consecuencias culturales de la aplicación del modelo

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CONSECUENCIAS CULTURALES DE LA APLICACIÓN DEL MODELO
ECONÓMICO
NEOLIBERAL Y SUS RELACIONES CON EL PROCESO DE MUTACIÓN
CULTURAL
Mario Sandoval
Doctor en Sociología
Director
Centro de Estudios en Juventud
UCSH
Presentación
El presente artículo da cuenta de los principales resultados de una investigación
realizada entre 1994 y 1997 en la zona sur de Santiago de Chile. Dicha investigación tuvo
como objetivo central conocer la manera cómo dos Generaciones de pobladores reaccionan
frente a una sociedad y a un modelo económico que los seduce a consumir y a participar de
las modernizaciones, del consumo, del éxito macroeconómico del país; pero, al mismo
tiempo, los excluye por su condición de pobres, en un contexto mundial de mutación cultural.
Los indicadores macroeconómicos nacionales, hablan de un país exitoso, de un
país que crece a tasas superiores al 6%; sin embargo, en el mismo país un porcentaje
importante de la población no logra satisfacer sus necesidades mínimas vitales.
Mientras un pequeño sector de la población disfruta del crecimiento económico,
en el otro polo, alrededor de un tercio de los ciudadanos se encuentran por debajo de la línea
de pobreza. Según cifras oficiales entregadas por el "Consejo Nacional para la Superación de
la Pobreza" (C.N.S.P.), en su informe La pobreza en Chile, 3.916.500 habitantes son
considerados pobres. De ese total, 1.104.300 son indigentes1.
A pesar de que "nuestro país vive un proceso de desarrollo económico
dinámico y significativo, en el cual hay generación de riqueza, crecimiento sostenido de la
producción, el ingreso y el empleo, con perspectivas de mantenerse en el tiempo , un 28,5% de
la población no cuenta con los ingresos mensuales mínimos para satisfacer sus necesidades
vitales.
La investigación referida formó parte de la tesis realizada por el autor, en
vistas a obtener el grado de Doctor en Sociología de la Universidad Católica de Lovaina,
Bélgica. Dadas las limitaciones de espacio, sólo se expondrán los principales resultados de la
investigación referida, circunscritos al contexto actual de la realidad nacional.
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Con el fin de hacer comprensible el enfoque analítico/interpretativo, nos ha
parecido útil trabajar con una imagen artística, ya que nos ayuda a ordenar los diferentes
campos de análisis y hace inteligible los cruces que se producen en su interior. Nos referimos
a los conceptos de "escenario" y "actores".
1) El Escenario
El escenario lo constituye la sociedad chilena a las puertas del siglo XXI.
Un país que en los últimos treinta años vivió tres revoluciones y que hoy se encuentra
experimentando una cuarta más profunda y real que las anteriores, pero que no es
conceptualizada como tal. En efecto, en la década del sesenta Chile vivió el intento de la
"revolución en libertad", liderada por un partido que hegemonizaba el "centro político",
luego, en la década del setenta, una coalición de partidos de izquierda intentó la “ vía chilena
al socialismo", proceso revolucionario democrático que no fue tolerado por la Derecha
nacional que, aliándose con las fuerzas armadas y con el apoyo de los Estados Unidos,
derrocaron al gobierno popular e instauraron una dictadura militar por diecisiete años,
dando paso a una "revolución silenciosa' , o "revolución capitalista". como la llama T.
Moulian, la que significó el cambio del modelo de desarrollo del país, la represión brutal de
cualquier expresión de disidencia y el cambio absoluto de escenario, en relación con sus
elementos constitutivos hasta antes del golpe militar.
Desde esta perspectiva, la dictadura militar, tuvo un carácter fundacional
de modernización autoritaria, es decir, el gobierno militar no sólo se dedicó a reprimir sino que
le enttregó el escenario nacional a la derecha económica para su recambio total. De esta
manera, el primer gobierno de la transición a la democracia hereda un modelo de desarrollo del
cual conserva sus aspectos fundamentales en el campo económico, intenta modificaciones en
el campo político. manteniendo "enclaves autoritarios" producto de un orden institucional
respaldado por la Constitución política de 1980 y, en el campo cultural. vive las consecuencias
de una mutación epocal, proceso anterior y superior a la dictadura militar que lo precedió.
Este nuevo escenario es definido por T. Moulian de la siguiente manera:
"Chile actual proviene de la fertilidad de un "menage a trois”, es la materialización de una
cópula incesante entre militares. intelectuales neoliberales y empresarios nacionales o
transnacionales. Coito de diecisiete años que produjo una sociedad donde lo social es
construido como natural y donde (hasta ahora) sólo hay paulatinos ajustes"'.
Lo interesante del nuevo escenario que empieza a configurarse a partir
de 1989 es que los cambios que se intentan realizar al interior del país: cambio de régimen
político, reordenamiento institucional, humanización del modelo económico, etc.; se
superponen a otros cambios a nivel planetario, produciéndose una amalgama que no termina
de fraguar y que implica nuevos y profundos cambios en el país.
El fenómeno que se produce en Chile es la superposición de un
proceso de transición a la democracia, con un proceso de mutación cultural a nivel mundial.
La caída del muro de Berlín, que marca el término de una época en el planeta, coincide con
las primeras elecciones democráticas que marcan el término de la dictadura militar más
extensa que ha tenido Chile en toda su vida republicana.
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A partir de 1990 Chile comienza a caminar por las alamedas de la
democracia, al mismo tiempo que en el resto del planeta se impone un modelo de desarrollo
como único, válido y verdadero. El nuevo escenario mundial, que influye y condiciona el
escenario nacional, se caracteriza, a nivel de la economía, por la transnacionalización de los
mercados, es el proceso denominado globalización de la economía. "En esta última década
hemos asistido a un proceso de integración de los mercados internacionales en especial del
financiero, a la caída de las barreras comerciales, a la liberalización de los mercados de
trabajo que generan un panorama diferente de las otras décadas de este siglo". A nivel de la
política, por la legitimación de los regímenes democráticos como forma de gobierno
adecuada y en el ámbito de la cultura, por el desarrollo acelerado de las comunicaciones.
Estos fenómenos, en su conjunto, están en la base de lo que algunos
autores, que interpretan la sociedad actual, denominan "mutación cultural", es decir, que el
modelo cultural de la sociedad industrial, cuyo eje central es el valor del trabajo y del
proceso, estaría dejando de tener vigor, principalmente entre los jóvenes. En particular, G.
Bajoit y A. Franssen plantean que: "desde hace 20 o 30 años, una mutación cultural está en
curso", es decir, estamos viviendo el paso "de un modelo cultural basado en la razón social.
a otro fundado sobre la autorrealización autónoma" y más aún. "la reducción de la
credibilidad que afecta al modelo de la razón social y el aumento de la credibilidad que se
vincula al modelo de la autorrealización autónoma serían al final un proceso irreversible en
la medida en que éste sería alentado por todos., incluso por aquellos que aparentemente se
esfuercen por resistirlo".
A partir de lo anterior, Bajoit y Franssen, plantean la hipótesis"que
estaríamos pasando de un modelo cultural basado en la razón social (es legítimo aquello
que es útil a la colectividad. es decir, contribuye a su progreso y obedece a su razón) a
otro, fundado en la autorrealización autónoma (es legítimo aquello que el individuo juzga
bueno para su desarrollo personal). en la medida que eso no impide a nadie hacer lo
mismo".
Esta mutación cultural, que estaríamos viviendo como humanidad,
estaría haciendo cambiar puntos de referencia que hasta ahora fueron incuestionables. Por
ejemplo, el desplazamiento de la centralidad de la política hacia esferas geoeconómicas y
desde ahí a dominios geoculturales.
Las modernas tecnologías al servicio de la
comunicación, de la economía y de la cultura han hecho cambiar el concepto de espacio
territorial por espacio comunicacional; la transacción de operaciones comerciales por vía
electrónica borra las fronteras nacionales cuestionando en su esencia el concepto de "Estado nación”.
Estos cambios. que se están produciendo a una velocidad cibernética,
rompen en mil pedazos los esquemas de funcionamiento societal clásicos en América Latina,
en los cuales se establecía una estrecha relación entre Estado, sistemas de representación
política y sociedad civil. Sólo hasta hace algunos años la política en Chile constituía un eje
sobre el cual se articulaba la sociedad, que permitía la integración social, que otorgaba
sentido al quehacer individual y colectivo, sin embargo, hoy día la política está lejos de ser
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eso, muy por el contrario, cada vez pierde más importancia, lo que no quiere decir que ya no
es necesaria para el funcionamiento de la sociedad.
En este aspecto, el cambio de escenario en Chile se refiere al
desplazamiento del protagonismo político, teniendo como actores principales al sistema de
partidos y a los movimientos sociales, a diversas esferas de interés individual y colectivas, es
decir, hoy día la política no convoca a los ciudadanos en función de proyectos globales que
llenen de sentido los proyectos personales y colectivos. La política se ha profesionalizado,
instrumentalizado en función de juegos de poder, alejándose del interés del ciudadano común.
operando con una racionalidad instrumental, o usando un lenguaje weberiano, actuando bajo
la ética de la responsabilidad.
En este nuevo escenario de la última década del siglo XX, en nuestro
país comienzo progresivamente a operar un nuevo principio articulador del lazo social, un
principio que hace sólo dos décadas atrás estaba oculto, latente, sumergido o no existía, es el
principio con que Bajoit caracteriza la emergencia de un nuevo modelo cultural en las
sociedades occidentales, nos referimos al principio de la "autorrealización autónoma".
Este principio está sideralmente lejos de los principios que articularon
los proyectos colectivos en la sociedad chilena los últimos treinta años, nos referimos a los
principios de la libertad, la igualdad y la justicia. Un examen exhaustivo de la historia
nacional de este siglo nos demuestra que detrás de cada una de las luchas desarrolladas se
encontraban estos principios. Todos desembocaron en distintos intentos de cambio social y
articularon sendos movimientos sociales y políticos.
En cambio, hoy, el escenario nacional se caracteriza por la
diversificación, tecnificación y complejización de los distintos espacios potencialmente
conflictivos. De la unidimensionalidad lineal Estado-partidos políticos-sociedad civil, hemos
pasado a multidimensionalidad donde se cruzan intereses individuales y colectivos,
nacionales y transnacionales en ámbitos tan diversos como: el medio ambiente, el género, el
mercado, la felicidad, el arte, la cultura, el deporte, el desarrollo personal. la economía, la
religión, las relaciones de pareja, la música, las comunicaciones, el sida, el turismo, etcétera.
El principio de "autorrealización autónoma" que mueve las energías
de las personas y los moviliza en búsqueda de espacios y momentos que le llenen de sentido
su vida, echa por tierra las ideologías omnicomprensivas que caracterizaron la posguerra.
Como, lo señala Bajoit, es la pérdida de vigencia de los "ismos" que llegaron el imaginario
colectivo hasta hace sólo algunos años.
Este elemento se agrega al escenario nacional actual y lo complejiza. porque sus
actores se entrecruzan con lógicas diversas y cada uno en sus espacios exigen nuevas
maneras de conocer, de comprender, de interpretar lo que está pasando. Lo anterior no
quiere decir, de ninguna manera, que se hayan muerto las utopías. Lo que ha pasado es
que las utopías totalizantes que pretendían explicarlo todo perdieron vivencia y hoy se
conservan como piezas de museo, pero paralelamente están emergiendo utopías parciales, a escala humana, asibles, de corto alcance y que hacen referencia a la felicidad
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humana, al deseo de encontrar sentido aquí y ahora al quehacer cotidiano.
En este contexto. los partidos políticos chilenos dejaron de una
herramienta de cambio social, para transformarse en máquinas de poder que
autorreproducen una clase política profesionalizada; en este sentido, si miramos a los
partidos desde el proceso de mutación “por arriba”, vemos que son remecidos hasta sus
raíces por los procesos de transnacionalización de la economía, por lo tanto, las esferas de
poder real se trasladan de la política a la economía. Frente a decisiones que afectan a la
ciudadanía, al medio ambiente, a la cultura nacional, etc.; tiene más poder real una empresa transnacional que el gobierno de turno. En ese contexto, los partidos políticos tienen
poco o nada que hacer, están siendo sobrepasados y suplantados en sus funciones
tradicionales por complejos mecanismos tecnocomerciales que traspasan las fronteras
nacionales.
Si miramos a los partidos desde la mutación "por abajo"", vemos
que éstos no son desbordados, sino vaciados, dejados de lado. Los partidos políticos ya
no responden a los intereses de la gente, ya no responden a la pregunta por el sentido. La
mutación cultural que se está produciendo en Chile "por abajo" no los incluye en su
repertorio.
De esta manera, al cambiar las tradicionales relaciones entre la
política, la economía y la cultura están cambiando las maneras de relacionarse de la
gente; la recomposición de los lazos sociales está dando origen a nuevas formas de
asociación, con intereses diversos, colocando como centro de articulación la posibilidad
de constituirse en sujetos autónomos, capaces de construir cada uno su propia historia,
ser maestros de su destino, autorrealizarse.
Lo que está en juego en la sociedad chilena, a sólo meses del
próximo milenio, es la reconstrucción de los sentidos de la vida social, articulados sobre
lenguajes, formas. representaciones sociales, símbolos, espacios e instituciones
multiversas y no sobre un nuevo modelo de sociedad más humano, más justo, más
equitativo.
Uno de los problemas que presenta esta nueva tendencia de articulación del lazo social es que un porcentaje considerable de la población carece de las
posibilidades reales de integrarse a ese proceso, quedando parcialmente excluidos de
entrar al próximo siglo por la puerta ancha y con un boleto de entrada en la mano.
El desplazamiento y reducción de la política no es casual y responde a un movimiento complementarlo de posicionamiento hegemónico de la economía.
En efecto, la economía succiona a la política y la reemplaza sus funciones tradicionales:
dicta criterios de organización, no sólo al interior de las empresas sino del Estado y del
gobierno, impone la cultura de "la performance" a ámbitos tan diversos corno el trabajo, la
educación, la televisión, el deporte, las comunicaciones, las relaciones sexuales, la
solidaridad, la bolsa de comercio, el amor. Genera mecanismos de integración social,
satisface necesidades humanas, etc. Así, instituciones con fines sociales como un hospital
o el "Hogar de Cristo" son dirigirlas por ingenieros comerciales y no por médicos o
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trabajadores sociales como debería ser.
A partir de la aplicación de los postulados del neolíberalismo, en el
escenario chileno se instalaron tres conceptos claves que progresivamente se fueron
adueñando de los espacios, de los momentos, de las conversaciones, de las decisiones, de
las instituciones. de los cuerpos y las mentes de los chilenos; éstos son los conceptos de:
"modernización", "privatización" y "mercado" y así corno en el conjunto de América
Latina se intentó importar la modernidad europea, Generando "culturas híbridas" donde se
mezclan carretas tiradas por bueyes con discos compactos de Nirvana, mediaguas de
madera donde los pobladores, sentados en sillas de palo ven la C.N.N. en televisión por
cable, con sopas hechas con restos de verduras recogidas en la feria; productos Avon para
evitar las arrugas, refinamiento burgués y gusto por la ópera, con "Melón y Melame" y
videos "porno".
En el país se impuso el mercado como el centro hegemónico de
articulación de los lazos sociales y devino natural "ser moderno" y "privado", es decir, el
Estado sólo cautela el libre juego de los agentes económicos en función de proteger a los
más débiles: asegurando pensiones mínimas, fijando por ley un sueldo mínimo,
asegurando una educación mínima a través de escuelas públicas.
Todo "mínimo" para los más pobres, para los que en el nuevo
escenario que se instala en el país no tienen la posibilidad de golpear la mesa, para los que
no pueden preguntar, ¿cuánto facturamos este mes?, o para los que la palabra rentabilidad
les dice poco o nada. El problema es que este 30% de la población vive en el mismo país,
está sujeto al mínimo bombardeo simbólico, la publicidad les estimula los mismos deseos
de consumo que a los corredores de la bolsa.
El escenario con que Chile se prepara para entrar al próximo siglo
opera sobre ciertos consensos básicos: por un lado, la reducción de la política a un ámbito
profesional, tecnificado, mediatizado, actuando bajo las leyes de la ética de la
responsabilidad en función de la estabilidad democrática asumida como valor supremo y,
por otro, el imperio del mercado como espacio de transacción de bienes y servicio y como
espacio/mecanísmo de integración social, como eje articulador de lazos sociales fugaces,
evanescentes. frágiles, desechables, esporádicos.
El escenario deja de ser colectivo, propiedad social de interés
público, para privatizarse. Entonces, si un ciudadano común quiere vivir bien, comer
bien, educarse bien, sanarse bien, tener una buena pensión para su vejez tiene que,
obligadamente, entrar en los circuitos privados de la educación, de la salud, de la
recreación, de la cultura. Si no puede. el Estado le asegura "lo mínimo", excepto en el
ámbito laboral, es decir, en países como los nuestros no existe un subsidio de cesantía
permanente que le permita al cesante vivir sin sobresaltos. En Chile hay que trabajar
para comer, no se puede vivir de la caridad del Estado.
Al mismo tiempo, el escenario se moderniza: las instituciones son
mas rápidas y eficientes. el sistema bancario conectado en red permite operar desde
cualquier punto del país, prácticamente no hay hogares que no tengan televisor. Son los
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artefactos, adelantos e innovaciones de la "revolución silenciosa" que coexisten con los
silencios de la revolución'.
Dos patologías sicosociales se desencadenan en este nuevo escenario, por una parte, el culto a la competencia en función de tener éxito genera un
individualismo exacerbado, la tendencia a hacer las cosas solos. El lazo social se
rompe, cortando la cooperación, la colaboración, la solidaridad. Si el objetivo que se
coloca en el imaginario colectivo es el éxito personal, hay que lograrlo compitiendo
con los otros; ésta es una competencia perversa porque busca eliminar al adversario.
Así como las empresas buscan conquistar nuevos mercados y compiten entre ellas, los
individuos buscan el éxito en el modelo, compitiendo entre ellos. Si hace algunas
décadas atrás nuestra gran poetisa, Gabriela Mistral, Premio Nobel de literatura,
escribía: "todas íbamos a ser reinas", la promesa subyacente no cumplida del modelo
neoliberal fue: "todos íbamos a ser empresarios" o como lo dijo Pinochet en uno de
sus tantos discursos improvisados, "queremos pasar de ser un Chile de proletarios a un
Chile de propietarios".
Ahora bien, cuando no se puede competir porque no se tienen las
armas para el combate ni la preparación suficiente para ganar, se trata de "aparecer" como
exitoso, se deja de "ser", para "parecer" como si lo fuera. De esta manera, se instala en el
escenario la cultura de las apariencias. Nadie quiere reconocerse como pobre; ser pobre es
un estigma que molesta, por lo que es mejor decirse de "clase media" y aparentar un nivel
de vida que no se tiene. Este fenómeno de las apariencias es tan fuerte y opera como
mecanismo reflejo ante el bombardeo publicitario del éxito de Chile; es decir, si Chile es
exitoso, la gente también quiere serlo, pero si los recursos económicos no lo permiten, se
aparenta un status que no es el propio.
En el ámbito popular esto se hace negando la pertenencia a la
categoría "pobres". Los pobladores compran "etiquetas de marca" y las pegan en ropas de
segunda mano. Asimismo, en el ámbito medio, se observan síntomas sociales patológicos
que demuestran con claridad el impacto del modelo económico en el campo cultural.
Veamos algunos ejemplos: en el mes de marzo de 1997, carabineros del retén de Vitacura
cursaron una serie de multas de tránsito por conducir hablando por teléfono celular, pero
"el 20% de los partes que le sacaron a la gente que pillaron por celular mientras
manejaban por la Costanera, no pudieron cursarlos porque los aparatos eran de
juguete”.
Otro de estos síntomas se da los supermercados: ¿le ha tocado ver
en su supermercado favorito, carros llenos de whisky, caviar; quesos finos, palmitos ,
ostra y exquisiteces varias abandonados cercas de las cajas? ¿Una nueva promoción?
No. se trata de gente que, sabiendo que se va a encontrar con conocidos mientras
compra en las horas peak, quiere impactarlos, sorprenderlos por su nivel de gastos,
mostrar solidez económica. El problema es que, al momento de irse y cuando ya nadie
los ve (eso es lo que creen) dejan el carro con las cosas caras abandonado y pasan por
la caja, la leche, la fruta y los tallarines, que era lo que efectivamente iban a comprar”.
Los ejemplos continúan: padres que les compran a sus hijos la
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camiseta de] club deportivo de la "Universidad Católica" para que la luzcan en la calle,
aunque ellos sean del "Colo-Colo" o de "Cobreloa". ¿Por qué?, porque ser de "la cato" da
status, "porque la gente decente es de la U.C.". Otrás personas compran autoadhesivos con
logotipos de Colegios "pirulos" y los adhieren en el parabrisas trasero de su automóvil
para dar a conocer a los otros que sus hijos estudian en tal o cual colegio del Barrio Alto,
lo cual es falso. Otros se mandan a hacer tarjetas de presentación falsas con el fin de
impresionar como por ejemplo un señor que repartía entre sus conocidos una tarjeta que
decía que era "Gerente de Venta Externa". cuando en realidad era vendedor de atletas a
domicilio.
Síntomas de patología social, necesidad de estar a la altura de no se
qué", arribismo exacerbado de una clase media que vive en la permanente angustia del
endeudamiento y en una loca carrera de ser y demostrar lo que no es. ¿El resultado?: pasan
por siúticos y finalmente no son "G.C.U.". El problema es que, como muy bien señala el
periodista autor del reportaje citado ”Un caso no es nada, dos casos son casualidad, tres
son tendencia… y más de diez ya hablan de una realidad que cruza el país entero”.
Vivimos así una sociedad fragmentada, que no corresponde a la
presencia de la posmodernidad entre nosotros es, más bien, la fusión histórica de distintos
principios constitutivos que dan origen a una hibridación de la vida, desarticulando el lazo
social, en función de diferentes campos de acción en los cuales se puede entrar y salir de
acuerdo con las posibilidades de cada uno. Es por eso que no tiene sentido hablar de
exclusión total o estructural de un porcentaje de la población. No estamos ante la presencia
de una sociedad entendida como totalidad omnipresente.
La sociedad chilena se diversifica en múltiples campos de acción e
interacción, frente a los cuales operan lógicas de acción diferentes, así podemos identificar
el campo económico, sociocultural, religioso, deportivo, familiar, militar, empresarial,
institucional, etcétera.
2) Los actores
En la sociedad chilena actual hay actores que juegan determinados roles al interior de una
trama; algunos de ellos son "protagonistas" de las escenas principales, otros son "actores
secundarios" y, finalmente, están los "extras", los que aparecen esporádicamente en el
escenario (normalmente están en bambalinas) y cuando lo hacen, es sin parlamento".
2.1. Los protagonistas
Quiénes son los protagonistas en el escenario nacional? A nuestro juicio, los protagonistas de la escena nacional corresponden a cinco estamentos o
grupos sociales, estableciéndose entre ellos múltiples relaciones entrecruzadas, con
intereses diversos. pero con objetivos comunes, tales como mantener la estabilidad
democrática. con el fin de elevar las tasas de Ganancias de las empresas.
El primero de estos "protagonistas" son los empresarios. Por
definición ellos son el motor del modelo, son quienes juegan el rol principal de la obra,
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estando todos los demás actores en función de ellos. Cabe señalar que el rol protagónico
de los empresarios nacionales está en estrecha relación con los empresarios
multinacionales o transnacionales. Chile es un "reino" para las inversiones extranjeras.
Chile se ha transformado en un polo de atracción para los inversionistas internacionales,
dadas las facilidades que se les otorga para sus inversiones en el país. Esto ha sido
posible debido a la creación de un instrumento denominado "Estatuto de inversiones
Extranjeras", mejor conocido como decreto ley 600. Este decreto ley le otorga amplias
facilidades a las personas y empresas que deseen invertir en Chile. Entre estas
facilidades se cuentan las siguientes:
 “Repatriación de capital y utilidades
 Capital: después de un año
 Utilidades: tan pronto como se produzcan




No existe monto máximo para las remesas de capital y utilidades
La inversión extranjera no tiene límites en el tiempo
No existe límite a la participación del capital extranjero. Puede ser 100% extranjero
Exención de I.V.A. en algunos casos”.
Por lo anterior, una cantidad
importante de empresas
transnacionales instaladas en Chile, obteniendo jugosas ganancias, muchas de ellas
devastando el medio ambiente. Estos agentes externos necesitan de aliados internos
que protagonizan el proceso. en consonancia con sus intereses económicos.
El protagonismo de los empresarios no sólo está instalado en
tanto hecho social real, como nueva clase gestionarla, como tecnocracia o como los
"yupies" modernos, sino que el efecto de este protagonismo permea al conjunto de los
actores, en especial a los más pobres, a los cuales se les introyecta una imagen de un
empresario exitoso, joven, buenmozo, dinámico, generando una representación social
que se transforma en modelo a imitar.
Otro actor protagónico en esta compleja escena nacional es la
clase política chilena, son los políticos de terno y corbata que están en el Parlamento y
en la televisión y dentro de ellos, los que actualmente ocupan el gobierno y están a
cargo del funcionamiento del Estado. Existe una correlación directa entre los
empresarios y la clase política: unos son la élite gestionarla y los otros la élite dirigente.
Una parte de la clase política ha tenido relaciones privilegiadas
con los empresarios desde siempre. La Derecha política cautela sus intereses y
representa su cultura. Lo interesante del fenómeno actual es que siendo la clase
empresarial chilena ideológicamente de Derecha, mantienen una relación de
cooperación privilegiada con la clase política que está a cargo del gobierno, que por
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definición es de "centro-izquierda". Son los aires de los "nuevos tiempos".
Ambos protagonistas de la escena nacional están de acuerdo en
ciertos consensos básicos sobre los cuales operan: modernizaciones, rol de la empresa
privada, economía (social) de mercado, manteniendo una convivencia "sana", en
función de la estabilidad democrática y el "crecimiento del país". Quizá el elemento
simbólico más potente de esta fusión estamental son los viajes al exterior del Presidente
de la República: en cada uno de sus viajes lo hace con una nutrida comitiva de expresar
. Esto ha sido motivo de críticas de algunos actores secundarios de la escena nacional y
de constantes bromas de los "extras".
Un tercer protagonista, que al igual que las buenas películas, se
mantiene en cartelera por mucho tiempo, son los militares. Ellos coparon el escenario
nacional completo durante diecisiete años, aparentemente se retiraron del escenario,
pero en la práctica siguen allí jugando un rol protagónico. Su función es la de vigilar,
cautelar, controlar y mantener las conquistas de la “revolución silenciosa”, no permitir
los excesos, los desbordes.
El corazón de su presencia protagónica está en la Constitución
de 1980, Constitución que rige las reglas del juego institucional y que está hecha a la
medida de ellos, con "senadores institucionales" y vitalicios incluidos. Está en lo que
M. A. Garretón denomina los "enclaves autoritarios". Su presencia está instalada en
la cultura nacional, en la legitimación del uso de la violencia para reprimir cualquier
expresión de disidencia, en la militarización de la policía omnipresente en el mundo
popular, dispuesta a castigar cualquier "desorden en la Vía pública". Cuando ello
sucede y los mineros de Lota son reprimidos como en los mejores tiempos de
dictadura, la clase política toma el micrófono para justificar a sus colegas
Protagonistas y plantea que ésa no es la forma de solucionar los problemas
(refiriéndose a la acción de los mineros). que con marchas nada se soluciona.
El ejemplo vale para los estudiantes universitarios, que
reclaman por un nuevo modelo de participación universitaria; para los jubilados, que
protestan por las bajas pensiones; para los trabajadores de salud, que manifiestan su
descontento con los bajos salarios; para los profesores, que luchan por la misma
causa. A todos ellos: represión; y cuando ésta sobrepasa los límites, la palabra oficial
dice: “excesos aislados”.
El cuarto "protagonista" de la escena nacional son los massmedia. Ellos ocupan de norte a sur y de cordillera a mar el escenario nacional; la
realidad pasa a ser lo que en ellos ve la gente. La llamada opinión pública va de un
tema a otro y de un momento a otro, de acuerdo con los contenidos y ritmos que les
impone la televisión, los diarios, la radio.
El llamado “hombre de la calle” vive al compás de los massmedia, el imaginario colectivo de los contenidos que les entrega este potente
“protagonistas” de la escena nacional. Al respecto, cabe preguntarse, ¿Quién controla
los medios de comunicación en Chile?, ¿Qué grupos económicos hay detrás de una
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canal de televisión, de una empresa periodística, de una radio?, ¿a qué intereses
económicos e ideológicos sirven los medios?
Fenómenos sociales como los de Eduardo Bombalet son impensables sin medios de comunicación. Mientras unos "protagonistas" se hacen ricos,
los otros administran el Estado para garantizar el libre juego de los agentes
económicos, los otros vigilan que nadie "se pase de la raya", los medios de
comunicación mantienen a la gente "entretenida" hablando, discutiendo, comentando,
apoyando, criticando, discrepando, o alabando a Eduardo Bombalet en sus
comentarios deportivos.
El quinto y último "protagonista" del escenario nacional se
encuentra, paradojalmente, más allá de nuestras fronteras, pero está siempre presente a
través de sus políticas de ajuste estructural, de las restricciones al gasto fiscal, nos
referimos a la omnipresencia protagónica del Fondo Monetario Internacional y del
Banco Mundial.
Chile es un buen alumno de ellos; ha aplicado sus políticas con
rigor, transformándose en un modelo para América Latina. Sin estar presentes
personalmente en el escenario nacional, lo están "a control remoto", guían, orientan,
condicionan e imponen sus criterios y restricciones al modelo de desarrollo nacional,
operando a través de sus funcionarios y de las autoridades políticas locales.
2.2. Los actores secundarios
En el caso del escenario chileno, podemos identificar claramente tres actores secundarios. En primer lugar, está la jerarquía de la iglesia Católica,
en particular, los obispos (la Conferencia Episcopal). Durante la dictadura jugaron
un rol protagónico. pero hoy día han sido desplazados y se han desplazados a sí
mismos a un rol secundario, sin embargo, siguen presentes y cada cierto tiempo
alzan su voz para denunciar o criticar a los "protagonistas" por sus excesos, por sus
omisiones, por falta de humanidad o por sus atropellos.
Su importancia y el peso específico de sus acciones radica en
el lugar que ocupan en la cultura nacional. Nuestro país tiene todavía una cultura
católica, entonces, lo que digan los obispos es importante, tienen peso en la
conciencia nacional y así como se pronuncian para denunciar las inequidades del
modelo económico, alzan su voz en contra de la campaña de prevención del S.I.D.A.
porque atenta (según ellos) contra los "valores" esenciales de la familia cristiana y
como resultado dos canales de televisión retiran de sus pantallas los spots de
prevención del S.I.D.A. que había elaborado el gobierno. Mientras tanto en las
poblaciones, en cada "carrete” los jóvenes tienen relaciones sexuales sin ninguna
prevención y el S.I.D.A. se expande como un reguero de pólvora.
Un segundo "actor secundario" bastante venido a menos, es el
sindicalismo chileno, todo parece indicar que, de seguir la tendencia actual, pasarán
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a la calidad de "extras" en el mediano plazo. El símbolo más claro y neto de esta
descomposición es el peso específico cada vez menor que tiene la Central Unitaria
de Trabajadores (C.U.T.). El escándalo público vivido para las últimas elecciones de
directiva refleja, de cuerpo entero, el desgaste de los dirigentes sindicales y el
encapsulamiento en pugnas de poder internas que nada tienen que ver con los
intereses y necesidades de la clase trabajadora chilena.
La clase trabajadora chilena está lejos de ser "protagonista" de
nada, su poder de presión tiende a cero, más aún, con los actuales cuadros dirigentes, que
reclaman autonomía de la clase política, pero no para representar legítimamente los
intereses de la clase obrera, sino para hacer las negociaciones políticas necesarias para
tomarse el poder al interior de la central sindical. El ejemplo más vergonzoso en las
últimas elecciones lo constituyó el pacto P.S - .U.D.I. y luego el pacto P.S.-P.C.
De esta manera, el sindicalismo chileno es un "actor secundario"
cada vez con menos importancia dentro de] escenario nacional. La capacidad de
convocatoria de] movimiento sindical es mínima.
El tercer "actor secundario" se subdivide en movimientos fragmentarios que cada cierto tiempo irrumpen en escena, Generando tensiones, desórdenes,
pero incapaces de articularse en un movimiento mayor que logre protagonismo. Nos
referimos a los estudiantes universitarios, a los profesores, a los trabajadores de la salud; a
los gremios en general.
La tendencia (nefasta) es a desarrollar luchas corporativas por los
intereses de sus asociados, sin trascender al conjunto de la escena nacional y sin lograr
convocar a otros actores en función de intereses comunes. Así las cosas, es la atomización
social la que se impone, atomización que tiene sus raíces en la desarticulación de los
movimientos sociales lograda por la dictadura militar a sangre y fuego. En este plano
vivimos las consecuencias de diecisiete años de gobierno autoritario mezclado con los
"nuevos tiempos" de mercado.
2.3. Los "extras"
Ellos son los personajes que aparecen de vez en cuando en escena.
Son los personajes "de relleno" los que se asoman al escenario, se ríen, se quedan callados
y después salen, los que no tienen parlamento y sirven para adornar la escena, es la
muchedumbre asa corriendo, grita y después desaparece tras las cortinas, son los pequeños
grupos que están en segundo plano "haciendo como si hablaran", "gesticulando", mientras
los "protagonistas" copan la escena diciendo lo importante, lo que hay que escuchar. En el
escenario nacional ellos son los pobres: los pobladores, los campesinos, las mujeres, los
jóvenes, todos aquéllos que no se benefician de la "teoría del chorreo". A ellos nos
referiremos con más detención dado que son el objeto central del presente artículo.
Para comprender cómo es la vida de los "extras" en las "bambalinas"
y de qué manera irrumpen en el escenario, haciéndose visibles temporalmente,
ocuparemos la batería conceptual de F. Dubet y G. Bajoit, puesto que nos permite afinar el
13
análisis e interpretación de sus conductas.
Coincidimos con Dubet en el sentido de que al observar las conductas de los pobladores, no es posible reducirlas a un rol determinado, ni solamente a la
persecución de determinadas estrategias de interés, sino que en su conducta se plasman
tres características esenciales:
 La primera característica se refiere a la heterogeneidad de los principios culturales y
sociales que organizan sus conductas. Todo pasa como si los pobladores adoptaran
simultáneamente muchos puntos de vista a la vez, como si su identidad estuviera configurada de movimientos identificatorios sucesivos, es por eso que la tipología propuesta
más adelante debe servir como guía de referencia, no como "'etiqueta social"; hacerlo
sería un error y no permitiría comprender y aprehender el fenómeno en toda su complejidad.
A partir de las definiciones de roles, de status o de pautas culturales rígidas, estables y preestablecidas no se puede comprender a los "extras" de esta
obra, ellos no constituyen una masa que cumple un programa determinado; a nuestro
juicio, los pobladores no construyen una unidad a partir de un vacío social. Ellos no son
parte de un guión en blanco que van "improvisando" y haciendo la obra; por el contrario.
su espacio social, sus "bambalinas" están llenas de contenidos diversos que se
entrecruzan, dando origen a una multiplicidad de lógicas de acción, de modos de
cuestionarse a sí mismos. En este sentido, la identidad de los pobladores no es un "ser"
dado. a priori, es un "trabajo", un proceso de construcción siempre dinámico.
 La segunda característica de la conducta de los pobladores es la distancia subjetiva
que ellos mantienen con el sistema. Al respecto, cabe diferenciar las conductas de
los jóvenes de la de los adultos.
En el caso de los jóvenes, la distancia es clara y neta. Pareciera
ser que ellos jamás están plenamente en sus roles, transitan por la cultura en espacios
intersticiales, jamás responden plenamente a intereses ni deberes sociales, no es que se
enfrenten al sistema, son más bien institucionales. no están contra las instituciones,
simplemente "no las pescan ", hacen su vida fuera de los circuitos establecidos. la
mayor parte de su tiempo están en las "bambalinas". Esporádicamente irrumpen en el
escenario nacional con notas discordantes. disonantes. Estas apariciones no tienen por
objetivo apoderarse del escenario, cambiar las reglas de juegos o desplazar a los
"protagonistas". simplemente es un grito sordo de atención, de alerta. de demostrar
presencia y hacerse visibles.
Esta distancia procede de la heterogeneidad de las lógicas de
acción que se cruzan en su experiencia social, pero no hace referencia a un defecto de
socialización. En la medida que los jóvenes marcan la distancia con el sistema y
14
afirman su identidad multiforme en su experiencia social, dejar constancia "que
están", "se presentan", pero no sólo eso, es decir, los jóvenes pobladores no pueden
ser entendidos si sólo se les reduce a sus roles, intereses y
circunstancias, como lo plantean Salinas et.al: "el sujeto nunca se reduce a su
situación".
El caso de los adultos es un tanto diferente, ellos mantienen una
mayor cercanía con el sistema, son más legalistas, se aferran a los retazos de la
política antigua que tenía los partidos como correas de transimisión entre la sociedad
civil y el Estado. Ellos votan cuando hay elecciones y mantienen esperanzas
clientelísticas, participan activamente del juego democrático ligitimando
ampliamente la política en su nueva versión profesionalizante y mass-mediatizada.
El problema es que ellos no tienen claro este nuevo rol de la
política en el país, y luego de cada elección se lamentan de la utilización de los
políticos, se sienten utilizados. critican a los políticos porque prometen y no cumplen.
se sienten descepcionados por sus aspiraciones no satisfechas, pero, ¿cuáles son esas
aspiraciones?... ¿tener cuotas de poder?... ¿entrar en la elite dirigente?... claramente
no; sus expectativas son simplemente mejorar su nivel de vida y esperan eso de los
políticos. no otra cosa.
 La tercera característica a la que se refiere Dubet, es que la construcción de la
experiencia colectiva recoloca la noción de alienación en el corazón del análisis
sociológico.
El análisis nos parece válido y certero en lo que se refiere a la
constitución de nuevo movimientos sociales se constituyen y los antiguos que
aún subsisten, no pueden apelar a la combinatoria de interés colectivos de
autopía compartidas en función de Proyectos globales que representan los
intereses de la “clase del pueblo”.
La fragmentación social que caracteriza al escenario nacional
ha hecho desaparecer “el enemigo”. El principio de oposición de Touraine se diversifica
y el de totalidad se esfuma. Esto es particularmente claro entre los pobladores. Ellos no
tienen claro frente a quién reivindicar sus intereses y necesidades; es que ni siquiera se
logran conformar necesidades e intereses comunes, articulados en un movimiento. Como
lo veremos un poco más adelante, la tendencia hegemónico es a la individualización de la
vida, a la solución particular de problemas personales: "cada uno pa'su santo ".
Nos parece iluso pensar en la constitución a corto plazo, de nuevos
movimientos sociales" en el mundo poblacional. La articulación de la experiencia social
no se agrega a un colectivo capaz de construir un movimiento representativo, orgánico,
propositivo, luchador, etc.; la tendencia predominante es justamente la contraria, no se
trata de decir que los pobladores no tengan intereses o necesidades que les son comunes a
todo el colectivo, se trata de afirmar que el todo es mucho más que la suma de las partes.
La lógica del mercado penetra en las conciencias individuales y fomenta intercambios
individuales en mercados fragmentados, a gusto del consumidor.
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En este sentido, un indicador potente de la mutación cultural que
vive el país, es el cambio que se ha producido en la configuración social que hasta hace
sólo algunos años atrás tenía como eje articulador la existencia de ciudadanos en busca de
democracia a una nueva configuración que tienen como eje central a consumidores en
busca de ofertas.
Hoy día no tiene sentido pensar y pretender comprender el como
accionar de los pobladores actuales si se les analiza sólo en cruce de sus acciones
colectivas: populismo, defensa comunitaria, revindicación, ruptura revolucionaria. La
tendencia predominantes alejarse de las acciones colectivas, a estructurar los lazos es de
manera diferente a la forma como lo hicieron en la a década del ochenta.
3)
Lógicas de acción de los pobladores
Como se ha señalado en la presentación, a continuación se
expondrán los resultados principales de la investigación realizada con dos Generaciones de
pobladores. Sólo se presentarán los resultados obtenidos con la aplicación de la encuesta,
la que tuvo por objetivo confeccionar una tipología de las lógicas de acción de los
pobladores.
Considerando el desarrollo teórico de F. Dubet y de A. J. Greimas,
hemos construido el concepto de “lógicas de acción”, definidas como el eje central sobre
el cual los individuos articulan su conducta, en un proceso de búsqueda, donde el sujeto
moviliza sus energías en función de la obtención de un determinado objeto. En ese
proceso, el sujeto cuenta con ciertos ayudantes que le facilitan la tarea y, al mismo
tiempo, hay oponentes que le impiden o dificultan el logro de sus expectativas.
La implementación de las lógicas de acción se verifica el un
determinado contexto en el cual el sujeto desarrolla una identidad, diferenciándose de los
otros; es decir, cada ser humano se encuentra envuelto en una compleja red de relaciones
de intercambio y solidaridad, en campos de acción que se interpenetran simultáneamente
(lo social, lo económico y lo cultural); en este juego dinámico existen ciertas tendencias
que configuran ejes sobre los cuales los individuos articulan sus conductas sociales y que
le dan social, hacen intelegible su conducta para los otros y, a su vez, comprenden lo
que hacen los otros.
Considerando la definición anterior, se midieron las conductas de
los pobladores en el campo económico y en el campo sociocultural. En este contexto
estamos utilizando la noción de campo desde la perspectiva de P. Bourdieu Es sabido
que para Bourdieu podemos representar el mundo social bajo la forma de un espacio
social multidimensional, construido sobre la base de principios de difinición o de
distribución. Este espacio permite definir a cada cual por la posición que ocupa, por
lo tanto. la definición del individuo se hace por la relación inscrita en este espacio.
En la medida que las propiedades retenidas para construir este
16
espacio son propiedades actuantes, podemos describirlo como un campo de fuerzas. en
consecuencia, un campo puede ser definido como una red o un a configuración de
relaciones objetivas entre posiciones. De esta manera, los pobladores entran en los
campos referidos en condiciones determinadas por su posición en el sistema.
De acuerdo con lo anterior, se trató de conocer de qué manera se
posicionan los pobladores en relación con los campos económico y sociocultural, qué
lógicas de acción desarrollan con relación a cada uno de estos campos específicos. Los
resultados obtenidos fueron los siguientes:
3.1.
Campo Económico
a) Tendencia consumiste
Los pobladores que adhieren a esta tendencia buscan la integración social a través del consumo. La posesión de objetos y artefactos y las interacciones
generadas en el mercado otorgan la sensación de pertenencia, de bienestar sicológico y
da sentido. aunque muchas veces el objeto adquirido no satisfaga reales necesidades. Es
el deseo de pertenecer a la sociedad a través de la posesión de objetos.
Esta tendencia agrupa principalmente a los jóvenes. lo que no
significa que no haya adultos consumistas o que no haya jóvenes que no sean
consumistas. Significa, simplemente. que una tendencia marcada en los jóvenes es al
consumo.
b) Tendencia a la sobrevivencia
Dado que las puertas del consumo están cerradas (tal cual las
presentan los mass-media), no queda otra alternativa que conformarse y sobrevivir.
Acostumbrarse a la precariedad y desarrollar estrategias que permitan subsistir: comprar
ropa usada, ir al médico con "bonos prestados", no parar el agua ni la luz y renegociar
eternamente la deuda o simplemente "colgarse", ir a la feria cuando se está levantando y
recoger las sobras que quedaron tiradas en la calle, pedir limosna, etcétera.
La sobrevivencia cotidiana es multiforme e incentiva lo que
paternalistamente se denomina el "ingenio popular", es decir, las cosas que
hacen los pobres para no morirse de hambre, en un país exitoso. En esta línea, la versión
extrema está en la delincuencia y el tráfico de drogas.
En la muestra estudiada son los adultos los que mayoritariamente
están en esta tendencia. Ellos tienen la responsabilidad de mantener a sus hijos y deben
hacer cualquier cosa para estirar el presupuesto" y sobrevivir.
3.2. Campo sociocultural
17
a) Tendencia al repliegue personal
El aislarse en la casa es visto como positivo. Éstas son las personas
que ven en los otros: el peligro, el vicio, la corrupción , el engaño, la amenaza permanente.
El mundo exterior aparece violento, inseguro; entonces la respuesta es el aislamiento
personal, el encierro, el repliegue, no salir a la calle.
Son personas que se encierran en la casa, pero ese “encierro” no es
solitario; porque se encierran con la televisión adentro, es decir, el mundo les entra por la
pantalla. Allí ven todo, desde ahí se informan, se forman una imagen del mundo exterior,
se generan una opinión. Esta tendencia se da mayoritariamente en los adultos.
b) Tendencia expresiva
Aquí se encuentran los grupos de amigos que se juntan en las
esquinas, beben alcohol, fuman marihuana o pasta base. se emborrachan, "se expresan".
Son los amigos que van juntos a1 estadio y ritualizan su expresión en las barras bravas.
Es la expresión que adopta su forma perversa en las pandillas juveniles y en las sectas
satánicas.
Es el rechazo y la distancia con la institucionalidad, con el sistema, con la policía, con los adultos, con la formalidad, con el control social, con el
orden establecido y su simbología siempre presente. Los íconos del orden representan
una provocación permanente para los jóvenes y son destruidos sistemáticamente. Este
rechazo no se concreta ni materializa en un papel de actor social constitutivo de
movimiento, ni en un papel militante transformador; se expresa en mil fragmentos y
acciones diferentes: en el consumo de drogas, en el "carrete", en los ritos multifacéticos
que cobran vida cuando cae la noche, en la poesía y los murales callejeros, en el
lenguaje hermético, en las pandillas, en el consumo de alcohol, en el sexo, etcétera.
En el caso de los adultos, la tendencia expresiva se manifiesta,
en parte, en la participación en grupos religiosos; son grupos que no representan
peligro, que no cuestionan el sistema imperante, que sirven de refugio y consuelo. Allí
se expresa el dolor y la frustración, la injusticia, la rabia contenida por los abusos
sufridos y se invoca la ayuda divina. Otros adultos manifiestan su malestar buscando
un espacio de participación en organizaciones sociales o haciendo "mandas". La
tendencia expresada se da con mayor fuerza en los jóvenes (64%) a través de una
multiplicidad de grupos informales.
La síntesis de las tendencias encontradas la podemos resumir en el siguiente
cuadro:
CUADRO
18
CAMPO ECONOMICO
LÓGICAS DE ACCION
DE LOS POBLADORES
TENDENCIA
TENDENCIA
CAMPO
TENDENCIA
CONSUMISTA
DE SOBREVIVENCIA
SOCIO
EXPRESIVA
Lógica
Lógica
CULTURAL TENDENCIA DE expresivo / consumista
expresivo / sobrevivencia
REPLIEGUE
Lógica de
Lógica de
repliegue / consumista
repliegue / sobrevivencia
En la parte superior horizontal se encuentran las tendencias
en el campo económico, éstas van del consumismo a la sobrevivencia. Ambos
polos representan los extremos continuo en los cuales los individuos se mueven
permanentemente. Verticalmente, a la izquierda, se encuentran las tendencias en
el campo sociocultural, que se mueven entre la tendencia expresiva y el repliegue
personal. Los individuos reales y concretos se mueven dinámicamente en 'el
continuo que va de un polo al otro.
El cuadrante superior izquierdo, que se forma del cruce entre
las tendencias consumiste y expresiva, da origen a la lógica
"expresiva/consumista". Se podría afirmar que es la combínación mayoritaria
entre los jóvenes pobladores. Se trata de las personas que buscan su integración
social a través del consumo de bienes, pero que, al mismo tiempo, se encuentran
mal, el clima sociocultural chileno les desagrada y su malestar lo manifiestan en
una diversidad de grupos informarles.
En el cuadrante superior derecho, que resulta de la combinación de las tendencias expresiva y de sobrevivencia, da origen a la lógica
"expresivo/sobrevivencia". Aquí se encuentran las personas que en el campo
sociocultural presentan una sensación de malestar y buscan expresarle de alguna
manera y que en el campo económico desarrollan prácticas de sobrevivencia.
El cuadrante inferior izquierdo se forma del cruce de las
tendencias de repliegue, en el campo sociocultural y consumista, en el campo
económico, dando origen a una lógica de "repliegue/consumista ". Las personas que
forman parte de esta lógica son aquéllas que en el campo sociocultural tienden al
aislamiento, al encierro, al repliegue personal y en el campo económico buscan el
consumo. intentan integrarse socialmente consumiendo.
Finalmente, el cuadrante inferior derecho se forma del cruce
de las tendencias de repliegue, en el campo sociocultural y de sobrevivencia en el
campo económico, dando origen a la lógica de repliegue/sobrevivencia, ésta es la
lógica mayorista de los adultos.
4) La participación en la mutación cultural de los
19
jóvenes
 Lógica expresivo/consumista
Hay una relación tremendamente compleja al interior de la lógica
"expresívo/consumista". En lo que dice relación con la tendencia "consumiste", los
sujetos legitiman el trabajo sobre sí mismos, participando activamente del ideario de la
sociedad de mercado que reina en el país. Ellos no critican el sistema ni menos se
movilizan en acciones colectivas para cambiarlo.
Al endeudarse lo legitiman
ampliamente y van poco a poco internalizando los valores de la competencia. del
egoísmo, del consumo.
El valor del "tener" se superpone al "ser" y los jóvenes
devienen poseedores de objetos desechables que les brindan la satisfacción de
pertenecer a la sociedad en tanto consumidores. En estos jóvenes "pololeros" que
buscan su integración a través del consumo penetrado la imagen de éxito del país y
tratan de conseguirlo comprando cosas, endeudándose. Este tipo de jóvenes son muy
permeables a los mensajes publicitarios y cuando no pueden conseguir lo que desean,
se integran simbólicamente, paseándose en los mall o imitando a un ídolo de turno.
Ellos comparten la visión de un Chile moderno, basado en la
eficacia, la competencia, la rentabilidad, el mercado, la performance y, al mismo
tiempo, se enfrentan a su cruda realidad que les enrostra que ellos no son eficaces, ni
competitivos, ni rentables, ni "perfomantes". Son pobres y están excluidos.
La posibilidad de lograr un autodesarrollo autónomo es mínima, no tienen el capital social, económico ni cultural para lograrlo. Asumir el
autodesarrollo autonómo como norte a conquistar, supone una red de relaciones de la
cual carecen, sin embargo, introyectan el discurso. Los contenidos del nuevo
modelo penetran en su imaginario y buscan resignificarlo de acuerdo con sus
posibilidades.
No hay en ellos un trabajo consciente y planificado en función de
desarrollar una escencia que está en su interior, más bien lo que se percibe es "pasarlo
bieni a conicho" (Eduardo) mientras dure, disfrutar al máximo de los momentos, vivir
al día, sin saber qué va a pasar mañana, sin importarles qué va a pasar mañana.
Ellos quisieran ser empresarios y mandar , pero no pueden;
integran el modelo en sus conciencias y en su escaso repertorio reproducen conductas
de acuerdo con sus posibilidades.
Desde el punto de vista sociocultural, rechazan el sistema, pero
buscan parecerse al "Chino" Ríos"; sienten un malestar existencial, pero les gustaría
ser como el "Bam-Bam" Zamorano o como el "Matador" Salas. Hay en ellos una
búsqueda de la fiesta permanente, fiesta que niega el trabajo, las jerarquías, los
deberes sociales. La ética de la responsabilidad no cruza su imaginario. Así como los
20
jóvenes de la Generación del ochenta se involucraron en política basados en la ética
de la convicción, pareciera ser que estos jóvenes que tendencialmente adhieren a una
lógica "expresivo/ consumista" se entregan a la diversión, a la drogadicción, al aquí y
al ahora basado en una ética de la convicción, mezclada con una ética de la situación.
La vida se les va en un "carrete" y pasarlo bien constituye un
medio y fin a la vez. Al estadio se va "sin ni uno ", y allá "se hacen unas moneda‘s
macheteando ", luego se entra al estadio a "vacilar", a disfrutar intensamente del
momento, a vivir emociones inexplicables.
En cada uno de estos jóvenes cohabitan dos modelos culturales
en permanente tensión; por una parte, la clase gestionaría portadora de un nuevo
modelo cultural introyecta en ellos las imágenes de éxito a las que no pueden acceder,
pero que las hacen suyas resigrnificándolas, recreándoles en su red local de relaciones.
Rechazan la ética del trabajo y éste es asumido sólo como un medio para obtener
dinero, que permite satisfacer necesidades y consumir; al mismo tiempo, están
excluidos de los artefactos de la modernización chilena.
Están parcialmente fuera y momentánea y simbólicamente dentro,
adhieren a los valores del nuevo modelo y los difunden, al mismo tiempo, lo rechazan y se
expresan con rabia y violencia. Son plurales en sus conductas, transitando por intersticios
sociales que parecieran tener bordes de plástico. Hoy día están "en una " y mañana "están
en otra ". Van y vienen, sin asiento fijo, sin asiento estáticos. El dominio pueden fumar
marihuana y tirarle piedras a las micros a la salida del estadio y el lunes van a clases,
preparándose para un futuro incierto.
Hay en la tendencia "expresiva" de esta lóglca una doble significación que los hace participar de un nuevo modelo cultural y simulltáneamente los hace
partícipes del modelo en decadencia. Así, los contenidos de la "expresión" son de
rechazo, de malestar sociocultural, de desacuerdo. Es una manera de resistir al cambio
que se impone y parapetarse en una identidad marginal al exterior del proceso mismo. Es
un llamado de alerta desde la invisibilidad social, es un recordarle al inconsciente
colectivo de su presencia excluida. El "carrete" entre los amigos, en las barras, en los
recitales, en la calle, es un marcar la diferencia y, hacer sentir a los integrados que no
todos están dentro, que no todos disfrutan de los beneficios del sistema, es enrostrarle al
poder, que a pesar de su discurso modernizador universalista hay un porcentaje de la población impedida de disfrutar del festín neoliberal.
Al mismo tiempo, en la consumación del rito mismo, en el desarrollo de las acciones poliformes de búsqueda de placer sensorial se verifica la
existencia de un nuevo modelo cultural. Por una parte, ellos luchan por desembarazarse
en su conciencia de los restos de] modelo cultural que los llama a la responsabilidad, al
orden. a la disciplina, al respeto de las jerarquías. a la ética del trabajo y, por otra, se
entregan de lleno a la fiesta, teniendo como único horizonte su disfrute personal.
Los jirones del
modelo antiguo
generan en ellos una
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disonancia cógnitiva y sentimientos de culpabilidad. Van a un mall a consumir
prestigio o a endeudarse. mientras sus padres sobrevivir con pensiones miserables,
desarrollando estrategias de sobrevivencia y vistiéndose con ropa usada comprada en
una feria libre. Sin embargo, la tentación es mayor y sucumben a la seducción del
mercado y se movilizan en función de lograr su integración social mercantil, de esta
manera legitiman y difunden el nuevo modelo cultural.
Exhiben en su ropa las marcas de prestigio que los integran y si
la prenda de vestir no es origlnal, no importa, se compra la etiqueta para hacer "como si
lo fuera", hay allí una participación espúrea en el nuevo modelo, una participación
mentirosa, engañadora, una resignificación del modelo exitoso, una recreación popular
del autodesarrollo autónomo.
En la vivencia misma de la diversión, en el éxtasis logrado en
cada "carrete" se vive plenamente de acuerdo con los nuevos tiempos, se logra la
autonomía buscada, se rompe con el cordón umbilical familiar y con los amigos se es
pleno, potente, bacán. La concepción de éxito está dada por un estado de "ser"
(tendencia al hedonismo), no por un devenir futuro que supone inversión en el presente,
sacrificio y privaciones. Todo lo contrario, se busca el placer inmediato en espacios
asibles y su logro se vive como un autodesarrollo, es un sentirse importante, visible.
¿Qué hay detrás de la necesidad de expresión de los jóvenes?,
¿qué quieren expresar? Como lo hemos dicho con anterioridad, subyace en ellos un
profundo sentimiento de malestar sociocultural, un no esta¡- de acuerdo con lo que está
pasando, un no sentirse interpretado por las autoridades, un no satisfacer sus
necesidades vitales.
El problema se vuelve complejo cuando vemos las diferentes
manifestaciones expresivas de los jóvenes: barras bravas, pandillas juveniles,
"carrete", expresión de afectos, drogadicción, uso de la violencia, etc. Una parte
importante de los contenidos "apropiados" por los jóvenes para manifestarse vienen
"envasados" por los mass-media, no son creaciones juveniles espontáneas, tampoco
son una simple imitación.
Hay en ellos una reapropiación de símbolos
industrialmente producidos; estos jóvenes significan ideario iconográfico massmediatizado, y se viven como “satánicos”, new age. Skeanheads, etc., buscan
símbolos que manifiesten el desacuerdo, que violenten la opacidad e invisibilidad en
la que se desenvuelven cotidianamente.
De esta manera, el puente entre la expresión y el consumo es
automático. Estos símbolos son tomados, apropiados, resignificados y recodificados,
produciendo nuevos elementos con los cuales identificarse. Los grupos musicales
populares no aparecen en la MTV, lo disputan los primeros lugares de los raittings
internacionales, no realizan giras europeas o por los Estados Unidos; nacen, viven y
mueren en el underground, son un grito sordo de la marginalidad, son la expresión de la
invisibilidad social como síntoma de exclusión. La mayoría de los jóvenes que buscan
expresarse están estructuralmente fuera de los mercados formales del trabajo o tienen
trabajos menores mal remunerados, trabajos sin calificación técnica.
22
En la búsqueda permanente del placer hay un desarrollo del
"uno mismo", se "es uno mismo" cantando, liberando las tensiones de la semana,
gritando en el estadio, "peleando con los pacos (Daniel) rompiendo la noche
subversivamente, desafiando al poder, transgrediendo las normas. Se legitima y
difunde un nuevo modelo cultural al considerar íntimamente) “Yo soy lo más
importante, sin mí nada es posible, gracias a mí yo soy yo”. (Alvaro)
El otro indicador relevante que nos indica la presencia de un
nuevo modelo cultural en los jóvenes "expresivo/consumistas" es que el conjunto
de sus acciones están marcadas por el beneficio personal, por la utilidad individual
de las acciones, más que la utilidad social. Todo lo que es útil en función del
bienestar personal es valorado. Estos no son jóvenes que se comprometen en
acciones colectivas en beneficio de la comunidad. Hay una búsqueda de espacios y
momentos para expresarse y consumir en función de sí mismo. Sin embargo, este
"autodesarrollo autónomo" no está referido a un crecimiento y desarrollo personal
en tanto cultivación de la personalidad, es decir, en tanto acceso a bienes sociales
culturales y económicos valorados y valorables.
Dicho de otro modo; si estos jóvenes desean cultivar su físico,
no van a un gimnasio con aparatos modernos a hacer feetness, a cambio, juegan a la
pelota en la calle. Si les gusta la pintura no acceden a museos de arte moderno o
clásico, ni siquiera como actividad escolar, hacen murales y graffitis en las murallas
de la población. Si les gusta la música no estudian guitarra clásica en el
Conservatorio, a cambio van a conciertos rock a darse combos y patadas, o pasan el
día en las esquinas "echando la talla". Las expresiones de la alta cultura o "cultura
universal" no forman parte de su imaginario.
5) La participación en la mutación cultural de los
adultos
 Lógica de "replíegue/sobrevivencia"
En el polo contrario a la lógica "expresivo/consumista" se encuentra la lóglca de "repliegue/sobrevivencia", aquí se encuentran representados
básicamente los adultos; las pocas jóvenes que forman parte de esta lógica son
cronológicamente jóvenes, pero socialmente adultas.
Esta lógica se ubica en las antípodas de la anterior, generacíonalmente agrupa a los adultos y, culturalmente apela a valores, tradiciones, normas,
representaciones, valores e ideologías de un modelo cultural en decadencia.
Este sujeto/adulto vive en la nostalgia de un mundo perdido, en
la nostalgia de un pasado que no volverá y que fue mejor, un pasado donde había orden
y respeto, seguridad, tranquilidad; "donde se podía caminar en la calle sin peligro ". Se
añora un modelo de sociedad donde el Estado cumplía un rol de protector de los más
23
débiles, donde los partidos políticos jugaban un rol de correa de transmisión de los
intereses de los más pobres. Es por so que estos adultos desde su repliegue salen a
votar y participan masivamente en los procesos eleccionarios, intentando una relación
de clientela con el mundo político, relación que está rota, que no opera, que ya no
funciona más; es por eso que se sienten descepcionados de la política y de los políticos.
Ellos permanecen adheridos a un modelo cultural donde la ética
del trabajo es fundamental, ética que forma parte del núcleo del modelo cultural de la
sociedad industrial. Ellos siguen concibiendo el trabajo como un bien socialmente útil,
por lo tanto, rechazan a los jóvenes porque los consideran flojos, ociosos, los ven parados en las esquinas sin hacer nada, matando el tiempo. En cambio, ellos viven en
función de trabajar en lo que sea; no tienen tiempo para el descanso.
Por el trabajo que realizan esperan ser retribuidos en su justa
medida: "trabajo hecho, trabajo pagado", es decir, antecede al disfrute de los
beneficios del trabajo, el esfuerzo y el sacrificio. Éstos son adultos que han tenido una
vida sacrificada y esforzado; la mayoría de ellos trabajan desde niños.
Estos son los adultos que cuando tienen un trabajo formal luchan por las horas extraordinarias, con el fin de ganar un poco más, restándole tiempo a
la familia y a su propio desarrollo personal. En ellos está presente el deseo de progresar
y que su trabajo sirva para el progreso del país.
Sin embargo, hay en ellos una ambivalencia y ambigüedad en
sus comportamientos económicos. Su condición de pobreza los obliga a la
sobrevivencia, es una imposición externa frente a la cual no tienen alternativa, no es
una opción de vida, no es un proyecto vital que se desarrolla en la austeridad. Si no
entran en la tendencia "consumiste" es porque no pueden, no porque no quieran, no
porque ideológicamente rechacen a la sociedad de mercado; están obligados a
sobrevivir porque no tienen dinero para otra cosa.
Es por eso que la mayoría de ellos son adictos a los juegos de
azar, hay ahí una apuesta mágica para solucionar instántaneamente sus graves problemas
económicos, compran religiosamente un cartón de Kino a la semana; esperan
esperanzados el golpe de suerte que cambiará sus vidas, se dejan engañar por la publicidad
en función de terminar con las privaciones que los aquejan.
La sobrevivencia en la pobreza no es una opción, son las modernas caleras urbanas donde deben cumplir sus penas y sortear las dificultades de]
diario vivir. La opción está en el "repliegue", en el encierro voluntario para cortar los
lazos con el entorno que amenaza y no deja vivir tranquilo. En la opción del
"repliegue", la televisión compensa la soledad, la televisión acompaña, sirve de guía, no
se necesita estar afuera porque el mundo les lleva por la pantalla, la realidad pasa a ser
lo que allí se ve y escucha. Las opiniones de los adultos del "repliegue/sobrevivencia"
tienen sus fundamentos en los contenidos entregados por la televisión.
En el campo económico., la mayoría de ellos visualiza los
24
límites al logro de sus expectativas en la mala situación económica. Es la pobreza la
que no permite ser feliz. la que no permite "darse un lujito ". Siempre hay que estarse
midiendo, hay que cuidar la plata y no malgastarla. Son causas externas las que se
imponen como obstáculos. En el campo sociocultural sucede lo mismo; son los otros
los que limitan el logro de la tranquilidad, de la seguridad, de la protección; no
depende de sí mismos el logro de sus expectativas, están sujetos a "que los chiquillos
se porten bien y así dormir tranquilos”.
El sujeto/adulto que adhiere a esta lógica valora la disciplina, el
orden. el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio, permanece anclado a un modelo cultural
que pierde vigencia y como respuesta trabaja sobre sí mismo replegándose y
sobreviviendo, haciendo "pololitos" en lo que venca, desconfiando de los otros,
añorando un pasado que no volverá.
6)
A modo de conclusiones
Para finalizar, nos parece necesario plantear algunas
reflexiones, generales sobre el fenómeno estudiado. Se trata de tornar distancia y
extraer las principales conclusiones que nos permitan tener visión de conjunto, más
allá de las particularidades específicas encontradas en cada una de las lógicas de
acción.
En primer lugar es necesario reiterar que la sociedad
chilena está viviendo un proceso de transición hacia la democracia. Después de
diecisiete años de dictadura han quedado marcas generacionales, enclaves
autoritarios, formas de vivir, estilos que marcan una época y heridas que no
terminan de cerrarse. La sociedad chilena avanza a pasos agigantados hacia el
siglo XXI con tres mil detenidos desaparecidos a sus espaldas, con la impunidad
erguida en norma jurídica, con la annesia colectiva recubierto de spots
publicitarios.
El hecho que marca las características fundamentales de la sociedad chilena actual es el cambio de modelo económico producido durante la
dictadura. En Chile hubo un cambio en 180°, imponiendose un determinado modelo
de desarrollo que nadie cuestiona en sus base, principales. El modelo económico
neoliberal fue impuesto en Chile sin restricciones, con Estado de Sitio, con represión
militar sobre la población civil, con los partidos políticos prohibidos, sin Parlamento,
sin derecho a huelga, etcétera.
Ese modelo, que tuvo ese origen, hoy día es apoyado, avalado
y defendido por los principales protagonistas de la escena nacional. Al respecto, los
consensos básicos que caracterizan a la sociedad chilena actual son la estabilidad
democrática, el pragmatismo político y los fundamentos centrales del modelo
económico: rol central del mercado, privatizaciones, competencias, rentabilidad,
modernizaciones y reconvención del Estado. Sobre estas bases no hay disenso.
Al respecto, nos interesa destacar dos elementos de la máxima
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importancia. El primero tiene que ver con la coincidencia histórica que se produce
entre un proceso de cambios a nivel mundial y los cambios impulsados a nivel
nacional. Ambos son cambios que operan en el mismo sentido, van en la misma
dirección, es por eso que el país es considerado un ejemplo en América Latina; se podría decir que Chile es la vitrina de la aplicación de los postulados neoliberales,
vitrina en la cual se exhiben los mejores productos, las mejores políticas de ajuste
estructural, las mejores tasas de crecimiento, los mejores indicadores
macroeconómicos; vitrina hacia la que miran: Argentina, Perú, Bolivia, Nicaragua,
Ecuador, etcétera.
En el país estamos viviendo la coincidencia de ir con el
mundo. Chile es un buen alumno del Fondo Monetario Internacional y del Banco
Mundial. Los cambios a nivel planetario se superponen, avalan y aceleran los
cambios a nivel nacional. Los "nuevos tiempos" de Chile coinciden plenamente con
los "nuevos tiempos" planetarios. Las fronteras nacionales se borran para los
productos importados y el objetivo número uno de la economía es conquistar nuevos
mercados. Vender y comprar es la regla de oro.
El segundo elemento que nos parece fundamental para
comprender la "mutación por abajo" que se está viviendo en las poblaciones es la
recomposición del lazo social. Hasta hace algunos años existía un tejido social
articulado entre la sociedad civil, el sistema de partidos políticos y el Estado.
El Estado jugaba un rol importante en el desarrollo nacional, de
hecho, el Estado sirvió como gran empleador e impulsor de las modernizaciones
nacionales; en ciertas épocas hubo una gran generación de empleo a través del
incentivo de las obras públicas, (hospitales, carreteras, puentes, etc). El mundo
institucional ocupaba un lugar importante en la cotidiancidad ciudadana. Partidos
políticos, sindicatos, federaciones estudiantiles, organizaciones comunitarias, etc.,
jugaron un rol clave en el quehacer nacional.
La identidad personal se fundía con la identidad social y la gente se definía como "proletario", "obrero", "sindicalista". Era una identidad colectiva
inscrita en clases sociales, partidos políticos y sindicatos. Cualquier reivindicación
pasaba por la articulación social, por la coticertación de intereses, en sindicatos por
rama de actividad y, luego, representados por una central "única" de trabajadores. Los
estudiantes en la FESES o en la FECH. Centros de madres, sindicatos, juntas de
vecinos gremios diversos constituían un tejido que representaba los intereses y
aspiraciones de la mayoría ciudadana. El interlocutor era el Estado, representado en sus
diversos estamentos.
Con el cambio de modelo económico y posteriormente con
las influencias del fenómeno de mutación mundial, ese tejido se rompe en mil
pedazos. El primer golpe es dado por la dictadura, que desarticula todo intento de
organización popular. En aquella época, organización fue sinónimo de impresión;
política, sinónimo de delincuencia; protestar, sinónimo de desaparecer. Ese (golpe
histórico dejó secuelas en las generaciones mayores).
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Luego, con la imposición del modelo económico neoliberal,
con la consecuente reconversión del Estado, se firma la sentencia de muerte del tejido
social anterior. Progresivamente se empieza a difundir al conjunto de la sociedad un
determinado modelo de ciudadano y, por, lo tanto, un modelo de lazo social. El
modelo que se difunde es el del ciudadano ágil, emprendedor, dinámico, competitivo.
"performante" moderno. De esta manera, el lazo social, que se constituye de acuerdo
con la naturaleza de la finalidades da origen a intercambios excluyentes, donde las
relaciones entre las personas pasan a ser esencialmente de competidores. La
competencia se instala en el corazón de las relaciones sociales nacionales.
El éxito de Chile a nivel Internacional se proyecta al interior,
desarrollando conductas competitivas entre las personas. La gente vive apurada en
función de generarle a los otros: llegar primero, tener lo mejor, lo más nuevo, vivir
estresado por obtener los mejores resultados, estar in no out.
Éste es uno de los elementos claves de la mutación del modelo
cultural chileno, que se produce "desde arriba". y que se impone como regIa de oro,
como modelo a seguir, sino simplemente se queda afuera, mirando el espectáculo sin
participar. Pero hay que tener claro que para participar hay que correr, hay que
competir. Dos imágenes de éxito se instalan en el imaginario colectivo: el empresario
exitoso y el deportista destacado. La publicidad vehicula estas imágenes hasta la
saciedad. Cualquier spot de jabones, desodorantes, cervezas, perfumes o de lo que sea,
proyecta la imagen del joven yupi, ágil, deportista, rico, buenmozo y seductor.
En el modelo de desarrollo anterior existía una conciencia de la
solidaridad social. El sistema de la seguridad social funcionaba sobre la base de un
fondo que aportaban los trabajadores activos, y del cual se beneficiaban los jubilados.
Este sistema operaba sobre el principio de la solidaridad. Los jubilados recibían su
retribución luego de haber aportado al progreso y desarrollo del país. Eso se rompió
de la noche a la mañana con la privatización de la seguridad social, operando sobre el
principio de "capitalización individual". Privatización que no fue producto de la
negociación social, simplemente se impuso como norma técnico/económica, con apoyo de la fuerza represiva.
De esta forma, cada uno pasa a vivir sus problemas como "suyos", "personales", "privados". Se esfuma la posibilidad de articular intereses
comunes y desarrollar una acción colectiva. Cuando la seguridad social es privada,
cuando la educación y la salud también lo son, no caben presiones grupales,
reivindicaciones colectivas; la alternativa es negociar individualmente en cada una de
las esferas, entrar y salir de cada una como quien va a comprar calcetines a una tienda.
La atomización social se instala y la identidad social ya no es
más una identidad inscrita y dada por pertenencia estamental o de clase, son
identidades parciales que se construyen y reconstruyen día a día, generando lazos
evanescentes, débiles, superfluos, cambiantes. Es por eso que la tendencia es a la
desimplicación institucional. En el caso de los pobladores encuestados, más del 87%
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señaló no recurrir a las instituciones cuando necesitan ayuda; se las "arreglan solos" o
con sus familiares y amigos.
Hay una tendencia a privatizar y mercantilizar la vida, desinteresándose, de paso, por la política. Los partidos políticos dejaron de ser instrumentos
de cambio social para transformarse en máquinas de poder por el poder.
Por su parte, el Estado sólo interviene en aquellas áreas donde
los privados no pueden hacerlo, dejando a los pobladores en el desamparo social,
librados a su suerte, bajo las leyes de la competencia; mostrándoles lo agradable que
es ser autónomo y desarrollarse por su propios medios y, al mismo tiempo,
negándoles la posibilidad de acceder a los medios para lograrlo.
Este contexto nacional influye y condiciona el contexto
poblacional, caracterizado, en primer lugar, por la pobreza. He aquí un primer
punto que es necesario precisar para comprender el fenómeno de la mutación "por
abajo" en su real magnitud.
Si nos basamos sólo en indicadores económicos, debemos
concluir que la mayoría de los pobladores viven en condición de pobreza, pero como
no se trata de reducir el concepto sólo a la carencia de bienes materiales o a la
escasez de recursos económicos, veremos que la pobreza es un fenómeno
multidimensional, extremadamente complejo, que vuelve tremendamente difícil su
análisis.
Coincidimos con el informe del "Consejo Nacional Para la Superación de la Pobreza" en el sentido de considerar que la pobreza se expresa en
diferentes esferas de la vida y que se manifiesta por la carencia y desigualdad en el
acceso al trabajo, a la educación, a la salud, a la información, a la cultura, al poder, a
los bienes materiales, etc.; por lo tanto, en un determinado conjunto de personas (los
pobladores) se superponen una serie de carencias, las que conceptualizadas en el
lenguaje de Bourdieu se podrían denominar como escaso capital social, cultural y
económico. Dicho en términos del organismo Gubernamental recién aludido: "la
pobreza es un círculo resistente, multifacético, que no puede reducirse a una
Efectivamente, los pobladores viven en un mundo pobre, el
que se manifiesta con más crudeza en algunos aspectos y menos en otros,
estableciendo una compleja relación con el fenómeno de la exclusión social. ¿Es
posible afirmar que los pobladores están estructuralmente excluidos, en nuestra
opinión, no. Esta exclusión es relativa y parcial.
En primer lugar, no podemos hablar de una exclusión global
o total, puesto que consideramos que ellos no se enfrentan "al sistema", concebido
como un todo homogéneo, coherente, único. No compartimos ese concepto de
sociedad.
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Hoy nos encontramos frente a un sistema fragmentado, diseminado en distintas esferas en las cuales se puede entrar y salir. La “sociedad chilena"
no es un todo homogéneo frente al cual se está afuera o se está dentro. Lo que existe es
una diversificación de campos de acción frente a los cuales los pobladores mantienen
relaciones diferenciadas. Por ejemplo, si consideramos tres indicadores clásicos:
trabajo, educación y seguridad social, podemos afirmar que una parte importante de los
pobladores se encuentran fuera de estos sistemas.
Todos los estudios realizados demuestran que el promedio de
escolaridad de los pobladores no sobrepasa la enseñanza básica completa, es decir, la
mayoría está fuera del sistema educativo, por lo tanto, están excluidos de la
posibilidad de prepararse mejor para enfrentar el mercado laboral. Pero hay un
porcentaje de jóvenes que se mantienen dentro, incluso, con la lógica de mercado
aplicada a la educación, se han diversificado las ofertas educacionales, dando
mayores posibilidades de acceso, siempre y cuando se tenga el dinero para hacerlo.
En cuanto al trabajo, la consecuencia de lo anterior es Lógica, la mayoría de ellos se desempeña como obrero en oficios no especializados o
forman parte del sector informal de la economía, desarrollando múltiples estrategias
de sobrevivencia. En este caso, nuevamente encontramos que los pobladores están
excluidos de fuentes laborales calificadas, por lo tanto, los ingresos derivados de su
actividad laboral son bajos, mínimos no les alcanza para cubrir todas sus
necesidades.
Pero no podemos afirmar que todos los pobladores están
excluidos de redes formales de trabajo. Una parte significativa son obreros incorporados al aparato productivo, o se desempeñan como empleados en el sector
servicios. Nuevamente la realidad no es blanco y negro. Hay matices, colores
diversos, claroscuros, zonas ambiguas.
En el campo de la seguridad social sucede algo similar.
Todas las personas que se desempeñan en la economía informal no tienen acceso a
los sistemas de seguridad social, por lo tanto, no están ahorrando para un fondo de
jubilación y en unos cuantos años mas tendrán que vivir de una pensión asistencias
mínima que les garantiza el Estado. Tampoco tienen acceso a los servicios de salud
y tienen que obligadamente "ingeniárselas " de alguna manera para ser atendidos.
Otros permanecen en Fonasa o se atienden en consultorios como indigentes.
Al mismo tiempo, los pobladores tienen acceso a la
información a través de la televisión, participan del ideario neoliberal saturados de
información que no terminan de asimilar. Ellos están conectados al mundo a través
de la pantalla chica y se integran a los mercados en calidad de
"consumidores/deudores", estableciendo complejas relaciones de entrada y salida de
los diferentes sistema que configuran la sociedad.
Por “arriba” el mundo cambia
aceleradamente, se
moderniza, se transforma, muta y por “abajo", los pobladores incorporan los
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valores, las normas, la ideología de los "nuevos tiempos", resignificándola y
reificándola popularmente, marcando una distancia con el sistema jurídico,
económico, militar, político, social y tomando de ellos lo que conviene, cuando
conviene.
El comportamiento de los pobladores no es homogéneo, por el
contrario. una de las características principales del mundo poblacional es su
heterogeneidad. El mundo poblacional es plástico, sin bordes definidos. Es difícil
precisar dónde termina una lógica y dónde empieza la otra, incluso más. como ya lo
hemos dicho reiteradas veces, los pobladores entran y salen de las lógicas, van de un
lugar a otro. No es posible etiquetarlos y decir "son así". Para efectos del estudio
realizado, hemos distinguido las diferencias ,generacionales, pero cabe señalar que se
pueden establecer otras muchas diferencias por sexo, por tramos de edad, por estado
civil, por actividad, por creencia religiosa, etcétera.
Una parte de los pobladores de los noventa pertenece a una
generación que hace veinte años miraba hacia el futuro, una generación que luchó
por un horizonte posible, por un mundo que imaginaban de colores, un mundo
donde todos serían hermanos (o compañeros); para muchos era la anticipación del
reino, para otros era la sociedad sin clases. Fue un sueño que compartieron, un
sueño por el cual sufrieron, un sueño por el cual otros murieron o fueron
encarcelados. un sueño que se hizo pedazos y que no comprenden los jóvenes de
los noventa.
Para los jóvenes de la década del noventa, las imágenes que
coparon el imaginario de sus padres les parecen vacías, no están "ni ahí" con el
sufrimiento del pasado, ellos no tienen por qué hacerse cargo de las deudas de la
historia, menos aún si no estaban, o eran muy pequeños. La imagen del "Che
Guevara" la utilizan en sus recitales rock y no como modelo de revolucionario a
seguir. He aquí una primera factura generacional que no termina de cicatrizar. Corte
generacional, separación iconográfica de imaginarios diferentes. No se trata
simplemente que a unos le guste el tango y los otros vibren con el rock, es un
fenómeno sicosocial mucho más profundo que una simple diferencia en gustos
musicales epocales.
El sueño que movió las energías de los padres y madres de los
jóvenes que hoy día se van pasear a los mall, se cayó junto con el muro de Berlín,
dejándolos a todos perplejos, esperando que algo pasara, que alguien viniera a
explicar la situación. Pero no llegó nadie y los pobladores se quedaron en sus casas
con el televisión encendido a sus espaldas, sin darse cuenta que sí había llegado
alguien, que hacía rato que estaba metido en su intimidad.
Había llevado el mercado, con su mundo de farándula, con
sus luces de colores, venía a ofrecerles todo, a deslumbrarlos y seducirlos con sus
acrobacias, y sin quererlo y sin saberlo los pobladores de los noventa se vieron
envueltos en este nuevo escenario, donde las referencias normativas que guiaron su
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conducta hasta hace sólo algunos años quedaron obsoletas y a pesar suyo, tuvieron
que aceptar que Chile se abriera a los mercados internacionales. sin consultarles su
opinión y sin informarles de las consecuencias para sus vidas.
La clase política aceptó el desafío de los "nuevos tiempos” y
decidió mantener las reglas del juego impuestas por la dictadura; ¿el costo?, ése
quedó sepultado, oleado y sacramentado con el Informe Rettig. Simbólicamente
bastaron unas lágrimas en televisión del Presidente de la época y la página se dio
vuelta, cubriendo si con una manto de amnesia colectiva, un pasado doloroso que
mejor olvidar.
Y hoy, Chile se abre al mundo, integrándose a una economía
trasnacionalizada, aceptando las reglas del juego mundial, es decir. el
desencadenamiento de la competencia y la lógica del mercado pasan a ser parte de
nuestra cultura, se enseñorean en cualquier, pasillo burocrático del poder. Se elige
una nueva clase cuestionaría que no acepta reformas redistributivas de carácter
estructural con el fin de aminorar la pobreza, que juegan a especular en los mercados financieros mundiales, integrándose a la locura y desenfreno que hizo perder
más de US$250.000.000 a un funcionario de CODELCO en los "mercados de
futuro"" y que mantiene a un porcentaje importante de la población bajo la línea de
pobreza. A cambio de ello, usan la racionalidad pragmática para garantizar el
orden democrático y conservar la tradición institucional, interrumpida con el
objetivo de salvar a Chile del "cáncer marxista".
El horizonte posible por el cual lucharon algunos
pobladores organizados en sindicatos y en partidos políticos se esfumó y la
lógica del mercado penetra la cotidianeidad popular de la misma manera como
lo hace en "La Dehesa"". La diferencia está en la manera cómo los pobladores
resignifican esos contenidos en su escaso capital social, cultural y económico.
La búsqueda de sentido se desplaza de la política a los afectos y a la religión.
Progresivamente en el país se impone la cultura del
desarrollo personal, reapropiándose y reintertarlo un conjunto de símbolos y
signos de la cultura oriental, colocados, esta vez, en lógica de mercado. De esta
manera, proliferan las runas, los tarot, las curas por esenciales florales, las
pirámides que concentran las energías, los raiki, los taichi, los tao del amor y del
sexo, la meditación trascendental, el yoga, etc. Surgen y resurgen las iniciativas
de instituciones privadas en función del crecimiento personal, captando una
importante clientela y convirtiéndose en un buen negocio.
Darse cuenta que no hay proyecto alternativo al cual apelar
es quedar huérfano de historia. Como dice G. Bajoit, es haber perdido los " pères” y
los “repères”, es decir, vivir e1 abandono de los grandes guías que inspiraron las
luchas del pasado y quedarse sin puntos de referencias para articular un futuro
posible; es quedar vacíos de certezas y enfrentarse a la incertitud en función de la
sobrevivencia.
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En la nueva imagen del capitalismo remosado, las palabras
mágicas son: eficiencia, rentabilidad, moderno, competencia, performance. Esas
palabras vienen a desplazar a otras que para algunos de los pobladores eran también
mágicas: "solidaridad", "compañerismo”, "compromiso". Hoy día es la eficiencia la
que campea. Para ser eficiente hay que ser experto. si no el riesgo del fracaso es
muy alto, por lo tanto, nuestra sociedad se "expertiza" y la clase política se lo cree.
ellos pasan a ser los "expertos" de la política. Hay que ser moderno y rentable;
emprendedor y con iniciativa empresarial.
En esta nueva cultura que se impone, la relación costo-beneficio
determina el carácter instrumental de las relaciones interpersonales, promoviendo
principalmente los intercambios excluyentes en relaciones competitivas y
contradictorias. El lazo social se mercantiliza, se comercializa, se reconstruye en cada
intercambio. La solidaridad y la ayuda mutua pareciera ser un problema de
nostálgicos o se activa ritualmente una vez al año en una operación mediática llamada
"'Teletón", ¿qué mutación más grande que ésta?
La individualización de la vida corre a ritmos agigantados y
el modelo cultural cuyo eje de articulación es el autodesarrollo autónomo se convierte
en pasión personal en un sector de la población chilena, en aquéllos que se benefician
del sistema y se permiten el placer de ir a Valle Nevado en invierno, disfrutar de un
fin de semana en Zapallar, ir a las semanas musicales de Frutillar y/o recorrer la laguna
San Rafael en el Escorpio; marcando una diferencia insalvable entre los habitantes
del mismo país, de la misma ciudad, entre hermanos que profesan la misma fe, pero
donde unos van a misa a la iglesia de El Bosque y otros a la capilla Damián de Molokai
en la población Malaquías Concha.
Entonces, las diferencias no sólo están referidas a la
desigualdad en la distribución de los ingresos, ésta desemboca en un conjunto de
desigualdades que marcan las diferencias de clases, estas desigualdades cruzan el
campo social, económico y cultural y se expresan en una infinidad de signos de
distinción. La desigualdad moderna se expresa en la apropiación diferenciada del
proceso de mutuación que vive el país.
El conjunto de normas, de valores, de representaciones; la
ideología que subyace en su conformación cultural es vehiculada por una nueva clase
dirigente representativa de los “nuevos tiempos” y apropiada diferencialmente por los
distintos estamentos de la sociedad chilena. Al respecto, permítesenos elaborar
algunas hipótesis de la perspectiva de desarrollo del fenómeno de mutuación cultural
nacional:
 La tendencia predominante en el conjunto del país es a mejorar los indicadores
económicos personales, a elevar el nivel de vida de la población, polarizando la
sociedad en dos pequeños grupos. Los unos, detentores de grandes fortunas,
conectados al mundo; los otros, sobreviviendo en la cotidianeidad, excluidos de
algunas esferas de la vida, integrados simbólicamente en otras. Como árbitro
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mediador una gran clase media que vive la ilusión del consumo, que habla por
teléfonos celulares de plástico, que internaliza de lleno los valores del nuevo
modelo cultural, los legitima y difunde, viviendo un arribismo en potencia.
 Los pobres, los excluidos, los indigentes, permanecerán en statu quo intentando
sobrevivir, expresando su malestar sociocultural esporádicamente, manejados y
controlados desde el poder, conformados y resignados a su suerte de pobres, sin
articular movimientos sociales de rechazo, ni proyectos alternativos de cambio
social. La ausencia absoluta de proyectos alternativos a nivel laboral los ha dejado
en el desamparo ideológico, en el vacío propósito, en el abandono histórico.
 Los pobres allí están y seguirán estando. Progresivamente autoconvencidos de las
bondades del sistema y de las virtudes de la iniciativa privada. Aparecerán en escenas
de vez en cuando, en tanto "damnificados". "beneficiarios de proyectos", "objetos de
políticas sociales", "delincuentes habituales", "jóvenes desadaptados". Sin embargo, la
estructura del modelo seguirá funcionando con este porcentaje de la población viviendo
de las migajas que caen de la mesa neoliberal.
 Si no se logran rearticular utopías parciales en función de espacios asibles donde los
pobres, marginales y excluidos tengan un rol protagónico, la tendencia es a perpetuar el
sistema que los excluye.
 A pesar de todo, los pivotes sobre los cuales se yergue el modelo chileno actual son, en
el concierto internacional, extremadamente frágiles, basta un desequilibrio en los precios
del comercio internacional, un empeoramiento en los términos de intercambio, una
baja del precio de cobre, para que la economía chilena naufrague. La extremada
dependencia del comercio internacional vuelve frágiles las bases sobre las cuales se
exhiben los éxitos económicos, todo lo cual hace mirar con cautela los pronósticos
favorables de la economía y, sobre todo, permite dudar de la soberbia y arrogancia de la
nueva clase gestionaría nacional.
 En esta compleja situación que se arma y desarma cada día, le cabe un rol fundamental a
los intelectuales. Nos referimos a lo siguiente: la tendencia predominante entre los
intelectuales ha sido modelo, intentando redistribuir lo más posible, dentro de un
esquema estructuralmente injusto. Muchos de ellos se han incorporado/acomodado al
Estado, tratando de cambiar las cosas por dentro, asimilándose al discurso dominante y
convencidos de los buenos resultados de sus buenas intenciones. Cabe una voz de alerta
al respecto, cabe la urgencia de la reconquista de la criticidad, de la denuncia, de la
propuesta.
 A nuestro juicio, no se trata de humanizar el modelo y acomodarnos a la pensée unique
sino, más bien, poner todas las capacidades al servicio de la creación de alternativas, de
propuestas viables, rompiéndole el alma al desencanto, a la apatía. Se trata de
recomponer el lazo social, intentando la generación de acciones colectivas que
involucren
activamente a los marginados y excluidos; incorporando sus ideas, sus planteamientos.
Se trata de poner la solidaridad en movimiento.
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