REUTILIZACIÓN DEL QHAPAQ ÑAN DURANTE EL PERIODO

REUTILIZACIÓN DEL QHAPAQ ÑAN DURANTE EL PERIODO COLONIAL:
La “Ruta del Azogue” tramo Huancavelica – Chincha1
Joseph A. Bernabé Romero
Coordinación de Investigación y Registro
del Sistema Vial Inca – Qhapaq Ñan
Sede Nacional - Ministerio de Cultura
El descubrimiento de las minas de plata de Potosí en el Alto Perú, en 1545, y las minas de
azogue2 en Huancavelica, en 1564, constituyó un factor importante del auge económico
colonial de la Monarquía española en los siglos XVI y XVII. Los yacimientos de mercurio de
Huancavelica llegaron a tener un valor incalculable para la producción de plata, ya que su
amalgama permite la recuperación de este separándolo de los minerales acompañantes.
El transporte de azogue desde Huancavelica abrió nuevas rutas comerciales utilizando
tramos de caminos de origen prehispánico como el camino longitudinal de la sierra vía
Huamanga, Cusco y el Alto Perú (Bolivia). También se utilizaron rutas más rápidas
combinando vías terrestres y marítimas, destacando el tramo que se dirige de
Huancavelica al puerto de Tambo de Mora, en el valle de Chincha, lugar donde el azogue
era transportado hasta el puerto de Arica para luego continuar su traslado por los caminos
del valle de Azapa y Lluta hacia las minas de plata de Potosí.
Portal Belén, acceso principal a la mina Santa Bárbara - Huancavelica
1
El presente artículo se basa en los resultados del reconocimiento de campo realizados en marzo del 2007 por los
arqueólogos Joseph Bernabé Romero y Segisfredo López Vargas (Bernabé y López, 2007 a). [email protected]
2
El azogue es el nombre antiguo del elemento químico mercurio. Desde mediados del siglo XVI, este metal entra en su
edad de oro, ya que comienza a utilizarse en grandes cantidades en el proceso de amalgamación para recuperar el oro y la
plata.
El presente artículo se basa en el registro arqueológico de la “Ruta del Azogue” en el
tramo caminero Huancavelica – Chincha, trabajo realizado por el proyecto Qhapaq Ñan
en el 2007. A continuación presentamos parte del registro de las principales
características formales y los establecimientos vinculados que ha permitido conocer
detalles de su significado histórico.
RUTAS DEL AZOGUE SIGLO XVI - XVII
El transporte del azogue3 desde Huancavelica hasta Oruro y Potosí tuvo un proceso duro y
complejo en la búsqueda de nuevas rutas viables en tiempo y costos. Una primera etapa
abarca desde 15734 a 1584, en que se utiliza la “Ruta de la Sierra”, la misma que
aprovechó el trazo del camino Inca longitudinal, desde Huancavelica continuando por las
ciudades de Huamanga y Cusco y seguir por el antiguo camino al Collasuyu. Este tramo
presentaba un trayecto de 336 leguas (aprox. 1848 km) de trajín, que podía durar entre
tres a seis meses de viaje, principalmente porque el transporte de azogue se encargaba a
diversos arrieros, que aprovechaban la ruta para el comercio de otras mercaderías. Los
“pueblos de españoles de Huamanga y Cuzco” fueron mercados aprovechados por los
arrieros del mercurio (Contreras 1981: 118).
Por su elevado costo y tiempo, se dispuso una ruta más corta y recta hacia la costa a
través del puerto de Pisco. De este lugar el azogue era embarcado hasta Arequipa y Puno
hasta llegar al Alto Perú. Esta ruta revela la resistencia por independizar el transporte y
mercurio en su paso por los mercados de otros productos establecidos en la “Ruta de la
Sierra” y la instauración de una ruta que aprovechase al máximo la ruta marítima (ibid.: 119
-120)
La ruta marítima pasa por una etapa exploratoria hasta 1984, donde es definida por el
virrey Conde del Villar. En los años posteriores, la “ruta del azogue” más directa hacia la
costa sería el puerto de Chincha (Tambo de Mora), ubicado a 36 leguas (aprox.198 km).
En esta ruta se estableció un almacén en el paraje de San Gerónimo5, ubicado a nueve o
diez leguas del puerto de Chincha (ibid.: 118 - 120). Esta información es importante ya que
constituye la primera referencia de lugares de tránsito entre Huancavelica y Chincha
mencionada en los documentos históricos.
Desde el puerto de Tambo de Mora o Chincha, el azogue era embarcado en naves de la
Armada Real hasta el puerto de Arica. Durante el siglo XVII hacían un viaje al año.
Adicionalmente, la Corona también fletaba mercantes particulares. Una vez en Arica, el
desembarque y reexpedición del azogue hacia el altiplano constituía toda una nueva
empresa (Rivera 1995 -1996:115).
3
Para el transporte del azoque se tenía que embalarlo mediante contenedores de pieles curtidas denominadas “badanas”,
con las que se hacía bolsas amarradas en sus extremos. Cada par de badanas conformaba un maito, y aproximadamente
cuatro maitos hacían un quintal (Rivera 1995 – 1996:115).
4
Fecha aproximada que coincide con la expropiación de las minas de Huancavelica por el Estado (Contreras 1981:114).
5
El transporte desde Huancavelica hasta el almacén de San Gerónimo se hacía en llamas y desde aquí al puerto de
Chincha se hacía en mulas. La mercadería de retorno para los transportistas de Chincha a Huancavelica consistía en
remisiones de vino y aguardientes provenientes de los valles iqueños y solo por temporadas.
Según memorándum de Juan Bautista Sáenz Navarrete6, a partir de 1657, el transporte del
azogue a Potosí se hizo por Buenos Aires al considerando que Huancavelica ya no
producía cantidades significativas. De esta forma, el azogue debía viajar distancias
mayores desde Europa.
Rutas del azogue
Vía terrestre Huancavelica – Cusco –
Potosí
Vía terrestre Huancavelica – Callao
Vía marítima Callao – Arica
Vía terrestre Huancavelica – Pisco
Vía marítima Pisco – Arica
Vía terrestres Huancavelica – Chincha
Vía marítima Chincha – Arica
Vía terrestre Arica – Potosí
Leguas
336
Km
1848
Días
90
60
?
?
?
36
240
112*
363
?
?
957
198
1320
616
?
30
10
?
8 a 10
25
20
*Fuente: Mario Rivera 1995 – 1996: 104
Puente colonial asociado al camino segmento Santa Bárbara - Huancavelica
REGISTRO DEL TRAMO HUANCAVELICA – CHINCHA
Para el reconocimiento arqueológico de la “ruta del azogue” tramo Huancavelica –
Chincha, fue necesaria el estudio de fuentes históricas, cartas nacionales y entrevistas
con los pobladores locales, siendo estas últimas vitales para identificar la ruta. En base al
análisis cartográfico, se trazó el recorrido por las cabeceras de las cuencas altas entre los
límites políticos de los departamentos de Huancavelica, Ica y Lima.
6
Documento 149, Charca 29 -9, Archivo General de Indias (Mario Rivera Ob. cit.:102).
El reconocimiento arqueológico en Huancavelica se concentró en el cerro Chacllatacana,
lugar donde se ubicaban las minas de azogue célebremente conocidas como Santa
Bárbara y el poblado colonial, conservándose entre ellas el portal Belén por donde se
ingresaba a los socavones. De estas minas se extraía el cinabrio para ser llevado a los
hornos de fundición de Huancavelica, ubicados en las inmediaciones de la ciudad, así
como al interior de los barrios de la Ascensión, San Cristóbal, Santa Ana y en las laderas
del cerro Chacllatacana (Bauer y Coello 2014: 1027, Gálvez 2002).
Camino que se desplaza sobre la margen izquierda del río Ichu antes de llegar a Huancavelica,
reutilizado para el transporte del azogue
En esta primera sección, Santa Bárbara – Huancavelica, se ha registrado el camino que
viene del poblado colonial de Santa Bárbara. Se ha reconocido que el camino conserva
elementos formales de construcción como calzadas empedradas con un ancho promedio
de 1.5 m, con muros de contención en la parte inferior de la calzada, en algunos
segmentos presenta muros laterales, escalones en áreas con declives muy pronunciados,
y terraplenes. También se integra al camino un puente de piedra en arco de medio punto
de origen colonial. Se asocian a esta primera sección extensos corrales y construcciones
distribuidos por la ladera del cerro.
Una vez obtenido el azogue de los hornos eran embalados y llevados por llamas
cargueras para continuar el trayecto por la margen izquierda de la quebrada Ichu,
tomando el rumbo noroeste desde Huancavelica. El camino llegaba a la quebrada de
Cachimayo, continuando por la estancia de Lachoj, lugar donde se ha registrado los
7
Investigaciones de campo realizados por Brian Bauer, Antonio Coello y Douglas Smit (2014:102) han determinado la
construcción de más de cien hornos de mercurio que se extendía por encima de los cien kilómetros cuadrados durante los
dos siglos de producción de la mina de Santa Bárbara. Además se ubicaron restos de hornos en los alrededores de los
pueblos de Chaclatacana y Huaylacucho, así como en ambos lados del río Ichu, que atraviesa la ciudad de Huancavelica.
cimientos de un puente de arco en medio punto, gravemente afectado por el corte de la
carretera a la localidad de Arma. El camino de Lachoj continua hacia el Tambo de
Cachimayo, lugar donde se ha reconocido la bifurcación del camino; el primero hacia la ex
hacienda de Cotay y el segundo en dirección hacia las localidades de Chupamarca,
Arahua y Arma, ubicadas hacia el suroeste de los cerros Pata Pata y Uchuc Moyocho8.
El reconocimiento de campo continuó por el camino que lleva a la ex hacienda de Cotay,
en la carta nacional se observa un trazo de camino bien delineado, corroborando la
información etnográfica obtenida en Huancavelica. El trazo continuaba por la quebrada
de Pucavado, donde ha sido afectado por la construcción de la trocha carrozable hacia la
estancia de Cotay9. Este trazo caminero cruzaba la estancia pasando al lado de un abrigo
rocoso, donde se han registrado evidencias de ocupaciones prehispánicas, como
presencia de material lítico (lascas y preformas en obsidiana) y fragmentos de cerámica.
Desde Cotay, el camino continuaba cuesta arriba por la quebrada de Alljahuasi, donde se
orienta hacia el oeste, bordeando la laguna de Parinacocha para llegar a la parte alta de
los cerros de Pariona Orjo y el abra de Pisquillo, punto más alto en todo el trayecto de
Huancavelica – Chincha, ubicado a 4852 m.s.n.m. Hasta Pisquillo se ha recorrido de 59
km aproximadamente. Desde el abra de Pisquillo se llega a la quebrada Paria, lugar
donde se bifurca un camino de origen prehispánico reutilizado por los arrieros y
comerciantes para el traslado de sus productos hacia la costa pasando por la quebrada
de Rumi Cruz, la laguna de Yurac Punku, el paraje de Tambo, el poblado Lincha, Zúñiga,
Pacarán finalmente Lunahuaná y Cañete10
El trayecto del camino Huancavelica – Chincha continua hacía el abra de Piscococha,
ubicada en el cerro Huichicana, para bajar por la quebrada Sahuinto, hasta el paraje
denominado Tambohuasi, lugar donde se ha registrado construcciones de planta
rectangular reutilizada por los pobladores locales. Esta zona estaría formando parte de un
posible tambo de origen colonial. Desde Tambohuasi, el camino continúa en ascenso
hacia el cerro Pucapaclla para llegar al sector de Colcabamba, donde se han ubicado
asociados dos marcadores o saywas que se caracterizan por su estructura de planta
cuadrangular a manera de columna formada por hileras de piedra. Enseguida, el camino
desciende por la quebrada Pumahuanio y asciende hasta el abra Auquichaca, donde se
han registrado restos de una apacheta. En este sector el trazo del camino mantiene un
ancho promedio de 2m. y se presenta despejado con segmentos de alineamientos de
piedra hacia ambos lados.
8
Para el reconocimiento arqueológico se ha utilizado la carta nacional Conayca 26-m donde se puede observar la
existencia hasta tres caminos orientados hacia el oeste, que cruzan la cadena de montañas de los cerros Pata Pata, Uchuc
Moyocha, Aycha Libre y Ojo Pucra. Se tomó la decisión de continuar por el camino a Cotay por la referencias etnográficas
que contábamos ya que esta ruta era utilizada por los comerciantes hacia los valles de Lunahuaná y Chincha.
9
En los primero años del siglo XX la estancia de Cotay estuvo vinculado al barrio de San Cristóbal en Huancavelica, el lugar
era un paso importante en la ruta del comercio hacia el valle de Lunahuaná (Valderrama y Escalante 1983: 71 -73).
10
Valderrama y Escalante (Op.cit.: 1983) en una publicación sobre arrieros, troperos y llameros de Huancavelica
reconstruyen las rutas comerciales que se hacían en los primeros años del siglo XX, desde Huancavelica hacia el valle de
Lunahuaná; una primera ruta tomaría el camino hacia Cachimayo, continuando por la quebrada Rumi Cruz, Yurac Punku
hasta el poblado de Lincha para finalmente llegar a Zúñiga, Catapaya y Pacaran. La segunda ruta seguiría hacia el Chincha
Alta por Cotay, Pisquillo, Rumi Cruz, Incawasi, Waychao, Lucama, Paria Puncu, Media Pampa y finalmente Chincha Alta.
En el sector denominado como Chaska se bifurcaría el camino hacia Lunahuaná, este punto se ubicaría entre la pampa de
Waychao e Incawasi.
Desde la apacheta de Auquichaca se continúa, bordeando la ladera del cerro Sayhua,
hasta la apacheta de Huincuy, para cruzar la quebrada de Incahuasi, sector donde se
registra cuatro estructuras de planta rectangular dispuestas frente a frente formando un
espacio abierto a manera de Kancha, pero de forma irregular. El trazo caminero continúa
bordeando las laderas del cerro Huarmi Rumi y Huamish Cruz, paraje donde se bifurca
otro camino que continúa por la quebrada de Tunapuquio y Plazayoc y continúa hacia los
actuales poblados Viscaya, Madean y Viñac.
El trayecto prosigue hacia la estancia de Tambocorral o Plazayoc, establecimiento que se
ubica entre los límites de los departamentos de Lima e Ica, y que ha sido reutilizado por
los pastores como corrales para ganado vacuno. El trazo del camino sigue hacia el
Tambo de Chesgue, que presenta construcciones de planta cuadrangular asociadas
directamente al camino. En este sector, se bifurca un tercer camino que llegaría
directamente al poblado de Zúñiga en el valle de Lunahuaná - Cañete, conforme se
observa en la carta nacional.
Muro de retención, elemento formal característico en declives pronunciados
La última sección del tramo Huancavelica – Chincha registrado sale del abra de
Pacaypunco, bordeando las laderas de los cerros en las estribaciones occidentales de los
Andes, llegando hasta el sector de Lucmo, punto final de las prospecciones realizadas en
este estudio, quedando pendiente el reconocimiento de una sección de 50 km. Camino
que estaría bajando por la quebrada de Cruz de Almacén hasta la quebrada Almacén,
donde se ubica el paraje de San Jerónimo. En este lugar, posiblemente se ubican los
restos de los almacenes reales de azogue que llegaban desde Huancavelica en llamas
cargueras y que eran cambiados a las acémilas para ser llevadas por la quebrada
Almacén y San Juan para finalmente llegar a la ciudad de Chincha y el puerto de Tambo
de Mora.
SECCIONES DE CAMINOS REGISTRADOS
Sección
Punto de inicio
Punto final
Longitud
(Km)
Mina Santa Bárbara – Ciudad
de Huancavelica
Ciudad de Huancavelica –
Caserío de Lachoj
Caserío de Lachoj – Tambo de
Cachimayo
Tambo
de
Cachimayo
–
Hacienda de Cotay
Hacienda de Cotay – Estancia
de Alljahuasi
Estancia de Alljahuasi – Abra de
Pisquillo
Abra de Pisquillo – Abra de
Piscococha
Abra
de
Piscococha
–
Tambohuasi
Tambohuasi – Tambo de
Incahuasi
Tambo de Incahuasi – Estancia
de Tambocorral
Estancia de Tambocorral – Abra
de Pacaypunco
Abra de Pacaypunco – Lucmo
502812 / 8583636
502479 / 8586346
3
503513 / 8587362
489825 / 8580248
17.5
489825 / 8580248
481532 / 8575020
10
481532 / 8575020
468895 / 8582492
16
468895 / 8582492
464596 / 8579003
6
464596 / 8579003
458962 / 8579425
5.5
458962 / 8579425
446818 / 8581706
14
446818 / 8581706
439129 / 8570806
13.5
439129 / 8570806
428973 / 8562229
16.5
428973 / 8562229
421994 / 8559346
9
421994 / 8559346
408828 / 8552302
19
408828 / 8552302
400929 / 8548334
18
COMENTARIOS FINALES
El tramo Huancavelica – Chincha o “Ruta del Azogue”, materia del presente
reconocimiento de campo, se desplazaba por encima de los 3700 m.s.n.m. y los 4852
m.s.n.m. principalmente por pisos ecológicos de puna, entre los departamentos de
Huancavelica, Lima e Ica, bajando a la costa por las cabeceras de las estribaciones
occidentales de la cordillera de los Andes permitiendo su fácil tránsito y accesibilidad.
Las evidencias superficiales del camino se caracterizan por presentar segmentos con
elementos arquitectónicos como: muros de contención en la parte inferior de su calzada,
alineamientos de piedras hacia ambos lados del camino -en algunos casos a manera de
barrido o por desgaste-, segmentos en terraplén o elevados; asimismo, se ha recurrido al
empleo de escalones en sectores donde la topografía era muy abrupta y senderos
producto del desgaste y la erosión del camino (Bernabé y López 2007 a).
Entre las evidencias arqueológicas asociadas se ha registrado 11 apachetas o montículos
artificiales de piedras que los viajeros van dejando en su tránsito como señal de respeto y
de contenido simbólico. Estas apachetas se ubican en los pasos más altos o abras
naturales donde la perspectiva del paisaje cambia de un lado a otro, obteniéndose una
visión diferente al tramo realizado. En el recorrido también se ha registrado evidencias de
establecimientos o tambos menores que los definen como lugares solo de tránsito o
posada para los viajeros. Asimismo, se ha registrado abrigos rocosos con evidencias de
ocupaciones tempranas caracterizadas por material lítico en obsidiana. El estado de
conservación del camino es regular, aproximadamente el 70 %, mantiene su trazo original
(ibid.). Estos indicadores permiten definir esta ruta como un camino transversal este –
oeste (costa – sierra) posiblemente utilizado desde periodos tempranos, permitiendo la
accesibilidad desde la parte oriental de Huancavelica hacia los valles costeños de
Lunahuaná – Cañete (Lima), Chincha y Pisco (Ica).
Para la época Inca este tramo trasversal Huancavelica – Pisco - Chincha se encontraba
vinculado a una red de caminos que llegaban directamente a los asentamientos de Tambo
Colorado, La Centinela y Tambo de Mora, articulándose, a su vez, con el camino
longitudinal de los llanos que cruzaba longitudinalmente de norte a sur, los valles de
Chincha y Pisco (Matos1960, Hyslop 2014:189 - 2010).
Recientes investigaciones arqueológicas en Tambo de Mora (Alcalde, Del Águila, Fugita y
Retamozo, 2010) han hallado evidencias de talleres metalúrgicos, surgiendo algunas
interrogantes sobre el origen de los minerales y metales, planteándose su posible
procedencia en las partes altas de Chincha y Huancavelica. Por otro lado, investigaciones
arqueológicas realizadas en las cabeceras de la cuenca del río Cañete, entre las
localidades de Huangáscar, Chocos, Viñac, y Madean, ubicados sobre la margen
izquierda, se ha registrado asentamientos prehispánicos que presentan como patrón
arquitectónico estructuras de planta circular vinculados a grupos sociales procedentes de
Huancavelica y el valle del Mantaro (Gonzáles y Pacheco 2004, Gonzáles, Pacheco, Del
Águila y Bejar 2014). Asentamientos que se encontrarían articulados a la red de caminos
transversales hacia los valles Cañete, Chincha y Pisco.
Consideramos que esta red caminera Huancavelica – Chincha estuvo articulado al sistema
vial Inca, el cual nacía en la bifurcación del camino longitudinal en Izcuchaca,
proyectándose en dirección al sureste hacia el establecimiento Inca de Ushkus Inkañan
(Coello1999), integrando esta extensa región con rutas camineras que continuaban por las
quebradas de Ichu y Cachimayo donde se dividían por Santa Ana y Rumichaca hacia los
valles costeños de Cañete, Chincha y Pisco (INC 2006: 55-57), articulándose con los
principales establecimientos Incas como: Incahuasi de Lunahuaná (Casaverde y López
2011), Incahuasi, Huaytara, Patipampa, Huayanga, Tambo Colorado, Lima La Vieja y La
Centinela (Hyslop, 1994: 193-194).
Las posteriores modificaciones del camino Inca realizadas en la colonia por la creación de
rutas comerciales y mineras, producto de la creación de reducciones, fundación de
ciudades, tambos, estancias ganaderas, obrajes y minas, permiten contar con un cuerpo
muy importante de indicadores o elementos diagnósticos sobre las modificaciones que ha
sufrido los caminos de origen prehispánico por la reutilización colonial. El tramo
Huancavelica – Chincha, representaría un claro ejemplo de la reutilización post Inca de un
camino transversal de la sierra hacia los valles costeños, como una ruta comercial para el
traslado el azogue hasta el puerto de Tambo de Mora y de otras mercancías. Esperamos
en un futuro se pueda ahondar más en el estudio de esta red caminera.
AGRADECIMIENTOS
A la Sra. Victoria Contreras Lacho, Directora de la Dirección Desconcentrada
Huancavelica, por su apoyo y su infatigable labor por la valoración de la cultura
huancavelicana. Al Lic. Manuel Picón Carlos, que sin su apoyo no hubiera sido posible
trazar la ruta Huancavelica – Chincha; al Lic. Rubén Espinoza Gonzáles por la información
proporcionada en las reuniones sostenidas en nuestra estadía en la histórica ciudad de la
Villa de Oropesa de Huancavelica. A mis compañeros Sonia Ríos Villar, Miguel Cabrera
Arana, Julio Fernández Flores y Guido Casaverde Ríos por la revisión y sugerencias del
presente texto.
Trayecto seguido desde Huancavelica hacia el valle de Chincha
(Mapa: Joshep Julio Fernández)
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