En el punto de mira .300 Winchester Magnum El estoque del matador (y II) Texto y fotos: Miguel Coya [michelcoya@ gmail.com / [email protected]] En cartuchos de caza mayor hay un término para valorar la diferencia entre unos y otros, eficacia. Velocidad, energía, rasante o estructura del proyectil, son considerandos que acaban, amasados, dándonos la capacidad de matar. Por lo general, a mayor potencia, mayor retroceso y ello hace que la máxima «dispare con lo más potente con lo que se encuentre cómodo», sea la fórmula más sencilla para aconsejar al cazador sobre la elección. Mire, siempre que un cazador de mayor, no especializado en una modalidad concreta, me pregunta sobre qué cartucho comprar, la primera cuestión siempre es la misma: «¿Usted aguanta bien el retroceso?». Si la respuesta es afirmativa, no hay duda, la respuesta es un trescientos, refiriéndome, cómo no, al .300 Winchester Magnum. Munición en abundancia, rifles variados y, sobre todo, que es uno de los mejores magnums creados, precisamente, para caza mayor media o pesada de piel blanda. Tras este comienzo de discurso tan evidente, toca ahora tirar la carne a la parrilla. Vamos tan sobrados que, eligiendo cualquier punta entre 150 y 180 grains y evitando proyectiles para caza pesada, sobre nuestras piezas estaremos servidos. Pero, ¿qué es entonces lo más recomendable? Pues, mire, además de la teoría, me he tomado la molestia de probar en campo, cazando con él, y de todo ello salen estas conclusiones que ahora usted tiene ante sí. CyS En puestos largos, habituales en batidas de montaña, el .300 Winchester Magnum nos asegura toda la potencia necesaria. Las puntas ligeras de 150 y 165 grains volarán tan bien que su rasante podrá inclinar la balanza a nuestro favor. En este caso, ocupo una postura muy abierta con amplia visual. El apoyo es una sencilla horquilla y tengo el visor a 10x. Atraviesan mi tiradero, a plena carrera a 250 metros. La suerte de tener en las manos tanta potencia y, sobre todo, proyectiles tan veloces, me permite matar sin tener que hacer un adelantamiento excesivo. Piense que tirar por delante es obligatorio si queremos hacer blanco, pero tener que irse a una magnitud muy grande es difícilmente asumible cuando tenemos un rifle en las manos. La munición utilizada fue la Orix de 165 grains. Dos tiros, dos jabalíes. Salida en ambas piezas, ¿hacen falta más pruebas de la bonanza de este cartucho para esta modalidad y tipo de posturas? Me voy de montería a la Puebla de Argeme, Cáceres. Browning Bar LongTrac Hunter montando Aimpoint Micro de 2 MOA. En recámara, de nuevo Orix de 165 grains. La mancha está sopada de cochinos, pero con tanta zarza aguantan a los perros, hasta que uno tras otro los agarres se van produciendo. El puesto es de balcón con muy buen tiradero, bastante limpio, de retamas. Un machete se descuelga de la mancha a toda pastilla hasta perderlo al pasar el arroyo. Toma mi postura y, entonces, caigo en que está mucho más lejos de lo que yo creía. Lo mato al tercer tiro a unos 120 metros. La repetición ha sido suave y muy rápida. Queda claro que en automáticos éste es un cartucho muy apropiado y contundente para montería. Si los puestos son cortos, no dude en usar puntas más pesadas si están desarrolladas para expandir con facilidad. 30 31 En el punto de mira .300 Winchester Magnum El comportamiento de las diferentes estructuras internas de estos tres tipos de proyectiles es muy distinto. A poco que se sepa del tema, es sencillo adivinar que mientras los dobles núcleos y soldadas consiguen penetrar en profundidad, las puntas de plástico convencionales producen cavidades cortas de grandes dimensiones. Puede pensarse, tras ver los resultados en caza, que estamos, con estas últimas, ante los proyectiles más eficaces en caza mayor. Esa expansión, tan brutal, capaz de separar camisa y núcleo, consigue en muchos casos pulverizar el plomo, acabando por herir por falta de penetración. Piense que la densidad del cobre es mucho más baja que la del plomo, traduciéndose en mucha menor capacidad para penetrar. Ser conservador de peso no significa ser más dura. Significa que tras el choque la deformación mantiene mucha masa solidaria, capacitando al proyectil a que siga entrando. De algún modo una punta que penetra es más letal que una que se queda corta. ¿Por qué? Sencillamente, porque será capaz de llegar al punto al que nosotros queremos que llegue, esté la pieza en la posición que esté. Usted sabe que en la mayoría de las ocasiones, al menos cuando hablamos de batidas y monterías, tiraremos sobre animales que no se encuentran de perfil y, además, no podemos esperar a que se coloquen como en el caso de estar recechando. Por ello, si tiramos a un venado que escapa corriendo y sesgado, necesitaremos que, apuntando desde atrás, con la intención de llegar al brazo opuesto, el canal sea muy profundo; de otro modo, la pieza podrá marchar herida. Fue precisamente la respuesta a los cartuchos magnum y a sus velocidades en boca lo que obligó a las cartucheras a inventar los proyectiles de doble núcleo. El sistema pretende asegurar las dos premisas: una rápida expansión y una correcta penetración. Lógicamente, tanto tabicados, como los Nosler Partition, los Swift A-Frame o los Blaser CDP, por diferencia de densidades, como los Brenneke TIG o TUG (RWS ID Classic o UNI Classic), H-Mantel, Evo Green, o híbridos de doble núcleo-monometálicos, como los Federal Trophy Bonded Bear Claw o las Winchester XP3, son mucho más caros de producir que una punta semiblindada convencional. Ese mayor coste hace que surja, entonces, una respuesta sencilla: el bonded entre camisa y núcleo, las puntas soldadas. La retención de peso es con éstas incluso mayor que en los dobles núcleos, perdiendo muy poco porcentaje tras hacer contacto. Las Norma Orix, RWS Evolution, Los dos equipos utilizados en la prueba: Sako y Heym, Swarovski y Burris. Sus recámaras, la misma: .300 Winchester Magnum. 32 Winchester Power Max, Remington Core Lokt Ultra, Federal Fusion, son ejemplos de una carrera con final de podio. Si partimos de la efectividad que siempre han demostrado las semiblindadas convencionales, es sencillo adivinar que asegurarles penetración era construir el éxito. Sólo faltaba, entonces, hacerlas blandas para que se deformasen con facilidad y, tras ello, a convertirse en referencia. Observe como quedan las tres puntas tras impactar. Partition, el clásico doble núcleo tabicado, pierde el plomo delantero convirtiendo su tabique en la nueva nariz frontal a modo de blindado. Ballistic Tip, la punta de plástico, pierde absolutamente todo el plomo del núcleo, manteniendo sólo el cobre de la camisa y de la gruesa base con una notable falta de capacidad de penetrar. Por su parte, la alemana Evo mantiene solidario plomo y camisa con muy poca pérdida de masa. De esta forma, sigue penetrando profundamente. Junto a los dobles núcleos estamos, con las soldadas, ante las puntas ideales para cartuchos como nuestro .300 Winchester Magnum. ¿Por qué? Pues porque son capaces de gestionar con solvencia tanta velocidad de impacto. Elijámoslas, a poder ser, ligeras; de este modo volarán mucho mejor y expandirán con mayor violencia. Ahora sí que nos podremos permitir deformaciones brutales sin ningún tipo de miedo. Batida con perros de rastro en Caso. Cubro un collado con tiradero cercano. La campera hace lomo impidiéndome ver la vallina que acaba en él. El visor, el Burris Ballistic III Laser Scope a 4x. Es éste un visor puro de rececho a larga distancia, con un campo muy limitado, que me va a obligar a ser muy preciso en el encare para meter en la óptica a la pieza. Como curiosidad, decir que incorpora telémetro y compensador balístico. Tras reglarlo con la munición que estemos tirando, mediremos, iluminándose, entonces, sobre la propia retícula, el punto donde tenemos que tirar para compensar la caída. Ya me dirá a mí, con un puesto de 35 metros, la compensación que tengo que hacer… Aparece al paso, entra en el visor y cae seco. Los 165 grains soldados le entran en medio de la paleta y no consiguen salir, quedándose bajo la piel del brazo contrario. Lo ve, tanto cerca como lejos, el trescientos no admite dudas. En la instantánea dela izquierda me acompaña Basilio, un montero de postín que trajo a traílla al jabalí hasta mi postura. En el punto de mira .300 Winchester Magnum De rececho en Sierra de San Pedro, Cáceres. Venado selectivo con un solo cuerno. Escapa entre las encinas. A toda prisa le tiro a 270 metros de atrás hacia adelante con los 18x de la Swarovski y el pelo del Heym SR-21 Classic. Le entra trasero y le sale sesgado por detrás de las costillas. Lo remato echado, con un tiro en el cuello. La RWS Silver Selection Evolution de 184 grains cumple con su cometido de salida segura. De esta forma, sabemos que llegaremos hasta donde queremos, con la seguridad de encontrar un rastro de sangre en caso de sólo herir. Segundo venado selectivo. Algo menos de 190 metros. Parado completamente de perfil. Disparo en el hombro con salida por la paleta contraria. Breve carrera. De nuevo, la Evo de 184 grains hace impecablemente su trabajo. En esta modalidad y piezas, el uso de puntas aguzadas y con pesos entre 150 y 180 grains es la opción más recomendable. Un ejemplo de ello son las puntas de plástico, como las Speed Tip, Interbond o las Nosler Accubond, proyectiles todos ellos que permiten un vuelo tremendamente rasante con una expansión muy violenta. Pocos cartuchos son los que se atreven a subirse al ring con el .300 Win. Mag. Entre ellos, la familia más extensa está en los 8.5 mm, los .338”. Su superficie frontal, con un diámetro casi un milímetro mayor, así como su peso más elevado, consiguen que sean más contundentes sobre caza mayor pesada. Sobre caza mayor media y pequeña o elegimos puntas muy ligeras y expansivas, difíciles de encontrar para ellos, o son tumbados por nuestro trescientos. De izquierda a derecha: .338 Winchester Magnum, .338 Blaser magnum, .340 Weatherby Magnum, .338 Remington Ultramag y .338 Lapua Magnum. Sako 85 Finnlight junto al Burris Laser Scope Ballistic III y las Federal Premium Nosler Partition de 180 grains. Un equipo potente y ligero, y absolutamente polivalente. La oferta para el .300 Winchester Magnum es amplísima. Estamos ante un cartucho muy conocido y de máxima difusión. No existe lugar en el mundo donde no se pueda encontrar munición para él. Mi agradecimiento a las empresas Beretta Benelli Ibérica, Industrias El Gamo, Esteller, Excopesa y a la Armería Fuertes de Colloto, de Asturias. 34
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