“ Agradezco haber nacido en un hogar humilde”

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Año III - Nº 33 - 17 de abril 2015
“ Agradezco haber nacido en un hogar
humilde”
OMAR MAGNETTO Y LOS 25 AÑOS DE LA CLÍNICA
DE LA VISIÓN
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Nací en Leones, soy del Barrio Sur, que antes le daba a Leones un poco de identidad en el
sentido de que era un barrio de
en un edificio de Puerto Madero
o en Mendoza, cada realidad lo
va a condicionar, la mayor
suerte que nosotros tuvimos es
haber nacido
en un hogar
humilde
Omar Magnetto en brazos de su madre,
con sus hermanos
muchos trabajadores porque
había fábricas importantes, entonces la inmensa mayoría de
los que lo habitaban eran trabajadores y en gran parte empleados metalúrgicos. Y eso es lo
que fue mi padre, un empleado
metalúrgico de una fábrica que
ya no existe que era Rosso Leones. Mi padre y mi madre constituyeron un matrimonio de
hacer muchísimo esfuerzo,
siempre digo que la gran suerte
que hemos tenido con mis dos
hermanos, un hombre y una
mujer mayores que yo, es haber
nacido en un hogar humilde y
tener la posibilidad de ver lo
que es el esfuerzo, de ver lo que
es el trabajo, eso a uno lo marca
para toda la vida. Eso para mí
En la escuela primaria del Barrio Sur de
Leones
donde el trabajo era cotidiano.
Mi hermano mayor es odontólogo ortodoncista, ejerce hace
muchos años en Río Gallegos,
mi hermana maestra jardinera
jubilada ejerció en la escuela
William Partridge de Leones, yo
tengo 7 años menos que mi hermano y 5 menos que mi hermana.
Todos hicimos la primaria en
la escuela del Barrio Sur, después el secundario en la Escuela
Nacional de Comercio y Bachillerato Anexo, terminé la secundaria en el año 79, luego me fui
a estudiar a Córdoba, hice Medicina desde el 80 hasta fines
del 85 y en el 86 me fui a Buenos Aires a hacer la especialidad
en la clínica de ojos del doctor
Con su esposa y sus dos hijos
fue la gran suerte porque hasta
el momento del nacimiento uno
depende del azar, uno puede
nacer en el medio de una villa,
ción del gobierno de Alfonsín,
estábamos transcurriendo la segunda hiperinflación en el transcurso del gobierno de Menem y
qué hacer…yo había visto diferentes alternativas y analizando
vimos la posibilidad de estar en
Nano hasta fines del 89. Ahí fue
cuando la situación económica
del país era muy turbulenta, habíamos salido de la hiperinfla-
esta zona donde el hecho de que
sea una zona de producción me
pareció que si la Argentina salía,
salía desde la zona de la producción, además estaba cerca de
mis padres, en esos momentos
por ahí uno se apichona un poco
y decidimos con Silvia radicarnos en Marcos Juárez. Además
ella, que es oriunda de Monte
Buey, tenía la farmacia –que
tuvo hasta el 94, 95- y no podíamos dejar todo, así que decidimos venir a Marcos Juárez. Fue
una vida de mucho esfuerzo
pero un esfuerzo del cual uno
no se lamentaba. Yo trabajé
desde 6° grado, repartía zapatos
en una zapatería, desde 1° año
de la secundaria fui repartidor
de una tintorería, y en casa se
hacía todo tipo de trabajos porque había un
terreno que mi
papá cultivaba,
era trabajar y
trabajar. Mi
padre se fue
por primera
vez de vacaciones cuando
mi hermano lo
llevó después
de recibirse de
odontólogo
porque
él
siempre trabajó todas las
vacaciones.
Porque
era
muy trabajador y siempre
lo buscaban, era soldador y
como me dicen muchas perso-
Lo que fue la otra gran suerte
que tuve, es hacer la residencia
Toda la familia
nas todavía ahora, era un burro
trabajando. Y mi madre una persona extremadamente buena,
que lo acompañaba en todo, ella
nunca decía que no, también
trabajaba todo el día, los viernes
a la noche se hacía el pan, los
sábados se pelaban pollos para
repartir y mi madre hacía todo
eso. Ésa fue la gran suerte que
hemos tenido nosotros, de formarnos en eso, el trabajo es el
medio que a uno le permite, la
necesidad genera ideas, la predisposición al trabajo y al esfuerzo hacen que esas ideas
primero sean proyecto y muchas veces, otras no, se lleguen
a concretar. Eso es lo que me
marcó desde el punto de vista
personal y desde el punto de
vista profesional.
en la clínica de ojos del doctor
Nano que también era una persona que trabajaba de sol a sol
y de lunes a lunes y nos transmitió esa energía como para no
caernos ante las adversidades y
generar ideas y proyectos.
Me recibí el 5 de diciembre
del 85, antes de fin de año ya
había ido a Buenos Aires, tuve
una entrevista con el doctor
Nano, en febrero fui a hacer una
pasantía de 15 días y dije que
quería hacer la especialidad ahí,
cuando rendí me fue bien y
pude entrar pero ya le había
dicho que aunque sea iba como
concurrente. He generado un
gran vínculo con él, además de
maestro, es una persona que nos
ha transmitido a todos esa energía y esas ganas de hacer.
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Recibe el diplona de la escuela secundaria
Recibe el diplona de médico
Así se fueron dando las circunstancias. Siempre hablo de
la suerte como una cosa que
contribuye en el rompecabezas
de la vida pero también siempre
tengo una frase que para mí es
genial, es de De Vicenzo, el famoso jugador de golf argentino,
que decía “cuanto más practico
más suerte tengo”. Entonces es
bastante relativo lo de la suerte,
siempre la necesitamos pero
uno la tiene que acompañar.
Con Silvia pensábamos casarnos en enero del 90 y por las razones económicas que comenté,
lo pasamos al 10 de marzo y
después de un pequeño viaje de
bodas, muy simple y humilde,
instalamos el consultorio que ya
habíamos alquilado, por intermedio del señor Alvarez, antes
de casarnos. Alquilamos en la
calle Belgrano 860, era un pasillo, lo acondicionamos, en la
parte de atrás reservamos un par
de habitaciones que eran la cocina y el dormitorio y el 2 de
abril –en esa época no era feriado- abrí el consultorio y
atendí a mi primer paciente a
quien recordaré siempre.
Era una época en que uno
tenía mucho entusiasmo pero
también mucho tiempo libre
porque los pacientes no me conocían. Doña Lina Servent vivía
en la planta alta, abajo había un
salón donde funcionaba una
perfumería. Cuando llegamos
estaba semi desocupado. Por el
pasillo se llegaba a un consultorio que habíamos arreglado de
la mejor manera posible, el
baño lo compartíamos con los
pacientes, era una época en que
uno era joven, tenía toda la
energía y la necesidad por otra
parte de ocupar un espacio dentro de la oftalmología. Fueron
épocas de mucho trabajo en el
sentido del esfuerzo, iba a atender a Leones, Cruz Alta, Monte
Buey, había que salir a buscar el
trabajo.
Ya en el 94 alquilamos la parte
de adelante, modificamos el
salón, dejamos de vivir en la
parte trasera y nos mudamos a
la planta alta porque doña Lina
había fallecido. Hicimos un quirófano en la parte de atrás y con
eso empezó a funcionar el primer Centro de la Visión desde
el 24 de setiembre de 1994.
Ya ofrecíamos otros servicios, con el
hecho
de
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Realiza la especialidad en la clínica del doctor Nano
poder operar uno se sentía un
poco más independiente. Así se
fue tejiendo esto, primero una
única secretaria que fue Susana
Barzal, después se fue ampliando, necesitamos alguna secretaria más, el doctor Fernando
Empezamos a trabajar con los
arquitectos Javier Avalle y Daniel Sberna en un proyecto, yo
les transmití las necesidades, visitaron un par de clínicas de
ojos, se fue trabajando y en
enero del 2000 empezamos la
Participación en Consejo Argentino de Oftalmología
Caviquioli empieza a trabajar,
comenzamos a tener la idea de
hacer un edificio nuevo, compramos esta esquina, muy demolida, llena de yuyos, con
sótanos medio derrumbados.
construcción. En diciembre del
99 había asumido De la Rúa y
en enero del 2000 dije que las
cosas iban a cambiar para bien,
el recambio es bueno en la política, teníamos una expectativa.
Fuimos trabajando en esos
años que todos recuerdan
hasta inaugurar el 3 de noviembre del 2001. En diciembre del 2001 De la
Rúa se va de la casa de gobierno en un helicóptero,
quiero decir que a pesar de
las realidades que muchas
veces son adversas, soy
una persona que tiene la
convicción de que con trabajo, esfuerzo y dedicación, uno puede avanzar
en el buen sentido, en el
progreso profesional, per-
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Inauguración del Centro de la Visión con el Intendente
Dellarossa y el doctor Nano
sonal.
Para todo esto debo decir que
siempre he tenido al lado alguien de hierro que es Silvia,
hemos tenido la suerte de tener
dos hijos muy buenos y sanos y
cientes de tan lejos para tener
nuestra opinión y eso nos llena
de orgullo y es porque ha pasado mucha agua bajo el puente
y uno ha intentando con cada
paciente ofrecer lo mejor, tratar
El grupo actual del Centro de la Visión
eso ayuda porque las circunstancias también van dibujando
el camino a seguir.
A partir de la inauguración, tenemos un lugar más apropiado,
con más comodidades para las
personas, siempre tratando de
ofrecer una medicina que sea
acorde a los tiempos y que la
población en general y la comunidad de Marcos Juárez y la región no tenga la idea de “y si te
vas a una ciudad a hacerte ver’”,
“y si te vas a una ciudad para
que te operen?”. Siempre hemos
tratado de apostar a que en el interior también se puede. A veces
me sorprendo que vengan pa-
de trabajar diferentes aspectos
de la medicina, trabajar y promocionar la salud desde lo preventivo, tratar de hacer
recomendaciones para que la
gente tome conciencia de lo importante que es la prevención
para detectar precozmente un
problema. Tan es así que
cuando hemos hecho publicidades hemos intentando apuntar a
eso, a generar una idea que dispare el interés del paciente en
controlar sus ojos, sea acá o con
el oftalmólogo que el paciente
elija.
Además de la inversión personal hay también una inversión
económica que también es una
apuesta. Porque el ejercicio de
la profesión en el interior tiene
sus particularidades, hay parte
de mito y parte de realidad. En
lo personal siempre he priorizado la mejora en lo profesional,
siempre
preferí
actualizarme con la aparatología
antes que cambiar el auto.
Siempre he preferido condicionar mis vacaciones a cómo
están los pacientes, es como que
a lo largo del tiempo la población toma dimensión de eso.
Desde el 2004 hemos organizado tener guardia permanente,
no activa pero disponible, con
un teléfono, para atender urgencias. Es un esfuerzo que es bastante difícil de describir y que a
uno lo hace privar de muchas
cosas como cenas interrumpidas, actos de los niños, viajes…
El ejercicio de
la profesión en
el interior tiene
sus dificultades
pero hoy en día
las comunicaciones, la internet, y toda la
tecnología hace
que sea un poco
una obligación
estar así porque
si no la población no nos
tiene en cuenta.
Hemos trabajado para tratar
de que los pacientes tengan
la mejor atención posible en
el consultorio y
en diferentes
ámbitos.
La campaña de salud visual es
algo que me hace sentir orgulloso porque durante 20 años
hemos revisado a todos los
niños de primer grado de todos
los colegios, y tenemos la satisfacción de cosechar, siempre es
mejor regalar, dar algo que recibir algo. Y recibimos muchas
muestras de agradecimiento.
Hace unos cuantos años compartimos la tarea con el doctor
Caviquioli y no hemos dejado
de hacerla aunque cambie el
signo político.
No hay casi ninguna clínica de
ojos que haga todas las cirugías,
Programa de salud visual para los niños de 1° grado
dentro de la oftalmología hay
subespecialidades y en la Clínica de la Visión tratamos de
prestar servicio en casi todas, lo
que no podemos hacer lo derivamos a centros de confianza,
es bueno que uno comparta, hay
ciertos casos en los que uno
tiene un diagnóstico bastante
claro pero las implicancias que
tiene en un paciente nos hace
sugerir una interconsulta porque
el paciente así se siente más
contenido.
Desde que entra al Centro de
la Visión tratamos de que se genere un vínculo de confianza recíproco médico paciente para lo
cual desde el primer saludo es
importante. Siempre les digo
que si vienen porque les quedo
cerca o cómodo pero no tienen
la confianza tal vez sería bueno
que vayan a ver al médico que
realmente los deja tranquilos.
Nosotros atendemos desde
bebés y niños, actualmente la
doctora Marzoli hace consultorio casi exclusivamente de
niños; oftalmología general para
la cual estamos el doctor Caviquioli, la doctora Francisquelo
y yo y en lo quirúrgico hacemos
la inmensa mayoría de las prácticas quirúrgicas con lo cual se
puede contener a buena parte de
los pacientes que nos consultan.
Siempre hay pacientes con patologías poco frecuentes o algún
aspecto de la cirugía oftalmológica que uno no realiza. Tenemos un personal en estudios
complementarios, tratamos que
los aparatos nos ayuden no que
nos reemplacen, que corroboren
diagnósticos.
En lo personal el balance es
altamente positivo primero por
mi infancia sana, en un hogar
donde el trabajo era cotidiano.
Mis padres no me han dicho
muchas veces te quiero, me demostraron su amor con el esfuerzo y el trabajo de todos los
días. Mi juventud fue muy tranquila, la vida de estudiante muy
linda, le dedicábamos mucho
tiempo al estudio y también disfrutábamos de una charla, de
juntarnos con amigos y desde
que me he casado con mi esposa
la familia chica se ha desarrollado en armonía como una unidad
que
se
mantiene
firmemente unida. Eso contribuye a lo profesional porque si
no una cosa termina generando
grietas en la otra y no se podrían
llevar a cabo muchos proyectos
y concretar muchas ideas. Por lo
tanto mi balance hasta ahora,
que tengo 52 años, es altamente
positivo, agradezco donde viví,
agradezco ser médico, elegiría
nuevamente la oftalmología
como especialidad, agradezco a
los pacientes por su confianza, a
mis colaboradores por su entusiasmo permanente, y a los medios de comunicación que
siempre fueron el nexo entre la
clínica y la comunidad de Marcos Juárez y la región. La mayor
satisfacción es tener una familia
unida y tener una gran cantidad
de pacientes que nos muestran
su agradecimiento y nos desean
que Dios nos bendiga como para
que sigamos estando, eso, independientemente de las creencias
de cada uno es muy fuerte porque el paciente está deseando lo
mejor. Tengo amigos, les doy un
lugar preponderante y algún
hobby que nos permite alternar
esto de la actividad de cada día.