El (im) posible proceso de duelo Familiares de detenidos desaparecidos: violencia política, trauma y memoria María Isabel Castillo Vergara Índice Introducción.....................................................................................11 Capítulo I La violencia política y la situación de los detenidos desaparecidos en Chile......................................................................15 Reflexiones sobre violencia y poder ....................................................17 La violencia política.........................................................................22 Antecedentes políticos y sociales de la situación de los detenidos desaparecidos en Chile...............................................24 Capítulo II Estudio de caso clínico......................................................................33 Capítulo III De la situación traumática, del aconte-ser traumático.....................65 Capítulo IV De memorias individuales y de memorias sociales.........................113 De memorias individuales...............................................................115 De memorias sociales.......................................................................119 Capítulo V El (im)posible duelo de los familiares de detenidos desaparecidos..............................................................133 El proceso de duelo en los familiares de detenidos desaparecidos.............161 Capítulo VI Metamorfosis de la violencia...........................................................179 9 María Isabel Castillo Vergara Capítulo VII Propuesta de un modelo terapéutico..............................................193 La violencia política.......................................................................196 Aconte-ser traumático......................................................................197 Memoria.......................................................................................198 Reconocimiento social y presencia de un “otro”..................................200 ¿Es posible elaborar el duelo en los familiares en los detenidos desaparecidos?.........................................................201 Propuesta de un modelo terapéutico..................................................202 Un espacio terapéutico.....................................................................218 ¿Quiénes son los terapeutas?.............................................................265 Las limitaciones y facilidades para trabajar con pacientes traumatizados extremos...............................................266 Bibliografía.....................................................................................270 10 Introducción Desde el Holocausto a la fecha, autores tales como Bruno Bettelheim y Alexander Mitscherlich, a partir de sus propias experiencias –detenidos en campos de concentración durante el nazismo– y teniendo al psicoanálisis como referente teórico, han reflexionado sobre las consecuencias y el daño que tienen sobre los individuos y la sociedad las situaciones de violencia política. Esto les permitió concluir que la recuperación de la memoria de los acontecimientos es un proceso necesario para poder elaborar dichos daños, tanto a nivel individual como social, para que las situaciones no se repitan y para que los efectos sobre la sociedad y, específicamente sobre las segundas y terceras generaciones de las víctimas, sean mitigados. La historia de muchos países latinoamericanos ha estado marcada por guerras, invasiones y violentos conflictos sociales y políticos, que tuvieron su máxima expresión en la década de los setenta. En el marco de dichos conflictos, surge la pregunta de cómo afecta a las personas la vivencia de situaciones de violencia política. En este sentido, la relación entre los procesos políticos y subjetivos se constituye en un campo importante de preocupación de los psicólogos, quienes utilizan el término “trauma político” para explicar dicho ámbito de fenómenos. La heterogeneidad de los discursos sobre el trauma, como consecuencia de las situaciones de violencia política, ha sido interpretada por los actores involucrados como un importante obstáculo para su resolución y ha generado un escenario en el cual se confrontan las versiones contrapuestas, buscando cada una constituirse en la descripción verdadera de los hechos. Así, con omisiones y justificaciones, cada sociedad va construyendo una historia oficial y, en contraparte, los grupos afectados y los opositores a las prácticas de la violencia recurren a la denuncia como una estrategia de sobrevivencia. 11 María Isabel Castillo Vergara A medida que se van resolviendo los conflictos y surgen los procesos de transición a la democracia en América Latina, las distintas versiones de lo ocurrido van adquiriendo fuerzas diferenciales estableciéndose lentamente una verdad relativa sobre los hechos acaecidos. Se instaura así una pugna por la reconstrucción verdadera del pasado, y es en este contexto donde se generaliza el uso de la noción “memoria social”. Desde la década de los ochenta, en Latinoamérica surgen reflexiones teóricas a partir de una praxis basada en la necesidad imperiosa de implementar la atención profesional a víctimas de las violaciones de los derechos humanos. El quehacer terapéutico se fue construyendo en la medida en que se fue atendiendo a las víctimas ya que no se tenían referencias de situaciones similares. Por esta razón, los aportes de Bettelheim y Mitscherlich adquirieron una gran relevancia. Algunos de estos grupos de salud mental recurrieron al referente teórico psicoanalítico y a la disposición de ciertos terapeutas para enfrentar el desafío que se les presentaba, dados los difíciles escenarios sociopolíticos en los que víctimas y terapeutas estaban inmersos. Así, surgen algunas organizaciones en Argentina, Uruguay, El Salvador, México y Chile, que intentan dar respuesta a las demandas de atención. Además, en la medida en que se va construyendo el quehacer terapéutico, se establecen canales de intercambio y de reflexión que permiten la discusión teórica con una perspectiva psicosocial sobre el tema de la violencia, los derechos humanos, la traumatización, la memoria, la reparación y la salud mental. En Chile, el trabajo terapéutico con este tipo de víctimas se inició en plena dictadura militar y fue desarrollado por las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos que prestaron atención legal, social, médica y terapéutica a los familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados políticos, y también a los torturados, presos políticos y exiliados. Desde esta perspectiva y como integrante de estos equipos de 12 Introducción salud mental – con una experiencia de más de treinta años en la temática–, puedo afirmar que nos vimos enfrentados, al igual que los pacientes, al impacto de la desmentida de la realidad como un elemento de la violencia social y política que se introducía en la relación terapéutica. Durante un largo período, no era fácil evaluar si el hecho de llamar a las cosas por su nombre constituía un peligro, incluso en el espacio privado del trabajo clínico. En una sociedad atravesada por el miedo y la negación, parecía ineludible recuperar la capacidad de nombrar, ya que nuestra concepción acerca de los vínculos humanos nos llevaba a desarrollar un tipo de vínculo terapéutico que implicaba generar un espacio donde todo podía ser hablado. En este contexto, la confirmación de la realidad experimentada por el paciente era una condición primordial e indispensable. Como terapeutas, nosotros nos constituimos en “la realidad”, es decir, gracias a nuestra presencia, aquello que habían experimentado en sus cuerpos y en sus mentes adquirió veracidad y confirmación. Han transcurrido cuarenta años, y aún existe una demanda de atención de pacientes nuevos, quienes vivieron directamente la represión política y presentan sintomatologías consistentes en crisis de angustia, ansiedad permanente, insomnio, pesadillas y enfermedades psicosomáticas. En varias ocasiones, se reactiva una sintomatología en pacientes que ya han sido tratados, desencadenada por hechos políticos significativos relacionados con la violación de los derechos humanos, y posteriores a sus propias experiencias, como los hallazgos de osamentas en Lonquén (1979), Pisagua (1990) y en el Patio 29 del Cementerio General (1991); sus declaraciones ante la Comisión Verdad y Reconciliación (1990); el conocimiento del Informe Rettig (1991); el surgimiento de una Ley de Reparación (1991); la detención de Pinochet en Londres (1998); la reactualización de juicios y, por esto, tener que declarar frente a sus victimarios; la instauración de la Mesa de Diálogo (1999) o de la Comisión de Prisión Política y Tortura (2004) y la reactualización de dicha Comisión (2011). Además, se observa la consulta 13 María Isabel Castillo Vergara de jóvenes y niños, es decir, la segunda y tercera generación de los afectados directos. En mi quehacer terapéutico, he atendido a varios familiares de detenidos desaparecidos, cuyo proceso de duelo es específico, ya que ha estado configurado por razones políticas y sociales que lo diferencian de otro tipo de duelo: aquí no existe el rito funerario y, además, dada la relación con el contexto político-social, la situación traumática es intensa, sostenida y acumulativa. Algunos familiares han encontrado los restos de los suyos, otros aún esperan encontrarlos; están también quienes no lo desean, y los que, luego de diez años de haber enterrado los restos de sus seres queridos, han sido informados de que hubo errores en la identificación de los mismos. El no poder encontrar los restos, la imposibilidad de realizar el rito funerario y la falta de reconocimiento social, otorgan la máxima especificidad al proceso de duelo de estos pacientes. Reflexionar sobre el proceso de duelo en los familiares de detenidos desaparecidos permitirá entregar una visión de la vinculación entre la teoría psicoanalítica, su relación con el contexto social y el ejercicio de una praxis psicoterapeuta que se ha dado en los países de América Latina. Es decir, se pretende aportar un modelo terapéutico que plantee la relación que se podría establecer entre la memoria individual y la memoria social en el vínculo intersubjetivo que se construye en el espacio terapéutico. Este modelo lleva a preguntarse si es posible que los familiares de detenidos desaparecidos elaboren el duelo, qué tipo de proceso psicoterapéutico se co-construye con ellos y si es la construcción de la memoria, tanto individual como social, la que permite establecer la vinculación entre los procesos subjetivos y sociales, que se dan en una situación traumática como es la desaparición forzada de un familiar. 14
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