Pbro. Manuel Galbis Belda

Agradecemos a la Biblioteca Valenciana Digital la
aportación de esta Novena, en imágenes, que han
hecho posible esta transcripción.
Fuente:
http://bv2.gva.es/en/consulta/registro.cmd?id=5905
1
Contenido
NOVENA .......................................................................................... 4
Censura, Aprobación e
Indulgencias .................................................................... 5
INTRODUCCIÓN: ................................................. 6
DEDICATORIA ................................................................................. 8
NOVENA A LAS SANTAS
ÁNIMAS ............................................................................... 10
DÍA PRIMERO ................................................................................. 10
Oración preparatoria........................................... 10
Oración a Jesucristo, para todos los
días.................................................................................................. 11
ADOREMOS LAS SANTÍSIMAS LLAGAS DE NUESTRO
REDENTOR JESÚS........................................................................ 13
ORACION FINAL ........................................................................... 15
Propósito para todos los días .................................................... 16
Deprecación a la Santísima Virgen ......................................... 17
DÍA SEGUNDO ................................................................................ 18
DÍA TERCERO................................................................................. 20
DÍA CUARTO ................................................................................... 22
DÍA QUINTO .................................................................................... 25
DÍA SEXTO ....................................................................................... 27
DÍA SÉPTIMO .................................................................................. 30
DÍA OCTAVO ................................................................................... 32
DÍA NOVENO .................................................................................. 35
LAMENTOS DE LAS BENDITAS ALMAS DEL
PURGATORIO A SUS AMIGOS DE ESTE MUNDO ............. 38
FORMULA DEL VOTO DE CARIDAD ...................................... 39
APÉNDICE ........................................................................................ 41
2
CIEN REQUIEM ...............................................................................41
Súplicas a Jesucristo .....................................................................42
Oración a Nuestra Señora del Carmen ...................................44
ORACIONES:...............................................................46
LA SEÑAL DE LA CRUZ ...............................................................46
ACTO DE CONTRICIÓN ...............................................................46
REQUIEM ...........................................................................................46
PADRE NUESTRO ..........................................................................47
AVE MARÍA ......................................................................................47
GLORIA ..............................................................................................48
3
NOVENA
en sufragio de las
Benditas Almas
del Purgatorio
con un apéndice de los
CIEN REQUIEM
ORDENADA POR
MANUEL GALBIS BELDA, Pbro.
CANÓNIGO DE ALICANTE
CON LICENCIA Y APROBACIÓN EUCARÍSTICA
TERCERA EDICIÓN
Editorial “La Japonesa”
LIBRERÍA RELIGIOSA
JUAN SANCHEZ Y C. ª
Mayor, 28 – ALICANTE
4
Censura, Aprobación e
Indulgencias
Palacio Episcopal de Orihuela a 25 de Febrero
de 1904
Concedemos nuestra licencia para la
impresión de la presente NOVENA DE LAS
BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO ordenada
por D. Manuel Galbis Belda, Sacerdote de esta
Diócesis y cuarenta días de indulgencia a todos
nuestros diocesanos que practicaren sus ejercicios
en sufragio y eterno descanso de las Santas Almas
en la forma acostumbrada, rogando por las
intenciones del Sumo Pontífice.
Así lo decretó y firmó el Obispo mi Señor, de
que certifico.
Dr. Manuel Bañón
Secretario
(Hay un sello)
5
INTRODUCCIÓN:
La Devoción a las almas del Purgatorio es de
las que más estima y recompensa la misericordia de
Dios, satisfaciendo, a la vez, los anhelos caritativos
del alma cristiana, puesto que constituye el único
alivio que prestarse pueda a los fieles difuntos y
más, los que fueron de nuestra obligación.
Leemos en la Vida de Santa Gertrudis, que
apareciéndosele Jesucristo le dijo: <<Es tan grande
el gusto que me das, Gertrudis, en lo que
continuamente haciendo y rogando estás por mis
amigas las almas y es tan de mi agrado, como si yo
mismo estuviera en el Purgatorio y por medio de tus
oraciones, cilicios, ayunos, penitencias y demás
mortificaciones, me sacaras de él.>> Ante estas
consoladoras palabras del Señor ¿Quién no se
enfervorizará para con las almas benditas,
aliviándolas con sufragios y penitencias? Estos
sufragios tendrán también su recompensa, según
la frase del Señor, <<con la medida que midiéremos
seremos medidos>> y aquella otra de nuestros
Santos <<Hoy darás limosna por mí: mañana la
darán por ti>>.
Estas consideraciones, y agotadas las dos
ediciones, me mueven a reproducir la tercera, de la
Novena en SUFRAGIO DE LAS BENDITAS
ANIMAS DEL PURGATORIO, a reiterados ruegos
de personas piadosas, agregando la eficaz y
consoladora devoción, puesta al final, de los CIEN
REQUIEM por el eterno descanso de las mismas
ánimas, tan extendida y arraigada en el pueblo
cristiano y muy particularmente en nuestra Diócesis.
6
¡Quiera Dios misericordioso mover con estas
pobres páginas, los corazones de tantos hombres
ingratos, que, engolfados en los placeres
mundanales, tienen en completo olvido a las almas
que nos precedieron en el sueño de la muerte, sin
acordarse de los seres queridos.
EL AUTOR.
7
DEDICATORIA
A la Santísima Virgen
María.
He aquí un mortal que pone bajo tu protección
un piadoso EJERCICIO, cuyo asunto es todo tuyo
por serlo de Dolores. En él, Señora, te recuerdo los
que padecen las pobrecitas almas que suspiran en
el Purgatorio. Y si al pie de la Cruz te fueron
encomendados los hombres para que, como hijos
8
tuyos, les consolaras en sus penas, protegiéndolos
con tu amor maternal, hasta su feliz entrada en la
Gloria, lógico es que a aquellas desconsoladas
almas las favorezca tu patrocinio en las
tribulaciones que sufren.
Apiadaos, Señora, de ellas y no olvidéis en
vuestras piedades las de mis llorados padres y
amada hermana Sor Clara Bienvenida de la
Preciosa Sangre de Jesús, religiosa que fue en el
Convento de los pobres Madres Capuchinas de
Agullent, que al dejar las prisiones de la materia, no
cesaron en sus súplicas de invocar los sagrados
Nombres de Jesús, María y José, que yo, en tan
angustioso trance, les iba recordando en sus
agonías.
Al aceptar, Madre mía, el presente Ejercicio
de devoción y caridad con las benditas almas,
bendecid a todos los fieles que devotamente lo
practiquen, conduciéndoles por el camino de su
salvación, recompensados por las afligidas almas
que sufren en el Santo Purgatorio. Amén.
Esta Novena podrá hacerse en cualquier tiempo
del año, o en los nueve días siguientes al fallecimiento
de uno de los individuos de la familia, previa Confesión
y Comunión.
9
NOVENA A LAS
SANTAS ÁNIMAS
DÍA PRIMERO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, etc.
Oración preparatoria
Dios y Señor mío, única esperanza y
salvación del mundo, tener piedad de mí según la
grandeza de vuestras misericordias. Confieso sin
rebozo mi maldad, perdonádmela, Padre mío:
siento la confusión y vergüenza de mi alma. Os
suplico humildemente me rociéis con el hisopo y
quedaré más blanco que la misma nieve. Cread,
Dios mío, en mí un corazón limpio de toda
inmundicia de maldad, y dadme un espíritu nuevo
de sabiduría, de bondad y de rectitud. Os prometo,
Salvador mío, que con mis palabras y ejemplos
contribuiré todo lo que pueda para la conversión de
los pecadores, para que se vuelvan a Vos y os
busquen por el camino de la penitencia. Dignaos,
Señor, escucharme, abrid mis labios, y mi lengua
publicará vuestras alabanzas. Amén.
(Así oraba el penitente Rey David en el Salmo
50)
10
Oración a Jesucristo,
todos los días
para
Señor mío, Jesucristo, crucificado en un
madero por la salud de los hombres; el amor grande
que a los mismos tenéis os hizo nacer en un
pesebre y morir en una cruz. Pues tan fuerte
aparece vuestro amor, extendedlo en beneficio de
las pobrecitas almas del Purgatorio, sacándolas del
mismo y subiéndolas al cielo para que allí queden
anegadas en el inmenso mar de vuestro amor por
dichosa eternidad. De Vos ha dicho el Apóstol que
sois todo caridad. Amor, pues, dulcísimo Jesús,
amor y compasión para las pobrecitas almas. Vos
también dijisteis que vinisteis a la tierra a encender
el fuego del divino amor y que deseáis que siga
ardiendo. Ardan, pues, nuestros corazones en amor
vuestro inextinguible, y participen de él por medio
de los sufragios las almas del Purgatorio. A este fin,
en nombre vuestro celebramos este santo
Novenario. Os suplicamos, Señor, que bendigáis
nuestros deseos y hagáis que fructifiquen para
consuelo y bienandanza de las almas que padecen
tormentos inexplicables en el Purgatorio. Amén.
EXISTENCIA DEL PURGATORIO.- La
muerte es cierta. Está ya pronunciado el gran
decreto en virtud del cual todos los hombres han de
morir. Cualquiera otra desgracia podrá evitarse,
pero la muerte, jamás. No hay estado, edad,
condición o sexo exento; ni medio alguno de librarse
11
de ella. Desde el primero de los hombres, hasta el
último, cada uno ha de ver el término de su camino,
y ya muchos le tocaron: otros le siguen de cerca, y
todos, como agua que se desliza, caeremos
finalmente en la tumba sin remedio. Y, entre tanto,
¿qué hacemos nosotros, oh, cristianos? ¿Nos
preparamos al inevitable fin que nos espera? ¡Oh,
cuán amarga nos será la muerte si no nos
disponemos con tiempo a recibirla!
(Medítese un poco.)
¡Oh, cielo, qué atractivos tiene tu premio!
¡Infierno, cuánto nos atemorizas con tu castigo! ¡Oh,
Purgatorio! Tú nos llenas de compasión por tus
penas, pero nos inspiras confianza en la
misericordia divina. Oíd ¡oh, gran Dios! Nuestras
súplicas: cerrad para todos los fieles la puerta del
horroroso abismo; abrid para ellos las de la eterna
gloria, y librad ¡oh, Señor, de sus penas, a cuantas
almas se encuentran en el Purgatorio, llevándolas a
gozar con Vos de la inmortal corona de la
bienaventuranza.
EJEMPLO.- En el libro de Tobías se lee,
que habiendo tenido este varón virtuoso por piadosa
costumbre el enterrar a los difuntos, practicaba este
acto de caridad hasta con sus enemigos,
levantándose de la mesa para darles sepultura. Le
agradó tanto al Santo Arcángel Rafael la
misericordia de Tobías, que a más de favorecer
tanto al hijo y al padre, el que recobró
12
milagrosamente la vista, le hizo entender que
cuando oraba con lágrimas y abandonaba la comida
para enterrar a los muertos, él mismo presentaba a
Dios sus oraciones. Así es, cristianos, como
debemos obligar a los Ángeles de Dios, haciendo
bien a los vivos y a los muertos.
ADOREMOS LAS SANTÍSIMAS
LLAGAS DE NUESTRO
REDENTOR JESÚS
Señor mío, Jesucristo: ´Dignaos conceder, por
vuestra misericordia infinita, el descanso eterno a
las pobrecitas almas que sufren en el Purgatorio.
A la Llaga del pie izquierdo
Dulcísimo Jesús mío: Por esta divina Llaga
que adoro en vuestro pie izquierdo, perdonad,
Señor, a las almas del Purgatorio cuanto os
ofendieron andando distraídas de Vos en la tierra.
Amén.
JACULATORIA.- ¡Eterno Padre, por la
preciosísima Sangre de Jesús, misericordia!
Padrenuestro, Avemaría y Requiem
*
* Dales, Señor el descanso eterno. Y brille
para ellas la luz perpetua.
13
A la Llaga del pie derecho
Adoro, Dios mío, la Llaga de vuestro pie
derecho, y por ella os ruego, Señor, perdonéis a mis
hermanitas las afligidas Ánimas, todos los agravios
que os hicieran apartándose de vuestra Santa Ley,
con peligro de su salvación eterna. Amén.
Jaculatoria.- ¡Eterno Padre…, etc.
Padrenuestro, Avemaría y Requiem.
A la Llaga de la mano izquierda
Perdonad, Señor y Padre de misericordia por
el valor infinito de esta Llaga de vuestra mano
izquierda, los pecados cometidos por las pobrecitas
almas, cuantas veces cerraron sus oídos a las
voces con que Vos queríais apartarlas de la culpa.
Amén.
Jaculatoria.- Eterno Padre, etc.
Padrenuestro, Avemaría y Requiem.
A la Llaga de la mano derecha
Amorosísimo Jesús: Por esta preciosa Llaga
de vuestra mano diestra, os ruego, Salvador mío,
perdonéis a las almas del Purgatorio las ofensas
que cometieron en el mundo contra vuestra bondad,
y que lloran hoy amargamente en el Purgatorio.
Amén.
Jaculatoria.- Eterno Padre, etc.
Padrenuestro, Avemaría y Requiem.
14
A la Sacratísima Llaga del
costado
¡Oh, Corazón amantísimo de Jesús! A Vos me
dirijo, entrando por la santa Llaga del Costado; y por
el amor inmenso que por ella brota, os ruego, Señor,
perdonéis a las ánimas que padecen en el
Purgatorio las muchas aflicciones que os causaron
con sus ingratitudes. Amén.
Jaculatoria.- Eterno Padre, etc.
Padrenuestro, Avemaría y Requiem.
ORACION FINAL
Misericordiosísimo Señor, que enclavado en
esa Cruz, con los brazos extendidos queréis
abrazarnos a todos y estrecharnos y unirnos a
vuestro amante Corazón, mirad con ojos de piedad
a las pobrecitas almas que están sufriendo en el
Purgatorio. Señor, por los tormentos que por ellas
padecísteis; por esas Llagas, por esa Cruz, por esos
Clavos, por esa Corona de espinas, por esa
preciosísima Sangre derramada de vuestras
manos, pies y costado y por los dolores de vuestra
Santísima Madre, no permitáis, Señor, que lloren
por más tiempo en aquellos durísimos tormentos.
Muévaos, piadosísimo Jesús, sus lágrimas, sus
gemidos y sus ruegos; muévaos lo mucho que os
cuestan aquellas hechuras de vuestras manos,
imágenes de vuestro ser espiritual; muévaos,
15
Señor, el grande amor que las profesáis, para
llevarlas al cielo y sentarlas por toda una eternidad;
muévaos la caridad con que os las recomendamos
en este Novenario; la ternura y las súplicas que os
dirigen por vuestra excelsa Madre y los
bienaventurados; la alegría que daréis con su
perdón a los ángeles, y la infinita satisfacción con
que las veréis salir de aquel mar de tribulaciones, y
entrar en la gloria. Que os vean pronto, Señor, allá
en el cielo, y que más tarde con ellas os podamos
cantar las eternas alabanzas. Amén.
SUFRAGIO.Recitar
nueve
Padrenuestros, Avemarías y Glorias en honor de los
nueve Coros de los Ángeles, en sufragio de las
benditas ánimas.
JACULATORIA.- Vos, Señor, que sois
Padre amantísimo de misericordia, usadla en
beneficio de las pobrecitas almas.
Propósito para todos los días
Ante Vos, arrodillados, ¡oh, Dios de Amor!,
proponemos en este día y para siempre ser
entusiastas devotos de las pobrecitas almas,
aliviando sus penas con sufragios y procurando con
todas nuestras fuerzas su libertad y apresurando su
salvación. Confirmad, Señor, nuestro propósito con
vuestra gracia y regadlo con el benéfico rocío de
vuestro amor, para que produzca óptimos y
abundantes frutos. Amén.
16
Deprecación
Virgen
a
la
Santísima
Amantísima Madre y compasiva Reina de los
Cielos, María Santísima de los Dolores, que sin la
visita de tu Hijo llorabas sin consuelo tu triste
soledad, teniendo por el más cruel de tus
quebrantos el Dolor de no verle: duélete, Señora, de
la pena que experimentan las almas que sin la vista
de su Dios, yacen afligidas en el Purgatorio; y pues
tus ruegos son tan poderosos, míralas con benignos
ojos y dales un buen día, solicitándoles con tus
súplicas la cesación de sus quebrantos y la
posesión de los eternos gozos; y al mismo tiempo
alcánzanos de tu Hijo Dios que la consideración de
las graves penas que se toleran en esa fúnebre
Región del Purgatorio, produzca en nosotros un alto
conocimiento de la malicia y gravedad del pecado,
pues
hace
que
el
mismo
Dios,
que
misericordiosamente desea libertarlas, contenga su
piedad hasta satisfacer por menor todos los
derechos de su Justicia. Logremos, Clementísima
Madre, por tu intercesión, lágrimas para nuestros
ojos, dolor en nuestro corazón, resolución en
nuestros ánimos, firmeza en nuestros propósitos,
para que, aborreciendo la culpa y apreciando la
gracia, nos libertemos de las angustias y penas del
Purgatorio. Amén.
JACULATORIA.- ¡Madre, llena de
dolor, haced que cuando expiremos, nuestras
almas entreguemos en las manos del Señor!
17
DÍA SEGUNDO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
PENA DE SENTIDO.- El Señor, dice el
Profeta, llamó para ministro de su justicia al fuego,
el cual devoró el profundo abismo de la iniquidad, la
parte que se le allega de la imperfección de los
justos.
El fuego, sigue al Apóstol, declara cuáles son
las obras de cada uno; consume las malas, purifica
las buenas, y quien se salva, se salva casi por
medio del fuego. De tales autoridades
principalmente se deduce que una de las penas del
Purgatorio es la de sentido, causada por el fuego, la
cual es sentencia común de los latlnos, abrazada
también por la mayor parte de los griegos,
rogándose en una y en otra Iglesia por que aquellas
benditas almas salgan libres de los ardores de
fuego tan penetrante. Unamos nuestro espíritu con
el de las Iglesias mencionadas, y como Aaron en el
grande incendio del campo israelítico, poniéndonos
también nosotros por medianeros entre Dios y ellas,
pidámosle que les conceda gracia tan singular.
(Medítese un poco.)
18
¡Gran Dios! ¡Cuántos Purgatorios no
mereceríamos nosotros por nuestros innumerables
pecados, y cuántos Purgatorios duplicados sufrirán
por sus defectos muchísimas almas de los difuntos!
¡Ah, Señor! Moveos a piedad de ellas y de nosotros:
de nosotros, perdonándonos en esta vida las culpas
para no pagar en la otra con tanto rigor la pena
merecida; de ellas, extinguiendo los ardores de
aquel fuego tan vivo y que tan atrozmente las
martiriza. Derramad vuestras misericordias sobre
los vivos y los muertos, y los unos y los otros
bendecirán eternamente vuestro nombre. Amén.
EJEMPLO.- Santa Mónica, madre de San
Agustín, cuando estaba para morir, llamó a su
querido hijo y le dijo: <<Hijo mío, bien sabes las
lágrimas que cuestas a esta, tu tierna madre; voy a
separarme de ti: si sigues en la gracia y amistad de
Dios hasta la muerte, luego volveremos a reunirnos
en la gloria para no separarnos jamás. Ahora te pido
y suplico con mucho encarecimiento que después
de mi muerte no te olvides de esta tu afligida madre,
por si la Divina Justicia dispusiera destinarme al
Purgatorio.>> El afectuosísimo y fidelísimo San
Agustín, no olvidando el encargo de su querida
madre, Santa Mónica, y cumpliéndole con la mayor
exactitud, cuando subía al Altar y tomaba en sus
manos la Sagrada Hostia, decía bañado en
lágrimas: <<Padre Eterno y Dios de toda
misericordia, mirad a vuestro Divino Hijo Jesús en
mis manos, y por sus Llagas librad del Purgatorio el
19
alma de mi madre, si acaso está padeciendo en
aquellas penas.>>
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Oír la Santa Misa, y
aplicarla por las almas del Purgatorio.
JACULATORIA.- Oíd, Señor, ese rumor
que sube del Purgatorio: son gemidos de las
pobrecitas almas que suspiran por su patria.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
DÍA TERCERO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
ATROCIDAD DEL FUEGO.- Para formarnos
alguna idea de la atrocidad del fuego del Purgatorio,
imaginemos que, según la frase de la Escritura,
Dios Nuestro Señor reúna y acumule todos los
males del universo y exprimiéndolos, extraiga de
ellos la esencia más pura y el espíritu más subido,
y con tal espíritu encienda el horno del Purgatorio.
¿Podría, por ventura, imaginarse incendio más
20
grave y más terrible que éste? Ahora bien: espíritu
de ardor es precisamente llamado por el Profeta el
fuego del Purgatorio: espíritu que con la mayor
actividad penetra y despedaza, no ya los cuerpos,
sino las almas de los difuntos en lo más íntimo de
sus sentidos. ¿Y qué corazón hay tan duro que no
se conmueva ante tan grande acerbidad de
suplicio?
(Medítese un poco.)
Salvadnos ¡oh, Señor! De las llamas de fuego
tan atroz, y no permitáis jamás que caigamos en él;
más antes bien librad y salvad a las infelices almas
allí detenidas, que experimentan al presente todo
género de tormentos y de penas. Sea vuestra
soberana clemencia para nosotros el escudo de
defensa que piadosamente nos salve de tan gran
castigo, y para ellas el bálsamo de refrigerio y de
salud que sane toda llaga, mitigue todo dolor y haga
suceder a los padecimientos la dulce felicidad del
gozo eterno.
EJEMPLO.-El Angélico Maestro Santo
Tomás, sabiendo que una de sus hermanas estaba
en el Purgatorio, no cesaba de pedir a Dios en sus
fervorosas oraciones por la libertad de la misma, en
especial cuando visitaba el Santísimo Sacramento,
cuando hacía la devoción del Vía-Crucis, y sobre
todo diciendo Misa; con esto tuvo muy luego la
alegría de ver a su hermana rodeada de resplandor
que vino a darle las gracias y decirle: <<Que se iba
21
a la gloria, en donde lo esperaría para estar siempre
juntos alabando a Dios>>.
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Rezar de rodillas con los
brazos en cruz, si es posible, tres Padrenuestros por
las ánimas benditas.
JACULATORIA.- Librad, Señor, a esa
porción de vuestro pueblo, de las penas del
Purgatorio.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
DÍA CUARTO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
PENA DE DAÑO.- La mayor pena que se
sufre en el Purgatorio es la de daño, que consiste
en estar lejos de Dios. Las penas de sentido
redobladas ciento y mil veces, dice el Crisóstomo,
no pueden compararse con el sentimiento de
parecer indigno a los ojos de la Divina Majestad y
ser desechado de su presencia. Un alma lejos de
22
Dios es un alma fuera de su centro; y aunque lo esté
por poco tiempo, sin embargo, el ser por culpa suya
hace su estado tan amargo, que no hay lengua
criada que no lo pueda explicar. ¡Y nosotros
perdemos a Dios tantas veces sin dársenos cuidado
alguno! Bien se ve que nos alucina el sentido y nos
hace viles esclavos de la culpa.
(Medítese un poco.)
Consolad, Señor, a aquellas almas que
desean ardientemente unirse a Vos. A vos las
inclina la naturaleza como a último fin; a Vos las
dirige la gracia como el centro feliz; a Vos las lleva
el amor como el objeto suspirado; a Vos las impele
el deseo como a blanco de sus afectos. No hay para
ellas sino Dios, por quien a cada instante suspiran.
Consoladlas, pues, ¡oh, Señor! En sus ardientes
deseos: consoladlas en sus incesantes suspiros
con daros prontamente a ellas en premio en
bienaventuranza, en corona de su irresistible afecto.
EJEMPLO.-Un caballero muy devoto de la
Santísima Virgen María, y amantísimo de las
benditas almas del Purgatorio, rezaba todos los días
de rodillas las Letanías de la bendita Madre de
Jesús en sufragio de ellas, el cual tuvo enemigos
que le perseguían calumniándole de diversos
modos por envidias y celos, desacreditándole por
separarle del cargo que ejercía y llegando hasta a
atentar contra su honor y su propia vida. Un día,
mientras dormía la siesta, entraron los adversarios,
23
y a pesar de que encontraron sus vestidos, hizo el
Señor invisible al devoto de María, por lo que,
furiosos y confundidos, tuvieron que retirarse sin
haber logrado sus malvados intentos. Cuando el
piadoso amante de las almas despertó y observó el
desorden que había en la casa, comprendió lo
sucedido y la gracia que la Santísima Virgen le
había dispensado, debida al obsequio que cada día
ofrecía a las benditas almas del Purgatorio. Así
premia el Señor a los inocentes y a los que socorren
a las almas del Purgatorio.
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Oír una Misa de rodillas por
las almas del Purgatorio que profesaron gran
devoción a la Santísima Virgen.
JACULATORIA.- Dignaos consolar,
Jesús mío, por los dolores de Vuestra Amantísima
Madre, a las pobrecitas almas que gimen en el
Purgatorio.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
24
DÍA QUINTO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
LA PENA DEL GUSANO O DEL
REMORDIMIENTO.- La segunda pena del
Purgatorio más cruel que el mismo fuego, es la del
gusano, o sea del remordimiento que se siente por
los defectos de la vida pasada. Tres dolorosas
miradas echa el alma sobre ella, y con la mirada ve
todo el mal que podía haber evitado y no lo evitó.
¡Cuántos
pensamientos,
cuántos
afectos
desordenados podía haber reprimido! ¡Cuántas
palabras ociosas, cuántos actos indecorosos podía
haber omitido! ¡De cuántas debilidades y de cuántos
escándalos podía haber huído! Y no pudiendo
menos de reconocerse rea mientras hubiera podido
no serlo, se entristece sumamente, no tanto por el
daño ocasionado a sí misma, cuanto por la ofensa
que ha hecho a Dios. ¡Oh, verdaderamente feliz
aquel a quien la conciencia no le arguye de algún
delito! Procuremos, pues, atentamente ¡oh,
cristianos! No caer jamás en pecado.
(Medítese un poco.)
25
Dadnos gracias ¡oh, Señor! Para que nos
hagamos cuales nos deseáis, perfectos y
semejantes a Vos, para que huyamos de todo mal,
crezcamos en toda clase de bienes, merezcamos
un puesto distinguido junto a Vos en el cielo. Las
almas del Purgatorio, porque faltaron a alguna de
estas cosas, pagan rigurosamente la pena en
aquella cárcel de dolores entre los continuos
remordimientos de su espíritu. Tranquilizad, Señor,
su conciencia: aquietadla con el perdón de sus
pecados, con la remisión de la pena, con llamarlas
a la corona y a la gloria, para que, gozando de Vos
en el cielo, cese finalmente el arrepentimiento y la
aflicción de que amargamente se alimentan en el
horror del abismo. Amén.
EJEMPLO.- El beato Juan Albernia, de la
Orden de Menores, acostumbraba a celebrar el
Santo Sacrificio de la Misa con tanto fervor por los
fieles difuntos, que parecía iba enteramente a
derretirse por el continuo llanto. En cierta ocasión, y
en el preciso instante que elevando el Santísimo
Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, dirigía al
Padre Eterno un fervoroso ruego para que por los
méritos de su Hijo Unigénito, se dignase librar de
tantas penas y tormentos que sufren las Santas
Ánimas, vio una gran multitud de ellas, que
parecidas a brillantes centellas, como que brotasen
de una fragua, se dirigían gozosas al Paraíso a
gozar de la visión beatífica por toda una eternidad.
Ofrezcamos fervorosas súplicas al Padre celestial
26
por las pobrecitas almas, seguros
alcanzaremos la divina misericordia.
de
que
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Hacer un detenido examen
de conciencia y confesarse con exactitud y
contrición de haber ofendido a Dios.
JACULATORIA.- No desprecies, Señor,
las súplicas de las benditas almas, y concededlas el
descanso eterno.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
DÍA SEXTO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
RESIGNACIÓN DE LAS ALMAS DEL
PURGATORIO.- Conocer que Dios es el último fin
de la criatura racional y no poder amarle, por
desgracia, es la pena de daño que padece el
réprobo en el infierno; amar a Dios libre y
necesariamente y no poder gozar de El por sus
culpas, es la pena de daño propia del Purgatorio; y
27
si el odio que por carecer de la gracia nutren por
necesidad contra Dios los condenados, forma una
gran parte del infierno, la vehemencia del amor con
que las almas del Purgatorio, animadas de la gracia,
suspiran por su Dios, añade tanta intensidad a sus
penas, que las hace casi superiores a las del mismo
infierno. Así, pues, como el amor no satisfecho es el
más cruel tormento del corazón humano,
meditemos cual será el martirio de las almas que
conociendo a Dios con perfección, se reconocen
indignas todavía de pasar a poseer su gloria.
(Medítese un poco.)
¡Qué confusión nos causa ¡oh, Señor! Nuestra
conducta! Nosotros nos humillamos al considerar la
admirable resignación de las almas del Purgatorio.
¡Ah! Por esta misma resignación dadles ¡oh, gran
Dios! La libertad. No merece ya penar quien está
dispuesto a sufrir tormentos aún mayores. Es bien
digno de vuestra gloria quien se abstendría de ella
por más tiempo para merecerla mayormente.
Aceptad, ¡oh, Señor!, los generosos sentimientos
de aquellas almas, y sed también Vos generoso con
ellas, perdonando todas sus pasadas faltas y
admitiéndolas al goce de vuestra eterna felicidad.
EJEMPLO.- Refiere el gran Pontífice
Benedicto XIII, en un sermón, que una fervorosa
religiosa llamada Gertrudis, muy devota de las
benditas almas del Purgatorio, temió haber hecho
demasiado por las Santas Ánimas haciéndoles
28
donación de todas sus obras satisfactorias (como se
hace por el Voto de las Almas) en lugar de aplicarlas
también por sus propias faltas. Afligiéndola el
demonio con esta idea en repetidas tentaciones,
estando próxima a morir, Jesús se le apareció, y le
dijo: <<¿Por qué te afliges así, Gertrudis, hija mía?
Para que sepas cuán grata me es tu gran caridad
con las almas del Purgatorio, te perdono todas las
penas que habías merecido, y además, quiero
concederte un aumento de los grados de gloria que
te estaban destinados en el cielo. Haré que todas
las almas que has rescatado con tus oraciones te
salgan al encuentro, cuando dejes esta vida, para
darte las gracias y acompañarte al Paraíso, donde
serán premiados aquellos desprecios, calumnias y
demás contradicciones que supiste sobrellevar, con
la corona que tienes reservada.>> Por lo que quedó
muy consolada y tranquila Gertrudis.
Siguen las Llagas con la Oración final.
SUFRAGIO.- Dar limosna a los pobres
para que oigan misas y hagan sufragios por las
benditas almas del Purgatorio.
JACULATORIA.- Conducid, Señor, a
las almas del Purgatorio a vuestra gloria, para que
no las aflija por más tiempo la imagen de sus
pasadas culpas.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
29
DÍA SÉPTIMO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
MUTUA COMUNICACIÓN DE AUXILIOS
ENTRE LAS TRES IGLESIAS.- La Iglesia católica
es un cuerpo moral, cuya cabeza es Jesucristo, y
dividida en tres particulares Iglesias como en otros
tantos miembros que la componen; en la Iglesia
triunfante, que reina en los cielos; en la purgante,
que padece en el Purgatorio; y en la militante, que
combate sobre la tierra. Hay entre estas Iglesias
una mutua comunicación de caridad que se llama
Comunión de los Santos, en virtud de lo cual se
ayudan mutuamente y se socorren. Por
consiguiente, si Dios, por la ley que se ha impuesto
así mismo, no puede socorrer a las almas del
Purgatorio, lo pueden, no obstante, las obras dos
Iglesias: y en esto es digna de admiración la
economía de la divina Providencia, la cual, mientras
reserva para sí la parte de la rigurosa justicia,
confiere a otros la de la piadosa misericordia en
sufragio de las almas santas del Purgatorio. Demos,
pues, rendidas gracias al Señor, y aprovechémonos
debidamente de tan singular bondad.
(Medítese un poco.)
30
Vos, Señor, que nos habéis dado la facultad
de socorrer a las almas del Purgatorio, dadnos
también el cielo y el empeño para ponerla en
práctica. No quede estéril la fuente de la
beneficencia; produzca un don tan preciosos frutos
dignos de sí. Mas, ¿qué frutos puede producir una
planta si no fuere regada y animada por vuestra
gracia? Encienda, pues, vuestra gracia en nuestros
corazones el amor a los fieles difuntos; riéguelos
con sentimientos de tierna piedad y devoción, que
entonces sabremos corresponder a vuestros
rectísimos fines, y emulando a los ángeles y a los
Santos, demostraremos con las obras que la Iglesia
militante, no menos que la triunfante, puede y sabe
socorrer a la purgante, que a entrambas se
encomienda con las instancias más fervorosas.
EJEMPLO.- En la vida de la Venerable
Madre Paula de Santa Teresa, se lee que en el
monasterio de Santa Catalina de Nápoles, hay la
piadosa costumbre de rezar vísperas de difuntos al
terminar el día, para implorar del Señor la paz
eterna de nuestros hermanos que sufren en el
Purgatorio. Una noche, las religiosas se dejaron
esta santa práctica a causa del extraordinario
trabajo que tuvieron, y cuando se hallaban en lo
más dulce del sueño, bajó del cielo una porción de
Ángeles en número igual a las religiosas, y suplieron
armoniosamente este sufragio que tanto complace
al Purgatorio, no menos que al cielo. Sor Paula, que
velaba, salió apresuradamente de su celda para
31
unirse a sus compañeras como creía; y cuál sería
su sorpresa al ver a los Ángeles reemplazar a sus
hermanas en el cumplimiento de aquel sufragio,
pues desde entonces lo rezan ya diariamente. No
descuidemos nunca de ofrecer sufragios en
abundancia a las benditas almas, y así las haremos
eternamente felices en la gloria, pues mucho
importa al Purgatorio, al cielo y a la tierra que sean
socorridas las almas.
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Evitar obras y palabras que
no lleven ninguna utilidad.
JACULATORIA.- Regocijad, Señor, a
las benditas almas conduciéndolas al cielo.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
DÍA OCTAVO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
GRATITUD
PURGATORIO
DE
LAS
PARA
32
ALMAS
CON
DEL
SUS
BIENHECHORES.- La Sagrada Escritura nos
refiere que el sumo sacerdote Onías y el gran
Profeta Jeremías, no olvidaron después de muertos
a sus compatricios. Vióse al primero hacer al Dios
de Israel ardientes súplicas por su pueblo, y del
segundo cuenta el sagrado texto que oraba por su
patria. El interés que manifestaron estos dos
insignes campeones de la antigua Alianza, estando
en el seno de Abraham, no es más que una imagen
de la solicitud de la Iglesia purgante en favor de la
militante. Las almas del Purgatorio están
continuamente enviando al trono del Eterno
abrasados suspiros y ardorosas súplicas para que
nos miren con ojos propicios. Puede decirse que
esta es la ocupación de aquellas almas: rogar
incesantemente por nosotros. Hagamos, pues, otro
tanto por ellas.
(Medítese un poco.)
¡Oh, cuántas son, Señor, las gracias de que
necesitamos! Con toda verdad puede asegurarse
que nuestra necesidad es universal, pues por
nosotros mismos nada podemos, nada tenemos, y
una de nuestras grandes miserias es no conocer
nuestra pobreza y el pediros poco y el no acertar a
pediros con los requisitos de una verdadera oración.
Ahora, Señor, buscamos para con vuestra Divina
Majestad intercesores que amáis sobremanera: las
almas del Purgatorio, tan empeñadas en nuestro
favor como gratas a vuestros ojos. De lo profundo
de su cárcel os representa nuestra indigencia,
33
pidiéndoos las gracias necesarias para remediarla.
Miradnos, pues, con vuestra antigua misericordia
por lo mucho que os agradan esas vuestras
afligidas esposas, mientras nosotros hacemos
cuanto está a nuestro alcance por socorrerlas con
todo género de sufragios.
EJEMPLO.- El V. Martín de Roca refiere
en su libro De Statu Animarum que el Arzobispo de
Sevilla Cristóbal Sandoval distribuía entre los
pobres el dinero que le daban para sus necesidades
en sufragio de las almas del Purgatorio. Siguió en
aumento esta devoción a medida que adelantaba en
edad. Estudiando en la Universidad de Lovaína, se
vió en grande apuro por no haber recibido las letras
que de España esperaba para atender a las
necesidades de la vida. En tan apurado trance, se
le acercó un pobre suplicándole una limosna por las
benditas almas; entonces el joven entróse en una
Iglesia y rogó al Señor con gran fervor diciendo:
<<ya que no puedo dar dinero en sufragio de las
Almas, les daré oraciones>>; y no había terminado
su oración, cuando acercándosele un joven le invitó
a comer, y después de haberle dado noticias de su
padre y demás familia, le entregó una buena
cantidad de dinero, para después devolvérsela
cuando tuviera a bien. Cristóbal Sandoval por más
indagaciones que hizo por saber el paradero de su
cariñoso bienhechor, no pudo lograrlo, y como nadie
le reclamó la cantidad prestada, creyó debía aquel
oportuno auxilio a las benditas almas libertadas con
sus limosnas.Y así se lo comunicó al Sumo
Pontífice Clemente VIII cuando pasó a Roma, el
cual lo nombró Obispo.
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El Padre Santo le mandó que publicase esta
relación, a fin de excitar la piedad de los fieles en
favor de las benditas almas del Purgatorio, de las
que aún en esta vida se recibe la recompensa de lo
que hoy se haga por ellas, porque son sumamente
agradecidas y socorren con generosidad a sus
devotos.
Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Rezar diez Padrenuestros
en sufragio de las pobrecitas almas del Purgatorio
que propagaron más esta devoción.
JACULATORIA.- Limpiad, Señor, con
vuestra gracia a las benditas almas, y brillarán en el
cielo más blancas que la nieve.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
DÍA NOVENO
Por la señal, etc.
Acto de Contrición, pág. 46.
Oración preparatoria, pág. 10.
Oración a Jesucristo, pág. 11.
EMPEÑO
DE
LAS
ALMAS
DEL
PURGATORIO POR ALCANZAR LA SALVACIÓN
35
ETERNA A LOS BIENHECHORES. Si en medio de
sus tormentos ruegan por nosotros y nos alcanzan
gracias las almas del Purgatorio, ¿cuánto más
eficaz será su intercesión cuando lleguen a ser
gloriosas reinas en el cielo? No se portarán, no,
como aquel ingrato copero de Faraón, que vuelto de
la cárcel a la corte, olvidó en su prosperidad al
afligido intérprete de su sueño. La ingratitud de
aquellas almas se aumenta y perfecciona con su
traslación al cielo, donde con una caridad más
perfecta no cesan de rogar por sus bienhechores,
hasta alcanzarles todos los bienes temporales que
les convienen, y especialmente la felicidad eterna.
¡Quién no querrá enviar al cielo al mayor número
posible de semejantes intercesores?
(Medítese un poco)
Señor, un interés universal empaña nuestros
corazones en la devoción de las almas del
Purgatorio. Deseamos, pues, buscando nuestro
propio bien, corresponder a las altas miras de
vuestra Providencia en favor de aquellas benditas
almas. Proponemos llenar unos deberes que la
amistad, el parentesco y la Religión nos imponen.
Os prometemos no ser en adelante ingratos con
nuestros bienhechores difuntos, ni tibios con los que
tanto nos amaron. Pero nada valen nuestros
propósitos sin el auxilio de vuestra divina gracia. Os
pedimos, pues, encarecidamente que nos la
concedáis para ser constantes toda la vida en esta
santa práctica de socorrer a las almas del
36
Purgatorio, por las cuales os rogamos de todo
corazón para que, como Padre de las misericordias,
las llevéis a gozar de vuestra divina esencia en el
reino de la gloria.
EJEMPLO.- Un personaje que había
empleado toda su vida en la práctica de las virtudes,
y particularmente en socorrer a las almas del
Purgatorio, se vio en su agonía horrorosamente
asaltado por el príncipe de las tinieblas. Pero con
sus muchos sufragios había enviado del Purgatorio
al cielo un crecido número de almas, que viendo a
su bienhechor en tal peligro, no solo pidieron al
Altísimo que le concediese mayor abundancia de
gracias para hacerle triunfar, sino que también
alcanzaron el poder socorrerle y asistirle
personalmente en aquel decisivo conflicto. Bajando
luego del cielo cual valerosos guerreros, unas se
arrojaron contra el infernal enemigo para
ahuyentarle; otras rodearon el lecho del moribundo
para defenderle, y otras, por último, pusiéronse a
consolarle y animarle. Él, trasportado de admiración
y de gozo: <<¿Quién sois?>> les dijo: y ellas le
contestaron que eran las almas que había sacado
del Purgatorio con sus sufragios, y que habían
venido a pagarle tamaño beneficio, y a acompañarle
al cielo. Inmensa fue la alegría del moribundo a tan
feliz anuncio, y respirando su semblante suavísima
placidez, voló su alma a la patria celestial, entre las
aclamaciones de las obras que por su piedad ya
estaban vestidas de gloria y resplandores. Este
ejemplo nos anime para que jamás decaída en
nosotros la devoción a las benditas almas del
Purgatorio.
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Siguen las Llagas con la Oración Final.
SUFRAGIO.- Hagamos los oficios más
humildes de nuestra casa y el Voto de las Ánimas.
JACULATORIA.- Extinguid ¡oh, buen
Jesús! El ardor del Purgatorio, y abrid los labios de
las benditas almas para que canten con gozo
vuestras alabanzas.
Propósito y Deprecación a la Santísima Virgen.
LAMENTOS DE LAS BENDITAS ALMAS DEL
PURGATORIO A SUS AMIGOS DE ESTE
MUNDO
Abre, cristiano, los ojos,
detén tus pasos y advierte,
que corres tras la muerte
pisando espinas y abrojos.
Teme de Dios los enojos
y enmienda tu torpe vida;
oye mi voz dolorida
que te llama a penitencia,
y evitarás la sentencia
que aquí me tiene sumida.
Joven, que desatentado,
y, olvidando lo que eres,
buscas los vanos placeres
que te arrastran al pecado;
mira que el tiempo pasado
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será después tu tormento…
que en triste remordimiento
termina el bien ilusorio…
¡que vendrás al Purgatorio
si no atiendes mi lamento!!!
¿Qué es el placer? Ilusión;
¿qué es la juventud? Un sueño…
pues todo bien es pequeño
cuando no es la salvación.
No desprecies la ocasión
de enmendarte, si has pecado;
si yo me hubiera enmendado
de aquellas culpas fatales
estas llamas infernales
no me hubieran abrasado.
FORMULA DEL VOTO DE CARIDAD
Para vuestra mayor gloria ¡oh, Dios mío! Uno
en esencia y trino en personas, para mejor imitar a
mi dulcísimo Redentor, Jesucristo y para mostrar mi
sincera esclavitud a María Santísima, Madre de
Misericordia y Madre de las pobres almas del
Purgatorio, yo ___________________________,
me propongo cooperar a la redención y libertad de
aquellas almas encarceladas por deudas de penas
a la divina Justicia, merecidas por sus pecados, y
en aquel modo que puedo lícitamente sin obligación
a pecado, hago libre y espontáneamente voto de
librar del Purgatorio a todas las almas que María
Santísima quisiere que sean libres: y para esto,
pongo en manos de esta Piadosísima Señora todas
39
mis obras satisfactorias propias y participadas, tanto
en vida como en muestre y después de mi muerte.
Aceptad, os ruego, Dios mío, y confirmad este
mi ofrecimiento, que os reitero y confirmo a honra
vuestra y bien de mi alma. Y dado que mis obras
satisfactorias no bastasen para pagar todas las
deudas de aquellas almas predilectas de la
Santísima Virgen, y para satisfacer las que yo
mismo hubiese contraído por mis culpas, que de
todo corazón odio y detesto, me ofrezco, Señor, a
pagaros, si así os pluguiere, en las penas del
Purgatorio todo lo que me faltare, abandonándome
en los brazos de vuestra misericordia y en los de mi
dulcísima Madre María. Sean testigos de este mi
voto todos los que viven en las tres Iglesias,
triunfante, purgante y militante.
Laus Deo, honor Mariae, gloria Sanctis, pax
vivis, requies defunctis, consolatio affectis,
tranquilitas in mari prosperitas in via, nos cum prole
pia benedícat Virgo Maria.
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APÉNDICE
CIEN REQUIEM
en sufragio de las
Almas del Purgatorio
He aquí una devoción carmelitana, hoy, ya
popular en el pueblo cristiano. Por ella, a más de los
sufragios que proporciona a las benditas almas del
Purgatorio, consiguen por intercesión de las
mismas, innumerables gracias y favores, quien la
practica con la consoladora Indulgencia del Santo
Escapulario de Nuestra amantísima Madre de
Carmen, como nos recuerda la piadosa Santa
Catalina de Bolonia <<que más fácilmente se
obtienen las gracias que deseamos por medio de
las almas buenas, que están en pena, que por la
intercesión de los santos.
DEPRECACION
Por la señal… y Acto de Contrición.
Animas santas, que estáis purgando, rogad a
Dios por mí, que yo suplicaré por vosotras, a fin de
que cuanto antes se os conceda la gloria del
Paraíso celestial. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri, y luego
se dicen diez veces:
41
Requíem aeternam dona eis, Domine: et lux
perpetua luceat eis. Requiescant in pace. Amén.*
*
Dales, Señor el descanso eterno. Y brille para
ellas la luz perpetua. Que descansen en paz. Así
sea.
Terminada la primera decena, se repite el
Padrenuestro y se dice la segunda, y así hasta que
se completen los diez Padrenuestros con los cien
Requiem.
Súplicas a Jesucristo
1ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por el sudor de
sangre que padecisteis en el huerto de Getsemaní,
tened piedad de las almas benditas del Purgatorio,
y especialmente del alma de N.N. (1) y de la que se
halle más olvidada. – Requiem, etc.
2ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por los dolores que
sufristeis en vuestra cruelísima flagelación, tened
piedad de las ánimas benditas del Purgatorio, y
especialmente del alma de N.N. y de la que se
encuentre más olvidada. – Requiem, etc.
3ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por los dolores que
padecísteis en vuestra agudísima coronación de
espinas, tened piedad de las ánimas benditas del
42
Purgatorio, especialmente de la de N.N. y de la que
esté más abandonada.- Requiem, etc.
4ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por los dolores que
experimentásteis al llevar la Cruz a cuestas hasta el
Calvario, tened piedad de las ánimas benditas del
Purgatorio, especialmente de la de N.N. y de la que
sea tenida en mayor olvido.- Requiem, etc.
5ª ¡Oh dulcísimo Jesús! Por los dolores que
aguantásteis en vuestra crucifixión tan cruel, tened
piedad de las benditas almas del Purgatorio, y
especialmente de la de N.N. y de la que se halla
más olvidada.- Requiem, etc.
6ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por los dolores que
hubísteis de padecer en la agonía que pasasteis
sobre la Cruz; tened piedad de las almas del
Purgatorio, y especialmente de la N.N. y de la que
se encuentre menos socorrida.- Requiem, etc.
7ª ¡Oh, dulcísimo Jesús! Por aquel dolor
inmenso que sufrió vuestra Alma santísima cuando
expiró sobre la Cruz, habed piedad de las benditas
ánimas del Purgatorio, y especialmente de la de
N.N. y de la que obtenga menos sufragios.Requiem, etc.
____________________________________
(1) Dígase el nombre por quien se ofrece este
sufragio.
Por último podrá terminarse tan propio como
provechoso ejercicio recitando la siguiente
43
Oración a Nuestra Señora del
Carmen
Os ofrezco, oh piadosísimo Jesús, en
beneficio de las almas, todos y cada uno de los
sufrimientos de vuestra dolorosísima Pasión,
vuestra muerte oprobiosa en cruz y la preciosa
sangre que derramásteis para nuestra redención. Y
Vos, oh, Santísima Virgen, que con tantos favores
las distinguísteis en la tierra, sedles ahora propicia,
acordándoos de la promesa que tenéis hecha a
cuantos hubiesen llevado devotamente el sagrado
escapulario, que Vos misma les bajásteis del cielo.
Libradlas de aquella cárcel de tormentos y
conducidlas a la gloria en donde puedan cantar
eternamente las divinas misericordias. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria y Requiem.
FIN
44
Este piadoso opúsculo, consta de 40 páginas,
y con el fin de propagar y extender más y más la
utilísima devoción de las benditas ánimas del
Purgatorio, tan olvidadas en estos tiempos de
glacial indiferentismo religioso, se venderá al precio
que se resulte de la mano de obra y carestía del
papel.
Al que tome DOCE ejemplares, se le regalará
uno. De venta en casa del autor, Colegiata de San
Nicolás y en la Editorial religiosa <<La Japonesa>>,
Mayor, 28, Alicante
45
ORACIONES:
LA SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros
enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo
corazón de haberos ofendido.
Pésame por el Infierno que merecí y por el
Cielo que perdí; pero mucho más me pesa, porque
pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande
como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos
ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y
evitar todas las ocasiones próximas de pecado.
Amén.
REQUIEM
Dales, Señor el descanso eterno. Y brille para
ellas la luz perpetua.
46
PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve, María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita, tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén
47
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos.
Amén.
48