzar con gran dificultad. Hasta ahora, hemos
desplegado liderazgos débiles y aislados de los escenarios más dinámicos de la lucha de clases. Por esta razón, urge que en la
conciencia de la militancia revolucionaria se instale con absoluta lucidez la necesidad científica de la UNIDAD REVOLUCIONARIA
precisamente con un sentido mayúsculo. Si no se logra comprender que la convergencia comporta una direccionalidad
estratégica en la lucha contra el capital, todo esfuerzo político y social, por muy consecuente, honesto y dotado del espíritu de
sacrificio que sea, resultará del todo inútil, frente al compacto y granítico cuadro de la dominación política e ideológica que nos
presenta la gran burguesía y el imperialismo. Esta necesidad científica, clasista y revolucionaria; no la ven, no la requieren y no
les importa en absoluto a los caudillos con sus chatos, grises y mezquinos afanes personales. La tarea es aislarlos de las filas
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revolucionarias, desenmascararlos y dejar en evidencia la naturaleza pequeño-burguesa de su conducta e impulsar con los
cuadros y militantes honestos, el camino de la verdadera suma de fuerzas que sólo es posible con una cuota grande de esfuerzo,
compromiso, disciplina y un temple moral capaz de hacer frente a todos las adversidades y desafíos de la lucha revolucionaria
contra el capitalismo. Estamos en el convencimiento de que es la hora, de rescatar las herencias de fuego, los legados firmes y
macizos de nuestros héroes y nuevamente levantar con decisión y orgullo las banderas de la libertad y el Socialismo. “ Hay que
decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera a la que se le da todo, de la cual no se espera ninguna
retribución material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa.”. (Che: El
Socialismo y el Hombre en Cuba) .
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El Partido Revolucionario Chileno, El Referente que No Cuaja (2)
3 de Abril, 2011
Se agradece a quienes tomaron el articulo anterior y lo publicaron o linkearon desde sus blogs o paginas. Respecto a algunas
personas que nos escribieron y que hace rato abandonaron las filas de la izquierda revolucionaria para proclamar la
imposibilidad de construir alternativa, llamando a sumarse a experiencias reformistas y socialdemócratas, claramente decimos
que no vamos a publicar sus opiniones. Tienen diarios, revistas, ONG, redes específicas en donde desarrollar sus propuestas. Este
blog está dirigido a personas y organizaciones que, a pesar de la confusión, dispersión y atomización en que se encuentra la
izquierda, siguen sosteniendo una postura de principios: ser anticapitalista, estar por la construcción de fuerzas sociales y
políticas que luchen por transformación revolucionaria de la sociedad, comprometidos en la construcción de una alternativa
política que supere la experiencia local o sectorial.
Continuado con el tema de la unidad de las fuerzas revolucionarias y la construcción del Partido Revolucionario nos parece
necesario introducir un elemento, a nuestro juicio fundamental: la relación dialéctica entre opresores y oprimidos, entre
burgueses y proletarios, entre las fuerzas que dominan y las dominadas.
Y en este sentido afirmamos que la estrategia global de dominación es una acción y como tal tiene momentos en su ejercicio
regidos igualmente por la dialéctica: de imposición, de contradicción, de confrontación y de superación, lo que se corresponde
de igual manera con movimientos de los dominados de resistencia (con salida de derrota o equilibrio), de reorganización de
fuerzas y generación de instrumentos de lucha adecuados al nuevo escenario (teoría, organización de las fuerzas, programa,
estrategia, táctica), para luego pasar a la confrontación en sus subsiguientes fases.
Afirmamos que la dispersión, confusión y atomización de las fuerzas populares no es un fenómeno nuevo en la historia de la
lucha de clases, ni un fenómeno excepcional o exclusivo de Chile, aun cuando convenimos con Reinaldo Troncoso que en Chile
tiene además características particulares. Al respecto vale la pena recordar que el surgimiento del MIR en Chile se da luego de un
largo periodo de dispersión y atomización de fuerzas, de la existencia de diversos grupos y organizaciones que se desprenden
del PS, del PC, de organizaciones trotskistas, y que van configurando un universo de la llamada izquierda revolucionaria que
claramente tiene distintas referencias: la insurrección rusa, la revolución china y la revolución cubana. Son grupos como
Espartaco, Vanguardia Revolucionaria Marxista, Grupo Ranquil, Partido Socialista Popular, y otros grupos provenientes del
mundo sindical donde destaca Clotario Blest Riffo. Es en el marco de ascenso de las luchas populares, del impacto de la
revolución cubana, de la apertura de un ciclo de luchas ascendentes a escala mundial, que se dan las condiciones para que estas
fuerzas dispersas pero que están interviniendo en la lucha de clases concurran al proceso fundacional del MIR, organización que
una vez constituida, debe pasar por un periodo de construcción de teoría propia, de instalación de una hegemonía interna y de
salida de sectores que habiendo sido fundadores no se representan en la línea política que el MIR comienza a sustentar. No
podemos obviar, en este segundo articulo respecto al tema del partido revolucionario, que hay organizaciones actuales que se
reconocen en si misma como “partido u organización revolucionaria”, en algunos casos como continuadores históricos del MIR,
del FPMR, del MAPU Lautaro, y en otros casos como organizaciones nuevas que emergen en la década de los 90 o en el actual
periodo como lo son el PC (AP) o el GAP. Vale destacar que estos esfuerzos son distintos a los colectivos, piños, grupos en
transición, o grupos de carácter local o sectorial. Siendo “organizaciones” políticas con un mayor grado de madurez y desarrollo,
la discusión aquí planteada tiene que ver con el proceso de acumulación de fuerzas del campo popular en el sentido de las
alianzas políticas, la construcción de una política no solo para los militantes orgánicos sino para la construcción de un bloque
político, de carácter popular revolucionario. Quisiéramos concluir este segundo posteo, invitando a leer un artículo de Lenin,
escrito justamente en una época de confusión y dispersión ideológica. Se trata de “NUESTRO PROGRAMA”.
NUESTRO PROGRAMA (1925)
La socialdemocracia internacional atraviesa en la actualidad por un período de vacilación ideológica. Hasta ahora la doctrina de
Marx y Engels era considerada como la base firme de la teoría revolucionaria; pero en nuestros días se dejan oír, por todas
partes, voces sobre la insuficiencia y caducidad de estas doctrinas. El que se declara socialdemócrata y tiene la intención de
publicar un periódico socialdemócrata debe determinar con exactitud su posición frente a la cuestión que no apasiona sólo, ni
mucho menos, a los socialdemócratas alemanes. Nosotros nos basamos íntegramente en la teoría de Marx: Esta transformó por
primera vez el socialismo de utopía en ciencia, echó las sólidas bases de esta ciencia y trazó el camino que había de tomar,
desarrollándola y elaborándola en todos sus detalles. Esta descubrió la esencia de la economía capitalista contemporánea,
explicando cómo la contratación del obrero, la compra de la fuerza de trabajo, encubre la esclavización de millones de
desposeídos por un puñado de capitalistas, dueños de la tierra, de las fábricas, de las minas, etc. Esta demostró cómo todo el
desarrollo del capitalismo contemporáneo tiende a suplantar la pequeña producción por la grande y crea las condiciones que
hacen posible e indispensable la estructuración socialista de la sociedad. Esta nos enseñó a ver, bajo el manto de costumbres
arraigadas, de intrigas políticas, de leyes complejas y doctrinas hábilmente fraguadas, la lucha de clases, la lucha entre las clases
poseedoras de todo género y las masas desposeídas, el proletariado, que está a la cabeza de todos los desposeídos. La teoría de
Marx puso en claro la verdadera tarea de un partido socialista revolucionario: no inventar planes de reestructuración de la
sociedad ni ocuparse de la prédica a los capitalistas y sus acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni
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tampoco urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha ,que tiene por objetivo final la
conquista del Poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista. Y ahora preguntamos: ¿qué aportaron
de nuevo a esta teoría aquellos bulliciosos "renovadores", que tanto ruido han levantado en nuestros días, agrupándose en torno
al socialista alemán Bernstein? Absolutamente nada : no impulsaron ni un paso la ciencia que nos legaron, con la indicación de
desarrollarla, Marx y Engels; no enseñaron al proletariado ningún nuevo método de lucha; no hicieron más que replegarse,
recogiendo fragmentos de teorías atrasadas y predicando al proletariado, en lugar de la doctrina de la lucha, la de las
concesiones a los enemigos más encarnizados del proletariado, a los gobiernos y partidos burgueses, que no se cansan de
inventar nuevos métodos de persecución contra los socialistas. Uno de los fundadores y jefes de la socialdemocracia rusa,
Plejánov, tenía completa razón al someter a una crítica implacable la última "crítica" de Bernstein, cuyas concepciones también
reniegan ahora los representantes de los obreros alemanes (en el Congreso de Hannover) Sabemos que estas palabras
provocarán un montón de acusaciones, que se nos echarán encima: gritarán que queremos convertir el partido socialista en una
orden de "ortodoxos", que persiguen a los "herejes" por su apostasía del "dogma", por toda opinión independiente, etc.
Conocemos todas estas frases cáusticas tan en boga. Pero ellas no contienen ni un grano de verdad, ni un ápice de sentido
común. No puede haber un fuerte partido socialista sin una teoría revolucionaria que agrupe a todos los socialistas, de la que
éstos extraigan todas sus convicciones y la apliquen en sus procedimientos de lucha y métodos de acción. Defender esta teoría
que según su más profundo convencimiento es la verdadera, contra los ataques infundados y contra los intentos de alterarla, no
significa, en modo alguno, ser enemigo de toda crítica. No consideramos, en absoluto, la teoría de Marx como algo acabado e
intangible: estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares de la ciencia
que los socialistas deben impulsar en todas las direcciones, si es que no quieren quedar rezagados de la vida. Creemos que para
los socialistas rusos es particularmente necesario impulsar independientemente la teoría de Marx, porque esta teoría da
solamente los principios directivos generales, que se aplican en particular a Inglaterra, de un modo distinto que a Francia; a
Francia, de un modo distinto que a Alemania; a Alemania, de un modo distinto que a Rusia. Por lo mismo, con mucho gusto
daremos cabida en nuestro periódico a los artículos que traten de cuestiones teóricas e invitamos a todos los camaradas a tratar
abiertamente los puntos en discusión.
¿Cuáles son, pues, las cuestiones principales que surgen al aplicar a Rusia el programa común para todos los socialdemócratas?
Ya hemos dicho que la esencia de este programa consiste en la organización de la lucha de clase del proletariado y en la
dirección de esta lucha, cuyo objetivo final es la conquista del Poder político por el proletariado y la estructuración de la
sociedad socialista. La lucha de clase del proletariado se compone de la lucha económica (contra capitalistas aislados o contra
grupos aislados de capitalistas por el mejoramiento de la situación de los obreros) y de la lucha política (contra el gobierno por
la ampliación de los derechos del pueblo, esto es, por la democracia, y por la ampliación del poder político del proletariado).
Algunos socialdemócratas rusos (entre ellos, por lo visto, los que editan el periódico RabóchaiaMisl ) consideran
incomparablemente más importante la lucha económica y llegan casi a aplazar la lucha política para un porvenir más o menos
lejano. Semejante opinión es profundamente equivocada. Todos los socialdemócratas están de acuerdo en que se debe organizar
la lucha económica de la clase obrera, en que en este terreno hay que llevar a cabo una agitación entre los obreros, es decir, hay
que ayudarlos en su lucha diaria contra los patronos llamar su atención sobre todos los aspectos y casos de opresión y
explicarles de este modo la necesidad de unirse. Pero olvidar la lucha política a causa de la lucha económica significaría renegar
del principio fundamental de la socialdemocracia del mundo entero, significaría olvidar todas las enseñanzas que nos
proporciona la historia del movimiento obrero. Los fervientes partidarios de la burguesía y del gobierno puesto a su servicio
intentaron incluso, más de una vez organizar asociaciones de obreros de carácter puramente económico, para desviarlos de esta
manera de la "política" y del socialismo. Es muy posible que también el gobierno ruso haga algo por el estilo, puesto que siempre
ha procurado arrojar al pueblo dádivas insignificantes, mejor dicho, dádivas ficticias, con tal de distraerlo de la idea sobre la falta
de derechos y sobre el yugo que padece. Ninguna lucha económica puede aportar a los obreros un mejoramiento estable, ni
siquiera puede llevarse a cabo en amplia escala, si los obreros no tienen el derecho de organizar libremente sus asambleas y
sindicatos, de editar periódicos propios, de enviar sus mandatarios a las instituciones representativas del pueblo, como sucede
en Alemania y en todos los otros Estados europeos (a excepción de Turquía y Rusia). Y para obtener estos derechos es necesario
llevar a cabo una lucha política. En Rusia no solamente los obreros, sino todos los ciudadanos se ven privados de los derechos
políticos. Rusia es una monarquía autocrática, absoluta. El zar solo es quien dicta las leyes, nombra funcionarios y ejerce el
control sobre los mismos. Por eso parece que en Rusia el zar y su gobierno no dependen de ninguna clase y se preocupan por
todos en igual medida. Pero de hecho todos los funcionarios son designados únicamente de entre los que pertenecen a la clase
de los propietarios y todos ellos están sometidos a la influencia de los grandes capitalistas, quienes hacen de los ministros lo
que quieren y obtienen de ellos todo lo que pretenden. Sobre la clase obrera rusa pesa un doble yugo: la expolian y saquean los
capitalistas y los terratenientes y, para que no pueda luchar contra ellos, la ata de pies y manos la policía, que además la
amordaza y castiga todos sus intentos de defender los derechos del pueblo. Toda huelga dirigida contra los capitalistas tiene por
resultado el que el ejército y la policía sean lanzados contra los obreros. Toda lucha económica necesariamente se transforma en
una lucha política y la socialdemocracia debe fundir siempre una y otra en una lucha única de clase del proletariado. El primer y
principal objetivo de esta lucha debe ser la conquista de los derechos políticos, la conquista de la libertad política. Si los obreros
de Petersburgo, solos, con una pequeña ayuda de los socialistas, supieron conseguir rápidamente del gobierno concesiones tales
como la promulgación de una ley sobre la reducción de la jornada de trabajo, toda la clase obrera rusa, bajo la dirección única
del "Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia", sabrá conseguir, por medio de una lucha tenaz, concesiones de importancia
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incomparablemente mayor. La clase obrera rusa sabrá llevar a cabo su lucha económica y política ella sola, incluso en el caso de
no recibir ayuda de ninguna de las otras clases. Pero los obreros no están solos en la lucha política. La falta completa de
derechos del pueblo y la salvaje arbitrariedad de todos los funcionarios-sátrapas indignan también a todas las personas cultas
con un mínimo de honradez y que no pueden reconciliarse con la persecución de toda palabra libre y de toda idea libre; indignan
a los polacos, a los finlandeses, a los hebreos y a los adeptos de las sectas religiosas rusas, que sufren persecuciones; indignan a
los pequeños comerciantes, industriales y campesinos, que no tienen a quién acudir en busca de defensa contra los atropellos de
los burócratas y de la policía. Todos estos grupos de la población, por separado, no son capaces de librar una lucha política
tenaz; pero cuando la clase obrera enarbole la bandera de esta lucha, de todas partes le tenderán una mano de ayuda. La
socialdemocracia rusa se pondrá a la cabeza de todos los que luchan por los derechos del pueblo, de todos los que luchan por la
democracia, y, entonces, ¡será invencible! Tales son nuestros principales conceptos que iremos desarrollando sistemática y
ampliamente en las columnas de nuestro periódico. Estamos convencidos de que así marcharemos por el camino trazado por el
"Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia" en el "Manifiesto" lanzado por el mismo.
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El Partido Revolucionario Chileno, El Referente que No Cuaja (3)
Sembrar para Cosechar Victorias
11 de Abril, 2011
Como continuación del tema "El Partido Revolucionario Chileno" del que ya hemos posteado 2 articulos, publicamos el texto "Sembrar para
cosechar victorias", incluido en algunos boletines y conocido también como "Tres consideraciones".
SEMBRAR PARA COSECHAR VICTORIAS
(TRES CONSIDERACIONES PREVIAS)
1. Contra la dispersión, el caudillismo, la falta de unidad y proyecto.
Numerosos han sido los intentos que desde la izquierda chilena más consecuente y desde el término de la dictadura de las FFAA,
se han venido levantado para construir o reconstruir un referente y un proyecto que permita dar unidad, contenido y proyección
estratégica a las luchas reivindicativas que esporádica y a veces de manera cíclica se desatan en nuestro país.
De todos es conocido que las derrotas sufridas por el campo popular en los años 73, 81, 86-87, la salida burguesa a la crisis
nacional y la instalación de 4 gobiernos sucesivos de la Concertación, y la instalación del modelo neoliberal, significaron también
el retroceso de masas, la desorganización del campo popular, la destrucción, desarticulación y fragmentación de la izquierda
revolucionaria y de sus organizaciones.
Coordinaciones, frentes, movimientos, partidos autoproclamados vanguardias brillan por alguna coyuntura u acción y al poco
tiempo se diluyen, fragmentan, se estancan o renuncian a la construcción de un proyecto revolucionario y popular intentando
subirse al estrado construido por los poderosos y donde se representa la comedia política bajo el discutido concepto de
convertirse en “actores políticos”.
De fondo, una y otra vez el topo de la historia, la lucha de clases, se encarga de mostrar las contradicciones entre las fuerzas
sociales en pugna, los escandalosos grados de explotación a que son sometidos las y los trabajadores, el crecimiento de las
brechas de la calidad de vida que separa a los dueños del poder y la riqueza del pueblo que responde con luchas que incorporan
cada vez mayores grados de violencia, pero que son aisladas, sin unidad, con alto grado de espontaneísmo y que logran ser
contenidas en la negociación o por la entrega de una reivindicación que será rápidamente escamoteada una vez diluida la fuerza
que la logró. Así, el movimiento popular fragmentado, centrado en luchas parciales reivindicativas, con organizaciones sociales
muchas de ellas cascarones vacíos de participación popular, cooptadas, difícilmente pueden proyectarse de manera estratégica,
máxime cuando los militantes de izquierda más consecuentes prefieren construir “sus” propias organizaciones, centrarse en la
construcción de sus propias orgánicas y mostrarse en las paginas de Internet o para las fechas rituales donde desataran su furia
combatiendo contra quioscos, vidrieras, o reformistas sin despeinar siquiera a los dueños del poder. Surgen grupos con banderas
y símbolos incluidos que escasamente perduran, trasladándose militantes de un grupo a otro, con alto grado de sectarismo y
escasa vocación de construir juntos, como pueblo un proyecto que ponga fin a la dominación. Más bien el caudillismo, la
vanidad, la arrogancia y el desprecio a las experiencias de otros, el aferrase a los símbolos y banderas de tal o cual “cultura” más
que a los profundos contenidos, rigurosos análisis y practica política, quedándose elevado al nivel de icono, con el envoltorio y
no los contenidos, con la consigna y no el análisis profundo, con la acción más que el objetivo que buscaba la acción, con el
fetiche del arma y no la conciencia que existía tras ella, generando por tanto una mal entendida militancia que hace culto a los
fetiches, símbolos, espontaneísmo, voluntad, y en que termina siendo la organización y no el pueblo y sus luchas el foco
principal de atención, y donde la satisfacción individualista reemplaza al ser social, al ser parte de un proyecto del pueblo.
Podemos encontrar en los orígenes de este proceso al menos tres elementos: el insuficiente proceso y evaluación de las derrotas
sufridas, la penetración de la ideología individualista en el campo popular y una practica aislada de las grandes masas y más bien
centrada en el desarrollo de la propia organización. El insuficiente procesamiento de las derrotas sufridas tiene que ver con que
la propia dispersión de fuerzas orgánicas, las muertes, encarcelamiento de militantes, abandono de dirigentes, generó una visión
unilateral de las causas de la derrota sin precisar bien el carácter de ella y cuales fueron los errores cometidos: si en el plano de
la estrategia, en el plano de la táctica, en la implementación de ellas, en la construcción orgánica, en la relación partido-masas, si
en el plano político, o en el militar. Las lecturas generales y superficiales de estas derrotas tampoco permitieron por tanto
rescatar la experiencia acumulada. Se produce así un proceso de negación producto de la derrota, donde todo es puesto en
cuestión, llegando al punto de abrir la puerta a las concepciones liquidadoras de la organización como “novedad”. Negación al
Partido, negación a la organización, negación del conocimiento y de lo científico. De otra parte, en la ausencia de organización
partidaria emergen los “colectivos” que permiten resistir y actuar a escala local, colectivos definidos como políticos-sociales que
permiten definir acciones para la lucha gremial o reivindicativa y que muchas veces reemplazan a las organizaciones naturales
articuladas para estos fines. El problema es que los colectivos y organizaciones naturales se enfrentan a políticas de carácter
nacional, al Estado y a sus diversos componentes y por tanto su enfrentamiento requiere articulación a escala nacional y
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sectorial, momento en el que el colectivo pasa a ser insuficiente como instrumento. Las propias contradicciones del sistema
capitalista van generando, a pesar de todo, por los grados de explotación y plusvalía que requieren, escenarios de confrontación
con las más amplias masas. Entonces la radicalidad del colectivo y el campo de acción quedan superados por una lucha
reivindicativa que no es posible asumir desde la organización fragmentada y local. La lucha reivindicativa entonces es
despreciada, mirada como “reformista” o “meramente económica”, sin entender que son esas grandes masas el sujeto o pueblo
a construir como sujeto y pueblo revolucionario y no los instrumentos partidarios, del colectivo o de la organización. La poca
comprensión del carácter de la dominación, o el entenderla solamente como una dominación violenta sin comprender la
alienación o el dominio ideológico a que son sometidas es la clave para entender este fenómeno. El Estado no solo es una
construcción para oprimir y dominar por la violencia sino también para dominar logrando el consenso de los dominados a través
de un sin numero de aparatos ideológicos, de propaganda, de educación, en las propias relaciones económicas, de vida cotidiana.
El principal problema existente es la relación de dependencia mutua de las masas trabajadoras de sus explotadores: son ellos los
que proveen el capital y quienes compran el trabajo que les permite subsistir. Y esas grandes masas no se enfrentaran a ellos sus
patrones de manera definitiva sino tienen la confianza en que pueden triunfar y construir una nueva sociedad. Pueden hacerlo, y
de hecho lo hacen, de manera parcial, para lograr tal o cual reivindicación, pero solo avanzaran a condición de seriedad en el
proyecto, de posibilidad real, de madurez del proyecto revolucionario. Y es en ese sentido el valor de la lucha reivindicativa y
económica que permite ir desarrollando organización, confianza en las fuerzas propias, madurar y generar dirigentes, pero
sobretodo generar confianza en las propuestas de acción que nacen de la conducción revolucionaria. Ninguna revolución es
posible sin las masas como sujeto protagonista principal. Ninguna organización se gana la conducción y el prestigio entre las
masas sin estar inserto en ellas, luchando con ellas, madurando con ellas. Por todo lo anterior se hace necesario volver
a poner al pueblo como centro y foco de cualquier proyecto .
2. Por la recuperación del principal instrumento de conocimiento.
Los poderosos y sus socios imperiales están más que satisfechos. Lograron postergar y superar la crisis global en que se
encontraba la economía mundo y todo el sistema político que amenazaba con desplomarse en los sesenta, setenta y ochenta,
inflingiendo graves derrotas a los pueblos del mundo entero: no solo se trata del desplome del llamado campo socialista y el
paso a un nuevo orden económico, sino que principalmente, derrotas en lo ideológico, en la reinstalación del individualismo y el
culto a la satisfacción personal y el hedonismo. Se declara la utopía fuera de lugar, la solidaridad es reemplazada por el consumo
individual desenfrenado, se instala un concepto de ser humano sin pertenencia a clase y histórico. En lo principal, desde todos
los medios de comunicación, culturales y academias controladas por el poder el objetivo es declarar que el marxismo como
filosofía y doctrina ha fracasado, así como todas las experiencias ligadas a la construcción de proyecto de una sociedad
socialista. Sin terminar de entender que necesariamente los cambios en la esfera de las relaciones de producción impuestas por
la contra revolución neoliberal, se traducirían a cambios a nivel de la conciencia política de las masas, agravada por el reflujo del
movimiento y la derrota sin la capacidad de comprender los nuevos escenarios de lucha y ante las derrotas estratégicas de
organizaciones anteriores, se busca en los orígenes ideológicos las causas de estas derrotas y se decreta que es el marxismo y
toda la acumulación de experiencia orgánica y política la que no sirve: para qué Direcciones Políticas si estas se equivocan, para
qué estrategias o tácticas si estas son erradas, para qué organización política si basta con la relación horizontal entre iguales. En
el fondo de se ha tirado el agua de la bañera con guagua y todo. La negación del conocimiento científico, operada por los
poderosos a escala mundial, en nuestro país, logra penetrar en el campo popular con fuerza. Algunos sobrevivientes de
organizaciones revolucionarias de las décadas anteriores que intentan reflexionar sobre los fracasos y derrotas, sucumben
ideológicamente y son arrastrados a la reflexión fácil y simplista: no es el poder el que se ha impuesto, los orígenes de la derrota
hay que buscarlos entre los propios revolucionarios. La solución es simple: para unos es que faltó determinación y valor (lo
moral, ético por sobre lo objetivo) , para otros es que las organizaciones estaban infiltradas (la concepción del aparato), para
otros es que falló la relación con las masas (se instrumentalizó al movimiento popular), más audazmente los últimos reniegan de
todo el conocimiento acumulado en décadas: el marxismo como instrumento de análisis está obsoleto, el partido, el centralismo
democrático, la organización misma están superados, todo lo cual abre espacios para las concepciones anárquicas (diferente a
anarquistas), a las concepciones de “criterio común”, a la “aceptación de la diversidad”, a la negación de la organización bajo el
criterio de todos somos iguales y por ende elevar a categoría máxima la horizontalidad, todo lo que conlleva finalmente a que la
superficialidad y lo artesanal predomine sobre el conocimiento y el asumir con rigor y profesionalismo los enormes desafíos de
nuestro tiempo. De un plumazo se omite todo el conocimiento científico acumulado desde fines del siglo XIX y las diversas
experiencias históricas a escala mundial, cayendo en el espontaneísmo y originando decenas y centenares de experiencias locales
que son importantes por su determinación de luchar pero que son sectarias, focalizadas en lo reivindicativo unas, en lo
propagandísticos otras y convirtiéndose sus particulares visiones ideológicas en trabas para la construcción de proyectos
políticos de carácter nacional o regional. Por todo lo anterior se hace necesario recuperar el marxismo como
principal herramienta de análisis y conocimiento para construir un proyecto. Pero no un marxismo mecánico,
de manual y recetas, sino la reivindicación de sus tesis principales aceptando que la ciencia es revolucionaria, que las tesis
sostenidas a principios del siglo pasado necesariamente han sufrido el rigor de la critica de la praxis por lo que necesariamente
existen tesis que ajustar a la etapa del conocimiento actual de la humanidad, recuperando el marxismo revolucionario de Marx
como sistema abierto y no como la ciencia definitiva e inmutable que nos presentaron los textos de la URSS y las corrientes
estructuralistas. El marxismo a recuperar es el militante, es la teoría como guía para la acción, no es el marxismo que surge en la
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academia fuera de la lucha de clases como supuesta ciencia de análisis. Es la valorización del materialismo dialéctico, de la lucha
de los opuestos, de las contradicciones y su transformación, el método de análisis que va de lo general a lo particular, que valora
las condiciones objetivas y materiales de la sociedad tanto como la voluntad para cambiarlas.
3. Por la recuperación de las lecciones de la propia historia.
Ser social y ser histórico definen dimensiones de un pueblo que se constituye como fuerza social revolucionaria a través de un
proceso dinámico y dialéctico de luchas que conllevan a avances y retrocesos, a flujos y reflujos. En lo principal la formación
social chilena y su lucha de clases internas esta condicionada por su inserción internacional como economía periférica y
subordinada al capitalismo central y en cierta medida su historia está marcada no solo por las contradicciones entre burguesía y
proletariado, sino que también por las crisis internacionales del capitalismo, de las políticas definidas en el centro imperial y las
crisis entre fracciones burguesas que entran en pugna levantando sus proyectos de dominación. El largo camino de luchas
populares, de constitución de un sujeto social que lucha por cambios demandó décadas, abriéndose a finales de los años 60 un
periodo de alza constante del movimiento de masas que permitió a la Unidad Popular llegar al Gobierno como alternativa de
cambio con un programa de reformas en el marco de la legalidad burguesa, que al intentar ser ejecutado, desató la feroz
oposición de las clases dominantes y el imperialismo, agudizó las contradicciones al máximo, permitió la radicalización de una
fracción de pueblo que inició un proceso de aprendizaje en torno al poder popular, experiencias ambas que terminaron por
cerrarse con el golpe militar y la refundación de la dominación en Chile. La lucha del pueblo contra la dictadura militar permitió
a los revolucionarios instalar proyectos de resistencia popular, de guerra revolucionaria, de rebelión popular y sublevación,
asumiendo el mayor costo de una lucha que terminó siendo capitalizada por el propio imperialismo y la burguesía opositora a la
dictadura, cerrando un nuevo ciclo de ascenso y pasividad en las luchas, esta vez con expresiones de propaganda armada y lucha
miliciana, con amplitud de organizaciones de masa que fueron finalmente excluidas del sistema político excluyente que terminó
por consolidar el modelo iniciado por la dictadura mediante al apoyo de fracciones políticas desprendidas del campo popular. En
el marco de la negación de los proyectos políticos, también existe la negación a esta historia y su continuidad, señalándose
como derrotas de otros, de otras generaciones, de otros proyectos, sin entender que son derrotas al conjunto del campo
popular. Lo grave de estas posturas en que quienes la sostienen predican están partiendo de cero, negando toda la experiencia
acumulada por décadas de lucha y experiencias de diverso tipo. Para ellos no hay lecciones en las luchas de Recabarren por
desarrollar los sindicatos, ni en la experiencia de Clotario Blest con el desarrollo de la CUT, no hay nada que aprender de los
levantamientos rurales de Ranquil, de la asonada de los anarquistas en la pampa nortina, no hay experiencias a rescatar en la
insurrección de la marinería, ni en los intentos de sublevación del 2 de abril, etc., etc. Es necesario recuperar todas las
experiencias anteriores, conocer las raíces del movimiento popular y del movimiento revolucionario, los levantamientos
populares del siglo pasado, los proyectos y desarrollo de las experiencias de quienes nos antecedieron como el PCR, Vanguardia
Revolucionaria Marxista, Grupo Ranquil, Fuerzas Armadas Revolucionarias, MIR, MR2, FPMR, Mapu-Lautaro. Cada experiencia
enfrento problemas y desafíos, acumulo experiencia y conocimiento, aprendió de las formas de operar del Estado y de la
represión. Es imprescindible aprender de nuestra propia práctica como pueblo, no solo para imaginar como serán los combates
futuros, sino para aprender las lecciones extraídas en cada experiencia tales como el aparatismo, el voluntarismo, el militarismo,
el vanguardismo, entre otros fenómenos. En definitiva se hace necesario recuperar un enorme caudal de conocimiento y
experiencia extraída de nuestra propia historia para ponerla al servicio de una nueva síntesis que permita generar un nuevo
proyecto. Esta nueva síntesis debe ser el centro de la actividad de las organizaciones revolucionarias en el presente. No se trata
de una nueva coordinación para una actividad puntual, ni una Federación de organizaciones que coyunturalmente se mueven
tras objetivos reivindicativos. Estas actividades pueden y deben realizarse. Se trata por el contrario, de generar un nuevo
proyecto revolucionario con una propuesta estratégica, con propuestas de táctica para el periodo, una nueva organización que
no eluda comprometerse con un proyecto concreto que se comprometa con la construcción de instrumento orgánico, que se
atreva a plantear una estrategia de acumulación de fuerza social revolucionaria. Una organización que se plantee con seriedad y
profesionalismo las tareas de constituirse en una organización revolucionaria a escala nacional, una organización para acumular
fuerzas, para luchar en todos los terrenos y no solo para un territorio, un sector social, una coyuntura. Una organización que
trabaje con humildad, que no haga de la crítica al reformismo su centro y única existencia, que “hable” a través de su práctica
más que por sus discursos. En definitiva, una nueva organización que supere los métodos artesanales, una organización de
revolucionarios profesionales, que recoja el legado de nuestra historia como pueblo, que se construya a escala nacional, que se
plantee una estrategia política, una táctica para el periodo, cuyo centro sea la construcción de una fuerza social revolucionaria
que se plantee construir un poder dual, un poder alternativo, para derrotar al capitalismo y construir el socialismo que las masas
populares definan.
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El Partido Revolucionario Chileno, El Referente que No Cuaja (4)
La Visión del GAP
18 de Abril, 2011
Ya van cuatro posteos publicados respecto al tema de la construcción del partido revolucionario chileno, con más de seiscientas
visitas a las paginas respectivas. Quisimos incorporar la visión de los Grupos de Acción Popular (GAP) respecto al tema, que está
expresada en un analisis de coyuntura que en dos tandas se han publicado en sus paginas (http://gruposaccionpopular.org ).
" VIII. EL CAMPO DE LOS REVOLUCIONARIOS."
Durante los últimos 20 años la historia de la izquierda revolucionaria ha sido una historia de discontinuidades y rupturas, que ha
tenido como conclusión una incapacidad de constituirse como un sector que salga de la marginalidad y que sea una alternativa
real desde el pueblo y para el pueblo. Desde que se desarticularon las estructuras partidarias que apostaban a una salida
revolucionaria a la dictadura militar, es decir a una combinación de las tareas democráticas y socialistas como opción a la
continuidad dictatorial o “democrática” del capitalismo neoliberal, no ha podido surgir de manera consistente, con verdadera
vocación popular y hegemónica, una alternativa que dispute al PC la conducción del movimiento popular, que permita que el
pueblo entre en el escenario político para luchar y vencer . Si bien es cierto en los noventa surgieron nuevas expresiones de la
izquierda, como las variadas derivadas del MIR tras su fraccionamiento original; la SurDA (que tempranamente en su devenir
apostó por el Progresismo, antes que por un proyecto revolucionario); nosotros incluso, que reconocemos nuestro nacimiento
unido al mismo contexto; y otros tantos minúsculos esfuerzos de reagrupados y nuevas generaciones que no perduraron en el
tiempo; todos ellos intentaron dar continuidad a ese imaginario de proyectos políticos más antiguos, sin embargo, sólo lograron
resistir una época caracterizada por la desesperanza política ante la ausencia de horizontes alternativos y liberadores.
Este periodo de resistencia (principalmente ideológica), dio paso una dispersión y fragmentación mucho más fuerte a fines de
los 90’ y principios del siglo XXI, en donde diversas expresiones de la izquierda revolucionaria se vieron envueltas en diversos
procesos fraccionamiento, desde donde nacieron nuevas organizaciones y murieron otras. Así, el escenario durante los últimos
10 años fue un número inagotable de siglas, con un fuerte carácter ultraizquierdista, que concentraban su praxis política en el
activismo social, con un claro ideologismo en sus propuestas y con una fuerte vocación a la marginalización del escenario
político. Esta fue la época en que se reeditaron los polos de reagrupamiento o en que se pululaba en tal o cual coordinación
social y política para poder sobrevivir ante el escaso arraigo social. Actualmente desde nuestra perspectiva práctica, creemos
que la izquierda revolucionaria vive un proceso de latencia aparente, pero redefiniendo sus líneas. Si bien, los fraccionamientos
siguen a la orden del día, a diferencia del período anterior, las siglas no se siguen multiplicando, sino que se reducen, haciendo
que el escenario decante en la sobrevivencia de quien sepa posicionarse en el ciclo político actual. Aún con ello a la vista,
podemos plantear la dificultad de ciertos sectores de la izquierda revolucionaria de sobrevivir, sosteniendo viejas banderas y
colores, más proclives a mantener una política identitaria ante los diversos fraccionamientos que hoy atraviesan. Por eso es
sintomático que existan por cada grupo entre dos y tres paginas webs, diversos congresos partidarios y otras cuantas revistas
orgánicas, con los mismos nombres, las mismas consignas y los mismos pobres lineamientos, pero dirigidos por diferentes
caudillos. Luego de la moda por la horizontalidad y la crítica a la “organización científica” y centralizada para conducir al pueblo,
comienza a asumirse como certeza la necesidad de construir una fuerza política capaz de disputar y crear poder por medio de un
instrumento partidario. Aún cuando resabios queden, se superan así las tendencias anarquistas y movimientistas que
rechazaban de plano la política y la construcción de una organización sólida y cohesionada, las que dominaron desde la década
de los 90, que a pesar de lo bien intencionado (pero limitado) de buscar nuevos rumbos para la organización política del pueblo,
redujeron su acción a un mero activismo social, sin sustancia orgánica y sin proyecciones estratégicas. El campo de los
revolucionarios no puede apostar a seguir manteniendo una política anclada en las propias y viejas trampas que lo han
acompañado estos años, manteniendo nombres y siglas para reeditar desfases históricos. Esto sólo alimenta una auto agitación
y una política reducida a su mero aspecto identitario, pero con nula vinculación e instalación donde vive y se desenvuelve el
pueblo. Tampoco se puede seguir reproduciendo la auto marginación, pensando que al enemigo de clase se lo combate desde la
vereda contraria, abstrayendo la realidad política y la correlación de las diversas fuerzas que se mueven en el escenario. Por
último, la izquierda revolucionaria no puede mantenerse en pie si sus únicas definiciones y tácticas políticas nacen de esquemas
y máximas preconstituidas, ya sea por identidades de “izquierdismo infantil” o meras referencias teórico-académicas que poco
saben de la realidad del pueblo o creen saberlo por el sólo hecho de empolvar sus zapatos en trabajos de investigación en las
poblaciones. El período actual de la lucha de clases necesita de un proyecto que recoja de la historia lo mucho de experiencia
que se ha depositado en un ideario irreprochable de cultura revolucionaria, que lo haga parir desde un correcto análisis
científico del periodo que configura el sistema de dominación actual y de la manera en que este se reproduce (en lo ideológico y
lo político), que por tanto sea expresión de la creatividad política y práctica de los revolucionarios al centro de donde hoy se
construyen las relaciones y expectativas del pueblo, en las condiciones particulares de la sociedad chilena actual, sin los
aspavientos de esa, en verdad retrógrada y dilatante, verborrea de “nuevas” izquierdas, “nuevos” sujetos o “nuevos” tipos de
organización popular.
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El Levantamiento Popular del 2 y 3 de Abril y las Tareas de Hoy
Trabajadores al Poder
08 de Abril, 2011
Compañeras y compañeros.
Nos reunimos hoy a recordar una de las jornadas más importantes de la lucha de clases en Chile, que lógicamente los poderosos
ocultan y tergiversan porque en si mismo los hechos ocurridos ya hace medio siglo, desmienten la imagen construida por la
dominación de un proletariado y pueblo chileno sumiso, enajenado y carente de capacidad de lucha. Por otra parte, los hechos
demuestran al mismo tiempo el rol asumido por los diferentes actores políticos: el rol de la iglesia, de las FFAA, de los partidos
burgueses y reformistas, mostrando claramente la fuerza que surge desde abajo, desde los explotados y marginados cuando
estos deciden el camino de la acción directa de masas.
Es cierto que hoy en Chile ese sujeto popular, consiente y combativo no está aún presente, o digámoslo de otra manera, está
disperso, atomizado, fragmentado en luchas locales, sectoriales y parciales, pero está allí palpitante, gestándose. Es el mismo
pueblo que se convirtió en protagonista directo del poder popular cuando la experiencia reformista de la Unidad Popular no
podía contener las ofensivas contrarrevolucionarias de los patrones, es el mismo pueblo convertido en marcha del hambre, en
cacerolazos, en barricada y jornada de protesta que obligó a la dictadura militar a sacar a 80.000 soldados a la calle y luego
obligo a que el imperialismo, la propia dictadura y los mal llamados “socialistas renovados” en alianza con los
democratacristianos levantaran la salida burguesa que impuso los gobiernos de transición de la Concertación hasta llegar al
gobierno directo de los patrones que nos somete hoy.
En 1957 el ex dictador Carlos Ibañez a la cabeza de un gobierno derechista apoyado (¡que novedad!) por un sector del Partido
Socialista, decretó el alza del transporte público lo que dio paso desde la última semana de marzo de ese año a una serie de
movilizaciones en Viña, Valparaíso, Concepción y Santiago convocadas por el Comando Contra las Alzas. No se trató de simples
marchas con banderas y discursos oficiales. Se trató de un vendaval de masas que tomó caminos, enfrento a carabineros, asumió
control territorial durante días enteros lo que obligó al Estado a retirar a Carabineros y sacar a las calles a los marinos y a los
soldados tratando de frenar la movilización. Quien quiera conocer más de estos sucesos pueden buscar un relato pormenorizado
de estos hechos en la revista “El ciudadano” o en su pagina web. Cuando en el debate de la izquierda chilena se habla de la lucha
por derrocar al estado capitalista chileno y se pone al pueblo y a las masas como sujetos que solo votan, como sujetos que solo
luchan por sus propias reivindicaciones parciales, cuando se les señala como posibles “ayudistas” de un partido, frente u aparato
que hará la revolución, nosotros sostenemos: observen el 2 y 3 de abril y la calidad de las luchas desarrolladas; decimos observen
quienes realmente fueron quienes desarrollaron el poder popular en el gobierno de la Unidad Popular, quienes tomaron en sus
manos empresas, mercados, tierras, vehículos y ejercieron el control obrero de la producción, observen quienes fueron los que se
organizaron en los territorios para enfrentar la represión pinochetista en las calles, en las barricadas, en las gloriosas jornadas de
protesta nacional. Nosotros nos reunimos a recordar hoy estas movilizaciones, porque estamos convencidos que es posible
luchar contra el capital y el imperio apoyados en la fuerza de las grandes mayorías nacionales, porque estamos convencidos que
solo la organización, construcción y lucha de una fuerza social revolucionaria hará posible un verdadero cambio en Chile. Nos
reunimos hoy para reflexionar colectivamente -como lo hemos hecho siempre- buscando los caminos para materializar nuestras
ideas revolucionarias hacia un quehacer concreto. Nosotros, a pesar de las derrotas, a pesar de los evidentes cambios operados
en la sociedad, venimos a decir y a decirnos, aquí y hoy, que existen las bases materiales y objetivas para trabajar por construir
una alternativa revolucionaria cuyo centro sea el pueblo consiente y organizado. Porque la contradicción principal de la sociedad
sigue siendo la misma: Dueños del poder y la riqueza de una parte y masas sometidas a la cesantía, a la explotación, a la miseria,
a jornadas de trabajo extenuantes, con derechos históricos conculcados. Educación para ricos y migajas de educación para
pobres reconocida cada año por el SIMCE. Salud para ricos y muerte, colas y mala atención en los hospitales para pobres.
Ciudades, barrios, casas lujosas, balnearios para ricos amurallados y llenos de cámaras de vigilancia, barrios pobres que se
anegan cada invierno, enormes deudas impagables por las casas para pobres. Justicia y leyes favorables para las empresas
mineras, forestales, pesqueras, energéticas, depredación, contaminación, falta de crédito y asfixia para los trabajadores,
artesanos, feriantes y todos quienes sufren los rigores de las empresas extranjeras adueñadas del agua, de las comunicaciones,
de los minerales, del mar, de los bosques. Y la violencia. La misma violencia expresada contra el pueblo de forma aguda en los
años recientes de dictadura, que día a día escala siempre empujada por los dueños del poder en contra de quien ose luchar por
sus reivindicaciones al tiempo que se gastan enormes sumas de dinero en armamentos, aviones, tanques, buques de ultima
generación y se militariza la policía para enfrentar a estudiantes que luchan contra la educación de mercado, contra mujeres
porque luchan por el derecho a decidir sobre sus cuerpos, contra deudores habitacionales y pobladores que defienden el
derecho a la vivienda, contra profesores que exigen sus reivindicaciones al igual que todos los empleados públicos y municipales,
contra pescadores artesanales que luchan defendiendo sus fuentes laborales y contra la entrega del mar a las empresas privadas
y a las salmoneras, contra los subcontratistas que se movilizan por sus derechos, contra los jóvenes ocupas que toman casas
abandonadas para llenarlas de arte y vida, contra los jóvenes golpeados y detenidos por el simple delito de ser jóvenes y vestir
diferente, contra mapuches que luchan por sus tierras y en contra de las empresas madereras. En definitiva, la misma violencia
de los poderosos desatada contra el pueblo en la medida que este levanta sus luchas, demandas y camino propio,
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criminalizándolas, aplicando la ley antiterrorista, de seguridad del estado, en definitiva la ley del embudo que no castiga a los
que se coluden para estrujar los bolsillos del pobre como las farmacias, los que contaminan y envenenan los ríos y tierras del
país, los que se burlan de las leyes del trabajo obligando a los trabajadores a jornadas agobiantes, manteniendo miles de
contratos a “honorarios” sin derecho laboral alguno, impulsando leyes de amnistía e indulto cuando no cárceles especiales para
los esbirros responsable de las muertes de tantos y tantos camaradas. Compañeras y compañeros: Nosotros seguimos estando
donde siempre estuvimos, seguimos enarbolando los principios que dieron origen a organizaciones revolucionarias como el MIR,
el FPMR, el MAPU LAUTARO. Desde nuevas organizaciones, colectivos o comunidades, nosotros los viejos y nuevos de esta franja
de pueblo que no acepta arrodillarse ni claudicar no tenemos otro camino que luchar. ¿Quién dijo que todo está perdido? No
vamos a aceptar el apostar al mal menor, el luchar por pequeñas y miserables reformas, por un subsidio mas, por una dádiva que
en nada cambia nuestro carácter de explotados. No vamos ni queremos abandonar el camino de construcción de la verdadera
alternativa del pueblo explotado cambiándola por migajas de participación en ningún circo electoral donde los poderosos juegan
sus cartas, todas a ganador. No vamos a comulgar con ruedas de carreta, por muy ilustre que sean los apellidos que detenten los
operadores del sistema. Al camino de la claudicación oponemos el de luchar para construir las condiciones para la revolución. Al
camino de la subordinación oponemos el camino de la reconstrucción del campo popular y sus organizaciones. Al camino del
mal menor oponemos en de acumular y desarrollar fuerza propia en todos los espacios sociales. Al camino de las maniobras
políticas efectistas oponemos en duro y tenaz trabajo por reconstruir conciencia política en el seno de las familias, del curso, del
taller, del vecindario, del paking, de la fábrica, de la comunidad, Nosotros, los revolucionarios dispersos, los porfiados, los duros
de mollera, seguiremos diciendo que nuestro único camino es luchar desde y con el pueblo organizado. A construir la fuerza
social, política y material para luchar por la revolución. A construir nuevos 2 y 3 de abril.
TRABAJADORES AL PODER
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Análisis Internacional y Nacional
Trabajadores al Poder
25 de Abril, 2011
Análisis Internacional y Nacional, desde los trabajadores organizados, para la construcción de la
alternativa revolucionaria.
Nos encontramos ad portas de una nueva conmemoración del 1° de Mayo, día internacional de los trabajadores, momento en el
cual por las calles de Chile y el mundo seguramente marcharan y levantaran pancartas miles de trabajadores, bajo la mirada
atenta de los gobiernos de turno y el imperialismo, otros tantos celebraran en sendas fiestas organizadas por los patrones con
los dineros –obviamente- de los trabajadores el mal llamado “día del trabajo”, y mientras nos desbandamos en marchas
céntricas y/o asados con la patronal, la dominación mundial de los ricos y poderosos corre a pasos agigantados y se posiciona en
cada lugar del planeta, donde destacamentos, movimientos, organizaciones revolucionarias o bien las masas espontáneamente
resisten.
1. Crisis, Imperialismo, Guerra.
Desde la explosión de la crisis capitalista del año 2008 -que tiene sus antecedentes a partir del 73-, numerosas han sido las
interpretaciones dadas desde los centros capitalistas, pero también desde los sectores progresistas, democráticos e incluso
revolucionarios, que ponen como centro de esta crisis los “excesos de libre inversión”, “la burbuja inmobiliaria”, “el capital
intangible”, y una serie de términos que más que aclarar las actuales condiciones de desarrollo de la dominación del sistemamundo vienen a darle un espaldarazo a la ideología burguesa y a la lógica neoliberal, en la cual todos los problemas se
encuentran inconexos y más aún si son parte de los poderosos, se recuperarían con “mas inversión y control de los mercados”, y
con nuevas y actualizadas políticas del FMI y el Banco Mundial, que ayuden a perfeccionar el sistema actual y volver a tener los
niveles de crecimiento mundial previos a las crisis.
La moda teórica planteo durante las últimas décadas el fin de la historia, de la lucha de clases y por supuesto del imperialismo.
Foros y encuentros analizaban el “nuevo” papel de la ONU en el concierto internacional y como las relaciones democráticas entre
los estados iban a imperar en este nuevo orden mundial. Claro, que hay varios elementos que se olvidaron y estos tienen
relación con la lógica depredadora del capitalismo, la necesidad imperiosa de conquistar nuevos mercados para sus bienes y
servicios, y continuar desarrollando sin contrapeso el Complejo Militar Industrial (CMI) como forma de acrecentar ganancias,
pero también de control universal mediante el uso de la fuerza militar. Es así como hace siglos fue el oro, la plata y los esclavos
lo que movió por todo el mundo flotas de barcos ingleses, españoles, holandeses, etc. Hoy son el petróleo, el agua, la energía y la
explotación del hombre por el hombre, las nuevas rutas que buscan ser conquistadas por los paladines del estado de derecho y
sus jefes capitalistas. Durante este año, la situación política mundial ha mostrado una continuidad y un cambio respecto a años
anteriores, nuevamente entra en juego el “viejo topo” de la lucha de clases. Entonces cuando analizamos los recientes hechos
sucedidos en medio oriente, y que algunos han bautizado como la “primavera árabe”, no podemos dejar de ver en primer
término la eterna lucha de las sociedades concretas en desarrollo, ya sea por sus contradicciones fundamentales (capitaltrabajo) o por sus contradicciones religiosas, culturales, etc., que se manifiestan en sublevaciones, paros ciudadanos,
insurrecciones parciales, negociaciones y acuerdos múltiples. Que en si misma demuestran la heterogeneidad de las naciones en
cuestión, y por lo tanto sus distintas clases, grupos, facciones que entran en pugna por el control del aparato estatal y
obviamente por los recursos a los cuales pueden acceder a partir de él. Desde los levantamientos en el mundo árabe empezamos
por Túnez, pasando por Egipto y terminando en Libia nos vamos a centrar en el último, porque a nuestro juicio es el que nos
permite sacar mayores y mejores conclusiones para los que hoy estamos apostando a construir un proyecto político
revolucionario para los trabajadores y el pueblo de Chile. La existencia del Imperialismo y no de uno, sino de varios, es un hecho
irrefutable, que el imperialismo busca subyugar nuevos territorios y naciones para acrecentar su tasa de ganancia, ¡quien lo
podría negar!, que utiliza todos los medios culturales, ideológicos, políticos, diplomáticos y militares para ejercer su dominio,
¡verdad incuestionable!, entonces cuando hablamos de Libia y la situación del mundo árabe, no deberíamos partir
preguntándonos cuál es el rol del imperialismo en este caso. No será ¿que está en disputa la hegemonía geo-política y
económica de la puerta de entrada a medio oriente y las rutas del mediterráneo?, ¿Qué los EEUU y Europa, nuevamente apuestan
a salir de una crisis mediante una Guerra? La invasión a Libia tiene por fundamento la protección de la población civil de los
ataques de las fuerzas del Gobierno de Gadafi. Oposición civil o ciudadana, se le llama a grupos rebeldes armados con fusiles,
cañones con y sin retroceso, tanques y bombas, que representan a distintos sectores (monarquistas, reaccionarios, proimperialistas, progresistas, etc), que hoy se articulan sobre la base de sacar a Gadafi del poder. Supuestamente es la represión
oficialista la que desencadena este conflicto, pero poco se habla de la reservas de petróleo, de la posición geo-estratégica del
territorio Libio, y del reciente apoyo del camaleónico Gadafi a la invasión a Irak, en la cruzada contra el “terrorismo”. El reparto
imperialista del mundo, ha llevado que norteamericanos aliados con una alicaída Unión Europea intenten desarrollar una guerra
de arrase, esto en momentos que la situación Europea es crítica en términos económicos por la sucesiva “caída” de sus países
miembros (Irlanda, Grecia, y ahora Portugal y lo más seguro España e Italia) y la imposibilidad de Alemania de cargar sobre sus
hombros con la crisis. Esto se profundiza con el avance conservador y fascista en diferentes estados europeos como Finlandia. En
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esta misma línea es el posicionamiento del Eje Ruso-Chino, el cual pide negociar con Gadafi con la intención de entrar
económicamente con los mismos fines del otro eje. El punto de inflexión está en la posibilidad de una invasión terrestre y del
desate en el mundo árabe de una posición anti-imperialista y como operarían China-Rusia en este contexto. En este caso China
(que es el mayor colocador de bonos en EEUU) está retirando progresivamente sus bonos y redestinándolos a otros territorios –
Europa y …África extrañamente- como forma de asegurar sus divisas, pero a la vez potenciando el desfinanciamiento progresivo
que sufren las intervenciones militares estadounidenses. Y sin duda para Rusia seria la oportunidad perfecta para volver a
situarse como una potencia gravitante en el concierto mundial. Podemos afirmar sin ninguna duda que la actual situación de
Libia y en general del mundo árabe, tiene relación con la tesis del reparto del mundo por el imperialismo y su rapiña injerencia,
en este sentido la salida que vemos a este conflicto, es la articulación de un bloque revolucionario al interior de estos países,
que logre por una parte desalojar a dictadores pro-yanquis y autoritarismo anclados en años en el poder, con la tarea de la
construcción de la alternativa popular y revolucionaria.
2. Latinoamérica, entre elecciones, avances y retrocesos de la alternativa popular
Los resquebrajamientos en los países identificados parte del Socialismo del Siglo XXI o el bloque bolivariano, vienen marcando el
agotamiento de un patrón de acumulación en el cual la disyuntiva sobre si avanzar hacia el socialismo o generar una
restauración oligárquica están a la vuelta de la esquina. Esto tiene una serie de explicaciones. Una es la propia naturaleza de
estos procesos y las fuerzas que agrupan, en el caso de Venezuela, la alianza Chavismo, izquierda tradicional y los militares, que
generan un caldo de cultivo para el caudillismo y principalmente para las posibilidades de avanzar en un programa más
profundo de transformaciones. Hay algo que la izquierda suele obviar y es el tema económico, por cuanto el proceso venezolano
requiere de una potente caja para solventar los programas sociales con los que logra mantener adhesión en muchos sectores de
la población, esos recursos son finitos y no tienen posibilidad de acrecentarlos sino es con estatizaciones o expropiaciones
agrícolas de gran escala. Y por lo tanto el foco se está moviendo hacia algún tipo de entendimiento con los sectores de
oposición para poder entregar más financiamiento. Esto esta cruzado por las contradicciones que se están generando dentro del
movimiento popular venezolano, con sus sectores más conscientes y la posibilidad de tomar una ofensiva popular hacia la
profundización del proceso o su estancamiento, lo que abriría sin duda un complejo escenario. La situación de Bolivia está en
uno de sus momentos más complejos, debido a las profundas fracturas entre el gobierno de Evo Morales y el movimiento
popular. En este sentido hay que ser bastante claros y poner en perspectiva que el programa del MAS (movimiento al
socialismo) no es un programa de carácter revolucionario, sino estuvo puesto siempre en cambios a la constitución y una nueva
ley de hidrocarburos, los cuales aprobados dejan al gobierno sin iniciativa y tiene que entrar a navegar en las aguas de los
poderosos. La situación se está extremando, por un lado el movimiento popular liderado por la Central Obrera Boliviana está
exigiendo a nivel local y nacional mayor participación en las decisiones políticas, pero principalmente y es donde duele, en la
aplicación real de las 8 horas de trabajo y un aumento sostenido de los salarios, lo cual afectaría directamente a los grandes
capitales mineros que se encuentran sin mayor problema en Bolivia, y por el otro el Gobierno tratando de buscar acuerdos de
“unidad nacional” en razón a la legitima demanda marítima que sostienen con el estado chileno, agrupando tras de sí a lo más
rancio de la oligarquía boliviana, todos ex presidentes derrocados por el movimiento popular, lo cual ha generado el rechazo de
este último, por considerar estas alianzas contrarias a las orientaciones del proceso. No es sorpresa para nadie, el rol que cumple
la socialdemocracia europea a través de gobiernos y ong´s, y esto tiene que ver con posicionar los temas culturales, ancestrales,
etc., por sobre la principal contradicción de la sociedad capitalista (capital/trabajo) que se hace manifiesto en la lucha de clases
boliviana. Podríamos afirmar que Bolivia se encuentra en una situación pre-revolucionaria en la cual las fuerzas populares están
pasando a la ofensiva, es de esperar que el gobierno de Evo Morales y sus aliados estén del lado del pueblo en los momentos
decisivos. Cuando mencionábamos de reacomodos entre los bloques, nos referíamos específicamente a la situación de las
elecciones en Perú, donde las dos fuerzas nacionalistas representadas por Humala y Fujimori han logrado pasar a segunda vuelta,
dejando atrás a los sectores tradicionales de Toledo, Kuczynski y el APRA. Varios sectores han planteado el triunfo momentáneo
de Humala como un avance para el progresismo o para la izquierda latinoamericana, lo cual a nuestro juicio no puede estar más
equivocado, a razón del historial y del proyecto sustentado por el nacionalismo militar latinoamericano, y su cuadratura
oportunista a ciertos proyectos políticos, no es menor recordar el caso de Lucio Gutierrez en Ecuador hace algunos años, quien
llego con amplio respaldo popular y termino disparando contra maestros e indígenas. La situación peruana es compleja, en
términos económicos presenta el crecimiento más pujante de la región durante la última década, con un promedio de un 7%, lo
cual a ojos de estas elecciones el aprismo fue incapaz de canalizar ese crecimiento, porque claramente los trabajadores peruanos
no han visto nada de este crecimiento, al contrario se ha visto intensificado la represión y la corrupción a todo nivel. A nivel
internacional un posible triunfo de Humala en el balotaje viene a romper el eje conservador Colombia-Perú-Chile-México e
instalar un nuevo aliado al proyecto reformista de Chávez, lo cual de acuerdo a la situación actual habría que analizar en
profundidad a quien sector le conviene en realidad.
3. Chile, entre la legitimidad de los poderosos, su proyecto hegemónico, y la corrupción que los unifica.
A más de un año del quinto gobierno del bloque en el poder, la legitimidad por arriba ha estado marcada por el afianzamiento
en su rol de gobierno y en la vocación de poder de mantener el control del ejecutivo por lo menos por otro periodo. En este
sentido todas las salidas de protocolo o piñericosas, que han sucedido durante este año, no afecta en lo más mínimo al gobierno
y solo sirven para las respuestas farandulescas de la concertación y para titular de un u otro pasquín de izquierda. Mientras
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progres y conversos se mofan de las taras del presidente, Ricos y Poderosos hacen festín con ganancias estratosféricas
principalmente en la banca y la minería privada, profundizando los niveles de explotación en el retail y en la subcontratación de
los sectores estratégicos, principalmente en la exportación. La RN y la UDI, cual matrimonio están aprendiendo a convivir en
casa propia, los conflictos son propios de dos proyectos que tienen que aunarse para mantenerse en el poder, como
históricamente ha sido, los sectores conservadores han tenido diferencias menores en el ámbito valórico, pero una adscripción
irrestricta al sistema de dominación capitalista. Sin embargo, los acuerdos estratégicos están intactos, los resquebrajamientos de
los liderazgos y del foco del proyecto dominante, ponen en tela de juicio los acuerdos de gobernabilidad que pueden sustentar
la coalición por el cambio durante este periodo. Ninguna crisis por arriba derribará, ni destruirá al bloque en el poder, si los de
abajo no los botamos. En el caso del gobierno, el presente año ha estado cruzado por los reacomodos internos en función de
sendos casos de corrupción (JVR, Matte) y por el abordaje de la vieja guardia derechista (Longueira, Novoa) en detrimento de las
posiciones de poder personales de Piñera. Con respecto al tema de la corrupción, no es algo que se le puede achacar única y
exclusivamente al gobierno actual, sino es un continuo que está presente desde la época de la dictadura (Caso Riggs, la cutufa,
pinocheques, etc), siguiendo en los gobiernos de la concertación (venta de armas a Croacia, caso Mop-Gate, Integra, programas
de empleo, Transantiago, etc), y que en el gobierno de la coalición marcan el mismo camino (Intendencia Biobío, Ley Sep,
Kodama, Reconstrucción en general). En esta línea las declaraciones de Camilo Escalona (PS) son claras, “la ampliación de las
políticas públicas durante los últimos veinte años, ha permitido a los privados encontrar resquicios en nuestra legislación y
fiscalización”. ¡Que sinvergüenza mas grande! Si precisamente todos los casos de corrupción están anidados en empresas,
consultoras, ONG y fundaciones en las que participan los mismos miembros de los partidos políticos tradicionales. En la pura
gestación de recursos para las campañas electorales se encuentra el germen primario de la corrupción, en la asignación
discrecional de recursos en los municipios para mantener su clientela política, en los lobby de las grandes empresas para ganar
licitaciones y acrecentar sus ganancias esta su génesis. El capitalismo y los capitalistas fuera de explotar hasta la última gota de
sudor al ser humano, destruir el medio ambiente y la naturaleza, desarrollar las guerras de rapiña, mas encima genera los canales
adecuados para la corrupción. No olvidemos que frente al caso Mop-Gate el acuerdo nacional Lagos-Longueira permitió dar una
amnistía a los hechos de corrupción del gobierno laguista. Hoy, las repercusiones del escándalo en el MINVU con el caso Kodama,
tiene como primer costo la salida de la ministra Matte, quien en un supuesto gesto de “grandeza al país” daba un paso al lado y
renuncio a su cargo. Esto efectivamente para descomprimir el nivel de presión hacia el gobierno y la posibilidad de develar la
verdadera trama de corrupción en un ministerio tan estratégico como este. De esta forma la figura de la ministra se inmola, y de
esta forma impide que el Presidente salga tocado con este nuevo descalabro de la coalición. Finalmente en el cónclave de cerro
castillo, se definió al mismo estilo que la vieja concertación, una refundación del trabajo y de los equipos de gobierno. Si bien en
estos dos últimos escándalos son militantes UDI las que han salidos de su cargo, este es el partido que sale más favorecido en
términos de posicionamiento dentro del gobierno, aumentado su poder en el comité político y en el mapa de las elecciones
municipales del próximo año. La oposición que nunca fue, que otro nombre podríamos darle a la concertación, cuando a
comienzos de este apartado aludíamos al quinto gobierno del bloque en el poder, es precisamente a que entre concertación,
derecha, militares, iglesia y grupos económicos, tienen un proyecto estratégico común y tienen acuerdo en los pilares básico de
la dominación (democracia representativa, modelo económico neoliberal, apertura económica, contrainsurgencia, etc.) El
reacomodo después de un año no siendo parte del ejecutivo, tiene a la concertación en un claro proceso de repliegue, sin
capacidad de tomar iniciativa política y sola esperando las caídas del gobierno para mediatizarlas y tratar de ganarse a la
“opinión pública”, como caudal electoral. Los ejes que marcan el proceso de la concertación están dados por: la imposibilidad de
generar proyecto político real, caudillismo y parcelación de los partidos, y el falso recambio de rostros dirigentes. Con respecto
al primer punto podemos mencionar que durante este último año la concertación ha actuado como vagón de cola del gobierno,
principalmente en materia legislativa, la falta de proyecto político propio ha repercutido en la aprobación de un conjunto de
leyes (educación, royalty) que estando públicamente en desacuerdo, las terminan aprobando ya sea por convencimiento real y/o
por un oportunismo político para no quedar fuera de la escena. En función al segundo elemento afirmamos que la unidad
política de la concertación está dada en función a la administración del aparato estatal , y que por lo tanto ante cualquier
discrepancia con la posibilidad de volver a ser gobierno los liderazgos caudillistas y sus parcelas emergen, no es extraño
entonces, que para los casos de las posibles acusaciones constitucionales (JVR, Matte) el PS haya sido quien frena dicha
posibilidad rompiendo acuerdos previos dentro del conglomerado, esto tiene un punto de inflexión y lo que mencionábamos
anteriormente y que tiene relación con la corrupción y el clientelismo, cualquier pasada de cuentas al gobierno en esta línea,
toca a todos los gobiernos de la concertación, los cuales –al igual que la derecha- utilizan el aparato estatal para repartir a
destajo recursos, forman clientela política y catapultan sus carreras políticas hacia cargos de “elección popular. Otro punto
importante a mencionar, es la falacia de los cambios en los rostros dirigentes, por cuanto las únicas cartas posibles para dar la
batalla electoral son Lagos y Bachelet, que en el caso del primero tiene ribetes distintos en función de que ya está corriendo la
carrera presidencial desde su fundación y con el documento de apuesta política 7 estrategias para que Chile sea un país
equitativo en el 2030, que marca la hoja de ruta de la socialdemocracia y los sectores liberales. En conclusión los bloques
políticos del bloque en el poder, en términos concretos viven una serie de resquebrajamientos, los cuales no alcanzan para
producir una crisis política. El desarrollo y crecimiento de la corrupción estatal, es un hecho que logra mantener unidos a estos
sectores, pues es la apropiación de recursos un arma para generar clientelismo político y pagar los favores de campaña. La
estructura estatal está diseñada para esta función, con su “focalización de recursos”, los cientos de “programas sociales”, y con
la asignación discrecional de recursos. La confrontación estará ahora en las elecciones municipales del 2012, donde nuevamente
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llenaran de demagogia y falsas promesas nuestros centros de estudio, trabajo y poblaciones.
4. El rol del PC en este contexto
Un largo y sostenido proceso derechización es el que vive el PC chileno, desde comienzos de este siglo y con mayor fuerza desde
la muerte de Gladys Marín, la posición de la dirección del partido ha sido una integración velada a la mesa de los poderosos, a
través de sendos pactos electorales con la concertación y con acuerdos solapados con el gobierno para la preservación de sus
parcelas (acuerdo Mintrab-CUT). No se puede negar que en este partido existe una gran base de militantes honestos y
abnegados, que están presentes en las organizaciones sociales a nivel nacional y que en el sector de los trabajadores (CUT)
tienen numerosa presencia. Pero la pregunta que nos hacemos va en función es que si todo tiene algún grado de beneficio o más
bien de apuesta política concreta para los trabajadores y el pueblo. Y claro está, que hoy la única apuesta por parte del
reformismo es la captación de cargos públicos, y la posibilidad de aumentar su representación electoral, bajo el falso supuesto
de los “cambios progresivos y desde dentro del sistema” que históricamente solo han traído derrota y desilusión hacia el campo
popular. La tesis de la “más amplia oposición”, y del “gobierno de nuevo tipo” no es más que la reedición de las políticas de
frente popular y acuerdo entre sectores supuestamente democráticos para el control del estado. La finalización del congreso de
este partido, da claramente la señal de con quien está su alianza. La apuesta por el centro político por parte del PC, devela
claramente la desconfianza hacia el pueblo y la posibilidad de generar cambios con él, sin duda no podemos pedirle peras al
olmo. La semana pasada culmino el congreso de la CUT, los resultados y participación en este evento no hacen más que
reafirmar el carácter burocrático y alejado de los trabajadores de esta Central, donde se le rinde pleitesía a la concertación y sus
dirigentes y donde no habían más de 300 dirigentes para respaldar el acto. Dentro de las resoluciones están, en el ámbito
orgánico echar para atrás la resolución de voto universal para las elecciones dentro de la central, bajo el argumento de la
inmadurez de los trabajadores, que en términos sencillos es el miedo a una baja participación y por lo tanto la perdida de
“legitimidad “ frente a los poderosos. No es menor que una serie de confederaciones se hayan ausentado del congreso (CTC,
Fetracall) al no compartir la línea ni las formas de trabajo. Es así como en el caso de la CTC una gran cantidad de dirigentes, en
su mayoría comunistas exigieron durante un encuentro de esta organización su desafiliación a la CUT, lo cual fue revertido por
la dirección de esta confederación. En el ámbito político la resolución de denominar el 2011 como “el año de la movilización
social”, no es más que el clásico oportunismo adportas de una elección municipal donde se utilizara a la CUT para el gallito
electoral PC-Concertación. En esta línea las declaraciones de Raul de la Puente de la Anef, conforme a la nula legitimidad y la
escaza fuerza de la Central sin la Anef, ni los profesores es decidor, hoy la Cut sólo logra movilizar a los empleados públicos y
estos, bajo esta conducción no están dispuesto a hacerlo. Frente a esta situación, en algunos sectores y desde hace algún tiempo
se están desarrollando importantes procesos de coordinación y unidad intersectorial, privilegiando la construcción de una fuerza
social, anclada territorialmente y con perspectiva de acumulación de fuerza propia, con el horizonte en el poder popular, dentro
de estos espacios se podría propiciar el desarrollo de una corriente revolucionaria, con capacidad para incidir en local –por
ahora-, preparando las fuerzas para la generación de una apuesta nacional en el ámbito de los trabajadores, ganando para esta
apuesta a dirigentes y trabajadores que bajo la honestidad y una política concreta y correcta, vengan a engrosar las filas de la
izquierda revolucionaria en función de un movimientos sindical constructor, clasista y combativo. Por otra la parta la inmensa
cantidad de trabajadores no sindicalizados da una oportunidad para que las organizaciones revolucionarias realicen una tarea de
siembra en lo cotidiano, para cosechar en un futuro no muy lejano organizaciones de trabajadores que se pongan a la cabeza del
movimiento popular.
5. El Campo Popular
La atomización, la dispersión, el caudillismo, la falta de unidad y proyecto, son elementos a los cuales nos hemos visto
enfrentados durante los últimos 20 años, de todos los intentos pocas son las experiencias que han podido perdurar durante este
periodo sin fracturas, quiebres o escisiones, lo cual marca un cuadro de carencia de iniciativa táctica para el periodo y la
imposibilidad de lograr que cuaje un partido revolucionario. La tesis que sostiene que es el resquebrajamiento del bloque en el
poder un elemento central, sumado al avance internacional de la alternativa bolivariana, ha llevado a muchos sectores a buscar
en la fórmula electoral la salida a la crisis política de la izquierda, es así que apuestas federativas, igualitarias y pro-humanistas,
vienen a llenar de verborrea de izquierda, con fraseología populista los sectores donde tienen algún nivel de inserción. Lo que
queda claro es que es el viejo reformismo disfrazado de alternativa popular lo que se está engendrando es algunos sectores del
campo popular chileno. En el ámbito de las organizaciones revolucionarias, el reacomodo que viven estas, están en función de
sus apuestas individuales y la incapacidad de generar proyecto propio y estratégico con una táctica concreta para el periodo. El
progresivo desvinculamiento de las masas y las peleas espurias inter organizaciones, flaco favor hacen a la reconstrucción del
movimiento popular y la posibilidad real de construir un partido para la revolución chilena. Es en esta línea, donde un cúmulo de
siglas, coordinaciones, frentes, federaciones, se diluyen como raya en el agua, al no estar con la vocación y la claridad de dotar al
pueblo de una línea política correcta y no saber retroalimentar el caudal de experiencias que día a día el mismo pueblo genera a
través de luchas parciales, reivindicativas y locales, las cuales sin un proyecto común difícilmente podrán salir del techo que
rápidamente tocan. Las necesidades del periodo corren, con poder dotar a los trabajadores y el pueblo de un proyecto concreto
al cual integrarse y aportar, con definiciones claras, con altos niveles de protagonismo, lucha y organización. Por otra parte
aprender y ensayar escenarios de confrontación con los poderosos desde los distintos frentes, aplicando la organización
independiente, la autodefensa de masas y los gérmenes de violencia revolucionaria. La direccionalidad común de las organización
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tanto sindicales, estudiantiles, de pobladores, medio ambiente, campesinas, etc. En función de la construcción de un movimiento
popular con vocación de poder y que se enfrente desde sus propias demandas al estado, para así -en la lucha- cualificar los
instrumentos y ponerlos en perspectiva de la acumulación de fuerza social revolucionaria. La generación de esta alternativa y la
apuesta del desarrollo de un mayor nivel de confrontación contra los ricos y poderosos, no es una pelea que se de en el aire ni
de forma neutral. El estado burgués y todo su aparato de dominación operan de forma única cuando se trata de defender los
intereses de la clase dominante. No dudan ni por un minuto en romper la “supuesta" separación de los poderes del estado” del
cual tanto propugnan derechistas, concertaciones e izquierdistas conversos, cuando se trata de golpear a algún sector que
represente algún tipo de amenaza a su hegemonía o ponga en riesgo el sacrosanto estado de derecho. En este sentido la
designación del ex fiscal Alejandro Peña, en un cargo de vital importancia en el Ministerio del Interior, como jefe de la división de
estudios, encargada de mantener información relevante del crimen organizado, y la supervisión de conflictos sociales, sindicales
y políticos, lo cual despertó la indignación incluso del Presidente de la Anef, Raul de la Puente, esto viene a confirmar una larga
historia, donde por sobre las justificaciones judiciales de encausamiento del montaje del “caso bombas” , prima la generación en
un primer momento de una “sensación” de actuación frente al crimen organizado, para posteriormente y una vez legitimado
frente la “opinión pública”, se procede a la judialización y represión como herramienta de control social. Es así como en el “caso
bombas” se articuló una colusión entre los diferentes poderes del estado para asestar un golpe a grupos anarquistas. Este
proceso es bastante más amplio y contiene varias políticas propias del estado contrainsurgente, que van desde la generación de
leyes (maltrato de obra verbal a investigaciones y carabineros), montajes judiciales (caso bombas, machetes en la usach, etc) y la
infiltración y represión constante de todo tipo de manifestaciones, ya sean reivindicativas, políticas, e incluso en la última
semana religiosas. Consecuente con esto, la situación de los presos políticos mapuche en huelga de hambre, es otra
manifestación de cómo el gobierno, borra con el codo lo que escribe con la mano. Los cuales de haber depuesto la huelga de
hambre el año pasado, con el compromiso de la no aplicación de la ley antiterrorista, han pasado nuevamente a esta situación,
dado las excesivas condenas a las cuales son expuestos, superando los 20 años de prisión en el caso de Hector Llaitul. En este
sentido es importantísimo articular la más amplia solidaridad con los procesados por los montajes judiciales y con las huelgas de
hambre de los presos políticos mapuches y anarquistas, para lograr su liberación, develar los montajes y mostrar el real carácter
del estado contrainsurgente. Pero sin duda la gran tarea, y el mejor aporte que podemos realizar hoy los revolucionarios, es
sentar las bases materiales para la construcción de un poderoso partido revolucionario de los trabajadores.
Construyendo y Luchando para VENCER: ¡TRABAJADORES AL PODER!
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Saludos por Primero de Mayo
Trabajadores al Poder
27 de Abril, 2011
En este 1° de Mayo, deseamos entregar un afectuoso y revolucionario saludo a todas y todos los trabajadores que día a día
venden su fuerza de trabajo y también a quienes pudiendo hacerlo, se desviven entregando curriculum en las oficinas de los
siniestros departamentos de RRHH, como ejercito de cesantes del capitalismo.
Trabajadores y Trabajadoras que al igual que millones en el mundo, no ven retribuido el esfuerzo y sacrificio diario por dar
mejores condiciones de vida a sus familias, en el cual la precarización laboral, las jornadas extenuantes, la subcontratación, los
“contratos” a honorarios, los “tratos” en sector agroexportador, la inseguridad laboral, etc. Consumen de manera acelerada
nuestras vidas y hacen engordar y enriquecerse de manera grotesca a Patrones y su ejército de sanguijuelas.
Hoy, cuando conmemoramos la muerte de los trabajadores de Chicago, vemos que su principal reivindicación, la jornada laboral
de 8 horas, ha sido sistemáticamente abolida por los sucesivos gobiernos del bloque en el poder, ¿Quiénes aparte de gerentes y
empresarios puede decir que trabaja ocho horas diarias en Chile?, ¿Son ellos los que se levantan a las 6 de la mañana para volver
a sus hogares pasadas las 8?, ¿Quiénes somos los que finalmente producimos y generamos las riquezas?, la lista de preguntas
podrían ser muchas, pero la respuesta es una sola, en este sistema existimos los que trabajamos y los que se apropian de
nuestro trabajo.
En Chile, vemos como un puñado de ricos y poderosos en alianza con el imperialismo ostentan del poder económico, político y
militar. Familias como los Luksic, Angelini, Matte, Solari, son amos y señores en el sector agroindustrial, forestal, financiero, retail
y comunicaciones. Se han hecho dueños del país y de nuestras vidas, hacen leyes a su conveniencia y por cada peso de impuesto
que pagan, ganan diez. Los trabajadores respondemos con negociaciones colectivas, huelgas legales e ilegales, sabotaje de
maquinaria, sacar la vuelta, etc. Pero esto no nos asegura en nada la posibilidad de generar cambios ni de mejorar nuestras
condiciones de vida.
El 1° de Mayo, no debe ser un día de fiestas, ni de llanto, este día debe y tiene que servirnos como clase para revisar nuestra
organización, para fijar mejor la puntería, para construir sindicatos clasistas y combativos, para fortalecer la unidad, para
coordinar y proyectar las experiencias, para sembrar luchas que cosecharan victorias. Este 1° de mayo tiene y debe servir como
otro pequeño paso en la ardua y dura tareas de construir y acumular Fuerza Social Revolucionaria, Este 1° de mayo, los
trabajadores y el pueblo debemos y tenemos que volver a ser el foco del proyecto revolucionario, Este 1° de mayo: debemos y
tenemos desalojar a oportunistas, burócratas y traidores de nuestras organizaciones sindicales, Este 1° de mayo debemos y
tenemos que aportar a la construcción de un Partido Revolucionario de los Trabajadores para la toma del poder y el socialismo.
Construyendo y Luchando para VENCER: ¡TRABAJADORES AL PODER!
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...Eppur si Mouve...
(y sin embargo se mueve)
11 de Mayo, 2011
El 22 de Julio de 1633, la Iglesia Santa María sopra Minerva, a través del Tribunal de la Inquisición condenó a Galileo Galilei a
arresto domiciliario, impidiéndole proseguir sus trabajos académicos. El gran crimen de Galileo fue sostener que la tierra no era
el centro del universo y enseñar que un conjunto de planetas giraba en torno al Sol.
Años después, el pintor español Bartolomé Esteban Murillo lo retrató en un calabozo y la frase “ Eppur si mouve” (y sin embargo
se mueve) generándose toda una leyenda respecto a la resistencia y porfía de quienes no aceptan la imposición de “verdades”
fabricadas ex profeso para mantener intereses y privilegios. Algo similar al invento del “eje del mal” y la lucha contra el
terrorismo del imperialismo norteamericano que esconde las operaciones para apoderarse del petróleo, agua y mercados a
escala planetaria, o en las versiones “rasca” y piñuflas chilenas como el “Plan Zeta” (supuesto plan de Allende para matar a sus
opositores que fue enarbolado para justificar el golpe de estado del 73) y ahora el “caso bombas” que finalmente se ha
desmoronado hundiendo al poder judicial, a fiscales y al Ministerio Publico en disputas y acusaciones cruzadas.
“Eppur si mouve” es el inicio de la resistencia activa. Es el rezongo originario, la rabia mezclada con miedo, la frase mascullada
ente dientes porque aun domina la impotencia, cuando aun no existe la determinación de luchar, de resistir, de enfrentar a o los
poderosos.
Y en el Chile actual son muchos los indicios que nos muestran que estamos transitando desde el “Eppur si mouve” a formas de
rechazo a la dominación capitalista, cada vez más francas, activas y de confrontación.
Un juez, con inusual valentía declara a los cuatro vientos que las pruebas presentadas en el “caso bombas” son argumentos de
sociología barata, de cuarta categoría y pone en libertad a la mayoría de los detenidos por este “caso”. Una magistrada de otro
tribunal declara ilegal la acción de detención de los manifestantes que reclamaban por la aprobación del proyecto Hidroaysen.
En la Octava Región una serie de organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, sindicales, de pobladores se agrupan en una
organización para defender el derecho que les asiste a usar EL AGUA que las grandes empresas están capturando abusivamente
es desmedro del uso para los hogares de la amplia mayoría de la población, caso que se repite con niveles de enfrentamiento
más altos en el valle de Aconcagua.
Si. Definitivamente “algo está pasando” y la cosa se mueve. Estudiantes organizándose y coordinándose para desatar amplias
movilizaciones en defensa del derecho a la educación y criticando la educación de mercado, movilizaciones que se suman a las
protagonizadas por mapuches reivindicando sus derechos, a las de los pobladores que hace pocos días marcharon en la capital, a
las manifestaciones y declaraciones de los “terremoteados” de diversos puntos del país que siguen sin recibir el apoyo
prometido y viviendo en condiciones indignas. Se mueve, lentamente el topo de la historia hace su trabajo y comienzan a aflorar
las “verdades verdaderas” de los millares de personas que no gozan en este país de los éxitos de la macroeconomía y que viven
en el endeudamiento, las carencias y sacrificios para obtener migajas de salud, migajas de educación y viviendas miserables. Sin
duda que la esperada y anunciada alza del pan y de los alimentos básicos pondrá otro palito al fuego de la lucha de clases que
parecía apagado por tupidas capas de cenizas ideológicas que impedían a muchos distinguir entre el rescoldo las futuras
llamaradas y que se habían apresurado a dictaminar “sus verdades” acomodadas: que no es o no era posible en Chile levantar un
programa de lucha consecuente en función de los intereses populares y que simplemente había que aceptar el marco
institucional impuesto por la dictadura.
Parafraseando la Segunda Declaración de La Habana, “nos consideraba rebaño impotente y sumiso; y ya se empieza a asustar de
ese rebaño” y por ellos la ciudad sitiada para el Primero de Mayo, por ello el poder reajusta el Ministerio Publico y se apresta a
utilizar nuevos métodos en su objetivo de criminalizar la lucha y protesta social, conscientes de que deben frenar ahora al
movimiento popular, en momento en que se gesta una nueva etapa de ascenso de las luchas populares. Por eso es que se
avisora una jornada de fuertes movilizaciones para el 21 de Mayo, preambulos de un objetivo mayor que comienza a visualizarse
y discutirse en algunos circulos: la convocatoria a Paro Nacional.
Es cierto que una golondrina no hace verano, entonces la tarea es que vuelen y se desplieguen nuevas y muchas golondrinas.
!TRABAJADORES AL PODER!
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Mayo de Luchas: ¿Nuevo brote esporádico o el inicio de un proceso de ascenso de
la lucha de masas?
24 de Mayo, 2011
Aun no termina el mes de los trabajadores y está claro que ha sido movido en todos lados. Como hacía tiempo no se expresaban
en lucha y en la calle, con diversas formas, miles de personas y en distintas localidades. Movilizaciones pacíficas, lucha callejera,
huelga de hambre de los presos mapuches, marchas multitudinaria, piquetes reducidos, cacerolazos, toma de carreteras y
puentes. Lucha para impedir la instalación de Hidroaysen, lucha en defensa del agua de los pozos que grandes empresas
absorben robándola a pequeños agricultores, lucha por la libertad de los presos, lucha contra la instalación de antenas, represas,
empresas contaminantes, lucha contra la educación de mercado, luchas en contra de juicios arbitrarios, lucha de trabajadores
por sus reivindicaciones y en contra de las burocracias sindicales, impulso de comités amplios, coordinadoras, redes, mesas
políticas. Mosaico de movilizaciones y movidas que surgen desde abajo, mientras los poderosos intentan a toda costa
mostrarnos un país domesticado, dócil, e imponer su agenda mediática: la cuenta publica del gobierno, la discusión del postnatal
y las mochas intramuros del parlamento entre los que administraron el modelito neoliberal y nos impusieron termoeléctricas,
Hidroaysen, educación de mercado y que ahora se dan vueltas de carnero para “estar con las masas” y los patrones en el
gobierno que intentan revertir el descrédito ascendente, la pérdida de respaldo ciudadano y que puntualmente parecen estar sin
mucha iniciativa recurriendo a lo de siempre: el garrote y la represión.
Cuatro imágenes para recordar:
La primera, Lagos, el socio más importante de Concertación Limitada, consecuente con toda su gestión anterior sale a apoyar
el proyecto Hidroaysen un día, para darse vuelta de carneros al día siguiente. No es para la risa, es patético como trata de seguir
su conducta de servidor de las grandes empresas (recuérdese que la energía eléctrica que consume la ciudadanía en un
porcentaje ínfimo comparado con la energía que requieren los megaproyectos de explotación minera) y al mismo tiempo quedar
bien con los “potenciales electores”. Nunca quedas mal con nadie, fue éxito de Los Prisioneros. Pero canción repetida es canción
podrida.
La segunda imagen es la de un señor que dice ser Ministro del Interior que promete un día que no se usarán bombas
lacrimógenas para reprimir las movilizaciones y al día siguiente las autoriza sin asco alguno. ¿Se asustó por la sentencia del
Juzgado que ordenó liberar a todos los detenidos de las primeras manifestaciones y que señaló que Carabineros se excedía en
sus funciones? ¿Se asustó al saber el poder de las bombas usadas? ¿O quizás tuvo temor que los astros de las ligas mayores
(Maraco Obama y Cía) instalaran un paragüa protector de la ciudadanía movilizada tipo Libia con bombardeos y tanque
incluidos? Lo que está claro que el “sistema democrático chileno” permite todo tipo de discusión entre honorables que “nos
representan” en las tibias salas del parlamento, pero reacciona con toda violencia frente a quienes intentan expresarse
directamente, sin representantes que se venden, se dan vueltas de carnero, que participan de los mismos negocios que se
suponen fiscalizan o sobre los que legislan.
La tercera imagen es de Panquehue. Pueblito que está cerca de donde el diablo perdió el poncho, un poquito más acá de Los
Andes. En una carretera donde penan las ánimas la cosa está que arde: centenares de viejos, viejas, cabros chicos, temporeros,
familiares de mineros enfrentando con barricadas, fogatas, piedras y chuchadas al grupo móvil que va a desalojarlos porque
reclaman AGUA porque las grandes empresas están secando sus escuálidos pozos. Pelea como la de Camarones, de todo un
pueblo -chico por lo demás- grande en decisión y fuerza. Y que luchan por sobrevivir. Nada más ni nada menos. Luchan porque
para ellos el modelo económico exitoso para el puñado de ricachones de este país los está conduciendo simplemente a la
muerte. Dramático, pero más que real.
La cuarta imagen: Un joven en Valparaíso en medio de la nube toxica lanzada por quienes son pagados por todos los
ciudadanos para protegernos. Usa un vestido de mujer. Con toda calma salta las vallas de contención, se desnuda y corre hacia
los xilones, todo plástico, cascos, palos y armas ellos, los duros, aguerridos. El simplemente desnudo, sin armas, a cara
descubierta, sonriendo, simbolizando quizás que nos tienen empelotados ya con toda su dominio y explotación, simbolizando
quizás lo que rezaba un gran lienzo: ¡CHILENOS: LA CONTIENDA ES DESIGUAL! Palabras dichas por el héroe cuya gesta se
conmemora el 21 de mayo.
Para muchos, las movilizaciones actuales son causadas por una determinación política de la Concertraición, reforzada por el
Partido Comunista, que buscan retomar una iniciativa política perdida hace ya mucho, con miras a las próximas elecciones. Una
especie de retorno a los años de la Asamblea de la Civilidad y el MDP, en la época de la dictadura, donde lograron conducir al
movimiento de masas a la salida negociada y pactada que finalmente los ubicó en el Gobierno y de paso en pingües negocios y
empresas. Para otros, es la irrupción de formas de lucha “ciudadanas” asumiendo temas “nuevos”, quizás “modernos” como son
el tema ambiental, la discusión sobre la matriz energética, la defensa de la Pachamama, y similares. Se estaría, de alguna manera
señalando la irrupción de nuevos actores, de nuevas temáticas que buscan como objetivo último, no transformar el capitalismo
ni la revolución social, sino hacerlo más humano. Lo cual, se sostiene, explica que se sumen multitudes que no quieren
revolución, ni transformaciones sociales profundas, sino que las ya conocidas reformas al sistema. No faltan las explicaciones
respecto a que estas movilizaciones son por “contagio” de lo que está ocurriendo a escala planetaria: la crisis global que tiene
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expresiones en la disputa cada vez más aguda entre USA y China en el terreno económico, la crisis del Mercado Común Europeo
que tiene en la quiebra de Islandia su máxima expresión, pero no menos gráfica en los problemas de Grecia y pisándole los
talones Portugal y España, todo lo cual está generando movilizaciones como la de “Puerta del Sol”, o similares en Alemania, que
replican las formas asumidas por el mundo árabe en sus movilizaciones. Fenómeno que no es nuevo y que se ha expresado ya en
otros tiempos y otras circunstancias (Mayo Francés, Guerrillas copia de Sierra Maestra, la propagación de los ideales de Libertad,
Igualdad y Fraternidad luego de la Revolución Francesa, etc.) A nuestro juicio, en las movilizaciones de este mes, existe un poco
de todo esto. O mejor dicho, concurren a las movilizaciones todas estas fuerzas y motivaciones. Es más, a propósito de las
movilizaciones en contra de Hidroaysen, se movilizan fuerzas locales que asumen la consigna central pero la ligan
inmediatamente a la reivindicación local, propia o particular, constituyendo un enjambre de reivindicaciones “colgadas” o
“sumadas” a la convocatoria principal. No a Hidroaysen, y contra la educación de mercado. No a las termoeléctricas, pero no
también a las antenas. No a las represas pero libertad a los y las presas. Es la característica de todo movimiento popular que
empieza a desplegarse. Sumar, unir, articular luchas y fuerzas tras un objetivo común. Durante muchos años hemos visto en
Chile un movimiento popular que lucha episódicamente. ¿Quién no recuerda la lucha de los mineros de Lota? ¿De los pescadores
artesanales? ¿De los funcionarios de las AFP? ¿De los deudores habitacionales? ¿De los Sin Casa? ¿La “revolución” de los
pingüinos? Visto desde lejos, se trata de un sector social que arremete con todas sus fuerzas contra el Gobierno y el Estado, que
luego es llevado a la mesa de negociaciones, se descomprime la radicalidad, se entregan soluciones parches y sería todo. Hasta
que otro sector se moviliza frente a la indiferencia (o a lo sumo una declaración de solidaridad) de los restantes sectores. Las
lecciones comienzan a ser aprendidas, principalmente en regiones. Nunca más solos comienza a tomar cuerpo y se sacan del baúl
de los recuerdos formas organizativas que fueron en el periodo 70-73 la máxima expresión de poder popular, pero al mismo
tiempo de democracia interna: las coordinadoras que tuvieron su bautizo de fuego en los años de lucha contra la dictadura. No
se trata de las coordinadoras “mulas”, esas constituidas por tres o cuatro grupos políticos locales que conforman una “mesa
política” y que entre cuatro paredes deciden que se hace y que no se hace. Se trata de coordinadoras de organizaciones sociales
reales, que debaten y toman acuerdos en Asambleas donde cada miembro de la Asamblea tiene un voto y ejerce su derecho en
discusiones abiertas donde los diferentes partidos pueden exponer su opinión, pero nunca decidir porque la soberanía radica en
la mayoría que asume posiciones debatiendo, creciendo en el debate, asumiendo colectivamente lo que se hace y no se hace, y
no es mero receptor de ordenes o “máquinas” que se imponen. Es el tipo de organización que permite resolver la lucha por las
reivindicaciones concretas, pero al mismo tiempo permite crecer políticamente a todos los integrantes de la asamblea, es este
tipo de organización el que permite que las organizaciones políticas presenten sus propuestas o proyectos directamente a la
gente y que se debata abiertamente la política concreta y no las declaraciones de principios o la propaganda de tal o cual
bandera. Es esta instancia la única que puede permitir converger y unir realmente a los revolucionarios en una praxis concreta,
ganándose el respeto de los miembros de la asamblea o de la organización que tienen o no militancia política. Es la instancia que
permite incorporar a la lucha a las decenas y quizás centenas de ex militantes que hoy no reconocen orgánicas, cansados del
debate estéril entre iluminados. Respondamos la pregunta inicial de éste artículo: estamos frente a un momento de algidez del
movimiento de masas, de inquietud, de efervescencia. Es un momento como otros ya vivido en las últimas décadas, pero que se
da en un contexto que potencialmente puede hacerlo crecer a una etapa de despliegue y de ascenso de las luchas. Confluyen
hoy en él diversas posiciones y motivaciones, así como formas de lucha todas las cuales deben ser alentadas. Dependerá de los
revolucionarios y su despliegue dentro de este movimiento el carácter que tome, existiendo hoy condiciones de mayor
articulación a partir de las declaraciones de unidad y convergencia que muchas organizaciones políticas vienen manifestando y
existiendo los mecanismos orgánicos para ello: las coordinadoras de fuerzas sociales y populares. La democracia directa, la
asamblea y la movilización amplia recogiendo el máximo de demandas son las claves. Pero claramente este es un aspecto de la
lucha revolucionaria, porque todos sabemos que la represión trabaja y no hay que regalarle nada. A buen entendedor, pocas
palabras.
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¿Quo Vadis?
(¿Quo Vadis?: Quien es, Donde va. En chileno: pa'onde va la micro)
13 de Junio, 2011
“ El modo de producción de la vida material condiciona los
procesos de la vida social, política e intelectual en general.
No es la conciencia de los hombres la que determina su ser,
sino al contrario: es su ser social el que determina su
conciencia.” (Carlos Marx, Contribución a la crítica de la
economía política)
En nuestro último artículo, nos preguntábamos sobre el carácter de las movilizaciones que se están desarrollando en nuestro
país, al tiempo que posteábamos acerca de la situación internacional, el surgimiento de diferentes movimientos de resistencia y
movilización de masas tanto en Europa (Grecia, Islandia, España) como en el norte de África, mostrando la agudización de las
contradicciones entre USA- China, el descalabro de la Unión Europea y la estrategia militarista de Estados Unidos pretendiendo
mantener a punta de bombas e intervenciones militares la hegemonía que en el ámbito económico está siendo seriamente
cuestionada. Intentamos en este articulo, con nuevos antecedentes reflexionar sobre las perspectivas internacionales y
nacionales de esta coyuntura, no exclusivamente en el ámbito de conocer las condiciones para el desarrollo de luchas
reivindicativas parciales o locales, sino en la perspectiva más amplia de los escenarios políticos nacionales que comienzan a
dibujarse como potenciales salidas de más largo plazo.
En relación a la crisis económica de USA, vale la pena señalar, simplemente como un indicador más de la profundidad que tiene
esa crisis, que desde la semana pasada las agencias calificadoras de riesgos vienen amenazando con una mala calificación a USA:
La agencia de calificación de riesgo Fitch amenazó hoy con revisar a la baja la calificación que otorga a la deuda soberana de
Estados Unidos si el Congreso no alcanza un acuerdo sobre el máximo permitido de endeudamiento público. La advertencia de
Fitch se une a la que lanzó la semana pasada Moody's, que dijo que si no hay acuerdo en el Capitolio puede poner en revisión su
calificación de la deuda estadounidense para un posible descenso de "estable" a "negativa". Si no se sube el techo en la fecha
prevista por el Tesoro y se garantiza el pago de todas sus obligaciones a tiempo, la calificación de la deuda soberana de EEUU se
colocará bajo observación negativa (RWN)", alertó hoy Fitch en un informe. El Gobierno de Estados Unidos ha pedido a los
congresistas que aprueben una subida del techo del endeudamiento permitido para evitar que el país caiga en mora, lo que,
según los analistas, podría generar una nueva crisis financiera internacional. La agencia añadió que en el "improbable caso
extremo" de que el Gobierno de Estados Unidos incurra en el impago de bonos del Tesoro se procederá a una rebaja de su
calificación del actual "AAA" a "B+". Se suma a lo anterior las noticias de aprobación de una enmienda en la Cámara de
Representantes de USA que excluye a todas las compañías que sean propiedad de o estén afiliadas al gobierno chino de
participar en licitaciones del Departamento de Defensa de ese país es una violación de las reglas del comercio internacional, lo
que viene a indicar el nivel a que están llegando las inversiones de China en USA y al mismo tiempo las barreras defensiva que
USA debe levantar, acudiendo al proteccionismo como medida económica violando las reglas por ellos mismos impuestas en el
comercio internacional. Pero, mas allá de ambas noticias coyunturales, la reflexión mayor es sobre las perspectivas a mediano y
largo plazo que tiene el escenario internacional, escenario que define el comportamiento de las clases dominantes y grupos de
poder en las economías y países que participan subordinadamente en el sistema económico mundial. A nuestro juicio, la crisis se
seguirá desdoblando en diferentes episodios coyunturales que tienen una dirección meridianamente clara: la perdida de
hegemonía económica de USA y un periodo agudo de replanteo de una nueva hegemonía a escala planetaria, que
necesariamente será resuelta mediante luchas económicas, políticas y militares por el control de zonas geopolíticas regionales y
locales, por realineamiento en los bloques USA, China, Rusia, Europa (principalmente Alemania) y el rol de las llamadas
“economías emergentes” en que destaca Brasil y el creciente rol político en la región, como lo fue en las elecciones peruanas. En
este cuadro, estamos ingresando en un periodo de mayor inestabilidad y en la que no existirán certezas, un periodo después del
cual surgirá un bloque triunfante y uno derrotado, con las consecuentes perdidas de poder en los escenarios internacionales,
regionales y locales. Es en ese marco en los que se están moviendo los escenarios políticos locales (nacionales) y regionales,
entre la incertidumbre de sus clases dominantes y el riesgo de asumir posiciones que afecten en el futuro. Lo que no quiere
decir que los poderosos de cada región y localidad no tengan claro que es un conflicto al interior del mismo sistema económico
por cuanto una alternativa diferente (revolución proletaria, socialismo) a escala mundial o regional no tiene por ahora la fuerza
como para convertirse en factor determinante de la coyuntura. Quizás, a modo de hipótesis, esto explica los giros que viene
asumiendo Chavez, que ha privilegiado una política de acercamiento e influencia en Centroamérica (Honduras y la restitución de
derechos del ex presidente) en desmedro de la solidaridad que venía demostrando con fuerzas beligerantes como ELN y las FARC
colombianas. Dicho de otro modo, agrupar fuerzas regionales en torno al eje Venezuela-Brasil para resistir, defender y mantener
autonomía frente a los nuevos escenarios que se aproximan, sacrificando las perspectivas de apoyar las fuerzas revolucionarias
locales y regionales por la estabilidad y defensa de lo ya alcanzado. Problema que no es nuevo y que ya los revolucionarios de
anteaños debatieron en torno a la guerra, contradicciones imperialistas y el papel de las organizaciones revolucionarias (Véase
los debates de Lenin, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht) y la vieja polémica entre Reforma o Revolución). Aterrizando a escala
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nacional esta perspectiva mundial, nos entrega señales, entre otras que intentaremos ver mas adelante, del porque las clases
dominantes chilenas han entrado en una suerte de status quo, de atenuar sus contradicciones y los llamados urgentes a la
unidad nacional que se verifican desde La Moneda en un contexto local de una aguda caída de confianza del gobierno, de los
partidos políticos del poder, de creciente desconfianza de las masas respecto al Estado, de las instituciones y del marco político
y constitucional que se nos ha impuesto. Más allá de las luchas reivindicativas que se vienen desarrollando y que analizábamos
en posteo anterior (medioambiente, agua, salud, educación, vivienda) significativas por la cantidad y simultaneidad en que se
están desarrollando, que potencialmente pueden significar la apertura de un proceso ascendente de la lucha de masas y que
entre en la escena política con fuerzas el actor sometido y dominado que los bloques políticos dominantes quisieran mantener
fuera del escenario, nos interesa observar un solo hecho que nos permite desnudar todo el andamiaje político y económico
existente: el destape de la crisis de La Polar. La Polar era “el” ejemplo que se estudiaba y mostraba de una empresa pequeña,
emprendedora, que crecía a gran velocidad insertándose incluso en países limítrofes con el negocio del retail. Como su slogan lo
dice (Llegar y llevar) sin consultar a los clientes de sus créditos, subía y manejaba a su antojo los intereses, con re-pactaciones
de deudas ficticias, cometiendo dos graves delitos: robar directamente a las personas que habían pactado créditos, mentir al
mercado financiero ocultando el nivel de deudores crónicos existentes convirtiendo, según el mismo modelo que generó la crisis
subprime en USA, los números rojos de deuda impaga en números azules de sujetos de crédito confiables. Por un lado está el
delito directo contra las personas (renegociación impuesta sin acuerdo con los clientes) pero al menos dos fenómenos interesa
observar: ¿Quién en definitiva terminará pagando? Es posible que el lector no sepa que son las AFP, entre otras, las que invierten
el dinero de los trabajadores en La Polar y que serán justamente las AFP (o sea los usuarios del sistema, los trabajadores) que
verán sus ahorros afectados. Por otro lado, la pregunta del millón y que nos permite develar un poco más como funciona el
sistema: ¿Quién controla esto? ¿Donde estaba la superintendencia? Donde están los sistemas de control del Estado? Al igual que
en el caso de la “colusión” de las farmacias o en los miles de negociados destapados durante estos años, existen solo para pagar
el sueldo a funcionarios pitutos de los partidos políticos del sistema, pero no para defender los intereses de las mayorías. Porque
en verdad el sistema esta fabricado precisamente por ellos: por los poderosos que no les importa pagar una miserable multa
irrisoria cuando se descubren los negociados. Como LAN que está pagando multas irrisorias al ser sorprendida junto a otras
líneas áreas internacionales manipulando los precios, como los sujetos de Chile Deportes y tantos otros que asumen las ridículas
condenas muertos de la risa, como los empresarios de la construcción responsables del desplome de tantos edificios durante el
terremoto que, care’palo ellos, asumen puestos vitales en los procesos de la pseudo reconstrucción. ¿Y los diputados y
senadores? Por supuesto que harán una comisión y se mataran trabajando para elaborar un informe final que no tiene ninguna
fuerza frente a los poderosos porque los resultados de las comisiones de investigación de las cámaras no son vinculantes, no
tienen poder ninguno, son como SERNAC, un simple saludo a la bandera, sin capacidad ninguna. Interesa develar esto, sobretodo
por las perspectivas de la coyuntura política nacional. Más Estado, gritan algunos. Educación, Salud, Vivienda en manos del
Estado pontifican otros. ¿En manos de éste Estado? ¿De este Estado de los patrones que viene a ser más de lo mismo? Interesa
saber porque ahora, justamente ahora, se plantean movilizaciones desde el reformismo y parte de la Concertación respecto a
demandas que son irresolubles dentro del actual Estado, demandas que siendo justas y necesarias solo se resuelven con una
transformación radical y revolucionaria de la sociedad. Precisando: no se trata de negar que las luchas reivindicativas permiten el
desarrollo del movimiento de masas, de las organizaciones, de la acumulación de fuerzas, pero esto se cumple siempre y cuando
en el proceso de lucha se devele claramente los limites que tiene el modelo y por tanto se gana en conciencia cuando las masas
aprenden que dentro del marco del capitalismo los triunfos y demandas conquistadas son transitorias, que el reajuste
conquistado hoy se diluirá en cuanto suba el IPC, que tras la vivienda conquistada vendrá la lucha por el crédito, la educación, la
salud, el transporte, las horas de trabajo, en definitiva, por mejorar la precaria calidad de vida que el actual sistema nos impone.
Observemos un poco el panorama: Un gobierno que tiene un 36% de adhesión y que va cayendo en picada. Un bloque de
partidos de derecha que lo sostiene que ha entrado en una crisis profunda al punto que Longueira de la UDI señala ante sus
militantes que es un gobierno personalista, que tiene mucha “letra chica” (lo que para los chilenos significa trampas,
condiciones no explicitadas), un gobierno que tiene a RN y la propia UDI en un tarro de la basura en La Moneda (imagen cierta
que uso en un encuentro). Una Concertación que no ha sido oposición, ambigua y trastabillando como Lagos que aparece un día
apoyando el proyecto Hidroaysen y al siguiente condenándolo, que ha perdido significativamente apoyo en las bases sociales,
responsable absolutamente las políticas publicas que hoy las masas cuestionan en educación, salud, medioambiente, pueblos
originarios, vivienda, derechos humanos. En el actual sistema político ambos bloques se necesitan para mantener sus cuotas de
poder, necesitan demostrar que fuera de ellos, fuera del actual sistema político y económico (que también favorece a los
interese económicos de los concertacionistas) no hay alternativa. Necesitan urgentemente relegitimar el sistema político,
necesitan urgentemente recuperar apoyo de base social y esto con plazo fijo: las próximas elecciones municipales. Estas son las
exigencias del poder político: relegitimar un sistema que poco a poco esta cayendo en el descrédito de las masas, relegitimar la
credibilidad en los partidos del poder, y por ello la UDI mueve a sus bases sociales y lanza una manifestación de los patrones del
agro. ¿Y el reformismo? En lo que ellos denominan política “realista” de luchar dentro de la institucionalidad y dentro del
“sistema político” se plantean necesariamente aumentar su presencia en el parlamento, obtener cupos que “alguien” de la
Concertación deberá ceder, incrementar su presencia política en el escenario y tinglado en que se mueven los poderosos. De allí
su interés en participar activamente de las movilizaciones para constituirse en interlocutor y representante de esa fuerza social y
política que hoy no se expresa en el sistema político. Proyectemos un poco los escenarios posibles para los próximos años con al
menos en tres alternativas posibles, todo ello en el marco regional e internacional de mantención y desdoblamiento de la crisis
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global: Alternativa uno: No hay cambios políticos significativos. Se mantiene el desgaste del Gobierno actual, con los bloques
políticos actuales sin grandes modificaciones. Lo que significará un aumento progresivo y constante de las luchas del
movimiento de masas lo que tenderá a una crisis política y social donde el sistema como totalidad sea puesto en cuestión.
Alternativa dos: Se constituye un polo RN-DC-y segmentos del PR, PPD y PS con lo que volvería a constituirse la llamada política
de los tercios (UDI/ Centro derecha hegemonizado por RN y la DC/ Izquierda socialdemócrata y reformista con PPD/sectores PS
y PC arrastrando localmente a todos los que intentan ingresar al sistema político. Alternativa tres: Se mantienen las actuales
alineaciones pero con hegemonía en la Concertación de un eje PPD/ PS/ PC., alternativa que necesariamente pasa por un cambio
importante en la conducción y línea del PS (Para Camilo Escalona la prioridad ha sido siempre la alianza con la DC) y que implica
un mayor respaldo y control a nivel de masas para darle seguridad a las clases dominantes que sus intereses profundos no serán
afectados. En estos escenarios señalados, es el proletariado (quienes venden su fuerza de trabajo para subsistir) y todos los
sectores sociales y excluidos, factor determinante. Su capacidad de organización y lucha, su capacidad de mantener la lucha por
sus intereses de manera independiente de los poderosos, los grados de unidad o coordinación que alcance. Y por supuesto, la
capacidad de los sectores revolucionarios de constituirse en un aporte concreto a las luchas, de estar en las luchas
reivindicativas y develar los limites de esta para hace avanzar la conciencia de que solo la lucha por el poder y la trasformación
revolucionaria del Estado permitirá en definitiva conquistar y construir una sociedad mas justa, donde efectivamente se asegure
la educación, la salud, la vivienda, el poder para las grandes mayorías. De ello trataremos en un próximo articulo. (Articulo en
homenaje a los 12 miembros del FPMR asesinados el 15 y 16 de junio en la Operación Albania o Masacre de Corpus Cristi y en
homenaje Charles Ramírez “Beño” miliciano y militante del MIR que cayó protegiendo nuestra retirada en la expropiación del
Banco El Faro de Apoquindo el 22 de junio de 1981).
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Brote Esporádico o Inicio de Ascenso de Luchas de Masas (II)
13 de Junio, 2011
El 24 de mayo publicamos un artículo que llamamos “Mayo de lucha: nuevo brote esporádico o el inicio de un proceso de
ascenso en la lucha de masas” donde discutíamos las potencialidades de las movilizaciones que se estaban desarrollando y otras
que a se gestaban. El 13 de junio, antes del paro estudiantil posteamos el articulo “Quo Vadis” tratando de auscultar el escenario
internacional enfatizando en las contradicciones entre los bloques capitalistas y el surgimiento de un rechazo generalizado a las
medidas económicas que pretenden que sean los pueblos quienes asuman los costos de la crisis. Respecto a Chile intentábamos
proyectar una mirada de mayor alcance respecto a la coyuntura analizando los posibles realineamientos de los bloques políticos
y discutíamos sobre las movilizaciones que están caracterizando la coyuntura: los cambios en calidad y cantidad de éstas, que ya
no se trataba de luchas aisladas por la vivienda, por la salud, por la educación, en contra de la instalación de antenas, lucha por
el agua, el cuidado del medioambiente o del tipo de energía a desarrollar, destacando que nuevas fuerzas tomaban la calle
masiva y coordinadamente: mineros por sus demandas reivindicativas, estudiantes universitarios, aguerridos secundarios,
profesores, trabajadores de la educación en un marco político general de creciente rechazo al gobierno, al parlamento,
contradicciones entre jueces y fiscales, descrédito de la Iglesia, y el destape del robo masivo y los oscuros manejos financieros de
la empresa del retail centrados por ahora en el escándalo de La Polar, hecho coyuntural que es solo la punta del iceberg que
puede rápidamente extenderse a diferentes empresas del retail, de la construcción y en general de todo el sistema financiero
basado en el endeudamiento de las masas trabajadoras para sobrevivir. Escenario que ya confirma las posibilidades de un
ascenso más sostenido y que desde ya lo están avisando los portuarios que preparan movilizaciones para defender los puertos
frente al proyecto lanzado por los poderosos de instalar “puertos secos” lo que condenaría a la cesantía a miles de portuarios y a
todas las personas que dependen de la actividad de los puertos.
Los poderosos, sus partidos políticos, los empresarios y toda la pléyade de instituciones y consultoras que los asesoran
comienzan a asustarse frente a este actor no invitado al escenario político: el pueblo movilizado. Realizan focus group, estudios,
foros. Se reúne la poderosa Confederación de la Producción y el Comercio para analizar el “fenómeno del malestar”, se reúne el
Comité Permanente de la Conferencia Episcopal. Longueira en la UDI, entre gallos y medianoche da su golpe de Estado
preparando sus fuerzas para el distanciamiento de un Gobierno que va en cayendo en picada. Los empresarios construyen su
hipótesis: estamos económicamente tan bien que ahora la gente quiere y demanda más que antes (!!!). Más audaz el sacerdote
Fernando Montes declara que habiendo tal nivel de desarrollo económico, es el reparto de la riqueza, la desigualdad, lo que
genera reacciones explosiva. Y la preocupación cunde porque los poderosos toman nota de que es algo mas profundo: 78% de
personas consultadas señalan su rechazo al sistema político, a los partidos las instituciones. Y desde el diario La Tercera
aventuran que el peligro se evidencia en el descrédito de las instituciones a partir del reconocimiento que el poderoso Eleodoro
Matte hiciera respecto a que había solicitado audiencia al Fiscal nacional Sabas Chahuan…¿Para qué seria? En otra de las tesis de
La Tercera señala que, se trata de una crisis del sistema de representación y explica el malestar bajo la formula “Como nadie
representa mis intereses, que se vayan todos”. Habría que sumar a lo anterior, que la Concertación no tiene posibilidades de
instrumentalizar estas movilizaciones porque existe un convencimiento general, en todos los temas, que fueron ellos los que
manejaron y profundizaron el modelito durante 20 años y son tan o más responsables de las injusticias existentes que los que
hoy administran desde La Moneda. Y el grado de desprestigio puede ser mostrado en un solo botón: el señor Martinez pseudo
dirigente de la CUT que enfrenta a la justicia porque su campaña electoral fue financiada por la CUT, y que para rebalsar el vaso,
se manda una comida con nueve de sus asesores donde gastan más de $600.000. ¿Pueden personajes como estos seguir
engrupiendo a la masa de trabajadores? Sin embargo, entre los sectores sociales movilizados, particularmente entre los
estudiantes, comienza a discutirse la continuidad del movimiento versus las posibles “conquistas” para bajar la movilización.
Muchos actores tienen claro que una parte de quienes se movilizan obedecen a la estrategia de sectores de la izquierda que
buscan mostrar y “representar” esta fuerza para conseguir cupos y espacios en las futuras elecciones. En la orilla opuesta, otros
exigen seguir la movilización hasta la conquista de los objetivos finales como fin a la educación de mercado, al lucro, asumiendo
que cualquiera mesa de negociación solo permite negociar dentro del mismo sistema, que termina por dilatar, contener, diluir
las movilizaciones entregando migajas. En el primer caso, el movimiento terminará como los años anteriores: mesa de
negociación y de manera posterior, retroceso y apatía por un par de años a lo menos entre los estudiantes que se movilizan
pensando que obtendrán resultados determinantes con su acción. Por otra parte, mantener la movilización tras un objetivo que
no se resuelve con la actual correlación de fuerzas porque para ello se requiere una fuerza tal que rompa el modelo político y
económico, cambios en la constitución, cambios en definitiva que la actual fuerza no puede imponer.
Es interesante conocer la opinión de otros sectores estudiantiles, que se han movilizado consientes que la demanda nacional
tiene actualmente limites, y cuya incorporación a las movilizaciones se ha dado sobre la base de ligar demandas locales y
nacionales y apostar en los procesos de movilización a ganar en organización, en construcción de fuerza, en conciencia y
sobretodo en develar los límites del actual estado, los mecanismos que ocupa, y trasladar ese reconocimiento a las bases,
desarrollando por tanto conciencia política de la necesidad de cambios en toda la sociedad. Mismos que, han enfrentado la
coyuntura intentando generar alianzas sociales con trabajadores, pobladores, mineros, u otros sectores sociales. No es menor
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que, en la misma coyuntura ya se comience a replantear un nuevo debate respecto a los mecanismos de conducción de las
luchas, existiendo una fuerte pugna entre quienes intentan resolver la conducción mediante “mesas políticas” y el típico “lobby”
y quienes apuestan a la democracia directa: a la asamblea de bases que discute, que debate, donde los partidos o grupos pueden
exponer su postura, pero que finalmente resuelve por votación directa de sus miembros. Esta no es una discusión nueva. Ya ha
estado presente en Chile en diversos momentos, cuando es el pueblo el protagonista directo. Fue el debate entre trabajadores
en torno al Poder Popular en los años 1972-1973 donde se exigía a los trabajadores alinearse tras el programa de la Unidad
Popular y la dirección de la CUT de ese entonces versus la política de control territorial, control obrero de la producción, del
abastecimiento que surgía desde los cordones industriales, los Consejos Comunales y otros órganos de poder popular. Discusión
que se reiteró en los años de lucha contra la dictadura, pretendiéndose que el MDP y las mesas comunales o sectoriales eran las
conductoras en cada espacio o territorio versus la conducción que emergía en los hechos por las coordinaciones locales que se
daban los sectores antidictatoriales. En alguna medida, la crisis política que sacude a la izquierda a fines de los años 80’ se refleja
en los quiebres de las organizaciones sociales de bases obligadas a “alinearse” respecto a respaldar la salida negociada que
imponía la oposición burguesa o mantener su independencia política como clase y pueblo. A nuestro juicio, justamente una de
las mayores potencialidades de la coyuntura es que, asumido los límites que comporta la lucha reivindicativa y la existencia de
demandas de masas que no son posibles de absorber en el marco del actual estado y de las actuales correlaciones de fuerzas, se
puede acumular fuerza en el plano orgánico, en el plano de las experiencias de lucha acumulada y fundamentalmente en el
develar el carácter del estado, sus leyes e instituciones como instrumentos de la dominación de los patrones y dueños del poder.
Acumulación orgánica porque las coordinadoras de organizaciones sociales pueden establecerse en todos los espacios y a toda
escala (local, comunal, regional, nacional) a partir de la definición de un Pliego del Pueblo que recoja las reivindicaciones más
urgentes de los diferentes sectores sociales que estén movilizados y luchando por sus demandas, concretando aquello de la
unidad social de los explotados o dicho de otro modo, entre trabajadores, estudiantes, pobladores, campesinos, uniendo fuerzas
y demandas frente a un enemigo común. Para los revolucionarios de diversas vertientes, estas instancias permiten materializar la
famosa unidad proclamada en decenas de panfletos y declaraciones: se prueba en la práctica concreta sobre la praxis de cada
organización y no tanto sobre tesis políticas derramadas sobre un papel, probando al mismo tiempo en compromiso concreto de
dichas organizaciones no solo con un futuro combate sino con un presente de luchas reales, que sin duda tienen límites, pero
que permiten a las masas reconocer quienes están o no, en definitiva, la consecuencia concreta de los proyectos revolucionarios.
Acumulación de experiencias, porque no existe fuerza alguna que no haya construido su victoria a partir de centenares de
procesos de luchas parciales que permiten aprender a las masas y a las conducciones. No hay libro ni teoría alguna que garantice
capacidades y habilidades en la conducción, tal como no existe ninguna universidad que asegure al estudiante de medicina que
será un buen cirujano o medico. Si bien es cierto la teoría es importante, lo es en función de probarse en la práctica, de hacerse
no solo como “conocimiento” sino como manejo, destreza, habilidad construida para luchar, para organizar, para dirigir una
huelga, una lucha callejera, una negociación, un retroceso ordenado de las fuerzas. Acumulación política porque es en la
Asamblea de base donde se debate abiertamente, donde se reconocen realmente o se desnudan las opciones de las diferentes
corrientes políticas, donde el poblador, trabajador, estudiante aprende directamente respecto a cada propuesta. Es cierto que
estos procesos de democracia directa requieren debates y funcionamientos que implican mucho más tiempo que la resolución
de temas en base a representación política y al estilo de alinear o “cuadrar” las fuerzas detrás de los acuerdos tomados
cupularmente. Lo anteriormente descrito no tiene nada que ve con la postura anti-partido o el llamado “autonomismo” que
niega el rol de las organizaciones políticas. Es evidente que la incapacidad de absorber demandas por parte del actual Estado irá
politizando el movimiento, de modo tal que el Paro Nacional por las demandas sintetizadas en el Pliego del Pueblo se presenta
como un horizonte probable y posible a recorrer por las fuerzas populares, lo que proyecta las luchas reivindicativas a un plano
superior y no quedan en el marco de luchas locales, de carácter gremial o asistenciales y la acumulación de fuerzas puede tener
proyección de carácter revolucionario. En síntesis, y volviendo a replantear lo que señaláramos en posteos anteriores: la apertura
de una fase de ascenso sostenido de la lucha de clases radica en la capacidad de los sectores revolucionarios de sumar nuevas
fuerzas a la lucha, de ampliar la base social, de establecer unidad de lucha con otros actores sociales. Esto necesariamente lleva a
discutir respecto a las formas organizativas a impulsar, siendo las Coordinadoras de Organizaciones Sociales una opción que
permite independencia de clases, autonomía de las organizaciones sociales respecto a dirigencias vendidas u oportunistas, pero
que en definitiva es la lucha concreta la que ira permitiendo abrir nuevos escenarios o procesos de acumulación de fuerzas,
sobrepasando los intentos de quienes pretenden negociar en representación de estas fuerzas en lucha, asientos en concejalías,
alcaldías, senado o cámara de diputados.
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Carta Abierta a un Periodista Amigo (para Andrés Figueroa)
30 de Junio, 2011
Estimado compañero
En medio de mis reflexiones, después de la gigantesca marcha en que nos encontramos esta mañana, tropecé con los garabatos
que me lanzaste porque no accedí a darte un comentario.
Querido Andrés, amigo, hermano, camarada de tantos años y luchas. Créeme que no podía en ese instante. Comprendo muy
bien el papel de los periodistas que como tú, los de Radio Primero de Mayo, los de la Enrique Torres y tantos otros deben
cumplir para llevar a nuestro pueblo las noticias y eventos que los otros periodistas no llevan ya sea porque no pueden editar, o
porque simplemente están vendidos al poder de los patrones ( y no pocos al servicio de la represión).
Tú necesitabas la nota pero yo no podía.
No podía porque mis ojos y mis sentidos están llenos de pueblo. De pelos multicolores, de rostros de jóvenes cantando,
saltando, infatigablemente rebeldes y determinados a derribar la educación de mercado. Mis ojos se habían llenado de los
abuelos que portaban el cartel “Estamos con nuestros nietos”, de los miles de disfrazados, de los rostros de los y las
trabajadoras de la salud, de la educación, de los municipales, de los diversos colectivos. No podía perder ni un minuto porque
quería leer todos los carteles, todos los lienzos, todos los papeles como ese que decía:”soy una madre pobre pero quiero
educación para mi hijo”. Trataba de escuchar todos los gritos, todos los cánticos de esa enorme masa humana que congregaba
casi cuatro generaciones. ¿Cien mil? ¿Doscientos mil? No lo se exactamente pero con toda seguridad los diarios reaccionarios y al
servicio de las clases dominantes intentaran minimizar ese gentío constituido en fuerza, en una voluntad única de lucha contra
la educación de mercado pero también determinada a salir de la pasividad, del estar doblegados. Créeme que sentía en medio de
la muchedumbre las palabras de Fidel diciendo:
“Nos consideraba rebaño impotente y sumiso; y ya se empieza a asustar de ese rebaño…
Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el
Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a
entrar definitivamente en su propia historia…”
Perdóname amigo mío, pero no podía detenerme a hablar contigo en ese momento. La emoción me embargaba porque veía, veo,
a un pueblo entero que comenzando nuevamente a ponerse de pie, como en aquellos memorables tiempos en que
constituíamos comandos comunales, cordones industriales, mercados populares y tantas formas de poder popular para
enfrentar la ofensiva contra revolucionaria que terminó derrotándonos, ese mismo pueblo de las miles de barricadas, tomas de
recintos, huelgas de hambre, acciones milicianas en contra la dictadura.
Si, puede ser que me esté yendo en la volá y las acciones de masas que se vienen sucediendo sean solo golondrinas que no
hacen invierno. (Como dijo una compañera, entonces que vuelen muchas y muchas golondrinas). Pero lo gigantesco de la
marcha convocada por nuestros retoños, los estudiantes secundarios, la adhesión a estas reivindicaciones por parte de tantas y
tantas organizaciones sociales durante tantos días, me hacen pensar que finalmente la lucha de tantos y tantas que cayeron no
ha sido en vano y que ya se está constituyendo nuevamente la fuerza que derribará al capitalismo y construirá el país de las
mayorías explotadas y marginadas. En medio del gentío pensaba en todas aquellas compañeras y compañeros asesinados bajo
dictadura, asesinados bajos los gobiernos de la Concertraición que luchaban por las mismas razones que los miles y miles de
asistentes a la marcha. Pensaba en todos aquellos que en las dos últimas décadas se han levantado a luchar y han estado solos,
ante el poder de los patrones y ante la indiferencia de muchísimos que callaban, bajaban la vista o miraba para el lado. Como no
recordar las luchas solitarias de los mineros de Lota, de los pescadores que llegaron con un bote a las escalinatas del Congreso
enfrentando a la represión, de los forestales y Rodrigo Cisterna, de los viejos del montaje industrial, de los madereros de
Valdivia, de los pobladores de la Toma de Peñalolen, de los bancarios, de las y los funcionarios de las AFP y más cercano en el
tiempo las luchas de mapuches, estudiantes burlados una y otra vez en mesas de negociaciones, en fin. La enormidad de la
protesta en que nos encontramos querido Andrés tiene sus raíces en ese difícil proceso de constitución de un pueblo que se
sacude de cadenas, que ya no confía mas que en su propia fuerza, que no acepta interlocutores, que desprecia a quienes hoy
vanamente intentan y maniobran para “representarlos” en mesas de negociaciones.
Emoción, sentimiento, mucha alegría es lo que sentía hoy al ver a ese “gigante popular” como dirían nuestros amigos del
Lautaro, o la “clase obrera y el pueblo” como diría el inolvidable Miguel Enríquez, “patriotas” como diría Tamara y José Miguel.
Así que, querido amigo, acepta mis disculpas por no haberte dado una declaración para tu trabajo en terreno. Estaba gozando
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de la multitud, estaba sintiendo por todos los poros a ese mismo pueblo que me dio las energía para soportar cárcel,
envenamiento, apaleos y sobretodo la pena de ver tantos tránsfugas después de la derrota, de ver esa izquierda “llorona” que tu
tanto criticabas, a esa izquierda que pretende “representar” al movimiento de masas y que se asusta cuando de verdad esa masa
toma el timón en sus propias manos sobrepasando sus mesas de negociaciones, la política de los consensos, la política del mal
menor y que se juegan por entero en las causas justas y dignas.
Ojalá estas movilizaciones que hemos visto en estos meses se transformen definitivamente en una nueva etapa de mayor
amplitud, unidad y masividad, único camino en que finalmente como pueblo entremos a arruinarles el festín que durante todo
estos años se ha dado la burguesía chilena, el capital extranjero y la cohorte de funcionarios vendidos al capital que tanta
miseria y desesperanza han generado en nuestro pueblo. Han sido los jóvenes, precisamente los que ya tienen claro que no
tienen futuro alguno bajo este sistema, los que están señalando el camino.
Un abrazo grande para ti, que como periodista has sido de los pocos consecuentes en estos años y por supuesto, nos estaremos
encontrando en las luchas populares, porque lo decíamos ayer al salir de la cárcel y hoy lo reiteramos: la lucha continua.
Trabajadores al Poder.
Alma Negra, 30 de junio 2011.
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La Crisis se Profundiza: Amenazas y Perspectivas
08 de Julio, 2011
Las últimas semanas las calles y plazas del país han sido sacudidas por ráfagas huracanadas del movimiento popular. En la capital
como en el más modesto caserío o pueblo, ha comenzado a reventar toda la presión acumulada durante años de dominación por
la fuerza de las armas o por el engaño, la demagogia o el chantaje explicito de lo “realista” o de lo “posible”.
En una seguidilla de acciones, las masas populares han tomado la iniciativa y han avanzado cuestionando elementos claves de la
dominación a partir de luchas reivindicativas que no son absorbibles por el actual modelo ni en lo político ni en lo económico.
Como lo hemos expresado en posteos anteriores la posibilidad de abrir un nuevo periodo de alza de la lucha de masas se está
concretando y por primera vez en los últimos veinte años se está generando una crisis política de envergadura, una fractura en
el sistema de dominación cuyas dimensiones son aún insospechadas.
El gobierno, los politicastros de cuello y corbata, los asesores y voceros parecen no entender lo que está sucediendo y siguen
hablando el mismo lenguaje que ya nadie escucha. Se ha abierto un abismo entre “los representantes políticos” y las fuerzas
populares de distinto tipo, que si bien existía anteriormente, hoy es explicito en tal magnitud que han fracasado todas las
estrategias comunicacionales levantadas desde esa clase política para confundir, seducir, engañar o distraer la atención de esas
fuerzas sociales y políticas en pugna. En paralelo, lejos de bajar o atenuarse las movilizaciones populares, estas continúan, se
diversifican, se multiplican en formas de luchas, surgen contradicciones en el seno del movimiento popular que son debatidos en
espacios asamblearios, reapareciendo con fuerza “el fantasma de Chile”: el poder popular.
Veamos algunos aspectos de la crisis:
El rechazo al Gobierno de Derecha de más de un 60% de la población, según encuesta reciente, que señala al mismo tiempo el
rechazo a la Concertación en un 68%. (Lo que en el actual sistema político binominal genera una crisis mayúscula de rechazo a
los dos conglomerados legalmente aceptados en el escenario político institucional).
La carta del ex presidente de la Democracia Cristiana Francisco Huenchumilla en que reconoce que se está incubando una grave
crisis social y política, el agotamiento de la credibilidad y los múltiples focos de conflictividad social.
La “quitada” de piso en la CONFECH a la representante del PC, Camila Vallejo y la crítica generalizada en el espacio estudiantil y
de trabajadores a los dirigentes que no expresan la voluntad de las bases, lo que ha llevado a una fuerte discusión entre la
concepción del dirigente y la concepción del “dirigente mandatado por asamblea en democracia directa”.
La mantención de las movilizaciones masivas de estudiantes y el rechazo sistemático a las propuestas surgidas desde el
Gobierno y desde diversos actores del poder legislativo, y las perspectivas a corto plazo de movilizaciones de trabajadores
portuarios y del cobre, lo que agudizará aún mas la crisis, a lo que se agrega las numerosas movilizaciones de carácter regional,
local, comunal que se han estado viviendo por otras reivindicaciones y luchas especificas: el agua, las antenas de celulares, los
embalses, los proyectos energéticos, los deudores habitacionales, la crisis en el sistema financiero y el retail generada por La
Polar, entre otras muchas luchas locales y sectoriales. Mas allá del espontaneismo, de las expresiones individualistas de
descontento, rabia acumulada, frustración y desesperación de algunos sectores que pierden de vista el tremendo logro de la
masividad y del carácter de la lucha actual, comienza a imponerse desde las bases, desde las asambleas la necesidad de acumular
fuerzas hacia el territorio articulándose con otros actores sociales, uniéndose o coordinándose para potenciar las luchas,
“prestándose ropa”, apoyos políticos y materiales, surge la certeza de que esa acumulación es al interior de las organizaciones
sociales delineando plataformas de luchas, mejorando las comunicaciones, la participación y toma de decisión democrática,
perfeccionando los métodos de lucha con más planificación, diversificando formas, incorporando autodefensa y resguardo
contra sapos y agentes represivos encubiertos, proyectando escenarios posibles en las luchas para no caer en el espontaneismo
sino darle una perspectiva de mas largo plazo entendiendo que aun existe mucha fuerza social que no ha sido acumulada,
muchos actores que ven con simpatía las luchas pero que aún tienen miedo, muchos que aún no confían en las fuerzas propias
manteniendo la inercia de tantos años de dominación y que solo ven soluciones posibles en el marco del actual sistema político
y que dudan de la posibilidad de ponerlo en jaque y generar su crisis definitiva.
Y es esta última afirmación la que encierra las amenazas que se ciernen sobre el campo popular en la coyuntura:
El hecho de que el movimiento popular haya comenzado a luchar masivamente no significa que los poderosos hayan perdido un
ápice de su poder. Solo expresa que la fuerza del campo popular comienza ha articularse, a buscar unidad social, a expresar
demandas reivindicativas que no pueden ser resueltas bajo el actual sistema. Es un punto de inflexión respecto a muchos años
de luchas esporádicas y episódicas, de atomización y fragmentación. Pero aún existe mucho paño que cortar:
Las clases dominantes mantienen incólume su poder económico y militar. El Estado no presenta fracturas, y a pesar de las
pugnas entre los representantes políticos, los grupos económicos mantienen su cohesión, mismo los diversos aparatos de
dominación entre ellos poder judicial, fuerzas armadas, poder legislativo, iglesias, medios de comunicación, etc. Es cierto que
frente a la coyuntura han perdido iniciativa porque la lucha actual ha estado centrada en enfrentar al Gobierno, por lo que es de
esperar la reacción de la dominación a corto y mediano plazo frente a la ofensiva popular en desarrollo.
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Mas allá del escenario puntual, el tema de la lucha de poder se comienza a instalar y en ese sentido las clases dominantes tienen
fuerzas y diversas posibilidades estratégicas para luchar por mantener su dominio: desde las legales en el campo eleccionario
(está claro que la carta de Michel Bachelet se asoma como posibilidad para resituar una gobernabilidad que se escapa de las
manos) sin descartar opciones bonapartistas, aventuras golpistas o gobiernos de unidad nacional que surjan desde pactos
espurios en que la socialdemocracia y el reformismo obrero ingresen subordinados pretendiendo con ello mostrar avances
significativos del campo popular.
Para el movimiento popular, las amenazas provienen de su propia debilidad orgánica y precariedad. Ya hemos asistido en los
años '80 al proceso en que se montan sobre sus espaldas y sus luchas dirigentes y conducciones políticas que en base al
“realismo” a “la política de lo posible”, a la “política de los consensos” y al propio desgaste generado por la lucha, terminan
subordinando a las masas a los intereses de las clases dominantes.
De allí que sea necesario acrecentar la democracia directa en el campo popular, barrer con los “dirigentes” que negocian a
espaldas de sus bases y en beneficio de sus miserables intereses personales, ampliar las alianzas sociales y construir fuertes
organizaciones en la base, en el territorio, en el sector. Clave en este proceso de acumulación de fuerzas es la clase obrera: el
desarrollo de organización, el barrer con la burocracia, el sacar la lucha por las chauchas que incorpora el pliego que serán
escamoteadas simplemente por el alza del IPC y retomar el papel histórico jugado en otras épocas, dado su extensión, capacidad
y el rol determinante que juegan en el sistema económico como generadores de la plusvalía.
Para los revolucionarios, las exigencias no son menores: enfrentar tres problemas que no ha sido posible superar en estas dos
últimas décadas:
1.
Estar insertos y ser parte constituyente del movimiento popular saliendo de los reducidos espacios de la conspiración y
la reunión interna, del colectivo o el grupo cultural, asumiendo de una vez por todas que el protagonista esencial de un
proceso revolucionario son las masas y no los aparatos orgánicos, ni el panfleto, ni la declaración, ni la consultoría.
2.
Avanzar en procesos de coordinación o unidad más que en la declaración, en la práctica concreta de la lucha de masas
o el desarrollo de proyectos estratégicos. En este sentido, el desarrollar coordinadoras sociales de masas permite que
los revolucionarios más allá de levantar la imagen, el símbolo, la bandera o la declaración, frente a las asambleas y las
bases defiendan los intereses de las masas, se jueguen impulsando las luchas, ganen prestigio y respeto por su
conducta concreta en la lucha y se encuentren codo a codo con otras organizaciones revolucionarias forjando unidad
desde la base, desde la lucha, desde el quehacer concreto.
3.
Finalmente, para todos los revolucionarios se presenta el problema estratégico del proyecto que sustentan a largo
plazo con las movilizaciones abiertas de masas. Pareciera una paradoja, pero en muchos compañeros existe la visión de
que asumir la lucha abierta de masas es “quemarse”, “regalarse al enemigo” (por la existencia de los medios técnicos
que tiene la represión de encuadrar trabajo, de individualizar, de infiltrar, de montar provocaciones, etc.) por lo que
asoman visiones aparatistas, conspirativas, que ven a las masas como “ayudistas” de los protagonistas y no como los
sujetos centrales del proceso de lucha. A nuestro juicio, no hay forma de eludir una contradicción que es real, que
existe: se requiere una organización política revolucionaria que tenga una perspectiva estratégica de largo plazo, mas
allá de la coyuntura y esta organización será siempre el objetivo a derrotar, aniquilar y aplastar por los aparatos
contrainsurgentes. Pero esta organización no puede eludir el desafío: debe crecer entre las masas si quiere representar
efectivamente los intereses de ella, pero al mismo tiempo protegerse. Esa contradicción de estar en las masas y al
mismo tiempo protegerse de la represión, es un problema necesario a resolver si efectivamente se es consecuente con
la prédica de que la lucha es por los intereses de la clase obrera y el pueblo, y no por los intereses o el proyecto de
unos pocos iluminados.
Quisiera terminar este posteo recordando las palabras de un grande:
“Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el
esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de
liberarse en forma pacífica. Para nosotros está clara la solución de esta interrogante; podrá
ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos
ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello, de lograr la libertad sin combatir. Y los
combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de
huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o
tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será una lucha larga,
cruenta, donde su frente estará en los refugios guerrilleros, en las ciudades, en las casas de
los combatientes –donde la represión irá buscando víctimas fáciles entre sus familiares–
en la población campesina masacrada, en las aldeas o ciudades destruidas por el
bombardeo enemigo.
Nos empujan a esa lucha; no hay más remedio que prepararla y decidirse a emprenderla“
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Ernesto Che Guevara, Mensaje a la Tricontinental
A mediano plazo: preparar LA HUELGA GENERAL.
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Espejismos y Despeñaderos
18 de Julio, 2011
No son pocas las personas que, movilizadas activamente y participando de las luchas contra el sistema dominante y por el fin
del lucro en la educación, desde diversos ámbitos, han comenzado a levantar la consigna de luchar por un plebiscito y por
cambios en la constitución. Lo que me recuerda el viejo dicho que mi abuela Ofelia, campesina de Huechun Alto solía decir
cuando algo no la convencía del todo: ”¿Yo? ¡No comulgo con ruedas de carreta!”.
No es nada nuevo que en medio de los escenarios políticos de crisis, de agudización de la lucha de clases, de confrontación,
como los que hemos estado viviendo en el país los últimos meses, surjan los espejismos, las propuestas bien intencionadas que
terminan por confundir, desviar o paralizar las fuerzas populares, tras objetivos que a la larga terminan por ser elementos
determinantes en las derrotas, retrocesos o dispersión de las fuerzas populares.
Recordemos solo algunos episodios de la historia de Chile; como aquella consigna de “¡A elevar la producción!” a fines de
1972, en pleno periodo de una aguda confrontación de clases, cuando las ofensivas de la burguesía arreciaban en contra del
pueblo y los trabajadores, y cuando se trataba precisamente de articular poder popular, acumular fuerzas, desatar una
contraofensiva popular para enfrentar a la burguesía. Por supuesto que había una justificación para el llamado a elevar la
producción y poner tal consigna como central: demostrar a las clases medias y a todo el país que los trabajadores tenían
disciplina laboral y que podían “producir” lo que el país necesitaba a pesar del boicott y los paros patronales.
Como no recordar aquella otra consigna, establecida en el Conclave de Lo Curro que llamaba a “Consolidar para avanzar”
señalando que las tareas del momento no eran la revolución socialista sino una revolución democrático-nacional con
participación de una supuesta burguesía progresista, a la que no se debía asustar (¿) y por tanto había que buscar ampliar la
base de apoyo social, argumento que dio paso en el ultimo periodo de la Unidad Popular al llamado diálogo UP/Iglesia, luego al
diálogo UP/DC, luego al Gabinete UP/Generales y en último término alimentó las esperanzas del propio Salvador Allende que
existía una posible solución a la crisis nacional convocando a…. un plebiscito para el 14 de septiembre del '73, que por supuesto
nunca se realizó porque todas las maniobras anteriores eran parte de la estrategia del golpismo de “amarrar” mientras
avanzaban en su estrategia principal: el golpe de estado para destruir al movimiento popular en todo sentido e instalar la
profunda contra revolución que vivimos hasta el día de hoy.
Como no recordar los argumentos que en medio de la lucha contra la dictadura se plantearon, ojo, no solo desde el
reformismo, sino desde el propio campo de los revolucionarios: que no era posible un triunfo popular, que el movimiento ya no
tenía fuerza (¿No les parece conocido ese argumento?), que el desgaste, que los muchos muertos, que las capas medias, que en
fin, era necesario buscar una salida “democrática”, de consenso, de las amplias mayorías….que era preferible en último caso
“recuperar espacios democráticos en que el movimiento popular iba a crecer, desarrollarse y avanzar”….con lo que finalmente
amplios sectores de masa se volcaron a apoyar la salida negociada con la dictadura e instalar la pseudo democracia que hemos
vivido durante los últimos veinte años. Y esta salida “por el mal menor”, por lo “posible y realista” significó nada mas y nada
menos que la mayor desarticulación del movimiento popular, la fragmentación, la atomización, el desencanto y el retroceso que
permitió a las clase dominantes avanzar sin contrapeso alguno, incluso con el “consenso” y complicidad de quienes desde el
campo popular se convertirían a poco andar en parte importante del sistema de dominación. Obviamente me refiero a toda la
pléyade de ex revolucionarios de la concertación, que a poco andar asumieron también junto a los que centraron su lucha contra
“su exclusión” y que hoy son parte del circo politiquero que ponen los poderosos para entretener y desviar las luchas populares.
¿Cambiar la constitución? ¿Cambiar las leyes fundamentales que determinan el carácter del Estado, de su economía, de su
organización?
Por supuesto que el movimiento popular debe aspirar a eso. Pero para ello hay que tener poder. Para ello hay que derrotar a las
clases dominantes y eso no se logra con plebiscitos ni con votaciones.
Huele más claramente, a intentar sacar a las masas del escenario de confrontación que se ha ido construyendo desde el propio
campo popular, luchando por sus reivindicaciones, para meterlo nuevamente en los espacios y canaletas donde la burguesía y el
gran capital corren con ventajas, donde tienen los millones para invertir en propaganda, el control absoluto de la prensa, de los
medios de comunicación. Escenario ideal donde ellos acumulan fuerza y suman a todos los despolitizados, a los sectores más
atrasados del campo popular, en el escenario donde vuelve a predominar el clientelismo político, la compra de votos, el acarreo.
¿Para que buscar ese escenario que puede terminar peligrosamente en nuevas derrotas, letras chicas, leyes y compromisos de
amarre, escenario predilecto precisamente de los dirigentes sociales y sindicales burócratas, vendidos, que hoy son los
adversarios a remover.
Y supongamos que esto fuese posible, igual que lo fue el Gobierno de la Unidad Popular, ¿Quién puede asegurar que los
dueños del poder y las riquezas respeten los resultados de una consulta? ¿Las FFAA golpistas ayer, anteayer y hoy? ¿El Poder
Judicial y todos los poderes del Estado constituidos y controlados por ellos mismos?
Basta de ingenuidad . Hemos comulgado demasiadas veces con las mismas ruedas de carreta. Hoy mismo se ha operado un
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cambio de gabinete donde de fondo nada cambia, salvo que la UDI y Longueira llegan finalmente a obtener mayor espacio en el
Gobierno para sus políticas reaccionarias y cavernícolas.
Lo hemos dicho en otras oportunidades: No más espejismo. El movimiento de masas que recién se comienza a levantar es
demasiado frágil para hipotecarlo en aventuras que terminarán reforzando el sistema de dominación. Para los revolucionarios es
claro que el actual momento de agitación y efervescencia social permite acumular fuerzas, ganar en organización popular, en
conciencia, en preparar luchas locales y extenderlas. No existen atajos en la lucha de clases: se trata de acumular fuerzas
preparándolas para una lucha de largo aliento que sabemos debe llegar a todos los rincones de la sociedad, a todos los pueblos,
ciudades, fábricas, paking, escuelas, poblaciones, universidades, fundos, puertos, minas, talleres, liceos, que debe involucrar a
vastos sectores que aun no se movilizan porque aun están presos de la propaganda y el futuro que les dibujan los poderosos. No
nos confundamos. Lo obrado hasta hoy es magnífico, un tremendo salto respecto a otros años. Pero pensar que estamos frente
a una crisis revolucionaria o que se está abriendo un periodo pre-revolucionario es simplemente voluntarismo, tan dañino como
el espejismo de creer que existe ya el poder suficiente para cambiar la constitución ahora.
Y que lo digan los pobladores de Dichato , quienes terremoteados y hacinados en mediaguas, salieron ayer a denunciar
las mentiras de la supuesta reconstrucción recibiendo palos, el guanaco y bombas lacrimógenas en sus propios hogares. Y no
estaban encapuchados, ni había terroristas, ni violentistas, y ningún alcalde, intendente, dice haber llamado a las “fuerzas del
orden”. Simplemente llegaron para poner “su orden”, su “institucionalidad, su “mesa de diálogos”, sus soluciones.
Preguntémonos simplemente que vamos a hacer cuando las masas derechistas salgan a la calle empujadas por la burguesía, o las
“nunca vencidas” FFAA. Dicho de otro modo: el pueblo chileno ya jugó el partido de la “democracia”, de las “elecciones” y lo
ganó para perder en la lucha real y concreta por el poder, lucha que se dirime en los escenarios de las fuerzas concretas. No
podemos repetir la historia. Por cierto hay que seguir luchando, movilizándose, peleando por las reivindicaciones locales,
regionales, nacionales, pero sin perder la vista del proceso global de la lucha de clases, sin dejar de tener claro que se trata de la
lucha por el poder, y que la única forma que tenemos los de abajo es crear y desarrollar el incipiente poder popular que hoy día
comienza a dibujarse.
La lucha continua. ¡Trabajadores al Poder!
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Poder Popular y Coyuntura Política
25 de Julio, 2011
No existe una naturaleza humana abstracta, fija e inmutable sino que la naturaleza humana es el conjunto de relaciones sociales
determinadas.
En la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El
conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social.
Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y
plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre,
empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a
la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes.
En el modo de producción capitalista, la contradicción principal de la sociedad es entre proletarios (que no poseen medios de
producción, venden su fuerza de trabajo y generan plusvalía) y la burguesía poseedora de los medios de producción que
construye un conjunto de aparatos para dominar por medio de la ideología (consenso) o la violencia, por lo que la lucha de
clases es una guerra más o menos encubierta, donde las clases dominantes mediante sus instrumentos, principalmente el Estado
y todos sus aparatos establecen el dominio y ejercitan su poder, permitiendo y reglamentando la lucha de los dominados por las
reivindicaciones básicas que permiten la reproducción material de sus fuerzas para producir.
La lucha reivindicativa de los dominados posibilita que los sectores más lúcidos de las clases explotadas, puedan adquirir
conciencia de la necesidad de luchar no tan solo por reivindicaciones parciales o mejoras dentro del mismo sistema, sino la
necesidad de luchar por la transformación radical de la sociedad, constituyéndose en fuerza social revolucionaria que lucha por
el poder.
Esta fuerza social revolucionaria se construye en la lucha concreta por el poder, y si bien, puede desempeñarse en otros espacios
de lucha como la ideológica, la reivindicativa, como ejercicios para constituirse, su horizonte no es solo la resistencia, o la
conquista de alguna reivindicación parcial, sino que se constituye como poder y fuerza alternativa al poder burgués, a su
dominio, a sus leyes, a sus aparatos de dominación.
En las experiencias históricas encontramos esta fuerza social revolucionaria en la Comuna de Paris, en las formas organizativas
que asumen las fuerzas revolucionarias, en el control que establecen, en el ejercicio de poder y construcción de fuerza militar
propia que establecen. La encontramos en la Revolución Rusa emergiendo como poder alternativo, como dualidad de poder, en
los soviets (consejos de obreros, de campesinos, de soldados revolucionarios). La encontramos en la Revolución China como
Poder Rojo, poder construido en zonas y territorios liberados en el marco de una estrategia de guerra irregular y prolongada y
que genera la particularidad de la revolución china de un largo periodo de lucha de resistencia de dichos territorios liberados al
cerco y aniquilamiento.
Es evidente que esta fuerza social revolucionaria se articula en función de la estrategia político-militar que los revolucionarios
desarrollan en cada experiencia histórica concreta, estando demasiado comprobado por innumerables derrotas existentes a
escala mundial, que la estrategia establecida en una formación social concreta dependerá del análisis de diversos factores, entre
ellos el análisis de las clases, del Estado, la experiencia de las masas, etc., y no de la copia de “modelos” mecánicamente.
En las décadas del 50 y 60 en Latinoamérica, los llamados “pobres del campo y la ciudad” protagonizan una serie de luchas por
la tierra y la vivienda, tomando por la fuerza la tierra para cultivar o para vivir. No es la lucha reivindicativa o económica dentro
de marcos legales y de organizaciones tradicionales. Es acción directa de masas, es control del territorio, es defensa del territorio
tomado, en luchas de largo aliento que implican tomas, desalojos, retomas, nuevos desalojos, hasta que se logra cierta
estabilidad de control y organización. Enmarcando estos procesos, la Revolución Cubana y su ejemplo, las insurrecciones de
mineros bolivianos, las luchas en Chile de la CUT conducida por Clotario Blest que convoca a los trabajadores a derrocar al
capitalismo y a la revolución social, gesto político que finalmente lleva al reformismo obrero a desalojarlo de la presidencia de la
CUT.
En Chile y Argentina de fines de los '60 e inicios de los '70 cristalizan proyectos revolucionarios que, asumiendo la necesidad de
luchar por el poder, de construir fuerza política, social y militar, se distancian de la propuestas del “foco guerrillero” y de la
llamada “estrategia insurreccional” generando una de construir fuerza social revolucionaria para sostener una guerra
revolucionaria que combine todas las formas de lucha. En este marco, el MIR Chileno en particular prioriza las acciones directas
de masas como táctica distinta a la propuesta de guerrilla urbana o rural en un contexto de alza permanente de la lucha de
clases y de la apertura de un periodo pre-revolucionario.
El desarrollo de la toma de la 26 de enero, el grado de organización, la construcción de milicias de autodefensa del campamento,
la combatividad desplegada, las tareas internas de la vida cotidiana, la democracia interna establecida mediante asambleas, son
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el ejemplo que seguirán los sectores populares con mayor contradicción con el sistema en una larga cadena de tomas de
terrenos que sacude al país, de corridas de cerco y tomas de fundos por parte de campesinos.
Sin embargo solo a mediados del año 1972, se comienza a usar el concepto de poder cuando la burguesía desata los paros
patronales, retoma la ofensiva paralizando el país y comienzan a operar articuladamente las instituciones del Estado como el
Poder Judicial, el Poder Legislativo, Contraloría, entre otras, amarrando, desgastando, entrabando y enfrentándose al Gobierno
de Salvador Allende y al movimiento popular. Frente a esa arremetida de las fuerzas de la burguesía que decretan paro del
transporte, del comercio, entre otros, los trabajadores, pobladores, campesinos articulándose en organizaciones distintas a las
tradicionales avanzan y ocupan fábricas, abren locales comerciales, recuperan medios de transportes, controlan la distribución
de productos, generan mercados alternativos, ocupan fundos administrándolos, se enfrentan al poder judicial, marchan pidiendo
el cierre del Parlamento, entre miles de iniciativas que desde abajo se comienzan a generar.
Son los trabajadores de los Cordones Industriales, los campesinos de los Comandos Comunales, los pobladores de las tomas de
terrenos y de las JAP o del Abastecimiento Directo. No luchan dentro del marco organizativo de la CUT, ni de las Juntas de
Vecinos ni de los Sindicatos Campesinos, aun cuando a veces, local o comunalmente, dichas organizaciones se incorporan a los
órganos de poder popular. No son las organizaciones de masas aceptadas y reguladas por la Ley, y sus demandas se enfrentan
precisamente a la legalidad de los patrones. Aun cuando recorren el tránsito de levantar pliegos, ir a las instancias legales, usan
la acción directa, la ocupación. Apelan a la solidaridad activa y a la alianza de clases constituyéndose por espacio territorial y
actuando coordinadamente. Así por ejemplo, frente a los problemas de los obreros agrícolas de Maipú, son los obreros y
pobladores quienes acompañan a los campesinos en las toma de fundos. De manera recíproca, son los campesinos los que junto
a pobladores constituyen un mercado popular, saltándose toda la cadena del comercio llevando las mercaderías desde el
productor al consumidor de manera directa.
Poder Popular que alcanza incluso a los cuarteles de FFAA y marinería con soldados y marinos que se organizan para defender el
proceso en camino.
Políticamente, este poder popular es respaldado desde la Unidad Popular por sectores del MAPU, del PS, de la IC y desde fuera
de la UP por el MIR y organizaciones como el PCR – de tendencia china en ese entonces, y grupos trotskistas, todos los que
constituyen el llamado Polo Revolucionario que se enfrenta a la línea que busca mediante garantías y alianzas con el centro
político representado por la DC, dar estabilidad y continuidad al proceso. La disputa entre ambas líneas dentro de la Unidad
Popular (Consolidar para avanzar versus Avanzar sin Tranzar) se resuelve a favor de la primera lo que da paso a una serie de
medidas como el Dialogo UP/DC, al dialogo UP/Iglesia, para luego el Gabinete UP/Generales y al menos dos acciones políticas
que cambiaran radicalmente la correlación de fuerzas global: la detención, tortura y encarcelamiento de los marinos que se
habían organizado para defender el proceso (lo que constituye una potente señal hacia la base popular de las FFAA y liquida
todo potencial apoyo al campo popular en el caso de golpe militar) y la aprobación de la Ley de Control de Armas que permite a
las FFAA allanar industrias, poblaciones, escuelas y hasta cementerios en busca de armas en manos de los trabajadores, lo que
simbólicamente se retrata en el asalto a la Lanera Austral con helicópteros, soldados en equipo de campaña y el asesinato de
dirigentes sindicales. Antes del Golpe de estado del 11 de septiembre, ya las FFAA habían tomado el control de varias provincias
de Chile mediante el subterfugio de Estado de Emergencia, lo que provoca, mucho antes del golpe de estado el inicio del
retroceso de masas, el aislamiento de los revolucionarios y la poca o nula respuesta popular frente al golpe mismo.
El porqué del golpe, si las FFAA conocían las intenciones de Salvador Allende de convocar a plebiscito, se encuentran
precisamente en la necesidad que tienen las clases dominantes no solo de recuperar el Gobierno (Poder Ejecutivo) sino de
recomponer el conjunto del Estado, reconvertir el modelo económico y sobretodo barrer con el poder popular y las pretensiones
de los rotos alzados, de luchar por el Poder.
Sin embargo, la Dictadura con todas sus prácticas de terrorismo de Estado, asesinatos, desapariciones de detenidos, ejecuciones
masivas y selectivas y toda la gama de violaciones a los Derechos Humanos y a los derechos conquistados por los trabajadores,
no logra borrar de la memoria colectiva la práctica del Poder Popular. Nuevamente en medio de la lucha contra la dictadura
emerge sobretodo en las coordinaciones territoriales de las organizaciones sociales, el poder popular que se expresa masiva y
violentamente como fuerza en lucha durante las jornadas de protestas y paros nacionales. Y nuevamente la historia se repite: en
el seno del movimiento antidictatorial se confrontan la línea que busca mediante las alianzas con la burguesía opositora una
salida “política” y “negociada” con la dictadura versus los sectores que buscan la derrota de la dictadura con una salida
democrático-popular. La crisis y derrumbe ad portas de los llamados socialismos reales, la debilidad y acoso represivo en que se
mueven las organizaciones revolucionarias de la época que han sufrido el asesinato o cárcel de centenares de combatientes y
principalmente la opción que asume el Partido Comunista de poner fin a su política de Sublevación Nacional, tanto como la
emergencia en el MIR de un sector que se alinea con la salida política negociada, determina finalmente la imposición de ésta
alternativa y la inauguración de los escenarios políticos donde las masas son licenciadas, desmovilizadas y sus organizaciones
entran en crisis, inaugurándose el largo periodo de atomización del movimiento de masas, crisis, desarticulación y fragmentación
de la izquierda revolucionaria, aislamiento de los sectores de masas que han debido luchar prácticamente solos y
esporádicamente por sus reivindicaciones.
Quienes honestamente desde la izquierda revolucionaria e incluso desde las bases del PC y del PS pensaron que la salida política
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negociada permitiría mejores condiciones luchar por las reivindicaciones de las masas y con vistas a avanzar en el proceso de
acumulación de fuerzas, se equivocaron rotundamente. Los cuatro gobiernos de la Concertación y el actual de la derecha no han
sido más que el continuismo del modelo económico y de dominación instalado por la dictadura. Más allá de las políticas públicas
de asistencialismo a sectores sociales vulnerables, las brechas entre pobres y ricos se han agudizado, el país ha sido entregado a
la voracidad del capital financiero y las transnacionales. Las clases dominantes del país y el imperialismo nunca estuvieron más
cómodas que en este escenario.
Tras veinte años, sin embargo, el modelo político y económico comienza a ser ahora rechazado por vastos sectores del campo
popular. El terremoto develó el país pobre ocultado por el bombardeo ideológico y propagandístico de los medios de
comunicación. El hastío y rechazo respecto al modelo político y los partidos tanto de derecha como de la concertación es cada
vez constatado por las encuestas. La lucha aislada de pobladores por vivienda, la lucha asilada de los mapuches por su territorio,
la lucha aislada de los ambientalistas, la lucha aislada de los subcontratados, la lucha asilada de los estudiantes contra la
educación de mercado, todas esas luchas aisladas comienzan a quedar atrás y comienza a generarse la articulación, la
solidaridad, la alianza de clases, la convergencia. Las asambleas mandan verdaderamente y los dirigentes son ahora
representantes mandatados. Surgen y proliferan coordinadoras territoriales articulando las luchas de diverso tipos. Se trata del
inicio de un ascenso de las luchas de masas. Del brote de nuevos gérmenes de poder popular.
Se preocupa la Confederación de la Producción y el Comercio, Se alarman los dueños del poder. El Mercurio criminaliza la
protesta social y siguen a coro los restantes medios radiales, periódicos y TV. La represión golpea fuerte en Dichato y en
Concepción reaparecen todas las prácticas ocupadas bajo la Dictadura en el encarcelamiento y brutal golpiza a que fue sometido
el Presidente de la FEC. Más aun, impiden que se le presten debida atención al detenido como lo denuncian los trabajadores de
la salud.
La lucha de clases comienza a transitar por veredas que enfrentan algunas bases del sistema de dominación: el modelo de
educación de mercado, el sistema político, el modelo de consumo en base al crédito y el endeudamiento. Y se vienen nuevas
confrontaciones en la minería privada, en el sector publico.
Es coherente con sus políticas que los sectores reformistas – que son parte del actual movimiento de masas movilizadas,
piensen que es votando y ganando algunos escaños en el Parlamento o en los Municipios la forma en que se acumula fuerza
política, sobretodo después de su Congreso. Es coherente que los sectores de pequeña burguesía y funcionarios de ONG
-también parte del movimiento de masas actual- busquen así mismo reformas y mejoras dentro del sistema. Ellos claramente no
se plantean por la transformación revolucionaria de la sociedad.
Lo que es incoherente es que sectores que se dicen revolucionarios y que están también en el movimiento actual, pretendan
desviar la lucha actual hacia Plebiscitos, Asambleas Constituyentes o formulas similares, cuando recién comienza a despuntar un
ascenso de masas, trasladando los ejes de lucha, hoy en la calle y la movilización activa, a escenarios y espacios donde los
poderosos tienen las herramientas y el poder para retomar una iniciativa que hoy no tienen. Seamos claros: la mayoría de la
fuerza que hoy se está movilizando no votan, no están ni ahí con participar de los escenarios y canales dispuestos por el poder.
Todo lo contrario, muchos sectores despolitizados, que no se movilizan, que compran el discurso establecido desde el poder son
los que votan, los que han instalado a la derecha en comunas, regiones, parlamento y en el gobierno.
¿Para que hoy medir fuerzas dispares en un escenario desfavorable? ¿No hemos aprendido las lecciones históricas?
Algunos señalan que tal propuesta es “para ingresar en las ligas grandes de la política”, para “entrar a pelear en las correlaciones
de fuerzas grandes”. Voluntarismo, cortoplascismo. Es querer definir ahora, al inicio de un proceso de alza de masas, una disputa
tremendamente importante de poder.
Quedan muchos sectores sociales por ganar, movilizar, activar. Queda mucho espacio para mejorar las organizaciones propias.
Quedan demasiados territorios en donde no existen coordinaciones territoriales de fuerzas, alianzas sociales. Queda muchas
obras, faenas, paking, caletas, en definitiva sectores populares que tienen profundas contradicciones con el modelo que tienen
que realizar su propia experiencia y madurar.
Quienes ven en el Plebiscito, en la Asamblea Constituyente como alternativa hoy, son precisamente quienes solo ven en esas
instancias formas de acumular fuerzas.
Crear, desarrollar y fortalecer organización local es un camino distinto.
Empujar nuevas y muchas luchas parciales y locales generando nuevos y muchos frentes de lucha contra la dominación.
Desarrollar la acción directa de las masas con las múltiples formas que ella misma va señalando de acuerdo a su maduración:
pacíficas, artísticas, velatones, huelgas de hambre, sitting, ocupaciones de locales por tiempo limitado, cortes de camino, etc,
etc.
En definitiva: crear y desarrollar el poder popular, la fuerza social revolucionaria cuyo norte sea el transitar desde la lucha
reivindicativa parcial al convencimiento de que sólo luchando masiva y unitariamente por trasformar la sociedad estamos
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avanzando.
COMO AYER: !! CREAR, CREAR, PODER POPULAR!!
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La Experiencia del Frente de Presos Políticos 1981-1992 y la Contradicción entre
Frente Social y Frente Político
01 de Agosto, 2011
A modo de presentación:
A fines de la década de los 80 estaban encarcelados más de una treintena de presos políticos chilenos, pertenecientes
mayoritariamente al MIR. Si inicia en la época un debate respecto a la forma organizativa que asumirían los presos políticos,
producto de esta discusión surge el Frente de Presos Políticos como organización social, figura que se mantendrá hasta fines del
año 1985 cuando el ingreso masivo a las cárceles de militantes del PC y FPMR, del PS y del Mapu-Lautaro cambia la correlación
de fuerzas y se constituye el Frente de Presos Políticos como Frente Político que expresa el acuerdo de organizaciones políticas y
no como frente social. Se entrega este trabajo justamente para graficar y evidenciar los distintos criterios de construcción social
que existieron y que aún existen, y que tocan de alguna manera la relación partido-masas, el tema de construcción de alianzas,
el tema de la democracia respecto a asambleas versus mesas políticas, entre otras, temas que, en la coyuntura que se esta
viviendo, comienzan nuevamente a ser discutidos.
Destacamento de combatientes actuando en las líneas del enemigo era la definición existente entre los presos políticos de la
Cárcel Publica a mediados de 1980. Casi un 80% de ellos miembros del MIR junto a un grupo reducido de miembros del PS
Coordinadora Nacional de Regionales (CNR) y ex militantes o militantes sin partido. En su gran mayoría habían estado en la Calle
4 de la Penitenciaria, donde se había acuñado el concepto, muy similar al que en la etapa de los 90 se formularía como “Cárcel
Combatiente” por las generaciones de esa época. Esta concepción partía del criterio que existía una guerra de hecho, que los
presos políticos eran combatientes, y que como combatientes debían tener una organización para el combate y para el debate
político. En su versión extrema, los “representantes” de los presos políticos eran “oficiales” que se entendían solo con los
oficiales enemigos (gendarmería), siendo las formas de lucha circunscritas a una lucha al interior del penal: negarse al encierro,
desencerrarse, tomarse la calle impidiendo el ingreso de gendarmes, huelgas de hambre. En su desarrollo, esta visión fue
asumiendo rasgos verticales y quien no estuviera de acuerdo políticamente era tachado de “techerca” (variación del coa
“cachete” o miedoso, amarillo) llegándose hasta el castigo físico entre compañeros discrepantes. Esta experiencia, tuvo muchos
aciertos en cuanto a la defensa de los presos frente a un aparato represor impune, logro generar normas básicas de convivencia
que perduraron muchos años respecto al comportamiento en prisión, principalmente de resguardo de la moral revolucionaria
(entendida como una resistencia a la fuerte influencia de los usos y costumbres de los reos comunes y el cuidado de los
procesos de formación política interna) y desarrolló los mecanismos básicos de comunicación y relación al exterior, incluido las
técnicas de escondrijos, barretines de traslado y de mantención de documentación e incluso un incipiente trabajo de una red
pequeña de colaboradores entre funcionarios civiles y uniformados de gendarmería.
Frente al desarrollo de esta experiencia, la respuesta de la dictadura fue la llamada “Dispersión”, acción operativa que determinó
el traslado de de los presos a diversos penales de provincia y la adopción del criterio de que no se volvería a permitir calles
especiales para los presos políticos, apostando Gendarmería a la descomposición del Frente de Presos Políticos al quedar a
merced de la población penal común, incluso dos compañeros en un penales de castigo físico: Victoria.
En su ultima etapa esta concepción ya asumida por presos que están aislados entre si, en distintos penales, obliga a generar
mayores productos técnicos para la comunicación inter penal, a levantar una organización de carácter nacional (Coordinadora
nacional de Presos Políticos CNPP) radicada en Santiago, y al desarrollo de una línea de trabajo hacia la población penal común
tanto como mecanismo de autodefensa como para la obtención de información de los penales en que se estaba recluido.
El Frente de Presos Políticos como “organización social” se va gestando a partir de varias circunstancias y como herencia de
síntesis de la discusión que habían desarrollado los presos hasta esa fecha, siendo la más importante, el levantamiento de una
serie de reivindicaciones muy concreta respecto a la vida y los derechos de los presos políticos al interior de un penal. Como
circunstancias políticas es necesario mencionar que ya en esa etapa han cristalizado en Chile algunas experiencias de acciones
directas de masas siendo encarcelados compañeros que vienen de esas acciones (entre otros el grupo miliciano “Michimalonco”
de la Zona Sur que había estado ligado a la toma de la Iglesia de San Miguel, compañeros de la Fuerza central del MIR y de las
Milicias de la Resistencia que habían participado en tomas de camiones y repartos de alimentos, castigo a sapos de las
Universidades y poblaciones, por tanto vinculados a ese incipiente alza de la lucha de resistencia, compañeros de la Resistencia
Popular vinculados al trabajo poblacional en Pudahuel y poblaciones La Legua y El Pinar), de otra parte, son encarcelados
militantes de la Izquierda Cristiana quedando largos años preso el recordado “Guatón Suzarte”, militantes del PS IV Congreso y
otro grupo de la zona norponiente constituido en grupo de resistencia y militantes del Partido Comunista vinculados al trabajo
de masas de pobladores de Pudahuel, Las Rejas, La Legua, entre otros.
Se discute un organigrama de la organización social de los presos, asumiendo varios criterios:
–
Todos los presos son víctimas de la represión sin distinción entre ellos (independientemente si colaboró o delató
producto de la tortura) por lo que se declara inaceptable castigo físico alguno sobre un preso político por parte de
otro(s)
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–
Todos los presos políticos incorporados el Frente de Presos Políticos deben acatar un reglamento de comportamiento
interno, participar del trabajo productivo de diversos talleres, asumir turnos de aseo y cocina, estar incorporado en el
sistema de autodefensa, socializar los productos alimenticios que le lleguen desde el exterior en una “carreta única”,
velar por la seguridad de los documentos políticos en su poder.
–
Todo preso político tiene el derecho de elegir y ser elegido en las instancias de dirección del frente, proponer y votar
resoluciones políticas en las Asambleas de Presos Políticos.
–
Se asume que las organizaciones políticas existentes en el Frente de Presos Políticos pueden proponer a la Asamblea
sus visiones o propuestas, sin embargo la soberanía en la toma de decisiones radica en las Asambleas y no en los
acuerdos de mesas políticas o similares.
Lo más importante de esta concepción, es que luego de una etapa de lucha reivindicativa al interior de cada penal por el
reconocimiento del status de preso político, de lograr reivindicaciones básicas (derecho a tener una “carreta” o espacio donde
cocinar y comer juntos, derecho a tener herramientas para los talleres tales como balones de gas, martillos, sopletes, etc.,
derecho a mas de una hora de visita a la semana, derecho a horas de deportes, derecho de reunión), el “eje” de la actividad
política cambia hacia el exterior vinculándose al movimiento de Derechos Humanos, a las organizaciones de “localidades” para
apoyar política y materialmente a las organizaciones sociales de base. Surgen publicaciones que son escritas, diseñadas y
financiadas por los presos e impresas por los familiares en el exterior: “Cárcel y Pueblo” de la CNPP, “El árbol” revista cultural de
la Cárcel Publica, “Carreta Única” revista de la Penitenciaria.
Es una etapa de mucha lucha al interior de los penales pero conectada con las bases sociales que se van aglutinando junto a los
presos y a la Agrupación de Familiares de Presos Políticos. Huelga de Hambre Nacional en defensa de los compañeros
envenenados en Cárcel Publica, Toma del Recinto de Visita en Penitenciaria, Huelgas de Hambre Nacional para impedir los
Consejos de Guerra, luego para impedir las Penas de Muerte que se habían solicitado a mas de diez compañeros y compañeras,
Huelga Seca para frenar la oleada represiva post intento de fuga de 1985, Ayunos y actos políticos en visita para cada Jornada de
Protesta Nacional. En conexión con las bases sociales de localidades se comienzan a realizar “Visitas Masivas” de alguna
población, liceo o escuela universitaria, grupo cultural u organización comunal lo que rompe los mecanismos de visitas
establecidos por gendarmería ante la masividad y combatividad de estos.
Estas actividades impactan tanto a gendarmería (crecen los apoyos y colaboradores cada vez mas activos entre vigilantes,
médicos, enfermeras, asistentes sociales, contadores y administrativos) como a los propios reos comunes: la política de
relaciones sembrada en la etapa anterior da resultados concretos y genera la división de los presos comunes: la gran mayoría
simpatiza con ellos, un segmento es indiferente y un sector es usado por gendarmería y CNI para montar provocaciones o como
en un caso en Valparaíso, dar muerte a un compañero.
Es una etapa de mucha actividad de la Agrupación de Familiares de Presos Políticos, con encadenamientos en el Congreso, tomas
de iglesias, de radios, de recintos internacionales, de lucha callejera con detenciones, prisión o relegamiento a las dirigentes, de
ataque y allanamientos del CNI a sus recintos de reunión, de mucha visita a sindicatos, organizaciones sociales de base,
peregrinaciones, etc.
A fines del año 1985 e inicio del año 1986, esta forma de organización y de línea política de acción comienza a ser cuestionada
por el cambio en la correlación de fuerzas al interior de los presos políticos. Como se ha señalado, comienzan a llegar muchos
presos políticos ligados al PC (caso arsenales), al FPMR (atentado a Pinochet), pobladores y personas sin partidos detenidas en
las protestas. El tipo de preso que existía antes de ese periodo podría ser definido como “cuadros políticos” con formación,
rigurosidad, mucho compromiso. La llegada masiva de los antes señalados, comienza a relajar las normas de funcionamiento que
hasta ese entonces tenia el Frente de Presos Políticos y comienzan a producirse muchos conflictos: no se cumplen las cuotas de
producción de talleres, no se cumple adecuadamente los turnos de aseo y comida, se relaja la moral y comienza a circular
bebidas alcohólicas, drogas, pornografía, no se respeta la carreta única y comienzan a producirse “descuelgues” del
funcionamiento como Frente de Presos de grupos que presionan por otra forma de relación política: la mesa política y que cada
organización política se organice respecto a la vid en prisión de manera autónoma. Adicionalmente, los ejes políticosreivindicativos también comienzan a cambiar: mientras los antiguos (hasta el 85) se centran el luchar contra las penas de
muerte, consejos de guerras, vinculándose al trabajo político y de apoyo a las localidades, el nuevo contingente se centra en
mejorar las condiciones de vida: más horas de visitas, más días de visita, derecho a visita conyugal, más horas de deporte y
extensión del horario del desencierro.
Estos procesos no son homogéneos respecto a los diversos penales, por cuanto en Valparaíso por ejemplo, el Frente de Presos se
mantuvo cohesionado, luchando en ambas direcciones. Y existieron ritmos distintos particularmente entre Penitenciaria y Cárcel
Publica en Santiago, porque gendarmería opto por dejar siempre a los recién condenados en Penitenciaria por lo que
históricamente fue distinta su situación, incluso en los 90´cuando los presos “de la transición son agrupados ahí, y
posteriormente se construye el Penal de Alta Seguridad en su interior.
Finalmente, luego de una etapa de transición (año 1986) en que funciona el Frente de Presos como organización política pero
también se instala una Mesa Política, termina por imponerse el esta ultima forma organizativa desapareciendo todos los
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elementos comunes que anteriormente habían existido: talleres, aseo, cocina, carreta única, disciplina, reglamentos, Asambleas.
El Frente Político de los Presos Políticos
Pocos meses antes de que comenzaran a vivirse los conflictos más graves de división y fragmentación de la organización de
presos políticos, ya la organización social previamente existente ha dejado de funcionar. Cada organización política construye
sus propios espacios comunes para la vida en prisión (carretas o comedor, talleres propios, reglamentos o criterios de
convivencia propios, deportes, reuniones o asambleas propias), desapareciendo todos los elementos de vida en comuna,
exceptuando las visitas que se hacen en conjunto. El criterio que predomina es que todo preso responde a una orgánica y que es
cada orgánica la que tiene la potestad, soberanía, responsabilidad y representatividad respecto a sus militantes, por lo que
desaparece el funcionamiento colectivo y se establece una mesa política que fija la política a impulsar y al mismo tiempo discute
los problemas de régimen o vida interna sancionando o no, internamente a quienes incumplen las normas establecidas ahora por
cada organización.
Esta solución generará varios problemas; uno de ellos es que no son pocos los compañeros que llegan a prisión que no tienen
militancia, un segundo problema surge cuando algunos compañeros cambian de militancia al interior de la cárcel (lo que
produce roces entre la orgánica que deja y la orgánica a la que llega), un tercer problema es que cada organización genera
criterios diferentes respecto a las normas (algunos aceptan o hacen vista gorda respecto a la droga, alcohol, “negocios” con los
presos comunes) por lo que se generan muchos conflictos que no logran ser canalizados o resueltos, un cuarto problema es que
al no existir espacios comunes de trabajo, cada organización política se va cerrando en si misma y son muy pocos los espacios de
contactos en común lo que deriva en altos grados de sectarismo, casi nulo debate político en común, y el manejo de la
información política y el debate político cerrado entre “representantes” (la mesa) sin que las bases participen directamente de
él, lo que al mismo tiempo genera las caricaturas de las posiciones de los “otros” y los mayores o menores niveles de
manipulación de la información y debate político dependiendo de cada orgánica, su vida interna y niveles de funcionamiento ,
con lo que se pierde la transparencia del funcionamiento colectivo y de asambleas de la etapa anterior en que todos los presos
podían acceder de manera directa a las opiniones y reflexiones políticas de las otras organizaciones, debatiendo, sin estar a
priori amarrado a una postura “orden de partido”.
Este proceso que logra mantenerse transitoriamente, va a ser fuertemente golpeado por las crisis que comienzan a darse en
forma simultánea al interior del FPMR (surgimiento del FPMR autónomo), del MIR (quiebre en fracción Gutiérrez, fracción Pascal
Allende, fracción Comisión Militar), quiebres que a su vez generan un nuevo grupo de presos que se desvinculan de las diversas
orgánicas, y en paralelo se producen los realineamientos políticos generales: PS, PC, MIR-R trabajando en una coordinación
común, FPMR autónomo, MIR Pascal, MIR Comisión Militar en otra coordinación, y sin integrarse a ninguna pero vinculándose
con ambas los presos del Lautaro y los presos sin partidos.
A estas alturas del proceso las relaciones entre los grupos son tensas, conflictivas y de mucha fricción, relaciones que entran
cada vez más en crisis por los hechos políticos externos a la cárcel: la campaña por el plebiscito, la campaña electoral, la
mantención de la lucha armada del FPMR-A, del Lautaro; MIR CM, llegando a su máxima expresión cuando se instala el gobierno
de la Concertación y a través de las leyes “Cumplidos” divide a los presos políticos en presos por hechos políticos y presos por
hechos de sangre ofreciendo, por supuesto formulas rápidas de salida para los primeros en desmedro de los acusados por
“hechos de sangre” (acciones de enfrentamiento armado con resultados de muertos en las acciones) lo que termina por quebrar
definitivamente la unidad del frente de presos políticos, trasladándose este quiebre a la Agrupación de Familiares de Presos
Políticos, a otras instancias de Derechos Humanos como CODEPU (Surgen los CODEPU regionales y posteriormente otras
organizaciones ligadas a los presos del FPMR-A , y a los presos del Lautaro, Agrupación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos (surge la Agrupación 119 o línea Fundadora), trasladándose dichos quiebres a los espacios territoriales,
poblaciones, estudiantiles vinculados a los presos, sumándose al proceso de fragmentación y atomización que se comienza a
generar en todo el campo popular y que se incrementara en los años posteriores.
Se debe reiterar que este es el proceso ocurrido principalmente en Santiago, que no es similar a las experiencias vividas en
provincias, como tampoco la experiencia de las mujeres en prisión.
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¡Adelante! ¡Adelante con Todas las Fuerzas de la Historia!
05 de Agosto, 2011
Gloriosos, históricos y epopéyicos días se viven en el país.
Las innumerables acciones protagonizadas por el movimiento estudiantil y las fuerzas sociales y políticas que se han ido
aglutinando a su alrededor, han logrado sacudir los cimientos del sistema de dominación imperante en Chile, abriendo una
grieta en el dique de los poderosos que durante años había logrado contener las energías y fuerzas de las clases y sectores
populares explotados por el gran capital y subyugados a su dominación.
Una grieta, una crisis política de tal envergadura que tiene a la burguesía y a los poderosos sin solución política a corto plazo y
apelando, una vez más, a la represión brutal, en un intento hasta ahora vano, de contener la movilización social y encausar la
crisis hacia los mecanismos y formulas de negociación, donde tantas veces hemos sido derrotados. El sistema de representación
política, que tantos dividendos les había generado durante los últimos años, está absolutamente desprestigiado y cuestionado
por lo que, el enfrentamiento entre la representación política de las clases dominantes – el gobierno y los aparatos estatales – y
las fuerzas que hoy día se movilizan tienen en el horizonte de los próximos días suertes dispares: mientras sigue cayendo el
respaldo político de los primeros y su autoridad pierde día a día legitimidad, el moviendo de masas tiene un amplio campo de
fuerzas sociales donde crecer, afirmarse y proyectarse, encontrándose a pocos meses de la convocatoria a Paro Nacional
convocado por otras fuerzas sociales, lo que hará escalar la situación política a un nuevo escenario: de crisis social y política más
amplia, de un movimiento popular en ascenso continuo y con la iniciativa en sus manos.
Los socios imperialistas de las clases dominantes chilenas también viven momentos de inestabilidad y crisis. A duras penas el
Imperio U$A logró aprobar el alza del techo de endeudamiento estatal, medida que logró sortear el peligro de ser calificada
como economía riesgosa para las inversiones, pero aprobando un plan que recorta fuertemente la inversión social, poniendo
termino a 80 años del estado de bienestar que gozaban los norteamericanos a costa de la explotación y recursos de los países
dominados. En un arrebato de sinceridad los gobernantes declaran “debemos aprender a vivir con nuestros propios recursos”, lo
que por supuesto no significa que dejen de ser ni imperialista ni que vivan de la explotación y subordinación de las economías
periféricas y dominadas. Más aún la “solución” al impasse, significará dineros frescos precisamente para el capital financiero y
para sostener sus negocios. Por ello, agudizando la confrontación entre poderosos, el Presidente de Rusia critica y denuncia a la
economía norteamericana como usureros y depredadores, los chinos comienzan a tomar distancia fortaleciendo su propia
moneda y Europa sigue buscando salida a la crisis desatada en Grecia, España, Portugal, Italia, Islandia, entre otras. Es curioso
que ahora, economistas chilenos defensores del modelo heredado por Pinochet, incluso el mismo Longueira, declaren que la
economía chilena está más en el “carro” de la locomotora tirada por la economía China.
En Chile no estamos en presencia de una crisis en el plano económico, a pesar de las últimas bajas en las Bolsas de Comercio.
Contradictoriamente a lo que ocurre en el plano social, la burguesía chilena sigue con números azules y al alza, sobretodo por la
demanda y el consumo de las economías asiáticas. Lo que no significa que esta producción social no siga siendo en beneficio de
una minoría insignificante que no se siente, en ese plano, aun amenazada por el movimiento popular, toda vez que solo son
sectores minoritarios de la clase obrera que se movilizan en defensa de sus intereses reivindicativos y que no logran unidad y
cohesión como para enfrentar las leyes laborales y los diversos instrumentos de dominación y super explotación que son
aplicados como ley sobre la clase trabajadora. Por ello es que, la patronal chilla y desgarra vestiduras frente a la huelga de la
Minera Escondida y de los subcontratistas en general, movilizaciones que, de ser más amplias y violentas, cambiarían el carácter
de la coyuntura de movilizaciones que se viven. Es este factor, el que más temen los dueños del poder y la riqueza: que el
movimiento de masas logre incorporar definitivamente a la clase trabajadora, lo que cambiaría radicalmente el escenario
político.
Es lo que tiene meridianamente claro Longueira, cuyo golpe de estado de semanas atrás en la UDI, se entiende claramente hoy.
De sus propias declaraciones, su principal preocupación no es la defensa de este gobierno. Es la defensa de la política global
construida entre la derecha y la concertación durante los últimos años. Longueira está claro que sin el concurso de la
concertación no tienen ni la más mínima base de gobernabilidad y por ello, apenas asume como ministro, desarrolla su propia
agenda, recibe a Insunza, del PS hoy en la OEA, tiende puentes hacia la Concertación, está dispuesto a hacer concesiones y dice
“aplaudir” las movilizaciones de los estudiantes. Es la otra cara de la medalla que complementa Lagos, quien ante
cuestionamientos de Carabineros por las escuchas ilegales, corre a “prestar ropa” a los uniformados, en otro “desliz” que
muestra el verdadero rostro de la Concertación, como el ocurrido cuando salió a defender las inversiones del proyecto
Hidroaysen. Lo que Longueira no está dispuesto a hacer, como parte del núcleo duro de la UDI, es reconocer la legitimidad de las
organizaciones sociales y establecer con ellas acuerdos concretos. Ni mucho menos. Sería reconocer la crisis del modelo político,
la escasa representación real de los partidos comprometidos en el mundillo del parlamento. Por eso no duda, como ningún
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“coronel” de la UDI, el rememorar las hazañas del Dictador Pinochet y de su mentor Sergio Onofre Jarpa, que sacaron frente a
una Protesta Nacional 80.000 soldados a las calles y poblaciones de Chile, intentando apagar el fuego popular con 15.000
carabineros que simplemente no fueron capaces de contener la lucha desplegada por toda la ciudad, ni los cacerolazos, ni las
marchas, ni la legítima ira que se apoderó de muchos que no están dispuestos a aceptar que se expropie una vez más el derecho
a alzar la voz. Cierto que lograron controlar “la” Plaza Italia y sus alrrededores, pero al final, el costo político de tal represión les
significó una victoria pírrica.
Pero el cálculo político de Longueira y de Piñera, de buscar resolver la crisis teniendo de interlocutores validos a la Concertación,
es también una mera quimera. Porque ya está muy claro en el plano político, frente a un amplio sector de las masas, el
verdadero carácter de la Concertación, más allá de los eufemismos. Los estudiantes y el movimiento que los acompañan han
puesto en evidencia que “la educación de Pinochet” fue la misma educación de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, está ultima,
pasando piola aún en las encuestas que señalan nuevas bajas en el respaldo a Piñera (26%) y a la Concertación (19%). La
utópica apuesta de la Concertación es mantener fuera de la coyuntura a su “esperanza dorada” que los devolverá al Gobierno y
al manejo de información privilegiada para impulsar sus negocios, esperanza que se va deteriorando cada vez que suena el grito
de los estudiantes contra la educación de mercado de Pinochet y Bachelet. Por supuesto que los estudiantes no olvidan que fue
justamente ese gobierno el que los sentó a la mesa de negociación para terminar desmovilizando y derrotando al movimiento
estudiantil en el ciclo de luchas anterior.
Por ello que es que también el escenario político es desventajoso para los sectores más reformistas que predominan en el PC,
pero también para todos aquellos sectores que buscan una “salida politica” a la crisis actual bajo los mecanismos de la legalidad
impuesta. La propia fuerza de las movilizaciones, la radicalización del movimiento, el rechazo explícito a resolver el tema en el
parlamento y bajo los mecanismos que las clases dominante imponen, impiden que puedan “capitalizar” el movimiento para sus
estrategias electorales y parlamentarias, pero al mismo tiempo agudizan y prolongan la crisis de manera indefinida.
Lo analizábamos en posteos anteriores: El gobierno no puede sino intentar en medio de esta crisis, tratar de resolver
manteniendo los pilares de su dominación y de su modelo económico: seguirá manteniendo el lucro en la educación, seguirá
manteniendo educación privilegiada y de calidad para sus hijos y no accederá a negociar los puntos principales de las demandas
del movimiento estudiantil. Por otra parte, la Concertación y los sectores negociadores dentro del movimiento, que ya han
intentado aislar a los sectores más radicalizados como los secundarios y algunas federaciones universitarias, tampoco logran la
legitimidad necesaria para concretar una salida negociada, sobretodo frente al discurso de muchos estudiantes que señalan que
“prefieren perder un año de estudio y ganar algo concreto para toda la vida”.
Y es este último factor, el que se está convirtiendo en política y alternativa de muchos, tal como lo escucháramos a estudiantes
secundarios quienes parodiando el famoso discurso de Walace nos señalaban que “no quieren pasarse una vida posterior de
movimiento también derrotado y buscando una nueva oportunidad para confrontarse con posibilidades a los poderosos”. Ese es
el factor subjetivo que da las energías para desatar y mantener huelgas de hambre, ocupaciones de liceos y colegios, salidas a las
calles, decenas de “perfomances” culturales, artísticas, recreativas, que permite en definitiva arrastrar a los indecisos, seguir
sumando fuerzas, impedir salidas negociadas y por tanto, agudizar la crisis política del sistema de dominación.
Cierto que el movimiento tiene debilidades, que debe seguir creciendo en niveles de organización, en mayores alianzas a nivel
sociales, de afincarse en los territorios geográficos para sumar nuevas fuerzas a la lucha, que debe pensar en proteger sus
fuerzas frente a la represión generando mecanismos de autodefensa, que cada estudiante debe dialogar con su familiar o vecino
uniformado replanteándoles el viejo dilema: “la policía tiene dos caminos, o está con el pueblo, o son sus asesinos”. El desarrollo
sobretodo de los cacerolazos, muestran claramente el insuficiente apoyo que el movimiento ha tenido en el mundo de los
pobladores y de la juventud popular, acciones que contradictoriamente fueron asumidas con mucha energía y fuerza en los
sectores medios de la ciudad. Aquí también existe una tarea. Mas allá de las debilidades a superar, el movimiento constituido
sigue en pie, fortaleciéndose y preparándose para nuevas jornadas, donde claramente las clases dominantes intentarán,
represión mediante, contenerlo.
Lo que nos hace recordar las palabras de Miguel Enríquez frente a la ofensiva patronal y golpista de 1973: El pueblo debe
prepararse para resistir. El pueblo debe prepararse para luchar, el pueblo debe prepararse para vencer. Trabajadores de Chile (y
estudiantes ahora) !Adelante! Adelante con todas las fuerzas de la historia!
(En homenáje a Arcadia Flores Pérez, estudiante de Periodismo, subjefa de las Milicias de la Resistencia Popular,
caída en combate el 16 de agosto de 1981 en Quinta Normal)
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Ejemplo de Poder Popular: Coordinadora Ciudadana por los Derechos del Pueblo
V Región
08 de Agosto, 2011
El día de ayer viernes 5 de agosto se llevó a efecto una asamblea ciudadana en la que estuvieron representados: Sindicatos
Mineros (Minera Cenizas,Cordón sindical de trabajadores mineros Fesim, Minera Cerro Negro), Fenats, Modatima, Sindicato
Sopraval, Centro de Padres y Apoderados Liceo A2, Centro de Alumnos Liceo A2, Centro de Alumnos Liceo Pulmahue,
Apoderados LIceo Pulmahue, Colegio de Profesores Provincial Petorca y Comunal Cabildo, Dirigentes Sindicato de Temporeros,
Dirigentes del Arte y La Cultura y Dirigentes Sociales constituyéndose la Coordinadora Ciudadana por los derechos del Pueblo y
bajo el lema "NUNCA MÁS SOLOS" y con el objetivo de luchar unidos para enfrentar los diversos problemas que nos afectan,
tales como: La Educación, la Salud, la falta de leyes que amparen a los trabajadores y los dignifiquen, los altos aranceles de los
servicios básicos como el Agua, la energía eléctrica, la recuperación del agua para los campesinos y todos aquellos anhelos que
tenemos los ciudadanos.
Se Resolvió Como primera actividad adherir al PARO CIUDADANO POR LA EDUCACIÓN convocado para el martes 9 de agosto,
congregándose en Plaza de Armas de Cabildo a las 11 horas para realizar una gran marcha por la educación y un acto cultural en
el mismo lugar.
El Colegio de profesores llama a todos los profesores a sumarse a este PARO CIUDADANO POR LA EDUCACIÓN, nadie se puede
restar, es " AHORA, MAÑANA SERÁ TARDE".
Los estudiantes nos han dado un ejemplo de UNIDAD, SOLIDARIDAD, VALENTÍA, LUCHA y CONSECUENCIA IMITÉMOSLE.
Porque "NUNCA MÁS SOLOS"
Martes 9 de Agosto Plaza de Armas de Cabildo "GRAN MARCHA CIUDADANA PROVINCIAL POR LA EDUCACIÓN"
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Coyuntura Política: Estado, Desafíos, Caminos y Pantanos
10 de Agosto, 2011
La llama del movimiento estudiantil se acerca ineludiblemente al polvorín social. Ciento cincuenta mil voluntades en las calles de
Santiago el día de ayer. Casi medio millón movilizados en todo el país. Cuatrocientos detenidos. Batalla campal de piedras,
barricadas, vehículos incendiados. En Valparaíso las masas llegaron a metros del Congreso sitiado. En Concepción, Valdivia, Arica
y Temuco, la ola estremeció las bases de sustentación del poder. Cacerolazos en cada rincón del país. El movimiento sigue
creciendo e incorporando a quienes sólo ayer miraban desde su individualismo y no tiene visos de detenerse: se mantiene las
movilizaciones con múltiples y sorprendentes formas de lucha, se mantiene e incrementa la represión con desalojos, despliegues
de caballería, nuevas y más agresivas bombas lacrimógenas lanzadas incluso desde helicópteros. El ultimátum dado por los
estudiantes se cumple mañana y el gobierno insiste en sus líneas estratégicas: buscar, por una parte, la solución a la crisis en el
marco de un Parlamento y una clase política caída en el absoluto descrédito y rechazada abrumadoramente por las masas, y por
otra parte, intentar dividir a como de lugar las fuerzas movilizadas metiendo la vieja cuña para intentar aislar a los sectores más
duros del movimiento y negociar con quienes creen que lograrán posiciones y ventajas significativas ahora porque no confían en
las fuerzas y energías de los movilizados y caen en el error de pensar que “van a perder el año escolar si no negocian ahora”
(Como si los grandes capitales e intereses que se mueven tras el negocio de la educación se permitirán tranquilamente las
millonarias y catastróficas pérdidas que ellos tendrían también en ese escenario)…y viene el paro de (De pasadita, la máquina
represiva ataca a mansalva a las comunidades mapuches usando armas de guerra, denotando el descontrol de un aparato que no
ha dudado en atacar con gases lacrimógenos a habitantes de condominios que tocaban cacerolas en Santiago o campamentos
como en Dichato. Los poderosos, desde sus mansiones y oficinas arrugan el ceño y pasan de la preocupación al miedo. Saben
que deben defender a toda costa el modelo y el Estado que construyeron a costa de masacres, golpe de Estado y cooptación de
buena parte de la izquierda que traicionó sus principios para darles la gobernabilidad durante más de veinte años. La prostituida
Democracia cristiana corre a palacio llevando proyectos de reformas políticas que permitan darle continuidad al Estado de la
gran burguesía y a ellos mismos y sus socios de la Concertación.
Las masas, en periodos álgidos como el que vivimos, aprenden en horas y días lo que en periodos de normalidad burguesa les
lleva años. Por ello es que comienzan a florecer y a multiplicarse organismos de coordinación de las organizaciones sociales en
numerosos territorios y localidades. Es el Poder Popular, el adversario declarado del orden y del Estado Burgués que reaparece en
escena. Es embrionario, débil aún. Chillan y rasgan vestiduras los dueños del poder, su Confederación de la Producción y el
Comercio, El Mercurio y los monopolios de los medios de comunicación. Poder Popular que es embrión de organización, pero
también es alianza de clases, alianzas de organizaciones sociales con “ropa” verdadera y no la caricaturas de coordinaciones de
grupos políticos que sustituyen a las masas y sus organizaciones reales, camino fácil de quienes ante el nivel de atomización y
fragmentación de las organizaciones, prefieren renunciar a la dura tarea de ganar y convencer a los sectores más atrasados y
“moverse” sólo con los convencidos, convirtiendo la lucha revolucionaria en protagonismo individual pleno de adrenalina y
entrega voluntaristas, pero contribuyendo escásamente a construir la fuerza social, política y revolucionaria necesaria para
cambiar la correlación de fuerzas y desafiar realmente al poder de la burguesía.
Transitamos por una coyuntura histórica excepcional. A escala internacional y nacional.
Son momentos claves que definirán el rumbo de la humanidad y del país en los próximos decenios. El Imperio norteamericano
devela su debilidad y caen las bolsas comerciales en el mundo entero. Europa se debate ante el abismo. De los tres motores que
mueven la economía mundial sólo China mantiene la fuerza y potencia. Inglaterra se enciende en protestas y crisis, sumándose a
las ya existentes en Grecia, España, Italia, Francia, Islandia. Estamos transitando por una fase que puede definir el término de la
hegemonía norteamericana, que apela, con todas sus fuerzas al complejo militar industrial y a las guerras para mantener su
dominio y hegemonía. La ola gigantesca de luchas sociales que recorre el mundo es la reacción de las clases explotadas,
marginadas, de las clases medias y de la pequeña burguesía que ya está harta de ver como la enorme y fantástica acumulación
de riquezas de la burguesía continúa en medio de la crisis, depreda y amenaza al planeta, arroja nuevas penalidades, hambrunas
y guerras y que los “planes de salvataje” de las economías significan nada más y nada menos que terminar con los escasos
planes sociales y recursos para los más necesitados y contradictoriamente entregar más y mas recursos para los “rescates” del
gran capital financiero y especulador. Y esa ola aún no golpea a Chile.
La coyuntura en Chile es del agotamiento del sistema político.
Con grande reservas económicas, con “bonos soberanos” invertidos en diversos mercados, con el ingreso del cobre y la minería,
tanto el Estado como los grupos económicos chilenos gozan aún de números azules en sus finanzas. Es la voracidad, la ambición
sin límites, la acumulación exacerbada de las riquezas entre no más de cien familias y grupos económicos lo que lleva al estallido
social. Es la clase media agobiada de vivir endeudada que ya no da más. Es el pueblo pobre que emerge a la vista tras el
terremoto, descubriéndose a si mismo, el Chile pobre que ha sido burlado en los planes de reconstrucción, son los que viven de
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las tarjetas de crédito y llegando cada mes al límite de sus fuerzas, trabajando decenas de horas extras para amortiguar sus
deudas, sin derecho a estar con la familia, padres y madres que deben salir a trabajar para mantener a flote el hogar
apretándose cada día más el cinturón, estafados y robados impunemente por las casas comerciales, por los bancos, por las
cadenas de farmacias, por las constructoras, por los patrones y sus lacayos políticos que mantienen sueldos miserables y
jornadas extenuantes. La olla a presión está apunto de estallar.
Por eso se equivocan quienes creen que el actual movimiento es sólo “estudiantil”.
Ciertamente partió con un pliego básico, negociable por dirigentes y representantes del estado y de los partidos políticos que
creían que se trataba sólo de reivindicaciones parciales.
Desde inicios de marzo de este año, veníamos discutiendo a través de este blog, en diferentes posteos, la apertura de un nuevo
ciclo de luchas. Lo indicaban las movilizaciones de los terremoteados, de los deudores habitacionales, de los portuarios y
subcontratistas de la gran minería, la huelga de hambre de los presos políticos mapuches y las luchas reivindicativas de diversos
sectores sociales. Lo evidenció la multitudinaria lucha contra el proyecto Hidroaysen. Decíamos que el desarrollo y maduración
de la coyuntura dependería de la capacidad de los diversos sectores sociales de coordinar las luchas, de politizarlas, del
desarrollo de una visión política de más largo plazo que se enfrentará a la dominación. De la capacidad de los revolucionarios
dispersos y atomizados de enfrentar al reformismo y disputar su conducción.
Y el gallito se dio al inicio de la movilización estudiantil, frenando en el Confech la apresurada línea de negociación que se
intentaba imponer, incorporándose al petitorio reivindicaciones de fondo, inabsorbibles por el actual Estado: contra el lucro,
contra la educación de mercado y por la nacionalización del cobre. De allí el movimiento saltó a un nuevo nivel que implicó
también cambios orgánicos en su interior: incorporación de federaciones, cambios en la composición de la directiva del Confech,
regulación de vocerías y control de los dirigentes por las bases.
Es claro que el movimiento es amplio, heterogéneo y diverso. En su interior se mueven corrientes que van desde sólo la lucha
reivindicativa y la búsqueda de mejores condiciones, pasando por sectores políticamente reformistas que ligan estas luchas al
proceso de acumulación proyectado a lo electoral, sectores autonomistas que sin tener proyecto estratégico proyectan luchas
gremiales en una concepción de ciudadanía más que de clases, sectores anarquistas, hasta sectores revolucionarios que buscan
el desarrollo de organizaciones más sólidas, acumulación estratégica de fuerzas a escala territorial y desarrollo de Poder Popular.
No obstante lo anterior, es un movimiento estudiantil que ya tiene experiencias previas. Tiene la experiencia del “mochilazo”, de
los “pingüinos”. Sabe que el Estado buscará meterlos en la negociación a puertas cerradas, en las comisiones que tardarán años
en generar un informe al parlamento y un proyecto de Ley que hará cambios cosméticos habiéndose ya dilapidado la fuerza y
energía del movimiento inicial, desgastándolo.
Por ello es que era impresentable los intentos realizados desde el poder y desde algunos sectores reformistas por aislar al sector
más radicalizado del movimiento: los secundarios, que tuvieron que apelar a la huelga de hambre para presionar y abrirse un
espacio más amplio entre las fuerzas en lucha, frenando el intento divisionista, reforzado por la entrada en escena de otras
fuerzas sociales que comenzaron a agruparse en el conflicto: apoderados, abuelos, pobladores caceroleando y cortando calles,
sindicatos marchando y adhiriendo. En definitiva, trasladando la lucha y las fuerzas a un plano distinto del inicial.
Por ello es que la coyuntura de hoy es compleja: se abren diversos caminos y algunos de ellos llevan al pantano.
Es claro que la iniciativa sigue en manos del movimiento.
Es claro que el movimiento es diverso y deberá evitar caer en las trampas divisionistas que juega la clase política: pacíficos
versus violentistas, reivindicativos versus políticos, representantes versus voceros, etc.
Es claro que bajo ningún aspecto se “perderá” el año escolar: La enorme cantidad de recursos financieros que se juegan también
el Estado, las Instituciones, impedirán esa opción. Son los propios conglomerados económicos e instituciones que hoy lucran con
la educación los que buscarán las salidas al problema de la continuidad en el tiempo de la lucha establecida.
Está claro que el Estado puede tomar la iniciativa, puede apelar a Estado de Emergencia y que cuenta con FFAA e instituciones
que aún no entran de lleno al conflicto.
Está claro que la derecha aún no mueve su masa fascistoide y su clientela política contra el movimiento.
Está claro que el Gobierno, la derecha, y sus aliados no tienen donde ni como acumular fuerzas hoy, y por el contrario el
movimiento tiene un amplio espacio social donde acumular y sumar fuerzas: otros movimientos sociales, trabajadores públicos
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en general, clase obrera, pobladores, pobres del campo y la ciudad, deudores habitacionales, deudores de créditos de consumo,
portuarios, etc. En general, ese pueblo que ha transitado desde las promesas de “la alegría ya viene” de frustración en
frustración, desencantada de los políticos de cuello y corbata, de la “justicia dentro de lo posible”, del “gobierno de los
consensos”, y que respecto a la educación tienen claro que la educación de Pinochet fue la mismísima que la educación de
Bachelet.
El mayor pantano a evitar es el de meter al movimiento generado en el cause de la institucionalidad y legalidad donde las clase
dominantes lo quieren llevar: al escenario fuera de las calles donde se tiene la iniciativa, al escenario de las comisiones y mesas
de trabajo, al escenario de lo electoral que termina por desmovilizar las fuerzas y donde se imponen los medios de difusión y
propaganda que ellos controlan, amen que se apela a una masa de electores que no es precisamente la que hoy está en las calles
desafiando al poder.
Fortalecer las organizaciones. Tejer alianzas sociales. Crear coordinaciones territoriales, sumar nuevas fuerzas sociales. No perder
la iniciativa ni las calles son las claves para seguir profundizando la crisis del sistema.
Para los revolucionarios, coordinarse directamente en los espacios sociales, disciplinar las fuerzas poniéndolas al servicio de las
movilizaciones en autodefensa y protección entendiendo que son las masas las verdaderas protagonistas y centro de la
acumulación de experiencias.
A mantener la iniciativa.
A crear más y más poder popular.
A prepararse para convertir el Paro de la CUT en Paro Nacional.
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La lucha da lo que la Ley y los Patrones Niegan
22 de Agosto, 2011
La crisis política se profundiza y se prolonga.
Durante los últimos días hemos asistido a la profundización y continuidad de la crisis política nacional provocada por el ascenso
de las luchas de masas y principalmente por las luchas de los estudiantes y las fuerzas políticas y sociales que le acompañan,
cuyas demandas cuestionan las bases del sistema de dominación, principalmente porque se enmarcan en el rechazo generalizado
al gobierno de los patrones, al sistema político incluyendo al parlamento, a los Partidos políticos, a la educación de mercado,
rechazo generalizado constatado por las encuestas y las propias fuerzas y extensión del respaldo popular a las diversas jornadas
de movilizaciones convocadas.
Señalábamos en posteos anteriores los peligros que se cernían sobre el movimiento tanto de parte de las maniobras del poder
para llevar la fuerza social al terreno donde pueden contener, diluir y derrotar la fuerza popular, como por las contradicciones
internas del movimiento que el poder buscarían profundizar para dividir al movimiento.
Hasta ahora, ambas líneas han sido majadera e inútilmente explotadas desde el poder con resultados adversos. Ni la búsqueda
de la Iglesia como mediadora, ni el Parlamento como escenario de negociación ha sido aceptada, menos aún las migajas que
desde el Gobierno se han propuesto. La cosecha para los poderosos, finalmente en esta etapa ha sida magra debiendo recurrir
una y otra vez al desalojo de liceos y facultades, a la represión y a los llamados histéricos y nostálgicos a las FFAA, al Estado de
Sitio y amenazas similares. Tan magra como las maniobras de la derecha más recalcitrante de la Democracia Cristiana que a
través de Zaldívar (si, el mismo que conspiraba para impedir el ascenso de Allende al Gobierno), expresaba la necesidad de
defender el Estado, los consensos, la “democracia” pactada con las fuerzas pinochetistas y resolver en el parlamento las
demandas estudiantiles, tiro que finalmente le salió por la culata frente a una verdadera rebelión de bases que están a favor de
las movilizaciones y por apoyar el Paro de la CUT.
Pero también la crisis política está sirviendo para que las máscaras de algunos personajes, entre ellos sostenedores y profesores
que pasan por “progresistas” y “buena onda” se muestren en su máxima miseria: es el caso, por ejemplo de los profesores del
histórico Colegio Latinoamericano, que no encontraron nada mejor que desalojar ellos mismos a los alumnos, entregarlos a las
Fuerzas Especiales de Carabineros ante el asombro, confusión y desaliento de jóvenes que creían estar estudiando en una
comunidad con sensibilidad social. Claro que la diferencia la pusieron entre otros un profesor sobreviviente del rapto y asesinato
de profesores realizado por la CNI en tiempos de la dictadura, enfrentando hasta hoy a quienes hacen gárgaras de revolución y
progresismo y no vacilan en vender a su madre para mantener sus parcelas y privilegios.
La hipocresía de las clases dominantes respecto a la violencia.
Tan vil como la actitud antes descritas, es la feroz campaña orquestada desde varios espacios del Estado, desde los medios de
comunicación (que ya sabemos que responden a los intereses de dos o tres monopolios) respecto a la violencia y los
encapuchados. Son los mismos que aplauden la violencia presentada de manera aséptica en los noticieros respecto a las
intervenciones armadas de los Estados Unidos en diferentes países del mundo. Son los mismos que aplauden a la “ciudadanía”
que protesta con cañones, morteros y tanques en el norte de África. Que nada dicen respecto a las “otras violencias” como los
sueldos miserables, la reconstrucción que nunca llega, el robo y apropiación escandalosa del agua por parte de las grandes
empresas que tiene a miles de pequeños agricultores con sus pozos secos y destinados a la miseria, en fin, la violencia de un
sistema que día a día beneficia a un puñado de familias que se apropia de toda la producción social con estándares de vida
vergonzosos mientras el resto de la población vive endeudándose, estafadas por casas comerciales y sus famosas tarjetas,
estafadas por la colusión de las farmacias, estafadas por una educación de mercado, negados en el acceso a la salud de calidad, a
viviendas de calidad, a una vida simplemente decente y digna. Hipócritas que callan cuando las fuerzas represivas arremeten
contra adolescentes desalojándolos, que callan frente al feroz acosos represivo que viven las comunidades mapuches, aun ahora
mismo en medio de las movilizaciones nacionales, guardando silencio frente a los allanamientos nocturnos, uso de escopetas,
carros de asalto, lacrimógenas en las comunidades.
Es patético como felicitan las marchas “pacíficas” y aplauden a los ingenuos que entregan a los encapuchados a carabineros.
Como si veinte años de marchas pacíficas no fueron suficientes para resolver la crisis educacional, como si veinte años de estar
engañando a los dirigentes estudiantiles, metiéndolos en mesas de negociación, engrupiéndolos con reformitas y maquillajes.
Cierto es que la cantidad de gente movilizada hoy los atemoriza y los tiene urgidos, pero digámoslo claramente que sin las
barricadas, sin las tomas, sin las capuchas, no tendríamos al pueblo movilizado como esta hoy. Han sido las posturas más
combativas de los secundarios, de las universidades que se han negado a negociar y que se movilizan constantemente saliendo a
la calle, construyendo alianzas sociales, luchando, lo que ha permitido llegar al estado en que estamos hoy.
Ingenuos quienes “compran” el discurso oficial que pretende meter una cuña entre estudiantes y “encapuchados”, entre
violentos y pacifistas, entre políticos y “gremiales”.
Las capuchas nacieron como aprendizaje tras los miles y miles de reprimidos en Chile. Nacieron como protección frente a un
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tremendo aparato que conjuga sapos, periodistas vendidos, cámaras de todo tipo, para individualizar a quienes participan de las
protestas y movilizaciones. Es la estupidez de olvidar la tremenda lección histórica que los poderosos y las clases dominantes en
Chile nos dieron dolorosamente: existió y existe un aparato represivo que no vacilará en golpear, detener, torturar, hacer
montajes, exiliar, encarcelar, ejecutar o hacer desaparecer a dirigentes sociales y luchadores de cualquier sector social. Que lo
digan las cruces y los nombres en los memoriales de víctimas de la represión que se extienden por todo Chile.
Los verdaderos “encapuchados” son los grandes propietarios, los grupos económicos, los poderes fácticos, todos aquellos que
desde la sombras acumulan las riquezas, sobre explotan a las masas y con su dinero compran los servicios y las conciencias de
buena parte de la sociedad.
Ninguna migaja. Es preferible un repliegue transitorio para acumular nuevas fuerzas que bajar las movilizaciones estableciendo
acuerdos para remozar o reformar un sistema en crisis.
Pocos días quedan para el Paro Nacional convocado por la CUT y las movilizaciones que se aproximan en Septiembre. Como
hemos sostenido en nuestros últimos posteos, el movimiento tiene aún grandes espacios donde crecer. Son muchas las fuerzas
obreras y campesinas que no se reconocen en la CUT y que no están organizadas. Son muchos los sectores poblacionales que
vacilan o solo miran con simpatía las movilizaciones, sobretodo como nos decía un poblador, porque si ellos se mueven, no son
precisamente lacrimógenas las que caen en las poblaciones.
Falta mucha organización, coordinación, asambleas territoriales, embriones de poder popular que se planteen incorporar a
deudores de crédito, a sin casas, a deudores habitacionales, a la juventud pobladora.
En cualquier caso, la fuerza que trae la movilización, el ejemplo de quienes marcharon bajo la lluvia y la nieve, el ejemplo de
muchachos y muchachas secundarias que llevan demasiados días en huelga de hambre son el sustento para decir que no se
aceptará ninguna migaja, ninguna reformita cosmética. La decisión de muchos es arriesgarse perder un año pero ganar dignidad
y ser historia para toda una vida.
Y el ejemplo de Gloria Negrete, alumna del Liceo de Buin que ya cumple 34 días en huelga de hambre debe impulsarnos a
continuar.
¡Solo la lucha da lo que la ley y los patrones niegan!
¡A convertir la rabia en resistencia y rebeldía organizada!
¡A convertir el Paro de la CUT en PROTESTA NACIONAL!
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Coyuntura: A la Hora Señalada
30 de Agosto, 2011
Recuerdo claramente esta película de los años 50 donde Gary Cooper es un sheriff del viejo oeste a quien todo el pueblo le da la
espalda cuando el matón recién liberado de la cárcel se acerca para enfrentarlo. El “realismo” asumido por todos es que el
sheriff, que está a días de terminar su misión, no debe enfrentar al “malo” que lo tiene amenazado para un día y a una hora
concreta. Es el viejo dilema de lo ético, moral, correcto versus el realismo, el oportunismo, la conducta zigzagueante.
Y en Chile estamos prontos a llegar “a la hora señalada”. Las cartas están tiradas. El movimiento político social construido a
partir de las movilizaciones estudiantiles enfrentado a las clases dominantes, sus aparatos orgánicos, ideológicos e
institucionales de todo tipo y por cierto también la fuerza de la represión.
Quedan aún algunas escaramuzas pero el reloj se acerca “a la hora señalada”.
La burguesía a través de su gremio la CPC ya habló. No quieren impuestos, no van a aceptar cambios en el modelo. Exigen orden
y paz ciudadana para que sus negocios sigan floreciendo. Los partidos reaccionarios cierran filas para defender su gobierno y
más allá que algunos díscolos con tufillo a liberales y buena onda declaren la justeza de las demandas económicas de los
estudiantes son atendibles, los Larrain y Novoa declaran el NO a todo.
El gobierno sigue dando volteretas y piruetas apostando al desgaste de la movilización y calculadamente muestra la billetera y al
mismo tiempo la represión. Garrote que cobró ya dos víctimas fatales y zanahoria que esta vez se trata de un cara a cara con el
mismísimo presidente de la república.
La Concertación y toda suerte de zombis y cadáveres políticos se cuelgan del movimiento popular y descaradamente, voltereta
mediante, tratan a codazo limpio de aparecer en la foto, mostrarse para los flashes de las cámaras, reconociendo unos que se
equivocaron durante veinte años, que no tuvieron la fuerza, culpando a la derecha, al binominal, mientras otros sin descaro
alguno siguen defendiendo lo que fue la fracasada política de los consensos, la política de lo posible, la política que le permitió a
la burguesía acumular y ganar como nunca, callando de paso, que sus billeteras y propiedades se incrementaron accediendo
ellos mismos a la elite de los privilegiados y poderosos.
¿Que puede decir, la DC, los “profesionales progresistas”, los PS, los renegados del MIR; MAPU, PC, ex FPMR respecto al conflicto
si ellos mismos son poseedores o funcionarios directivos de Universidades, Institutos, ONG, Corporaciones, Escuelas, Jardines,
Liceos, OTEC, instancias de capacitación y un sinfín de instituciones que lucran con la educación y viven de proyectos y fondos
Concursables? ¿Imparciales?¿Neutrales? A la hora decisiva sus condiciones de vida concretas se enfrentan a la “pará progre” que
sostienen.
Para los reformistas la cosa no es muy diferente.
Son parte del movimiento que ya hemos definido como heterogéneo, con diversas corrientes en su interior. No solo me refiero al
PC sino que a toda la pléyade de sectores que han intentado vanamente llevar la lucha actual al escenario de Plebiscito, nueva
Constitución, trasferir la acumulación de fuerzas hacia el plano electoral o yerbas similares. A la hora señalada buscarán alzarse
con algunas migajas para mostrarlas como triunfo concreto. O en el paraxosismo del oportunismo aceptarán el mal menor
(negociación, migajas) señalando “condiciones” para no quedar tan mal parados y su juego al descubierto: la lucha en verdad era
hasta por ahí no más.
Es claro: el movimiento tiene en algunas regiones un gran desgaste. Estudiantes que antes de esta coyuntura ya llevaban un par
de meses en lucha. Otro gran sector, principalmente universitario motivado por reivindicaciones económicas concretas que con
toda honestidad han planteado sus demandas, diferentes a la postura más radicalizada pero de menos organización de los
estudiantes secundarios que enfrentan el modelo en su conjunto. A la hora señalada es muy claro quienes serán el jamón del
sándwich.
También es muy claro que hay muchos sectores sociales y del conjunto del pueblo que no se ha subido a la lucha. Es cierto que
el movimiento podía y puede crecer hacia nuevos sectores sociales, sobretodo en la articulación de Asambleas Territoriales
verdaderas (no una serie de asambleas “mulas” que surgieron por doquier montadas por los mismos de siempre, sin ropa social
o con los ya activados). Procesos en curso, pero que en tiempo no llegarán a la hora señalada y que ya está enfrentando una
fuerte represión (decíamos anteriormente que a las marchas se les reprimía con lacrimógenas y palos, pero a las poblaciones se
les reprimía a balazo limpio)
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Línea para la suma y la resta: Más allá de las movilizaciones pendientes o en curso (como la de Calama en estos mismos
momentos) se llega a la hora señalada con un gobierno que maneja el garrote y la zanahoria, con fuerzas de reserva que aun no
entran a tallar (las masas fascistizadas que han debutado atacando escuelas y liceos tomados) y que sabe va a dividir el
movimiento poniendo más plata en la mesa de negociación pero no accediendo a las demandas de fondo del movimiento
estudiantil porque son inabsorbibles por el actual modelo político y en la actual correlación de fuerzas globales.
Los revolucionarios debemos ser muy claros en la coyuntura, mirando sobretodo el futuro y los procesos de acumulación de
fuerzas. Debemos reconocer la heterogeneidad de las fuerzas que componen el movimiento y que no tenemos la conducción de
él, debemos reconocer y acatar la decisión que asuma la mayoría señalando claramente que es un error aceptar la negociación y
las migajas, que no estamos de acuerdo pero que aceptamos si es la decisión de la mayoría señalando claramente que
trabajaremos por levantar nuevos escenarios de lucha y movilización en el futuro.
Nosotros no podemos hacernos parte ni de la negociación ni responsable del resultado de estas.
En esto radica toda la fuerza que podamos tener en el futuro. ¿Cómo podemos convocar a nuevas luchas si no somos claros en
señalar nuestro rechazo y la equivocación de negociar?
Al contrario, el escenario de negociación permite desenmascarar a los reformistas, a los oportunistas que se sumarán a
mostrarse triunfadores con migajas en las manos. Pero también y aquí radica lo más importante, nos permite educar a las
fuerzas sociales respecto al límite que tiene la lucha reivindicativa y económica en general, porque es el mismo fenómeno que
existe para los revolucionarios del sindicato o de la población que luchan por reivindicaciones parciales: la luchas de este tipo
permiten sumar cantidad de fuerzas, despertar a la actividad social y reivindicativa a centenares y miles, pero es precisamente el
desarrollo de esta lucha que permite ir mostrando que sólo la lucha política global por la trasformación radical de la sociedad,
por la revolución social permite alcanzar logros definitivos y que toda lucha reivindicativa local, parcial, económica, llega
justamente al punto en que estamos arribando: solo la acumulación de fuerza social y política de carácter revolucionario nos
permite proyectar la lucha por las trasformaciones más radicales de la sociedad.
Esto implica mantener los procesos de lucha y actividad local, territorial, seguir avanzando en el desarrollo de instancias de
poder popular, incrementando las fuerzas para los nuevos desafíos que vienen.
A no aceptar las migajas ni las salidas negociadas.
A asumir con claridad que si estas se imponen es por debilidad de nuestras fuerzas.
A defender la unidad de los espacios sociales aceptando la determinación que asuma la mayoría, pero señalando nuestras
diferencias y dejándolas claramente establecidas.
A fortalecer y articular la corriente revolucionaria en el campo estudiantil.
Ninguna concesión al reformismo y al oportunismo.
A crear y desarrollar órganos de poder popular.
A protegerse y enfrentar los embates represivos que se dejarán caer.
¡Solo la lucha da lo que la ley y el patrón niegan!
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Ni el Plebiscito ni la Constitución nos darán la Educación Gratuita
Única Solución: Revolución
03 de Septiembre, 2011
Tremenda coyuntura a la que nos hemos enfrentados los últimos meses, ni los más optimistas creían que esta situación de
movilización popular se iba a extender por tanto tiempo, a esta altura, ya nadie sostiene los motivos iniciales por los que
comenzó la movilización, ya que estos fueron ampliamente superados por el avance popular, lo que nos propone sin duda que se
ha producido un gran salto en la lucha de las masas, debido a la incorporación de grandes sectores del pueblo apoyando la lucha
estudiantil por conquistar la educación gratuita para todos, desde muchos sectores políticos (incluyéndonos), se le puso el 21 de
Mayo como fecha de vencimiento para esta coyuntura, acostumbrados a los brotes episódicos de movilización que nos tenía
acostumbrado el Confech y su camarilla de dirigentes entreguistas, que sólo responden a las directrices de sus partidos
burgueses y reformistas y que no representan el verdadero sentimiento de las bases movilizadas.
Hay varios elementos a tener en cuenta para poder analizar la situación, precisamente en una coyuntura es donde la estructura
económica político y social se encuentra en mayor movimiento, manifestándose con mayor nitidez las distintas prácticas o
acciones de quienes participan en ella, la coyuntura puede ser graficada como un entramado de acciones y prácticas que se
desarrollan en un escenario determinado, es necesario develar ordenadamente los actores y las intensiones que persiguen cada
uno de ellos, para develar posturas o posiciones concretas (proyecto), como también ir mostrando los distintos acontecimientos
que dan origen a ella.
Como escenario nos encontramos con que el petitorio original era bastante limitado, petitorio que nunca quedó claro para la
gran masa movilizada, de las críticas al endeudamiento estudiantil se pasó a cuestionar todo el fondo de un sistema educativo
impuesto por Pinochet hace ya más de 30 años y que la Concertación por 20 años supo administrar muy bien a los ojos de los
dueños del poder y la riqueza. Fue así como en muchos sectores de base, renuentes a asumir la politiquería del Confech, deciden
construir plataformas reivindicativas a nivel local, tratando de instalar las necesidades más sentidas y cotidianas de los
estudiantes, esto logro proyectar la movilización articulando la pelea en muchos territorios desde lo local hasta lo nacional,
aportando con gran masividad desde los espacios territoriales en que se encuentra la gran masa estudiantil (carreras, facultades,
sedes y liceos), aun así el movimiento estudiantil demoró mucho tiempo en ajustar un solo pliego de lucha, imponiéndose desde
abajo y con fuerza la demanda de la educación gratuita y de calidad, superando los estrechos límites de los viciados petitorios
Confech que año tras año se acumulaban bajo el formato de cartas entregadas, ya sea en el ministerio o en el congreso.
Ante lo mencionado ya podemos dar más cuerpo a las distintas posiciones protagonistas en la coyuntura, hasta el momento se
han evidenciado ya dos posturas que representan claramente proyectos políticos estrechos, uno representado en el viejo
reformismo (PC) y otro impulsado por nuevos sectores que veladamente apuestan a la conciliación de clases en un contexto de
hegemonía clara de los poderosos y de fragmentación del movimiento popular, claramente esta última posición es difusa y ha
logrado hacerse espacio entre los estudiantes, quienes impulsados por las ganas, no logran leer las dificultades que implica en la
actual correlación de fuerzas conseguir los objetivos planteados, como tampoco observan las serias limitantes dentro del estado
capitalista para conseguirlas. Es así como se planteó en un instante desde el PC, la demanda de arancel diferenciado, reviviendo
una vieja discusión del Movimiento Estudiantil respecto a la profundidad de las demandas, en una supuesta oposición a la
demanda más sentida de educación gratuita y de calidad. Por otro lado desde “los nuevos actores del Confech” se ha sostenido
la demanda de la gratuidad, pero amarrándola de antemano a una salida negociada o derechamente reformista como la de la
convocatoria a una asamblea constituyente o la del plebiscito, alternativas que se le plantean al movimiento estudiantil como la
panacea y que en ningún momento cuestionan el carácter del estado, ni la orientación de clase que tiene el sistema educativo
chileno como principal eje sobre el que se sustenta la dominación ideológica de los capitalistas sobre las masas trabajadoras.
Ha existido un gran acuerdo entre la oposición burguesa (Concertación), y el reformismo histórico (PC), para mantener el actual
estado de movilización generalizada en contra del gobierno de la alianza, este acuerdo se sustenta en la profundidad que tiene el
consenso que existe a nivel del Bloque en el Poder, el cual ha tenido suficiente fortaleza para contener la movilización dentro de
los conductos institucionales, incluso valiéndose de estas para impulsar sus temas pendientes como las llamadas “Reformas
Políticas”, así lo que se busca es reposicionar a una alicaída Concertación, supuestamente más amplia, donde cabría incluso el
mismo PC. Expresión concreta de este acuerdo es la alianza que se sostuvo a nivel del consejo de rectores y el Confech durante
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gran parte de la movilización. Mientras en los grandes salones de los ricos y poderosos se buscan “las salidas al conflicto”, los
sectores que la prensa burguesa ha denominado ultra, no han logrado superar la dispersión y no se ha logrado constituir en una
alternativa genuina en términos políticos a la conducción reformista de esta coyuntura, fundamentalmente debido a que se
carece de reflexión y debate en torno a un proyecto revolucionario de carácter estratégico, cayendo muchas veces en
ambigüedades y pisadas de cola que no los posicionan en lo político, llegando muchos de estos dirigentes a impulsar la demanda
de la constituyente o el plebiscito como “un gran avance del movimiento Popular”, este sector ha quedado relegado a intentar
pequeñas rencillas para disputar espacios como en el ejecutivo del Confech, pero no desliza ninguna crítica al contenido de clase
que representa la política de la conducción, quedando como vagón de cola que intenta ser locomotora pero sin variar la
dirección del movimiento.
Hacia una posición clasista y consecuente.
Para los revolucionarios lo principal en esta y en todas las coyunturas es cimentar el avance de la fuerza popular acumulando y
ganando en fuerza social revolucionaria lo que se traduce en ganar organización y experiencia para abrir el camino hacia luchas
mayores junto a pobladores, trabajadores empujando hacia cambios reales en la sociedad completa, desde estas reflexiones nos
preguntamos ¿educación gratuita y de calidad para que? Si es para seguir perpetuando las diferencias de clase, la existencia
entre ricos y pobres no es lo que buscamos, por eso la necesidad de pensar en cambios estructurales, develando las
contradicciones principales del capitalismo. Esto es lo central para nosotros como organización, ya que sin duda estamos en un
escenario complejo y dinámico que nos abre la posibilidad cierta de darnos un salto en la lucha de clases, lo que no se da en el
aire, ya que esta lucha es de largo aliento y va dirigida contra lo central que sostiene este sistemas de privilegios para unos
pocos y de explotación para las grandes mayorías que producen la riqueza. Por lo mismo es importante dar un vistazo al
contenido político de las demandas que sostiene esta movilización y que perfectamente nos podríamos preguntar ¿Educación
gratuita? –de todas formas po´h compa, ahora pensémosla bien de qué forma. Son varios los países que tienen educación
gratuita, pero el carácter de clase que detentan sus estados es claramente al servicio de la burguesía y en contra de las mayorías
trabajadoras, las que viven niveles de explotación abismantes, por lo que sostenemos que no es solo la educación gratuita, ni
mucho menos que esta esté en manos del estado lo que nos va a garantizar un proyecto educativo para las grandes mayorías. Si
no cambiamos la orientación de la educación, que tiene un carácter de clase definido y controlado por los dueños del poder. Si
algo aprendimos del 2006 es que de nada sirven pequeñas reformas en el contexto capitalista si es que no se cambia la
estructura completa, de la LOCE pasamos a la LGE y en nada varió la orientación de la educación y nadie cuestionó la “famosa
libertad de enseñanza” principal amarre ideológico para perpetuar las diferencias educativas, la verdad es que sea público o
privado el conocimiento sigue siendo de mercado y hasta que no sean los verdaderos intereses de los trabajadores los que
primen en la sociedad nos enfrentaremos a un sistema educativo injusto que busca perpetuar la sociedad de clases.
La necesidad una Corriente Revolucionaria Estudiantil y Popular .
Frente al estado de inorganicidad e inmadurez política del movimiento estudiantil se hace necesario buscar la unidad de los
sectores auténticamente revolucionarios, que tengan un horizonte anticapitalista y busquen el desarrollo del poder popular
como única expresión de democracia para los pobres del campo y la ciudad, no hablamos de una unidad superestructural en que
solo se busca el pegoteo de siglas bajo el formato de mesas políticas donde unos pocos cortan y el resto acata sin respetar el
proceso de maduración de las masas y aprendizaje de estas en los procesos de lucha en los frentes sociales. Hablamos de la
unidad práctica y multiplicadora que es capaz de generar acuerdos para el trabajo en conjunto de distintas fuerzas políticas con
objetivos comunes y prácticas similares. La generación de una corriente que sepa leer las condiciones en que se libran las luchas
actuales y las proyecciones políticas que estas tienen. Sin caer en oportunismos cortoplacistas, como quienes sostienen la
constituyente o las salidas plebiscitarias tratando de emular procesos enmarcados dentro del mal llamado socialismo del siglo
XXI, procesos que no han cambiado el carácter de clase de los estados latinoamericanos donde se pregonan. Una Corriente de
Estudiantes Revolucionarios que no sucumba ante el espontaneismo de las masas y reponga la necesidad de contar con mayor
organización, planificación y análisis concreto de la situación concreta para proyectarnos a escenarios mas avanzados de lucha.
La unidad para la generación de una corriente revolucionaria dentro del movimiento estudiantil pasa fundamentalmente por
unificar nuestras prácticas en sus elementos constitutivos, que deben ser por lo menos tres: Una Vocación Constructora y
de poder, es decir ser capaces de enfrentarnos en los procesos de construcción con las estructuras de poder formal en todos los
espacios tanto nacionales como locales, sabiendo que la capacidad transformadora del movimiento estudiantil estará en
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subvertir las relaciones de poder en todos los espacios imponiendo los reales intereses de los trabajadores y el pueblo en esta
lucha. El segundo elemento debe ser Clasista, es decir, que primen los intereses de la clase trabajadora en la lucha de los
estudiantes, entendiendo el carácter pluriclasista del movimiento estudiantil, por lo cual es necesario que la hegemonía en la
conducción de este, pase por los sectores revolucionarios y de clase, cuestión que no se da por el copamiento de los espacios
dirigenciales, sino por elevar los niveles de conciencia del movimiento estudiantil, haciendo primar los intereses de la clase
trabajadora y el pueblo en las demandas y en la lucha de los estudiantes. Y como tercer elemento esta corriente debe ser
Combativa, cuestión que va mas allá del simple enfrentamiento callejero, ya que incorpora el proceso de organización a nivel
de masas y el choque con la estructuras de poder en la consecución de las reivindicaciones y demandas, sin anticiparse a salidas
negociadas sino en la búsqueda de la satisfacción real de estas.
Participación versus representación, una mirada a los estilos de construcción.
Dimes y diretes han existido en las distintas formas de organización que se han dado los estudiantes y ya no hay ningún espacio
de organización estudiantil que no se haya tensionado por fisuras, quiebres y disputas por la conducción, desde la más simple
de las asambleas de carrera o liceo hasta las disputas por el ejecutivo del Confech o de cuál es la coordinadora que
verdaderamente representa a los secundarios. En estas disputas se refleja claramente las diferencias en la concepción respecto a
los estilos de construcción a nivel de masas de los distintas matrices culturales de la izquierda y demás sectores políticos, lo que
nos lleva a reflexionar sobre la participación y/o la representación en el que hacer de la organización estudiantil, este no es un
tema nuevo ya que refleja un tema sensible a resolver por los revolucionarios, que es la correcta relación Partido-Masas. Dentro
de estas movilizaciones muchos se han deslumbrado por la masividad de la movilización, lo que no necesariamente se refleja en
participación, y de esto justamente se trata, de tratar de conjugar masividad y participación en el estilo de construcción, ya que
no se trata de generar estilos caudillescos de estudiantes que se movilizan por la mediatización del conflicto o por el carisma de
los dirigentes sino porque se encuentran conscientes, son activos y protagonistas en la definición de los rumbos de la
movilización, a estas alturas puede parecer tarde instalar estas discusiones, pero lo principal es sacar lecciones
fundamentalmente por la absolutización de las formas de lucha que se establecen como las tomas (ya que muchas ya son de
conserje) porque pueden hacer grandes daños al movimiento estudiantil.
Tres son los principales enemigos en términos de prácticas que amenazan al movimiento estudiantil, la primera es la sobre
ideologización que no lee el nivel de conciencia y predisposición a la lucha de las masas, por lo que a menudo pareciera
imponer al movimiento discursos de manera forzada sin entender que el aprendizaje es parte de un proceso que no deviene de
la simple prédica de postulados políticos, sino fundamentalmente de un proceso dialéctico entre la actividad educadora de las
dirigencias y la energía y capacidad creativa de las masas. El segundo elemento es la radicalización artificial, la que se
desprende de prácticas aparatistas de la izquierda que muchas veces sacrifica la participación masiva por el hecho político de
una toma o una acción callejera, confundiendo el estado de ánimo del activo político o en términos leninistas, de los grupos
avanzados con el estado de ánimo del movimiento de masas en general, aquí hay que aclarar que no es nuestra intención criticar
estos hechos en si mismos si no el contexto en que se realizan, estos hechos no deben suplantar a las masas, sino que deben
concordar con su proceso de adquisición de conciencia e incorporarlas. El tercer elemento es el del dirigencialismo desprendido
de una práctica centrada exclusivamente en la disputa de espacios de representación estudiantil como las directivas de centros
de alumnos o federaciones pero sin un proceso de construcción real a nivel de masas, es decir, se centra en una especie de lógica
electoral pero en más chico, aduciendo prácticas más ligadas a una especie de gremialismo de izquierda centrada en la actividad
economicista, sin politizar de manera correcta los conflictos que se levantan. Para los sectores que caen en esta práctica, la
disputa de estos espacios se convierte en única prioridad desviando las fuerzas de la construcción real, así podemos ver
dirigentes que una vez ganados los cargos desaparecen de los territorios en donde construían para atender los “grandes temas”
de la movilización sin observar que el gran tema es como incorporar y sostener con masividad la movilización. Aprovechando
este proceso como una gran escuela política, en que ganamos en experiencia y organización para asumir una lucha mucho más
prolongada que es la lucha por la Revolución Socialista.
De la violencia y la autodefensa de masas.
Un elemento presente en nuestras movilizaciones, ha sido el masivo y recurrente uso de la violencia, no nos haremos eco de la
prensa burguesa, ni de quienes asustados por los alcances que esta puede lograr, corren presurosos a hacer coro con el sionista
fascista de hinspeter para condenar desde su sociología trasnochada la violencia de los marginados de siempre, en contra de
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todo lo que representa a los dueños del poder y la riqueza, especialmente contra sus fuerzas de orden, fieles perros guardianes
de la burguesía.
Quienes han tenido toda la vida el monopolio de la violencia, temen la decisión y fuerza demostrada por las movilizaciones y la
voluntad a enfrentarse frente a frente a la represión, alcanzando los enfrentamientos grandes saltos por la masividad de su
ejercicio y por la decisión de combate que han tomado las masas, frente a esta situación muchas son las posiciones que surgen,
pero para nosotros lo fundamental es la necesidad de crecer en organización y masificación de los métodos de lucha a nivel de
masas ya que estas son las principales protagonistas del proceso de lucha, por lo cual hay que aprovechar para socializar los
aprendizajes necesarios para futuros escenarios de lucha. En esto hay que ser muy claros para no confundirnos, la violencia es
una herramienta histórica de las masas en su lucha contra la explotación, la dominación y la opresión. Por lo cual quienes la
condenan no son nada más que títeres al servicio de los poderosos. En este sentido es peligroso, por decir lo menos, la actitud
vacilante de algunos dirigentes (especialmente de la quinta región), que han deambulado desde el auspicio de estas formas de
lucha, hasta la amenaza explícita de entregar a los encapuchados a los pacos. Para ellos el epíteto de amarillos y traidores no es
suficiente, ya que bajo su dirigencia surgen sectores de la pequeña burguesía con un gran sentimiento antipopular que rayan en
el fascismo tratando de expulsar a compañeros secundarios de las movilizaciones con epítetos de flaites o sopiapillas. Los
aprendizajes de la autodefensa de masas son el puntapié en la acciones de enfrentamiento al poder, así como al ejercicio masivo
de la violencia, ocupando la capucha como la útil y concreta herramienta del pueblo para protegernos de la represión que
constantemente vigila, pero que no siempre golpea, aunque siempre crea las condiciones para golpear al pueblo y sus
organizaciones más avanzadas.
A mantener la iniciativa, enfrentando los intentos por aislar a los luchadores mas consecuentes.
A denunciar los intentos oportunistas de capitular la movilización.
Fortalecer los espacios de organización estudiantil proyectándolos hacia una lucha de largo aliento.
A Potenciar una Corriente Revolucionario que reivindique el papel de los trabajadores en la lucha contra
el capital.
Luchando y Construyendo Para Vencer
Trabajadores al Poder
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Presentación del Libro “De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos”, en la
Universidad Alberto Hurtado: Poder Popular y Coyuntura
05 de Septiembre, 2011
Estimadas compañeras y compañeros:
Quiero dar las gracias por la oportunidad que nos brinda el Colectivo Transmisión Social de esta universidad, quienes en
conjunto con La Pajarilla han escogido el libro “De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos” para iniciar un ciclo de
autoformación y actividades enmarcadas de una parte por la coyuntura de lucha y movilizaciones que han abierto en Chile los
estudiantes, y por otra, en la proyección de esa lucha hacia el campo popular y en particular hacia el desarrollo del Poder
Popular.
Igualmente agradezco a los compañeros que me acompañan en este panel, dirigentes sociales del Cordón de Unidad Sindical y
Social de la V Región, a los compañeros del Colectivo de Estudiantes Populares Organizados CEPO y a los compañeros
estudiantes secundarios de la Zona Norte que están constituyendo instancias organizativas más sólidas para enfrentar los
próximos desafíos. Saludamos de manera particular a las compañeras hoy aquí presente del Comité Fin al Destierro quienes
luchan por el retorno al país de compañeros que aun siguen sometidos a la pena de exilio.
“De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos” fue lanzado en febrero del año 2008 en la sede de la CUT en homenaje a Clotario
Blest, forjador de la unidad de los trabajadores chilenos en torno a un programa de lucha por la revolución social, y en homenaje
a los militantes anónimos que habiendo levantado las experiencias de Poder Popular entre 1970 y 1973, fueron blanco preferido
de la bestial represión en tiempos de la dictadura.
El libro es un homenaje a Martín Elgueta, quien nació a la vida política como dirigente secundario para transformarse luego en
dirigente revolucionario del Comité Local Cerrillos Maipú del MIR, es un homenaje a Santos Romeo y a todos los dirigentes y
trabajadores que enfrentando a los patrones y también al reformismo, lograron materializar un poder alternativo, un poder dual,
construido desde abajo, que no tuvo el tiempo suficiente para extenderse y ser hegemónico en el periodo pre-revolucionario,
siendo arrasado por la contrarrevolución golpista, asesinados, encarcelados y desaparecidos, muchos de sus dirigentes.
El texto es un relato lineal. Es mi propia experiencia, la de un estudiante secundario que entiende los límites de la lucha
reivindicativa y que decide sumarse a un proyecto revolucionario. Es el relato de las primeras tareas de inteligencia para frenar al
golpismo que intentaba impedir el ascenso de Allende al Gobierno, es el relato de la participación, muy negada en la actualidad,
del MIR en el Dispositivo de Defensa del Presidente Allende, es el relato del nacimiento y desarrollo del Cordón Cerrillos y las
experiencias de Poder Popular que allí se desarrollaron.
Es un texto que nació para sumarse a la gran batalla que se da en torno a la Historia, toda vez que la historia oficial oculta,
tergiversa, niega la existencia real de esta alternativa sustentada por miles, o en el peor de los casos, convierte a los compañeros
y compañeras asesinados o desaparecidos en “víctimas”, despojándolos del proyecto político que ellos sustentaban, intentando,
como siempre lo hacen, en separar al individuo o al sujeto de su contexto, de sus ideas políticas, para presentarlo como
producto “digerible” en la sociedad de mercado, ocultando sus ideas, ocultando que es parte de un pueblo organizado, de un
pueblo que en ese entonces comenzaba a levantarse como sujeto, al igual que hoy, para presentarlo como individuo, desprovisto
de ideas, desprovisto de proyecto, para transformarlo finalmente en una cifra, en un nombre más sumado a un memorial para
que el rito del recuerdo cada vez más borroso, atenúe su ejemplo.
Estimadas compañeras y compañeros:
Puede ser sorprendente para muchos, que hoy este libro sea presentado aquí, y en estos momentos. Pero en esto no hay
casualidad o sorpresa.
A pesar de las derrotas sufridas en el pasado, existe en el campo popular una corriente política dispersa, fragmentada, que ha
sido calificada con diversos nombres: izquierda inquieta, izquierda desconfiada, izquierda revolucionaria, izquierda que recoge la
experiencia del desarrollo del Poder Popular, que lo concibe no solo como experiencia de organización, sino que, principalmente
como línea política para la lucha y la acumulación de fuerzas con vista a la lucha por el poder y la transformación revolucionaria
de la sociedad.
Esta corriente, que reitero, está dispersa, fragmentada, atomizada, se radica en numerosas organizaciones de base, en colectivos
estudiantiles, poblacionales, sindicales, en diversas organizaciones políticas revolucionarias, en organizaciones sociales que han
estado durante los dos últimos decenios luchando por sus reivindicaciones y para reconstruir el campo popular, el tejido social
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arrasado por la contrarrevolución.
Son, somos, los porfiados, los inútiles subversivos. Son, somos, los que nunca compramos el discurso de la alegría que llegaba,
que no aceptamos nunca que la derrota era definitiva y que debíamos bajar los brazos aceptando la dominación, la pseudo
democracia que nos imponían, la impunidad para los asesinos de ayer y de hoy, la sociedad donde la mercancía y el crédito valen
más que el ser humano y sus derechos.
Son, somos, los que no aceptamos irnos para la casa, no aceptamos cruzar la vereda para convertirnos en funcionarios del gran
capital y de los intereses de la burguesía.
Nunca nos resignamos en la derrota y en medio del desconcierto, del reflujo, del retroceso impuesto a las masas, estuvimos y
estamos luchando por reconstruir una alternativa revolucionaria, por reconstruir la fuerza política y social necesaria para volver
a instalar en la sociedad un proyecto de cambio social verdadero, real, distinto al proyecto de reformistas y neo reformistas que
se contentan con luchar por reformas a un sistema podrido e injusto, cuyos defensores tratan por todos los medios posibles de
mantenerlo a flote, haciendo las concesiones necesarias, siempre y cuando no se toquen las bases fundamentales que sostienen
al sistema.
Es la experiencia concreta de la inmensa mayoría de los chilenos respecto al sistema en que vivimos la que está generando una
nueva fase en la lucha del pueblo por sus reivindicaciones y derechos.
Es el rechazo generalizado al sistema político, al gobierno y a la Concertación, es el rechazo a la voracidad del capital que arrasa
con bosques, ríos, comunidades y con la naturaleza misma.
Es el rechazo a seguir viviendo angustiados y sometidos por las deudas y el crédito, es el rechazo a un sistema en el cual sólo
quien tiene dinero accede a la salud, a la vivienda, a la educación de calidad.
Es la propia experiencia de miles de chilenos que están hartos de que el lucro sea el motor que mueve a un país que en esencia
es rico en materias primas, rico en recursos humanos, pero cuyas riquezas se la llevan los capitales foráneos y una clase social
concreta en desmedro de las grandes mayorías.
Éste es el suceso de fondo en nuestros días.
Ésta es la crisis social que estamos viviendo y que tiene muchas expresiones, como la lucha del pueblo mapuche por sus
derechos, como la lucha por la memoria y justicia, como la lucha de los sin casas y los deudores habitacionales, como la lucha de
los subcontratistas en el mundo de los trabajadores, como la lucha de los ambientalistas en defensa de la naturaleza, como la
lucha de todos los excluidos del sistema, principalmente jóvenes populares que no tienen ningún futuro por delante.
Es en este marco en que se inscribe la lucha de los estudiantes, que no es más ni menos que una nueva oleada de una lucha
iniciada en el “mochilazo” (2001), proseguida por los “pingüinos” (2006) y vuelta a instalar nuevamente por una nueva
generación, en que algunos de sus dirigentes y bases ya han aprendido las anteriores lecciones respecto a los mecanismos que
tienen los poderosos para contener, para desgastar, y para derrotar las fuerzas que se movilizan.
Ciertamente el movimiento estudiantil es heterogéneo, porque heterogénea es su composición de clases, sus intereses y sus
aspiraciones políticas. Distinto es el interés que tiene un universitario de clase media o alta que ha logrado entrar a una
universidad de prestigio, del joven universitario que ha entrado en una universidad privada de dudosa calidad, o el interés de un
joven secundario, que sabe que nunca llegará, bajo las actuales condiciones ni a una ni a otra universidad simplemente porque
no tiene ni las condiciones económicas, ni se le ha brindado la educación y el conocimiento necesario para ello.
Así mismo, el movimiento es heterogéneo porque en su seno existen fuerzas y convicciones políticas distintas: quienes aspiran a
reformas y reivindicaciones económicas, y quienes, como las corrientes de izquierda revolucionaria, izquierda desconfiada o
como quiera llamárseles, rechazan las bases misma del actual sistema educativo bajo la consigna de NO AL LUCRO, NO A LA
EDUCACIÓN DE MERCADO, misma corriente que comienza a retomar el proyecto histórico de luchar por la transformación
revolucionaria de la sociedad, que entiende entonces la necesidad de construir fuerzas para ese objetivo y encuentra en la
experiencia de poder popular una alternativa concreta de organización y de lucha.
Los dueños del poder y la riqueza conocen estas divergencias en el campo popular. De hecho, el texto “De la brigada secundaria
al Cordón Cerrillos”, retrata las mismas contradicciones, la misma lucha en un tiempo político y en un contexto diferente, pero
que en el fondo representa la lucha de clases, las maniobras del poder, la ilusión del reformismo de cambiar la sociedad desde la
institucionalidad que los poderes han configurado, y por supuesto el desarrollo de esa otra alternativa, del “fantasma de Chile”
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del Poder Popular como expresión concreta de la fuerza social revolucionaria.
Posiblemente en los próximos días, se instale como voluntad mayoritaria de los estudiantes movilizados, la mesa de negociación
y consecuentemente con ello, se consigan algunas reivindicaciones que dejarán satisfechos a los reformistas y neo reformistas
que presentarán estos logros como grandes conquistas, como resultados de ser protagonistas “de las grandes ligas” como se
ufanan los neo reformistas.
Seamos claros: para el reformismo, este movimiento le servirá en cuanto puedan traducir la fuerza de los estudiantes en
respaldo político en el plano electoral, así como a los neo reformistas en su afán de proyectarse como fuerzas políticas y levantar
candidatos a concejalías o alcaldías como lo proyectan.
Para la mayoría de los estudiantes, una vez pasada la euforia de la negociación, despertarán al nuevo escenario post movilización
en que la letra chica, las eternas comisiones que se articularán, terminarán por mostrarles una vez más, que han sido burlados,
contenidos como fuerza, diluidos y sus demandas principales insatisfechas.
Por ello, los revolucionarios, los inútiles subversivos, los desconfiados, no podemos aceptar ni participar de un proceso de
negociación que ya partió mal con la exclusión de la ACES y con la aceptación que el resto de dirigentes hicieran de esta
exclusión desde el poder.
Por supuesto que vamos a preservar la unidad del movimiento, pero dejando muy en claro nuestra negativa y desconfianza en la
negociación. Estableciendo nuestra posición con claridad: Ninguna migaja. No al lucro en la educación. No a la Educación de
Mercado.
Pero reformistas y neo reformistas deben estar advertidos que serán los responsables de conducir al movimiento estudiantil a
una nueva derrota, guardándonos el derecho a levantar nuestras propuestas de lucha en el futuro.
A sostener en cada escuela, universidad y liceo las bases esenciales del movimiento:
A comprender la heterogeneidad del movimiento y que si se da la negociación será producto también de
nuestra propia debilidad, dispersión y poco desarrollo.
A preservar la unidad del movimiento estudiantil.
Educación gratuita y de calidad para todos.
No al lucro en la ecuación.
No a la educación de mercado.
A construir Asambleas y Coordinadoras Populares sumando pueblo a la lucha.
A crear, crear Poder Popular.
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Once de Septiembre de 1973 en Maipú
Fragmento del libro “De la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos”
11 de Septiembre, 2011
No se como llegué a Cerrillos, recuerdo que subía y bajaba de vehículos que me iban acercando, que recorría tramos del camino
medio corriendo o caminando y que por las calles iba recogiendo información: “Se sublevó la Armada” - cuenta un comerciante-,
“Hay combates en Tomas Moro y la Moneda” – informa un estudiante, “Se están agarrando entre ellos” – comenta sonriendo un
trabajador, “El general Prats avanza con divisiones desde el norte”- agrega no se quien.
Finalmente, pasando la calle Buzeta encaramado en un camión, llegué al Cordón Cerrillos, observando impactado el panorama:
frente a las industrias nidos de ametralladoras y tropas en actitud beligerante apuntando a los trabajadores. Hileras de personas
transitan a pie por Camino a Melipilla sin hablar ni hacer comentarios. Tampoco recuerdo como atravesé Maipú para llegar al
otro extremo a la industria Perlack. Ya estaban en el lugar la mayoría de los miembros de la Dirección Local y algunos militantes
y dirigentes sindicales, campesinos y pobladores.
Luego de un rato de ansiosos y nerviosos comentarios, Renato dio inicio a una reunión que continuamente era interrumpida
para escuchar las noticias que llegaban. Parte informando que no tiene contactos con la Comisión Política o el Comité Regional,
por tanto sabe lo mismo que nosotros respecto al golpe en desarrollo. Adrián cuenta que alcanzó a escuchar al Presidente
Allende en algunas radios, pero que ahora hay cadena y que habían silenciado Radio Magallanes por donde estaba saliendo
Allende. Santos Romeo informa de una reunión de emergencia convocada por el Cordón, para a reglón seguido afirmar que no
hay comunicaciones con varios dirigentes importantes y decisivos para articular alguna respuesta de masas. Chino Bertín
informa que se ha conectado con militantes comunistas y que ellos se están concentrando en algunas de las industrias grandes,
con órdenes de tomarlas y esperar los acontecimientos, sobretodo a la espera de si se cierra el parlamento o no. Aún no hay
informaciones claras del sector campesino y desde pobladores se nos informa que hay tropas provenientes de fuera de Santiago
acuarteladas en la FISA, en la Piscina Maipú y que hay patrullajes esporádicos en algunas poblaciones. Desde el Mercado Popular
se informa que miembros de las brigadas que conducen el Malo y el Guajiro se están reuniendo allí, a la espera de instrucciones.
Es el momento de las decisiones militares y los ojos buscan interrogando a “Diego” el responsable militar del Comité Local.
Estoy nervioso. La boca seca me impide hablar fluido. Por mi mente pasa raudo el pensamiento: tengo veintiún años, se mucho
en teoría pero no tengo experiencia práctica alguna y que lo que diga será determinante para la vida o quizás la muerte de
quienes estamos ahí. Respiro profundo y trato de exponer lo más claro posible: no hay contacto con la Comisión Política ni con
el Regional por tanto ignoramos la envergadura de los sucesos, hay un contacto telefónico con Gaspar de la CREM quien ha
prometido que, si se llega a generar resistencia armada en el sector, enviará una escuadra de Fuerza Central al Cordón, vale decir
seis fusiles, dos ametralladoras y quizás un lanzacohetes. La noticia parece alegrar a algunos. A continuación lanzo el balde de
agua fría: la unidad operativa está perdida y de los cuatro compañeros que la componen, ninguno ha llegado al sector.
¿Deserción? ¿Están acuarteladas en otro lado y obedeciendo una conducción central? Explico que quizás no pudieron llegar por
los problemas de tránsito, ausencia de transporte público, pero mientras explico, me doy cuenta que ni yo mismo me convenzo
del asunto puesto que, personalmente atravesé todo Santiago, primero desde la población La Victoria a Ñuñoa y luego regresé
de Ñuñoa a Maipú. Lo cierto es que, explico, no tenemos la subametralladora ni las cuatro armas cortas, ni el vehículo de la
unidad. Tampoco aparece la gente de Talleres y Logística que manejan algunos depósitos de armas caseras, ni los tres militantes
de informaciones ni las compañeras de comunicaciones que tienen la radio de onda corta prevista para la ocasión. Vale decir,
todo el aparato técnico militar del Comité Local se ha esfumado, no existe en el único momento para el que durante un par de
años y los últimos meses se venían preparando. Solo está el equipo de dirección, los militantes de los frentes sociales y la masa.
¿Que tenemos para resistir? Solo tenemos una idea de maniobra general de autodefensa trabajada largamente con sectores de
masas, pero qué, para ponerla en práctica no se dan las mínimas condiciones: no hay focos de resistencia en Santiago, ni en las
cercanías, no hay unidades de las FFAA descolgándose del mando golpista, no hay masas en la calle, no hay información de lo
que pasa en el país, no tenemos armamento. Solo la voluntad y empuje de los sectores más decididos.
La reunión termina con una resolución de transición evaluando que no se sabe con certezas que magnitud tiene el intento
golpista. Se plantea salir a buscar informaciones, coordinación con los partidos de izquierda, buscar medios materiales para
resistir, sacar a la gente del Mercado Popular y mandarla a casas de seguridad y conectar a la militancia que está dispersa. Se fija
reunión de consulta y evaluación a las 15.00.
Salimos con Adrián a explorar la zona en un vehículo. En el sector industrial algunos puntos controlados por las FFAA han sido
retirados y piquetes de obreros comienzan a asomarse en algunas industrias. Algunos que nos conocen nos reclaman armas y
nos insultan cuando les decimos que no tenemos. Al regresar, nos encontramos que, sobretodo las trabajadoras de Perlack han
salido a la calle armando barricadas. Se ve a lo lejos, el humo que comienza a salir de las barricadas de FENSA, por lo que dos de
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los puntos señalados para resistir, están comenzando a funcionar.
Sobre la marcha comenzamos a constituir una pequeña fuerza operativa con trabajadores de Perlack y militantes sueltos que
llegan al lugar. Aparecen dos fusiles mecánicos, Guajiro aporta una pistola, Santos Romeo cuatro armas cortas de la industria
más la mía hacen seis. Voy al depósito cercano, la casa del profesor y regreso con dos cajas de granadas hechizas que no tienen
sistema de encendido. En la fábrica se improvisa un taller y se comienzan a poner a punto. De repente los gritos llegan a donde
estamos: están bombardeando lugares en altura se pueden observar las maniobras de los aviones. La gente de las barricadas se
enardece y ya hay llantos de dolor y furia. Las mujeres desde las barricadas increpan a los hombres para que salgan a la calle. De
súbito aparece en el lugar una camioneta con soldados de la FACH. Son rodeados por la gente que grita y los insulta. Se
descontrolan y un grupo de ellos se repliega mientras se intenta desarmar a dos de ellos. La situación es confusa: ellos no
quieren disparar y crece el rumor que vienen a sumarse a la resistencia. Finalmente se van y a los pocos minutos aparecen dos
helicópteros que vuelan rasantes y disparan a la calle sin herir a nadie. Un nuevo pase de los helicópteros y ahora si las balas
pican en el cemento y dejan un reguero igual que en las películas. Se van los helicópteros y un rato después llega la información
de que en algunas industrias no controladas por los militares se están entregando productos a la población y entregando dinero
a sus trabajadores.
Junto a Guajiro y Adrián hemos establecido un pequeño mando. Tomamos algunas medidas y parte de la pequeña fuerza, al
mando de “Peluso”, un obrero de Perlack, se instala en la cima de la pequeña colina a la entrada de Maipú. Se camuflan a la
espera de que regresen los helicópteros. Están nerviosos, saben que solo tienen fusiles mecánicos, pero todos confiamos en el
factor sorpresa. Chango, Santos Romeo y el Chino regresan con noticias: no hay reunión del Cordón: los dirigentes socialistas se
han esfumado y solo están algunos dirigentes comunistas, sobretodo en FENSA donde se han concentrado y la tienen tomada.
En la cercanía de la industria hay dos carros y no se sabe si son tanques o carros de asalto. Se presume que se preparan para
entrar a la industria porque se ha visto concentración de tropas en la cercanía.
Un helicóptero regresa para atacar la barricada de Perlack y se encuentra de lleno y sorpresivamente con el fuego que desde
altura realizan los compañeros. Se eleva y comienza a girar sin control. La gente sale nuevamente a la calle y grita de alegría
mirando al helicóptero que se pierde en el horizonte sin que sepamos si fue derribado o no.
Ahora si las noticias se amontonan: la Moneda fue bombardeada y se presume que Allende ha muerto en el combate. Llegan
noticias de enfrentamientos en La Legua y en Vicuña Mackenna. Desde FENSA se informa que el desalojo es inminente y que los
compañeros del FTR se han retirado ante el abucheo de la gente del PC que quiere resistir sin armamento. Llegan los militantes
trabajadores de FENSA y se les ordena acuartelarse en casa cercana. La reunión de Dirección se suspende hasta las ocho. Renato
decide salir de la zona y viajar a Santiago para tomar contacto y tener noticias. Adrián asume la conducción.
Por mi parte, ya tengo un cuadro claro de fuerzas que se están agrupando a lo menos en cuatro puntos: los trabajadores de
Perlack que se trasladan a una casa de madera que llamamos “La Escuela“, los de FENSA que están en casas de seguridad, los
pobladores que estaban en el Mercado dirigidos por el Malo, un grupo de jóvenes que desde Las Rejas han comenzado a
desplazarse para llegar a Maipú. También hay avances respecto a medios materiales: una fracción del PS quiere hacernos entrega
de granadas industriales, y un militante de la IC ha entregado un saco de armas entre las cuales hay una decena de armas entre
subametralladoras, pistolas, revólveres y suficiente parque.
Poco antes de las ocho me dirijo a la casa de reunión. Mala cosa. La zona está rodeada por las FFAA que comienzan a peinar el
sector. Voy a la casa de alternativa. Es la casa de la madre de un miembro de dirección del MIR. Ella es española, sobreviviente de
y de carácter fuerte. Cocina mientras algunos miran la televisión. En el relajo, siento que el estomago me aprieta y comienzo a
tiritar. Estoy como autómata. Ella se acerca, me mira y comenta que estoy en shock, que lo ha visto antes en la guerra española.
Me lleva a su pieza y me ordena dormir. No se cuanto rato duermo. Despierto alarmado y más despejado. Regreso a la reunión
justo para escuchar al General Leight prometer que extirpará el cáncer marxista.
La reunión comienza y el análisis es claro: no hay orientaciones de nuestro mando, de la Comisión Política o de la CREM, no hay
respuesta masiva frente al golpe y aunque las FFAA han usado la sorpresa, no está claro lo que vendrá. En la comuna, las FF.AA.
controlan algunos puntos pero no los caminos ni las poblaciones. Se cuenta con medios y fuerza para intentar algo. Hay
consenso. La discusión se traslada a la alternativa del uso de la fuerza, a la necesidad de responder al golpe versus la continuidad
de la lucha y la preservación de las fuerzas. ¿Y si están surgiendo focos de resistencia en otros lugares? ¿Será verdad lo captado
en radio onda corta respecto a levantamientos en Panguipulli? ¿Y el levantamiento en Linares que comentan otros? Sabemos que
hay fuerza y militancia entre los suboficiales, soldados y clases, no solo del MIR sino de otros partidos. Y estas fuerzas solo
pueden activarse a condición de exista resistencia popular. La discusión gira y vuelve nuevamente al mismo punto: no hay
información, no hay claridad. El Golpe ha sido exitoso y respecto a nosotros nos pilló desarticulados, intervenidos,
desconectados, creyendo que se impondría la conciliación. No hay comunicaciones internas, el aparato orgánico no responde, no
aparecen los militantes técnico militares, solo están los militantes de base de los frentes, los pocos pobladores, obreros y
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estudiantes que nos acompañan.
El Golpe se está imponiendo sin contrapeso y hablar de continuidad de la lucha es impensable sin hacer nada. El partido y
nuestra propuesta no tendrán credibilidad si no luchamos. Hablan todos entregando sus opiniones. No hay optimismo en las
palabras de Chango, Adrián, Bertín, Pepe Amigo, Guajiro, Máximo y Santos Romeo. Finalmente éste último insiste en que no
podemos dejar pasar el momento histórico sin hacer nada, y que lo que hagamos siempre será mejor a no hacer nada. Termina
diciendo que quizás nos maten en el intento, pero que la historia recordará algún día al puñado de hombres y mujeres que
lucharon como sinónimo de consecuencia.
Está todo dicho. Guajiro y Chino salen a buscar las armas que pasará el grupo del P.S., Pepe Amigo, “el Malo”, sale a buscar a su
grupo con orden de concurrir a , donde se concentrará toda la fuerza disponible. Adrián, Máximo, Chango y Santos Romeo no
participarán en acciones y darán continuidad a la lucha.
Salgo con un ex compañero del GAP, recientemente trasladado al GPM, que ha llegado a luchar junto a nosotros. Vamos a buscar
las armas escondidas en un depósito. A poco andar sentimos disparos y carreras. Nos ocultamos y luego de algunos minutos
vemos, a lo lejos, una micro y un piquete de uniformados en la calle. Me imagino que son una especie de patrulla explorando.
Disparamos algunos tiros y nos vamos del lugar sin saber que esa acción está salvando la vida a nuestro compañero Chino Bertín
quien junto a Guajiro han caído en un control. Guajiro gravemente herido logra cubrir la retirada de Bertín quien finalmente
acorralado, lanza una granada casera hiriendo a un militar. Cuando está siendo reducido, los disparos que hemos realizado desde
lejos, obligan al vehículo a replegarse llevándolo prisionero.
Ahora me invade una tranquilidad especial. Es saber que la suerte está echada y que cualquiera sea el futuro que nos depare, en
ese futuro no estará la recriminación por no hacer nada. Llegamos al Camino a Pajarito: algunos soldados han tendido un cerco
que tiene mucho espacio entre soldado y soldado. Nos arrastramos y logramos pasar en silencio. Es relativamente fácil llegar a la
casa donde vamos: no hay gente en las calles y solo nos acompaña el ladrido constante de los perros. Con el saco de armas,
regresamos por el mismo camino. A la escuela ha llegado media docena de trabajadores de Perlack. Salgo a buscar a los de
FENSA y regreso con tres de ellos, dejando a los casados y más viejos sin poder participar. Mientras esperamos al grupo de Las
Rejas y al del Malo, se entrega una corta instrucción y orden de combate: vamos a atacar la Comisaría de Maipú. La espera se
hace tensa y nadie aparece. Hago recuento de hombres y armas y el grupo permite constituir una patrulla. Asumo el mando y
ordeno salir en posición de combate y armas a la vista.
Algunas persianas se abren al vernos pasar caminando en dos hileras por la calle Segunda Transversal. Voy a la vanguardia,
algunos metros adelante del grupo. De repente, cuando comenzamos a subir una suave pendiente, veo en lo alto un vehículo
que se desplaza en la oscuridad. No trae luces pero su contorno muestra una baliza en su parte superior. Imagino que es un
vehículo militar. Ordeno desplegarse en campana, esperando que entren a la emboscada, y abrir fuego solo cuando yo lo haga.
Repentinamente el vehículo acelera y entra en nuestro campo de fuego. Salgo a la calle y comienzo a disparar. En medio de los
tiros, escucho gritos de auxilio, y el asombro me paraliza un segundo: son gritos de Pepe Amigo desde el interior. Grito como
nunca que se suspenda el fuego y corro a abrir la puerta. Un grupo de desfigurados compañeros, llenos de dolor y rabia por el
equívoco, salen gimiendo y gritando desde el furgón azul que habían recuperado para llegar hasta nosotros. Mauricio el chofer,
agoniza por los impactos de las balas. Pepe Amigo salta al volante y se aleja gritando que lo llevará a la posta.
El grupo está en silencio. No hay reproches y eso duele aún más. Retomo el mando y cambiando objetivo. La moral combativa se
ha perdido en el incidente. Nos vamos al Camino a Pajaritos a hostigar a los vehículos militares. Regresamos a la escuela al
amanecer con el peso de una derrota total. El silencio entre nosotros es espantoso. Escondemos las armas en una arboleda
cercana a la “Escuela” y nos citamos para un día después.
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Cinco Apuntes de Croquera, Retornando a las Pistas
06 de Octubre, 2011
1. Ayer cayó en combate Miguel Enríquez. En la cárcel donde estábamos los gendarmes no se atrevieron a desencerrarnos. Los
reformistas, los quebrados y los maricones de siempre murmuraban que se lo tenía bien merecido, los vacilantes declaraban en
miradas huidizas que Miguel no había hecho caso al buen juicio de los que sostenían que había que asilarse, salir del país. En
nuestra calle, el Guajiro, el Chino Bertín y la gente de la carreta 21, incluido los dirigentes PC de Mademsa, hicimos un acto de
homenaje y reivindicación política y de la consecuencia de Miguel. Fuimos celda por celda conversando con los otros prisioneros
de guerra – como nos llaman – tratando de enfrentar a los que tempranamente tiraron mierda a la consecuencia de Miguel,
pero ladinos y maricones al fin, ninguno dio la cara ni se hizo cargo de las murmuraciones ni de su desgraciado documento
“Caballo de Troya” donde nos responsabilizan del Golpe de Estado y de la represión.
Hoy, igual que hace ya tantos años, estamos a un día después de la caída de Miguel. Descubriendo que Miguel era la síntesis de
un grupo de dirección política y militar extraordinario, de un grupo que tuvo aciertos tremendos, pero también errores que nos
han costado muy caro. Descubriendo que tras Miguel y esa dirección extraordinaria constituida por Bautista, por Edgardo, por
Luciano, ya no tuvimos nunca más una dirección de esa estatura. ¡Que manera de faltarnos Miguel y ese equipo de dirección en
los años posteriores! Seguimos porfiadamente ayer, anteayer, siempre. Pero no tuvimos las capacidades para contener, resolver y
superar las crisis que posteriormente nos afectaron y que terminaron con nuestra organización atomizada, fragmentada,
dispersa, con muchos de nosotros respirando amargura y resentimiento al quedarnos solos, sin más recursos que nuestra propia
conciencia, mientras no pocos rehacían sus vidas, sepultaban para siempre la praxis revolucionaria asumiendo un común
“fuimos” sin tener un común “somos hoy”. Y Miguel desde ese Cinco de Octubre, desde esa calle Santa Fé, señalándonos
claramente lo que ya había afirmado sin duda alguna el Ché: “En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera…”
Miguel Enríquez murió el cinco de octubre para quienes quieren que él esté muerto. Para nosotros, Miguel Enríquez sigue vivo.
Sigue vivo en su ejemplo, en su legado político, en la urgencia de construir alternativa popular y revolucionaria, en la certeza de
que solo construyendo fuerzas reales sociales, políticas, materiales y militares avanzamos en una dirección estratégica concreta.
Sigue vivo en la necesidad de asumir al enemigo como nos canta Silvio. En la cotidianeidad de construir realmente en cada
escuela, población, fábrica o fundo la organización de los revolucionarios, de estar en las luchas por las reivindicaciones
populares, en el ahora mismo, en el cotidiano.
Por eso Miguel está vivo en la generación de estudiantes que prefieren perder el año escolar a arrodillarse frente al poder, a
doblegarse en una mesa de negociación, a aceptar migajas mientras el poder instala las leyes y nuevas cadenas para controlar a
los que vienen de atrás luchando hacia el futuro.
Miguel no murió el cinco de octubre de 1974. Está vivo en Maura la estudiante del Darío Salas, en los cabros secundarios del
cordón Periferia Norte de Santiago, está presente en la ACES, como los inmigrantes en USA, como los viejos de las caletas
pesqueras que defienden su pesca, de los que luchan por el agua, como los mapuches recuperando tierras, como los deudores
habitacionales colgándose de las plumas o grúas y en general entre todos aquellos que asumen que ”en esta lucha se nos puede
ir la vida, pero la continuaremos hasta la victoria final….”
2. Tal como existe el 11 de Septiembre “chileno” y el 11 de septiembre “gringo”, tenemos también el 5 de Octubre de los
“revolucionarios” y el 5 de Octubre de conmemorando el “triunfo” del No y la instalación de la llamada “transición a la
democracia”. Lo que tiende a ser leído como un “triunfo” de las fuerzas progresistas sobre las fuerzas de la dictadura.
Empero: ¿Es realmente un triunfo? ¿De quien? ¿Qué fuerzas sociales y políticas ganaron y que fuerzas sociales y políticas fueron
derrotadas?
Concedamos que en la época en cuestión, pudieran haber existido personas, fuerzas políticas u organizaciones confundidas
políticamente, creyendo que si, que efectivamente ganar el plebiscito era derrotar a la dictadura y avanzar….¿hacia donde?
Concedamos que estaba poco claro en la época…..pero veinte años después, habiendo pasado cuatro gobiernos de la
Concertación, podemos establecer con claridad meridiana el carácter concreto de la “salida política” que se estableció. Porque
NO FUERON LAS CLASES BURGUESAS LAS DERROTADAS. Todo lo contrario, ya es un dato más que relevante que en el periodo de
los cuatro gobiernos de la Concertación se profundizó el modelo neoliberal instalado por la dictadura, entregándose nuevos
recursos a la voracidad del capital financiero e internacional, como el agua, carreteras, salud, educación, yacimientos mineros,
costa y cuotas de capturas, incrementándose la brecha entre pobres y ricos, al punto que para los patrones y dueños del poder y
la riqueza, los años de la concertación han sido sus años dorados. TAMPOCO FUERON LAS FUERZAS ARMADAS LAS
DERROTADAS, ya que todas las leyes y proyectos impulsados bajo bajo la lógica de “justicia dentro de lo posible” permitió no
solo el rescate de Pinochet desde Londres sino el establecer altos niveles de impunidad y defensa corporativa de uniformados
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implicados en violaciones de derechos humanos, y económicamente la mantención de entradas económicas privilegiadas a las
FFAA producto de las ventas del cobre.
Por cierto que si no fueron los burgueses ni las FFAA los derrotados, queda claro que los únicos derrotados en este proceso han
sido el pueblo y los revolucionarios. Los revolucionarios porque sus organizaciones terminaron fragmentadas, dispersas,
aniquiladas, y sus políticas condenadas durante largos años a radicarse en minorías explosivas, en colectivos, en sectas, en
definitiva en una delgada franja de militantes desconfiados que sostuvieron más de veinte años el proyecto revolucionario
contra viento y marea, contra sus propias debilidades y limitaciones hasta llegar a la etapa actual donde comienza a ser debatido
y estar presente el proyecto revolucionario en capas más amplias de la sociedad.
Los DERROTADOS en definitiva ese cinco de octubre del triunfo del No fueron los trabajadores y proletarios de todo Chile, que
compraron muy barato el dulce, la mercancía y el balurdo que la Concertación le ofrecía. Mas allá del celofán, del papel de la
Alegría como envoltorio, la letra chica de la Concertación implicó mas flexibilidad laboral, más horas de trabajo para
todo el mundo por el mismo o menos salario, la atomización de las organizaciones sindicales y la corruptela de dirigentes
vendiendo sus fueros, vendiendo y negociando los paros y movilizaciones, vendiéndose a la concertación por migajas. El crédito,
el endeudamiento, han sido las “balas” con que la Concertación masacró al campo popular, dejándolo amarrado, endeudado,
comprometido con su propio futuro de deudores eternos: deudores habitacionales, deudores de créditos universitarios,
deudores en la salud, deudores en tiendas comerciales, en farmacias coludidas, deudores del agua, de las compañías de
electricidad. Las encuestas rechazando a Piñera, a la derecha y a la Concertación son lapidarias: entonces no es cierto de que el
mundo estudiantil lucha contra la educación de Pinochet, lo cierto es que lucha contra la educación establecida por Lagos y por
la ahora super ausente Bachelet. (Tapadita, tapadita, no la vayan a mostrar mucho que es la carta de los patrones y para el
próximo combate electoral…no la aireen mucho que puede saltar la patada de cómo manejó a los secundarios y como los
cuenteo en las mesas de negociaciones…..)
3. Lo que existe en definitiva tras la lucha actual es una lucha respecto al sistema político y su legitimidad. Por ello que se trata
casi de un diálogo de sordos, donde ninguna mesa de negociación puede resolver los problemas de fondo. Para la derecha, el
Gobierno y la propia Concertación, se trata de un conflicto “social” cuya resolución esta en el terreno de los instrumentos y
espacios “institucionales” sean estos leyes, comisiones, parlamento. Por eso el perro Labbe ladra y amenaza con leyes
municipales, tal como Piñera demagógicamente saluda en la ONU al movimiento estudiantil pero manda apresuradas leyes para
criminalizar las formas de lucha naturales de los estudiantes, como son las tomas. Y esta visión respecto a los “mecanismos” de
resolución de la crisis incluye sorprendentemente a quienes, como el PC y otras fuerzas, han experimentado ya varias veces lo
que significa apostar a una legalidad que finalmente termina por excluirlos, marginarlos y reprimirlos. Que lo digan los PC
reprimidos y perseguidos por Gabriel Gonzáles Videla, radical al que apoyaron electoralmente y que después los “traicionó”, o
los centenares de presos del FPMR excluidos en las negociaciones de la transición y los centenares que fueron llamados a las
tareas militares estratégicas y que fueron licenciados cuando la opción fue no la lucha armada sino la lucha parlamentaria.
Misma lógica de apelar a instrumentos “legales” o de cierto aire “legalista” como Plebiscito o Consultas Nacionales que solo
constituye respaldo político y moral –que ya existe previamente- y que no tienen fuerza ni calidad por si mismo para ser
determinantes en el conflicto.
Para los estudiantes, en general, se trata de reivindicaciones que no son absorbibles por el actual Estado, ni el tema de la
educación gratuita, ni el tema del lucro o educación de mercado. Por lo mismo, no son reivindicaciones que puedan ser resueltas
en una mesa de negociación, en una comisión, en el parlamento o instancia legal alguna. En ese sentido Salazar tiene razón: la
solución por esa vía significará la mantención del modelo y del sistema.
Lo que vuelve a plantear la lucha en un terreno que ya conocimos en los años 70 y en los años 80: la lucha aguda de masas,
poder popular incluido versus los mecanismos al interior del aparato del Estado.
En la crisis del 73. Miguel Enríquez exponía en un Foro organizado por el diario Clarín en el Edificio Gabriela Mistral (UNTAD) que
lo que estaba diferenciando a revolucionarios de reformistas, era que estos últimos pensaban dirimir el conflicto dentro de las
instancias del Estado (por ello Allende convocaba a diálogo con la DC, dialogo con la Iglesia, Gabinete UP-Generales, Ley de
Control de Armas), mientras los revolucionarios tenían claro que la única resolución favorable a los intereses populares era el
expandir la alianza social construyendo fuerzas y poder fuera y en antagonismo con el Estado Burgués (Poder Popular). Misma
contradicción surgida a mediados del '86, cuando la lucha popular se traslada a la contradicción interna del campo popular: o
seguimos impulsando una lucha por derrocar a la dictadura con fuerzas populares y propias, o apostamos a la salida
“institucional”, al “pacto” a la “negociación” y por tanto al aceptar las condiciones que tal negociación implica. ACEPTAR LAS
CONDICIONES QUE IMPONE LA NEGOCIACIÓN…..tal como las aceptó Allende en el pacto de garantías Constitucionales firmado y
que no sirvió de nada cuando el imperio y las FFAA determinaron que había que bombardear e iniciar la represión y
contrarrevolución en Chile, pacto que firmaron las fuerzas populares a fines de los años 80 y que le permitió la Impunidad a
Pinochet y el establecimiento de la transición de la cual hoy son pocos los defensores y autores responsables de una criatura
que es absolutamente repudiada hoy por la mayoría del pueblo.
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Curiosamente hay un paralelo inevitable a establecer entre el '73 y la situación actual: en la crisis del '73 las clases dominantes
instalaron la Ley de Control de Armas que terminaron aprobando en el Parlamento (¿Alguien recuerda como voto esa ley la UP?)
y que fue el instrumento usado por las FFAA para comenzar a allanar industrias, sedes sociales, escuelas, cementerios, faenas, o
asesinar como en Austral a dirigentes sindicales, en los últimos meses de Gobierno de Allende. Ahora los patrones, la UDI, RN y
Piñera intentan aprobar urgentemente la Ley contra los estudiantes que se tomen las escuelas.
Es por esto que no puede ser más acertada la decisión de los estudiantes de quebrar la mesa de diálogo establecida con el
Gobierno: en definitiva se trataba de la misma vieja política de la derecha y de la concertación de amarrar negociando mientras
que por fuera prepara las condiciones legales para desatar la represión. En definitiva los estudiantes no estaban sentándose a la
mesa de negociación…estaban yendo derechamente al paredón.
4. Labbe representa al perro guardián del sistema. Entrenado como buen perro guardián de los intereses de los poderosos, capta
la esencia del problema y lo expresa con claridad: no hay orden, no hay respeto, se está desordenando el mono que tanto nos
costó construir (como militar) y heredar (como alcalde y político). Su instinto le avisa claramente el peligro que comportan los
estudiantes secundarios (el acepta que los universitarios tengan opinión, pero no esos “casi humanos” secundarios). Entonces el
instinto de perro guardián traiciona al político calculador y se sale de madre. Por el, ya tendría a la DINA secuestrando dirigentes
y llevándolos a la parrilla y mandándolos al mar a hacerles compañía a los de los años '70 y '80. Pero, podemos aplicar una frase
histórica y erradamente adjudicada al Quijote. “No temas Sancho, si los perros ladran, es señal que avanzamos”.
5. Recado para algunos ansiosos que piden peras al olmo: no exijan a la CONFECH que sea una dirección revolucionaria. Hay que
ser muy cara de raja para pedirle a otros lo que es tarea de las organizaciones que se dicen revolucionarias. La CONFECH es la
organización de los estudiantes agrupados para luchar por sus demandas, y expresa la diversidad política, social, de clases,
existente en el mundo estudiantil. Y es bueno y correcto que así sea y se constituya, obligando al debate interno, al ejercicio de
la democracia en las instancias sociales y de lucha reivindicativa. La conducción y propuestas de los revolucionarios son de
responsabilidad de sus propias organizaciones y su deber político es someter sus propuestas al debate amplio y democrático. El
manejo político desde “afuera”, desde las “mesas políticas”, desde la oscuridad de los manejos y acuerdos bajo cuerda, terminan
por debilitar toda participación y fuerza social, minando sus fuerzas desde las bases, en vez de fortalecerlas.
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Preservar las Fuerzas para Desatar Nuevas Coyunturas de Lucha
24 de Octubre, 2011
Si la táctica es el arte y la ciencia del uso de los medios y fuerzas propias en un terreno, espacio y tiempo en concreto con vistas
a derrotar las fuerzas enemigas, incrementar las fuerzas propias y avanzar en el cumplimiento de los objetivos estratégicos, la
estrategia por tanto, es el uso de los encuentros tácticos para avanzar hacia nuestros objetivos de cambiar la correlación de
fuerzas e imponer nuestra voluntad al enemigo quebrando su poder y desarrollando el nuestro. Por tanto la estrategia solo se
materializa en la táctica y puede el desempeño en coyunturas tácticas determinar el resultado estratégico.
Hemos querido comenzar el análisis de la coyuntura del movimiento estudiantil planteando la relación entre táctica y estrategia,
porque nos parece como organización TRABAJADORES AL PODER que las luchas estudiantiles han llegado a un punto en que los
rumbos de continuidad y de la política especifica a ser desarrollada, deben ser guiados por nuestras concepciones estratégicas.
La coyuntura es compleja y se tratan de instalar en ella, una serie de visiones a nuestro juicio erradas, que no permiten discernir
con claridad los límites posibles de la coyuntura – desde la medición de las correlaciones de fuerzas globales en la sociedad,
desde las lecturas erradas del propio carácter del movimiento estudiantil y el apoyo de otros sectores sociales y de masas, y
desde concepciones políticas que tienden a llevar la resolución de la contradicción al plano de la institucionalización, bajo
diferentes propuestas que terminan todas por intentar dirimir el conflicto bajo marcos institucionales, sean estos el traslado de
la lucha al plano de lo electoral, las convocatorias a Plebiscito, la convocatoria a Asamblea Constituyente, o en la versión
aparentemente más radical, de Poder Popular “Constituyente”.
1. El equivoco rol de vanguardia política respecto a la sociedad chilena en su conjunto que se le está
asignando al movimiento estudiantil. En este sentido se viene instalando en los análisis de “comentaristas” políticos la
idea de un fuerte movimiento estudiantil con “pensamiento político” muy respaldado por la “ciudadanía”, llevada a límites en la
versión de Punto Final (llamando a postular candidatos estudiantes a escala de las comunas!!) o en la versión “movimiento social
con pensamiento propio” de Salazar convocando al Poder Popular Constituyente.
Respecto a la fuerza y respaldo, la realidad es que el respaldo de fuerza estudiantil a las acciones en los territorios estudiantiles
concretos es muy débil (basta ver la proporción alumnos en toma o movilizados en la lucha callejera versus alumnos inscritos, o
alumnos en asambleas). La fuerza de la movilización callejera, episódica, puntual, es mucho mayor que la fuerza requerida para
sostener el día a día de la lucha en los espacios estudiantiles concretos. A ello se suma hoy día en concreto el desconcierto y
confusión que se genera frente al inicio del segundo semestre, a la negativa y maniobras dilatorias desarrolladas por el gobierno
respecto a negociar de verdad y la no consecución, hasta ahora, de logros reivindicativos concretos para el movimiento
estudiantil, ambos temas potenciados además por la contradicción entre la mantención de la movilización y las demandas de los
rectores (hasta ahora apoyando las demandas estudiantiles), de retomar los calendarios estudiantiles de pruebas, cierre de
semestre, apertura de semestres, SIMCE, PSU, etc.
Respecto a su homogeneidad en lo político, todos los actores reales del movimiento estudiantil conocen la heterogeneidad y
fuertes contradicciones que se viven en su seno. Una cosa es lograr acuerdos puntuales en tal o cual coyuntura o construir una
plataforma y otra muy distinta tener homogeneidad política o la cualidad de ser “dirección política revolucionaria de la
sociedad”. La verdad es que desde marzo en adelante, han sido las bases radicales y revolucionarias dispersas, que no están
articuladas, las que fueron imponiendo y corrigiendo los rumbos de la dirección política del movimiento en cada coyuntura:
desde la primera frenada a Camila Vallejos que quería negociar cuando ni siquiera comenzaban las movilizaciones cuando se
define que no es vocera de la CONFECH., pasando por la redefinición de los petitorios de base, tanto de universitarios como
secundarios donde las demandas reivindicativas fueron reformulándose hasta llegar a la demanda de Educación Gratuita
instalada definitivamente después del 14 de julio.
En relación a su composición e intereses de clase, tampoco el movimiento estudiantil es homogéneo: no solo hay diferencia
entre los intereses de los profesores y los estudiantes, entre rectores y universitarios, siendo de mayor claridad y profundidad la
diferencia de intereses entre estudiantes universitarios ya integrados al sistema y cuya reivindicación central es disminuir el
costo del crédito universitario y estudiantes secundarios cuya posibilidad de ingreso a la universidad es ínfima por las diferencias
en calidad de educación y costos.
Estas contradicciones se suman a las contradicciones del propio funcionamiento y construcción de movimiento, en la lucha
caracterizada por “voceros-representantes de opinión de asambleas de base” versus “dirigentes, representantes de acuerdos de
mesas políticas” o “máquinas burocrático administrativas” que se arrogan representación de escuelas, liceos, etc.
Por todo lo anterior nosotros como organización pensamos que el movimiento estudiantil es parte de un movimiento de masas
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que se está reconstruyendo, que es heterogéneo, que está en disputa su conducción, que es mirado con simpatía por otros
sectores sociales pero que no tiene carácter de vanguardia ni en lo político ni en lo orgánico, que ha representado y representa
un aporte importante y significativo a la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad, pero no se puede pretender
que este movimiento asuma tareas y roles que son responsabilidades de otros actores. Por ello, que la advertencia de quienes
“desde lo político” afirman “hemos llegado para quedarnos” no es nada más ni nada menos que una pretensión de insertarse en
el tinglado político a costa del movimiento estudiantil pero que nada tiene ello de revolucionario o de transformación del
sistema político, siendo una versión más del reformismo que lucha contra la exclusión (por tanto inserción en el sistema político
actual) y no por su superación y/o destrucción.
2. El error de considerar un episodio de la lucha de clases como factor desencadenante de
transformaciones revolucionarias de la sociedad sin considerar las correlaciones globales de fuerzas (y
de contrabando reducir el desempeño de toda la fuerza acumulada en un nuevo acto re-fundacional del
Estado burgués). Este error se expresa de manera muy extendida en la amplia mayoría de propuestas de salida a la crisis y al
conflicto estudiantil que se han venido planteando, y que de paso muestra la miseria ideológica y lo paupérrimo de las visiones
estratégicas existentes y que deberían teóricamente fundamentar la existencia de las decenas de orgánicas, colectivos, o
protoorganizaciones existentes.
Si ya la primera lectura de asignar un rol de vanguardia a un movimiento estudiantil supuestamente homogéneo, genera
conclusiones prácticas absolutamente erróneas y desproporcionadas, la reiterada conducta del cortoplacismo, el voluntarismo y
el espontaneismo juegan un ingrato papel de tensionar la lucha a un plano en que se juega el todo o nada, el “encuentro” de
atajos en la lucha de clases que pretendidamente resuelven los problemas que son propios de la conducción revolucionaria, del
proceso de construcción de fuerzas, en definitiva, de la construcción de Partido Revolucionario y del necesario proceso de
acumulación de fuerzas para luchar por la transformación revolucionaria de la sociedad.
¡Que maravilla para consultores, comentaristas, propagandistas y todos aquellos que no construyen fuerzas reales y que
simplemente se “suben” a la asamblea, a la movilización, o a la web para “opinar” sin responsabilidad alguna respecto a
territorio, fuerzas y espacios concretos! Que maravilla: la revolución, la transformación de la sociedad está a la vuelta de la
esquina, basta seguir con unas pocas marchas y movilizaciones, con perder un semestre, con decretar el paro nacional, o la
consulta popular vinculante, plebiscito, asamblea constituyente y similares….la carreta antes que los bueyes, el postre antes que
la comida, una visión ingenua que omite la existencia del Estado, de las FFAA, de las fuerzas sociales y políticas que respaldan a
los poderosos, en definitiva que elude el tema más importante: LA CONSTRUCCION DE FUERZAS Y LA CONFRONTACION DE
ESTAS FUERZAS.
Aquí subyace la miseria de las propuestas estratégicas del conjunto de la izquierda chilena y la fortaleza que demuestra el
Partido Comunista, que nos guste o no, tiene una estrategia concreta, tiene un proyecto bajo el cual orienta y hace coherente su
intervención (la estrategia reformista de incluirse como fuerza en el estado y luchar por las reformas desde ahí). Pero ¿Cual es el
proyecto que ofrecen las otras fuerzas que se dicen revolucionarias y cual es la coherencia entre el desempeño táctico y esa
propuesta estratégica?
Al menos nosotros como TRABAJADORES AL PODER debemos ser claros al respecto: no hay condiciones hoy día para resolver el
tema del poder, el tema de las transformaciones revolucionarias de la sociedad. No sólo por las características ya analizadas de la
debilidad del movimiento estudiantil, sino principalmente por el estado del movimiento popular en su conjunto: los niveles de
desarticulación, de desmovilización, la pasividad. Es claro que hay un malestar, que hay un proceso general de reanimación del
campo popular, de un proceso de cambio cualitativo del periodo. Pero no debemos confundir un oleaje con un tsunami, ni
tenemos el derecho a suponer que el tsunami se desatará por arte de magia y no como consecuencia de un proceso de luchas,
experiencias, combates concretos, construcción de fuerzas, etc.
Los poderosos tomaron nota a fines de julio del carácter de la coyuntura y comenzaron a generar los mecanismos para
confrontar al movimiento estudiantil. De allí que una primera medida fue el ganar tiempo mediante el show de la mesa de
diálogo, al tiempo que delineaban una línea más especifica para bloquear y neutralizar el movimiento: aislarlo del resto de la
sociedad (por ende todos los intentos de división entre violentistas y “sociales”, duros y blandos, santiaguinos versus región,
universitarios versus secundarios) campaña en que ingenuamente entraron no pocas fuerzas (véase las declaraciones del
Presidente de la FEUSACH), para finalmente llevarlo por la canaleta de la criminalización: propuestas de leyes especificas, presión
y amenaza a los jueces que liberan a detenidos subversivos, presión al Presidente del Senado para que use la represión de FFEE.
Dicho de otro modo: a pesar de los costos, el poder no se complica con las marchas y el despliegue de masividad de los
estudiantes.
El poder sabe que los estudiantes como fuerza social no son determinantes en la estructura productiva y sabe que, metiéndolos
en la disyuntiva de la “movilización ciudadana” versus la movilización violenta, por la existencia en su seno de fuerza reformistas
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y fuerzas que temen a la radicalización, lograrán contener la única forma de lucha que genera ingobernabilidad y cuestiona la
normalidad del ejercicio del poder. Dicho de otro modo: pueden permitirse aun muchas más manifestaciones de centenares de
miles marchando y cantando en las calles, pero no pueden permitir que las fuerzas estudiantiles organizadas impidan la
circulación, el tránsito, el desarrollo de los negocios y la normalidad de la vida ciudadana. Por eso el despliegue de sapos en las
marchas, de campaña contra los capuchas, de leyes contra los que realicen tomas. Haciendo un paralelo histórico: el año 1973 en
medio de la crisis, la burguesía instaló la Ley de Control de armas que permitió meter a las FFAA a la tarea directa de represión
de masas antes del golpe y ahora instala leyes para impedir que el movimiento estudiantil se radicalice y contagie a otros
sectores sociales.
Nosotros como TRABAJADORES AL PODER asumimos una estrategia de construcción de fuerzas políticas, sociales y militares
para luchar por el poder. Nosotros entendemos que estamos recién reinaugurando un proceso de ascenso de la lucha de masas,
que los revolucionarios estamos dispersos y atomizados sin lograr aun grados importantes de unidad y de coordinación.
Nosotros entendemos que no es el momento de luchar ni por el poder ni por transformaciones de la sociedad mediante
mecanismos que llevarán a la fuerza acumulada a las canaletas que le impone el sistema.
Nosotros entendemos que hoy es la hora de seguir luchando, de PRESERVAR LAS FUERZAS ACUMULADAS y proyectar la
continuidad de la lucha para el próximo año sobre la base de:
–
–
–
–
–
Avanzar en construir grados de unidad y coordinación de la franja de los revolucionarios en los espacios estudiantiles
de secundarios y universitarios
Mejorar la inserción local, construyendo fuerza militante y el espacio de convergencia de los revolucionarios.
Avanzar en formas de organización y lucha de mayor radicalidad a nivel de masas
Avanzar hacia los territorios buscando el desarrollo de Poder Popular mediante coordinadoras sociales de
organizaciones con ropa social (no a las mesas políticas que suplantan a los sujetos sociales concretos).
En relación al cierre del semestre o mantención de las tomas: asumir a escala local el análisis del respaldo real existente
para mantener este nivel de acción o en su defecto avanzar en el desarrollo de otras formas de luchas que no
impliquen la perdida de la fuerza acumulada.
BONUS TRACK: ( Fragmento del Mensaje a la Tricontinental del Ché)
“Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el esclarecimiento
de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de liberarse en forma pacífica.
Para nosotros está clara la solución de esta interrogante; podrá ser o no el momento actual el
indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a
ello, de lograr la libertad sin combatir. Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras
contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo
enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes;
será una lucha larga, cruenta, donde su frente estará en los refugios guerrilleros, en las ciudades,
en las casas de los combatientes –donde la represión irá buscando víctimas fáciles entre sus
familiares– en la población campesina masacrada, en las aldeas o ciudades destruidas por el
bombardeo enemigo.
Nos empujan a esa lucha; no hay más remedio que prepararla y decidirse a emprenderla.
Los comienzos no serán fáciles: serán sumamente difíciles. Toda la capacidad de represión, toda la
capacidad de brutalidad y demagogia de las oligarquías se pondrá al servicio de su causa. Nuestra
misión, en la primera hora, es sobrevivir, después actuará el ejemplo perenne de la guerrilla
realizando la propaganda armada en la acepción vietnamita de la frase, vale decir, la propaganda
de los tiros, de los combates que se ganan o se pierden, pero se dan, contra los enemigos. La gran
enseñanza de la invencibilidad de la guerrilla prendiendo en las masas de los desposeídos. La
galvanización del espíritu nacional, la preparación para tareas más duras, para resistir represiones
mas violentas. El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más
allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva
y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede
triunfar sobre un enemigo brutal.
Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión;
hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de
sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir
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una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más
bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma.”
Luchando para Vencer
¡TRABAJADORES AL PODER!
72
Notas para el Debate Sobre Estrategia
13 de Diciembre, 2011
Buenas tardes compañeras, compañeros.
Agradezco la invitación a esta actividad para discutir los problemas de estrategia, sobretodo en el marco de una crisis ideológica
profunda como la que se vive hoy en la izquierda chilena en que el pos modernismo y el reformismo imponen mayoritariamente
a la fuerza social en lucha un ritmo y una conducción alejada de la lucha por el poder y la transformación revolucionaria de la
sociedad y mas bien instalan una conducción que busca ganar posiciones dentro de la institucionalidad burguesa, posiciones no
entendidas como lo entendía Lenin o Recabarren como trincheras para seguir acumulando fuerzas, sino posiciones a mantener y
defender en una visión de transformación gradual de la sociedad que no asume que en definitiva la lucha de clases es la lucha de
intereses contradictorios que se resuelve por la confrontación en definitiva de las fuerzas en pugna.
El tema, muchas veces tratado con una liviandad que asombra, requiere mayor tiempo que el que tenemos para exponer y
debatir, por lo que, necesariamente tocaré una serie de aspectos solo en su enunciado, dejando para debate posterior
profundizar algunos aspectos. Una primera parte la dedicaremos a los temas de conceptos generales y una segunda parte en
revisar un balance presentado en otro foro hace ya un tiempo respecto a las estrategias político-militares desarrolladas por la
izquierda chilena en las últimas décadas. Evidentemente escapan a esta exposición tocar las estrategias de la llamada “vía
chilena hacia el socialismo” desarrollada por la Unidad Popular y la llamada “salida política en la lucha antidictatorial” que
determinó la subordinación de gran parte del campo popular a la estrategia de la Oposición Burguesa de los años '80 y la
instalación de los gobiernos de la Concertación en la mal llamada “transición a la democracia”.
En términos conceptuales dejemos sentado algunas tesis básicas antes de entrar al tema de estrategia y táctica:
1.
Los seres humanos se articulan para vivir en formaciones sociales concretas cuyo objetivo último es producir lo
necesario para vivir y reproducirse.
2.
En el proceso de formación social históricamente se han ido constituyendo clases sociales definidas de acuerdo a las
relaciones de producción social que establecen entre si, existiendo desde la aparición de la propiedad privada, clases
sociales que imponen su dominio y poder sobre otras, asegurando mediante la coerción y la fuerza su posición de
dominio.
3.
La historia de la humanidad no es otra cosa que la historia de la lucha de las clases.
4.
La lucha de clases ha sido siempre una guerra más o menos encubierta entre las clases, dependiendo el grado de
agudización de la lucha, de la correlación entre las fuerzas en pugna.
5.
La dominación de clases tiene dos componentes básicos: la hegemonía (coerción vía enajenación) o la violencia directa
a través de los aparatos generados para estos efectos por el Estado, superestructura jurídica-política que establece la
dominación.
6.
En la sociedad capitalista la contradicción principal existente en la formación social es la existencia de una clase
poseedora de los medios de producción y que acumula individualmente las riquezas producidas socialmente, versus el
proletariado y demás clases trabajadores que aportan su fuerza de trabajo al proceso de producción.
7.
Cualquier fuerza política que pretenda luchar por la transformación de la sociedad debe platearse construir una fuerza
social de carácter revolucionario que lucha por romper la hegemonía ideológica y la construcción de la fuerza social y
material concreta capaz de luchar por el poder.
8.
En términos históricos, en la lucha contra el capitalismo, han surgido diversas concepciones de lucha cuyas expresiones
más difundidas son el economicismo (lucha reivindicativa permanente para mejorar las condiciones de sobre vida bajo
el capitalismo), las concepciones reformistas (luchar por reformas graduales al interior del aparato del Estado), las
concepciones revolucionarias de lucha por el poder en sus diversas versiones.
9.
Dado el grado de desarrollo del capitalismo a escala planetaria, la definición de una propuesta estratégica debe
enmarcarse asumiendo que el desarrollo de la economía mundo ha generado relaciones de dominio imperial a escala
planetaria, con clases dominantes locales subordinadas a dichos centros y la existencia de poderes económicos,
políticos y militares que luchan ente si por instalar su dominio y hegemonía y que tienen la capacidad de intervenir en
función de sus intereses en todos los rincones del planeta.
10. Por tanto existe una dimensión de lucha a escala mundial del proletariado y una dimensión a escala local.
Establecido lo anterior en términos generales, podemos entrar a plantearnos que es la Estrategia y que es la Táctica,
entendiendo que ambos conceptos provienen del lenguaje y de la ciencia militar, principalmente por los desarrollos al respecto
realizados por Von Clausewitz y redefinidos por el marxismo.
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Entendemos entonces, como primera aproximación, que la Estrategia es la ciencia y el arte de acumular y conducir la suficiente
fuerza social revolucionaria para quebrar el dominio burgués e imponer nuestra voluntad al enemigo, en un tiempo y en un
espacio concreto. La Estrategia por tanto es un dibujo general de líneas de desarrollo y de criterios que se materializa a través de
la Táctica que por definición es entonces, el arte de usar los medios y las fuerzas sociales en los “encuentros” o episodios
coyunturales de confrontación entre las fuerzas de los dominantes y los dominados, episodios o encuentros que se pueden
traducir en lucha ideológica, social, política, militar, cultural o diplomática y que se dan en un tiempo y en un espacio o terreno
concreto.
De lo anterior se deduce que nuestro objetivo no es aniquilar las fuerzas vivas del enemigo, ni infundir terror como lo presenta
la prensa burguesa ni nada parecido. Nos interesa quebrar el dominio y el poder burgués, vale decir derrotar la dictadura de una
clase minoritaria que impone al conjunto de la sociedad (no solo a su clase antagónica), su dominio, para construir una sociedad
cuya producción social no sea apropiada por dicha minoría sino que sea en beneficio de las mayorías, asentada en la soberanía
ejercida desde instancias de Poder Popular.
La propuesta de Estrategia por tanto, debe considerar una serie de aspectos:
¿Quiénes constituyen la fuerza social revolucionaria? ¿Cómo se organizan? ¿Cómo se expresan? Ello nos lleva a la necesidad de
analizar la formación social para definir quienes son las clases y sectores motrices, quienes son los sectores a neutralizar, cuales
son los adversarios, lo que se traduce luego en política de alianzas sociales y línea de alianzas políticas con aquellos sectores
políticos que pretenden similares objetivos.
En el mismo sentido se plantea el conocimiento de las fuerzas reales de nuestros adversarios: quienes son, en que ramas de
producción se concentran, su relación con el imperio y burguesías de países limítrofes.
El espacio aquí es entendido no solo como el espacio geográfico o geopolítico que es necesario conocer, sino que también el
Estado, el escenario político para determinar los límites de espacios para desarrollar luchas políticas abiertas, institucionales que
permitan acumular fuerzas, en definitiva conocer los grados de legitimación y hegemonía construida por los dueños del poder
para generar la crisis de dicha hegemonía. Lo que lleva al debate sobre la necesidad o no de la lucha armada, al Estado y los
límites de la democracia burguesa, a la relación entre lucha por las reformas y la revolución.
Conviene hacer aquí un par de distinciones: no toda lucha armada es guerra ni menos guerra de clases. Por ejemplo las bandas
de narcotraficantes tienen armas, soldados, desarrollan enfrentamientos pero su objetivo no es ni la toma del poder ni destruir
el Estado, su objetivo es proteger sus negocios e inversiones, destruir a sus contendores (en ese sentido es una guerra limitada).
Se da el caso también del uso de la fuerza militar o armada como elemento de presión para una salida política (muchas veces
usado por diferentes organizaciones a escala mundial y en Chile).
Luego, de acuerdo al desarrollo histórico, experiencia, maduración de las fuerzas y tomando en cuenta la dialéctica de la lucha
de masas de avances y retrocesos, del proceso de saltos dialécticos en la transformación de la cantidad en calidad (ejemplo del
estudio de Lenin sobre huelgas legales, huelgas ilegales, paros, insurrecciones locales, insurrección general) definir etapas u
objetivos intermedios a cumplir en términos de ir materializando la estrategia. Se trata de los “momentos” de la estrategia que
han tenido herramientas de análisis diferentes tales como periodo prerrevolucionario, periodo revolucionario, crisis
revolucionaria en la visión estratégica insurreccional, o etapas de defensa estratégica, de equilibrio estratégico o de ofensiva
estratégica en la visión guerra prolongada de Mao Tse Tung.
En definitiva hemos ido aproximándonos a un segundo plano del conocimiento de la estrategia: a la existencia de modelos
históricos generales, que han surgido a partir de respuestas concretas frente a formaciones sociales específicas y que
desgraciadamente han sido copiadas mecánicamente de manera posterior en otros países con condiciones diferentes
generándose derrotas catastróficas para las fuerzas revolucionarias. Y en esto, el entender el marxismo como un recetario, como
dogmas y verdades eternas e inamovibles tiene una gran responsabilidad el carácter de organizaciones verticalistas, que ajustan
la realidad (acomodando su conocimiento de ella), a su concepción teórica pre determinada subjetiva y arbitrariamente.
Tales modelos generales son el modelo insurreccional, el modelo guerra irregular y prolongada, el modelo guerra popular, el
modelo foco guerrillero, principalmente.
Para no alargar aquí esta parte de la exposición dejamos para el ejercicio personal de ustedes el establecer cuadros
comparativos entre cada modelo. Señalo simplemente que dicho cuadro se puede construir estableciendo algunas variables a
trabajar:
–
Enemigo Principal
–
Tipo de Estado
–
Fuerzas motrices y aliados
–
Escenarios Principales (Campo, Ciudad, Montaña, etc)
–
Momentos del proceso completo
74
–
Tipos de fuerzas construidas.
–
Conducción Política, Conducción Militar.
Y antes de pasar a la otra parte de la exposición señalar al menos alguna literatura básica de apoyo, que salvo la primera, se
encuentran en Internet.
–
La Insurrección Armada (Tercera Internacional. Nuberg).
–
Teoría de los Procesos Insurreccionales Contemporáneos (Emilio Lussu)
–
Problemas Estratégicos de la Revolución China (Mao)
–
Guerra del pueblo, Ejercito del Pueblo (Vo Nguyen Giap).
–
Táctica y Estrategia de la Revolución latinoamericana (Che)
–
De la guerra (Clausewitz)
"Quisiera agradecer a quienes me han invitado a participar de este seminario que reúne a académicos, tesistas y estudiantes que
investigan desde la historia y desde otras disciplinas la lucha armada en Chile durante las últimas décadas.
Se cruza esta actividad con muchas otras instancias de análisis y discusión en la izquierda, lo que refleja una activa búsqueda,
procesamiento y síntesis en que se encuentran diversos grupos, colectivos, organizaciones e individuos que buscan respuestas a
las muchas interrogantes sobre los aciertos y errores, lo correcto o incorrecto de nuestra praxis como pueblo en el pasado
reciente. Para muchos, estos debates permiten construir una lectura de lo sucedido y desde allí encontrar pistas, rutas, señales
útiles para quienes hoy día construyen alternativas de lucha contra la dominación.
Quisiera señalar inicialmente que no represento ni hablo a nombre de ninguna organización, sino que hablo desde mi práctica
iniciada el año 1967 en una unidad técnico militar de la Brigada Secundaria del MIR, que continuó en unidades de información e
inteligencia hacia 1970, luego en el Dispositivo de Defensa del Presidente Allende hasta 1972, en el Cordón Cerrillos y en su
Comité de Defensa hasta el Golpe, continuando con experiencias militares en el exterior y en la Resistencia Popular como
Responsable de las unidades milicianas en Santiago, hasta mi segunda detención el año 1981. Digo esto porque de todos es
conocido el proceso de división y fragmentación vivido por el MIR por lo que no pretendo arrogarme representación alguna y mi
ponencia refleja a lo más las discusiones y reflexiones realizadas con diversos compañeros en la prisión y en la práctica de los
años posteriores.
Ayer fueron presentados diversos trabajos, visiones, experiencias investigadas y tratadas por académicos y alumnos. Se nos
invita a participar como “actores”, categoría discutible a la que yo quisiera oponer la categoría de “militante”, lo que desde ya
nos coloca en una esfera distinta a la academia, a la contemplación de los sucesos históricos, sociales, políticos y militares desde
una supuesta objetividad y nos lleva a una evaluación y reflexión que hacemos parados desde un proyecto, desde un
compromiso, desde una visión política, desde los intereses de una clase o sector del pueblo en pugna con otro. Finalmente,
desde una apuesta realizada en base al análisis de la formación social, a la definición de que tipo de cambios queríamos realizar,
de quienes serían nuestros aliados y nuestros enemigos en fin, un conjunto de señalamientos y definiciones constituidas en
Programa, Lineamientos estratégicos, Táctica para cada periodo, táctica para cada frente, modelo de construcción orgánica y de
fuerzas, en fin, definiciones realizadas colectivamente y modificadas por la praxis de una organización que procesaba
permanentemente los resultados de su propuestas a nivel del campo popular, muy lejanas del espontaneismo y de las
caricaturas que hoy día suelen transmitirse del MIR.
Lo singular de la experiencia del MIR en décadas pasadas, en relación a las experiencias de otros compañeros de panel aquí
presentes, es que surgió a partir del agotamiento de las estrategias reformistas y de los intentos de transformación del Estado
mediante la legalidad burguesa. Surgió en un contexto histórico marcado por la revolución cubana, por la convergencia de
diversos sectores de antigua militancia de izquierda revolucionaria y jóvenes del PS y del PC que rompieron con sus
organizaciones para fundar una nueva alternativa de lucha. Claramente en contra del estado capitalista y por transformaciones
radicales de la sociedad, asumiendo que dichos cambios sólo se materializarían con la conquista del poder. Ello llevó a fundar
una estrategia de lucha por el poder, una estrategia de acumulación de fuerzas sociales, políticas y militares, de construcción de
la fuerza social revolucionaria a partir del proletariado y los pobres del campo y la ciudad. Se negaba, por tanto, la existencia de
burguesía progresista supuestamente aliada, se negaba por tanto, la necesidad de una etapa de lucha democrático nacional,
tesis sostenida por la izquierda tradicional. Se asumía, por ende, la necesidad de tener una política militar y consecuentemente
con ello una orgánica construida para ello.
No vamos a discutir en este momento lo ético o legítimo del uso de la violencia. Este debate es instalado hipócritamente por
quienes tienen el control del monopolio de las armas y del uso de ella: las clases dominantes a escala nacional o planetaria.
Descaradamente quienes tienen el mayor arsenal a escala mundial y controlan la industria y el tráfico de armas, quienes han
75
estado presentes en todas las guerras durante las últimas décadas, se permiten definir quienes pueden o no pueden tener y usar
las armas o que guerra es legítima o no, que violencia es terrorista y que violencia es ejercida legítimamente en forma
preventiva.
En nuestro país, no es distinto el tema. Los poderosos que no vacilaron en desatar la guerra de exterminio en la Araucania,
masacrar a trabajadores en Iquique, Ranquil, San Gregorio, La Coruña, Salvador, Pampa Irigoin, hipócritamente rasgan vestiduras
respecto a la violencia. Cobardemente incluso niegan sus responsabilidades y el papel que jugaron durante los años de la
dictadura militar y la extrema violencia desatada contra el pueblo y sus organizaciones desatadas.
En décadas pasadas, uno de los mitos presentes en la izquierda chilena era la existencia de Fuerzas Armadas neutrales,
respetuosas de la ley. Que manera tan cruenta de despertar a una realidad señalada por miles de víctimas y de combatientes
que intentaron enfrentar al poder militar. Esa violencia y poder militar desatado y en manos de la burguesía que a través del
golpe y la dictadura refundaron su dominación, su Estado y su patrón de acumulación capitalista, haciendo retroceder al
movimiento de masas y escarmentándolo para que no intentara nunca jamás desafiar su poder.
Caro, muy caro pagamos el sueño ayer y lo seguimos pagando bajo el actual sistema de dominación.
¿Donde si no en Chile se han confirmado en las décadas pasadas el carácter del Estado como maquina de opresión de las clases
dominantes?
¿Donde sino en Chile se comprobó el rol que juegan las clases y fracciones de clases cuando está en disputa el poder?
¿Donde si no en Chile se comprobaron conceptos como ascenso de las luchas de clases, periodo prerrevolucionario, periodo de
reflujo, campo popular, lucha de clases?
Ciertamente la ideología de la dominación ha intentado e intentará mil veces negar las herramientas de análisis para la acción
que desde el campo popular se han forjado, así como intenta negar y desacreditar las formas de organización y lucha, ayudados
hoy día por los tránsfugas que optaron por cruzar a la vereda de enfrente.
Estimadas compañeras y compañeros: es difícil en los pocos minutos con que contamos, sintetizar la experiencia del MIR, que
cruza tres periodos de la lucha de clases y ya casi 43 años de existencia. Más aun cuando la dispersión y fraccionamiento han
impedido una síntesis construida colectivamente. Discrepo profundamente de un sector que en días recientes, como gesto de
buena conducta a los dominadores ha emitido una declaración pública para dar fe de su conducta “democrática”.
Lamentablemente para ellos, que se presentan como continuidad del MIR, la historia de esta organización esta ligada a una
concepción de lucha político-militar, a una construcción orgánica ideada para impulsar la lucha armada, al desarrollo de diversas
formas de luchas, pacíficas y violentas, legales e ilegales, armadas y no armadas, a la construcción de masa armada, de milicias, al
impulso del sabotaje, de la propaganda armada, de la lucha guerrillera urbana y rural, del desarrollo de distintos tipos de fuerzas
técnico militares, del desarrollo de inteligencia, talleres, construcción de retaguardias y trabajo de fronteras, al desarrollo de la
formación y capacitación en los temas militares, el estudio de la guerra, de la insurrección, del trabajo incluso de acercamiento a
miembros de las fuerzas armadas en un tiempo en que soldados, marinos, aviadores, carabineros también asumían compromisos
con el campo popular, muchos de los cuales también rindieron sus vidas luchando junto al pueblo.
Quisiera por tanto, desde la perspectiva de una organización que se planteó la lucha por el poder, que se planteó la construcción
de una fuerza social revolucionaria y una estrategia de guerra popular, establecer algunas ideas centrales:
a) En Chile, en las últimas décadas hemos asistido a una sola guerra, la guerra de los poderosos, entendida ésta como la
continuación de la política de la clase dominante por medio de las armas para imponer su voluntad.
b) Desde el campo popular, a pesar de que se han levantado proyectos de guerra popular, guerra patriótica u otras similares,
estas propuestas no han pasado de la fase de acumulación primaria de fuerza, sin lograr constituirse como voluntad del
conjunto del pueblo o de fracciones significativas de él, por lo que en la práctica la lucha armada desencadenada en diversos
periodos no ha pasado de las fases de lucha de masas, lucha de masas apoyadas por milicias, acciones milicianas y de grupos
operativos urbanos o rurales de diverso carácter, sin lograr constituirse en fuerza beligerante con territorios bajo control, con
iniciativa estratégica, fuerzas que en definitiva han sido aisladas del apoyo de masas, cercadas, aniquiladas o dispersadas en sus
diversos intentos; derrotas que el poder ha aprovechado para profundizar la dispersión, desmoralización y desmovilización de la
fuerza militar, política y social previamente acumulada.
c) Desde la perspectiva de la acumulación de fuerzas, la estrategia de lucha armada se ha logrado instalar de manera puntual en
franjas sociales reducidas, sin lograr acortar las brechas que le impiden ligarse al conjunto del pueblo, principalmente por su
débil inserción en sectores estratégicos de las clases trabajadoras, por el accionar de represión, terror y miedo que la ofensiva de
los poderosos ha instalado, movimiento de masas afectado igualmente en esta etapa por la crisis y las derrotas de la izquierda a
escala mundial y la ofensiva que mantiene el capital a escala mundial.
d) Desde la perspectiva de capacidades de conducción estratégica y de la resolución de los problemas centrales que se plantean
en esta esfera, no hemos logrado generar dichas capacidades de conducción y no hemos resuelto problemas fundamentales:
76
•
La contradicción de crecer como proyecto y alternativa protegiendo la fuerza propias versus la necesidad de agitar,
organizar e insertarse en las luchas populares y difundir el proyecto revolucionario. Vale decir, entre la construcción
clandestina y el abrirse para insertarse en las luchas de masas.
•
La contradicción de estar obligado a tomar iniciativas tácticas de acción cuando en todos los periodos transcurridos
hemos estado a la defensiva estratégica, haciendo la salvedad que el periodo prerrevolucionario del 70-73 se trató de
un periodo principalmente de lucha política de masas y de existencia de una conducción mayoritaria del reformismo en
el campo popular.
•
La contradicción entre la necesidad de articular y coordinar la lucha de masas construyendo la fuerza social
revolucionaria y las necesidad de respetar la autonomía e independencia de las organizaciones sociales que luchan
principalmente por reivindicaciones que no necesariamente se traducen en demandas políticas o maduración política.
e) Desde la perspectiva de las acciones táctico-estratégicas desarrolladas podemos señalar como balance:
•
El correcto impulso de acciones directas de masas en diversos periodos, como las tomas de terreno, de industrias, de
predios agrícolas, de centros de estudios, las corridas de cerco y recuperación de tierras.
•
El trabajo de Inteligencia, desarrollado previo y durante el periodo de la Unidad Popular, así como el aporte a la
seguridad personal del Presidente Allende.
•
El correcto impulso del control obrero de la producción y desarrollo de poder popular embrionario en la etapa
prerrevolucionaria.
•
Lo acertado de la construcción de diversos tipos de fuerzas como milicias, grupos operativos, Fuerza Central, así como
especializaciones en información, inteligencia, comunicaciones, talleres, logísticas, grupos caza-tanques, fuerzas
guerrilleras rurales.
•
Lo acertado del impulso del trabajo hacia soldados, marinos, aviadores y carabineros tanto para la lucha político
reivindicativa en periodo prerrevolucionario como para la información e inteligencia.
•
No resolvimos adecuadamente la crisis generada el año '73 luego del Tancazo, la aprobación de la Ley de Control de
Armas y el inicio de la estrategia de diálogo y convocatoria a plebiscito levantada por el Gobierno de la Unidad Popular.
Aún cuando convocamos a la contraofensiva popular, las masas ya estaban en retroceso y la alternativa de una
resistencia mediante insurrecciones de masa apoyadas por fracciones de las fuerzas armadas simplemente no funcionó.
Entramos al periodo contrarrevolucionario con toda nuestra fuerzas abiertas, encuadradas por la represión, sin
retaguardia social dado el propio retroceso de masas, y equivocándonos en la evaluación de las capacidades que
teníamos para resistir. Es necesario decirlo alguna vez: gran número de compañeros, de combatientes preparados
quedaron expuestos, sin retaguardia, deambulando, sin medios, sin apoyo de masas y fueron fácil presa de la represión
perdiéndose valiosas vidas, experiencia y muchos medios de combate, sin haber logrado en dicho periodo realizar
acciones tácticas de alguna envergadura.
•
Consolidada la contrarrevolución y con un reducido número de sobrevivientes, la Resistencia Popular de los años '75 al
'79 fue creciendo poco a poco, desatando una fase de propaganda armada que enfatizaba en la protección de la fuerza
propia, en la unidad de las fuerzas antidictatoriales, cuidándose del voluntarismo, combinando la lucha de masas y la
lucha de resistencia armada, la lucha legal e ilegal, con una clara perspectiva de lucha irregular y prolongada.
•
Los resultados de la fase anteriormente descrita, el incremento de luchas armadas en Latinoamérica y a escala mundial,
la clara noción de que se avecinaba en Chile una crisis económica de envergadura, llevan al MIR al desarrollo del Plan
'77, a la construcción de retaguardia geográfica cercana, al retorno de cuadros desde el exterior, a elevar la intensidad
de las acciones urbanas y a instalar fuerzas guerrilleras rurales en dos zonas del sur de Chile. Esta escalada evidenció la
fragilidad de nuestra retaguardia social, la poca infraestructura y medios existente, los problemas de conducción
táctica en terreno, exponiendo a las fuerzas y a la organización en general a golpes estratégicamente definitivos, que
llevaron a la desarticulación, cerco y aniquilamiento de casi todas las unidades construidas, precipitando la crisis que
de manera posterior quebraría a la organización.
f) Desde la perspectiva del tipo de acciones desarrolladas exitosamente podemos rescatar:
•
Las acciones de masas anteriormente descritas (tomas, recuperaciones de tierras, corridas de cerco)
•
Las acciones milicianas (propaganda, propaganda armada, sabotaje, voladuras de postes, cortes de energía eléctrica, de
oleoductos, gaseoductos, construcción de armamento casero, recuperaciones de medios y recursos financieros
menores)
77
•
Las acciones de grupos operativos y de Fuerza Central: iguales a las anteriormente descritas, incorporando atentados,
posturas de artefactos incendiarios y explosivos, ataques a cuarteles, acciones antidepresivas.
•
El trabajo de Talleres y de aseguramiento logístico.
•
El trabajo de inteligencia y procesamiento de información.
•
La construcción de retaguardia cercana y trabajo de fronteras.
g) Los principales errores y horrores cometidos:
•
La poca preparación y capacidades a nivel estratégico.
•
Falta de unidad y cohesión política para implementar la táctica acordada, principalmente a partir de 1973, visiones
dispares desde Dirección Interior y Exterior, hasta llegar a impulso de políticas fraccionales y al quiebre por arriba de la
organización.
•
Debilidades para enfrentar los fenómenos del individualismo y falta de discusión colectiva para sancionar temas
estratégicos, que derivaron en voluntarismo, sobrevaloración de la organización y sus capacidades, subvaloración de las
capacidades de las clases dominantes y del aparato represor, cortoplascismo traducido en la búsqueda de réditos a
corto plazo, mesianismo de poner a la vanguardia y a la propia organización como sujeto protagónico y no a las masas.
•
Rigidez estratégica, poca capacidad de maniobra para asumir los cambios de la situación política nacional o
internacional.
•
Y sobretodo en los últimos años, falta de humildad, de trabajo unitario, desarrollando mucho ruido, banderas,
declaraciones y escasas acciones de masas reales.
Estimadas compañeras y compañeros:
El balance presentado, reitero a título personal, no me cabe duda que puede prestarse para que chillen y rasguen vestiduras los
que detentan el poder y los reformistas que creen que dando certificados constantes de buena conducta ganarán un espacio en
el tinglado del escenario político público, mascarada que mantiene en la oscuridad a los poderes reales. Estas son notas para un
balance de un periodo histórico en que la lucha armada estuvo presente en nuestra vida cotidiana. La Guerra es demasiado seria
y ciertamente es un monstruo que pisa fuerte como dice León Gieco, como para tomarla con ligereza y a título de aventura
personal. La verdadera guerra del pueblo contra la dominación se funda en la conciencia y voluntad de lucha de las mayorías
explotadas y oprimidas. La apertura de un periodo de alza de las luchas de las masas y luego el periodo dictatorial permitieron a
una generación de revolucionarios plantearla como alternativa posible.
Las generaciones actuales de constructores en el campo popular saben perfectamente que hoy es la hora de sembrar, de
reconstruir campo popular, de ganar el corazón del pueblo como reclamaba Ho Chi Minh, de unir a quienes aún creen que es
posible luchar por construir un mundo mejor.
El mejor aporte para ellos y las luchas actuales y futuras es rescatar nuestra propia experiencia, con honestidad y transparencia,
con humildad y con la certeza de que mientras exista hambre y opresión, mientras existan explotados y pobres del campo y la
ciudad, sólo la lucha nos hará libres.
Gracias".
78
Superar la Lucha Electoral por el Falso Poder: Desplegando Luchas Reivindicativas
y Políticas, Elaborando Pliegos del Pueblo y Construyendo Poder Popular
¡Trabajadores al Poder!
05 de Marzo, 2012
En el campo Internacional se mantiene la pugna de los bloques imperialistas en torno a la disputa por la hegemonía con claros
retrocesos de EE.UU. en el terreno económico y con avances de China, en tanto que Europa asiste a fuertes crisis internas
producto del intento de las clases dominantes de incrementar la superexplotación y de poner término a los beneficios sociales
que gozaban sus trabajadores. Los indignados son por una parte el manifiesto descontento de los que añoran el Estado de
Bienestar perdido y la expresión de resistencia a las medidas que la dominación intenta imponer. La pugna principal sigue
siendo, sin embargo, la disputa en el terreno de las fuerzas militares en que se articulan EE.UU. y Europa para cercar y contener
la expansión de China y Rusia y de paso fortalecer sus posiciones en medio oriente y en el control del petróleo y los medios de
producción, trasporte y distribución en la zona.
El peligro de un conflicto a escala mundial se relativiza, pero se incrementan las agresiones locales directas o indirectas contra
Siria y contra Irán, constituidos hoy en la piedra de tope del avance imperialista por la decisión asumida por China y Rusia de
vetar cualquiera aventura guerrerista tipo Libia.
Desde el punto de vista estratégico, significa que el imperialismo de EE.UU. no tiene, de parte de Europa, disputa de su
hegemonía en Latinoamérica por el debilitamiento de la influencia de España, Francia y Alemania, sumidas en contener sus
propias crisis. Sin contrapeso, EE.UU. aumenta su presión sobre los regímenes progresistas locales 1 que han ido morigerando su
discurso radicalizado hacia el campo internacional, manteniéndose en lo interno en gobiernos que desarrollan algunas reformas
y proyectos importantes pero que no son de carácter revolucionario o anticapitalista.
En ese marco general se mantienen válidas algunas afirmaciones que hemos realizado previamente:
“En el plano internacional: Durante los próximos años, el capitalismo seguirá desdoblando
y agudizando sus crisis sin llegar a un colapso definitivo o derrumbe, principalmente
porque a pesar de las contradicciones entre los bloques EE.UU./RUSIA/CHINA/ALEMANIA,
la “globalización” de la economía genera un alto nivel de dependencias mutuas. No
obstante lo anterior, la lucha por los mercados y control de energía, agua y materias
primas sumado a que la economía de EE.UU. se sostiene en el desarrollo del complejo
militar industrial, llevará a estos últimos a incrementar su presencia militar y sus guerras
limitadas a escala planetaria y particularmente en América Latina. Esto presionará aun
más a las clases dominantes de la región a un alineamiento y defensa cerrada del modelo
de dominación y al despliegue de fuerzas militares para presionar y/o defender sus
intereses.
En latinoamérica se incrementará la lucha de los pueblos enfrentando a regímenes
socialdemócratas por un lado y a regímenes de derecha cada vez más autoritarios que
intentarán frenar el ascenso de masas que se elevará por la pauperización creciente de las
masas populares y capas medias en el marco de la crisis. Cabe recordar que en
latinoamérica existen tres ejes de alineamiento: el imperialismo de USA con los gobiernos
de Chile, Colombia y Perú, el eje de la socialdemocracia europea con influencia en Brasil
principalmente y que trata de agrupar a Uruguay, Paraguay y Argentina, y el eje
Bolivariano con Venezuela, Ecuador y Bolivia principalmente. Es probable que se
produzcan intervenciones militares mixtas de fuerzas locales y de USA para enfrentar
dicho ascenso, así como las tensiones por dominar el agua, las reservas energéticas,
forestales y minerales que buscarán las fuerzas imperialistas.”
En Chile tanto el campo de las clases dominantes como el campo de los explotados muestra dinamismo y particularidades que
afectarán los escenarios de lucha y las respuestas que el movimiento popular pueda desplegar, siendo lo principal la mantención
de una tendencia al alza de la lucha de clases enfrentando fragmentos de las clases dominadas directamente al Estado y al
poder, manteniéndose el Gobierno en la respuesta contención con represión-dilatación y desactivación del
conflicto como premisa para negociar y hacer retornar a las masas al cause de la legalidad y los marcos heredados desde el
pinochetismo.
1
Principalmente Venezuela, Ecuador y Bolivia
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Lo primero a despejar es que el Bloque en el Poder, las clases dominantes burguesas en alianza con el capital financiero
internacional, no están siendo cuestionados de modo alguno, ni se sienten intranquilos respecto a sus posiciones. A lo más se
inquietan por la efervescencia social, las movilizaciones, y el clima de mal gobierno extendido. Pero saben, por ahora, que no hay
una alternativa política que los enfrente y que por otro lado, las posibles alternativas políticas legales, tanto de la derecha, como
de la concertación, están absolutamente alineadas respecto a la defensa del modelo económico y político y de sus intereses
como clase.
Lo segundo es entender que los partidos burgueses intentan -igual que en el campo popular lo hacen las organizaciones de
izquierda reformista y revolucionaria- representar los intereses de clase, pero desde su perspectiva política. La pugna existente
entre RN y la UDI es una pugna histórica de proyectos políticos que al agudizarse entran en contradicción, sobretodo respecto a
como enfrentar al movimiento de masas (con más o menos represión) y respecto a sus posiciones valóricas. De otra parte
también expresan intereses corporativos de grupos que disputan posiciones al interior del aparato del estado para privilegiar
sus negocios, acceder a información privilegiada y desarrollar el clientelismo político en las masas.
Por lo anterior es posible la existencia de tendencias que intentan redefinir los campos de acción de las fuerzas políticas, tal
como lo intenta RN en sus conversaciones privilegiadas con la DC, que tienen como efecto inmediato el respaldo de la DC a la
“reconstrucción” post terremoto del gobierno de Piñera. Y este es un segundo nudo pendiente a resolverse en la coyuntura: si se
produce un nuevo realineamiento político en base a un eje RN-DC y que dejaría por un lado a la UDI aislada y por otro lado la
posibilidad de una Concertación 2.0 en base a las restantes fuerzas más el PC y los díscolos tipo Meo, con una nueva franja
neoreformista constituida por todos los desgajamientos del PC, G80, Igualdad, Brisa, UNE, etc. En cualquier caso, todas estas
fuerzas disputan y disputarán “espacios de falso poder” en el escenario legal, electoral, usando la movilización de masas
como elemento de presión y acumulación de fuerzas como lo expresa claramente la Jota, a través de Camila Vallejo, respecto al
movimiento estudiantil que debiera -según su parecer- ingresar a la arena política institucional.
El aspecto más importante de la coyuntura, sin embargo, es el despliegue que vienen desarrollando franjas del campo popular. Al
término de las movilizaciones estudiantiles se sucedieron algunas movilizaciones de pobladores en contra de la aplicación de la
nueva ficha de protección social, gatilladas sobretodo por los grupos políticos que poseen EGIS y que cruzan su trabajo político
con pobladores, con sus iniciativas para sobrevivir económicamente. Estas tibias movilizaciones donde también se expresó
ANDHA Chile Democrático, fueron seguidas por movilizaciones parciales de trabajadores de distintos sindicatos, de trabajadores
portuarios, de gente afectada por el terremoto, por retoma de la iniciativa de comunidades mapuches y principalmente por la
lucha de Aysén en el extremo sur y por el agua en la zona central y norte del país.
Nuevamente se trata de un movimiento de masas que moviliza a sectores sociales específicos (los más afectados por alguna
carencia o reivindicación concreta), pero que no logra sumar a la totalidad ni del sector social, ni de las clases. Es una franja de
masas radicalizada, heterogénea en su conducción política (disputada por reformistas, revolucionarios, anarcos, ecologistas;
incluyendo senadores, diputados, alcaldes y concejales de diversas tiendas), que no se limita a las formas de luchas legales y
accede a todo tipo de formas de luchas: ocupación de locales, puentes, instituciones, lucha callejera, corte de caminos, control
de poblados, zonas. El fenómeno de la amplitud y radicalidad se contrapone con lo limitado del objetivo de lucha, pero es el
fenómeno concreto que está ocurriendo.
La discusión de fondo: ¿Siguen siendo estas movilizaciones brotes cíclicos, esporádicos, sin continuidad ni proyección a largo
plazo? Todo indica que con el comienzo del año escolar se replantearán las movilizaciones de secundarios y universitarios: los
primeros con las manos vacías y una cosecha de dirigentes expulsados de los liceos y con sus organizaciones golpeadas. Los
segundos, encabezados por la “izquierda autonomista”, desafiados a mantener la movilización y lucha estudiantil alejada de los
marcos de la mesa de negociaciones, el parlamento y la disputa electoral. Es posible que asistamos a las movilizaciones de
sectores que se radicalizarán en cuanto a formas y contenido, pero estas movilizaciones, en su masividad, deberán sortear el
desafío de las campañas electorales ya iniciadas. En síntesis: la característica y proyección del movimiento de masas va a
depender de la capacidad de pasar por sobre la contingencia electoral y la capacidad de los revolucionarios de influir en estas
luchas, ganar conducción y proyectarlas hacia la construcción de instancias de coordinación y luchas más amplias, embriones de
poder territorial local.
Los desafíos para el año son:
• Salir de la dispersión y atomización del movimiento de masas jugándose por reconstruir organizaciones para la lucha
reivindicativa y política construyendo Poder Popular.
• Construir un Pliego del Pueblo que permita unificar y coordinar luchas.
• Pasar por encima del escenario electoral y no entrar a la negociación o escenarios institucionales legales,
parlamentarios, donde las fuerzas acumuladas se diluyen en disputas por un Falso Poder.
• Seguir privilegiando la lucha como escuela , como principal herramienta de enseñanza, desarrollo y crecimiento.
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En definitiva ir construyendo las bases para un movimiento más sólido que nos permita seriamente convocar a un proceso en
ascenso desde la desobediencia civil, a la resistencia popular anticapitalista!
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Radio Popular Enrique Torres en Conversación con Alma Negra
“Consolidar el Avance del Pueblo Desarrollando Poder Popular”
12 de Junio, 2012
Buenos días estimadas y estimados lectores y auditores. Desde el 100.5 del dial FM, transmitiendo desde la comuna de La Granja
para la Zona Sur de Santiago, presentamos a ustedes la conversación que desarrollamos con Alma Negra, un compañero de
larga trayectoria en las luchas populares, quien accedió a compartir con nosotros y ustedes, respecto a las perspectivas y
problemas que enfrenta el movimiento popular en su lucha en el momento actual.
RPET: Buenos días compañero. Agradecemos su disposición para esta entrevista y queremos ir derecho al hueso, porque
veníamos leyendo y publicando algunos de sus posteos e intervenciones en diferentes foros desde marzo del año pasado en
adelante, cuando comenzó a ascender la lucha popular en Chile y de repente sus opiniones desaparecieron (El blog "Almanaque
Negro 2", fue cerrado el 06 de Marzo de 2012). Entendemos que tiene problemas de salud y agradecemos que nos reciba. ¿Como
ve la situación actual?
AN: Si es cierto. Bueno, primero quiero agradecer el espacio y saludar a todos los pobladores y pobladoras que escucharán o
leerán esta entrevista, compañeros y compañeras de La Granja que tienen un largo historial de luchas reivindicativas y cuna de
muchos revolucionarios que emergieron desde sus calles, liceos, centros productivos, poblaciones que sufrieron la dura
represión de la dictadura y de la Concertación y que como muchos otros lugares del país tienen familias donde hay detenidos
desaparecidos, combatientes que fueron asesinados, ex presos políticos, exiliados. Familias pobres que apenas sobreviven en la
actualidad con múltiples carencias y problemas de vivienda, de salud, de educación para los hijos, carentes en definitiva de una
vida digna y con futuros inciertos. Para ellos en primer lugar mi saludo.
Luego quiero aclarar que los posteos, opiniones e intervenciones que hago, aunque los asumo a título personal, corresponden a
una visión que hemos ido construyendo en conjunto con un grupo de compañeros con quienes desarrollamos mucha cercanía en
los años de prisión y luego, en las dos últimas décadas, nos hemos ido encontrando en las distintas tareas que fueron surgiendo:
radios populares, tomas de terreno, lucha en derechos humanos, en foros y espacios de diverso tipo.
Estas opiniones que hemos estado vertiendo no surgen del aire o de la sola contemplación de la realidad. En este sentido
estamos lejos de los académicos, consultores o comentaristas políticos. Nosotros construimos nuestra opinión desde la
convicción de la necesidad de construir fuerza social revolucionaria para luchar por el poder político, desde la convicción que la
lucha no debe enfrentarse desde el espontaneísmo o la mera lucha por reivindicaciones parciales, sino que desde la perspectiva
de acumular fuerza con un sentido estratégico de luchar por el cambio profundo de la sociedad, de generar la conciencia en las
masas, de que es justo luchar por mejoras y reivindicaciones parciales pero entendiendo que esta misma lucha permite tomar
conciencia de los límites que imponen las clases dominantes y la dominación y que por tanto, nos debemos al doble esfuerzo de
luchar por dichas demandas y al unísono construir todo lo necesario para esa otra lucha: la lucha grande, la lucha revolucionaria
por el poder.
Finalmente aclarar que estuve enfermo de cierta gravedad desde julio del año pasado y que gracias al apoyo y solidaridad de
muchas compañeras y compañeros, ya estamos saliendo adelante. Fue fundamental el apoyo de numerosas personas para mi
recuperación, lo que reitera que solo en pueblo defiende y apoya al pueblo y que en el debemos apoyarnos siempre.
RPET: A su juicio, Compañero, ¿Cómo ve el proceso actual de luchas que se viven en el país? Porque entendemos que en tus
palabras hay una critica evidente a diversas posiciones que se han estado manifestando…
AN: Existen variadas formas de mirar lo que está sucediendo. Hay quienes creen que las cosas suceden simplemente porque
pasan, porque son circunstanciales, porque corresponden a iniciativas personales o individuales, a una sumatoria de hechos
espontáneos. Hay quienes creen que esta vida, que se vive bajo el capitalismo, es la única forma existente o única forma que
permite a los seres humanos cierta felicidad y desarrollo y por tanto se oponen a todo lo que huela a cambio o lucha por los
cambios, ya sea porque tienen asegurada su existencia digna o feliz o porque por diversas razones, sean ideológicas, culturales,
religiosas, no ven otros modo de vida y de organización social y tienen miedo, muchas veces inoculado por los dueños del poder
a través de sus poderosos medios de propaganda, de perder las actuales condiciones de vida. Sin embargo, un número alto de
personas ven sus condiciones de vida, asumen que este no es el mejor sistema y luchan por transformarlo ya sea mediante
reformas o planteándose derechamente el cambio revolucionario de esta sociedad.
Es en este contexto que las luchas que se han estado generando a lo largo del país, tienen diversas lecturas, dependiendo del
lente que uses para leer…
RPET: …Pero eso no nos dice mucho, nos habla de diversidad, de diversos enfoques…
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AN: Cierto, diversidad que toma formas concretas de lucha ideológica y política porque dependiendo de cómo leas la situación,
es que serán tus evaluaciones y tus propuestas. Entonces lo primero es señalar que los movimientos que estamos viendo no son
homogéneos, son mas bien diversos, combinados, confluyen distintas posiciones políticas e ideológicas, desde quienes aspiran a
simples reformas o reivindicaciones, hasta los más puntudos que creen que ya están listas las condiciones para luchar
directamente por el poder. Se trata por tanto de un movimiento popular que tiene múltiples conducciones, que no tiene unidad
política, ni ideológica, ni menos aun unidad orgánica, pero que sin duda alguna es un importante avance a lo que venía
sucediendo en los últimos años.
Con esto quiero señalar al menos dos cosas: primero que nuestra mirada tiene que ver con una mirada histórica, de mirar el
proceso desde la perspectiva del desarrollo de una fuerza social revolucionaria que tenga un proyecto concreto, que tenga
vocación de poder. De una fuerza que en Chile existió, que se constituyó y fue protagonista importante de la situación
prerevolucionaria de los años 70 y que fue casi aniquilada por la contrarrevolución de los dueños del poder y la riqueza. Fuerza
que fuera desarticulada, aplastada, reducida a su mínima expresión y que a lo largo de estos años ha ido reconstituyéndose
penosamente, cercada y atacada permanentemente por el poder de las clases dominantes, pero también cercada y aplastada por
las diversas corrientes reformistas y neo reformistas, proceso en el cual las desviaciones militaristas, aventureras, voluntaristas y
vanguardistas de no pocos cuadros honestos, pero equivocados, han ayudado para aislarla con su práctica alejada de las masas...
RPET: Pero Compa! Perdóneme pero no le cacho na po. No me responda como candidato a concejal pués! (risas). ¿Ustéd me
habla de partido o de organizaciones sociales?
AN: Estoy hablando de una fuerza social, política, ideológica y militar que se va constituyendo en la lucha misma a partir de sus
prácticas concretas. Como ha sucedido en todos los procesos revolucionarios y en nuestra propia historia como país. Es una
corriente que se expresó durante los '70 en la construcción de órganos de poder popular tratando de desarrollar una alternativa
a la conducción reformista que nos llevó a la derrota y que no tuvo el tiempo ni la capacidad de ser la alternativa mayoritaria. Es
la corriente que bajo la dictadura asumió las formas más radicales de lucha en las poblaciones, sindicatos, escuelas y que
construyó todo tipo de fuerzas para enfrentar el dominio y que tampoco logró ser conducción mayoritaria siendo derrotada por
la salida negociada que impuso el actual modelo neoliberal. Fuerzas que fueron cercadas, atomizadas no solo por las maniobras
del poder burgués sino por la deserción de numerosos cuadros dirigentes que abandonaron la lucha y otros que simplemente se
pasaron a la otra vereda, a la vereda de los poderosos sembrando la confusión, el desaliento y la desconfianza, abriendo paso a
la terrible atomización en que hemos vivido durante ya más de veinte años. Fuerza que se replegó a pequeños espacios, al
colectivo, a la organización social local, a la radio popular, al periódico, al núcleo pequeño que subsiste hasta en los más
apartados rincones de nuestra patria; sin contar con numerosas personas que están al “aguaite”, a que resurja una alternativa
por la que “valga la pena” salir de lo cotidiano, de la vida familiar, de entregar tiempo, recursos, sabiendo, como saben muchos
en nuestro pueblo, que asumir esa alternativa se paga con la vida en muchos casos… porque es cierto aquello que dice el Che en
su carta de despedida de Cuba: en una revolución se triunfa o se muere si es verdadera… eso lo saben los pobladores de la
Yungay que recuerdan sus mártires, lo saben los de la Victoria, así como la gran mayoría de la clase trabajadora en nuestro país.
Asumir una disposición de lucha revolucionaria significa riesgos, significa poner en la balanza lo que se tiene y lo que se aspira y
tomar la decisión…
RPET: ...pero Compa, sigue sin responder.. ya poh no se "candidatee", responda: ¿Donde está esa corriente que señala?
AN: Está aun dispersa y presente en muchas organizaciones tanto sociales como políticas, en este movimiento de masas que ya
analizábamos como heterogéneo y aun sin unidad política y orgánica. Se expresa como corriente entre organizaciones
revolucionarias de diverso tipo, que producto de la necesidad de protección no son abiertas ni públicas: al menos tres o cuatro
grupos que se reclaman como MIR, del FPMR, de diversas nuevas experiencias y grupos políticos, por mencionar algunos como el
GAP, Trabajadores al Poder, Guachuneit, grupos anarquistas, grupos que han decantado desde el PC como Consejos Comunistas,
en definitiva un amplio espectro que tiene matices de diferencia, que algunos apuestan más a la construcción social, otros a la
construcción de fuerza político orgánica, que tienen diferentes grados de maduración orgánica, política, pero que tienen como
denominador común que buscan desarrollar un proyecto revolucionario más allá de la lucha por las reformas o la conquista de
reivindicaciones y que apuestan a construir una fuerza social de carácter revolucionario. Y en lo social esta fuerza se expresa
quizás con mayor claridad porque es la que está emergiendo, señalando claramente que no acepta seguir viviendo en las
condiciones que impone este sistema y llevan la lucha mas allá de las canaletas y límites que el sistema de dominación les
impone: son las fuerzas de un sector importante de estudiantes que no aceptan parches el sistema de educación de mercado,
son los mapuches que luchan por sus demandas enfrentando la ocupación militar de su territorio, son los pescadores a los que
se les reduce sus cuotas de pesca y ya no tienen como sobrevivir, son los terremoteados y sin casas desesperados porque ya no
aceptan vivir de formas inhumanas, son los familiares de víctimas de los derechos humanos que se rebelan ante el intento de
resurgimiento del pinochetismo, son los campesinos pobres y pobladores de aquellas zonas en donde el agua vital para sus vidas
está siendo acaparada y robada por las grandes empresas, está presente en la lucha de los ambientalistas y de todos aquellos
sectores que luchan contra la voracidad del capital que está arrasando con bosques, ríos, atmósfera, que contaminan, que
extinguen flora y fauna en sus afanes de riquezas y que están devastando el planeta, legando a nuestros hijos y nietos una tierra
muerta, árida, sin vida y una atmósfera contaminada y alterada por sus emisiones de gases, al punto que el sol y el agua serán
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nuestro mayor problema en un futuro no muy lejano, mas allá de la carencia de energía para mover las máquinas, en fin, son
aquellos sectores sociales que ya no encuentran salida a sus problemas bajo el actual sistema y que lo desbordan, que salen de
sus límites y al hacerlo, al desarrollar acciones directas de masas enfrentan a la represión del estado y comienzan a tomar
conciencia de cómo esta estructurada verdaderamente la sociedad, el rol represor del estado, el rol de los diferentes aparatos
del Estado, de los medios de comunicación... en definitiva, ante estas fuerzas sociales en lucha se devela el verdadero carácter
del Estado y del sistema actual y sus mecanismos de contención, negociación y dispersión de fuerzas, entonces se dan las
condiciones de que toman conciencia real de que esta sistema no va a resolver sus problemas y pueden crecer hacia una
conciencia revolucionaria. Por eso es tan importante las consignas aquellas que señalan que es solo luchando como avanza el
pueblo, de que solo la lucha nos hace libres, de que la lucha da lo que la ley y el patrón niegan. Y esa fuerza es la que está
presentándose hoy en el escenario político, es la que se está desarrollando y creciendo, que comienza a articularse en diversos
órganos germinales de poder popular, como los generados en diversos espacios y recientemente en Concepción, en Arauco para
ser más preciso, pero que también se han manifestado puntualmente en las luchas de Aysen, en Freirina, en la pugna con el
reformismo y neo reformismo entre los estudiantes, y que obviamente tiene menos desarrollo entre los trabajadores,
campesinos y capas medias compuestas por trabajadores profesionales.
RPET: Chuta compa la mansa respuesta, déjeme sacarle punta al lápiz. ¿Y como se da este desarrollo, justamente ahora? ¿Es
casual o es una Maniobra de los Mayas? Recuerde que estamos en 2012...(risas)
AN: Volvamos al viejo Marx que nos dice en el Prólogo a la Crítica de la Economía Política: “El modo de producción de la vida
material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina
su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” Lo que está ocurriendo es que el desarrollo
económico del país, impulsado desde los intereses de las clases dominantes está llegando a un punto en que, si bien es cierto
nos muestran cifras espectaculares para las clases dominantes sobre el crecimiento de riquezas y de desarrollo, todo esto es a
costa de los sectores del pueblo, que de una parte no tienen ninguna posibilidad de acceder a estos beneficios (educación, salud,
vivienda, vida digna) y son empujados cada vez más a sobrevivir en condiciones indignas, a mayor trabajo, a incorporar a
mujeres y niños al aparato productivo sin que ello signifique en definitiva mejorar sus condiciones de existencia, llegando al
punto que sólo les queda luchar para defender sus condiciones mínimas, como los pescadores, o los secundarios que saben que
no tienen ningún futuro, por lo que potencialmente están en disposición de radicalizar su lucha, o en el caso de sectores de
clase media que se han estado movilizando (segmentos de estudiantes universitarios), reclaman porque saben que las riquezas
son más que suficientes para que ellos accedan de alguna manera a dichos beneficios. Son las dos causas que obviamente
originan motivaciones distintas presentes en esta reanimación y que se expresaron por ejemplo entre los estudiantes: mientras
unos van directamente contra el lucro en la educación y la transformación del sistema educativo y por ende, de alguna manera
cuestionan todo el sistema, los otros van tras créditos, mejorías dentro del sistema para insertarse mejor o con menos deudas,
lo que a su vez se expresa en distintas tácticas, formas de lucha, organización, radicalidad, etc. Es decir, la pugna y
heterogeneidad de la que hablábamos al principio.
RPET: Entonces, déjeme entender, este es el resultado de un proceso, del capitalismo y su desarrollo que no hace más que
impulsar al conjunto de la sociedad, particularmente a los sectores más oprimidos y explotados. Y si esto es así: ¿Qué problemas
y peligros le ve usted compañero, el actual movimiento de masas?
AN: Evidentemente al movimiento de masas actual le falta desarrollo en su amplitud y focalización, dado el precario estado de
avance en el seno de la clase obrera, referido no a su grado de organización para luchar por sus reivindicaciones, sino en el
sentido que señalaba Clotario Blest, de construir organización para luchar por la transformación revolucionaria de la sociedad,
igualmente extendido a otras capas y sectores sociales, tomando en cuanta eso si, una paradoja: es en el territorio donde
habitan obreros y trabajadores donde ellos se han estado incorporando a una lucha más radical, en tanto que sus organizaciones
naturales, gremiales, se reducen a la lucha por reajustes, canastas y temas menores. Falta unidad orgánica en los territorios aun
cuando se ha ido extendiendo el NUNCA MÁS SOLOS, dando paso a coordinadoras, comités, donde están confluyendo
organizaciones de masa y sociales superando etapas anteriores donde se articulaban coordinadoras de organizaciones políticas
sin “ropa” social y construidas solo por militantes de los diversos partidos, colectivos o piños.
Aquí está el nudo a resolver, porque se articulan espacios que se auto denominan de poder popular y de poder popular no
tienen nada. Poder Popular como su propio nombre lo indica, hace referencia a organizaciones que luchan en primer lugar, o sea,
no son para recrear, no son para asistencialismo, ni para sacar una declaración. Son organizaciones de poder en cuanto se
instalan de facto, sin permiso, al margen de la institucionalidad y en paralelo a esta, justamente para sobrepasar en sus objetivos
y formas de lucha lo que las organizaciones naturales pueden hacer. En segundo lugar porque son organizaciones sociales de
participación directa de la masa sin representantes apernados, sino con dirigentes mandatados por las asambleas, no por mesas
políticas o acuerdos a espaldas de las masas. Y esto no tiene que ver con negar la organización política ni mucho menos, tiene
que ver con la participación activa de la masa en la toma de decisiones, en la discusión, el la elaboración del plan de acción, de
manera tal que no le sea impuesta desde la orgánica política por más justa o perfecta que ella sea. En ese sentido el Poder
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Popular permite el desarrollo de la fuerza social, de su conciencia, de su capacidad de organización y de lucha y permite que en
la práctica se de la unidad de los revolucionarios empujando juntos la política correcta sin necesidad de levantar tal o cual
bandera sino que poniendo en el centro la justeza de la propuesta de acción. La experiencia del pasado señala que si, que en
Consejos Comunales, en Los Cordones industriales se podía perfectamente dar una relación fluida entre organizaciones políticas
revolucionarias y las instancias sociales sobre la base de la democracia directa, del debate, es cierto que es más largo, más lento
el proceso que una determinación tomada por representantes políticos en una mesa y entre cuatro paredes, pero es el debate
de cara a la asamblea lo que permite ganar legitimidad, y sobretodo el respaldo consciente y comprometido de quienes son
parte de la organización social.
De otra parte, esta el grave problema de la articulación de estas expresiones de poder popular, con los proyectos y propuestas
políticas presentes en el campo popular….
RPET: ¿A que se refiere compañero?
AN: Me refiero al plano más estratégico de las visiones que se han estado levantando como alternativas para avanzar, las
propuestas de Poder Popular Constituyente, la convocatoria para entrar al terreno electoral y los esfuerzos para legalizar
organizaciones y sobretodo la pobreza franciscana y el silencio respecto a una propuesta estratégica más global que de sentido a
las luchas parciales que se libran, con énfasis en el silencio respecto a lo que está ocurriendo en el plano mundial, los tambores
de guerra y conflictos que se dan en este plano que ya raya en lo asombroso tomando en cuenta toda la experiencia y práctica
del movimiento popular chileno, que sabe claramente de la garra imperialista, porque hemos vivido desde el boicot
norteamericano a nuestra economía en tiempos de Allende, de su participación en el golpe de Estado, de la ingerencia en la
formación de las FF.AA., de los pactos suscritos… y estamos hablando de un mundo donde no hay rincón en donde el
imperialismo no meta sus manos y sus tropas de elite o mercenarios bajo banderas de la OTAN, ONU o simplemente
imponiendo su criterio bajo una cortina de mentiras como fue la invasión a IRAK, supuestamente porque tenía armas atómicas.
RPET: No veo cual es la relación de esto último respecto a lo que hablábamos del movimiento de masas…
AN: Es la falta de coherencia entre lo estratégico y lo táctico, entre lo nacional e internacional. Parto por lo último: Palestina,
Libia, Siria ahora, ayer Afganistán, Irak… El imperio en su lucha por mantener su hegemonía, y gavillado además por los intereses
de control del petróleo y del desarrollo de su complejo industrial militar está llevando al mundo al límite de conflictos armados a
mediana y baja escala. Y las voces de progresistas, de gente de izquierda y de organizaciones revolucionarias en Chile, salvo
excepciones, son voces silentes, mudas. No pueden estar ignorantes de lo que pasa a escala mundial. Está claro que la
Concertación, la UDI y RN cierran filas con el imperio y no tienen necesidad alguna de decir nada porque ya sabemos que serán
lameculos de lo que digan los gringos. Pero el resto esta mudo. Lo que es peor, trabajan líneas supuestamente estratégicas sin
decir una palabra a las masas o sin plantear el tema para educar y formar. ¿Vamos tras la conquista de un Gobierno Popular
nuevamente como bajo Allende, sin advertir a las masas que nos caerá fuego nuevamente? Omitimos señalar que América Latina
hoy esta plagada de bases norteamericanas y que no están precisamente, asesores e instalaciones, para resguardarnos de
monreros, lanzas y cogoteros!
Es impresionante el silencio respecto a los debates sobre estrategia, debate que en los sesenta y setenta implicaban a toda
persona de izquierda que debatía si era posible o no la conquista del poder por vía pacífica, los límites del Estado burgués, y se
hablaba claramente de estrategia insurreccional, de estrategia guerrillera, de estrategia de guerra del pueblo. No digo que sean
debates públicos donde se regale a la represión, ayer y anteayer las organizaciones supieron dar este debate de cara al pueblo
con los resguardos necesarios… pero hoy?
Aquí yace un problema entonces de coherencia, de ambigüedad que no nos sirve mucho.
Por eso se hace ilógico y ambiguo algunas propuestas de compañeros revolucionarios que deciden legalizar organizaciones
políticas, justo cuando el momento político requiere priorizar los esfuerzos en desarrollar poder popular y apoyar las fuerzas
sociales en sus luchas más directas. ¿Para que desviar recursos humanos, financieros, esfuerzos importantes para meterse en un
sistema ampliamente desprestigiado y repudiado precisamente por los sectores en lucha? Se señala que para ganar posiciones
dentro del Estado o para estar disputando masas en todos los escenarios, lo que me parece un argumento demasiado pobre,
porque no responde a las prioridades del movimiento de masas real y responde más bien a las necesidades de posicionamiento
de fuerzas políticas en un escenario inconducente, transitado ya por decenios por el reformismo, sin ninguna consecuencia
favorable al movimiento de masas. De igual modo, la propuesta de Poder Popular Constituyente que me parece más ambigua
aun y atemporal, porque no existen aun las fuerzas suficientes para imponer una constitución y obviamente para imponer una
constitución se requiere tener mayoritariamente las masas detrás y haber resuelto el tema del poder de forma concreta, tema
del cual no se habla, como he señalado anteriormente. Entonces esta última propuesta nos remite a la corriente ciudadanista, la
corriente de los indignados donde se cree que la mayoría ciudadana puede imponer sus determinaciones sin responder al tema
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del poder armado de la burguesía.
Aquí subyace el centro del silencio y la incoherencia, lo que es percibido claramente por esa mayoría de ex militantes que están
mirando el proceso y las propuestas existentes: por muy atractivo, democrático o civilizado que aparezcan estas propuestas,
terminan siendo incoherentes porque no responden a nuestra propia historia: un pueblo que trató de hacer un cambio
revolucionario, sin entender que finalmente la burguesía chilena y el imperialismo jamás entregarán el poder a los trabajadores,
jamás esta minoría de explotadores y chupasangre entregarán sus riquezas sin luchar en todos los terrenos y apoyándose en las
FF.AA., que fueron construidas para eso: para enfrentar al pueblo y mantenerlo dominado.
Aquí esta el grave problema de incoherencia de las propuestas que revolotean sobre el movimiento de masas actual: avanzar
hacia constituirse en base social de apoyo de fuerzas que pretenden reformar el sistema, mantener un desarrollo ambiguo sin un
norte claro o desarrollarse en una perspectiva de lucha por el poder, en el marco de estrategias concretas.
RPET: Bueno compañero, la entrevista se ha extendido bastante y nos quedan muchas preguntas revoloteando en el aire,
esperamos poder contar con usted en otro momento para continuar este diálogo.
AN: No, gracias a ustedes por el espacio y mi disposición a seguir conversando cuando gusten. Reitero mis saludos a los
pobladores de La Granja y mi confianza en que el futuro es nuestro si nuestro presente es de lucha. Gracias.
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La Experiencia del Trabajo de Autodefensa del Cordón Cerrillos
Conversación de Marcelo Chapaev con Alma Negra
22 de Junio, 2012
El trabajo siguiente corresponde a una entrevista realizada a Guillermo Rodríguez M quien fue miembro del Cordón Cerrillos
en los años 1972 y 1973 y tiene por objetivo indagar elementos que nos permita comprender de mejor manera lo que fue esa
experiencia en el periodo de la Unidad Popular.
¿Como llegó usted al Cordón Cerrrillos y como se inicia el trabajo de autodefensa?
En esos años era militante del MIR con algo de formación en los temas militares. Después que el MIR se retira del dispositivo de
defensa de Salvador Allende, más conocido como GAP, la mayoría de los compañeros que estábamos en esas tareas, ya sea en la
Escolta del Presidente, en el aparato de Informaciones o la llamada “tropita”, fuimos redistribuidos a diversos frentes de trabajo.
En mi caso pedí ser trasladado al GPM 4 que trabajaba en una amplia zona: José Maria Caro, Las Rejas, Cerrillos y Maipú. En el
GPM 4 existía una subjefatura de trabajos técnico militares que reunía a tres unidades: Operativa, Informaciones y Taller. Justo
cuando yo me incorporo, estas tres unidades estaban debatiendo como ellos, formados para tareas técnico-militares, podían
aportar a la lucha de masas que se incrementaba vertiginosamente en esos años.
En esa etapa no existía aun el Cordón Cerrillos como tal, existía trabajo del MIR entre trabajadores, pobladores y campesinos de
la zona, pero no había una elaboración de lo que luego se llamaría la política de poder popular. Cuando me incorporé al GPM 4
se estaba desarrollando la huelga de la empresa Ralco y al inicio participé ayudando a la formación de brigadas de autodefensa
de los trabajadores, en el diseño de sistemas de guardia, enseñando el uso de bastones largos, bastones cortos y elementos
circunstanciales que se usan para la lucha callejera. Esto era posible por el prestigio que tenían entre los trabajadores tres
compañeros: El “Yeti” (Riquelme), el Chino Bertin y el Chango 2, siendo el primero dirigente ese entonces de la FEMET (Federación
del Metal).
¿Por qué era necesario que los trabajadores incorporaran estas brigadas y esta autodefensa? ¿No
entiendo mucho, se supone que había un Gobierno Popular y que Allende había sido elegido para llevar
adelante la vía chilena al socialismo? ¿Y la CUT?
Es que aquí radican una serie de aspectos que es necesario considerar para entender mejor lo que estaba ocurriendo. Lo primero
es que Allende al ser elegido firmó algo que se llamó pacto de garantías constitucionales en donde se obligaba a respetar la ley.
Y la ley señalaba que Allende solo tenía el poder ejecutivo pero la mayoría de los restantes poderes estaban en manos de la
burguesía: el parlamento, la justicia, contraloría, etc. Esto implicaba que en una serie de conflictos laborales el Poder judicial
estaba del lado de los patrones y ordenaba a Carabineros o investigaciones a reprimir, detener y procesar a dirigentes,
trabajadores y en general a los que se estaban movilizando por sus reivindicaciones. Eso es por una parte, porque de otra parte,
estaba la movilización que realizaba la derecha y los patrones para obstaculizar, frenar el desarrollo normal de las actividades,
sabotear la producción. Y en eso se apoyaban en las bandas facistoides de Patria y Libertad, del Partido Nacional, de la
Democracia Cristiana y de las organizaciones gremiales que ellos controlaban. Entonces en los territorios la situación era de
confrontación permanente, lucha callejera, ataques a las industrias en huelga o tomadas por sus trabajadores. Y en tercer lugar
se daba un tema específico: el programa de la Unidad Popular había considerado la nacionalización de 91 industrias estratégicas,
pero no tenia política frente a la mediana o pequeña industria, salvo señalar que debían seguir funcionando y elevar su
producción para asegurar el abastecimiento. Ocurre que justamente cuando la derecha comienza a desatar sus movilizaciones
contra el Gobierno de Allende, estas pequeñas y mediana empresas son paralizadas por los patrones, se producen despidos, se
produce boicot a la producción y el gobierno de Allende no tiene herramientas legales para obligarlos a mantener la industria
funcionando. Es allí que comienza a desatarse el Poder Popular, no como consigna, sino como algo concreto que empieza a
suceder: los trabajadores necesitan mantener sus fuentes de trabajo y mantener las empresas funcionando, por lo que la toma,
el control de la empresa por parte de sus trabajadores es el proceso lógico que se produce….y esto, estaba fuera del programa
de la Unidad Popular, y claramente era algo que rechazaba la ley burguesa, la ley de los patrones. Se inventó entonces la formula
de “Intervenir” las industrias y el gobierno nombraba un interventor, abriéndose procesos jurídicos y políticos que significaron
claramente la agudización de la lucha de clases. La CUT estaba más comprometida en apoyar las líneas centrales del gobierno de
Allende y tenia muy poco peso a nivel local, en el territorio, casi no participa de todo este proceso, sólo en los últimos meses del
Gobierno de Allende intenta incorporarse a las organizaciones de poder que se habían generado, pero no tenían peso en su seno.
¿Cómo se gesta entonces el Cordón Cerrillos y como funcionaba?
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El Yeti murió en extrañas circunstancias en 1981. Siendo Jefe de Fuerza Central del MIR aparece muerto en un increíble accidente de
tránsito: a una bus se le sale la tapa de una rueda que golpea en su frente, dándole muerte.
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Al inicio solo existía el “Comando”, que era la articulación mixta de lo que se llamaba entonces “la izquierda revolucionaria”,
militantes principalmente activistas del MIR, del PCR (maoísta), de un sector de Trotskistas y algunos dirigentes de sindicatos
como el de Pizarreño, Aluminios El Mono, Silleros. No recuerdo exactamente la fecha, pero diversos sectores convocan a un
cabildo en Maipú para enfrentar diversos temas, principalmente el desabastecimiento que se estaba produciendo. Este Cabildo
se radicaliza principalmente porque un sector del PS de pobladores comienza a sostener posiciones más radicales. Es una
reunión muy complicada donde se expulsa a los elementos de derecha y se toma la determinación de abrir a la fuerza los locales
y negocios que estaban cerrados. Ahí comienza una dinámica de organización en paralelo de los campesinos y de los pobladores
con muy baja participación de los estudiantes.
Luego de ello se dan varias luchas seguidas en donde el “Comando” se llena de dirigentes sindicales y comienza a transformarse
el “Cordón Cerrillos” principalmente por las peleas para decretar la intervención de Perlack y de varias industrias. Aquí
nuevamente se produce un conflicto serio, esta vez con el gobierno a través de la Ministra del Trabajo. Ocurre que los
trabajadores habían concurrido a varias reuniones con el Ministerio en busca de soluciones e incluso se habían tomado el recinto
por algunas horas y no había solución ni para Perlack ni para otras pequeñas y mediana empresas. Entonces se produce la toma
de la industria, la Ministra va junto con dirigentes de la CUT a bajar la toma y los trabajadores no los dejan a entrar a la industria
y la Ministra golpea al dirigente Santos Romeo 3. Esto detona la primera toma de la comuna completa y el debut del Cordón
Cerrillos como una de las fuerzas más importantes en la época. En esta toma participan la casi totalidad de las empresas y para
llevarla a cabo se gesta una Comisión mixta de dirigentes sindicales y representantes de las organizaciones políticas, embrión de
lo que después será la Comisión Militar del Cordón. Aquí el trabajo es arduo porque se movilizaron enormes fuerzas sociales. Se
levantaron barricadas principales en Buzeta, en Esquina Blanca, y a la entrada de Maipú por el Camino a Melipilla y dos enormes
barricadas en Avenida pajaritos: en el paradero 14 donde estaba la entrada a un fundo en conflicto y tomado y en el puente del
Zanjón de la Aguada. Esta toma fue impresionante porque miles de trabajadores salieron a las calles y todo el camino a Melipilla,
mas allá de las barricadas principales, estaba plagado de focos de resistencia muy organizados frente a cada empresa.
El funcionamiento del Cordón en esta fase es en Asambleas de dirigentes de Sindicatos que toman las resoluciones pero en ella
pueden intervenir las organizaciones políticas presentando sus posturas y una vez tomada las decisiones los activistas de
partidos podían asumir tareas o cargos específicos para impulsar estas líneas, siempre y cuando fueran avalados por dirigentes
sociales reconocidos, como fue en mi caso, o en el de Quico Ramírez que asumía tareas a nombre del PS o compañeros del
MAPU- Garretón o de la Izquierda Cristiana, cuyos nombres no recuerdo.
¿Cuáles eran los temas técnico-militares específicos que trabajaban en esa época?
En esta etapa se trabajaban temas en distintos planos o niveles, si se quiere definir así. En el seno de la organización partidaria
se enfrentaba lo que llamábamos la disociación de las tareas políticas y militares preocupación central de quienes estábamos en
las tareas específicas pero no del conjunto de la dirección del GPM o de los militantes de tareas en frentes sociales. Tanto los de
Información, Talleres como el Grupo Operativo se habían constituido bajo la perspectiva del desarrollo de la guerra popular y en
específico formándose para la lucha clandestina urbana, lo que significaba cierta clandestinidad (muy formal respecto a lo que
años después tendríamos que vivir) y con muy poco vínculo e incidencia en las luchas de masas que se estaban generando. Este
proceso llevó a nivel del Regional Santiago a construir o definir una nueva instancia y nuevas tareas que comenzamos a
nombrarlas como “política militar de masas” avanzando en la creación de un responsable de la PMM a nivel del GPM y al menos
un responsable de esta en las subjefaturas, lo que dio paso a desarrollar estas mismas tareas en los frentes de masas,
dependiendo de la capacidad o existencia de militantes que la asumieran en los frentes, por ejemplo se comenzó a trabajar
mucha información de los grupos del PN y Patria y Libertad de la zona, de los uniformados que se visualizaban como golpistas, la
realización de levantamientos planimétricos con el máximo de información respecto a temas estratégicos (combustible,
comunicaciones, energía, rutas, etc.) y en lo central se comienza a discutir el que hacer en la perspectiva de un golpe militar,
tanto a nivel orgánico interno como la propuesta a realizar a los frentes sociales. Todo esto se traduce en varias líneas de
trabajo, por ejemplo para “Talleres” se da comienzo a la búsqueda de industrias que puedan construir o desarrollar elementos,
como es el caso de Perlack que comienza a investigar el desarrollo de alimento energético concentrado, o en un par de
industrias de plástico comienzan a trabajar en piezas y partes de medios de combate que ellos pueden desarrollar. Respecto al
trabajo en los frentes se comienza a desarrollar con fuerza la autodefensa con el manejo básico de elementos como la defensa
de espacios (industrias, fundos, locales), la organización de las fuerzas y las tareas necesaria para ello: Exploración,
comunicaciones, estructura de mando, formas de organización, etc.
Incipientemente en esta etapa comienza a surgir lo que llamábamos el “trabajo de F” que era el acercamiento a los miembros de
FF.AA. y Carabineros que mostraban simpatías por la lucha popular y que comenzaban también a levantar sus propias
reivindicaciones internas.
3
Santos Romeo se convierte luego en uno de los dirigentes destacados del Cordón. De militancia socialista, se incorpora al MIR y es orador
principal en un acto realizado en el Teatro Caupolicán. Luego del golpe militar es detenido, lo llevan al Estadio nacional donde es visto
por varios compañeros y luego aparece muerto en una calle de la zona sur.
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Este proceso se acelera de manera aguda con la ofensiva patronal del Paro de Octubre y las demandas de trabajo se elevan
considerablemente ya cuando prácticamente en todas las industrias, fundos y poblaciones surgen fuerzas organizadas que se
incorporan a la lucha para frenar la ofensiva patronal.
¿Cómo se da este proceso que señalas y que resultados concretos tiene?
Como es sabido, los reaccionarios comienzan a desarrollar una estrategia que personeros de la DC llaman “la estrategia de los
mariscales rusos” vale decir, atrincherarse en la defensa de la institucionalidad burguesa, mientras preparan las condiciones,
junto a los gringos, para desatar el golpe de estado, y en paralelo movilizar a todas sus masas para generar la ingobernabilidad
de manera que el golpe sea presentado como necesario para el país. En términos de estrategia, esto significa fortificar puntos en
la profundidad de la defensa y generar un gran espacio de desgaste de las fuerzas enemigas en su avance hacia esos puntos
mediante escaramuzas permanentes. Así generan el Paro Patronal moviendo a toda la pequeña burguesía agrupada en
organizaciones gremiales tanto propietaria (camioneros, comerciantes, pequeños y medianos productores) como profesionales
médicos, enfermeras, abogados, etc. Lógicamente moviendo también sus piezas del poder legislativo (acusaciones contra
ministros en parlamento, declaraciones de ilegalidad, etc) y el poder judicial.
La respuesta de las masas es extraordinaria en todo el país, aunque aquí ya comienza a pesar la división que se profundizará en
el seno del pueblo porque surge la respuesta que impulsa el gobierno de Allende y el reformismo dentro de la institucionalidad y
las leyes y la respuesta que dan los revolucionarios con la política del Poder Popular fuera de los mecanismos legales tomando el
control de los medios de producción, abriendo a la fuerza los locales comerciales, tomando los camiones, supermercados,
organizando la distribución directa de alimentos, generando múltiples instancias de coordinación de las nuevas organizaciones
que van emergiendo y sobretodo, saliendo a la calle a enfrentar a las fuerzas reaccionarias en un combate callejero que se
prolonga por días enteros en diversas ciudades.
El resultado de esta etapa es que la burguesía toma nota de este nuevo sujeto político que se está instalando, toma nota que
está fracasando su maniobra parlamentaria y legal de desalojar a Allende del Gobierno y se lanza entonces a prepara el terreno
para el golpe militar.
En el campo popular, se establecen ya dos líneas claras frente al escenario político: la línea que triunfa en el Cónclave de Lo
Curro de “consolidar para avanzar” que busca contener el avance para ampliar la base del gobierno mediante la búsqueda de
alianzas con la DC, los “diálogos” con la Iglesia, el ingreso de generales y uniformados al Gobierno y la disposición de la Unidad
Popular a devolver las industrias y medios de producción tomados y legislar para desarmar a las masas (Ley de Control de
Armas).
En el campo de los revolucionarios se da la alianza política entre sectores del PS, el MIR, la IC, y se produce el quiebre del MAPU
surgiendo dos vertientes productos de la división existente. En el plano de las organizaciones sociales se extienden los Cordones
Industriales, surgen Asambleas Populares como la de Constitución, la de Concepción y se fortalecen los Comandos Comunales
principalmente en el sur de Chile.
¿Por qué se mantuvo el Cordón en Cerrillos y no se generó el Comando Comunal como órgano de poder
popular, cosa que si ocurrió en otras comunas y regiones del país?
La alianza de clases y sectores sociales se dio con bastante fuerza en la experiencia del Cordón, sobretodo con los pobladores y
campesinos. En la toma del fundo El Despertar y las posteriores jornadas de guardia para mantenerla participaron obreros y
pobladores de diversos sectores. En el Cabildo se dio la misma dinámica, así como después en la jornada de tomas de fundos y
predios que fue una de las movilizaciones más importantes, donde igualmente participaron piquetes de diversas industrias y
pobladores. El tema más importante fue el insuficiente desarrollo político y orgánico de las fuerzas revolucionarias y el actuar
muchas veces vacilantes y burocrático que un sector del PS liderado por Hernán Ortega tenía fuerza mayoritaria en tres o cuatro
industrias grandes y una fuerte influencia tanto en el Consejo Comunal campesino como entre las Juntas de Vecino, y ellos no
compartían la política de crear un Comando Comunal. Desde las posiciones que sustentaban podían ejercer influencia y poner
límites a la movilización popular y al desarrollo de la organización, con rasgos de caudillismo más que de una democracia
proletaria directa. Esto se dio con fuerza en la toma de los fundos, particularmente cuando se tomaron las propiedades de Pérez
Yoma y en el pick de la movilización la maquinaria completa del PS se dejó caer, incluso con amedrentamientos y despliegue de
fuerzas para bajar la toma dado que se estaba desarrollando el dialogo UP-DC, y se realiza bajo el subterfugio de que “hay
movimiento de tropas golpistas”.
Esta situación se agravó después del Tancazo en donde prácticamente no se llamaba a reuniones del Cordón, a pesar de que
funcionaban algunas comisiones y tareas de manera autónoma…
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¿Cómo se expresaba en concreto el Poder Popular?
Este Poder Popular embrionario que se estaba desarrollando era un poder puntual, coyuntural que se expresaba en la lucha de
manera concreta. No alcanzó a desarrollarse como fuerza orgánica, con estructura permanente, con cierta legalidad interna y
mecanismos consensuados. Fue dándose como articulación de fuerzas sociales y políticas que entendían que las formas de
organización y de lucha naturales no eran suficientes para enfrentar la coyuntura, porque eran organizaciones para la lucha
reivindicativa pero no para la lucha política y por el poder a la que se estaba llegando. Mas allá de las declaraciones o
manifiestos que los historiadores pueden revisar, están los hechos, las movilizaciones, el tipo de discusiones que se daban. La
organización de miles para tomar la comuna por completo, la organización de la producción, distribución y comercialización en
las empresas intervenidas o en poder de sus trabajadores, los métodos de lucha de toma de caminos, de fundos, de fábricas. El
ejemplo más claro fue la determinación de tomar un terreno y construir ahí un Mercado Municipal donde los campesinos y
sectores industriales llevaban directamente sus productos rompiendo el mercado, saltándose a los comerciantes, mercado a su
vez que era custodiado por pobladores encabezados por el recordado José Modesto Amigo Latorre 4. O el ejemplo de los
trabajadores de Fensa y Perlack que organizaron cursos de instrucción militar básica que entregaba Víctor Romeo de “El
Guajiro”5.
¿Cómo se materializó o concreto el trabajo militar de que se formó en el Cordón para el tema militar?
Esta Comisión se articuló principalmente para enfrentar las coyunturas que surgieron después del Paro patronal de Octubre de
1972, alcanzó su mayor desarrollo coordinando la toma de la comuna primero, luego la toma de los fundos en 1973, alcanzando
su máximo funcionamiento para la intentona golpista del Tanquetazo. Se trabajó fundamentalmente en coordinar las fuerzas
sociales y los medios que existían para dar una respuesta organizada por parte de los trabajadores. Se trabajaban los temas de
comunicación, de alertas, de distribución de fuerzas a los puntos estratégicos de la comuna, la centralización de medios de
comunicación, de transporte y otros tipos de recursos, sugiriendo formas de resguardar las industrias, de organizar las brigadas
de autodefensa. En su nivel más alto (Tanquetazo), se incorporó a esta Comisión un representante del PC, interventor de la
empresa Sindelen que aportó con un sistema de fax para comunicaciones e intento la articulación con la CUT comunal.
En esta Comisión nunca hubo representantes del PS, dado que fiablemente las propuestas y comunicados que sacaba esta
Comisión eran entregados a Hernán Ortega quien había sido electo por los dirigentes de las fábricas como representante del
Cordón.
Sin embargo posterior a la coyunturap del Tanquetazo, la Comisión en pleno no logró nunca juntarse siguiendo la dinámica de
baja del funcionamiento del cordón como tal. Solo se mantuvieron funcionando los representantes del MIR, IC y MAPU
desarrollando charlas y conversatorios a nivel de sindicatos sobre el tema golpe de estado y la necesidad de tener un plan
general de reacción, tema que no compartían a ese nivel ni el PC ni el PS.
En este último periodo se logra trabajar en el conjunto de estas tres fuerzas y algunos dirigentes sindicales, la propuesta de Plan
frente a un golpe de Estado desarrollada por el MIR, la que es expuesta en diversos sindicatos y al menos a una agrupación de
campesinos.
¿Cómo funcionó todo lo planificado para el día del Golpe de Estado?
No funcionó.
Desde Junio del 73 en adelante y producto de dos hechos políticos gravitantes en el desenlace de la coyuntura y del proceso, se
venía produciendo un fuerte retroceso de la actividad de las masas y prácticamente la paralización, al menos en el Cordón, de las
instancias de coordinación y de Poder Popular.
El encarcelamiento de los marinos que se organizaban para impedir el golpe militar y el nulo respaldo a ellos desde el Gobierno
fue un primer síntoma de incredulidad y de desconfianza. Si el Gobierno no podía defender a marinos que se organizaban
precisamente para defender al Gobierno Popular, que podían esperar el resto de los sectores, que se enteraban como estos eran
torturados y encarcelados. Luego vino un proceso de claudicación mayor con la aprobación de la Ley de Control de Armas en el
parlamento, lo que da luz verde para que las FF.AA. comiencen a allanar industrias, poblaciones, cementerios, en algunos casos
con brutalidad extrema como lo fue en lanera Austral en que son asesinados dirigentes sindicales por tropas que llegan en
4
5
José Amigo “El Malo” fue detenido en 1973 resistiendo al golpe, exiliado a Inglaterra, regresó clandestino a sumarse a la lucha y cayó
hacia finales de la dictadura en un asalto a banco en Melipilla.
Víctor Romeo es herido el mismo 11 de septiembre, cae detenido y junto a José Amigo, Javier Bertin y trabajadores de Fensa y Perlack , y
el autor de estas notas fueron sometidos a Consejo de Guerra por la FACH. Exiliado en Francia se incorpora a la Revolución Nicaraguense
trabajando de manera posterior en el Ministerio del Interior. Muere en Francia producto de un cáncer.
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helicópteros. En Cerrillos Maipú se da el allanamiento de la Conservera Copihue y no existe ninguna capacidad de respuesta
frente al hecho, ni del Cordón, ni de ningún sector social u organización política. Era evidente el golpe militar y sin embargo no
existía determinación política para enfrentarlo.
En el caso del MIR, nuestro GPM encabezado por Martin Elgueta 6 había sostenido la inminencia del golpe militar por lo que fue
señalada su intervención por la Comisión Política porque a su vez, señalaba que Allende se encaminaba a la claudicación
mediante la convocatoria a plebiscito a desarrollarse durante septiembre y que daría paso a una nueva situación política. (Golpe
Blando en la nomenclatura mirista).
El día 11 de Septiembre el Cordón Cerrillos amaneció copado por fuerzas militares distribuidas a lo largo del camino a Melipilla
frente a las industrias más importantes. Después del bombardeo a la Moneda hubo intentos de resistencia en la industria Perlack
y en Fensa, los que fueron sometidos por helicópteros (Perlack) y carros blindados (Fensa) desarrollándose hostigamientos a las
FF.AA. durante la noche del 11 y del 12.
Fueron numerosos los obreros de Fensa, Perlack, Copihue, Pizarreño detenidos, así como dirigentes del sector campesino y
pobladores, la mayoría de ellos sometidos de manera posterior a Consejo de Guerra de la FACH.
El Cordón Cerrillos no funcionó en ningún momento durante el Golpe ni en días posteriores.
¿Cuál es tu evaluación de esta experiencia?
Yo pienso que esta experiencia, al menos a mí me marcó mucho respecto a varios elementos:
En el plano de las ideas, de las concepciones, pude vivir lo que es un periodo de alza del movimiento de masas y ver la capacidad
de vanguardia que tiene la clase obrera cuando sale de sus luchas parciales y reivindicativas y se platea el problema del poder.
En segundo lugar la potencia que alcanza la alianza social con campesinos y otros sectores pobres del campo y la ciudad,
sobretodo cuando logran articulaciones orgánicas, de carácter permanente y sobretodo cuando logran independencia política, o
autonomía respecto a la influencia en su seno del Estado, de las concepciones individualistas, cuando actúa como clase detrás de
sus intereses históricos, cuando se sacude del reformismo o luchar por el mal menor y se plantea un proyecto.
En tercer lugar me marcó, porque pude acceder a una práctica donde lo político y militar iban de la mano, donde se daban las
condiciones para que el conjunto de tareas asociadas al desarrollo de fuerza social revolucionaria y los medios fueran tarea del
pueblo y no solo de una vanguardia.
En cuarto lugar, demostró leyes de la insurrección que habían sido ya formuladas por los clásicos, entre ellos Lenin y Trotsky,
entre estas el rol de la “compulsión”, del “estado de ánimo de las masas”, de la necesidad, de entrado en ese terreno de
mantener la iniciativa estratégica.
Esta última consideración es sumamente importante porque las fuerzas que apuntaban al desarrollo del Poder Popular perdieron
la iniciativa después de junio del '73, por los factores mencionados, pero quedaron sin conducción concreta, sin poder maniobrar
ni hacia el repliegue ni hacia una ofensiva, por lo que, como fuerza se desarticuló y fue golpeada brutalmente por la
contrarevolución de la dictadura y sus aparatos represivos.
En tu libro “DE LA BRIGADA SECUNDARIA AL CORDÓN CERRILLOS”, relatas lo acontecido aquel 29 de
junio de 1973. A tu juicio, ¿qué elementos fueron determinantes para no pasar a la ofensiva?, ¿crees tú
que la estrategia política representada por Miguel Enríquez no se correspondía con el real estado de las
fuerzas?
En ciertas intervenciones yo he señalado que tanto la Estrategia como la Táctica son ciencia y arte. Ciencia porque se refieren a
elementos objetivos, cuantificables, medibles, pero arte respecto a un elemento esencial: la subjetividad de las masas, el estado
de ánimo, la voluntad, la determinación. Si la política revolucionaria fuera regida estrictamente por parámetros objetivos,
posibles de ser conocidos de manera exacta, no habrían revoluciones fracasadas… la realidad es que, como lo señala de manera
poética Patricio Manns en una canción: “El timonel no sólo escrutará de noche el mar: tendrá que adivinarlo” 7. Frente a la
política reformista que ya estaba demostrando su fracaso y que llevaba irremediablemente al golpe de Estado o a la claudicación
que de hecho preparaba Allende mediante un plebiscito que iba a convocar, mediante las señales claras que ya estaba dando de
diálogo con la DC, de devolver industrias, de no vetar la ley de control de armas, la única política posible a ser planteada a las
masas era la de la contraofensiva popular, planteada en el teatro Caupolicán por Cadena Nacional, política que no alcanzó a ser
desarrollada porque efectivamente tras el 29 de junio la iniciativa quedó en manos de la burguesía a través de los
allanamientos, del establecimiento de zonas de emergencia que entregaban a las FF.AA. amplias
facultades, del encarcelamiento de los marinos, y la política por otros medios es la guerra y en la guerra se está a la
6
7
Martin Elgueta “Renato” fue detenido después del golpe y está desaparecido desde ese entonces.
“Carta al Interior de Chile” Canción de Patricio Manns.
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ofensiva o a la defensiva, como en toda lucha… las fuerzas populares no pudieron retomar la ofensiva y lo que es peor aun, no
pudieron preparar la defensa, quedando prácticamente paralizados en lo concreto, mas allá de que el 4 de septiembre hubo una
marcha de apoyo gigantesca, o las declaraciones de los Cordones y Comandos. Ya no era la hora de hablar o declarar, era la hora
de concretar un posicionamiento para un enfrentamiento ineludible, pero las contradicciones en el seno de la propia izquierda y
el pueblo, el peso del legalismo, del reformismo, el llamado abierto al No a la Guerra Civil del reformismo, terminó por sepultar
las energías y fuerzas que se habían desarrollado en el campo popular.
Hace algunas semanas apareció una carta enviada por los Cordones Industriales al Presidente Allende,
una semana antes del golpe, estableciendo sólo dos alternativas: golpe fascista o insurrección popular.
A tu juicio ¿por qué no fue posible que los trabajadores se adelantaran al golpe de la burguesía?
En primer lugar yo creo que esa carta, un tremendo documento histórico, surgió muy tarde, cuando ya el movimiento había
comenzado el reflujo de masas como he señalado. Lo segundo: el tema de esperar el golpe de ellos o adelantarse, fue un tema
ampliamente discutido y respecto al cual no había consenso político. Entre los marinos, por ejemplo, esto significó una dura
disputa interna que ha sido revelada últimamente, dado que existió un grupo importante que señalaba que no se podía esperar
la iniciativa de ellos. Sin embargo, el elemento determinante es que el Gobierno y la Unidad Popular estaban por respetar la
legalidad y fueron consecuentes hasta el final con esa postura, teniendo ellos abrumadoramente la gran mayoría de las fuerzas
populares de su lado. Asumir la iniciativa sería sobrepasar a Allende y a la Unidad Popular, con un sector de masas consciente
pero reducido, muy minoritario, lo que hubiese significado enfrentar no solo al golpismo sino a la mayoría del pueblo que creía y
estaba por los mecanismos legales e institucionales. Esa era la gran contradicción de los revolucionarios que solo tuvieron una
oportunidad de hacerlo y no fuimos capaces. Justamente, hasta donde yo se, Fidel Castro había señalado que el Tanquetazo
había sido “el Playa Girón” de la burguesía chilena, que ese había sido el momento de desatar la contraofensiva, pero en la noche
de ese mismo día, Allende desde los balcones de la Moneda llamó al pueblo a regresar a sus hogares, porque las FFAA
garantizaban el proceso.
¿Cuáles eran las capacidades materiales reales (armas, pertrechos, personal y estrategia-táctica) del
GPM del Cordón Cerrillos en la coyuntura de junio y de septiembre de 1973?
Antes de responder, porque evidentemente la pregunta insiste en “ver” la coyuntura estríctamente desde una óptica idealizada
de que la política se define en función de las capacidades y medios que se tengan, lo que no es así en la práctica. En alguna
entrevista, no recuerdo exactamente cuando, interrogan a Fidel Castro sobre lo que diferencia a un revolucionario del que no lo
es, y Fidel responde que estos últimos esperan que estén las condiciones dadas para sumarse a la lucha, en tanto que los
primeros luchan por generar tales condiciones. Regresando a la pregunta: ni en Junio ni en Septiembre el GPM 4 del MIR, ni
ninguna fuerza de izquierda tenía suficientes recursos y capacidades materiales para un enfrentamiento de la magnitud de lo
que se nos vino encima. Pero, ¿Qué hacer entonces? Impensado claudicar, no había posibilidades por lo ya explicado para tomar
la iniciativa: lo que quedaba entonces como alternativas era buscar en la coyuntura, el espacio y el tiempo suficiente para
desarrollar capacidades o una alguna variable de menor costo en la coyuntura, sobre todo apostando a quebrar la unidad de las
FF.AA., cosa que intento aceleradamente el MIR para atraer a un sector de las FF.AA. al lado del pueblo, lo que venía ocurriendo
en la práctica concreta y que explica el alto número de uniformados detenidos y torturados después del golpe, principalmente
en marinería, aviación, carabineros y en menos medida en el ejército. La otra alternativa era simplemente pasar a le defensiva,
replegarse a retaguardias sociales y geográficas con fuerzas de modo tal de emprender acciones guerrilleras en el terreno
urbano, suburbano y rural de manera posterior al golpe. El Plan Militar del MIR a escala nacional se jugaba en esa perspectiva:
esperar el golpe, responder con insurrecciones locales desgajando parte de las fuerzas armadas, replegarse a zonas de
retaguardia social y política seguras si es que triunfaba el golpe para dar inicio a la guerra en los territorios descritos.
La diferencia entre Junio y Septiembre en términos reales es de dos elementos definitorios: de una parte en Junio las masas
populares están en ascenso, con alta moral y disposición a la lucha que se evidencia en la calidad, masividad de la respuesta al
intento golpista, en septiembre ya no hay ascenso, hay confusión, retroceso, desconfianza hacia la conducción de la UP, sólo se
mueven los sectores más conscientes y comprometidos, incluso a nivel de militantes y activo político son muchos los que
simplemente se esfuman a la hora decisiva. En Junio hay sectores de las FF.AA. que evidencian sus simpatías con la alternativa
popular, la propia actitud del General Prat, de los militares llamados constitucionalistas, de soldados y clases a nivel de tropa es
claramente a favor del pueblo. En Septiembre son estos soldados, marinos, aviadores, carabineros, los primeros en ser
neutralizados, encarcelados, y ya las tropas están claras por lo sucedido con los marinos constitucionalistas: no van a quebrar la
unidad de mando porque Allende confía en los generales y no esta dispuesto a avalar el quiebre de las FFAA.
¿Qué distingue específicamente al “poder popular chileno” respecto de las experiencias históricas
universales de “dictadura del proletariado”?
Cada proceso histórico, cada formación social, es única y especifica, por tanto las experiencias son muy diferentes, aun cuando
existan algunos elementos en común. La primera experiencia a escala mundial de un Poder Dual, de un poder alternativo fue La
Comuna de Paris, experiencia derrotada y que legó para la posteridad no solo el nombre a los “comunistas” (a los de verdad),
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sino que también la necesidad de la Dictadura del proletariado como la formulara Marx. La experiencia de los Soviet (Consejos)
en la Rusia zarista se asemeja respecto a la masa incorporada, al desarrollo de estos consejos de manera específica para obreros,
otros para campesinos y muy embrionariamente por el intento de organizar estos consejos entre las FF.AA. Respecto a la
experiencia rusa, es diferente por cuanto el Partido Bolchevique logró la conducción y orientó las fuerzas al desarrollo de la
Insurrección en tanto que en nuestra experiencia no se ganó a la mayoría de las fuerzas sociales, y en las mismas organizaciones
de poder popular existieron conducciones políticas distintas y a veces contradictorias (PS, MIR, en menos medida MAPU).
De alguna manera la experiencia chilena, por lo precario de su desarrollo, tiene una mayor semejanza a la experiencia de El
Salvador, aun cuando en El Salvador las fuerzas populares desataron una insurrección. Se parece mucho en la precariedad y
sobretodo en la calidad de la contrarrevolución y la represión posteriormente desatada por la burguesía.
Difiere, respecto a otra experiencias de Poder Popular, porque la mayoría de las experiencias de China, Vietnam, Corea, Cuba,
este poder popular se expresa en el control territorial por fuerzas armadas populares que establecen zonas liberadas en el marco
de guerras populares cuya primera fase son precisamente las operaciones de cerco y aniquilamiento de estas bases de poder
popular.
¿Qué relación existió entre el proceso de origen-desarrollo-crisis del poder popular y de las orgánicas
políticas?, ¿Esta experiencia surgió en forma “autónoma”, “independiente”, “supeditada”, “enmarcada”
respecto a la política revolucionaria que llevaba adelante el MIR?
La historia de Chile, al igual que la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases, la historia de la lucha por el
poder que establecen a veces fracciones de una misma clase, o clase explotadas contra la dominación. Y como la lucha política,
en su agudización tiende a resolverse mediante la fuerza para establecer una nueva relación política y económica, es también la
historia de los procesos de acumulación de fuerzas que en un punto dado se expresan en dualidad de poder. Es la construcción
de fuerzas de los “patriotas” chilenos que aprovechan la guerra en Europa y los conflictos de España para establecer Cabildo,
declarar independencia y construir fuerza propia, coexistiendo con el poder colonial durante este proceso. Es más tarde la lucha
política entre los propios patriotas que tienen proyectos políticos diversos y fuerzas sociales, políticas y militares que entran en
contradicción durante largos decenios de la vida independiente de Chile, incluyendo guerras civiles, asesinatos como los de
Manuel Rodríguez, golpes de estados, levantamientos armados de provincias. Con esto quiero decir que el desarrollo de poder
alternativo a la dominación ha estado muy presente en la historia de Chile, incluso de formas agudas, de mucha violencia. Solo
baste recordar episodios como la Insurrección de la Escuadra en septiembre de 1931 y el bombardeo a los buques de guerra
encabezados por el acorazado Almirante Latorre, la república Socialista de los 100 días, las ya muy conocidas matanzas de Santa
Maria de Iquique, los choques armados con campesinos en San Gregorio, en La Coruña.
En la década del 60, la toma de terrenos fue impulsada por comunistas y socialistas combinando la lucha de masas y el rol de
parlamentarios que apoyaban dichas acciones, en un desarrollo embrionario de poder y control de un territorio acotado, por
reivindicaciones, pero que no apunta a desafiar el poder político de las clases dominantes.
Es la constante alza de la lucha de clases en Chile en las décadas de los 50 y 60 con paros, huelgas, declaraciones radicalizadas
como la declaración de Principios de la CUT, encabezada por Clotario Blest, el telón de fondo que obstruye las salidas que
plantea la burguesía, que genera la división política de estas (Alesandri – Frei) y el incremento constante de masas que se
incorporan a la lucha y que van generando un periodo prerevolucionario. Es en ese marco que el MIR propone las acciones
directas de masas como táctica para acumular fuerzas, coincidiendo con una fracción del PS que desarrollaba la misma política.
El MIR impulsa las tomas de terreno siendo la 26 de Enero la primera de ellas que suma a las experiencias anteriores la
construcción de milicias populares, mientras en el campo tanto socialistas pero principalmente miristas impulsan las tomas de
fundo, las corridas de cerco y ambos de manera posterior, las instancias de poder popular.
En definitiva, las acciones directas de masas, la acumulación de fuerzas sociales, políticas y militares para luchar por los intereses
de clase o de fracción de clases es una práctica instalada en la historia de Chile mucho antes del periodo prerevolucionario del
'73, como profunda corriente histórica reaparece en este periodo y lo que hacen los revolucionarios es interpretarla, masificarla,
convertirla en política concreta que en su desarrollo tiene todo los matices planteados en la pregunta: en algunas zonas,
regiones o poblados este poder se genera casi autónomo, en otros lugares, supeditado a una conducción concreta, en otros,
disputada su conducción por diversas corrientes políticas.
Trotsky, en su libro “Mi Vida”; señala que a un proceso revolucionario incompleto, le sigue una
contrarrevolución completa. En este marco, ¿se puede afirmar que no sólo "la vía chilena al socialismo"
fue una revolución a medias, sino que nuestra preparación para la guerra de clases o guerra
revolucionaria también lo fue?, ¿Hubo falta de voluntad?, ¿Faltaron las condiciones históricas?, ¿Faltó
tiempo? ¿Por qué después de prepararse para la guerra no pasó nada, o pasó muy poco?, ¿Qué hicimos
mal?, o ¿Qué no hicimos?
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Quien hace revoluciones a medias, cava su propia tumba dice Robespierre en el drama de Georg Büchner en 1834 (“La Muerte de
Dantón”) y esto es válido para el reformismo en la experiencia revolucionaria, así como para los revolucionarios. En ambos casos,
a mi parecer, se trata de la conducción de las direcciones políticas. De parte del reformismo que se obstinó en creer que en Chile
no se cumplirían las leyes de la lucha de clases y que se podía resolver, dentro de la legalidad burguesa y con la existencia de la
intervención del imperialismo, el problema del poder sin construir o tener fuerza militar propia. En el caso de los revolucionarios
por no poder ganar la conducción de las masas y por no asumir su propia estrategia de guerra popular que implicaba la
protección de las fuerzas propias, el repliegue del escenario público ante la ofensiva burguesa y el desarrollo de la guerra en
otras condiciones. En estricto rigor, lo que preparó el MIR fue un proyecto de insurrección como elemento de defensa,
contradiciendo principios del arte de la insurrección conocidos desde el siglo pasado 8 por lo que en estricto rigor, nunca hubo
un desarrollo de un plan de guerra o enfrentamiento enmarcado en la estrategia de guerra popular.
En tu experiencia, ¿Qué factor más relevante llevaba a la población y a los trabajadores a participar en
el Cordón Cerrillos-Maipú?
Los elementos que describí anteriormente: la ofensiva patronal para provocar la desestabilización del Gobierno de Allende, el
cierre de industrias, el acaparamiento, el mercado negro, la paralización de los medios de producción tanto agrícolas como
industriales. La necesidad de responder a la burguesía con fuerza propia y la insuficiencia de las organizaciones naturales (CUT,
Juntas de Vecinos, Sindicatos) para dar respuestas a estas tareas que implicaban salirse de la legalidad e instalar poder propio.
¿Estaba consciente el Cordón respecto a la fragmentación, dispersión y debilidad en la conducción
políticas?, ¿Cómo se conduce y se mantiene organizada a miles de personas sedientas de cambios
revolucionarios?
Por lo que he descrito, el Cordón no tenía una instancia orgánica desarrollada, salvo en coyunturas. En definitiva era la
articulación puntual de sindicatos y activistas políticos para enfrentar coyunturas especificas.
A tu juicio, ¿Cuáles son los mitos y realidades de la construcción social y política del cordón Cerrillos –
Maipú?
De una parte está el mito de una “organización” y de un nivel de participación de masas en la instancia Cordón, que nunca
existió. El Cordón fue una articulación puntual, de sindicatos, no alcanzó a desarrollar un debate político propio con
participación de las bases. Era como he dicho la representación de dirigentes en “representación” de sus sindicatos.
De otra parte está la negación del Cordón como instancia de Poder, argumentando justamente lo anterior. Esto implica no
entender mucho los procesos que se dan a nivel de masas, pretendiendo procesos organizados, institucionalizados, ordenados,
cuando en la realidad los procesos de masas son muy contradictorios, de avances, de retrocesos, de lucha ideológica fuerte en su
seno y principalmente afectado por la “compulsión” como denomina Trotsky al factor subjetivo que genera disposición a la
lucha, voluntad, determinación.
¿Qué comportamiento tuvieron las fuerzas armadas partidarias de la insurrección armada en el período
prerrevolucionario?, ¿Qué fue de ellos?
En diversos cuarteles, buques, unidades militares y de carabineros se daban las mismas tendencias políticas que en el resto de la
sociedad: Oficiales en su mayoría reaccionarios, aunque una fracción minoritaria apegada a la legalidad (los llamados
“Constitucionalistas” y muy minoritario algunos oficiales revolucionarios). Entre los “Clase” eran más amplios los sectores que
simpatizaban con el proyecto de la unidad popular y habian más revolucionarios, igualmente a nivel de las tropas. Schneider,
Prat, Bachelet, Pobrete, Arturo Araya, edecán del Presidente, asesinado por un comando de extrema derecha el 27 de julio de
1973, son ejemplos de oficiales constitucionalistas. En todo caso la izquierda en general tenía mas desarrollo en la marinería,
aviación y carabineros, y muy poco desarrollo en el Ejército. Para conocer más de este tema recomiendo leer “Los que dijeron
no”de Jorge Magasich y “El fantasma de Chile” de Zenon Alvarado que entregan antecedentes extensos de lo que ocurría en la
marinería. En el caso de la aviación, fueron detenidos y torturados numerosos oficiales, suboficiales y clases, antecedentes que se
pueden leer en el libro de Fernando Villagran “Disparen a la bandada” que relata el Consejo de Guerra en contra de los oficiales
Bachelet, Pobrete, Carlos Ominami, Rolando Miranda, Ernesto Galaz, Alamiro Castillo, Otto Becerra, Alvaro Yánez, Jorge Silva,
Raúl Vergara, Carlos Camacho, Jaime Donoso, Daniel Aycimena, Eladio Cisternas y Julio Cerda, todos acusados de traición a la
Patria, torturados y encarcelados. En carabineros las cinco primeras antigüedades de la oficialidad se negaron a participar del
golpe.
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Tanto Lenin como Trotsky reflexionan en distintos textos sobre la insurrección definiéndola como una acción ofensiva. Durante Guerra
Mundial en Varsovia se produjo un alzamiento insurreccional de los judíos encerrados en un getto que fue absolutamente derrotado,
confirmando que no sirve la insurrección como elemento estratégico defensivo.
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Existen tres datos interesantes a considera9:
En el proceso organizado contra los disidentes de la Fuerza Aérea, son condenados a penas diversas 18 suboficiales y sargentos;
36 cabos (dos de ellos fueron asesinados en prisión); dos conscriptos y 13 civiles. La Marina condena a 88 marinos, seis civiles y
un oficial.
En 1991, el informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, constata que entre 1973 y 1990, agentes del Estado
provocaron la muerte de 17 soldados, 2 marinos, 6 aviadores 9 policías civiles y 3 guardianes de prisión. Un total de 37.
En 1998 una nueva ley, del “Programa de reconocimiento de la exoneración política” extendió los beneficios a funcionarios de la
Justicia, parlamentarios y militares despedidos por motivos políticos. Bajo esta ley un total de 1.319 militares han sido
reconocidos definitivamente como excluidos a causa de su oposición al Golpe o por su negativa a participar en las exacciones, y
6.070 revindican esta situación. Se trata a veces de soldados que cometieron intencionalmente alguna falta disciplinaria para
ser excluidos, evitando así la suerte reservada a los que manifestaron abiertamente su desacuerdo. Este número impresionante
representa sólo a los que llegaron a actuar; muchos otros, seguramente aterrorizados, callaron sus desacuerdos.
Muchos de los uniformados sobrevivientes fueron exiliados y post dictadura se han incorporado a la vida política y social
formando agrupaciones que luchan por memoria y justicia, otros han desarrollado investigaciones estableciendo querellas y
juicios, algunos se han incorporado a partidos de la Concertación ocupando cargos públicos.
Sin embargo un número menor de ellos resiste al golpe siendo asesinados: Mario Melo Pradenas, ex teniente de Boinas Negras,
Ricardo Pardo Tobar, ex boina negra, Oscar Delgado Marin, ex boina negra, Fernando Amaya Sepúlveda, ex boina negra, José
Enrique Espinoza Santic, cabo segundo de la FACH, Mario Armando Gho Alarcón, soldado conscripto, Miguel Selim Nash Saez,
conscripto de 19 años fusilado en Pisagua al negarse a disparar contra detenidos políticos.
Otro grupo se incorporó se incorporó activamente a la lucha de Resistencia, cayendo en combate contra la dictadura como
Ernesto Zúñiga Vergara (Manuel), infante de marina, Enrique Reyes Manrique (Bali) , ex cabo primero de la FACH, Carlos Díaz
Cáceres (Pecho de Buque) y otros fueron encarcelados durante largos años en prisión como Víctor Maturana (Carabineros),
Miguel Yañez (Gendarmeria), Carlos García Herrera (Marina).
Hace alrededor de un mes se realizó en la Plaza de Maipú la inauguración de un Memorial a las personas
ejecutadas o caídas en el proceso político chileno vivido a partir de 1973. En este sentido ¿cómo
recordamos a los constructores revolucionarios del pasado que enfrentaron la tragedia vivida a partir
del '73: víctimas o combatientes?
Hay víctimas y hay combatientes. Víctimas por partida doble, porque numerosos dirigentes sociales, pobladores, campesinos,
estudiantes, obreros, fueron detenidos, torturados, asesinados, sin que ellos hubiesen empuñado armas, resistido al arresto o
participado de ningún acto de violencia, por un lado y víctimas de haber aceptado la idea de que era posible un cambio por las
vías pacíficas, en los marcos de la legalidad y la constitución. La gran mayoría de ellos confió en que sus dirigentes políticos
tenían experiencia y “sabían lo que hacían” aceptando confiadamente los mitos tales como “los militares chilenos son distintos”,
“El partido y los viejos saben lo que hacen”, lo que significó no solo enfrentar a la represión sino la sorpresa, el dolor, la rabia de
entender finalmente el carácter del estado, de la dominación, de las fuerzas armadas.
Combatientes son los que lograron tener conciencia de lo que sucedía, que decidieron armarse, resistir, oponerse a la acción
violenta de la contra revolución y que desarrollaron diversas formas de enfrentamiento al golpe y a la dictadura.
Yo creo que en definitiva a todos hay que recordarlos no por el “como murieron” o “como enfrentaron” a la dictadura, sino
como personas que desde distintas visiones políticas, desde distintas prácticas, levantaron o se sumaron a un proyecto de
cambio social, y por ello pagaron con sus vidas.
Por que la historia no podemos repetirla.
Porque nosotros y las nuevas generaciones debemos tener clara conciencia y memoria: si queremos cambiar la sociedad, si
queremos terminar con los privilegios de una minoría, volvamos a mirar bien nuestro propio escudo nacional en el cual, otros
que lucharon por construirnos como país, llegaron a la convicción absoluta que la justicia se logra con la razón y la fuerza.
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Fuente: http://marinosconstitucionalistas.blogspot.com/2008/03/los-que-dijeron-no.html
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El Verdadero Terremoto que se nos Viene Encima
(En homenaje a los trabajadores de Konecta y Sintrac)
10 de Julio, 2012
Pero si un día me demoro, no te impacientes,
yo volveré más tarde.
Será que a la más profunda alegría
me habrá seguido la rabia ese día,
la rabia simple del hombre silvestre,
la rabia bomba, la rabia de muerte,
la rabia imperio asesino de niños,
la rabia se me ha podrido el cariño,
la rabia madre por dios tengo frío,
la rabia es mío, eso es mío, sólo mío,
la rabia bebo pero no me mojo,
la rabia miedo a perder el manojo,
la rabia hijo zapato de tierra,
la rabia dame o te hago la guerra….
Los dueños del poder en Chile se ufanan. Muestran las cifras macroeconómicas y por todos los canales de la televisión, lacayos
mediante, se despachan frases para el bronce: Chile está creciendo económicamente y estamos muy bien preparados para
enfrentar los efectos de la crisis económica mundial. Y para refrendar, anuncian escuálidos bonos que obviamente son bien
recibidos por los más necesitados.
Mas allá de la demagogia, de las frases cuidadosamente construidas para no decir nada y que se repiten en las pantallas de miles
de televisores, en los anuncios, la prensa y las ondas radiales, basta una ola de frío polar para que los indigentes, las “personas
en situación de calle” como el eufemismo manda a llamarlas, aparezcan por doquier. Pero muertos. Muertos de frío, muertos
ante la indiferencia de miles que transitan diariamente y no los ven. No quieren ver. O solo ven cuando ya es demasiado tarde,
como en el viejo poema de Brecht: “Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo
no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era,
después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego
apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó; ahora me llevan a mí, pero
ya es demasiado tarde ”.
Las clases dominantes chilenas no se inmutan. No quieren ver. Solo les interesa continuar con su exorbitante acumulación de
riquezas. No importa el precio. No importa mantener a toda costa el modelo impuesto por las bayonetas, el terror y el asesinato
y hoy legitimado y cuidado rigurosamente por la pléyade de títeres serviles a sus intereses que actúan diariamente en el tinglado
político, mascarada y fachada que existe sólo como cobertura y para seguir cazando incautos. Cegados por su ambición, no
están dispuestos a entregar nada y al contrario, ciega, tozuda y brutalmente están cerrando todo espacio posible en que se
expresa el descontento, el sagrado derecho al pataleo como mínimo.
Que lo digan los estudiantes que después de marchar y marchar, de volcarse multitudinariamente a las calles… tienen las manos
vacías
Que lo digan los mapuches, que tratando de recuperar escuálidos pedazos de tierras robados por el winka, están cercados
militarmente, allanadas permanentemente sus comunidades, baleados, golpeados, pisoteados reiteradamente humillados sus
hombres, mujeres y niños, todos quienes reciben como única respuesta la detención y la cárcel.
Que lo digan los pescadores burlados una y otra vez en comisiones, diálogos, acuerdos con dirigentes vendidos mientras ven
como las grandes empresas aumentan sus privilegios descaradamente.
Que lo digan los deudores habitacionales, que más allá de que pertenezcan a tal o cual agrupación les recorre la angustia de ver
como sus deudas crecen vertiginosamente y se llevarán el esfuerzo de toda su vida y sus viviendas serán finalmente rematadas,
mientras las promesas electorales de solución entregadas por unos y por otros se esfuma en el olvido y la amnesia.
Se dice en círculos científicos, que Chile debe esperar un terremoto de proporciones en el norte, terremoto que ocurre
aproximadamente cada quince o veinte años, por la acumulación de y liberación brusca de energía procedente de los bordes de
las placas tectónicas. Las placas tectónicas chocan entre sí y producen una liberación de energía como consecuencia de los
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esfuerzos que estaban soportando.
¿Y la energía que se está acumulando aceleradamente en la lucha de clases frente a la indolencia, la ceguera y el increíble afán de
acumular, acumular que detentan los dueños del poder?
La rabia genera esa energía.
La rabia de ver como los dueños del país quieren seguir reforzando esa caja de hierro que describe Tomas Moulian que es el
sistema político chileno, para cerrar toda posibilidad de cambio, para cerrar toda puerta posible, para negar cualquier avance por
mínimo que sea.
Créditos piñuflas, raquíticos e insuficientes para los pequeños productores y comerciantes presentados con bombos y platillos
generan rabia y rencor cuando se ven los grados de acumulación de las grandes empresas.
Ira, rabia, rencor de ver a la clase política aumentándose sus sueldos millonarios en un par de minutos y aprobando migajas
como aumentos salariales para los trabajadores, mientras dilapidan cifras estratosféricas en mega construcciones para resolver
los temas de diversión de los poderosos, los temas de la energía que requieren la industria de los poderosos a costa de destruir
los equilibrios más elementales generados por la naturaleza y que permiten la vida.
Ira, rencor acumulado, desesperación que cunde y va creciendo en distintos sectores del pueblo a los que no llega ni por si a
caso el famoso goteo.
Es la acumulación cada vez más aguda de esa presión social que no encuentra mecanismos de solución porque simplemente no
existe ni ha existido nunca la voluntad de los poderosos de poner fin al lucro, a su afán de acumular en todas las actividades
humanas. ¡Que decir de la salud, de la educación, de la vivienda, de los famosos negociados en torno a la reconstrucción! ¡Que
decir de la lucha desesperadas de comunidades enteras a las que se les está negando lo más elemental que es el agua!
Desde el poder, lejos de resolver los problemas, apelan a la represión. Ya no les basta con la Ley de Seguridad del Estado, ni la
Ley de Control de Armas, ni la Ley Antiterrorista. Ahora el objetivo es usted, el que protesta por sus condiciones de vida, a usted
que no les están dejando ninguna herramienta posible para expresar su rechazo. Perdón, solo le dejan una donde está todo
fríamente calculado para que siempre ganen: el modelo político, las canaletas institucionales donde los vericuetos de las
presentaciones legales, las comisiones, las mesas de negociación permiten cansar, debilitar, agotar a los movimientos en lucha.
Pero también eso esta llegando a su fin. Eloisa Gonzalez, estudiante de 17 años, dirigente de ACES señala en reciente entrevista:
“...No creemos que estén dadas las condiciones para dar una batalla institucional. Hasta ahora lo que se
ha ido demostrando es que, distintos referentes políticos que han hablado de una batalla institucional,
han terminado cayendo, quizá no por voluntad propia, pero de todas formas han terminado cayendo en
el mismo juego y siendo cero aporte a la construcción del movimiento.”
En el día de ayer, los sindicatos 2 y 3 de Konecta y SINTRAC se movilizaron por reivindicaciones negadas reiteradamente por sus
patrones. Cerrados todos los espacios posibles, decidieron sacar a la calle y difundir su conflicto realizando un bloqueo parcial de
una línea del metro arriesgando sus propias vidas como barricada humana. Como en el chiste de don Otto, donde el hombre
vende el sillón para que su mujer no lo siga engañando, el Gobierno no enfrenta el problema de los bajos salarios, ni por si acaso.
Detiene, amenaza con aplicar Ley de Seguridad Interior del Estado, cárcel y penas del infierno a los trabajadores y sus dirigentes.
Si está cerrado el camino de la negociación, si está cerrado el camino de la manifestación callejera ¿Qué camino queda para que
los trabajadores puedan luchar por sus intereses inmediatos?
Lo que nos lleva a una reflexión de fondo y que tiene que ver con lo que diferencia a los revolucionarios de quienes no lo son,
mas allá de que puntualmente reformistas se reivindiquen como revolucionarios bajo “ciertas circunstancias”. Los
revolucionarios creemos que no es posible conquistar cambios significativos para la clase trabajadora y el pueblo bajo el sistema
de dominación que las clases dominantes imponen. Y no es posible, por la propia naturaleza depredadora y acumuladora de
riqueza que poseen como clase dominante, lo que los lleva a mantener e incrementar sus niveles de explotación que no son otra
cosa que niveles cada vez mayores de pauperización, miseria y pobreza de los trabajadores. Que en este proceso de lucha de
clases, los dueños del poder y la riqueza construyen mecanismos para mantener su dominación a toda costa, siendo el Estado,
las FF.AA. y los aparatos y mecanismos jurídicos y políticos herramientas de esta opresión. Por ello es que los revolucionarios
nos planteamos la lucha por el poder, por acumular la fuerza social, política y material necesaria para derrotar a una minoría
explotadora y construir un poder de las mayorías.
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Por el contrario, reformistas de todo tipo, dibujan un camino posible de “conquistas” de espacios dentro del sistema de
dominación, para desde esos espacios ir avanzando y mejorando las condiciones de vida de los trabajadores. Ocurre sin
embargo, que entrar a dichos espacios implica jugar con las reglas que esos espacios imponen, que no son precisamente los
espacios de acumulación de fuerzas favorables para el pueblo, ahora cada vez más amenazados con leyes que criminalizan sus
movilizaciones más básicas, y mediados por una serie de personajes corruptos que en los espacios legales son simples peones de
contención de la lucha popular como innumerables dirigentes sindicales, que ya sea en la CUT o en el sindicato de base venden
su fuero y su rol de dirigente en función de sus intereses personales o de grupo.
La lucha de clases es inexorable. Sus leyes se cumplen contra la voluntad de quienes quieran negarla. De modo tal que la
mantención de los niveles de explotación y miseria van generando las nuevas generaciones de luchadores sociales y
alimentando un movimiento de masas que hoy día intenta caminar con fuerza propia. La represión, las miles de formas usadas
por el Estado para disuadir, confundir, engañar, llevar a la mesa de negociación, etc., son victorias pírricas en el largo plazo
cuando se acumula la rabia, la ira, la desesperanza.
Cada mapuche lleno de perdigonazos genera hijos, hermanos, padres que superarán tarde o temprano el miedo porque su
sobrevida está en cuestión. Como los pobladores a quienes se les está robando el agua de las napas y pozos, como el pescador
que ya no tiene cuota de pesca, como el estudiante secundario cuyo único futuro es el ser reponedor de supermercado, como el
terremoteado que hoy duerme en la intemperie, igual que el indigente en “situación de calle”, que sobrevive a duras penas…
como los trabajadores de Konecta, que saben que solo la lucha los hará libre.
Pero…. si un día me demoro, no te impacientes, yo volveré más tarde.
Convertido en pueblo organizado y en Poder Popular.
Convertido en pueblo luchando para vencer.
Convertido en pueblo que no tiene otra alternativa que luchar para sobrevivir a la barbarie.
Convertido en Trabajadores al Poder.
Cuando escuches que viene el terremoto, ya sabes de cual estamos hablando y repite como decían tus abuelos: que venga, que
venga, que nadie lo detenga....
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