dos secciones: “los presagios según los informantes de Sahagún

Voces indígenas
FR AY BERNARDINO DE S AH AGÚN, DIEGO MUÑOZ C AM ARGO, UN ANÓNIMO POETA N AHU A
Antes de leer
atropellos sufridos por los oriundos de tierras
sometidas durante la Conquista. Son parte integrante de
los anales de la historia.
En cuanto a la dramática disminución de la
población en todas las Américas a raíz de la llegada de
los europeos, lo único discutible es el número exacto de
víctimas. Esto se conoce como «la guerra de las
cifras», pero los peritos más creíbles calculan la
catástrofe demográfica en México en cifras elevadas;
según ellos, en 1518, Mesoamérica contaba con hasta
30 millones de personas; en 1595—no sólo a raíz de
batallas y matanzas sino también de epidemias de
sarampión, viruela, paperas y más, incluso una
enfermedad no comprendida hasta hoy llamada
cocoliztli—quedaron apenas un millón, viéndose una
reducción de la población indígena de hasta el 95%.
Los anales indígenas no revelan evidencia de censos.
No hay ninguna duda en cuanto a las aflicciones
catalogadas en las décadas de la Conquista de
México—1519 hasta fines del siglo XVI—, pero sí en
cuanto a la diferencia neta entre el juicio histórico
sobre el comportamiento de los colonizadores
españoles, y el juicio histórico sobre el de otros
colonizadores europeos, principalmente los ingleses.
En esto, historiadores atentos a la verdad no buscan
disculpar sino equiparar, para que la sombra de la
Leyenda Negra Española, tema de tantas y tan reñidas
polémicas, tanto en España como fuera de ella, no
reemplace la dolorosa realidad general de la
colonización de las Américas.
Estos conmovedores testimonios de los antiguos
nahuas, comparables en su pathos con «Romance del
rey moro que perdió Alhama» y con la quema de Troya
de la Antigüedad Clásica, forman parte de un estudio
cabal de la literatura y cultura de los pueblos hispanos.
En nuestra vida contemporánea, testigo, además de
su acepción corriente—persona que presencia y da
testimonio de un suceso—, es también el tubo de
metal que pasa un atleta a su compañero de equipo
más próximo en una carrera de relevos. La parte de
la historia mexicana atestiguada por voces indígenas
de la época de la Conquista, es precisamente eso: el
testigo en una figurada carrera de relevos, pasado
triunfalmente de mano en mano por un equipo de
tres admirables etnólogos, atletas del intelecto y
custodios de la cultura, literatura y lengua nahuas.
A estos tres eruditos devotos se debe el hecho
asombroso de que la resonancia de aquellas voces
antiguas se encuentra en manos del común de los
lectores hoy. Son fray Bernardino de Sahagún (1499
– 1590), el padre Ángel María Garibay Kintana
(1892 – 1967), y Miguel León-Portilla (1926 – ). A
cada uno de ellos se le deben capitales
contribuciones a la promoción y preservación de las
culturas y lenguas indígenas de México. Sus obras,
entrelazadas entre sí, reclaman una lectura mucho
más extensa que la que haremos aquí.
Múltiples voces españolas de la época de la
Conquista atestiguan las injusticias sufridas por los
pueblos indígenas. Casi tan pronto como llega
Hernán Cortés al continente, un tal Ceballos escribe
una queja contra él al emperador Carlos V. Entre
otras cosas, habla su autor del «luciferino
pensamiento» de Cortés, y delata sucesos
tempranísimos, de mayo o junio de 1519, cuando,
aun antes de emprender camino a Tenochtitlan,
Cortés «hizo muchas crueldades de muertes e
prisiones e tiranías, robos e sacos, fuerzas, matando
a los naturales de estas partes que de tan buena
voluntad lo habían recibido…».
Otras voces españolas—la principal de ellas la de
fray Bartolomé de las Casas (Brevísima relación de
la destruición de las Indias, 1542-1552)—agregan
detalle tremebundo sobre detalle tremebundo de los
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Vocabulario
adivino—perito en acertar el porqué de los fenómenos, no
por evidencias, sino por astucia.
admiración—asombro.
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difusión, sin ir más lejos, en el famoso Estadio Azteca
de la capital.
agudo—terminado en punta afilada.
alarido—grito de espanto, de miedo.
brasa—ascua; pedazo de algo que se ha quemado y ya
no arde, pero que sigue rojo y candente.
cántaro—vasija grande para llevar agua.
centella—chispa luminosa.
cimiento—parte del edificio que está debajo de tierra y
que sostiene la construcción.
despavorido—muy asustado.
diáfano—muy delgado y transparente.
embravecerse—agitarse o desatarse las fuerzas
naturales; se dice de las olas del mar.
espanto—miedo grande; susto.
huida—fuga; retirada; escapatoria.
inaudito—sumamente raro; insólito.
incendio—fuego grande iniciado por accidente.
juicio—opinión; conclusión.
madero—pieza larga de madera cortada, de forma
escuadrada o rolliza.
menudo—fino; de gotas muy pequeños.
pardo—de color oscuro.
presagio—señal; agüero; indicio de algo que ha de
venir más tarde.
prodigio—fenómeno asombroso, generalmente de la
naturaleza.
pronóstico—anuncio, basado en ciertos indicios o
señales, de lo que va a suceder; aquí, señales por
las que se adivina el futuro.
rayo—relámpago.
recato—modestia; prudencia; reserva.
resplandor—brillo muy intenso; luminosidad.
sobresalto—sorpresa; alarma.
sollozo—llanto entrecortado, convulsivo.
Conviene saber que las tres ciudades-estado
constituyentes de la Triple Alianza eran Texcoco,
Tlacopan, o Tacuba, y Tenochtitlan.
Conviene saber que, con respecto a la antigüedad de la
presencia humana en las Américas, los antropólogos
han encontrado en Chile artefactos de habitación
humana que datan de hace más de treinta mil años.
Varios investigadores calculan la máxima población
americana antes de la llegada de los europeos en 110
millones.
Conviene saber que el Colegio de la Santa Cruz de
Santiago Tlatelolco fue el primer instituto de educación
superior de las Américas. Su propósito durante los 50
años de su apogeo, y desde el momento de su
fundación en 1536, fue la integración cultural de
jóvenes indígenas y españoles, y la preparación de la
juventud mexica noble en el arte de gobernar. Para
esto, se seguía el curso antiguo de estudios de tiempos
de la Edad Media llamado el trivio: gramática, retórica
y dialéctica. Los informantes de Sahagún asistían a este
colegio bajo la tutela de frailes franciscanos que habían
llegado a México en el año de 1524. Fue una
instrucción de tan alta categoría, colocando a estos
jóvenes a la altura de los conquistadores, o más alto,
que suscitó quejas de algunos de éstos. Los restos del
colegio se pueden visitar hoy en la Plaza de las Tres
Culturas en la ciudad de México.
Al leer
Conviene saber que el método de investigación usado
por Sahagún se fundamentaba en series de preguntas
específicas, respuestas a las cuales él catalogó en su
obra. La temática de las preguntas y respuestas se
entenderá mejor si examinamos las categorías en que
organizó sus datos, décadas después. Cada categoría
representa un libro de los doce libros que componen su
Historia general de las cosas de Nueva España:
Consúltese la Guía de estudio como herramienta
para comprender mejor esta obra.
Después de leer
Conviene saber que el término mexicas se
considera hoy más apropiado que aztecas para
referirse a este pueblo nahua dominante. Cuenta la
leyenda que al salir de Aztlán, su dios SolHuitzilopochtli les prohibió el uso del nombre
azteca. Irónicamente, azteca es el referente que se ha
impuesto en el concepto moderno, a causa de
publicaciones muy difundidas en el siglo XIX, por
ejemplo, las del famoso historiador William
Prescott. En México hoy, azteca goza de gran
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1. Creencias religiosas; los dioses
2. Calendario; fiestas, ceremonias y ritos honrando a
sus dioses
3. Del principio que tuvieron sus dioses; creencias en
la vida después de la muerte
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entonces Presidente de México, Porfirio Díaz, en
homenaje a Cristóbal Colón en la famosísima
Exposición de Chicago de 1892. Es importante que
nosotros los lectores de hoy recordemos y honremos a
custodios como Chavero que son los responsables de
que la documentación histórica haya llegado a nuestras
manos.
4. Astrología: días de buen agüero y de mal agüero,
etc.
5. Agüeros y pronósticos tomados de aves y otros
animales para adivinar cosas futuras
6. Retórica, filosofía, virtudes morales y teología
7. Astronomía y conocimientos del mundo natural
Conviene saber que los historiadores nos hablan de las
conquistas más completas entre pueblos, afirmando que
no se sellan con la violencia con que empiezan sino
con la asimilación cultural que las sigue. Después del
siglo de la Conquista, de hecho aun a partir del primer
intercambio atestiguado en cartas de los
conquistadores, hablar español en México involucraba
la incorporación de vocablos del náhuatl. El idioma los
acogió y los asimiló. Una lista nada exhaustiva incluye
palabras nahuas referentes a la cocina como chile,
aguacate, chocolate, tomate y jitomate, cacahuate,
elote, ejote, chicle, nopal, cacao, tamal, camote, mole,
jícama, guacamole, y atole; nombres de plantas y
animales como coyote, quetzal, mapache, capulí,
capulín, chapulín, milpa, tecolote, zopilote y guajolote;
y vocablos de uso familiar y generales como
chihuahua, cuate, escuincle, jícara, huipil, popote,
hule, tocayo, y tiza. Todos son nahuatlismos de uso
general hoy en México y en algunos casos fuera de él.
Son palabras reconocidas y admitidas por los
correctores de ortografía de las computadoras de hoy.
Por otra parte, vocablos mayas son henequén y cenote;
y el vocablo huarache es tarasco. La inmensa mayoría
de las palabras adoptadas de idiomas indígenas son
sustantivos.
8. Reyes y señores, y el gobierno de sus reinos
9. Comercio
10. Los seres humanos y su cuerpo: salud,
enfermedades y medicinas
11. Propiedades de los animales, aves, peces,
árboles, hierbas, flores, metales y piedras, y de
los colores
12. La Conquista de México
Es en este último libro doce donde Sahagún colocó
los «Pronósticos y señales», y los «Prodigios» de
Diego Muñoz Camargo. Recuérdese que, de los tres
fragmentos aquí representados, dos son traducciones
del náhuatl; sólo el testimonio de Muñoz Camargo
fue escrito originalmente en español.
El método de Sahagún tuvo antecedentes en libros
españoles de la época y en las obras del romano
Plinio el Viejo.
Conviene saber que la Historia de Tlaxcala quedó
inédita desde que la escribió Diego Muñoz Camargo
hacia fines del siglo XVI hasta que el ex gobernador
del Distrito Alfredo Chavero la publicó en forma
anotada en 1892. Chavero notó en su prólogo que
los manuscritos de Muñoz Camargo habían llevado
hasta entonces el título de Pedazo de Historia, pues
a la obra le faltaba el principio, tal vez sólo lo que
concerniera a los antiguos toltecas. Dichos
manuscritos carecían de divisiones, pero Chavero
los dividió en dos libros: uno que trata la historia
antigua, y el otro la Conquista. Chavero concluyó
diciendo que ningún mérito le atañe a él por su
publicación si no es por su ferviente deseo de
salvarlos de la negligencia y los estragos del tiempo.
Recuérdese que Chavero nos hablaba tres siglos
después de que Muñoz Camargo había creado los
manuscritos, impresos finalmente por acuerdo del
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Conviene saber que Emilia Pardo Bazán, autora del
cuento «Las medias rojas», parece ser la fuente del
término «Leyenda Negra» para referirse al
antiespañolismo, u odio dirigido contra España basado
en su historia colonial. Éste fue un fenómeno que
empezó casi de inmediato y se extendió por los países
europeos, siendo particularmente virulento en
Inglaterra, donde servía claramente a sus intereses
políticos. Pardo Bazán usó el término «leyenda negra»
en una conferencia que dio en 1899, al protestar contra
lo que ella veía como la fuente de aquella actitud en sus
tiempos, «la asquerosa prensa amarilla, mancha e
ignominia de la civilización en los Estados Unidos».
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como un acordeón. Las ventajas del formato del
códice, sobre los rollos que el códice reemplazó en
Europa, eran tres: se conservaban mejor las imágenes,
tan importantes para la historiografía pictográfica de
los antiguos nahuas; resultaba más fácil buscar en ellos
pasajes específicos; y más fácil también, guardarlos en
bibliotecas.
Conviene saber que el juicio tal vez más citado
tomado de la Brevísima relación de la destruición
de las Indias (1542-1552) de fray Bartolomé de las
Casas, es el siguiente:
En estas ovejas mansas y de las
calidades susodichas por su Hacedor y
Criador así dotadas, entraron los españoles
desde luego que las conocieron como
lobos y tigres y leones crudelísimos de
muchos días hambrientos. Y otra cosa no
han hecho de cuarenta años a esta parte,
hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino
despedazallas, matallas, angustiallas,
afligillas, atormentallas y destruillas por
las estrañas y nuevas y varias y nunca
otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras
de crueldad, de las cuales algunas pocas
abajo se dirán, en tanto grado que
habiendo en la isla Española sobre tres
cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy
de los naturales della doscientas personas.
Conviene saber que Miguel León-Portilla nos llama la
atención a la existencia de un documento
extraordinariamente temprano; dataría de antes de
1536. Se trata del manuscrito 22, custodiado por la
Biblioteca Nacional de París y conocido por el título de
Unos anales históricos de la Nación Mexicana. Parece
que en él se consignaron, en alfabeto latino, recuerdos
de tiempos pasados nahuas y recuerdos de la Conquista
de México. Este manuscrito puede haber sido creado
por indígenas sin la participación de maestros
españoles, ya que antecede, al parecer, a la fundación
del Colegio de Santa Cruz. Por ello, León-Portilla lo
tiene por netamente indígena.
Bibliografía
León-Portilla, Miguel. El destino de la palabra: de la
oralidad y los códices mesoamericanos a la
escritura alfabética. México: Fondo de Cultura
Económica, 1997.
León-Portilla, Miguel. Visión de los vencidos:
relaciones indígenas de la Conquista. México:
UNAM, 2009.
de Sahagún, fray Bernardino. Historia general de las
cosas de Nueva España, 1ª ed. México: Editorial
Porrúa, 1956.
de las Casas, fray Bartolomé. Historia de las Indias.
México: Fondo de Cultura Económica, 1951,
1965.
de las Casas, fray Bartolomé. Brevísima relación de la
destruición de las Indias (1542-1552). Madrid:
Editorial Cátedra, 1982, 2011.
de Alvarado Tezozómoc, Hernando. Crónica mexicana
(1598). Barcelona: LINKGUA Ediciones, S.L.,
2008.
Cronistas de las culturas precolombinas: antología.
Ed. L.N. D’Olwer. México: Fondo de Cultura
Económica, 1963.
Para Bartolomé de las Casas, la palabra cuentos
quiere decir millones.
Conviene saber que para la creación de su magna
obra, la edición más completa y mejor organizada
hasta la fecha de la Historia general de las cosas de
Nueva España de Sahagún (1956), el padre Garibay
usó como fuente principal el manuscrito conocido
como el Códice florentino. Ahora bien, ¿qué quiere
decir la palabra códice? Técnicamente, cualquier
libro moderno es un códice. Unidas sus páginas
rectangulares por una costura al medio y forradas
por una encuadernación protectora, en todos estos
sentidos el códice es igual al libro que conocemos.
Sin embargo, hoy el término se usa para referirse a
los manuscritos—libros escritos a mano—que datan
desde la Antigüedad hasta fines de la Edad Media.
La mayoría de los códices europeos fueron hechos
de pergamino, o sea, piel de la res. Los códices
prehispánicos de los antiguos nahuas, hechos de piel
de venado, eran parecidos a los europeos, pero les
faltaba la costura del medio. Sus hojas fueron
pegadas una a otra, y el códice se abría y se cerraba
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