II Congreso de Administradores Públicos Mexiquenses Hacia el gobierno basado en la gobernanza democrática en los municipios: una amplia oportunidad José Francisco Garduño Gómez 1 Resumen Este trabajo realiza un análisis crítico sobre la institución municipal y aporta elementos que permitan promover la gobernanza democrática en los gobiernos locales; como una condición sine qua non para lograr el desarrollo, la integración de capacidades y por supuesto garantizar la mejora de resultados dentro de la gestión pública municipal. Establece también una guía para comprender las bondades de gobernar bajo un sentido de gobernanza en la toma de decisiones y apuntar al establecimiento de un gobierno con amplio soporte ciudadano en torno a las políticas públicas y acciones a realizar en las comunidades. Propone al final acciones y propuestas para avanzar hacia una administración pública progresiva. Introducción El ejercicio de un gobierno municipal, debe entenderse en la configuración de la célula de autoridad más cercana a la ciudadanía, y por lo tanto en construir un poder público de puertas abiertas, capaz de responder a la gestión y prevención de cualquier conflicto en su comunidad. Bajo la premisa de la gobernanza, que construye una acción coordinada entre gobierno, sociedad civil organizada e instituciones privadas, las autoridades formales se encuentran en condiciones de articular políticas públicas encaminadas a atender la realidad de cada comunidad, que pueden distar una de otra, aun cuando pertenezcan al mismo territorio, (Canto, 2012). En esa obligatoriedad por establecer políticas públicas de atención inmediata a las demandas sociales, los gobiernos municipales tienen frente a sí, el reto de convertir su autonomía en una fortaleza no sólo presupuestal sino institucional, para una toma de decisiones que posibilite una mejora en los * Presidente Municipal Electo de Tenango del Valle, Estado de México. Página 1 de 10 servicios públicos, de diseño urbanísticos de las ciudades y de desarrollo humano para sus habitantes. En la medida en que la gobernanza tiene como premisa los sistemas democráticos, la democracia entonces debe transitar de los procesos electorales en que se cimienta la legitimidad de sus autoridades hacia la participación social, que de forma activa y permanente, posibilite un ejercicio de gobierno ciudadano, a partir de esquemas como presupuestos ciudadanos, la consulta popular y la atención ciudadana a problemáticas comunes. En ese entramado, las autoridades municipales deben resurgir como articuladores de acciones comunitarias, en donde se impulse la organización social como una condición indisoluble de la legitimación institucional. Los gobiernos locales tienen un desafío en la medida de que su toma de decisiones atienda los reclamos comunitarios y no a intereses de grupo que limitan la acción de gobierno a grupos minoritarios. El objetivo de este trabajo, es abrir la discusión sobre cómo puede ayudar el concepto de gobernanza en el gobierno municipal a establecer mecanismos que mejoren la democracia y permitan una mayor cercanía entre gobierno y ciudadanos. La hipótesis que sustenta este trabajo está basada en reconocer las amplias posibilidades que tienen los ciudadanos para incidir en la toma de decisiones que realiza el gobierno municipal, mediante la información que tienen, la posibilidad de participar activamente y sobre todo, ante las nuevas formas de gobierno que escucha y atiende a la población. La construcción de un gobierno ciudadano El diseño de las políticas públicas pasa por la necesidad de conocer las características sociodemográficas, urbanísticas, ambientales y económicas del municipio, pero además por identificar el potencial del municipio para generar condiciones de desarrollo humano, que representa un polo de atracción hacia el exterior y de vinculación y asentamiento hacia el interior. Promover y alentar la participación de los ciudadanos, otorgará también mayor legitimidad a los gobiernos locales. Es un tradeoff, dentro de la política municipal; indispensable Página 2 de 10 para avanzar en la calidad democrática, pero también en el gobierno abierto, transparente y con amplia legitimidad para gobernar. En la configuración por reconocer y conocer el municipio, es donde la participación ciudadana se vuelve crucial, en tanto que las organizaciones civiles se convierten en los principales vigilantes para identificar las carencias sociales, las deficiencias gubernamentales, los desperfectos urbanos y los ámbitos de atención en los que se debe concentrar toda acción de gobierno, (Bolos, 2003). En paralelo, son los ciudadanos quienes distinguen con claridad el potencial económico, el atractivo turístico, la vocación productiva, en suma los elementos que puedan capitalizar el desarrollo de una región, dadas sus circunstancias históricas, geográficas, poblacionales, climáticas, ambientales y culturales. Apoyados en las organizaciones, los actores sociales obtienen un amplio reconocimiento y capital humano; al cual el gobierno no puede menospreciar. El cambio de paradigma hacia una gobernanza efectiva, se debe construir en dos vías: primero, una nueva generación de ciudadanos incluidos en organizaciones civiles, y desde esas instituciones legitimadas, un involucramiento con las instituciones de gobierno, que formulen demandas asequibles de la ciudadanía; y en segundo, un gobierno que determine respuestas asertivas desde el poder público, en la medida de sus capacidades financieras y facultades legales. La interacción entre ambos niveles de acción resulta fundamental para atender lo necesario y solucionar lo urgente en cada comunidad. Incluso en la búsqueda de esta relación fructífera, la productividad y eficiencia en la toma de decisiones se convierte en un activo dentro del gobierno local (Escofet, 2006). Los modelos de gestión, basados en resultados que actualmente se insertan en formas innovadoras de gobierno tienen también una visión tomada de la nueva gestión pública, donde es posible desarrollar eslabonamientos internos, comprender la vocación productiva del municipio y avanzar hacia la sustentabilidad y gobernanza local. De acuerdo a Hyden, retomado por Prats (2001), “la gobernanza es la gestión consciente de las estructuras del régimen con la mirada puesta en el fortalecimiento de la legitimidad del espacio público”. En un sentido amplio, la Página 3 de 10 gobernanza se refiere a la “metapolítica” que el propio Prats relaciona a la estructura institucional de la acción política tanto del gobierno como de los actores de la sociedad civil. Si pudiera existir una gobernanza deseable entre las autoridades de gobierno, las organizaciones ciudadanas y las instituciones privadas, los Ayuntamientos podrían erigirse en una figura de gobernabilidad cercana a la sociedad civil organizada. Los gobiernos municipales siguen representando la autoridad más cercana a sus gobernados, derivado de su diseño institucional pero en paralelo tienen acotaciones legales, financieras e institucionales que deben resolverse en el mediano plazo para fortalecer su toma de decisiones. Por ejemplo, la autonomía de los municipios debe convertirse en una fortaleza institucional para capitalizar su capacidad de gestión, aumentar su capacidad recaudatoria y generar mecanismos de una atención que vincule sus acciones y planes de gobierno con las necesidades sociales. En toda acción del poder público, que apueste por la efectividad de su gestión de gobierno deben crearse incentivos de participación social. El gobierno municipal, en la medida de su cercanía comunitaria puede construir acciones de interacción para conocer las necesidades y demandas de su población, y a partir de ahí diseñar la planeación y ejecución de sus políticas públicas. Los incentivos de participación social están encaminados a construir un gobierno ciudadano. Es decir, que el gobierno se acerque a escuchar las necesidades de sus gobernados, pero particularmente que asuma en su planeación estratégica y el ejercicio de políticas públicas la colaboración social para resolver los intereses comunes, de acuerdo a la naturaleza de cada comunidad. Los ciudadanos asumen además una alta responsabilidad social. En este entramado, se posibilita recorrer rutas ya exploradas por gobiernos locales que han permitido generar sinergias positivas entre la administración pública municipal y la ciudadanía. En ese diseño institucional se pueden explorar acciones como el presupuesto participativo, las audiencias ciudadanas, las consultas populares y un fortalecimiento a la capacidad de gestión de autoridades auxiliares o por parte de organizaciones civiles asentadas en el municipio. Página 4 de 10 El reto entonces se vincula con la sociedad civil para que asuma un papel mucho más activo y participante. Se trata de que se conviertan en agentes de cambio para caminar junto con sus autoridades el camino de la gobernabilidad, y con una actitud propositiva, se construyan condiciones para una toma de decisiones que facilite las tareas de un gobierno comunitario, abierto, incluyente. Avanzar en esa vía no es fácil, pero sí posible; en la medida en que se pueda construir un espacio de confianza entre gobierno y sociedad. Innovar en el gobierno municipal En ese sentido, la innovación es fundamental. Por parte de los gobiernos municipales se considera indispensable apostar al diálogo permanente, al debate y deliberación, conciliación de intereses y la tolerancia política, que impulse un plan de gobierno concentrado en las necesidades de toda la población, y por antonomasia privilegiar la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes. En gran medida, se abandona la idea de un gobierno benefactor, para erigirse en un diseño institucional capaz de gestionar lo necesario para mejorar el entorno urbano, económico, social, ambiental y administrativo del municipio. Retomando a Mecalf, citado por Prats (2001), se entiende que la gestión pública se refiere al cambio, no a nivel organizaciones o micro sino a nivel macro o estructural orientado a la transición hacia un nuevo marco institucional. Es fácil reconocer que cambiar las reglas del juego es un cambio de naturaleza diferente al que implica cambiar las estrategias de los actores individuales. Al final, las autoridades podrán asumir una amplia legitimidad como representantes de los intereses comunes de las regiones que integran el municipio, en donde se otorga una atención tangible y una respuesta cercana a las necesidades, demandas y carencias que son alimentadas por la participación organizada de la sociedad, para otorgar soluciones con efectividad. Existen amplios ejemplos donde la sociedad civil se ha organizado y establecido mecanismos de control, dirección y desarrollo de cluster productivos. Para Córdova (2007) el concepto de “gobernanza” ha dejado de referirse “al equilibrio dinámico entre demandas sociales y respuestas gubernamentales” para consolidarse como un “marco de reglas, instituciones y prácticas establecidas que Página 5 de 10 sientan los límites y los incentivos para el comportamiento de los individuos, las organizaciones y las empresas”. De la mano de la gobernanza, se avanza sobre un modelo gerencial en las decisiones de todo gobierno municipal que promueva la descentralización de los servicios públicos, para que su capacidad de operación y ejecución sea más ajustable a las necesidades de una sociedad creciente y apremiante en sus carencias y demandas, pero particularmente en la exigencia de contar con respuestas sólidas, inmediatas, eficaces y contundentes. Los gobiernos gerenciales, no basta con atender un control de procesos en las acciones de la administración pública. Una consideración que se convierte en exigencia es que los objetivos fijados en todo plan de gobierno municipal puedan ser sujetos a una evaluación permanente de su eficacia, que tenga en su ejecución la posibilidad de enmendar cualquier toma de decisiones para adaptarse a una sociedad cambiante, y a necesidades siempre variantes en el municipio. Siguiendo a los teóricos que establecen la innovación como una condicionante para lograr mejores gobiernos, “reinventar al gobierno”, es la premisa fundamental sobre la cual se debe trabajar, (Santana y Negrón, 1996). Con ello se entiende, que la administración pública municipal puede avanzar hacia el desarrollo de metas, causas y proyectos que estén basados en el consenso y establecimiento de un puente entre gobierno y ciudadanos. No es una tarea fácil por supuesto, porque supone contar con un cabildo abierto, deliberativo y sobre todo con amplia capacidad de incidir en las demandas y propuestas ciudadanas. Pero sin simulación, con arduo trabajo en el desarrollo de diagnósticos participativos, formulados en el trabajo en comisiones y derivado también del acercamiento con las organizaciones y los ciudadanos. Detonar el capital social es una de las imperiosas necesidades que requiere nuestro país. En el caso del Estado de México, las organizaciones no gubernamentales se han convertido en aliadas del gobierno para temas como el combate a la pobreza, desarrollo de capacidades económicas e incluso también en torno al tema de incidir en programas de prevención social de la violencia y la delincuencia. Por ello, es un reto que los gobiernos deben asumir. Página 6 de 10 La capacidad de calificar los resultados de toda acción de gobierno, otorga un incentivo adicional a esa sociedad activa y participante. El tema de la transparencia y rendición de cuentas está muy anclado en la gestión municipal porque los ciudadanos están cercanos a las gestiones y conocen el trabajo que se realiza en las comunidades. Se trata de explorar mecanismos cada vez más abiertos en términos de transparencia y rendición de cuentas. Las autoridades tienen más que una amenaza, una veta de fortaleza institucional en la medida que puede acrecentar su confianza con la sociedad civil. En la visión de la nueva gerencia pública, se trata al ciudadano como cliente (Santana y Negrón, 1996). De ahí se tomaron muchos de los elementos innovadores que hoy se están aplicando en la gestión pública municipal y de los cuales se pueden retomar varios ejemplos sobre todo en el tema de los servicios públicos. Hernández y Pérez (2013), describen que para avanzar hacia un nuevo tipo de gobierno es necesario que el ayuntamiento sea un facilitador de oportunidades y no sólo un gestor de servicios. Es decir, que a través de la atención de las demandas sociales pueda ayudar a solucionar los problemas; porque muchas veces las peticiones que recibe el gobierno son para otras esferas de gobierno: estatal o federal. Pero en la medida en que puedan ser solventadas y transmitidas se podrá contar con un mayor respaldo social y legitimidad. El ciudadano siempre tendrá dilemas a resolver con respecto a la relación que establece con el gobierno. Pero se debe fomentar en todo momento la cooperación y participación a través de los diversos canales de comunicación existentes. Hoy en día mediante las redes sociales es posible dar una atención y cuidado a las peticiones, incluso por correo electrónico o con el cabildo itinerante que vaya a las comunidades, si es que no existen este tipo de medios; pero lo fundamental es promover un gobierno abierto. Esto último significa que la información para cualquier trámite debe estar disponible para todos los ciudadanos, las gestiones y solicitudes deben tener un mecanismo explícito que permita su seguimiento y control hasta lograr un alto grado de satisfacción. Gobernar bajo un nuevo sentido de gobernanza democrática puede ser un gran reto para los gobiernos municipales, pero con múltiples bondades y por Página 7 de 10 supuesto ventajas. Evitar la rigidez burocrática es otra tarea, con la cual se puede transformar la visión ineficiente a la calidad total en los servicios. La coordinación interinstitucional también se requiere para lograr acciones conjuntas, con el uso racional de los recursos públicos. Otro punto que requiere tomarse en cuenta al desarrollar los planes municipales y las acciones de gobierno es articular las demandas sociales sobre la vía del rescate a las tradiciones y la identidad. Esto significa que los gobernantes deberán ser receptivos en torno a sus peticiones, pero también en torno a su idiosincrasia, tradición y cultura. Rescatar a las comunidades en sus usos y costumbres para lograr con ello, acrecentar el capital social, la cohesión e integración entre los vecinos. Solamente mediante este tipo de estrategias se podrá caminar con certidumbre en el desarrollo de los nuevos municipios que requiere nuestro país. Conclusiones Los gobiernos municipales tienen una obligación por volver la mirada a la ciudadanía, para construir gobiernos ciudadanos, que impulse las condiciones necesarias para establecer planes de gobierno con base en las necesidades comunitarias y regionales, en presupuestos participativos, derivado de asambleas ciudadanas, foros sociales y audiencias abiertas. El gobierno municipal está encaminado en fortalecer su diseño institucional, y en la medida que es la célula de autoridad más cercana a la sociedad, deberá actuar de forma consistente, para a partir a su autonomía, abrir los canales de comunicación más amplios, con respeto y tolerancia a todos los sectores de la población, sin distingos, ni marginaciones en su territorio. Valorar el talento local como artesanías, productos locales o vocación productiva permitirá darle un valor agregado a los municipios e impulsar que detonen acciones productivas. La sociedad civil tiene en su participación y organización, las características necesarias para revalorar el régimen democrático como la posibilidad de representación ciudadana, en tanto que la toma de decisiones del gobierno pueda concentrarse en las comunidades, de manera cercana, inmediata, consensuada y conciliadora, como elementos de un gobierno ciudadano y comunitario. Página 8 de 10 Las obras y acciones de gobierno deben llevar apropiación ciudadana, por lo cual el papel de los miembros del cabildo es estar cada vez más cerca de las causas sociales, mediante el levantamiento del diagnóstico de la problemática social de las comunidades; hasta la atención certera de sus necesidades. Eso llevará a una gobernanza democrática y a la eficiencia del gobierno. Además, en el ejercicio de la comunicación está el reto para ser asertivos sobre cómo se están solucionando los problemas y mediante qué mecanismos se podrá acercar la gestión social a las demandas de los ciudadanos. Cuando se dice que el gobierno debe ser facilitador; es que otorgue diversas posibilidades de solución; ya que la atención es la primera parte, pero la otra está en solucionar de manera acertada estos dilemas que se presentan en la gestión pública. También es cierto que los gobiernos municipales deben generar condiciones para que la participación social se traduzca en una actividad colaborativa que se traduzca en una mayor capacidad recaudatoria, al mismo tiempo que la administración pública se vuelve más eficiente en la ejecución de presupuestos que sean tangibles a las necesidades de su población. Los municipios hoy en día pueden recibir financiamiento externo, mediante la creación y desarrollo de proyectos comerciales, vinculados a su producción agrícola. Las amplias posibilidades están precisamente en la articulación de actores en torno al gobierno municipal que puede ser copartícipe de dichas iniciativas, como se ha logrado exitosamente en varios casos, ya documentados. Promover el desarrollo endógeno es una de las tareas más importantes que impone el desarrollo de la función pública; por lo cual el gobierno municipal no puede ser solamente proveedor de servicios públicos, sino también promotor de acciones y estrategias ciudadanas que logren la mejora de vida de la población. En las autoridades municipales está el primer paso de constituir una gobernanza efectiva, dada su cercanía con la sociedad civil organizada, para encontrar esquemas y mecanismos de un diseño institucional que responda a su razón de existencia, para responder con capacidad de gestión a las necesidades más apremiantes de las comunidades y sus particularidades. Gobernar debe traducirse en una acción colaborativa entre autoridades y población. Página 9 de 10 Referencias bibliográficas Bolos, Silvia (2003), Organizaciones sociales y gobiernos municipales, Universidad Iberoamericana, México. Canto Sáenz, Rodolfo (2014), “Gobernanza y democracia. 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