PARROQUIA BEATA MARÍA ANA DE JESÚS C/Guillermo de Osma,10, 28045-Madrid www.bemajes.es T.914734973 [email protected] CALENDARIO DE DICIEMBRE Y TIEMPO DE NAVIDAD Jueves, 3-diciembre. Celebración comunitaria de la penitencia. 17:45h. Martes, 8-diciembre. La Inmaculada Concepción de la Virgen María. Precepto. Horario de misas de domingo. Domingo, 13-diciembre. Recital de Navidad. Coro Matritum Cantat. 20h. Viernes, 18-diciembre. Charla fe y cultura. 19:45h. Jueves, 24-diciembre. Nochebuena. Misa del Gallo. 00:00h. Bendición de las imágenes del Niño Jesús. Viernes, 25-diciembre. Día de Navidad. Precepto. Horario de misas de domingo. Viernes, 1-enero. Sta. María Madre de Dios. Precepto. Horario de misas de domingo. Martes, 5-enero. ¡Los Reyes Magos vienen a visitar la parroquia! ¡Niños y niñas, venid a saludarlos que seguro que traen alguna sorpresa! 17h. Miércoles, 6-enero. Epifanía del Señor. Precepto. Horario de misas de domingo. AVISOS -Todos los días hasta la Inmaculada, Rosario comentado. 18:15h. 12-diciembre. Apertura del Año de la Misericordia en la Catedral. 19h. 12-13-diciembre. III Domingo de Adviento. Colecta para Cáritas parroquial. -El día 24 de diciembre, no habrá misa de 20h. El templo se cerrará a las 20h. -Desde el día de Navidad se dispondrá de los Evangelios 2016 en la parroquia para quien quiera adquirirlos. 27-diciembre. Fiesta de la Sagrada Familia. EL ÁRBOL DE NAVIDAD Y EL BELÉN La costumbre de colocar un árbol adornado durante el Adviento en preparación de las fiestas de Navidad ha desbordado ya el ámbito de los hogares cristianos. La tradición resalta el carácter específicamente religioso del árbol vinculado a la evangelización del Norte de Europa (S. Bonifacio, s.VIII). La decoración de las ramas con luces se inscribía en los ritos de regeneración de la luz cuando los días comienzan a crecer con el solsticio de invierno. Estas prácticas del árbol de la luz eran propias del ambiente escandinavo y germano. Por el contrario los cristianos confesaban al Dios que brilla en la tiniebla reconocido por los pueblos por el esplendor de su luz. El abeto verde se presenta como signo de Cristo, el Viviente (Ap 1,18); en ese árbol lleno de luz se reconoce a Aquel que es luz del mundo (Jn 8,12); el que con su nacimiento nos conduce a Dios que habita en una luz inaccesible (1Tim 6,16). Tal celebración conlleva, el recuerdo del árbol del Paraíso; la decoración de un árbol con manzanas rojas o bolitas de color simbolizando el pecado y la redención. De esta manera, el árbol donde tuvo origen el pecado se convierte en madero de vida. Árbol y nacimiento coexistieron pacíficamente en Centroeuropa hasta la Reforma protestante. Se extiende la costumbre de colocar regalos y chucherías en torno al pino. Estos dulces eran elaborados con leche y miel evocando la Tierra prometida (Ex 3,8) a la que el árbol de la vida –símbolo de Jesucristo- daba acceso (Ap 22,14). En no pocos lugares los dulces se sustituían con eulogias, pan bendecido, que recordaban la Eucaristía (Jn 6,51). El “admirable intercambio” que canta la liturgia natalicia se expresaba así de forma sencilla: el árbol de la cruz muestra se eficacia en la Eucaristía. El primer “belén” que se puso fue en el s. XIII, en una pequeña ciudad de Italia, Greccio, y se lo debemos a San Francisco de Asís. Tres años antes de su muerte, dijo Francisco a su amigo Juan de Velitta: “Para la fiesta del nacimiento de nuestro Señor quisiera representar, en presencia de todos, el nacimiento del Niño de Belén. Es preciso que todos vean su pobreza sobre la paja, en medio del buey y del asno”. Los frailes que se hallaban en la región fueron invitados a la fiesta, y los hombres y las mujeres prepararon cirios y antorchas para alumbrar la noche que vió nacer a la Estrella que ilumina a todos los siglos. El pesebre fue colocado entre el buey y el asno. Desde entonces los frailes franciscanos extendieron la piadosa costumbre de poner “belenes” en las iglesias y en las casas. ¿Por qué poner a estos dos animales junto a Jesús–Niño en el pesebre? Porque así aparecen en la Biblia, en el primer capítulo de Isaías: conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. La tradición cristiana ha visto en estas palabras un modo profético de referirse al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, que Jesucristo ha creado al reunir en uno solo los dos pueblos existentes, el judío y el pagano. Ante Dios todos los hombres, judíos y paganos, eran como bueyes y asnos, sin razón ni conocimiento, mas el Niño en el pesebre les ha abierto los ojos para que reconozcan a su Dueño, al único Señor. Frente a las cosas de Dios, también nosotros somos bueyes y asnos a los que hay que abrir los ojos en la Nochebuena para que puedan conocer a su Señor en el pesebre. (Tomado de artículos de D. Manuel González, y D. José Ignacio Olmedo, sacerdotes de la Archidiócesis de Madrid)
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