• Acepta que lo que sabe es gracias a la razón, y lo que sabe le será

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Acepta que lo que sabe es gracias a la razón, y lo que sabe le será revelado en el
momento de la iluminación de su alma después de la muerte.
“El tiempo es la medida del movimiento” Aristóteles. San Agustín lo critica.
El alma es aquella que percibe el tiempo
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Pasado: lo que ya existió (lo que ya no es)
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Presente: donde el alma se da cuenta de la diferencia entre pasado y futuro.
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Se presenta aquí el ejercicio de la percepción del tiempo del alma. La
autoconciencia respecto al contenido del pasado y futuro.
Futuro: lo que todavía no existe (lo que aun no es)
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Aristóteles intenta entender el tiempo como un ente o categoría que permite medir el
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movimiento de algo; la duración de un movimiento. Nos presenta una definición
técnica o práctica.
San Agustín se refiere al tiempo como un escenario de realización existencial donde
existe la relatividad según la percepción individual.
Es en el presente donde el alma juzga el pasado y futuro, cuando pierde esta
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característica, el alma pierde su presente, por lo tanto, deja de existir.
El presente dura cuanto el alma dure dándose cuenta de su presente.
Deja de existir el presente cuando el alma ya no se da cuenta, o se dedica a vivir en el
pasado o en el futuro.
La búsqueda de Dios es intra-personal, Él esta dentro de nosotros porque fuimos
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creados a su imagen y semejanza.
El tiempo es el transcurso. Dios no puede darse cuenta de este transcurso porque Él
no transcurre. Él se da cuenta de si mismo en un perpetuo presente. No existe para
Dios ni el pasado, ni el futuro.
El método para San Agustín para encontrar a Dios y la felicidad: contemplar lo exterior
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para llegar a entender lo interior.
El alma es un yo psicológico
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