Talleres de Cuaresma 2015 Versión I

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INTRODUCCIÓN
La Conferencia Episcopal de Colombia a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social,
para el periodo de cuaresma del 2015, propone cinco talleres pedagógicos, que ayuden a vivir
y dinamizar el trabajo pastoral y social en las comunidades parroquiales y en los equipos de
pastoral. La Iglesia hace la invitación durante este tiempo a vivir con fe, LA ORACION, EL AYUNO
Y LA CARIDAD. Sin embargo, para este año, esa reflexión y experiencia de vida, debe estar
acompañada con una reflexión profunda sobre el tema del AGUA, fuente de vida. El AGUA es
el recurso de la vida, pues “Donde hay agua hay vida”, es así como se considera, “el valor que
hay en cada gota”, pues hace posible el don maravillosos de la vida. Pero es un recurso cada vez
más escaso y fuente de conflicto, al que menos cuidado se le tiene, ya que el cuidado tanto de
las fuentes como de su uso, se hacen poco importantes, pensando en que nunca se va acabar.
Los talleres están diseñados en orden a los cinco domingos de cuaresma y con la metodología,
del VER – JUZGAR y ACTUAR, bajo esta dinámica, el Secretariado Nacional de Pastoral Social,
busca a través de estos elementos pedagógicos, poder aportar a la vivencia de la cuaresma, un
espacio de reflexión, que motive hacer una preparación digna a la Semana Santa. El ejercicio
de cada uno de los talleres, debe llevar a los participantes a tener un espacio de reflexión y de
fe, en donde se pueda vivenciar el evangelio. Pues, el cristiano, esta llamado vivir un encuentro
personal y comunitario con Dios, ayudándose de herramientas como la oración, el ayuno y el
sacrificio, que lo lleven a donarse y a conservar aquello que ha recibido de su Creador.
Textos e imágenes:
Secretariado Nacional de Pastoral Social - Caritas Colombiana.
www.pastoralsocial.org
Diseño y Diagramación:
Juan Carlos Ramos - www.voxstudio.org
MENSAJE DEL
SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2015
«Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)
Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos
haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre,
nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide
ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a
gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus
problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen... Entonces nuestro corazón cae
en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien.
Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto
que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.
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Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que
la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero
detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.
La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos.
Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos
despiertan.
Dios no es indiferente al mundo, sino que lo ama hasta el punto de dar a su Hijo por la salvación de cada hombre. En la encarnación, en la vida terrena, en la muerte y resurrección del Hijo
de Dios, se abre definitivamente la puerta entre Dios y el hombre, entre el cielo y la tierra. Y la
Iglesia es como la mano que tiene abierta esta puerta mediante la proclamación de la Palabra,
la celebración de los sacramentos, el testimonio de la fe que actúa por la caridad (cf. Ga 5,6). Sin
embargo, el mundo tiende a cerrarse en sí mismo y a cerrar la puerta a través de la cual Dios
entra en el mundo y el mundo en Él. Así, la mano, que es la Iglesia, nunca debe sorprenderse si
es rechazada, aplastada o herida.
El pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no
cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.
1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26)
La Iglesia
La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece
la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista
de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y
de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies.
Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser
sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede
hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8)
y así pueden servir al hombre.
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él.
Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en
particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En
él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros
corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los
demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es honrado, todos se alegran
con él» (1 Co 12,26).
La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los santos, pero a su vez porque es
comunión de cosas santas: el amor de Dios que se nos reveló en Cristo y todos sus dones. Entre
éstos está también la respuesta de cuantos se dejan tocar por ese amor. En esta comunión de
los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que
lo que tiene es para todos. Y puesto que estamos unidos en Dios, podemos hacer algo también por quienes están lejos, por aquellos a quienes nunca podríamos llegar sólo con nuestras
fuerzas, porque con ellos y por ellos rezamos a Dios para que todos nos abramos a su obra de
salvación.
2. «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9)
Las parroquias y las comunidades
Lo que hemos dicho para la Iglesia universal es necesario traducirlo en la vida de las parroquias
y comunidades. En estas realidades eclesiales ¿se tiene la experiencia de que formamos parte
de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y comparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo
que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos
refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo,
pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16,19-31). Para recibir
y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da es preciso superar los confines de la Iglesia
visible en dos direcciones.
En primer lugar, uniéndonos a la Iglesia del cielo en la oración. Cuando la Iglesia terrenal ora, se
instaura una comunión de servicio y de bien mutuos que llega ante Dios. Junto con los santos,
que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence
la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos
del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan, gracias a que, con la muerte
y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el
odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos. Santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia, escribía convencida de
que la alegría en el cielo por la victoria del amor crucificado no es plena mientras haya un solo
hombre en la tierra que sufra y gima: «Cuento mucho con no permanecer inactiva en el cielo,
mi deseo es seguir trabajando para la Iglesia y para las almas» (Carta 254,14 julio 1897).
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También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación. Su alegría por la victoria de
Cristo resucitado es para nosotros motivo de fuerza para superar tantas formas de indiferencia
y de dureza de corazón.
Por otra parte, toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es
misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres.
Esta misión es el testimonio paciente de Aquel que quiere llevar toda la realidad y cada hombre
al Padre. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1,8). Así podemos ver en
nuestro prójimo al hermano y a la hermana por quienes Cristo murió y resucitó. Lo que hemos
recibido, lo hemos recibido también para ellos. E, igualmente, lo que estos hermanos poseen
es un don para la Iglesia y para toda la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas, cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
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3. «Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)
La persona creyente
También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber
por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos
la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que
se celebre en toda la Iglesia —también a nivel diocesano—, en los días 13 y 14 de marzo, es
expresión de esta necesidad de la oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea
pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los
hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras
posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar
al mundo y a nosotros mismos.
Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos
que este tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón, como dijo
Benedicto XVI (Ct. enc. Deus caritas est, 31). Tener un corazón misericordioso no significa tener
un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al
tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los
caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre,
que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro.
Por esto, queridos hermanos y hermanas, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma:
“Fac cor nostrum secundum Cor tuum”: “Haz nuestro corazón semejante al tuyo” (Súplica de las
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la
globalización de la indiferencia.
Con este deseo, aseguro mi oración para que todo creyente y toda comunidad eclesial recorra
provechosamente el itinerario cuaresmal, y les pido que recen por mí. Que el Señor los bendiga
y la Virgen los guarde.
Ciudad del Vaticano, 27 de enero de 2015
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TALLER PARA EL PRIMER DOMINGO
DE CUARESMA 2015
22 de Febrero
Texto: Lectura del Evangelio Según San Marcos 1, 12-15
“En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días,
dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.”
1. VER ( 20 minutos)
Motivación: Se sugiere buscar en lo posible, un lugar al aire libre, cercano a un espacio natural,
que permita crear conexión con la naturaleza.
Las personas se saludan y se presentan, colocando su nombre sobre una cartulina que pegarán
como distintivo en el pecho de uno de los participantes.
A. “Evocar la vida”
Luego, se les pide a los participantes que cierren los ojos y evoquen la experiencia de estar en
un desierto. A través de preguntas, quien facilita el taller, ayuda a los participantes a enfocar
su imaginario en el escenario de un desierto: ¿Cómo es el clima?, ¿sienten frío o calor? ¿Escasez
de alimentos y de agua?, ¿tormentas de arena?, ¿insolación?, ¿falta protección contra el sol?,
¿hambre, sed, agotamiento, soledad, silencio, miedo, impotencia, dolor, desesperanza? etc.
(5 minutos)
B. “Recrear la vida”
- ¿En qué momento de su vida se ha sentido en un desierto espiritual?
- ¿Si tuviera la oportunidad de llevar un recurso material y otro espiritual para sobrevivir
en el desierto que llevaría? ¿Cada uno medita sobre su respuesta?
- ¿Cómo el desierto físico nos puede ayudar a fortalecer el espíritu?
2. JUZGAR -“Discernir”
A. Conozca cómo fue el acceso al agua de algunas comunidades de Colombia, en el 2014.
- Sequía en el Casanare- Mayo 2014
La sequía en el departamento del Casanare causó la muerte de miles de animales, arruinando cultivos y afectando el abastecimiento de agua de grandes sectores de la población, según informaron autoridades ambientales.
La sequía, que comenzó en diciembre pasado con temperaturas que oscilan entre los 40
y los 45 grados centígrados, ha sido atribuida por las autoridades al cambio climático,
la deforestación y la actividad extensiva de industrias agrícolas y petroleras, entre otras
razones.
La ministra del Medio Ambiente, Luz Helena Sarmiento, reconoció este viernes la gravedad de la situación que afecta un área de entre 250.000 y 300.000 hectáreas. “Vamos a
determinar las zonas donde tenemos que hacer pozos inmediatamente, donde tenemos
que traer agua para el tema de adecuación de los abrevaderos” para el ganado, dijo la
ministra, quien subrayó la necesidad de “empezar a garantizar también el bienestar de
los pobladores”.1
- Sequía en la Guajira – Julio 2014
La alta y media Guajira no solo enfrentan a diario las condiciones áridas del terreno, sino
también la ausencia de precipitaciones, cuyos valores no suelen sobrepasar los 500 milímetros de agua al año. Además, la zona alta no es atravesada por ningún río, la parte
media solo cuenta con el paso del Ranchería, los Caños, Jerez y Palomino. Estas características climáticas hacen que estas zonas de La Guajira registre un clima cálido y seco en
el que la lluvia es habitualmente escasa.
Aunado a esta situación climática, hace dos años que los pobladores de los municipios
de Uribia, Manaure, Riohacha, Albania y Maicao padecen de una larga sequía que los
tiene al borde del colapso. La ausencia de lluvias ha secado las fuentes hídricas que abastecen a varios micro acueductos rurales, igualmente en los municipios afectados no hay
disponibilidad de agua en las fuentes tradicionales de almacenamiento utilizadas en la
zona, como jagüeyes o pozos.
Uribía cuya población estimada de 156.496 habitantes la mayoría indígena, es la población más golpeada. Los 21 corregimientos de este municipio fronterizo se encuentran
atravesando una crítica situación, la escasez de alimentos y la muerte de muchos de sus
animales de sustento generaron una grave crisis alimentaria. La escasez de alimentos,
según informe de la Defensoría del pueblo, afectó más de 40.000 personas, todas pertenecientes al municipio de Uribía. Hay información de la muerte de 3.000 niños indígenas
menores de cinco años en 2014, por desnutrición y sed.
El gremio de ganaderos ha sido uno de los más afectados por la dura sequía, y se estima
que en el 2014 murieron más de 10.000 cabezas de ganado en los municipios de Maicao,
Riohacha, Uribia, Manaure, Albania y Dibulla.
Tomado de: Informe del Servicio Nacional de Emergencias del Secretariado Nacional de
Pastoral Social, julio 2014.
- Dramática contaminación del agua en el Chocó - Agosto 2014.
En Chocó es dramática la contaminación y la devastación de cuencas de los ríos por la
minería ilegal. Una investigación de la Contraloría General de la República concluye que
1. Tomado de: http://www.noticiasrcn.com/nacional-regiones-oriente/sequia-casanarecausa-muerte-miles-animales 9
esa contaminación avanza de forma descontrolada, sobre todo en escenarios con complejos problemas de orden público y desórdenes ambientales.
La situación más dramática se vive en Chocó, como lo reveló EL TIEMPO el pasado domingo. En este departamento el 90 por ciento de la minería que se practica es ilegal y
daña cuencas claves como las de los ríos Cabí, Andagueda, San Juan y Quito.
La zona de Zaragoza, sobre el río Dagua, es una de las más afectadas. Allí encontramos
fuertes daños a la dinámica del río y a sus zonas de inundación. Un aumento muy importante en las cargas de sedimentos (esto hace el caudal más vulnerable a inundaciones),
además de contaminación no solo con mercurio, sino con cianuro y líquidos combustibles. También una seria afectación a obras de infraestructura, como a las bases de los
pilotes del viaducto en construcción para el Ferrocarril del Pacífico. En Zaragoza ya hay
hoy una notoria disminución de la actividad extractiva ilegal de oro, pero estos daños
ambientales han quedado allí, sobre la flora y la fauna.
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Hemos encontrado lugares donde la comunidad se ha opuesto a la minería, pero quedan
impactos como pozos de agua contaminada. Y surge otro problema: esa agua comienza
a filtrarse en el suelo y se desborda cuando llueve mucho. A lo que se suma el hecho de
que esos líquidos acumulados comienzan a atraer insectos, con el impacto consecuente
que esto tiene para la proliferación de enfermedades como dengue o malaria.2
B. Para reflexionar en grupo
- ¿Cómo accede al agua Usted y qué diferencia encuentra con el acceso a este recurso en
las comunidades presentadas?
- ¿Cuál es nuestra responsabilidad frente a los impactos en las fuentes de agua en los
territorios en los que habitan las comunidades y familias presentadas?
- ¿Cómo podemos ser solidarios con las personas y familias que están pasando por situaciones de escasez o contaminación del agua?
3. Dialogo de apropiación
A. Lectura del texto “Reconciliación Interior” del libro: Escenarios de reconciliación, desde
una teología espiritual y desde un país en conflicto, Monseñor Luis Augusto Castro.
“La reconciliación ecológica nos invita a aceptar algunas exigencias espirituales
específicas:
Un nuevo aprecio por la naturaleza como naturaleza y no solo como producto comercial. Una nueva visión trinitaria que te lleva a creer en un Dios Padre, quien por medio
de su sabiduría, el Hijo y en el Espíritu Santo, ha formado el mundo así que todo existe
desde Dios, por medio de Dios y en Dios.
2. Tomado de: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/ciencia/contaminacion-por-mercurio-debido-a-mineria-ilegal-llega-a-80-municipios/14391252
Una nueva visión del espíritu de Dios que ha sido derramado sobre toda la creación
y crea un entramado de relaciones vitales recíprocas. Es el espíritu cósmico que crea
comunidad entre la cultura y la naturaleza. El espíritu del Señor llena la tierra (Sap 1,7)
Una nueva manera de pensar más comunicativa e integradora, que no sea conocer
para dominar sino para participar en el mundo de las relaciones mutuas entre los seres
vivos.
Una nueva ética que no sea de agresión sino de reconciliación que nos mueva a pasar de la manipulación a la preservación de la vida común de todas las criaturas en el
justo equilibrio y en la cooperación a la común supervivencia.
Una nueva comunidad de derecho que no solo reconoce la dignidad humana como
fuente de los derechos humanos sino también la dignidad de la creación como fuente
de los derechos de toda la tierra.
Una nueva y a la vez muy antigua visión mística de Dios que nos habla a través del
cuerpo y a través de la naturaleza como la mística cristiana y cósmica de San Francisco
de Asís nos ha enseñado.
Una nueva vitalidad de la fe que nos lleva a experimentar a Dios como amor y que encuentra las pruebas de ese amor divino también en todos los seres vivos creados.
Una nueva visión del mundo, como la de la visión de la Tierra entera vista por los astronautas, donde aparece como organismo entero, vivo y completo y donde los humanos
no parecemos un colosal tumor cancerígeno sino el sistema nervios que lo hace profundamente sensible y humano.
Una nueva visión de la propiedad que no solo implica una responsabilidad social sino
también una responsabilidad hereditaria y una responsabilidad medioambiental.
B. Con respecto a la lectura anterior, reflexiona en pareja. De acuerdo a esta nueva espiritualidad y nueva visión del mundo planteada en la lectura responda:
-Confiesen mutuamente entre compañeros, ¿cuales son los hábitos que me impiden
llegar a una espiritualidad que me posibilite vivir en armonía con la naturaleza?, especialmente con el uso y cuidado del agua?
- ¿Cuáles serían las prácticas que nos permitirían una reconciliación con la naturaleza y
por ende con las personas que se han visto afectadas por la escasez o contaminación de
fuentes hídricas?
4. ACTUAR – “Celebrar la vida ”
“Es cierto que en algunos lugares se produjo una «desertificación» espiritual, fruto del
proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces cristianas. Allí «el mundo cristiano se está haciendo estéril, y se agota como una tierra sobreexplotada, que se convierte en arena».
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En otros países, la resistencia violenta al Cristianismo obliga a los cristianos a vivir su fe
casi a escondidas en el país que aman. Ésta es otra forma muy dolorosa de desierto. También la propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser ese ambiente árido donde
hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. Pero «precisamente a partir de la experiencia
de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir nuevamente la alegría de
creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres.
En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir; así, en el
mundo contemporáneo, son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último de
la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa. Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra
prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza».
En todo caso, allí estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a los demás. A veces el cántaro se convierte en una pesada cruz, pero fue precisamente en la
cruz donde, traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva. ¡No nos dejemos robar la esperanza!”. Evangeli Gaudium N°86.
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B. Se propone realizar un compromiso personal y comunitario para reconciliarnos con el medio
ambiente. Se sugiere elaborar las flores de papel, de acuerdo al instructivo anexo y escribir en
el centro de ellas las prácticas de reconciliación con el medio ambiente planteadas en el punto
4 y colocarlas en un recipiente con agua.
En contacto con el agua, las flores se abrirán y representaran un símbolo del florecimiento de
acto de reconciliación con la naturaleza y con los hermanos y hermanas que se encuentran
afectados por la escasez o contaminación del agua.
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TALLER PARA EL SEGUNDO DOMINGO DE
CUARESMA 2015
1 de Marzo
Texto: Evangelio de San Marcos 9, 1-9
1. VER – “Evocar la vida”
Se solicita a las y los participantes a recordar un momento de mucha dificultad o de adversidad
en su vida en el que después terminamos diciendo… “de haberlo sabido, otra habría sido mi
actitud ante la prueba”.
Al recordar, cada persona va a tratar de evocar:
¿Qué sentimientos acompañaron ese momento de adversidad?
¿Cuál fue mi actitud frente a la prueba afrontada?
Después de superada la prueba, ¿Qué reconocí como aporte positivo de dicha prueba a
mi vida?
2. VER – “Recrear la vida”
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Después de los primeros 10 minutos de trabajo personal, se invita a compartir en pequeños
grupos de máximo 4 personas sobre lo que evocó cada uno en su vida y luego leen juntos el
siguiente texto:
EL TABOR DE CADA DÍA
Cuando te has olvidado de ti mismo,
cuando te has agotado en el servicio a los últimos,
cuando has aceptado el sufrimiento como compañero
cuando has sabido perder,
cuando ya no pretendes ganar,
cuando has compartido lo que tú necesitabas,
cuando te has arriesgado por el pobre,
cuando has enjugado las lágrimas del inocente,
cuando has rescatado a alguien de su infierno,
cuando te has introducido en el corazón del mundo,
cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios,
cuando te has purificado de tu orgullo,
cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo,
cuando te sientes herido...
brilla en ti, gratis, la luz de Dios,
sientes su presencia irradiando frescura primaveral
y su perfume te envuelve y reanima.
Ya no necesitas otros tesoros.
Dios te acompaña, te habla, te protege.
Te sientes esponjado en un mar de dicha...
Y no estás en las nubes,
es un Tabor que se te ofrece gratis,
para que disfrutes ya lo presente
y camines firme y sin temores.
Ulibarri Fl.
Terminado este momento, el facilitador o facilitadora, va a recoger los aportes o resonancias
de los grupos y cierra con una expresión firme: “La adversidad hace parte de la vida de todo ser
humano; para el cristiano hay una forma concreta de recorrerla: ¡Con Dios o sin Dios!”
3. JUZGAR – “Discernir”
(Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9,1-9).
En aquel tiempo Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una
montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco
deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron
Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:
—Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
—Este es mi Hijo amado; escuchadlo.
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando
bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta
que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.
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ILUMINACIÓN:
Pedro, Santiago y Juan” son testigos de algunos de los hechos más importantes de la vida de
Jesús: la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,37), éste de la transfiguración, la oración en Getsemaní (Mc 14,33). También los vemos con Jesús reflexionando sobre la realidad (Mc 13,3).
Los tres Apóstoles representan a la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios, el Pueblo que es interlocutor de Dios, que está en diálogo con Él, que lo “escucha”. En ellos se expresa que la Iglesia recibe
del Padre, a través de los Apóstoles, la afirmación central de la fe: el hombre Jesús de Nazaret
es el Hijo de Dios. “Elías y Moisés”, que habían subido a la montaña para encontrarse con Dios,
“conversando” con Jesús en la “montaña alta” parecen indicar que Jesús de Nazaret -que acaba
de anunciar su pasión, muerte y resurrección (Mc 8,31)- es Dios mismo.
Por tanto, la antigua alianza, la Ley y los Profetas, ha sido transfigurada: ya no son tablas de
piedra; la nueva Ley es el mismo Jesús. Basta con “escucharlo” a Él, “solo con ellos”. “Escuchar”
a Jesús, el Profeta definitivo, es vida para la Iglesia y para cada discípulo: discípulo es quien
“escucha” al “Maestro”.
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El “mandato” de Jesús: “No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos” alude, por un lado, al anuncio de la pasión-muerte-resurrección que
acabamos de encontrar (8,31). E indica que sólo al final de todo el proceso, de todo el camino
de Jesús, se podrá comprender quién es el Mesías de Dios, cuál es la manera de estar Dios con
nosotros.
La experiencia de los tres Apóstoles, anticipación de la resurrección, les será una fuerza para el
camino que tienen que recorrer, que será duro: a partir de ese momento, Jesús sólo encuentra
dificultades; en este Evangelio de Marcos ya no hallamos más al Jesús exitoso que hemos visto
en la primera parte (capítulos 1-8).
Con esta fuerza ya no es necesario “estar aquí”, en la montaña. La vida, por dura que pueda ser
(cruz, muerte...), será vivida en otra perspectiva: la resurrección de Cristo lo transfigura todo, el
pecado y la muerte no tendrán la última palabra sobre la vida de nadie3.
Ahora bien, quienes nos reconocemos discípulos de Jesús, en este evangelio recibimos la confirmación de que Aquél a quien “Escuchamos” y “Seguimos” es una persona, que ha derrotado
la muerte y se ha quedado entre nosotros para caminar con nosotros en la transformación de
todas aquellas realidades de muerte, de injusticia y destrucción porque Él ha venido y se ha
quedado para que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Cf. Jn. 10,10). Es esta certeza
de la vida eterna que nos espera porque nos ha sido ganada a través de la entrega amorosa de
Jesús para reconciliarnos con el Padre y entre nosotros, la que nos aporta la fuerza para recorrer la vida con sus adversidades, sin perder la Alegría, con voluntad de arriesgar y con coraje
transformador.
3. “El Evangelio en medio de la vida” (Domingos y fiestas del ciclo-B). Josep Maria Romaguera, Colección Emaús Maior 1 - Centro de Pastoral Litúrgica
En este sentido, “Escuchar a Jesús” como sus discípulos nos lleva a encarnar, hacer propio su
mensaje, especialmente aquel mensaje en el que nos invita a dejarnos reconciliar por Dios para
que experimentando el beneficio de la reconciliación en la propia vida, vayamos por el mundo
como sus embajadores a invitar a todos y todas a dejarse reconciliar por Dios; pero esta reconciliación no se queda en una sola dirección, reconciliarse con Dios implica una reconciliación
con los hermanos, con la creación, con el pasado para que sea posible la creación del “nuevo
orden” del que somos ministros colaboradores para hacer posible esta obra de Dios en el mundo, en las realidades concretas en las que estamos insertos (Cf. 1 Cor. 5, 17-21).
Ahora el Padre no habla sólo a Jesús: “Tú eres mi hijo”. Se dirige a todos nosotros: “Éste es mi
hijo, Él es mi Palabra. Lo que dice y lo que hace es mi Palabra. Si vivimos la Palabra del Hijo, nos
haremos hijos, si vivimos la Palabra, nos haremos Palabra. Ésta es la transfiguración a la que
estamos invitados todos y cada uno de los cristianos; una transfiguración que será generadora
de la transformación del mundo hacia el Orden Nuevo que nos ha sido prometido.
4. DIALOGO DE APROPIACIÓN
CONVERSACIONES POR GRUPOS: las personas participantes en el taller, se organizan grupos
de máximo siete personas y mínimo tres personas. Conversan en torno a las siguientes frases,
teniendo como referente la reconciliación.
- ¿Cómo puede Jesús transfigurar nuestra relación con Dios?
- ¿Cómo puede Jesús transfigurar nuestra relación con los hermanos?
- ¿Cómo puede Jesús transfigurar nuestra relación con la creación?
SOCIALIZACIÓN: los grupos comparten sus reflexiones
5. ACTUAR – “Celebrar la vida”
Ponemos frente a todo el grupo una cartelera grande con el siguiente mensaje: “Sólo sabremos
hablar de TRANSFIGURACIÓN, si aprendemos a llevar una vida transformada”. Junto a la cartelera,
poner un cirio encendido y cerrar el taller haciendo una oración comunitaria en la que exprese
cada participante su compromiso por dejarse transformar en Cristo y ser así, agente de transformación en el mundo.
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TALLER PARA EL TERCER DOMINGO
DE CUARESMA 2015
“LA EXPULSIÓN DE LOS MERCADERES” Jn 2, 13-25
8 de Marzo
1. VER - “Evocar la vida”: ¿Dónde sentimos nuestras emociones?
Se invita a las personas a dibujar la silueta de su cuerpo. Sobre él se contestará la siguiente pregunta: ¿En qué parte de nuestro cuerpo se manifiestan las siguientes emociones?
- Rabia
- Tristeza
- Desprecio
- Miedo
- Ansiedad
- Orgullo
- Asco
- Amor
- Vergüenza
- Felicidad
- Depresión
- Envidia
2. VER – “Recrear la vida”:
“La enfermedad es un conflicto entre el alma y el cuerpo”
Joan Sebastian Bach
EL CUERPO GRITA LO QUE LA BOCA CALLA
El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora; el dolor de garganta “tapona” cuando no es
posible comunicar las aflicciones; el estómago “arde” cuando las rabias no consiguen salir
La diabetes “invade” cuando la soledad duele; el cuerpo “engorda” cuando la insatisfacción aprieta; el dolor de cabeza “deprime” cuando las dudas aumentan; el corazón “afloja”
cuando el sentido de la vida parece terminar; la alergia “aparece” cuando el perfeccionamiento es intolerable; las uñas se “quiebran” cuando las defensas están amenazadas; el
pecho “aprieta” cuando el orgullo esclaviza; la presión “sube” cuando el miedo aprisiona;
las neurosis “paralizan” cuando el niño interior tiraniza; la fiebre “calienta” cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad; el cáncer “mata” cuando te cansas de vivir;
las rodillas “duelen” cuando tu orgullo no se doblega. La enfermedad no es mala, son señalamientos del camino. El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES. Existen semáforos llamados AMIGOS. Existen luces de precaución llamadas FAMILIA. Todo se logra si tienes: una llanta de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor
llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA,
pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS.
3. JUZGAR – “Discernir”: Juan 2, 13-25
ILUMINACIÓN
La ira divina, ha sido llamada por algunos la actitud manifestada por Jesús en este pasaje bíblico que Juan coloca al comienzo del ministerio del Señor, en contraposición con los Evangelios
sinópticos. De todos modos, éstos no pretenden ser una narración histórica de los hechos de
Jesús, sino una interpretación teológica de los acontecimientos salvíficos.
En su narración, el autor del cuarto Evangelio relaciona este hecho con la cercanía de la Pascua.;
he ahí una clave para su interpretación. La Pascua judía era una prefiguración de la verdadera y
definitiva Pascua que estaba próxima a acontecer en la plenitud de los tiempos, donde el Cordero Pascual sería el propio Hijo de Dios, cuya sangre serviría como expiación por los pecados
del mundo.
Jesús manifiesta su disgusto por las actividades mercantiles que se realizaban en el centro de la
actividad religiosa de Jerusalén. La venta de animales para el sacrificio, así como el cambio de
monedas en procura de obtener la moneda oficial del templo para pagar la ofrenda, en lugar
de la divisa corriente romana que circulaba en aquella época, habían convertido una parte del
templo en “un mercado”, de acuerdo a las palabras de desaprobación de parte del Señor.
La intervención de los encargados del orden del templo tiene más bien la finalidad de proteger a los vendedores y cuestionar la autoridad de Jesús para llevar a cabo una acción como
la recién efectuada por él, en la que atacaba una actividad que proporcionaba abundantes
beneficios a las autoridades religiosas de entonces. Las duras palabras de Jesús, encuentran de
inmediato la oposición de la guardia del local, que ven en el gesto una pretensión mesiánica,
por tanto piden señales, es decir la ejecución de milagros.
¿Qué signos nos muestra para obrar así?
La respuesta de Jesús, aunque no entendida en el momento, es verdadera y absolutamente
pascual: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”. Sus contrarios utilizarían esa frase, al
procesarle ante el sanedrín, como uno de los principales motivos para acusarle y entregarle a
las autoridades romanas en procura de su condenación a muerte.
Observemos que no dice “lo reconstruiré”, sino “levantaré”; expresión que tiene que ver tanto
con la muerte en cruz, como con la resurrección gloriosa y la ascensión de nuestro Señor. Como
dice el texto bíblico, esto habría de ser comprendido luego por los discípulos, a la luz de los
acontecimientos pascuales.
Con su resurrección, Jesús reemplaza el templo; Él está presente donde dos o más se reúnen
en su Nombre; no importa el lugar físico en que esto ocurra. Igualmente, el Espíritu común del
Padre y del Hijo convierte a cada bautizado, que actúa como tal, en templo del Espíritu Santo.
Agradezcamos al Señor por habernos honrado de ese modo y glorifiquemos su presencia en
nosotros actuando conforme a tan amorosa distinción.
4. Diálogo de apropiación
Se organiza el grupo en pequeños para reflexionar sobre las siguientes preguntas:
¿Cuántas veces hacemos cosas que lastiman nuestro cuerpo como templo?
¿Cuál es la razón de nuestro actuar?
¿Cuántos templos hoy se convierten en tiendas, negocios, que nada tienen que ver con
el culto a Dios? Alejando a muchos que sólo buscan vivir el Evangelio y ser testimonios
del Amor de Dios.
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Socialización
El facilitador o facilitadora, invita a un delegado de cada grupo para que comparta la reflexión
que hicieron y, al finalizar, recoge todos los aportes haciendo énfasis en el mensaje central del
evangelio del domingo:
Jesús sube a Jerusalén acompañado de sus discípulos para celebrar la Pascua, cuando
llega al templo ve que en la puerta del mismo hay vendedores de animales de todo tipo
para hacer sacrificios a Dios, personas que cambian las monedas paganas por la oficial
que aceptaban los sacerdotes…
Ante esta visión Jesús reacciona con energía e indignación porque ve que la casa de Dios
se ha convertido en un mercado. Arroja a los mercaderes de forma inmediata y grita con
fuerza: «No conviertan la casa de mi Padre en un mercado» Él actúa de esta forma porque el culto a Dios no tiene nada que ver con un intercambio, ni con un negocio para que
los sacerdotes se enriquezcan, tampoco con comprar a Dios: te ofrezco un sacrificio y a
cambio tú me das lo que te pido. Para Jesús Dios es amor y nunca sacrificio como refleja
la Sagrada Escritura a través de los profetas.
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Para Jesús el templo es la casa del Padre donde todos sus hijos son acogidos, donde el
amor prevalece por encima del dinero, de los odios y desigualdades sociales. Porque el
templo es la casa donde se reúnen sus Hijos formando la gran familia de los hijos de Dios.
5. ACTUAR – “Celebrar la vida”
Se invita a los participantes a agradecer por nuestro cuerpo y cada una de sus partes. Para ello,
se les invita al templo en donde por cada parte del mismo se elevará un agradecimiento de la
siguiente manera:
a. Frente al templo – señal de la cruz
b. Pila bautismal – Sangre
c. El Ambón – Boca (Palabra de Dios)
d. Altar – Extremidades (Brazos y piernas)
e. Santísimo – Corazón
f. María – Manos
g. Campañas – Oídos
h. Silla principal – Sacerdote como cabeza de la Iglesia
i.Crucifico – Ojos
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TALLER PARA EL CUARTO DOMINGO DE
CUARESMA 2015
“EL AMOR DE DIOS PARA EL MUNDO”
15 de Marzo
Texto: Evangelio de San Juan 3, 14 – 21
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por
Él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo
el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a
su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que
cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el
Nombre del Hijo único de Dios.
«Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que
la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a
la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para
que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».
1. VER – “Evocar la vida” (20 min)
- Las personas participantes se saludan y se dan la bienvenida a este espacio.
- Se realizará una procesión de entrada con un Crucifijo que será levantado a la vista de
todo el grupo y quedará expuesto durante el taller.
- Durante la procesión puede escucharse la canción “Abraza la cruz” de Nana Angarita. La
encontrarán en https://www.youtube.com/watch?v=UD2x-I_MaSA
• Cuando el Crucifijo sea colocado delante del grupo se leerá: «Como Moisés levantó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que
crea tenga por Él vida eterna».
La cruz de Jesús es un dar la vida, un darse totalmente, completamente, absolutamente; un
entregarse de forma tal que entendemos que allí está reflejado el amor de Dios. Por lo tanto,
este Crucifijo representa a Cristo que nos reconcilia con Dios y con nuestros hermanos y
hermanas.
REFLEXION INDIVIDUAL:
- ¿Hay alguna situación en tu vida en que has sentido que lo que ocurrió fue un castigo
divino? ¿Por qué pensaste esto?
- Luego, ¿cambió tu idea sobre esta experiencia dolorosa que tuviste que afrontar? ¿Por
qué? ¿Qué o quién influyó para este cambio de idea?
2. VER – “Recrear la vida” (30 min)
REFLEXION GRUPAL:
Compartir en grupos de 3 ó 4 personas la respuesta a las preguntas anteriores.
• ¿Qué significa para ti el sufrimiento?
• Sabías que «Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgarlo, sino para que el mundo
se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado» (Jn 3, 16)
Dialogar en el grupo cómo se entiende esta frase.
Este texto es muy importante para entender el amor de Dios que nos vino a revelar Jesús: Dios
ha enviado a Su Hijo a salvarnos, no a condenarnos.
Con frecuencia se tiene la imagen de que Dios es un Dios castigador, que nos envía males,
tragedias y sufrimiento en represalia por nuestras malas acciones. No hemos reflexionado el
sentido de este texto, en el cual lo que se nos muestra es:
“Que el amor de Dios por nosotros/as no tiene límites
porque fue capaz de sacrificar a su propio Hijo para reconciliarnos”.
3. JUZGAR – “Discernir” (20 min)
En el evangelio de este cuarto domingo de cuaresma vemos que Jesús se encuentra con un
fariseo llamado Nicodemo y éste es quien busca a Jesús. Nicodemo podría representar a todas
aquellas personas que buscan de corazón a Jesús, y llegan a encontrarlo.
El Evangelio de Juan presenta a Jesús invitando a Nicodemo a vivir buscando la luz y a alejarse
de la oscuridad: «Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo para que todos nos salvemos
y tengamos vida eterna».
Jesús le ayuda a entender que Dios envía a su Hijo al mundo para que todos podamos acogernos a su amor, pero no como una imposición sino como un acto voluntario. Hombres y mujeres
tenemos la libertad para tomar la decisión de aceptar o no a Jesús. Pues como dice el texto: «El
juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque
sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean
censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus
obras están hechas según Dios» (Jn 3, 19 – 21).
Con este texto descubrimos la auténtica voluntad de Dios: la salvación y la vida de toda persona.
También nos invita a revisar nuestras obras: ¿Somos de los que huyen de la luz? ¿Nos da miedo
que Dios mire dentro de nuestras vidas? ¿O más bien estamos dispuestos a aceptar su luz?
Si reflexionamos en profundidad sobre esto, descubriremos aspectos positivos y negativos,
bondad y pecado en nuestro interior. Pero eso Dios ya lo sabe. El problema no es ser buenos o
malos, lo importante es creer que Jesús nos puede iluminar, nos puede transformar, nos puede
ayudar a crecer, a mejorar y a desarrollar nuestro proyecto de vida.
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4. Diálogo de apropiación
En pequeños grupos se realizará la siguiente actividad: Identificar varias situaciones cotidianas
de la comunidad o de la familia, en las que se reflejen 3 hechos de luz y 3 hechos de oscuridad.
HECHOS DE LUZ
HECHOS DE OSCURIDAD
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Dialogar sobre:
• ¿Qué motiva a las personas a actuar en la luz?
• ¿Por qué ocurren estos hechos de oscuridad?
• ¿Cómo se podrían transformar los hechos de oscuridad en hechos de luz?
Las personas que deciden actuar mal prefieren la oscuridad, no quieren que se vea lo que hacen; en cambio, a los que hacen el bien no les preocupa que los demás se den cuenta y son
capaces de actuar ante los ojos de los demás. Por esto, el juicio no lo hace la luz, la luz solo brilla.
Son las personas las que, ya antes de actuar, son conscientes de lo que están haciendo, y por
tanto huyen de la luz y se refugian en la oscuridad.
Las personas que deciden aceptar a Jesús en sus vidas, tienen la opción de seguirlo, es decir, de
actuar en la luz, de actuar con rectitud, de llevar una vida honesta ante Dios y ante los demás. El
Evangelio de hoy afirma que «Quien obra la verdad va hacia la luz», lo cual significa que cuando
uno se “acerca a la luz” se hace posible “vivir de acuerdo con la verdad” y “la voluntad de Dios”.
Así debería ser nuestro proceder.
5. ACTUAR – “Celebrar la vida” (20 min)
“La cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto,
aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad”.
Ante esta invitación del Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2015, se invita a cada
persona pensar cómo puede ser un agente de reconciliación durante esta cuaresma en:
• su familia
• su trabajo
• su parroquia
• su comunidad
Se entrega una velita a cada uno/a con la cual se representarán los hechos de reconciliación
que están dispuestos a realizar durante esta cuaresma.
Se puede terminar con una oración de acción de gracias.
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TALLER PARA EL QUINTO DOMINGO
DE CUARESMA 2015
“EL AMOR DE DIOS PARA EL MUNDO”
22 de Marzo
Texto: Evangelio según San Juan 12, 20 – 33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la Fiesta había algunos gentiles;
éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: —Señor, quisiéramos
ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: —Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os
aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en
este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde
esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará.
Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he
venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: -Lo he
glorificado y volveré a glorificarlo.
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le
había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: —Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va
a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando
yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
1. VER – “Evocar la vida”. (20 min)
- Después del saludo inicial, dar lectura para todas y todos del siguiente hecho de la cotidianidad:
Dos bomberos rescataron a una anciana cuya vivienda se había incendiado: entraron
en medio del humo y las llamas y la sacaron de allí. Fueron entrevistados en televisión y,
cuando la periodista alabó su valor, respondieron: “Hemos hecho nuestro trabajo. Estamos
para eso”, dando a entender que ese gesto de entrega no era algo tan extraordinario,
sino que forma parte de su labor cotidiana, ya que a diario se hacen servicios incluso más
arriesgados que ése y que se quedan en el anonimato. Esa entrega diaria no siempre es
reconocida por la sociedad, que en general sólo los “ve” en acontecimientos que tienen
repercusión en los medios de comunicación, pero ellos están dispuestos a seguir ofreciendo su servicio a la sociedad, aunque no les resulte fácil, y aunque bastantes veces
arriesguen y pierden su propia vida.
- Tener en el espacio de la reunión una cruz y contemplarla un breve momento mientras individualmente cada uno y cada una se pregunta: ¿Qué sentido tiene la cruz en mi vida? ¿Qué evoca
en mi persona cuando se me invita a tomar la cruz y seguir a Jesús?
- Traer a la memoria un recuerdo de la historia personal en la que hemos asumido algún sacrificio por amor a alguien o a algo y recordar ¿qué sentimientos me quedaron pese al sacrificio
que realicé?
- Después de este espacio personal, se deja un espacio un poco más amplio (no más de 10
minutos) para recoger algunas de las evocaciones y se retoma la expresión con la que Jesús
refleja el valor de su sacrificio por Amor a nosotros para que seamos salvos (es decir seamos
reconciliados con Dios y entre nosotros): “Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y
muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”.
El facilitador o facilitadora, cierra este momento centrándose en los sentimientos expresados
como producto del sacrificio por Amor y asociarlo con los frutos a los que se refiere Jesús en su
afirmación de la fecundidad de la renuncia o muerte a sí mismo para ganar la vida y dar fruto.
2. JUZGAR – “Discernir” (30 min)
En el Evangelio, unos gentiles habían oído hablar de Jesús y querían verlo. Pero cuando fueron a
decírselo a Jesús, Él no se presentó a sí mismo, sino que habló de lo que Él ha venido a enseñarnos: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero su muere, da mucho fruto.
Ésta es la tarjeta de presentación de Jesús, y quien quiera “verle” de verdad no ha de fijarse en
la imagen, en lo que se ve, ha de tener presente su entrega, que está dispuesto a llevar hasta
el extremo, aun-que como verdadero hombre no le resulta fácil: Ahora mi alma está agitada
y, ¿qué diré? Padre, líbrame de esta hora; como dice la carta a los Hebreos: presentó oraciones y
súplicas al que podía salvarlo de la muerte.
Pero a pesar de experimentar la agitación del alma, la inquietud, se reafirma en cumplir la voluntad del Padre: Pero si por esto he venido, para esta hora. Jesús está dispuesto a “hacer su trabajo” aunque le cueste: Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y por esa obediencia el Padre lo ratifica delante de todos: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.
El Padre reconoce la entrega de su Hijo, y en Él, la de todos los que le siguen, nosotros, porque
como decía Jesús: Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Por eso Jesús nos lanza una
propuesta que es también un reto: El que quiera servirme, que me siga. Ser cristiano es seguir
a Jesús, pero seguirle también en esa entrega, estar dispuesto a ser “grano de trigo que cae en
tierra y muere para dar fruto”. Un seguimiento en la entrega que, a pesar de las dificultades y
angustias que puede acarrear, quien lo realiza se guardará para la vida eterna. Un seguimiento
en la entrega que nos da la certeza de compartir el destino de Jesús: a quien me sirva, el Padre le
premiará, cumpliéndose que donde esté yo, allí también estará mi servidor.
Si bien es cierto, Colombia reporta una disminución en las cifras de muerte violenta frente a
los años anteriores4 , es importante poner la mirada en las causas de dichas cifras para no caer
en la tentación del juicio histórico que la violencia en Colombia solo está asociada al conflicto
armado interno.
Muy por el contrario, las causas de muertes violentas en Colombia responden en el mayor
porcentaje a: riñas callejeras, delincuencia común, accidentes de tránsito, violencia doméstica,
suicidios, entre otros factores. Esto nos muestra claramente que el reto de la paz y la Recon4 . Informe Forensis 2013 – Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses file:///E:/FORENSIS%202013%201-%20lesiones%20de%20causa.pdf
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ciliación no radica en el actual proceso de diálogos de La Habana para poner fin al conflicto.
El verdadero desafío radica en desinstalar del propio corazón en cada ciudadano y ciudadana
colombiana, todos aquellos sentimientos que le llevan a perder el respeto a la dignidad, la
integridad y la vida del hermano o hermana. “Desinstalar la violencia de las relaciones cotidianas” en la familia, en la escuela, en el barrio o comunidad, en el trabajo. Allí es donde se
instala el desafío de la Paz y la Reconciliación para los Colombianos.
Jesús nos propone un camino… morir a sí mismo para ganar la vida! Renunciar a nuestros
propios intereses basados en el egocentrismo que nos hacen competir y conflictuar con los
hermanos y hermanas. Solo así tendremos como fruto la Paz que tanto anhelamos.
3. DIALOGO DE APROPIACIÓN (20 min)
A continuación se invita a las y los participantes a organizarse en cinco grupos para reflexionar
sobre la necesidad de morir a aquellas actitudes y comportamientos personales que rompen la
comunión y detonan violencia en los respectivos ambientes de la cotidianidad, para transformarlos en frutos de comunión y de sana convivencia:
Grupo 1: Ambiente familiar
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Grupo 2: Ambiente escolar
Grupo 3: Ambiente comunitario
Grupo 4: Ambiente laboral
Grupo 5: Ambiente eclesial
Renunciar a…
Actitudes
Comportamientos
Para ganar frutos de…
Al terminar, los diversos grupos socializan su reflexión y se van recogiendo en esas dos
dimensiones: aquellas actitudes y comportamientos a las que debemos morir para ganar la vida, la comunión y la convivencia.
4. ACTUAR – “Celebrar la vida” (20 min)
Para este momento de cierre, el facilitador o facilitadora, pondrá en el centro, al lado de la cruz
que va a estar como signo en todo el taller, un cirio encendido, una taza con semillas y una
matera con tierra.
Mientras se hace sonar la canción “Al pecho llevo una cruz” https://www.youtube.com/watch?v=b-6KNA0UahU, cada participante toma semillas en las
que representa la renuncias que asume debe trabajar para contribuir a la paz y la reconciliación
en Colombia, se dirige a la matera con tierra y el gesto de sumergir la semilla en la tierra que
simboliza la muerte, es decir la renuncia personal a dichas actitudes y comportamientos para
que la vida llena de frutos de comunión, paz y reconciliación vengan a nuestro país.
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