Impreso por . Propiedad de Unidad Editorial. Prohibida su reproducción. 08 TENDENCIAS Sábado 14/2/2015 Vivencias de un gestor de Bolsa española Previsibilidad y regularidad de un dividendo Firmino Morgado desvela sus singulares experiencias durante 10 años como gestor del mayor fondo de Bolsa española. Recuerda su inversión en Vidrala como una ‘hucha’ con forma de botella de vidrio. concluye que las botellas de plástico PET reemplazarán a las anticuadas botellas de vidrio que se rompen fácilmente (pero que son mucho más ecológicas). Según su opinión, en 2065 (entonces yo ya estaré muerto, de todas formas) la mayoría de los vinos de Rioja Gran Reserva y de aceite de oliva Oro Bailén Reserva se comercializarán en una botella de plástico PET compresible, al igual que ha pasado con el kétchup Heinz. Si uno ha seguido leyendo el brillante informe del bróker hasta este punto, probablemente tendrá la tentación de llamarle y darle la orden de que venda todas las acciones de Vidrala que tiene. Por eso es necesario tener en la cocina el queso de Idiazábal. Cuando era niño sabía lo que me iban a regalar en Navidad. Mi abuela materna me daba una hucha de arcilla en forma de cerdito y me prometía que iba a poner una moneda en ella el último día de cada mes. Hizo lo mismo cada Navidad, hasta que falleció cuando yo tenía 15 años. Los primeros años el regalo me pareció bastante aburrido en comparación con todos los demás, que estaban envueltos en papel de regalo al lado del árbol y tenían asociado el factor sorpresa de adivinar qué era cada uno. A diferencia de estos regalos, lo único que cambiaba cada año en el regalo de mi abuela era el papel en el que estaba envuelto y el tamaño del cerdito, que cada año era un poco más rollizo. Su idea era que yo ahorrase todas las monedas que pudiera conseguir durante el año, que rompiese la hucha en las Navidades siguientes y que me comprase lo que quisiera con el dinero que había acumulado. Deliberadamente o no, hoy en día creo que el ritual que fomentó mi abuela me ayudó a desarrollar el sentido de la previsibilidad y de la regularidad que, mirando las cosas en retrospectiva, veo que ha caracterizado mi vida profesional como gestor de fondos. Lo que no es sorprendente, dado que la misma secuencia se repitió cada mes durante 15 años. 20 años de dividendos De todas las compañías en las que he invertido, Vidrala es la que más se asemeja a la hucha-cerdito de mi abuela debido a su previsibilidad y regularidad. El caso de Vidrala se parece al de una hucha en forma de botella de vidrio. Cada año en los últimos 20, el equipo directivo de Vidrala ha prometido pagar religiosamente a sus accionistas un dividendo semestral mayor que el anterior. Dreamstime Firmino Morgado “Es necesario tener un queso de Idiazábal para recordar por qué no vender Vidrala”, dice el gestor. El fabricante vasco de envases de vidrio también tiene otra costumbre que me encanta: paga una pequeña prima a los accionistas que asisten a la junta general de accionistas en la que se anuncian los dividendos (por ejemplo, en mayo de 2014, el equipo directivo propuso dar un dividendo de 65,46 céntimos de euro por acción, y uno adicional de 3 céntimos solamente a los accionistas que habían hecho el esfuerzo de asistir a la junta). Por supuesto, el que valga la pena o no asistir a la junta depende de la cantidad de acciones de Vidrala que uno tenga, pero por lo general el dividendo adicional que se paga a los accionistas que van a Llodio (Bilbao) cubre los gastos del viaje. En mi caso, incluso cubre los costes de un delicioso bacalao al pil-pil y del Txakoli para acompañarlo. En los años en los que el dividendo adicional era muy generoso incluso compré con el dinero extra un gran queso de Idiazábal que me llevé a casa para que me recordara durante el año que no debía vender mis acciones de Vidrala. “Un pesimista ve una dificultad en cada oportunidad; un optimista ve una oportu- En los últimos diez años, el accionista de Vidrala ha obtenido una rentabilidad media anual del 17% nidad en cada dificultad” (Winston Churchill). Uno podría preguntarse por qué necesito tener un enorme y oloroso queso de Idiazábal en la cocina para que me recuerde que no debo vender nunca mis acciones de Vidrala, a menos que la compañía reduzca el dividendo o deje de pagarlo (la última vez que ocurrió esto fue en 1993). Pero de vez en cuando recibo, por correo ordinario o electrónico, un informe de análisis de un bróker, en el que se recomienda claramente que venda Vidrala. Bastante a menudo el informe lo ha escrito un recién graduado con un MBA, un CFA o cualquier otra cualificación profesional respetada. Normalmente el analista inteligente recién graduado aplica un método analítico que ha aprendido en una clase de estrategia o de valoración de inversiones y llega a la conclusión de que una compañía del sector de botellas de vidrio, con el tamaño de Vidrala, está condenada a atra- vesar tiempos difíciles o es demasiado cara para invertir en ella. El analista puede utilizar el famoso análisis de las cinco fuerzas de Michael Porter o cualquier otro método analítico “definitivo” que emplean los asesores financieros. Regularmente, el informe es como sigue: 1. Con respecto a la rivalidad de la industria, hay mucha competencia y capacidad no utilizada. Además de esto, Vidrala tiene una escala mucho menor que la de los pesos pesados del sector de botellas de vidrio, como Owens-Illinois, Veralia o Ardagh. El analista llega entonces a la conclusión de que en un sector estandarizado como el de las botellas de vidrio, Vidrala no se beneficia de las economías de escala y de otros términos técnicos de moda que usan los asesores, en los que solamente se tiene en cuenta el tamaño de la empresa y se ignora su excelente gestión. 2. El creciente poder de negociación de los clientes, que se están consolidando en los sectores de la cerveza, del aceite de oliva, de los licores e incluso del vino. 3. Luego el analista da el mazazo final y definitivo cuando evalúa la amenaza de los sustitutos de las botellas de vidrio y El informe, a la basura En lugar de llamar al bróker y decirle que venda las acciones de Vidrala, es mejor tirar el informe a la basura, volver a casa, cortar una rodaja del queso vasco y abrir una botella de vino de Marqués de Riscal Gran Reserva de 2004 de vidrio fabricado por Vidrala o de cualquier otro vino que uno prefiera, pero que tenga grabada una V en la parte inferior de la botella (la V es el símbolo único de Vidrala, cada fabricante de vidrio del mundo tiene un símbolo único). Luego hay que brindar a la salud de Carlos Delclaux y Gorka Scmitt, el presidente y el consejero delegado de Vidrala, respectivamente, y especialmente a la salud de Raúl Gómez, el súper competente director financiero de la compañía. Después hay que desear en silencio que sigan “llenando de dinero la hucha en forma de botella de vidrio” con un dividendo creciente, tal como han hecho durante más de 20 años a pesar de operar en un sector muy competitivo, estandarizado y cíclico. Afortunadamente, las acciones de Vidrala tienen poca liquidez y los brókeres inteligentes les prestan muy poca atención, lo que implica que mi queso de Idiazábal durará casi hasta la próxima junta de Vidrala. Si usted hubiera sido accionista de Vidrala en los últimos 10 años, habría obtenido una suculenta rentabilidad media anual del 17%; si lo hubiera sido en los últimos 5 años, habría conseguido una asombrosa rentabilidad anual del 25%, una de las mejores entre las medianas empresas europeas. Y un hecho más importante es que Vidrala ha conseguido esto “a la manera de Firmino”; es decir, sin pedir a los accionistas más capital y manteniendo la disciplina de pagar siempre un dividendo creciente. Excelente dirección Para mí, Vidrala es el ejemplo clásico de lo opuesto a la regla de oro de Warren Buffet de solamente comprar compañías que las pueda dirigir incluso un idiota. En el caso de Vidrala, el analista inteligente tiene toda la razón: el sector de los envases y las botellas de vidrio es complicado, muy competitivo y estandarizado, y por lo tanto Vidrala necesita que la dirija un excelente equipo directivo. El fabricante vasco de vidrio inició su existencia en el año en que murió el gran Winston Churchill con tan sólo un horno y dos máquinas; solamente producía 25.000 toneladas de botellas de vidrio. Pero 50 años después, gracias a una combinación equilibrada de crecimiento orgánico y adquisiciones realizadas en momentos oportunos, como las de la empresa portuguesa Ricardo Gallo en 2003, la italiana Corsico Vetro en 2005, la belga Manufacture du Verre en 2007 y la firma Encirc en el Reino Unido e Irlanda en 2015, Vidrala ha reducido la diferencia con los tres pesos pesados del sector. Y algo más importante que el tamaño de la empresa – y lo que hace feliz a un accionista como yo– es el dividendo que uno recibe y en este sentido Vidrala ha sobrepasado a todos sus competidores gracias a la disciplina en la gestión de la empresa que no pone en peligro el que el dividendo siga aumentando. Como solía decir mi abuela, cada moneda (dividendo) que entra en la hucha del cerdito no se malgasta en otra cosa. Firmino Morgado gestionó Fidelity Iberian desde el 31/08/2006 al 04/07/2014. Durante su ejercicio, las acciones de clase A de FF Iberia una vez descontados los honorarios y los costes ofrecieron una rentabilidad media del 6,08%, lo que suma un plus de rentabilidad acumulado en el periodo del 45%, superando al 98% de los fondos de la categoría, según Morningstar. Morgado es el fundador de W4i (Working 4 Investors), junto a Renta 4 Banco.
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