Hospital Zonal de Agudos Dr. Isidoro Iriarte de Quilmes Unidad de Salud Mental Servicio de Clínica Médica TEMA: TRASTORNOS DE ANSIEDAD “Una problemática creciente en nuestros tiempos contemporáneos” Contextualización, prevalencia y abordaje del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) Año 2015 1 Autoras Lic. Flores, Mirta. Lic. Gonzalez, Natalia. Lic. López, Guadalupe. Lic. Milocco, Laura. Título: TRASTORNOS DE ANSIEDAD: “UNA PROBLEMÁTICA CRECIENTE EN NUESTROS TIEMPOS CONTEMPORÁNEOS”. CONTEXTUALIZACIÓN, PREVALENCIA Y ABORDAJE DEL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO. Autores: *Lic. En Psicología MILOCCO, Laura Beatriz M.N. 28.514 M.P.61.103; Lic. En Psicología FLORES, MIRTA. MN: 57.803 – MP: 62.138; Lic. En Psicología GONZALEZ, Natalia A. MN: 41.136 - MP: 61.493 *Hospital Zonal General de Agudos “Dr. Isidoro Iriarte” de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Institución: Hospital Zonal General de Agudos “Dr. Isidoro Iriarte” de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Material y Métodos Centro: Hospital Zonal de Agudos Dr. Isidoro Iriarte De Quilmes, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Material: DSM IV, Tratado de Psiquiatría Henri Ey; bibliografía afín a la temática y actualizaciones. Tiempo: Año 2014. Método: Se llevó a cabo el relevamiento de la información cuali-cuantitativa a través del intercambio realizado con el Equipo de Salud Mental, por medio de la experiencia directa registrada en nuestra praxis profesional y mediante la administración de encuestas de prevalencia de rasgos ansiógenos en una muestra seleccionada aleatoriamente de pacientes asistidos en los consultorios externos de la Unidad de Salud Mental. Muestra: 100 casos seleccionados aleatoriamente. Edad media: 38 años. Datos relevados 1. Diferencia de género en los pacientes que presentan rasgos obsesivoscompulsivos. 2. Presencia de pensamientos recurrentes. 3. Autopercepción de los pensamientos recurrentes. 2 4. Repercusiones de dichos pensamientos. 5. Alteración en la vida diaria. 6. Pérdida de libertad ante las propias acciones. 7. Dubitación. 8. Necesidad de verificación de las acciones realizadas. 9. Búsqueda permanente de perfección y minuciosidad. 10. Alteraciones en el sueño. Serie estudiada: Se toma como muestra un total de cien pacientes que se encuentran en la actualidad en tratamiento psicológico y/o psiquiátrico. Palabras claves: Salud Mental – Trastornos de Ansiedad – TOC - Interdisciplina Apertura – Debate - Integración – Inclusión – Introducción Para introducirnos en esta problemática resulta menester tomar en consideración el entorno en el que desarrollamos hoy nuestras vidas: es innegable que las condiciones socio-culturales actuales obligan, a asumir hábitos de vida indeseables, enmascarados bajo el rótulo de “necesarios”. Si miramos nuestra vida como espectadores veremos que estamos inmersos en un mundo acelerado, en donde el sinnúmero de responsabilidades nos obligan a descuidar el cuidado básico de nuestro cuerpo, mente y vínculos interpersonales, predisponiéndonos al estrés, a la ansiedad, en sus múltiples manifestaciones clínicas y/o al padecimiento de enfermedades. La ansiedad es un mal de nuestro tiempo, plagado de incertidumbres, de inestabilidad, de sensaciones de desprotección. Si bien es sabido que un monto de ansiedad manejable es inherente a la estructura del ser humano y puede ser incluso canalizado hacia actividades creativas o productivas, se convierte en patológica cuando invade a la persona en su totalidad, paralizando su accionar, disminuyendo su desempeño en todos los ámbitos en que desarrolla su rutina, siendo causa de preocupaciones recurrentes, volviéndose intolerable e inquietante, tornándose así en un síntoma crónico y permanente, intrusivo para la persona, quien pierde el control y la libertad ante su propia vida. Según datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos de ansiedad se encuentran en vías de ascenso, tanto a nivel nacional, como mundial. Cada vez son más las personas que han adoptado un estilo de vida bajo su dominio. Es así como la ansiedad ha ganado protagonismo entre nosotros, apoderándose de la vida de hombres y mujeres que intentan mantener un desempeño óptimo en un mundo competitivo y cumplir con un sinfín de sobreexigencias en su vida diaria, sin medir las consecuencias que ello conlleva. Dado a que la extensa variedad de trastornos de ansiedad exceden nuestras posibilidades de abordaje en el presente trabajo, tomamos como referencia El Trastorno Obsesivo-Compulsivo, por su prevalencia en aumento en la población que asistimos en los consultorios externos de Salud Mental, habiendo alcanzado en los últimos tres años una prevalencia del 5%. Como profesionales de la Salud Mental, somos conscientes que las cifras, por sí solas, no bastan para medir el sufrimiento humano, el aislamiento, la pérdida de productividad, el freno al 3 desarrollo de las potencialidades personales y la obstrucción de la rutina diaria que ocasiona esta patología. El impacto del TOC en la vida de las personas es particularmente preocupante porque hay muchas personas que desarrollan este trastorno a edades tempranas, no siendo diagnosticadas, o arribando al diagnóstico en forma tardía, o no recibiendo ayuda efectiva a lo largo de sus vidas. En función de ello, el objetivo central que nos proponemos consiste en la búsqueda de adecuación de nuestras herramientas teórico-asistenciales para brindar tratamientos eficientes y eficaces, que respondan a las necesidades reales de nuestros pacientes, procurando una mejoría en su calidad de vida. Por ello, mantenemos una actitud de apertura hacia el diálogo interdisciplinario y entre las distintas corrientes del universo “psi”, procurando unificar criterios en pos de una aplicación adaptativa de nuestros recursos teóricos, científicos y metodológicos a las problemáticas actuales de la población a la que prestamos asistencia en el Hospital Zonal de Agudos Dr. Isidoro Iriarte de Quilmes. Desarrollo Relato Histórico del paso de la clasificación de Neurosis Obsesiva a Trastorno de Ansiedad (TOC) En el transcurso de los últimos cien años, una variedad de nombres han intentado designar a la ansiedad en sus variadas manifestaciones y presentaciones, ya sea en forma de crisis agudas o como malestar crónico. Los primeros investigadores clínicos centraron su atención en los aspectos somáticos de la ansiedad patológica. Los cardiólogos, en particular, han destacado los síntomas cardiovasculares y respiratorios que se presentan en las crisis, mientras que los psiquiatras, en los últimos años, han focalizado en la vivencia de terror, descontrol o muerte inminente que sufren estos pacientes durante los ataques. Pero hagamos una retrospectiva acerca de cómo estos padecimientos comienzan a ser tomados en cuenta para su abordaje en pos de aliviar el sufrimiento de los pacientes a partir de la necesidad de diferenciación de las distintas entidades nosográficas de los trastornos psíquicos y como por las circunstancias de su aparición ya sean “endógenas” o “exógenas”; y haciendo la salvedad de que cada época puede incorporar para la cultura, solo aquello que su arsenal simbólico y las distintas pregnancias ideológicas le permiten. “…se designan como neurosis las enfermedades que desorganizan menos profundamente la conciencia y la personalidad-como las demencias, las que provocan una profunda deterioración de la actividad psíquica- y como estados de retraso mental u oligofrénicos, las formas congénitas de insuficiencia del desarrollo intelectual.”1 1 Henri Ey,P.Bernard-Ch.Brisset “Tratado de Psiquiatria”.Tercera parte: Estudio clínico de las enfermedades mentales.Generalidades” (Pag.199) 4 El origen del término neurosis se encuentra a finales del siglo XVII aunque su máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso. El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae, refiriéndose con el término Neurosis a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la melancolía (posteriormente denominada depresión) o la manía. Sigmud Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivocompulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas. El principal interés de Freud se centró en lo que denominó neurosis de angustia, descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como "espera angustiosa" sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.). Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración), etc. En 1909 Pierre Janet publica Las neurosis, obra en la que establece el concepto de "enfermedad funcional" frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado "neurasténico" (o de "nerviosismo") en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria. Antes de Freud la categoría de obsesión como entidad clínica fue introducida en la nosología como “Locura de duda” y “Delirio de tacto”. La psiquiatría destacaba las ideas y los actos compulsivos, la duda y el estado de irresolución. Algunos autores describen a estos enfermos viviendo bajo un estado de duda perpetuo y que no logran detener el trabajo incesante de su pensamiento que no llega nunca a un resultado definitivo. Durante mucho tiempo se la conoció como “Enfermedad de la duda” y todavía era considerada como una de las formas de delirios parciales. Kraepelin a diferencia de Freud la llama "locura obsesiva", mientras que Freud la denomina neurosis obsesiva. Podemos decir que es Freud quien la rescata de la locura, de su lugar entre las psicosis. 5 Tomado como fenómeno observable la psiquiatría y la psicología lo enmarcan en un cuadro nosológico, donde se describe como un todo, como un conjunto de síntomas. En Psicoanálisis, un síntoma es una respuesta a una situación que rebasa al sujeto. Por eso en la historia de las neurosis obsesivas hay un antes y un después de Freud. Hay una semiología específicamente freudiana de la neurosis obsesiva: por lo que hay que tener en cuenta que la nosología de Freud y el psicoanálisis no es lo mismo que en la psiquiatría. Una nosa, un sistema nosológico, tiene que sostenerse en su semiología o descripción, en su etiología y mecanismos, y también en los métodos de su tratamiento, en el caso del psicoanálisis, el tratamiento psicoanalítico. Según Paul Bercherie, podemos dividir la historia de la Psiquiatría en dos periodos: 1- De la clínica sincrónica (primera mitad del siglo). 2- De la clínica diacrónica (segunda mitad del siglo pasado hasta aproximadamente 1930).Durante este periodo es que comienzan a darse una serie de rasgos en la medicina psicológica que hacen que el acento se vaya desplazando del ojo al oído como órgano de conocimiento: se empieza a privilegiar la escucha. Esquirol (1838): monomanía. Morel (1866): delirio emotivo. Janet (1903): psicastenia. Freud (1895): neurosis. Historia La autonomía real de los trastornos obsesivos se debe evidentemente a Freud. En 1895 en su trabajo “Obsesiones y Fobias, su mecanismo físico y su etiología” distinguió entre: a-Las obsesiones verdaderas –idea impuesta al paciente asociada a diversos estados emocionales (angustia, duda, cólera, remordimiento). b-Las fobias cuyo afecto básico sería siempre la ansiedad. Características Diagnósticas La característica esencial del TOC es la presencia de obsesiones o compulsiones de carácter recurrente lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de tiempo significativas o un acusado deterioro de la actividad general o un malestar clínicamente significativo. 6 En algún momento del curso del trastorno el sujeto reconoce que estas obsesiones o compulsiones son exageradas o irracionales. Criterios para el Diagnóstico de las Obsesiones (DSM-IV) 1- Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento trastorno como inapropiado e intrusos (egodistónicos) y causan ansiedad o malestar significativos. 2- Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. 3- La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos. 4- La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente. Sintomatología En general, los síntomas obsesivos pueden señalarse, según Grinberg, en la cita que realiza la Asociación Argentina de Psicodiagnóstico de Rorschach: “duda, cavilación, obsesión de contraste, ideas compulsivas, manía de limpieza, tendencia exagerada al orden y simetría, temores de contacto, fobias, supersticiones.” Los síntomas del obsesivo se caracterizan por ideas o grupos de ideas que irrumpen en su conciencia y que tienen la cualidad de ser insistentes, repetitivas y perturbadoras por no estar en sintonía con el yo, es decir son incompatibles con el resto de sus anhelos, sentimientos y pensamientos. Si bien el sujeto reconoce estas ideas como propias, no como provenientes del exterior (es decir alucinaciones), es consciente de la discordancia entre estas y el resto de su yo. Estas ideas están acompañadas de afectos displacenteros y vivenciados en un clima de tensión. El Yo del obsesivo que sufre estas manifestaciones las rechaza, lucha contra ellas; las declara extrañas y las considera enfermas, el yo cree en, y a la vez crítica, a la obsesión, sin abandonarse al delirio. Podemos ver en los síntomas obsesivos tendencias opuestas. En primer lugar un impulso agresivo y en segundo lugar un pensamiento, acción o ritual para hacer inocuo al primero. Según Fenichel, “el fenómeno de la compulsión es una condensación de las fuerzas instintivas y las anti-instintivas a la vez. El cuadro clínico revela más el primer aspecto en algunos casos y en otros el segundo. Lo primero es el caso de las ideas incestuosas u homicidas. Más frecuente es que los síntomas expresen, en forma evidente, mandatos deformados del súper yo. El significado de defensa y penitencia es mucho más acentuado que en los síntomas de conversión. 7 Lo que principalmente se teme es una especie de pérdida del respeto a sí mismo e incluso un sentimiento de “aniquilamiento”. En otros términos, los sentimientos de culpa tienen una significación más decisiva como motivo de la defensa patógena. Mientras que algunos síntomas compulsivos constituyen maneras deformadas de percibir exigencias instintivas y otros expresan las amenazas anti-instintivas del súper yo, hay también otros síntomas en que se ve claramente la lucha entre lo uno y lo otro. La mayor parte de los síntomas de duda obsesiva cabe dentro de esta fórmula “¿Puedo ser desobediente o tengo que ser bueno?”. A veces un síntoma consta de dos fases, una que representa un impulso censurable y la otra la defensa contra el mismo. En períodos en que estos síntomas no aparecen en forma manifiesta resaltan los rasgos de carácter. No son sentidos por la persona como displacenteros sino que están naturalizados como “formas de ser”. Dentro de estos encontramos el sentido del orden; tendencia a la obstinación y terquedad; tendencia a la retención (guardar, conservar objetos, datos información, etc.); tendencia al ahorro; temor a empezar una actividad que luego es difícilmente interrumpida; tendencia a hacer todo al mismo tiempo para ahorrarlo; constricción emocional; meticulosidad excesiva; escrupulosidad; vergüenza, pudor.” Freud sostiene que en la neurosis obsesiva se puede hablar, en general, de dos tipos de síntomas. Por un lado, los que llama de naturaleza negativa, o síntomas primarios, estos son las prohibiciones, medidas precautorias, penitencias, etc.; y, por otro lado, los de naturaleza positiva, o síntomas propiamente dichos, estos son una formación de compromiso entre la pulsión rechazada de la conciencia y las defensas del yo, aquí incluye todo el conjunto de ideas, impulsos, representaciones obsesivas. El más antiguo de estos dos grupos es el primero, que son síntomas de pura defensa, posteriormente aparecen los del segundo grupo que implican una satisfacción sustitutiva, generalmente con un disfraz simbólico. A estos dos grupos de síntomas se le suma un tercer tipo, los síntomas de amalgama. Dice Freud, “constituye un triunfo de la formación del síntoma que se logre enlazar la prohibición con la satisfacción, de suerte que el mandato o la prohibición originariamente rechazantes cobren también el significado de una satisfacción.” También sostiene que la defensa frente a la pulsión se continúa en la lucha contra las satisfacciones sustitutivas, es decir que el yo se defiende del propio síntoma. Así aparecen los síntomas de la defensa secundaria, por ejemplo el delirio obsesivo, donde el sujeto se defiende de un grupo de ideas obsesivas por medio de otras ideas obsesivas. También se pueden incluir aquí las acciones sintomáticas o rituales que sirven para defenderse de las representaciones obsesivas. Freud sostiene que además es característica de la neurosis obsesiva (o, por lo menos, en algunos casos) la presencia de un sentimiento de culpa hiperexpreso y no justificado para el yo. El yo se siente culpable, pero se sabe inocente. El obsesivo se revuelve contra la imputación de culpabilidad que él mismo se formula. Esto es explicado por Freud mediante el supuesto de que el superyó (hipersevero en la neurosis obsesiva, por la regresión a la fase sádico-anal) 8 conoce mucho más de las representaciones inconscientes que el propio yo, por lo tanto, lo condena por estas pulsiones incompatibles de las cuales el yo no tiene noticias. “el superyó ha sabido más que el yo acerca del ello inconsciente.” El Estilo en las Obsesiones Entendemos por estilo, a partir de Shapiro: “Con estilo nos referimos a una forma o tipo de funcionamiento -el modo o manera de un área dada de conducta- que es identificable, en un individuo, a través de una gama de sus actos específicos. Con “estilos neuróticos” queremos significar esos modos de funcionar que parecen característicos, respectivamente, de los diversos estados neuróticos. He de considerar aquí, particularmente, las clases de pensamiento, y de percepción, los modos de experimentar la emoción, las formas de la experiencia subjetiva en general, y los tipos de actividad que van asociados a las diferentes patologías.” Ahora bien, en cuanto al estilo obsesivo compulsivo, Shapiro selecciona tres aspectos: rigidez, modo de actividad y la distorsión de la experiencia de autonomía, y pérdida de la realidad. La rigidez propia del obsesivo compulsivo se puede expresar en su postura, en su forma de comportamiento social, pero fundamentalmente en el estilo de pensamiento. Este último se caracteriza por la dificultad a la hora de movilizar su atención de un contenido a otro, ésta puede definirse como “aguda pero estrecha“, por ejemplo a la hora de adaptarse a los criterios del interlocutor en una conversación. El obsesivo suele dirigir su atención sobre un tema específico con tanta intensidad que le es difícil apartarse del mismo, por lo tanto no es que padezca de vaguedad de atención sino que ésta tiene poca movilidad. Con esto no queremos decir que esté dañada la voluntad que se ejerce sobre la atención sino que, la dirección volitiva sobre un contenido está excesivamente marcada y no se deja sorprender por cualquier estímulo ajeno al foco del momento. En consonancia con este modo de pensar, la forma de actividad suele ser excesivamente dirigida, el obsesivo suele intentar controlar todo aspecto de su vida, hasta los deseos y emociones que deberían ser el motor para su acción o voluntad, intentan ser controlados y puestos en segundo plano. Tampoco toleran interferencias en su acción, al igual que en su pensamiento, se enfocan en algo con énfasis sin permitirse distracciones. Este énfasis parece exagerado con respecto a sus intereses, el esfuerzo es una constante en su vida, más allá de a que se aboque en algún momento particular. Él siente este esfuerzo como reflejando alguna necesidad objetiva ajena a su deseo o decisión, pero para un observador externo es indudable que él mismo se la impone. El obsesivo, también está siempre realizando deberes, responsabilidades y tareas, que desde su punto de vista no dependen de él, pero se siente obligado a cumplirlas, y a veces se pone plazos arbitrarios. Parece una constante en la vida del obsesivo, el hecho de imponerse algo, sufrir bajo ese mandato, y Shapiro afirma que el objetivo de su acción se enfoca en gran parte en el esfuerzo puesto para cumplir ese mandato. Podría decirse que el objetivo, en vez de enfocarse en un objeto externo, está, en parte, puesto en él mismo. En un ejemplo del autor: “Así, una paciente anunció que intentaría dejar de fumar y con este anuncio en realidad tenía el aspecto de estar haciendo algún tipo 9 de esfuerzo mental. Pero, al mismo tiempo procedía a extraer un cigarrillo y encenderlo. Claramente, su declaración no reflejaba intención de abandonar el hábito, sino que significaba, en cambio, una intención de alcanzar un estado especial de esfuerzo o quizás una intención de preocuparse por el dejar de fumar.” Continuamente en esfuerzo, el obsesivo no se siente cómodo en situaciones de relajación. Le cuesta abandonar la búsqueda de un objetivo conscientemente. Este estado continuo de tensión y rigidez no da espacio a que surja un estado anímico susceptible a una expresión de afecto, fantasías, acción espontánea y ánimo lúdico. El estado de esfuerzo es incompatible con el surgimiento de los afectos. En palabras de Shapiro: “A veces presenciamos el espectáculo desdichado de una persona como éstas intentando alcanzar deliberadamente un estado mental o anímico, el de alegría, por ejemplo, para el cual el primer prerrequisito sería precisamente una relajación de tal meditación.” El estar habituado a la continua deliberación e intento de realizar algo específico dentro de marcos estrictamente determinados, hace que, cuando el sujeto se relaje, sienta el miedo de perder el control o volverse loco. A su vez, le es muy difícil manejar la libertad que implica tomar una decisión. Ese proceso que también suele estar dirigido por necesidades y deseos, en el obsesivo suele estar marcado por lo que ‘debería hacer’. La pérdida de realidad está relacionada con su forma de actividad y pensamiento. El obsesivo está concentrado, a la hora de abordar la realidad, en los detalles técnicos. Esto provoca que, a comparación de otras personas, dude cuando a ellas algo les parecería obvio y viceversa. Del detalle extiende la percepción hacia el todo. Aunque actúe a veces pareciendo tener una alucinación, no ocurre esto en realidad. El Discurso Retomamos los desarrollos de Weigle para describir el discurso característico de la neurosis obsesiva. Una exigencia que suele tener es buscar la coherencia lógica sin permitirse fantasear o asociar libremente. Este suele ser reiterativo, pero actúa como si estuviese diciendo algo original exigiendo mucha atención al interlocutor. La palabra es sobrevalorada, adquiriendo poderes mágicos, este carácter lo retomaremos al hablar de defensas. A veces la cantidad de detalles y la falta de emoción suelen provocar cansancio o aburrimiento en quien lo escucha. Aparenta tener una conducta modelo o ideal, la cual usa para buscar aprobación y reconocimiento. Tiene la necesidad de explicar todo lo que dice y hace, esto sucede a causa de la disociación entre quien es y quien se observa. Nunca está conforme con su producción ni la del resto, debido a la exigencia del ideal del yo, generando esto una autocrítica. El obsesivo suele concentrarse en los aspectos semánticos y sintácticos del lenguaje, dejando de lado el aspecto pragmático. Liberman destaca que el obsesivo ejerce un rígido control sobre las emociones y los elementos no verbales 10 de la comunicación, lo que resulta en un discurso tedioso, que genera, en situación de análisis, un sentimiento de infructuosidad. TOC y Trastornos de Personalidad El trastorno de personalidad más frecuente ligado al TOC es el denominado trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (TPOC), caracterizado por el perfeccionismo y el exceso de preocupación por los detalles. Sus características son las siguientes2: Preocupación excesiva por los detalles, el orden, la organización, las reglas o esquemas, que hace perder el verdadero sentido de determinada tarea. Un perfeccionismo exagerado que interfiere con el completar actividades u objetivos. Una excesiva devoción por el trabajo y obligaciones en detrimento del ocio y actividades placenteras. Inflexibilidad y escrupulosidad sobre temas de ética, moral o valores, no debida a factores culturales ni religiosos específicos. Tendencia a acumular o a no descartar objetos inútiles aunque no tengan valor sentimental. Rigidez, obstinación o testarudez. Resistencia a delegar tareas en otros, a menos que las hagan exactamente como ellos quieren. Tendencia al ahorro y a un nivel de gastos inferior a las posibilidades reales (tacañería). Epidemiología Evidencias epidemiológicas han revelado que el TPOC es un antecedente o se presenta comórbido en sólo el 25% de quienes padecen TOC. Comorbilidad del TOC y Depresión: Se ha estimado que aproximadamente el 70% de los pacientes con TOC también han experimentado como mínimo un episodio depresivo. Prevalencia El TOC en niños comienza entre los 7 a 10 años y tiene una prevalencia de entre 0,3 al 1,9 por ciento en niños y adolescentes. Un 33 % de los adultos con TOC refieren que sus síntomas empezaron en la infancia. 2 Para el diagnóstico del TPOC deben estar presentes cuatro, o más, de las características citadas. 11 Se calcula que aproximadamente el 2 % de la población padece TOC. Esta cifra incluye la estimación de pacientes que encubren su enfermedad y que todavía no han sido diagnosticados. Tratamiento Farmacológico Actualmente se considera que la clave para el tratamiento farmacológico efectivo del TOC es la utilización de fármacos que sean potentes inhibidores de la recaptación de serotonina. En este sentido, tanto los ISRS, como sertralina, fluvoxamina, paroxetina o escitalopram, como el inhibidor no selectivo de la serotonina, el tricíclico clomipramina, han sido investigados extensamente y hay numerosas evidencias de su eficacia como agentes para esta enfermedad. La mayoría de las investigaciones indican que se necesitan dosis mayores para el tratamiento del TOC que la dosis antidepresiva estándar. Dado que la administración del fármaco debe ser a largo plazo, como mínimo 2 o 3 años, y en los casos severos debe administrarse de por vida, el tratamiento de elección tiene que tener en cuenta el perfil de tolerabilidad y el riesgo de potenciales efectos adversos del fármaco seleccionado. Se debe tener en cuenta que la latencia para el inicio del efecto terapéutico generalmente oscila entre 1 y 2 meses. Es importante la detección precoz de la enfermedad, dado que hay una demora promedio de 15 años entre el inicio de la misma y su diagnóstico y tratamiento efectivos. En muchos casos, la respuesta al tratamiento es incompleta, pero la mejoría se observa en la reducción de horas diarias con respecto a la frecuencia e intensidad de las obsesiones. Esto aporta un considerable alivio y mejora notablemente la calidad de vida. Tratamiento Terapéutico En la Unidad de Salud Mental implementamos como forma de abordaje dos modelos de terapia breve, siendo los más efectivos en función de las necesidades de la población asistida, a saber: I. II. Tratamiento Conductual. Abordaje Sistémico: Modelo Estratégico. I. Técnicas Conductuales. Exposición y prevención de la respuesta ritualizada. Los dos principios fundamentales de la terapia conductual del TOC son: 1. 2. La exposición. La prevención de la respuesta ritualizada. La exposición consiste en que el paciente entre en contacto con los objetos o situaciones temidos. 12 La prevención de la respuesta ritualizada significa no llevar a cabo el ritual que habitualmente realiza para aliviar su ansiedad, como por ejemplo, lavarse las manos compulsivamente si se siente sucio o contaminado. La terapia debe ser planeada, estructurada y sistematizada para lograr los máximos beneficios, al tiempo que el individuo debe estar lo suficientemente motivado y ser consecuente en sus esfuerzos para superar el problema. Será menester que cumpla fielmente las tareas clínicas y para el hogar, pues, de otro modo, si hace esto de manera incompleta o aleatoria, tendrá resultados desparejos o negativos y se sentirá frustrado o desalentado por los mismos. El tratamiento deberá ser planeado en conjunto entre terapeuta y paciente, y llevado a cabo por pasos graduados. Es muy importante brindar al paciente de TOC y a su familia una explicación lo más completa posible sobre la enfermedad, sus probables causas y sus bases neurobiológicas. Hay diversas maneras de modificar las compulsiones, aunque exigen práctica por parte del paciente. No se trata de que las practique todas, tan solo debe leer cuidadosamente cada una de ellas y elegir la que le gustaría intentar. Las opciones terapéuticas son las siguientes: Posponer el ritual. Enlentecer el desempeño del ritual, pensando y actuando en “cámara lenta” durante el mismo. Cambiar algún aspecto del ritual. Agregar alguna consecuencia distinta cada vez que ritualice. Decidir no ritualizar. Dado a que no hay reglas fijas acerca de cuál es la mejor alternativa, la persona tiene que optar por alguna de ellas y luego darse a sí misma la oportunidad de trabajarla. En las sesiones terapéuticas se abordan los resultados y las implicancias en la vida del paciente, dejando abierta la posibilidad de cambios, procurando develar cuál es la alternativa más efectiva para cada caso, por lo que el tratamiento es estrictamente personalizado y singular para cada paciente. II. Abordaje Sistémico del TOC – Modelo Estratégico Estadios del abordaje Primer estadio (de la 1º a la 3º sesión) Primera sesión Establecimiento del contacto y aceptación interpersonal (técnica del “calcado”; utilización del lenguaje del paciente). Lógica paradójica: Aceptación de las fijaciones y maneras retorcidas de pensar (en lugar del sentido común que las rechaza por medio de la lógica racional). 13 Búsqueda de sensatez en sus absurdas convicciones y búsqueda de justificación por el supuesto de su posible utilidad. Reestructuración del trastorno presentado como cumpliendo una función determinante en la personalidad humana (como un dote acrecentado o un don de pocos seres humanos). Sugerencia de que el paciente reflexione sobre esta posibilidad. Así se complica aún más la complicada red de pensamientos del paciente. Cortar las soluciones ensayadas. El intento obsesivo de controlar las obsesiones tiene el efecto de mantenerlas y de incrementarlas. Segunda sesión Refuerzo de la funcionalidad positiva del síntoma. Prescripción paradójica del mismo síntoma verdadero y real, al que el paciente deberá repetir voluntariamente diez veces. Dar esta prescripción con lenguaje redundante, pausado, cadencioso y repetido. Tercera sesión Reafirmar la importancia de repetir diez veces determinada acción para que el paciente pudiera esclarecer el papel positivo de los síntomas y ejercer control sobre ellos. Se da la prescripción del síntoma, destacando que se está comenzando a asumir el control de la situación. Narración de la historieta del ciempiés. El ciempiés cuando se puso a pensar cómo hacía para coordinar todos sus pies al caminar no supo andar más. Invitación a reflexionar sobre su significado. Segundo estadio (de la 4º a la 6º sesión) Cuarta sesión Tras la disminución de los síntomas referida por los pacientes se redefine la situación explicando que la paradoja del “sé espontáneo” puede producir problemas y erradicar otros, como los del paciente en particular. Énfasis en la posibilidad de resolución del problema. Paradoja del “ve despacio”. Anticipación de recaídas (prescripción de recaídas). Indicación de que continúe haciendo lo que ha aprendido. Quinta sesión Redefinición de la posibilidad de cambio y solución del problema. Si hubo recaídas, prever otras más leves. Si no hubo recaídas, prever la recaída prevista y no acaecida en la semana anterior. 14 Prescripción del antropólogo: Centrarse en la investigación y evaluación de los comportamientos de todas las personas que le rodean. Sexta sesión Reflexiones sobre el informe del paciente y darle ánimos para continuar en la indagación cognoscitiva de los demás, reforzando su capacidad por realizar esta tarea difícil y reafirmando la gran utilidad que puede tener su capacidad de investigación evaluadora para la interacción con los demás. Tercer estadio (de la 6º sesión en adelante) Si se redujo al mínimo la situación obsesiva se subraya la capacidad del paciente para cambiar sus propios problemas. Se amplía el tiempo que media entre una sesión y otra, reforzando la autonomía del paciente y demostrando mayor confianza en sus habilidades adquiridas. En las sesiones sucesivas se redefine positivamente la situación y el cambio obtenido. Si se reducen al mínimo los comportamientos obsesivos pero persisten ideaciones obsesivas en su manera de analizar la realidad, pensando mucho y obrando poco, se da la prescripción de la “fórmula mágica”: La tarea consiste en transcribir cinco veces la frase inglesa think little and learn by doing (“piensa poco y aprende de lo que haces”), siempre que ocurriera una reflexión complicada. Redefiniciones positivas del cambio realizado y de las habilidades demostradas. Reducción de la cadencia de sesiones. Cuarto estadio (última sesión) Explicación de las técnicas y estrategias empleadas. Se consolida la autonomía del paciente. Se reafirma que el cambio fue posible por sus dotes personales (el terapeuta no añade nada). El paciente ya aprendió a usar bien sus propias dotes personales y no tiene necesidad del terapeuta. Se establece un acuerdo sobre el seguimiento del paciente. Resultados Cuali-Cuantitativos Muestra: 100 casos seleccionados aleatoriamente. Edad media: 38 años. 15 Datos relevados Diferencia de género en los pacientes que presentan rasgos obsesivoscompulsivos. 2. Presencia de pensamientos recurrentes. 3. Autopercepción de los pensamientos recurrentes. 4. Repercusiones de dichos pensamientos. 5. Alteración en la vida diaria. 6. Pérdida de libertad ante las propias acciones. 7. Dubitación. 8. Necesidad de verificación de las acciones realizadas. 9. Búsqueda permanente de perfección y minuciosidad. 10. Alteraciones en el sueño. 1. 1. Diferencia de género. Válido Femeni s no Masculi no Total Frecuenc Porcenta Porcentaj ia je e válido Porcentaj e acumulad o 65 65,0 65,0 65,0 35 35,0 35,0 100,0 100 100,0 100,0 Interpretación: Del total de la muestra predominó el género femenino con un porcentaje de 65% sobre 35% masculino. 2. 96% del (presenta Pensamientos recurrentes: El total de la muestra encuestada pensamientos recurrentes. 16 3. Autopercepción de los pensamientos recurrentes Frecuenc Porcenta ia je Válido Apropiados y s Satisfactorios Inapropiados e Intrusivos Ambas Total Porcentaj e válido Porcentaj e acumulad o 39 39,0 39,0 39,0 50 50,0 50,0 89,0 11 100 11,0 100,0 11,0 100,0 100,0 El 39% de la población percibe estos pensamientos recurrentes como apropiados y satisfactorios, el 50% de la población percibe los mismos como inapropiados e intrusivos, el resto 11% percibe dichos pensamientos recurrentes tanto inapropiados e intrusivos como apropiados y satisfactorios. 4. Repercusiones emocionales de pensamientos recurrentes. los Frecuenc Porcenta ia je Porcentaj e válido Porcentaj e 17 Válido Bienestar s Ansiedad Preocupación Ansiedad y Preocupación Ansiedad y Miedo Preocupación y Miedo Total 12 17 19 12,0 17,0 19,0 acumulad o 12,0 12,0 17,0 29,0 19,0 48,0 31 31,0 31,0 79,0 7 7,0 7,0 86,0 14 14,0 14,0 100,0 100 100,0 100,0 Repercusiones emocionales de los pensamientos recurrentes: La mayoría de los participantes respondieron que estos pensamientos generan Ansiedad y Preocupación (31%), siguiendo por Preocupación (19%) Ansiedad (17%) Preocupación y miedo (14%), Bienestar (12%). 5. Alteración en la rutina diaria Frecuenc Porcenta ia je Porcentaj e válido Porcentaj e 18 Válido Sí s No Total 65 35 100 65,0 35,0 100,0 acumulad o 65,0 65,0 35,0 100,0 100,0 Estos pensamientos presentan una modificación en la vida diaria del 65% de las personas encuestadas, el número restante asegura que no presenta modificaciones en su vida cotidiana. 6 .Pérdida de libertad ante las propias acciones Frecuenc Porcenta ia je Válido Sí 54 54,0 s No 46 46,0 Total 100 100,0 Porcentaj e Porcentaj acumulad e válido o 54,0 54,0 46,0 100,0 100,0 El 54% de la población respondió que debido a estos pensamientos recurrentes se ve impulsado a ejecutar acciones en contra de su propia voluntad. El resto, refiere que controla sus actos (46%). 7. Actitud dubitativa Frecuenc Porcenta ia je Porcentaj e válido Porcentaj e acumulad o 19 Válido Si s No Total 58 42 100 58,0 42,0 100,0 58,0 42,0 100,0 58,0 100,0 El 58% de la población encuestada refirió que presenta una actitud dubitativa permanente. 8. Necesidad de verificación recurrente de acciones Frecuenc Porcenta ia je Válido Si 59 59,0 s No 41 41,0 Total 100 100,0 Porcentaj e Porcentaj acumulad e válido o 59,0 59,0 41,0 100,0 100,0 El 59% refiere que presenta la necesidad de verificar recurrentemente sus acciones. 9. Búsqueda de perfección y minuciosidad Frecuenc Porcenta ia je Válido Si 71 71,0 s No 29 29,0 Total 100 100,0 Porcentaj e Porcentaj acumulad e válido o 71,0 71,0 29,0 100,0 100,0 La necesidad de perfección y minuciosidad se vio reflejada en un 71% de los encuestados. 10. Alteraciones en el sueño Válido Despertar Frecuenc Porcenta ia je 12 12,0 Porcentaj e Porcentaj acumulad e válido o 12,0 12,0 20 s Prematuro Insomnio Pesadillas Sueño no satisfactorio con cansancio al despertar Despertar Interrumpido Terrores Nocturnos Buen sueño Total 13 29 13,0 29,0 13,0 29,0 25,0 54,0 12 12,0 12,0 66,0 12 12,0 12,0 78,0 6 6,0 6,0 84,0 16 100 16,0 100,0 16,0 100,0 100,0 El 84 % de los encuestados presenta algún tipo de alteración en el sueño; el 16% de los no presentó alteraciones en su descanso. Discusión Los tratamientos utilizados en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) son interdisciplinarios, constituidos por tratamiento farmacológico, junto con psicoterapia, siendo los enfoques cognitivo-conductuales uno de los más frecuentes. 21 Cuando un paciente llega solicitando tratamiento, hay una primera decisión que hay que tomar y es respecto a qué tratamiento ofrecer para este sujeto que se presenta ante nosotros en busca de ayuda. Esta decisión constituye en sí misma una intervención. Asumir una actitud de apertura hacia el diálogo interdisciplinario y de escucha entre las distintas corrientes psicológicas facilita el hallazgo de respuestas efectivas a las demandas de los pacientes que asisten a los consultorios en busca de alivio. La mirada profesional focalizada en el tratamiento más oportuno para cada paciente, en función de sus peculiaridades, de su situación vital y momento evolutivo, y no sólo en su diagnóstico clínico, procurando la adaptación de los recursos teóricos, científicos y metodológicos a sus necesidades particulares, y nunca a la inversa. Este trabajo muestra una aproximación acerca del perfil de los pacientes que se asisten en la Unidad de Salud Mental del Hospital Zonal de Agudos Dr. Isidoro Iriarte de Quilmes, hecho alcanzado a través de la reunión de datos obtenidos en la praxis clínica, a través de encuestas y de estadísticas evaluadas por la OMS. En función de lo alcanzado, vislumbramos que se hace necesario apuntalar con medidas y políticas preventivas en materia de Salud Mental, aspirando a la detección temprana de este cuadro clínico, hecho que facilitaría un mejor pronóstico y la mejoría en la calidad de vida de los pacientes, la reconstitución de los vínculos interpersonales y la reinserción socio-laboral en los casos en que ésta se hubiera visto obstruida o dificultada por la sintomatología inhabilitante propia del trastorno obsesivo-compulsivo. 22 Conclusión Los trastornos de ansiedad continúan en auge en la actualidad y se encuentran en vías de ascenso; por su parte, la incidencia del trastorno obsesivo-compulsivo se mantiene relativamente constante en su prevalencia a lo largo de las últimas décadas, afectando a la persona en todas sus dimensiones estructurales, constituyendo así un obstáculo para la autorrealización y para el ejercicio de la capacidad autónoma y de cuidado personal. Observamos que entre las manifestaciones más características de este cuadro clínico se encuentran las ideaciones intrusivas, las compulsiones, los rituales, la necesidad de verificación, entre otras, hechos que ocasionan serias dificultades, o incluso la imposibilidad, de ejercer los roles habituales en la rutina cotidiana de quienes padecen este trastorno. Siendo así, nuestro equipo de Salud Mental, procura facilitar la modificación de las creencias incapacitantes propias del TOC, en pos del cambio de respuesta en el accionar de los pacientes, a fin de promover modalidades conductuales más funcionales, acordes a sus necesidades diarias. Resulta de suma importancia efectuar un diagnóstico temprano de este trastorno, dado a que en la praxis clínica se observa una demora de aproximadamente diez años entre el desencadenamiento del TOC y la llegada del paciente a la consulta en busca de un diagnóstico y tratamiento efectivos. Cabe señalar que en un elevado porcentaje de casos los objetivos terapéuticos se alcanzan de manera incompleta, empero, a pesar de ello, la mejoría se observa en la reducción del número de horas diarias destinadas a la satisfacción de las obsesiones, lo que aporta un considerable alivio y mejora notablemente la calidad de vida del paciente y de su entorno inmediato. 23 ANEXO Encuesta Datos Personales Género: Femenino Masculino Edad: ……………. Años Por favor, responda las siguientes preguntas 1. ¿Tiene pensamientos que se repiten persistentemente a lo largo del día? Si – No 2. Esos pensamientos le resultan: Apropiados y satisfactorios Inapropiados e intrusivos 3. ¿Estos pensamientos se hallan en correspondencia con la realidad, es decir, le resultan razonables y lógicos? Si – No 4. ¿Qué repercusiones tienen en usted estos pensamientos? Bienestar Ansiedad Preocupación Miedo Indiferencia Otras 5. ¿Se ha visto ante la necesidad de modificar su actividad normal a causa de estas ideaciones? Si – No 6. ¿Se siente impulsado por su pensamiento a ejecutar acciones en contra de su voluntad y que, sin embargo, no puede dejar de realizar? Si - No 7. ¿Presenta una actitud dubitativa permanente que interfiera en el cumplimiento de sus tareas? Si – No 8. ¿Se ve ante la necesidad de verificar recurrentemente el resultado de sus acciones? Si - No 9. ¿Siente la necesidad de hacer sus labores de manera perfecta, preocupándose minuciosamente hasta por los detalles más insignificantes? Si – No 10. Con respecto a su descanso, señale la/s modalidad/es de su sueño 24 Despertar prematuro Despertar interrumpido Insomnio Pesadillas Sueños penosos Terrores nocturnos Sueño no satisfactorio con cansancio al despertar ¡Muchas Gracias! 25 Bibliografía AAR (Asociación Argentina de Rorschach). Cuadros Clínicos. Ey, Henri,P. Bernard-Ch.Brisset “Tratado de Psiquiatría”- Octava edición, Ed. Masson,S.A. Barcelona,1994. Cía, Alfredo H. “La Ansiedad y sus Trastornos. Manual Diagnóstico y Terapéutico”. Ed. Polemos. Buenos Aires, 2007. FENICHEL, O. Cap: Obsesión Compulsión. En: Teoría Psicoanalítica de las Neurosis. Foucault, Michele “Historia de la Locura en la época clásica”. Brevarios. Ed. Fondo de Cultura Económica. Sevilla, 1979. FREUD, S. El yo y el ello. FREUD, S. Inhibición, síntoma y angustia. Manuel Suárez Richards (comp.). “Introducción a la Psiquiatría”. Editorial Polemos. Cuarta Edición. Buenos Aires, 2012. Nardone, Watzlawich. “El Arte del Cambio”. Ed. Herder. SHAPIRO, D. Los estilos neuróticos. Capítulo II: Estilo Obsesivo Compulsivo. Vidal, Bleichar y Usandivaras “Historias de las ideas psiquiátricas” en Enciclopedia Psiquiátrica. Ed. El Ateneo. Buenos Aires, 1977. Contacto: [email protected] 26
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