EL DÍA, domingo, 26 de abril de 2015 p1 EN “UNA HISTORIA del tiempo presente” sus autores reflexionan sobre los cambios necesarios en nuestra sociedad. 6/7 del domingo revista semanal de EL DÍA La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, en Los Realejos, cumple 425 años de devoción Texto: Germán Fco. Rodríguez Cabrera y José Melchor Hernández Castilla J uan Gómez de Fregenal y María Doramas “edificaron la iglesia de Realexo Baxo e dieron la tierras e lugar para ella e en ella esta enterrados” (1). María Doramas es hija del conquistador canario Juan Doramas el Viejo (m. 1509?) y de la canaria María Hernández (m. 1517); Juan Gómez de Fregenal es extremeño (2). El Adelantado, el 8 de agosto de 1516, al portugués Esteban Pérez, “hace merced de un sobre con su corral para una casa que es en esta mi hacienda del Realejo el qual… linda con un solar de Diego Jácome, Sacristán y de la pendiente de auaxo el camino de Santa María…” (3). Así, la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción ya existe en 1516. El licenciado don Luis de Padilla, provisor y tesorero de la iglesia de Canaria, el 22 de mayo de 1532, acompañado de fray Alonso de San Juan como secretario, visita la ermita del Realejo Bajo, cuyo mayordomo es Juan Gómez de Fregenal (4), y ambos observan que la misma no tiene pila ni sagrario y los beneficiados o clérigos bajan de la iglesia de Santiago (211), y que su obra es de paredes y barro, y techos de cañas y pajas (5). La división del beneficio de la parroquia de Santiago Apóstol y consiguiente creación de beneficio de la de Nuestra Señora de la Concepción llega por Real Cédula del emperador Carlos I en 1533, aunque su ejecución no tendrá efecto hasta otra Real Cédula de 7 de marzo de 1560 (6). En la visita del canónigo Juan de Vivas, el 16 de octubre de 1534, a la ermita de Nuestra Señora de la Concepción se encuentra lo siguiente: una capilla reedificada, un clérigo llamado Juan Lorenzo, un sagrario que es un cofre de Flandes y un lebrillejo para bautizar (7). El 3 de noviembre de 1542, fray Alonso de Virués, obispo de Canarias, bendice la iglesia de Nuestra Señora de La Concepción en el Realejo Bajo (8): “… el sor Juan Toscano vicario y visitador general, Pedro Camacho e Alonso Marquez e Alvaro Gonzalez e Franco Lopez de Fuendecantos, clérigos presbíteros e Rodrigo de Fuentes, Cargadores de la Cofradía de Nuestra del Rosario. Foto anónima, cerca de 1960. sacristan e Juan de Ponte, regidor e Diego Suarez, Alonso de Monasterio, Gonzalo Perez, Gonzalo Grimon, Juan Romero e Ambrosio Ruis e otros vecinos” (9). Hacia 1548 se concluye las obras de la iglesia (10), que desarrolla una planta en L, convirtiendo la primitiva ermita en capilla bautismal, y en ella se coloca la pila labrada en 1549 por Ruy Blas, siendo el presbiterio de esta nueva iglesia la actual capilla del Rosario (11). La visita del obispo Juan de Alzólores (1568-1574) permite la ampliación del templo, cuyas obras comienzan en 1590 con la edificación de dos capillas colaterales a la mayor, quedando por resultado una planta de cruz latina (12). La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario El culto al Santísimo Rosario se difunde de manera notoria a partir de la victoria de la Liga Católica sobre la amenaza musulmana en la célebre batalla de Lepanto de 1571. Este hecho fundamental marca un punto y aparte de esta práctica religiosa, que se venía ejerciendo desde el Medievo. La intercesión de Nuestra Señora en la contienda fue esencial en la difusión de esta devoción por todo el orbe católico (13). La difusión del culto a esta devoción se inicia en el Valle de La Orotava desde los primeros años del siglo XVI. Así, la naciente parroquia de la Concepción del Realejo Bajo incorpora en su repertorio de devociones a Nuestra Señora del Rosario alrededor de 1557, bajo el impulso de la Casa de Castro. Dicha familia adquiere la imagen y la dota de capilla y retablo. Hay que esperar hasta 1590 para la fundación de la cofradía, con un claro apoyo de la parte de la orden dominica, que, en la figura de fray Alonso de Espinosa, aparece representada el acta fundacional (14). El fraile dominico, natural de Alcalá de Henares, está presente en Tenerife desde 1580, y a partir de 1589 reside en la comunidad de su orden en Candelaria, de la que fue predicador (15). En 1594, se imprime en Sevilla la obra del citado fraile “De la aparición y milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria”, uno de los documentos más apreciados de la historia de Tenerife en relación a las costumbres de sus primitivos habitantes (16). El 6 de mayo de 1590, fray Alonso de Espinosa, junto a una treintena de vecinos del Realejo Bajo, funda la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo (17). La cofradía nace por la voluntad de la propia Orden de Predicadores de los Dominicos, pues en el Libro Primero de la misma se hace constar que “es condición que todos los años sean obligados los mayordomos a llevar el libro de los cofrades... y reciben al convento de Santo Domingo de La Laguna o al más cercano que abide de dicha orden...”; las cláusulas especifican “que todos los años sean obligados... a traer un predicador de dicha orden de Santo Domingo para que predique la función del Rosario...” (18). Y la predicación acontecerá “en los lugares donde no huviere convento de la Orden”, debido a que los frailes dominicos contaban con personas benefactoras para el sustento espiritual y económico de la cofradía (19). Esta dispone en su origen de una imagen de Nuestra Señora del Rosario donada por Hernando de Castro (20), descendiente del poblador portugués Fernando de Castro (21), que da nombre a Rambla de Castro (Los Realejos). A principios del siglo XVII, se procede a la construcción de naves laterales en la iglesia, bajo la mano del maestro de obras Manuel Penedo; se amplía la iglesia hacia el norte, construyendo la nave central y la del Evangelio, y se transforma el buque de la iglesia en la de la Epístola: “limosnas que han dado los vecinos para la nave que se hizo y capilla mayor” –1626– (22). El primer retablo importante de Nuestra Señora del Rosario se significa en p2 domingo, 26 de abril de 2015, EL DÍA EN PORTADA Nuestra Señora del Rosario reformada por Nicolás Perdigón en 1900 (izqda.) y antiguo retablo barroco y talla atribuida al taller de Manuel Pereira. Fotos “Pasión en la Distancia”, 2011, y George GrahamToler, 1890. 1635, de la mano del maestro Juan González de Purga y de la doradora Ana Francisca (23). La imagen y su retablo donados por la familia Machado-Jaén Entre 1697 y 1707, se lleva a cabo la iglesia nueva, siendo su mayor benefactor la familia Machado-Jaén; así, el cantero Bartolomé Rodríguez se encarga de desmontar la fábrica antigua y reutiliza los materiales en esta nueva obra (24). Coincidiendo con la terminación de estas obras, la familia Machado-Jaén dona una imagen de Nuestra Señora del Rosario que, emplazada anteriormente en su oratorio de la Hacienda de La Coronela, patrocina ahora el nuevo retablo de la Virgen (25). El retablo, atribuido a Antonio Álvarez, es uno de los más prestigiosos de todo el patrimonio artístico canario. Así lo atestigua el profesor Alfonso Trujillo Rodríguez: “Marcado afecto barroco, por su aparente e inarmónica anarquía, que, dejando libertad al juego de la fantasía, consigue el sorprendente efecto de normalizar un ordenado desorden” (26). La fiesta de Nuestra Señora del Rosario en el Realejo Bajo en 1867 “Bajo las advocaciones de Remedios y El Rosario existen en los Realejos dos imágenes de la Virgen muy celebradas en otro tiempo y que hace pocos años apenas se conocía su existencia por una misa cantada y alguno que otro sermón; todo hecho sin aparato ni concurrencia de fieles… La festividad del Rosario ha ocupado este año el primer puesto en las de estos Realejos. El templo, adornado con gusto y majestuosidad, en que la belleza de la decoración se armonizaba con la santidad del local, rivalizaba con los adornos de la plaza a cargo de otra comisión de los mismos artesanos, los cuales, de este modo, crearon estímulos entre sí mirando el uno y la otra. No podía decirse en cuál había existido más esmero ni novedad… Al otro extremo de la plaza, frente al pórtico, y dominando el templete ocupado por la música, leíase en un trasparente con caracteres argentinos sobre fondo azul y rojo que figuraban los rayos de una estrella entrelazados con una enredadera, el verso escrito al efecto por el alférez de navío de los ingenieros de la Armada, el joven don Manuel Estrada y Madan, cuyo contenido reproduzco: Venid los que lleváis en vuestro pecho la antorcha de la Fe siempre encendida, y a la mágica luz de la esperanza contempláis en risueña perspectiva, campos cubiertos de fragantes flores, tras la senda escabrosa de la vida: venid, doncellas y mancebos juntos a celebrar con himnos de alegría el glorioso Rosario de la Virgen que el Realejo celebra en este día. Después de la función religiosa y procesión de la Virgen empezó la parte de recreo. La banda de música, compuesta de parte de los arte- sanos autores de la fiesta, alternaba sus armonías con la vista de graciosos fuegos artificiales en que el conocido pirotécnico de afición Marcos Toste del Castillo, otro de los asociados a la fiesta, expuso nuevas y caprichosas figuras… Antes de terminar esta reseña, cumple al deber de la imparcialidad consignar el desprendimiento del párroco de este pueblo, D. José Díaz y García, quien, además de predicar el panegírico gratuitamente, durante el cual lució sus conocidas dotes para la oratoria sagrada y, si es posible, se excedió a sí mismo en aquella noche, renunció a los derechos que como párroco le correspondían por la festividad religiosa; también, en particular, suscribió en los donativos para la fiesta. Del mismo modo debo mencionar el aprecio de este pueblo hacia el joven aventajado filarmónico D. Nicasio Ocampos, que dirige en la actualidad la banda de música de aficionados; el cual, con un desprendimiento que le honra por el mérito que encierra, superior a cuantos elogios del mismo se pueda hacer, viene semanalmente desde Garachico, su residencia, a dar lecciones a dicha banda” (27). La restauración de Nuestra Señora del Rosario en el año 1900 La imagen de Nuestra Señora del Rosario es reformada por Nicolás Perdigón Oramas en 1900 (28): “Fue de tal envergadura que desvirtuó totalmente el modelo original. A través de fotografías antiguas, hemos podido comprobar que la imagen del Rosario carecía del movimiento que actualmente tiene, ofreciendo una rígida ley de frontalidad. La intervención también arremetió contra la estructura interna de la talla, desapareciendo el cuerpo primitivo, estofado en rojo y oro, siendo sustituido por otro más simple, a manera de rueca. La cabellera conoció una transformación considerable, reduciéndose a un moño, según el esquema de las vírgenes canarias del siglo XIX” (Gerardo Fuentes Pérez, 1992). La imagen primitiva, antes de la restauración, se asigna al taller de Manuel Pereira a finales del siglo XVII (29). La fiesta de Nuestra Señora en 1906 El rotativo El Defensor, editado en la primera década del siglo XX en La Orotava, comenta las fiestas del Rosario a celebrar el 7 de octubre de 1906 (30). La decoración de calles y plazas se extendían por las de El Cantillo, La Iglesia y la plaza del pueblo. Los arcos se levantaban en esta última. El primer arco, situado en la entrada principal de la parroquia, era confeccionado por el polifacético carpintero Manuel Rodríguez Álvarez; el segundo, en la puerta norte del templo, era realizado por Pedro Albelo Martín. La función principal era a las 10 de la mañana, interpretando la misa del maestro Calahorra los cantantes locales Salvador González Díaz, Gonzalo Siverio Hernández (secretario del consis- p3 EL DÍA, domingo, 26 de abril de 2015 EN PORTADA (1943). La Hacienda de los Príncipes. Instituto de Estudios Canarios. La Laguna. Página 57. (11) Fuentes Pérez, Gerardo; Rodríguez González, Margarita (1996). Arte en Los Realejos una síntesis histórica. Ayuntamiento de Los Realejos. Páginas 134, 135. (12) Ídem. Página 135. (13) Rodríguez Cabrera, Germán F. (2007). “Las fiestas del Rosario de 1906 en Los Realejos: una aproximación al panorama festivo del Lugar”. LA PRENSA, EL DIA, Santa Cruz de Tenerífe, 6 de octubre de 2007. (14) Ibídem. (15) Espinosa, Fray Alonso de (1594; 2001). La primitiva historia de Tenerife. De la descripción de la isla de Tenerife, de la gente y costumbre de los naturales della. Editorial Leoncio Rodríguez, S.A. Página 5. (16) Ibídem. (17) Cofradía de Nuestra Señora del Rosario en el Realejo Bajo (1590). Documentos parroquiales de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario. Parroquia Realejo Bajo. (18) Ibídem. (19) Ibídem. (20) Fuentes Pérez, Gerardo; Rodrí- torio) y Sebastián González Albelo (organista de la parroquia y director de la banda de música La Filarmónica, del Realejo Bajo), y al armonio se hallaba el músico Sebastián Díaz González. Después de dicha función, intervino la banda de música de La Orotava, dirigida por Tomás Calamita. Por la noche, se celebraba la misa y el templo se encontraba adornado con mucho gusto por la mano del párroco Manuel Hernández Reyes, siendo el orador el clérigo Dr. Beyro, con un discurso muy elocuente. A continuación, la procesión de Nuestra Señora del Rosario salía a la calle acompañada por multitud de bengalas y fuegos artificiales traídos desde Barcelona, y encargos hechos a varios pirotécnicos de Los Realejos. La iluminación de la plaza estaba hecha a gas acetileno y a la veneciana (con velas y farolillos). Con la entrada de la procesión de Nuestra Señora del Rosario al templo daban comienzo los paseos en la plaza, amenizados por la formación musical de La Orotava. A lo largo de la noche, los bailes se veían amenizados por la quema de diversos castillos de fuegos artificiales, acabando la velada con un gran castillo, que servía de remate del día. Incendio de la iglesia El 5 de noviembre de 1978, al mediodía, la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, en El Realejo Bajo, sufre un fuerte incendio del cual se salva milagrosamente la imagen de Nuestra Señora del Rosario, no así su magnífico retablo barroco (31). Desde ese momento, la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario deja de celebrar actos populares en su fiesta con el objeto de recaudar fondos para la reproducción del extinto retablo. Así, el 27 de junio de 1993, la iglesia de la Concepción se halla de nuevo abierta al culto y la Virgen del Rosario recupera su espacio; y se concluyen las obras de su renovado retablo barroco en mayo de 2007, gracias a los planos de Eleuterio Ga- Fuegos artificiales en honor de la Virgen del Rosario, el 7 de octubre de 2012. Foto Ángel Hernández. rrido Garrido Luceño, al tallista Pablo Martín Abrante y al carpintero José Hernández Siverio (32). La concesión de dos calles a la cofradía En sesión celebrada el 22 de mayo de 2014, por acuerdo de la Junta Directiva de la Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de Los Realejos, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora de La Concepción, del Realejo Bajo, se toma la siguiente resolución: solicitar al Ayuntamiento de Los Realejos el nombramiento de dos calles con la siguiente nomenclatura (33): “Fray Alonso de Espinosa” y “Cofradía Nuestra Señora del Rosario de Los Realejos”. Dicha solicitud fue concedida por el ayuntamiento a la cofradía y se está a la espera de que otorgue las calles correspondientes para realizar el nombramiento oficial. La restauración en el 425 aniversario de la cofradía Después del incendio del templo parroquial, en noviembre de 1978, Nuestra Señora del Rosario es la única imagen rescatada de entre las llamas, y es limpiada de las poluciones del fuego por el artista local Eleuterio Garrido Luceño, no sufriendo la imagen intervención a posteriori. Desde 1979 hasta 1993, la imagen permanece en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, donde se le da culto hasta la inauguración de la reconstruida iglesia de la Concepción, siendo trasladada en la mañana de ese día hasta su capilla, cabecera de la nave de la Epístola. En el año 2013, se dona a la iglesia del Carmen, una vera efigie de Nuestra Señora del Rosario en recuerdo de su estancia en dicho lugar, obra del artista Daniel de la Guardia. Tras concluir el grueso de las labores de reconstrucción de la capilla del Rosario, y dado el estado de ennegrecimiento de la imagen, se decide, en junta general de la cofradía titular, intervenir la imagen para garantizar la conservación de la misma. Solucionados los trámites pertinentes y con el visto bueno del Cabildo Insular, pues la imagen se incluye en la declaración Bien de Interés Cultural del Casco Histórico del Realejo Bajo, se adjudica la misma al taller de restauración Greco, de La Orotava, teniendo prevista su conclusión en mayo de 2015, coincidiendo con los actos conmemorativos del 425 aniversario de la fundación de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (34). guez González, Margarita (1996). Arte en Los Realejos una síntesis histórica. Ayuntamiento de Los Realejos. Página 139. (21) Cebrián Latasa, José Antonio (2003). Ensayo para un Diccionario de Conquistadores de Canarias. Editado por el Gobierno de Canarias. La Laguna. Páginas 44, 45. (22) Fuentes Pérez, Gerardo; Rodríguez González, Margarita (1996). Arte en Los Realejos una síntesis histórica. Ayuntamiento de Los Realejos. Página 135. (23) Ídem. Página 139. (24) Ídem. Página 136. (25) Ídem. Página 139. (26) Ibídem. (27) El Corresponsal (1897). El Guanche, periódico literario y científico (1858- BIBLIOGRAFÍA (1) Camacho Pérez-Galdós, Guillermo 1869). Santa Cruz de Tenerife. Imprenta Isleña. 11/11/1897. (1983). La iglesia parroquial de Nuestra (28) Fuentes Pérez, Gerardo; Rodrí- Señora de la Concepción del Realejo guez González, Margarita (1996). Arte en Bajo. La iglesia de Santiago del Realejo Alto. Los Realejos una síntesis histórica. Ayun- Ayuntamiento de Los Realejos. Página 8. tamiento de Los Realejos. Páginas 139, 140. (2) Cebrián Latasa, José Antonio (2003). (29) Hernández Castilla, José Melchor Ensayo para un Diccionario de Conquis- (2012). “El Rosario: más de 400 años en tadores de Canarias. Editado por el Gobierno El Realejo Bajo”. Periódico EL DIA. Santa de Canarias. La Laguna. Páginas 191, 192. Cruz de Tenerife. 4 de octubre de 2012. (3) Camacho Pérez-Galdós, Guillermo (30) Rodríguez Cabrera, Germán F. (1943). La Hacienda de los Príncipes. Ins- (2007). “Las fiestas del Rosario de 1906 en tituto de Estudios Canarios. La Laguna. Los Realejos: una aproximación al pano- Página 56. rama festivo del Lugar”. LA PRENSA, EL (4) Siverio Pérez, José (1977). Los conventos del Realejo. Gráficas Tenerife. Tenerife. Páginas 29,30. DIA, Santa Cruz de Tenerífe, 6 de octubre de 2007. (31) Fuentes Pérez, Gerardo; Rodríguez (5) Camacho Pérez-Galdós, Guillermo González, Margarita (1996). Arte en Los Rea- (1983). La iglesia parroquial de Nuestra lejos una síntesis histórica. Ayuntamiento Señora de la Concepción del Realejo de Los Realejos. Páginas 142, 143. Bajo. La iglesia de Santiago del Realejo Alto. (32) Hernández Castilla, José Melchor Ayuntamiento de Los Realejos. Páginas 8, (2012). “El Rosario: más de 400 años en 38. El Realejo Bajo”. Periódico EL DIA. Santa (6) Siverio Pérez, José (1977). Los conventos del Realejo. Gráficas Tenerife. Tenerife. Página 30. Cruz de Tenerife. 4 de octubre de 2012. 33. Junta Directiva de la Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Rosario de (7) Ibídem. Los Realejos (2014). “Solicitud de dos calles (8) Ibídem. al ayuntamiento de Los Realejos”. Sesión (9) Camacho Pérez-Galdós, Guillermo celebrada el 22 de mayo de 2014, Los Rea- (1983). La iglesia parroquial de Nuestra lejos. Señora de la Concepción del Realejo 34. Venerable Cofradía de Nuestra Se- Bajo. La iglesia de Santiago del Realejo Alto. ñora del Rosario de Los Realejos (2015). “Res- Ayuntamiento de Los Realejos. Página 9. tauración de la Virgen del Rosario del Rea- (10) Camacho Pérez-Galdós, Guillermo lejo Bajo+-. Los Realejos. p4 domingo, 26 de abril de 2015, EL DÍA EL DÍA, domingo, 26 de abril de 2015 p5 p6 domingo, 26 de abril de 2015, EL DÍA ANÁLISIS UNA HISTORIA del tiempo presente Texto: Victoria A. González Orihuela (maestra); Jaime García García (doctor en Geografía e Historia) “E spaña se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” (Art. 1.1. de la Constitución Española, 1978). El presente es histórico “La historia del tiempo presente es una disciplina específica de la historiografía que aborda el análisis de procesos en curso. Su formulación más sencilla sería la de plantearse el carácter histórico del tiempo que nos ha tocado vivir, atendiendo a la temporalidad particular de la experiencia, del tiempo vivido. Su pretensión primera es hacer inteligible la significación histórica de las situaciones dadas (económicas, sociales, políticas y culturales). Es decir, el presente admite y diferencia una construcción historiográfica propia, abriendo ángulos nuevos sobre lo previamente conocido” (1). Las actuales circunstancias socioeconómicas, políticas, culturales, éticas y morales han llevado a la ciudadanía al desánimo y, por lo tanto, a la búsqueda de nuevos espacios de equidad y cordura, donde la libertad no sea un bien consagrado en un texto legal por toda la eternidad, sino algo que se gane día a día, con la condición inexcusable de mejorarlo, pulirlo, adaptarlo si fuese preciso y, lo más importante, dotarlo de practicidad real y no de entelequia grandilocuente. Esa misma ciudadanía se ha percatado de su valor real. Un valor que se cotiza instante a instante y no por períodos cuatrienales. Un valor abierto, perseverante y mayoritario, sin el cual esta sociedad no avanzaría. Este valor no se sustenta en riquezas tangibles atesoradas en espacios temporales propicios, sino en una fuerza contable, pujante y tolerante, en la medida en que se le reconoce como elemento esencial del edificio cotidiano que se pretende construir. La situación descrita aboca al hartazgo, el cual no se soluciona con un cambio a la manera tradicional. La saturación preconiza una transformación seria, una metamorfosis equitativa e igualitaria y no un cambalache efímero destinado a parchear el actual contexto, porque, simple y llanamente, la ciudadanía es ya mayor de edad, nunca ha sido idiota y proclama la equidistancia de toda índole y naturaleza entre los dos polos de una colectividad donde impere la justicia. ¿Qué cambios? “Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesta que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad” (Art. 29.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 138º Asamblea General de la ONU, 10 de diciembre de 1948). El experto nos lanzaría un diluvio de apreciaciones legales por las que habría que pasar para entrar en un tiempo nuevo. El ciudadano de a pie, ahora mismo, no está por la labor, ya que estos últimos decenios han constituido un espejo claro donde hemos podido ver las siluetas de avezados personajes cuyas soluciones nos han llevado hasta aquí. Todo, según ellos, por el bien del país y por la mejora del entramado sociopolítico del mismo. Se precisa, pues, no de inmaculados e intachables protagonistas, ni de caras nuevas para nuevos tiempos; se exigen medidas coherentes que, en un espacio temporal razonable, contribuyan a arreglar este desaguisado perpetrado por salvadores de la patria que han circulado libres en virtud de no se sabe qué presunción de una inocencia de la que carecen. ¡Al grano! En primer lugar, nuestro texto constitucional y el Estatuto de Autonomía de Canarias piden a gritos una revisión a fondo, a conciencia. Los años no pasan en balde y estamos, por si alguien lo ha olvidado, en el siglo XXI. Inicialmente, hay que mirar a otros países donde el referéndum es un mecanismo apreciado que se debe usar con la frecuencia que se precise. Una vez reconocida su importancia, hay que proceder a la modernización del Estado, puntualizando que una ¿Monarquía o república?, ¿Estado de las autonomías o federal?, ¿territorios históricos con privilegios o igualdad territorial en función de parámentros justos y racionales?... reforma no debe estar inspirada en el encaje de una parte en el todo, obviando el derecho del que también disponen las otras partes en ese mismo contexto. A continuación, plantear una serie de cuestiones de relieve tales como: ¿monarquía o república?, ¿Parlamento unicameral o bicameral?, ¿división de poderes real o politizada?, ¿Estado de las autonomías o Estado federal?, ¿territorios históricos con privilegios o igualdad territorial en función de parámetros justos y racionales?, ¿partidos políticos y organizaciones subvencionadas o autogestionadas legalmente, con luz y taquígrafos?, ¿limitación en los mandatos o perpetuación en los cargos?, ¿fiscalidad desigual o paritaria?, ¿educación, sanidad y servicios sociales como logros irrenunciables y reflejados en la Constitución o al socaire de los intereses partidarios?, ¿una verdadera ley de educación, duradera en el tiempo y pactada, u otra mutable en función de ideologías partidistas gubernamentales?, ¿procedimientos judiciales realmente igualitarios o en función de intereses económicos de dudosa naturaleza? En fin, hagamos una parada para respirar y dejemos hueco para los puntos suspensivos que se precisen. En segundo lugar, potenciar la economía que asfixia a la ciudadanía, con miras a subsanar la lacra del paro. Los gobiernos no crean puestos de p7 EL DÍA, domingo, 26 de abril de 2015 ANÁLISIS otros ganen; unos dejen y otros recojan. Al final, volveremos al principio: una nueva transición de imperioso consenso, pacto constante y acuerdo continuo, donde se involucre a todos sin exclusiones. ¡Ah! Tolerancia cero para los corruptos: sean reales, republicanos, patricios o plebeyos, dado que “una sociedad subjetiva es una sociedad que no objetiviza sus problemas; es una sociedad débil, proclive a todo tipo de liderazgos personales y caudillismos, proclive, en definitiva, al más feroz y autoritario de los populismo demagógicos” (2). Siguiendo al mismo autor, Canarias está por hacer, en todos los sentidos, y ello es una tarea que aguarda a todos los canarios, teniendo en cuenta la importancia de nuestra vertebración social. trabajo; sin embargo, sí poseen los mecanismos para que las empresas, que sí los generan, estén en condiciones de hacerlo, y ello va en la línea de abaratar los costes para los emprendedores y las pequeñas y medianas empresas –verdaderas artífices de la empleabilidad–, mejorar los tipos de contratación y crear una verdadera reforma laboral que ampare a la mayoría, donde no sólo se controle el cobro de las ayudas por desempleo, sino también el impago de sueldos y la sobreexplotación. Menos políticas activas de empleo como las actuales –inútiles y lucrativas para algunos– y más actividad en las políticas generadoras de puestos de trabajo, acompañadas de una formación acorde con las verdaderas demandas del mercado, donde los montantes presupuestarios que se concedan a las organizaciones empresariales, sindicales o de otra índole, estén estrictamente supervisados. En este entramado, las pensiones futuras deberán estar garantizadas, en un marco legal de justicia social, al igual que los servicios sanitarios y las prestaciones sociales jamás deberán estar sujetados a recortes. Hay que resaltar que lo único que mejora las condiciones de vida de la ciudadanía es la inversión en I+D+i (investigación desarrollo e innovación), y no la confortabilidad –personal, salarial y laboral– de los políticos, empresariado y otros poderes. En tercer lugar, optimizar la educación, con planes de estudio alejados de las influencias políticas, donde se premie el esfuerzo y la constancia del alumnado, con ayudas y becas justas, asociadas a los méritos y a las condiciones sociales y no a árboles Estos cambios que precisa nuestro país y los diversos territorios deben ser positivos y no impositivos; consensuados y no draconianos. genealógicos, conexiones varias y arbitrariedad calculada, donde la relación entre oferta y demanda del mercado laboral se estudie concienzudamente y con periodicidad, con miras a un lógico proceso de adaptación. Es aquí donde el profesorado debe sentirse valorado, estimulado y sensibilizado en cuanto a la labor que desempeña y el papel que debe jugar, junto a las familias, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, merced a leyes de educación consensuadas y duraderas. En suma, un respeto real a los derechos de la ciudadanía, sin discriminaciones. ¿Quién debe abanderar esos cambios? “Los ciudadanos de Canarias son titulares de los derechos y deberes fundamentales establecidos en la Constitución” (Art. 5.1 del Estatuto de Autonomía de Canarias, 1982). Obviamente, “cambio” resulta ser un vocablo demasiado usado en el pasado –baste recordar la transición, las elecciones de 1982 y otros procesos próximos en el tiempo– y excesivamente manoseado en el presente, dada su reiterada utilización en los medios de comunicación y en los discursos de las campañas electorales, que parecen haber empezado. Estos cambios que precisa nuestro país, nación o Estado –agárrese cada lector al término y al orden que más le apetezca– y los diversos territorios deben ser positivos y no impositivos; consensuados y no draconianos; serenos y no a trompicones, víctimas de la inexorable velocidad del tiempo electoral. Aceptadas tales premisas, los actores deberán asumir su papel. Un papel que reparte la ciudadanía a golpe de voto, en función de propuestas programáticas a cumplir, sin excusas. No olvidemos que, haciendo un análisis sereno de los resultados electorales desde 1976 hasta el día de hoy, estos han oscilado en torno a decisiones viscerales de cansancio por incumplimiento de promesas y en tomaduras de pelo a un pueblo que no quiere revoluciones de ningún color, sino que reclama soluciones. Llegados a este punto, la derecha y la izquierda tradicionales están desgastadas; no aportan medidas racionalmente coherentes. Los nacionalismos se miran constantemente al ombligo de su ego. Las organizaciones sindicales se caen a trozos, víctimas de su propia inanidad. Las opciones minoritarias no pueden dejar de serlo. Las nuevas opciones resultan ser únicamente eso, expectativas. Entonces, ¿dónde hallaremos remedio a nuestros problemas? En una coalición donde unos pierdan y Concluimos “(...) En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres (...)” (José Martí, 1853-1895). Así pues, ¿estamos en condiciones de abordar los cambios precisos en estos nuevos tiempos? Sí, pero, únicamente si queremos: ¿qué, exactamente? Un sistema sociopolítico y económico marcadamente simétrico, con una estructura territorial sin sobredimensiones ni privilegio alguno, donde prime la despolitización de la justicia, una legislación educativa perdurable, una sanidad universal y sin diferencias territoriales en un Estado claramente laico, en el que la organización provincial y municipal controle mandatos, sueldos, dietas y demás prebendas. Todo lo aquí expuesto debe obedecer a la imperiosa voluntad de la ciudadanía, sin influencias externas sobrevenidas y en un marco de acuerdo de las distintas sensibilidades políticas. No basta con pescar en aguas revueltas; hace falta un cúmulo de soluciones reales para los problemas cotidianos. Si ello ocurre, evidentemente, habremos sobrevivido al aluvión anual de convocatorias electorales: marzo (Andalucía), mayo (locales y autonómicas), septiembre (Cataluña) y a finales de año o principios del próximo (generales). Consiguientemente, Canarias podría ser una comunidad autonóma nueva donde las energías limpias –derivadas del esfuerzo humano– iluminarían ideas y propósitos coherentes; y España, un Estado moderno, gobernado sin mediocridades. NOTAS: (1) GONZÁLEZ, M. (2010): La teorización de Julio Aróstegui sobre la historia del tiempo presente como historia vivida. Hispania Nova (13), 127. (2) HERNÁNDEZ BRAVO DE LAGUNA (1992). Franquismo y transición democrática (p. 114). Historia Popular de Canarias. Santa Cruz de Tenerife: Cabildo Insular de Tenerife y Casa de la Cultura. p8 domingo, 26 de abril de 2015, EL DÍA www.eldia.es/laprensa Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 977 LAS SUPERMAMÁS NO EXISTEN lladas por una sola persona. Este importante desafío no sólo requiere voluntad, aunque ésta ocupa un lugar fundamental. Aprendizaje. Es inevitable y recurrente la mirada al pasado para recordar cómo lo hacía nuestra madre con nosotros, y otras con los suyos. Recopilar y darle la pincelada de los nuevos tiempos. Estar abiertas al aprendizaje, porque de todo, de todos, se aprende. Siendo pupilos de nuestros hijos, pues ellos nos dan las mayores lecciones de vida. Y al mismo tiempo estar dispuesta a abrirse al conocimiento, ya que a veces no basta con la escuela de la vida, y se hace necesario formarse para formar y educarse para educar. Compañeras de la vida. Acompañarles en el autodescubrimiento, en el descorche de sus talentos y en la aceptación de sus limitaciones. Gustosas contempladoras de sus avances y progresos y sufridoras de sus experiencias más dolientes. Destapar sus sentimientos y emociones, sacarlos hacia afuera cuando sea necesario. Estar dispuestas a servirles de puente en las diferentes transiciones de la vida. Colaborar en el trazado de sus trayectorias y ayudarles en el uso de sus “mapas”, así como en aceptar la elección de sus rutas. Texto: Elena Fernández Rojas (Psicóloga, miembro de la Vocalía de Infancia, Familia y Educación del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife) P róximos a celebrar el Día de la Madre, les invito a una reflexión cuyo propósito es revisar y recuperar el verdadero sentido de la maternidad y del hecho cotidiano de ser madres. Ser o no ser madre; ésa es la cuestión. Tener claro que no es ni una imposición ni una obligación. Es necesario conectar con aquellas razones que nos empujan a tomar esta trascendental decisión. No es una exigencia ni natural, ni social; es una cuestión de “elección”. Tiempo de espera. ¡Ya está en camino! Tiempo suficiente para programar, proyectar, visualizar. Todo comienza a tomar forma, también en nuestra cabeza, en nuestra imaginación, incluso en el ambiente. Comienzan a desplegarse los ánimos de esas personas deseosas de colaborar en el proyecto de ese nuevo ser. Esta circunstancia va más allá del ADN y del engendramiento en sí mismo. La adaptación. ¡Bienvenido a la vida! Ahí quedan las marcas que definen el antes y el después del milagro de la vida y el comienzo de un largo, apa- sionante e incierto camino. Camino que comienza por permitir que la actividad cerebral se reorganice dejando dormidas unas habilidades y despertando otras más útiles y vitales, porque la ocasión así lo exige. Se activan y desbloquean automáticamente en nuestro cerebro los archivos y documentos que a esta cuestión hacen referencia. El alimento. Amamantamiento, acción y enlace nutritivo, circuito natural donde fluye alimento y energía, en el que ambas personas se regulan en esa especial interacción. Pero más importante aun el afecto, el más necesario y preciado alimento. La madre, como una de las figuras más importantes de apego, con el contacto físico como principal herramienta, es capaz de provocar respuestas bioquímicas que quedarán impresas como soporte vital y básico en su andadura. El descanso. El insomnio es la consecuencia más frecuente del hecho de ser madre. No obstante, es necesario hacernos gestoras eficientes del sueño para lograr un rendimiento y descanso adecuados. Buscar los aliados y los escenarios más idóneos. La familia, los amigos, los centros educativos, el pediatra que nos guía en la parte más temerosa del camino. Aquellos seres valiosos, “agentes de cambio”, a quienes elegimos como confesores, asesores, o modelos que nos inspiran en nuestra evolución. El diálogo, la herramienta por excelencia. En la educación, el diálogo con un hijo comienza hablando con una misma y luego se extiende a él. Saber escuchar dentro del ruido, funcionar en el desorden, detectar problemas ocultos, sustituir el grito por el diálogo, soportar tormentas, revelar asuntos que pasan desapercibidos. Saber responder, reforzar, comprender, arropar y transferirles energía con tan solo una mirada. Cuidar los contenidos, pero también la forma. Enviarles cada día el mensaje de “siempre estaré contigo, en cualquiera de las formas”. Y agacharse físicamente para ponerse a su altura, porque sólo desde allí se comprende todo mejor. Para un roto y para un descosido. Expertas en remedios, remiendos y reparaciones de última hora; también en el consuelo en los reveses que de forma natural se van agregando a la propia existencia. Asumir, además, que no podemos con todo y que hay que pedir ayuda. No existen las súpermamás, aunque sea nuestro interior anhelo; no por vanidad, sino porque aspiramos a entregarles lo mejor. Criar y educar son tareas demasiado importantes como para ser desarro- Aceptar la ley de la vida. Saber cortar poco a poco y cada día el cordón umbilical, permitiendo que sean seres autónomos, libres y que se construyan como los seres humanos que quieren ser. Pero, hasta ese momento, ser conscientes del número de veces que pronuncian la palabra “mamá”. Dependencia mutua, natural y adaptativa, pero que también hay que saber gestionar para no poner en peligro la capacidad de supervivencia individual. Equilibrar para así conseguir una sana vinculación. Es decir, estar cerca en la distancia y saber alejarse en la cercanía. Entrega e identidad. Una de cal y otra de arena. Encontrar el equilibrio entre la entrega y la propia identidad. Equilibrio del tiempo, teniendo presente que nuestro peor enemigo es el reloj, nuestra mayor aliada la organización. Pero tolerar también las sensaciones de desequilibrio como algo normal. La culpabilidad. Saber liberarnos de la culpa de lo inevitable, de aquellas cosas de las que no somos responsables y de aquellas que hacemos que podemos mejorar. Supervivencia. Predicar con la palabra, pero también con el ejemplo, pero siempre dejando ser y dejando hacer. En muchas cosas no estamos lejos de otras especies y compartimos lo más importante, la esencia, que es la supervivencia. Formar seres adaptables moldeables y flexibles, porque la naturaleza así lo exige. Prepararles para tolerar las sensaciones buenas y las malas también sacándoles siempre un provecho y convertir la supervivencia en la más grata y enriquecedora existencia.
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