Volver a www.ciede.com CoachKareen Wealth and Wellness Coach Los Juicios Kareen Besson [email protected] «La misión de tu alma es siempre aquello que, según tu, no puedes hacer. Es tu camino de crecimiento, la finalidad singular y distintiva que representa tu realización. La misión de tu alma se convierte en tu viaje hacia tu potencialidad máxima para transformarte en algo que nunca has sido; es algo diametralmente opuesto a tu zona de comodidad.» Linda Bradley y Evan St. Lifer El juzgar es muy humano, juzgamos todo el tiempo, la cuestión es: Cómo juzgamos? Los seres humanos estamos constantemente autoevaluándonos y evaluando a los demás. “Con la vara que midas serás medido”, un buen proverbio bíblico que nos muestra la precaución y preparación que hay que tener para entregar juicios. Los juicios son un arma de doble filo, bien dados aumentan el autoestima, motivación y productividad de las personas, mal entregados pueden dañar muchísimo estos mismos factores. Una forma muy poco inteligente de dar juicios es solo dar los negativos y nunca reconocer los positivos, excelente estrategia para destruir a la persona, lo contrario, reconocer siempre lo positivo, reforzarlo e ignorar lo negativo es la estrategia que se recomienda hoy en día para mejorar la productividad. Dar y recibir juicios es un arte que hoy en día se llama retroalimentación o feedback. Finalmente nos hemos dado cuenta de la importancia de manejar este aspecto de la comunicación que tanto compromete y nos compromete especialmente en el plano laboral. Los juicios que hacemos muestran nuestra alma y comprometen más a nuestro ser que al otro; antes de entregar un juicio es importante darnos cuenta desde que espacio lo estamos haciendo, que muestra de nosotros, cómo nos afecta. Lo ideal seria no juzgar, pero ya sabemos que lo ideal solo existe en nuestra mente, solo existe la vida tal como es. Nos juzgamos todo el tiempo y esto es parte del ser humano. Una buena práctica para darnos cuenta u observarnos en el acto de juzgar es: Siempre que pronunciemos el nombre de otra persona, debemos fijarnos en lo que decimos inmediatamente después. ¿Qué pensamos o decimos de esa persona?. ¿Qué clase de etiqueta le ponemos?. ¿Juzgamos a la persona o a sus acciones?. Ninguna persona debe ser etiquetada porque de esta forma le negamos la posibilidad de cambio y en todo caso se hacen juicios de las acciones no de las personas. Generalmente no nos lastimamos agrediendo físicamente al otro pero si nos lastimamos mucho con la boca, alguien dijo: “Hay dos momentos en que se debe mantener la boca cerrada: al nadar y cuando uno esta furioso”. A una persona que conocí, su mamá le decía cuando criticaba a alguien: “Tienes la boca más grande que el cerebro...”. Detrás de los juicios hay un pensamiento egocéntrico que genera tensión en nuestro cuerpo. Con el tiempo esta tensión puede enfermarnos, se vuelve toxica para nosotros y para los demás. La tensión es toxica y también los juicios que hacemos sobre los demás. Si no sabes dar juicios es mejor que no juzgues, puedes hacer mucho daño. Para comenzar a dar juicios mejor te recomiendo que practiques el justificarlo con acciones concretas en el tiempo y con estas justificaciones presentárselos a las personas. Por ejemplo observar cuantas veces realmente una persona ha llegado tarde al trabajo, tiene justificaciones validas o no, trabaja tiempo extra sin cobrar las horas, es una persona productiva, cumple con lo que se le pide, se le ha adiestrado, para hacer un mejor trabajo? Todas estas preguntas se deben contestar en cada caso para que la persona reciba este juicio y lo acepte como una oportunidad de aprendizaje para crecer ¿Cuándo juzgas, sabes fundamentar y entregar tus juicios? Éxito, cuídate y se feliz! CoachKareen (Kareen Besson) trabaja, investiga y escribe sobre Coaching Financiero, Empresarial y Personal, Gerencia Estratégica y Ecología Emocional. Volver a www.ciede.com
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