Escala de grises de Sonia Martínez López

ESCALA DE GRISES
1.
Aguárdame en el alféizar de la noche.
Desplegaré toda mi inocencia
para acallar tu quebranto.
2.
Tú junto a mí
y la trama ahogada
en los charcos.
3.
Somos todo aquello que los demás
no saben de nosotros.
4.
Acógete
en el remanso de mi estocada,
con ductilidad.
Corrómpeme.
5.
tan simple como que temo
a la oscuridad del vacío
a sentirme atrapada
a quedarme sola
y a tu olvido
6.
Se acumula el rencor,
el tacto se hace ajeno.
7.
Una vez más,
la comparación de heridas;
y la verdad en fragmentos.
8.
Acecha un abismo;
la caída del tiempo.
Rivalizan los sentidos.
Acallo un segundo mi cuerpo.
La voluntad se ve invadida
por un último tropiezo.
9.
Dices ver en mi mirada cómo desaparezco a cada instante.
Era Houdini el que tenía la clave para poder escapar,
yo sólo me pierdo en el olvido.
Intento encontrar entre tinieblas lo que nunca fue
y descubrir su porqué.
Si no tenemos adónde ir juntos,
¿por qué dejas que te siga?
10.
Sumirse en el leteo del abrazo;
anestesiar la memoria.
11.
Por mucho que brille una estrella
jamás podrá desprenderse de la noche.
12.
Abandoné aquel tren
y subí las escaleras mecánicas.
Tras la ventanilla, tus ojos
reflejaban paisajes inundados.
13.
En la calle gritan la palabra amor.
Regreso a casa.
Los muros que antes me quedaban demasiado altos
sólo guardan escombros.
14.
Hoy ya no es ayer,
pero lo será mañana.
15.
Bajo mis pies,
manzanas caídas exudan su último hedor.
Aprendo:
madurar es asumir que eres prescindible.
16.
Huir,
crecer,
continuar siendo
apéndice de una sombra.
17.
El recuerdo de mi voz
será un vestido apolillado.
18.
Un escuadrón de recuerdos
llega para azotar mi calma,
como un murciélago
atrapado en una alacena;
muda el sosiego
en humedad en la almohada.
19.
Trepa a la ventana,
silenciosa zarza;
con mesura.
Construye el olvido.
20.
Desde esta habitación con vistas
todo resulta inalcanzable;
salvo abrazar el suelo.
21.
las luces del tráfico
merodean la estancia
vigilan mis sueños
como si de una cárcel
se tratara
22.
no existe ensoñación ni despertar
sólo materia en estado de letargo
caparazón de un cerebro insomne
23.
Las mañanas se despiertan
bajo oscuros graznidos.
Entre el frío de las sábanas
no queda nada que presagiar.
24.
Aquella mañana deseé ser luz,
colarme entre las ramas
y estrellarme contra el suelo.
25.
antesala al vacío
porción de existencia
me guarecen las sombras
se deshilan las hebras
no habrá dolor
en la noche eterna
26.
Tras la ablución del cuerpo,
me encomiendo al destino;
que sea él culpable
de la grieta en el techo.
27.
El punto final es un satélite
donde habitan las historias
que no pudieron ser contadas.