TedamoslasgraciasporadquiriresteEBOOK VisitaPlanetadelibros.comydescubreunanuevaformadedisfrutardelalectura ¡Regístrateyaccedeacontenidosexclusivos! 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YalosHardindeestemundo, quetambiénmerecenquesushistoriasseancontadas. Prólogo Tessa Contemploelrostrofamiliardeesteextrañoymeinvadenlosrecuerdos. YosolíasentarmeaquíacepillarlelamelenaamiBarbierubia.Amenudodeseabaserlamuñeca: ellaloteníatodo.Eraguapa,siempreibaarreglada,siempreeraquienteníaqueser.«Suspadresdeben de estar muy orgullosos de ella», pensaba yo. Allá donde estuviera, seguro que su padre era el presidentedeunagrancompañíayviajabaportodoelmundomientrassumadrecuidabadesushijos. ElpadredeBarbienuncallegabaacasatambaleándoseychillando.Nolegritabaalamadrede Barbietanaltoqueteníaqueiraescondersealinvernaderoparaescapardelosruidosydelosplatos quesehacíanañicoscontraelsuelo.Ysi,porcasualidad,lospadresdeBarbiereñían,ellasiempretenía aKen,elnoviorubioperfecto,paraconsolarla...hastaenelinvernadero. Barbieeraperfecta,poresoteníaunavidaperfectayunospadresperfectos. Tengodelanteamipadre,quemeabandonóhacenueveaños.Estásucioydemacrado,nadaque verconcomodeberíaser.Nadaqueverconmisrecuerdos.Memira,unasonrisasedibujaensucaray measaltaotrorecuerdo. Lanochequemipadrenosabandonó...Laexpresiónpétreademimadre.Nolloró.Sequedóallí pasmada,esperandoaqueélsalieraporlapuerta.Esanochelacambió,despuésdeaquellodejódeser lamadrecariñosaqueera.Sevolvióduraydistante,infeliz. Peroellasequedóyélno. Capítulo1 Tessa —¿Papá? Noesposiblequeelhombrequetengodelanteseaquienes,pormuchoqueesosojosmarronesme resultenfamiliares. —¿Tessie?—Suvozesmásgravequeenmisrecuerdoslejanos. Hardinmemira,conlosojoscentelleantes,yluegomiraamipadre. Mipadre.Aquí,enestebarriodemalamuerte,conlaropasucia. —¿Tessie?¿Deverdaderestú?—pregunta. Mequedohelada.Noséquédecirleaesteborrachoquetienelacarademipadre. Hardinmeponeunamanoenelhombroparaquereaccione. —Tessa... Doyunpasohaciaelextrañoyélsonríe.Subarbacastañaestásalpicadadecanas,susonrisanoes blancaylimpiacomoyolarecordaba...¿Cómohaacabadoasí?Todasmisesperanzasdequehubiera enderezadosuvidaigualqueKensehanesfumado.Meresultamásdolorosodeloquedeberíaqueeste hombreseamipadre. —Losé—dicealguien,ypasadouninstantemedoycuentadequelohedichoyo. Recorreladistanciaquenosseparaymerodeaconlosbrazos. —¡Nomelocreo!¡Estásaquídeverdad!Heintentado... Hardin me aparta de él sin dejarlo terminar la frase. Retrocedo, no sé muy bien cómo comportarme. Elextraño,mipadre,nosmiraalertayasombrado.Pero,afortunadamente,prontovuelveaadoptar laposturadespreocupadadeantesyaguardarlasdistancias. —Llevomesesbuscándote—dicepasándoselamanoporlafrente,extendiendoasíunmanchurrón demugreporlapiel. Hardinseplantadelantedemí,listoparalanzarsealataque. —Nomehemovidodeaquí—lecontestoconcalma,mirandoporencimadelhombrodeHardin. Le estoy agradecida por querer protegerme, y me paro a pensar que debe de estar de lo más confuso. Mipadrelomiradearribaabajo. —Vaya—dice—.Noahhacambiadomucho. —No,esHardin—replico. Mipadrearrastralospiesunpocoysemeacercaunoscentímetros,aunqueHardinseponetensoal verlomoverse.Estátancercaquepuedoolerlo. Obieneselalcohol,obieneselresultadodehaberabusadotantodeélloquehahechoquelos confunda:HardinyNoahsonpolosopuestosyesimposiblecompararlos.Mipadremerodeaconun brazoyHardinmelanzaunadesusmiradas,peroniegoligeramenteconlacabezaparaquenosemeta. —¿Quién?—MipadrenomesueltaduranteunaincómodaeternidadmientrasHardinsequedaahí parado,mirándonoscomosiestuvieraapuntodeexplotar,noderabia,sinoporquenoparecetenerni ideadequéhacerodecir. Yasomosdos. —Esmi...Hardinesmi... —Novio.Soysunovio—diceterminandolafrase. LosirismarronesdelhombresehacenmásgrandescuandoporfinasimilaelaspectodeHardin. —Unplacer,Hardin.YosoyRichard. ExtiendelamanosuciaparaestrecharladeHardin. —Igualmente...—Hardinestámuydesconcertado. —¿Quéhacéisporaquí? Aprovecho la ocasión para apartarme de él y colocarme junto a Hardin, que vuelve a ser el de siempreymeestrechacontrasucostado. —Hardinhavenidoahacerseuntatuaje—contestocomounaautómata.Soyincapazdeprocesar loqueestápasando. —Ah...Québien.Yotambiénhesidoclienteaquíalgunavez. Imágenesdemipadretomándoseuncaféantesdesalirdecasaporlasmañanasparairatrabajar inundan mi mente. No se parecía en nada a lo que tengo delante, no hablaba así y, desde luego, por aquellaépocanosetatuaba.Entoncesyoeraunaniña. —Sí,loshacemiamigoTom. Searremangaynosenseñaalgoquesemejaunacalaveraensuantebrazo. No parece suyo, aunque a medida que lo observo con más detenimiento, empiezo a ver que le pega. —Ah...—Estodocuantoconsigodecir. Estoesmuyraro.Estehombreesmipadre,elhombrequenosdejóamimadreyamísolas.Y aquílotengo...,borracho.Ynoséquépensar. Unapartedemíestáemocionada,unapequeñaparteque,enestemomento,noquieroreconocer queexiste.Ensecreto,llevoesperandovolveraverlodesdeeldíaenquemimadremencionóquehabía vuelto. Sé que es una tontería, una estupidez, pero en cierto sentido parece que está mejor que antes. Estáborrachoyesposiblequenisiquieratengacasa,peroloheechadodemenosmásdeloquecreíay puedequesimplementehayatenidounamalaracha.¿Quiénsoyyoparajuzgarlosinosénadadeél? Cuando lo miro, y miro luego la calle que nos rodea, se me hace raro que todo transcurra con normalidad.Juraríaqueeltiemposehadetenidocuandomipadresehaacercadotambaleándosehacia nosotros. —¿Dóndevives?—lepregunto. LamiradadefensivadeHardinestáfijaenél.Lomiracomosifueraundepredadorpeligroso. —Ahoramismonotengounsitiofijo.—Seenjugalafrenteconlamanga. —Ah. —EstabatrabajandoenRaymark,peromedespidieron—medice. Heoídoantesesenombre,Raymark.Creoqueesunafábrica.¿Haestadotrabajandodeobrero? —¿Quéhaydetuvida?—añade—.¿Cuántotiempohace...?¿Cincoaños? Hardinsetensaamiladocuandodigo: —No.Nueve. —¿Nueveaños?Losiento,Tessie. Arrastraunpocolaspalabras.Elapelativocariñosomedueleenelalma:esenombrepertenecea losbuenostiempos.Acuandomelevantabaenelaire,mesentabasobresushombrosycorríaconmigo a cuestas por nuestro pequeño jardín, antes de que se fuera. No sé qué pensar. Quiero llorar porque llevabamuchotiemposinverlo.Quieroreírporqueesirónicoencontrármeloaquí,yquierochillarlepor habermeabandonado.Meconfundeverloasí.Lorecuerdocomoaunborracho,peroentonceseraun borracho furibundo, no un borracho sonriente que le estrecha la mano a mi novio y le enseña sus tatuajes.Alomejorhacambiadoyahoraesunhombremásamable. —Tenemosqueirnos—diceHardinmirandoamipadre. —Losientomucho.Nofuesóloculpamía.Yasabescómoestumadre...—sedefiendeagitando lasmanos—.Porfavor,Theresa,dameunaoportunidad—mesuplica. —Tessa...—mediceHardin,amilado,entonodeadvertencia. —Danosunminuto—lepidoamipadre. CojoaHardindelbrazoymelollevoaparte. —¿Quédemoniosestáshaciendo?¿Noirása...?—empiezaadecir. —Esmipadre,Hardin. —Esunputoborrachosintecho—meespetamolesto. LosojossemellenandelágrimasaloírlasdurasverdadesquehadichoHardin. —Llevonueveañossinverlo. —Exacto,porqueteabandonó.Esperdereltiempo,Tessa.—Miraporencimademihombro,en direcciónamipadre. —Medaigual.Quieroescucharloquetienequedecirme. —Ya,meloimagino.Noesquevayasainvitarloaquedarseconnosotrosenelapartamento.— Menealacabeza. —Loharésimeapetece.Y,siquierevenir,vendrá.Paraesoestambiénmicasa—salto. Miroamipadre.Estáahídepie,conlaropasuciaylacabezagacha,mirandoelasfalto.¿Cuándo ha sido la última vez que ha dormido en una cama? ¿Y su última comida caliente? Se me parte el corazónsólodepensarlo. —¿Deverdadestáspensandoeninvitarloaquevengaacasaconnosotros?—Sepasalamanopor elpelo,ungestodefrustraciónquemeresultamuyfamiliar. —No a que se quede a vivir, sólo a pasar la noche. Podríamos preparar una bonita cena —me ofrezco. Mipadreentoncesalzalavistaynuestrasmiradasseencuentran.Apartolamíacuandoveoque empiezaasonreír. —¿Una cena? Tessa, es un maldito borracho al que no has visto en casi diez años. Y ¿te estás ofreciendoaprepararlelacena? Meavergüenzasupataleta.Letirodelasolapaparaacercarlomásamíypoderhablarmásbajo. —Hardin,esmipadreyyanotengoningunarelaciónconmimadre. —Esonosignificaquedebastenerlaconesetipo.Novaaacabarbien,Tess.Eresdemasiadobuena contodoelmundoynoselomerecen. —Esimportanteparamí—ledigo,ysumiradasesuavizaantesdequepuedaseñalarleloirónico delaspegasquemepone. Suspiraysetiradelpeloalborotadoconfrustración. —Mierda,Tessa,estovaaacabarfatal. —Esonolosabes,Hardin. Suspiroymiroamipadre,queseestápasandolosdedosporlabarba.SéquepuedequeHardin tengarazón,peromedeboamímismaintentarconoceraesehombreo,comomínimo,escucharloque tienequedecirme. Vuelvojuntoaélybalbuceoconunclarotonoderecelo: —¿Tegustaríaveniranuestracasaacenar? —¿Deverdad?—exclama,ylaesperanzaleiluminalacara. —Sí. —¡Claro!¡Claroquesí!—Sonríe,yporuninstanteveoalhombrequerecordaba,eldeantesde queledieraalabotella. Hardin no dice ni una palabra mientras volvemos al coche. Sé que está enfadado y lo entiendo. Perotambiénséquesupadrehacambiadoparabien(eselrectordenuestrauniversidad,ahíesnada). ¿Tantontasoyporesperarqueelmíotambiéncambieamejor? Cuandollegamosalcoche,mipadrepregunta: —Caray...¿Estuyo?EsunCapri,¿verdad?Definalesdelossetenta. —Sí.—Hardinsesientatraselvolante. Mipadrenodicenadaalrespectodesurespuestacortante,ymealegro.Laradiosuenadefondoy, encuantoHardinarrancaelmotor,ambosnoslanzamosasubirelvolumenconlaesperanzadequela músicaahogueelincómodosilencio. Durante el trayecto me pregunto cómo se lo tomaría mi madre. Me estremezco al imaginarlo e intentopensarenmitrasladoaSeattle. No. Eso es casi peor. No sé cómo contárselo a Hardin. Cierro los ojos y apoyo la cabeza en la ventanilla.LamanocálidadeHardincubrelamíayempiezoacalmarme. —Vayaaa, ¿vives aquí? —Mi padre abre una boca de palmo desde el asiento de atrás cuando llegamosaledificiodeapartamentos. Hardinmelanzaunamiradasutilparaindicarmequeestálisto,yyorespondo: —Sí,haceunosmesesquevivimosaquí. Enelascensor,lamiradaprotectoradeHardinmehaceruborizar,yleregalounapequeñasonrisaa versiserelajaunpoco.Parecequefunciona,peroestarencasaconunperfectodesconocidoestanraro queempiezoaarrepentirmedehaberloinvitado.Aunqueahorayaesdemasiadotarde. Hardinabrelapuertadelapartamento,entrasinmiraratrásysemeteeneldormitoriosinmediar palabra. —Enseguidavuelvo—ledigoamipadre,ylodejosoloenlaentrada. —¿Teimportasivoyalbaño?—mepregunta. —Todotuyo.Estáalfinaldelpasillo—digoseñalandolapuertadelbañosinmirar. Eneldormitorio,Hardinestáenlacama,quitándoselasbotas.Mirahacialapuertaymehaceun gestoparaquelacierre. —Séqueestásenfadadoconmigo—puntualizoenvozbajacaminandohaciaél. —Loestoy. Lecojolacaraentrelasmanosyconlospulgaresleacariciolasmejillas. —Noteenfades. Cierralosojosparadisfrutarmisuavecariciaymerodealacinturaconlosbrazos. —Teharádaño,yyosóloquieroevitarlo. —Nopuedehacermedaño.¿Quéibaahacerme?¿Cuántohacequenoloveo? —Seguroqueahoramismoseestállenandolosbolsillosconnuestraspertenencias—resopla,yno puedoevitarreírme—.Notienegracia,Tessa. Suspiroeintentolevantarlelacaraparaquememire. —¿Crees que puedes animarte un poco e intentar pensar en positivo? Todo esto ya me resulta bastanteconfuso,nonecesitotenertedemorrosyañadiendomáspresión. —Noestoydemorros.Sólointentoprotegerte. —Nohacefalta.Esmipadre. —Noestupadre... —Porfavor...—Leacaricioellabioconelpulgarysuexpresiónsesuaviza. Suspiradenuevoyalfinalcontesta. —De acuerdo, vamos a cenar con el tipo ese. Seguro que hace mucho que sólo come lo que encuentraenuncontenedor. Misonrisadesapareceyempiezaatemblarmeellabio.Hardinsedacuenta. —Perdona.Nollores.—Suspira. Nohadejadodesuspirardesdequenosencontramosconmipadrefrenteallocaldetatuajes.El hechodeveraHardinpreocupado(cosaquedemuestraenfadándose,comotodolodemás)hacequela situaciónmeparezcaaúnmássurrealista. —Lo he dicho en serio pero intentaré no ser un capullo. —Se levanta y me da un pico en la comisuradellabio.Salimosdeldormitorioymasculla—:Vamosaalimentaralmendigo. Esonomeayudaaestardemejoránimo. Elhombreenlasaladeestarpareceunpezfueradelagua.Miraaunladoyaotroysepercatade quetenemosmuchoslibrosenlasestanterías. —Voyaprepararlacena.¿Osquedáisviendolatele?—sugiero. —¿Medejasqueteayude?—seofrece. —Vale. Mediosonríoymesiguealacocina.Hardinsequedaenlasaladeestar,guardandolasdistancias, talycomoimaginaba. —No me puedo creer que estés hecha toda una mujer y que te hayas independizado —dice mi padre. Abrolaneveraparasacaruntomatemientrasintentoordenarlasideas. —Estoyenlauniversidad,estudioenlaWCU.IgualqueHardin—contesto.Omitosuexpulsión inminenteporrazonesobvias. —¿Enserio?¿LaWCU?Ostras... Sesientaalamesayveoquesehalavadolasmanosaconciencia.Lamugredelafrentetambién ha desaparecido, y el círculo húmedo que lleva en el hombro de la camisa me dice que ha intentado lavarunamancha.Éltambiénestánervioso,yesomehacesentirunpocomejor. EstoyapuntodecontarlelodeSeattleyelnuevoyemocionantegiroquevaadarmivida,pero tengoquedecírseloprimeroaHardin.Lareaparicióndemipadreesotrobacheenmicamino.Nosé concuántosproblemasvoyasercapazdelidiarantesdederrumbarme. —Mehabríagustadoestarmáscercaparavercómoteibalavida.Siemprehesabidoquellegarías lejos. —Peronoestabas—digocortante. Laculpamecorroeencuantolaspalabrassalendemiboca,aunquenodeseoretirarlas. —Losé—admite—,peroahoraestoyaquíyesperopodercompensártelo. Yesassencillaspalabras,aunquealgocrueles,medanesperanzasdequeesposiblequenoseatan maloyquesólonecesiteayudaparadejardebeber. —¿Sigues...siguesbebiendo?—pregunto. —Sí.—Agachalacabeza—.Aunquenotanto.Séqueparecelocontrario,peroesquehetenido unosmesesmuyduros,esoestodo. Hardin aparece entonces en el umbral de la cocina e imagino que está luchando consigo mismo paramantenerlabocacerrada.Esperoqueloconsiga. —Hevistoatumadreunpardeveces—prosiguemipadre. —¿Sí? —Sí.Sehanegadoadecirmedóndeestabas.Selavebien—comenta. Estoesmuyraro,élhablandodemimadre.Lavozdeellaresuenaenmicabeza,recordándome queestehombrenosabandonó.Estehombreeslarazóndequeellaseacomoes. —¿Quépasó...entrevosotros?—inquiero. Pongo las pechugas de pollo en la sartén, con el aceite chisporroteando mientras aguardo una respuesta.Noquierodarmelavueltayverlelacaradespuésdehaberlehechounapreguntatandirecta, peronopuedoevitarquemeinterese. —No éramos compatibles. Ella siempre quería más de lo que yo podía darle, y ya sabes cómo puedeponerse. Vayasilosé,peroquehabledeelladeunmodotandespectivonomesientanadabien. Dejoenpazamimadreyvuelvoaculparloaél.Medoylavueltaypreguntorápidamente: —¿Porquénuncallamaste? —Lo hice. Llamé muchas veces. Por tu cumpleaños siempre te enviaba un regalo. No te lo ha contado,¿verdad? —No. —Pues es la verdad. Te he echado mucho de menos todo este tiempo. No me puedo creer que ahoraestésaquí,conmigo.—Lebrillanlosojosyletiemblalavoz.Selevantaycaminahaciamí. Nosécómoreaccionar.Nisiquieraconozcoaestehombrenisésiloconocíalgunavez. Hardin entra entonces en la cocina y crea una barrera entre nosotros. De nuevo, agradezco su intromisión.Noséquépensardetodoesto,necesitoguardarlasdistanciasfísicasconestehombre. —Séquenopuedesperdonarme—dicecasisollozando,ysemehaceunnudoenelestómago. —Noeseso.Sólonecesitotiempoantesdevolveratenerteenmivida.Nisiquierateconozco—le digo. Élasiente. —Losé,losé. Sesientadenuevoalamesaymedejaqueterminedeprepararlacena. Capítulo2 Hardin ElcapulloquedonóespermaparaengendraraTessasezampadosplatosllenoshastaarribaantesde pararse siquiera a respirar. Estoy seguro de que estaba muerto de hambre, es lo que tiene vivir en la calle. No es que no sienta pena por la pobre gente que está pasando una mala racha... Es que este hombreenconcretoesunborrachoqueabandonóasuhija,asíquenomedaniunpoquitodelástima. Despuésdebeberseunvasodeaguadeuntrago,lesonríeradianteamichica: —Eresunagrancocinera,Tessie. Creoquevoyagritarcomovuelvaallamarlaasí. —Gracias—sonríeellacomolabuenapersonaquees. Se está tragando sus gilipolleces, que llenan las grietas emocionales que él creó cuando la abandonósiendounaniña. —Lodigodeverdad.¿Podríasenseñarmeaprepararestarecetaalgúndía? «Y¿dóndeibasahacerla?¿Entucocinainexistente?» —Claro—diceTessalevantándosepararecogersuplatoyelmío. —Serámejorquemevaya.Graciasporlacena—sueltaelcapullodeRichardponiéndosedepie. —No,puedes...puedesquedarteaquíestanoche,siquieres,ymañanatellevaremosdevueltaa... casa—reponeellalentamente,nomuyseguradecómodescribirlasituacióndesupadre. Yosíqueestoysegurodequeestonomegustaunpelo. —Seríaestupendo—diceRichardfrotándoselosbrazos. Seguroquesemuereporuntrago,elmuycabrón. Tessasonríe. —Genial.Voyaldormitorioabuscarunaalmohadayunassábanas.—Nosmiraasupadreyamí; seguro que sabe lo que opino de esto porque le pregunta—: No te importa quedarte aquí un minuto, ¿verdad? Supadreseechaareír. —Claro.Además,meinteresaconocermejoraHardin. «No,créeme,noteinteresa.» Ellafrunceelceñoalvermiexpresiónysaledelacocinadejándonosasolas. —Dime, Hardin, ¿dónde conociste a mi Tessa? —pregunta Richard. La oigo cerrar la puerta y esperouninstanteparaasegurarmedequenonosoye—.¿Hardin? —Dejemosunacosaclara—leespetoapoyándomeenlamesa,loquelesorprendeunpoco—.No estuTessa...Esmía.Yséqueestástramandoalgo,asíquenocreasquemeengañasniporunsegundo. Levantalasmanosaladefensiva. —Yonotramonada,sólo... —¿Quéquieres?¿Dinero? —¿Qué?No,noquierodinero.Quierotenerrelaciónconmihija. —Has tenido nueve años para eso... Sin embargo, sólo estás aquí porque te la encontraste por casualidad en un aparcamiento. No es como si hubieras estado buscándola —le ladro, y en mi imaginaciónloestoyestrangulando. —Lo sé. —Menea la cabeza y mira al suelo—. Sé que he cometido muchos errores y quiero compensarla. —Estásborracho...Aquí,sentadoenmicocina,estásborracho.Conozcoaunborrachocuandolo veo. No siento la menor simpatía por un hombre que abandona a su familia y nueve años después ni siquierasehamolestadoenenderezarsuvida. —Séquetienesbuenasintenciones,ymealegraverqueintentasdefenderamihija,peronovoya fastidiarlaestavez.Sóloquieropoderconocerla...aellayati. Mequedoensilencio,intentandocalmarmispensamientosiracundos. —Eresmuchomásagradabledelantedeella—comentaconcalma. —Ytúerespeoractorcuandonolatienesdelante—contraataco. —Tienes todo el derecho del mundo a desconfiar de mí, pero dame una oportunidad. Hazlo por ella. —Silehacesdaño,datepormuerto—replico. EsposiblequedebasentiralgúnremordimientoporamenazaralpadredeTessa,peroloúnicoque siento es rabia y desconfianza hacia un borracho patético. Mi instinto me dice que la proteja, que no simpaticeconuntipoalquenoconozcodenada. —Noleharédaño—promete. Pongolosojosenblancoyledoyuntragoamivasodeagua. Creyendoquesupromesaloarreglatodo,intentabromear. —Enestaconversacióncreoquetenemoslospapelesinvertidos. Nolehagonicasoymevoyaldormitorio.Notengomásremedio,noquieroqueTessaentreenla cocinaymepilleestrangulandoasupadre. Capítulo3 Tessa Llevounaalmohada,unamantayunatoallaenlasmanoscuandoHardinapareceeneldormitorio. —¿Qué ha pasado? —pregunto esperando que explote, que se queje de que haya invitado a mi padreaquedarseconnosotrossinhaberloconsultadoantesconél. Setumbaenlacamaymemira. —Nada.Noshemoshechoamigos.Luegomehaparecidoqueyahepasadobastantetiempocon nuestroinvitadoyhedecididoveniraverte. —Por favor, dime que no has sido muy desagradable con él. —Apenas conozco a mi padre, lo últimoquenecesitosonmástensiones. —Tranquila,mehemetidolasmanosenlosbolsillos—dicecerrandolosojos. —Voy a llevarle la manta y a pedirle disculpas por tu comportamiento, como siempre —replico molesta. Mipadreestáenlasaladeestar,sentadoenelsuelo,tirandodeloshilosdelosagujerosdesus vaqueros.Levantalavistaaloírmellegar. —Puedessentarteenelsofá—ledigo,ycolocolosbártulosenelreposabrazos. —Esque...noqueríamancharlo.—Seruborizaavergonzadoysemeparteelcorazón. —Descuida...Siquieres,puedesdarteunaducha.SeguroqueHardinpuedeprestartealgoderopa paraestanoche. Nomemiraperoprotestadébilmente: —Nomegustaríaabusar. —Nopasanada,deverdad.Voyaporalgoderopa.Veaducharte,tehetraídounatoalla. Meregalaunasonrisademacrada. —Gracias.Mealegromuchodevolveraverte.Teheechadomuchodemenos...Yaquíestás. —PerdonasiHardinhasidomaleducadocontigo,esmuy... —¿Protector?—acabalafrasepormí. —Sí,supongoqueloes.Avecesdalaimpresióndeserunmaleducado. —No pasa nada. Soy un hombre, puedo soportarlo. Quiere cuidar de ti y no lo culpo. No me conoceytútampoco.Merecuerdaaalguien...—Sonríeydejadehablar. —¿Aquién? —Amí...Hacemuchotiempo.Yoeraigualqueél.Norespetabaaquiennoseloganabaypasaba porencimadetodoaquelqueseinterpusieraenmicamino.Meloteníatancreídocomoél;laúnica diferenciaesqueélllevamuchosmástatuajesqueyo. Seríe,yelsonidometraealamemoriarecuerdosquehacíamuchoquehabíaolvidado. Disfrutodeesasensaciónymeríoconélhastaqueselevantaycogelatoalla. —Voyaaceptartuofertayadarmeunabuenaducha. Ledigoqueiréabuscarleunamudayseladejaréenlapuertadelbaño. De vuelta en el dormitorio, Hardin sigue en la cama, con los ojos cerrados y las rodillas flexionadas. —Seestáduchando.Lehedichoquepodíaponersealgotuyo. Seincorpora. —¿Porquélehasdichoeso? —Porquenotienenadaqueponerse.—Meacercoalacamaconlosbrazosabiertosparacalmarlo. —Genial,Tessa,adelante,dalemiropa—diceenplanborde—.¿Quieresqueleofrezcatambién miladodelacama? —Para de una vez. Es mi padre, y quiero ver cómo evoluciona esto. Que tú no seas capaz de perdonaraltuyonosignificaquetengasquesabotearmisintentosporteneralgúntipoderelacióncon elmío—lecontestoconelmismotonoborde. Hardinsemequedamirando.Entornasusojosverdes,sindudaporelesfuerzoqueestáhaciendo paranogritartodaslascosashorriblesquemeestállamandopordentro. —Noeseso—dice—,esqueeresdemasiadoingenua.¿Cuántasvecestengoquerepetírtelo?No todoelmundosemerecetubondad,Tessa. Salto: —Sólo tú, ¿no, Hardin? ¿Tú eres el único a quien debo perdonar y dar el beneficio de la duda? Menuda gilipollez y qué egoísta por tu parte. —Hurgo en su cajón en busca de unos pantalones de chándal—.¿Sabesqué?Prefieroserunaingenuacapazdeverlobuenodelagenteaportarmecomoun cretinocontodoelmundoycreerquetodosestáncontramí. Cojounacamisetayunoscalcetinesysalgodeldormitoriohechaunafuria.Colocolapiladeropa enlapuertadelbañoyoigoamipadrecanturrearbajoelaguadeladucha.Pegolaorejaalapuertay nopuedoevitarsonreír,esunsonidomaravilloso.Recuerdoamimadrehablandodecómocantabami padreylomolestoqueleresultaba,peroamímepareceadorable. Enciendootravezlateleenlasaladeestarydejoelmandoenlamesitaparaanimarloaverloque quiera.¿Veránormalmentelatelevisión? Recojo la cocina y dejo parte de las sobras en la encimera, por si todavía tiene hambre. Me pregunto,unavezmás,cuándofuelaúltimavezquecomiócaliente. Elaguasiguecorriendoenelcuartodebaño.Debedeestardisfrutandoconsuducha,loqueme indicaqueesprobablequesealaprimeraquesedaenmuchotiempo. Cuando vuelvo al dormitorio, Hardin tiene el archivador de cuero negro que le compré en el regazo.Pasojuntoaélsinmirarlo,peronotoquesusdedosseaferranamibrazoparaquemepare. —¿Podemoshablar?—mepregunta,ytirademíparacolocarmeentresuspiernas.Rápidamente, apartaelarchivador. —Adelante,habla. —Perdónameporhabersidouncapullo,¿vale?Esquenoséquépensardetodoesto. —¿Dequé?Nadahacambiado. —Sí que ha cambiado. Ese hombre que ninguno de los dos conoce de verdad está en mi casa y quierevolveratenerrelacióncontigodespuésdetodosestosaños.Nomecuadra,ymiprimerareacción esponermealadefensiva,yalosabes. —Entiendoaloqueterefieresperonopuedessertanodiosoydeciresetipodecosasdelantede mí,comolodellamarlomendigo.Esomehadolidodeverdad. Meabrelasmanosconlassuyasyentrelazalosdedosconlosmíosparaacercarmemásaél. —Perdona,nena.Losientodeverdad. Sellevamismanosalabocaymebesalosnudillosdespacio.Mienfadodesaparececonlacaricia desussuaveslabios. Levantounaceja. —¿Vasadejardehacercomentarioscrueles? —Sí.—Ledalavueltaamimanoyresiguelaslíneasdemipalma. —Gracias. Observocómosudedoviajapormimuñecaparaacabardenuevoenlapuntademisdedos. —Perotencuidado,¿vale?Porquenodudaréen... —Parece buena persona, ¿no crees? Quiero decir que es amable —digo en voz baja, interrumpiendoloqueseguroqueeraunapromesademásviolencia. Susdedosdejandemoverse. —Nolosé.Noestámal,supongo. —Cuandoyoerapequeñanoeratanamable. Hardinmemiraconfuegoenlosojos,aunquesuspalabrastienenuntonodulce. —Nohablesdeesomientraslotengacerca,porfavor.Estoyesforzándometodoloquepuedo,no tienteslasuerte. Meencaramoasuregazoysetumbaconmicuerpopegadoalsuyo. —Mañanaeselgrandía—dice. —Sí—suspirocontrasubrazo,emborrachándomeconsucalor. MañanasereúneelcomitédeexpulsionesparadecidirlasuertedeHardinporhaberlepegadouna palizaaZed.Nofuenuestromejormomento. DerepentemeentraelpánicoalrecordarelmensajedetextoquemehaenviadoZed.Mehabía olvidadodeéldespuésdeencontrarmeamipadrealsalirdelatienda.Miteléfonosepusoavibrarenel bolsillo mientras esperábamos a que volvieran Steph y Tristan, y Hardin se me quedó mirando en silenciomientrasloleía.Porsuerte,nomepreguntóporelcontenido. Tengoquehablarcontigomañanaporlamañana,asolas. EsomehaescritoZed. No sé qué pensar del mensaje. No sé si debería hablar con él, teniendo en cuenta que le dijo a Tristan que presentaría cargos contra Hardin. Espero que sólo lo dijera para impresionarlo, para salvaguardarsureputación.NoséquéharésiHardinsemeteenunlío,enunlíodeverdad.Debería responder al mensaje, pero no sé si es buena idea quedar con Zed o hablar con él a solas. Hardin ya tienebastantesproblemas,nonecesitaqueyoempeorelasituación. —¿Meestásescuchando?—Medauncodazoylevantolacabeza,lejosdesureconfortanteabrazo. —No,perdona. —¿Enquéestáspensando? —Entodo:mañana,loscargos,laexpulsión,Inglaterra,Seattle,mipadre...—Suspiro—.Entodo. —¿Vendrásconmigo?¿Alodelaexpulsión?—Noletiemblalavoz,peroestánervioso. —Sitúquieres...—digo. —Tenecesito. —Allíestaré.—Necesitocambiardetema,asíquedeclaro—:Nomepuedocreerquetelohayas tatuado;¿medejasverlo? Meapartaconcuidadoparapoderdarselavuelta. —Levántamelacamiseta. Lelevantolacamisetanegrahastaquedescubrotodasuespaldayluegotirodelavendablanca quecubrelatintafresca. —Hayunpocodesangreenlavenda—ledigo. —Esnormal—explicaburlándoseunpocodemiignoranciaenestostemas. Rodeolazonaenrojecidaconeldedoyadmirolaspalabrasperfectas.Eltatuajequesehahecho pormíesminuevofavorito.Laspalabrasperfectas,palabrasquesignificanmuchoparamí,yparece quetambiénparaél.PeromelashaestropeadolanoticiadequemevoyaSeattle,esaqueaúnnolehe dado.Selocontarémañana,encuantosepamosquépasaconlaexpulsión.Meheprometidomilveces queselocontaré.Cuantomásespere,mássevaaenfadar. —¿Teparecesuficientecompromiso,Tessie? Lelanzounamiradaasesina. —Nomellamesasí. —Odioesenombre—dicevolviendolacabezaparamirarme,tumbadobocaabajo. —Yotambién,peronoquierodecírselo.Enfin,amíconeltatuajemebasta. —¿Segura?Porquepuedovolverytatuarmetucarajustodebajo. —¡No,porfavor!—Niegoconlacabezayélsepartedelarisa. —¿Seguro que con esto te basta? —Se sienta en la cama y se baja la camiseta—. Nada de matrimonio—añade. —¿Deesosetrata?¿Tehashechountatuajecomoalternativaalmatrimonio?—Noséquépensar alrespecto. —No, no exactamente. Me he hecho el tatuaje porque quiero y porque hacía tiempo que no me hacíaninguno. —Quéconsiderado. —Ytambiénporti,parademostrartequeestoesloquequiero.—Haceungestoparaexplicarque setratadenosotrosymecogelamano—.Sealoquesealoquehayentrenosotros,noquieroperderlo jamás.Loheperdidoantes,einclusoahoranoestoysegurodetenerlodeltodo,peroséquevamospor buencamino. Sumanoestátibiayesperfectaparalamía. —Poreso,denuevo,heempleadolaspalabrasdeunhombremuchomásrománticoqueyopara quecaptaraselmensaje.—Medirigesumejorsonrisa,aunqueveoelterrorqueseocultatrasella. —CreoqueDarcysequedaríahorrorizadodeverloquehashechoconsuspalabras. —Yocreoquemechocaríaloscinco—presume. Mirisapareceunladrido. —¿Techocaríaloscinco?FitzwilliamDarcyjamásharíanadaparecido. —¿Creesqueesdemasiadobuenocomoparachocarloscinco?Deeso,nada.Sesentaríaconmigo a tomarse una birra. Nos haríamos amigos charlando de lo cabezotas que son las mujeres de nuestra vida. —Soisafortunadosdetenernosenvuestravida,porqueDiossabequenadiemásosaguantaría. —¿Esocrees?—meretaconunasonrisarodeadadehoyuelos. —Saltaalavista. —Supongoquetienesrazón.PeroyotecambiaríaporElizabethsinpensarlo. Aprietoloslabios,enarcounacejayesperounaexplicación. —Porqueellacompartemiopiniónsobreelmatrimonio. —Y,aunasí,secasó—lerecuerdo. Conungestomuypocopropiodeél,mecogedelascaderasymetumbaotravezenlacama.Mi cabeza aterriza en la montaña de cojines decorativos que él tanto detesta (cosa que no deja de recordarme). —¡Seacabó!¡QueDarcyosaguantealasdos!—Surisainundalahabitaciónylamíanosequeda corta. Estospequeñosdramasenlosquepeleamosporpersonajesdeficciónyélseríetanagustocomo unniñosonlosmomentosquehacenquetodoelinfiernoporelquehemospasadovalgalapena.Son instantes como éstos los que me resguardan de las duras realidades que hemos vivido a lo largo de nuestrarelaciónydetodoslosobstáculosqueaúntenemospordelante. —Parecequeyahasalidodelbaño—diceentoncesHardinenvozbaja. —Voyadarlelasbuenasnoches.—Merevuelvoparaquemesuelteyledoyunbesofurtivoenla frente. Es raro ver a mi padre con la ropa de Hardin, pero al menos de talla le queda mejor de lo que esperaba. —Graciasporlaropa.Ladejaréaquímañanaantesdeirme—meexplica. —Noesnecesario,puedesquedártela...sitehacefalta. Sesientaenelsofáconlasmanosenelregazo. —Yahashechomuchopormí,másdeloquemerezco. —Noesnada,deverdad. —Eresmuchomáscomprensivaquetumadre.—Sonríe. —Ahoramismocreoquenocomprendonada,peroloestoyintentando. —Nopuedopedirtemás,sólounpocodetiempoparaconoceramipequeña...Bueno,amihija, queyaesunaadulta. Sonríotensa. —Esoestaríabien. Séquelequedaunlargocaminoporrecorrerynolovoyaperdonardelanochealamañana,pero esmipadreynotengoenergíaparaodiarlo.Quierocreerquepuedecambiar.Séqueesposible,nohay másqueveralpadredeHardin,quelehadadolavueltaasuvida,inclusoapesardequesuhijoes incapazdeolvidarelpasado.TambiénhevistocambiaraHardin.Escabezotacomopocos,asíquecreo quehayesperanzaparamipadre,pormuymalquelehayaido. —Hardinmeodia—dice—.Creoqueeslahormademizapato. Susentidodelhumorescontagioso,ymerío. —Sí.Notequepaduda. Miroalfinaldelpasillo.Michico,malcaradoyvestidodenegro,nosobservaconmiradarecelosa. Capítulo4 Tessa —Apágala—gruñeHardincuandolaalarmaresuenaporlahabitación. Cojoelmóvilcondedostorpesy,conelpulgar,tocolapantallayeldesagradablesonidocesa.Me pesan los hombros cuando me siento en el borde de la cama. Las tensiones de hoy amenazan con tumbarmedeespaldas:ladecisióndelauniversidadacercadesiexpulsaronoaHardin;laposibilidad de que Zed presente cargos contra él y, por último, su posible reacción cuando le cuente que voy a seguir a la editorial Vance a Seattle, y que quiero que venga conmigo a pesar de que ha dicho que detestalaciudad. Nosécuálmedamásmiedo.Paracuandoenciendolaluzdelcuartodebañoymelavolacaracon agua fría, me doy cuenta de que los cargos por agresión son lo que más me aterra. Si Hardin va a la cárcel,noséquévoyahacer,oquéharáél.Mepongomalasólodeimaginarlo.Derepentemeacuerdo de que Zed quería quedar hoy conmigo y no paro de pensar acerca de qué querrá hablar, sobre todo porquelaúltimavezquelovimedioaentenderquesehabíaenamoradodemí. Inspiroyexhaloenlasuavetoallaquecuelgadelapared.¿DeberíaresponderalmensajedeZedy verquétienequecontarme?PuedequemeexpliqueporquéledijoaTristanunacosayamíotrasobre lodepresentarcargos.Mesientoculpableporpedirlequenolospresente,ymásdespuésdequeHardin lo enviara al hospital, pero amo a Hardin y, al principio, las intenciones de Zed eran idénticas a las suyas:ganarlaapuesta.Ningunodelosdosesunangelito. Antesdequeledédemasiadasvueltasomepongaapensarenlasconsecuencias,leescriboaZed. Sólo estoy intentando ayudar a Hardin. Me lo repito una y otra vez después de enviar el mensaje y obsesionarmeconmipeloyelmaquillaje. Cuandoveoquelamantaestádobladaycolocadaconesmeroenelreposabrazosdelsofá,semecaeel almaalospies.¿Sehaido?¿Cómovoyacontactarconél? El sonido de un armario de la cocina al cerrarse me sube la moral. Entro en la oscura estancia, enciendolaluzy,delsusto,amipadreselecaeunacucharaalsuelodehormigón. —Perdona,heintentadonohacerruido—dicemientrasseapresuraarecogerelcubierto. —Tranquilo,yaestabadespierta.Podríashaberencendidolaluz.—Meríosuavemente. —No era mi intención despertar a nadie. Sólo quería preparar unos cereales, espero que no te importe. —Por supuesto que no. —Pongo en marcha la cafetera y miro el reloj. Tengo que despertar a Hardindentrodequinceminutos. —¿Qué planes tienes para hoy? —me pregunta con la boca llena de los cereales favoritos de Hardin. —Yo tengo clase, y Hardin tiene una reunión con la Dirección de Ordenación Académica de la universidad. —¿Ladireccióndelauniversidad?Parecemuyserio... Miroamipadreymepreguntosideberíacontárselo.Perotengoqueempezarporalgunaparte,así queledigo: —Semetióenunapeleaenelcampus. —Y¿poresovaatenerquehablaranteladirección?Enmistiempos,tedabanunazoteyacorrer. —Destrozóunmontóndeenseres,cosascaras,ylerompiólanarizalotrochico. Suspiroyremuevounacucharilladeazúcarenmicafé.Hoynecesitolaenergíaextra. —Muybonito.Y¿cuálfueelmotivodelapelea? —Yo,másomenos.Eraalgoqueveníadetiempoatrás,hastaquealfinal...explotó. —Hoyyamecaemejorqueanoche.—Sonríe. Mealegrodequelegusteminovio,peronoporesarazón.Noquieroquesehaganamigosporsu pasiónporlaviolencia.Meneolacabezaymebebolamitaddemicafé,dejandoqueellíquidocaliente mecalmelosnerviosdesbocados. —¿Dedóndees?—ParecemuyinteresadoensabermássobreHardin. —Esinglés. —Eso pensaba, por el acento. Aunque a veces no lo distingo del acento australiano. ¿Su familia sigueallí? —Sumadre,sí.Supadreviveaquí.EselrectordelaWCU. Losojosmarroneslebrillandecuriosidad. —Quéironíaquevayanaexpulsarlo. —Tremenda—suspiro. —¿Tumadreloconoce?—preguntallevándosealabocaunaenormecucharadadecereales. —Sí,yloodia—repongofrunciendoelceño. —Odiaresunapalabramuyfuerte. —Créeme,enestecaso,sequedacorta. Eldolordehaberperdidolarelaciónconmimadreesmuchomenosintensoqueantes.Nosésieso esbuenoono. Mipadredejalacucharaenelcuencoyasientemuchasveces. —Puedesermuytestaruda,perosólosepreocupaporti. —Notieneporquépreocuparse,estoybien. —Deja que se le pase. No deberías tener que elegir a uno o a otra. —Sonríe—. A tu abuela yo tampocolegustaba,seguroquemeestálanzandomiradasasesinasdesdelatumba. Esto es muy raro. Después de todos estos años, estoy en la cocina con mi padre, charlando tan contentosconunatazadecaféyuncuencodecereales. —Esmuyduroporquesiemprehemosestadomuyunidas...—digo—.Todolounidasqueellaes capazdeestar,claro. —Siemprehaqueridoquefuesescomoella,seaseguródequeasífueradesdequenaciste.Noes malapersona,Tessie.Sóloestáasustada. Lomiroinquisitiva. —¿Dequé? —Detodo.Laasustaperderelcontrol.Estoysegurodequeleentróelpánicocuandoteviocon Hardinysediocuentadequehabíaperdidoelcontrolsobreti. Miromitazavacía. —¿Poresotemarchaste?¿Porquequeríacontrolarlotodo? Mipadresuspira,esunsonidoambiguo. —No. Me marché porque tengo mis problemas y no éramos buenos el uno para el otro. No te preocupespornosotros.—Seríe—.Preocúpatedetiydelfollonerodetunovio. Nomeimaginoalhombrequetengodelanteyamimadremanteniendounaconversación:parecen lanocheyeldía.Miroelreloj,sonlasochopasadas. Melevantoymetomitazaenellavavajillas. —HededespertaraHardin.Anochemetíturopaenlalavadora.Voyavestirmeytelatraigo. EntroeneldormitorioyveoqueHardinyaestádespierto.Loobservoponerselacamisetanegray sugiero: —Talvezseamejorquehoytepongasalgomásformal. —¿Por? —Porque van a decidir el futuro de tu educación, y una camiseta negra no demuestra que te interese lo más mínimo. Puedes cambiarte en cuanto termine, pero de verdad creo que deberías arreglarteunpoco. —Mieeeeeerda—diceexagerandolaentonaciónyechandolacabezaatrás. Pasojuntoaélysacodelarmariolacamisanegraylospantalonesdevestir. —No,eltrajedelosdomingos,no,joder. Lepasolospantalones. —Sóloseráunratito. Cogelospantalonescomosifueranundesechoradiactivo,oundispositivoextraterrestre. —Simepongoestamierdaymeechan,arderáelcampus. —Erestanmelodramático...—Pongolosojosenblancoperonoparecequelehagagraciaponerse lospantalonesnegrosdevestir. —¿Seguimosteniendounalbergueparalossintechoencasa? Dejocaerlacamisasobrelacama,conperchaytodo,ymevoydandozancadashacialapuerta. Sepasalosdedosfrenéticoporelpelo. —Joder, Tess. Perdona. Me estoy poniendo nervioso, y ni siquiera puedo echarte un polvo para tranquilizarmeporquetupadreestáennuestrosofá. Sus palabras vulgares me revuelven las hormonas, pero tiene razón: que mi padre esté en la habitacióncontiguaesungranimpedimento.MeacercoaHardin,quetieneproblemasparaabrocharse lacamisa,yleapartolasmanos. —Yalohagoyo—meofrezco. Su mirada se suaviza pero sé que le está entrando el pánico. Odio verlo así, es muy raro. Suele mantenerlasemocionesbajocontrol,nadapareceimportarlegrancosa.Exceptoyo,einclusoentonces sabeescondermuybiensussentimientos. —Todosaldrábien,nene.Searreglará. —¿Nene?—Susonrisaesinstantánea,igualqueelrubordemismejillas. —Sí...,nene.—Learregloelcuellodelacamisaymebesaenlapuntadelanariz. —Tienesrazón.Enelpeordeloscasos,nosiremosaInglaterra. Nohagocomentariosyvuelvoalarmarioapormiropadeldía. —¿Creesquemedejaránentrarcontigo?—lepreguntosinsaberquéponerme. —¿Quieresentrar? —Si me lo permiten... —Cojo el vestido morado que tenía pensado ponerme para ir a Vance mañana.Medesnudoymevistolomásrápidoposible.Mepongounoszapatosnegrosdetacónyme apartodelarmariosujetándomeeldelanterodelvestido—.¿Meayudas?—lepreguntovolviéndomede espaldas. —Meestástorturandoapropósito. Las puntas de sus dedos recorren mis hombros desnudos y bajan por mi espalda. Se me pone la carnedegallina. —Perdona.—Tengolabocaseca. Mesubelacremalleramuydespacioymeestremezcocuandosuslabiosrozanlapielsensiblede minuca. —Tenemosqueirnosya—ledigo. Élgruñeymeclavalosdedosenlascaderas. —Voyallamaramipadreporelcamino.¿Vamosadejaraltuyo...enalgúnsitio? —Ahoraselopregunto.¿Teimportacogermibolso?—ledigo,yélasiente. —¿Tess?—mellamaencuantocojoelpomodelapuerta—.Megustaesevestido.Ytú.Bueno,a titequiero...yatunuevovestido—divaga—.Osquieroatiyaturopapija. Hagounareverenciaymedoylavueltaparaquemeveabien.PormuchoquedetesteveraHardin tannervioso,meresultaalavezmuyatractivoporquemerecuerdaquenoestandurocomoparece. En la sala de estar, mi padre está dormido sentado en el sofá. No sé si debería despertarlo o simplementedejarlodescansarhastaquevolvamosdelcampus. —Déjalodormir.—Hardinmehaleídoelpensamientoyrespondepormí. Le escribo una nota rápida para decirle a qué hora volveremos y añado nuestros números de teléfono.Nocreoquetengamóvil,peroselosdejoporsiacaso. Eltrayectoalauniversidadsehacecorto,demasiadocorto,yHardinparecequevaaempezara gritar o a pegar puñetazos en cualquier momento. Cuando llegamos, busca con la mirada el coche de Kenenelaparcamiento. —Hapedidoqueloespereaquí—explicacomprobandolapantalladesumóvilporquintavezen cincominutos. —Ahíestá—digoseñalandoelcocheplateadoqueacabadeentrar. —Porfin.¿Porquécoñohabrátardadotanto? —Séamableconél,estáhaciendoestoporti.Porfavor,séamableconél—lesuplico,ysuspira frustradoperoasiente. Kenhavenidoconsumujer,Karen,yconLandon,elhermanastrodeHardin.Aéllesorprende, peroamímehacesonreír.LosadoroporofrecerlesuapoyoinclusocuandoHardinactúacomosino quisierasuayuda. —¿Notienesnadamejorquehacer?—leespetaHardinaLandon. —¿Ytú?—contraatacaLandon. Hardinseríe. Aloírlos,Karensonríeconunafelicidadquecontrastaconlaexpresiónqueteníaalsalirdelcoche deKen. —Espero que no se alargue mucho —dice Ken de camino al edificio de administración—. He llamadoatodoelmundoyheremovidocieloytierra.Rezoparaquetodoseresuelva.—Sedetieneun momentoysevuelvehaciaHardin—:Dejaquehableyo,lodigoenserio. Aguardalarespuestadesuhijo,esperaqueestédeacuerdo. —Vale,bien—contestaHardinsinrechistar. Ken asiente, abre las enormes puertas de madera y espera a que entremos todos. Luego, sin mirarme,diceentonoautoritario: —Tessa, lo siento mucho, pero no puedes entrar con nosotros. No he querido insistir. Puedes esperarnosfuerasiteapetece.—Sevuelveymemiracomprensivo. PeroHardinenloquecealinstante. —¿Cómoquenopuedeentrar?¡Lanecesitoamilado! —Lo sé, y lo siento, pero sólo puede acompañarte la familia —le explica su padre mientras nos guía por el largo pasillo—. A menos que hubiera sido testigo pero, aun así, supondría un enorme conflictodeintereses. Kensedetieneentoncesanteunasaladereunionesymusita: —Claroquenoescomosiparamí,quesoyelrector,estonofueraunconflictodeintereses.No obstante,eresmihijo,ycreoquehoyconunconflictonosbasta. MevuelvohaciaHardin. —Tienerazón,eslomejor.Nopasanada—leaseguro. Mesueltalamanoyasiente.Miraasupadreylelanzacuchillosconlosojos.Kensuspiraydice: —Hardin,porfavor,procura... Éllevantaunamano. —Loharé,loharé—dice,ymebesaenlafrente. Entranloscuatroenlasala.QuieropedirleaLandonqueespereconmigo,peroséqueHardinlo necesita dentro, lo admita o no. Me siento una inútil, esperando aquí sentada mientras un grupo de estiradoscontrajeycorbatadecidenelfuturoacadémicodemichico.Aunque,alomejor,hayunmodo deayudarlo... SacoelmóvilyleenvíounmensajeaZed: Estoyeneledificiodeadministración.¿Puedesvenir? Mequedomirandolapantalla,esperandounarespuesta.Seenciendeenmenosdeunminuto. Sí,voyparaallá. Echo un último vistazo a la puerta y salgo al exterior. Hace frío, demasiado para aguardar en la calleconunvestidoquemellegaporlasrodillas,peronotengootraelección. Después de esperar un buen rato, decido volver a entrar y justo en ese momento aparece la vieja camionetadeZedenelaparcamiento.Salevestidoconunasudaderanegrayvaquerososcuroslavados alapiedra.Elcardenalquelecubrelacaramedejapetrificada,apesardequeyalohabíavisto. Semetelasmanosenelbolsillodelasudadera. —Hola. —Hola.Graciasporvenir. —Fueideamía,¿recuerdas?—Mesonríe,ymesientounpocomejor. Ledevuelvolasonrisa. —Tienesrazón. —Quierohablarcontigodeloquemedijisteenelhospital—medice.Deesoprecisamenteerade loqueyoqueríahablar. —Yotambién—contesto. —Túprimero. —Steph dice que le dijiste a Tristan que ibas a presentar cargos contra Hardin. —Intento no mirarloalosojosmoradoseinyectadosensangre. —Esverdad. —Peroamímedijistequenoibasahacerlo.¿Porquémementiste? —Notementí.Ésaeramiintencióncuandotelodije. Doyunpasohaciaél. —¿Quétehahechocambiardeopinión? Seencogedehombros. —Muchascosas.Hepensadoentodoloquemehahecho,yentodoloquetehahechoati.Nose mereceirsederositas.—Seseñalalacara—.Joder,miracómomedejó,Tess. Noséquédecirle.TienetodoelderechodelmundoaestarcabreadoconHardin,perodesearíaque notomaramedidaslegalescontraél. —Bastante lío tiene ya con la Dirección de Ordenación Académica —digo con la esperanza de hacerlecambiardeopinión. —Nolepasaránada.Stephmehadichoquesupadreeselrector—resopla. «Malditaseas,Steph;¿porquéhastenidoquecontárselo?» —Esonosignificaquevayaasalirimpune. Sinembargo,mispalabrassóloconsiguenexasperarlo. —Tessa,¿porquésiempresaltasensudefensa?Daigualloquehaga,¡túsiempreestásahípara recogerlosplatosrotos! —Noesverdad—miento. —¡Loes!—Levantalasmanosalcielosinpodercreérselo—.¡Ylosabes!Medijistequeibasa considerarlaideadedejarlo,yalosdosdíasteveoenunatiendadetatuajesconél.Notienesentido. —Séquenoloentiendes,peroloquiero. —Sitantoloquieres,¿cómoesquevasahuiraSeattle? Suspalabrasmedesconciertan.Mequedomudaunsegundo,peroluegodigo: —NohuyoaSeattle,mevoyporquemehasurgidounabuenaoportunidad. —Élnoirácontigo.Ennuestrogrupodeamigossehabla,¿sabes? «¿Qué?» —Estabapensandoenvenirse—miento,aunqueséquenoengañoaZed. Conmiradadesafiante,miraaunladoyluegomemiraalosojos. —Simedicesquenosientesnadapormí,nadaenabsoluto,retiraréloscargos. Enesemomentoelairesehacemásfríoyelvientosoplaconmásfuerza. —¿Qué? —Yamehasoído.Dimequetedejeenpazyquenovuelvaahablarcontigoyloharé. SupeticiónmerecuerdaaalgoqueHardinmedijohacemucho. —Peroesonoesloquequiero.Noquieroquenovuelvasahablarme—confieso. —Entonces¿quéquieres?—preguntaconlavozcargadaderabiaydetristeza—.¡Porquepareces estartanconfusacomoyo!Meenvíasmensajesparaquequedemos,mebesas,duermesconmigoenla mismacama.¡Siempreacudesamícuandotehacedaño!¿Quéquieresdemí? Creíahaberdejadomisintencionesclarasenelhospital. —Noséloquequierodeti,peroloquieroaélyesonocambiaránunca.Perdonaquetehayadado unafalsaimpresión,pero... —¡DimeporquévasamudarteaSeattledentrodepocoyaúnnoselohascontado!—megrita agitandolasmanos. —Nolosé...Selocontarécuandotengalaoportunidaddehacerlo. —Novasadecírseloporquesabesquetedejará—meespetamirandodetrásdemí. —Él...,bueno...—Noséquédecir.PorquemedamiedoqueZedestéenlocierto. —Puesadivinaqué,Tessa.Yamedaráslasgracias. —¿Por? Sus labios se curvan en una sonrisa maliciosa. Levanta un brazo y señala detrás de mí. Un escalofríomerecorredepiesacabeza. —Porhabérselocontadoporti. Sé que cuando me dé la vuelta me encontraré a Hardin detrás de mí. Juro que puedo oír su respiraciónentrecortadaporencimadelfuerteazotedelviento. Capítulo5 Hardin Cuandosalgoafuera,elvientomeazotalacaraytraeconsigoelsonidodelaúnicavozquenoesperaba oírenestemomento.Acabodetenerquesoportaraunmontóndegentehablandofataldemímientras yoteníaquemordermelalengua.Y,despuésdeeso,loúnicoquequeríaoíreralavozdemichica,de miángel. Yahíestabasuvoz.Perotambiénestabaladeél.Doblolaesquinayloveo.Ahíestán.Tessay Zed. Miprimerpensamientoes:«¿Quécoñohaceélaquí?¿QuéhaceTessaaquífuerahablandoconél? ¿Quépartede“Noteacerquesaél”nohaentendido?». Cuandoesecabrónlelevantalavoz,echoaandarhaciaellos.Nadietienederechoagritarleasí, nadie.PerocuandomencionaSeattle...Frenoenseco. «¿TessaestáplaneandomarcharseaSeattle?Y¿cómoesqueZedlosabíayyono?...» No puede estar pasando. Esto no puede estar pasando. Ella nunca planearía mudarse sin contármelo... La mirada enloquecida de Zed y su sonrisa de comemierda se burlan de mí mientras intento ordenarmirevoltijodeideas.CuandoTessasevuelveenmidirección,escomosilohicieraacámara lenta. Tiene los ojos grises muy abiertos y las pupilas dilatadas por la sorpresa que se ha llevado al verme. —Hardin...—Veoquesiguehablandoperosuvozesdemasiadodébilysepierdeenelviento. No sé qué decir y me quedo de pie con la boca abierta. La cierro. La vuelvo a abrir y sigo repitiendolosmismosgestosunayotravez,hastaquealfinmislabiosconsiguenarticularlaspalabras. —¿Conqueéseeratuplan?—consigodecir. Se aparta el pelo de la cara, frunce los labios y se frota los antebrazos con las manos, que tiene cruzadassobreelpecho. —¡No!¡Noesloquecrees,Hardin,yo...! —Vayapardeconspiradores.Tú...—digoseñalandoalmalditobastardo—tededicasamaquinary aintrigaramisespaldaseintentasrobarmeamichicaunayotrayotravez.Daigualloquehagaolas vecesquetepartalaputacara,vuelvesarrastrándotecomounamalditacucaracha. Essorprendente.Seatreveahablar: —Ella... —Ytú...—Señaloalachicarubiaquetienemimundobajolasueladesustaconesnegros—.Tú... nohacesmásquejugarconmigo.¡Actúascomositeimportaracuandoenrealidadhasestadoplaneando dejarmetodoeltiempo!SabesquenovoyairmeaSeattle,yaunasíhasestadoplaneandomudarte¡sin decirmenada! Tienelosojosllorosos,ymesuplica: —¡Poresonotelohabíacontadotodavía,Hardin,porque...! —Cállate—ledigo,ysellevalamanoalpecho,comosimispalabraslahubieranherido. Puedequeasísea.Puedequeesosealoquequiero,paraquesesientacomoyo. ¿CómohapodidohumillarmedeestemododelantedeZed? —¿Quépintaélaquí?—lepregunto. Nohaynirastrodesusonrisadesatisfaccióncuandoellasevuelveparamirarloantesdemirarme amí. —Yolehepedidoqueviniera. Doy un paso atrás fingiendo sorpresa. O puede que me haya sorprendido de verdad. No sé muy bienquéesloquesiento,porquepasodemasiadorápidodeunsentimientoaotro. —¡Ahílotenemos!Estáclaroquelovuestroesmuyespecial. —Sólo quería hablar con él sobre lo de presentar cargos. Estoy intentando ayudarte, Hardin. Escúchame,porfavor.—Tessadaunpasohaciamí,apartándosedenuevoelpelodelacara. Niegoconlacabeza. —¡Y una mierda! He escuchado toda la conversación. Si no lo quieres, díselo ahora mismo, delantedemí. Susojosllorososmerueganensilencioquecedayquenolaobligueahumillarloenmipresencia, peronomeconmueve. —Oselodices,otúyyohemosterminado.—Mispalabrasmequemanlalenguacomosifueran ácido. —Notequiero,Zed—dicemirándomeamí.Lodiceprecipitadamente,asustada,yséqueleduele decirlo. —¿Niunpoco?—preguntocopiándoleaZedsusonrisadesatisfaccióndeantes. —Niunpoco.—Tessafrunceelceño,yélsepasalamanoporelpelo. —Noquieresvolveraverlo—lainstruyo—.Datelavueltaydíselo. PeroesZedelquehabla. —Hardin, déjalo. Ya está. Lo he pillado. No tengo por qué aguantar estos jueguecitos, Tess. Mensajerecibido—dice.Espatético,comounniñotriste. —Tessa... —empiezo a decir, pero cuando me mira, lo que veo en sus ojos casi me pone de rodillas.Asco.Ledoyasco. Daunpasohaciamí. —No,Hardin.Nopiensohacerlo.Noporquequieraestarconél,porquenoquiero,tequieroatiy sóloati,sinoporquesólolohacesporfastidiaryestámalyescruelynopiensoayudarte.—Semuerde uncarrillointentandonollorar. «¿Quécoñoestoyhaciendo?» Comounafiera,medice: —Mevoyacasa.CuandoquierashablardeSeattle,allíestaré. Yconesodamediavueltaysemarcha. —¡Notienesformadellegaracasa!—legrito. ZedlevantalamanoyseñalahaciaTessa. —Yolallevaré—dice. Algoserompeenmiinterior. —Sinofueraporqueyaestoydemierdahastaelcuelloportuculpa,temataríaahoramismo.Yno me refiero a romperte un hueso, sino a partirte el cráneo contra el cemento y a quedarme mirando mientrastedesangrasvivosobreél... —¡Para!—megritaTessa,ocultandolaslágrimas. —Tessa,si...—diceZedenvozbaja. —Zed,teagradezcotodoloquehashechopormí,peronecesitoquepares,porfavor.—Tratade parecerserena,aunquefracasamiserablemente. Conunúltimosuspiro,damediavueltayechaaandar. Voyhaciaelcochey,encuantolotengodelante,aparecenLandonymipadre.Cómono.Oigoel taconeodeTessadetrásdemí. —Nosvamos—lesdigoantesdequepuedanabrirlaboca. —Ahoratellamo—leinformaTessaaLandon. —¿Sigueenpielodelmiércoles?—lecontestaLandon. Ellalesonríe,unasonrisafalsaparaenmascararelpánicoquebrillaensusojos. —Sí,porsupuesto. Landonmelanzaunamiradaasesina,hanotadolatensiónquehayentrenosotros.«¿Estaráaltanto desusplanes?Seguro,esprobablequehastalahayaayudadoaorganizarlos.» Memetoenelcochesinintentarocultarmifaltadepaciencia. —Luego te llamo —vuelve a decirle a Landon, y se despide con la mano de mi padre antes de subiralcoche. Apagolamúsicaencuantoseabrochaelcinturón. —Adelante—invitasinemoción. —¿Qué? —Adelante,grítame.Séquevasagritarme. Susuposiciónmedejamudo.Puessí,teníapensadogritarle,peroquelotuvieratanclaromeha pilladoporsorpresa. Aunqueesnormalqueseloespere,esloquesucedesiempre.Loquehagosiempre. —¿Ybien?—Aprietaloslabiosenunafinalínea. —Novoyagritarte. Memirauninstanteantesdecentrarseenunpuntolejanomásalládelparabrisas. —Noséquéhacer,apartedegritarte...Éseeselproblema.—Suspiroderrotadoconlafrentecontra elvolante. —Noestabahaciendoplanesatusespaldas,Hardin,almenos,noapropósito. —Puesesloqueparece. —Yonuncateharíaeso.Tequiero.Loentenderáscuandolosuperemos. Suspalabrasmerebotanencuantolairaseapoderademí. —Loqueentiendoesquevasamudarte...yenbreve.Nisiquierasécuándo...,yesoquevivimos juntos,Tessa.Compartimoslaputacama,y¿túibasadejarmesinmás?Siempresupequeloharías. Laoigodesabrocharseelcinturóndeseguridad.Meponelasmanosenloshombros,meempuja haciaatrásyencuestióndesegundosestásentadaahorcajadasencimademí,rodeándomeelcuellocon losbrazosfríosysurostrobañadoenlágrimashundidocontramipecho. —Aparta—ledigointentandoquemesuelte. —¿Porquésiemprepiensasquevoyadejarte?—Meabrazaconmásfuerza. —Porqueloharás. —NomevoyaSeattleparadejarte.Mevoypormíypormicarrera.Siempreheplaneadoirmea vivirallíyesunaoportunidadincreíble.SelopedíalseñorVancemientrasdecidíamosquéíbamosa hacer,yheestadoapuntodecontártelomuchasveces,peroobienmecortabasobiennoqueríashablar denadaserioenesemomento. Sólopuedopensarenellahaciendolasmaletasydejándomesinnadamásqueunanotademierda enlaencimera. —Noteatrevasaintentarculparmeamí.—Mivoznosuenaconlaconvicciónquemegustaría. —Noteestoyechandolaculpa,perosabíaquenoibasaapoyarme.Sabesqueesmuyimportante paramí. —Entonces¿quévasahacer?Sitemarchas,nopodréestarcontigo.Tequiero,Tessa,peronovoy airmeaviviraSeattle. —¿Por? Ni siquiera sabes si te va a gustar o no. Al menos podríamos intentarlo y, si lo odias, podríamosmarcharnosaInglaterra...talvez—dicesollozando. —TútampocosabessitevaagustarSeattle.—Lamiroimpasible—.Losiento,perovasatener queelegir:Seattleoyo. Levantalavistauninstante,luegovuelveasentarseenelasientodelacompañantesindeciruna palabra. —No tienes que decidir nada ahora mismo, pero el tiempo se acaba. —Pongo el coche en automáticoysalgodelaparcamiento. —Nomepuedocreerquemeobliguesaelegir—replicasinmirarmesiquiera. —SabesloqueopinodeSeattle.Tienessuertedequehayamantenidolacalmacuandotehevisto conZed. —¿Tengosuerte?—resopla. —Ha sido un día de mierda y sólo acaba de empezar. No discutamos sobre eso. Necesito una respuesta para el viernes, a menos que ya te hayas ido para entonces. —Sólo de pensarlo me dan escalofríos. Sé que va a elegirme a mí, tiene que hacerlo. Podríamos irnos a Inglaterra, lejos de toda esta mierda.Nohadichonadasobrelasclasesquevaaperdersehoy.Mealegro,nonecesitootrapelea. —Estássiendomuyegoísta—meacusa. Noselodiscutoporqueséquetienerazón.Peroledigo: —Ya,puesalgunospensaríanquetambiénesmuyegoístanodecirleaalguienenquéfechatienes pensadoabandonarlo.¿Dóndevasavivir?¿Yatienespiso? —No,pensababuscarunomañana.Elmiércolesnosvamosdeviajecontufamilia. Tardounmomentoendarmecuentadeaquiénserefiere. —¿Nosvamos? —Dijistequeirías... —EstoyintentandorecuperarmedelamierdadeSeattle,Tessa.—Séquemeestoycomportando comounmamón,peroestoesunasco—.YnoolvidemosquehasllamadoaZed—recalco. Tessa permanece en silencio mientras conduzco. Tengo que mirarla un millar de veces para asegurarmedequenosehadormido. —¿Ahora no me hablas? —le pregunto cuando llegamos al aparcamiento de nuestro... de mi apartamento. —Noséquédecir—contestaenvozbaja,derrotada. Aparcoyentoncesmeacuerdo. «Mierda.» —Tupadresigueaquí,¿no? —Notieneotrositioadondeir...—respondesinmirarme. Salimosdelcocheyledigo: —Cuandolleguemosacasalepreguntarédóndequierequelodeje. —No,yalollevoyo—musita. Aunquemichicacaminaamilado,pareceestaramuchoskilómetrosdemí. Capítulo6 Tessa Hardinmehadecepcionadotantoquenisiquieratengofuerzasparadiscutir,yestádemasiadocabreado conmigoparahablarsingritarme.Sureacciónnohasidotanmalacomoesperaba,pero¿cómopuede obligarmeaelegir?SabeloimportantequeesSeattleparamí,ynoparecetenerningúnproblemaen hacermerenunciaraalgoporél;esoesloquemásmeduele.Siempredicequenopuedevivirsinmí, quenopuedeestarsinmí,sinembargo,mehadadounultimátum,ynoesjusto. —Comosehayalargadoconnuestrascosas...—empiezaadecircuandollegamosalapuerta. —Basta.—Esperoquenotelocansadaqueestoyyquenoinsista. —Yoheavisado. Meto la llave en la cerradura y la hago girar. Por un momento me planteo la posibilidad de que Hardinestéenlocierto.Laverdadesquenoconozcoaesehombre. Cualquierparanoiadesapareceencuantoentramos.Mipadreestátiradosobreelreposabrazosdel sofá,conlabocaabiertayroncandoamásnopoder. Sindecirunapalabra,Hardinsemeteeneldormitorioyyovoyalacocinaaporunvasodeagua. Necesitounminutoparapensarenmisiguientemovimiento.Loúltimoquemeapeteceespelearmecon Hardin, pero estoy harta de que sólo piense en sí mismo. Sé que ha cambiado mucho, que se ha esforzadomucho,perolehedadounaoportunidaddetrásdeotrayelresultadohasidouncicloinfinito de ruptura-reconciliación que pondría enferma incluso a la mismísima Catherine Earnshaw. No sé cuánto tiempo más podré mantenerme a flote mientras lucho contra este tsunami al que llamamos relación.Cadavezquesientoqueheaprendidoanavegarlasaguas,vuelveaengullirmeotroconflicto másconHardin. Pasados unos instantes, me levanto y voy a ver a mi padre. Sigue roncando y me resultaría divertidosinoestuvieratanpreocupada.Decidounplandeacciónymemetoeneldormitorio. Hardinestátumbadoenlacamabocaarriba,conlosbrazosdebajodelacabeza,mirandoaltecho. Estoyapuntodehablarcuandoélrompeelsilencio: —Mehanexpulsado,porsiteinteresa. Mevuelvohaciaélatodavelocidad,conelcorazóndesbocado. —¿Cómo? —Sí.Esohanhecho.—Seencogedehombros. —Losientomucho.Deberíahabértelopreguntadoantes.—EstabaseguradequeKenconseguiría sacarasuhijodeésta.Medamuchapena. —Nopasanada.EstabasmuyocupadaconZedytusplanesparairteaSeattle,¿noteacuerdas? Mesientoenelbordedelacama,lomáslejosposibledeél,yhagounesfuerzopormordermela lengua.Envano. —Estabaintentandoaveriguarquépensabahacerconloscargosentucontra.Dicequetodavía... Meinterrumpeenarcandolascejascongestodeburla. —Loheoído.Estabapresente,¿recuerdas? —Hardin,yaestoyhartadetuactitud.Séqueestásenfadado,perotienesquedejardefaltarmeal respeto—digomuydespacioconlaesperanzadehacerlorecapacitar. Porunmomentopareceperplejo,peronotardaenrecuperarse. —¿Perdona? Intentomantenerlaexpresiónmásneutrayserenaquepuedo. —Yamehasoído.Dejadehablarmeasí. —Losiento,mehanechadodelafacultadyacontinuaciónteencuentroconélydescubroquevas airteaviviraSeattle.Creoquetengoderechoaestarunpococabreado. —Cierto,peronotienesderechoacomportartecomouncabrón.Esperabaquepudiéramoshablarlo yresolverlocomoadultos...porunavez. —¿Esoquéquieredecir?—Seincorporaperoyomemantengolejos. —Significaque,despuésdecincomesesdetirayafloja,creíaqueéramoscapacesderesolverun problemasinqueningunodelosdossemarcharaosepusieraarompercosas. —¿Cincomeses?—Lamandíbulalellegaalsuelo. —Sí,cincomeses.—Desvíolamiradaincómoda—.Eseltiempoquehacequenosconocemos. —Nomehabíadadocuentadequehicieratanto. —Puessí.—Todaunavida,enmiopinión. —Parecequefueayer... —¿Supone un problema? ¿Acaso crees que llevamos saliendo demasiado tiempo? —Por fin me atrevoamirarloaesosojazosverdes. —No, Tessa, sólo es que se me hace raro pensarlo, supongo. Nunca he tenido una relación de verdad,cincomesesmeparecemuchotiempo. —Bueno,peronohemosestadosaliendotodoeltiempo.Enrealidad,hemospasadolamayorparte peleándonosoevitándonos—lerecuerdo. —¿CuántoestuvisteconNoah? La pregunta me pilla por sorpresa. Hemos hablado alguna vez de mi relación con él, pero normalmenteesasconversacionesduranmenosdecincominutosyterminanbruscamenteporloscelos deHardin. —Eramimejoramigodesdequetengousoderazón,peroempezamosasalirenelinstituto.Creo queantesdeesoyaestábamossaliendo,sóloquesinsaberlo.—Loobservoconatención,esperandosu reacción. HablardeNoahhacequeloechedemenos,noenelsentidoromántico,sinoigualqueunoextraña aunfamiliarcuandollevamuchotiemposinverlo. —Ah.—Dejalasmanosenelregazoymedanganasdeacercarmeycogérselas—.¿Ospeleabaisa menudo? —A veces. Nuestras peleas eran sobre qué película íbamos a ver o porque llegaba tarde a recogerme. Nolevantalavista. —Noerancomolasnuestras,¿no? —Nocreoquenadiemástengapeleascomolasnuestras.—Sonríoparaintentarconsolarlo. —¿Quémáshacíais?Quierodecir,juntos—dice,yjuraríaqueenlacamatengosentadoaunniño pequeño,conlosojosverdesybrillantesylasmanostemblorosas. Meencojodehombros. —Nograncosa,apartedeestudiarydevercientosdepelículas.Supongoquemásbienéramoslos mejoresamigosdelmundo. —Túloquerías—merecuerdaeseniño. —Nocomotequieroati—ledigo,igualqueselohedichoyamillonesdeveces. —¿HabríasrenunciadoaSeattleporél?—Setiradelaspielesdealrededordelasuñas.Cuando memira,ensusojosbrillalainseguridad. AsíqueesporesoporloqueestamoshablandodeNoah:labajaautoestimadeHardinhavueltoa invadirsuspensamientos,allevarloaeselugarenelquesecomparaconloquecree,oconquiencree, quenecesito. —No. —¿Porquéno? Locojodelamanoparaconsolaralniñopequeñoypreocupado. —Porquenohabríatenidoqueescoger.Élsabíaqueyoteníaplanesysueñosynomehabríahecho elegir. —YonotengonadaenSeattle—suspira. —Amí...,metienesamí. —Noessuficiente. Ah...Ledoylaespalda. —Séquesuenafatal,peroeslaverdad.Allínotengonadaytútendrásunnuevotrabajoyharás nuevosamigos... —Tú también tendrás un nuevo empleo. Christian dijo que te daría trabajo... Y haremos nuevos amigosjuntos. —Noquierotrabajarparaél...Ylosquetúescogeríasparasertusnuevosamigosseguroqueno tienennadaqueverconlagentequemegustaríaamí.Todoseríamuydistintoallí. —Esonolosabes.SoyamigadeSteph. —Sóloporquecompartíaishabitación.Noquieroirmeavivirallí,Tessa,ymenosahoraqueme hanexpulsadodelafacultad.ParamílológicoseríavolveraInglaterrayterminarlauniversidadallí. —Lacuestiónnoesloquetienemáslógicaparati. —Teniendo en cuenta que has quedado con Zed a mis espaldas otra vez, creo que no estás en posicióndedecidirnada. —¿En serio? Porque tú y yo ni siquiera hemos establecido si volvemos a estar juntos o no. Yo accedíamudarmeaquíotravezytúaccedisteatratarmemejor.—Melevantodelacamayempiezoa darzancadasporelsuelodehormigónimpreso—.PerofuisteapegarleaZedunapalizaamisespaldas, poresotehanexpulsado.Asíqueelquenoestáenposicióndedecidirnadaerestú. —¡Me estabas ocultando cosas! —replica levantando la voz—. ¡Planeabas dejarme y ni siquiera melohabíasdicho! —¡Losé!Ylosiento,peroenvezdediscutiracercadequiénestámásequivocadodelosdos,¿por quénointentamosarreglarloollegaraalgúntipodecompromiso? —Tú...—Dejadehablaryselevantadelacama—.Túno... —¿Qué?—insisto. —Nolosé,nopuedonipensardelocabreadoquemetienes. —Sientoquetehayasenteradoasí.Apartedeeso,noséquéotracosadecir. —Dimequenovasairte. —Novoyatomarunadecisiónahoramismo.Notengoporquéhacerlo. —Entonces¿cuándo?Novoyaquedarmeesperando... —Y¿quévasahacer?,¿marcharte?¿Quéhasidodeaquellodenoquererpasarniunsolodíasin mí? —¿Lo dices en serio? ¿Vas a restregármelo ahora? ¿No crees que podrías haberme contado que ibasairteaviviraSeattleantesdequemehicieraunputotatuajeporti?Esquetienetela...—Daun pasohaciamí,desafiante. —¡Ibaadecírtelo!—leaseguro. —Peronolohiciste. —¿Cuántasvecesmásvasareprochármelo?Podemospasarnosasítodoeldía,perolaverdades quenotengofuerzas.Paso. —¿Pasas?¿Pasas?...—Sonríe. —Sí,yopaso. Es la verdad. Paso de discutir con él por Seattle. Es agobiante y frustrante, y estoy hasta las narices. Sacaunasudaderanegradelarmarioyselaponeantesdecalzarselasbotas. —¿Adóndevas?—exijosaber. —Acualquierpartecontaldelargarmedeaquí—resopla. —Hardin,notienesporquéirte—ledigoasuespaldacuandoabrelapuerta,peronomehaceni caso. Simipadrenoestuvieraenlasaladeestar,saldríadetrásdeélyloobligaríaaquedarse. Pero,parasersincera,yaestoyhartadeirdetrásdeél. Capítulo7 Hardin ElpadredeTessaestádespierto,sentadoenelsofáconlosbrazoscruzadosymirandoporlaventana. —¿Tellevoaalgunaparte?—lepregunto. Nomeapasionalaideadellevarloaningúnsitio,peroaúnmehacemenosgraciadejarloasolas conella. Giralacabeza,comosilohubieraasustado. —Sí,sinoesmolestia. —Noloes—meapresuroaresponder. —Vale.IréadespedirmedeTessie.—Mirahacianuestrodormitorio. Medirijoalapuertasinsaberquévoyahacercuandohayasoltadoaestepobrediablo,perono nosconvieneaningunodelosdosquemequedeaquí.Séqueellanotienetodalaculpa,aunqueestoy acostumbradoapagarlaconlosdemásyellasiempreestáconmigo,asíqueesunblancofácil.Loque me convierte en un hijo de perra patético, soy consciente de ello. No aparto la vista de la entrada de nuestroapartamento,esperandoaRichard.Sinovienepronto,meirésolo.Sinembargo,suspiroporque nomeapetecenadadejarloaquíconella. Por fin, el padre del año sale por la puerta bajándose las mangas de la camisa. Esperaba que se fuera con mi ropa, que Tessa le prestó, pero ha vuelto a ponerse la suya, sólo que ahora está limpia. BenditaTessa,esdemasiadobuena. Subo el volumen de la radio cuando abre la puerta del acompañante con la esperanza de que la músicalequitelasganasdecharlar. Nohaysuerte. —Mehapedidoquetedigaquetengascuidado—diceencuantosemeteenelcoche.Seabrocha elcinturóndeseguridadcomosiestuvieraenseñándomecómosehace.Comosifueraunaauxiliarde vuelo. Asientoyarranco. —¿Quétallareunión?—preguntaacontinuación. —¿Escoña?—Enarcounacejaensudirección. —Era por curiosidad. —Tamborilea con los dedos sobre su pierna—. Me alegro de que te acompañara. —Ya. —Separecemuchoasumadre. Lomirodereojo. —Nidelejos.Nosepareceennadaaesamujer. «¿Esquequierequelodejetiradoenmitaddelaautopista?» Seechaareír. —Sóloenlobueno,claroestá.Esmuytestaruda,comoCarol.Quiereloquequiere,peroTessiees muchomásdulceycariñosa. Yaestamosotravezconesamierdade«Tessie». —Osheoídodiscutir.Mehabéisdespertado. Pongolosojosenblanco. —Perdonaquetehayamosdespertadoamediodíamientrasteechabasunasiestaennuestrosofá. Vuelvearespondermeconunacarcajada. —Lopillo,tío,estáscabreadoconelmundo.Yotambiénloestaba.Quécoño,aúnloestoy.Pero cuandoencuentrasaalguienqueestádispuestoaaguantartusmierdas,yanohacefaltaseguirenfadado. «Vale,abuelo,y¿quémesugieresquehagacuandoestuhijalaquemecabreatantísimo?» —Mira,confiesoquenoerestanmalocomopensaba—digo—,peronotehepedidoconsejo,así quenopierdaseltiempodándomelos. —Noteestoydandoconsejos,telodigoporexperiencia.Nomegustaríaquerompierais. «No vamos a romper, capullo.» Sólo estoy intentando que entienda mi perspectiva. Quiero estar conella,yloestaré.Sólotienequedarsubrazoatorceryvenirseconmigo.Aunqueestoyquemuerdo porquehavueltoameteraZeddepormedioapesardequemeprometiólocontrario. Apagolaradio. —Nomeconocesyaellatampoco,laverdad.¿Cómoesqueteimporta? —Porqueséqueleconvienes. —¿Ah,sí?—respondocontodoelsarcasmodelmundo.Menosmalqueestamoscercadesuzona, estoydeseandoquetermineestaespantosaconversación. —Sí,eresbuenoparaella. Entoncesmedoycuenta,aunquejamásloconfesaré,dequeesmuyagradablequealguiendigaque soybuenoparaella,aunqueesealguienseaelcapulloborrachodesupadre.Amímevale. —¿Teapetecevolveraverla?—lepreguntoy,rápidamente,añado—:Y¿dóndequieresquetedeje exactamente? —Cercadellocaldondenosvimosayer.Yasemeocurriráalgocuandollegue.Y,sí,esperovolver averla.Tengoquecompensarlapormuchascosas. —Sí,esoesverdad. Elaparcamientoquehayjuntoalatiendadetatuajesestávacío;normal,tansóloesmediodía. —¿Teimportallevarmehastaelfinaldelacalle?—preguntaRichardentonces. Asientoydejamoslatiendaatrás.Loúnicoquehayalfinaldelacalleesunbaryunalavandería vieja. —Graciasporelviaje. —Ya. —¿Teapeteceentrar?—mepreguntaseñalandoelpequeñobar. Tomarme una copa con el padre borracho y sin techo de Tessa no parece lo más inteligente del mundoenestemomento. Noobstante,soyfamosoportomarpésimasdecisiones. —Alamierda—mascullo,apagoelmotorylosigoalbar.Tampocotengootrositiomejorenel queestar. Ellocalestáoscuroyhueleahumedadyawhisky.Losigoalapequeñabarra,cojountaburetey dejounovacíoentreambos.Unamujerdemedianaedadvestidaconunaropaqueesperoqueseadesu hijaadolescenteseacercaanosotros.Sinunapalabra,lesirveaRichardunpequeñovasodewhisky conhielo. —¿Yparati?—mepreguntaconunavozmásroncaygravequelamía. —Lomismo. LavozdeTessaadvirtiéndomequenolohagaresuenaenmimenteclaracomoelrepiquedeuna campana.Lahagocallar,laapartodemí. Levantoelvasoybrindamosyleechamosuntrago. —¿Cómopuedespermitirtebebersinotienestrabajo?—lepregunto. —Limpioelbardevezencuando,asíquebebogratis—diceavergonzado. —Entonces¿porquénodejaslabebidayquetepaguen? —Nolosé.Loheintentadomilveces.—Mirasuvasoconlospárpadoscaídosyporunsegundo separecenalosmíos.Puedovermereflejadoenellos—.Esperoquemeresultemásfácilsipuedovera mihijadevezencuando. Asientosinmolestarmeenhaceruncomentariosarcástico.Rodeoelvasofríoconlosdedosydoy lasgraciasporlaquemazónfamiliardelwhiskyenmigargantacuandoempinoelcodoymelobebode untrago.Encuantolodeslizoporlasuperficiemediopulidadelabarra,lamujermemiraalosojosy sedisponeaprepararmeotro. Capítulo8 Tessa —¡¿Tupadre?!—diceLandonconincredulidadatravésdelteléfono. Semehabíaolvidadoquenohetenidoocasióndecontarlelodelregresodemipadre. —Sí,nosloencontramosayerporcasualidad. —¿Cómoestá?¿Quétehadicho?¿Cómoes? —Es... Noséporqué,peromedavergüenzacontarleaLandonquemipadresiguebebiendo.Séquenova ajuzgarme,peroaunasímedacosa. —¿Sigue...? —Sí, sigue. Estaba borracho cuando lo vimos, pero nos lo trajimos a casa y se quedó a pasar la noche.—Meretuerzounmechóndepeloconeldedoíndice. —Y¿Hardinloconsintió? —Noeradecisiónsuya,tambiénesmiapartamento—salto.Peromesientofatalalinstanteyme disculpo—:Perdóname,acabodetenerlaconHardinporquecreequepuedecontrolarlotodo. —Tessa,¿quieresquemeescapeunratodeclaseyvayaaverte?—Landonestanamable...,sele notahastaenlaformadehablar. —No, estoy exagerando. —Suspiro y miro alrededor—. Creo que voy a acercarme al campus. Todavíallegoalaúltimaclasedehoy. Ahoramismomevendríadeperlashaceryogaytomarmeuncafé. EscuchoaLandonmientrasmepongolaropadedeporte.Pareceunapérdidadetiempoconducir hastaelcampusparairsóloaunaclase,peronoquieroquedarmesentadaenelapartamentoesperando aqueHardinregresededondequieraquehayaido. —El profesor Soto ha preguntado hoy por ti, y Ken me ha dicho que escribió una declaración juradadandofedelcarácterdeHardin.¿Quéteparece?—pregunta. —¿EsohahechoSoto?Niidea...Seofrecióaayudarlo,perocreíaquenoibaenserio.Supongo quelecaebienoalgoasí. —¿Quelecaebien?¿Hardinlecaebien?—Landonsepartedelarisaynopuedoevitarqueme contagie. Semecaeelteléfonoenellavabomientrasmehagounacoleta.Memaldigoporsertantorpey vuelvo a colocármelo en la oreja a tiempo para oír a Landon diciéndome que se va un rato a la bibliotecaantesdequeempiecesusiguienteclase.Nosdespedimos,cuelgoyempiezoaescribirleun mensajeaHardinparaquesepadóndeestoy,perocierrolaaplicaciónalinstante. EntraráenrazónacercadeSeattle,nolequedaotra. Paracuandollegoalafacultad,elvientovuelveasoplarconfuerzayelcielotieneuntonogrisy feo.Voyaporunatazadecaféycalculoquetengomediahoraantesdequeempiecelaclasedeyoga. Labibliotecaestáenlaotrapuntadelcampus,nomedatiempoairaveraLandon.Decidoesperaren lapuertadelauladelprofesorSoto. Su clase está a punto de terminar y... Un reguero de estudiantes que salen del aula casi en estampidainterrumpeelhilodemispensamientos.Cojomibolsa,melaechoalhombroymeabropaso entreellosparapoderentrar.Elprofesorestádeespaldasamí,poniéndoselacazadoradecuero. Cuandosevuelve,mesaludaconunasonrisa. —SeñoritaYoung. —Hola,profesorSoto. —¿Quélatraeporaquí?¿Necesitaeltemadelaentradadeldiarioquesehaperdidohoy? —No,yamelohadichoLandon.Hevenidoadarlelasgracias.—Merevuelvoincómodaenmis zapatillasdedeporte. —¿Por? —Por escribir la declaración jurada dando fe del carácter de Hardin. Sé que él no ha sido tan amableconusted,asíqueseloagradezcodeveras. —Nohasidonada,laverdad.Todoelmundomereceunaeducacióndecalidad,inclusolosgallos depelea.—Seríe. —Supongoquesí.—Lesonríoymiroalrededorsinsaberquédeciracontinuación. —Además,Zedseloteníamerecido—añaderepentinamente. «¿Cómo?» Lomiro. —¿Quéquieredecir? ElprofesorSotoparpadeaunpardevecesantesderecobrarlacompostura. —Nada, sólo es que... estoy seguro de que Hardin tenía un buen motivo para ir a por él, eso es todo.Hedeirme,tengoqueasistiraunareunión,perograciasporvenir.Laveréenclaseelmiércoles. —Nopuedovenirelmiércoles,mevoydeviaje. Sedespideconlamano. —Entonces,quelopaseustedmuybien.Laveréasuregreso. Semarchaatodaprisaymedejapreguntándomequéhabráqueridodecir. Capítulo9 Hardin Richard, mi inesperado compañero de borrachera, ha ido al servicio por cuarta vez desde que hemos llegado. Empiezo a pensar que a Betsy, la camarera, le gusta un poco el tipo, cosa que me incomoda bastante. —¿Otra?—pregunta. Asientoparaquelamujerfornidasevaya.Sonlasdosdelatarde,mehetomadocuatrocopas.No seríatanterriblesinosehubieratratadodecuatrowhiskysapaloseco. Nopuedopensarconclaridadysigocabreado.Noséquéoquiénmecabreamás,asíquehedejado depensaryhedecididoentregarmeaunestadogeneralde«queledenporculoalmundo». —Aquítienes.—LacamareradeslizaelvasohaciamíyRichardsesientaeneltaburetecontiguo. Creíaquehabíapilladolaimportanciaqueteníaeltaburetevacíoentrenosotros.Meequivocaba. Sevuelvehaciamíyseacariciaelbigote.Esunsonidorepulsivo. —¿Mehaspedidootra? —Deberíasafeitártelo—declaroofreciéndolemiopinióndeborracho. —¿Terefieresaesto?—Vuelveahacerlacosaesaconlamano. —Sí,eso.Notequedabien—ledigo. —Megusta,memantieneabrigado.—Seechaareíryyodoyuntragoparanoreírmetambién. —¡Betsy!—grita.Ellaasienteyretiraelvasovacíodelabarra.LuegoRichardmemira—.¿Vasa contarmeporquéestásemborrachándote? —No.—Ledoyvueltasamivasoyelhielotintineacontraelcristal. —Vale,sinpreguntas.Sólobebida—diceconalegría. Yacasinoloodio.Almenos,hastaquemeimaginoaunaniñarubiadediezañosescondiéndose enelinvernadero.Tienelosojosazulesmuyabiertos,casiaterrorizados...Yentoncesapareceelniño rubioconlachaquetadepuntoverdeyseconvierteenelhéroedelapelícula. —Unapregunta—insistesacándomedemisensoñaciones. Respiro hondo y le doy un buen trago a mi bebida para no hacer una estupidez. Vamos, una estupidezaúnmásgordaqueemborracharmeconelpadrealcohólicodeminovia. Estafamiliaysumaníadehacerpreguntas. —Una—ledigo. —¿Deverdadtehanexpulsadohoydelafacultad? Miro el letrero de neón de la cerveza Pabst y medito la pregunta, deseando no haberme tomado cuatro...,no,cincocopas. —No,peroellacreequesí—confieso. —Y¿porquélocree? «Malditoentrometido.» —Porqueyoselohedicho.—Mevuelvohaciaélyañadoconmiradainexpresiva—:Seacabaron lasconfesionesporhoy. —Comoquieras.—Sonríeylevantalacopaparabrindarconmigo,peroyoapartolamíaymeneo lacabeza. Porcómoseríe,séquenoesperabaquebrindaraconélyqueleparezcomuydivertido.Amíél,en cambio,meresultamuymolesto. Unamujerdesumismaedadapareceentoncesasuladoysesientaeneltaburetevacíoquehayal lado.Lepasaundelgadobrazoporloshombrosylosaludaefusivamente.Nomepareceunasintecho, pero está claro que conoce a Richard. Seguro que él se pasa el día en este bar de mala muerte. AprovechoqueestádistraídoparaversitengoalgúnmensajedeTessa.Nada. Esunalivio,peronomegustaquenohayaintentadohablarconmigo.Esunalivioporqueestoy borracho,peronomegustaporqueyalaañoro.Concadacopadewhiskyquemeechoalgaznate,la deseomásymásyelvacíodesuausenciasehacemásgrande. «Joder,pero¿quémehahecho?» Es de lo más insistente, siempre buscándome las cosquillas. Es como si se sentara a pensar en nuevasmanerasdesacarmedequicio.Dehecho,esprobablequelohaga.Seguroquesesientaenla camaconlaspiernascruzadasysuestúpidaagendaenelregazo,unbolígrafoentrelosdientes,otroen laoreja,yanotacosasquehaceroquedecirparavolvermeloco. Llevamoscincomesesjuntos,cincomeses.Esunaeternidad,muchomástiempodelquemecreía capaz de estar con alguien. Es verdad que no hemos estado saliendo todo ese tiempo y que hemos pasado,másbienmalgastado,mesespormiculpaporintentarmantenermealejadodeella. LavozdeRichardinterrumpeentoncesmispensamientos. —TepresentoaNancy. Saludoconlacabezaalamujerybajolavistahacialamaderaoscuradelabarra. —Nancy,estejoventaneducadoesHardin.EselnoviodeTessie—dicemuyorgulloso. ¿Cómoesqueestáorgullosodequesalgaconsuhija? —¡Tessie tiene novio! ¿La has traído? Me encantaría conocerla al fin —exclama la mujer—. ¡Richardmehahabladomuchodeella! —Nohavenido—mascullo. —Quépena.¿Quétalsufiestadecumpleaños?Fueelfindesemanapasado,¿verdad? «¿Qué?» Richardmesuplicaconlamiradaquelesigalacorriente,esevidentequelatieneengañada. —Sí,estuvobien—contestapormíantesdeterminarselacopa. —Québien—diceNancyseñalandolaentrada—.¡Mira,ahíestá! Mis ojos vuelan hacia la puerta y por un instante creo que está hablando de Tessa, cosa que no tienesentido.Nolaconoce.Unarubiadelgaduchaseacercaanosotrosdesdelaotrapuntadelbar.Este puñeterogaritoseestállenandodemasiado. Levantoelvasovacío. —Otra. Lacamareraponelosojosenblancoysusurra«Gilipollas»,peromesirveotra. —Tepresentoamihija,Shannon—diceNancy. Shannon me mira de arriba abajo. Lleva tanto rímel que parece que lleve arañas pegadas a los párpados. —Shannon,tepresentoaHardin—diceRichard,peronomuevoundedoparasaludarla. Hacemuchosmesesesprobablequelehubieraprestadounmínimodeatenciónaestachicatan desesperada. Es posible que le hubiera permitido chupármela en el baño asqueroso de este bar. Pero ahorasóloquieroquedejedemirarme. —A menos que te la quites, no creo que puedas enseñar más —le digo refiriéndome al modo ridículoenqueledatironesalbajodesucamisetaparalucirelescasocanalilloqueDioslehadado. —¿Perdona?—resoplallevándoselasmanosalasestrechascaderas. —Yamehasoído. —Vale,vale.Hayapaz—diceRichardlevantandolasmanos. Y,coneso,Nancyyelpendóndesuhijasevanabuscarunamesa. —Denada—ledigo,peroélmenealacabeza. —Eres un cabrón desagradable. —Y, sin darme tiempo a reaccionar, añade—: Como a mí me gustan. Trescopasmástarde,apenassimetengoeneltaburete.Richard,queesunprofesionaldelabebida, parecetenerelmismoproblemayseinclinapeligrosamentehaciamí. —Así que cuando me soltaron al día siguiente... ¡tuve que caminar cinco kilómetros! Y encima bajolalluvia... Sigueysiguecontándomelaúltimavezqueloarrestaron.Yosigobebiendoyfingiendoquenose dirigeamí. —Sitengoqueguardarteelsecreto,almenosdeberíascontarmeporquélehasdichoaTessieque tehanexpulsado—dicealfin. Yasabíayoqueibaaesperaratenermecomounacubaantesdevolverasacareltema. —Asíesmásfácil—confieso. —¿Cómoeseso? —PorquequieroquesevengaconmigoaInglaterraynoleentusiasmalaidea. —Noloentiendo.—Mepellizcalanariz. —Tuhijaquieredejarmeynopuedoconsentirlo. —Poresolehasdichoquetehanechadodelauniversidad,paraquesevayaaInglaterracontigo. —Básicamente. Mirasucopayluegoamí. —Menudaestupidez. —Losé.—Ydichoenvozaltaaúnsuenamásridículopero,aveces,enmicabezademente,tiene sentido—.Además,¿quiénerestúparadarmeconsejos?—lesuelto. —Nadie.Sólodigoque,sisiguesasí,acabaráscomoyo. Quierodecirlequecierreelpicoysemetaensusasuntos,perocuandolevantolavistavuelvoa vereseparecidoquehenotadocuandonoshemossentadoalabarra.Mierda. —Noselodigas—lerecuerdo. —Noloharé.—SevuelvehaciaBetsy—.Otraronda. Ellalesonríeynospreparalasbebidas.Nocreoquepuedatomarmeotra. —Yoyamehetomadolaúltima.Ahoramismotienestresojos—ledigo. Seencogedehombros. —Asísalgoamás. «Soy un novio penoso», pienso para mis adentros mientras me pregunto qué estará haciendo Tessie,quierodecirTessa,enestemomento. —Soyunpadrepenoso—diceRichard. Estoydemasiadoborrachoparacomprenderladiferenciaentrepensaryhablar,asíquenosésilo quehadichoespuracoincidenciaosiyohepensadoenvozalta... —Levanta—diceunavozásperaalaizquierdadeRichard. Esunhombrebajitoyariscoconunabarbaaúnmástupidaquelademicompañerodeborrachera. —Nohaymástaburetes,amigo—lecontestaRichardlentamente. —Puesporeso,levanta—amenazaelhombre. «Mierda,ahora,no.No,porfavor.» —Novamosalevantarnos—ledigoaltipejoparaquesevaya. Entonces el hombre comete el error de agarrar a Richard del cuello de la camisa y tirar para ponerloenpie. Capítulo10 Tessa Elcaminodevueltaalcochedespuésdeyogasemehacemáslargoquedecostumbre.Laexpulsiónde HardinyeltrasladoaSeattlesemehanolvidadodurantelameditación,peroahora,lejosdelaclase, vuelvoacargarconesepesoenlasespaldas,multiplicadopordiez. En cuanto salgo de la plaza de aparcamiento el móvil vibra en el asiento del acompañante. «Hardin.» —¿Diga?—Cambiodemarcha. Peroesunavozdemujerlaqueladraalotrolado,ysemeparaelcorazón. —¿EresTessa? —¿Sí? —Vale.Tengoatupadreya... —Sunovio—gruñeHardindefondo. —Sí,atunovio—diceconsocarronería—.Necesitoquevengasarecogerlosantesdequealguien llamealapolicía. —¿Alapolicía?¿Dóndeestán?—Vuelvoacambiardemarcha. —EnDizzy’s,enlaavenidaLamar;¿conoceselsitio? —No,perolobuscaréenGoogle. —Ya,claro. Pasodesuactitud.Cuelgoybuscoladireccióndelbar. «¿QuédemonioshacenHardinymipadreenunbaralastresdelatarde?Y¿cómoesqueestán juntos?» No tiene sentido. Y ¿qué pinta la policía en todo esto? ¿Qué han hecho? Debería habérselo preguntadoalamujerdelteléfono.Sóloesperoquenosehayanpeleadoelunoconelotro.Esloúltimo quenecesitamos. Paracuandomeacercoalbar,mehepuestoenlopeoryhellegadoalaconclusióndequeHardin ha asesinado a mi padre o viceversa. No hay policías en la puerta del pequeño bar, buena señal. Supongo.Aparcodirectamentedelantedeledificioymeapresuroaentrar.Desearíallevarunasudadera ynounamíseracamiseta. —¡Ahíestá!—exclamamipadrevisiblementecontento. Setambaleahaciamí.Vapedo. —¡Deberíashaberlovisto,Tessie!—Aplaude—.¡Hardinsabepatearunculo! —¿Dónde está...? —empiezo a decir, pero entonces se abre la puerta del servicio y sale Hardin, limpiándoselasmanosensangrentadasenunatoalladepapelmanchadaderojo. —¡¿Quéhapasado?!—legritodesdelaotrapuntadelbar. —Nada...Tranquilízate. Abrounabocadepalmoymeacercoaél. —¿Estásborracho?—pregunto,ymeaproximomásparamirarlobienalosojos:lostienerojos. Desvíalamirada. —Puede. —¡Estoesincreíble!—Cruzolosbrazoscuandointentacogermedelamano. —Oye,deberíasdarmelasgraciasporhabercuidadodetupadre.Ahoramismoestaríarodandopor elsuelodenohabersidopormí.—Señalaaunhombrequeestásentadoenelsuelosujetándoseuna bolsadehielocontralamejilla. —No tengo que agradecerte nada, ¡estás borracho a media tarde! Y te has emborrachado nada menosqueconmipadre.Pero¿atiquécoñotepasa? Meapartodeéldedoszancadasyvuelvoalabarra,dondemipadreesperasentado. —Noteenfadesconél,Tessie,tequiere—lodefiendemipadre. «Pero¿quédemoniospasaaquí?» Hardinseacerca,cierrolospuños,bajolosbrazosygrito: —¡¿Quépasa?¿Oshabéispuestopedojuntosyahorasoisamigosdelalma?!¡Ningunodelosdos deberíabeber! —Nena...—mediceHardinaloídointentandorodearmeconelbrazo. —Oye—avisalamujerquehaydetrásdelabarramientraslagolpeaparallamarmiatención—. Sácalosdeaquí. Asientoyleslanzomiradasasesinasalosdosborrachosidiotasquemehantocadoensuerte.Mi padretienelasmejillassonrosadas,comosilehubieranpegado,yaHardinyaseleestánhinchandolas manos. —Puedes venir a casa a dormir la mona, pero este comportamiento es inaceptable. —Quiero echarleslabroncaalosdosporcomportarsecomounoscríos—.Deberíadarosvergüenza. Salgodelpequeñoypestilentelugaryestoyenelcocheantesdequeelloshayanconseguidollegar alapuerta.Hardinmiramalamipadrecuandoelhombreintentaapoyarseensuhombro.Memetoen elcocheasqueada. LaembriaguezdeHardinmeponedelosnervios,sécómoseponecuandoestáborrachoynosési lohevistoalgunaveztanbebido,nisiquieraeldíaquedestrozólaporcelanadecasadesupadre.Añoro los días en los que sólo bebía agua en las fiestas. Tenemos bastantes problemas entre manos, y que vuelvaabebernohacemásqueecharleñaalfuego. Porlovisto,mipadrehapasadodeserunborrachoconmuymalalecheaserunodeesosborrachosque cuentanchistesinterminablesdemalgustoysinningunagracia.Sepasaeltrayectoacasariéndosea carcajadasdesuspropiaspalabras,conHardinuniéndosealafiestadevezencuando.Nomeimaginaba queeldíafueraaserasí.NosécómoesqueHardinsehaencariñadoconél,peroahoraquelosveoa losdosborrachosaplenaluzdeldía,su«amistad»nomegustaunpelo. Cuandollegamosacasadejoamipadreenlacocina,comiéndoseloscerealesdeHardin,ymevoy aldormitorio,dondeparecequeempiezanyacabantodasnuestrasdiscusiones. —Tessa—empiezaadecirHardinencuantocierrolapuerta. —Nomehables—ledigoconfrialdad. —Noteenfadesconmigo,sóloestábamosechandountrago—diceentonojuguetón.Noestoyde humor. —¿Sólountrago?¿Conmipadre,unalcohólicoconelqueestoyintentandoconstruirunarelación, alquequeríatratardeconvencerdequedejaralabebida?¿Esconesehombreconelquesóloteestabas tomandountrago? —Nena... Niegoconlacabeza. —Nadade«nena».Meparecefatal. —No ha pasado nada —me dice enroscando los dedos en mi brazo para atraerme hacia sí pero, cuandoloaparto,trastabillaycaesobrelacama. —Hardin,¡tehasmetidoenunapeleaotravez! —Nohasidograncosa.¿Aquiénleimporta? —Amí.Meimportaamí. Memiradesdeelbordedelacama,conlosojosverdesveteadosderojo,ydice: —Sitantoteimporto,¿porquévasadejarme? Elalmasemecaeunpoquitomásalospies,yatocaelsuelo. —Novoyadejarte,tehepedidoquetevengasconmigo—suspiro. —Peronoquiero—gimotea. —Yalosépero,sincontarteati,esloúnicoquemequeda. —Mecasarécontigo.—Buscamimano,peroretrocedo. Semecortalarespiración.Estoyseguradequenoloheoídobien. —¿Cómodices? Levantolasmanosparaquenosemeacerquemás. —Hedichoquemecasarécontigosimeeligesamí.—Seponeenpieysemeacerca. Sus palabras me excitan, aunque en el fondo sé que no significan nada por todo el alcohol que fluyeporsusvenas. —Estásborracho—ledigo. Sóloseofreceacasarseconmigoporqueestáborracho,loqueesmuchopeorquenoofrecerseen absoluto. —¿Yqué?Aunasí,vaenserio. —No,novaenserio.—Niegoconlacabezayloesquivootravez. —Sí,vaenserio.Ahorano,claroestá...¿Quétaldentrodecincooseisaños?—Serascalafrente conelpulgar,pensativo. Pongolosojosenblanco.Apesardequesemeaceleraelpulso,esteúltimodetalle,lapuntillade que se ofrezca a casarse conmigo dentro de «cinco o seis años» me demuestra que, a pesar de que intentaconvencermedelocontrarioensuembriaguez,larealidadvuelveaasentarseensucabeza. —Mañanamelocuentas—ledigoasabiendasdequenoseacordará. —¿Llevarásesospantalones?—Suslabiosdibujanunasonrisatraviesa. —No,ynoempiecesahablardelospuñeterospantalones. —Tú eres quien se los pone. Sabes muy bien lo que pienso de ellos. —Se mira la entrepierna, luegoselaseñalaymeobservaconlascejasenarcadas. Juguetón,tentador,borracho...Hardinesadorable,peronolobastantecomoparaconseguirquedé mibrazoatorcer. —Venaquí—mesuplicafingiendohacerpucheros. —No.Sigoenfadadacontigo. —Venga,Tessie.Noteenfades.—Seechaareírysefrotalosojosconeldorsodelamano. —Sicualquieradelosdosvuelveallamarmeasí,tejuroque... —Tessie,¿quétepasa,Tessie?¿NotegustaquetellamenTessie,Tessie? Sonríedeorejaaorejaysientoque,cuantomáslomiro,másmeflaqueanlasfuerzas. —¿Novasadejarquetequitelospantalones? —No.Tengomuchascosasquehacer,yquemequiteslospantalonesnoestáentreellas.Tediría quetevinieras,perohasdecididocogerlagranborracheraconmipadre,asíqueahoratengoqueirsola. —¿Vasasalir?—Suvozesaterciopeladaperoronca,graveporelalcohol. —Sí. —Peronovasairasívestida. —Sí,voyairasí.Puedovestirmecomomedélarealgana.—Cojounasudaderaylasllavesde Hardin,porsiintentaconducir—.Volveréluego,nohagasningunatonteríaporquenopiensosacarosni atiniamipadredelacárcel. —Qué atrevida. Me gusta, pero se me ocurren otras cosas para hacer con esa boca tan insolente quetienes.—Cuandopasodesucomentariosoez,mesuplica—:Quédateaquíconmigo. Salgo rápidamente de la habitación antes de que me convenza para que me quede. Lo oigo llamarme«Tessie»cuandollegoalapuertadeentradaytengoquetaparmelabocaparadisimularla carcajadaquesemeescapa.Éseesmiproblema:cuandosetratadeHardin,micerebronodistingueel biendelmal. Capítulo11 Tessa Paracuandollegoalcoche,desearíahabermequedadoeneldormitorioconelHardinjuguetón. Sinembargo,tengodemasiadascosasquehacer.Tengoquedevolverlelallamadaalamujerdel apartamento de Seattle, comprar un par de cosas para el viaje con la familia de Hardin y, lo más importante de todo, aclararme sobre Seattle. Que Hardin se haya ofrecido a casarse conmigo me ha conmovido de verdad, pero sé que no quiere casarse mañana mismo. Estoy intentando desesperadamentenodarlemásvueltasaloquehadichoparanodejarquemehagacambiardeopinión, peromeresultamuchomásdurodeloqueimaginaba. «Mecasarécontigosimeeligesamí.» Mehasorprendido.Laverdadesquemehadejadodepiedra.Parecíamuytranquilo,conuntono devozneutro,comosiestuvieraanunciandoloqueíbamosacenar.Aunqueempiezoaconocerlobien: séquecomienzaadesesperarse.ElalcoholyladesesperaciónporevitarquememudeaSeattlesonlas únicasrazonesporlasquemehapedidolamano.Aunasí,nopuedodejarderepetírmelomentalmente. Ya,yaséqueespatéticopero,parasersincera,esamezcladeesperanzaydeconocerlobienesmucho mejorquecomomesientoahoramismo. ParacuandollegoaTarget,aúnnohellamadoaSandra(creoqueéseerasunombre)parahablar del apartamento. Por las fotos que he visto en la web, parece un buen sitio. No es tan grande como nuestro apartamento actual, pero está bastante bien y puedo pagarlo yo sola. No tiene estanterías en lugardeparedesnielladrillovistoquetantomegusta,peroservirá. Estoylistaparaesto,paraSeattle.Estoylistaparadarunpasohaciamifuturo.Llevoesperando estodesdequetengousoderazón. Recorro la tienda mientras sueño despierta con Seattle y con mi situación, y de repente me doy cuenta de que tengo la cesta llena de cosas que no necesito. Pastillas para el lavavajillas, pasta de dientes,unrecogedornuevo...¿Paraquévoyacomprartodoestosiestoyapuntodemudarme?Dejoel recogedorensusitio,juntoconunoscalcetinesdecoloresquenoséporquéloshecogido.SiHardinno sevieneconmigo,tendréqueempezardeceroycomprarplatosnuevosytodolodemás.Esunalivio queelapartamentoestéamueblado,porqueesoeliminaalmenosdocecosasdemilistadetareas. Después de Target no sé muy bien qué hacer. No quiero volver al apartamento con Hardin y mi padre,perotampocotengootrositioadondeir.VoyapasartresdíasconLandon,KenyKaren,asíque nomeapeteceirasucasaamolestarlos.Necesitoamigosconurgencia.Almenos,uno.Podríallamara Kimberly, pero estará ocupada con su mudanza. Es una chica con suerte. Sé que es la empresa de ChristianlaquelallevaaSeattlepero,porelmodoenquelamira,laseguiríaalfindelmundo. MientrasbuscoenelmóvilelnúmerodeSandra,casimarcoporaccidenteeldeSteph. Mepreguntoquéestaráhaciendo.AHardinledaríaunataquesilallamoparasalirunrato.Claro quetampocoestáenposicióndedecirmeloquedebohacerdespuésdehaberseemborrachadoyhaberse metidoenunapeleaenmitaddeldía. Decidollamarla.Ylocogeenseguida. —¡Tessa!¿Quéhaces,chica?—dicemuyalto,intentandoqueselaoigaentreelbarullo. —Nada,estoysentadaenelaparcamientodeTarget. —Menudajuerga,¿eh?—Seríe. —Laverdadesqueno.Y¿túquéhaces? —Nada,voyacomerconalguien. —Ah,vale.Oye,llámamecuandoacabes—ledigo. —Puedes venir a comer con nosotros, hemos quedado en el Applebee’s que hay a la salida del campus. ElApplebee’smerecuerdaaZed,perolacomidaestabadeliciosaynohetomadonadaentodoel día. —Vale,¿seguroquenoteimporta?—pregunto. Oigounapuertaquesecierradefondo. —¡Seguro!Traetuculoaquí.Llegaremosenquinceminutos. LlamoaSandradevueltaalcampusyledejounmensajeenelbuzóndevoz.Nopuedoignorarel alivioquesientocuando,envezderespondermeunapersonadecarneyhueso,saltaelbuzóndevoz, peronosémuybienporquémesientoasí. Paracuandollego,enelApplebee’snocabeunalfiler,ynoveoelpelorojodeStephporningún lado,asíqueledoyminombrealacamarera. —¿Cuántosvanaser?—Mepreguntaamablemente. —Tres,creo.—Stephhadichoquehabíaquedadoconalguien,supongoquesereferíaaunasola persona. —Muy bien, tengo un reservado libre. Puede sentarse allí si quiere. —La chica sonríe y coge cuatromenúsdelestantequetienedetrás. LasigoalreservadoqueestáalfondodelrestauranteyesperoaquellegueSteph.Miroelmóvil porsihaynoticiasdeHardin,peronada.Seguroqueestádurmiendolamona.Cuandolevantolavista, laadrenalinasemedisparaalverunacabezarosachillón. Capítulo12 Hardin Abrounarmariodelacocinaenbuscadecomida.Necesitoalgoqueabsorbaelalcoholquecorrepor misvenas. —Estáfuriosaconnosotros—diceRichard. —Sí. Nopuedoevitarsonreíralrecordarsusmejillasencendidas,suspequeñospuñosapretados.Estaba queechabahumo. Notienegracia.Bueno,síquelatiene,sóloquenodebería. —¿Mihijaesrencorosa? Me lo quedo mirando un instante. Es raro que un padre tenga que preguntarle al novio por las costumbresdesuhija. —Esevidentequeno.Estásennuestracocinacomiéndotemiscereales. Agitolacajavacíaysonríe. —Tienesrazón—dice. —Sí,suelotenerla.—Nadamáslejosdelarealidad. —Debe de ser un asco haber reaparecido cuando sólo faltan unos días para que se traslade —le digometiendounafiambreraenelmicroondas. Nosémuybienquécontiene,peromemuerodehambre,estoydemasiadoborrachoparacocinary Tessanoestáaquíparaprepararmenada.«¿Quécoñovoyahacercuandomeabandone?» —Loes—dicehaciendounamueca—.AunquemealegrodequeSeattlenoestémuylejos. —PeroInglaterrasíloestá. Trasunalargapausa,dice: —NovaairseaInglaterra. Lomirocomodiciendo«Queteden». —Ytú¿quécoñosabes?¿Cuántohacequelaconoces?,¿dosdías?—Estoyapuntodeexplayarme cuandoelmolestopitidodelmicroondasnosinterrumpe. —ConozcobienaCarol,yellanoseiríaaInglaterra. Havueltoaserelborrachopesadodeayer. —Tessanoessumadre,yonosoytú. —Ya—dice,yseencogedehombros. Capítulo13 Tessa Molly. Rezoparaqueestéaquíporpuracasualidad,perocuandoStephaparecedetrásdeella,meencojo enelreservado. —¡Hola,Tessa!—saludaStephsentándoseenelsitiodeenfrenteypegándosealaparedparaque «alguien»puedasentarseasulado. «¿PorquémehabráinvitadoacomerconellayconMolly?» —Cuántotiemposinverte—mediceelputóndeMolly. Noséquédecirlesaningunadelasdos.Quierolevantarmeymarcharme,peromelimitoasonreír yaresponder: —Sí. —¿Haspedidoya?—mepreguntaStephhaciendocasoomisodelhechodequehatraídoconsigoa miarchienemiga,amiúnicaenemiga,enrealidad. —No.—Cojoelbolsoparabuscarelmóvil. —Oye,nohacefaltaquellamesatupapaíto,nomuerdo—semofaMolly. —No iba a llamar a Hardin —le digo. En realidad, iba a enviarle un mensaje. Son cosas muy distintas. —Ya,claro—contesta,yseríe. —Para—saltaSteph—.Molly,hasdichoqueibasacomportarte. —¿Porquéhasvenido?—lepreguntoalachicaalaquedetestomásqueanadieenelmundo. Seencogedehombros. —Tengohambre—respondetantranquila.Estáclaroqueestaarpíaseburlademí. Cojolasudaderaymedispongoalevantarme. —Serámejorquemevaya. —¡No,quédate!Porfavor...Estásapuntodemudarteynovolveréaverte—diceStephhaciendo pucheros. —¿Qué? —Tevasdentrodeunosdías,¿no? —¿Quiéntelohacontado? MollyyStephsemiranlaunaalaotra. —Zed,creo—diceSteph—.Noimporta.Creíaquemeloibasacontartú. —Ibaahacerlo,perohanpasadomuchascosas.Miideaeracontártelohoy...—digo,yentonces miroaMollycomosiquisieraexplicarporquénolohehecho. —Pues me habría gustado enterarme por ti. Yo fui tu primera amiga aquí. —Steph saca el labio inferior en un gesto que me hace sentir mal y que parece un poco cómico, así que doy las gracias cuandolacamarerallegaparapreguntarnosquéqueremosparabeber. MientrasMollyyStephpidensusrefrescos,lemandounmensajeaHardin. Imaginoqueestarásdurmiendolamonaenelsofá,peroestoycomiendoconStephysehatraídoa Molly. Ledoya«Enviar»ymiroalasdoschicas. —¿Estásemocionada?—mepreguntaentoncesSteph—.¿QuévaisahacerHardinytú? Meencojodehombrosymiroaunladoyaotro.Novoyahablardemirelacióndelantedelahija deSatanás. —Puedeshablardelantedemí.Créeme,tuvidapetardanomeinteresalomásmínimo—resopla Molly,ybebeuntragodeagua. —¿Quetecrea?—Meechoareírymimóvilvibra. EsHardin. Vuelveacasa. Noséquéesperabaquemedijera,perosuconsejo,omásbienquenomehayadadoninguno,me decepciona.Lecontesto: No,tengohambre. —Mira,Hardinytúsoismuymonosytodoeso,perovuestrarelaciónmeimportaunrábano—me informaMolly—.Ahoratengomipropiarelacióndelaquepreocuparme. —Genial.Mealegroporti. Quépenamedaelpobrediabloquehayacaídoensusgarras. —Hablando de tu relación, Molly, ¿cuándo vamos a conocer al chico misterioso? —le pregunta Steph. Mollyselaquitadeencimaconungestodelamano. —Nolosé.Hoy,no. Lacamareravuelveconnuestrasbebidasynostomanota.Encuantoseva,Mollysevuelvehacia mí,suverdaderapresa. —¿TehacabreadomuchoqueZedestéplaneandometeraHardinentrerejas?—mepregunta,y casimeatragantoconelagua. LaideadequeHardinvayaalacárcelmehielalasangreenlasvenas. —Estoyintentandoevitarlo. —Tedeseobuenasuerte.AmenosquetuplanconsistaenfollarteaZed,nocreoquehayanada quepuedashacer—vuelveaburlarsedemíygolpealamesaconsusuñasverdefluorescente. —Esonoesposible—rujo. Aquítengoalgoquepuedescomerte.Deverdad,vuelveantesdequepasecualquiercosayyono puedasalvarte. ¿Salvarmedequé?¿DeMollyydeSteph?Stephesmiamiga,yyahedemostradoquesoycapaz de comerme a Molly con patatas, y no dudaré en volver a hacerlo si es necesario. Es odiosa y no la soporto,peroyanomedaningúnmiedo. PorelmensajeobscenodeHardin,séquesigueborracho.Alverquenolecontesto,meenvíaotro: Saldeahí,lodigoenserio. Guardomimóvilenelbolsoymeconcentroenlaschicas. —Yalohashechounavez—insisteMolly—,¿quéproblemahay? —¿Perdona?—ledigo. —Eh,quenotejuzgo.YomehetiradoaHardinytambiénaZed—merecuerda. Estoytanfrustradaquequierogritar. —NomeheacostadoconZed—mascullo. —Ya,ya...—diceMolly,yStephlelanzadagasporlosojos. —¿Quiéntehadichoeso?¿QuiénoshadichoquemeheacostadoconZed?—lespregunto. —Nadie—contestaStephantesdequeMollypuedaabrirlaboca—.YabastadehablardeZed. QuieroquemehablesdeSeattle.¿Hardinsevacontigo? —Sí—miento.Noquieroadmitir,ymenosdelantedeMolly,queHardinseniegaavenirconmigo aSeattle. —Asíqueosvaisamarcharlosdos.Serámuyraronotenerosporaquí—diceStephconelceño fruncido. SeráraroempezardeceroenotrauniversidaddespuésdetodoloquehapasadoenlaWCU.Pero es justo lo que necesito, empezar de cero. Esta ciudad está viciada por los recuerdos de traiciones y falsosamigos. —Deberíamosquedartodosestefindesemana,laúltimafiesta—diceSteph. Gruñoenprotesta. —No,nadadefiestas. —No,noseráunafiesta.Sólolapandilladesiempre.—Memiraconalgosimilaraunasúplicaen susojos—.Seamossinceras:lomásprobableesquenovolvamosavernos,yHardindeberíavolvera salirconsusamigosalmenosunaúltimavez. Vaciloytengoquedesviarlamiradahacialabarra. LavozdeMollyponefinalsilencio: —Nosufras,queyonoestaré. Vuelvoamirarlasyeneseprecisoinstantelleganuestracomida. Peroheperdidoelapetito.«¿DeverdadvadiciendolagenteporahíquemeheacostadoconZed? ¿HabráoídoHardinlosrumores?¿SeráZedcapazdemeterrealmenteaHardinenlacárcel?»Meduele lacabeza. Stephsecomeunaspatatasfritasy,sinhaberterminadodemasticarlas,dice: —HáblaloconHardinydimealgo.Podríamosquedarenelapartamentodealguien,inclusoenel deTristanyNate.Asínoapareceráningúncapulloinesperado. —Selopreguntaré...Peronosésiquerrá. Bajolavistaalapantalladelmóvil.Tresllamadasperdidas.Unmensaje: Contestacuandotellamo. Volveréencuantoacabedecomer,cálmate.Bebeagua. Lerespondoymecomounpardepatatasfritas. PeroaMollylepuedelatensiónyempiezaacantarcomouncanario. —Seguroquelegustalaidea.Nosotroséramossusamigoshastaquetúllegasteyloestropeaste. —Yonoloestropeé. —Vayaqueno.Estámuycambiado,yyanisiquieranosllama. —Susamigos...—meburlo—.Aéltampocolollamanadie.Elúnicoquehablaconéldevezen cuandoesNate. —Esoesporquesabemos...—empiezaadecirMolly. PeroStephlevantalasmanos. —Basta,joder—protestamasajeándoselassienes. —Voyapedirquemeloenvuelvanparallevar.Hasidomalaideaquedar—ledigo. NoséenquéestabapensandoaltraeraMolly,almenospodríahabermeavisado. Stephmemiracomprensiva. —Losiento,Tessa.CreíaqueosllevaríaisbienahoraqueyanoleinteresatirarseaHardin.—Mira aMolly,queseencogedehombros. —Nosllevamosmejorqueantes. Quieropartirlelacaradecretinaquetiene,peroelmóvildeStephinterrumpemispensamientos violentos. Unamiradadeperplejidadlecruzalacara.Luegodice: —EsHardin,meestállamando.—Meacercaelteléfonoparaquelovea. —Noherespondidoasusmensajes.Lollamoenseguida—ledigo. Stephasienteeignoralallamada. —Esunacosador—diceMollyhincandolosdientesenunapatata. Memuerdolalenguaylepidoalacamareraquemeloenvuelvaparallevar.Apenashetocadola comida,peronoquieromontarunaescenaenunrestaurante. —Piensaacercadelodelsábado,porfavor.Podríamosorganizarunacenaenvezdeunafiesta— seofreceSteph.Luegomededicasumejorsonrisa—.Porfavor... —Veréquépuedohacer,peronosvamosdeviajeynovolveremoshastaelviernesporlatarde. Asientedenuevo. —Túeligesdíayhora. —Gracias.Yateaviso—ledigo,ypagomipartedelacuenta. Nomegustalaideapero,enciertosentido,tienerazón.Novamosavolveravernos.Hardinvaa marcharse,talveznoaSeattle,peroahoraquelohanexpulsadotampocovaaquedarseaquí,ydebería verasugrupodeamigosporúltimavez. —Estállamandodenuevo—mediceSteph.Nosemolestaenocultarqueleparecemuydivertido. —Dilequeestoydecamino. Melevantoymedirijohacialapuerta. Cuandomevuelvo,MollyyellaestánhablandoconelmóvildeStephencimadelamesa. Capítulo14 Hardin —Tessa,sinomedevuelveslallamada,iréabuscarteaunqueestéborracho—amenazo. Luegotiroelmóvilcontraelsofá.Rebotayaterrizacontraelsuelodehormigón. —Volverá—measeguraelcapullodeDick,siempredegranayuda. —¡Yalosé!—legrito,yrecojoelmóvil. Por suerte, la pantalla no se ha roto. Le lanzo una mirada asesina al viejo borracho y me voy al dormitorio. «¿QuécoñohaceotravezenelapartamentoyporquédemoniosTessanoestáaquíconmigo?»No puedesalirnadabuenodejuntaraTessayaMollyenlamismahabitación. Empiezoamaquinarcómovoyalocalizarlasinotengonillaves,nicoche,yminiveldelalcohol ensangrerebasaconcrecesellímitelegalcuandooigoqueseabrelapuertaprincipal. —Está...descansando—diceRichardmuyalto,conunaalegríadesmesurada.Sospechoqueestá intentandoavisarmedequeTessahavuelto. Abrolapuertaantesdequelohagaellayextiendoelbrazoparainvitarlaaentrar.Nopareceen absolutointimidadanipreocupadapormicaradecabreo. —¿Porquénomehascogidoelteléfonocuandotehellamado?—exijosaber. —Porquetehedichoquevolveríapronto,yesohehecho. —Perodeberíashaberlocogido.Estabapreocupado. —¿Estabaspreocupado?—Lesorprendemieleccióndepalabras. —Sí,preocupado.¿QuécoñohacíastúconMolly? Dejaelbolsoenelrespaldodelasilla. —Niidea.Stephmeinvitóacomerconellaylatrajo. «MalditaSteph.» —Y¿porquécoñohahechoeso?¿Hasidobordecontigo? —Nomásquedecostumbre.—Enarcaunacejaymemira. —StephesunazorraporhaberinvitadotambiénaMolly.¿Quésecuentan? —Niidea,perocreoquecorrenciertosrumoressobremí.—Frunceelceñoysesientaenlasilla paraquitarseloszapatos. —¿Quéclasederumores? «Loqueenrealidadquierodecires:¿aquiéntengoquematar?» Joder,sigoborracho.¿Cómoesposible?Hanpasadoporlomenostreshoras.Apenasrecuerdoque hacemuchoalguienmedijoquesenecesitaunahoraporcadacopaqueunosetomaparaquesetepase la borrachera. Voy a estar pedo por lo menos durante las próximas diez horas, según ese cálculo. Siempreycuandofueraésalaestimación... —¿Mehasoído?—diceTessaconcalma,inclusountantopreocupada. —No,perdona—farfullo. Seruboriza. —CreoquelagentevadiciendoporahíqueZedyyo...,yasabes. —¿Yaséqué? —Quenos...hemosacostado.—Tienelosojoscansadosylavozdulce. —¿Quién lo dice? —intento mantener un tono de voz similar al de ella, a pesar de que la rabia empiezaabullirenmiinterior. —Imaginoqueesunrumor.StephyMollyloestabancomentando. Nosésiconsolarlaodarriendasueltaamicabreo.Estoydemasiadoborrachoparaestamierda. Colocalasmanosenelregazoyagachalacabeza. —Noquieroquelagentepienseesodemí. —No hagas ni caso, son unos imbéciles. Si de verdad corre ese rumor, me encargaré de desmentirlo.—Tirodeellaparaquesesienteconmigoenlacama—.Túnotepreocupes. —¿Noestásenfadadoconmigo?—preguntabuscandoconsusojosgrisazuladolosmíos. —Sí —le digo—. Estoy enfadado porque tú no me cogías el móvil y tampoco la dichosa Steph. Perolodelrumornomecabrealomásmínimo.Esprobablequeselohayaninventadoporquelesmola serunoscapullos. La idea de que Steph y Molly le hayan llenado a Tessa la cabeza de tonterías sólo para hacerle dañomeponemalo. —NoentiendoparaquésehatraídoaMolly,quien,cómono,hatenidoquerecordarmequeseha acostadocontigo.—Tuerceelgestoyyotambién. —Es una mala puta que no tiene otra cosa que hacer que recordar los tiempos en los que la reventabaapolvos. —Hardin—protestaTessaantelodescriptivodemicomentario. Abreelcierredesubrazaleteylodejasobrelamesilla. —¿Todavíaestásborracho? —Unpoco. —¿Unpoco? Sonrío. —Unpocomásqueunpoco. —Estásmuyraro.—Ponelosojosenblancoysacasumalditaagendadelcajóndelamesilla. —¿Por?—Meacercoparaponermedetrásdeella. —Porqueapesardequeestásborrachoteestásportandomuybien.Porejemplo,estabasenfadado porquenotecogíaelteléfonoperoahoraestássiendo...—Memiraalacara—.Creoquelapalabraes comprensivo.EstássiendomuycomprensivoconlodeMolly. —Y¿quéesperabas? —Nolosé...¿Quemegritaras?Notienesuntemperamentofácilcuandoestásborracho—diceen vozbaja. Sé que está intentando no molestarme, pero quiere hacerme saber que no va a andarse con tonterías. —No voy a chillarte, sólo es que no me gusta verte con ellas. Ya sabes cómo son, sobre todo Molly, y no quiero que nadie te haga daño. —Luego añado, enfatizando cada palabra—: De ninguna manera. —Nomelohanhechopero,aunqueséqueesridículo,porunavezmeapetecíaquedaracomer conunaamiga,comohacelagentenormal. QuierodecirlequeStephnoesprecisamentelamejorelecciónalahoradebuscaramigas,perosé que,exceptuandoaLandon,aNoahyamí,notieneanadiemás. YaZed. Bueno,Zedyanopintanadaaquí.Esosehaacabadoyestoysegurodequenovolveráaaparecer enunabuenatemporada. Capítulo15 Tessa El hecho de que Hardin se esté comportando de un modo tan razonable me sorprende y consigo relajarmeunpoco.Cruzalaspiernasyseechahaciaatrásapoyándoseenlaspalmasdelasmanos.No sé si debería sacar el tema de Seattle ahora mismo, porque lo veo de buen humor, o si será mejor esperar. Perosiespero,asabercuándoestarálistoparahablardeello. Lomiro,élmeobservaconsusojosverdesydecidolanzarme. —Stephquierecelebrarunafiestadedespedida—ledigo,yaguardosureacción. —¿Adóndeva? —No, es para mí —le explico, y omito el pequeño detalle de que les he dicho que Hardin va a venirseconmigoaSeattle. Memirararo. —¿Leshasdichoquevasamudarte? —Sí,¿porquénoibaadecírselo? —Porqueaúnnolohasdecidido,¿no? —Hardin,mevoyairaSeattle. Seencogedehombroscondespreocupación. —Todavíatienestiempoparapensarlo. —Detodosmodos...,¿quéteparecelodelafiesta?Dicequepodríamoshacerunacenaparaestar todosjuntosencasadeNateydeTristan,noenlafraternidad—leexplico,peroHardinsigueborracho ynoparecequemeestéescuchando. Miro las fechas de mi traslado la semana que viene. Espero que Sandra me llame pronto, de lo contrario,voyallegaraSeattleynotendrécasaytendréquealojarmeenunmotelyvivirconloque cabeenunamaleta.Moteles...,quéasco. —No,novamosairaesafiesta.—Esarespuestanomelaesperaba. Mevuelvohaciaél. —¿Qué? ¿Por qué no? Si es una cena, no puede ser tan terrible, no habrá Verdad o desafío, ni Chupaypásalo,¿sabes? Seechaareírymemira.Sevequelehacegracia. —Chupaysopla,Tess. —¡Yasabesaquémerefiero!Serálaúltimavezqueveamos...,enfin,queyolosvea,yhansido misamigos,bueno,unosamigosunpocoraros.—Noquieropensareneliniciodemi«amistad»conel grupo. —¿Ysilohablamosmástarde?Meestádandodolordecabeza—protesta. Suspirovencida.Séporsutonodevozquenovaacontinuarconlaconversación. —Venaquí.—Serecuestaenelcolchónymeesperaconlosbrazosabiertos. Cierrolaagendaymetumboconélenlacama.Mecolocoentresuspiernasysusmanossecierran sobremiscaderas.Memiraconsonrisapícara. —¿Nosesuponequeestáscabreadaconmigooalgoasí? —Estoyunpelíndesbordada,Hardin—leconfieso. —¿Por? Levantolosbrazosalcielo. —Portodo.Seattle,eltrasladoaotrafacultad,lamarchadeLandon,tuexpulsión... —Teengañé—dicesinmás,yhundelanarizenmivientre. «Y¿ahoraqué...?» —¿Cómo?—Enroscolosdedosensupeloylelevantolacabezaparaquememire. Seencogedehombros. —Teheengañadoacercademiexpulsión. Meechohaciaatrásparaalejarmedeél.Intentaacercarsedenuevo,peronolodejo. —¿Porqué? —Nolosé,Tessa—dice,yselevanta—.EstabacabreadoporqueestabasfueraconZedyportodo elrollodeSeattle. Abromucholaboca. —¿Medijistequetehabíanexpulsadoporqueestabasenfadadoconmigo? —Sí,bueno,ytambiénporotromotivo. —¿Quéotromotivo? Suspira. —Tevasaenfadar.—Todavíatienelosojosrojos,peroparecequelaborracheraseleestápasando rápido. Cruzolosbrazos. —Sí,esmásqueprobable,perocuenta. —PenséquetedaríatantapenaquetevendríasconmigoaInglaterra. No sé qué pensar de su confesión. Debería mosquearme. Estoy mosqueada. Estoy que muerdo. Qué cara tiene, intentar hacer que me sienta culpable para que me vaya a Inglaterra con él. Debería haber sido sincero desde el principio... Pero, aun así, no puedo evitar sentirme un poco mejor por habermeenteradoatravésdeél,ynodelmodoenquenormalmentedescubrosusmentiras. Memiraconojosinquisitivos. —¿Tessa...? Lomiroycasisonrío. —Laverdadesquemesorprendequemelohayascontado,envezdeesperaraquemeenterase porterceros. —A mí también. —Acorta la distancia que nos separa y su mano me acaricia el cuello y la mandíbula—.Porfavor,noteenfadesconmigo.Soytontodelculo. Dejoescaparunatensaexhalaciónperomeencantansuscaricias. —Esunadefensapésima. —Nomeestoydefendiendo.Soyuncapullo,losé.Perotequieroyestoyhartodetantamierda. Sabíaquelodescubriríastardeotemprano,ymásconeldichosoviajeconlafamiliademipadreala vueltadelaesquina. —¿Melohascontadoporquesabíasquemeibaaenterardetodosmodos? —Sí. Echoatráslacabezaylomiro. —¿MelohabríasocultadoymehabríasobligadoairmeaviviraInglaterracontigoporpurapena? —Básicamente... «¿Cómodemoniossesuponequehedetomarmeeso?»Quierodecirlequeestáloco,quenoesmi padre y que tiene que dejar de intentar manipularme, pero en vez de eso me quedo ahí con la boca abiertacomounaidiota. —Nopuedesobligarmeahacercosasabasedementirasymanipulaciones. —Séqueesmuyretorcido—diceconpreocupaciónensusojosverdes—.Noséporquésoycomo soy.Sóloséquenoquieroperderteyqueestoydesesperado. Pero,porsuexpresión,séquenoentiendeporquésecomportaasí. —No,nolosabes.Delocontrario,nohabríasmentido. Llevalasmanosamiscaderas. —Tessa, lo siento, de verdad. Debes reconocer que se nos empieza a dar mejor esto de las relaciones. Tiene razón. En cierto sentido, demencial, nos comunicamos mucho mejor que antes. Sigue distandomuchodeunarelaciónnormalyfuncional,perolanormalidadnuncahasidolonuestro. —¿Conlodelmatrimoniotampocovoyaconseguirquetevengasconmigo? Elcorazónsemevaasalirdelpechoyestoyseguradequepuedeoírlo.Peromelimitoadecir: —Yahablaremosdeesocuandonoestésborracho. —Tampocoestoytanborracho. Sonríoyledoyunapalmaditaenlamejilla. —Demasiadoborrachoparaesaclasedeconversación. Sonríeymeatraehaciasí. —¿CuándovuelvesdeSandpoint? —¿Novasavenir? —Aúnnolohedecidido. —Dijistequevendrías.Nuncahemosviajadojuntos. —Seattle—dice,ymeechoareír. —Enrealidad,aparecistesinquenadietehubierainvitadoytefuistealamañanasiguiente. Mepasalamanoporelpelo. —Detalles... —Me apetece mucho que vengas —insisto—. Landon se trasladará pronto. —Me duele sólo de pensarlo. —¿Y?—mepreguntameneandolacabeza. —Yatupadreleencantaríaquevinieras,estoysegura. —Ah,él.Estácabreadoconsigomismoporquemehanmultadoymehanpuestoenelequivalente alalibertadcondicionalacadémica.Silafastidioenlomásmínimo,seacabólauniversidad. —¿PorquénotetrasladasalauniversidaddeSeattleconmigo? —NoquierovolveraoírhablardeSeattleestanoche.Hetenidoundíamuylargoytengoundolor decabezainfernal...—Mebesaenlafrente. Apartolacabeza. —Tehasemborrachadoconmipadreymehasmentidosobretuexpulsión:hablaremosdeSeattle cuantomeapetezca—replicotajante. Hardinsonríe. —Y te has puesto esos pantalones después de haber estado provocándome con ellos y no has respondidoamisllamadas.—Meacariciaellabioinferiorconelpulgar. —No hace falta que me llames tanto. Es asfixiante. Molly ha dicho que eres un acosador —le suelto,perosonríobajosucaricia. —¿Enserio?—Continúadibujandoelcontornodemislabiosylosabrosinquerer. —Sí—suspiro. —Hum... —Séloqueestástramando.—Lequitolaotramanodemiscaderas,allídondesusdedosestaban empezandoadeslizarsepordebajodelelásticodemispantalones. Sonríe. —¿Quéestoytramando? —Estásintentandodistraermeparaquesemeolvidequeestoyenfadadacontigo. —¿Yfunciona? —Nodeltodo.Además,mipadreestáaquíynovoyaacostarmecontigocuandolotenemosenla habitacióncontigua.—Ledoyunazotejuguetóneneltrasero. Loúnicoqueconsigoesquemeestrechemáscontrasí. —Ah,¿quieresdecircomocuandotefolléaquímismo—diceseñalandolacama—,mientrasmi madredormíaenelsofá? Semepegaunpocomás. —¿O aquella vez que te follé en el baño de la casa de mi padre? ¿O la infinidad de veces que hemosfolladomientrasKaren,Landonymipadreestabanalfinaldelpasillo? Meacariciaelmusloporencimadelatela. —Ah,espera,terefieresacuandotepusemirandoaLaMecaenlamesadetudespachoenhoras detrabajo... —¡Vale,vale!¡Lohepillado!—Meruborizoyseríe. —Vamos,Tessa,túmbate. —Estásenfermo.—Meechoareírymeapartodeél. —¿Adóndevas?—preguntahaciendopucheros. —Averquéestáhaciendomipadre. —¿Por?¿Parapodervolveraquíconmigoy...? —¡Andaya!,acuéstateoalgo—exclamo. Me alegro de que esté tan bromista pero, a pesar de su confesión, sigo enfadada porque me ha mentidoyseestácomportandocomouncabezotaalnoestardispuestoahablarseriamentedeSeattle. CuandohevueltodespuésdelacomidaenApplebee’s,creíaqueestaríafuriosoconmigoporno haberrespondidoasusmensajes.Nuncapenséquellegaríamosahablarlascosasyquemeconfesaría quemehabíamentidoacercadesuexpulsión.PuedequeStephlehayaaseguradoqueestabavolviendo acasaylehayadadotiempoacalmarse.AunqueelteléfonodeStephestabaencimadelamesacuando mehemarchado... —¿NohasdichoqueStephnotehacogidoelteléfonocuandolahasllamado?—pregunto. —No,¿por?—Memiraconfuso. Meencojodehombrossinsaberquédecir. —Curiosidad. —¿Por?—diceenuntonoraro. —Porque le he dicho que te dijera que venía de camino y me preguntaba por qué no lo había hecho. —Ah. Desvía la mirada y coge una taza de la cómoda. Esta conversación es muy rara: Steph no le ha dichoqueyoestabaencamino,yahoraéldesvíalamirada... —Voyaverquéhacemipadre,puedesvenirconnosotrossiquieres. —Esoharé.Voyacambiarmeprimero. Asientoyabrolapuerta. —Y¿quéhaydeél?Acabadereaparecerentuviday¿vasamarcharte? Freno en seco. No es que no lo haya pensado, pero que Hardin me dispare la pregunta por la espaldacomosifueraunmisilnomegustanada. Metomounmomentopararecuperarmeantesdesalirdelahabitación.Cuandollegoalasalade estar,mipadreestádurmiendo.Bebersemediobaramediodíadebedeseragotador.Apagoeltelevisor y voy a la cocina a por un vaso de agua. No paro de pensar en Hardin preguntándome si voy a marcharme ahora que acabo de encontrar a mi padre. La cuestión es que no puedo hacer peligrar mi futuroporunpadrealquenoveodesdehacenueveaños.Silascircunstanciasfueranotras,lopensaría dosveces,perofueélquienmeabandonóamí. Cuandomeacercoaldormitorio,oigoqueHardinestáhablando. —¿Aquécoñohavenidolodehoy?—looigodecirconvozamortiguada. Pego la oreja a la puerta. Sé que debería irme y punto, pero tengo la sensación de que he de escucharestaconversación.Loquesignificaquemeconvieneescucharla. —Me importa una mierda, no debería haber ocurrido. Ahora está mosqueada, cuando se supone queloquetienesquehacer... Noconsigoentenderelrestodelafrase. —Nolofastidies—añade. ¿Con quién habla? Y ¿qué se supone que tiene que hacer alguien? ¿Es Steph? O, peor, ¿será Molly? Oigounospasosqueseacercanalapuertayrápidamentememetoenelcuartodebañoycierrola puerta. Alpocoratollamanconlosnudillos. —¿Tessa? Abrolapuerta.Séquetendríaqueaparentarquemehapilladoconmiscosas.Elcorazónsemeva asalirdelpechoytengounnudoenelestómago. —Ah,hola.Estabaacabando—digoconunhilodevoz. Hardinenarcaunaceja. —Vale... Miraalfinaldelpasillo. —¿Dóndeestátupadre?¿Estádurmiendo? —Sí—ledigo,ysonríedeorejaaoreja. —Volvamosaldormitorio.—Mecogedelamano,medalavueltaymeempujaconsuavidad. SigoaHardindevueltaanuestrahabitaciónylaparanoiasecuelaentremispensamientoscomosi fueraunaviejaamiga. Capítulo16 Tessa La parte microscópica de mi cerebro que alberga el sentido común está intentando enviar señales de alertaalrestodemicerebro,queestáocupadoporHardinytodolorelacionadoconél.Lapartesensata, oloquequedadeella,medicequenecesitohacerpreguntas,quenopuedopasarestoporalto.Yahago lavistagordabastanteamenudo. Ésaeslapartemicroscópica.Lapartemásgrandegana.Porque,¿deverdadquierodiscutirconél porloqueseguroquenoesmásqueunmalentendido?AlomejorsóloestabaenfadadoconStephpor haber invitado a Molly. No he podido escuchar bien la conversación, es posible que me estuviera defendiendo. Ha sido muy sincero acerca de haberme mentido sobre su expulsión, ¿por qué iba a mentirmeahora? Hardinsesientaenlacama,mecogeambasmanosytirademíparaquemesienteensupierna. —Bueno,yanonosquedantemasseriosdeconversaciónytupadreestádurmiendo.Tendremos queencontrarotraformadepasarelrato...—Tieneunasonrisaridículaperocontagiosa. —¿Noestaráspensandoensexo?—contesto,yloempujoconpicardía. Setumbaenlacama,conunamanoenminucaylaotraenmimuslo,ytirademíhastaqueme tiene encima. Lo monto a horcajadas, con sus piernas entre mis muslos, y me acerca a él hasta que nuestrascarascasiserozan. —No,teníaotrascosasenmente.Porejemplo,piensaenesoslabiosrodeándomela... Me acaricia la boca con la suya. Su aliento sabe a menta. La presión es lo bastante fuerte para enviarunaoleadadeelectricidadportodomicuerpoperolobastantedelicadacomoparadejarmecon ganasdemás. —Piensaenmicaraentretusmuslosmientraste...—empiezaadecir,peroletapolabocaconla mano.Elmodoenquesulengualamemimanomeobligaaretirarlarápidamente. —Puaj—digoarrugandolanarizylimpiándomelamanoensucamisetanegra. —Noharéruido—aseguraenvozbajamientraslevantalascaderasdelcolchónparaquelonote decerca—.Aunquenosésipuedodecirlomismodeti. —Mipadre...—lerecuerdoconmuchamenosconvicciónqueantes. —Y¿aquiénleimporta?Esnuestracasay,sinolegusta,quesepire. Lomiromedioenserio. —Noseasmaleducado. —Nolosoy,perotedeseoydeberíapodertenertesiemprequequiera—dice,ypongolosojosen blanco. —Yo también tengo voz y voto, estás hablando de mi cuerpo. —Finjo que no tengo el corazón desbocadoyquenoletengoganas. —Evidentemente. Pero sé que si hago esto... —Mete la mano entre nuestros cuerpos y baja la cinturilla de mis pantalones y de mis bragas—. ¿Lo ves? Sabía que estarías lista en cuanto he mencionadoqueteibaacomer... Le tapo esa boca tan sucia que tiene con los labios. Traga saliva, gime y sus dedos rozan mi clítoris.Apenasmeestátocandoporqueloquequiereestorturarme. —Porfavor—siseo,yaplicaunpocomásdepresión.Memeteundedohúmedo. —Yalosabíayo. Mecastigaymeteysacaeldedomuydespacio. Deja de moverlo demasiado pronto y me tumba a su lado. Antes de que pueda protestar, se incorporaycogelacinturillademispantalones,esapartequeparecefascinarlotanto,ymelosbajapor losmuslos.Levantolascaderasparaayudarloyaprovechaparabajarmetambiénlasbragas. Sindecirnada,meindicaquemecoloqueenloaltodelacama.Medeslizosobreloscodoshasta que tengo la espalda apoyada en la cabecera. Se tumba boca abajo, delante de mí, y sus manos se aferranamiscaderas.Meabredepiernas. Sonríeburlón. —Almenosintentanohacerruido. Medispongoaponerlosojosenblancoperoentoncessientosualientocálido.Suaveprimeroy másfuertepocoapoco,amedidaquesevaacercandomásymás.Sinavisar,sulenguamerecorrede abajoarribayagarrouncojín,unoamarilloalqueHardinletieneespecialmanía.Metapolacaraconél paraamortiguarlosgemidosinvoluntariosquemanandemibocamientrassulenguasemuevecadavez másrápido. Derepentemequitaelcojíndelacara. —No,nena.Quieroquemeveas—meordena,yasientomuydespacio. Sellevaelpulgaralabocaysulenguasedeslizasobremí.Muevelamanoentremismuslosy acariciamipuntomássensible.Semetensanlaspiernas,lascariciassobremiclítorissondivinas.Con lapuntadeundedotrazacírculoslentossinapenasaplicarpresión.Esunatortura. Loobedezcoymiroentremismuslos.Tieneelpeloalborotadoyhaciaatrás,formandounaonda sobre su frente, con un mechón rebelde que vuelve atrás cada vez que hunde la cabeza. Medio veo, medioimaginosubocacontramipielylasensaciónaumentademaneraexponencialysé,sé,queno voyapoderestarmecalladamientraslapresiónseacumulaenmivientreesperandopoderestallar.Me tapolabocaconunamanoyhundolaotraensusrizos.Empiezoamoverlascaderasparabuscarsu lengua.Estoesdemasiadobueno. Letirodelpeloylooigogemircontramí.Estoycadavezmáscerca... —¿Másfuerte?—jadea. «¿Qué?» Cogelamanoquetengoenredadaensupeloycolocalasuyaencimapara...¿Quierequeletiredel pelo? —Hazlo—mediceconmiradadedeseo,yempiezaamoverlosdedosencírculosrápidosmientras bajalacabezaparaquelalenguacontribuyaalasensación. Letirodelpeloconfuerza,ymemiraconlosojosentornados.Cuandovuelveaabrirloslostiene brillantes, como jade ardiente. Me sostiene la mirada mientras se me nubla la vista y durante unos instantesnoveonada. —Vamos,nena—susurra. Sellevalamanoasuentrepiernaynopuedoaguantarlomás.Loveoacariciándoselapolladura paracorrerseconmigo.Nuncameacostumbraréalefectoquesusactostienenenmí.Elhechodeverlo tocándose, sentir las bocanadas de su aliento en mi piel mientras su respiración se torna más y más entrecortada... —Sabes a gloria, nena —gime contra mí, moviendo rápidamente la mano que tiene en su entrepierna.Nisiquieranotoquemeestoymordiendolamanomientrasdisfrutodemisubidónyletiro delpelo. Parpadeo.Yluegoparpadeounpocomás,conpereza. Recobrolaconcienciaynotoqueserecolocayqueapoyalacabezaenmivientre.Abrolosojosy veoqueéllostienecerrados,supechosubeybaja,surespiraciónsigueentrecortada. Letirodelhombroparaqueselevanteypodermovermeentresuspiernas. Paraymemira. —Yo...yaheterminado—dice. Mequedomirándolo. —Yamehecorrido...—Tienelavozroncadeagotamiento. —Ah. Sonríe con pereza, una sonrisa medio borracha, y se levanta de la cama. Se acerca a la cómoda, abreuncajónysacaunospantalonescortosblancosdedeporte. —Tengo que ducharme y cambiarme, como puedes ver. —Señala la bragueta de sus pantalones, donde,apesardequesonoscuros,seveclaramenteunamancha. —¿Comoenlosviejostiempos?—Lesonrío,memiraymedevuelvelasonrisa. Seacercaymebesaenlafrente,luegoenloslabios. —Esbuenosaberquenohasperdidotutoque—diceyendohacialapuerta. —Nohasidomitoque—lerecuerdo. Menealacabezaysaledelahabitación. Buscomiropaalospiesdelacamayrezoparaquemipadresigadurmiendoenelsofáyparaque si,porcasualidadsehadespertado,nopareaHardindecaminoalbaño.Alospocossegundos,oigoque lapuertadelcuartodebañosecierraymelevantoparavestirme. Cuandotermino,revisomimóvilparaversitengoalgúnmensajedeSandra,peronada.Loquesí hay es un pequeño sobre en la esquina de mi pantalla que me indica que tengo un nuevo mensaje de texto.Alomejorestáliadayhapreferidoescribirme. Abroelmensajeyleo: Tengoquehablarcontigo. Suspiroalleerelnombredelremitente:Zed. Borroelmensajeydejoelteléfonosobrelamesilla. Irónicamente,lacuriosidadseapoderademíybuscoelmóvildeHardin.Elcorazónamenazacon salirsedemipechocuandorecuerdolaúltimavezqueleregistréelmóvil.Noacabónadabien. Peroestavezséquenomeestáocultandonada.Noescapaz.Estamosenunpuntomuydistintode nuestrarelación.Sehahechountatuajepormí...Aunquenoestádispuestoamudarsepormí.Notengo nadadequepreocuparme,oesocreo... Comonoloveoenelescritorio,lobuscoenlacómoda.Deduzcoqueselohallevadoalbaño.Es lonormal,¿no? «Notengodequépreocuparme.Sóloestoyestresadayparanoica»,medigo. Antes de meterme en un agujero negro de preocupación, me recuerdo que no debo registrarle el móvilporque,siélmelohicieraamí,mecabrearíamuchísimo. Esprobablequemeloregistre,sóloquenuncalohepilladoinfraganti. Seabrelapuertadelahabitaciónysaltocomosimehubieranpilladohaciendoalgoquenodebía. Hardin entra dando zancadas, sin camiseta, descalzo, con los pantalones cortos y el bóxer negro asomandoporlacintura. —¿Estás bien? —pregunta secándose el pelo con una toalla blanca. Me encanta que su pelo parezcanegrocuandoestámojado.Elcontrasteconsusojosverdesesdeensueño. —Sí.Tehasdadounaduchamuycorta.—Mesientoenlasilla—.Deberíahaberteensuciadomás —digointentandodistraerloparaquenonotequemetiemblaunpocolavoz. —Teníaprisaporverte—dice,peronomeconvence. Sonrío. —Tieneshambre,¿verdad? —Sí—confiesaconunasonrisadivertida—.Mehaentradohambre. —Esomeparecía. —Tupadresiguedormido;¿vaaquedarsecuandonosvayamosdeviaje? Laemociónhacedesaparecertodasmispreocupaciones. —¿Vasavenir? —Sí,esocreo.Siestanaburridocomomeparecequevaaser,sólomequedaréunanoche. —Vale—digocomprensiva.Peropordentroestoyradianteyséquesequedaráhastaelfinal.Sólo esquetienequeguardarlasaparienciasyquejarsedeesetipodecosas. Sepasalalenguaporloslabiosymeacuerdodecuandoloteníaentrelaspiernas. —¿Puedopreguntarteunacosa? Susojosencuentranlosmíosyasiente. —¿Sí? Sesientaenlacama. —Cuando...cuando...,yasabes,¿hasidoporquetehetiradodelpelo? —¿Qué?—Seríeunpoco. —Cuandotehetiradodelpelo,¿tehagustado?—meruborizo. —Ah.—Nomepuedoniimaginarelrojoquecubremismejillas. »¿Teresultararoquemeguste? —No,sóloescuriosidad.—Eslaverdad. —Todoelmundotieneciertascosasquelegustanenlacama,ésaesunadelasquemegustana mí.Aunquehastaahoranolosabía.—Sonríesininmutarseporqueestemoshablandodesexo. —¿Ah,sí?—Meemocionoalpensarquehadescubiertoalgonuevoestandoconmigo. —Sí—dice—.Quierodecirquemehantiradodelpelootraschicas,perocontigoesdiferente. —Ah—digoporenésimavez,peroestaveznosientonifríonicalor. Sinpercatarsedemireacción,Hardinmemiraconlosojosbrillantesdecuriosidad. —¿Hayalgoquenotehayahechoyqueteguste? —No.Megustatodoloquemehaces—digoenvozbaja. —Sí, eso ya lo sé. Pero ¿hay algo que hayas pensado en hacer alguna vez y que no hayamos hecho? Niegoconlacabeza. —Quenotedévergüenza,nena,todoelmundotienefantasías. —Yo,no. Almenos,creoqueno.NotengoexperienciasalvoconHardin,ynoségrancosaapartedeloque hemoshecho. —Seguroquesí—dicesonriente—.Sólotenemosquedescubrirlas. Tengomariposasenelestómagoynoséquédecir. Peroentonceslavozdemipadreinterrumpenuestraconversación: —¿Tessie? Loprimeroquepiensoesqueesunalivioquesuvozprovengadelasaladeestarynodelpasillo. Hardinyyonosponemosdepie. —Voyalbaño—digo. Asienteconunasonrisapícaraysedirigealasaladeestarconmipadre. Cuandoentroenelbaño,veoqueelmóvildeHardinestáenelbordedellavabo. Sé que no debería hacerlo, pero no puedo contenerme. De inmediato, miro la lista de llamadas. Estávacía.Lashaborradotodas.Nohadejadoniunaenlamemoria.Lointentodenuevoypasoalos mensajesdetexto. Nada.Lohaborradotodo. Capítulo17 Tessa Hardinymipadreestánsentadosjuntoalamesadelacocinacuandosalgodelbañoconelmóvilenla mano. —Meestánsaliendocanas,nena—diceHardinalverme. Mipadrememiraconojosdecordero. —Yotambiéntengohambre...—empiezaadecir,nomuyseguro. PongolasmanosenelrespaldodelasilladeHardinyechalacabezahaciaatrás.Supelohúmedo merozalosdedos. —Puestesugieroquetepreparesalgodecomer—digo,ydejosumóvilsobrelamesa. Memiraconunaexpresióncompletamenteneutra. —Vale...—dice,selevantayvaalanevera—.¿Tieneshambre?—pregunta. —TengolassobrasdeApplebee’s. —¿Estásenfadadaporquemelohellevadoabeberconmigo?—mepreguntamipadre. Lomiroysuavizomitonodevoz.Yasabíacómoeramipadrecuandoloinvitéavenir. —Noestoyenfadada,peronoquieroqueseconviertaenunacostumbre. —Te prometo que no. Además, tú te vas a mudar —me recuerda, y miro al hombre al que sólo conozcodehacedosdías. Nocontesto,sinoquemeacercoaHardinyalaneverayabroelcongelador. —¿Quéteapetececomer?—lepregunto. Memirareceloso,intentandodescifrarmiestadodeánimo. —Cualquiercosa...¿Ysipedimoscomida? Suspiro. —Pidamoscomida. Noquieroserborde,peromimenteesuntorbellinodeposibilidades,vengaadarlevueltasaqué eraloquehabíaeneseteléfonoquehatenidoqueborrarcontantaurgencia. Hardinymipadreempiezanadiscutirsobresipedimospizzaocomidachina.Hardinquierepizza, y gana la discusión al recordarle a mi padre quién va a pagar la comida. Por su parte, a mi padre no parecenofenderlelaschorradasdeHardin.Seríeolesdalavuelta. Es extraño, de verdad, verlos a los dos juntos. Después de que mi padre se marchara, a menudo soñabadespiertaconélalveralospadresdemisamigos.Mehabíacreadounaimagendealguienque se parecía al hombre con el que me crie, sólo que más mayor y, desde luego, no era un borracho sin techo.Siempremeloimaginabaconunmaletínllenodedocumentosimportantes,caminandohaciasu cocheporlamañanaconuncaféenlamano.Nomeimaginabaqueseguiríabebiendo,quelabebidalo desfiguraría y que no tendría dónde vivir. No me imagino a mi madre capaz de mantener una conversaciónconestehombre,ymuchomenospasarañoscasadaconél. —¿Cómoconocisteamimadre?—digopensandoenvozalta. —Enelinstituto—contesta. Hardincogeelmóvilysaledelacocinaparallamarypedirlapizza.Oeso,ovaallamaraalguien parapoderborrardespuéselnúmerodelregistrodellamadas. Mesientofrenteamipadre. —¿Cuántotiempoestuvisteissaliendojuntosantesdecasaros? —Sólounosdosaños.Noscasamosmuyjóvenes. Meresultaincómodopreguntarleestascosas,peroséquedemimadrenoobtendríarespuestas. —¿Porqué? —¿Tumadreytúnuncahabéishabladodeesto?—inquiere. —No, nunca. Se lo he preguntado alguna vez, pero se limita a no contestarme —le digo, y su expresiónpasadelinterésalavergüenza. —Ah. —Perdona—añado,aunquenoséporquémeestoydisculpando. —No,siloentiendo,ynolaculpo.—CierralosojosunmomentoylosabrejustocuandoHardin entraenlacocinaysesientaamilado—.Enrespuestaatupregunta,noscasamosjóvenesporquese quedóembarazadadeti.Tusabuelosmeodiabaneintentaronsepararlademí,asíquenoscasamos.— Sonríedisfrutandodelrecuerdo. —¿Oscasasteisparafastidiaramisabuelos?—preguntosonriendoamivez. Mis abuelos, que en paz descansen, eran un poco... pesados. Muy pesados, de hecho. Mis recuerdos de la infancia incluyen que me hicieran callar en la mesa por reírme, que me hicieran quitarmeloszapatosalentrarencasaparanoestropearleslamoqueta.Pormicumpleaños,meenviaban unatarjetadefelicitacióndelomásimpersonalyunbonodeahorroadiezaños,loquenoeselregalo idealparaunaniñadeocho. Mimadreerabásicamenteunclondemiabuela,sóloquemenosserena.Sepasabalosdíasylas nochestratandodesertanperfectacomoloerasumadre. O—ytiemblosólodepensarlo—tanperfectacomolaimaginaba. Mipadreseríe. —Sí,enciertosentidofueparacabrearlos.Perotumadresiemprequisocasarse,prácticamenteme arrastróalaltar.—SeechaareírdenuevoyHardinmemiraantesdereírseéltambién. Ledirijounamiradadereproche.Séqueestápreparandoalgúncomentariosarcásticorelacionado conelhechodequeyoloobligueacasarse. Mevuelvohaciamipadre. —¿Quéteníasencontradelmatrimonio?—lepregunto. —Nada.Laverdadesquenimeacuerdo.Loúnicoqueséesquemedabaunmiedoatroztenerun bebéalosdiecinueveaños. —Yconrazón.Miracómotehaido—comentaHardin. Lelanzounamiradaasesinaperomipadresóloponelosojosenblanco. —Noselorecomiendoanadie,laverdad,aunquehaymuchospadresquelollevanmuybien.— Levantalasmanosconresignación—.Sóloqueyonofuiunodeellos. —Ah—digo. Nopuedoimaginarmesermadreamiedad. Sonríe,dispuestoadarmetodaslasrespuestasquepueda. —¿Máspreguntas,Tessie? —No...Creoqueesoestodo—digo. Noestoycómodaconél,aunque,enciertosentido,meencuentromásrelajadaconélqueconmi madre,sifueraellalaqueestuvieraconmigoaquísentada. —Si se te ocurre alguna más, pregunta. Hasta entonces, ¿te importa si me ducho antes de que lleguelacena? —Porsupuestoqueno,adelante. No parece que haga sólo dos días. Han pasado tantas cosas desde que reapareció... el tatuaje de Hardin,suexpulsión/noexpulsióndelafacultad,lavisitadeZedenelaparcamiento,micomidacon StephyconMolly,elregistrodellamadasdesaparecido.Esdemasiado.Esmuyestresanteestodetener unalistadeproblemasenmividaquenohacemásquecrecer,sinperspectivadequeningunovayaa arreglarseporelmomento. —¿Quépasa?—mepreguntaHardincuandomipadredesapareceporelpasillo. —Nada. Melevantoydoyunospasosantesdequemeacaricielacinturaymedélavueltaparamirarmea lacara. —Teconozcobien.Dimequétepasa—ordenaconternuramientrasmesujetaporlascaderas. Lomiroalosojos. —Tú. —¿Yo...qué?Habla—meexige. —Estásmuyraroyhasborradotodostusmensajesytusllamadas. Tuerceelgestomolestoysepellizcalanariz. —Y¿quéhacestúfisgandoenmimóvil? —Lohehechoporquehasestadoactuandodeunmodomuysospechosoy... —¿Yhasregistradomiscosas?¿Notehedichoquenolohagas? Sumiradadeindignaciónestandescarada,tanfalsa,quemehiervelasangre. —Séquenodeberíaregistrartuscosas,peronotendríasquedarmemotivosparahacerlo.Y¿qué mástedasinotienesnadaqueesconder?Amínomeimportaríaquemirarasmimóvilporqueyono tengonadaqueocultar. Sacomiteléfonoyseloofrezco.EntoncesrecuerdoelmensajedeZedymeentraelpánico,pero Hardinlorechaza,comosimiconfianzanoimportaranada. —Excusasymásexcusasparaocultarqueestáspsicótica—dice,ysuspalabrasmehieren. Notengonadaquedecir.Enrealidad,tengomuchoquedecirle,peronomesalenlaspalabras.Lo obligoaquemesuelteymemarcho.Dicequemeconocelosuficientementebienparasabercuándo algoandamal.Vale,yoloconozcolosuficientementebienparasaberqueestoyapuntodepillarlocon las manos en la masa. No sé si será una mentirijilla o una apuesta para robarme la virginidad, pero siemprepasalomismo:primeroempiezaacomportarsedeunmodosospechoso,yluego,cuandosacoa relucireltema,seenfadayseponealadefensiva,yalfinalmeinsultaomeechalabronca. —Notevayas—aúllaamisespaldas. —Nomesigas—ledigo,ydesaparezcoeneldormitorio. Perolotengoenlapuertaalsegundo. —Nomegustaqueregistresmiscosas. —Nomegustasentirquenotengomásremedioquehacerlo. Cierralapuertayseapoyaenella. —No tienes que hacerlo. He borrado los registros de mensajes y de llamadas porque... fue un accidente.Notienesporquéponerteasí. —¿Así?¿Quieresdecir«psicótica»? Suspira. —Nolohedichoenserio. —Puesdejadedecircosasquenovanenserioporquealfinalnoséquéesloquedicesdecorazón yquéno. —Entoncesdejaderegistrarmiscosas,porqueyanosésipuedoconfiarentiono. —Bien.—Mesientoalescritorio. —Bien—repite,ysesientaenlacama. Nosésicreerloono.Nomecuadranadapero,enciertomodo,cuadra.Puedequeloborraratodo poraccidente,ypuedequeestuvierahablandoconStephporteléfono.Losretazosdelaconversación que oí han alimentado mi imaginación, pero no quiero preguntarle a Hardin por ella porque no sé si quieroquesepaqueloestabaescuchando.Tampocovaacontarmedequéestabanhablando. —Noquieroquehayasecretosentrenosotros,esoyadeberíamostenerlosuperado—lerecuerdo. —Yalosé,joder.Nohayningúnsecreto,estáscomportándotecomounaloca. —Dejadellamarmeloca.Ereselmenosadecuadoparallamarmeasí.—Mearrepientodeloque hedichoencuantolaspalabrassalendemiboca,peronoparecequeleafecte. —Perdona,¿vale?Noestásloca—repone,yluegomesonríe—.Sólomeregistraselmóvil. Me obligo a devolverle la sonrisa e intento convencerme de que tiene razón, de que estoy paranoica.Enelpeordeloscasos,meestáocultandoalgoylodescubrirétardeotemprano.Notiene sentidoquemeobsesione:siempreacabopillándolo. Melorepitomentalmenteunayotravezhastaqueterminodeconvencerme. MipadregritaalgodesdelaotrahabitaciónyHardindice: —Yaestáaquílapizza.Noestásenfadadaconmigo,¿verdad? Perosaledelahabitaciónsindarmetiempoaresponder. Merevuelvoenmisitioymiroelmóvil,quehedejadoencimadelescritorio.Porcuriosidad,lo cojoy,cómono,tengootromensajedeZed.Estaveznisiquieramemolestoenleerlo. El día siguiente es nuestro último día en las antiguas oficinas de Vance, y conduzco al trabajo más despacio que de costumbre. Quiero memorizar cada calle, cada edificio del camino. Estas prácticas remuneradashansidounsueñohechorealidad.SoyconscientedequetrabajaréparaVanceenSeattle, peroaquíesdondeempecé,dondeempezómicarrera. Kimberly está sentada en su sitio cuando salgo del ascensor. Hay un montón de cajas marrones apiladasconpulcritudjuntoalmostrador. —¡Buenosdías!—mesaludaalegremente. —Buenosdías.—Nosoycapazdesonartanalegrecomoella.Másbien,nerviosaeincómoda. —¿Lista para tu última semana aquí? —me pregunta mientras me lleno un pequeño vaso de poliestirenoconcafé. —Sí,enrealidad,hoyesmiúltimodía.Mevoydeviajeloquequedadesemana—lerecuerdo. —Ah, sí. Se me había olvidado. ¡Vaya! ¡Es tu último día! Tendría que haberte comprado una tarjetaoalgoasí.—Sonríe—.Aunquetambiénpuedodártelalasemanaquevieneennuestrasnuevas oficinas. Meechoareír. —¿Yaestáslistaparamarcharte?¿Cuándoosvais? —¡Elviernes!Yatenemostodasnuestrascosasenlacasanueva,esperandonuestrallegada. EstoyseguradequelacasanuevadeChristianydeKimberlyesencantadora,muygrandeymuy moderna,másomenoscomolacasaquedejanaquí.ElanillodecompromisodeKimberlyresplandece, ynopuedoevitarquedarmeembobadamirándolocadavezqueloveo. —Todavía estoy esperando a que me llame la mujer del apartamento —le digo, y se vuelve a mirarme. —¿Qué?¿Aúnnotienesapartamento? —Lotengo,leheenviadoyatodoslospapeles.Sólonosfaltacerrarlosdetallesdelalquiler. —Sólotequedanseisdías—diceKimberly,preocupadapormí. —Losé,peroestátodocontrolado—leaseguro.Esperoqueseaverdad. Si esto hubiera pasado hace unos meses, tendría planificado hasta el último detalle del traslado, peroúltimamenteheestadotanestresadaquenohesidocapazdeconcentrarmeennada,nisiquieraen eltrasladoaSeattle. —Vale,sinecesitasayuda,avisa—seofrece,ycogeelteléfonoqueestásonandoenelmostrador. Cuando voy a mi despacho veo que hay un par de cajas vacías en el suelo. No tengo muchos objetospersonales,asíquenotardaréenempaquetarmiscosas. Veinteminutosmástardeestoycerrandolascajasconcintaamericana.Llamanalapuerta. —Adelante—digo. Por un momento me pregunto si será Hardin, pero cuando me vuelvo, Trevor está en el umbral, vestidoconvaquerosclarosyunacamisetablanca.Nomeacostumbroaverlosintraje. —¿Lista para el gran traslado? —me pregunta mientras intento levantar una caja que he llenado demasiado. —Sí,casi.¿Ytú? Seacerca,levantalacajapormíyladejaenmimesa. —Gracias.—Sonríoymelimpiolasmanosenloslateralesdemivestidoverde. —Todopreparado.Encuantoterminehoyaquí,meiréparaallá. —Esincreíble.SéquellevaslistoparamudarteaSeattledesdequeestuvimosallí. Notoquelavergüenzaseexpandepormismejillasporqueéltambiénseruboriza. —Cuandoestuvimosallí... Trevormeinvitóacenaryfuegenial,peroacontinuaciónnodejéquemebesarayHardinledio unbuenmeneoyloamenazó.Noséporquélohemencionado.Niidea,laverdad. Memirainexpresivo. —Fue un fin de semana muy interesante. Tú también debes de estar muy contenta. Siempre has queridovivirenSeattle. —Sí,memuerodeganas. Trevorexaminamioficina. —Séquenoesasuntomío,pero¿HardinsetrasladaaSeattlecontigo? —No —responde mi boca antes de que mi mente pueda ponerse al día—. Bueno, aún no estoy muysegura.Dicequenoquiere,peroesperoquecambiedeopinión...—Sigohablandoaborbotones, laspalabrassalendemibocaatodavelocidad,demasiadorápido. Trevorpareceestaruntantoincómodo.Semetelasmanosenlosbolsillosyalfinalmeinterrumpe: —¿Porquénoquiereirsecontigo? —Laverdadesquenolosé,peroesperoquevenga.—Suspiroymesientoenmisillóndecuero. LamiradadeTrevorseencuentraconlamía. —Sinova,esqueestáloco. —Estálocoypunto.—Meechoareír,intentandoaliviarlatensiónqueseacumulaeneldespacho. Éltambiénseechaareírymenealacabeza. —Bueno,serámejorquetermineymemarchecuantoantes.NosvemosenSeattle. Medejaconunasonrisayporalgunarazónmesientounpococulpable.Buscomimóvilyleenvío unmensajedetextoaHardinparadecirlequeTrevorsehapasadopormidespacho.Porunavez,sus celos me van a ser de utilidad. A lo mejor se pone tan celoso de Trevor que decide venirse a vivir a Seattle.Nopareceprobable,peronopuedoevitaraferrarmeaunclavoardiendoconlaesperanzadeque cambiedeparecer.Eltiemposeacaba,enseisdíasnopodráorganizargrancosa.Tendráquesolicitarel traslado,aunqueconelcargodeKen,nocreoquesuponganingúnproblema. Amíseisdíastambiénsemequedancortos,peroestoypreparadaparaSeattle.Nomequedaotra. EsmifuturoynopuedegirarentornoaHardin,ymássiélpasadecompromisos.Leofrecíunplan justo: nos vamos a Seattle y, si no nos gusta, siempre podemos irnos a Inglaterra. Pero no quiso ni pensarlo,lorechazósinmás.Esperoqueelviajequehemosplaneadoconsufamilia,paraverballenas, le haga comprender que igual que Landon, Ken, Karen y yo, está listo para probar cosas nuevas, divertidasypositivas.Tampocoestandifícil. PeroesHardin,yconélnadaesfácil. SuenaelteléfonoymedistraedetodoelestrésdeSeattle. —Tienesvisita—anunciaKimberly,yelcorazónmedaunvuelcosólodepensarenveraHardin. Únicamente han pasado unas pocas horas, pero cuando no estamos juntos lo echo mucho de menos. —DileaHardinquepase.Mesorprendequehayaesperadoaquemellamaras—digo. Kimberlychasquealalengua. —NoesHardin. ¿Hardinhatraídoamipadre? —¿Esunhombremayorconbarba? —No...Unchicojoven...ComoHardin—susurra. —¿Tienelacaraamoratada?—preguntoapesardequeyasélarespuesta. —Sí,¿lepidoquesevaya? NoquierohacerleesoaZedytampocohahechonadamalo,exceptonoobedeceraHardincuando ledijoquesealejarademí. —No,quepase.Esamigomío. ¿Aquéhabrávenido?Estoyseguradequeestárelacionadoconquehayapasadodesusmensajes, peronoentiendoquéestanurgentecomoparaquehayahechounviajedecuarentaminutosparavenir acontármelo. CuelgoymepreguntosideboescribirleaHardinparaexplicarlequeZedsehapresentadoenmi despacho. Meto el móvil en un cajón del escritorio y lo cierro. Lo último que necesito es que él se plante aquí también, porque no podrá controlar su ira y montará una escena en mi último día en la oficina. Yloúltimoquequieroesqueloarrestenotravez. Capítulo18 Tessa Cuandoabrolapuertademidespacho,Zedestádepieenelpasillocomoelángeldelamuerte.Lleva puestaunasudaderadecuadrosrojosynegros,vaquerososcurosyzapatillas.Losmoratonesdelacara nohanmejoradomucho,perolosqueenmarcansusojosysunarizsehanaclarado,demoradointensoa azulverdoso. —Hola,perdonaquemepresenteasí—dice. —¿Haocurridoalgo?—preguntovolviendoamimesa. Sequedaenelumbraluninstante,incómodo,antesdeentrareneldespacho. —No.Bueno,heestadointentandohablarcontigodesdeayer,peronocontestasamismensajes. —Losé.EsqueHardinyyoyatenemosbastantesproblemas,nonecesitoañadirotro,ynoquiere quevuelvaahablarcontigo. —¿Ahoralodejasdecidirconquiénpuedesynopuedeshablar? Zedsesientaenlasillaquehayalotroladodemimesayyomesientoenmisillón.Ledaunaire másserioyoficialanuestraconversación.Noesincómodo,sólodemasiadoformal. Miroporlaventanaantesdecontestar: —No,noeseso.Séqueesunpocoinsoportableyquenohacelascosascomodebe,peroentiendo quenoquieraquetúyyoseamosamigos.Yotampocoquerríaquetuvieraamigasporlasquesintiera algo. —¿Quéhasdicho?—exclamaZedabriendomucholosojos. «Mierda.» —Nada,sóloqueríadecir... Latensiónpuedecortarseconuncuchillo,yjuraríaquelasparedessemeestáncayendoencima. ¿Porquéhabrédichoeso?Noesquenoseaverdad,peronovaaayudarmeennada. —¿Sientesalgopormí?—pregunta,altiempoquesusojosseiluminanconcadasílaba. —No...Bueno,losentía.Nolosé—balbuceo,deseandopoderdarmedebofetadasporhablarsin pensar. —Loentenderésinosientesnadapormí,peronodeberíastenerquementir. —Nomiento.Sentíaalgoporti.Puedequeaúnlosienta,laverdad,peronolosé.Estodomuy confuso.Túsiemprediceslocorrectoysiempreestásahíparamí.Eslógicoquesientaalgoporti,yate hedichoquemeimportas,peroambossabemosqueesunacausaperdida. —Y ¿eso por qué? —pregunta, y no sé cuántas veces más voy a poder rechazarlo antes de que entiendaloqueintentodecirle. —Porquenotienesentido.Nuncapodréestarcontigo.Oconnadie.Sóloconél. —Esolodicesporquetetieneatrapada. IntentoolvidarlomuchoquemecabreaqueZedhableasídeHardin.Tienederechoaguardarle rencor,peronomegustaqueinsinúequenipinchonicortoenloquerespectaamirelaciónconél. —No, lo que digo es que lo quiero y, por mucho que no desee proclamar mi amor por él a los cuatrovientosdelantedeti,séquenomequedaotra.Noesmiintenciónconfundirtemásdeloqueya lohehecho.Séquenoentiendescómosigoconéldespuésdetodoloquehapasado,peroloquiero muchísimo,másquenada,ynometieneatrapada.Soyyoalaqueleapeteceestarconél. Eslaverdad.TodoloquelehedichoaZedeslapuraverdad.TantosiHardinsevieneaSeattle comosino,podemosintentarquelonuestrofuncione.SiemprenosquedaráSkype,ypodemosvernos losfinesdesemanahastaquesevayaaInglaterra.Consuerte,paraentoncesyanoquerráestarnunca lejosdemí. Tal vez la distancia hará que me quiera aún más. Es posible que sea la clave para que acceda a acompañarme. Nuestra historia demuestra que no se nos da bien estar separados, a propósito o por accidente,ysiempreacabamosjuntos.Esdifícilrecordaruntiempoenelquemisdíasymisnochesno girasenasualrededor.Heintentadoimaginarmelavidasinél,peromeresultacasiimposible. —Nocreoquetedélaoportunidaddepensarenloquequieresoenloquedeverdadteconviene —diceZedconconvicción,aunqueletiemblalavoz—.Sólosepreocupadesímismo. —Enesoteequivocas.Séquetenéisvuestrasdiferencias... —No,nosabesdeloquehablas—seapresuraadecir—.Silosupieras... —Me quiere y yo lo quiero —lo interrumpo—. Siento haberte metido en esto. Lo siento muchísimo,nuncaquisehacertedaño. Frunceelceño. —Siemprediceslomismoysiempresalgoperdiendo. Odio la confrontación más que nada en el mundo, sobre todo cuando implica hacerle daño a alguien que me importa, pero Zed tiene que escuchar estas cosas para que podamos... Ni siquiera sé cómollamarlo.¿Ponerfinalasituación?¿Almalentendido?¿Noeranuestromomento? Lomiroconlaesperanzadequecomprendaqueestoysiendosincera. —Noeramiintenciónytepidoperdón. —Notienesquepedirmeperdón.Losabíaantesdedecidirveniraquí.Medejastemuyclaroloque sentíaseneledificiodeadministración. —Entonces¿porquéhasvenido?—preguntoconternura. —Parahablarcontigo.—Miraaunladoyaotroyluegoamí—.Olvídalo,laverdadesquenosé porquéhevenido.—Suspira. —¿Seguro?Haceunosminutosparecíasmuydecidido. —No,comotúdices,notienesentido.Perdonaquehayavenido. —Nopasanada,nohacefaltaquetedisculpes—leaseguro. «Noparamosdedecireso»,pienso. Señalalascajasdelsuelo. —Entonces¿tevas? —Sí,estabaapuntodeirme. Deverdadquelatensiónsepuedecortarconuncuchilloyparecequeningunodelosdossabequé decir.Zedmiraporlaventanaalcielogrisyyomirolamoqueta. Alfinal,selevantayhabla,aunquecontantatristezaqueapenasentiendoloquedice. —Serámejorquememarche.Perdónameporhabervenido.BuenasuerteenSeattle,Tessa. Yotambiénmelevanto. —Perdóname,portodo.Ojalálascosashubieransidodeotramanera. —Ya.Nosabescuántomehabríagustado—dice,ysealejadelasilla. Medueleenelalmaverloasí.Siempresehaportadobienconmigo,yloúnicoquehehechoha sidodarlefalsasesperanzasyrechazarlo. —¿Yahasdecididosivasapresentarcargos? Séquenoeselmomentodepreguntárselo,peronocreoquevuelvaaverlooasaberdeél. —Novoyapresentarlos.Espartedelpasado.Notienesentidoprolongarlo.Además,tedijequesi medecíasquenoqueríasvolveravermelosretiraría,¿no? DerepentesientoquesiZedmemiradeunmodoconcretovoyaecharmeallorar. —Sí—respondoenvozbaja. MesientocomoEstellaenGrandesesperanzas,jugandoconlossentimientosdePip.Tengoami Pipaquímismo,consusojosdecolorcaramelofijosenlosmíos.Estepapelnomegusta. —Deverdadquelosiento,portodo.Ojalápudiéramosseramigos—digo. —Yotambién,peronoteestápermitidoteneramigos. Suspira,sepasalosdedosporellabioinferiorysepellizcaenelcentro. Decidonohacercomentarios:nosetratadeloquemeestápermitido.Aunquetomonotamentalde que tengo que hablar con Hardin de cómo nos ven los demás y asegurarme de que entiende que me molestamuchoquesuactitudhagaquepiensenasídemí. Comosiestuvieraescrito,suenaelteléfonodemidespachoyponefinalsilencioentreZedyyo. Levantoundedoensudirecciónparaindicarlequenosemarcheylocojo. —Tessa.—EslavozdeHardin. «Mierda.» —¿Sí?—digoconvoztemblorosa. —¿Estásbien? —Sí. —Noloparece—dice. «¿Cómoesquemeconocetanbien?» —Estoybien—leaseguro—.Sólountantodistraída. —Ya.Oye,¿quéquieresquehagacontupadre?Heintentadoescribirte,peronomerespondías. Tengocosasquehacerynosésidejarloenelapartamentooqué. MiroaZed.Estájuntoalaventana,sinmirarme. —Nolosé.¿Nopuedesllevártelocontigo?—Tengoelcorazónamil. —Nidebroma. —Puesquesequedeencasa—digodeseandoponerfinalaconversación. VoyacontarleaHardinqueZedhavenidoaverme,peronopuedoniimaginarmelomuchoquese cabrearíasisupieraquelotengoenmidespachoahoramismo,ytampocomeapetecequelosepa. —Bien.Yateencargarástúdeélcuandovuelvas. —Vale.Teveoencasa... SuenamúsicaenmioficinaytardounminutoendarmecuentadequeprovienedelmóvildeZed. Semetelamanoenelbolsilloylosilencia.Tarde.Hardinyalohaoído. —¿Quéeseso?¿Dequiénesesemóvil?—exigesaber. Lasangresemehielaenlasvenasymetomounmomentoparapensar.Nodeberíaasustarmetanto queHardinsepaqueZedestáaquí.Nohehechonadamalo:havenidoyyaseva.Lemolestahastaque Trevorsepasepormidespacho,yesoqueTrevoresuncompañerodetrabajoytienederechoavenir siemprequequiera. —¿EselputoTrevor? —No,noesTrevor.EsZed—ledigo,ycontengolarespiración. Silencio.Mirolapantallaparaasegurarmedequenohacolgado. —¿Hardin? —Sí—dice,ysuspira. —¿Mehasoído? —Sí,Tessa.Teheoído. «¿Y?¿Cómoesquenoestádandoberridosporteléfonooamenazandoconmatarlo?» —Lohablamosluego.Dilequesevaya,porfavor—mepideconcalma. —Vale... —Gracias.Teveoencasa—anuncia,ycuelga. Cuelgoelauricularperpleja.Zedsevuelveentoncesydice: —Perdona.Séquetevaacaerunabuena. —Quéva.Nodiránada—contesto.Séquenoesverdadperosuenabien. La reacción de Hardin a la visita de Zed me ha pillado por sorpresa. No me esperaba que se lo tomaracontantacalma.Esperabaquemedijeraqueveníadecamino.Ojalánoseleocurravenir. Zedsedirigedenuevohacialapuerta. —Enfin,meparecequedeboirme. —Graciasporvenir,Zed.Nocreoquevuelvaaverteantesdeirme. Sevuelveylaemociónbrillaensusojos,perodesapareceantesdequepuedapensarquéemoción era. —No puedo decir que haberte conocido no me haya complicado la vida, pero no me arrepiento. Volvería a pasar por toda esta mierda: las peleas con Hardin, los amigos que he perdido, por todo. Volveríaapasarportodoporti—dice—.Aunquecreoqueesmisino.Meesimposibleconocerauna chicaqueyanoestéenamoradadeotro. Suspalabrassiempremelleganalalma.Essiempremuysincero,yesoesalgoqueadmiromucho deél. —Adiós,Tessa—añade. Esmuchomásqueunsimpleadiósentreamigos,peronopuedodarleimportancia.Simeequivoco conmispalabras,osimplementesiledigoalgo,volveréadarlefalsasesperanzas. —Adiós,Zed.—Mediosonríoyéldaunpasohaciamí. Porunmomentomeentraelpánico,creoquevaabesarme,peronolohace.Meestrechaentresus brazosymedaunfuerteperobreveabrazoantesdebesarmeenlafrente.Seapartaalinstanteycogeel pomodelapuerta,casicomosifueraunamuleta. —Tencuidado,¿vale?—diceabriendolapuerta. —Lotendré.Seattlenoestátanmal.—Sonrío.Estoydecidida,comosiporfinhubierapuestoel puntofinalqueélnecesitaba. Frunceelceñoysevuelveparasalir.Cierralapuertaylooigodecir: —NohablabadeSeattle. Capítulo19 Tessa EncuantosecierralapuertayZeddesapareceparasiempre,cierrolosojosyecholacabezaatrás.No séloquesiento.Todasmisemocionesestánhechasunlío,unremolinoquemeenvuelveenunanubede confusión.UnapartedemísealegradehaberlepuestopuntofinalaltirayaflojaconZed.Perootra parte,muchomáspequeña,lloraunagranpérdida.ZedeselúnicodelossupuestosamigosdeHardin quehaestadosiempreahíparamí,ysemehacemuyraropensarquenovolveréaverlo.Laslágrimas meardenenlasmejillas.Nosonbienvenidas,loquequieroesrecobrarlacalma.Nodeberíallorarpor esto.DeberíaalegrarmedepodercerrarelcapítulodeZed,archivarlo,dejarlocogerpolvoynoabrirlo nuncamás. Noesquequieraestarconél.Noesqueloquiera.NoesquevayaacambiarloporHardin.Sóloes quemeimportaymehabríagustadoquelascosashubieransidodeotramanera.Mehabríagustadoser sóloamigos,asítalveznohabríatenidoqueexiliarlodemivida. Noséporquéhavenidohoy,peromealegrodequesehayaidoantesdequedijeraalgoqueme confundieramásaúnodehacerlemásdañoaHardin. El teléfono de mi despacho suena de nuevo y me aclaro la garganta antes de contestar. Cuando saludo,suenopatética. EslavozdeHardin,altayclara: —¿Sehaidoya? —Sí. —¿Estásllorando? —Estabaapunto—respondo,yempiezoahacerlo. —¿Qué?—meimplora. —Nolosé.Mealegrodequetodohayaterminado.—Meenjugolaslágrimasunavezmás. Suspiraymesorprendecuandosólodice: —Yotambién. Laslágrimasyanocorrenpormismejillas,perotengounavozhorrible. —Gracias—hagounapausa—porhabersidotancomprensivo. Haidomuchomejordeloqueesperaba,ynosésideberíapreocuparmeosentirmealiviada.Me decidoporloúltimoyporacabarmiúltimodíaenVanceenpaz. Aesodelastres,Kimberlysepasapormidespacho.Detrásdeellavaunachicaalaquecreoque nohevistonunca. —Tessa,misustituta,Amy—diceKimberlypresentándomeaunachicacalladaperopreciosa. Estoyleyendo,sinembargomelevantoeintentosonreírleaAmyconlamayoramabilidadposible. —Hola,Amy.SoyTessa.Teencantarátrabajaraquí. —¡Gracias!Yameencanta—dicemuyemocionada. Kimseechaareír. —Sóloqueríamospasarnosasaludarmientrasfingimosqueleestoyenseñandoeledificio. —Ah,ya.Yaveolobienquelaestáspreparandoparasustituirte—lapincho. —¡Oye!Serlaprometidadeljefetienesusventajas—bromeaKimberly. AmyseríeasuladoyluegoKimberlylaconduceporotropasillo.Miúltimodíatocaasufiny desearíaquenosemehubierapasadotanrápido.Voyaañorarestelugarymeponeunpoconerviosa volveracasayveraHardin. Echo un último vistazo a mi primer despacho. Lo primero en lo que me fijo es en mi mesa. Me invadenlosrecuerdosdeldíaqueHardinyyolohicimosaquí,enhorariodetrabajo,cuandocualquiera podía pillarnos. Fue un poco radical. Me tenía tan enloquecida que no podía pensar en otra cosa... Pareceserelpannuestrodecadadía. DecaminoacasaparoenConner’sahacerlacompra.Lojustoparaprepararlacena,yaquenosiremos por la mañana. El viaje me hace mucha ilusión, pero estoy algo nerviosa. Espero que Hardin pueda controlarsumalcarácterdurantelosdíasquevamosapasardevacacionesconsufamilia. Comonopareceprobable,meconformoconqueelbarcosealobastantegrandeparaquepodamos convivirloscincosinagobios. Devueltaalapartamento,abrolapuertaylaempujoconelpie.Recojolasbolsasdelacompradel sueloalentrar.Lasaladeestarestáhechaundesastre.Lamesitadecaféestácubiertaporunamontaña debotellasdeaguavacíasyenvoltoriosdecomida.Hardinymipadreestánsentadoscadaunoenun extremodelsofá. —¿Quétaltehaidoenlaoficina,Tessie?—preguntamipadrelevantandoelcuellohaciamí. —Bien.Hasidomiúltimodía—ledigo,aunqueesoyalosabe.Empiezoarecogerlabasuradela mesitaydelsuelo. —Mealegrodequehayastenidounbuendía—reponeél. MiroaHardin,peroélnomemiraamí.Sólotieneojosparalatelevisión. —Voyaprepararlacenayaducharme—lesdigo,ymipadremesiguealacocina. Sacolacompradelasbolsas.Dejolacarnepicadayunacajadetortillasparatacosenlaencimera. Mipadremeobservaconinterés.Alfinal,dice: —Uno de mis amigos puede venir a recogerme un poco más tarde, si te parece bien. Sé que mañanaosvaisdeviajeunpardedías. —Claro,nohayningúnproblema.Podemosdejartedondequierasporlamañana,siloprefieres. —No, ya habéis sido muy generosos conmigo. Prométeme que me avisarás cuando vuelvas del viaje. —Vale...¿Cómopuedocontactarcontigo? Sefrotalanuca. —PasarosporlaavenidaLamar.Sueloestarporallí. —Vale. —Llamaréamiamigoparaquevengaapormí.—Desaparecedelacocina. Hardin se burla de mi padre porque, como no tiene móvil, debe aprenderse de memoria los númerosdeteléfono,ypongolosojosenblancoenelmomentoenquemipadreempiezaconesode quecuandoélerapequeñonoexistíanlosmóviles. Lostacosconcarnepicadasonfácilesdeprepararynodanmuchotrabajo.EstaríabienqueHardin seacercaraalacocinaahablarconmigo,peroimaginoqueesmejorqueespereaquemipadresehaya marchado.Pongolamesaylosllamo.Hardinentraprimero,sinapenasmirarmealosojos,seguidode mipadre. Cuandosesienta,mipadredice: —Chadnotardaráenllegar.Graciasporhaberdejadoquemequedaraconvosotros.Habéissido muyamables.—NosmiraaHardinyamí—.Muchasgracias,TessieyBombaH—añade. ElmodoenqueHardinponelosojosenblancomeindicaqueselodicedebroma. —Nohasidonada—aseguro. —Mealegrodequenoshayamosreencontrado—dice,yempiezaadevorarsuplato. —Yotambién...—Sonrío,aunquetodavíanosécómoasimilarqueestehombreesmipadre. El hombre al que no había visto en nueve años. El hombre al que le guardaba tanto rencor está sentadoamimesa,cenandoconminovioyconmigo. Miro a Hardin, esperando que diga algo de mal gusto, pero come en silencio. Me vuelve loca. Ojaládijeraalgo,cualquiercosa,laverdad. Aveces,sussilenciossonpeoresquesusgritos. Capítulo20 Hardin TerminamosdecenaryTessasedespideunpocoincómodadesupadreysemeteenelcuartodebañoa darseunaducha.Yoqueríaducharmeconella,peroelamigodeRichardseestátomandoconcalmalo devenirarecogerlo. —¿Vaavenirhoyo...?—empiezoadecir. Richardasienteunasveintevecesperomiraporlaventanaconexpresiónpreocupada. —Sí,sí.Hadichoquenotardaría.Sehabráperdidooalgoasí. —Ya—respondo. Sonríe. —¿Novasaecharmedemenos? —Yonodiríatanto. —Bueno,puedequeencuentretrabajoynosveamosenSeattle. —NovamosairaSeattle. Melanzaunasabiamirada. —Ya—repite;eslamismapalabraqueheusadoyohaceunmomento. Llamanalapuertayseacabanuestrapenosaconversación.Sedisponeaabrirymelevanto,porsi necesitaunempujoncitoparamarcharse. —Graciasporvenirarecogerme,tío—lediceelpadredeTessaalhombrequehayenelumbral, quealargaunpocoelcuelloparapoderverelinteriordelapartamento. Esalto,conelpelonegroylargopeinadorecogidoenunacoletarepugnanteygrasienta.Tienelas mejillashundidas,laropaandrajosa,lasuñasnegrasylasmanossuciasyhuesudas. «Pero¿quécoño...?» Lavozarcillosadelhombreencajaconsuaspecto,ypreguntaasombrado: —¿Tuhijaviveaquí? —Sí.Esbonito,¿verdad?Estoymuyorgullosodeella. Richardsonríeyeltipoledaunapalmadaenelhombro.Estádeacuerdo. —¿Yéstequiénes?—preguntaeltipo. Losdossemequedanmirando.Richardsonríe. —¿Él?EsHardin,elnoviodeTessie. —Guay.YosoyChad—dicecomosifuerafamosoysunombretuvieraqueresultarmeconocido. «Noesunborracho.Esmuchopeor.» —Vale—digoobservandocómoinspeccionanuestrasaladeestarconlamirada.Mealegrodeque Tessaestéenladuchaynotengaqueconoceraestegusano. Cuandooigolapuertadelbaño,maldigoporlobajo.Sianteslodigo...Chadsesubelasmangasde lacamisapararascarselosantebrazos.PoruninstantemesientocomoTessa,porquemeentranunas ganastremendasdefregarelsuelo. —¿Hardin?—mellamadesdeelpasillo. —Horadeirse—leinformoalaparejadecrápulasquetengodelanteeneltonomásamenazador posible. —Quieroconocerla—declaraChadconunbrillosiniestroenlamirada,ytengoqueconcentrarme paranotiraraestepardesacosdehuesosporlaventana. —Novaapoderser—replico. Richardmemira. —Vale,vale.Yanosvamos...—dice,ylehaceungestoasuamigoparaqueecheaandar—.Hasta la vista, Hardin. Y gracias por todo. Procura no acabar entre rejas. —Y con esa última pulla y una sonrisadesuperioridadsaledelapartamento. —¿Hardin?—Tessamellamaotravezyentraenlasaladeestar. —Acabandeirse. —¿Quéhapasado?—pregunta. —¿Quéhapasado?Aver...Zedsehapresentadoentudespachoyelborrachodetupadreacabade traer a un tipo repugnante a nuestro apartamento. —Tras una breve pausa, añado—: ¿Estás segura de quesóloledaalabotella? —¿Qué?—Elcuellodelacamiseta(micamiseta)leresbalaporelhombrodesnudo.Selosubey sesientaenelsofá—.¿Quéquieresdecir? Lamiroyséquenoquierosembrarenellaladudadesisupadre,ademásdeserunborrachosin techo,estambiénundrogata.Notienetanmalapintacomoelgilipollasquehavenidoarecogerlo,pero medamuymalaespina.Sinembargo,noestoyseguro,asíqueledigo: —Noimporta.Estabapensandoenvozalta. —Vale...—respondeenvozbaja. La conozco lo suficientemente bien para saber que ni siquiera se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de que su padre sea un drogadicto, y sé que nunca se le ocurrirá pensarlo sólo por el comentarioquehehecho. —¿Estásenfadadoconmigo?—preguntaconvozdulce,demasiadotímida. Estoyconvencidodequeesperaqueexploteencualquiermomento.Poralgoheestadoevitando hablarconella. —No. —¿Seguro?—Memiraconesosojazosincreíbles,suplicándomequedigacualquiercosa. Funciona. —No, no estoy seguro. No lo sé. Sí, estoy cabreado, pero no quiero pelearme contigo. Estoy intentando cambiar, ¿sabes? Estoy intentando mantener la calma y no pagarla siempre contigo por tonterías.—Suspiroymefrotolanuca—.Aunqueestonoesningunatontería.Tehedichounaymil vecesquenosigasviendoaZed,ynada. Lamiroconfrialdad.Noporserborde,sinoporquequieroverquédicensusojoscuandoañado: —¿Cómotesentiríassiyotehicieralomismo? Prácticamentesedesmoronadelantedemí. —Mesentiríafatal.Séquehehechomalenseguirviéndolo—dicesinintentarjustificarse. Ésa no me la esperaba. Esperaba que me gritara y que defendiera al imbécil de Zed, como hace siempre. —Exacto—afirmo.Luegosuspiro—.Perosilehasdichoquetodohaterminado,entoncestodoha terminado.Hehechotodoloposiblepormantenerlolejosdeti,peronohaymanera.Tendrásquesertú laqueledigaquenoseteacerque. —Yaestáhecho.Lojuro.Novolveréaverlo. Me mira y me estremezco al recordar nuestra conversación telefónica, cuando estaba llorando despuésdehabersedespedidodeél. —Novamosairalafiestadelsábado—digo,ymeponecaralarga. —¿Porquéno? —Porquenomeparecebuenaidea. Enrealidad,séqueesunaideapésima. —Yoquieroir—insisteapretandoloslabios. —Novamosair—lerepito. Yergueunpocolaespaldayvuelvealacarga. —Siquieroir,iré. «Joder,miraqueescabezota.» —¿Podemoshablarlomástarde?Tenemosmuchoquehacersiquieresquevayaaesecrucerode mierdaconmiputafamilia. Tesssonríejuguetona. —¿Creesquepuedesmeteralgúntacomásenesafrase? Sonríoporquemelaimaginoenmisrodillas,listapararecibirunaazotainaporsertanzalamera. Seguro que le gustaría lo de estar tumbada sobre mi regazo, con mi mano golpeando sus nalgas, no demasiadofuerte,lojustoparaponerleelculodecolorrosado... —¿Hardin? Interrumpe mis pensamientos perversos. Me los guardo... Por ahora. Se taparía la cara con las manossiledijeraloqueestabaimaginando. Capítulo21 Tessa Letirodelbrazootravez,conmásfuerza. —¡Hardin!¡Despierta!¡Vamosallegartarde! Yoyaestoyvestidaypreparada,hemetidoelequipajeenelcocheylohedejadodormirelmayor tiempoposible.Demonios,anochetuvequehaceryosolalasmaletas,aunquetampocoesqueéltenga niideadecómohacerlas... —Yo...no...voy...—gruñe. —¡Levanta,porfavor!—gimoteotirándoledelbrazo. Mierda,¿porquénopuedesertanmadrugadorcomoyo? Setapalacaraconlaalmohada,selaquitoylatiroalsuelo. —No,vete. Decidoenfocarlodeotramaneraylepongolamanoenelbóxer.Anochesequedódormidoconlos vaqueros puestos y me las vi negras para quitárselos sin despertarlo. Pero ahora lo tengo a la vista, vulnerableymanipulable. Lerozoconlasuñaseltatuajequequedaporencimadelacinturilladelbóxer...Niseinmuta. Metolamanoenelbóxeryabrelosojos. —Buenosdías—saludaconunasonrisalujuriosa. Retirolamanoymepongodepie. —¡Levanta! Bostezaenplanexagerado,semiralaentrepiernaydice: —Meparecequeyalohehecho. Cierralosojosysehaceeldormido.Notardaenempezararoncarcomoundibujoanimado.Esun rollo, pero también es adorable y simpático. Espero que siga así toda la semana. De verdad, no pido nadamás. Lemetolamanoenelbóxerotravezy,cuandoabrelosojosymemiracomouncachorrillo,le digo: —Nihablar—ylasacodenuevo. —Noesjusto—gimotea. Peroselevantayseponelosvaquerosdeayer.Sedirigealacómoda,cogeunacamisetanegra,me mira,laguardaysacaunablanca.Sepasalosdedosporelpelo,primerosehaceunacrestayluegola peinahaciaabajo. —¿Medatiempoalavarmelosdientes?—preguntaentonosarcásticoyconlavozroncadetanto dormir. —Sí, pero date prisa. Cepíllate los dientes y nos vamos —le digo, y le doy un repaso rápido al apartamentoparaasegurarmedequetodoestáenorden. AlospocosminutosHardinsereúneconmigoenlasaladeestarysalimos. Ken,KarenyLandonnosestánesperandoenelsenderodegravadesucasacuandollegamos. Bajolaventanilla. —Perdonadquelleguemosunpocotarde—medisculpo,yaparcamosjuntoaellos. —¡Nopasanada!Comoesunviajelargo,pensábamoshacerlotodosjuntos—exclamaKarencon unasonrisa. —Nidebroma—mesusurraHardin. —Venid—diceseñalandountodoterrenonegroqueocupaelrestodelcaminodegrava—.Kenme loregalópormicumpleañosperonuncalousamos. —No,noyno—diceHardinunpocomásalto. —Serádivertido—ledigoenvozbaja. —Tessa...—empieza. —Hardin,porfavor,notepongasimposible—lesuplico.Ypuede,sólopuede,quehagaunacaída deojosconlaesperanzadeconvencerlo. Memiraunmomentoysusojossesuavizan. —Bien.Joder,tienessuertedequetequiera. Leaprietolamano. —Gracias. —Luego me vuelvo hacia Karen—. Muy bien —le digo con una sonrisa, y apago el motordemicoche. HardinmetenuestroequipajeenelmaleterodeltodoterrenodeKaren.Tienecaradepocosamigos. —¡Serádivertido!—afirmaLandonentrerisasmientrassuboalvehículo. Hardinsesientaamiladoenelasientodeatrásdespuésdecomentarquenopiensasentarseallado deLandon.Kenarranca,Karenponelaradioyempiezaacantarenvozbaja. —Pareceunaescenasacadadeunacomediacursiyempalagosa—diceHardin,mecogelamanoy lallevaasuregazo. Capítulo22 Tessa —¡Wisconsin!—diceKarenenvozaltadandopalmasyseñalandounacamionetaquenosadelanta. NopuedoevitarecharmeareíralverlaexpresiónhorrorizadadeHardin. —¡Hostia!—resoplaechandolacabezahaciaatrás. —¿Quieresparar?Seestádivirtiendo—loregaño. —¡Texas!—exclamaLandon. —Abrelapuerta,quequierosaltar—añadeHardin. —Qué exagerado —me burlo y lo miro—. ¿Qué tiene de malo que le guste jugar a divisar matrículas? Deberías entenderlo, a ti y a tus amigos os encantan los juegos tontos, como Verdad o desafío. AntesdequeHardinmesuelteunadesusperlas,Karenexclama: —¡Noshacemuchailusiónenseñaroselbarcoylacabaña! Lamiro. —¿Lacabaña? —Sí,tenemosunapequeñacabañajuntoalagua.Creoquetegustará,Tessa—diceella. Quéalivionotenerquedormirenelbarco,queeraloquemetemía. —Esperoquehagabueno.Haceuntiempofantásticoparaserfebrero.Enveranoesaúnmejor.Tal vezpodamosvolverairtodosjuntos...—señalaKenmirandoporelretrovisor. Hardinponelosojosenblanco.Porlovisto,vaacomportarsecomounniñomaleducadodurante todoeltrayecto. —¿TodolistoparaSeattle,Tessa?—preguntaKen—.AyerhabléconChristian,estádeseandoque lleguesalasnuevasoficinas. SéqueHardinmeestámirando,peroesonovaadetenerme. —Mi plan es hacer las maletas a nuestro regreso, pero ya me he matriculado en mi nueva universidad—lecontesto. —Esauniversidadnoesnadacomparadaconlamía—seburlaKen,yKarenseríe—.No,ahora enserio,esunabuenauniversidad.Avísamesitienescualquierproblema. Sonrío,contentaporcontarconsuapoyo. —Gracias.Loharé. —Ahora que lo pienso —continúa—. La semana que viene se incorpora un nuevo profesor de Seattle.Vaasustituiraunodenuestrosprofesoresdereligión. —¿Acuál?—preguntaLandonmirándomeconunacejaenarcada. —ASoto,elprofesorjoven.—Kenvuelveamirarporelretrovisor—.Osdaclase,¿noesasí? —Sí—contestaLandon. —Norecuerdoadóndeseiba,perohapedidoeltraslado—diceKen. —Mejor—comentaLandonporlobajo,perolooigoylesonrío. NiaélniamínosgustanelestiloylafaltaderigoracadémicodelprofesorSoto,aunqueestaba disfrutandoconeldiarioquenoshacíaescribir. LavozdeKarenesmuydulceysedeslizaentremispensamientoscuandodice: —¿Yahabéisencontradoapartamento? —No.Habíaencontradouno,oesocreía,peroparecequelamujerhadesaparecidodelafazdela tierra.Eraperfecto:entrabaenmipresupuestoyestabacercadelaoficina—ledigo. HardinsetensaunpocoamiladoyquieroañadirquenovaamudarseconmigoaSeattle,pero esperoqueesteviajesirvaparahacerlecambiardeopinión,asíquenodigonada. —Tessa,tengoalgunosamigosenSeattle.Puedopreguntaryversiteencuentrounapartamentode aquíallunes,siquieres—seofreceKen. —No—contestaHardinalinstante. Lomiro. —Esoseríafantástico—digoyo,yobservoaKenatravésdelretrovisor—.Delocontrario,tendré quegastarmeunafortunaenhoteleshastaqueencuentreapartamento. Hardinhaceungestoconlamanopararechazarlaofertadesupadre. —Noseránecesario.EstoysegurodequeSandratellamará. «Quéraro»,pienso,ymequedomirándolo. —¿Cómoesquesabessunombre?—lepregunto. —¿Qué?—Parpadeaunpardeveces—.Porquesólomelohasrepetidounasmilveces. —Ah—digo,ymedaunapretónenelmusloconlamano. —Bueno,siquieresquehagaalgunasllamadas,sólotienesquedecírmelo—Kenreiterasuoferta. Trasotrosveinteminutos,másomenos,Karensevuelvehacianosotrosconexpresiónradiante. —¿YsijugamosaVeo,veo? Landonsonríedeorejaaoreja. —Eso,Hardin.¿YsijugamosaVeo,veo? Hardinseacurrucaamilado,apoyalacabezaenmihombroymeabraza. —Parecelamondalironda,peroeshoradelasiesta—replica—.SeguroqueaLandonyaTessa lesapetecejugar. A pesar de que se está burlando del juego, sus gestos de afecto en público me reconfortan y me hacensonreír.Recuerdocuandosólomecogíadelamanopordebajodelamesamientrascenábamosen casadesupadre.Ahoranoledaningúnreparoabrazarmedelantedesufamilia. —¡Vale!¡Yoprimero!—diceKaren—.Veo,veo...unacosa...¡azul!—chilla. Hardinseríeconlacaraescondidaenmihombro. —LacamisadeKen—susurra,yseacurrucaunpocomás. —¿Lapantalladelnavegador?—preguntaLandon. —No. —¿LacamisadeKen?—meaventuroadecir. —¡Sí!Tetoca,Tessa. Hardin me pellizca el brazo pero yo sólo veo la sonrisa de Karen. Se lo está pasando excesivamentebienconestosjuegostantontos,peroesdemasiadodulcecomoparanodarleelgusto. —Vale.Veo,veo...unacosa...—miroaHardin—negra. —¡ElalmadeHardin!—gritaLandon,ymepartoderisa. Élabreunojoylehaceuncortedemangasasuhermanastro. —¡Hasacertado!—exclamomuertaderisa. No le hacemos ni caso y jugamos un poco más hasta que la respiración de Hardin se hace más profunda y empieza a roncar en mi cuello. Dice algo en sueños, se desliza hacia abajo y recuesta la cabezaenmiregazosinsoltarmelacintura.Landonsiguesuejemploysetumbaenelasiento;notarda endormirse.InclusoKarensetomaundescansoyacabadandocabezadas. Disfrutodelsilenciomientrasmiroelpaisajeporlaventanilla. —Yaestamosllegando,sólonosfaltanunospocoskilómetros—diceKenhablandosolo. AsientoypasolosdedosporelpelosuavedeHardin.Muevelospárpadosalrecibirmiscaricias peronosedespierta.Conlosdedos,recorrosuespaldamuydespacio,disfrutandodepoderverlodormir enpaz,abrazadoamí. Giramos al llegar a una calle pequeña bordeada de grandes pinos. En silencio, miro por la ventanilla.Doblamosunaesquinayderepenteestamosantelacosta.Espreciosa. Las aguas azules y resplandecientes bañan la orilla y crean un contraste espectacular. Aunque la hierbaestámarrónysecadebidoalfríoinviernodeWashington.Nopuedoniimaginarlobonitoque debedeserestoenverano. —Yahemosllegado—diceKenaparcandoenunlargocaminodegrava. Miroporelparabrisasyveounaenormecabañademadera.EstáclaroquelosScottyyotenemos una idea muy distinta de lo que es «una pequeña cabaña». La que estoy viendo tiene dos pisos, está construidaconmaderaoscuradecerezoyunporchepintadodeblancorodealaplantabaja. —Despierta,Hardin.—Conelíndice,leacariciolamandíbula. Parpadea,confusoporuninstante.Luegosesientaysefrotalosojosconlosnudillos. —Cariño,yaestamosaquí—lediceKenasumujer,yellalevantalacabeza,seguidadesuhijo. Hardinllevanuestrasmaletasadentro,todavíaunpocoaturdido.Kenleenseñanuestrahabitación. YosigoaKarenalacocinamientrasLandonllevasuscosasasucuarto. Eltechoalestilodelascatedralesdelasaladeestarserepite,enpequeño,enlacocina.Tardoun momentoendescubrirquétienedeespecialestahabitación,yentoncesmedoycuentadequeesuna versiónenminiaturadelacocinadelacasadelosScott. —Espreciosa—ledigoaKaren—.Muchasgraciasporhabernosinvitado. —Gracias,cielo.Esmuyagradabletenercompañía.—Sonríeyabrelanevera—.Nosencantaque hayáisvenido.NuncapenséqueHardinseapuntaríaaunviajeenfamilia.Séquesólosonunosdías, perosignificamuchoparaKen—diceenvozbajaparaquesóloyopuedaoírla. —Yo también me alegro de haber venido. Creo que me lo voy a pasar bien. —Lo digo con la esperanzadeque,alpronunciarloenvozalta,sehagarealidad. Karensevuelveymecogelamanoconafecto. —TeecharemosdemenoscuandotevayasaSeattle.NohepasadomuchotiempoconHardin,pero tambiénloecharédemenosaél. —Vendréavisitaros.Seattlesóloestáaunpardehoras—leaseguro,eintentoconvencermeamí misma. YotambiénvoyaecharlosdemenosaellayaKen.Ynisiquierapuedopensareneltrasladode Landon.AunqueyomemudaréaSeattleantesdequeélsevayaaviviraNuevaYork,noestoylista paratenerlotanlejos.Almenos,Seattleseencuentraenelmismoestado.PeroNuevaYorkestámuy muylejos. —Esoespero.AhoraqueLandontambiénseva,noséquéserádemí.Hesidomadredurantecasi veinteaños...—Empiezaallorar—.Perdona,esqueestoymuyorgullosadeél.—Sesecalaslágrimas conlosdedosyconsiguenoderramarmás.Miralacocina,aunladoyaotro,deseandoencontraruna tareaconlaquemantenerseocupadaydejardesentirseasí—.¿Ysivaislostresalatiendaquehayal finaldelacallemientrasKenpreparaelbarco? —Hecho—digomientraslostreshombresentranenlacocina. Hardinsecolocadetrásdemí. —Tehedejadolasmaletasenlacamaparaquelasdeshagas.Séqueyoloharíamal. —Gracias —le digo encantada de que ni siquiera lo haya intentado. Le gusta meter las cosas al tuntúnenloscajonesdelacómodaymesacadequicio—.LehedichoaKarenqueiríamosalatienda mientrastupadrepreparaelbarco. —Vale.—Seencogedehombros. —Tútevienesconnosotros—ledigoaLandon,queasiente. —Landon sabe dónde está. Es justo al final de la calle. Podéis ir andando o coger el coche, las llavesestáncolgadasjuntoalapuerta—nosdiceKenalsalir. Hacebuentiempoy,comobrillaelsol,parecequehacemáscalorquedecostumbreenestaépoca delaño.Elcieloestáazulceleste.Puedooírelsonidodelasolasquerompenenlaorillayolerelsalitre enelairecadavezqueinspiro.Decidimosiralapequeñatiendadelfinaldelacalleapie.Voycómoda convaquerosyunacamisetademangacorta. —Estesitioesincreíble,escomosiestuviéramosennuestropropiomundo—lesdigoaHardinya Landon. —Estamosennuestromundo.Anadieseleocurreveniralaplayaenfebrero—comentaHardin. —Amímeencanta—digopasandodesuactitud. LandonmiraaHardin,quevadandopatadasalaspiedrasdelacalledegrava. —Dakotatieneunaaudiciónparaunapequeñaobraestasemana. —¿Enserio?—ledigo—.¡Esgenial! —Sí,estámuynerviosa.Esperoqueledenelpapel. —¿No acaba de empezar a estudiar? ¿Por qué iban a darle el papel a una aficionada? —dice Hardintantranquilo. —Hardin... —Ledaríanelpapelporque,aunqueseaunaaficionada,esunabailarinadeprimerayllevatodala vidaestudiandoballet—contraatacaLandon. Hardinlevantalasmanos. —Noteenfades,sólopreguntaba. PeroLandondefiendeasunovia: —Puesahórratelo.Tienemuchotalentoylevanadarelpapel. Hardinponelosojosenblanco. —Loquetúdigas...Joder... —Esmuybonitoquelaapoyesalcienporcien.—LesonríoaLandon,intentandoponerfinala tensiónquesepalpaentreHardinyél. —Siempre tendrá mi apoyo, haga lo que haga. Por eso me voy a vivir a Nueva York. —Mira a Hardinyélaprietalosdientes. —¿Nos vamos a pasar así todo el viaje? ¿Os habéis confabulado para darme la brasa? Yo paso. Paraempezar,nisiquierameapetecíavenir—espeta. DejamosdeandaryLandonyyolomiramos.EstoypensandoencómoapaciguaraHardincuando, derepente,suhermanastroledice: —Puesnohabervenido.Lopasamosmuchomejorsintiytuactituddeamargado. AbrounosojoscomoplatosaloírlohablarasíysientolanecesidaddedefenderaHardin,perome callo.Además,Landontienerazónencasitodo.Hardinnodeberíatenercomoobjetivofastidiarnosel viajeconsumalhumorsimplementeporquesí. —¿Perdona?Erestúquiensehapuestochulocuandotehedichoquetunoviaeraunaaficionada. —No,llevasinsoportabledesdequehassubidoalcoche—replicaLandon. —Sí,porquetumadrenoparabadecantartodaslascancionesdelaradioydechillarnombresde estados.—Hardinsubelavoztodoloquepuede—.Cuandoyosóloqueríadisfrutardelpaisaje. Me interpongo entre ambos cuando veo que Hardin intenta abalanzarse sobre Landon. Landon respirahondoylomirafijamente,desafiante. —¡Mimadresóloestabaintentandoquelopasáramosbien! —Puesentoncesdeberíahaber... —¡Chicos,paradya!Nopodéispasarostodoelviajecomoelperroyelgato.Estoesinsoportable. Dejadloestar,porfavor—lessuplico.Noquierotenerqueponermedepartedeminovioodemimejor amigo. Se miran fijamente unos segundos más. Qué tensión. Casi me entra la risa al pensar que se comportancomohermanos,apesardequeintentannoserlocontodassusfuerzas. —Estábien—diceLandonconunsuspiro. —Vale—bufaHardin. Elrestodelpaseotranscurreensilencio.LoúnicoqueseoyeeslabotadeHardinalgolpearlas piedrasyelsuavetarareodeLandon.Lacalmadespuésdelatormenta...Oladeantes. Opuedequeladeentretormentaytormenta. —¿Quévasaponerteparasubiralbarco?—lepreguntoaLandoncuandocaminamosporelsendero queconducealacabaña. —Unospantalonescortos,creo.Ahorahacecalor,peropuedequemepongaunchándal. —Ah. Ojaláhicieramáscalor,asípodríaponermeunbañador.Nisiquieratengouno,perolaideadeira comprarloconHardinmehacesonreír. Yameloimagino,diciéndomeguarradas.Seguroqueacabaríametidoconmigoenelprobador. Ynocreoqueyoseloimpidiera. Tengoquedejardepensarenesascosas,sobretodocuandoLandonmeestáhablandodeltiempoy, comomínimo,tendríaquefingirinterés. —Elbarcoesunapasada.Esenorme—dice. —Vaya...—Tuerzoelgesto.Seacercaelpaseoenbarcoyempiezoaponermenerviosa. Landon y yo vamos a la cocina a guardar la compra y Hardin se mete en nuestra habitación sin decirniunapalabra. Landonmiradereojoparaversisuhermanastrohadesaparecido. —NolegustanadahablardeSeattle.¿Todavíanosehadecididoairsecontigo? Miroaunladoyaotroparaasegurarmedequenonosoyenadie. —No,noexactamente—digo,ymemuerdoellabioinferioravergonzada. —Noloentiendo—añadeélvaciandolasbolsas—.¿QuétieneSeattlequeseatanhorriblecomo paranoirsecontigo?¿Formapartedesuoscuropasado? —No...Bueno,noqueyosepa...—empiezoadecir.Peroentoncesmevienealacabezalacartade Hardin.NorecuerdoquemencionaraningunadelaspenalidadesquepasóenSeattle.¿Esposibleque lasomitiera? Nocreo.Esperoqueno.Noestoypreparadaparamássorpresas. —Debedehaberunmotivo,porquenisiquieraescapazdeiralcuartodebañosinti,asíqueno me cabe en la cabeza que vaya a dejar que te marches sola. Creía que haría cualquier cosa para retenerte,yquierodecir«cualquiercosa»—enfatizaLandon. —Pues ya somos dos. —Suspiro; no entiendo por qué tiene que ser tan cabezota—. Y sí que es capazdeiralbañosinmí.Aveces—bromeo. Landonseríeconmigo. —Casinunca.Seguroquehainstaladounacámaraocultaentucamisetaparanoperdertedevista. —Lascámarasnosonlomío,mevanmáslosdispositivosderastreo. DoyunbrincoaloírlavozdeHardinyloveoapoyadoenelumbraldelapuertadelacocina. —Gracias por darme la razón —dice Landon, pero él se echa a reír y menea la cabeza. Afortunadamente,parecequeestádemejorhumor. —¿Dóndeestáelbarco?Meaburreoírosdespotricarsobremí. —Eraunabroma—ledigo,ymeacercoadarleunabrazo. —Nopasanada.Yohagolomismoavuestrasespaldas—replicaentonodeburla,aunquedetecto unapizcadeseriedadtrassuspalabras. Capítulo23 Tessa —El embarcadero se menea un poco, pero aguanta. Tengo que buscar a alguien que lo arregle... — musitaKenmientrasloseguimoshaciaellugardondetieneamarradoelbarco. El jardín trasero da directamente al agua y las vistas son increíbles. Las olas chocan contra las rocasdelaorillae,instintivamente,meescondodetrásdeHardin. —¿Quétepasa?—mepreguntaenvozbaja. —Nada.Estoyunpoconerviosa. Sevuelveparavermebienymetelasmanosenlosbolsillostraserosdemisvaqueros. —Sóloesagua,nena.Notepasaránada. Sonríe,peronosésiseestáburlandodemíosilodiceenserio.Sinembargo,cuandomerozala mejillaconloslabios,disipatodasmisdudas. —Semehabíaolvidadoquenotegustaelagua—diceatrayéndomehaciasí. —Megustaelagua...delaspiscinas. —¿Ylosarroyos?—preguntasocarrón. Sonríoalrecordarlo. —Sólounarroyoenconcreto. Aqueldíatambiénestabamuynerviosa.Hardintuvoquesobornarmeparaqueentraraenelagua. Meprometióqueresponderíaaunademisinfinitaspreguntasacambiodequememetieraenelagua conél.Parecequefuehacemucho,siglos,enrealidad,perolossecretossiguensiendoeltemacentral denuestropresente. Hardinmecogedelamanoyseguimosasufamiliaporelmuelle,hacialaimponenteembarcación quenosesperaalfinaldelcamino.Nosénadadebarcos,perocreoqueesunbarcopontóngigante.Sé quenoesunyate,peroesmásgrandequelospesquerosquehevisto. —Esenorme—lesusurroaHardin. —Calla,nohablesdemipolladelantedemifamilia—seburla. Meencantacuandoestágraciosoperogruñón.Susonrisaescontagiosa.Elembarcaderocrujebajo mispiesymeaprietocontraHardinasustada. —Andadconcuidado—diceKentrepandoporunaescaleraqueuneelbarcoalmuelle. Hardinmepasalamanoporlaespaldamientrasmeayudaasubir.Intentoobligarmeaimaginar que sólo es una escalera de un parque infantil, que no está unida a un barco gigante. Las manos de Hardinmereconfortanysonloúnicoqueimpidequeecheacorrerporelmuelledestartalado,memeta enlacabañaymeescondadebajodelacama. Kennosayudaasubiracubiertay,unavezabordo,puedoapreciarlobonitoqueeselbarco.Está decoradoconmaderablancaycuerodecolorcaramelo.Lazonaparasentarseesmuygrandeycómoda, cabemostodosdesobra. A continuación, Ken intenta ayudar a Hardin a subir, pero su hijo lo rechaza. Cuando está en cubierta,echaunvistazoysólodice: —Estábiensaberquetubarcoesmásgrandeymásbonitoquelacasademimadre. AKenseleborralasonrisadeorgullodelacara. —Hardin—susurrotirándoledelamano. —Perdona—resopla. Ken suspira pero parece aceptar la disculpa de su hijo antes de dirigirse a la otra punta de la embarcación. —¿Estásbien?—Seapoyaenmí. —Sí,peropórtatebien,porfavor.Yatengonáuseas. —Meportarébien,yyamehedisculpado.—Tomaasientoenunodelossofásyyolosigo. Landoncogelabolsadelacomprayseagachaparasacarlatasderefrescosyunosaperitivos.Miro másalládelbarco,almar.Espreciosoyelsolbailaenlasuperficie. —Tequiero—mesusurraHardinaloído. Elmotordelbarcocobravidaconunzumbidoymeapretujocontraél. —Tequiero—ledigosindejardemirarelagua. —Si nos adentramos lo suficiente es posible que veamos delfines y, si tenemos suerte, ¡incluso algunaballena!—gritaKen. —Una ballena volcaría este barco en un periquete —comenta Hardin, y trago saliva sólo de pensarlo—.Mierda.Perdóname—sedisculpa. Cuanto más nos alejamos de la orilla, más me tranquilizo. Es raro. Pensé que pasaría justo lo contrario,peroestartanlejosdetierrafirmemehacesentirciertaserenidad. —¿Soléisvermuchosdelfines?—lepreguntoaKaren,queseestábebiendounrefresco. —No.Sólolosvimosunavez.¡Perononosdamosporvencidos! —Hace un tiempo increíble. Es como si estuviéramos en junio —dice Landon quitándose la camiseta. —¿Intentandoconseguirelbronceadoperfecto?—lepreguntoalverlopálidoquetieneeltorso. —¿Oensayandopararepresentarelpapeldeunespectro?—añadeHardin. Landonponelosojosenblancoypasadelcomentario. —Sí,aunqueenlaciudadnocreoquemehagafalta. —Sielaguanoestáhelada,podríamosdarnosunbañocercadelaorilla—diceKaren. —Mejorenverano—lerecuerdo,yellaasientefeliz. —Almenostenemosjacuzzienlacabaña—señalaKen. Disfrutodelmomento.LevantolavistayobservoaHardin,queestámuycallado,conlamirada perdidaalolejos. —¡Mirad!¡Ahí!—diceKenseñalandodetrásdenosotros. Ambos nos volvemos rápidamente y tardamos un momento en ver lo que nos indica. Es una manada de delfines que surca las aguas. No están cerca del barco, pero sí lo suficiente para que podamosvercómosemuevenensincroníaentrelasolas. —¡Esnuestrodíadesuerte!—ríeKaren. Elvientomeechaelpelosobrelacarayporunmomentonoveonada.Hardinmeloapartayme locolocadetrásdelaoreja.Sonesetipodepequeñosdetalles,cómoencuentralamaneradetocarmesin pensar,losquehacenquesientamariposasenelestómago. —Hasidoalucinante—ledigocuandodesaparecenlosdelfines. —Sí,laverdadesquesí—respondesorprendido. Después de dos horas hablando de barcos, de los veranos en este maravilloso punto de la cota, de deportesydeunabrevemenciónaSeattlequeHardinhacensuradoenelacto,Kennosllevadevueltaa laorilla. —Nohasidotanterrible,¿nocrees?—preguntamosHardinyyoalavez. —Laverdadesqueno.—Seríeymeayudaabajarlaescaleraquellevaalmuelle. Elsollehamarcadolasmejillasyelpuentedelanarizytieneelpeloenmarañadoporelviento. Estanadorablequemelocomería. Caminamostodosjuntosporeljardíntraseroysólopuedopensarenlomuchoquequieroquedure lapazdeestarenelagua. Cuandoentramosenlacabaña,Karenanuncia: —Voyaprepararlacomida.Imaginoquetodostenemoshambre—ydesapareceenlacocina. Losdemásnosquedamosdepie,contentosyensilencio. Alrato,Hardinlepreguntaasupadre: —¿Quémáshayporaquí? —Pueshayunrestauranteenlaciudad,teníamospensadoiracenartodosallímañana.Hayuncine antiguo,unabiblioteca... —Quécoñazo,¿no?—diceHardin.Esuncomentariobordeperolodiceentonodebroma. —Esunlugarmuyagradable,daleunaoportunidad—replicaKen,quenoparecehaberseofendido lomásmínimo. LoscuatronosmetemosenlacocinayesperamosaqueKarenprepareunabandejadebocadillosy fruta.Hardin,quehoyestámuycariñoso,dejalamanoenmicadera. Creoqueestesitiolesientabien. DespuésdecomerayudoaKarenarecogerlacocinayaprepararlimonadamientrasLandonyHardin discutensobreloabominablequeeslaliteraturacontemporánea.Nopuedoevitarecharmeareírcuando Landon menciona Harry Potter. Hardin se embarca en un soliloquio de cinco minutos para explicarle por qué jamás se leerá la saga, y Landon intenta convencerlo desesperadamente de que tiene que hacerlo. LalimonadadesapareceencuantoterminodeprepararlayKennosdice: —Karenyyonosvamosunpardehorasalacabañadeunamigoqueestáadoscasasdeaquí.Si osapetecevenir... Hardinmemiradesdelaotrapuntadelahabitaciónyesperamirespuesta.Alfinal,dice: —Yopaso—sinquitarmelavistadeencima. LandonnosmiraaHardinyamí. —Yoosacompaño—dicesinmás,aunquejuraríaquelohevistomiraraHardinconunasonrisa desatisfacciónantesdelevantarseparamarcharseconKenysumadre. Capítulo24 Hardin Creíaquenoibanairsenuncapero,encuantosalenporlapuerta,cojoaTessaylatumboenelsofá conmigo. —¿Noteapetecíair?—mepregunta. —Claroqueno,¿paraquécoñoibaaquererirconellos?Prefieroquedarmeaquícontigo.Asolas —digo,ylesoploenlanucaparaapartarleelpelo.Seretuerceunpocoporelpequeñoescalofríoquele produce mi aliento en la piel—. ¿Te apetecía ir a escuchar a un montón de gente aburrida a más no poderhablandodechorradassinparar?—lepreguntoconloslabiosrozándolelamandíbula. —No.—Inclusosurespiraciónyahacambiado. —¿Seguro?—quierosaberacariciándoleelcuelloconlanarizparaqueladeelacabeza. —Nolosé,alomejoresmásdivertidoqueesto—dice. Meechoareírpegadoasucuelloylabesodondemialientoleponelacarnedegallina. —Niporasomo.Tenemosunjacuzzienlahabitación.¿Lohasolvidado? —Sí,peronomesirveparanadaporquenotengobañador...—empiezaadecir. Lechupoelcuelloymelaimaginoenbañador. «Joder.» —Nifaltaquetehace—susurro. Giralacabezaymemiracomosiestuvieraloco. —¡Claroquemehacefalta!Novoyametermeenunjacuzzisinnadapuesto. —¿Porquéno?—Amímeparecedelomásdivertido. —Porquetufamiliaestáaquíconnosotros. —Noséporquésiempremeponeslamismaexcusa...—Llevolamanoasuentrepiernayaprieto contralascosturasdesusvaqueros—.Aveces,creoquetegusta. —¿Elqué?—preguntacasijadeando. —Laposibilidaddequetepillen. —Y¿porquéibaagustarleesoanadie? —Legustaamuchagente,eslaemocióndequepuedanpillarte,¿entiendes? Aplicomáspresiónentresuspiernaseintentacerrarlas.Sedebateentreloquequiereyloquecree quenodebequerer. —No...Noloentiendo.Peronomegusta—miente.Estoycasisegurodequelegusta. —Ya,ya... —¡Que no me gusta! —protesta, defendiéndose, con las mejillas sonrosadas y los ojos muy abiertosdelavergüenza. —Nomegusta. «Notelocreesnitú,Tessa.» —Vale,puesnotegusta. Levantolasmanosenseñaldederrotaygimoteaporqueyanopuededisfrutarconlacaricia.Sabía quenoloadmitiríanunca,perovalíalapenaintentarlo. —¿Vasameterteconmigoeneljacuzzi?—lepreguntoquitándolelasmanosdeencima. —Subirécontigo...,peronovoyameterme. —Comoquieras. Sonrío y me levanto. Sé que acabará dentro. Sólo necesita que insista más que con otras chicas. Ahoraquelopienso,nuncamehebañadoenunjacuzziconunachica,vestidaodesnuda. Meagarralamuñecaconsumanodiminutaymesiguealdormitorioquenoshanasignadodurante lospróximosdías. Elbalcóncomunicaconloquehizoquemepidieraestahabitaciónparanosotros.Encuantoviel jacuzzi,supequelaqueríadentro. Lacamatampocoestámal.Espequeñapero,paracomodormimosnosotros,nossobra. —Meencantaestelugar,haymuchapaz—diceTessa,ysesientaenlacamaparadescalzarse. Abrolascontraventanasylasventanasdelbalcón. —Noestámal.—Simipadre,sumujeryLandonnoestuvieranaquí,estaríamuchomejor. —Notengonadaqueponermeparairmañanaalrestaurantedelquehablabaantestupadre. Meencojodehombrosparaabrirelgrifodeljacuzzi. —Puesnovamosypunto. —Peroyoquieroir.Sóloesque,cuandohicelamaleta,nosabíaqueíbamosasalir. —Esculpasuyapornohaberloplaneadomejor—digo,yestudioelmanómetroparaasegurarme dequefuncionacorrectamente—.Podemosirenvaqueros.Noparecequenadiesearreglemuchoaquí. —Noséyo... —Ysinoquieresirenvaqueros,podemosbuscarunatiendaenestepueblodemalamuerteenla quepuedascomprarteotracosa—lesugiero,ysonríe. —¿Cómoesqueestásdetanbuenhumor?—mepreguntaconunacejaenarcada. Metoundedoenelagua.Yacasiestá.Estecacharroesrápido. —Nosé...Estoydebuenhumorypunto. —¿Deberíapreocuparme?—pregunta,ysalealbalcónareunirseconmigo. —No.—«Sí.»Señaloelsillóndemimbrequehayjuntoaljacuzzi—.¿Vasasentarteaquífuera conmigomientrasyodisfrutodeunrelajantebañodeaguahirviendo? Se echa a reír, dice que sí con la cabeza y se sienta. Observo esos ojos inocentes que me miran fijamente mientras me quito la camiseta y los pantalones. Me dejo el bóxer puesto, quiero que me lo quiteella. —¿Seguroquenoquieresentrartúprimero?—lepreguntometiendounapierna. «Joder,estoquema.»Alospocossegundoslaquemazóndesapareceymereclinocontralapared deplástico. —Seguro—dice,ymiralosbosquesquenosrodean. —Aquínonosvenadie.¿Deverdadcreesquetediríaquetemetierasdesnudasialguienpudiera verte?—lepregunto—.Yasabes,conlocelosoquesoyytodoeso. —¿Ysivuelven?—preguntaenvozbajacomosialguienpudieraoírla. —Handichoquetardaríanunpardehoras. —Ya,pero... —Creíaqueibasaaprenderadisfrutarunpocodelavida—tientoamipreciosachica. —Esohago. —Estássentada,demorros,enunsillóndemimbre,mientrasyodisfrutodelasvistas—comento. —Noestoydemorros—replica,yhacepucheros. Lesonríosatisfechosabiendoqueesolevaasentarmal. —Vale—digocerrandolosojosmientrasellaaprietaloslabios—.Estoymuysoloaquídentro.Es posiblequetengaquemimarmeunpoco. —Notengonadaqueponerme. —Déjàvu—puntualizo,recordandoporsegundavezhoynuestraexcursiónalarroyo. —Yo... —Métete de una vez —le ordeno sin abrir los ojos ni cambiar de tono. Lo digo como si fuera inevitableporqueséqueloes. —Estábien.¡Allávoy!—contestaintentandoconvencerseasímismadequeestáhartademíyde queenrealidadnoleapetecemeterseapesardequeloestádeseando. Hasidomásfácildeloqueimaginaba.Cuandoabrolosojos,casimeatraganto.Seestáquitandola camisetay,cómono,llevaelsujetadorrojo. —Quítateelsujetador—ledigo. Miraaunladoyaotroymeneolacabeza.Loúnicoquesevedesdeestebalcóneselmarylos árboles. —Quítatelo,nena—insisto,yasiente.Sebajalostirantesporlosbrazos. Nomecansarénuncadeella.Daigualladevecesquelaacaricie,quemelafolle,quelabese,que la abrace... Nunca serán suficientes y siempre querré más. Ni siquiera es por el sexo, del que disfrutamos a menudo, es que soy el único que ha estado con ella y confía en mí lo suficiente para desnudarseenunputobalcón. ¿Cómoesquesoytancapullo?Noquierofastidiarlaconestachica. Susvaquerossereúnenconlacamisetayelsujetadorenlasilla,perfectamentedoblados,cómono. —Lasbragastambién—lerecuerdo. —No,túllevaselbóxerpuesto—contraataca,ysemeteenelagua—.¡Ay!—chillasacandoelpie y metiéndolo otra vez poco a poco. Una vez dentro, suspira. Su cuerpo se ha acostumbrado al agua caliente. —Venaquí.—Alargoelbrazoparacogerlaysentarlaenmiregazo. Supongo que los incómodos asientos de plástico tienen su utilidad al fin y al cabo. Su cuerpo contraelmío,sumadoaloschorrosdeagua,hacequequieraarrancarlelasbragasdeuntirón. —EnSeattlepodríamosestarasítodoeltiempo—dice,ymerodeaelcuelloconlosbrazos. —¿Así,cómo? LoúltimoquemeapeteceeshablardelamalditaSeattle.Sipudieraencontrarelmododeborrarla delmapa,loharía. —Comoahora.Solostúyyo.Sinproblemascontusamigos,comoMolly,sinmalosrollos.Tú,yo yunanuevaciudad.Podríamosempezardenuevo,Hardin,juntos. —Noestansencillo—ledigo. —Síqueloes.NomásZed. —Creíaquehabíasvenidoafollarme,noahablardeZed—laprovoco,ysetensa. —Perdona,yo... —Tranquila,eraunabroma.Bueno,lapartedeZed.—Larecolocoparaquesesienteahorcajadas encimademí,consupechodesnudocontraelmío—.Loerestodoparamí,losabes,¿verdad?—Le repitolapreguntaquelehehechotantasveces. Nocontesta.Apoyaloscodosenmishombros,enroscalosdedosenmipeloymebesa. Metieneganas.Losabía. Capítulo25 Hardin Intento acercar su cuerpo casi desnudo aún más al mío mientras ella intensifica el beso. Me coge los brazosysellevamimanoentrelosmuslos. Notienesentidoperdereltiempo. —Deberíashabértelasquitado—ledigodandountirónalasbragasfinasyempapadas. Dejaescaparunacarcajadasinalientoantesdecogerairecuandomisdedoslapenetran.Miboca entrecorta sus gemidos. Atrapa mi labio inferior con la suya y casi pierdo la cabeza. Es tan sexi y seductora...,nisiquieratienequeesforzarse. Cuando empieza a mover las caderas y a restregarse contra mi mano, la cojo de la muñeca, la levantoylacolocoamiladoconlaspiernasabiertas,sinquemisdedosdejendecomplacerla. Lasmalditasbragasmeestánponiendodelosnervios. Sesobresaltayhaceunmohíncuandolesacolosdedosylosenganchoenlasbragas.Selasquito deuntirónlomásrápidoquepuedo,ellaterminadesacárselasdeunpuntapiéysehundenenelagua. Contemplo durante un segundo cómo los chorros de agua las arrastran al otro lado del jacuzzi. Es fascinantevercómoesaúltimabarreraflotasuavementelejosdenosotros. PeroTessaentoncesmecogedelamuñecaymeobligaaseguiracariciándola. —¿Quéquieres?—lepregunto. —A ti. —Sonríe con dulzura y se abre más de piernas, demostrándome lo guarra que es en realidad. —Datelavuelta—ledigo. Sindarletiempoacontestar,ledoylavueltaygrita.Measustouninstanteperoluegocomprendo que uno de los chorros apunta directamente a su pequeño coño. Por eso gime. En un minuto estará chillandoaplenopulmón. Mearrodillodetrásdeella.Meencantahacérseloasí,lasientomejor.Puedoacariciarlelasedosa pielyprestarlesatenciónatodoslosmúsculosquesemuevenbajoésta...Yvercómocogeairecadavez queselameto. Leapartoelpelolargoaunladoymeacerco,metiendolapollamásymás.Tessaarquealaespalda ylecojounatetaencadamanomientrasempiezoaentraryasalirmuydespacio. Joder, esto es una maravilla, mejor que nunca. Debe de ser el agua caliente a presión a nuestro alrededormientrasselametoyselasacopocoapoco.Gimeybajolamanoparaasegurarmedequeel chorrodeaguasiguedándoledepleno.Tienelosojoscerradosylabocaabierta,losnudillosblancosde sujetarseconfuerzaalbordedelabañera. Quieroirmásrápido,machacarlasinpiedad,peromeobligoaadoptarunritmolento. —Hardiiiin...—gime. —Joder, es como si pudiera sentir cada centímetro de ti... —No he terminado de pronunciar la frasecuandomeentraelpánicoyselasaco. «Elcondón.» Nisiquierasemehaocurridoponermeunputocondón.¿Quémehahecho? —¿Quépasa?—jadea;unafinacapadesudorlebañalacara. —¡Nollevocondón!—Mepasolasmanosporelpelohúmedo. —Ah—dicetantranquila. —¿Ah?¿Cómoque«ah»? —Veaponerteuno—sugiereconmiradainocente. —¡No es eso! —Me pongo de pie en el jacuzzi. No dice nada—. Si no me hubiera acordado, podríahabertedejadopreñada. Asiente.Lohaentendido. —Ya,perotehasacordado. «¿Cómoesqueestátantranquila?»TienesusuperplándemudarseaSeattle,unbebélomandaría altraste.«Unmomento...» —¿Éseeratuplan?¿Creesquesitedejoembarazadameirécontigo?—Parezcounfanáticodelas teoríasconspiranoicas,perotienesentido. Sevuelve,riéndose. —¡¿Nolodirásenserio?!—replica,ycuandointentaabrazarmemeaparto. —Muyenserio. —Esdelocos.Cariño,venaquí.—Intentacogermeotravez,perolaesquivoymevoyalextremo opuestodeljacuzzi. Eldolorlecruzalacaracomounaseñalfluorescenteysetapalastetasconlasmanos. —Es a ti a quien se le ha olvidado el condón y ahora me dices que intento cazarte quedándome embarazada.—Menealacabezasinpodercreérselo—.Pero¿tútehasoído? «Noseríaslaprimerachaladaenintentarlo.» Tratodeacercarmeunpocoperoseponederodillasenelasientoparaapartarse.Lamiroimpasible ynodigonada. Meobservaconlosojosllenosdelágrimas,selevantaysaledeljacuzzi. —Voyaducharme. Desapareceeneldormitorio.Primerocierradeunportazolaventanayluegodaotroconlapuerta delbaño. —¡Mierda!—grito,yledoyunmanotazoalaguacalientedeseandoquemelodevuelva. Tengoqueempezaraescucharloquedigo.Noesunalocaalaquenoconozcodenada.EsTessa. ¿Qué coño me pasa? Estoy paranoico. Me siento tan culpable por todo el rollo de Seattle que estoy perdiendoeljuicio.Elpocoquemequeda,vaya. Tengoquearreglarlo,oalmenosintentarlo.Selodebo,ymásdespuésdelmodoenqueacabode acusarladelatonteríamásgrandedeluniverso. Irónicamente,yporretorcidoqueparezca,desearíanohabermeacordadodelcondón... No.No.Noesverdad.Loquesucedeesquenoquieroquemedejeynosemeocurreotramanera dehacerquesequede.Pero,desdeluego,unbebénoeslasolución.Hehechotodoloposiblemenos encerrarlaacalycantoenelapartamento.Sí,semehapasadoporlacabezaunpardeveces,perono creo que le haga ninguna gracia. Además, probablemente tendría déficit de vitamina D. Y dejaría de haceryoga...ydeponerseesospantaloncitos. Tengo que entrar y pedirle perdón por haberla avergonzado de ese modo y haberme comportado comounimbécilantesdequevuelvamifamilia.Alomejortengosuerteysepierdenunashorasenel bosque. Sin embargo, primero tengo que hacer una cosa. Salgo del jacuzzi y me meto en la habitación. Haceunfríoquepelaahoraquesólollevopuestoelbóxerempapado.Miromimóvilylapuertadel baño.Oigocorrerelaguadeladucha,asíquecojoelteléfonoyunamantadelrespaldodelasillay salgootravezalbalcón. Busco entre mis contactos el nombre de «Samuel». Ahí estuve rápido. No sé por qué guardé el número de esa mujer. Supongo que porque sabía que acabaría metido en un embrollo y tendría que volverallamarla.CambiéelnombreporsiTessavolvíaaregistrarmiscosas,puestoquesabíaquelo haría. Creía que me había descubierto cuando me preguntó por qué había borrado el registro de llamadasymeoyógritándoleaMollyporteléfono. Enciertomodo,estoysegurodequepreferiríaveraMollyantesqueaestapersonaenmilistade llamadas. Capítulo26 Tessa No me puedo creer que Hardin haya tenido la poca vergüenza de acusarme de intentar quedarme embarazadaodepensarsiquieraqueseríacapazdehacerlealgoasí...,aélyamímisma.Estotalmente absurdo. Todo iba muy bien —demasiado bien, la verdad—, hasta que ha mencionado lo del condón. Deberíahabersalidodelaguayhabercogidouno.Séqueteníaunmontónenlapartesuperiordesu maleta.Vicómolosembutíaahídespuésdequeyohicieralasmaletasperfectamenteordenadas. Debe de sentirse frustrado con todo este lío de Seattle y por eso ha reaccionado de manera tan exagerada,ypuedequeyotambién.Despuésdelcabreoquemehecogidotraslosgroseroscomentarios deHardinydequehayaechadoaperdernuestro...momentoeneljacuzzi,necesitounaduchadeagua caliente.Segundosmástarde,elaguaempiezaasurtirsuefectoenmistensosmúsculos,merelajalos nervios y me aclara las ideas. Ambos hemos reaccionado de manera exagerada, él más que yo, y la discusióneratotalmenteinnecesaria.Alargolamanoparacogerelchampú,yentoncesmedoycuenta dequeestabatancentradaenalejarmedeélqueheolvidadocogermineceser.Genial. —¿Hardin?—lollamo. Dudoquemeoigaconelruidodeladuchaydeljacuzzi,peroapartolacortinadefloresyesperoa queaparezcaporsiacaso.Alcabodeunossegundos,alverquenolohace,cojolatoallaymecubro conella.Dejandounrastrodeaguaamipaso,medirijoaldormitorioymeacercohastalasmaletas, queestánsobrelacama.EntoncesoigolavozdeHardin. Nodistingoloquedice,perosísutonodefingidacortesía,loquemellevaalaconclusióndeque estáintentandoseramableyocultarsufrustración.Yesomellevaalaconclusióndequeleimportalo suficienteesaconversacióncomoparanoserélmismo. Recorroahurtadillaselsuelodemaderay,comotienepuestoelaltavoz,oigoquealguiendice: —Porquesoyagenteinmobiliaria,ymitrabajoesllenarapartamentosvacíos. Hardinsuspira. —Vale,y¿tienesalgúnapartamentomásquellenar?—pregunta. Unmomento...¿Hardinestáintentandoconseguirmeunapartamento?Laideamedejapasmadaa laparqueemocionada.PorfinempiezaacederconlodeSeattleyestátratandodeayudarmeenlugar deponermetrabas.Yaerahora. Lamujeralotroladodelteléfono,cuyavoz,porcierto,meresultabastantefamiliar,responde: —Cuando hablé contigo me diste la impresión de que no debía perder el tiempo buscándole un apartamentoatuamigaTessa. «¿Qué?Espera...Entonces¿él...?» Noseríacapaz. —Enrealidad...,noestanhorriblecomotelapinté.Nohadestrozadoningúnapartamentoniseha marchadosinpagar—dice,ysemecaeelalmaalospies. Síhasidocapaz. Cruzolaspuertasdelbalcónhechaunafuria. —¡Eresuncerdoegoísta!—Gritoloprimeroquemevienealacabeza. Hardinsevuelvehaciamí,pálidoyconlabocamuyabierta.Selecaeelteléfonoalsueloyme miracomosifueseunaespeciedehorriblecriaturaquehavenidoparaacabarconél. —¿Hola? —dice la voz de Sandra a través del altavoz, y él se agacha para coger el teléfono y silenciarla. Lafuriameinvade. —¿Cómohaspodido?¿Cómohaspodidohaceralgoasí? —Esque...—empieza. —¡No! ¡Ni se te ocurra hacerme perder el tiempo con tus excusas! ¡¿En qué diablos estabas pensando?!—gritoagitandofrenéticamenteunbrazoensudirección. Corroechandohumodenuevoaldormitorioyélmesigue,rogándome: —Tessa,escúchame. Mevuelvoherida,yfuerte,ydolida,yairada. —¡No!Escúchametúamí,Hardin—digoconlosdientesapretadosintentandobajarlavoz.Pero nopuedo—:¡Estoyhartadeesto!¡Estoyhartadequeintentessaboteartodoaquellodemividaqueno tienequevercontigo!—gritoapretandolospuñosconfuerzaaloscostados. —Noesesoloque... —¡Cállate!¡Cierralamalditaboca!Eresunegoístayunarrogante...,eres...¡Grrr! Nopiensoconclaridad.Noparodeecharpestesporlabocaydeagitarlasmanosenelairedelante demí. —Noséenquéestabapensando.Perojustoestabaintentandosolucionarlo. Lociertoesquenodeberíasorprenderme.DeberíahaberimaginadoqueHardinestabadetrásdela repentina desaparición de Sandra. No es capaz de dejar de interferir en mi vida, en mi carrera, y ya estoyharta. —Exacto; justo a eso me refería. Siempre haces algo. Siempre me ocultas algo. Siempre encuentrasnuevasmanerasdecontrolartodoloquehago,¡yyanoloaguantomás!Estoesdemasiado. —Nopuedoevitarpasearmedeunladoaotrodelahabitación,mientrasHardinmeobservaconcautela —.Puedosoportarqueseasunpocosobreprotectoryquetepeleesdevezencuando.Mierda,puedo soportarqueseasunauténticocapullolamitaddeltiempoporqueenelfondoséquesólohacesloque creesqueesmejorparamí.Peroestásintentandoarruinarmifuturo,¡ynopiensopermitirlo,joder! —Losiento—dice.Yséquelodicedeverdad,pero... —¡Siemprelosientes!Siempreeslamismamierda:hacesalgo,meocultasalgo,dicesalgo,lloro, dicesquelosientesy,¡hala!,todoolvidado—digoapuntándoloconundedo—.Peroestaveznovaa serasí. Sientounatremendanecesidaddedarleunbofetónentodalacarapero,enlugardehacerlo,busco algoconloquedescargarmiira.Agarrounalmohadónconvolantesdelacamaylotirocontraelsuelo. Cojo otro y hago lo mismo. No ayuda mucho a sofocar la rabia que me quema por dentro, pero me sentiríaaúnpeorsidestrozaraalgunadelascosasdeKaren. Estoesagotador,ynosécuántomásvoyapoderaguantarsinvenirmeabajo. A la mierda. No pienso venirme abajo esta vez. Estoy harta de hacerlo, es lo que hago siempre. Necesitorecogermispropiospedazos,recomponerlosyapartarlosdeHardinparaevitarqueterminen denuevohechosañicosasuspies. —Estoy harta de este círculo vicioso. Te lo he dicho mil veces, pero no me escuchas. Siempre encuentraslamaneradecontinuarlo,ynopuedomás.¡Seacabó! Creoquejamáshabíaestadotanenfadadaconél.Sí,hahechocosaspeores,perosiemprelashe superado. Nunca antes habíamos estado en esta situación, una situación en la que yo pensaba que él habíadejadodeocultarmecosas,yenlaquecreíaquehabíaentendidoquenopuedeinterferirenmi carrera.Estaoportunidadesmuyimportanteparamí.Hesidotestigotodamividadeloquelepasaa unamujerquenotienenadapropio.Mimadrenuncahatenidonadaquehayaconseguidoporsímisma, algo que fuera suyo, y yo necesito eso. Necesito hacer esto, necesito demostrar que, a pesar de ser joven, puedo labrarme un porvenir por mí misma, cosa que ella no fue capaz de hacer. No puedo permitirquenadiemearrebateestaoportunidadcomolohizoella. —¿Se acabó... lo nuestro? —pregunta con voz temblorosa y entrecortada—. Has dicho que se acabó... No sé qué es lo que se ha acabado. Debería ser lo nuestro, pero sé que no debo decir eso ahora mismo.Normalmente,aestasalturasyaestaríallorandoyperdonándoloconunbeso...,perohoyno. —Joder,estoyagotadaynolosoporto.¡Lascosasnopuedenseguirasí!¡Ibasadejarquemefuese aSeattlesinunsitiodondevivirparaforzarmeaquedarmeaquí! Hardinsecolocadelantedemí,ensilencio.Respirohondoesperandoquemiiradisminuya,pero nolohace.Noparadeaumentarhastaqueprácticamenteempiezoaverlotodorojo.Cojoelrestodelos almohadones e imagino que son floreros de cristal que se estrellan contra el suelo formando un estropicio para que otro lo recoja. El problema es que acabaría siendo yo quien lo hiciera. Él no se arriesgaríaacortarseparaevitarquemecortaseyo. —¡Lárgate!—legrito. —No,losiento,¿vale?Yo... —¡Quetelargues!—escupo,yélmemiracomosinomeconocieradenada. Ypuedequeasísea. Dejacaerloshombrosysaledelahabitación.Cierrolapuertadegolpecuandolohaceymedirijo albalcón.Mesientoenlasillademimbreyobservoelmarparaintentarrelajarme. Notengolágrimas,sólorecuerdos.Recuerdosyarrepentimientos. Capítulo27 Hardin Sé que está agotada, lo veo en su cara cada vez que la cago. La pelea con Zed, la mentira sobre mi expulsión...,cadameteduradepatapormipartelevapasandofactura;ellacreequenomedoycuenta, perosílohago. ¿Porquéhabrépuestoelaltavoz?Denohaberlohecho,podríahaberresueltoestamierdayhaberle contadomicagadadespuésdehaberlosolucionadotodo.Asínosehabríacabreadotanto. NopenséencómoreaccionaríaTessacuandolodescubriera,ydesdeluegonomeplanteédónde viviríasinocambiabadeideaconrespectoalodetrasladarse.Supongoqueestabaconvencidodeque, conloobsesadelcontrolquees,acabaríaposponiendosuviajesinoteníaningúnsitiodondequedarse. «Bienhecho,Hardin.» Tenía buenas intenciones; es decir, en su momento no, pero ahora sí. Sé que no debería haber interferidoensubúsquedadeapartamentoenSeattle,peromeestoyagarrandoaunclavoardiendopara quenomedeje.SéloquepasaráenSeattle,yquenovaaacabarbien. Fielaminaturaleza,golpeoconelpuñolaparedjuntoalaescalera. —¡Joder! Fiel a mi suerte, ésta no es de yeso laminado, sino de madera maciza, y duele que te cagas. Me froto el puño con la otra mano y tengo que obligarme a no repetir mi estúpida reacción. Afortunadamentenomeherotonada.Mesaldránmoratones,peroyaestoymásqueacostumbrado. «Estoy harta de este círculo vicioso. Te lo he dicho mil veces, pero no me escuchas.» Bajo la escaleradandofuertespisadasymetiroenelsofácomouncríoenfurruñado.Esoesjustoloquesoy,un crío de mierda. Ella lo sabe, yo lo sé..., ¡joder, todo el mundo lo sabe! Debería estampármelo en una putacamiseta. Deberíavolverarribaytratardeexplicarmedenuevopero,sinceramente,medaunpocodemiedo. Nuncalahabíavistotancabreada. Tengo que largarme de aquí. Si Tessa no me hubiese obligado a viajar fingiendo que somos una familiafeliz,memarcharíaahoramismoyacabaríaconesteputoparipé.Yonoqueríavenir. Lodelbarconohaestadomaldeltodo...Peroelviajeengeneralesunamierda,yahoraqueestá cabreadaconmigonotieneningúnsentidoquemequede.Miroaltechosinsaberquédebohacer.No puedoquedarmeaquísentado,yséquesilohagoacabarésubiendoytensandomáslacuerdaconTessa. Iréadarunpaseo.Esoesloquehacelagentenormalcuandoestácabreadaenlugardegolpear paredesyrompertrastos. Antestendréquevestirme,perosivuelvoalahabitaciónmeasesinará. Suspiromientrassubolaescalera.SinoestuvieratanconfundidoporelcomportamientodeTessa, meimportaríamásloqueestoyapuntodehacer. AbrolapuertadeldormitoriodeLandonypongolosojosenblancoalinstante.Tienetodasuropa perfectamentecolocadaencimadelacama;seguroquesedisponíaaguardarlaenelarmarioantesde quesumadreymipadreloarrastraranconsigo. Merevuelvoalverlasespantosasprendasybuscodesesperadamentealgoquenolleveunmaldito cuello.Porfinencuentrounacamisetaazullisayunpantalóndechándalnegro. «Genial.»AhorahetenidoquerecurriracompartirropaconLandon.EsperoquelafuriadeTessa noduredemasiadopero,porprimeravez,noséquévaapasar.Noesperabaquereaccionaratanmal,y no me refiero a las cosas que me ha dicho, sino a la manera en que me miraba todo el tiempo. Esa miradaexpresabamuchomásdeloquepodríaexpresarporlabocay,dehecho,mehaasustadomucho másquecualquierpalabraquepudierahabermedicho. Mirohacialapuertadeloqueeranuestrahabitaciónhastahaceveinteminutos,vuelvoabajarla escaleraysalgoalacalle. Apenashellegadoalsenderocuandoaparecemihermanastrofavorito.Almenos,vienesolo. —¿Ymipadre?—lepregunto. —¿Llevaspuestamiropa?—respondeclaramenteconfundido. —Eh...,sí.Noteníaelección,noteemociones.—Lequitoimportancia,sabiendoporlasonrisaque sehadibujadoensurostroqueestabaapuntodehacerjustoeso. —Vale...¿Quéhashechoestavez? «¡Pero¿quécojones...?!» —¿Quétehacepensarquehehechoalgo? Enarcaunaceja. —Sí,tío...,hehechoalgo.Unaestupidezenorme—farfullo—.Peronoquierooírtussermones,así quenotepreocupes. —Vale.—Seencogedehombrosyempiezaaalejarsedemí. Esperabaalgunaspalabrasporsuparte,avecesnoseledamaldarconsejos. —¡Espera!—grito,ysevuelve—.¿Novasapreguntarmeelqué? —Acabasdedecirquenoquiereshablardeello—responde. —Ya, pero... Bueno... —No sé qué decir, y me está mirando como si me hubiesen salido dos cabezas. —¿Quieres que te lo pregunte? —Parece satisfecho, pero por suerte no está siendo demasiado capullo. —Soy el responsable... —empiezo, pero justo entonces veo que Karen y mi padre vienen caminandoporelsendero. —¿Elresponsabledequé?—preguntaLandonvolviéndoseparamirarlos. —Denada,olvídalo—suspiro,ymepasolosdedosporelpelohúmedoconfrustración. —¡Hola,Hardin!¿DóndeestáTessa?—diceKaren. ¿Porquétodoelmundomepreguntaesocomosifueraincapazdealejarmemásdemetroymedio deella? Elcrecientedolorquesientoenelpechomerecuerdaprecisamenteeso:nopuedoestarlo. —Dentro,durmiendo—miento,ymedirijoamihermanastro—.Voyadarunpaseo.Asegúratede queestábien. Élasiente. —¿Adóndevas?—mepreguntamipadremientraspasoporsulado. —Porahí—espeto,yaceleroelpaso. Paracuandollegoaunaseñaldestopunascuantascallesmásallá,medoycuentadequenotengoni putaideadeadóndevoynidecómovolveralpuntodepartida.Sóloséquellevocaminandounratoy quetodasestascallessonengañosamenteventosas. Oficialmente,detestoestelugar. NomeparecíatanmalmientrasobservabacómoelvientomecíaligeramenteelcabellodeTessa. Ellateníalamiradafijaenelaguabrillante,conloslabioscurvadosformandounapequeñasonrisade satisfacción.Parecíamuyrelajada,comolasmansasolasalejadasdelaorilla,tranquilasyserenas,hasta quenuestrobarcoperturbósupaz.Anuestropaso,lasaguasrugíanyazotabanloscostadosdenuestra embarcaciónconfuria.Prontovolveríanasuestadodesosiego,hastaqueotrallegaraparamolestarlas. Derepente,unavozfemeninainterrumpelavisióndelapielbronceadadeTessa: —¿Tehasperdidooalgo? Paramisorpresa,cuandomedoylavueltameencuentroconunachicaqueparecedemiedad,más o menos. Tiene el pelo castaño, casi tan largo como Tessa. Está aquí sola de noche. Me vuelvo para miraranuestroalrededor.Nohaynada,sólounacarreteradegravillavacíayelbosque. —¿Ytú?—respondo,nosinantespercatarmedequevisteunafaldalarga. Mesonríeyseaproxima.Debedefaltarleuntornillooalgoparaestaraquíenmediodelanada preguntándoleauncompletodesconocidoconunaspectocomoelmíosisehaperdido. —No.Estoyhuyendo—contesta,ysecolocaelpelodetrásdelaoreja. —¿Huyendo?¿Conveinteaños? Puesmáslevalemoverelculo.Loúltimoquenecesitoestoparmeconunpadrecabreadoenbusca desupedantehija. —No. —Se echa a reír—. He vuelto de la universidad para visitar a mis padres, y me están matandodeaburrimiento. —Vaya, me alegro por ti. Espero que tu sendero de libertad te conduzca hasta Shangri-la — respondo,yempiezoaalejarmedeella. —Vasenladirecciónequivocada—meadvierte. —Medaigual—replico. Ygruñocuandooigosuspasoscrujiendoenlagravillapordetrásdemí. Capítulo28 Tessa EstoymásquehartadepelearconHardin.Nosémuybienquéhacerahora,quémedidastomar.Lohe estado siguiendo por el camino que hemos recorrido durante meses, y me temo que no llegamos a ningunaparte.Ambosestamostanperdidoscomoalprincipio. —¿Tessa?—LavozdeLandoncruzalahabitaciónysalehastaelbalcón. —Estoy aquí —respondo, y me siento aliviada de haberme puesto unos shorts y una sudadera encima. Hardinsiempreseburlademícuandolohago,peroenmomentoscomoésteresultacómodo,ya quenotienesnidemasiadofríonidemasiadocalor. —Hola—dicemientrassaleysesientaenlasillaquetengoallado. —Hola.—Lomirouninstanteantesdevolverafijarlavistaenelagua. —¿Estásbien? Metomounmomentoparareflexionarsobresupregunta:¿estoybien?No.¿Loestaré?Sí. —Sí,estavezcreoquesí. Mellevolasrodillasalpechoylasenvuelvoconmisbrazos. —¿Quiereshablardeello? —No.Noquierofastidiarelviajeconmisdramas.Estoybien,deverdad. —Vale,peroquesepasque,sinecesitashablar,estoyaquíparaescucharte. —Losé. Lomiroyélmesonríeparainfundirmeánimos.Nosécómovoyaapañármelassinél. Derepente,abreunosojoscomoplatosyseñalaalgo. —¿Esonoes...? Sigoladireccióndesumirada. —¡Ay,madre! Melevantocorriendo,recojolasbragasrojasqueflotaneneljacuzziymelasmetoenelactoenel bolsillodelanterodemisudadera. Landonsemuerdeellabioinferiorparacontenerlarisa,peroyonopuedorefrenarlamía.Ambos nosreímosacarcajadas:lassuyas,auténticas;lasmías,dehumillación.Peroprefieromilvecesreírme conLandonamistípicosllorostraspelearmeconHardin. Capítulo29 Hardin Estoy empezando a hartarme de no ver nada más que gravilla y árboles mientras deambulo por este pequeñopueblo.Ladesconocidatodavíamesigue,ymipeleaconTessaúnmepesa. —¿Vasaseguirmeportodoelpueblo?—lepreguntoalamuypesada. —No,voyavolveralacabañademispadres. —Vale,puesvuelvesola. —Noeresmuysimpáticoquedigamos—mesuelta. —¿Enserio?—Pongolosojosenblanco,aunqueséquenopuedevermelacara—.Mehandicho quelacortesíaesunodemispuntosfuertes. —Puestehanmentido—replica,yacontinuaciónoigounarisitaamiespalda. Ledoyunapatadaaunapiedrayporprimeravezdoygraciasporlaobsesiónporlalimpiezade Tessa, ya que si no me hubiese obligado a dejar los zapatos en la puerta de la cabaña tendría que habermepuestolaszapatillasdeLandon,quesonespantosas,yademásestoysegurodequetienelos piesmuchomáspequeñosquelosmíos. —¿Dedóndeeres?—mepregunta. Finjonooírlaysigocaminando.Creoquetengoquegiraralaizquierdaenelsiguientestop.Al menos,esoespero. —¿DeInglaterra? —Sí—contesto.Y,yapuestos,lepregunto—:¿Pordóndees? Mevuelvoyveoqueseñalahacialaderecha.Porsupuesto,estabaequivocado. Tiene los ojos azul claro, y su falda es tan larga que la arrastra por la gravilla. Me recuerda a Tessa...,bueno,alaTessaqueeracuandolaconocí.MiTessayanovisteropatanespantosacomoésa. Y también ha aprendido un vocabulario nuevo gracias a las innumerables veces que la he obligado a insultarme. —¿Tútambiénhasvenidocontuspadres?—Suvozesgrave,casidulce. —No...Bueno,másomenos. —¿Cómoque«másomenos»?—Sonríe.SumaneradeexpresarsetambiénmerecuerdaaTessa. Miro a la chica de nuevo para comprobar que realmente está aquí y que no es ningún fantasma comolosdeCuentodeNavidadquehavenidoparadarmealgunaespeciedelección. —Hevenidoconmifamiliayminovia.Tengonovia,porcierto—leadvierto. Nocreoqueestachicapudierainteresarseporalguiencomoyo,peroesomismopensédeTessaen sudía. —Vale...—asiente. —Muybien. Aceleroelpasoconlaesperanzadecreardistanciaentrenosotros.Giroaladerecha,yellahacelo propio. Ambos nos apartamos al césped cuando pasa un camión por delante, y pronto me alcanza de nuevo. —Y¿dóndeestátunovia?—pregunta. —Durmiendo. —Me parece lógico utilizar la misma mentira que les he contado a mi padre y a Karen. —Hum... —Hum,¿qué?—Lamiro. —Nada—respondeconlavistaalfrente. —Yamehasseguidolamitaddelcamino.Sitienesalgoquedecir,dilo—replicoconirritación. Retuercealgoquetieneentrelasmanosmientrasmirahaciaabajo. —Estabapensandoqueparecequeestásintentandohuirdealgooesconderte...Nolosé,nome hagascaso. —Nomeestoyescondiendo;medijoquemelargarayesohehecho. ¿QuécoñosabráestaimitacióndeTessa? Memira. —Y¿porquétehaechado? —¿Siempreerestancotilla? Sonríe. —Laverdadesquesí—asiente. —Odioalagentecotilla. MenosaTessa,claro.Aunque,pormuchoquelaquiera,avecesmedanganasdetaparlelaboca con cinta aislante cuando empieza con sus interrogatorios. Es el ser humano más entrometido que he conocidoenlavida. Estoy mintiendo. Adoro cuando me da la lata. Antes lo detestaba, pero ahora lo entiendo. Yo tambiénquierosaberlotododeella...,loquepiensa,loquehace,loquequiere.Yparamiputohorror, soyconscientedequeahorasoyyoquienlehacemáspreguntasqueellaamí. —¿Vasadecírmeloono?—insiste. —¿Cómotellamas?—lepregunto,esquivandosupregunta. —Lillian—responde,ydejacaerloqueseaquellevaraenlamano. —YosoyHardin. Secolocaelpelodetrásdelaoreja. —Háblamedetunovia. —¿Porqué? —Parecequeestásdisgustado,y¿quiénmejorparahablarqueunaextraña? Noquierohablarconella.MerecuerdademasiadoaTessaymeresultaunpocoperturbador. —Nomeparecebuenaidea. Elsolsehapuestotempranoaquí,yelcieloestáprácticamentenegro. —Y¿guardártelodentrosíloes?—preguntacondemasiadasensatez. —Oye,parecesunachica...majaytal,peronoteconozco,ytúnomeconocesamí,asíqueesta conversaciónnovaatenerlugar. Frunceelceñoysuspira. —Vale. Porfinveoeltejadoinclinadodelacabañademipadrealolejos. —Bueno,yoyahellegado—digoamododedespedida. —¿Enserio?Unmomento...,tupadreesKen,¿verdad?—Segolpealafrenteconlamano. —Sí—respondosorprendido. Ambosnosdetenemosaliniciodelsendero. —¡Puesclaro!¡Quétonta!Elacentodeberíahabermedadolapista.—Seríe. —Nolopillo—digomirándola. —Tupadreymipadresonamigos.Fueronjuntosalauniversidadoalgoasí.Acabodepasarmela últimahoraoyendobatallitasdesusdíasdegloria. —Vaya,quécasualidad—digoconunamediasonrisa.Yanomesientotanincómodoconlachica comohaceunosminutos. Ellasonríeabiertamente. —Parecequenosomosunoscompletosdesconocidosdespuésdetodo. Capítulo30 Tessa —Galletas—respondemosLandonyyoalunísono. —Muybien,galletas,pues.—Karensonríeyabreelarmario. Estamujernuncapara,siempreestácocinando,asando,tostando...Ynomequejo:laverdadesque todoloquepreparaestádelicioso. —Yahaoscurecido.Esperoquenosepierdaahíafuera—diceKen. Landonselimitaaencogersedehombroscomoqueriendodecir:«Hardinesasí». Llevafueracasitreshoras,yestoyhaciendotodoloposiblepornopreocuparme.Séqueestábien; sialgolesucediera,losabría.Nopuedoexplicarlo,peroalgodentrodemímedicequelosabría. Demodoquenoestoypreocupadaporquelehayasucedidonadamalo.Loquemepreocupaesque su frustración se convierta en una excusa para ir a buscar algún bar. Por mucho que quisiera que se alejarademí,memataríaverlocruzaresapuertatambaleándoseyconelalientoapestandoaalcohol. Necesitaba un poco de espacio; tiempo para pensar y calmarme. La parte de pensar todavía no la he llevadoacabo;laheestadoevitandoatodacosta. —Oye,¿porquénonosbañamostodosjuntoseneljacuzziestanocheomañanaporlamañana? —sugiereKaren. Landonescupesurefrescoenelvasoyyoapartolamiradarápidamenteymemuerdouncarrillo. Landonhavistomisbragasflotandoenelagua,yelrecuerdoestátodavíatanfrescoquesientoqueme ardelacaradelavergüenza. —Karen,cariño,nocreoqueloschicosquieranmeterseeneljacuzziconnosotros. Ken suelta una carcajada, y ella sonríe al darse cuenta de que tal vez sí que sería un poco incómodo. —Supongoquetienesrazón.—Seríeyempiezaasepararlamasadelasgalletasyaformarbolas pequeñas.Arrugalanariz—.Detestoestamasapreparada. Nomecabedudadeque,paraKaren,lamasapreparadaparagalletasdebedeserespantosa,pero para mí es una maravilla. Especialmente ahora, que siento que podría desmoronarme en cualquier instante. LandonyyoestábamosenplenaconversaciónsobreDakotayelqueprontoserásuapartamento cuandosumadreyKennoshaninterrumpido.HancomentadoquesehancruzadoconHardincuando semarchaba.Porlovisto,leshadichoqueyoestabadurmiendo,asíquehehechotodoloposiblepor seguirlelacorrienteyhedichoqueacababadedespertarmejustocuandohallegadoLandon. MeheestadopreguntandodóndeestaráHardinycuándovolverádesdeelmomentoenqueseha marchado.Unapartedemínoquiereverlonienpintura,perolaotra,muchomásgrande,necesitasaber quenoestáhaciendonadaquepuedaponerenpeligronuestrayadeporsífrágilrelación.Sigofuriosa dequehayainterferidoenmitrasladoaSeattle,ynotengoniideadequévoyahaceralrespecto. Capítulo31 Hardin —¿Hassaboteadosubúsquedadeapartamento?—preguntaLillianboquiabierta. —Yatehedichoquelahecagado—lerecuerdo. Otro par de faros iluminan el camino mientras paseamos hasta la cabaña de sus padres. Estaba decididoavolveralademipadre,peroaLillianseledamuybienescuchar,demodoquecuandome hapedidoquelaacompañaseasucasaparaterminarnuestracharla,heaceptado.Miausencialedaráa Tessaunpocodetiempoparacalmarse,yesperoqueestédispuestaahablaramiregreso. —Nomehabíasdichohastaquépunto.Nomeextrañaqueestécabreadacontigo—diceLillian, cómono,poniéndosedepartedeTessa. Nomequieroniimaginarloquepensaríademísisupieratodoloquelehehechopasardurantelos últimosmeses. —Bueno,y¿quévasahaceralrespecto?—preguntamientrasabrelapuertaprincipaldelacabaña desuspadres. Meinvitaaentrarconungesto,comosidieraporhechoquevoyahacerlo. Una vez dentro, veo que es muy lujosa. Aún más grande que la de mi padre. Esta gente tiene muchapasta. —Estaránarriba—dicemientrasentramos. —¿Quiénesestaránarriba?—preguntaunavozfemenina,yLillianhaceunamuecadedolorantes devolversehacialamujerquesupongoqueessumadre. Esigualqueella,exceptoporlaedad. —¿Quiéneséste?—pregunta. En ese momento entra en la habitación un hombre de mediana edad vestido con un polo y unos caquis. «De puta madre.» Debería haberme limitado a acompañarla hasta la casa. Me pregunto cómo se sentiría Tessa si supiera que estoy aquí. ¿Le molestaría? Está bastante cabreada conmigo, y ha demostrado tener muchos celos de Molly. Aunque esta chica no es Molly, no tiene nada que ver con ella. —Mamá,papá,ésteesHardin,elhijodeKen. Unaampliasonrisaapareceenelrostrodelhombre. —¡Vaya!¡Nosabíasitereconocería!—exclamaconunpijoacentobritánico.Bueno,esoexplica porquéconoceamipadredelauniversidad. Seacercaymedaunaspalmaditasenelhombro.Yoretrocedoyélfrunceligeramenteelceñocon extrañezaantemigesto,aunque,porotrolado,parecequeesperabaestareacciónpormiparte.Mipadre debedehaberleadvertidosobremimaneradeser.Laideacasimehacereír. —Cielo—dicevolviéndosehaciasumujer—.ÉsteeselhijodeTrish. —¿Conocenamimadre?—lepreguntoantesdevolvermetambiénhaciasuesposa. —Sí,conocíatumadremuchoantesdequetúnacieras—respondelamujersonriendo—.Éramos amigosloscinco—añade. —¿Loscinco?—pregunto. ElpadredeLillianlamira. —Cielo,nocreo... —¡Eresigualitoqueella!Aunquetieneslosojosdetupadre.Nolahevistodesdequeregreséa EstadosUnidos.¿Cómoestá?—preguntalamujer. —Muybien.Sevaacasardentrodepoco. —¿Sí?—exclama—.Felicítalademiparte.Mealegraoíreso. —Loharé—respondo. Estagentesonríedemasiado.EscomoestarenunaputahabitacióncontresKarens,peromucho másirritantesymuchomenosencantadoras. —Bueno, yo ya me voy —le digo a Lillian, porque creo que la situación ya ha sido bastante incómoda. —No,no.Notienesporquéirte.Nosotrosnosvamosarriba—diceelpadredeLillian. Cogeasumujerdelacinturayselallevaconsigo. Lillianobservacómosemarchanydespuésmemiraamí. —Losiento,sonunpoco... —¿Falsos?—respondoporella. Veolahipocresíaqueseescondetraslaperfectasonrisablanqueadadeesehombre. —Sí,mucho.—Seríeysealejaparasentarseenelsofá. Yomequedodepie,incómodo,juntoalapuerta. —¿Creesqueatunovialemolestaráqueestésaquí?—mepregunta. —Nolosé.Seguramente—refunfuño,ymepasolosdedos,exasperado,porelpelo. —¿Ysiellahicieralomismo?¿Cómotesentiríassiestuvieraporahíconuntipoalqueacabarade conocer? Encuantolaspalabrassalendesuboca,elpechosemellenadefuria. —Estaríamuycabreado—bramo. —Yameloimaginaba.—Sonríeconmaliciaydaunaspalmaditasenelsofáalladodeella. Nosécómointerpretarsusgestos.Esgroseradelahostia,yunpocoirritante. —Entonces¿eresceloso?—preguntaconlosojosabiertoscomoplatos. —Supongo—respondoencogiéndomedehombros. —Seguroqueatunovianolegustaríanadaquemebesaras. Seacercaunpocoyyomelevantodelsofádeunbrinco.Estoydecaminoalapuertacuandooigo queempiezaapartirsederisa. —¿Quécojonestepasa?—digointentandonolevantarlavoz. —Sóloteestabatomandoelpelo.Créeme,nomeinteresas.—Sonríe—.Yesunaliviosaberque yoatitampoco.Venga,siéntate. Tiene muchas cosas en común con Tessa, pero no es tan dulce..., ni tan inocente. Me siento de nuevo, esta vez en el sillón que está frente al sofá. No conozco a esta chica lo suficiente como para confiar en ella, y la única razón por la que estoy aquí es porque no quiero enfrentarme a lo que me esperaenlacabañademipadre.YLillian,apesardeserunadesconocida,esneutral,nocomoLandon, queeselmejoramigodeTessa.Esagradablehablarconalguienquenotienemotivosparajuzgarme.Y, joder,estáunpocopirada,asíqueesprobablequeinclusomeentienda. —¿QuéhayenSeattlequenoestásdispuestoaenfrentarteaellonisiquieraporella? —Nadaenconcreto.Tengomalosrecuerdosdelpasadoallí,peronoessóloeso.Eselhechode queallíprosperará—respondo,asabiendasdequeparezcounchalado. Sinembargo,meimportaunamierda;estachicamehaestadoacosandoduranteunahora,asíque sihayalguienqueestáchaladoaquíesella. —Y¿esoesmalo? —No.Quieroqueprogrese,porsupuesto.Peroquieroformarpartedeello.—Suspiro. EchodesesperadamentedemenosaTessa,apesardequesólohanpasadounaspocashoras.Yel hechodequeestétancabreadaconmigonohacesinoquelaañoremástodavía. —Entonces ¿te niegas a ir a Seattle con ella porque quieres formar parte de su vida? No tiene sentido—dice,declarandounaobviedad. —Sé que no lo entiendes, y ella tampoco, pero Tessa es lo único que tengo. Literalmente. Es lo únicoquemeimportaenmivida,ynopuedoperderla.Sinella,nosoynada. «¿Porquéestoycontándoletodaestamierda?» —Séquesuenamuypatético. —No,noesverdad.—Mesonríeconcondescendenciayyoapartolamirada. Loúltimoquequieroesquemecompadezcan. LaluzdelaescaleraseapagaymirodenuevoaLillian. —¿Deberíamarcharme?—pregunto. —No, seguro que mi padre está encantadísimo de que te haya traído a casa —dice sin el más mínimosarcasmo. —Y¿esoporqué? —PorquedesdequelespresentéaRileyestádeseandoquerompamos. —¿Nolegustatunovio? —Novia. —¿Qué? —Rileyesminovia—dice,ycasilesonrío. Mesabemalquesupadrenoaceptesurelación,perohedeadmitirquemesientotremendamente aliviado. Capítulo32 Tessa Landonnoshaestadoexplicandoque,comoelapartamentoestámuycercadelcampus,podránirala facultadcaminando.Noseránecesariocogerelcochenielmetrotodoslosdías. —Mealegrodequenotengasqueconducirenesaciudadtangrande.¡Menosmal!—diceKaren, apoyandounamanoenelhombrodesuhijo. Élsacudelacabeza. —Soybuenconductor,mamá,mejorqueTessa—bromea. —Oye,amínosemedamal.MejorqueaHardin—señalo. —Comosiesofueradifícil—diceélparapicarme. —No es tu manera de conducir lo que me preocupa. ¡Son esos malditos taxis! —explica Karen comounamamágallina. Cojounagalletadelplatoquehaysobrelaencimeradelacocinaymirohacialapuertadenuevo. NoheparadodeobservarlaydeesperaraqueHardinregrese.Miirasehatransformadopocoapocoen preocupaciónconformehanidopasandolosminutos. —Bien, gracias por avisar. Nos vemos mañana —dice Ken por teléfono mientras se reúne con nosotrosenlacocina. —¿Quiénera? —Max.HardinestáensucabañaconLillian—dice,ysemecaeelalmaalospies. —¿Lillian?—preguntosinpoderevitarlo. —EslahijadeMax;tienemásomenostuedad. ¿PorquéibaaestarHardinenlacabañadelosvecinosconsuhija?¿Laconoce?¿Hasalidocon ella? —Seguroquevuelvepronto. Kenfrunceelceñoy,cuandomemira,tengolasensacióndequenosehabíaplanteadomireacción anteesainformaciónantesdecompartirla.Elhechodequeparezcasentirseincómodohacequeyome sientamásincómodatodavía. —Ya —digo levantándome del taburete—. Creo que... me voy a ir a la cama —les anuncio, intentandomantenerlacompostura. Sientocómomiiraresurge,ynecesitoalejarmedeellosantesdequeestalle. —Teacompañoarriba—seofreceLandon. —No,estoybien,deverdad.Hemadrugadomucho,todoslohemoshecho,yseestáhaciendotarde —leaseguro,yélasienteaunqueséquenohacolado. Cuandollegoalaescalera,oigoquedice: —Esunidiota. «Sí,Landon.Loes.» Cierrolaspuertasdelbalcónantesdeacercarmealarmarioparaponermeelpijama.Noparodedarle vueltas a la cabeza y no consigo centrarme en la ropa. Nada me parece un buen sustituto de la ropa usada de Hardin, y me niego a ponerme la camiseta blanca que descansa sobre el brazo de la silla. Tengo que ser capaz de dormir con mi propia ropa. Después de rebuscar en los cajones, me doy por vencida,decidoquedarmeconlosshortsylasudaderaquellevopuestosymetumboenlacama. ¿QuiénesesachicamisteriosaconlaqueestáHardin?Curiosamente,estoymáscabreadaporlode mi apartamento en Seattle que por ella. Si quiere hacer peligrar nuestra relación poniéndome los cuernos,escosasuya.Sí,acabaríadestrozandolopocoquequedaintactoenmí,ynocreoquepudiera recuperarmejamás,peronovoyacentrarmeeneso. Laverdadesquenomeloimagino.Nomeloimaginoengañándome.Apesardetodoloqueha hechoenelpasado,noloveo.Nodespuésdeleersucartaydecuántohasuplicadoqueloperdonara. Sí,escontrolador,demasiadocontrolador,ynosabecuándodejardeinterferirenmivida,peroenel fondosusintencionessonmantenermeasulado,noescapardemí,comoloseríaponermeloscuernos. Miresentimientohaciaélnohamenguado.Nisiquieradespuésdepasarmeunahoramirandoal techoycontandolasvigasdemaderateñidaquesostienenlainclinadasuperficie. Nosésiestoypreparadaparahablarconélaún,peroséquenopodrédormirmehastaquelooiga regresar.Cuantomástiempopasafuera,másintensossevuelvenloscelosenmipecho.Nopuedoevitar pensar en su doble moral. Si fuese yo la que estuviera por ahí con un tío, Hardin se volvería loco y seguramenteintentaríaquemarelbosquequerodeaestelugar.Quieroreírmeantelaabsurdaidea,pero nomesale.Enlugardehacerlo,cierrolosojosyrezoparaquedarmedormida. Capítulo33 Hardin —¿Quieresunacopa?—preguntaLillian. —Vale.—Meencojodehombrosymirolahora. Selevantayseacercauncarritoauxiliarplateado.Observaelcontenidodelasbotellas,selecciona unaymelamuestrarápidamentecomosifueseunaazafatadetelevisiónoalgoasí.Mientraslequitael tapón a una botella de brandy, que probablemente sea más cara que el inmenso televisor que hay instaladoenlapared,memiradenuevoconfingidacompasión. —Nopuedesseruncobardeeternamente. —Cállate. —Teparecesmuchoaella—diceentrerisitas. —¿ATessa?No,quéva.Además,¿túquésabes? —No,aTessa,no.ARiley. —¿Enqué? Lillian vierte el líquido oscuro en un vaso curvo y me lo pone en la mano antes de sentarse de nuevoenelsofá. —¿Ytubebida?—pregunto. Ellaniegaconlacabezaconairesolemne. —Yonobebo. Cómono.Yyonodeberíabeber,peroelaromaintensoyligeramentedulcedelbrandyacallala irritantevozdemiconciencia. —¿Vasadecirmeenquémeparezcoaellaono?—insisto. —Nolosé,peroosparecéis.Ellatambiéntieneeseairetaciturno,comosiestuvieseenfadadacon elmundo—dice,yhaceungestoexageradoconlacaraycruzalaspiernaspordebajodeella. —Bueno,alomejortienemotivosparaestarenfadada—digoparadefenderasunoviaapesarde quenisiquieralaconozco. Después me bebo la mitad del vaso de licor. Es fuerte, envejecido hasta la perfección, y siento cómomequemahastalassuelasdelasbotas. Lilliannocontesta.Frunceloslabiosymiralaparedquetengodetrássumidaensuspensamientos. —Oye,nomevaeserollopsicológicodequetúhablas,yohablo,yluegodecimosunmontónde gilipolleces—ledigo,yellaasiente. —No,gilipollecesno,perosícreoquealmenosdeberíasempezaraidearunplanparadisculparte conTamara. —SellamaTessa—espetocabreadoantesuerror. Ellasonríeysecolocaelpelocastañosobreunodesushombros. —Tessa,perdón.TengounaprimaquesellamaTamaraysupongoqueteníaelnombreenmente. —¿Qué te hace pensar que voy a disculparme? —digo, y pego la lengua al velo del paladar mientrasesperosurespuesta. —Estásdebroma,¿no?¡Ledebesunadisculpa!—exclama—.Oalmenostienesquedecirleque irásaSeattleconella. Gruño. —NopiensoiraSeattle,joder. «¿PorquécojonesTessaysudoblenoparandeagobiarmeconlamierdadeSeattle?» —Bueno,puesentoncesesperoquesevayasinti—dicesecamente. Mequedomirandoaestachicaquepensabaquepodríallegaraentenderme. —¿Quéhasdicho? Meapresuroadejarelvasodebrandysobrelamesayellíquidomarrónsederramasobrelablanca superficie. Lillianenarcaunaceja. —Hedichoqueesperoquevayaigualmente,porquehasintentadojoderlesucontratodealquilery aunasínoestásdispuestoatrasladarteconella. —Afortunadamente,meimportaunaputamierdaloquepienses. Melevantodispuestoamarcharme.Séquetienerazón,peroestoyhartodeesto. —Claroqueteimporta,aunquenoquierasadmitirlo.Coneltiempo,hellegadoalaconclusiónde quelosquedecísquenoosimportanadasoisprecisamentealosquemásosimportanlascosas. Recojoelvasoyapurosucontenidoantesdedirigirmealapuerta. —Nomeconocesenabsoluto—digoconlosdientesapretados. Lillianselevantayseaproximacomositalcosa. —Claroquesí.YatehedichoqueerescomoRiley. —Pues lo siento por ella, porque tiene que aguantar lo suyo... —empiezo a atacarla, pero me refreno. Estachicanohahechonadamalo.Estáintentandoayudarme,ynomerecequepaguemismovidas conella. Suspiro. —Perdona,¿vale? Vuelvoalsalónymedesplomosobreelsofá. —¿Ves? Disculparse no es tan difícil, ¿verdad? —Lillian sonríe, se acerca al carrito de nuevo y traelabotelladebrandyhastadondemeencuentro. —Estáclaroquenecesitasotrotrago.—Sonríeycogemivasovacío. —Tessadetestaquebeba—farfullotrasmiterceracopa. —¿Teponesdesagradablecuandolohaces? —No—respondosinpensar.Pero,alverqueestáverdaderamenteinteresada,meditolapreguntay reconsideromirespuesta—.Aveces. —Hum... —Y¿túporquénobebes?—pregunto. —Nolosé.Simplementenobebo. —Y¿tunovio...,perdón,tunoviabebe? Asiente. —Sí,aveces.Aunquenotantocomoantes. —Vaya. EsposiblequelatalRileyyyotengamosmásencomúndeloquepensaba. —¡¿Lillian?!—gritaentoncessupadre,yoigocrujirlaescalera. Meincorporoymeapartodeellaporinstinto,yellacentralaatenciónenél. —¿Sí,papá? —Escasilaunadelamadrugada.Creoqueyavasiendohoradequesemarchetucompañía— dice. «¿Launa?¡Joder!» —Vale. —Asiente y me mira de nuevo—. A veces se le olvida que ya soy adulta —susurra claramenteirritada. —Detodosmodostengoquemarcharmeya.Tessamevaamatar—respondo. Cuandomelevanto,miequilibrionoestanestablecomodebería. —Puedesvolvermañanasiquieres,Hardin—diceelamigodemipadrecuandollegoalapuerta. —PídeleperdónypiensaacercadelodeSeattle—merecuerdaLillian. Peroestoydecididoanohacerlecasoysalgoporlapuerta,desciendolosescalonesyrecorroel acceso pavimentado. Me encantaría saber a qué se dedica su padre; es evidente que está forrado de pasta. Todoestámuyoscuro.Nisiquierameveolamanocuandolameneocomounidiotadelantedemi cara.Cuandollegoaliniciodelsendero,laslucesexterioresdelacabañademipadreaparecenantemis ojosymeguíanhaciasuaccesoyporlosescalonesdelporche. Lapuertamosquiteracrujecuandolaabroymaldigo.Loúltimoquenecesitoenestosmomentoses quemipadresedespierteyhuelaelbrandyenmialiento.Aunque,bueno,puedequeéltambiénquiera unpoco. MiTessainteriormereprendealinstantepormicínicopensamiento.Mepellizcoelpuentedela narizysacudolacabezaparasacarlademimente. Estoyapuntodetirarunalámparaalsuelomientrasintentodescalzarme.Meagarroalaesquina delaparedparasostenermeyporfinconsigocolocarlasbotasjuntoaloszapatosdeTessa.Empiezana sudarmelaspalmasdelasmanosmientrassubolaescaleralomásdespacioposible.Noestoyborracho, perosíbastanteachispado,yséquevaaenfadarseaúnmásqueantes.Estatardeestabafueradesus casillas,yahoraqueheestadoporahíhastatantarde,yencimabebiendo,vaaperderlospapeles.La verdadesquemesientobastanteasustadoahoramismo.Estabatanfuriosaantesquemehainsultadoy mehaordenadoquemelargara. La puerta de la habitación que compartimos se abre con un leve crujido e intento ser lo más silenciosoposibleyatravesarlaoscuridadsindespertarla. Notengoesasuerte. LalámparadelamesilladenocheseenciendeyTessafijasumiradaimpasibleenmí. —Perdona...,noqueríadespertarte—medisculpo. Fruncesuslabioscarnosos. —Noestabadormida—declara,yempiezoasentirunatensiónenelpecho. —Séqueesmuytarde,losiento—digosinhacerpausas. Ellamemiraconrecelo. —¿Hasestadobebiendo? Apesardesuexpresión,lebrillanlosojos.Elmodoenquelatenueluzdelalámparailuminasu rostrohacequemedenganasdealargarlamanoytocarla. —Sí—digoaguardandosufuria. Suspiraysellevalasmanosalafrenteparaapartarselosmechonesrebeldesquesehansoltadode sucoladecaballo.Noparecealarmadanitampocosorprendidapormiestado. Treintasegundosdespués,sigoesperandosuira. Peronada. Continúa ahí sentada en la cama, apoyada en las manos, mirándome con decepción mientras yo sigodepieeincómodoenelcentrodelahabitación. —¿Vasadeciralgo?—preguntoporfinconlaesperanzadeinterrumpireldesagradablesilencio. —No. —¿Yeso? —Estoyagotada,ytú,borracho.Notengonadaquedecir—replicasinemociónalguna. Mepasolavidanervioso,anticipandoelmomentoenqueyanopuedamásydigaquehastaaquí hemos llegado y que está harta de soportar mis mierdas y, sinceramente, tengo miedo de que ese momentohayallegado. —Noestoyborracho,sólohetomadotrescopas.Sabesqueparamíesonoesnada—digo,yme sientoenelbordedelacama. Un escalofrío me recorre la espalda cuando veo que se desplaza más cerca de la cabecera para apartarsedemí. —¿Dóndeestabas?—preguntaconvozsuave. —Enlacabañadeallado. Continúamirándome,esperandomásinformación. —EstabaconunachicaquesellamaLillian.Supadrefuealauniversidadconelmío,yhemos estadohablando,unacosahallevadoalaotray... —Joder...—Tessacierralosojosconfuerza,setapalosoídosconlasmanosysellevalasrodillas alpecho. Lecojolasdosmuñecasconunamanoyselascolocosobresuregazoconsuavidad. —No,no,noesloquepiensas.Joder.Estábamoshablandosobreti—ledigo,yesperoaqueponga losojosenblanco,comosiempre,ysusgestosdeincredulidadantetodoloqueledigo. Abrelosojosymemira. —¿Sobremí? —SobretodaestamierdadeSeattle. —¿HashabladoconellasobreSeattlecuandoconmigonoquiereshablardeello? Sutononoesdeenfado,sinodecuriosidad,yestoyconfundidodelahostia.Yonoqueríahablar conesachica,prácticamentemehaobligadoahacerlo,perosupongoqueenciertomodomealegrode quelohayahecho. —Noesasídesimple.Además,túmepedistequemefuera—lerecuerdoalachicaconlacarade Tessaquetengodelante,perosinsuactituddesiempre. —Y¿hasestadoconellatodoestetiempo? Veocómoletiemblaellabioinferiorantesdeapretarlosdientescontraél. —No.Fuiapasearymeencontréconella. Acercolamanoparaapartarleunmechónrebeldedelamejillaynomeloimpide.Tienelapiel calienteyparecebrillarbajolatenueluzdelalámpara.Apoyaelrostrocontramipalmaycierralos ojosmientrasleacaricioelpómuloconelpulgar. —Separecemuchoati. Noesperabaesareacción.Sinceramente,esperabaqueestallaselaterceraguerramundial. —Entonces¿tegusta?—preguntaentreabriendoligeramentesusojosgrisesparamirarme. —Sí,esmaja.—Meencojodehombrosyloscierradenuevo. Sucalmamehapilladoporsorpresa,yeso,juntoconelbrandyenvejecido,dacomoresultadoun Hardintremendamenteconfundido. —Estoycansada—dice,ylevantalamanoparaapartarlamíadesurostro. —¿Noestásfuriosa?—pregunto. Algonovabien,peronoséquées.Putoalcohol. —Sóloestoycansada—responde,ysetumbasobrelasalmohadas. Vale... Campanasdealarma,no,másbiensirenasdealertadetornadoestallanenmicabezaantelafalta deemociónquetransmitesuvoz.Hayalgoquenomeestádiciendo,yquieroquelodiga. Peromientrassequedadormida,oalmenosfingehacerlo,medoycuentadequetengoqueelegir pasarporaltosusilencioestanoche.Estarde.Silaagobiomeobligaráamarcharmedenuevo,yno puedoconsentirlo.Nopuedodormirsinella,ytengosuertedequemeestépermitiendoestarcercade elladespuésdetodalamierdaconSandra.Tambiéntengosuertedequeelalcoholmeestédandosueño, de modo que no me pasaré toda la noche despierto pensando qué se estará cociendo en la mente de Tessa. Capítulo34 Tessa Laluzdelamañanainundalahabitacióncuandoelsolsaleenladistancia.Desvíolamiradadesdelas puertas descubiertas del balcón hasta mi vientre. El brazo de Hardin envuelve mi cuerpo. Sus labios carnososestánentreabiertosyunossuavesronroneosescapandeellos.Nosésiecharlodelacamao apartarleelpelocastañodelafrenteypegarloslabioscontralapielenrojecida. Estoymuyenfadadaconélportodoloquepasóanoche.Tuvolaosadíadevolveralacabañaala unaymediadelamadrugaday,talycomomehabíatemido,paraañadirmásleñaalfuego,sualiento apestabaaalcohol.Yluegoestálodeesachica,unachicacomoyo,conlaquesepasóhorasyhoras. Me dijo que sólo habían estado hablando, y no es que no me lo crea. Es el hecho de que Hardin se niegueahablarsobreSeattleconmigo,peronopareceimportarlehablarconellaalrespecto. Noséquépensar,yestoyhastalasnaricesdetenerquepensartodoeltiempo.Siemprehayalgún problemaquesolucionar,algunadiscusiónquesuperar...,yyaestoyharta.Hartadetodoesto.Quieroa Hardin más de lo que soy capaz de comprender, pero no sé cuánto tiempo más podré seguir así. No puedoestarsiemprepreocupándomedequellegueacasaborrachocadavezquetenemosunproblema. Queríagritarle,lanzarleunalmohadónalacaraydecirlequeesuncapullo,peroestoyempezandoa darmecuentadequeunasólopuedediscutirconunamismapersonasobrelamismacosaciertonúmero devecesantesdequemarse. NoséquéhacerrespectoalhechodequenoquieraveniraSeattle,perosíséquequedarmeaquí tumbadaenlacamanomevaaayudar.LevantoelbrazodeHardin,meescabullodedebajodesupeso ycolocosuavementesuextremidadsobrelaalmohadaquetieneallado.Gruñeunpocoensueños,pero afortunadamentesóloseestirasindespertarse. Cojo mi teléfono de la mesilla de noche y me acerco sigilosamente hasta las puertas del balcón. Apenashacenruidoalabrirse,ydejoescaparunsuspirodealivioantesdecerrarlasdetrásdemí.Fuera, elaireesmuchomásfrescoqueayer;aunqueesnormal,sonsólolassietedelamañana. Conelteléfonoenlamano,empiezoapensarenmiresidenciaenSeattle,queenestosmomentos esinexistente.Mitrasladoaesaciudadseestáconvirtiendoenunengorromuchomásgrandedeloque había anticipado y, la verdad, a veces me da la sensación de que tanto lío no merece la pena. Me reprendo al instante por ese pensamiento. Eso es justo lo que Hardin pretende: ponerme las cosas difícilesconlaesperanzadequeacaberenunciandoaloquequierohacerymequedeconél. Bien,puesesonovaapasar. Abro el navegador de mi teléfono y espero con impaciencia a que Google se cargue. Me quedo mirando la pequeña pantalla y aguardando a que el molesto círculo deje de girar una y otra vez. Frustradaantelalentarespuestademiteléfonoprehistórico,vuelvoalahabitación,cojoeldeHardinde lasillaysalgodenuevoalbalcón. Sisedespiertaymepillaconsumóvil,sevaaenfadar.Peronoestoyfisgandosusllamadasnisus mensajes.Sóloestoyusandosuconexiónainternet. «Sí, es maja.» Sus palabras sobre la tal Lillian se repiten en mi cabeza mientras intento buscar apartamentosenSeattle. Sacudo la cabeza para borrar el recuerdo de mi mente y admiro un lujoso apartamento que me gustaríapoderpermitirme.Pasoalsiguiente,unopequeñodeundormitorioenundúplex.Nomesiento cómodaenundúplex;megustalaideadequealguientengaqueatravesarunvestíbuloparallegarami puerta, y más teniendo en cuenta que por lo visto voy a estar sola en Seattle. Deslizo el dedo por la pantallaunascuantasvecesmásantesdeencontrar,porfin,unpisodeunahabitaciónenunatorrede apartamentosmediana.Sesaledemipresupuesto,peronodemasiado.Sitengoquepasarsincomprar comidahastaquemeinstale,loharé. Guardo el número de teléfono en mi móvil y continúo ojeando los anuncios. El pensamiento imposibledebuscarapartamentoconHardinmepersigue.Estamoslosdossentadosenlacama,yocon laspiernascruzadasyélconsuslargaspiernasestiradasyconlaespaldaapoyadaenlacabecera.Yole enseñounmontóndepisos,yélponelosojosenblancoysequejadelprocesodebúsqueda,perolo pillosonriendoyconlosojosfijosenmislabios.Medicequeestoymuyguapacuandomeagobio,y despuésmequitaelportátildeencimaymeaseguraqueyabuscaráélunsitioparalosdos. Peroesoseríademasiadosencillo.Demasiadofácil.Todoenmividaerasencilloyfácilhastahace pocos meses. Mi madre me ayudó con la residencia y lo tuve todo solucionado y preparado antes inclusodellegaralaWCU. Mi madre... No puedo evitar echarla de menos. No tiene ni idea de que me he reunido con mi padre.Séqueseenfadaríamuchosilosupiera. Sindarmecuenta,meencuentromarcandosunúmero. —¿Diga?—contestaconvozsuave. —¿Mamá? —¿Quiénibaaser,sino? Yameestoyarrepintiendodehaberlallamado. —¿Cómoestás?—preguntoenvozbaja. Suspira. —Estoybien.Heestadounpocoocupadacontodoloqueestápasando. Oigoruidodeollasysartenesdefondo. —Y¿quéesloqueestápasando? «¿Sabelodemipadre?»Decidoalinstanteque,sinolosabe,éstenoeselmomentodecontárselo. —Pues nada en concreto. He estado haciendo muchas horas extras y tenemos un nuevo pastor... Ah,yRuthhafallecido. —¿RuthPorter? —Sí,ibaallamarte—dice,ysutonofríosetornaligeramentecálido. Ruth,laabueladeNoah,eraunadelasmujeresmásdulcesquehetenidoelplacerdeconocer.Era siempremuyamabley,juntoconKaren,hacíalasmejoresgalletasconpepitasdechocolatedelmundo. —Y¿cómoestáNoah?—meatrevoapreguntar. Estabamuyunidoasuabuela,yséquedebedeestarpasándolomal.Yonuncatuvelaoportunidad detenerunarelaciónestrechaconmisabuelos;lospadresdemipadremurieronantesdequeyofuese lo bastante mayor como para acordarme, y los padres de mi madre no eran la clase de gente que permitíaquenadieseacercaraaellos. —Pueslollevabastantemal.Deberíasllamarlo,Tessa. —No puedo... —Empiezo a decirle que no puedo llamarlo, pero me interrumpo. ¿Por qué no puedo?Puedoyloharé—.Loharé...Lollamaréahoramismo. —¿De verdad? —dice claramente sorprendida—. Bueno, pero espera al menos hasta después de lasnueve—meaconseja,ysonríosindarmecuentaaloírla.Séqueellatambiénestarásonriendoalotro ladodelalínea—.¿Cómovanlasclases? —MemarchoaSeattleellunes—confieso,yoigoelrepiqueteodealgoquehacaídoalsuelo. —¿Qué? —Telocomenté,¿recuerdas? «¿Nolohice?» —No,nolohiciste.Medijistequetuempresasetrasladabaallí,peronoquetúfuesesamarcharte seguro. —Losiento,heestadomuyocupadaconlodeSeattle,yconHardin. —¿Vaairsecontigo?—mepreguntaconunavoztremendamentecontrolada. —Pues...nolosé—respondoconresignación. —¿Estásbien?Parecespreocupada. —Estoybien—miento. —Séquenohemosestadomuydeacuerdoúltimamente,perosigosiendotumadre,Tessa.Site pasaalgo,puedescontármelo. —Estoybien,deverdad.Sóloestoyalgoestresadacontodoestoylodeltrasladoalnuevocampus. —No te preocupes. Te irá estupendamente. Destacarás en cualquier campus. Puedes destacar en cualquierparte—diceinfundiéndomeseguridad. —Lo sé, pero ya me he acostumbrado a éste, y ya conozco a algunos de los profesores y tengo amigos...,unospocosamigos. Laverdadesquenotengoningúnamigoalquevayaaechartremendamentedemenos,exceptoa Landon.YpuedequeaSteph...,perosobretodoaLandon. —Tessa,esparaestoparaloquehemosestadotrabajandotantosaños,ymírateahora.Miraloque hasconseguidoentanpocotiempo.Deberíassentirteorgullosa. Suspalabrasmesorprendenymimenteseapresuraaprocesarlas. —Gracias—consigoarticular. —InfórmamecuandotehayasinstaladoenSeattleparaquevayaaverte,yaquenoparecequetú vayasaveniracasamuypronto—dice. —Loharé—respondopasandoporaltosutonoáspero. —Tengoqueprepararmeparairmeatrabajar,yahablaremos.AcuérdatedellamaraNoah. —Sí,lollamarédentrodeunpardehoras. Cuandocuelgo,unmovimientoenelbalcónllamamiatencióny,allevantarlavista,veoaHardin. Yasehavestidoconsusvaquerosysucamisetanegrosdesiempre.Vadescalzoytienelamiradafijaen mí. —¿Quiénera?—pregunta. —Mimadre—contesto,ymellevolasrodillasalpechosobrelasilla. —¿Paraquétehallamado?—Agarraelrespaldodelasillavacíaylaarrastraparaacercarlaamí antesdesentarse. —Lahellamadoyo—aclarosinmirarlo. —¿Quéhaceaquífueramiteléfono? Locogedemiregazoylocomprueba. —Necesitabainternet. —Ah—dicecomosinomecreyera. «Sinotienenadaqueocultar,¿quémásleda?» —¿De quién hablabas cuando has dicho que ibas a llamarlo? —pregunta sentándose en el borde deljacuzzi. Lomiroalacara. —DeNoah—respondosecamente. Meobservaconrecelo. —Yunamierdalovasallamar. —Síquelovoyahacer. —¿Quétienesquehablarconél?—Apoyalasmanosenlasrodillasyseinclinahaciaadelante—. Nada. —¿Asíquetúpuedespasartehorasconotrapersonayvolverborracho,pero...? —Estuexnovio—meinterrumpe. —Y¿cómoséqueesachicanoesunadetusexnovias? —Porqueyonotengoexnovias,¿recuerdas? Resoploconfrustración;mideterminaciónpreviahadesaparecidoyestoycabreándomedenuevo. —Vale, pues una de tantas chicas con las que te has acostado, entonces. De todos modos — continúoenvozbajayclara—,túnovasadecirmeaquiénpuedoyaquiénnopuedollamar.Seami exnovioono. —Creíaquenoestabasenfadadaconmigo. Suspiroapartandolamiradadesuspenetrantesojosverdesydirigiéndolahaciaelagua. —Ynoloestoy.Deverdadqueno.Hicistejustoloqueesperabaquehicieras. —¿Quees...? —Huirdurantehorasyvolverapestandoaalcohol. —Túmedijistequememarchara. —Esonoesexcusaparavolverborracho. —¡Yaestamos!—gruñe—.Sabíaquenoteestaríascalladitacomohicisteanoche. —¿Calladita?¿Loves?Éseestuproblema:esperasquemequedecalladita.Yestoyharta. —¿Dequé?—Seinclinahaciamíyacercaelrostrodemasiadoalmío. —Deesto...—Agitolamanofrenéticamenteymepongodepie—.Estoyhartadetodoesto.Vetey hazloquetedélarealgana,perobúscateaotraquesequedeaquísentadamientrashacesdelastuyasy queluegosequedecalladita,porqueyonopiensoseguirhaciéndolo.—Ledoylaespalda. Seponedepieyrodeamibrazoconlosdedosparavolvermesuavemente. —Para —ordena. Su enorme mano se extiende por mi cintura mientras la otra me sostiene del brazo.Piensoenmarcharme,peroentoncesmeestrechacontrasupecho—.Dejaderesistirte.Novasa iraningunaparte. Aprietaloslabiosconfirmezayyoliberoelbrazodeuntirón. —Suéltameymesentaré—resoplo. Noquieroceder,peromeniegoafastidiarleselviajealosdemás.Sivoyalpisodeabajo,Hardin meseguiráyacabaremosmontandounabuenadelantedesufamilia. Mesueltainmediatamenteyyomedejocaerenlasilladenuevo.Élsesientadelantedemíyme miraconexpectaciónconloscodosapoyadosenlosmuslos. —¿Qué?—espeto. —¿Vasadejarme?—susurra,ysupreguntasuavizaligeramentemidurapostura. —SiterefieresadejarteparairmeaSeattle,sí. —¿Ellunes? —Sí, el lunes. Ya hemos hablado de esto mil veces. Sé que estabas convencido de que tu sucia artimañamedisuadiríadehacerlo—declaroechandohumo—,peronoesasí,ynadadeloquehagas meloimpedirá. —¿Nada?—Memiraatravésdesusgruesaspestañas. «Me casaré contigo», me dijo estando borracho. ¿Se refiere a eso ahora? Por mucho que quiera preguntárseloaquíyahora,nopuedohacerlo.Creoquenoestoypreparadaparasusobriarespuesta. —Hardin,¿quéhayenSeattlequequieresevitaratodacosta?—decidopreguntarleensulugar. Apartalamiradadelamía. —Nadaimportante. —Hardin,telojuro,comomeestésocultandoalgo,jamásvolveréahablarte—leavisomuyen serio—.Yahetenidosuficiente,deverdad. —No es nada, Tessa. Tengo algunos viejos amigos allí que no me apetece mucho ver porque formanpartedemiantiguavida. —¿Tuantiguavida? —Mividaantesdeconocerte:labebida,lasfiestas,follarconcualquierchicaquesecruzaraenmi camino —dice. Al ver mi gesto de dolor, farfulla—: Lo siento. —Pero continúa—: No hay ningún secreto,sólomalosrecuerdos.Aunqueésanoeslarazónporlaquenoquieroir. Esperoaquelleguealfondodelasunto,peronodicenadamás. —Vale,entoncesdimecuáles,porquenoloentiendo. Memiraalosojossinningunaexpresiónenelrostro. —¿Porquénecesitasunaexplicación?Noquieroir,ytampocoquieroquetúvayassinmí. —Esa explicación no me basta. Voy a ir —digo negando con la cabeza—. Y ¿sabes qué? Ya no quieroquevengasconmigo. —¿Qué?—Sumiradaseensombrece. —Noquieroquevengas.—Memantengotodolocalmadaquepuedoymelevantodelasilla.Me siento orgullosa de ser capaz de estar manteniendo esta conversación sin gritar—. Has intentado fastidiarmeesto.Éstehasidomisueñodesdequetengousoderazón,ytúhasintentadofastidiármelo. Hasconvertidoalgoquedeberíaestardeseandohacerenalgoqueapenaspuedosoportar.Deberíaestar emocionadaydispuestaamarcharmeacumplirmissueños,perohasconseguidoquenotenganingún sitiodondeviviryningúnsistemadeapoyoenabsoluto.Asíque,no,noquieroquevengas. Hardinabreycierralaboca,selevantayempiezaapasearseporelsueloentarimado. —Tú...—comienza,perosedetienecomosiestuvierareconsiderandosuspensamientos. Peroconéllascosasnuncacambian,ydecideirporelcaminomásdifícil. —¿Sabesqué,Tessa?NadiequiereiraSeattleexceptoalguiencomotú.¿Quiéncojonessueñacon mudarse a Seattle en el puto estado de Washington? Qué gran ambición —ruge. Inspira hondo con violencia—.Y,porsisetehabíaolvidado,yosoyelúnicomotivoporelquetienesesaoportunidad, paraempezar.¿Quiéntecreesqueconsigueuncontratodeprácticasensuprimerañodeuniversidad? ¡Nadie,joder!Lamayoríalaspasancanutasparaconseguirunoinclusodespuésdelicenciarse. —Esonotienenadaqueverconelasuntoqueestamosdiscutiendo.—Pongolosojosenblanco antesudesfachatez. —Y¿cuáleseseasunto,desagradecidade...? Doyunpasohaciaélylevantolamanosindarmecuentasiquieradeloqueestoyhaciendo. PeroHardinesdemasiadorápidoymeagarradelamuñeca,deteniéndomeaunoscentímetrosde sumejilla. —Niseteocurra—meadvierte.Suvozesáspera,cargadadeira,ylamentoquehayaevitadoque le dé una bofetada. Su aliento mentolado golpea mis mejillas mientras intenta controlar su temperamento. «Adelante, Hardin», lo desafío mentalmente. No me intimida su respiración entrecortada ni sus insultos.Puedodevolvérselosconcreces. —Nopuedeshablarleasíalagentesinquehayaconsecuencias—digoenuntonogravequeroza laamenaza. —¿Consecuencias?—Memiraconojosfuriosos—.Enmividanoheconocidootracosa. Detestoqueseatribuyaelméritodemisprácticas;detestoquetirecuandoyoaflojoytirarcuando afloja él; detesto que haga que me enfurezca tanto que quiera pegarle; y detesto sentir que pierdo el controldealgoquenoestoyseguradehabertenido.Lomiro.Sumanosiguesosteniendomimuñeca con la presión justa como para evitar que intente golpearlo de nuevo, y parece herido, de un modo peligroso.Susojosreflejandesafío,yhacequesemecaigaelalmaalospies. Colocamimanosobresupechosinapartarlosojosdelosmíosydice: —Túnosabesloquesonlasconsecuencias. Luegosealejademí,aúnconesaexpresiónenlosojos,ymimanocaeamicostado. Capítulo35 Hardin «¿Quiéncoñosecreequees?»¿Acasopiensaquepuededecirmeesascosassóloporquenoquieroira Seattleconella?¿Yahoranoquierequevaya? ¿MedicequenoquierequevayaaSeattleyencimaintentadarmeunabofetada?Deeso,nada.Le hedichoesascosasporqueestabafurioso,peromehasorprendidoqueintentarapegarme...Mucho.La hedejadoconlosojosfueradelasórbitas,llenosderabia,peroteníaquealejarmetodoloposiblede esamierda. Estoyenlapequeñacafeteríadelpueblo.Elcafésabeaalquitrán,ylaextrañamagdalenaquehe pedidoestámásasquerosatodavía.Detestoestelugaryelhechodequenohayanadadenada. Abrotressobresdeazúcaralavez,losviertoeneldesagradablecaféyremuevolamezclaconuna cucharilladeplástico.Esdemasiadotempranoparatodaestamierda. —Buenosdías—mesaludaunavozfamiliar.Aunquenoeslaqueesperabaoír. —¿Qué haces aquí? —le pregunto a Lillian poniendo los ojos en blanco cuando se acerca por detrásdemí. —Vaya,esevidentequetienesunmaldespertar—diceconvozempalagosa,ysesientadelantede mí. —Lárgate—refunfuño,yobservolapequeñacafetería. Hayunacolahastalapuerta,ycasitodaslasmesasestánllenas.Deberíahacerlesunfavoralos queguardancolaydecirlesqueselarguenabuscarunputoStarbucksporqueestelugaresunasco. Lillianmemira. —Notehasdisculpado,¿verdad? —Joder,quécotillaeres. Mepellizcoelpuentedelanariz,yellasonríe. —¿Vasaterminarteeso?—preguntahaciendoungestohacialamadalenaduracomounapiedra quetengodelante. Ladeslizohaciaellaycogeuntrozo. —Yoquetúnomelacomería—leadvierto,peroellalohacedetodosmodos. —Noestátanmal—miente.Séqueestádeseandoescupirla,peroselatraga—.¿Vasaexplicarme porquénotehasdisculpadoconTamara? —QuesellamaTessa,joder.Comovuelvasallamarla... —Oye, oye, cálmate, que era una broma. Sólo te estaba tomando el pelo. —Se echa a reír, orgullosadesertanimpertinente. —Ja,ja. Meterminoelrestodelcafé. —Bueno,dime,¿porquénolohashecho? —Nolosé. —Claroquesí—insiste. —¿Atiquémásteda?—MeinclinohaciaellayLillianseapoyaenelrespaldodesusilla. —Nosé...Esqueparecequelaquieres,yeresmiamigo. —¿Tuamigo?Nisiquierateconozco,ydesdeluegotúnomeconocesamí—declaro. Su expresión neutra desfallece un instante y empieza a parpadear lentamente. Como se ponga a llorarcreoquevoyagolpearaalguien.Nopuedosoportartantodramaaestashorasdelamañana. —Oye,eresguayytal,peroesto...—hagoungestoconlamanoentresucuerpoyelmío—noes unaamistad.Yonotengoamigos. Ladealacabeza. —¿Notienesningúnamigo?¿Nisiquierauno? —No.TengoagenteconlaquesalgodefiestayaTessa. —Deberíasteneramigos;almenos,uno. —¿Quésentidotendríaquefuésemosamigostúyyo?Sóloestaremosaquíhastamañana. Seencogedehombros. —Podríamosseramigoshastaentonces. —Estáclaroquetútampocotienesamigos. —Nomuchos.ARileynolecaenmuybien. —¿Y?¿Esoquémásda? —Puesquenoquieropelearmeconella,asíqueyanolosveoamenudo. —Disculpa,perolatalRileypareceunazorra. —No hables así de ella. —Lillian se pone colorada, mostrando por primera vez una emoción distintadelacalmaolaomnisciencia. Jugueteoconmitaza,satisfechodehaberderribadosufachada. —Sólodigoqueyonopermitiríaquenadiemedijeraquiénespuedenonopuedensermisamigos. —¿MeestásdiciendoqueTessasaleconsusamigos?—Enarcaunacejayyoapartolamiradapara pensarensupregunta. Tieneamigos...,tieneaLandon. —Sí. —Túnocuentas. —No,yono.Landon. —Landonestuhermanastro.Tampococuenta. Steph es una especie de amiga de Tessa, pero no son amigas de verdad, y Zed... ya no es un problema. —Metieneamí—digo. Sonríeconpetulancia. —Yameimaginaba. —¿Eso qué más da? Cuando nos larguemos de aquí y empecemos de cero podrá hacer nuevos amigos.Podemoshaceramigosjuntos. —Claro.Elproblemaesquenovaisairalmismolugar—merecuerda. —Vendráconmigo.Séquepareceimprobable,perotúnolaconoces.Yosí,yséquenopuedevivir sinmí. Lillianmemiraconojospensativos. —¿Sabes?Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo. Estachicanotieneniputaideadeloquedice.Notieneningúnsentido. —Noquieroseguirhablandodeella.Sivamosaseramigos,tienesquehablarmesobreReganytú. —Riley—replicaellaconbrusquedad. Meríoligeramente. —Jode,¿eh? Lillianmefulminaconlamiradadebroma,perodespuésmecuentacómoconocióasunovia.Les tocóestarjuntasdurantelaorientacióndelprimercursodeLillian.Alprincipio,Rileysemostróalgo arisca,perodespuésletirólacañaparasorpresadeambas.Aparentemente,latalRileyescelosaytiene bastantemalaleche.Merecuerdaaalguien. —Lamayoríadenuestraspeleassonacausadesuscelos.Tienemiedodequemealejedeella.No séporqué,porquesiempreesellalaquellamalaatencióndetodoelmundo,hombresymujeres,yha salidoconambossexos.—Suspira—.Escomoquetodoelmundolevale. —¿Túnolohashecho? —No,yonohesalidoconningúnchico.—Arrugalanariz—.Bueno,unavezenoctavo,porque meviunpocoobligadaahacerlo.Misamigasnoparabandedarmelalataporquenuncahabíatenido novio. —¿Porquénoselodijiste?—lepregunto. —Noestansencillo. —Deberíaserlo. Sonríe. —Sí,debería.Peronoloes.Enfin,quenuncahesalidoconnadiemásqueconRileyyotrachica. —Entoncessusonrisadesaparece—.Riley,encambio,hasalidoconmuchagente. Elrestodelamañanaytambiénlatardelospasoasí,escuchandolosproblemasdeestachica.Perono me molesta tanto como pensaba. Es agradable saber que no soy el único que tiene esta clase de movidas.LillianmerecuerdamuchoaTessayaLandon.Silosfundieranenunapersona,sindudasería ella. Odio admitirlo, pero no me agobia su compañía. Es una marginada, como yo, pero no me juzga porque apenas me conoce. Un montón de extraños entran y salen de la cafetería, y cada vez que veo entraraunarubianopuedoevitarlevantarlavistaconlaesperanzadequeseamirubiaextraña. Derepenteempiezaasonarunamelodíacuriosa. —Serámipadre...—diceLillian,ycompruebasuteléfono—.Joder,soncasilascinco—exclama entoncespresadelpánico—.Debemosirnos.Bueno,yodeboirme.Todavíanotengonadaqueponerme paraestanoche. —¿Paraqué?—lepreguntocuandoselevanta. —Paralacena.Sabesquevamosacenarcontuspadres,¿no? —Karennoesmi...—empiezoadecir,perodecidodejarlocorrer.Ellayalosabe. Melevantoylasigoporelbarriohastaunapequeñatiendaderopallenadevestidoscoloridosy bisuteríademalgusto.Hueleanaftalinayasalitre. —Notienennadadecente—protestasosteniendoenaltounvestidorosaintensoconvolantes. —Esoeshorrible—ledigo,yellaasienteylocuelgadenuevoensusitio. NopuedoevitarpensarenquéestaráhaciendoTessaenestosmomentos.¿Seestarápreguntando dóndeestoy?SeguroquedaporhechoqueestoyconLillian,cosaqueesverdad,peronotienedequé preocuparse.Yalosabe. Unmomento...No,nolosabe.NolehehabladodequeLilliantienenovia. —Tessanosabequeereslesbiana—espetocuandomeenseñaunvestidonegroconcuentas. Ellamemiracondiplomaciayselimitaapasarlamanoporelvestidootravez,comolohizocon labotelladebrandyanoche. —Novoyadarteconsejosdemoda,asíquedejadeintentarlo—gruño. Ponelosojosenblanco. —Y¿porquénoselohasdicho? Tocouncollarconplumasquetengodelante. —Nolosé.Nosemeocurrió. —Vaya, me siento tan halagada de que mi orientación sexual te sea tan indiferente... —dice con fingidagratitudyconunamanoextendidasobresucuello—.Perodeberíasdecírselo.—Sonríe—.No meextrañaqueestuvieraapuntodedarteunbofetón. Sabíaquenodeberíahaberlecontadolodelabofetada. —Cállate.Selodiré...—Aunquelaverdadesquepodríavenirmebiennohacerlo—.Alomejor —añado. Lillianponelosojosenblancodenuevo.PonelosojosenblancocasitanamenudocomoTessa. —Escomplicada,yséloquemehago,¿vale? O,almenos,esocreo.Séexactamentecómotensarlascuerdashastaobtenerloquequiero. —Tienes que arreglarte esta noche; el sitio al que vamos es repugnantemente sofisticado —me adviertemientrasojeaelvestidogirandolapercha. —Deeso,nada,nihablar.Detodasmaneras,¿quétehacepensarquevoyair? —¿Porquéno?Teinteresaquetuparientadejedeestartanenfadada,¿no? Suspalabrasmedescolocanporuninstante. —¿Miparienta?Nolallamesasí. Meempotraunacamisablancacontraelpecho. —Almenosponteunacamisabonita;delocontrario,mipadrenopararádedartelabrasatodala noche—dicemetiéndoseenelprobador. Unosminutosdespuésaparececonelvestidonegropuesto.Lequedabien—estábuenaytal—, peroalinstanteempiezoaimaginarmeaTessaluciéndolo.Lequedaríamuchomásceñido:Tessatiene las tetas mucho más grandes que Lillian, y las caderas un poco más anchas, de modo que llenaría el vestidomuchomejor. —Noestanfeocomoelrestodelamierdaquetienenaquí—digoamododecumplido. Ponelosojosenblanco,mesacaeldedoycierralacortina. Capítulo36 Tessa MemiroenellargoespejoylepreguntoaLandon: —¿Seguroqueestoybien? —Sí,tranquila—respondeconunasonrisa—.Pero¿podemosintentarrecordarquesoyuntío? Suspiroymeechoareír. —Losé,perdona.Notengolaculpadequeseasmiúnicoamigo. Eltactodelvestidooscuroycentelleantesobremipielnomeresultadeltodocómodo.Latelaes dura y las pequeñas cuentas me rascan un poco cuando me muevo. En la pequeña tienda de ropa del pueblo no había mucho donde elegir, y desde luego no iba a ponerme el vestido rosa intenso confeccionadoexclusivamentecontul.Necesitoalgoqueponermeparalatemiblecenadeestanoche,y nopiensoseguirlasugerenciadeHardindequevayaenvaqueros. —¿Creesquesemolestaráenvolverantesdequelleguelahorademarcharnos?—lepreguntoa Landon. Hardinsehalargado,comosiempre,despuésdenuestrapelea,ynoharegresadodesdeentonces. Tampocohallamadonimehamandadoningúnmensaje.Seguramenteestaráconesachicamisteriosa conlaquetantolegustacompartirnuestrosproblemas.Sí,esachicaconlaquehablamuchomásque con su novia. Con lo cabreado que estaba, no me extrañaría que hiciese algo con ella con la única intencióndehacermedaño. No...,noloharía. —Laverdadesquenolosé—diceLandon—.Esperoquesí.Delocontrario,mimadresesentirá muydecepcionada. —Losé.—Mepongootrahorquillaenelmoñoycojoelrímel. —Vendrá.Sóloestásiendocabezota. —Loquenoséessiiremosjuntos.—Mepasoelpequeñocepilloporlaspestañas—.Sientoque estoyllegandoamilímite.¿Sabesquésentíanochecuandomedijoquehabíaestadoconotrachica? —¿Qué?—mepreguntaconcuriosidad. —Creoquehallegadoelfinaldenuestraturbulentahistoriadeamor...—Intentabaquefuerauna broma,peroalparecernohatenidogracia. —Semehacemuyrarooírtedeciresoprecisamenteati—señala—.¿Cómotesientes? —Unpocoenfadada,peroyaestá.Escomosifuerainmuneaelloahora,atodo.Notengoganasde pasarporlomismounayotravez.Estoyempezandoapensarqueesunacausaperdida,ylaverdades quesemeparteelalma—digo,prohibiéndomeamímismallorar. —Nadieesunacausaperdida.Sólocreenqueloson,yporesoavecesnosemolestanenintentar cambiar. —¿Estáis listos, chicos? —pregunta Karen desde el salón, y Landon le asegura que bajaremos enseguida. Me coloco mi nuevo par de tacones negros con correas en los tobillos. Por desgracia, son tan incómodoscomoaparentan.EnocasionescomoéstaescuandoechodemenosllevarTomsadiario. Cuandonosmetemostodosenelcoche,Hardinaúnnohavuelto. —Nopodemosesperarlomás—diceKenconelceñofruncidodedecepción. —No pasa nada, le traeremos algo a la vuelta —sugiere Karen con dulzura en un intento de disminuirlairritacióndesumarido,apesardequesabequeésanoeslasolución. Landonmemirayyolesonríoparaasegurarlequeestoybien.Intentadistraermetodoeltrayecto hablándome sobre varios estudiantes que conocemos y bromeando sobre sus posturas en clase. Especialmentelasdealgunosdelosquevienenconnosotrosareligión. CuandoKenaparcaennuestrodestino,veoqueelrestauranteesdeungustoexquisito.Eledificio esunacabañadetroncosinmensa,yelinteriorcontradiceelaspectosilvestredelexterior.Esmodernoy elegante,condecoraciónenblancoynegroportodaspartesydetallesengrisenlasparedesyelsuelo. La iluminación está en el límite de ser demasiado oscura, pero crea un ambiente íntimo. Para mi sorpresa,mivestidoesloquemásbrillaenlahabitación.Cuandolaluzsereflejaenlascuentas,éstas centelleancomodiamantesenlaoscuridad,cosaquetodoelmundoparecehaberadvertido. —Scott—oigoquelediceKenalaguapamujerqueseencuentratraselatril. —El resto de su cuadrilla ya está aquí. —Ella sonríe, y sus dientes perfectos son de un blanco cegador. —¿Cuadrilla?—digovolviéndomehaciaLandon,yélseencogedehombros. Seguimosalamujerhastaunamesaenunrincóndelsalón.Detestoquetodoelmundomemirea causadeestevestido.Deberíahabermecompradoaquellamonstruosidadrosa,habríallamadomenosla atención. Un hombre de mediana edad se derrama la copa encima y Landon me acerca a su costado cuando pasamos junto al muy pervertido. Tampoco es un vestido tan exagerado. Me llega justo por encima de la rodilla. El problema es que fue confeccionado para alguien con un busto mucho más pequeñoqueelmío,loquehacequeelsujetadorincorporadoactúecomounpush-upymeacentúeal máximoelescote. —Yaerahoradequellegarais—diceunavozmasculinadesconocida,ymirohaciaellugardonde estáKarenparaverdequiénsetrata. Un hombre, imagino que el amigo de Ken, se levanta para estrecharle la mano. Desvío la vista hacialaderecha,dondesumujersonríeysaludaaKaren.Asuladohayunachicajoven—miinstinto meindicaqueeslachica—,ysemecaeelalmaalospies.Esguapa,muyguapa. Yllevaexactamenteelmismovestidoqueyo. Cómono. Veosusbrillantesojosazulclarodesdeaquíy,cuandomesonríe,mepareceaúnmásguapa.Estoy tandistraídaconmiscrecientescelosquecasinomedoycuentadequeHardinestásentadoasulado, vestidoconunacamisablanca. Capítulo37 Hardin —Joder... —murmura Lillian en voz alta, y me abstrae de mis pensamientos sobre mi pelea matutina conTessa. Levantolavista,sigoladireccióndesumiradayveoquéesloquelahadejadoboquiabierta. Tessa. Conelmismovestido...elmismoputovestidoconelquemelahabíaimaginado.Yhacequesu pecho ya de por sí generoso parezca... Joder... Parpadeo rápidamente en un intento de recobrar la composturaantesdequelleguealamesa.Porunmomentocreoquesetratadeunaalucinación;está aúnmássexideloquemehabíaimaginado.Todoslostíosensusmesassevuelvenparamirarla;uno inclusosederramalabebidaencima.Meagarroalbordedelamesaesperandoaqueelcerdolediga algo.Comolohaga,juroque... —¿ÉsaesTessa?¡Joder!—Lillianestáprácticamentejadeando. Elhombrequesehaderramadolabebidaseapartadesumujerysusojossiguenamichica. —Relájate—diceLilliantocándomelasmanosconsuavidad. Misnudillosllenosdecicatricesestánblancosdelafuerzaconlaquemeaferroalamesa. LandonestrechaaTessaylaapartadelcerdo.Ellalesonríeyéllaestrechamásconformeavanzan. «¿Quécojonesestápasandoaquí?» TessasecolocadetrásdeLandonmientraslospadresdeLillianyKarenyKenprocedenconsus putasformalidadescreyéndosequetienenmuchaclaseporestrecharselamanoapesardequesevieron anochemismo.Pronto,lamiradadeTessadescubreaLillianysusojosseabrencomoplatosysefijan enelsuelo.Estácelosa. Bien.Esoeraloqueesperaba. Capítulo38 Tessa ElpánicomeinvadealveraHardinsentadoalladodeesachica.Nisiquieraparecepercatarsedemi presenciacuandotomoasientojuntoaLandon,alotroladodelamesa,lomáslejosposibledeél. —Hola,y¿túquiéneres?—mepreguntaconunasonrisaelamigodeKen. Séporsutonoqueesdelaclasedehombresquesecreenmejorqueelrestodelospresentes. —Hola,soyTessa—contesto,ysonríosecamenteylosaludoconungestodelacabeza—.Una amigadeLandon. MiroaHardinyveoquetieneloslabiosapretados.Bueno,esevidentequeélestáentreteniendoa lahijadeestehombre,demodoque¿porquéfastidiarlesladiversión? —Encantado,Tessa.YosoyMax,yellaesDenise—diceelhombreseñalandoalamujerquetiene allado. —Esunplacerconocerte—diceDenise—.Hacéisunaparejaencantadora. Hardinempiezaatoser.Oaatragantarse.Noquieromirarloparasabercuáldelasdos...,perono puedoevitarlo.Cuandolohago,veoquemeestáfulminandoconlamirada. Landonseríe. —No,nosomospareja.—MiraaHardincomoesperandoquedigaalgo. Como era previsible, no lo hace. La chica parece algo desorientada y un poco incómoda. Me alegro.Hardinseacercaparadecirlealgoaloídoyellalesonríeysacudelacabeza.«¿Quénaricesestá pasandoaquí?» —Hola,soyLillian,encantadadeconocerte—sepresentaconunasonrisaamistosa. «Zorra.» —Lomismodigo—consigoarticularenrespuesta. Tengo el corazón acelerado y apenas puedo ver con claridad. Si no estuviésemos compartiendo mesaconlafamiliadeHardinylosamigosdeKen,letiraríaaHardinunabebidaalacaray,conel escozordeojos,estaveznopodríainterceptarmibofetada.Noscolocanunmenúdelantedecadauno denosotrosyesperoaquemellenenunadelascopasconaguaantesdecogerlo.KenyMaxempiezan ahablarsobreloextrañoqueresultatenerqueescogerentreaguadelgrifoyaguaembotellada. —¿Yasabesquévasapedir?—mepreguntaLandonenvozbajamomentosdespués. SéqueestáintentandodistraermedeHardinysunuevaamiga. —Pues...nolosé—susurro,yleechounvistazoalsofisticadomenúescritoamano. Ahoramismonopuedopensarencomer;tengoelestómagorevueltoyapenaspuedocontrolarmi respiración. —¿Quieresquenosvayamos?—mepreguntaaloído. MiroaHardin,alotroladodelamesa.Susojosseencuentranconlosmíosuninstanteantesde volversedenuevohaciaLillian. «Sí.QuierolargarmedeaquíydecirleaHardinquenovuelvaahablarmeenlavida.» —No,nopiensoiraningunaparte—digo,ymesientomuyerguidaenmisilla. —Bienhecho—mealabaLandonmientrasunatractivocamarerollegaanuestramesa. —Tomaremos una botella del mejor vino blanco que tengan —le dice el amigo de Ken, y él asiente. Justocuandosedisponeamarcharse,Maxlollama. —Nohabíamosterminado—dice,ypideunalistadeaperitivos. Noconozconingunodelosplatosquehapedido,perosupongoque,detodosmodos,tampocovoy acomermucho. Intentodesesperadamentenomiraralotroladodelamesa,peroesdifícil,muydifícil.¿Porquéha venidoconella?Yencimasehaarregladoparalaocasión.Comonollevevaquerosdebajodelamesa, elpococorazónquemequedaintactosemepartiráenmilpedazos.Siempretengoqueestarunahora rogándoleparaquesepongaotracosaquenoseanunosvaquerosyunacamisetay,encambioahora, aquíestá,alladodeesachicayconunacamisablanca. —Lesdaréunosminutosparaqueveanelmenú,ysitienenalgunaconsultasobrelosplatos,mi nombreesRobert—diceelcamarero. Sumiradaseencuentraconlamía.Sequedaligeramenteboquiabiertoyapartalavistaalinstante sóloparavolveraposarlaenmí.Esestevestidoyelmalditoescote.Leregalounaincómodasonrisa.Él meladevuelveysucuelloysusmejillasempiezanaponerserojos. Espero que mire a Hardin, pero entonces caigo en que, debido a nuestra distribución, los que parecemosparejasomosLandonyyo,yHardinestáconLillian.Semecaeelalmaalospiesdenuevo. —Eh,tío.Tómanosnotaopírate—diceHardininterrumpiendomispensamientos. —Lo...losiento—tartamudeaRobert,ysealejadelamesaatodaprisa. Todas las miradas se centran en Hardin, la mayoría reflejando desaprobación por su comportamiento.Karenpareceavergonzada,yKentambién. —Tranquilos, volverá. Es su trabajo —dice Max quitándole importancia. Seguro que el comportamientodeminoviolepareceaceptableaalguiencomoél. Miro a Hardin con el ceño fruncido, pero no parece importarle lo más mínimo, está demasiado cegadoconesospuñeterosojosazules.Alverloconellatengolasensacióndequenoloconozcode nada, como si me estuviera entrometiendo en la privacidad de un par de tortolitos. Ese pensamiento hacequemesubalabilisporlagarganta.MelatragoydoygraciascuandoRobertvuelveconelvinoy unascubiterasacompañadodeotrocamarero,probablementecomoapoyomoral.Oporprotección. Hardin no le quita ojo de encima, y levanto la vista al techo ante su osadía. ¿Cómo se atreve a mirarmalalpobrechicocuandoélestáactuandocomosinomeconocieradenada? Nervioso,Robertmellenalacopahastaelbordeyyoledoylasgraciasenvozbaja.Mesonríe, estavezconmenostimidez,ysedisponeallenarlelacopaaLandon.Nuncalohevistobeber,excepto enlabodadeKenyKaren,einclusoentoncessólosetomóunacopadechampán.Sinoestuviesetan desoladaporelcomportamientodeHardin,rechazaríaelvinoynobeberíadelantedesuspadres,pero hasidoundíamuylargo,ysinelvinonocreoquepuedaaguantartodaestacena. —No,gracias—diceKencolocandolamanosobresucopacuandoRobertsedirigehaciaél. Levanto la mirada para asegurarme de que Hardin no está preparando ningún comentario borde sobresupadre,perolosorprendodenuevocharlandoentresusurrosconLillian. Estoy muy confundida. ¿Por qué está haciendo esto? Sí, nos hemos peleado, pero esto es demasiado. Doyunlargotragoyelvinomesabefrescoydeliciosamentedulcealpaladar.Medanganasde bebérmelotododegolpe,perotengoqueirpocoapoco.Loúltimoquenecesitoesemborracharmey ponermesensibledelantedetodoelmundo.Hardinnorechazaelvino,peroLilliansí.Élleponelos ojosenblancoparapicarla,ymeobligoaapartarlavistadeellosantesdeconvertirmeenunmarde lágrimaseinundarelpreciososuelodemaderamacizateñida. —¡... Max estaba escalando por la fachada, y estaba tan borracho que tuvo que venir el equipo de seguridaddelcampusabajarlo!—diceKen,ytodosnosechamosareír. TodosmenosHardin,claro. Enroscolapastademiplatoeneltenedorydoyotrobocado.Mecentroenlodeliciososqueestán estostallarinesreciénhechosycómoparecenhacerseunovilloalrededordelosdientesdeltenedor.De locontrario,tendríaquecentrarmeenHardin. —Meparecequetienesunadmirador—mediceDenise. LevantolavistaysigoladireccióndesumiradahastaRobert,queestárecogiendolosplatosdela mesadealladoconlosojosfijosenmí. —Nolehagasmuchocaso;essólouncamareroquequiereloquenopuedetener—declaraMax conunasonrisaladina,sorprendiéndomeconsuinsensibilidad. —¡Papá!—Lillianfulminaasupadreconlamirada. Éllesonríeyprocedeacortarsufilete. —Perdona, cariño, pero es la verdad... Una chica tan guapa como Tessa no debería fijarse en alguienquetrabajeenhostelería. Ojaláhubieraquedadoahílacosa,peroajeno,oinmune,anuestracontrariedad,Maxprosiguecon susdenigrantescomentarioshastaquedejocaereltenedorsobremiplatoformandounestrépito. —Déjalo—mediceHardindirigiéndoseamíporprimeravezdesdequehellegado. Asombrada,lomiro,miroaMaxdenuevoysopesomisopciones.Seestácomportandocomoun capullo, y yo me he bebido casi una copa entera de vino. Será mejor que cierre la boca como me ha indicadoHardin. —No puedes hablar de la gente de esa manera —le dice Lillian a su padre, y él se encoge de hombros. —Vale,vale—farfullameneandoelcuchillounpocoymasticandosufilete—.Diosmelibrede ofenderanadie. A su lado, su mujer parece avergonzada mientras se limpia las comisuras de la boca con una servilletadetela. —Voyanecesitarmásvino—ledigoaLandon,quesonríeydeslizahaciamísucopamediovacía. Sonríoantesuamablegesto—.EsperaréaqueRobertvuelvaalamesa,perogracias. SientolosojosdeHardinclavadosenmímientrasmiroamialrededorporelrestaurante.Noveoal camarerorubioporningunaparte,demodoquealargoelbrazo,cojolabotellayomismaymerellenola copa. Me quedo esperando a que Max haga algún comentario sobre mis modales, pero se contiene. HardintienelamiradaperdidaenelrestauranteyLillianestáhablandoconsumadre.Yomeencuentro enmipropiomundo,enunafantasíaenlaqueminovioestásentadoamilado,conunamanosobremi muslo,yseinclinaparahacermealgúncomentariodescaradoquemehacereíryruborizarme. Mesientoalgomareadamientrasapurolacomidaquequedaenmiplatoymeterminomisegunda copadevino.LandonestácharlandoconMaxyKensobredeportes,cómono.Mequedomirandoel mantelestampadointentandobuscarcarasoimágenesentrelosremolinosblancosynegros.Encuentro un grupo que parece formar una «H», y empiezo a trazarla con el dedo varias veces. De repente me detengoylevantolavistaalinstante,alarmadaporsimehavistodibujandolaletra. PeroHardinnomeestáprestandoatención,sólotieneojosparaella. —Necesitounpocodeaire—ledigoaLandon,ymelevanto. MisillachirríacontraelsuelodemaderayHardinmemiraunmomento,peroentoncesfingeque sóloestababuscandoelaguaantesdecontinuarsuconversaciónconsunuevachica. Capítulo39 Tessa Mistaconesgolpeanelsuelodemaderamacizaconfuerzamientrasmeconcentroenllegaralapuerta trasera del restaurante en mi estado de semiembriaguez. Si estuviésemos más cerca de casa, me marcharía ahora mismo, haría mis maletas, me iría a Seattle y me quedaría en un hotel hasta que encontraraunapartamento. Estoy harta de que Hardin me haga estas putadas, es doloroso, y embarazoso, y está acabando conmigo.Hardinestádestrozándome,ylosabe.Poresomismolohace.Yamelodijo:haceestascosas porquesabequeasíllegaamí. Cuandocruzolapuerta—yesperoquenosalteningunaalarmaninadaporelestilo—,elfríoaire delanochemeenvuelve.Escomounbálsamoquemeabrazaymeprotegedelincómodoambientede tensiónydelasaburridascompañías. Apoyoloscodosenunsalientederocaymiroendirecciónalbosque.Estáoscuro,prácticamente negro. El restaurante está ubicado justo en medio de una zona boscosa que crea una atmósfera de aislamiento.Megusta,yseríaidealsinomesintierayalobastanteatrapada. —¿Estásbien?—preguntaunavozpordetrásdemí. MevuelvoyveoaRobertenlapuertaconunapiladeplatosenunamano. —Esto...Sí.Sólonecesitabarespirarunpoco—contesto. —Pueshacefríoaquífuera.—Sonríe. Susonrisaesamableybastanteencantadora. Ledevuelvoelgesto. —Sí,unpoco. Ambosnosquedamosensilencio.Esalgoincómodo,peronomeimporta.Nadaestanincómodo comoestarsentadaaesamesa. Unossegundosdespués,añade: —Notehabíavistonuncaporaquí. Dejalosplatosconsuavidadsobreunamesavacíayseaproximaamí.Tambiénapoyaloscodos enelsaliente,atansólounmetrodedistancia. —Estoydevisita.Nohabíavenidonunca. —Deberíasvenirenverano.Febreroeselpeormesparavenir.Bueno,noviembreydiciembreson peores...,ypuedequeenerotambién.—Seruborizaytartamudea—:Ya...yasabesaquémerefiero— concluye,yhaceunsonidoparecidoaunarisita. Intentonoreírmedesunerviosismoysusmejillassonrojadas. —Seguroqueespreciosoenverano—digo. —Sí,loeres.—Abreunosojoscomoplatos—.Digo...,loes.Esprecioso—secorrige,ysecubre lacaraconlamano. Meobligoaapretarloslabiosparanoreírme,peronoloconsigo.Unarisitaescapademibocay esohacequesesientaaúnmásavergonzado. —¿Túvivesaquí?—preguntopararomperelhielo. Su compañía resulta refrescante. Es agradable estar cerca de alguien que no es tan intimidante. Hardinacaparacualquierhabitaciónenlaqueseencuentre,supresenciaresultaavasalladoralamitad deltiempo. Esolorelajaunpoco. —Sí,nacíycrecíaquí.¿Ytú? —YovoyalaWCU.PerometrasladoaSeattlelasemanaqueviene. Mesientocomosihubieraesperadomuchísimotiempoparadeciresaspalabras. —¡Vaya!ASeattle.¡Quéfuerte! Sonríe,yyomeríodenuevo. —Perdona,elvinohacequemeríamucho—balbuceo,yélmemiraconunasonrisa. —Bueno,mealegrodesaberquenoteestásriendodemí.—Sequedaobservandomirostro,yyo apartolamirada. Sevuelvehaciaelrestaurante. —Deberíasvolveradentroantesdequetunoviovengaabuscarte. Mevuelvoparamiraratravésdelcristalhaciaeleleganteespaciointerior.Hardinsiguehablando conLillian. —Créeme,nadievaasalirabuscarme—suspiro,ymilabioinferiorempiezaatemblarmientras micorazónmetraicionayamenazaconresquebrajarse. —Parecebastanteperdidosinti—diceRobertenunintentodeinfundirmeconfianza. MiroaLandonyveoqueestámirandoatodaspartes,sinnadieconquienhablar. —¡Ah!Ésenoesminovio.Minovioeselqueestáalotroladodelamesa;eldelostatuajes. Robert mira a Hardin y a Lillian y sus suaves rasgos forman un gesto de confusión. Unos remolinos de tinta negra asoman por el cuello de la camisa de Hardin. Me encanta cómo le queda el blanco,ymeencantacómolatintasetransparentaatravésdelatelaclara. —Esto...,¿sabeélqueestunovio?—mepreguntaconunacejaenarcada. Aparto la vista de Hardin al verlo sonreír con petulancia, la clase de sonrisa que hace que se le marquenloshoyuelos;lasonrisaquesólomeregalabaamí. —Yotambiénempiezoapreguntarmelomismo. Mecubroelrostroconlasmanosysacudolacabeza. —Escomplicado—gruño. «Manténlacompostura,nocaigasensujuego.Estavez,no.» Robertseencogedehombros. —Enfin,¿quiénmejorparacompartirtusproblemasqueunextraño? Ambosmiramoshacialamesa.Nadie,exceptoLandon,pareceecharmedemenos. —¿Notienesquetrabajar?—preguntoesperandoquesurespuestaseanegativa. Robertesjoven,mayorqueyo,peronotendrámásdeveintitrésaños. Parecemuysegurocuandosonríeydice: —Sí, pero estoy a buenas con el propietario —como si estuviera contando un chiste que yo no pillo. —Ah. —Bueno,ysiéseestunovio,¿quiéneslachicaqueestáconél? —Se llama Lillian —digo como si escupiera veneno—. No la conozco, él tampoco..., bueno, al menosantesnolaconocía,parecequeahorayalaconocemuybien. Robertmemiraalosojos. —Y¿lahatraídoaquíparaponertecelosa? —Nolosé,perosiéseerasuplan,noestáfuncionando.Bueno,dehecho,síestoycelosa...,sólo hayquemirarla.Llevaelmismovestidoqueyoylesientamuchísimomejor. —No,no.Esonoesverdad—diceenvozbaja,yyosonríoamododeagradecimiento. —Todoibamuybienhastaayer.Enfin,muybienparatratarsedenosotros.Estamañanahemos discutido,aunquenosotrosdiscutimosmucho.Discutimostodoeltiempo,asíquenoséporquéestavez es tan diferente, pero lo cierto es que lo es. Es distinta; no es igual que las demás veces, y ahora ha decididofingirquenoleimporto,comosolíahacercuandonosconocimos. Derepentemedoycuentadequeestabahablandomásparamímismaqueparaestedesconocido concuriososojosazules. —Séqueparezcounaloca,losé.Eselvino. Lascomisurasdesuslabiossetransformanenunasonrisayniegaconlacabeza. —Noparecesningunaloca.—Robertsonríe,ymehacereír.Señalalamesaconlacabezaydice —:Teestámirando. Levantolosojosy,efectivamente,Hardintienelamiradafijaenmíyenminuevoloquero,una miradaquemeatraviesa,ysuintensidadhacequemeencoja. —Deberíasentrar—leadvierto. EsperoqueHardinselevantedelamesaencualquiermomentoparasaliraquíylanzaraRobert porlosairesendirecciónalbosque. Peronolohace.Permanecesereno,conlosdedosenelpiedeunacopadevino,ymemirapor últimavezantesdelevantarlamanolibreyapoyarlaenelrespaldodelasilladeLillian.«Joder.»Siento unpinchazoenelpechoanteesegestotancruel. —Losientomucho—diceRobert. Casihabíaolvidadoqueestabaamilado. —Notepreocupes,deverdad.Yadeberíaestaracostumbrada.Llevovariosmesesjugandoaeste juegoconél.—Meencojoantelaverdadymemaldigoamímismapornohaberaprendidolalección después de un mes, o de dos, o de tres... Y aquí estoy ahora, en compañía de un desconocido, observandocómoHardinflirteadescaradamenteconotrachica—.Noséporquétecuentotodoesto. Perdona. —Oye, te he preguntado yo —me recuerda amablemente—. Y tenemos mucho más vino, por si quieres.—Susonrisaesamableytraviesa. —Sí, creo que voy a necesitar más. —Asiento y me vuelvo para no mirar a través del cristal—. ¿Suelenvenirmuchaschicasmedioborrachaslloriqueandoporsusnovios? Seríe. —No,suelenserviejosricosquesequejandequesufiletenoestácocinadoalpunto. —Comoeltipodemimesa,eldelacorbataroja.—SeñaloaMaxconlacabeza—.Madremía, menudocapullo. Robertasiente. —Sí, lo es. No pretendo ofender, pero cualquiera que devuelva una ensalada porque tiene «demasiadasaceitunas»esuncapullodelibro. Ambosnosechamosareírymecubrolabocaconeldorsodelamano.Entoncestemoquemis risashaganquesemeescapenalgunaslágrimas. —¡Y que lo digas! Y después se ha puesto todo serio a darnos un discurso solemne sobre su razonamiento concienzudo acerca de las aceitunas. —Pongo la voz grave para intentar imitar al insufrible padre de la irritante chica—: «Demasiadas olivas eclipsan el delicado sabor a tierra de la rúcula». Robert se inclina hacia adelante riéndose a carcajadas. Con las manos en las rodillas, levanta la vistaypreguntaconunavozmuchomásparecidaaladeMaxquelamía: —«¿Podrían servirme cuatro? Tres no son suficientes, y cinco son demasiadas, desequilibran enormementeelsaborenelpaladar». Mepartodelarisahastaquemeduelelabarriga.Nosécuántotiempodura,peroderepenteoigo queunapuertaseabre,ytantoRobertcomoyoparamosporinstintoynosvolvemos.Hardinestáenel umbral. Me pongo derecha y me aliso el vestido. No puedo evitar sentir que estaba haciendo algo inapropiado,aunqueséquenoesasí. —¿Interrumpoalgo?—ladra,acaparandotodanuestraatención. —Sí—respondoconvozclara,talycomopretendía. Todavíarespirodemaneraagitadadetantoreírme,lacabezamedavueltasporelvinoymeduele elcorazón. HardinmiraaRobert. —Esoparece. Robert sigue sonriendo, con los ojos cargados de humor mientras Hardin se esfuerza por intimidarlo.Peroélnoflaquea,nisiquierapestañea.Hastaélestáhartodesustonterías,yesoqueha recibidoformaciónparamostrarsesiempreamable.Sinembargo,aquí,lejosdelosoídosdelrestodelos comensales,noparecetenerningúnproblemaendemostrarlomuchoquelodiviertelaabsurdaactitud deHardin. —¿Quéquieres?—lepregunto,ycuandosevuelvehaciamítieneloslabiosapretados. —Entra —me ordena, pero niega con la cabeza—. Tessa, déjate de jueguecitos conmigo. Vámonos. Meagarradelbrazo,peroyomesueltoymemantengofirme. —Hedichoqueno.Entratú.Seguroquetuamiguitateechamuchodemenos—silbo. —Tú...—HardinmiradenuevoaRobert—.Túsíquedeberíasentrar.Nuestrascopasestánvacías —dice,ychasquealosdedosdelamaneramásinsultanteposible. —Laverdadesqueheterminadomiturno.Peroseguroquepuedeshechizaraotrapersonapara queseencarguedetusbebidas—respondeRobertcomositalcosa. Hardin flaquea momentáneamente; no está acostumbrado a que nadie le conteste, y menos un desconocido. —Vale, te lo diré con otras palabras... —Da un paso hacia Robert—. Aléjate de ella. Entra ahí dentroybúscatealgoquehacerantesdequeteagarredelcuellodeturidículacamisayterevientela cabezacontraesesaliente. —¡Hardin!—loreprendomientrasmeinterpongoentreambos. Sinembargo,Robertnopareceimpresionado. —Adelante —dice tranquilo y seguro de sí mismo—. Pero deberías saber que éste es un pueblo pequeño.Mipadreeselsheriff,miabueloeseljuez,yamitíoloencerraronporasaltoconagresión. Demodoque,siquieresarriesgarteareventarmelacabeza...—seencogedehombros—,adelante. Me quedo boquiabierta y soy incapaz de volver a cerrarla. Hardin lo fulmina con la mirada y parecesopesarsusopcionesmientrassumiradaoscilaentreRobert,yoyelinteriordelrestaurante. —Vámonos—medicedenuevoalfinal. —No voy a irme —replico, retrocediendo. No obstante, me vuelvo hacia Robert y le digo—: ¿Puedesdejarnossolosunminuto,porfavor? ÉlasienteylelanzaaHardinunaúltimamiradaasesinaantesderegresaralcomedor. —¿Qué?¿Ahoravasafollartealcamarero?—Hardinhaceunmohínyyoretrocedomástodavía, decididaanodesmoronarmebajosufulminantemirada. —¿Quieres dejarlo de una vez? Ambos sabemos lo que va a pasar. Tú me insultarás. Yo me marcharé.Túvendrásdetrásdemíymedirásqueyanovasavolveracomportarteasí.Regresaremosa lacabañaynosacostaremosjuntos.—Pongolosojosenblancoyélparecetotalmenteperdido. Pero,comodecostumbre,serecuperarápidamente.Inclinalacabezahaciaatrás,riéndose,ydice simplemente: —Teequivocas.—Yretrocedehacialapuerta—.Novoyahacernadadeeso.Parecequetehas olvidadodecómosonlascosasenrealidad:tútienesunapataletaporalgoqueyodigo,temarchas,yyo sólo voy detrás de ti para poder follarte. Y tú... —añade con una mirada siniestra—, tú siempre me dejas. Mequedoboquiabiertadelespantoymellevolasmanosalvientreparasostenermicuerpoenpie trassuspalabrasdemoledoras. —¿Por qué? —exhalo, y de repente el aire fresco parece haber desaparecido mientras trato de recuperarelaliento. —Nolosé.Porqueeresincapazdemantenertealejadademí.Seguramenteporquetefollomejor deloquenadieteloharájamás.—Suvozesentrecortadaycruel. —¿Porqué...ahora?—Mecorrijo—.Loquequeríadecires,¿porquéestáshaciendoestoahora? ¿EsporquenovoyairmeaInglaterracontigo? —Síyno. —ComonovoyarenunciaralodeSeattle,¿tevuelvescontramí?—Meardenlosojos,perono pienso llorar—. ¿Apareces con ella —señalo hacia Lillian, sentada a la mesa— y tienes la cara de decirmetodasesascosashorribles?Creíaquehabíamossuperadoesafase.¿Quéhapasadoconaquello de que no puedes vivir sin mí? ¿Qué ha pasado con lo que me dijiste de que ibas a esforzarte por tratarmecomomemerezco? Apartalosojosy,porunbrevísimomomento,veounaemociónmásprofundabajosumiradade odio. —Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo—replica. Y,dichoeso,semarchallevándoseconsigoelpocorespetoqueaúnletenía. Capítulo40 Hardin Queríaherirla,queríaquesesintieracomounamierda,comoyomehesentidocuandohelevantadola vistadelamesaylahevistoriéndose.Estabapartiéndoseelculocuandodeberíahaberestadosentada delantedemíesforzándoseporllamarmiatención.Actuabacomosinoleimportaraenabsolutoqueme estuvieraacercandoaLillian.Estabademasiadoconcentradaenelputocamareroyenloquecojonesle estuvieradiciendo. Asíquemicabezahaempezadoarebuscarpensamientosdetestablesconlaintencióndeescoger algunoqueacabaseconella.MehavenidoalamentelafrasequeLillianmehadichoestamañanayha avivadomifuria,asíquelahesoltadosinpensar:«Existeunagrandiferenciaentrenosercapazdevivir sinalguienyamarlo». Casimedanganasderetirarmispalabras...Casi.Selasmerece.Deverdadqueselasmerece.No deberíahaberdichoquenoqueríaquefueraaSeattleconella.Mehadichoquemehevueltocontra ella,yesonoescierto.Estoyaquíparaella,desuparte.Esellalaqueintentadejarmecadavezque tieneunaputaoportunidad. —Melargo—anunciocuandollegoalamesa. Seisparesdeojosmemiran,yLandonponelossuyosenblancoantesdevolversehacialapuerta. —Estáfuera—ledigocontonosarcástico. Pormípuedesalirahíytratarlaconguantesdesedasiquiere;desdeluego,yonovoyahacerlo. —¿Quélehashechoestavez?—seatreveapreguntarmedelantedetodoelmundo. Lofulminoconlamirada. —Méteteentusmalditosasuntos. —Hardin—meadviertemipadre.Éltambién,no...Pareceserquetodoelputomundoestáenmi contra.Máslevaleamipadrenosoltarmeningúnsermón. —Mevoycontigo—diceLillianponiéndosedepie. —No—leespeto,peronomehacecasoymesiguemientrasrecorroelrestauranteysalgoporla puerta. —¿Quénariceshapasado?—preguntacuandosalimos. Sinaminorarelritmo,gritoporencimadelhombro: —¡Queestabaahífueraconeseputotío,esoesloquehapasado! —¿Ybien?¿Quétehadichocuandolehasexplicadoquenosoyunaamenaza? Tropiezaligeramenteconsusaltostacones,peronomeparoparaayudarlamientrasintentodecidir adóndecoñoir.Sabíaquedeberíahabervenidohastaaquíenmipropiocoche,perono,Tessateníaque salirseconlasuya.Comodecostumbre. —Noselohecontado. —¿Porquéno?¿Sabesquéestarápensandoenestosmomentos? —Meimportaunamierdaloquepiense.Esperoquepiensequeestoyfollandocontigo. Sedetiene. —¿Porqué?Silaquieres,¿porquéibasaquererquepensaraeso? Genial.AhoraLilliantambiénseponecontramí.Mevuelvohaciaella. —Porquetienequeaprenderque... Levantaunamano. —Para.Nosigasporahíporqueellanotieneque«aprender»nada.Tengolaimpresióndequeeres túelquetienequeaprenderalgo.¿Quélehasdichoalapobrechica? —Lehedicholoquemehasdichotúestamañanasobrequehayunadiferenciaentrenosercapaz devivirsinalguienyamarlo—lerespondo. Ellasacudelacabezaconfundida. —¿Lehasdichoesorefiriéndoteaquenopuedesvivirsinellaperoquenolaquieres? —Sí,teloacabodedecir. SerámejorqueTessaDossepireporquemeestáponiendodelosnervios,igualquelaoriginal. —Vayacagada—dice,yseechaareír. «Y¿encimaseríedemí?» —¿Quétienetantagracia?—digoprácticamentegritando. —Notienesniidea—seburlaella—.Cuandotehedichoesoestamañananomeestabarefiriendo a ti. Estaba hablando de ella. Quería decir que sólo porque creas que ella no puede vivir sin ti no significaqueteame. —¿Qué? —Dasporhechoqueestátanlocaportiquenotevaadejarporquenopuedevivirsinti,cuando enrealidadparecequeloquesucedeesquelatienesatrapadayporesonopuededejarte;noporquete quiera,sinoporquehashechoquesientaquenopuedeestarsinti. —No..., ella me quiere. —Sé que me quiere, y por eso sé que aparecerá buscándome de un momentoaotro. Lillianextiendelosbrazos. —¿Ah,sí?¿Porquéibaaquerertecuandohacescosasparaherirlaapropósito? Yahetenidosuficiente. —Túnoestásenposicióndesermonearanadie.—Extiendolosbrazosenelairecontantafuria como ella hace un momento—. ¡Probablemente tu novia se esté follando a otra persona mientras tú estásaquíintentandomediarentreTessayyocomosifuerasunconsejeromatrimonial!—bramo. Lillianabreunosojoscomoplatosyempiezaaretroceder...delmismomodoqueTessalohahecho hace tan sólo unos minutos. Sus ojos azules comienzan a llenarse de lágrimas que brillan en la oscuridad.Sacudelacabezayponerumboalaparcamientodelrestaurante. —¡¿Adóndevas?!—gritoatravésdelviento. —Adentro.PuedequeTessaseatanidiotacomoparaaguantarte,peroyono. Poruninstantecasisigoaestachicaalaqueconsiderabami...¿amiga?Nolosé,perosentíaque podíaconfiarenellaapesardequelaconocíayer. Alamierda:nopiensoseguiranadie.NiaTessaniaTessaDos.Pormípuedenirsealinfierno.No necesitoaningunadeellas. Capítulo41 Tessa Me duele el pecho, tengo la garganta seca y la cabeza me da vueltas. Básicamente, Hardin acaba de decirmequenomequiereyquesólovienedetrásdemíparaacostarseconmigo.Lopeordetodoesque estoyconvencidadequenolosiente.Séquemequiere,losé.Asumanera,mequieremásquenadaen el mundo. Me lo ha demostrado infinidad de veces durante los últimos meses. Pero también me ha demostrado que es capaz de cualquier cosa con tal de herirme, con tal de hacerme sentir débil, sólo porquetieneheridoelorgullo.Simequisieracomodebería,nomeharíadañoapropósito. Nopuedeserciertoquesólomequieraporelsexo.Nomevecomounjuguetesexual,¿osí?Con él,lasverdadesylasmentirasvaríantantocomosuestadodeánimo.Nopuedehaberlodichoenserio. Perolohaexpresadocontantaconvicción...Nisiquierahapestañeado.Laverdadesqueyanolosé.A pesardetodaslaspeleas,laslágrimasylosagujerosennuestrarelación,siempremeheaferradoala débilcertezadequemequiere. Sineso,notengonada.Y,sinél,notengonada.Lamezcladenuestrostemperamentosirracionales yexplosivosydenuestrajuventudestáresultandoserdemasiado. «Existeunadiferenciaentrenosercapazdevivirsinalguienyamarlo.»Suspalabrasmedestrozan denuevo. Elairedeestelugarestádemasiadocargado.Esdemasiadodensoyasfixiante,ylasrisasdelos clientes se están volviendo siniestras. Busco una salida. Unas puertas de cristal que dan a un balcón estáncerradas.Lasabroyagradezcoelairefresco.Mesientoahí,mirandoalaoscuridad,disfrutando delapazdelanocheydemipropiamente,queserelaja. NomedoycuentadequelapuertasehaabiertohastaqueRobertapareceamilado. —Tehetraídoalgo—dice,ylevantalabotelladevinoylameneademanerajuguetona.Seencoge ligeramentedehombrosyunaenormesonrisasedibujaensurostroatractivo. Mesorprendosonriendodemanerasinceraapesardelhechodequepordentroestoygritandoy acurrucadaenunrincón,llorando. —¿Vino de autocompasión? —pregunto, alargando los brazos para coger la botella de etiqueta blanca. EselmismoqueMaxhapedidoantes;debedehabercostadounafortuna. Sonríeymecolocaelvinoenlasmanos. —¿Esqueacasohayotrotipodevino? Labotellaestáhelada,perotengolasmanoscasientumecidasporelfríodefebrero. —Vasos.—Sonríe,ysemetelasmanosenlosprofundosbolsillosdesumandil—.Nomecabían copasdevinodeverdad,asíquehecogidoesto.—Meentregaunpequeñovasodepoliestirenoyyolo sostengomientraséldescorchalabotella. —Gracias. Elvinollenaelvasoymelollevoaloslabiosencuantoterminadeservirlo. —Podemosiradentrosiquieres.Yahemoscerradoalgunassecciones,asíquepodemossentarnos allí—diceRobert,ybebeuntrago. —Nosé...—suspiro,ydirijolamiradahacialamesa. —Sehamarchado—diceconlavozllenadecompasión—.Yellatambién—añade—.¿Quieres hablardeello? —Laverdadesquenomeapetece.—Meencojodehombros—.Háblamedeestevino—digopor proponeruntemaneutroymenosdeprimente. —¿Deesteamiguito?Pues...,aver...,es...¿viejoymaduradohastalaperfección?—Seechaareír, yyotambién—.Semedabienbebérmelo,peroanalizarlo,notanto. —Vale,puesdelvinono.Háblamedeotracosa—digo. Levantomivasoyapuroelcontenidolomásrápidamenteposible. —Pues...—dicemirandodetrásdemí. Se me hace un nudo en el estómago al ver su expresión nerviosa, y espero que Hardin no haya vuelto para escupirme más veneno. Cuando me vuelvo, veo que esta vez es Lillian quien está en el umbral,yparecenoestarseguradesideberíasalirono. —¿Quéquieres?—lepregunto. Estoyintentandocontrolarloscelos,peroelvinoqueinundamiorganismonoactúaenbeneficio demismodales.Robertrecogemivasovacíojustocuandoelvientolovuelcayempiezaarellenarlo. Tengo la sensación de que está tratando de mantenerse ocupado para evitar la dramática o incómoda situaciónqueseavecina. —¿Puedohablarcontigo?—preguntaella. —¿Dequétenemosquehablar?Amímeparecequeestátodobastanteclaro. Doyunsorboalvinoydejoqueelfríolíquidoinundemiboca. Paramisorpresa,lachicanorespondeamimalaactitud.Simplementeseaproximaanosotrosy dice: —Soylesbiana. «¿Qué?» De no ser porque los ojos azul claro de Robert estaban fijos en mí, habría escupido el vinoenelvaso.Desvíolamiradadeélhaciaellaytragodespacio. —Esverdad.Tengonovia.Hardinyyosólosomosamigos.—Frunceelceño—.Siesquesenos puedellamarasí. Conozcoesamirada.Debedehaberlesoltadoalgunafresca. —Entonces¿porqué...?—empiezo.¿Estásiendosincera?—.Antesestabaismuypegaditos. —No.Élestabaalgo...supongoquepodríallamarsesobón,comocuandohapuestoelbrazosobre elrespaldodemisilla.Perosólolohahechoparadartecelos. —Y¿porquéibaahacereso?¿Apropósito?—pregunto.Sinembargo,conozcolarespuesta:para hacermedaño,claro. —Le dije que te lo contara. Siento que hayas pensado que había algo entre nosotros. No lo hay. Estoysaliendoconunachica. PongolosojosenblancoylevantolacopaparaqueRobertmesirvamásvino. —Seteveíabastantecómodasiguiéndolelacorriente—leespetoconcrudeza. —Noeramiintención.Noestabapendientedeloqueestabahaciendo.Sientomuchoquetodoesto tehayahechodaño—diceconojossincerosysuplicantes. Estoy buscando razones para echarle la bronca a esta chica, pero no se me ocurre ninguna. El hecho de que Lillian sea lesbiana es un gran alivio para mí, ojalá lo hubiera sabido antes, pero no cambialascosasconHardin.Entodocaso,hacequesucomportamientoseaaúnpeor,porqueestaba intentandodarmecelosapropósitoy,porsinofuerasuficiente,mehadicholascosasmásespantosas queselehanocurrido.Verloflirtearconellanomehahechonilamitaddedañoqueoírlodecirqueno mequiere. RobertmellenaelvasoyyobebounpequeñosorbomientrasobservoaLillian. —Y¿quétehahechocambiardeideaydecírmelo?Lahapagadocontigo,¿verdad? Ellasonríeligeramenteysesientaalamesaconnosotros. —Sí,lohahecho. —Esoseledamuybien—digo,yellaasiente. Saltaalavistaqueestáalgonerviosa,yyonoparoderecordarmequeellanoeselproblema,sino Hardin. —¿Tienesmásvasos?—lepreguntoaRobert,yélasientesonriéndomeconorgullo. Sientounasligerasmariposasenelestómago.Seguroqueesporelvino. —En el bolsillo, no, pero puedo ir adentro a por uno —se ofrece amablemente—. De todas maneras,deberíamosentrarya.Seteestánponiendoloslabiosmorados. Lomiroyacontinuacióndesvíolamiradahacialossuyos.Soncarnososyrosados,yparecenmuy suaves...¿Porquéleestoymirandoloslabios?Estoesloquemepasacuandobebovino.Loslabiosque quieromirarsonlosdeHardin,peroúltimamenteélsólolosusaparagritarme. —¿Está dentro? —le pregunto a Lillian, y ella niega con la cabeza—. De acuerdo, entremos entonces.Detodosmodos,tengoquerescataraLandondeesamesa,especialmentedeesetalMax— digosinpensar,yentoncesmiroaLillian—.Mierda,perdona. Ellamesorprendeechándoseareír. —Notepreocupes.Séquemipadreesungilipollas,créeme. Norespondo.PuedequenoseaunaamenazaparamirelaciónconHardin,peroesonosignifica quemecaigabien,aunqueenrealidadparecebastantemaja. —¿Vamosaentraro...?—Robertsevuelvesobrelostalonesdesuszapatosnegros. —Sí.—Apuroelrestodemivinoymedirijoalinterior—.VoyabuscaraLandon.¿Estásseguro dequepodemosbeberaquí?Vascontuuniforme—lepreguntoaminuevoamigo. Noquieroquetengaproblemas.Estoyalgoachispada,ylaideadequesupadreloarrestemehace reír. —¿Quépasa?—preguntamirándomeconcuriosidad. —Nada—miento. Entramos en el comedor y Lillian y yo nos dirigimos a nuestra mesa. Apoyo las manos en el respaldodelasilladeLandonyélsevuelveparamirarme. —¿Estásbien?—preguntaenvozbajamientrasLillianhablaconsuspadres. Meencojodehombros. —Sí,supongo.—Noloestaríasinoestuvieracasiborrachadespuésdetantascopasdevinocomo mehebebido—.¿Quieresvenirconnosotros?Vamosaquedarnosaquíabeberunpocodevino...,un pocomásdevino.—Sonrío. —¿Quiénes?¿Ellatambién?—LandonmiraaLillian,alotroladodelamesa. —Sí,es...esmaja.—Noquieroairearlavidapersonaldeestachicadelantedetodoelmundo. —LehedichoaKenqueiríaaverelpartidoconellosalacabañadeMax,perosiquieresqueme quedeloharé. —No...—Quieroquesequede,peronomeparecebienquecambiedeplanespormí—.Tranquilo. Essóloquepensabaqueigualteapetecíaalejartedeellos—susurro,yélsonríe. —Ymeapetece,peroaKenlehaceilusiónquevayaporqueMaxesdelequipocontrario.Creoque piensaqueserádivertidovercómonosinsultamosoalgo.—Seinclinamáshaciamíparaquenadienos oiga—. ¿Estás segura de que quieres quedarte a pasar el rato con ese chico? Parece simpático, pero seguramenteHardinintentaráasesinarlo. —Creoquesabedefenderse—leaseguro—.Quetediviertasviendoelpartido. MeagachoypegoloslabioscontralamejilladeLandon. Meapartoalinstanteymecubrolaboca. —Perdona,notengoniideadeporqué... —Notepreocupes.—Seríe. Miro hacia la mesa y siento un alivio tremendo al ver que todo el mundo está a lo suyo. Afortunadamente,miembarazosamuestradeafectohapasadodesapercibida. —Tencuidado,¿vale,Tessa?Yllámamesimenecesitas. —Loharé.Ytúvuelveaquísiteaburres. —Descuida.—Sonríe. Sé que no se aburrirá viendo el partido con Ken. Le encanta pasar el rato con la única figura paternaquehatenido.Hardin,encambio,nocompartesuentusiasmo. —Papá,yasoymayorcita—oigoprotestaraLilliandesdeelotroladodelamesa. Maxsacudelacabezaunavezconautoridad. —Nohayningunanecesidaddequeestésvagandoporlacalle.Tevienesalacabañaconnosotros ypunto. Nohaydudadequeesunodeesoshombresalosquelesencantatenerelcontrolabsolutosobre todoelmundo.Ladesagradablesonrisadesuperioridadquesedibujaensurostroloconfirma. —Vale—respondesuhija,frustrada. Miraasumadre,perolamujersequedacallada.Simehubieratomadootracopamásdevino,le soltaríaalgoalmuycapullo,peronoquieroofenderaKenyaKaren. —Tessa,¿túvuelvesconnosotros?—preguntaKaren. —No.Mequedaréaquíunratosiosparecebien.—Esperoquenoleimporte. VeoquemiraaLillianydespuésmiradetrásdemí,dondeRobertmeesperaenladistancia.Tengo lasensacióndequenotieneniideadelaorientaciónsexualdeLillianyestáenfadadaporcómoHardin seestabacomportandoconella.AdoroaKaren. —Porsupuesto.Diviértete—dicesonriendoconaprobación. —Esoharé.—LedevuelvolasonrisaymealejodelamesasindespedirmedeMaxydesumujer. —Cuandoquieras.Aellanoladejanquedarse—ledigoaRobertencuantollegoasulado. —¿Quenoladejan? —Supadreesuncapullo.Enrealidadmealegro,porquenoestoyseguradequésientohaciaella. Merecuerdaaalguien,peronoconsigosaberaquién...—DejolafraseamediasmientrassigoaRobert haciaunaseccióndesocupadadelrestaurante. En esta área cerrada del restaurante hay algunas mesas vacías, excepto por unas cuantas velas apagadasylossalerosypimenteros. MientrasnossentamosmevienealamenteelrostromutiladodeZed. —¿Estás seguro de que no te importa pasar el rato conmigo? —le pregunto a Robert—. Hardin podríaregresar,ytienetendenciaaagrediralagente... Élretiramisillaparaquemesienteyseríe. —Estoyseguro—responde. Tomaasientoenfrentedemí,rellenanuestrosvasosdepoliestirenoconvinoblancoybrindamos. Elblandomaterialdelosrecipientessedoblaligeramenteycarecedelchinchíndelascopasdecristal. Resultaagradable,adiferenciadelrestodeesterestaurantetanhosco. Capítulo42 Hardin He llamado a todas las putas compañías de taxis que hay entre este lugar y la universidad para que alguienmellevedevueltaacasa.Acausadeladistancia,ningunahaaceptado,claro.Podríacogerel autobús,peroeltransportepúbliconomeva.RecuerdolomaloquemeponíacadavezqueStephme comentabaqueTessahabíacogidoelautobúsparairalcentrocomercialoaTarget.Inclusocuandono me gustaba —o eso pensaba yo—, me horrorizaba imaginármela sentada sola en el autobús con un montóndepervertidos. Todo ha cambiado desde entonces, desde aquellos días en los que atormentaba sin cesar a Tessa conlaúnicaintencióndeobtenerunareacciónporsuparte.Surostrocuandolahedejadoenelbalcón delrestaurante...,puedequelascosasnohayancambiadotanto.Yotampocohecambiado. Estoytorturandoalachicaalaqueamo.Esoesjustoloqueestoyhaciendoy,porlovisto,soy incapazdeparar.Peronoesculpamíaexclusivamente.Tambiénesculpasuya.Nodejadeatosigarme conquevayaaSeattle,ylehedejadobienclaroquenopiensocedereneso.Enlugardeenfrentarsea mí, debería hacer las maletas y venirse conmigo a Inglaterra. No pienso quedarme aquí, independientementedequemehayanexpulsadoono.EstoyhartodeEstadosUnidos.Aquítodomeha idomal.Estoyhartodeveramipadreconstantemente,hartodetodoloquehayaquí. —Vigilatuspasos,gilipollas—mesobresaltaunavozfemeninaenlaoscuridad. Esquivoalafiguraantesdechocarcontraella. —Vigilatúlostuyos—lecontestosindetenerme. «¿QuécojoneshaceestatíadelantedelacabañadeMax?» —¿Perdona?—dice,yyomevuelvoparamirarlajustocuandolaluzconsensordemovimiento delporchedelacabañaseenciende. Laobservodetenidamente:pielmorena,pelorizado,vaquerosrasgados,botasdemotera... —Déjameadivinar:Riley,¿verdad?—Pongolosojosenblancoylamirodenuevo. Apoyaunamanoensucadera. —Y¿quiéncoñoerestú? —Sí,Riley.SiestásbuscandoaLillian,noestáaquí. —¿Dóndeestá?Y¿cómosabesquelaestoybuscandoaella?—meincrepaconmalaleche. —Porqueacabodefollármela. Seponetensaybajalacabezademaneraquelaoscuridadinundasusrasgos. —¿Quéacabasdedecir?—replica,yvienehaciamí. Ladeolacabezaylamiro. —Joder, te estaba tomando el pelo. Está con sus padres en el restaurante que hay al final de la carretera. Ellalevantalacabezaysedetiene. —Vale,y¿dequélaconoces? —Laconocíayer.Supadreyelmíoestudiaronjuntos,creo.¿Sabeellaquehasvenido? —No.Heintentadollamarla—dice,yhaceungestoendirecciónalbosquequenosrodea—.Pero comoestáenmediodelaputanada,nomehacontestado.Probablementeelcomemierdadesupadreno ladejahablarconmigo. Suspiro. —Sí,nomeextrañaría.¿Creesquedejaráquetevea? Memiraconelceñofruncido. —¿Nocreesqueeresdemasiadocotilla?—Perodespuéssonríeconorgullo—.Sí,ladejará.Esun capullo,peroesaúnmásgallina,ymetienemiedo. Unosfarosiluminanentonceslaoscuridadymeapartosobrelahierba. —Debendeserellos—ledigo. Almomento,elcochesedetieneenelacceso. LillianprácticamentesaltadesdelapuertaalosbrazosdeRiley. —¿Cómohasllegadoaquí?—dicecasichillando. —Encoche—respondesunoviasecamente. —¿Cómomehasencontrado?Llevotodalasemanasincobertura. EntierraelrostroenelcuellodesunoviayveocómolafachadadechicaduradeRileyempiezaa resquebrajarsemientrasacaricialaespaldadeLillianconcariño. —Esunsitiopequeño,nena,nohasidotandifícil.—Seapartaunpocoparaobservarelrostrode Lillian—.¿Mediráalgotupadreporhabervenido? —No.Bueno,puede.Perosabesquenoteobligaráamarcharte. Mesientoalgoincómodoobservandosuencuentro,ycarraspeo. —Bueno,yomelargo—digo,yempiezoaalejarme. —Adiós—diceRiley. Lilliannodicenada. Al cabo de unos minutos, llego a la cabaña de mi padre y recorro el sendero. Tessa llegará en cualquiermomento,yquieroestardentroantesdequellegueeltodoterreno.Seguroqueestállorando,y tendréquedisculparmeparaquepareymeescuche. ApenasllegoalporchecuandoKarenylamadredeLilliansalendelcoche. —¿Dóndeestánlosdemás?—lepreguntobuscandoaTessconlamirada. —TupadreyLandonhanidoacasadeMaxparaverunpartidoenlatele. —¿YTessa?—Elpánicomeinvade. —Sehaquedadoenelrestaurante. —¿Qué?—«Pero¿quécoño...?»Estonomeloesperaba—.Estáconél,¿verdad?—preguntoalas dosmujeres,aunqueyasélarespuesta.Estáconelcapullorubioquetienealsheriffdepadre. —Sí—respondeKaren,ysinoestuvieraatrapadoconellaenmediodelanadalediríadetodopor lasonrisitaqueestáintentandoocultar. Capítulo43 Tessa —Yésaesbásicamentelahistoriademivida—concluyeRobertconunasonrisa. Susonrisaescálidaysincera,casiinfantil,perodeunamaneraencantadora. —Eso ha sido... interesante. —Cojo la botella de vino de la mesa y la levanto para rellenar mi vaso.Nosalenada. —Mentirosa—bromeaél,ymeentralarisitadeborracha. La historia de su vida ha sido corta y dulce. Ni aburrida ni emocionante, simplemente normal. Crecióconsuspadres:sumadre,lamaestradelaescuela,ysupadre,elsheriff.Despuésdegraduarse enelinstitutoquehayadospueblosdeaquí,decidióiralaFacultaddeMedicina.Sóloestátrabajando aquí porque está en la lista de espera para entrar en el programa de medicina de la Universidad de Washington.Bueno,poresoyporquesesacabastantedinerotrabajandoenelrestaurantemáscarodela zona. —DeberíashaberidoalaWCU—ledigo,yélniegaconlacabeza. Selevantadelamesaylevantaeldedoíndiceenelaireparahacerunapausaenlaconversación. Meincorporoenmisillamientrasesperoaqueregrese.Apoyolacabezacontraelrespaldodemaderay mirohaciaarriba.Eltechodeestapequeñasecciónestápintadoconnubes,castillosyquerubines.La figuraquetengojustoencimaestádormida,conlasmejillassonrosadasyunospreciososrizosrubios. Pareceunaniña.Suspequeñasalasblancasestáncasiplanasmientrasdescansa.Asulado,unchico— o,almenos,esocreo—laestámirando.Laobservaconsusalasnegrasextendidasasuespalda. «Hardin.» —Deeso,nada—diceRobertderepente,interrumpiendomispensamientos—.Aunquequisieran, no ofrecen el plan de estudios que yo me propongo hacer. Además, el programa de medicina forma parte del campus principal de Seattle. En la WCU, tu campus de Seattle es mucho más pequeño. — Cuandolevantolacabeza,veoquetieneotrabotelladevinoenlasmanos. —¿Has estado en el campus? —le pregunto, ansiosa por saber más cosas acerca de mi nuevo destino,ymásansiosatodavíapordejardemirarlasinquietantesimágenesdelosangelitosdeltecho. —Sí,unavez.Espequeño,perobonito. —Sesuponequetengoqueestarallíellunes,yaúnnotengoningúnsitiodondevivir.—Merío. Séquemimalaplanificaciónnodeberíasercosaderisa,peroahoramismoesloquemeinspira. —¿Estelunes?¿Sabesqueestamosajuevesyqueellunesestáalavueltadelaesquina? —Sí—asiento. —¿Porquénomirasunaresidencia?—preguntamientrasdescorchalabotella. Buscar habitación en una residencia ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Pensaba..., bueno,esperabaqueHardinvinieraconmigo,asíquenolasteníaenmente. —Noquierovivirenelcampus,ymenosahoraqueheconocidolaindependencia. Asienteyempiezaaservirelvino. —Cierto,cuandopruebaslalibertad,yanohayvueltaatrás. —Yquelodigas.SiHardinvinieraaSeattle...—Medetengo—.Olvídalo. —¿Oshabíaisplanteadocontinuarlarelaciónadistancia? —No, eso no funcionaría —le digo, y siento un dolor en el pecho—. Apenas funciona estando juntos. —Tengo que cambiar de tema antes de ponerme a gimotear—. Gimotear... —Qué palabra tan rara—.Gimotear—repitoatrapándomeloslabiosconelíndiceyelpulgar. —¿Te diviertes? —Robert sonríe y deja un vaso lleno de vino delante de mí. Asiento, todavía riéndome—.Hedeadmitirquehacíatiempoquenomelopasabatanbieneneltrabajo. —Yotampoco—coincido—.Quierodecir,sitrabajaseaquí...—Nadadeloquedigotienesentido —.Nobebomuyamenudo...Bueno,ahorabebomásquenunca,peronolosuficientecomoparahaber desarrollado tolerancia al alcohol, así que me emborracho bastante deprisa —canturreo, y levanto el vasodelantedemicara. —Amímepasalomismo.Nobebomucho,perocuandounachicaguapatieneunamalanoche, hagounaexcepción—seaventuraadecir,aunqueseponerojocomountomatealinstante—.Quería decirque...,eeehhh...—Secubrelacaraconlasmanos—.Parecequenosoycapazdecontrolarloque digocontigo. Alargoelbrazoyleapartolasmanosdelrostro.Élseencogeunpocoy,cuandomemira,susojos azulessontremendamenteclaros. —Escomosipudieraleertelamente—digoenvozaltasinpensar. —Alomejorpuedes—susurraenrespuesta,ysulenguaseapresuraahumedecersuslabios. Séquequierebesarme,loleoensurostro.Loveoensusojossinceros.LosojosdeHardinson siempretancautelososquetengoqueesforzarmeparainterpretarsumirada,einclusoentoncesnunca logro leerlos como me gustaría, como necesito hacerlo. Me inclino un poco más hacia Robert y la pequeñamesasigueseparándonoscuandoéltambiénseinclinahaciaadelante. —Sinoloquisieratanto,tebesaría—digoenvozbaja,sinapartarmeperosinacercarmemás. PormuyborrachaqueestéypormuyenfadadaqueestéconHardin,nopuedohacerlo.Nopuedo besaraesteotrochico.Quierohacerlo,peronopuedo. Lacomisuraizquierdadesubocaseelevaformandounasonrisatorcida. —Ysiyonosupieracuántoloquieres,tedejaríahacerlo. —Vale... Noséquémásdecir.Estoymuyborrachaeincómoda,ynosécómocomportarmedelantedenadie que no sea Hardin, o Zed, aunque en cierto modo los dos se parecen bastante. Robert no se parece a nadie que haya conocido. Puede que a Landon. Landon es dulce y afable, y mi mente no para de evadirsedelhechodequecasimebesoconalguienquenoesHardin. —Losiento.—Meincorporoenlasillayélhacelopropio. —Notedisculpes.Prefieroquenomebesesaquelohagasyluegotearrepientas. —Eres raro —le digo. Ojalá hubiera escogido otra palabra, pero ya es demasiado tarde—. En el buensentido—mecorrijo. —Tútambién.—Seechaareír—.Cuandotehevistoconesevestidopensabaqueeraslatípica niñaricayesnobsinpersonalidadalguna. —Pueslosiento.Teaseguroquenosoyrica.—Merío. —Niesnob—añade. —Mipersonalidadnoestátanmal.—Meencojodehombros. —Bueno...—bromeaconunasonrisa. —Erestremendamenteagradable. —Y¿porquénoibaaserlo? —Nolosé.—Empiezoatocarmivasoconeldedo—.Losiento,séqueparezcounaidiota. Sequedaextrañadoporuninstanteydice: —Noparecesningunaidiota.Ynotienesporquéestardisculpándotetodoeltiempo. —¿Aquéterefieres?—pregunto. Apenassoyconscientedequeheempezadoaarrancartrocitosdelbordedelvasodepoliestirenoy dequelamesaestállenadeunmontóndetrocitosblancos. —No paras de disculparte por todo lo que dices —replica—. Has dicho que lo sientes al menos diezvecesdurantelaúltimahora.Nohashechonadamalo,asíquedejadedisculparte. Suspalabrasmeavergüenzan,perosumiradaesamableysuvoznocontieneelmásmínimotinte deenfadoodereproche. —Losiento...—digodenuevo,recapacitando—.¿Loves?Noséporquélohago. Mecolocounmechóndepelorebeldedetrásdelaoreja. —Yomelopuedoimaginar,peroprefierocallármelo.Sóloquieroquesepasquenodeberíastener quehacerlo—selimitaadecir. Inspiro hondo y luego suelto el aire. Es relajante poder charlar con alguien sin preocuparme de molestarlotodoeltiempo. —Perobueno,cuéntamemássobretunuevotrabajoenSeattle—dice,yleagradezcoquecambie detema. Capítulo44 Hardin —¡¿Adóndecreesquevoyair?!—legritoaKarenporelcaminoelevandolasmanosenelairecon frustración. Elladesciendeamediaslosescalonesdelporche. —Noquieroentrometerme,Hardin—dice—,pero¿nocreesquedeberíasdejarlatranquila...por unavez?Noquieroqueteenfades,peronomeparecequevayasaconseguirnadabuenoyendoallíy montandounaescena.Séquequieresverla,pero... —¡Túnosabesnada!—leespeto,ylamujerdemipadreinclinalacabezaunpocohaciaatrás. —Losiento,Hardin,peroopinoqueestanochedeberíasdejarlaenpaz—insiste,comosifuerami madre. —¿Paraqué?¿Paraquepuedaponermelosputoscuernos? Metirodelasraícesdelpelototalmentefrustrado.Tessayasehabíatomadounacopa—copay media,paraserexactos—durantelacena,yellanotolerabienelalcohol. —Siesoesloquepiensasdeella...—empiezaKaren,perosedetiene—.Olvídalo.Adelante,ve, como siempre. —Mira a la mujer de Max una vez y se alisa su vestido hasta las rodillas—. Pero ten cuidado,cariño—diceconunasonrisaforzada,ysubedenuevolaescalerajuntoasuamiga. Superadoesedolordecabeza,prosigoconmiplanoriginalymarchoendirecciónalrestaurante. PiensosacaraTessaarastrasdeallí,noliteralmente,claro,perovendráconmigo.Estoesunamierda,y todo porque se me olvidó ponerme un puto condón. Así es como empezó este torbellino en el que estamosmetidos.PodríahaberllamadoaSandraantesyhabersolucionadolodelapartamento,opodría haberlebuscadoaTessaotrositiodondevivir...Bueno,esotampocohabríafuncionado.LodeSeattle nopuedeser.MeestácostandomásdeloquepensabaconvenceraTessa,yahoratodoesmuchomás complicado. TodavíanomepuedocreerquenohayabajadodelcocheconKarenycomocojonessellamela madredeLillian.Estabaconvencidodequeestaríadispuestaahablarconmigo.Esesecamarero...¿Qué clasedeinfluenciahaconseguidoejercerenellaparahacerquesequedeenelrestauranteenlugarde venirconmigo?¿Quéhavistoenél? Necesitopararmeaordenarmispensamientosunmomento,demodoquemedetengoymesiento en una de las grandes rocas que decoran un extremo del jardín de Max. Puede que irrumpir en el restaurantenoseamuybuenaidea.QuizádeberíapedirleaLandonquevayaaporella.Aélloescucha muchomásqueamí.Peroentoncesmaldigomiestúpidaidea,porqueséquenoloharía,sepondríadel ladodesumadre,meharíaparecerdébilymediríaqueladejaraenpaz. No,nopuedohacerlo.Sentarmeenestarocafríadecojonesduranteveinteminutoshaempeorado lascosasenlugardemejorarlas.Noparodepensarencómoseapartabademíenelbalcónycómose reíaalegrementeconél. ¿Quévoyadecirle?Esetíoparecelaclasedecapulloqueintentaríaevitarquemelallevara.No tendréquegolpearlo.Sigritolosuficiente,Tessavendráconmigoparaevitarunapelea.Oesoespero. Aunqueentodalanochenohahechonadadeloquehabíaesperado. Esto es tan infantil..., mi comportamiento, mi manera de manipular sus sentimientos... Soy consciente,peronoséquéhaceralrespecto.Laquiero,joder,laquieromuchísimo.Peroyanoséqué máshacerparamantenerlaamilado. «En realidad parece que lo que sucede es que la tienes atrapada y por eso no puede dejarte; no porquetequiera,sinoporquehashechoquesientaquenopuedeestarsinti.» Las palabras de Lillian se repiten en mi mente como un disco rayado mientras me levanto y sobrepasoelfinaldelacceso.Haceunfríodecojonesaquíafuera,yestaridículacamisaesdemasiado fina.Tessahavenidosinchaqueta,yesevestido—esevestido—esmuycorto.Seguroquetendráfrío. Deberíairacogerleuna... ¿Ysiélleofrecelasuya?Loscelosmeinvadenymimanoformaunpuñoalpensarlo. «...latienesatrapadayporesonopuededejarte;noporquetequiera...» AlcuernoconTessaDosysupsicoterapiademierda.Notieneniputaideadequéestáhablando. Tessamequiere.Loveoensusojosgrisescadavezquememira.Losientoenlaspuntasdesusdedos cuando recorre la tinta que tiñe mi piel, cuando sus labios rozan los míos. Sé distinguir entre amar y estaratrapado,entreamaryseradicto. Metragoelligeropánicoqueamenazaconapoderarsedemídenuevo.Ellamequiere.Mequiere. Tessa me quiere. De lo contrario, no sabría cómo asimilarlo. No podría. No podría vivir sin ella, no porque no la quiera, sino porque la necesito. Necesito que me quiera y que esté ahí para mí. Nunca habíapermitidoquenadieseacercaraamítantocomoella;eslaúnicapersonaqueséquesiempreme querráincondicionalmente.Inclusomimadresehartademisgilipollecesaveces,peroTessasiempre me perdona. Da igual lo que haga, ella siempre está ahí para mí cuando la necesito. Esa chica tan cabezota,odiosaeintransigenteloestodoparamí. —¿Quéhacesaquí,acosador?—oigoenlaoscuridad. —Venga,nomejodas—gruño. Alvolverme,meencuentroaRileycaminandoporelsenderodelacabañadeMax.Necesitoestar másatento.Nisiquieramehabíadadocuentadequeveníahaciamí. —Hombre,estásaquífuerasoloyaoscuras—meespeta. —¿DóndeestáLillian? —Noesasuntotuyo.¿DóndeestáTessa?—respondeconunasonrisadepetulancia. Lilliandebedehaberlecontadonuestrapelea.Genial. —Noesasuntotuyo.¿Quéhacesaquífuera? —¿Ytú?—EsobvioqueRileytieneproblemasdeactitud. —¿Esnecesarioqueseastanborde? Asientedemaneraexageradavariasveces. —Sí. La verdad es que sí. —Pensaba que me iba a arrancar la cabeza de un bocado por haberla llamadoborde,peronoparecehaberleimportado.Seguroqueesconscientedequeloes—.Yestoyaquí porqueLillianseacabadequedardormida.Yentresupadreyeltuyoyelpetardodetuhermanastro estoyapuntodevomitar. —Y¿noseteocurrenadamejorquesalirapasearaoscurasenelmesdefebrero? —Llevounabrigo.—Setiradelextremoinferiordelaprendaparademostrarlo—.Voyabuscarel barquehepasadodecaminoaquí. —Y¿porquénovasencoche? —Porquequierobeber.¿Teparezcolaclasedepersonaquequierapasarseelfindesemanaenla cárcel?—resopla,ypasapormilado.Sevuelvesindetenerse—.¿Adóndevastú? —A por Tessa. Está con un... Olvídalo. —Estoy harto de contarle a todo el mundo mis putos problemas. Entonces,Rileysedetiene. —EresuncapullopornohaberledichoqueLileslesbiana. —Veoquetelohacontado—digo. —Melocuentatodo.Hasidounaauténticagilipollezportuparte. —Esunahistoriamuylarga. —Pasas de mudarte a Seattle con Tessa, y ahora —se coloca el pelo por encima del hombro— probablementeellaestéhaciéndoleunamamadaaesetíoenlosaseosdel... Lasangremeardeyavanzohaciaella. —Cierra la puta boca. No te atrevas a decirme esa mierda. —He de recordar que, aunque se expresaconelmismovocabularioqueyo,esunachica,yyojamáscaeríatanbajo. —Jode, ¿verdad? —me suelta tranquilamente, sin inmutarse ante mi arrebato—. Pues a ver si te acuerdasdeestolapróximavezantesdehaceralgúncomentariomordazsobrefollarteaminovia. Mirespiraciónsehavueltoagitadaydescontrolada.Nopuedoparardeimaginarmeloscarnosos labiosdeTessasobreesetío.Metirodelpelodenuevoyempiezoacaminarencírculos. —Teestávolviendolocopensarqueestáconél,¿verdad? —Serámejorquedejesdeprovocarme—leadvierto,yellaseencogedehombros. —Salta a la vista. Oye, tal vez no debería haber dicho eso, pero esto lo has empezado tú, ¿recuerdas?—Alverquenocontesto,continúa—:Hagamosunatregua.Yoteinvitoaunacopa,ytú puedesllorarporTessatodoloquequierasmientrasyoalardeodelobuenaqueesLillianconlalengua. Seacercaamí,metiradelamangaeintentaarrastrarmeporlacalle.Veoloscutresfarolillosde coloresencimadeltechodechapadelpequeñobardesdeaquí. Mesueltoelbrazodeuntirón. —TengoqueirabuscaraTessa. —Una copa, y después te acompañaré como refuerzo. —Las palabras de Riley expresan mis pensamientosdehaceunosminutos. —¿Por qué? ¿Por qué quieres tomar algo conmigo? —La miro a los ojos y ella se encoge de hombrosdenuevo. —Enrealidad,noquiero.Peroestoyaburrida,ytúestásaquífuera.Además,poralgúnmotivoque no entiendo, parece que a Lil le importas. —Me mira de arriba abajo—. La verdad es que no lo comprendo, pero le gustas, como amigo —dice Riley subrayando la palabra amigo—. Así que, sí, quieroimpresionarlafingiendoquemeimportaunamierdaturelacióncondenadaalfracaso. —¿Condenadaalfracaso?—Empiezoaseguirlaporlacalle. —Detodalaparrafadaquetehesoltado,¿eligesprecisamenteesecomentario?—Sacudelacabeza —.Erespeorqueyo. Seríeyyomequedocallado.Lamuyexasperantemeagarradelacamisadenuevoymedirige porelcamino.Estoydemasiadoocupadopensandocomoparamolestarmeensoltarme. ¿Cómopuedepensarqueestamoscondenadosalfracasosinisiquieranosconoceniamíniaella? Nuestrarelaciónnoestácondenada. Séquenoesasí.Yoestoycondenado,peroellano.Ellamesalvará.Siemprelohace. Capítulo45 Tessa —Uf,latemperaturahabajadoporlomenosdiezgrados—diceRobertcuandosalimosporlapuerta. Elaireesgélidoymeenvuelvoconlosbrazosparaintentarmantenermecaliente.Memiraconel ceñoligeramentefruncido. —Sientonotenerunachaquetaqueofrecerte...Ytambiénsientonopoderllevarteacasaencoche, pero he estado bebiendo. —Con una mirada de horror juguetona, añade—: Me temo que no estoy siendomuycaballerosoestanoche. —No pasa nada, de verdad —digo con una sonrisa—. Estoy bastante borracha, así que tengo calor...Esonotienesentido.—Meríoylosigoporlaaceradelantedelrestaurante—.Aunquedebería habermepuestootroszapatos. —¿Nosloscambiamos?—bromea. Legolpeosuavementeelhombroyélsonríeporenésimavezenloquellevamosdenoche. —TuszapatosparecenmáscómodosquelosdeHardin;susbotassonmuypesadas,ysiemprelas deja junto a la puerta, de modo que..., olvídalo. —Avergonzada por mi último comentario, sacudo la cabezaparadetenerme. —Yosoymásuntíodedeportivas—contestaparaindicarmequenopasanada. —Yotambién.Bueno,nosoyuntío.—Meríodenuevo.Elvinosemehasubidoalacabezayno parodedecirtodoloquesemeocurre,tengaonosentido—.¿Sabeshaciadóndeestánlascabañas? Alargaelbrazoparadetenermecuandoestoyapuntodeentrarenelaparcamiento. —¿Quécabañas?Estepuebloestáplagadodeellas. —Pues... Hay una calle con un cartel pequeño y luego hay unas tres o cuatro cabañas más, y luego...¿otracalle?—IntentorecordarelcaminoalrestaurantedesdelacasadeKenyKaren,peronada parecetenersentido. —Esonomedamuchaspistas.—Seríe—.Aunquepodemoscaminarhastaquelaencontremos. —De acuerdo, pero si dentro de veinte minutos no la hemos encontrado, me voy a un hotel — refunfuño,temiendoelpaseoyladiscusiónquesindudatendremosHardinyyocuandollegue.Ypor discusiónmerefieroaunabatallaverbalintensa,violentayeterna.Especialmentecuandodescubraque heestadobebiendoconRobert. Derepente,mevuelvoparamirarlomientrascaminamosenlaoscuridad. —¿Algunaveztecansasdequelagentetedigaloquetienesquehacertodoeltiempo? —Nadielohacepero,silohicieran,sí,mecansaría. —Qué suerte. Yo tengo la sensación de que alguien siempre me está diciendo lo que tengo que hacer, adónde tengo que ir, con quién tengo que hablar, dónde tengo que vivir... —Dejo escapar el alientoyveocómosetransformaenvahoenelairefrío—.Estoyempezandoahartarme. —Nomeextraña. Mirolasestrellasporuninstante. —Quierohaceralgoalrespecto,peronoséqué. —PuedequeirteaSeattleteayude. —Puede...Peroquierohaceralgoahoramismo,comohuiroinsultaraalguien. —¿Insultaraalguien?—Seríeysedetieneparaatarseunzapato. Yodejodecaminaraunoscuantosmetrospordelantedeélymiroamialrededor.Ahorabarajoen mimentetodaslasposibilidadesdecomportamientosimprudentesynopuedoparar. —Sí,insultaraalguienenparticular. —Pero tómatelo con calma. Sé que insultar a alguien es algo bastante agresivo y tal, pero quizá deberíasempezarconalgomáslight—dice. Mellevaunmomentodarmecuentadequemeestátomandoelpelo,perocuandolohago,leveola gracia. —Hablo en serio. Ahora mismo tengo ganas de hacer alguna... ¿locura? —Me muerdo el labio superiormientrasmeditoelqué. —Eselvino...,esbastantefuerteyhasbebidomuchoenpocotiempo. Ambosreímosdenuevoyyanopodemosparar.Loúnicoquemedevuelvealanormalidadsonlos pequeñosfarolillostipocantinaquependendeunpequeñoedificiocercano. —Éseeselbardelpueblo—meinformaRoberttrasseñalarloconlacabeza. —¡Quépequeño!—exclamo. —Bueno, no tiene que ser enorme cuando es el único de la ciudad. Es bastante divertido. Las camarerasbailansobrelabarraytodoeso. —¿ComoenElbarCoyote? Susonrisaseintensifica. —Sí,sóloqueestasmujerestienentodasmásdecuarentaañosyvanmásvestidas. Susonrisaescontagiosa,yyaséquévamosahacerahora. Capítulo46 Hardin —No,tehedichoqueunacopa,ylodecíaenserio.—Pongolosojosenblancoyhagogirarelhielo dentrodelacopavacíaconeldedo. —Loquetúdigas.—Rileylehaceungestoalacamareraypidedosbebidasmás. —Hedichoqueno... —Nadiehadichoqueseanparati—replicamirándomeconcondescendencia—.Avecesunachica necesitaunrespaldo. —Bien, pues que te diviertas. Yo me voy a por Tessa ahora mismo. —Me levanto del taburete, peroellameagarradelacamisaotravez—.Dejadetocarme. —Tío,dejayadesertancapullo.Tehedichoqueirécontigo;peroesperaaquemetermineestas copas. ¿Has pensado ya en qué vas a decirle, o tu intención es simplemente entrar ahí en plan cavernícola? —No.—Mesientodenuevo. Laverdadesquenohepensadoquévoyadecirle.Nonecesitodecirnadamásque«Vámonosde unaputavez». —¿Túquédirías?—meatrevoapreguntar. —Pues,paraempezar—sedetieneparadarlealacamareradosbilletesdecincodólarescuando ellaleacercalosvasos—,Lilliannuncaestaríaenunrestauranteconotrachica...ochico,sinmí.—Da unbuentragoaunodelosvasosymemira—.Yoyahabríaconvertidoencenizasellugar. Nomegustamuchosutono. —Y¿medicesamíquevengaatomarmeunacopaantesdeir? Seencogedehombros. —Nohedichoquemireacciónfueselamáscorrecta.Peroesloqueharía. —Nodicesmásquegilipolleces,ytúeresunagilipollas.Melargo. Doy un par de pasos hacia la puerta, y la música country que me da dolor de cabeza empieza a aumentar de volumen y sé lo que va a pasar a continuación. No debería haber venido a este bar de mierda.DeberíahaberidodirectamenteabuscaraTessa.Losclienteshabitualescomienzanajalear.Me vuelvoyveoquedosdelascamarerasdemedianaedadseestánsubiendoalabarra. Joder,quéincómodo.Entretenido,perorarodecojones. —¡Vasaperderteelespectáculo!—seríeRiley. Estoyapuntodedeciralgo,peroentoncesoigounsonidodetrásdemíy,unavezmás,intuyolo que está a punto de pasar. Cuando me vuelvo, la boca se me seca y la sangre me hierve al instante. Porque,alhacerlo,veocómoTessaentratambaleándoseporlapuertadelpequeñobardecarretera.Con él. Enlugardeircorriendoaporélcomomegustaría,regresoalabarrayledigoaRileyasuespalda: —Tessaestáaquí.Conél.Esésa. Ellaapartalavistadelasviejasdelabarraysedalavuelta.Sequedaboquiabierta. —Joder,québuenaestá. Lafulminoconlamirada. —Para.Nolamiresasí. —Lillianmehadichoqueeraguapa,pero,joder,menudastet... —Noterminesesafrase. MiroaTessa.Joder,yaséqueestábuenísima,perolomásimportanteesqueestáborrachayse estáriendomientrasavanzajuntoalasmesasaltas.Escogeunavacíaqueestácercadelaseoysesienta. —Voyparaallá—ledigoaRiley. Notengoniputaideadeporquélecuentonada,perounapartedemíquieresaberquéharíaellasi estuvieraenmilugar.SéqueTessaestácabreadaconmigoporunmontóndemotivos,ylaverdades quenoquieroañadirmásleñaalfuego.Detodosmodos,notieneningúnderechoaestarmosqueada.Es ella la que está ahí con ese como se llame del restaurante, y ahora ha llegado aquí tambaleándose, borrachayriéndose.Conél. —¿Porquénoesperasunpoco?Yasabes,paraobservarlaunrato—sugiereRiley. —Qué idea tan absurda. ¿Por qué iba a quedarme aquí a ver lo bien que se lo pasa con ese gilipollas?Ellaesmíay... Rileymemiraconojoscuriosos. —¿Seenfadacuandoledicesqueestuya? —No. Le gusta. Creo... —Al menos, una vez me dijo que le gustaba: «Soy tuya, Hardin, tuya», gimiócontramicuellomientrasyomeneabalascaderasymehundíamásenella. —Lil se enfada mucho cuando digo eso. Piensa que la estoy reclamando como si fuera una propiedadoalgo—mediceRiley,peroyosólopuedoconcentrarmeenTessa,encómoserecogeelpelo largoconunamanoyselocolocasobreunodeloshombros. Mifuriaaumenta,cadavezestoymáscabreadoysemeestánublandoeljuicio.¿Cómoesposible quenosehayadadocuentadequeestoyaquí?Yosiemprenotocuandoellaentraenunahabitación,es comosielairecambiara,ymicuerpopuedesentir,literalmente,cómoelsuyoseacerca.Peroellaestá demasiado ocupada prestándole atención a él; el muy capullo debe de estar explicándole la manera correctadeservirelaguaenunputovasooalgoasí. Conlamiradaaúnfijaenmichica,digo: —Bueno,Tessaesmía,asíquemedaigualquepiensequelaestoyreclamando. —Hablas como un auténtico capullo —dice Riley, y mira hacia Tessa—. Pero tienes que comprometerte.SisepareceenalgoaLillian,seacabaráhartandoytedaráunultimátum. —¿Qué?—ApartolosojosdeTessaporuninstante,yesunatortura. —Lilliansehartódemismovidasymedejó.Ella—levantalacopahaciaTessa—harálomismo sinoescuchasloquequieredevezencuando. EsincreíblelodiferentesquesonRileyysunovia.Lillianesmuchomássimpática. —Mira,túnosabesnadadenuestrarelación,asíquenotienesniideadeloqueestásdiciendo. ObservodenuevoaTessa,queahoraestásentadasola,jugueteandoconunmechóndepelosuelto ymeneandoloshombrosalritmodelamúsica.Alcabodeunsegundo,localizoasuamigoelcamarero alfinaldelabarra,yladistanciaquehayentreelloscalmaligeramentemisnervios. —Mira,tío—diceRiley—,nonecesitoconocertodoslosdetalles.Mehepasadolaúltima...casi una hora contigo. Sé que eres un imbécil, y que ella es una dependiente de... —Cuando abro la boca para insultarla, continúa—: Lillian también lo es, así que no te pongas farruco. Es dependiente, y lo sabes.Pero¿sabesquéeslomejordetenerunanoviadependiente?—Sonríeconmalicia—.Apartedel sexofrecuente,claro... —Vealgrano.—PongolosojosenblancoymirodenuevoaTessa. Tienelasmejillasrojasylosojosabiertoscomoplatos,divertidaanteelespectáculodelasmujeres queconcluyensubaileenlabarra.Meveráaquídepiedeunmomentoaotro. —Lomejoresquenosnecesitan,aunquenodelamaneraenqueesperasquetenecesiten.También necesitanqueestemosahíparaellasdevezencuando.Lilliansiempreestabatancentradaenintentar salvarme...oloquecojonesestuvierahaciendo...quesusnecesidadesnoestabansiendocubiertas.Ni siquierasabíacuándoerasucumpleañosynohacíanadaporella.Creíaquesí,porquesiempreestabaa sualrededoryledecíaquelaqueríadevezencuando,peroesonoerasuficiente. Unescalofríodesagradablerecorremiespalda.ObservocómoRileyapuraelrestodesuprimera bebida. —Peroahoraestácontigo,¿no? —Sí,perosóloporqueledemostréquepuedecontarconmigoyquenosoylazorraqueeracuando meconoció.—MiraaTessaydespuésamídenuevo—.¿Sabesesoquepublicantodaslasniñastontas eninternet?Creoqueesalgoasícomo...«Mientrastúhaces...»,«Sitúno...».Mierda,nomeacuerdo, perobásicamentequieredecirquesitúnotratasbienatuchica,otrapersonalohará. —Yonolatratomal. «Almenos,notodoeltiempo.» Empiezaareírseconincredulidad. —Tío, admítelo. Oye, yo no soy ninguna santa. Aún no trato a Lillian todo lo bien que debería, peroalmenossoyconscientedeello.Túestásenunaespeciedeestadodenegaciónsideverdadcrees que no la tratas como una mierda. Si fuese así, ella no estaría ahora sentada con ese gilipollas, que resultasercompletamenteopuestoati,yademásestábastantebueno. No puedo negárselo. Tiene razón, en casi todo. Pero no trato a Tessa como una mierda todo el tiempo,sólocuandohacealgoparacabrearme.Comoahora. Yantes. —Teestámirando—mediceRiley,ysemehielalasangre. Girolacabezalentamenteensudirección. Meestámirandofijamente,confuria,yjuraríaqueinclusoveounapequeñallamarojaensusojos cuando mira a Riley y después a mí otra vez. No se mueve. Ni siquiera parpadea. Su expresión de sorpresasetornasalvajealinstante,ysumiradaasesinamedejadepiedra. —Estácomounacuba.—Rileyseríeamiladoytengoquehacerungranesfuerzoparanoecharle subebidaporencima. Enlugardehacerlo,farfullo: —Cállate. CojoelvasoymeaproximoaTessa. Elcapullodelcamarerosigueenlabarracuandollegohastaella. —Vaya, jamás habría imaginado que estarías aquí, en un bar, bebiendo con otra chica. Qué sorpresa—mesueltaconunasonrisasarcástica. —¿Quéhacesaquí?—preguntoacercándomeaella. Ellaseaparta. —¿Quéhacestúaquí? —Tessa...—leadvierto,yponelosojosenblanco. —Estanoche,no,Hardin.Novaapasar.—Sebajadelasillaaltaysetiradelbajodelvestido. —No te alejes de mí. —Mis palabras suenan como una orden, pero sé que en realidad es una súplica.Laagarrodelbrazo,peroellasesuelta. —¿Porquéno?Esloquetúhacessiempre.—MiraaRileyconodiodenuevo—.Amboshemos venidoconotraspersonas. Niegoconlacabeza. —Joder,no.ÉsaeslanoviadeLillian. Sushombrosserelajanalinstante. —Ah.—Memiraalosojosysemuerdeellabioinferior. —Tenemosquemarcharnosdeaquíya. —Puesmarchaos. —Mereferíaatiyamí—leaclaro. —Yo sólo pienso ir a un sitio divertido. Más divertido que este lugar, ya que tú estás aquí y siempreestásobstaculizandomidiversión.Erescomolapolicíadeladiversión.—Sonríeantesupropia bromaestúpidaycontinúa—:¡Esoesjustoloqueeres!Lapolicíadeladiversión.Deberíapedirquete hicieranunaplacaparaquelallevestodoeltiempo,asípodrásevitarquetodoelmundosedivierta— mesuelta,yempiezaapartirsederisa. «Joder,estáborrachadelahostia.» —¡¿Cuántohasbebido?!—gritoporencimadelamúsica. Pensabaquebajaríanelvolumen,peropareceserqueelpúblicohapedidounbisdelasbailarinas mayores. Seencogedehombros. —Nolosé.Unascuantas,yéstatambién. Mecogeelvasodelamanoy,antesdequepuedadetenerla,locolocasobrelamesaysesubede nuevoalasilla. —Notebebaseso.Saltaalavistaqueestáscomounacuba. —¿Quéesesesonido?—Sellevalamanoalaoreja—.¿Eslasirenadelcochedelapolicíadela diversión? Nino, nino, nino... —Pone morritos como un niño durante un segundo y después se ríe—. Lárgatesivasajodermelafiesta. Entonces se lleva el vaso a la boca y bebe tres grandes tragos. Se ha tomado media copa en cuestióndesegundos. —Vasaacabarvomitando—digo. —Bla, bla, bla... —se burla, meneando la cabeza hacia adelante y hacia atrás con cada palabra. Mira detrás de mí y una sonrisilla de superioridad se dibuja en sus labios—. Ya conoces a Robert, ¿verdad? Miroaunladoymeencuentroalcapulloconunabebidaencadamano. —Me alegro de verte otra vez —dice, y pone una media sonrisa. Tiene los ojos inyectados en sangre.Éltambiénestáborracho. «¿Sehabráaprovechadodeella?¿Lahabrábesado?» Inspirohondo. «Supadreeselsheriff.Supadreeselsheriff.Supadreeselsheriff... »Supadreeselputosheriffdeestepueblodemierda.» MiroaTessadenuevoydigoporencimadelhombro: —Lárgate. Ellaponelosojosenblanco.Habíaolvidadoloaudazquesevuelvecuandoelalcoholinundasu organismo. —Notevayas—ledicedesafiándome,yélsesientaalamesa—.¿Notienescompañíaalaque entretener?—meprovoca. —No,nolatengo.Vámonosacasa. Me está costando mucho controlar mi temperamento. Si ésta fuese cualquier otra noche, ya le habríaestampadolacaraaRobertcontralamesa. —Lacabañanoesnuestracasa;estamosahorasdecasa.—Seterminalabebidaquemeharobado y después me mira con una mezcla de odio, ligereza ebria e indiferencia—. En realidad, a partir del lunesyoyanotengocasa,graciasati. Capítulo47 Tessa Las aletas nasales de Hardin se agitan mientras intenta controlarse. Miro a Robert y veo que parece sentirsealgoincómodo,peroHardinnolointimidaenabsoluto. —Siestástratandodecabrearmeapropósito,estáfuncionando—mediceHardin. —Pues no. Simplemente no quiero irme. —Y, justo cuando la música para, digo prácticamente gritando—:¡Quierobeberyserjovenydivertirme! Todoelmundosevuelvehaciamí.Noséquéhacercontantaatención,asíquesaludoagitandola manoenelaire,bastanteincómoda.Alguiengritasuaprobaciónymediobarlevantasuscopasamodo debrindisyvuelvenasusconversaciones.Lamúsicacontinúa,RobertseríeyHardinestárojodeira. —Estáclaroqueyahasbebidosuficiente—dicemirandoelvasomediovacíoqueRobertmeha traído. —Noticiasdeúltimahora,Hardin:yasoymayorcita—lerecuerdocontonoinfantil. —Malditasea,Tessa. —Creoqueserámejorquemevaya...—diceRobertponiéndoseenpie. —Evidentemente—respondeHardinaltiempoqueyolepidoquenolohaga. Pero después miro a nuestro alrededor y suspiro con resignación. Por muy bien que me lo esté pasandoconRobert,séqueHardinnopararádehacercomentariosgroseros,delanzarleamenazasylo queseacontaldequesemarche.Esmejorquelohagaya. —Losientomucho.Mevoyyoytúpuedesquedarte—lesugiero. Élniegaconlacabeza,comprensivo. —No, no, no te preocupes. De todos modos ha sido un día muy largo. —Es tan tranquilo y despreocupado...Resultatremendamenterefrescante. —Teacompañoafuera—ledigo.Nosésivolveréaverloalgunavez,ysehaportadomuybien conmigoestanoche. —No,deeso,nada—intervieneHardin,perohagocomoquenolooigoysigoaRoberthaciala puertadelpequeñobar. Cuandomevuelvoendirecciónalamesa,veoqueHardinestáapoyadocontraellaconlosojos cerrados.Esperoqueestérespirandohondo,porquenoestoydehumorparaaguantarsusescenitasesta noche. Unavezfuera,mevuelvohaciaRobert. —Losientomuchísimo.Nosabíaqueibaaestaraquí.Sóloqueríapasarlobien. Élsonríeyseinclinaunpocohaciaadelanteparamirarmemejoralosojos. —¿Teacuerdasdeloquetehedichosobrelodedejardedisculparteportodo?—Sellevalamano albolsilloysacaunalibretitayunboli—.Noesperonada,perosialgúndíaestásaburridaotesientes solaenSeattle,llámame.Ono.Dependedeti. Anotaalgoymeloentrega. —Deacuerdo. Noquierohacerningunapromesaquenopuedacumplir,asíquemelimitoasonreírymecueloel pequeñotrozodepapelporlapartesuperiordelvestido. —¡Losiento!—gritocuandomedoycuentadequeacabodetoquetearmedelantedeél. —¡Dejadedisculparte!—Seríe—.¡Ymenosporeso!—Mirahacialaentradadelbar,ydespués hacia la noche oscura—. Bueno, será mejor que me vaya. Ha sido un placer conocerte. A ver si nos vemosdenuevo. Asientoysonríomientrasélsealejaporlaacera. —Hacefrío—diceHardindetrásdemí,dándomeunsustodemuerte. Resoplo,pasodelargoporsuladoyentroenelbar.Lamesaalaqueestabasentadaestáahora ocupadaporuncalvoysuenormejarradecerveza.Cojomibolsodelasillaquehayasuladoyme miraconojosinexpresivos.Bueno,másbienmemiralastetas. Hardinestádetrásdemí.Otravez. —Vámonos,porfavor. Medirijoalabarra. —¿Teimportaríadarmemediometrodeespacio?Noquieronitenertecercaenestosmomentos. Mehasdichocosasespantosas—lerecuerdo. —Sabesquenolasdecíaenserio—respondealadefensivaeintentandoestablecercontactovisual conmigo,peronopiensoceder. —Esonosignificaquepuedasdecirlas.—Mirohacialachica,lanoviadeLillian,quenosobserva aHardinyamídesdelabarra—.Noquierohablardeesoahora.Meloestabapasandobienylohas fastidiado. Hardinseinterponeentrenosotras. —Entonces¿nomequieresaquí? Veounreflejodedolorensusojos,yalgoensuspozosverdesmehacerecular. —Nohedichoeso,perosivasavolveradecirmequenomequieresoquesólomeusasparael sexo,serámejorquetelargues.Omeiréyo.—Estoyhaciendotodoloposiblepormantenermiactitud alegreyrisueñaenlugardehundirmeenlamiseriaydejarqueeldolorylafrustraciónseapoderende mí. —Eres tú la que ha empezado toda esta mierda viniendo aquí con él, borracha, por cierto... — replica. Suspiro. —Ya estamos. —Hardin es el rey de la doble moral. Y la última prueba de ello se dirige hacia nosotrosenestosmomentos. —Joder, ¿queréis callaros de una vez? Estamos en un sitio público —nos interrumpe la guapa chicaconlaqueHardinestabasentado. —Ahora,no—leespeta. —Anda,obsesióndeHardin,sentémonosalabarra—diceellaignorándolo. Sentarmeaunamesaalfondodelbarytomarmeunacopaquemehantraídoesunacosa,pero sentarmealabarraypedirunacopayomismaesotramuydistinta. —Notengoedadsuficiente—lainformo. —Vengaya.Conesevestidotepondránunacopa.—Memiraelpechoyyolosacoligeramente. —Comomeechen,seráculpatuya—ledigo,yellainclinalacabezahaciaatrás,riéndose. —Yopagarétufianza.—MeguiñaunojoyHardinseponetensoamilado. Laobservalanzándolemiradasdeadvertencia,yyonopuedoevitarreírme.Sehapasadolanoche intentandodarmecelosconLillian,yahoraestácelosoporquesunoviameguiñaelojo. Todoestetomaydacataninfantil—élestáceloso,yoestoycelosa,laviejadelabarraestácelosa, todoelmundoestáceloso—resultafastidioso.Algoentretenido,sobretodoahora,perofastidioso. —Porcierto,mellamoRiley.—Sesientaalfinaldelabarra—.Imaginoqueelgroserodetunovio nopiensapresentarnos. Miro a Hardin esperando que la insulte, pero él se limita a poner los ojos en blanco, lo cual es bastantecontenidoporsuparte.Haceademándesentarseeneltaburetequehayentrenosotras,peroyo locojodelrespaldoyapoyolamanoensubrazoparaayudarmeasubirmeaél.Séquenodeberíaestar tocándolo, pero quiero sentarme aquí a disfrutar de la última noche de estas minivacaciones, que han acabadosiendoundesastre.Hardinhaespantadoaminuevoamigo,yLandonprobablementeyaesté durmiendo.Miotraalternativaessentarmesolaenlahabitacióndelacabaña,asíqueéstameparece mejor. —¿Quéospongo?—mepreguntaunacamareradepelocobrizoquevisteunachaquetavaquera. —TreschupitosdeJackDaniel’s,fríos—respondeRileypormí. Lamujeranalizamirostroduranteunossegundosyelcorazónsemeacelera. —Marchando —anuncia por fin, y saca tres vasos de chupito de debajo de la barra y los coloca delantedenosotros. —Yo no iba a beber, sólo me he tomado una copa antes de que tú llegaras —me dice Hardin al oído. —Bebeloquequieras.Yopiensohacerlo—replicosinmirarlosiquiera,aunqueenelfondoespero quenoseemborrachedemasiado.Nuncasécómovaareaccionar. —Yaloveo—diceamododeregaño. Lomiroconelceñofruncido,peroacaboembelesadamirándolelaboca.Avecesmequedoasí, observandoloslentosmovimientosdesuslabioscuandohabla;esunademisaficionesfavoritas. Aladvertirquehebajadounpocolaguardia,mepregunta: —¿Todavíaestásenfadadaconmigo? —Sí,mucho. —Entonces ¿por qué actúas como si no lo estuvieras? —Sus labios se mueven todavía más despacio.Tengoqueaveriguarelnombredeesevino.Eramuybueno. —Yatelohedicho.Quierodivertirme—repito—.¿Ytú?¿Estásenfadadoconmigo? —Siempreloestoy—responde. Meríoligeramente. —Cierto. —¿Quéhasdicho? —Nada.—Sonríoinocentementeyobservocómosefrotaelcuelloconlamanoysemasajealos hombrosconelpulgaryelíndice. Segundos más tarde tengo un chupito de licor marrón delante de mí, y Riley levanta su vaso en nuestradirección: —Porlasrelacionesdisfuncionalesquerozanlopsicótico.—Sonríeconmaliciayechalacabeza atrásparabeberseeltrago. Hardinlaimita. Yorespirohondoantesdeverterelfrescoardordelwhiskypormigarganta. —¡Unomás!—gritaRileymientrasdeslizaotrochupitodewhiskydelantedemí. —Nosésipuedo—balbuceo—.Nohabíaeshtadotanborrrrachaenmividda.Nuncajamás. Elwhiskysehainstaladooficialmenteenmicabezaynoparecetenerintencionesdedesaparecer enunplazocortodetiempo.Hardinllevacincochupitos.Yoheperdidolacuentadelosmíosdespués deltercero,yestoyconvencidadequeRileydeberíaestartiradaenelsueloconuncomaetílico. —Estewhiskyestábuenísimo—digoantesdemeterlalenguaenelchupitorefrigerado. Amilado,Hardinseríe,yyomeapoyoensuhombroycolocolamanosobresumuslo.Susojos siguen inmediatamente mi mano y yo la aparto al instante. No debería actuar como si nada hubiera pasado,séquenodebería,peroesmásfácildecirloquehacerlo.Especialmenteahoraqueapenaspuedo pensar con claridad, y Hardin está tan guapo con esa camisa blanca. Ya me enfrentaré a nuestros problemasmañana. —¿Loveis?Sólonecesitabaisunpocodewhiskypararelajaros—diceRiley,ygolpeasuvasode chupitocontralabarrayyomeechoareírcomounatonta—.¿Qué?—ladra. —Hardinytúsoisiguales.—Metapolabocaparaocultarmisinsolentesrisitas. —Deeso,nada—diceHardinhablandoconeseritmolentoalquerecurrecuandoestáebrio.Riley tambiénlohace. —¡Claroquesí!Soiscomodosgotasdeagua.—Merío—.¿SabeLillianqueestásaquí?—digo volviéndomehaciaellabruscamente. —No.Estádormida.—Selameloslabios—.Peropiensodespertarlaencuantoregrese. Subenelvolumendelamúsicadenuevoyveoquelamujerdepelocobrizoseencaramaalabarra porcuartavez,creo. —¿Más?—Hardinarrugalanariz,yyomeechoareír. —Amímeparecedivertido.—Enestosmomentos,todomeloparece. —Puesamímeparececutre,ymeinterrumpecadatreintaminutos—refunfuña. —Deberíassubir—meanimaRiley. —¿Adónde? —Alabarra.Deberíasbailarenlabarra. Niegoconlacabezaymerío.Ymesonrojo. —¡No,no,no! —Venga,nohasparadodedecirqueeresjovenyquequieresdivertirteoloqueseaqueestuvieses diciendo.Aquítienestuoportunidad.Bailaenlabarra. —No sé bailar. —Es verdad. Sólo he bailado, excluyendo los bailes lentos, una vez, en aquella discotecadeSeattle. —Nadiesedarácuenta,estántodosmásborrachosquetú.—Enarcaunaceja,desafiándome. —Deeso,nada—intervieneHardin. Apesardemiestadodeembriaguez,unacosasíquerecuerdo:estoyhartadequemedigaloque puedoonopuedohacer. Sinmediarpalabra,meagachoymedesabrocholasincómodascorreasquerodeanmistobillosy dejocaermistaconesaltosalsuelo. Hardinabreunosojoscomoplatosmientrasmesuboaltabureteydeltaburetealabarra. —¿Quéestáshaciendo?—Selevantaysevuelvecuandounoscuantosclientesdetrásdenosotros empiezanavitorear—.Tess... Subenmáselvolumen,ylamujerquenoshaestadosirviendolasbebidasmesonríeconpicardíay medalamano. —¡¿Sabesbailarenlínea,cielo?!—grita. Niegoconlacabeza,yderepentemesientoinsegura. —¡Yoteenseño!—grita. ¿Enquénaricesestabapensando?SóloqueríademostrarleaHardinquepuedohacerloquemeda lagana,ymiraadóndemehallevadoeso:asubirmeenunabarraapuntodeintentarbailar...unbaile raro.Nisiquieraséquéesbailarenlíneaexactamente.Dehabersabidoqueibaaacabaraquíarriba,lo habríaplaneadotodomejoryhabríaprestadomásatenciónalasmujerescuandoestabanbailandoantes. Capítulo48 Hardin RileyestámirandoaTessa,queestádepiesobrelabarradelantedeella. —Joder,¡pensabaquenoseatreveríaahacerlo!—grita. Yotambiénlopensaba,peroestáclaroqueestádecididaacabrearmeestanoche. Rileymemiraconcaradefascinación. —Esmuysalvaje. —No, no lo es —digo en voz baja. Tessa parece estar pasándolo fatal. Supongo que se estará arrepintiendodesuimpulsivadecisión—.Voyaayudarlaabajardeahí.—Empiezoalevantarlamano, peroRileymelaapartadeunapalmada. —Déjalaenpaz,tío. MiroaTessadenuevo.Lamujerquenoshaservidolasbebidasestáhablandoconella,perono oigo lo que le está diciendo. Esto es una estupidez, ponerse a bailar en una barra con ese vestido tan corto.Simeinclinounpocoseguroqueseloveotodo,comoelrestodelospresentes.Supongoque Rileyyaseloestaráviendo.Mevuelvohaciatodaspartesyveoqueningunodeloshombresgrasientos quehayalotroladohanadvertidosupresencia.Todavía. Tessaobservaalamujerquetienealladoconlafrentearrugadaconairedeconcentración;todolo contrariodesurepentinanecesidaddemostrarse«salvaje».Siguelosmovimientosdelamujerylevanta unapierna,despuéslaotrayacontinuaciónmenealascaderas. —Siéntateydisfrutadelespectáculo—mediceRileyamiladopasándomeunadesusbebidas. Estoyborracho,demasiado,perotengolamentemuyclaramientrasobservocómoTessacomienza amoverse.Amoversedeverdad.Secolocalasmanossobrelascaderasyempiezaasonreír.Yanole importa que todo el mundo la esté contemplando. Me mira a los ojos y sus movimientos de baile se vuelventorpesporuninstante,antesdequerecobrelacomposturaydirijalamiradaalfondodelasala. —Excitante,¿eh?—Rileysonríeamiladomientrassellevalacopaaloslabios. Sí,evidentemente,veraTessasobreunabarrameponemuycachondo,perotambiénmeenfurece ynomeloesperaba.Elprimerpensamientoquemehavenidoalacabezahasido:«Joder,cómome poneesto».Yelsegundoesquenodeberíaestardisfrutándolotantoydeberíasentirmeirritadoporsu constante necesidad de desafiarme. Sin embargo, no puedo pensar con claridad por culpa del primer pensamiento,yporelhechodequeestábailandojustodelantedemí.Elmodoenqueelvestidosele subeporlosmuslosylamaneraenquesesujetaelpeloconunamanoyseríemientrastratadeseguir lospasosdelamujerquetieneallado...Meencantaverlaasí,tandespreocupada.Nosueloverlareírde estemodoconfrecuencia.Unaligeracapadesudorcubreahorasucuerpoylahacebrillarbajolaluzde los focos. Me revuelvo algo incómodo y me tiro de la parte delantera de la ridícula camisa que llevo puesta. —Oh,oh...—dicelanoviadeLillian. —¿Quépasa? Salgo de mi trance y sigo la dirección de su mirada por la barra. Dos hombres que hay al otro extremo están embobados mirando a Tessa, y por embobados quiero decir que tienen los ojos más salidosquemiputapollaenestosmomentos. LevantolavistayveoquelafaldadeTessamuestrademasiadosusmuslos.Cadavezquedaun pasoselesubeunpocomás. Yaessuficiente. —Tranquilo,hombre—diceRiley—.Lacanciónestáapuntodeacabar...—Yentonceslevantala manoylameneajustocuandolamúsicatermina. Capítulo49 Tessa Hardinlevantalamanoparaayudarmeabajar,cosaquemesorprendebastante. Porsumanerademirarmeconelceñofruncidoyconairesuplicantedurantetodoelratoquehe estado bailando, pensaba que iba a chillarme. O algo peor. En realidad esperaba que se subiera y me arrastrarafueradelabarrayquedespuésempezaraapegarsecontodoslosclientes. —¿Loves?¡Nadiesehadadocuentadequebailascomoelculo!—Rileyseríeyyomesientoen lafríabarra. —¡Hasidodivertidísimo!—exclamoy,unavezmás,lamúsicasedetiene. Meríoysaltodelabarra.Hardinmeenvuelveconsubrazodemaneraprotectorahastaqueestoy lobastanteestabledepiecomoparaqueseaparte. —¡Deberíassubiralapróxima!—ledigoaHardinaloído,yélniegaconlacabeza. —No—diceconrotundidad. —Nopongasmorritos,estásmuyfeo.—Alargolamanoyletocoloslabios. Noestáfeo;dehecho,esbastantemonoelmodoenquesobresalesulabioinferior.Susojosbrillan alsentirmicontactoymipulsoseacelera.Estoyempezandoanotarelsubidóndeadrenalinadespués dehaberbailadoenlabarra,algoquejamásenmividapenséqueharía.Pormuydivertidoquehaya sido,séquejamásvolveréahacerlo.Hardinsesientaeneltabureteyyomequedodepieentreély Riley,alladodemiasientovacío. —Teencanta.—Sonríe,todavíaconmisdedosensuslabios. —¿Tuboca?—digoconunasonrisapícara. Niegaconlacabeza.Estádebuenhumor,peromuyserioalmismotiempo,yresultaembriagador. Élesembriagador,yyoyaestoybastanteembriagadadeporsí.Estovaaserinteresante. —No,cabrearme.Teencantacabrearme—dicecontonoseco. —No.Esquetútecabreascondemasiadafacilidad. —Estabas bailando en una barra delante de una sala llena de gente. —Su cara está a escasos centímetros de la mía, y su aliento es una estimulante mezcla de menta y whisky—. Sabías perfectamentequeesomeibaacabrear,Tessa.Tienessuertedequenotehayabajadoalafuerza,te hayacolocadosobremihombroytehayasacadodeestelugar. —¿Sobretuhombro,nosobretusrodillas?—bromeo,ylomirodirectamentealosojos,loquelo desarma. —¿Qu...qué?—tartamudea. MeechoareírantesdevolvermehaciaRiley. —Nodejesqueteengañe.Lehaencantado—mesusurraella,yasiento. Siento una tensión en el estómago ante la idea de Hardin observándome, pero mi mente intenta controlarmissuciospensamientos.Deberíaestarfuriosa.Deberíafingirquenoestá,ogritarleotravez por sabotear lo de Seattle, o por las dolorosas palabras que me ha dicho, pero es casi imposible cabrearmeestandoasídeborracha. Mepermitofingirquenadadeesohasucedido,almenosporahora,ymeimaginoqueHardinyyo somos una pareja normal que ha salido con una amiga a tomar una copa. Sin mentiras, sin peleas dramáticas,sólodiversiónybaile. —¡Todavíanomecreoquehayahechoeso!—lesdigoaambos. —Yotampoco—refunfuñaHardin. —No voy a volver a hacerlo, os lo aseguro. —Me paso la mano por la frente. Estoy sudando y hacecalorenestepequeñobar.Elaireestácargadoynecesitorespirar. —¿Quétepasa?—pregunta. —Nada.Hacecalor.—Meabanicoconlamanoyélasienteunavez. —Puesvámonosantesdequetedesmayes. —No,quieroquedarmemásrato.Melobienpasandoestoy...Digo...,meloestoypasandobien. —Nisiquierapuedesformarunafrasecoherente. —¿Yqué?Igualnoesnecesarioquelohaga.Relájateolárgate. —Estás...—empieza,peroletapolabocaconlamano. —Shhh...,cállateporunavez.Divirtámonos.—Usolaotramanoparatocarleelmuslodenuevo,y estavezledoyunapretón. —Vale—dicecontramipalma. Lesueltolaboca,peromantengolamanoaunoscentímetrosdedistanciaparatapárseladenuevo siesnecesario. —Peronadadebailarenlabarraotravez—dice,negociandotranquilamente. —Vale.Ynadadeponermorritosnidefruncirelceño—leespeto. Sonríe. —Vale. —Dejadedecir«vale»—ledigoconunasonrisa. Asiente. —Vale. —Eresexasperador. —¿Exasperador?¿Quédiríatuprofesordeliteraturaanteesaclasedevocabulario?—Losojosde Hardinsondeunverdejadeintensoyestáncargadosdehumoryenrojecidosporelalcohol. —Aveceseresmuygracioso.—Meapoyocontraél. Merodealacinturaconelbrazoymecolocaentresuspiernas. —¿Aveces?—Mebesaelpeloyyomerelajoensusbrazos. —Sí,sóloaveces. Se ríe y no me suelta. Y creo que no quiero que lo haga. Sé que debería, pero no quiero. Está borracho,ytravieso,yelalcoholenmiorganismohacequepierdaelsentidocomún...comosiempre. —Miradquébienosestáisllevando.—Rileynosseñalaconambasmanoscomosinosestuviese mostrandoaalguien. —Estachicaesexasperante—resoplaHardin. —Parecéisgemelos.—Merío,yélsacudelacabeza. —¡Últimospedidos!—gritaminuevaamigadesdedetrásdelabarra. DurantelaúltimahorameheenteradodequesellamaCami,dequetienecasicincuentaañosyde que su primer nieto acaba de nacer en diciembre. Me ha mostrado algunas fotos que tiene impresas, como cualquier abuela orgullosa, y yo las he alabado y le he dicho que es un niño precioso. Hardin apenashamiradolasimágenesysehadedicadoafarfullaralgosobreuntrol,asíquemeheapresurado aquitárselasdelasmanosantesdequelamujerlooyera. Mebalanceodeunladoaotro. —Unacopamásymecaigoredonda. —¡Nosécómonohasperdidoyaelconocimiento!—exclamaRileyconevidenteadmiración. Yosí:Hardinmehaestadorobandolascopascuandolasteníaalamitadparaacabárselasél. —Túhasbebidomásqueninguno,probabbblementemáshqueél—digoarrastrandolaspalabrasy señalandoalhombrequeestáinconscientealotroextremodelabarra—.OjaláLillianhubiesepodido venirconnosotros—digo,yHardinarrugalanariz. —Creíaquelaodiabas—repone,yRileymemiraalinstante. —Nolaodio—locorrijo—.Nomegustabaporqueestabasintentandodarmecelossaliendocon ella. RileyseponetensaymiraaHardin. —¿Qué? «Mierda.» —Continúa,querida—insisteella. Estoyatrapadayborracha,ynotengoniideadequénaricesdecir.Noquieroqueseenfade,eso seguro. —Noesnada—lediceHardin,ylevantalamano—.HesidouncapulloynolehedichoaTessa queeralesbiana.Esoyalosabes. Rileyrelajaloshombros. —Ah,vale. «Joder,esigualitaqueél.» —Nohapasadonada,asíquerelájate—ledice. —Estoyrelajada,créeme—contestaellatranquilamente,yacercasutabureteligeramentealmío —. Unos pocos celos no tienen nada de malo, ¿verdad? —Riley me mira con un brillo en su ebria mirada—.¿Algunavezhasbesadoaunachica,Tessa? —¿Qué?—exclamodramáticamenteconelvellodepunta. —Riley,¿quécojones...?—empiezaHardin,perosedetiene. —Essólounapregunta.¿Hasbesadoaalgunachica? —No. —¿Algunaveztelohasplanteado? Borrachaono,sientolavergüenzaqueasciendepormismejillas. —Pues... —Estarconunachicaesmuchomejor,laverdad.Sonmássuaves.—Acariciamibrazo—.Ysaben quéesloquequieresexactamente...ydóndeloquieres. Hardinleapartalamanodemipiel. —Yabasta—gruñe,yyoretiroelbrazo. Rileyseechaareírdemaneradescontrolada. —¡Losiento,losiento!Nohepodidoevitarlo.Haempezadoél.—SeñalaaHardinconlacabeza entre carcajada y carcajada, y entonces para de reírse y lo mira con una amplia sonrisa—. Ya te he advertidoantesquetengascuidaditoconmigo. Exhalo, tremendamente aliviada de que sólo estuviera intentando provocar a Hardin. Una risita escapademibocayélpareceavergonzado,cabreadoy...¿talvezunpococachondo? —Pagatú,yaquetecreestangraciosa—dice,ylecolocalalargacuentadepapeldelante. Rileyponelosojosenblanco,sellevalamanoalbolsillotrasero,sacaunatarjetayladejaencima delabarra.Camicobrarápidamenteysedirigeaatenderalhombreinconscientedelotroextremo. Cuandollegamosalapuerta,Rileyanuncia: —Bueno,hemoscerradoelbar.Lilsevaacabrear. Hardinmesujetalapuertaparaquepase.CasiselacierraenlacaraaRiley,peroyoladetengoy lelanzounamiradaasesina.Élseríeyseencogedehombroscomosinohubiesehechonadamalo,y yonopuedoevitarsonreír.Esuncapullo,peroesmicapullo. «¿No?» Notengonadaporseguro,peroloquesíséesquenoquieropensarenesomientrasregresamosa lacabañaalasdosdelamañana. —¿Seguirádormida?—lepreguntoaRiley. —Esoespero. Yotambiénesperoquetodosennuestracabañaesténdormidos.LoúltimoquequieroesqueKeno Karenesténdespiertoscuandoentremostambaleándonosporlapuerta. —¿Quépasa?¿Tienesmiedodequeteechelabroncaoalgo?—laprovocaHardin. —No...,bueno,sí.Noquieroquesecabree.Bastantedelicadasestányalascosas. —¿Porqué?—preguntoconcuriosidad. —No importa —dice Hardin quitándole importancia y dejando a Riley sumida en sus pensamientos. Recorremos el resto del trayecto en silencio. Cuento los pasos y me río de vez en cuando al recordarmibailesobrelabarra. CuandollegamosalacabañadeMax,Rileyvacilaantesdedespedirse. —Hasido...unplacerconoceros—afirma. Nopuedoevitarecharmeareíralverlamaneratangraciosaquetienedearrugarlacara,comosi laspalabraslesupiesenagrias. Sonrío. —Lomismodigo;lohemospasadogenial.—Meplanteoabrazarlaporuninstante,peroesosería incómodo,ytengolasensacióndequeaHardinnoleharíaningunagracia. —Adiós—selimitaadecirélsindetenerse. Cuandocasihemosllegadoanuestracabaña,derepentemedoycuentadelocansadaqueestoyy mealegrotremendamentedeestaryacerca.Meduelenlospies,ylateladuradeesteincómodovestido seguroquemehaarañadolapiel. —Meduelenlospies—protesto. —Venaquí,yotellevo—seofreceHardin. «¿Qué?»Meentralarisita. Élsonríeinseguro. —¿Porquémemirasasí? —Acabasdeofrecerteallevarmeenbrazos. —¿Y? —Noestípicodeti,esoestodo.—Meencojodehombrosyélseacerca,mecogedelbrazoydela piernaymeelevaenelaire. —Haría cualquier cosa por ti, Tessa. No debería sorprenderte que te lleve a cuestas por un puto sendero. Nodigonada,sólomerío.Muyalto.Esunarisahistéricaquehacequemeconvulsione.Metapo labocaparadetenerla,peronoayuda. —¿Dequéteríes?—preguntacongestoserioeintimidante. —Nolosé...,mehahechogracia—repongo. Llegamosalporcheyélmemueveunpocoparapodergirarelpomodelapuerta. —¿Tehacegraciaquedigaqueharíacualquiercosaporti? —Haríascualquiercosa...exceptoiraSeattle,casarteconmigo,otenerhijosconmigo.—Incluso enmiestadodeembriaguez,loirónicodelcomentarionomehapasadodesapercibido. —Noempieces.Estamosdemasiadoborrachoscomoparamantenerestaconversaciónahora. —Vaaaya—digoentonoinfantil,sabiendoquetienerazón. Hardinsacudelacabezaysubeporlaescalera.Meaferroasucuello,yélmesonríeapesardesu secocomportamiento. —No me sueltes —susurro, y él me suelta sólo lo suficiente como para que me deslice por su torso.Mevuelvo,rodeosucinturaconlaspiernasydejoescaparunpequeñoaullidomientrasmeaferro asucuerpo. —Shhh.Siquisierasoltarte,loharíadesdeloalto—meamenaza. Hagotodoloposibleporparecerasustada.Unasonrisamalévolasedibujaensurostroyyome inclinohaciaarriba,sacolalenguayletocolapuntadelanarizconella. Culpoalwhisky. Una luz se enciende entonces al final del pasillo y Hardin corre hacia la habitación que compartimos. —Loshasdespertado—dicedejándomesobrelacama. Meagachoparaquitarmeloszapatos,mefrotolosdoloridostobillosydejocaerelterriblecalzado alsuelo. —Esculpatuya—replico,ypasoporsuladoparaabrirelcajóndelacómodaybuscaralgoque ponermeparadormir—.Estevestidomeestámatando—protestomientrasmellevolamanoatráspara desabrocharmelacremallera.Eramuchomásfácilhacerlocuandoestabasobria. —Espera.—Hardinsecolocadetrásdemíymeapartalamano—.Pero¿quécojones...? —¿Quéocurre? Mepasalosdedosporlapielysemeerizaelvello. —Tieneslapielroja,comosielvestidotehubiesedejadomarcas.—Tocaunpuntodebajodemi omóplatoydesciendelatelapormiespaldahastaquecaealsuelo. —Eramuyincómodo—refunfuño. —Yaloveo.—Memiraconojoshambrientos—.Nadadeberíamarcarte,exceptoyo. Trago saliva. Está borracho, y juguetón, y sus ojos oscuros delatan exactamente lo que está pensando. —Venaquí. Recorreelpequeñoespacioquenosseparaysecolocadelantedemí.Estátotalmentevestido,yyo mehequedadoenropainterior. Niegoconlacabeza. —No... —Sé que tengo que decirle algo, pero no recuerdo el qué. Apenas recuerdo mi nombre cuandomemiradeesamanera. —Sí—respondeél,yretrocedo. —Novoyahacerlocontigo. Me coge del brazo y me agarra del pelo con la otra mano, tirando de él con suavidad para obligarmeamirarloalacara.Sualientomegolpeaelrostroysuslabiosestánsóloaunosmilímetrosde losmíos. —Y¿esoporqué?—pregunta. —Porque...—Mimentebuscaunarespuestamientrasmisubconscientesuplicaquemearranqueel restodemiropa—.Estoyenfadadacontigo. —¿Y? Yo también estoy enfadado contigo. —Sus labios acarician mi piel y recorren mi mandíbula.Metiemblanlaspiernasynopuedopensarconclaridad. Enarcounacejaydigo: —Y¿esoporqué?Yonohehechonada.—Tensoelestómagocuandosusmanossedesplazanami trasero,masajeándoloyapretándololentamente. —Elespectáculoquehasdadoenelbarerasuficientecomoparamandarmeaunsanatorio,porno hablar del hecho de que te has paseado por todo el pueblo con ese puto camarero; me has faltado al respeto delante de todos al quedarte con él. —Su tono es amenazador, pero sus labios son suaves mientras recorren mi cuello—. Me muero por tenerte desde que estábamos en ese bar de mierda. Despuésdevertebailarasíqueríallevartealbañoyfollartecontralapared.—Sepegacontramípara quesientaloduraquelatiene. Pormuchoquelodeseo,nopuedopermitirquemeculpedetodo. —Tú...—Cierrolosojosydisfrutodelasensacióndesusmanosysuslabiossobremicuerpo—. Hassidotúelque...—Nosoycapazdepensar,ymuchomenosdeformarunafrase—.Para. Loagarrodelasmanosparaquedejedesobarme. Sumiradasellenadedecepciónydejacaerlasmanosaloscostados. —¿Nomedeseas? —Claroquesí.Siempretedeseo.Pero...sesuponequeestoyenfadada. —Puedesseguirestándolomañana—diceconunasonrisamalévola. —Esoesloquehagosiempre,ytengoque... —Shhh... Metapalabocaconsuslabiosymebesaconfuerza.Abrolosmíosy,aprovechandomimomento deflaqueza,meagarradenuevodelpelo,hundelalenguaenmibocaypegamicuerpoalsuyotodolo posible. —Tócame—meruegaintentandocogermelasmanos. Nohacefaltaquemelodigadosveces;quierotocarlo,yélnecesitaqueleinfundaseguridad.Así escomosolucionamoslascosasy,pormuyestúpidoqueparezca,noeslasensaciónquetengocuando mebesadeestamaneraymeruegaquelepongalasmanosencima. Me peleo con los botones de su camisa y él gruñe de impaciencia. Agarra los dos lados, tira y arrancatodoslosbotones. —Megustabaesacamisa—digopegadaasuboca,yélsonríeconloslabioscontralosmíos. —Yolaodiaba. Deslizolatelaporsushombrosydejoquelaprendacaigaalsuelo.Acariciamilenguaconlasuya lentamente,yelbeso,intensoperoincreíblementedulce,hacequemederritaensusbrazos.Sientolaira y la frustración que se esconde tras sus labios, pero está haciendo un gran esfuerzo por ocultarlas. Siempreestáocultandocosas. —Séquevasadejarmepronto—dicedeslizandoloslabiospormicuellodenuevo. —¿Qué?—Meapartounpoco,sorprendidayconfundidaantesuspalabras. Medueleelcorazónaloírlo.Elalcoholmehacemássensibleasussentimientos.Loquiero.Lo quieromuchísimo.Perohacequemesientatandébilyvulnerable...Encuantomepermitopensarque estápreocupado,otriste,oafligidodealgunamanera,escomositodosmissentimientosdesaparecieran ymecentraraenél,ynoenmíoencómomesiento. —Tequieromucho—susurra,yacariciasuavementemislabiosconelpulgar. Supechoysutorsosobresaliendodesusvaquerosnegrossonunaimagendivina,yséqueestoy completamenteasumerced. —Hardin,¿qué...? —Yahablaremosdespués.Ahoraquierosentirte. Meguíahastalacamaeintentoacallaramimente,quemegritaquelodetengayquenoceda. Pero no soy capaz. No soy lo bastante fuerte como para controlarme cuando sus manos callosas acaricianmismuslos,losseparanligeramenteymetientacolandoeldedoíndiceporelelásticodemis bragas. —Ponteuncondón—jadeo,ymemiraconsusojosinyectadosensangre. —¿Ysinolousamos?¿Ysimecorrodentrodeti?¿Túnote...? Perosedetiene,ymealegroporello.Creoquenoestoypreparadaparaoírloqueseaquefuesea decir.Seapartademí,selevantaysedirigealamaleta,queestáenelsuelo.Yometumbomirandoal techo, intentando ordenar mis ebrios pensamientos. «¿De verdad necesito ir a Seattle? ¿Es Seattle lo bastanteimportanteparamícomoparaperderaHardin?»Elfuertedolorquemeatraviesaalpensarlo meresultacasiinsoportable. —Nomelopuedocreer—dicedesdeelotroladodelahabitación. Cuandomeincorporo,veoqueestámirandountrozodepapelquetieneenlamano. —¿Quéputamierdaesesto?—inquieremirándomealosojos. —¿Elqué? Miroabajoyveoquemivestidoseencuentrasobreelsuelodemadera,juntoamiszapatos.Al principio estoy un poco confundida, pero entonces veo que mi sujetador también está ahí tirado. «Mierda.»Melevantorápidamenteeintentoquitarleelpapeldelasmanos. —Notehagaslatonta.¿Tehasguardadosunúmero?—diceconlabocaabiertamientrassostiene elpapelporencimadesucabezaparaquenopuedarecuperarlo. —Noesloquepiensas.Estabaenfadadayél... —¡Yunamierda!—grita. Yaestamos.Conozcoesamirada.Todavíarecuerdolaprimeravezquelavi.Estabaempujandola vitrinadecasadesupadreconelrostroretorcidodeesamaneraporlaira. —Hardin... —Adelante,llámalo.Dejaquetefolleél,porquedesdeluegoyonoquierohacerlo. —No saques las cosas de quicio —le ruego. Estoy demasiado borracha como para empezar una guerraagritosconél. —¿Quenosaquelascosasdequicio?Acabodeencontrarelnúmerodeotrotíoentusujetador— silbaconlosdientesylamandíbulaapretadosconfuria. —No te hagas el inocente ahora —le digo mientras él se pasea de un lado a otro—. Si piensas gritarme, ahórrate la saliva. Estoy harta de pelearme contigo todos los días —añado, y suspiro con frustración. Meseñalaconfuria. —¡Es por tu culpa! Tú eres la que no para de cabrearme. Es culpa tuya que me ponga de esta manera,¡ylosabes! —¡No! No es verdad. —Me esfuerzo por hablar en voz baja—. No puedes culparme de todo. Amboscometemoserrores. —No,túcometeserrores.Unmontóndeerrores.Yyaestoyharto.—Setiradelpelo—.¿Creesque quieroserasí?Joder,no,noquiero.¡Esculpatuya! Mequedocallada. —Adelante,llora—diceburlándosedemí. —Nopensaballorar. Abreunosojoscomoplatos. —Vaya,quésorpresa.—Meaplaudedelamaneramásdenigranteposible. Meechoareírysedetiene. —¿Dequéteríes?—Memiraporunsegundo—.Contéstame. Sacudolacabeza. —Eresuncapullo.Uncapullointegral. —Ytúeresunazorraegoísta.¿Algunacosamás?—meespeta,ydejodereírmebruscamente. Melevantodelacamasindecirniunapalabraniderramarniunalágrima.Sacounacamisetay unospantalonescortosdelcajónymelospongorápidamentemientrasélmeobserva. —¿Adóndecreesquevas?—pregunta. —Déjameenpaz. —No.Venaquí.—Intentaagarrarmeysientounasganastremendasdedarleunabofetada,perosé quemedetendrá. —¡Quita!—Mesueltoelbrazodeuntirón—.Estoyharta.Estoyhartadeestaspeleas.Estoyharta yagotada,ynoquieroseguirasí.Nomequieres.Sóloquieresposeerme,ynotelovoyapermitir.—Lo mirodirectamenteasusojosbrillantesyledigo—:Estásroto,Hardin,yyonopuedoarreglarte. Derepentesedacuentadeloquemehahecho,amíyasímismo,ysecolocadelantedemísin emociónalguna.Conloshombroshundidos,yconlosojosahorasinbrillo,memira,yalhacerlopor finveunreflejotancarentedeexpresióncomoél.Notengonadaquedecirle.Yanolequedanadaque romperdentrodemí,odeél,yporlapalidezdesurostro,veoquefinalmentesehadadocuenta. Capítulo50 Tessa Landon abre la puerta mientras se frota los ojos. Sólo lleva puestos unos pantalones de cuadros, sin camisetanicalcetines. —¿Puedodormiraquí?—lepregunto,yélasiente,adormiladoysinhacerpreguntas—.Lamento habertedespertado—lesusurro. —No te preocupes —farfulla, y vuelve junto a la cama—. Toma, quédate ésta, la otra es muy plana.—Empujaunaalmohadablancaymullidacontramipecho. Sonrío,meabrazoalaalmohadaymesientoenelbordedelacama. —Éstaeslarazónporlaquetequierotanto.Bueno,nolaúnica,perounadeellas. —¿Porque te cedo la mejor almohada? —Su sonrisa es aún más adorable cuando está medio dormido. —No,porquesiempreestásahíparamí...yporquetienesalmohadasmulliditas.—Mivozestan gravecuandoestoyborrachaquesuenarara. Landonsetumbadenuevoenlacamayseapartaparadejarmemuchoespacioalotrolado. —¿Creesquevendráaquíabuscarte?—preguntaenvozbaja. —No. —El momento de humor provocado por Landon y sus almohadas mullidas ha sido reemplazadoporeldolorporHardinyporlaspalabrasquehemosintercambiadohaceunosmomentos. MetumboymiroaLandon,amilado. —¿Teacuerdasdeesoquemehasdichoantesdequenoesunacausaperdida?—susurro. —Sí. —¿Deverdadlopiensas? —Sí.—Haceunapausa—.Anoserquehayahechoalgomás. —No.Bueno...,nadanuevo,enrealidad.Peroesque...nosésipuedoseguirconesto.Noparamos dedarpasosatrás,yesonodeberíaserasí.Cadavezquepiensoquehemosavanzado,seconvierteenel mismoHardinqueconocíhaceunosmeses.Medicequesoyunazorraegoístaosimplementemedice que no me quiere, y sé que no lo dice de verdad, pero cada sílaba me aplasta un poco más que la anterior, y creo que estoy empezando a entender que él es así. No puede evitarlo, y tampoco puede cambiarlo. Landonmeobservaconojospensativosantesdefruncirloslabios. —¿Tehallamadozorra?¿Cuándo?¿Estanoche? Asientoyélsuspirasonoramenteysepasalamanoporlacara. —Yotambiénlehedichocosashirientes.—Meentrahipo. Laexplosivacombinacióndevinoywhiskymevaapasarfacturamañana,losé. —No debería llamarte nada que no sea tu nombre. Es un hombre, y tú una mujer. No está bien, Tessa,dejadeexcusarlo. —Nolohago...,pero...—Bueno,esoesjustoloqueestoyhaciendoahora.Suspiro—.Creoquees porlodeSeattle.Hapasadodehacerseuntatuajepormíydeasegurarmequenopuedevivirsinmía decirmequesólomepersigueporquefolloconél.¡Yaves!¡Losiento,Landon!—Metapolacaracon lasmanos.Nomepuedocreerqueacabededeciresodelantedeél. —No te preocupes. Te he visto pescando tu ropa interior del jacuzzi, ¿recuerdas? —Sonríe, quitándole peso a la conversación, y espero que la relativa oscuridad del cuarto al menos oculte mi rubor. —Esteviajehasidoundesastre.—Sacudolacabezaylaentierroenlaalmohada. —Igualno.Igualestoesjustoloquelosdosnecesitabais. —¿Romper? —No...¿Esesoloquehapasado?—Colocaotraalmohadaamilado. —Nolosé.—Entierroelrostromástodavía. —¿Esesoloquetúquieres?—mepreguntacontiento. —No, pero es lo que debería querer. No es justo para ninguno de los dos que sigamos haciendo estodíasí,díatambién.Aunqueyotengomipartedeculpa;siempreesperodemasiadodeél. Heheredadolosdefectosdemimadre.Ellatambiénesperasiempredemasiadodetodoelmundo. Landonserevuelveunpoco. —Notienenadademaloesperarcosasdeél,ymenossilascosasqueesperassonrazonables— responde—.Tienequedarsecuentadeloquetiene.Ereslomejorquelehapasadoenlavida,ydebería recordarlo. —Me ha dicho que es culpa mía..., que ésa es su forma de ser. Lo único que quiero es que sea amableconmigoalmenoslamitaddeltiempo,ytambiénseguridadennuestrarelación,esoestodo.Es patético. —Gruño, mi voz se quiebra, y todavía siento el whisky mezclado con el fresco sabor de Hardin en mi lengua—. Si fueses yo, ¿te irías a Seattle? No paro de pensar que debería cancelarlo y quedarmeaquí,oirmeaInglaterraconél.SiactúadeesamaneraesporquevoyamarcharmeaSeattle; talvezdebería... —Tienesqueir—meinterrumpeLandon—.HasqueridoiraSeattledesdeeldíaqueteconocí.Si Hardinseniegaaircontigo,élselopierde.Además,ledoyunasemanadesdequetemarchesparaque sepresenteentupuerta.Nopuedescederenesto.Tienequesaberqueestavezvasenserio.Debesdejar queteechedemenos. Sonrío al imaginarme a Hardin apareciendo una semana después de que me haya mudado, desesperadoyrogándomequeloperdoneconunramodefloresenlasmanos. —Nisiquieratengounapuertaantelaquepuedapresentarse. —Fuecosasuya,¿verdad?Fueculpasuyaqueaquellamujernotedevolvieralallamada. —Sí. —Losabía.Losagentesinmobiliariossiemprellaman.Tienesqueirte.Kenteayudaráabuscarun lugarenelquehospedartehastaqueencuentresunsitiopermanente. —Pero¿ysinoviene?Y,loqueespeor,¿ysivieneperoestáaúnmásenfadadoporqueodiaestar allí? —Tessa, voy a decirte esto porque me importas, ¿vale? —Espera mi respuesta y yo asiento—. TendríasqueestarlocapararenunciarairteaSeattleporalguienquetequieremásqueanadaperoque estádispuestoademostrártelosólolamitaddeltiempo. PiensoenHardindiciéndomequesoyyolaquecometetodosloserroresyquesiactúacomolo haceesporculpamía. —¿Creesqueestaríamejorsinmí?—lepreguntoaLandon. Seincorporaunpocoydice: —¡Nidecoña!Peroséquenomecuentasnilamitaddelascosasquetehace,asíqueesposible quedeverdadnovayaafuncionar.—Subrazoatraviesaelespacioquenosseparaymeacariciaelmío conlamano. Usoelalcoholquecorrepormisvenascomoexcusaparapermitirmepasarporaltoelhechode queLandon,unadelasúnicaspersonasquecreíaenmirelaciónconHardin,acabadetirarlatoalla. —Mañanamevoyaencontrarfatal—digoparacambiardetemaantesderomperlapromesaque mehabíahechoamímismadenollorar. —Sí,sinduda—bromea—.Huelesadestilería. —HeconocidoalanoviadeLillian,noparabadepedirmechupitos.Ah,yhebailadosobreuna barra. Sofocaungritoderegocijo. —Vengaya. —Enserio.Menudavergüenza.HasidoideadeRiley. —Parece una chica... interesante. —Sonríe, y entonces parece darse cuenta de que las puntas de susdedoscontinúanacariciandomipiel.Lasapartadeinmediatoycolocaelbrazodebajodesucabeza. —EslaversiónfemeninadeHardin.—Merío. —¡Claro!¡Poresosuenatanirritante!—bromea,y,enunmomentodelocuraetílica,mirohaciala puerta,esperandoveraHardinahí,conelceñofruncidodespuésdeoírlabromainsultantedeLandon. —Consigues que me olvide de todo. —Mi boca libera esas palabras sin que me dé tiempo a pensarlas. —Mealegro.—Mimejoramigosonríeycogelamantaquehayalospiesdelacama.Laextiende sobrenuestroscuerposycierrolosojos. Trasunosminutosdesilencio,mimenteseresistemientraselsueñoluchaporllevarmeconsigo. LarespiracióndeLandonseralentizaytengoqueobligarmeamantenerlosojoscerradoseimaginarme queesladeHardinomimentenoserendirájamás. La expresión furiosa de Hardin y sus duras palabras se reproducen incesantemente en mis pensamientosmientrasporfinmequedodormida:«Eresunazorraegoísta». —¡No! LavozdeHardinmedespiertadeunsobresalto.Tardounmomentoenrecordarqueestoyenel cuartodeLandon,yqueHardinestáenelqueseencuentraalfinaldelpasillo,solo. —¡Nolatoques!—looigogritarunossegundosdespués. Saltodelacamayllegohastalapuertaantesinclusodequeterminelafrase. «Tienequedarsecuentadeloquetiene.Tienequesaberqueestavezvasenserio.Debesdejarque teechedemenos.» Sivoycorriendoaesahabitación,séqueseloperdonarétodo.Loverévulnerableyasustadoyle diréloquenecesiteoírparareconfortarlo. Recojomicorazóndelsueloyvuelvoalacama.Metapolacabezaconlaalmohadajustocuando otro«¡No!»resuenaporlacabaña. —Tessa...,¿hasoído...?—susurraLandon. —No—respondoconvoztemblorosa. Muerdolaalmohadayrompoallorar.Nopormí,sinoporHardin.Porelchicoquenosabecómo trataralagentequeleimporta,elchicoquetienepesadillascuandonoduermoconél,peroquemedice quenomequiere.Elchicoquenecesitaquelerecuerdeloquesesienteestandosolo. Capítulo51 Hardin Noparan.Noparandetocarla.Susmanossuciasyarrugadasasciendenporsusmuslosyellallora mientraselotrohombrelaagarradelacoletaytiradesucabezahaciaatrásconfuerza. —¡Alejaosdeella!—intentogritarles,aunquenomeoyen. Tratodemoverme,peroestoyparalizadoenlaescalerademiinfancia.Susojosgrisesmemiran abiertos como platos, asustados y sin vida mientras un oscuro moratón empieza a formarse en su mejilla. —Nomequieres—susurra. Susojosseclavanenlosmíosmientraslamanodeunodeloshombresreptaporsuespaldayla agarradelcuello. «¿Qué?» —Sí;¡claroquesí!¡Tequiero,Tess!—grito,sinembargoellanomeescucha. Sacudelacabezamientraselhombreaprietasucuelloconmásfuerzaysuamigolatocaentrelas piernas. —¡No!—gritoporúltimavezantesdequesuimagenempieceadesintegrarseantemisojos. —Nomequieres... Susojosestánenrojecidosporlaagresión,ynopuedohacernadaporayudarla. —¡Tess! Sacudolosbrazosenlacamaparallegarhastaella.Encuantolatoque,elpánicodesapareceráy sellevaráconsigolashorriblesimágenesdeesasmanosalrededordesucuello. Ellanoestáaquí. Tessanohavuelto.Mesiento,enciendolalámparadelamesilladenocheyobservolahabitación.Mi corazóngolpeacontramicajatorácicaymicuerpoestáempapadodesudor. «Ellanoestáaquí.» Oigounosgolpecitosenlapuertaycontengoelalientocuandoéstaseabre.Porfavor,quesea... —¿Hardin?—preguntalavozdeKaren. «Mierda.» —Estoybien—leespeto,yellaabremáslapuerta. —Sinecesitasalgo,nodudesen... —¡Joder, he dicho que estoy bien! —Paso la mano por la mesilla de noche y tiro la lámpara al sueloformandounterribleestrépito. Sin mediar palabra, Karen sale de la habitación, cierra la puerta y me deja aquí solo en la oscuridad. Tessatienelacabezaapoyadaensusbrazoscruzadossobrelaencimeradelacocina.Aúnllevapuesto elpijamayelpelorecogidoenunmoñoalto. —Sólonecesitoparacetamolyunpocodeagua—gruñe. Landonestásentadoasulado,comiendocereales. —Tetraeréuno.Cuandotengamoslasmaletasenelcochepodemosirnos.AunqueKenaúnestáen lacama;anochelecostóconciliarelsueño—explicaKaren. Tessalamiraperonodicenada.Séqueestápensando:«¿Meoiríangritaranochecomounazorra patética?». Karenabreuncajónysacaunpardeenvoltoriosdealuminio.Losobservoalostresyesperoaque algunoadviertamipresencia.Ningunolohace. —Voy a hacer la maleta; gracias por el paracetamol —dice Tessa con voz suave mientras se levantadesusilla.Setomaelmedicamentorápidamentey,cuandodejaelvasodeaguadenuevosobre laencimera,sumiradaseencuentraconlamía,peroapartalavistaalinstante. Sólo he pasado una noche sin ella y ya la he echado mucho de menos. No puedo quitarme las horribles imágenes de la pesadilla de la cabeza, sobre todo cuando pasa por mi lado sin mostrar emociónalguna.Nadaquemehagasaberqueestarébien. Elsueñoparecíamuyreal,yellasecomportadeunmodotanfrío. Mequedoaquíplantadounmomento,meditandosideboseguirlaono,peromispiesdecidenpor míysubenlaescalera.Cuandoentroenlahabitación,laencuentroarrodillada,abriendolacremallera delamaleta. —Voyaguardarlotodo,luegopodremosirnos—dicesinvolverse. Asiento,yentoncesmedoycuentadequenomeve. —Sí,deacuerdo—murmuro. Noséquépiensa,quésienteniquédecir.Notengoniidea,comodecostumbre. —Losiento—digoenvozdemasiadoalta. —Lo sé —se apresura a responder, pero sigue sin mirarme y empieza a doblar mi ropa de la cómodaydelsuelo. —Enserio.Noqueríadecirloquedije. Necesitoquememireparasaberquemisueñohasidosóloeso. —Lo sé. No te preocupes. —Suspira, y veo que sus hombros están más decaídos que de costumbre. —¿Estássegura?Tedijecosasmuyfuertes... «Estásroto,Hardin,yyonopuedoarreglarte.»Esoeslopeorquepodríahabermedicho.Porfinse hadadocuentadelojodidoqueestoyy,loqueesmásimportante,sabequelomíonotienecura.Siella nopuedearreglarme,nadielohará. —Yotambién.Tranquilo.Meduelemucholacabeza,¿podemoshablardeotracosa? —Claro. Ledoyunapatadaauntrozodelalámparaquerompíanoche.YalesdeboamipadreyaKarenal menoscincoputaslámparas. MesientounpococulpableporhaberlehabladoasíaKarenanoche,peronoquieroserelprimero enmencionarlo,yprobablementeellaseademasiadoamableycomprensivacomoparahacerlo. —¿Puedestraerloquehayenelbaño,porfavor?—pideTessa. Elrestodemitiempoenesamalditacabañatranscurredeestamanera:viendocómoellaguarda nuestrascosasylimpialalámpararotasindecirmeniunapalabraysinmirarme. Capítulo52 Tessa —CuántomealegrodehabervistoaMaxyaDeniseotravez.¡Hacíaaños!—exclamaKarenmientras Kenarrancaeltodoterreno. Nuestras maletas están bien aseguradas en la parte trasera, y Landon me ha prestado sus auricularesparaquemedistraigaduranteelviaje. —Sí,haestadobien.Lillianestámuymayor—diceKenaltiempoqueleregalaunasonrisaasu mujer. —Mucho.Esunachicamuyguapa. No puedo evitar poner los ojos en blanco. Lillian era maja y todo eso, pero después de pasarme horaspensandoqueestabainteresadaenHardin,creoquejamáspodrácaermebien.Menosmalquelas probabilidadesdequevuelvaaverlasonescasas,sinoinexistentes. —Maxnohacambiadonada—señalaKenconvozgraveydedesaprobación.Almenos,nosoyla únicaalaquenolegustasuactitudarroganteyaltiva. —¿Teencuentrasmejor?—mepreguntaLandon. —Nomucho—suspiro. Asiente. —¿Porquénoduermesunrato?¿Quieresunpocodeagua? —Yoseladaré—intervieneHardin. Landon lo ignora y coge un recipiente con agua de la pequeña nevera del suelo delante de su asiento.Ledoylasgraciasensilencioymepongolosauricularesenlasorejas.Miteléfononoparade bloquearse,asíqueloapagoylovuelvoaencenderparaversiasífuncionamejor.Estetrayectovaaser insoportablesinopuedocalmarmitensiónconmúsica.Noséporquénuncahabíahechoestoantesde la«GranDepresión»,cuandoLandontuvoqueenseñarmeadescargarmemúsica. Sonríoligeramentealrecordarelestúpidonombreconelquehebautizadoaesoslargosdíassin Hardin.Noséporquésonrío,teniendoencuentaquefueronlospeoresdíasdemivida.Ahorasiento algoparecido.Séqueseavecinaalgosimilar. —¿Quépasa?—Hardinseinclinaparahablarmealoídoyyomeapartoporactoreflejo.Frunceel ceñoynointentatocarmeotravez. —Nada,quemiteléfonoesuna...unabasura.—Levantoeldispositivoenelaire. —¿Quéquiereshacerexactamente? —Escucharmúsicay,aserposible,dormir—susurro. Mequitaelteléfonodelasmanosyseponeatoquetearlaconfiguración. —Simehubieseshechocasoytehubiesespilladounonuevo,notepasaríaesto—mereprocha. Memuerdolalenguaymiroporlaventanamientrasélintentaarreglarmimóvil.Noquierouno nuevoy,además,ahoranotengodineroparacomprármelo.Tengoquebuscarunapartamento,comprar mueblesnuevosypagarfacturas.Loúltimoquesemeocurreespagarcientosdedólaresporalgoporlo queyahepagadorecientemente. —Creoqueyafunciona.Sino,puedesusarelmío—dice. «¿Usarelsuyo?»¿Hardinmeestáofreciendoqueusesuteléfonodemaneravoluntaria?Estoes nuevo. —Gracias—mascullo,yrecorromilistadereproducciónantesdeescogerunacanción.Pronto,la músicainundamisoídos,penetraenmispensamientosyapaciguamitorbellinointerior. Hardinapoyalacabezacontralaventanillaycierralosojos.Susoscurasojerasdelatansufaltade sueño. Me siento un poco culpable, pero decido no pensar en ello. Al cabo de unos minutos, la música consiguerelajarmelosuficientecomoparaquemequededormida. —Tessa.—MedespiertalavozdeHardin—.¿Tieneshambre? —No—refunfuñonegándomeaabrirlosojos. —Tienesresaca,deberíascomer—dice. Derepentemedoycuentadequetengolanecesidaddecomeralgoqueabsorbalaacidezdemi estómago. —Vale—cedoporfin.Notengoenergíasparadiscutir. Minutosmástarde,mecolocaunsándwichyunaspatatasfritassobreelregazoyabrolosojos. Picoteolacomidayapoyolacabezasobreelasientodespuésdecomermelamitad.Peromiteléfonose habloqueadootravez. Alvermepelearconéldenuevo,Hardinquitalosauricularesdemimóvilylosconectaalsuyo. —Listo. —Gracias. Yamehaabiertolaaplicacióndemúsica.Unalargalistaapareceenlapantallaynavegoporella hasta encontrar algo que me resulte familiar. Estoy a punto de tirar la toalla cuando veo una carpeta llamada«T».MiroaHardiny,paramisorpresa,tienelosojoscerradosynomeestámirando.Cuando abro la carpeta veo que contiene toda mi música favorita, incluso canciones que jamás le he mencionado.Debedehaberlasvistoenmiteléfono. Detalles como éste hacen que me cuestione nuestra relación. Los pequeños gestos que intenta ocultarmesonloquemásmegustaenestemundo.Ojaládejaradeesconderlos. Conunsuavegolpecito,estavezesKarenquienmedespierta. —Despierta,cariño. LevantolavistayveoqueHardinestádormido;tienelamanoenelasientoentrenosotros,ysus dedosmerozanligeramentelapierna.Inclusodormidogravitahaciamí. —Hardin,despierta—susurro,ysusojosseabrendegolpe,alertas.Selosfrota,serascalacabeza, memirayanalizamiexpresión. —¿Estásbien?—preguntaenvozbaja,yyoasiento. Estoy intentando evitar los enfrentamientos con él, pero me está empezando a poner nerviosa su conductacalmada:sueleprecederaunestallido. NosreunimosfueradelcocheyHardinseacercaalapartetraseraparasacarnuestrasmaletas. Karenmerodeaconlosbrazosymeabrazaconfuerza. —Tessa, querida, gracias otra vez por venir. Lo hemos pasado muy bien. Por favor, vuelve a visitarnospronto,peromientras,esperoquetevayademaravillaenSeattle.—Cuandoseaparta,tiene losojosllenosdelágrimas. —Volveré pronto para veros, lo prometo. —La abrazo de nuevo. Siempre se ha mostrado muy amableycariñosaconmigo,casicomolamadrequenuncatuve. —Buena suerte, Tessa, y si necesitas algo, dímelo. Tengo muchos contactos en Seattle. —Ken sonríey,conaireincómodo,merodealoshombrosconelbrazo. —Yo volveré a verte antes de irme a Nueva York, así que no voy a abrazarte todavía —dice Landon,yambosnosechamosareír. —Teesperoenelcoche—farfullaHardin,ysemarchasindespedirsesiquieradesufamilia. Alverlomarchar,Kenmedice: —Entraráenrazónsisabeloqueleconviene. MiroaHardin,queahoraestásentadoensucoche. —Esoespero. —VolveraInglaterranoleharáningúnbien.Tienedemasiadosrecuerdos,demasiadosenemigos,y cometiódemasiadoserroresallí.Túeresloquemásleconviene,túySeattle—measeguraKen,yyo asiento.OjaláHardinloviesedeesamanera. —Graciasdenuevo.—Lessonríoantesdereunirmeconélenelvehículo. Cuandoentro,nodicenada;selimitaaencenderlaradioyasubirelvolumenparaindicarmeque notieneganasdehablar.Ojalásupieraloqueselepasaporlacabezaenocasionescomoésta,cuando estaninescrutable. Mis dedos juguetean con la pulsera que me regaló por Navidad y me quedo mirando por la ventanillamientrasconduce.Paracuandollegamosalapartamento,latensiónquesientoentrenosotros haalcanzadonivelesinsoportables.Meestávolviendoloca,peroaélnopareceafectarlo. Medispongoasalirdelcoche,perolalargamanodeHardinmedetiene.Mecogeconlaotradela barbillaymegiralacabezaparaquelomirealacara. —Losiento.Porfavor,noestésenfadadaconmigo—diceenvozbaja,conlabocatansóloaunos centímetrosdelamía. —Vale—respondo,einhalosufrescoaliento. —Vale,peronoestásbien.Losé.Teestáscallandocosas,ylodetesto. Esverdad,siempresabeexactamentequéestoypensando,peroalmismotiemponotieneniidea. Esunacontradicción. —Noquierovolveradiscutircontigo. —Puesnolohagas—dice,comosifuesetanfácil. —Eso intento. Pero han pasado muchas cosas durante este viaje. Todavía estoy intentando procesarlotodo—admito. TodoempezócuandodescubríqueHardinhabíasaboteadolodemiapartamentoyterminócuando mellamózorraegoísta. —Séquehearruinadoelviaje. —Noessóloculpatuya.Yonodeberíahabermequedadocon... —Notermines—meinterrumpe,yapartalamanodemibarbilla—.Noquieronioírlo. —Vale.—Apartolavistadesuintensamiradayélapoyalamanosobrelamíaymelaaprietacon suavidad. —A veces yo... bueno, a veces me..., joder. —Suspira y empieza de nuevo—: A veces, cuando piensoennosotros,mepongoparanoico,¿sabes?Enocasionesnoséporquéestásconmigo,demodo que me comporto mal y mi mente comienza a hacerme creer que no va a funcionar o que te estoy perdiendo,yentoncesescuandodigoestupideces.SiteolvidasesdelodeSeattle,porfinpodríamosser felices,sinmásdistracciones. —Seattlenoesunadistracción,Hardin—replicoconsuavidad. —Loes.Estásinsistiendotantoenelloporcabezonería. Esincreíblelorápidoquecambiasutonodecálidoagélidoencuestióndesegundos. Miroporlaventana. —¿PodemosdejardehablardeSeattle?Nadavaacambiar:túnoquieresir,peroyosí.Estoyharta dedarlevueltasymásvueltas. Apartalamanoymevuelvohaciaél. —Vale—prosigue—,¿yquésugieresquehagamos?¿QuieresirteaSeattlesinmí?¿Cuántocrees que durará lo nuestro así? ¿Una semana? ¿Un mes? —Sus ojos me miran con frialdad, y me entran escalofríos. —Sideverdadqueremos,funcionará.Almenoseltiemposuficientecomoparaquepruebecómo mevaallíyveasiesloquequiero.Sinomegusta,podemosirnosaInglaterra. —No, no, no —dice encogiéndose de hombros—. Si te marchas a Seattle, dejaremos de estar juntos.Sehabráacabado. —¿Qué?¿Porqué?—balbuceo,ypreparomisiguienterespuesta. —Porquenomevanlasrelacionesadistancia. —Tampocoteibanlasrelaciones,¿no?—lerecuerdo. Me indigna el hecho de estar básicamente rogándole que siga conmigo cuando soy yo la que deberíaestarplanteándosedejarloporelmodoenquemetrata. —Ymiracómoestásaliendo—respondeconcinismo. —Hace dos minutos te estabas disculpando por atacarme de esa manera, y ¿ahora me estás amenazandoconterminarnuestrarelaciónsimemarchoaSeattlesinti?—Mequedoboquiabiertayél asiente—.Aversiloheentendido:¿medijistequetecasaríasconmigosinomeibapero,simevoy, romperás conmigo? —No estaba preparada para sacar a relucir su propuesta, pero no he podido contenerlaspalabras. —¿Casarmecontigo?—Sequedaboquiabiertoymemiraconrecelo.Sabíaquenodeberíahaberlo mencionado—.¿Qué...? —Dijiste que, si te elegía a ti, te casarías conmigo. Estabas borracho, pero pensaba que a lo mejor... —¿Qué pensabas? ¿Que me casaría contigo? —Mientras pronuncia esas palabras, todo el aire desaparecedelcoche,yrespirarsevuelvecadavezmásdifícilconformepasanlossegundosensilencio. Nopiensollorardelantedeél. —No,sabíaquenoloharías,pero... —Y ¿por qué lo mencionas? Sabes que estaba muy borracho y desesperado porque te quedaras. Habríadicholoquefuera. Se me cae el alma a los pies al oír sus palabras y el desprecio en su voz. Como si me estuviera culpando por creer las mentiras que salen de su boca. Sabía que reaccionaría insultándome, pero una pequeñapartedemí,lapartequetodavíacreeensuamorpormí,mehallevadoapensarquealomejor lodesupropuestaibaenserio. Estoyalohevividoantes.Yoestabasentadaaquí,enesteasientodelcoche,mientrasélseburlaba demíporpensarqueíbamosaempezarunarelación.Elhechodequemeduelaigualahora,bueno,en realidadmuchomásqueentonces,hacequemedenganasdegritar. Pero no grito. Me quedo aquí sentada, callada y avergonzada, como todas las veces que Hardin haceloquehacesiempre. —Tequiero.Tequieromásqueanada,Tessa,ynoquieroherirtussentimientos,¿vale? —Vaya,puesloestáshaciendodemaravilla—leespeto,ymemuerdouncarrillo—.Voyadentro. Suspira y abre la puerta de su lado al mismo tiempo que yo abro la mía. Luego se dirige al maletero.Meofreceríaaayudarloallevarlasmaletas,peronomeapeteceinteractuarconél,ydetodos modos sé que insistiría en llevarlas él solo. Porque Hardin quiere ser una isla más que nada en este mundo. Recorremoseledificioensilencio,yelúnicosonidoqueseoyeenelascensoreseldelzumbido delmecanismoquenossubehastanuestropiso. Cuandollegamosacasa,Hardinintroducelallaveenlacerraduraymepregunta: —¿Seteolvidócerrarconllave? Alprincipionoséporquémelohapreguntado,peroentoncesmerecuperoylecontesto: —No,lacerrastetú.Meacuerdo.—Vicómocerrabalapuertaantesdemarcharnos;recuerdoque pusolosojosenblancoybromeóacercadequetardabademasiadoenestarlista. —Quéraro—dice,yentraenelapartamento. Peinalahabitaciónconlamiradacomosiestuvierabuscandoalgo. —¿Creesque...?—empiezo. —Aquíhaestadoalguien—contesta,yseponealertaalinstanteyaprietaloslabios. Empiezoaasustarme. —¿Estás seguro? No parece que falte nada. —Me dirijo al pasillo pero él tira de mí inmediatamente. —Novayasahíhastaquehayaechadounvistazo—meordena. Quierodecirlequesequedeél,queiréyoamirar,perolaideadequeyoloprotejaaélesabsurda. Asientoyunescalofríodesciendepormiespalda.«¿Ysihayalguiendentro?¿Quiénentraríaennuestro apartamentosinestarnosotrosaquíynorobaríaeltelevisordeplasmagigantequetodavíacuelgadela pareddelsalón?» Hardindesapareceeneldormitorio,yyocontengoelalientohastaquedenuevooigosuvoz. —Estádespejado.—Reaparecedesdelahabitaciónyyoexhaloprofundamentedealivio. —¿Estássegurodequealguienhaestadoaquí? —Sí,peronoséporquénosehanllevadonada... —Yotampoco. Inspecciono la habitación con la mirada y advierto la diferencia. La pequeña pila de libros de la mesilladenochedelladodeHardinnoestácomoestaba.Recuerdoperfectamentequeellibroconlas frasessubrayadasqueleregaléestabaarribadeltodo,porquemehizosonreírsaberqueloleíaunay otravez. —¡Hasidotuputopadre!—exclamaderepente. —¿Qué? —Para ser sincera, la idea ya se me había pasado por la cabeza, pero no quería ser yo quienlodijera. —¡Hatenidoqueserél!¿Quiénmásibaasaberquenoestábamoseibaaveniranuestracasayno robarnada?Sóloél.¡Eseestúpidocabrónborracho! —¡Hardin! —Llámaloahoramismo—meexige. Sacomimóvildemibolsillotrasero,peromedetengo. —Notieneteléfono. Hardinlanzalasmanosalairecomosiloqueacabodedecirfueralopeorquehaoídoensuvida. —¡Claro!¡Cómono!Esunputovagabundo. —Yabasta—digofulminándoloconlamirada—.¡Quecreasquehayasidoélnotedaderechoa deciresascosasdelantedemí! —Vale.—Bajalosbrazosyhaceungestoparaindicarmequesalgamos—.Puesvamosabuscarlo. Medirijoanuestroteléfonofijo. —¡No!Deberíamosllamaralapolicíaydenunciarlo,noiralacazademipadre. —Vale, llamamos a la policía, y ¿qué decimos? ¿Que el drogadicto de tu padre se ha colado en nuestroapartamentoperonosehallevadonada? Medetengoenelactoymevuelvohaciaél.Sientocómolairasemeescapaporlosojos. —¿Drogadicto? Parpadearápidamenteyavanzaunpasohaciamí. —Queríadecirborracho...—Nomemira.Estámintiendo. —¿Porquéhasdichodrogadicto?—leexijo. Sacudelacabezaysepasalasmanosporelpelo.Memirayluegobajalavistaalsuelo. —Sóloesunasuposición,¿vale? —Y¿porquéibasapresuponereso?—Meardenlosojosymeduelelagargantadeimaginármelo. Hardinysusbrillantessuposiciones. —Nolosé,puedequeporqueeltipoquevinoarecogerloparecíaeltípicoadictoalametadona.— Meobservayveoquesumiradaessuave—.¿Levistelosbrazos? Recuerdohaberlovistorascándoselosantebrazos,perollevabamangalarga. —Mi padre no es ningún drogadicto... —digo despacio, sin saber si creo las palabras que están saliendodemiboca.Loquesíséesquenoestoypreparadaparaenfrentarmeaesaposibilidad. —Nisiquieraloconoces,ynopensabadecirtenada.—Avanzaotropasohaciamí,peroretrocedo. Milabioinferiorempiezaatemblarynopuedoseguirmirándolo. —Tútampocoloconoces.Y,sinopensabasdecirmenada,¿porquélohashecho? —Nolosé.—Seencogedehombros. Mi jaqueca se ha intensificado y estoy tan agotada que siento que voy a desmayarme de un momentoaotro. —¿Quéganabasdiciéndomeeso? —Lohedichoporquesemehaescapado,yporquehaentradoennuestroputoapartamento. —Esonolosabes.—Mipadrenoharíaalgoasí.Oesocreo. —Vale,Tessa,fingequetupadre,que,porcierto,esunborracho,estotalmenteinocente. Tieneunmorroqueselopisa,comosiempre.¿Semeteconmipadreporbeber?¿HardinScottse estámetiendoconalguienporquebebecuandoélseemborrachatantoquenoescapazderecordarnada aldíasiguiente? —¡Tútambiénloeres!—replico,ymetapolabocaalinstante. —¿Qué has dicho? —Cualquier rastro de compasión desaparece de su rostro. Sus ojos me observancomoundepredadoryempiezaarodearme. Mesientomal,peroséquesóloestáintentandointimidarmeparaquemequedequieta.Estanpoco conscientedesímismoydecómosecomporta... —Piénsalo. Sólo bebes cuando estás angustiado o enfadado; no sabes parar, y te pones desagradable.Rompescosasytepeleasconlagente... —Nosoyunputoborracho.Habíadejadodebeberporcompletohastaqueaparecistetú. —Nopuedesecharmelaculpadetodo,Hardin. Decido pasar por alto el hecho de que yo también he estado recurriendo al vino cuando me he sentidoangustiadaoenfadada. —Noteestoyculpandoporlabebida,Tessa—reponelevantandolavoz. —¡Dentrodedosdíasningunodelosdostendremosquepreocuparnospornadadeesto!—Salgo endirecciónalsalónyélmesigue. —¿Quierespararyescucharme?—diceentonotenso,peroalmenosnomeestágritando—.Sabes quenoquieroquemedejes. —Sí,bueno,puesteesfuerzasmuchoendemostrarmelocontrario. —¿Yesoquésignifica?¡Tedigoconstantementelomuchoquetequiero! Por un instante, veo la duda en su rostro mientras me grita esas palabras; sabe que no me demuestrasuamorpormílosuficiente. —Esonotelocreesnitú.Losé. —Vale,contéstameaesto,entonces:¿creesqueencontrarásaotroqueaguantetustonterías?¿Tus constanteslloriqueosytuscríticas,tuenervantenecesidaddequetodoestéordenadoytuactitud?— Sacudelasmanosenelairedelantedeél. Meechoareír.Meríoentodasucara,ynopuedopararnicubriéndomelaboca. —¿Miactitud?¿Miactitud?Erestúquiennoparadefaltarmealrespeto,tuactitudrozaelmaltrato emocional:eresobsesivo,asfixianteygrosero.Llegasteamividaylahaspuestopatasarriba,yahora esperasquemeinclineporquetienesunaideadetimismoquenoexiste.Actúascomosifuesesuntipo duroalquenoleimportanadiemásquesímismo,¡peronopuedesnidormirsinmí!Pasoporaltotodos ycadaunodetusdefectos,peronopiensopermitirquemehablesasí. Me paseo de un lado a otro del suelo de hormigón y él observa mis movimientos. Me siento un pococulpableporgritarledeestamanera,perobastaconpensarenlaspalabrasqueacabadedecirme pararealimentarmiirahaciaél. —Y, por cierto, puede que a veces sea difícil de tratar, pero es porque estoy tan ocupada preocupándomeportiyportodoslosquemerodeaneintentandoquenotecabreesquemeolvidode mímisma.¡Asíque,perdonasitemolesto,ositecriticocuandoestásconstantementeatacándomesin ningúnpuñeteromotivo! Hardinestámuyserio.Susmanosformanpuñosasuscostados,ytienelasmejillascompletamente rojas. —Noséquéotracosahacer,¿vale?Sabesquenuncaanteshehechoesto,ysabíasquehacerloiba asuponerunreto,asíqueahoranotienesningúnderechoaquejarte. —¿Quenotengoderechoaquejarme?—exclamo—.Éstatambiénesmivida,¡ypuedoquejarme simesaledelasnarices! Nopuedeestarhablandoenserio.Porunsegundo,laexpresióndesurostromehallevadoapensar que iba a disculparse por su forma de tratarme, pero debería haberme imaginado que no lo haría. El problemaconHardinesque,cuandoesbueno,estanencantador,tandulceytansincero,queloadoro; perocuandoesmaloseconvierteenlapersonamáshorriblequeheconocidoyqueconoceréjamás. Vuelvoaldormitorio,abrolamaletaymetoenellatodamiropaamontonada. —¿Adóndevas?—mepregunta. —Nolosé—lerespondoconsinceridad. «Lejosdeti,esosílosé.» —¿Sabescuálestuproblema,Theresa?Tuproblemaesqueleesdemasiadasnovelasyteolvidas dequenosonmásqueputaficción.NoexistenlosDarcy,sólolosWickhamylosAlecd’Urberville,así queespabilaydejadeesperarqueseaunaespeciedehéroeliterario,¡porqueesonovaapasar,joder! Suspalabrasmeenvuelvenypenetranportodoslosporosdemicuerpo. Seacabó. —Ésaesprecisamentelarazónporlaquenuncavaafuncionar.Loheintentadocontigounayotra vezhastaquesemehapuestolacaraazul,yteheperdonadoportodaslascosasdesagradablesqueme hashecho,amíyaotros,perotúsigueshaciéndomeesto.Enrealidad,meloestoyhaciendoyomisma. Nosoyningunavíctima.Sólosoyunaidiotaquetequieredemasiado,peroyonosignificonadaparati. Cuandomemarcheellunes,tuvidavolveráalanormalidad.SeguirássiendoelmismoHardinalqueno le importa nadie una mierda, y yo seré la que se quede hecha polvo, pero me lo habré hecho a mí misma.Mehedejadoatraparporti,hepermitidoquehicierasloquetedabalaganaconmigosabiendo quelascosasacabaríandeestamanera.Pensabaque,cuandonosseparamoslaotravez,tedaríascuenta dequeestásmejorconmigoquesinmí,peroéseeselproblema,Hardin.Noestásmejorconmigo.Estás mejorsolo.Siempreestarássolo.Inclusosiencuentrasaotraingenuadispuestaarenunciaratodopor ti,inclusoella,tambiénsecansarádetodoesto,ytedejarádelmismomodoqueyote... Me mira. Sus ojos están inyectados en sangre y le tiemblan las manos. Sé que está a punto de perderelcontrol. —¡Adelante, Tessa! Dime que vas a dejarme. O, mejor aún, no lo hagas. Recoge tu mierda y lárgate. —Deja de intentar contenerte —replico enfadada, pero también rogando por dentro—. Estás tratandodenodesmoronarte,perosabesquequiereshacerlo.Sitepermitiesesmostrarmeloquesientes deverdad... —No tienes ni puta idea de lo que siento. ¡Lárgate! —Su voz flaquea al final y sólo quiero envolverloconlosbrazosydecirlequenolodejaréjamás.Peronopuedo. —Sólotienesquedecírmelo.Porfavor,Hardin.Dimequelointentarás,quelointentarásdeverdad estavez.—Seloestoysuplicando.Noséquéotracosahacer.Noquierodejarlo,aunqueséquedebo hacerlo. Sequedaahídepie,atansólounoscentímetrosdedistancia,yveoqueseestáapagando.Cada destellodeluzdemiHardindesaparecelentamente,sesumeenlaoscuridadyalejaalhombrequeamo de mí cada vez más. Cuando por fin aparta los ojos y se cruza de brazos, veo que ya no está. Lo he perdido. —Noquieroseguirintentándolo.Soycomosoyy,siesonotebasta,yasabesdóndeestálapuerta. —¿Deverdadesesoloquequieres?¿Nisiquieraestásdispuestoaintentarlo?Simemarcho,esta vezseráparasiempre.Séquenomecreesporquesiempredigolomismo,perohabloenserio.Dime quesóloestásactuandoasíporquetienesmiedodequemevayaaSeattle. Mirandoalaparedquetengodetrás,dicesimplemente: —Seguroqueencuentrasalgúnsitiodondequedartehastaellunes. Al ver que no contesto, da media vuelta y sale de la habitación. Me quedo aquí plantada, sorprendida de que no haya vuelto para seguir discutiendo. Tardo varios minutos en recoger mis pedazosrotosyhagomimaletaporúltimavez. Capítulo53 Hardin Mi boca no para de decir gilipolleces que mi mente no quiere que diga, pero es como si no tuviera ningúncontrolsobreella.Noquieroquesevaya.Quieroestrecharlaentremisbrazosybesarleelpelo. Quierodecirlequeharéloqueseaporella,quecambiaréporellayquelaamaréhastaquememuera.Y, sinembargo,salgodelahabitaciónyladejoahíplantada. Oigocómohacelamaleta.Séquedeberíaentrarydetenerla,pero¿paraqué?Detodosmodos,se marchaellunes;esmejorquesemarcheya.Sigosincreermequehayapropuestolodelarelacióna distancia.Tenerlaahorasencoche,hablarunaodosvecesaldíaporteléfonoynodormirenlamisma camanofuncionaríajamás.Nopodríahacerlo. Almenos,sinuestrarelaciónsetermina,nomesentirétanculpableporbeberoporhacerloque me salga de los cojones... Pero ¿a quién pretendo engañar? No quiero hacer nada más. Preferiría quedarmesentadoenelsofáydejarlaquemeobligueaver«Friends»unayotravezapasarunsolo instantehaciendoalgosinella. Al cabo de unos minutos, Tessa aparece por el pasillo arrastrando dos maletas. Lleva el bolso colgadodelhombroytienelacarapálida. —Creoquenomedejonadamásqueunoslibros,peroyamecompraréotros—diceconvozgrave ytemblorosa. Yahallegado.Ésteeselmomentoquetantohabíatemidodesdeeldíaenqueconocíaestachica. Meestádejando,yaquíestoyyosinhacernadaporevitarlo.Siemprehesabidoquemerecíaestarcon alguien mucho mejor que yo. Lo he sabido desde el principio. Pero esperaba equivocarme, como siempre. Enlugardeactuar,melimitoadecir: —Vale. —Vale.—Tragasalivayenderezaloshombros. Cuandollegaalapuerta,levantaelbrazohaciaelportallavesyelbolsoselecaedelhombro.No séquémepasa;deberíadetenerla,oayudarla,peronopuedo. Entoncessevuelvehaciamí. —Bueno,puesyaestá.Todaslaspeleas,loslloros,elsexo,lasrisas...,todohasidoparanada— dicesuavemente,sinningúntintedeiraenlavoz.Sólounaabsolutaneutralidad. Incapaz de hablar, asiento. Si pudiese hablar, haría que las cosas fuesen cien veces más difíciles paralosdos.Losé. Sacude la cabeza, abre la puerta y la sostiene con el pie para poder arrastrar las maletas a su espalda. Cuandoatraviesaelumbral,sevuelveydiceenuntonotanbajoqueapenaslogrooírla: —Siempretequerré,esperoquelosepas. «Dejadehablar,Tessa,porfavor.» —Yalguienmástambiénlohará,esperoquetantocomoyo. —Shhh—chistoconsuavidad.Nopuedooíreso. —Noestarássiempresolo.Séquelohedicho,perosibuscasayudaoalgoyaprendesacontrolar tuira,encontrarásaalguien... Metragolabilisqueasciendepormigargantaymeacercoalapuerta. —Vete—digo,ylecierrolapuertaenlacara. Aunqueesdemaderamaciza,oigocómoinspirasúbitamente. Acabodecerrarlelapuertaenlasnarices.Pero¿quécoñomepasa? Empiezoaasustarmeydejoqueeldolormeinvada.Loheestadoconteniendomuchotiempo,sin apenaspodercontrolarlo,hastaquesehamarchado.Mellevolosdedosalpelo,misrodillasgolpeanel suelodehormigónysimplementenoséquéhacer.Soy,oficialmente,elcapullomásgrandedelmundo ynopuedohacernadaalrespecto.Suenamuysencillo:veteaSeattleconellayséfelizporsiempre jamás,peronoestanfácil,joder.Allítodoserádistinto:lasnuevasclasesylasprácticaslaabsorberán; hará amigos nuevos, experimentará cosas nuevas —y mejores—, y se olvidará de mí. Ya no me necesitará.Mesecolaslágrimasqueseacumulanenmisojos. «¿Qué?»Porprimeravezsoyconscientedeloegoístaquesoy.¿Queharáamigosnuevos?Y¿qué tiene de malo que los haga y que experimente cosas nuevas? Yo estaría allí, a su lado, experimentándolastambién.¿PorquéhellegadoaestosextremosparaevitarquesevayaaSeattleen lugardeaceptarestagranoportunidadparaella?Estaoportunidadparaqueveaquepuedoformarparte dealgoqueellaquiere.Esoesloúnicoqueellameestabapidiendo,yyomehenegadoadárselo. Si la llamo ahora mismo, dará media vuelta con el coche y yo podría hacer las maletas y encontrarmeconellaenalgunaparte,dondesea,parairnosaviviraSeattle... No. No lo hará. No dará la vuelta. Me ha dado la oportunidad de detenerla y ni siquiera lo he intentado. Incluso ha tratado de que me sintiera mejor mientras yo veía que toda su fe en mí moría delantedemispropiosojos.Deberíahaberlareconfortado,yenlugardehacerlolehecerradolapuerta enlasnarices. «Noestarássiempresolo»,mehadicho.Seequivoca:síloestaré,peroellano.Ellaencontraráa alguienquelaquieradelmodoenqueyonohepodidoquererla.Nadieamaráaesachicamásqueyo, peroquizáesapersonasepademostrarleloquesesientealseramada,loquesesientealteneraalguien queteamaapesardetodoporloquelehacespasar,delmismomodoqueellasiempreestabaahípara mí.Siempre. Ysemerecetenereso.Pensarenelhechodequeobtenerloquesemerecesignificaqueestécon otra persona hace que apenas pueda respirar. Pero así es como debe de ser. Debería haberla dejado marcharhacemuchotiempoenlugardehundirlecadavezmásmisgarrasyhacerlaperdersutiempo conmigo. Tengosentimientosencontrados.Unapartedemísabequevolveráamiladoestanoche,otalvez mañana,ymeperdonará.Perolaotrapartesabequeyasehahartadodeintentararreglarme. Un rato después, me levanto del suelo y me arrastro hasta el dormitorio. Cuando llego allí, casi me desmorono de nuevo. La pulsera que le regalé está encima de un trozo de papel, junto a su libro electrónicoyunacopiadeCumbresborrascosas.Cojolapulsera,giroelcharmdelsímbolodelinfinito conlosextremosenformadecorazónyobservoelmismosímbolotatuadoenmimuñeca. «¿Por qué se ha dejado esto aquí?» Era un regalo que le hice en un momento en el que estaba desesperadopordemostrarlemiamorporella.Necesitabasuamorysuperdón,yellameloconcedió. Para mi espanto, el trozo de papel que hay debajo de la pulsera es la carta que le escribí. Cuando la despliegoylaleo,semeparteelcorazónysucontenidosederramasobreeldurosuelodehormigón. Mevienenalacabezaunmontóndeputosrecuerdos:laprimeravezqueledijequelaquería,ydespués loretiré;lacitaconaquellarubiaconlaqueintentésustituirla;cómomesentícuandolavienelumbral delapuertadespuésdehaberleídolacarta.Continúoleyendo: Me quieres a pesar de que no deberías, y te necesito. Siempre te he necesitado y siempre lo haré. Cuando me dejaste la semana pasadacreíaquemeibaamorir.Estabamuyperdido.Estabacompletamenteperdidosinti.Salíconunachicalasemanapasada.No ibaacontártelo,peronoquieroarriesgarmeavolveraperderte. Metiemblanlosdedosycasirompoelfrágilpapelintentandosostenerlolobastantequietocomo parapoderleerlo. Séquepuedesencontraraalguienmejorqueyo.Yonosoyromántico;nuncateescribiréunpoemanitecantaréunacanción. Nisiquierasoysimpático. Nopuedoprometertequenovolveréahacertedaño,perosípuedojurartequeteamaréhastaeldíaquememuera.Soyunapersona horribleynotemerezco,peroesperoquemedeslaoportunidaddehacerquerecupereslafeenmí.Sientotodoeldolorquetehe causado,yentenderéquenopuedasperdonarme. Sinembargo,meperdonó.Siempremeestáperdonandomiserrores,peroestavezno.Sesuponía que tenía que hacerla recuperar la fe en mí, pero en lugar de hacerlo me he limitado a seguir torturándola.Rápidamente,rompomipatéticaconfesiónenmilpedazos.Alcaer,searremolinanami alrededorformandounpatróndefragmentossobreelsuelodehormigón. «¿Loves?¡Lodestruyotodo!»Sécuántosignificabaesacartaparaella,ylaheconvertidoenun montóndeañicos. —¡No!¡No,no,no! Metiroalsueloyempiezoarecogerlospapelescomounlocoparapegarlos,perohaydemasiados pedacitos, ninguno encaja, y además no paran de caérseme al suelo de nuevo y a volar aquí y allá. Imaginoqueasíescomodebedehabersesentidoellaintentandoarreglarmeamí.Melevantoyledoy una patada al montón de fragmentos que he reunido para volver a agacharme, recogerlos de nuevo y volveraamontonarlossobrelamesa.Lespongounlibroencimaparaquenovuelen,yveoqueelque hecogidoeselputoOrgulloyprejuicio,cómono. Metumboenlacamayesperoaoírelruidodelapuertaalabrirsequemeindiquesuregreso. Esperohorasyhoras,peroelruidonuncallega. Capítulo54 Tessa LemientoaSteph.Noquierocontarleatodoelmundomisproblemasamorosos,ymenosahoraque aúnnohetenidotiempodeasimilarloqueacabadepasar.PrecisamenteporesohellamadoaSteph.No quiero poner a Landon en un compromiso y tampoco quiero molestarlo otra vez con esto. Y no me quedan más opciones, que es lo que suele pasar cuando sólo tienes un amigo y resulta que es el hermanastrodetunovio. Bueno,ahorayaesexnovio... DemodoquecuandooigoqueStephparecepreocupadaporteléfono,ledigo: —No,no.Estoybien.Essóloque...Hardinestá...fuera,consupadre.Mehadejadosinllaves,así quenecesitounsitiodondequedarmehastaquevuelvaellunes. —Típicodeél—dice,ymesientoaliviadaalverquemimentirahacolado—.Vale,vencuando quieras.Eslamismahabitacióndesiempre,¡serácomoenlosviejostiempos!—exclamaalegremente, yyointentoreír. «Genial.Comoenlosviejostiempos.» —Iba a ir al centro comercial con Tristan más tarde, pero puedes quedarte aquí si quieres, o venirte.Loqueteapetezca. —TengomuchascosasqueorganizarantesdeirmeaSeattle,asíquemequedaréenlahabitación, siteparecebien. —Claro,claro.—Yañade—:¡Esperoqueestéspreparadaparatufiestamañanaporlanoche! —¿Quéfiesta?—pregunto. «Ah,sí...»,lafiesta.Heestadotanpreocupadacontodoquemehabíaolvidadoporcompletodela fiesta de despedida que Steph pensaba organizarme. Como en la «fiesta de cumpleaños» de Hardin, estoyseguradequesupandillasereuniráallíybeberátantosiaparezcocomosino,peroporlovistole hacemuchailusiónquevaya,yyaqueleestoypidiendoestegranfavor,quieroseramable. —¡Venga!Unaúltimavez.SéqueHardindiráqueno,pero... —Hardinnoesquiénparadecidirpormí—lerecuerdo,yellaseechaareír. —¡Yalosé!Sólodigoqueyanovolveremosavernos.Yomemarcho,ytútambién—gimotea. —Vale,dejaquelopiense.Voyparaallá—digo. Peroenlugardeirdirectamentealaresidencia,voyadarunavueltaconelcoche.Tengoqueestar segura de que seré capaz de contenerme delante de ella. No quiero llorar. «Nada de llorar. Nada de llorar...»Memuerdoelcarrillodenuevoparaevitarcederantelaslágrimas. Afortunadamente,meheacostumbradotantoaldolorqueyacasinolosiento. CuandoporfinllegoalahabitacióndeSteph,melaencuentroenelprocesodevestirse.Seestá poniendo un vestido rojo por encima de unas medias de rejilla negras cuando abre la puerta con una sonrisa. —¡Cuántoteheechadodemenos!—exclama,ytirademíparadarmeunabrazo. Casimedesmorono,peromemantengofirme. —Yoatitambién,aunquetampocohapasadotantotiempo.—Sonríoyellaasiente.Laverdades queparecequehagasiglosdesdequeHardinyyoestuvimosconellaenelestudiodetatuajes,nosólo unasemana. —Supongoqueno,perosemehahechomuylargo.—Sacaunpardebotasdecañahastalarodilla del armario y se sienta en la cama—. No creo que tarde mucho. Tú, como si estuvieras en tu casa..., ¡peronolimpiesnada!—dicealvercómoinspeccionoladesastrosahabitaciónconlamirada. —¡Nopensabahacerlo!—miento. —¡Sí lo ibas a hacer! Y seguro que lo haces de todos modos. —Se ríe y yo intento obligarme a hacerlomismo. Nomesaleyacaboemitiendounsonidoamediocaminoentreunarisotadayunatos,aunquepor suerteparecequelepasadesapercibido. —Porcierto,yalehedichoatodoelmundoquevasair.¡Leshahechomuchailusión!—añade mientrassaledelahabitación,ycierralapuerta. Abrolabocaparaprotestar,peroyasehamarchado. Esta habitación me trae demasiados recuerdos. La odio, pero me encanta al mismo tiempo. Mi antiguoladodelcuartosiguevacío,aunqueStephhacubiertolacamaderopaydebolsasdelacompra. Paso los dedos por el pie de cama y recuerdo la primera vez que Hardin durmió en la pequeña cama conmigo. Estoy deseando alejarme de este campus..., de toda esta ciudad y de toda la gente que habita en ella. No he tenido nada más que disgustos desde el día en que llegué a la WCU, y ojalá no hubiese venidonunca. InclusolaparedmerecuerdaaHardinyaaquellavezquelanzómisapuntesalaire,loquehizo quemedieranganasdeabofetearlo,hastaquemebesó,confuerza,contraella.Mellevolosdedosalos labios,empiezoatrazarsuformaymetiemblancuandopiensoquenovolveréabesarlonuncamás. Nocreoquepuedaquedarmeadormiraquíestanoche.Nopararédedarlevueltasalacabezaylos recuerdosnodejarándetorturarme,reproduciéndoseenmimentecadavezquecierrelosojos. Necesito distraerme, de modo que saco mi portátil e intento buscar un sitio en el que vivir en Seattle.Talycomoimaginaba,esunacausaperdida.Elúnicoapartamentoqueencuentroestáamedia horaencochedelaoficinanuevadeVance,ysesaleligeramentedemipresupuesto.Detodosmodos, guardoelnúmerodeteléfonoenmimóvilporsiacaso. Despuésdeotrahoradebúsqueda,acabotragándomemiorgulloyllamoaKimberly.Noquería pedirlesipuedoquedarmeconellayconChristian,peroHardinnomehadejadootraopción.Kimberly, comoeradeesperar,accedealegrementeeinsisteenqueestaránencantadosdetenermecomoinvitada ensunuevacasaenSeattle,ypresumeunpocodequeesinclusounpocomásgrandequelaanterior. Leprometoquenomequedaréallímásqueunpardesemanasconlaesperanzadequeesetiempo sea suficiente para encontrar un apartamento asequible que no tenga barrotes en las ventanas. De repente me doy cuenta de que con todo el drama con Hardin casi me había olvidado del tema del apartamentoydelhechodequealguienentróenélmientrasnoestábamos.Megustaríapensarqueno hasidomipadre,peronosésipuedo.Sifueél,noharobadonada;alomejorsólonecesitabaunsitio enelquepasarlanocheynoteníaningunaotraparteadondeir.EsperoqueHardinnovayaabuscarlo para acusarlo de allanamiento. ¿Para qué iba a hacerlo? Aun así, creo que debería intentar dar con él primero,peroseestáhaciendotardey,sinceramente,medaunpocodemiedovagarsolaporesaparte delaciudad. MedespiertocuandoStephllegatambaleándosealahabitaciónalrededordelamedianoche.Tropieza consuspropiospiesycaesobrelacama.Norecuerdohabermequedadodormidaenlamesa,yelcuello meduelecuandolevantolacabeza.Melofrotoconlasmanosymeduelemásqueantes. —Noteolvidesdelafiestademañana—farfulla,ysequedafritacasialinstante. Me acerco a su cama y le quito las botas justo cuando empieza a roncar. Le doy las gracias en silencioporserunabuenaamigaydejarquemequedeensucuartoapesardequelaheavisadosólo conunahoradeantelación. Gruñe,dicealgoincoherente,sedalavueltayempiezaaroncarotravez. Mehepasadotodoeldíatumbadaenmiviejacamaleyendo.Noquieroiraningunapartenihablarcon nadiey,sobretodo,noquieroencontrarmeconHardin,aunquenocreoquelohiciera.Notieneningún motivoparaacercarseporaquí,peroestoyparanoicaydestrozada,ynoquieroarriesgarme. Stephnosedespiertahastadespuésdelascuatrodelatarde. —Voyapedirunapizza,¿teapetece?—preguntamientrassequitalagruesarayadelojoquese pintóanocheconunpequeñopañueloquehasacadodelbolso. —Sí,porfavor.—Merugenlastripas,loquemerecuerdaquenohecomidonadaentodoeldía. Stephyyonospasamoslasdoshorassiguientescomiendoycharlandosobresupróximotrasladoa Luisiana y sobre el hecho de que los padres de Tristan no están nada contentos de que se cambie de universidadporella. —Seguroquealfinalceden.Lescaesbien,¿no?—laanimo. —Sí,másomenos.AunquesufamiliaestáobsesionadaconlaWCUyconlatradiciónacadémica, bla,bla,bla. Pone los ojos en blanco y me echo a reír. No quiero explicarle lo importante que es para las familiaslatradiciónacadémica. —Bueno, hablemos de la fiesta. ¿Ya sabes qué te vas a poner? —me pregunta sonriendo con malicia—.¿Oquieresqueteprestealgomío,comoenlosviejostiempos? Niegoconlacabeza. —No me puedo creer que haya accedido a esto después de... —casi menciono a Hardin, pero cambioelrumbodelafrase—despuésdetodaslasvecesquemehasobligadoairaesasfiestasenel pasado. —Pero es la última. Además, sabes que en el campus de Seattle no encontrarás a gente tan enrolladacomonosotros.—Stephagitasuslargaspestañaspostizasygruño. —Meacuerdodelaprimeravezquetevi.Abrílapuertadelahabitaciónycasimedaunataqueal corazón.Noteofendas.—Sonrío,yellamedevuelveelgesto—.Dijistequelasfiestaserangeniales,y mimadreestuvoapuntodedesmayarse.Queríaquemecambiaradehabitación,peroyono... —Menos mal que no lo hiciste. De lo contrario, ahora no estarías con Hardin —dice con una sonrisillapícara,ydespuésapartalavistademí. Poruninstantemeimaginocómohabríansidolascosassimehubieracambiadodehabitaciónyno lohubiesevistomás.Apesardetodoloquehemospasado,jamásmearrepentirédenada. —Bastadenostalgias,¡vamosaarreglarnos!—exclama,ydaunaspalmaditasdelantedemicara antesdeagarrarmedelosbrazosysacarmedelacama. —Ahora recuerdo por qué odiaba las duchas comunitarias —gruño mientras me seco el pelo con la toalla. —No están tan mal. —Steph se ríe y pongo los ojos en blanco al pensar en el baño del apartamento. Todo,absolutamentetodo,merecuerdaaHardin,yestoyhaciendoloposibleparamanteneresta sonrisafalsa,aunquemeestoymuriendopordentro. Unavezquemehemaquilladoyrizadoelpelo,Stephmeayudaacolocarmeelvestidoamarilloy negroquemecompréhacepoco.Loúnicoquememantieneenpieenestosmomentoseslaesperanza dequelafiestaseadivertidadeverdad,ydepoderteneralmenosunpardehorasdepazsinestedolor. Tristannosrecogeunpocodespuésdelasocho;Stephseniegaadejarmeconducirporquequiere quebebahastaponermeciega.Nomeparecemalaidea.Sivoyciega,nopodréverloshoyuelosdela sonrisadeHardin,nisugestoconelceñofruncidocadavezqueabrolosojos.Aunqueesonoimpedirá quesigaimaginándomelocadavezqueloscierre. —¿Dónde está Hardin esta noche? —pregunta Nate desde el asiento del acompañante, y por un momentomeinvadeelpánico. —Sehaido.Estáfueradelaciudadconsupadre—miento. —¿NoosibaisellunesaSeattle? —Sí,éseeraelplan.—Notoquemeempiezanasudarlasmanos.Detestomentir,yademásseme dafatal. Natesevuelveymeofreceunadulcesonrisa. —Bueno,puesesperoqueosvayabienallí.Mehabríagustadoverloantesdequesemarche. Eldoloraumenta. —Gracias,Nate.Selodirédetuparte. Encuantoaparcamosfrentealacasadelafraternidad,mearrepientoalinstantedehabervenido. Sabíaquenoerabuenaidea,peronopensabaconclaridadynecesitabadistraerme.Sinembargo,esto noesunadistracción.Estoesungranrecordatoriodetodoporloquehepasadoydetodoloquehe perdidodespués. Mehacegraciaelhechodequesiempremearrepientodeveniraquí,perosiempreacabovolviendo aestamalditacasa. —¡Queempiecelafiesta!—diceSteph,yentrelazaelbrazoconelmíoconunaampliasonrisa. Durante un instante, sus ojos se iluminan y no puedo evitar sentir que su elección de palabras encierraundoblesentido. Capítulo55 Hardin Cuando llamo a la puerta del despacho de mi padre, siento náuseas. No me puedo creer que haya llegadoaesto,aacudiraélenbuscadeconsejo.Sólonecesitoaalguienquemeescuche,alguienque sepacómomesiento,oquealmenospuedaimaginarlo. Suvozmellegadesdeelinteriordelaestancia: —Entra,cariño. Dudo antes de hacerlo, sabiendo que esto es incómodo, aunque necesario. Me siento en la silla frenteasugranescritorioyveocómopasademostrarseexpectanteaestarsorprendido. Unaleverisaescapadesuboca. —Losiento,creíqueerasKaren—dice,peroviendomihumorseinterrumpeymeobservacon detenimiento. Asientoymirohaciaotrolado. —Noséporquéhevenido,peroesquenosabíaadóndeir. Escondoelrostroentrelasmanosymipadresesientaalbordedesuescritoriodecaoba. —Mealegrodequehayasrecurridoamí—mediceenvozbaja,calibrandomireacción. —Yonodiríaexactamentequehayarecurridoati—replico. Síquelohehecho,peronoquieroquecreaqueestoesungranpasoennuestrarelaciónoalguna mierdaporelestilo,aunquepuedequesílosea.Loobservotragarsalivayasentirlentamente;susojos sefijanencualquierpuntodelasalaexceptoenmí. —Nohacefaltaquetepongasnervioso,nomevaadarunchungonivoyarompernada—ledigo mirandolahileradeplacasdecorativasasuespalda—.Notengoenergíaparaeso. Cuandonoresponde,dejoescaparunsuspiro. Porsupuesto,esosíquelohacereaccionar,esaseñaldemiderrota,asíquedice: —¿Quierescontarmequéhaocurrido? —No,noquiero—contestomirandoloslibrosalineadosensupared. —Deacuerdo... Suspiro,sintiendolainevitabilidaddelmomento. —Noquiero,perosupongoquetendréquehacerlo. Mi padre me mira, perplejo durante un segundo, y sus ojos castaños se agrandan al estudiarme detenidamente,sindudaesperandounatrampa. —Créeme—leaseguro—,situvieraalguienmásaquienacudirnoestaríaaquí,peroLandonesun jodidochaqueteroysiempreseponedesuparte. Séqueesonoesnimedioverdad,peroenestosmomentosnoquierolosconsejosdeLandon.Es más,noquieroadmitiranteéllocapulloquehesidoylamierdaquelehesoltadoaTessadurantelos últimosdías.Noesquesuopiniónmeimportemucho,peroporalgunarazónmeimportamásquelade ningúnotro,exceptoladeTessa,claro. Mipadremededicaunadolorosasonrisa. —Losé,hijo. —Bien. Nosépordóndeempezary,honestamente,aúnnoestoysegurodeporquéhevenidoaquí.Teníala intencióndeiraunbarytomarmealgo,perodealgúnmodoheacabadoaparcandofrentealacasade mipadre...,no,depapá.LamaníadeTessadellamarlossólomadreypadreenvezdemamáopapá solíavolvermeloco,peroahorasemeescapaamítambién.Aunquetienesuertedequemerefieraaél comopadreopapáenvezdeKenocabrón,comoheestadollamándololamayorpartedemivida. —Bueno,comoprobablementehabrásdeducido,alfinalTessamehadejado—admitoalzandolos ojos hacia él. Mi padre se esfuerza por mantener una expresión neutra mientras espera a que yo continúe,perotodocuantoañadoes—:Ynolahedetenido. —¿Estássegurodequenovolverá?—pregunta. —Sí, estoy seguro. Me dio multitud de oportunidades para que la detuviera, y no ha intentado llamarmenienviarmeunmensajeen...—miroelrelojdelapared—casiveintiochohoras;además,no tengonilamenorideadedóndeestá. Había esperado encontrar su coche en la entrada cuando llegué a casa de Ken y Karen. Estoy seguro de que ésa es una de las razones por las que he venido aquí. ¿Adónde más podría haber ido? Esperoquenohayaconducidotodoelcaminohastacasadesumadre. —Pero ya habéis pasado por esto antes —empieza a decir mi padre—. Y siempre encontráis la manerade... —¿Meestásescuchando?Tehedichoquenovaavolver—resoplointerrumpiéndolo. —Teestoyescuchando,sí.Sólosientocuriosidadporsaberporquéestavezesdiferente. Cuando lo miro fijamente, él me devuelve la mirada impasible, y resisto la necesidad de levantarmeyabandonarsurecargadodespacho. —Esasíypunto.Nosécómoestoytansegurodeello,yprobablementepensarásquesoyunidiota por haber venido aquí, pero estoy cansado, papá, estoy terriblemente cansado de ser así, y no sé qué haceralrespecto. «Joder.Parezcodesesperadoyterriblementepatético.» Élabrelabocaparahablar,perosedetieneynodicenada. —Laculpaestuya—continúo—.Deverdadqueestuya.Porquesihubiesesestadoahíparamí, quizápodríashabermeenseñadoa...,nosé...,anotrataralagentecomounamierda.Sihubiesetenido unafiguramasculinaencasamientrascrecía,quizáahoranoseríaunmierda.Sinoencuentroalguna soluciónparaTessayparamí,acabarésiendocomotú.Bueno,comotúantesdeconvertirteenesto.— Señalo su chaleco de punto y sus pantalones de vestir perfectamente planchados—. Si no puedo encontrarunaformadedejardeodiarte,nuncaserécapazde... Noquieroacabarlafrasedelantedeél.Loquequierodeciresque,sinopuedodejardeodiarlo, nuncaserécapazdemostrarleaellalomuchoquelaquieroytratarlacomodebo,comoellasemerece. Mispalabrasnomencionadasflotanenelsofocanteestudiodepanelesdemaderacomounespíritu torturadoqueningunodenosotrossabecómoexorcizar. —Tienesrazón—mesorprendealfinal. —¿Latengo? —Sí,latienes.Sihubiesestenidounpadreparaguiarteyenseñarteaserunhombre,estaríasmás preparadoparahacerfrenteaestassituaciones,yparalavidaengeneral.Yomeculpoamímismopor tu...—loveobuscarlaspalabrasapropiadasymedescubroamímismoinclinándomeunpocohaciaél —comportamiento.Tuformadeseresculpamía.Todoespartedemíydeloserroresquehecometido. Cargaréconlaculpapormispecadosduranteelrestodemivida,yportodoellolosientomucho,hijo, muchísimo. Lavozselequiebraalfinalydeprontosiento...siento... Queestoyapuntodevomitar. —Bueno,estoesgenial,túpuedesserperdonado,¡peroelresultadodetusaccionesescómosoy yoahora!¿Quésesuponequevoyahaceralrespecto? Comienzo a tirarme de las pieles de alrededor de las uñas y me doy cuenta de que, sorprendentemente, tengo los nudillos sin marcas para variar. De algún modo, eso aplaca parte de mi rabia. —Tienequehaberalgoquepuedahacer—digoenvozbaja. —Creoquedeberíashablarconalguien—sugieremipadre. Perosurespuestameresultainsuficiente,ylarabiavuelveaaflorar. «¿Enserioquetengoquehablarconalguien?,¿quiéncoñoloibaadecir?» Sacudolamanoenelaire,entrelosdos. —Y¿quéestamoshaciendoahora?Estamoshablando. —Me refiero a un profesional —replica con calma—. Tienes mucha rabia acumulada desde la infancia,yanoserqueencuentreslaformadeliberarla,oalmenosdegestionarladeunaformasana, metemoquenoconseguirásningúnprogreso.Yonopuedodartelasherramientasparaello;yosoyel responsabledetudolor,ydudaríasdetodoloquetedijeraentusmomentosdemayorirritación,incluso silodijeraportubien. —Entonces¿veniraquíhasidounapérdidadetiempo?¿Nohaynadaquepuedashacer? Sabíaquedeberíahabermeidodebares.Ahorayapodríairpormisegundowhiskyconcola. —Nohasidounapérdidadetiempo.Hasidoungranpasoentuesfuerzoporconvertirteenmejor persona.—Mesostienelamiradadenuevoyliteralmentepuedopaladearelwhiskyquedeberíaestar bebiendoahoramismoenlugardeestarteniendoestaconversación—.Ellaestaríamuyorgullosadeti —añade. ¿Orgullosa?¿Porquédiablosibaaestarnadieorgullosodemí?Asombradadevermeaquí,quizá, peroorgullosa...,no. —Mellamóborracho—confiesosinpensar. —Y¿tienerazón?—pregunta,conevidentepreocupaciónenlacara. —Nolosé.Nocreoquelosea,peronolosé. —Sinosabessieresunalcohólico,talvezdeberíasdescubrirloantesdequeseademasiadotarde. Estudiolacarademipadreypuedoverauténticomiedopormítrassusojos.Sienteelmiedoque talvezyodeberíatener. —¿Por qué empezaste tú a beber? —pregunto. Siempre he querido saber la respuesta a esa pregunta,peronuncamehabíasentidoconderechoapreguntar. Élsuspira,ysusmanosseelevanparaalisarsucortocabello. —Bueno,tumadreyyonoestábamosennuestromejormomento,ylaespiraldescendenteempezó cuandomefuiunanocheymeemborraché.Por«emborracharme»quierodecirquenopodíanicaminar hastacasa,perodescubríquemegustabacómomesentía,inmóvilono.Medejabainsensibleatodoel dolorquesentía,ydespuésdeaqueldíaseconvirtióenunhábito.Pasabamástiempoenelmalditobar alotroladodelacalledelquepasabacontigoyconella.Lleguéaunpuntoenelquenopodíafuncionar sinlicor,aunquerealmentetampocoestabafuncionandoconél.Eraunabatallaperdida. Norecuerdonadadeantesdequemipadreseconvirtieraenunborracho;siemprehabíacreídoque yaeraasídesdeantesdequeyonaciera. —¿Quéeratandolorosoparaqueintentarasescapardeello? —Esonoimporta.Loqueimportaesqueundíaporfindespertéymerehabilité. —Despuésdedejarnos—lerecordé. —Sí,hijo,despuésdequeosdejaraalosdos.Estabaismejorsinmí.Nopodíaserunbuenpadreni un buen marido. Tu madre hizo un trabajo excelente criándote, desearía que no hubiera tenido que hacerlosola,peroalfinalresultómejorasíqueconmigocerca. Larabiaardeenmiinterioryclavolosdedosenlosbrazosdelabutaca. —PerosíquepuedesserunmaridoparaKarenyunpadreparaLandon. Ya está, ya lo he dicho. Siento tanto jodido resentimiento hacia este hombre que fue un cabrón borrachodurantetodamivida,quejodiómiexistenciaperoqueconsiguióvolveracasarseyadoptarun nuevo hijo y una nueva vida... Por no mencionar que ahora es rico y que nosotros no teníamos una mierdamientrascrecía.KarenyLandontienentodoloquemimadreyyodeberíamoshabertenido. —Sé que eso es lo que parece, Hardin, pero no es verdad. Conocí a Karen dos años después de dejardebeber.Landonyateníadieciséis,yyonointentabaserunafigurapaternaparaél.Éltampoco crecióconunpadreencasa,asíquemeaceptóenseguida.Noeramiintencióntenerunanuevafamiliay reemplazarte...,nuncapodríareemplazarte.Nuncaquisistesabernadademí,ynoteculpoporello..., pero,hijo,habíapasadolamitaddemividaenlaoscuridad...,enunacegadoraydesoladoraoscuridad. YKarenfuemiluz,comoTessaloesparati. CasisemeparaelcorazónantelamencióndeTessa.Estabatanperdidoreviviendomiinfanciade mierdaqueporunmomentohedejadodepensarenella. —NopudehaceotracosaquesentirmefelizyagradecidocuandoKarenllegóamivida,Landon incluido —continúa Ken—. Daría lo que fuera por tener contigo la misma relación que tengo con él; quizáalgúndíapuedaserasí. Puedo ver que mi padre está sin aliento después de una confesión como ésa, y yo me siento sin palabras.Nuncaanteshabíatenidounaconversacióndeestetipoconél,oconnadieexceptoconTessa. Ellasiemprepareceserlaexcepción. Noséquédecirle.Nopuedoperdonarloporjodermividayescogerlabebidaporencimademi madre,perodecíaenseriolodeintentarperdonarlo.Sinolohago,nuncapodrésernormal.Enserio,ni siquiera estoy seguro de si alguna vez podré ser «normal», pero me gustaría ser capaz de pasar una semanaenterasinromperalgooaalguien. LahumillaciónenlacaradeTessacuandoledijequeabandonaraelapartamentoestágrabadaen mimente.Peroenvezdetratardeborrarlacomosiemprehago,laacepto.Necesitorecordarloquele hice,seacabóocultarmedelasconsecuenciasdemisacciones. —Nohasdichonada—medicemipadreinterrumpiendomispensamientos. La imagen del rostro de Tessa comienza a desaparecer y, aunque intento aferrarme a ella, se esfuma.Elúnicoconsueloquemequedaessaberquevolveráaperseguirmepronto. —Noséquédemoniosdecir.Estohasidodemasiadoparamí;noséquépensar—admito. Lahonestidaddemispalabrasmeaterroriza,yaguardoaqueélaprovecheparahacerlotodomás incómodo. Peronolohace.Simplementeasienteyseponeenpie. —Karenestápreparandolacena,porsiquieresquedarte. —No,paso—gruño. Quieroiracasa.ElúnicoproblemademicasaesqueTessanoestáallí.Ytodoespormimaldita culpa. Me crucé con Landon en la entrada cuando salía, pero lo ignoré y me largué antes de que intentara darmealgúnconsejonosolicitado.DeberíahaberlepreguntadodóndeestabaTessa;estoydesesperado por saberlo, pero también me conozco y sé que me presentaría allá donde estuviera e intentaría convencerladequevolvieraconmigo.Necesitoestarconellaseadondesea.Escucharcómomipadre mecontabaporquéfueunpadredemierdahasidounpasoenladireccióncorrecta,peronovoyadejar deserunbastardocontroladordegolpeyporrazo.¿YsiTessaestáenalgúnlugardondenoquieroque esté...?comoconZed,porejemplo... «¿EstáconZed?Mecagoentodo,¿podríaestarconél?» Nolocreo,perotampocoesqueyolehayadadofacilidadesparatenermuchosamigos.Ysino estáconLandon... No,noestáconZed.Nopuedeestarlo. Sigo convenciéndome a mí mismo de ello mientras subo a nuestro apartamento en el ascensor. Partedemídeseaquequienfueraelcabrónqueentróencasahayavuelto;meiríademuerteunescape paramicrecienterabia. Un escalofrío me recorre la espalda y todo el cuerpo. ¿Y si Tessa hubiese estado sola en casa cuandosecolóelintruso?Laimagendesurostroenrojecidoyempapadoenlágrimasdemispesadillas apareceantemíymepongorígido.Sialguienintentaherirlaalgunavez,seráloúltimoquehagaensu putavida. ¡Soyunmalditohipócrita!Aquíestoy,amenazandoconmataraalguienporherirlacuandoparece queesoesloúnicoquesoycapazdehacer. Después de pillar una botella de agua y de recorrer el apartamento vacío durante unos minutos, empiezo a sentir ansiedad. Para mantenerme ocupado le echo un vistazo a la colección de libros de Tessa.Sehadejadounmontón,yséqueesolaestarámatando.Unapruebamásdelotóxicoquesoy. UnalibretadetapasdecueroescondidaentredosedicionesdistintasdeEmmallamamiatención,y pasolosdedosporelcierre.LoabroydeunrápidovistazodescubroquelaletradeTessallenacada página.¿Esalgúntipodediarioquenosabíaquetenía? Escritopulcramenteenlaprimerapáginaapareceeltítulo:«Introducciónalaasignaturadereligión internacional».Mesientoenlacamaconellibroenlasmanosycomienzoaleer. Capítulo56 Tessa Loganmellamadesdeelotroladodelacocina,perocuandolequedaclaroquenopuedooírle,seme acerca. —Esgenialquehayasvenido.¡Nosabíasiloharías!—diceconunagransonrisa. —No podía perderme mi propia fiesta de despedida —contesto alzando el vaso rojo que tengo entrelasmanosamododebrindis. —Teheechadodemenosporaquí;hacetiempoquenadieestrangulaaMolly. Seríeyechalacabezahaciaatrásparaverterunlicorclarodirectamentedelabotellaasuboca.Se lotraga,parpadeayseaclaralagarganta,sacudiendolacabezadeunaformaquemehaceestremeceral pensarenlomuchoquedebedearderle. —Siempreserásmiheroínaporeso—bromea,ymeofrecelabotella. Niegoconlacabezaylemuestromivasomediovacío. —Estoy segura de que no pasará mucho antes de que alguien más venga y vuelva a hacerlo — replico,ymetomounmomentoparasonreíralimaginarlo. —¡Oh, oh...! Hablando del rey de Roma... —dice Logan con la vista clavada en un punto a mi espalda. Noquierovolverme. —¡¿Porqué?!—gimoenvozbajaapoyandouncodoenlaencimera. CuandoLogan,juguetón,vuelveaofrecermelabotella,laacepto. —Bebe.—Sonríeysealeja,dejándomeconlabotella. Mollyapareceentoncesenmilíneadevisiónyalzasuvasorojoamododesaludo. —Pormuchoquemeentristezcatumarcha—dice,conlavozengañosamentesuaveydulce—,me alegro de no tener que volver a verte. Aunque echaré de menos a Hardin..., las cosas que ese chico puedehacerconlalengua... Pongolosojosenblancomientrastratodepensarenunaréplica,peronoloconsigo.Loscelosme corren por las venas como el hielo y considero la idea de volver a estrangularla aquí mismo, ahora mismo. —Oh,lárgate—digoporfin,yellaseechaareír.Esunruidoinsoportable,enserio. —Oh,vamos,Tessa.Fuituprimeraenemigaenlafacultad,esodeberíacontarparaalgo,¿no?— Meguiñaunojoyhacechocarsucaderacontralamíaalpasarpormilado. Esta fiesta ha sido una idea horrible; debería haberlo pensado mejor antes de venir a este sitio, especialmente sin Hardin. Steph ha desaparecido, y aunque Logan ha sido lo suficientemente majo comoparahacermecompañíaduranteunminuto,yahaencontradoaunachicamásdisponiblequelo mantengaocupado.Cuandoveoalachicaporprimeravez,estádeperfilyparecepijaymuynormal, perocuandosevuelveylaveodefrentemequedodepiedraalcomprobarquetienelaotramitaddela cara llena de tatuajes. «Ayyy.» Empiezo a preguntarme si serán permanentes mientras me sirvo otro trago.Planeoacunarestevasotodalanocheydarlesorbitosmuylentamente.Deotromodo,lafachada queheestadoesforzándomepormantenerseharáañicosysederrumbaráyacabarésiendolapesada borrachaquelloracadavezquealguienlamira. MeobligoadarunavueltalentaalrededordelacasaenbuscadelcabellorojodeSteph,perono apareceporningúnlado.CuandoporfinlocalizolacarafamiliardeNate,veoqueéltambiénseestá trabajando a una chica y no quiero interrumpirlo. Me siento tan fuera de lugar... No sólo porque no acabo de encajar con esta gente, sino porque tengo la sensación de que, aunque esta fiesta haya sido bautizadacomonuestra«fiestadedespedida»,nocreoqueanadiedelosdeaquíleimportesiHardiny yodesaparecemos.Quizáhabríanmostradomásinteréssiélhubieravenidoconmigo;despuésdetodo, Hardinessuamigo. Traspermanecersentadajuntoalaencimeradelacocinadurantecasiunahora,porfinoigolavoz deSteph,queexclama: —¡Estabasaquí! A estas alturas ya me he comido todo un cuenco de pretzels y llevo dos copas. Me he estado debatiendoentrellamaronoauntaxi,peroahoraqueStephfinalmentehavueltoaaparecer,intentaré aguantarunpocomás.Tristan,MollyyDanestánconella,ymeesfuerzoenmantenerunaexpresión neutra. EchodemenosaHardin. —¡Pensé que te habías ido o algo! —grito por encima de la música, intentando apartar de mi cabezalomalquemesientoporestaraquísinél. Durante la última hora he estado luchando por mantenerme alejada de su dormitorio del primer piso; tengo tantas ganas de ir allí, de esconderme de la incómoda multitud, de recordar..., no sé. Mi miradasiguegravitandohacialaescalera,yesomeestámatandopocoapoco. —¡Deeso,nada!Tehetraídounacopa.—Stephsonríeycogeelvasoquetengoenlamano.Lo reemplazaporotroidénticollenodeunlíquidorosa—.Vodkasourdecereza,¡tachán!—chillaantemi confusión. Actoseguido,fuerzaunarisaincómodamientrasmellevolacopaaloslabios. —¡Portuúltimafiestaconnosotros!—brinda,ymultituddeextrañosalzansuscopasalaire. Mollymirahaciaotroladomientrasyoecholacabezahaciaatrásypermitoqueeldulcesaborde lacerezainundemiboca. —Justoatiempo—lediceMollyaSteph,ymedoylavueltarápidamente.Nosésiquieroquela persona que acaba de llegar sea Hardin o no, pero mi dilema queda resuelto cuando Zed entra en la cocinavestidotododenegro. MequedoconlabocaunpocoabiertaymevuelvohaciaSteph. —Medijistequenoestaríaaquí. Lo último que necesito en este momento es otro recordatorio del lío en el que he convertido mi vida.YamedespedídeZedynoestoypreparadaparareabrirlasheridascausadasporsersuamiga. —Lo siento —dice ella encogiéndose de hombros—. Se acaba de presentar. No lo sabía. —Se inclinahaciaTristan. Lededicounamiradaalentadaporelalcohol. —¿Estásseguradequeestafiestaesparamí? Séquesuenodesagradecida,peroelhechodequeStephhayainvitadoaZedyaMollyrealmente memolesta.SiHardinhubiesevenido,habríaperdidolacabezaalverapareceraZedenlacocina. —¡Puesclaroqueloes!Mira,sientomuchoqueestéaquí.Lediréquesemantengaapartadodeti —measegura,yechaacaminarhaciaZed,perolacojodelbrazo. —No,déjalo.Noquieroserborde.Estábien. Zed está hablando con una chica rubia que lo sigue hasta la parte más alejada de la cocina. Le sonríeyellaseríe,perocuandoalzalavistaynotamipresencia,susonrisasedesvanece.Susojosvan deStephaTristan,peroambosevitansumiradayabandonanlasalaconMollyyDandetrás.Denuevo, vuelvoasentirmesola. ObservomientrasZedseinclinaysusurraalgoeneloídodelachicarubia,traslocualellasonríe ysealejadeél. —Eh.—Zedsonríeconciertatorpezaysebalanceasobrelospiescuandollegaamilado. —Eh—contesto,yledoyotrosorboamicopa. —No sabía que estarías aquí —decimos al mismo tiempo, y entonces nos echamos a reír incómodos. Élsonríeydice: —Túprimero. Mesientoaliviadadequenoparezcaguardarmerencor. —Decíaquenoteníaniideadequefuerasavenir. —Yyonoteníaniideadequefuerasavenirtú. —Esopensaba.Stephnodejadedecirqueestoesunaespeciedefiestadedespedidaparamí,pero ahoraestoymásqueseguradequelodiceparaquedarbien. Doyotrosorbo.Elvodkasourdecerezaesmuchomásfuertequelasotrasdoscopasqueyahe tomado. —Tú...¿hasvenidoconSteph?—preguntaacercándose. —Sí.Hardinnoestáaquí,siesesoloqueteestáspreguntando. —No, yo... —Sus ojos descienden hasta mi mano cuando dejo el vaso en la encimera—. ¿Qué estástomando? —Vodkasourdecereza,¿noesirónico?—contesto,peroélnoseríe.Esomesorprende,puesto queessubebidafavorita. Surostroseretuerceenungestodeconfusiónmientrasmiraalternativamentemicarayelvaso. —¿Stephtehadadoeso?—Sutonoesserio...,demasiadoserio...,ymimentevalenta,demasiado lenta. —Sí...,¿por? —Joder. Cogeelvasodelaencimera. —Quédateaquí—meordena,yyoasientolentamente. Cada vez noto la cabeza más espesa. Intento concentrarme en Zed mientras desaparece de la cocina,peromedistraigoporlaformaenquelaslucesgiranygiransobremicabeza.Laslucessontan bonitas,tanhipnóticasporlamaneraenquebailoteansobrelascabezasdelagente... ¿Laslucesbailotean?Lohacen...,yyodebobailar. «No,debosentarme.» Meapoyoenlaencimeraymeconcentroenlaparedcombada,enlaformaenquesetuerceyse retuerce,doblándosebajolaslucesquebrillansobrelascabezasdelagente...¿obrillansobrelagente quebaila?Seacomosea,esbonito...ytambiéndesorienta...,ylaverdadesquenoestoyseguradelo queestápasando. Capítulo57 Hardin Alojearlaspáginasdelapequeñalibreta,mecuestadecidirpordóndeempezaraleer.Esundiariodela clase de religión de Tessa; tardo un minuto en comprender qué es porque, a pesar del título de la portada,cadaentradaestáencabezadaconunapalabrayunafecha,lamayoríadelascualesnotienen nadaqueverconreligión.Tambiénestámenosestructuradoquelosensayosquelehevistoescribira Tessa,unpocomástipomonólogointerior. «Dolor.»Lapalabrallamamiatenciónycomienzoaleer. ¿Eldoloralejaalagentedesudios?Siesasí,¿cómo? Eldolorpuedealejaracualquieradecasitodo.Eldolorescapazdeobligarteahacercosasquenuncapensaríashacer,como culparaDiosdetuinfelicidad. Dolor...,unasimplepalabraperotanllenadesignificado.Hellegadoacomprenderqueeldoloreslaemociónmásfuerteque alguienpuedellegarasentir.Alcontrarioquecualquierotraemoción,eslaúnicaquetodoserhumanotienegarantizadosentiren algúnmomentodesuvida,ynohayventajaeneldolor,nohayaspectospositivosquepuedanhacerteverlodesdeunaperspectiva diferente..., sólo existe la abrumadora sensación del propio dolor. Recientemente he conocido el dolor de primera mano..., hasta convertirseenalgocasiinsoportable.Aveces,cuandoestoysola,cosaqueocurremásdeloquedesearíaúltimamente,meveoamí mismatratandodedecidirquétipodedolorespeor.Larespuestanoestansimplecomopenséquesería.Eldolorlentoyconstante, deltipoquesobrevienecuandohassidoheridorepetidamenteporlamismapersona,yaunasíaquíestás,aquíestoy,permitiendo queeldolorcontinúe...,ynuncaacaba. Sóloenesosrarosmomentoscuandomeestrechacontrasupechoyhacepromesasquenuncaparecesercapazdemantener,el dolordesaparece.Justocuandomeacostumbroalalibertad,avivirlibredeldolorautoinfligido,retornaconotraoleada. Estonotienenadaqueverconlareligión.Estovasobremí. Hedecididoqueeldolorardiente,abrasivoeinevitableeselpeor.Esedolorllegacuandoporfincomienzasarelajarte,cuando porfinrespiras,pensandoquealgunosproblemassoncosadelayer,cuandoenrealidadsonpartedehoy,demañanaydetodoslos díasdespuésdemañana.Esedolorllegacuandohaspuestotodastusesperanzasenalgo,enalguien,yéstetetraicionatancompleta einesperadamentequeeldolortemachacaytesientescomosicasinopudierasrespirar,apenasaferradaaesapequeñafracciónde loqueseaquequedeentuinterioryquetesuplicaquesigasadelante,quenoterindas. Joder. Aveceslagenteseaferraalafe.Aveces,siereslosuficientementeafortunado,puedesapoyarteenalguienyconfiarenquete apartarádeldolorantesdequeteinstalesenéldemasiadotiempo.Eldoloresunodeesoslugareshorriblesque,unavezlosvisitas, debeslucharparaabandonarlos,einclusocuandocreesquehasescapado,descubresquetehanmarcadodeformapermanente.Si erescomoyo,notienesanadieenquienapoyarte,nadiequetecojadelamanoyteasegurequeconseguirássalirdeeseinfierno. Porelcontrario,tienesqueatartuspropiasbotas,cogertupropiamanoysacartedeahítúmisma. Misojosbuscanlafechaaliniciodelapágina.EscribióestomientrasyoestabaenInglaterra.No debería seguir leyendo. Debería dejar el maldito diario y no volver a abrirlo jamás, pero no puedo. Tengoquesaberquémásfueescritoenestelibrodesecretos.Metemoqueestoeslomáscercaque volveréaestardeella. Medetengoenotrapáginatitulada«Fe». ¿Quésignificalafeparati?¿Tienesfeenalgosuperior?¿Creesquelafepuedeaportaralgobuenoalavidadelagente? Estodeberíairmejor.Estaentradanodeberíaretorcerelcuchilloyempeorareldolordemipecho. Estonodeberíatenernadaqueverconmigo. Para mí, la fe significa creer en algo más aparte de en ti mismo. No creo que haya dos personas que puedan tener la misma opiniónsobrelafe,yaestééstabasadaenlareligiónono.Yocreoenalgosuperior,mecriaronasí.Mimadreyyoíbamosala iglesiacadadomingo,ymuchosmiércolestambién.Ahoranovoyalaiglesia,cosaqueprobablementedeberíahacer,peroaúnestoy decidiendocómomesientoconmifereligiosaahoraquesoyadultayyanoestoyobligadaahacerloquemimadreesperaque haga. Cuandopiensoenfe,mimentenosedirigeautomáticamentealareligión.Probablementedebería,peronoesasí.Piensaenél; todogiraentornoaél.Estáentodosmispensamientos.Noestoytotalmenteseguradesiestoesbuenoono,peroasíestánlascosas y tengo fe en que, al final, lo nuestro funcionará. Sí, es difícil y sobreprotector, a veces incluso controlador... Vale, a menudo es controlador,perotengofeenél,enquepiensaenmibienpormuyfrustrantesqueseansusacciones.Mirelaciónconélmeponea prueba de formas que nunca creí imaginables, pero cada segundo vale la pena. Creo de verdad que un día su profundo temor a perderme desaparecerá y podremos emprender un futuro juntos; eso es todo cuanto quiero. Sé que él también lo desea, aunque nuncalodiría.Tengotantafeenesehombrequeaceptarécadalágrima,cadadiscusiónsinsentido...,loaceptarétodoparapoder estarcercaeldíaenqueseacapazdetenerfeensímismo. Mientrastanto,tengofeenqueundíaHardindiráloquesienteabiertayhonestamente,poniendofinasuexilioautoimpuesto. Esedíafinalmenteveráquenoesunvillano.Seesfuerzamuchoenserlo,peroenelfondorealmenteesunhéroe.Mesalvódemí misma.Hepasadomividaenterafingiendoseralguienquenoera,yHardinmehamostradoqueestábienseryomisma.Yanome ajustoalaideaqueteníamimadredeloquedebollegaraser,yledoygraciasdesdelomásprofundodemicorazónporayudarme allegaraestepunto.Creoqueundíaverálorealmenteincreíblequees.Estanincreíbleyperfectamenteimperfectoqueloquiero aúnmásporeso. Puede que no muestre el heroísmo en su interior de forma convencional, pero lo intenta, y eso es todo cuanto puedo pedirle. Tengofeenque,sicontinúaintentándolo,finalmentesepermitiráasímismoserfeliz.Yoseguiréteniendofeenélhastaqueélla tengaensímismo. Cierro la libreta y me pellizco el puente de la nariz en un intento por controlar mis emociones. Tessa cree en mí por alguna maldita razón. Para empezar nunca entenderé por qué perdió su tiempo conmigo,peroleersuspensamientosdeestaformatancrudaretuerceelcuchilloenmipecho,ylosaca paraluegovolveraempalarmeconsuhojaunavezmás. ComprenderqueTessaescomoyomeasustaymeemocionaalmismotiempo.Saberquetodoen sumundogira...alrededordemímehacefeliz,inclusomemareaunpoco,perocuandorecuerdoquelo heechadoaperder,lafelicidaddesaparecetanrápidocomohallegado.Ledeboaella,yamímismo,el sermejor.Ledeboaellaintentaracabarconmirabia. Esraro,perosientocomosimehubiesenquitadoungranpesodeencimadesdelaconversación con mi padre. No iría tan lejos como para decir que todos esos feos y dolorosos recuerdos quedan perdonados,oquedeprontoseremoscolegas,quedaremosparaverdeportesjuntosenlateleytodaesa mierda,peroloodiomenosdeloqueloodiabaantes.Soymáscomomipadredeloquequerríaadmitir. HeintentadodejaraTessaporsupropiobien,peroaúntengoqueserlosuficientementefuertecomo parahacerlo.Asíque,dealgunaforma,élesmásfuertequeyo.Élselargódeverdadynovolvió.Si tuvieraunhijoconTessaysupieraqueibaajoderleslavida,yotambiénmelargaría. «Alamierdaconeso.» Laideadetenerunhijomedanáuseas.Seríaelpeorpadreposible,yTessarealmenteestaríamejor sinmí.Nisiquierasoycapazdedemostrarleaellamiamor,asíque,¿cómoibaademostrárseloaun niño? —Yabasta—medigoenvozalta,ysuspiroponiéndomeenpie. Camino hasta la cocina y abro un armario. La botella medio vacía de vodka me llama desde el estante,suplicándomequelaabra. Soyunauténticoborracho.Planeosobrelaencimeradelacocinaconunabotelladevodkaenlas manos.Desenroscoeltapónymelallevodirectamentealoslabios.Sólountragoconseguiráahuyentar la culpabilidad. Con un trago puedo obligarme a creer que Tessa volverá pronto a casa. Ya antes ha adormecidoeldolor,yloharédenuevo.Untrago. Justo cuando cierro los párpados y echo la cabeza hacia atrás, puedo ver el rostro bañado en lágrimasdeTessaantemí.Abrolosojos,mevuelvohaciaelfregaderoyechoelvodkaporeldesagüe. Capítulo58 Tessa Lasbocasestánabiertas.Loslabiossemuevensinemitirsonidoalguno.Ylamúsicarebotacontralas paredes,taladrandomimente. «¿Cuántotiempollevoaquídepie?¿Cuándoheentradoenlacocina?» Nolorecuerdo. —Eh.—Dansedeslizaantemíymeestremezcounpocoapoyadacontralaencimera.Sucaraestá algodescentrada;lomiromásfijamenteintentandoenfocarlo. —Eh...—Mirespuestasaletaaaanlentamente... Élsonríe. —¿Estásbien? Asiento.Ocreoquelohago. —Mesientounpocorara—admito,ybuscoporlahabitaciónaZed.Esperoquevuelvapronto. —¿Quéquieresdecir? —Nosé...,mesientocomo...rara.Comoborracha,peromáslenta,aunquealmismotiempotengo muchaenergía. Sacudolamanofrenteamicara...,tengotresmanos. Danseechaareír. —Debesdehaberbebidounmontón. Asientodenuevo.Miroalsuelo.Veoaunachicacruzarfrenteamíalavelocidaddeuncaracol. —¿Zedvaavolver?—lepregunto. Danmiraalrededor. —¿Adóndehaido? —AbuscaraStephpormibebida.—Merecuestoenlaencimera.Probablementeaestasalturas tengolamitaddelcuerpoencima.Nopodríaasegurarlo. —¿Ah,sí?Hum...,puedoayudarteabuscarlo—diceencogiéndosedehombros—.Creoquelohe vistosubirlaescalera. —Vale—digo. CreoquenomegustaDan,peronecesitoencontraraZedporquesientolacabezacadavezmásy máspesada. Lo sigo lentamente mientras se abre paso entre la multitud y se encamina hacia la escalera. La música está increíblemente alta ahora, y me doy cuenta de que estoy moviendo la cabeza adelante y atrás,adelanteyatrásmientrassubolaescalera. —¿Estáahíarriba?—lepreguntoaDan. —Sí.Creoquejustoacabadeentrarahí.—Señalaconlacabezahacialapuertaalfinaldelpasillo. —ÉsaeslahabitacióndeHardin—loinformo,yélseencogedehombrosnuevamente—.¿Puedo sentarmeunminuto?Creoqueyanopuedoseguirandando. Me pesan los pies, pero es como si mi mente se volviera cada vez más aguda, y esto no tiene sentidoparamí. —Sí,claro,puedessentarteaquí.—Danmecogedelbrazoymellevaalaantiguahabitaciónde Hardin. Tropiezohastallegaralbordedelacamaylosrecuerdosparecentomarformaygirarenelairea mialrededor:Hardinyyosentadosenlacama,enelmismolugarenelqueestoyahora.Lobeséaquí porprimeravez.Mesentíatanabrumadayconfusapormicrecientenecesidaddeestarcercadeél...,mi chicooscuro.ÉsafuelaprimeravezquepudeentreveraeseHardinmássuaveyamable.Nosequedó durantemuchotiempo,perofuebonitoconocerlo. —¿DóndeestáHardin?—preguntomirandoaDan. Unaexpresiónatraviesasucaraydesaparecealreír. —Oh,Hardinnoestáaquí.Dijistequeestabasseguradequenovendría,¿recuerdas? Cierralapuertaasuespaldayechalallave. «¿Quéestápasando?» Mi mente bulle con las posibilidades, pero mi cuerpo se siente demasiado pesado como para moverse.Quierotumbarme,aunqueunaalarmaaúllaenmicabezaempujándomealuchar. «¡Notetumbes!¡Manténlosojosabiertos!» —A... abre la puerta —digo mientras intento levantarme, pero la habitación comienza a dar vueltas. Casicomosiestuvierapreparado,alguienllamaentoncesalapuerta.Elaliviomeinundacuando DangiralallaveyabreparadejarentraraSteph. —¡Steph!—gimoteo—.Él...estáhaciendoalgo... Nosécómoexplicarlo,peroséqueestabaapuntodehaceralgo. Ella mira a Dan, que le dedica una siniestra sonrisa. Vuelve a mirarme a mí y simplemente pregunta: —¿Haciendoqué? —Steph... —la llamo de nuevo. Necesito su ayuda para abandonar esta habitación poseída por fantasmas. —¡Dejadelloriquear!—estalladepronto,ypierdoelaliento. —¿Qué?—consigoarticular. PeroStephsimplementelesonríeaDanmientrasmetelamanoenlabolsaquehatraído.Cuando vuelvoagemir,sedetieneymefulminaconlamirada. —Joder,¿esquenotecallasnunca?¡Estoyhartadeoírcómotequejastodoeltiempo,zorra! Micerebronofuncionabien.Stephnopuedeestardiciéndometodasesascosas. Ponelosojosenblanco. —Buf,yesosestúpidospucheritosinocentes...Tía,daleunputorespiroya. Unossegundosmásrebuscandoenlabolsayporfindice: —Loheencontrado...,toma.—LepasaunobjetopequeñoaDan. Casimedesmayo,perounlevepitidomedevuelvelaconciencia...almenosduranteunospocos segundosmás. Veounapequeñaluzroja,comounapequeña,pequeñísimacereza. Comoelvodkasourdecereza.Steph,Dan,Molly,Zed.Lafiesta.Oh,no. —¿Quéhashecho?—lepregunto,yellavuelveareír. —¿Notehedichoquedejesdegimotear?Estarásbien—gruñe,yseacercaalacama. HayunacámaraenlasmanosdeDan.Laluzrojaindicaqueestáencendida. —A...apártatedemí—intentochillar,peromesalecomounsusurro. Trato de ponerme en pie, pero vuelvo a caer sobre la cama. Es muy blanda..., como arenas movedizas. —Creíaquetú...—comienzoadecir. PeroStephmeponelasmanosenloshombrosymeempujacontraelcolchón.Nopuedovolvera levantarme. —¿Qué creías? ¿Que era tu amiga? —replica arrodillándose en la cama y cerniéndose sobre mí. Sus dedos agarran entonces el bajo de mi vestido y comienza a levantármelo hasta los muslos—. EstabasdemasiadoocupadasiendounazorrayyendodeZedaHardinparacomprenderqueenrealidad siempretehedespreciado.¿NocreesquesimeimportarasunamierdatehabríadichoqueHardinsalía contigosóloparaganarunaapuesta?¿Nocreesqueunaamigatehabríaavisado? Tienerazón,yunavezmásmiidiotezresultatotalmenteobvia.Micerebroembotadomultiplicala punzada de la traición... y, cuando ahora miro a Steph, el diablo pelirrojo, su cara está retorcida, distorsionadadelaformamásdiabólicaimaginable,yelbrillodesusojososcuroshacequemerecorran escalofríos. —Oh,porcierto—seríe—,confíoenquetelopasarasbienesperandoaqueHardinaparecierapor sucumpleaños.Esincreíbleloquesepuedehacerconunmensajeyunacámaradevídeo;aúnpuedeser peor,¿verdad? TratodelucharcontraSteph,peroesimposible.Apartaconfacilidadmisdedosdedondeloshe clavadoensusbrazosycontinúasubiéndomeelvestido.CierrolosojoseimaginoqueHardinentraala fuerzaenlahabitaciónymerescata,micaballerodelanegraarmadura. —Hardinlo...descubrirá...—laamenazodébilmente. —Ja,ja,sí...,ésaeslaidea.Yahora,bastadecháchara. Otrogolpeenlapuertaydenuevointentoapartarlademí,sinéxito. —Cierra,deprisa—diceDan,ycuandogiroelcuelloendirecciónalapuertanomesorprendever queMollysehaunidoanosotros. —Ayúdameaquitarleelvestido—leordenaSteph. Parpadeoytratodesacudirlacabeza,peronofunciona.Nadafunciona.Danvaaviolarme,losé. ÉseeraelplandeStephparaestafiesta.Noeraunafiestadedespedidaenmihonor,sinounaformade destruirme.Notengoniideadecómopudellegarapensarqueeramiamiga. ElcabellodeMollymecaeenlacaracuandotrepaalacamaamilado,yStephmeempujayme hacerodarparatenermejoraccesoalaespaldademivestido. —¿Porrr quéee? —Se me quiebra la voz y soy vagamente consciente de las lágrimas en mis mejillas,queahoraempapanlassábanasdelacama. —¿Por qué? —me imita Dan, acercando la cara a la mía—. ¿Por qué? El cabrón de tu novio se grabómientrassefollabaamihermana,éseeselporqué.—Sualientocalienteenmicaraparecebarro. —¡Vayaaa!—diceMollyenvozalta—.¡Creíaquehabíasdichoquesólolesacaríasunascuantas fotos! —Yesoharemos...,yquizátambiénunpequeñovídeo—respondeSteph. —¡Nihablar!Joder,no,tía,¡nopuedeshacerquelaviole!—gritaMolly. —Novaahacerlo...Notepases.Nosoyunapsicópataninadadeeso.Sólovaatocarlayafingir queestánfollandoparaquecuandoHardinvealacintapierdalacabeza.Sóloimaginasucaracuando vea a la inocente putilla de su novia siendo follada por Dan. —Steph se ríe—. Creí que estabas de acuerdoconesto—lesiseaaMolly—.Dijistequeloestabas. —Estoy de acuerdo con cabrearlo, pero no puedes grabar esa mierda. —Aunque Molly está susurrando,puedooírlaclaramente. —Suenascomoella.—Stephmedalavueltadespuésdequitarmeelvestido. —Para—gimo. StephponelosojosenblancoyMollypareceapuntodevomitarencualquiermomento. —Yanoestoyseguradeesto—diceMollypresadelpánico. Stephlacogeentoncesdelhombroconviolenciayseñala: —Bueno,puesahíestálapuerta.Sivasacomportartecomounamariquitafloja,veabajoynos reuniremoscontigodentrodeunrato. OtrogolpeenlapuertayoigolavozdeTristan. —Steph,¿estásahí?—preguntadesdeelpasillo. «Éltambién,no.» —Mierda —murmura Steph—. Sí..., hum..., estoy hablando con Molly. ¡Salgo dentro de un minuto! Abro la boca para gritar, pero su mano cae sobre mi cara para silenciarme. Es pegajosa y huele comoaalcohol. IntentomiraraMollyenbuscadeayuda,peroellamedalaespalda.Cobarde. —Veabajo,cariño,enseguidaestarécontigo.Mollyestá...disgustada.Cosasdechicas,¿sabes?— miente Steph y, a pesar de todo este follón, no puedo evitar sentirme aliviada de que Tristan no sepa nadadelascruelesintencionesdesunovia. —¡Vale!—grita. —Venaquí—leordenaaDanenvozbaja.Entoncesmetocalamejilla—.Abrelosojos. LosabroapenasysientolasmanosdeDansubiendopormimuslo.Elmiedomeatraviesayvuelvo acerrarlos. —Me voy abajo —dice Molly finalmente cuando Dan alza la pequeña cámara a la altura de su cara. —Bien.Cierralapuerta—lesueltaSteph. —Muévete —dice Dan, y el colchón se hunde debajo de mí cuando Steph baja de la cama para cederleelsitio—.Sosténlacámara. IntentocontodasmisfuerzasreemplazarlasmanosdeDanporlasdeHardinenmimente,peroes imposible. Las manos de Dan son suaves, demasiado, e intento sustituirlas por algo, cualquier cosa. Imagino la más suave de las mantas que tenía en mi niñez rozando mi piel... La puerta se cierra señalandolasalidadeMollyyyovuelvoagemir. —Hardinteharádaño—digoconlavozestrangulada,ymantengolosojosfuertementecerrados. —No,quéva—replicaDan—.Querráasegurarsedequenadiemásveaesto,asíquenoharáuna mierda.—Susdedospasanporencimademisbragasymesusurra—:Asíescomofuncionaelmundo. Hago acopio de todas mis fuerzas e intento apartarlo de mí, pero sólo consigo agitar un poco la cama. Stephseríedeformadiabólica. —¡Hardin es un imbécil, ¿vale?! —grita poniéndome la cámara en la cara—. Y siempre está follándosealagente:sefollóalahermanadeDan,mefollóamí,ligóconunmontóndechicas,selas follóyluegolasdejódelado.Hastaquellegastetú,claro.Porquélegustastantoesalgoquenunca entenderé.—Sutonoestállenodedisgusto. —¡Tessa!—LavozdeZedestallaentoncesdesdealgúnlugar,yStephmetapalabocadenuevo cuandooigogolpearlapuertaconfuerza. —Estatecalladita—meordena. Intentomorderlelamano.Ellamecruzalacaradeunbofetón,peroporsuertecasinilosiento. —¡Abrelaputapuerta,Steph!¡Déjameentrar!—gritaZed. «¿También está metido en esto? ¿Tenía Hardin razón sobre él? ¿Es que todo el mundo a mi alrededorintentahacermedaño?» La idea no resulta imposible: casi todo el mundo en quien he confiado desde que llegué a la universidadmehatraicionado.Losnombressiguenamontonándose. —¡Echarélapuertaabajo...,noestoydecoña!¡VeabuscaraTristan!—looigogritar,yStephde inmediatoapartalamanodemiboca. —¡Espera!—chillayendohacialapuerta. Sinembargo,esdemasiadotarde.Lapuertaseabreviolentamenteconunsonorocrujidoylamano deDanyanoestásobremí.CuandoabrolosojosloveoapartándoseatodaprisamientrasZedentraen lahabitación;supresencialollenatodo. —¡Pero¿quécoño...?!—gritacorriendohaciamí. Alguienmecubreelcuerpoconunasábanamientrasintentoalcanzarlo. —Ayúdame—lesuplico,yrezoparaqueélnoestémetidoenestapesadilla.Paraquedeverdad puedaoírme. AvanzahaciaStephylearrancalapequeñacámaradelasmanos. —Pero¿quécojonestepasa?—Ladejacaeralsueloylapisarepetidamente. —Tranqui,tío,sóloeraunabroma—diceella,ysecruzadebrazosjustoenelmomentoenque Tristanentraenlahabitación. —¿Unabroma?¡Primerometesalgoensubebidayahoraestásaquíarriba,conunavideocámara mientrasDanintentaviolarla!¡Esonoesningunajodidabroma! Tristansequedaconlabocaabierta. —¿Qué? Siempretanmanipuladora,StephseñalaconundedoacusadoraZedyrompeallorar. —¡Noleescuches! Zedniegaconlacabeza. —No,tío,esverdad.VeypregúntaleaJace.Stephlepidióunabenzo...¡yahoramiraaTessa!La cámaraqueestabanusandoestájustoaquí—explicaseñalandoalsuelo. Sostengolasábanacontramicuerpoeintentovolverasentarme,peronosoycapaz. —Era una broma. ¡Nadie iba a hacerle daño! —dice Steph con una carcajada falsa que parece destinadaaocultarsumaldad. PeroTristanmiraasunoviahorrorizado. —¿Cómohaspodidohacerlealgoasí?¡Creíaqueeratuamiga! —No,no,cariño,noestanmalocomoparece...¡FueideadeDan! Danlevantalasmanos,intentandoevitarlaculpa. —¡Pero¿quécoño...?!¡No,nohasidoideamía!Fuecosatuya.—SeñalaaStephymiraaTristan —.TieneunaobsesiónmalsanaconHardin...,fueideasuya. Tristan sacude la cabeza y se da la vuelta para abandonar la habitación, pero parece cambiar de idea y sus puños atraviesan el aire hasta conectar con la mandíbula de Dan. Éste se desploma en el suelo,yTristanvuelveadirigirsealapuerta.Stephsaletrasél. —¡Aléjatedemí!¡Hemosacabado!—gritaél,ydesaparece. Dándoselavueltaymirándonosatodos,Stephgrita: —¡Muchasjodidasgraciasatodos! Quieroreírmeporlaironíaquesuponequeellaplanearaesteespectáculodelhorroryculpeatodos los demás cuando le explota en la cara. Y si no estuviera aquí tumbada, recuperando el aliento, de verdadquemereiría. LacaradeZedaparecesobremí. —Tessa...,¿estásbien? —No...—admito,sintiéndomemásmareadaquenunca. Alprincipioerasólomicuerpoelqueibalento;mimenteestabaligeramentenublada,peroahora puedosentirqueestoycadavezmásymásafectadaporladroga. —Sientohabertedejadosola.Deberíahaberlosabido. DespuésdequeZedajustelasábanaalrededordemicuerpo,mepasaunbrazobajolaspiernas, colocaotroenmiespaldaymelevantadelacama. Empieza a sacarme de la habitación, pero se detiene enfrente de Dan, que está tratando de levantarsedelsuelo. —Esperoque,cuandoHardindescubraloquehashecho,temate.Lomereces. Soy ligeramente consciente de las exclamaciones y los susurros que despertamos a nuestro paso mientras Zed me lleva a través de la casa abarrotada de gente. Aunque no me importa. Sólo quiero escapardeestelugarynovolverjamás. —Pero¿quédemonios...?—ReconozcolavozdeLogan. —¿Puedesirarribayrecuperarsuvestidoysubolso?—lepideZedenvozbaja. —Sí,claro,ahoravoy—respondeLogan. Zedsaleentoncesporlapuertaprincipalyelairefríomegolpea,haciéndometemblar.Almenos creo que estoy temblando, pero no podría decirlo realmente. Zed intenta ajustar aún más la sábana alrededor de mi cuerpo, pero ésta no para de caerse. Yo no le soy de ninguna ayuda, ya que apenas puedomoverlosbrazos. —LlamaréaHardintanprontocomotemetaenmicamioneta,¿vale?—mediceZed. —No,nolohagas—gimoteo. Hardinestarámuyenfadadoconmigo...Loúltimoquequieroesquemegritecuandoapenaspuedo mantenerlosojosabiertos. —Tessa,enserio,creoquedeberíallamarlo. —No,porfavor.—Empiezoallorardenuevo. Hardineslaúnicapersonaalaquequieroverahoramismo,peronoquierosabercómoreaccionará aldescubrirloocurrido.DehabersidoélquienhubieraaparecidoenvezdeZed,¿quéleshabríahecho aDanyaSteph?Algoquelohabríallevadodecabezaalacárcel,seguro. —Noselodigas—repito—.Nadadeesto...,shhh... —Lodescubrirádetodosmodos.Inclusoconelvídeodestruido,demasiadagentesabeloqueha sucedido. —No,porfavor... OigoelsuspirofrustradodeZedmientrassostienemipesoconunbrazoparapoderabrirlapuerta delacompañantedesucamioneta. LoganregresacuandoZedmecolocasobreelfríoasiento. —Aquíestánsuscosas.¿Estábien?—preguntaconevidentepreocupación. —Sí,creoquesí.Vahastaelculodebenzos. —Pero¿quécoño..? —Esunalargahistoria.¿Hastomadoalgunavez?—preguntaZed. —Sí,unavez,perosólolamitad,ymedesmayédespuésdeunahora.Mejorrezaparaquenose pongaaalucinar.Algunaspersonastienenreaccionesmuylocasaesacosa. —Mierda—gruñeZed,ypuedoimaginarloretorciendoelarodesulabioentrelosdedos. —¿LosabeHardin?—preguntaLogan. —Aúnno... Losdoscontinúanhablandosobremícomosiyonoestuvieraallí,peromesientoaliviadacuando lacalefaccióndelacamionetaporfindejadeexpulsarairefríoycomienzaagenerarcalor. —Necesitollevarlaacasa—diceZedporfin,yalcabodepocossegundosestáenlacamionetaa milado. Memiraconexpresiónpreocupadaydice: —Sinoquieresqueselodiga,¿adóndequieresir?Puedesveniramicasa,peroyasabeslomucho quesecabrearácuandoloaverigüe. Sipudieraarticularunafraselecontaríanuestraruptura,perocomonopuedo,emitounsonidoque esalgoentreunsollozoyunatos. —Madre—consigodecir. —¿Estássegura? —Sí...,noHardin.Porfavor.—Respiro. Élasienteyelvehículocomienzaamoversecalleabajo.TratodeconcentrarmeenlavozdeZed mientrashablaporteléfono,peroenmiintentoporpermanecersentadaerguidapierdolapistadeloque diceyalcabodepocosminutosestoytumbadaenelasiento. Merindoysimplementecierrolosojos. Capítulo59 Hardin El amor es la emoción más importante que uno puede sentir. Ya sea amor por Dios o tu amor por otro, es la experiencia más poderosa,abrumadoraeincreíble.Elmomentoenquecomprendesqueerescapazdeamaraalguienmásapartedeatimismoes posiblementeelmásimportantedetuvida.Almenos,lofueparamí.AmoaHardinmásqueamímisma,másqueanadaenel mundo. Miteléfonovibrasobrelamesitadecaféporquintavezenlosúltimosdosminutos.Finalmentedecido contestarparapodermandarlaalamierda. —¿Quécojonesquieres?—ladrocontraelauricular. —Esque... —Suéltalo,Molly,notengotiempoparaestamierda. —EssobreTessa. Mepongoenpieyeldiariocaealsuelo.Semehielalasangre. —¿Dequédiablosestáshablando? —Ellaestá...Mira,notevuelvasloco,peroStephlehaechadoalgoenlabebidayDan... —¿Dóndeestás? —Enlacasadelafraternidad. En cuanto termina de pronunciar esas palabras, cuelgo el teléfono, cojo mis llaves y salgo corriendodelapartamento. El corazón se me sale del pecho durante todo el trayecto. ¿Por qué coño tuve que buscarme un apartamentotanlejosdelcampus?Éstees,sinduda,elviajedetreintakilómetrosmáslargodemivida. StephlehadadoalgoaTessa...Pero¿quécoñolepasaaesatía?YDan...,elputoDaneshombre muertosilehapuestounmalditodedoencima. Me salto cada semáforo en rojo que veo e ignoro los flashes que indican que este mes me encontraréalmenoscuatromultasenelbuzón. «EsTessa...» LavozdeMollyserepiteenmimenteunayotravezhastaquefinalmentellegoalaviejacasade lafraternidad.Nisiquieramemolestoenapagarelmotor.Micocheeslaúltimademispreocupaciones ahoramismo.Multituddeidiotashastaelculodealcoholpululanporelsalónylospasillosymeabro pasoaempujoneshastaelpisosuperiorenbuscadeTessa. MismanossecierranalrededordelapecheradelacamisadeNateenelmomentoenqueloveoy loestampocontralaparedsinpensarlosiquiera. —¿Dóndeestá? —¡Nolosé!¡Nolahevisto!—grita,yaflojolapresa. —¿DóndecoñoestáSteph?—exijosaber. —Estáenelpatiotrasero...,creo...Haceratoquenolaveo. Losueltodeunempujónyéltrastabillahaciaatrásmientrasmefulminaconlamirada. Corrohaciaelpatiotraseropresadelpánico.SiTessaestáahífuera,enelfrío,conStephyDan... ElrojocabellodeStephbrillaenlaoscuridad,ynodudoenagarrarlaporelcuelloylaespaldade suabrigodecueroylevantarladelsuelo. Ellaempiezaaagitarlosbrazosfrenéticamente. —¡Pero¿quécoño...?! —¡¿Dóndeestá?!—rujoconlospuñosllenosdecuero. —Nolosé...,dímelotú—escupeella,yledoylavueltaparamirarlaalacara. —¿Dóndecoñoestá? —Novasahacermeunamierda. —Yonoestaríatansegurasifuesetú.DimedóndecoñoestáTessa...¡ahora!—legritoalacara. Steph se encoge de miedo y su bravuconería se esfuma por un momento antes de que sacuda la cabeza. —Nosédóndedemoniosestá,peroprobablementeaestasalturasyasehabrádesmayado. —Eresunaasquerosazorraenferma.Siyofueratú,melargaríadeaquíantesdequeencuentrea Tessa.¡Encuantosepaqueestábien,nohabránadaquemeimpidaveniraporti! DuranteunmomentoconsiderolaposibilidaddehacerledañoaSteph,peroséquenopodría.No puedoniimaginarlareaccióndeTessasigolpearaaunamujer,inclusoaunamalaputacomoSteph. Girosobremistalonesyvuelvoadentro.Notengotiempoparajuegos. —¿Dónde está Dan Heard? —le pregunto a una chica rubia que veo sentada sola al pie de la escalera. —¿Él?—preguntaella,señalandoconunauñapintadahaciaelpisodearriba. En vez de responder, subo corriendo los escalones de dos en dos. Dan no se da cuenta de mi presenciahastaqueloderribo,llevándometambiénaunpardepersonaspordelanteenelproceso.Le doylavueltaenelsueloyluegoloinmovilizo,rodeándoleelcuelloconlasmanos. «Jodidodéjàvu.» —¿DóndecoñoestáTessa?—Mismanosaprietanaúnmás. LacaradeDanyaseestávolviendodeunpreciosotonorosado,yemiteunospatéticosruidosde ahogoenvezdecontestar.Leclavotodavíamáslosdedos. —Silehaceselmásmínimodaño,tesacaréhastaelúltimoalientoagolpes—loamenazo. Pataleayalzolavistaparamiraraltipoqueestabaasulado. —¿DóndeestáTessaYoung?—lepreguntoalchaval,quelevantalasmanosenseñalderendición. —Yono...nolaconozco,tío,¡lojuro!—gritaelmuynenaza,echándoseatrásmientrascontinúo estrangulandoasuamigo. LacaradeDanhapasadoderosaamorado. —¿Estáslistoparadecírmelo?—lepregunto. Asientefrenéticamente. —¡Pueshabladeunaputavez!—gritosoltándolo. —Ellaestá...Zed—consiguearticularjuntoconunatosprofundayasfixiadaenelmomentoen queretirolasmanosdesucuello. —¿Zed?—Semenublalavisiónenelmomentoenquetodosmistemoressematerializan—.Élte hametidoentodoesto,¿verdad? —No.Zednohatenidonadaquever—intervieneMolly,saliendodeunadelashabitacionesdel pasillo—.Nadadenada.Osea,éloyóaStephhablandodehaceralgo,peronuncacreyóquefueraen serio. MiroaMollyconojosdeloco. —¿Dóndeestá?¿DóndeestáTessa?—preguntoporenésimavez. Cadasegundoquepasosinverlaesunsegundomásenelquenosésiestáasalvo,esotrogolpea micadavezmásfrágilcordura. —Nolosé.CreoquesehaidoconZed. —¿Quélehanhecho?Cuéntamelotodo...ahora. Me pongo en pie y dejo a Dan en el suelo pasándose las manos por el cuello mientras intenta recuperarelaliento. Mollyniegaconlacabeza. —Nolehanhechonada;éllosdetuvoantesdequepudieranhacerlo. —¿Él? —Zed.Fuicorriendoabuscarlos,aélyaTristan,antesdequepudierapasarnada.Stephestaba comoloca,comosihubieraconvencidoaDanparaqueviolaraaTessaoalgo.Dijoquesóloibaahacer quelopareciera,peronosé,estabaactuandocomounapsicópata. —¿ViolaraTessa?—Meatraganto.No—.Él...¿latocó? —Unpoco—contestaMollycontristeza,ymiraalsuelo. VuelvoamiraraDan,queahoraestásentado.Mibotacolisionaconsucaraeinmediatamentese desplomadenuevoenelsuelo. —¡Hostiaputa!¡Vasamatarlo!—chillaMolly. —¡Como si te importara una mierda! —le suelto mientras trato de calibrar la fuerza con la que deberíapatearloparaprovocarleunderramecerebralpermanente. Tienesangresaliéndoledelacomisuradelabocayrodándoleporlamejilla.Bien. —Yono...,enrealidadmeimportaunamierdatodoesto. —Entonces¿porquémehasllamado?PenséqueodiabasaTessa. —Ylaodio,créeme.Peronopodríaquedarmesentadaydejarquealguienlaviolara. —Bueno...—Estoyapuntodedarlelasgracias,peroenseguidarecuerdolozorraquees,asíque simplementeasientoymelargoenbuscadeTessa. ¿QuéhacíaZedaquí,paraempezar?Esecabronazosiempreapareceenelmejormomento...,enel momentoexactoparahacermepareceramíungilipollas,yahora,unavezmás,élhasidosusalvador. Apesardemiscelosextremos,mesientoaliviadodesaberqueTessaestálejosdeStephydeDan ydesusenfermizosplanesparavengarsedemí.Todoestefollónessólounrecordatoriodequecada cosamalaenlavidadeTessaespormiculpa.SinohubieraputeadoalahermanadeDan,estonunca habríaocurrido.AhoraTessaandaporahídrogadayconZed.Quiénsabequéintentaráhacerleél. Estoes...,asíescomodebedesentirseunoenelinfierno.Sabiendoqueestámetidaentodoestelío pormiculpa.Podríanhaberlavioladopormiculpa... Justocomoenmisueño...,yyonoestabaahíparaimpedirlo,igualquenofuicapazdeimpedirque leocurrieraamimadre. Odio esto. Me odio tantísimo a mí mismo... Lo fastidio todo y a todo el mundo que entra en contactoconmigo.Soyveneno,yellaeselángellentamenteerosionadopormimaldad,aferrándosealo pocodesímismaqueaúnnohedestruido. —¡Hardin!—Loganmealcanzaalpiedelaescalera. —¿SabesdóndeestánTessayZed?—Laspalabrassabenaácidoenmilengua. —Sehanidoharáunosquinceminutos.Penséqueiríandirectamenteatucasa—contesta. AsíqueTessanolehacontadoanadiequehemosroto. —Ellaestaba...¿estababien?—lepregunto,ycontengolarespiraciónhastaqueresponde. —Nolosé,estababastanteida.Lehandadobenzodiacepinas. —Joder.—Metirodelcabellomientrasmedirijoalapuertaprincipal—.SitienesnoticiasdeZed antesdequeloencuentre,llámame—lepido. Loganasienteycorrohastaelcoche.Porsuerte,nadiemeloharobado.Sinembargo,alguienha aprovechado la oportunidad de comportarse como un gilipollas, derramar una cerveza sobre el parabrisasydejarelvasovacíoencimadelcapó.Malditoscabrones. LlamoaTessaparaalfinalsimplementemurmurarensubuzóndevoz: —Cogeelteléfono,porfavor...,porfavor,contesta,sólounavez... Séqueprobablementenopuedecontestarmeahoramismo,peroZedpodríacogerelputoteléfono porella.LaideadequeTessestéinconscientesinqueyomeencuentrecercaparaprotegerlamepone enfermo. Golpeo las manos contra el volante mientras salgo a la calle quemando rueda. Esto es un jodidodesastre,yTessaestáconZed.NomefíodeélmásdeloquemefíodeDanodeSteph. Bueno, eso no es del todo cierto, pero de todos modos no me fío. Para cuando por fin llego al apartamentodeZed,estoyhechounmardelágrimas.Literalmentemecorrenlágrimasporlasmejillas, recordándome lo absolutamente jodido que estoy. Yo he permitido que esto ocurra, he dejado que la droguenyquecasilaviolenylahumillen.Deberíahaberestadoahí.Nadiesehabríaatrevidoaintentar unamierdadehaberestadoyoallí.Seguroquedebíadeestarmuertademiedo... MesecomisojostraidoresconeldobladillodelacamisetayaparcofrentealapartamentodeZed. Sucamionetanoestáensuplaza... «¿Dóndecoñoestá?Y¿dóndeestáella?» IntentocontactarconTessa,luegoconZed,denuevoconTessa,peronadiecontestaalteléfono. Comolehagaalgoestandoelladesmayada,yoleharéalgoaúnpeordeloquejamáspuedaimaginar. «¿AdóndemáspodríairTessa?¿ConLandon?» —¿Hardin?—LavozmediodormidadeLandonllegaatravésdelteléfonoyconectoelaltavoz. —¿Tessaestáahí? Élbosteza. —No...,¿tendríaqueestar? —No,peronolaencuentro. —¿Estás...?—Haceunapausa—.¿Estásbien? —Sí...,no.Noloestoy.NopuedoencontraraTessaynosédóndemásbuscar. —¿Ellaquierequelaencuentres?—preguntaenvozbaja. ¿Quiere? Probablemente no, pero a estas alturas lo más seguro es que no pueda formar un pensamientocoherente.Estosoncircunstanciasexcepcionales,pordecirlodelicadamente. —Tomarétusilenciocomounno,Hardin.Apostaríaaque,siellanoquierequelaencuentres,irá alúnicositiodondesabequenuncalabuscarás. —Acasadesumadre—gimo,dándomeunpuñetazoenelmuslopornohaberlopensadoantes. —Oh,yahoraquelosabes...,¿vasair? —Sí. «Pero¿deverdadibaZedaconducirdoshorasparallevarlaacasadesumadre?» —¿Sabescómollegar? —Noexactamente,peropuedoacercarmeamiapartamentoycogerladirección. —Espera, me parece que la tengo anotada en alguna parte... Tessa se dejó algo del papeleo del trasladohaceuntiempo.Dejaquelomireyvuelvoallamarte. —Gracias. Espero con impaciencia y aparco en el primer sitio libre que encuentro. Miro a través de la ventanilla,conlavistafijaenlaoscuridad,luchandoparaquenomeatrape.Tengoqueconcentrarmeen encontraraTessyasegurarmedequeestábien. —¿Vasacontarmeloqueestápasando?—preguntaLandonpocodespuésalllamarme. —Steph...,¿tesuenalapelirroja?HadrogadoaTessa. OigoaLandonreprimirunjadeo. —Espera,¿qué? —Sí, es una situación jodidísima y yo no estaba allí para ayudarla, así que está con Zed —le explico. —¿Estábien?—Landonsuenaalbordedelpánico. —Notengoniputaidea. MelimpiolanarizconlacamisetayLandonmedainstruccionesparallegaralacasafamiliarde Tessa. Asumadreledaráalgocuandoaparezcaporallí,especialmentedadaslascircunstancias,aunque nomeimporta.Notengoniideadequédemoniosvoyahacercuandollegue,perotengoqueverlay asegurarmedequeestábien. Capítulo60 Tessa —¿Quéhapasado?¡Cuéntametodalahistoria!—gritamimadrecuandoZedmesacadesucamioneta. Susbrazosrodeándomemedevuelvenlaconcienciayuncrecientesentimientodevergüenza. —LaantiguacompañeradehabitacióndeTessalehaechadoalgoenlabebida,asíquesuhijame hapedidoquelatrajeraaquí.—Zedlecuentamediasverdades.Mealiviaqueleocultealgunosdetalles. —¡Oh,Diosmío!Pero¿porquéharíaalgoasíesachica? —Nolosé,señoraYoung...Tessaselopodráexplicarcuandodespierte. «¡Estoydespierta!»,quierogritar,peronopuedo.Esunsentimientomuyraro,oírtodoloqueestá pasandoalrededorperonosercapazdeparticiparenlaconversación.Nopuedomovermenihablar,mi menteestánubladaymispensamientosseentremezclan...,perosoyplenamenteconscientedetodolo que ocurre. Aunque lo que está pasando cambia cada cinco minutos: a veces la voz de Zed se transformaenladeHardin,yjuroqueoigoaHardinreíryveosurostrocuandointentoabrirlosojos. Meestoyperdiendo.Ladrogameestávolviendolocayquieroquepare. Pasa cierto tiempo, ni idea de cuánto, y me colocan en lo que creo que es el sofá. Lentamente, puedequeinclusoadesgana,losbrazosdeZedmedejanir. —Bueno,graciasporhaberlatraído—dicemimadre—.Estoesterrible.¿Cuándodespertará?— Suvozescomounataladradoraylacabezamedavueltaslentamente. —Nolosé,creoquelosefectossuelendurarunmáximodedocehoras.Yyallevaunastres. —¿Cómohapodidosertanestúpida?—lesueltamimadreaZed,ylapalabraestúpidaresuenaen micabezahastadesaparecer. —¿Quién?,¿Steph?—preguntaél. —No,Theresa.¿Cómohapodidosertanestúpidacomoparajuntarseconesagente? —Nohasidoculpasuya—medefiendeZed—.Sesuponequeeraunafiestadedespedida.Tessa creíaqueesachicaerasuamiga. —¿Amiga? ¡Por favor! Tessa debería saber que no le conviene ser amiga de esa chica, o de cualquieradevosotros,yapuestos. —Noesporfaltarlealrespetoninada,peroustednomeconoce.Acabodeconducirdurantedos horasparatraerasuhijahastaaquí—replicaZededucadamente. Mimadresuspirayyomeconcentroenelsonidodesustaconesrepiqueteandosobreelsuelode baldosasdelacocina. —¿Necesitaalgomás?—preguntaél. NotoqueelsofáesmásblandoquelosbrazosdeZed.LosdeHardinsonblandosperodurosal mismotiempo;laformaenquesusmúsculossetensanbajolapielesalgoquesiempremehagustado contemplar.Mispensamientosvuelvenaseruncaos.Odioesteconstanteiryvenirentrelaclaridadyla confusión. Oigocómolavozdemimadreenladistanciacontesta: —No.Graciasportraerla.Hesidoalgobruscahaceunmomentoymedisculpoporello. —Traerésuropaysuscosasdelcocheenseguidaymepondréencaminodenuevo. —Deacuerdo.—Elrepiqueteardelostaconesdeagujasuenaalotroladodelasala. EsperoaoírelrugidodelacamionetadeZed.Nolooigo,otalvezyasehaidoperomelohe perdido. Estoy confusa. Mi cabeza está muy espesa y no sé cuánto tiempo llevo aquí tumbada, pero tengosed.¿Zedyasehamarchado? —¡¿Qué demonios haces tú aquí?! —grita mi madre, devolviéndome al afilado borde de la conciencia.Aunqueaúnnoséquéestáocurriendo. —¿Estábien?—preguntaunavozjadeanteyrasposa.Hardin. Estáaquí.Hardin... AnoserquevuelvaaserlavozdeZedconfundiéndomedenuevo.No,séqueesHardin,dealgún modosoycapazdesentirlo. —¡Novasaentrarenestacasa!—chillamimadre—.¡¿Esquenomehasoído?!¡Nopasespormi ladocomosinomehubiesesoído! Oigolapuertamosquiteracerrarseconungolpemientrasmimadrecontinúagritando. Ydespuéscreoquenotosumanoenmimejilla. Capítulo61 Hardin No pueden haber llegado hace mucho, he conducido treinta kilómetros por encima de lo permitido durantetodoeltrayecto.CasivomitocuandoporfinveolafurgonetadeZedenlaentradadelapequeña casadeladrillo.Cuandosalealporche,mivisiónsevuelveroja. Zedcaminalentamentehastasufurgonetayyoaparcoenlacalleparanobloquearleelpasoyque puedalargarsecagandoleches. «¿Quélediré?¿Yquévoyadecirleaella?¿Serácapazdeescucharmesiquiera?» —Sabíaqueaparecerías—mediceZedenvozbajacuandomeplantoanteél. —¿Porquénoibaahacerlo?—gruñoconteniendomicrecienterabia. —Talvezporqueesculpatuya. —¿Lodicesenserio?¿EsculpamíaqueStephseaunaputapsicópata? «Sí,síloes.» —No,esculpatuyanohaberidoconTessaalafiesta.Deberíashabervistosucaracuandoentréa lafuerzaenesahabitación. Sacude la cabeza como para librarse de ese recuerdo. Se me tensa el pecho. Tessa no debe de haberledichoqueyanoestamosjuntos. «¿Significaesoqueaúnleimporto,peseamiformadeser?» —Yo...Nisiquierasabíaqueellaibaair,asíquenomejodas.¿Dóndeestá? —Dentro.—Señalaloevidenteconunamiradaasesina. —Niseteocurramirarmeasí...,paraempezarnotendríasniqueestaraquí—lerecuerdo. —Denohabersidopormí,lahabríanviolado,asíquemira... Mis manos encuentran las solapas de su chaqueta de cuero y lo empujo contra el lateral de su camioneta. —Noimportalasvecesquelointentes,nilasvecesquela«salves»,ellanuncatequerrá.Nolo olvides. Le doy un último empujón y me aparto. Quiero golpearlo, reventarle la puta nariz por ser un cabronazoengreído,peroTessaestádentrodeesacasa,yahoramismoverlaesmuchomásimportante. AlpasarjuntoalaventanilladelacamionetaveoensuasientoelbolsodeTessa...ysuvestido. «¿Esqueestádesnuda?» —¿Porquénollevaelvestidopuesto?—meatrevoapreguntar. Tirodelamanijaparaabrirlapuertayrecojosuscosas.Comonomecontesta,lelanzounamirada fulminante,esperandounaexplicación. —Seloquitaron—dicesimplementeconexpresióntriste. —Joder —murmuro, y doy media vuelta para recorrer el sendero hasta la casa de la madre de Tessa. Cuandollegoalporche,Carolsaleparabloquearlapuertaprincipal. —¿Quédemonioshacestúaquí? Suhijaestáheridayenloúnicoquepiensaesengritarmeamí.Muybonito,síseñor. —Necesitoverla. Cojo el pomo de la puerta mosquitera. Ella niega con la cabeza pero se aparta. Tengo el presentimientodequesabequelaempujaríaparapasar. —¡Novasaentrarenestacasa!—chilla. Laignoroylarodeo. —¡¿Esquenomehasoído?!¡Nopasespormiladocomosinomehubiesesoído! Lamosquiteragolpeacontraelmarcoamiespaldamientrasescaneolasaladeestarparaencontrar amichica. Y entonces me quedo helado al verla. Está tumbada en el sofá con las rodillas ligeramente flexionadas,elcabellocomounhalorubioalrededordesucabezaylosojoscerrados.Carolcontinúa gritándome, amenazando con llamar a la poli, pero me importa una mierda. Me acerco a Tessa y me arrodilloparaquedaralaalturadesucara.Sinpensarloapenas,leacaricioelpómuloconelpulgary acunosumejillaruborizadaenlapalmadelamano. —Mierda —maldigo, y la estudio atentamente mientras su pecho sube y baja despacio—. Joder, Tess,losientomucho.Todoestoesculpamía—lesusurro,esperandoquepuedaoírme. Estanhermosatambiéncuandoestáquietayencalma,conloslabiosligeramenteseparados...la inocenciaevidenteenunrostroquequitaelaliento. Porsupuesto,Carolirrumpeenesemomentovertiendosurabiasobremí. —¡En eso tienes toda la razón! Esto es culpa tuya. ¡Y ahora lárgate de mi casa antes de que la policíatesaquearastras! —¿Porquénosetranquiliza?—replicosinvolverme—.Novoyairaningúnsitio.Vayaallamara lapolicíasiquiere.Sisepresentaranaestashorasdelanoche,ustedseríalacomidilladelaciudad,y todossabemosquenoesesoloquequiere. Soyconscientedequemeestáfulminandoconlamirada,lanzándomedagasconlamente,perono puedoapartarlavistadelachicaquetengofrenteamí. —Vale—resoplaporfinsumadre—.Tienescincominutos. Suszapatosraspanlaalfombradelaformamásespantosaposible. «Pero¿quéhacetanbienvestidaaestashorasdelanoche?» —Esperoquepuedasoírme,Tessa—comienzo.Mispalabrassonprecipitadas,perolaacariciocon cuidado,tocandolasuavepieldesusmejillas.Laslágrimasacudenamisojosparacaersobresupiel clara—. Lo siento tanto... Joder, siento tanto todo esto... No debería haberte dejado marchar, para empezar.Pero¿enquéestabapensando? »Habríasestadoorgullosademí,almenosunpoco,creo.NohematadoaDancuandohedadocon él,sólolehepateadolacara...Oh,ytambiénloheestranguladounpoco,peroaúnrespira.—Hagouna pausa antes de admitir—: Y he estado a punto de beber esta noche, pero no lo he hecho. No podría haber empeorado más las cosas entre nosotros. Sé que crees que no me importas, pero sí que me importas,essóloquenosécómodemostrártelo. Medetengoparaexaminarlaformaenquesuspárpadostiemblananteelsonidodemivoz. —Tessa,¿puedesoírme?—pregunto,llenodeesperanza. —¿Zed?—apenassuspiraella,yduranteunsegundojuroqueeldiablomejuegaunamalapasada. —No,cariño,soyHardin.SoyHardin,noZed.—Nopuedoevitarlarabiaqueseapoderademíal oírlasusurrarsunombretansuavemente. —Hardinno.—Frunceelceñoconfusa,perosusojospermanecencerrados—.¿Zed?—repite,y retirolamanodesumejilla. Cuandomepongoenpienoveoasumadreporningúnlado.Mesorprendequenohayaestado mirandoporencimademihombromientrastratabadehablarconsuhija. Yentonces,comosimispensamientoslahubiesenconjurado,reapareceenlasala. —¿Hasacabado?—exigesaber. Alzolapalmadelamanoparadetenerla. —No,aúnno—aunquelodesearía.Alfinyalcabo,TessahapreguntadoporZed. Ydepronto,amablemente,comosiadmitieraquenopuedecontrolarelmundoentero,sumadre pregunta: —¿Podríasllevarlaasuhabitaciónantesdeirte?Nopuedequedarsetiradaenelsofá... —Así que no se me permite entrar, pero... —Me detengo, sabiendo que no conseguiré nada discutiendo con esta mujer por enésima vez desde que la conozco, por lo que me limito a asentir—. Claro;¿dóndeestásudormitorio? —Laúltimapuertaalaizquierda—replicasecamente,ydesaparecedenuevo. NosédedóndehasacadoTessasuamabilidad,peroseguroquenolevienedeestamujer. Suspirando,pasounbrazobajolaspiernasdeTessayotrobajosucuelloylaalzohastamipecho. Mantengolacabezaunpocobajamientrasrecorroelpasilloconella.Estacasaespequeña,muchomás deloquehabíaimaginado. La última puerta a la izquierda está casi cerrada, y cuando la abro con el pie me sorprende el sentimientodenostalgiaquemeasaltaalentrarenundormitorioenelquenuncaanteshabíaestado. Unacamapequeñareposacontralaparedmásalejada,ocupandocasilamitaddeldiminutodormitorio. El escritorio del rincón tiene casi el mismo tamaño que la cama. Una Tessa adolescente acude a mi imaginación, la de horas que debe de haber pasado sentada a ese gran escritorio trabajando en interminablesdeberesparaclase.Elceñofruncido,labocaapretadaenunalíneadeconcentración,el cabellocayéndolesobrelosojosysumanoechándolohaciaatrásligeramenteantesdeponerseellápiz traslaoreja. Conociéndola como la conozco ahora, nunca habría imaginado que estas sábanas rosa y el cubrecamapúrpurafueransuyos.DebendeserherenciadelafasedemuñecaBarbieporlaquepasóy queunavezdescribiócomo«lamejorylapeorépocadesuvida».Recuerdocómomecontabaquese pasabaeldíaenteropreguntándoleasumadrecosascomodóndetrabajabaBarbie,aquéuniversidad habíaido,sialgúndíatendríahijos... Miro a la Tessa adulta que tengo entre los brazos y reprimo una carcajada al pensar en su curiosidadconstante,unadelascosasquemásyquemenosmegustandeellaahora.Echolassábanas haciaatrásyladepositosuavementesobrelacama,asegurándomedequesólotengaunaalmohadabajo lacabeza,talycomoduermeencasa. En casa..., aquélla ya no es su casa. Igual que esta casita, nuestro apartamento fue una simple paradaparaelladecaminoasusueño:Seattle. La pequeña cómoda cruje cuando abro el cajón superior en busca de ropa para cubrir su cuerpo medio desnudo. Pensar en Dan desnudándola me hace apretar los puños alrededor de la tela de una camisetadesuarmario.IncorporoaTessatandelicadamentecomopuedoyselametoporlacabeza. Tieneelcabelloenredado,ycuandotratodepeinárselosóloconsigodejárselopeor.Ellagimedenuevo ysusdedostiemblan.Intentamoverseperonopuede.Odioesto.Metragolabilisquemesubeporla gargantayparpadeoparaalejarlospensamientosdetodalamierdaquehatenidoquesoportar. Porrespeto,mirohaciaotroladomientrasmismanoslemetenlosbrazosporlasmangashastaque finalmenteconsigovestirla.Carolestádepieenelumbraldelapuerta.Suexpresiónestensaperono dejadeestarcabreada,ymepreguntocuántotiempollevaráahíobservando. Capítulo62 Tessa «¡Parad!»,tengoganasdegritarlesalosdos.Nopuedosoportarquesepeleendeesaforma.Nopuedo; el tiempo no tiene sentido en este estado en el que me encuentro. Todo es un caos absoluto. Oigo portazosytambiénamimadreyaHardindiscutiendo,ytodoestandifícildeescuchar...Perosobre todohayoscuridadarrastrándome,tirandoconfuerzademí... EnalgúnmomentolepreguntoaHardin: —Y¿quéhaydeZed?¿Lehashechodaño? O al menos eso es lo que pienso, y me estoy esforzando por decirlo. No estoy segura de si ha abandonadomislabiosono,simibocaestácoordinadaconmimente. —No,soyHardin.SoyHardin,noZed. Hardinestáaquí,noZed.Espera,Zedtambiénestáaquí,¿no? —No,Hardin,digosilehashechodañoaZed. Laoscuridadtirademíendireccióncontrariaaladesuvoz.Lademimadreentraenlasalayla llenaconaireautoritario,peronopuedoentenderniunapalabradeloquedice.Loúnicoclaroparamí eslavozdeHardin.Nisiquierasuspalabras,sinocómosuena,cómosemeteenmiinterior. Enalgúnmomentosientoquealgomuevemicuerpo.¿LosbrazosdeHardin?Noestoytotalmente segura,peromelevantandelsofáyesafamiliaresenciaamentallenamissentidos.¿Quéhaceélaquíy cómomehaencontrado? Apenasunossegundosmástardemedepositanconcuidadoenlacama,ydenuevomeincorporan. Noquieromoverme.LastemblorosasmanosdeHardinmepasanunacamisetaporlacabezayquiero gritarparaquedejedetocarme.Loúltimoquequieroesquemetoquen,peroenelmomentoenquesus dedosmerozanlapiel,elrepugnanterecuerdodeDansedesvanece. —Tócameotravez,porfavor.Hazquedesaparezca—lesuplico. No me contesta. Sus manos siguen tocándome la cabeza, el cuello, el cabello, e intento alzar la manohacialasuya,peromepesademasiado. —Tequieroylosientomucho—oigoantesdequemicabezavuelvaareposarsobrelaalmohada —.Quierollevarlaacasa. «No,déjameaquí.Porfavor—piensoparamí—.Peroquédateconmigo...» Capítulo63 Hardin Carolcruzalosbrazossobreelpecho. —Novoyapermitirlo. —Losé. Estoyqueechohumo,ymepreguntocuántoseenfadaríaTessaconmigosiinsultaraasumadre. Abandonar su habitación, su dormitorio infantil, ya es bastante malo sin tener además que oír el gimoteoestranguladoquesaledesuslabioscuandocruzoelumbraldelapuertadevueltaalpasillo. —¿Dóndeestabasmientrastodoestoocurría?—preguntasumadre. —Encasa. —¿Porquénoestabasallíparaimpedirlo? —¿Cómo está tan segura de que yo no formaba parte de todo eso? Por lo general, no pierde el tiempoenecharmelaculpadetodolomaloquepasaenelmundo. —Porqueséque,apesardetuspésimasdecisionesydetuactitud,nuncadejaríasquealgoasíle ocurrieraaTessasipudiesesimpedirlo. ¿Es eso un cumplido de su parte? Un cumplido un tanto ambiguo... pero, diablos, lo aceptaré, especialmenteteniendoencuentalascircunstancias. —Bueno...—empiezoadecir. Ellalevantalamanoparahacermecallar. —Noheacabado.Noteculpodetodolomaloquepasaenelmundo.—Señalahacialachicaque duermemedioinconscientetumbadaenlapequeñacama—.Sólodeloquepasaensumundo. —Nolediscutiréeso—suspiroderrotado. Séquetienerazón;nosepuedenegarquehearruinadoprácticamentetodoenlavidadeTessa. «Élhasidomihéroe,avecesmitorturador,perosobretodomihéroe»,escribióTessaensudiario. ¿Unhéroe?Estoylejosdeserunmalditohéroe.Daríacualquiercosaporserloparaella,peroesqueno sécómoconseguirlo. —Bueno,almenosestamosdeacuerdoenalgo.—Suslabioscarnososseelevanenunasonrisa, perolaborraenseguidaybajalavistaasuspies—.Bueno,siesoeratodocuantonecesitabas,yapuedes irte. —Deacuerdo... EchounúltimovistazoaTessaymevuelvodenuevohaciasumadre,quememirafijamenteotra vez. —¿Cuáles son tus intenciones con respecto a mi hija? —me pregunta con cierta autoridad, pero tambiénconunpocodemiedo—.Tengoquesabercuálessontusintencionesalargoplazoporque,cada vezquemedoylavuelta,lepasaalgo,ynosueleserbueno.¿QuépiensashacerconellaenSeattle? —NomevoyaSeattleconella.—Laspalabrasmepesanenlalengua. —¿Qué?—Echaaandarpasilloabajoylasigo. —Novoy.Sevasinmí. —Por muy feliz que eso me haga, ¿puedo preguntar por qué? —Eleva una ceja perfectamente delineadayyomirohaciaotrolado. —Porquenovoy,esoestodo.Detodosmodos,esmejorparaellaquenovaya. —Hablasigualquemiexmarido.—Caroltragasaliva—.Avecesmeculpoporelhechodeque Tessasehayacolgadodeti.Temoqueseaculpadecómoerasupadreantesdedejarnos. Su mano, de manicura perfecta, se eleva para alisarse el cabello mientras trata de aparentar indiferenciaantelamencióndeRichard. —Él no tiene nada que ver en su relación conmigo —replico—; Tessa apenas lo conoció. Los pocosdíasquehanpasadojuntosúltimamentedemuestraneso,quenolorecuerdalosuficientecomo paraqueafecteasueleccióndehombres. —¿Últimamente?—LosojosdeCarolseabrenconsorpresa,yobservoconhorrorcómoelcolor abandonasucara.Yesepequeñomomentodeentendimientoquehabíamoscreadoparecedesaparecer. «Mierda.Joder.Hostiaputa...» —Ella...,hum...,bueno,nosloencontramoshacepocomásdeunasemana. —¿Richard?¿Lahaencontrado?—Suvozsequiebraysellevalamanoalcuello. —No,ellasetropezóconél. Empiezaapasarlosdedosdeformanerviosaporlasperlasdesucollar. —¿Dónde? —Nosésideberíacontarleesto. —¿Perdona? —Baja los brazos y se queda ahí de pie, mirándome con la boca abierta por el asombro. —SiTessahubiesequeridoquesupieraquehabíavistoasupadre,selohabríadichoellamisma. —Esto es más importante que tu odio hacia mí, Hardin. ¿Ha estado viéndolo a menudo? —Sus ojosgrisesbrillanahora,amenazandoconderramarlágrimasencualquiermomento,peroconociendoa estamujer,nunca,nienunmillóndeaños,soltaríaunalágrimafrenteanadie,ymuchomenosfrentea mí. Suspiro,noquierotraicionaraTessa,perotampocoquierocrearmemásproblemasconsumadre. —Sequedóconnosotrosunosdías—explico. —Nopensabadecírmelo,¿verdad?—Suvozesbajayroncamientrassemuerdesusuñasrojas. —Probablemente no. Hablar con usted no resulta precisamente sencillo —le recuerdo. Me preguntosiésteeselmejormomentoparasacararelucirmisospechadequefueélquiensecolóenel apartamento. —Y ¿contigo sí? —Alza la voz y yo me acerco a ella—. Al menos yo me preocupo por su bienestar;¡esoesmásdeloquesepuededecirdeti! Sabíaqueunaconversacióncivilizadaentrenosotrosnopodíadurarmucho. —¡Mepreocupoporellamásquenadie,inclusomásqueusted!—replico. —Soysumadre,nadielaquieremásqueyo.¡Elhechodequecreasquepodríashacerlodemuestra lolocoqueestás! Suszapatosrepiqueteancontraelsuelomientrasrecorreelpasilloarribayabajo. —¿Sabeloquecreo?Creoquemeodiaporquelerecuerdoaél.Odiaelconstanterecuerdodelo queechóaperder,ymeodiaparanotenerqueodiarseasímisma...Pero¿quieresaberalgo?—Espero susarcásticoasentimientoantesdecontinuar—.Queustedyyotambiénnosparecemosmucho.Másde loquenosparecemosRichardyyo:losdosrechazamoscualquierresponsabilidadpornuestroserrores. Envezdeeso,culpamosatodoslosdemás.Apartamosaaquellosaquienesamamosylosobligamos a... —¡No!¡Teequivocas!—grita. Suslágrimasysusgestoshistriónicosimpidenqueacabededecirloquepienso:queacabarásus díassola. —Nomeequivoco.Perovoyairme.ElcochedeTessasigueenalgunapartedelcampus,asíque lotraerémañanaanoserquequieraconducirloustedmisma. Carolsesecalosojos. —Bien,traeelcoche.Mañanaalascinco.—Memiraconlosojosenrojecidosyelrímelcorrido —.Estonocambianada.Nuncamegustarás. —Yamíesonomeimportarájamás. Medirijohacialapuertaprincipal,planteándomeporunmomentovolveralahabitacióndelfondo, cogeraTessayllevármelaconmigo. —Hardin,apesardeloquesientaspormí,séquequieresamihija.Sólodeseorecordarteque,sila quieres,quesideverdadlaamas,dejarásdeinterferirensuvida.Ellayanoeslamismachicaquedejé enesadiabólicaescuelahaceapenasmedioaño. —Losé.—Pormuchoqueodieaestamujer,medapenaporque,aligualqueyo,probablemente pasarásolaelrestodesumiserablevida—.¿Puedehacermeunfavor?—lepido. Memiraconsospecha. —¿Dequésetrata? —Noledigaquehevenido.Sinolorecuerda,noselodiga. Tessa está tan puesta que probablemente no se acordará de nada. No creo que sepa siquiera que estoyaquíahora. Carolmemira,reflexionayporfinasiente. —Esopuedohacerlo. Capítulo64 Tessa La cabeza me pesa mucho, muchísimo, y la luz que se cuela a través de las cortinas amarillas es brillante,muybrillante. ¿Cortinasamarillas?Vuelvoaabrirlosojosparaencontrarlasfamiliarescortinasamarillasdemi viejodormitoriocubriendolasventanas.Esascortinassiemprenoshabíanvueltolocas,peromimadre nopodíapermitirsecomprarotrojuego,asíqueaprendimosavivirconellas.Y,así,lasúltimasdoce horasregresanamimenteenpedazos,recuerdosrotosydesordenadosquetienenpocosentidoparamí. Nada tiene sentido. Me lleva unos segundos, minutos tal vez, conseguir que mi mente trate de comprenderloquesucedió. LatraicióndeStepheselrecuerdomásfuertequetengodelanocheanterior,unodelosrecuerdos másdolorososquejamásheexperimentado.¿Cómopudohacermeesoamí?¿Acualquiera?Todofue tanperverso,tanretorcido...yenningúnmomentolovivenir.Recuerdoelfuertesentimientodealivio queexperimentécuandoentróenlahabitación,sóloparavolveracaerpresadelpánicocuandoadmitió quenuncahabíasidomiamiga.Oísuvozdeformamuyclarapesealestadoenelquemeencontraba... Me puso algo en la bebida para atontarme, o peor, para conseguir que me desmayara..., y todo para obteneralgúntipodevenganzasingarantíassobreHardinysobremí.Anochetuvetantomiedo...,yella pasódesermisalvadoraasermidepredadoratanrápidoquecasinopudeasimilarelcambio. Estaba drogada, en una fiesta, y la responsable era alguien que yo creía que era mi amiga. La realidaddetodoellomegolpeóconfuerza,ymesequéconrabialaslágrimasquemeempapabanlas mejillas. La humillación reemplaza la punzada de traición al recordar a Dan y su grabación. Me desnudaron...,lapequeñaluzrojadelacámarabrillandoenlaoscuridaddelahabitaciónesalgoqueno creoquepuedaolvidarjamás.Queríanviolarme,grabarloyenseñárseloatodoelmundo.Meagarroel estómago,esperandonovomitardenuevo. Cadavezquecreoquetendréunrespirodelabatallaconstanteenquesehaconvertidomivida, algo peor ocurre. Y sigo poniéndome en estas situaciones. ¿Steph? Aún no puedo creerlo. Si su razonamientoeracorrecto,silohizosóloporquenolegustoysientealgoporHardin,¿porquénome lo dijo desde el principio? ¿Por qué ha fingido ser mi amiga durante todo este tiempo sólo para tendermeunatrampa?¿Cómopudosonreírmealacaraeirdecomprasconmigo,escucharmissecretos ycompartirmispreocupacionessóloparaplanearalgocomoestoamisespaldas? Me siento lentamente, pero aun así resulta demasiado rápido. El pulso me ruge en los oídos y quierocorreralbañoyobligarmeavomitarporsiaúnmequedaalgodedrogaenelestómago.Perono lohagoy,enlugardeeso,cierrolosojosdenuevo. Cuandovuelvoadespertartengolacabezaalgomásdespejadayconsigolevantarmedemicama delainfancia.Nollevopantalones,sólounacamisetaquenorecuerdohabermepuesto.Mimadredebe dehabermevestido...,aunqueesonoesmuydesuestilo. Losúnicospantalonesdepijamaquequedanenmicómodasondemasiadoestrechosycortos.He engordado desde que me fui a la universidad, pero me siento más cómoda y segura con mi cuerpo, muchomásdeloquemesentíaantes. Salgo dando tumbos del dormitorio, pasillo abajo hasta la cocina, donde encuentro a mi madre apoyadaenlaencimera,leyendounarevista.Suvestidonegroessuaveynotieneniunapelusa,lleva tacones de aguja a juego y su cabello está peinado en perfectas ondas clásicas. Cuando le echo un vistazoalrelojdelhorno,veoqueyapasanpocosminutosdelascuatrodelatarde. —¿Cómotesientes?—mepreguntatímidamentemientrassevuelveparamirarme. —Fatal—gimo,incapazdeponerunacaraamistosa,ymuchomenosdehacermelavaliente. —Loimagino,despuésdelanochequehastenido. «Allávamos...» —Tómateuncaféyunaaspirina.Tesentirásmejor. Asientolentamenteymeacercoalarmarioparacogerunatazaparaelcafé. —Tengo que ir a la iglesia esta tarde. Supongo que no vas a acompañarme, ¿verdad? Te has perdidoelserviciodelamañana—diceconvozneutra. —No,ahoramismonotengocuerpoparairalaiglesia. Sólomimadrepodríapedirmequelaacompañealaiglesiacuandoacaboderecuperarmedelos efectosdeladrogatrasunintentodeviolación. Recogesubolsodelamesadelacocinaysevuelvehaciamí. —Deacuerdo,saludaréaNoahyalseñoryalaseñoraPorterdetuparte.Llegaréacasaalrededor delasocho,quizáunpocoantes. UnapunzadadeculpabilidadmeatraviesaaloírelnombredeNoah.Aúnnolohellamadodesde quesupedelamuertedesuabuela.Séquedeberíahaberlohecho,yloharédespuésdelservicio...,si puedoencontrarmiteléfono,claro. —¿Cómo llegué hasta aquí anoche? —pregunto, tratando de encajar todas las piezas del puzle. RecuerdoaZedentrandodegolpeenelantiguodormitoriodeHardinyrompiendolacámara. —CreoqueeljovencaballeroquetetrajosellamabaZed—diceella.Luegovuelveaconcentrarse ensurevistayseaclaralagargantaensilencio. —Oh. Odioesto,odionosaber.Megustacontrolarlotodo,yanochenoteníaelcontroldemicuerpo. Mimadreapartalarevistaconloquesuenacomounabofetada.Memirasinexpresiónenlacaray dice: —Llámamesinecesitasalgo—ysedirigealapuertaprincipal. —Oh... Con una última mirada de desaprobación hacia mis estrechos pantalones de pijama, abandona la casa. —Ah,ypuedesbuscarenmiarmarioalgoqueponerte. Enelmomentoenquelapuertamosquiterasecierra,lavozdeHardinresuenaenmicabeza. «Todo esto es culpa mía», dijo. Aunque podría no haber sido Hardin: mi mente me juega malas pasadas.NecesitollamaraZedydarlelasgraciasportodo.Ledebomuchoporhaberacudidoenmi ayuda,porsalvarme.Leestoytanagradecidaqueséquejamáspodrédarlelasgraciaslosuficientepor ayudarmeysacarmedeallí.Nopuedoniimaginarloquepodríahaberpasadofrenteaesacámarasiél nohubieraaparecido. Durante la siguiente media hora, las lágrimas saladas se mezclan con el café negro. Por fin me obligo a alejarme de la mesa y a meterme en el cuarto de baño para borrar de mi cuerpo todos los repugnantesrecuerdosdelanocheanterior.Paracuandoporfinmepongoabuscarenelarmariodemi madrealgoquenolleveunsujetadorconrellenoincorporado,mesientomuchísimomejor. —¿Esquenotienesropanormal?—gimoteo,pasandoperchatrasperchadevestidosdecóctel. Cuando estoy a punto de decidir que mejor me quedo en pelotas, por fin encuentro un suéter de colorcremayunosvaquerososcuros.Losvaquerosencajanperfectamenteyelsuétermequedajustode pecho, pero doy las gracias por haber encontrado algo más o menos informal, así que no voy a quejarme. Albuscarporlacasamiteléfonoymibolso,medoycuentadequenotengoniunsolorecuerdo que me ayude a localizar su lugar oculto. ¿Por qué no puede mi mente aclarar el caos de anoche lo suficiente como para encontrarle sentido a todo? Supongo que mi coche sigue aparcado delante del dormitoriodeSteph;consuerte,nomehabrárajadolasruedas. Regresoamiantiguahabitaciónyabroelcajóndemiescritorio.Ahíestámimóvil,encimademi bolso. Aprieto el botón de encendido y espero a que aparezca la pantalla de inicio. Casi vuelvo a apagarlocuandosedisparanlasalertasporvibración.Mensajetrasmensajeyavisosdelbuzóndevoz aparecenenlapequeñapantalla. Hardin...Hardin...Zed...Hardin...Desconocido...Hardin...Hardin... Elestómagomedaunvuelcodelapeordelasmanerascuandoleosunombreenlapantalla.Lo sabe, tiene que saberlo. Alguien le contó lo sucedido y por eso me estuvo llamando y enviando mensajessinparar.Deberíallamarloalmenosparahacerlesaberqueestoybienantesdequesevuelva loco de preocupación. Sea cual sea el estado de nuestra relación, probablemente estará preocupado despuésdeoírlosucedido...,siendo«preocupado»eleufemismodelsiglo. Cuelgoelteléfonoalsextotonojustocuandosaltasubuzóndevoz,yvuelvoaldormitoriodemi madre para intentar domar mi cabello. Ahora mismo lo último que me preocupa es mi aspecto, pero tampoco me entusiasma la idea de oír los insultos de mi madre si no consigo parecer medio decente. Encargarmedemiaparienciatambiénmeayudaaignorarlosflashesqueacudenocasionalmenteami mentesobreloqueocurrióanoche.Cubrolosprofundoscírculosbajomisojos,meaplicounpocode rímel y me cepillo el cabello. Ya está casi seco, lo que juega en mi favor al pasar los dedos por mis ondasnaturales.Noseveniremotamentetanbiencomomegustaría,peronotengolaenergíanecesaria paraenfrentarmeamisdesastrososrizosmásalládeloqueyahehecho. Elapagadosonidodealguienllamandoalapuertaprincipalmesacademiensueño.¿Quiénpuede venirasemejantehora?YdeprontoelestómagomedaunvuelcoalpensarqueHardinpodríaestaral otrolado. —¿Tessa?—mellamaunavozfamiliarmientrasoigoabrirselapuerta. Noahentraenlacasayloveoenlasalita.Elalivioylaculpabilidadmeasaltanalrepararensu sonrisatemblorosa. —Hola...—Asienteconlacabeza,cambiandoelpesodesucuerpodeunpiealotro. Prácticamentemeechosobreélsinpensar,rodeándoleelcuelloconlosbrazos.Entierrolacaraen supechoycomienzoallorar. Susfuertesbrazosmerodean,sosteniéndomeeimpidiendoquenoscaigamos. —¿Estásbien? —Sí,essóloque...No,noestoybien. Apartolacaradesupechoparanorestregarletodoelrímelporsucárdigantostado. —Tu madre me ha dicho que estabas en la ciudad. —Continúa abrazándome mientras yo sigo deleitándome con su familiaridad—. Así que me he escabullido antes de que acabara el servicio para poderdecirteholasinnadiealrededor.¿Quétehapasado? —Tantas cosas..., demasiadas para contarlas. Bueno, estoy siendo muy dramática —gruño alejándomeunpasodeél. —¿Launiversidadcontinúasintratartecomoesperabas?—preguntaconunapequeñasonrisade simpatía. Niego con la cabeza y le indico con un gesto que me siga hasta la cocina, donde preparo otra cafetera. —No,paranada.MemudoaSeattle. —Esomehadichotumadre—explicasentándosealamesa. —¿Aún quieres ir a la WCU en primavera? —digo, y suelto una pequeña carcajada—. No te recomendaríaesaescuela. Pero intentar hacer una broma sobre mí misma deja de funcionar en el momento en que se me saltanlaslágrimas. —Sí,eseeselplan.Perolachica...estachicaalaqueestoyviendo...nosestamosplanteandoira SanFrancisco.YasabesloquemegustaCalifornia. Noestabapreparadaparaoíreso:Noahsaleconunachica.Supongoquedeberíaestarlo,perose mehacetanraroqueloúnicoquesemeocurredecires: —¿Ah,sí? LosojosazulesdeNoahbrillanconlosfluorescentesdelacocina. —Sí,nosvabastantebien.Aunqueestoyintentandotomármeloconcalma,¿sabes?...Portodo. Como no quiero que termine esa frase y me haga sentir más culpable aún por la forma en que rompimos,pregunto: —Y¿cómoosconocisteis? —PuesellatrabajaenZooms,oalgoparecido,unatiendadelcentrocomercialquehaycercadetu casa,y... —¿Estuvisteaquí?—lointerrumpo.Meextrañaquenomelocontara,quenosepasaraaverme... peroloentiendo. —Sí,paraveraBecca.Tendríaquehabertellamadooalgo,perolascosasestabantanrarasentre nosotros... —Losé,noimporta—leaseguro,ylodejoterminar. —Bueno, da igual, el caso es que supongo que a partir de ese momento nos unimos mucho. Tuvimos algunos problemillas y durante un tiempo pensé que no podía fiarme de ella, pero ahora lo llevamosmuybien. Susproblemasmetraenalamemorialosmíos,ysuspiro. —Es como si ya no pudiera confiar en nadie —suspiro, y Noah frunce el ceño y me apresuro a añadir—:Exceptoenti.Nomereferíadeti.Todaslaspersonasqueheconocidodesdequelleguéaesa universidadmehanmentidodeunaformauotra. InclusoHardin.Especialmenteél. —¿Esoesloqueocurrióanoche? —Másomenos...—Mepreguntoquélehabrácontadomimadre. —Sabíaqueteníaqueseralgoimportanteparaquehayasvueltoacasa.—Asientoyélseinclina porencimadelamesaparacogermismanosentrelassuyas—.Teheechadodemenos—murmura;la tristezaesevidenteensuvoz. Lomiroconlosojosmuyabiertos;creoqueestoyapuntodellorardenuevo. —Sientomuchonohabertellamadocuandolodetuabuela. —Estábien,séqueestásocupada—dicerecostándosecontralasillaconojosdulces. —Esonoesexcusa.Mehecomportadodeformaterriblecontigo. —Quéva—mientenegandoconlacabezalentamente. —Sabesquetengorazón.Tehetratadofataldesdequemefuidecasa,ylosientomuchísimo.No temerecesnadadeesto. —Deja de flagelarte a ti misma, ahora estoy bien —me asegura con una cálida sonrisa, pero la culpabilidadnocesa. —Aunasí,nodeberíahaberlohecho. Entoncesmesorprendepreguntándomealgoquejamáshabríaesperadodeél: —Sipudierasempezardenuevo,¿quécambiarías? —La forma en que he llevado ciertas cosas. No debería haberte engañado y haber actuado a tus espaldas.Nosconocemosdesdehacemucho,yestuvofatalpormiparteabandonartetanderepente. —Sí—confirma—,peroyalohesuperado.Noéramosbuenoselunoparaelotro...Quierodecir, éramosperfectosjuntos—añadeconunacarcajada—,perocreoqueéseeraelproblema. Lapequeñacocinaparecemásespaciosaahoraquemiculpabilidadcomienzaadisiparse. —¿Locreesdeverdad? —Sí,locreo.Tequiero,ysiempretequerré.Peronotequierodelaformaquesiemprecreíquete quería,ytúnuncapodríasquerermecomoloquieresaél. MequedosinalientoantelaalusiónaHardin.Tienerazón,mucharazón,peronopuedohablarde HardinconNoah.Ahorano. Necesitocambiardetema. —Entonces,Beccatehacefeliz,¿no? —Sí,puedequenoseacomotelaesperas,perotampocomeesperabayoquemefuerasadejarpor untíocomoHardin. Susoscurasfaccionessontotalmenteopuestasalasmíasytienetatuajes.Nomuchos,peroaunasí nopuedoimaginarlosaellayaNoahcomopareja. Susonrisanoesduraysonríesuavemente. —Supongoqueambosnecesitábamosalgodiferente. Denuevotienerazón. —Supongoquesí. Meríoconélycontinuamoscharlandohastaqueotrogolpeenlapuertanosinterrumpe. —Ya voy yo —se ofrece, levantándose y abandonando la pequeña cocina antes de que pueda detenerlo. Capítulo65 Hardin Contemplar cómo el reloj avanza minuto a minuto me está matando lentamente. Casi preferiría arrancarme los cabellos uno a uno a seguir sentado aquí esperando en este maldito sendero hasta las cinco.NoveoelcochedelamadredeTessa,nohayningúncocheenlaentradaexceptoeldeTessa,en el que estoy sentado. Landon ha aparcado en la calle después de seguirme hasta aquí para poder llevarmedevuelta.Porsuerte,sepreocupaporelbienestardeTessamásquenadie,apartedemí,así quenonecesitéconvencerlo. —Veyllamaalapuertaoloharéyo—meamenazaatravésdelteléfono. —¡Queyavoy!Joder,dameunsegundo.Nosésihabráalguien. —Puessinohaynadie,dejalasllavesenelbuzónynoslargamos. Precisamenteporesonohehechonadaaún,porquequieroqueellaestédentro.Tengoquesaber queestábien. —Ahoravoy—digo,ylecuelgoamimolestohermanastro. Losdiecisieteescaloneshastalapuertadelacasadesumadresonlosmásdifícilesdesubirdemi vida. Llamo contra la puerta mosquitera pero no estoy seguro de si he golpeado lo suficientemente fuerte.Alamierda,vuelvoallamar,estavezmuchomásfuerte.Demasiadofuerte,dehecho.Bajola manocuandoeldébilaluminiosevenceysaltanunpardealambresdelamosquitera.Mierda. Lapuertacrujealabrirsey,envezdeTessa,sumadreocualquierotrapersonadeljodidoplanetaa quiennomeimportaríaver,apareceNoah. —Tienesqueestardeputabroma—digo. Cuandointentacerrarmelapuertaenlacara,ladetengoconmibota. —Noseascapullo.—Abroyélseechaatrás. —¿Quéhacesaquí?—preguntaconelrostromarcadoporunprofundoceñofruncido. ¡Tendríaquepreguntaryoquéhaceélaquí!Tessayyonollevamosseparadosnitresdíasyyaestá aquíestecabrón,reptandodevueltaasuvida. —Hetraídosucoche.—Miroasuespaldaperonopuedoverunamierda—.¿Estáellaaquí? Durantetodoelviajemeheestadodiciendoquenoquieroquemeveaoquerecuerdequeestuve anocheensucasa,peroséqueheestadoengañándomeamímismo. —Puede.¿Sabequeibasavenir?—Noahsecruzadebrazosynecesitohaceracopiodetodomi autocontrolparanoderribarlodeunpuñetazo,pasarledelargo,oporencima,yencontrarla. —No,sóloquieroasegurarmedequeestábien.¿Quétehacontado?—lepreguntoalejándomedel porche. —Nada.Peronohahechofalta.Noteníaquecontarmenada,séquenohabríavenidohastaaquísi nolehubieseshechoalgo. Frunzoelceño. —Dehecho,teequivocas,nofuiyo...estavez.—Parecesorprendidopormipequeñaadmisión,así que continúo, por ahora con calma—: Mira, sé que me odias y tienes toda la razón del mundo para hacerlo,perovoyaverla,tegusteono,asíquepuedesecharteaunladoo... —¿Hardin? —La voz de Tessa es apenas un susurro casi perdido en un suspiro cuando aparece detrásdeNoah. —Eh... —Mis pies me llevan al interior de la casa y Noah, inteligentemente, se aparta de mi camino—.¿Estásbien?—preguntotomandosusmejillasentrelasmanos. Tessaapartalacabezaporquetengolasmanosfrías,medigo,ysealejademí. —Sí,estoybien—miente. Laspreguntasseagolpanenmiboca. —¿Estássegura?¿Cómotesientes?¿Hasdormido?¿Teduelelacabeza? —Sí,bien,unpoco,sí—respondeasintiendo,peroyoyaheolvidadoloquelehepreguntado. »¿Quiéntelohacontado?—mepreguntaruborizada. —Molly. —¿Molly? —Sí,mellamócuandoestabas...,hum...,enmiantiguahabitación.—Nopuedoeliminarelpánico demivoz. —Oh...—Tessmiramásalládemí,concentrándoseenalgúnpuntoenladistancia,conlascejas fruncidasenunrictusdeconcentración. ¿Seacuerdadequeestuveaquí?¿Quieroquelorecuerde? Sí,claroquesí. —Pero¿estásbien? —Sí. Noahseacercaanosotrosylaalarmaesevidenteensuvozcuandopregunta: —Tessa,¿quéhapasado? AlmiraraTessamedoycuentadequeellanoquierequeélsepatodoloocurrido.Esomegusta másdeloquedebería. —Nada,notepreocupes—lecontestoparaqueellanotengaquehacerlo. —¿Fuealgoserio?—presiona. —Ya te he dicho que no te preocupes —gruño, y él traga saliva. Me vuelvo hacia Tessa—. He traídotucoche—ledigo. —¿Enserio?—pregunta—.Gracias,penséqueStephlehabríareventadoelparabrisasoalgo— suspira;sushombrossehundenmásacadapalabraquepronuncia.Suintentodebromanofuncionacon nadie,nisiquieraconsigomisma. —¿Porqué,deentretodalagente,recurristeaella?—lepregunto. TessamiraaNoahydenuevoamí. —Noah,¿nosdejasunminuto?—preguntacondulzura. Él asiente y me lanza lo que supongo debe de ser algún tipo de mirada de advertencia antes de dejarnossolosenlapequeñasalita. —¿Porquéaella?Dímelo,porfavor—repito. —Nolosé.Noteníaningúnotrositioadondeir,Hardin. —Podrías haber recurrido a Landon, prácticamente tienes tu propio dormitorio en esa casa — señalo. —Noquieroseguirmetiendoatufamiliaenesto.Yalohehechodemasiadasvecesynoesjusto paraellos. —Ysabíasqueiríaallí,¿verdad?—Cuandobajalavistaasusmanos,añado—:Nohabríaido. —Vale—dicecontristeza. Joder,esonoeraloquequeríadecir. —Noqueríadecireso.Queríadecirqueibaadarteespacio. —Oh—susurramordiéndoseunauña. —Estásmuycallada. —Essóloque...,nosé...,hasidounanoche,yunamañana,muylargas. Frunceelceñoyquieroirhastaellayalisarlalíneaentresuscejasybesarlahastaalejareldolor. «NoHardin,Zed»,dijocuandoestabamedioinconsciente. —Losé.¿Recuerdasloocurrido?—lepregunto,nomuysegurodesisoportaréoírsurespuesta. Casiesperoquemedigaquemelargue,oqueinclusomeinsulte,peronolohace.Enlugardeeso, dicequesíconlacabeza,sesientaenelsofáymeindicaquemesienteenelotrolado. Capítulo66 Hardin Quieroacercarmemásaella,tomarsumanotemblorosayencontrarunaformadeborrarsusrecuerdos. Odioquehayapasadoportodoestesufrimiento,ydenuevomeimpresionasufuerza.Estásentadacon laespaldarectacomounatablaylistaparahablarconmigo. —¿Porquéhasvenido?—mepreguntaenvozbaja. Enrespuesta,lepregunto: —¿Porquéhavenidoél?—yseñaloconlacabezahacialacocina. SéqueNoahestaráapoyadocontralapared,escuchandonuestraconversación.Deverdadqueno loaguantopero,dadaslascircunstancias,probablementedeberíacallármelo. Ellacontestajugueteandoconlasmanos: —Estáaquíparaasegurarsedequeestoybien. —Nonecesitaasegurarsedequeestésbien.—Paraesoestoyyoaquí. —Hardin...—Frunceelceño—.Hoyno,porfavor. —Losiento.—Retrocedounpoco,sintiéndomeinclusomáscabrónquehaceunossegundos. —¿Porquéhasvenido?—preguntadenuevo. —Paratraerteelcoche.Nomequieresaquí,¿verdad? Hastaahoranohabíaconsideradoesaposibilidad,niunavez.Ymequemacomoelácido.Queyo estéaquíseguroquesóloempeoralascosasparaella.Losdíasenlosqueencontrabasurefugioenmí sehanacabado. —Noeseso...,sóloestoyconfusa. —¿Sobrequé? Susojosbrillanbajolatenueluzdelasaladeestardesumadre. —Tú, anoche, Steph..., todo. ¿Sabías que todo fue un juego para ella? Realmente me ha odiado durantetodoestetiempo... —No,claroquenolosabía—ledigo. —¿Noteníasniideadequetuvieraesossentimientoshaciamí? «Malditasea.»Peroquieroserhonesto,asíquerespondo: —Quizáunpoco,supongo.Mollylomencionóunpardeveces,peronoseexplicómucho,ynunca creíquefueraalgotanfuerte...oqueMollysupieradequéestabahablandosiquiera. —¿Molly?¿DesdecuándosepreocupaMollypormí? Asíqueblancoonegro.Tessasiemprequierequelascosasseanoblancasonegras,yesomehace sacudirlacabeza,unpocotristeporquelascosasnuncapuedensertansimples. —No lo hace, aún te odia —le digo, y miro hacia abajo—. Pero me llamó después de aquella mierda de Applebee’s, y me cabreé. No quería que ella o Steph echaran a perder las cosas entre nosotros.PenséqueStephsimplementeseestabaentrometiendoycomportándosecomounazorra.No creíaquetambiénfueraunajodidapsicópata. CuandovuelvoamiraraTess,seestásecandolaslágrimasdelosojos.Recorroladistanciaque nosseparaenelsofáyellaretrocede. —Eh,estábien—ledigo,ylacojodelamanoylaestrechocontramipecho—.Shhh... Mimanoreposasobresucabello,ydespuésdeunossegundostratandodeapartarme,serinde. —Sóloquieroempezardenuevo,olvidartodoloocurridoenlosúltimosmeses—solloza. Se me tensa el pecho mientras asiento, de acuerdo con ella aunque no lo quiera. No quiero que deseeolvidarme. —Odiolauniversidad.Siemprequiseir,perohasidounerrortrasotroparamí. Metiradelacamiseta,acercándomeaúnmásaella.Permanezcoensilencioporquenoquieroque ellasesientapeordeloqueyasesiente.Notengonipuñeteraideadeenloqueibaametermecuando hellamadoalapuerta,peroestoymásquesegurodequenoesperabaacabarconTessallorandoentre misbrazos. —Estoy siendo tan dramática... —Se aparta demasiado pronto, y por un momento considero la posibilidaddevolveraabrazarla. —No,paranada.Estásmuycalmadateniendoencuentaloocurrido.Dimequérecuerdas,nome hagasvolverapreguntártelo.Porfavor. —Es todo muy confuso, de verdad. Fue todo muy... extraño. Era consciente de todo, pero nada teníasentido.Nosécómoexplicarlo.Nopodíamoverme,peropodíasentircosas.—Seestremece. —¿Sentircosas?¿Dóndetetocó?—Noquierosaberlo. —Enlaspiernas...Medesnudaron. —¿Sóloenlaspiernas? «Porfavor,diquesí.» —Sí,esocreo.Podríahabersidomuchísimopeor,peroZed...—Sedetiene.Tomaaliento—.De todosmodos,laspastillasmevolvieronelcuerpomuypesado...,nosécómoexplicarlo. Asiento. —Séloquequieresdecir. —¿Qué? Recuerdos rotos de desmayos en bares y de hacer eses por las calles de Londres acuden a mi mente. La idea de diversión que una vez tuve es completamente opuesta a lo que ahora considero pasarlobien. —Solíatomaresasmalditaspastillasporaquelentonces,pordiversión. —¿Enserio?—Seleabrelaboca,ynomegustalaformaenquesumiradamehacesentir. —Supongoquediversiónnoeslapalabramásadecuada—replico—.Yano. Ellaasienteymededicaunadulcesonrisadealivio.Seacomodaelcuellodesusuéter,queahora veoquelequedamuyajustado. —¿Dedóndehassacadoeso?—pregunto. —¿El suéter? —Sonríe tensa—. Es de mi madre..., ¿no se nota? —Sus dedos tiran de la gruesa tela. —Nosé,Noahestabaenlapuertaytúvasvestidaasí...Creíquehabíaviajadoenlamáquinadel tiempooalgo—bromeo. Susojosseiluminanconhumor,todalatristezahasidomomentáneamenteolvidada,ysemuerde ellabioinferiorparanoreír. Luegosorbeporlanarizyextiendeunamanohacialamesitaparasacarunpañuelodepapeldela cajaconflores. —No.Nohaymáquinasdeltiempo.—Tessaasienteconlacabezamientrassesuenalanariz. «Joder,inclusocuandolloraestápreciosa.» —Estabapreocupadoporti—leconfieso. Susonrisadesaparece.Mierda. —Esoesloquemeconfunde—replica—.Dijistequenoqueríasseguirintentándolo,peroahora medicesqueestabaspreocupadopormí.—Memiraconunaexpresiónvacíayellabiotembloroso. Tienerazón.Nosiemprelodigo,peroescierto.Hepasadodíaspreocupadoporella.Emoción..., esoesloquenecesitodeella.Necesitoelconsuelo. —Está bien, no estoy enfadada contigo. —Se ha tomado mi silencio de forma equivocada—. Agradezco que hayas venido hasta aquí a traerme el coche. Significa mucho para mí que lo hayas hecho. Permanezcoensilencioenelsofá,incapazdehablarduranteunosminutos. —No ha sido nada —consigo decir encogiéndome de hombros. Pero necesito decir algo real, cualquiercosa. Tras contemplar mi doloroso silencio durante un momento, Tessa se pone en modo amable anfitriona. —¿Cómovolverásacasa?Espera...,paraempezar,¿cómohassabidollegarhastaaquí? Mierda. —Landon.Élmelodijo. Susojosvuelvenailuminarse. —Oh.¿Estáaquí? —Sí,estáfuera. —¡Oh!Vaya,teestoyretrasando,losiento.—Seruborizayseponeenpie. —No,tranquila.Estábienahífuera,esperando—tartamudeo. «Noquieroirme.Anoserquetevengasconmigo.» —Deberíahaberentradocontigo.—Tessamiraentonceshacialapuerta. —Élestábien. —Graciasdenuevoporhabermetraídoelcoche...—Estátratandodedespedirmeeducadamente. Laconozco. —¿Quieresqueentretuscosas?—meofrezco. —No,meiréporlamañana,esmejordejarlasdondeestán. ¿Por qué me sorprendo cada vez que me recuerda que se va a ir a Seattle? Sigo esperando que cambiedeidea,peroesonuncaocurrirá. Capítulo67 Tessa CuandoHardinalcanzalapuerta,lepregunto: —¿QuéhashechoconDan? Quierosabermássobreanoche,inclusosiNoahpuedeoírnoshablar.Cuandopasamosjuntoaélen elpasillo,Hardinapenassefijaenél.Noahlofulminaconlamirada,sinsaberquémáshacer,supongo. —Dan.DijistequeMollytelohabíacontado.¿Quéhiciste? Conozco a Hardin lo suficiente como para saber que fue a por él. Aún estoy sorprendida por la ayudadeMolly,nolaesperabanidelejoscuandolavientrareneldormitorioanoche.Meestremezco anteelrecuerdo. Hardinmediosonríe. —Nadademasiadomalo. «NohematadoaDancuandohedadoconél,sólolehepateadolacara...» —Lepateastelacara...—digointentandoexcavarenelcaosqueesmicabeza. Alzaunaceja. —Sí...¿TelohacontadoZed? —Yo...,nolosé...—Recuerdooírlaspalabras,peronopuedorecordarquiénlasdijo. «SoyHardin,noZed»,dijoHardin,ysuvozparecemuyrealenmimente. —Estuvisteaquí,¿verdad?¿Anoche?—DoyunpasohaciaélyHardinretrocedecontralapared —.Síqueestuviste,lorecuerdo.Dijistequeestuvisteapuntodebeberperonolohiciste... —Nocreíquelorecordarías—murmura. —¿Porquénomelohasdicho? Meduelelacabezamientrastratodesepararlossueñosinducidosporladrogadelarealidad. —Nolosé.Ibaahacerlo,peroentoncestodosevolviótanfamiliar...,ytúestabassonriendoyno queríaestropearlo.—Alzaunhombroysusojosseconcentranenelgrancuadrodelaspuertasdelcielo quecuelgaenlapareddemimadre. —¿Cómoibaaestropearloelhechodequemedijerasquemehabíastraídoacasa? —Yonotetrajeacasa.FueZed. Esolorecordéantes,másomenos.Estanfrustrante... —Y¿túvinisteluego?¿Quéestabahaciendoyo? QuieroqueHardinmeayudeaordenarlasecuenciadeacontecimientos.Parecequenosoycapaz dehacerlosola. —Estabastumbadaenelsofá,casinopodíashablar. —Oh... —Estabasllamándolo—añadeenvozbaja,elvenenoesevidenteatravésdesuvozprofunda. —¿Aquién? —AZed.—Surespuestaessimple,peropuedosentirlaemocióntrassuspalabras. —No,nolollamaba—replico.Esonotienesentido—.Estoestanfrustrante... Vadeoporelbarromentalyfinalmenteencuentrounnódulodesentido...Hardinhablandosobre Dan,Hardinpreguntándomesipodíaoírlo,preguntándomesobreZed... —Queríasabercómoestaba,silehabíashechodaño.Creo. Elrecuerdoesborroso,peroahíestá. —Dijiste su nombre más de una vez; no importa. Estabas tan ida... —Sus ojos se dirigen a la alfombraysequedanahí—.Detodasformasnoesperabaquemequisierasaquí. —Noloqueríaaél.Puedequenorecuerdemucho,peroestabaasustada.Meconozcolosuficiente comoparasaberquesólotellamaríaati—admitosinpensar. ¿Porquéhabrédichoeso?Hardinyyoacabamosderomper,otravez.Éstaes,dehecho,nuestra segundaruptura,peroparececomosilohubiéramoshechomásamenudo.Quizáporqueestaveznohe saltadoasusbrazosalamenormuestradeafectodesuparte.Estavezabandonélacasaysusregalos, estavezmevoyaSeattleantesdeveinticuatrohoras. —Venaquí—diceabriendolosbrazosparamí. —Nopuedo—contestopasándomelosdedosporelpelo. —Síquepuedes. CuandoHardinestácercademí,seacualsealasituación,suesenciasiemprepenetraencadafibra demiser.Podemosestargritándonoselunoalotroosonriendoybromeando.Nuncaexisteladistancia, no hay espacio entre nosotros. Es algo tan natural para mí ahora..., realmente algo tan instintivo el sentirmecómodaensusbrazos,reírmedesuactitud,ignorarlosproblemasquehacausadocualquier situaciónenlaqueestemosmetidos... —Yanoestamosjuntos—digoenvozbaja,máspararecordármeloamímismaqueotracosa. —Losé. —Nopuedofingirqueloseguimosestando.—Memuerdoellabioinferioreintentonofijarmeen laformaenquesusojosseoscurecenalrecordarnuestroestado. —No te estoy pidiendo que lo hagas. Sólo te estoy pidiendo que vengas. —Sus brazos siguen abiertos,aúninvitándome,llamándome,acercándomemásymás. —Silohago,volveremosacaerenesecírculoqueamboshemosdecididoromper. —Tessa... —Hardin, por favor... —Me aparto. Esta salita es demasiado pequeña para evitarle, y mi autocontrolcomienzaafallar. —Vale—suspirafinalmenteysusmanosseenredanensucabello,suhabitualgestodefrustración. —Necesitamosesto,sabesquelonecesitamos.Tenemosquepasartiemposeparados. —¿Tiemposeparados? Pareceherido,enfadado,ytengomiedodeloquepuedasalirporsuboca.Noquieropelearmecon él,yhoynoeseldíaparaquemeprovoque. —Sí,pasartiempoasolas.Nopodemosestarjuntosytodopareceponerseennuestracontra.Tú mismo lo dijiste el otro día, que estabas cansado de esto. Me echaste del apartamento. —Cruzo los brazosalaalturadelpecho. —Tessa...,nopuedesestar...—Memiraalosojosysedetieneamediafrase—.¿Cuántotiempo? —¿Qué? —¿Cuántotiemposeparados? —Yo...—Noesperabaqueloaceptara—.Nolosé. —¿Unasemana?¿Unmes?—presionaparaqueledédetalles. —Nolosé,Hardin.Ambosnecesitamosencontrarnuestrolugar. —Túeresmilugar,Tess. Suspalabrasseextiendenpormipechoymeobligoaapartarlosojosdesucaraantesdeperderla poquísimaresistenciaqueaúnmequeda. —Ytúereselmío,yalosabes—admito—,peroestástanenfadadoquesiempreestoyallímite contigo.Tienesquehaceralgoconesarabiayyonecesitotiempoparamímisma. —Entonces,¿estovuelveaserculpamía?—pregunta. —No,tambiénesculpamía.Dependodemasiadodeti.Necesitosermásindependiente. —Y¿desdecuándoimportaeso?—Eltonodesuvozmedicequenisiquierahaconsideradojamás quemidependenciadeélseaunproblema. —Desdequetuvimosesapeleaexplosivaenelapartamentohaceunasnoches.Dehecho,empezó hacetiempo;Seattleyladiscusióndelaotranochefueronsólolaguindadelpastel. CuandoporfinreúnoelvalorparamiraraHardin,veoquesuexpresiónhacambiado. —Vale,yalopillo—dice—.Losiento,séquelahejodido,ymucho.Siempreestamospeleandoa muerteporlodeSeattleyquizáyaseahoradequeteescuchemás.—Buscamimanoydejoquemela coja,momentáneamenteconfundidaporsureciéndescubiertaaceptación—.Tedaréespacio,¿vale?Ya has soportado bastante mierda sólo en las últimas veinticuatro horas. Por una vez, no quiero ser otro problema. —Gracias—respondosimplemente. —¿Me avisarás cuando llegues a Seattle? Y come algo y descansa, por favor —dice. Sus ojos verdessonsuaves,cálidosyreconfortantes. Quieropedirlequesequede,peroséquenoesbuenaidea. —Loharé.Gracias...,deverdad. —Notienesquedarmelasgracias.—Semetelasmanosenlosbolsillosdesusvaquerosnegrosy estudiamicara—.LedarésaludosaLandondetuparte—añade,ysaleporlapuerta. Nopuedoevitarsonreíranteelmodoenqueseentretienealrededordelcochedesuhermanastro, mirandohacialacasademimadreduranteunbuenratoantesdesubiralasientodelacompañante. Capítulo68 Tessa EnelmomentoenquepierdodevistaelcochedeLandon,elvacíoseasientapesadamenteenmipecho ymealejodelaentradadejandoquelapuertasecierresola. Noahestáapoyadoenelmarcodelapuertadelacocina. —¿Sehaido?—preguntasuavemente. —Sí,sehaido.—Mivozsuenadistante,desconocidainclusoparamí. —Nosabíaqueyanoestabaisjuntos. —Nosotros...,bueno...,estamostratandodearreglarlo. —¿Puedesdecirmesólounacosaantesdequecambiesdetema?—Susojosestudianmicara—. Conozcoesaexpresión,yséqueestásapuntodehacerlo. Inclusodespuésdelosmesesquellevamosseparados,Noahescapazdeleermealaperfección. —¿Quéquieressaber?—pregunto. Sus ojos azules se clavan en los míos. Me sostiene la mirada durante lo que me parece una eternidad. —Si pudieras volver atrás, ¿lo harías, Tessa? Te he oído decir que desearías borrar los últimos meses...pero,sipudieras,¿deverdadloharías? «¿Loharía?» Me siento en el sofá para analizar la pregunta. ¿Lo olvidaría todo? ¿Borraría todo lo que me ha ocurridoenlosúltimosmeses?Laapuesta,lasinterminablespeleasconHardin,laespiraldescendente enmirelaciónconmimadre,latraicióndeSteph,todaslashumillaciones,todo. —Sí.Sinpensarlo. La mano de Hardin en la mía, la forma en que sus brazos tatuados me rodeaban atrayéndome contrasupecho.Elmodoenqueavecessereíatanfuertequeapretabalosojosyelsonidollenabamis oídos,micorazónytodoelapartamentoconunafelicidadtanextraordinariaquemesentíamásvivade loquemehabíasentidojamás. —No,noloharía.Nopodría—digocambiandodeopinión. Noahsacudelacabeza. —Entonces,¿concuáltequedas?—Seríeysesientaenlabutacareclinablefrentealsofá—.No sabíaquefuerastanindecisa. Niegofirmementeconlacabeza. —Noloborraría. —¿Estássegura?Hasidounmalañoparati...,yyonisiquierasélamitaddeloocurrido. —Estoysegura.—Asientounpardevecesymedeslizohastaelbordedelsofá—.Aunqueharía algunascosasdeformadiferente,sobretodocontigo. Noahmededicaunalevesonrisa. —Sí,yotambién—aceptaenvozbaja. —Theresa.—Unamanomecogedelhombroymesacude—.Theresa,despierta. —Estoydespierta—gimo,yabrolosojos. Lasalita.Estoyenlasaladeestardemimadre. Aparto de una patada la manta que me cubre las piernas..., una manta con la que Noah me ha tapadodespuésdequemetumbaratrashablarunpocomásydeponernosaverlatelejuntos.Comoen losviejostiempos. Meliberodelamanodemimadre. —¿Quéhoraes? —Lasnuevedelanoche.Ibaadespertarteantes.—Frunceloslabios. Debe de haberse vuelto loca viéndome dormir durante todo el día. Curiosamente, la idea me divierte. —Losiento,nisiquierarecuerdohabermedormido.—Medesperezoymepongodepie—.¿Noah sehaido?—Mirohacialacocinaynoloveo. —Sí,laseñoraPorterteníamuchísimasganasdeverte,peroledijequenoerabuenmomento— meinforma,yentraenlacocina. Lasigo,oliendoalgoqueestácocinando. —Gracias. Me gustaría haberme despedido de Noah como es debido, sobre todo porque sé que volveré a verlo. Mimadreseacercaalhornoydiceporencimadelhombro: —VeoqueHardinhatraídotucoche.—Ladesaprobacióntiñesuvoz. Unsegundomástarde,vuelvedelhornoymetiendeunplatoconlechugaytomatesasados. Noheechadodemenossuideadeunabuenacomida,perodetodosmodosaceptoelplato. —¿PorquénomedijistequeHardinestuvoaquíanoche?Ahoralorecuerdo. Ellaseencogedehombros. —Élmepidióquenolohiciera. Mesientoalamesaypinchola«comida»conindecisión. —Y¿desdecuándoteimportaloqueélquiera?—laprovoco,nerviosaporsureacción. —Nomeimporta—dice,ysepreparaunplatoparaella—.Nolomencionéporqueeramejorpara tinorecordarnada. Eltenedorresbalademisdedosygolpeaelplatoconuntintineoagudo. —Ocultarmecosasnoeslomejorparamí—replico.Estoyhaciendotodoloposibleparamantener mivozfríaycalmada,deverdad. Paraenfatizarlo,limpiolascomisurasdemibocaconunaservilletaperfectamentedoblada. —Theresa,nopaguestusfrustracionesconmigo—dicemimadre,uniéndoseamíenlamesa—. Sealoqueseaquehayahechoesechicoparaquetehayasvueltoasí,esculpatuya.Nomía. Enelmomentoenquesusrojoslabiossecurvanenunasonrisaconfiadamepongoenpie,arrojo laservilletasobreelplatoysalgoatodaprisadelacocina. —¿Adóndetecreesquevas,jovencita?—mellama. —A la cama. ¡Mañana debo levantarme a las cuatro de la mañana y tengo un largo viaje por delante!—gritodesdeelpasillo,ycierrolapuertademidormitorio. Me siento en la cama de mi niñez... e inmediatamente esas paredes gris pálido parecen cernirse sobremí.Odioestacasa.Nodebería,perolaodio.Odiolaformaenquemesientocuandoestoyenella, como si no pudiera respirar sin que me regañen o me corrijan. Nunca me había dado cuenta de lo enjauladaycontroladaquehabíaestadotodamividahastaqueprobéporprimeravezlalibertadjuntoa Hardin. Me encanta cenar pizza y pasar todo el día desnuda en la cama con él. Nada de servilletas dobladas.Nadadeondasenelcabello.Nadadehorriblescortinasamarillas. Antesdepoderdetenermeloestoyllamandoymecontestaalsegundotono. —¿Tess?—dicesinaliento. —Hum...,hola—susurro. —¿Algovamal?—jadearecuperandoelaliento. —No.¿Estásbien? —¡Vamos,Scott,vuelveaquí!—gritaunavozfemeninaalfondo. El corazón empieza a martillearme contra las costillas mientras las posibilidades inundan mi mente. —Oh,estás...Notemolestomás. —No,nopasanada.Ellapuedeesperar. Losruidosdefondosevanacallandosegundoasegundo.Debedehabersealejadodedondesea queestélamujer. —Deverdadquenoimporta—digo—.Tedejo,noquería...interrumpir.—Almirarlaparedgris juntoamicama,juraríaqueseestáacercandoamí,comosiestuvieraapuntodegolpearme. —Deacuerdo—jadeaél. «¿Qué?» —Vale, pues adiós —digo rápidamente, y cuelgo, tapándome la boca con una mano para no vomitarsobrelaalfombrademimadre. Tienequehaberalgúnmotivológicopara... Mi móvil vibra entonces junto a mi muslo, el nombre de Hardin es claramente visible en la pantalla.Contestoapesardemímisma. —Noestoyhaciendoloquecrees...,nisiquieramehabíadadocuentadecómohasonado—me aseguradeinmediato.Puedooírelvientosoplandoasualrededoryahogandosuvoz. —Nopasanada,enserio. —No,Tess,síquepasa—mecorta—.Siestuvieraconalguienahoramismonoestaríabien,así quedejadeactuarcomosinoimportara. Metumboenlacama,admitiendoparamímismaquetienerazón. —No pensé que estuvieras haciendo algo —miento. De alguna forma sabía que no lo estaba haciendo,peromiimaginación...mehatraicionado. —Bien,talvezporfinconfíesenmí. —Quizá. —Loqueseríamuchomásrelevantesinomehubiesesabandonado—replicaentonocortante. —Hardin... Suspira. —¿Paraquéllamabas?¿Tumadreseestácomportandocomounazorra? —No la llames así. —Pongo los ojos en blanco—. Bueno..., vale, se está comportando un poco comosilofuera,peronadaimportante.Essóloque...enrealidadnoséporquétehellamado. —Bueno...—Haceunapausayoigocerrarselapuertadeuncoche—.¿Quiereshablaroalgo? —¿Noteimporta?¿Podemos?—lepregunto. Apenas unas horas antes le estaba diciendo que necesitaba ser más independiente, y aquí estoy, llamándoloalmásmínimoproblema. —Claro. —Porcierto,¿dóndeestás?—Necesitomantenerlaconversaciónlomásneutraposible...,aunque noesqueseafácilmantenerlascosasentreHardinyyoenterritorioneutral. —Enungimnasio. Casimeechoareír. —¿Ungimnasio?Túnovasalgimnasio. Hardin es una de esas pocas personas bendecidas con un cuerpo increíble sin necesidad de trabajárselo.Suconstituciónesperfecta,altoydehombrosanchos;élaseguraquedeadolescenteera desgarbado y flaco. Sus músculos son duros pero no están demasiado definidos, su cuerpo es una mezclaperfectaentreblandoyduro. —Losé.Esatíameestabapateandoelculo.Estabarealmenteabochornado. —¿Quién?—digotalvezcondemasiadafuerza. «Cálmate,Tessa,obviamentehabladelamujerquehasoído.» —Oh, la entrenadora. He decidido usar la mierda esa del kickboxing que me regalaste por mi cumpleaños. —¿Deverdad? La idea de Hardin haciendo kickboxing me hace imaginar cosas que no debería. Como él sudando... —Sí—contestaconciertatimidez. SacudolacabezaparaintentarborrarlaimagendeHardinsincamiseta. —Y¿quétaltehaido? —Bien, supongo. Aunque prefiero otro tipo de ejercicio. Pero, por otro lado, ya no estoy tan nerviosocomoloestabahaceunashoras. Entornolosojosantesurespuestaaunqueélnopuedaverme. Misdedosresiguenelestampadofloraldelcubrecama. —¿Creesqueseguirásyendo? PorfinpuedorespirarahoraqueHardinempiezaaexplicarmeloraraquehasidolaprimeramedia hora de entrenamiento, cómo no hacía más que insultar a la mujer hasta que ella ha comenzado a golpearlo en la nuca repetidamente, que esto le ha hecho respetarla y dejar de comportarse como un imbécilconella. —Espera—digoporfin—.¿Aúnestásahí? —No,ahoraestoyencasa. —Entonces...¿tehasido?¿Lahasavisado? —No, ¿por qué tendría que hacerlo? —pregunta, como si toda la gente actuara como él constantemente. Me gusta la idea de que deje todo lo que está haciendo para hablar conmigo por teléfono. No debería,peromegusta.Mereconforta,aunquetambiénmehacesuspiraryañadir: —Noestamosllevandobienestodedarnosespacio. —Nunca lo hacemos. —Puedo imaginarlo sonriendo, aunque esté hablando a más de ciento cincuentakilómetrosdedistancia. —Losé,pero... —Éstaesnuestraversióndelespacio.Notehasmetidoenelcocheyhasvenidohastaaquí.Sólo hasllamado. —Supongo... Mepermitoaceptarsulógicaretorcida,aunquedealgunaformatienerazón.Todavíanosésieso esbuenoomalo. —¿Noahsigueporahí?—preguntaentonces. —No,sefuehacehoras. —Bien. Estoy contemplando la oscuridad más allá de las horrorosas cortinas de mi habitación cuando Hardinseechaareírydice: —Hablarporteléfonoestanjodidamenteraro... —¿Porqué?—pregunto. —Nosé...Llevamoshablandomásdeunahora. Apartoelteléfonodemiorejaparacomprobarlahoray,sí,tienerazón. —Nomeparecíaquelleváramostanto—digo. —Losé,nuncahehabladotantotiempoconnadieporteléfono.Exceptocuandomellamaspara darmeelcoñazoconquevasatraeraalguienacenaroalgunallamadademisamigos,aunqueellos nuncahablanmásdeunpardeminutos. —¿Enserio? —Sí, ¿por qué no? Nunca se me dio bien lo de las citas adolescentes; todos mis amigos solían pasar horas al teléfono escuchando a sus novias hablar sobre pintaúñas o de lo que coño hablen las chicasdurantehorassinparar.—SeríeyyofrunzounpocoelceñoalrecordarqueHardinnuncatuvo laoportunidaddeserunadolescentenormal. —Notehasperdidomucho—leaseguro. —¿Conquiénhablabastúdurantehoras?¿ConNoah?—Eldesprecioestáclaroensupregunta. —No,yotampocohicelodehablardurantehoras.Estabademasiadoocupadaleyendonovelas.— Puedequeyotampocofueseunaadolescentenormal. —Bueno,entoncesmealegrodequefuerasunaempollona—dice,haciendoqueelestómagome déunvuelco. —¡Theresa!—larepetidallamadademimadremedevuelvealarealidad. —¡Oh! ¿Se te ha pasado la hora de dormir? —se burla Hardin. Nuestra relación, no relación, darnos-espacio-pero-hablar-por-teléfonosehavueltomásconfusaenlaúltimahora. —Cállate—respondo,ycubroelauricularlosuficientecomoparagritarleamimadrequeahora voy—.Tengoqueverquéquiere. —¿Deverdadteirásmañana? —Sí. Despuésdeunmomentodesilencio,añade: —Deacuerdo,vale,puestencuidado...yesascosas. —¿Puedollamarteporlamañana?—Mivoztiemblaalpreguntar. —No,probablementenodeberíamosvolverahaceresto—contesta,ymipechosecontrae—.Al menosnomuyamenudo.Notienesentidoquehablemosatodashorassinovamosaestarjuntos. —Vale.—Mirespuestasuenabaja,derrotada. —Buenasnoches,Tessa—dice,ylalíneasecorta. Tiene razón y lo sé, pero saberlo no hace que duela menos. En primer lugar, no debería haberlo llamado. Capítulo69 Tessa Sonlascincomenoscuartodelamadrugaday,porunavez,mimadrenoestávestidaparasalir.Lleva unpijamadesedadedospiezas,labataajustadaalrededordelcuerpoyunaszapatillasajuegoenlos pies.Aúntengoelcabellomojadodeladucha,peromehetomadomitiempoparaaplicarmeunpocode maquillajeyponermeropadecente. Mimadremeestudiacondetenimiento. —Tienestodoloquenecesitas,¿verdad? —Sí,todoloquetengoestáenmicoche—contesto. —Deacuerdo,asegúratedeechargasolinaantesdeabandonarlaciudad. —Estarébien,madre. —Losé.Sólointentoayudarte. —Séquelointentas. Abro los brazos para darle un abrazo de despedida y, cuando todo lo que recibo es un pequeño abrazorígido,meechohaciaatrásydecidoservirmeunatazadecaféparaelcamino.Esaleveytonta esperanzaaúnseaferraamí,laestúpidapartedemíquedeseatandesesperadamenteverlaluzdeunos farosenlaoscuridad,Hardinsaliendodesucoche,conbolsasenlamanoydiciéndomequeestálisto paraviajarconmigoaSeattle. Peroesaestúpidapartedemíessóloeso:unaestupidez. Pasan diez minutos de las cinco, le doy un último abrazo a mi madre y subo al coche, que por suertehetenidolaprecaucióndecalentarpreviamenteconlacalefacción.LadireccióndeKimberlyy ChristianestáprogramadaenelGPSdemimóvil.Nohacemásqueapagarseyrecalcular,yesoqueni siquiera he arrancado todavía. En serio que necesito un teléfono nuevo. Si Hardin estuviera aquí, no haríamásquerecordarmemachaconamentequeésaesotrabuenarazónparapillarmeuniPhone. PeroHardinnoestáaquí. El viaje es largo. Estoy sólo al principio de mi aventura y ya se ha formado una gruesa nube de inseguridadenmiinterior.Cadapequeñaciudadquedejoatrásmehacesentirmásymásfueradelugar, y me pregunto si en Seattle me sentiré incluso peor. ¿Conseguiré adaptarme o correré de vuelta al campusdelaWCU,oinclusodevueltaacasademimadre? Comprueboelrelojdelsalpicaderoyveoquesólohapasadounahora.Aunque,sipiensoenello, lahorahatranscurridobastanterápido,loque,poralgunaextrañarazón,hacequemesientamejor. Enelmomentoenquevuelvoamirarhanpasadoveinteminutosenunsuspiro.Cuantomásme alejodetodo,mejormesiento.Nomedominanlospensamientosdepánicomientrasvoyconduciendoa travésdelasoscurasydesconocidascarreteras.Meconcentroenmifuturo.Elfuturoquenadiepuede quitarme, al que nadie me puede obligar a renunciar. Me detengo a menudo a buscar un café, para comeralgoosimplementepararespirarelfrescoairedelamañana.Cuandoelsolsaleamitaddemi camino,meconcentroenlosbrillantesrayosamarilloynaranjaqueproyectayenlaformaenquelos coloressemezclanentresí,consiguiendounnuevodíahermosoyradiante.Mihumormejoraamedida quevaaclarándoseelcielo,ymedescubrocantandoconTaylorSwiftytamborileandoconlosdedosen elvolantemientraselladice«supequemetraeríasproblemasencuantoentraste»,ymeríodelaironía delaletradesucanción. AldejaratráselcarteldeBIENVENIDOSALACIUDADDESEATTLE,miestómagosellenademariposas. Loestoyconsiguiendo.TheresaYoungyaestáoficialmenteenSeattle,organizandosupropiavidaala edadenquelamayoríadesusamigosaúntratandedecidirquéquierenhacerconlassuyas. Lohelogrado.Noherepetidoloserroresdemimadreniheesperadoqueotraspersonasforjenmi destinopormí.Hetenidoayuda,porsupuesto,ymesientomuyagradecidaporello,peroahoradepende de mí pasar al siguiente nivel. Tengo un programa de prácticas increíble, una amiga descarada y su amadoprometido,yuncochellenoconmispertenencias. No tengo un apartamento..., no tengo nada excepto mis libros, unas cuantas cajas en el asiento traseroymitrabajo. Perofuncionará. Losé.Tienequefuncionar. SeréfelizenSeattle...Serácomosiempreimaginéquesería,seguro. Cadakilómetrosehaceeterno...,cadasegundoestállenoderecuerdos,dedespedidasydedudas. LacasadeKimberlyyChristianesinclusomásgrandedeloquehabíaimaginadoporladescripciónde miamiga.Yasólolaentradameponenerviosaymeintimida.Hilerasdeárbolesdelimitanlapropiedad, lossetosalrededordelacasaestánbienpodadosyelairehueleafloresquenoséreconocer.Aparco detrás del coche de Kimberly e inspiro hondo antes de salir. Las enormes puertas de madera están coronadas con una gran «V», y me estoy riendo de la arrogancia de semejante decoración cuando Kimberlyabrelapuerta. Alzaunacejaalvermereírysiguemimiradahastalapuertaqueacabadeabrir. —¡Nosotrosnolopusimosahí!Lojuro:¡laúltimafamiliaquevivióaquífueronlosVermon! —Yonohedichonada—lainformoaltiempoquemeencojodehombros. —Sé exactamente lo que estás pensando. Es horrible. Christian es un hombre orgulloso, pero ni siquieraélharíaunacosaasí.—Golpetealaletraconunauñacarmesíymeríodenuevomientrasme haceentraratodaprisaenlacasa—.¿Quétalelviaje?Vamos,pasa,aquífuerahacefrío. Lasigohastaelvestíbuloyagradezcoelairecálidoyeldulcearomadelachimenea. —Haidobien...,largo—contesto. —Esperonotenerquevolverahacereseviajenuncamás.—Sefrotalanariz—.Christianestáen la oficina. Yo me he tomado el día libre para asegurarme de que te instalas bien. Smith volverá del colegiodentrodeunashoras. —Graciasdenuevopordejarquemequede.Prometoquenoestarémásdeunpardesemanas. —Noteestreses;porfinestásenSeattle. Ellasonríeyporfincaigoenlacuenta:«¡ESTOYenSeattle!». Capítulo70 Hardin —¿Cómotefueelkickboxingayer?—preguntaLandonconvozcansadaylacaracontorsionadaenuna estúpida expresión de esfuerzo físico mientras levanta otro saco de abono. Cuando lo deja caer en su sitio,sellevalasmanosalascaderasyañadeponiendolosojosdramáticamenteenblanco—:Podrías ayudar,¿sabes? —Losé—respondodesdelasillaenlaqueestoysentado,ylevantolospiesparareposarlosenuna delasestanteríasdemaderadelinvernaderodeKaren—.Elkickboxingestuvobien.Laentrenadoraera unamujer,asíquefuebastantepatético. —¿Porqué?¿Porquetepateóeltrasero? —¿Quieresdecirelculo?No,nolohizo. —Yatodoesto,¿porquéfuiste?LedijeaTessquenotecompraraesebonoparaelgimnasio,que nolousarías. ElfastidioseinstalaenmipechoporlaformaenquelallamaTess.Nomegustaunpelo. «SóloesLandon»,merecuerdoamímismo. Detodaslasmierdasdelasquetengoquepreocuparmeahoramismo,Landoneslamenordetodas ellas. —Porqueestabacabreadoysentíqueibaarompertodoloquehabíaenelmalditoapartamento,así quecuandovielbonoalsacartodosloscajonesdelacómoda,locogí,mepuselaszapatillasymefui allá. —¿Sacastetodosloscajones?Tessatevaamatar...—Sacudelacabezayporfinsesientasobrela piladesacosdeabono.Nisiquieraséporquésehaofrecidoaayudarasumadreamovertodoeso. —De todos modos, no lo verá... Ya no es su apartamento —le recuerdo, intentando mantener el tonocortanteenmivoz. Memiraconculpabilidad. —Losiento. —Ya...—suspiro;nisiquieratengounaréplicaagudaparaeso. —Esduroparamísentirmemalporticuandopodríasestarallíconella—sueltaLandondespués deunossegundosensilencio. —Quetejodan.—Reclinolacabezacontralaparedypuedonotarcómomemira. —Notienesentido—añade. —Noparati. —Niparaella.Niparanadie. —Notengoquedarleexplicacionesanadie—salto. —Entonces,¿quéhacesaquí? Envezdecontestarle,miroamialrededor,nomuysegurodequéhagoenestelugar. —Notengoningúnotrositioadondeir. «¿Acasosecreequenolaechodemenoscadaputosegundoquepasa?¿Quenopreferiríaestar conellaenvezdeseguiraquíhablandoconél?» Memiradereojo. —Y¿quéhaydetusamigos? —¿TerefieresalosquedrogaronaTessa?¿Oalquemetendióunatrampaparasoltarlelodela apuesta?—replicocontándolosconlosdedosdelamanoparaañadirunefectodramático—.Otalvez terefierasalqueconstantementeintentameterseensusbragas.¿Quieresquecontinúe? —Supongo que no. Aunque yo podría haberte dicho que tus amigos dan asco —dice con un molestoretintín—.¿Quévasahacerentonces? Decidoquemantenerlapazespreferibleamatarloymeencojodehombros. —Exactamenteloqueestoyhaciendoahora. —¿Asíquevasaquedarteconmigolloriqueandoporlosrincones? —Noestoylloriqueando.Estoyhaciendoloquemedijistequehiciera:mejorarmeamímismo.— Meburlodibujandocomillasconlosdedos—.¿Hashabladoconelladesdequesemarchó?—pregunto. —Sí,mehaenviadounmensajeestamañanaparadecirmequehallegado. —EstáencasadeVance,¿verdad? —¿Porquénoloaveriguasportimismo? «Joder,miraqueLandonpuedeserpesado.» —Séqueestáahí.¿Dónde,sino,ibaaestar? —ConesetalTrevor—sugiereLandonrápidamente,ysusonrisitamehacereconsiderarretirarla suspensióndelapenademuertequeleacabodeotorgar. Si ahora mismo le hiciera un placaje, no le haría mucho daño. Total, no está ni a un metro del suelo.Probablementenisiquieraledejaríamarcas... —MehabíaolvidadodelputoTrevor—gruñomasajeándomelassienesconfuerza. TrevorescasitanirritantecomoZed.PerocreoqueTrevorenrealidadtienebuenasintenciones conrespectoaTessa,loqueaúnmecabreamás.Lohaceaúnmáspeligroso. —Yentonces,¿cuáleselsiguientepasoenelProyectodeAutomejora?—Landonsonríe,perola sonrisa desaparece rápidamente y su expresión se vuelve seria—. Estoy realmente orgulloso de ti por haceresto,¿sabes?Esgenialverteintentarloenserio,envezdeesforzarteduranteunahoraparavolver asercomoerasenelmomentoenqueellateperdona.TambiénsignificarámuchoparaTessaverque realmenteestástrabajandoparacambiar. Dejo caer los pies y me balanceo ligeramente en la silla. Hablar de esto despierta algo en mi interior. —No intentes sermonearme, aún no he hecho una mierda; sólo ha pasado un día. —Un largo, miserableysolitariodía. Landonabremucholosojosenseñaldesimpatía. —No,lodigoenserio.Nohasrecurridoalalcoholnitehasmetidoenpeleas,notehanarrestado y,además,séquevinisteahablarcontupadre. Mequedoconlabocaabierta. —¿Telohacontado?Quécapullo. —No,élnomehadichonada.Perovivoaquíyvitucoche. —Ah... —CreoqueelhechodequehablesconélsignificarámuchoparaTessa—continúa. —¿Quieresparar?—leimploroconunarápidacaídadehombros—.Joder,quenoeresmiloquero. Dejadeactuarcomosifuesesmejorqueyoyyonofueramásquealgunaclasedeanimalheridoalque tienesque... —¿Porquénopuedessimplementeaceptaruncumplido?—meinterrumpeél—.Nuncahedicho queseamejorquetú.Loúnicoqueintentoesestarahíparati,comounamigo.Notienesanadie,tú mismo lo has dicho, y ahora que has permitido que Tessa se mude a Seattle, no tienes ni a una sola personaparadarteapoyomoral.—Memirafijamenteperoyoapartolosojos—.Debesdejardealejara la gente de ti, Hardin. Sé que no te caigo bien; me odias porque crees que de algún modo soy el responsable de algunos de los problemas que tienes con tu padre, pero Tessa y tú me importáis muchísimo,loquierasoírono. —Noquierooírlo—lesuelto. ¿Porquésiempretienequedecirmierdascomoésa?Habíavenidoa...,nosé,ahablarconél,noa quemedijeralomuchoqueleimporto. Además, ¿por qué tendría que importarle? No he sido más que un cabrón desde el día que lo conocí,peronoloodio.¿Deverdadcreequeloodio? —Bueno, ésa es una de las cosas en las que necesitas trabajar. —Se pone en pie y sale del invernadero,dejándomeasolas. —Joder. Balanceo un pie delante de mí y golpeo sin querer una de las estanterías de madera. Un crujido resuenaportodalasalaymepongoenpiedeunsalto. —¡No,no,no! Intento cazar al vuelo las cajas de flores, las macetas y todo lo que puedo antes de que caiga al suelo.Ensegundos,todo,absolutamentetodoestáporlossuelos.Estonoestáocurriendo,yonoquería romperestamierda,yaquíestoy,conunmontóndetierra,floresymacetasrotasamispies. TalvezpuedalimpiarloantesdequeKaren... —Oh,Diosmío...—Laoigocontenerelalientoymevuelvohacialapuertaparaverlaallídepie, conunapequeñapaladejardineroenlamano. «Mieeeeerda.» —Noqueríatirarlo,lojuro.Lehedadoconelpiesinquerer,laestanteríaseharotoy...ytodaesta mierda ha empezado a caer... ¡He intentado cogerlo! —trato de explicarle desesperado mientras ella correhacialapiladecerámicarota. Susmanossemuevenentrelospedazos,tratandodevolverajuntarunamacetaazulquenopodrá volveraestardeunapieza.Karennodicenada,perolaoigosorberporlanarizytratadesecarselas mejillasconsusmanosllenasdetierra. Trasunossegundos,murmura: —Hetenidoestamacetadesdequeeraunaniña.Fuelaprimeramacetaqueuséparatrasplantarun esqueje. —Yo...—Noséquédecirle.Herotomuchísimascosas,peroestavezsíquehasidounaccidente. Mesientocomounaauténticamierda. —Estoylaporcelanaeranloúnicoquemequedabademiabuela—llora. Laporcelana.Laporcelanaqueherotoenunmillóndepedazos. —Karen,losiento.Yo... —Estábien,Hardin—suspirayarrojalostrozosdelamacetasobrelapiladesuciedad. Peronoestábien,puedoverloensusojoscastaños.Perciboloheridaquesesiente,ymesorprendo anteelpesodelaculpaqueseinstalaenmipechoalavistadelatristezaensusojos.Contemplala macetarotaduranteunossegundosmásyyolaobservoensilencio.TratodeimaginaraKarendeniña, conunosgrandesojoscastañosyunalmaamableinclusoentonces.Apuestoaqueeraunadeesasniñas cariñosascontodoelmundo,hastaconloscabronescomoyo.Piensoensuabuela,queprobablemente era tan buena como ella, entregándole algo que Karen consideró lo suficientemente importante como para conservarlo durante todos estos años. Yo nunca he tenido nada en mi vida que no haya acabado destruido. —Voyaterminardeprepararlacena.Prontoestarálista—dicealfinal. Yentonces,secándoselosojos,abandonaelinvernaderoigualquesuhijolohahechohaceapenas unosminutos. Capítulo71 Tessa EsimposibleignoraraSmithysuadorableformadeandaratualrededor,mirándolotodo,saludándote conunapretóndemanosformalycosiéndotedespuésapreguntasmientrastúintentashacertustareas. Asíquecuandoentraenlahabitaciónenelmomentoenqueestoycolgandomiropaymepreguntaen vozbaja«¿DóndeestátuHardin?»,nopuedoenfadarmeconél. MeponeunpocotristetenerqueexplicarlequelohedejadoenlaWCU,peroestepequeñínestan ricoqueatenúaelterribledolorquesiento. —Y¿dóndeestálaWCU?—pregunta. Pongolamejordemissonrisas. —Lejos,muymuylejos. Smithentornasuspreciososojosverdes. —¿Vaavenir? —No lo creo. Esto..., a ti te cae bien Hardin, ¿verdad, Smith? —Me río, paso las mangas de mi viejovestidomarrónporunaperchaylocuelgoenelarmario. —Másomenos.Esgracioso. —¡Oye, que yo también soy graciosa! —bromeo, pero él simplemente me dedica una sonrisa tímida. —Nomucho—sueltaconsinceridad. Yesomehacereíraúnmásfuerte. —Hardincreequesoygraciosa—miento. —¿Enserio?—Smithsefijaenloquehagoyempiezaaayudarmeadesempaquetaryavolvera doblarmiropa. —Sí,aunquenuncaloadmitiría. —¿Porqué? —No lo sé —digo encogiéndome de hombros. Probablemente porque no soy muy graciosa, y cuandointentoserloesaúnpeor. —Bueno,dileatuHardinquevengaaviviraquí,comotú—dicecontodatranquilidad,comoun pequeñoreyemitiendounedicto. Mipechosecontraeantelaspalabrasdeestedulceniño. —Selodiré.Nohacefaltaquedobleseso—leadvierto,intentandocogerlacamisaazulquetiene entrelasmanitas. —Megustadoblar—replica,yescondelacamisaasuespalda. ¿Quépuedohacerexceptoasentir? —Undíadeéstosserásunbuenmarido—ledigo,ysonrío. Sus hoyuelos aparecen cuando me devuelve la sonrisa. Al menos parece que le caigo un poco mejorqueantes. —Noquieroserunmarido—dicearrugandolanariz,ypongolosojosenblancoanteestecríode cincoañosquehablaexactamenteigualqueunadulto. —Algúndíacambiarásdeidea—lopico. —No.—Yconesoacabalaconversaciónyterminamosdecolocarmiropaensilencio. MiprimerdíaenSeattleseestáacabandoymañanaserámiprimerdíaenlanuevaoficina.Estoy extremadamentenerviosayansiosaporello.Nomegustanlascosasnuevas;dehecho,meaterrorizan. Megustacontrolarcadasituaciónyentrarenunnuevoentornoconunplansólido.Peronohetenido tiempo de planear mucho todo esto, aparte de apuntarme a mis nuevas clases, que, para ser sincera, tampoco es que me hagan especial ilusión. En algún momento durante mi autoflagelación, Smith ha desaparecido,dejandosobrelacamaunapiladeropaperfectamentedoblada. NecesitosaliryverSeattlemañanadespuésdeltrabajo.Necesitoquemerecuerdenloquetantome gustadeestaciudad,porqueahoramismo,enestedormitorioajeno,ahorasdedistanciadetodoloque siempreheconocidomesiento...sola. Capítulo72 Hardin ObservoaLoganvaciarunapintaenteradecervezadeunsolotrago,espumaincluida.Dejalajarraen lamesaysesecalaboca. —Stephesunapsicópata.NadieimaginabaqueleharíaalgoasíaTessa—dice,ydespuéseructa. —Danlosabía.Ysidescubroquealguienmáslosabíatambién...—leadvierto. Élmemiraconsolemnidadyasiente. —Nadie más lo sabía. Bueno..., al menos que yo sepa. Pero ya sabes que, total, a mí nadie me cuentaunamierda. Unamorenaaltaapareceasuladoyéllarodeaconunbrazo. —NateyChelseaestaránaquípronto—ledice. —Nochedeparejas—gimo—.Serámejorquemelargue. TratodeponermeenpieperoLoganmedetiene. —Noesunanochedeparejas.Tristantambiénestásolteroahora,yNatenoestásaliendoenserio conChelsea:sólofollan. No sé ni por qué he venido, pero Landon apenas me habla y Karen parecía tan triste durante la cenaquenopodíapermanecersentadoalamesapormástiempo. —Déjameadivinar:¿Zedtambiénviene? Loganniegaconlacabeza. —Nolocreo,meparecequeestáinclusomáscabreadoquetúportodaestamierda,porquenonos havueltoahablaraningunodesdequepasó. —Nadieestámáscabreadoqueyo—ledigoconlosdientesapretados. Quedar con mis antiguos amigos no me está ayudando a ser «mejor persona». Sólo me está fastidiando.¿CómoseatreveadecirqueZedsepreocupamásporTessaqueyo? Loganagitalamanoenelaire. —Noqueríadecireso...,culpamía.Tómateunabirrayrelájate—dicebuscandoalcamarerocon lamirada. AlzolavistayveoqueNate,laquedebedeserlatalChelseayTristanatraviesanelpequeñobar ennuestradirección. —Noquierounajodidacerveza—repongoenvozbajaintentandocontrolarmiactitud.Logansólo tratadeayudarme,peromeestámolestando.Todoelmundomemolesta.Todomemolesta. Tristanmedaunapalmadaenelhombro. —Cuánto tiempo sin verte —se esfuerza por bromear, pero queda raro y ninguno de nosotros dedica al tema ni una sonrisa—. Siento toda la mierda que lio Steph..., no tenía ni idea de lo que planeaba,enserio—diceporfin,haciendoelmomentomuchomásincómodo. —Noquierohablardeeso—afirmoconénfasis,poniendofinalaconversación. Mientrasmipequeñogrupodeamigosbebeyhablasobregilipollecesquemeimportanunhuevo, meencuentropensandoenTessa. «¿Qué estará haciendo ahora? ¿Le gustará Seattle? ¿Se sentirá tan incómoda en casa de Vance, comosospecho?¿EstaránsiendoamablesconellaChristianyKimberly?» Puesclaroquesí;KimberlyyChristiansiempresonamables.Asíqueenrealidadestoyevitandola granpregunta:¿Tessameechatantodemenoscomoyoaella? —¿Vas a tomarte uno? —Nate interrumpe mis pensamientos y agita un vaso de chupito ante mi cara. —No,estoybien.—Señalomisodasobrelamesayélseencogedehombros,echalacabezahacia atrásyselotomadeuntrago. Estoesloúltimoquemeapetecehacerahoramismo.Esejuegoadolescentedebeber-hasta-potaro-hasta-caer-redondopuedequesealosuficientementebuenoparaellos,peronoloesparamí.Ellosno disfrutan del lujo de tener una voz taladrándolos desde el fondo de la mente, diciéndoles que deben mejorar y hacer algo con sus vidas. Nunca han tenido a nadie que los quiera lo suficiente como para desearsermejores. «Quiero ser mejor por ti, Tess», le dije una vez. Y no es que haya hecho un gran trabajo hasta ahora. —Melargo—anuncio,peronadienotacuandomelevantoymemarcho. Hedecididoquenovoyaseguirperdiendoeltiempoenlosbarescongentealaquerealmentele importounamierda.Notengonadacontralamayoríadeellos,peroningunomeconocedeverdadose preocupapormí.Sólolesgustaelyoborracho,rudoyquesefollaacualquierchica.Yonoeramásque otrotíoensusgrandesfiestas.Nosabenunamierdademí,nisiquierasabenquemipadreeseljodido rectordenuestrauniversidad.Estoysegurodequenisiquierasabenloquehaceunrector. Nadie me conoce como me conoce ella, nadie nunca se ha preocupado por conocerme como lo hace Tess. Ella siempre me hace las preguntas más intrusivas y aleatorias: «Qué estás pensando?», «¿Por qué te gusta esta serie?», «¿Qué crees que está pensando ese hombre de ahí?», «¿Cuál es tu primerrecuerdo?». Yosiemprereaccionabacomosisunecesidaddesaberlotodofuesemolesta,peroenrealidadme hacíasentir...especial...,comosialguiensepreocuparalosuficientepormícomoparaquererconocer lasrespuestasaesasridículaspreguntas.Noséporquémimentenoescapazdeponersedeacuerdo: unamitadmedicequelosupereyllevemipatéticoculohastaSeattle,derribelapuertadeVanceyle prometa no volver a dejarla jamás. Pero no es tan fácil. Hay otra parte mayor y más fuerte en mí, la mitad que siempre gana, que me recuerda lo jodido que estoy. Muy jodido, y lo destruyo todo en mi vida y en la de los demás, así que le estaré haciendo un favor a Tessa dejándola en paz. Y ésta es la única parte a la que puedo creer, especialmente sin ella aquí para decirme que estoy equivocado. Especialmenteporquealfinalesoesloquesiempreharesultadoserverdadenelpasado. El plan de Landon para convertirme en una persona mejor suena bien sobre el papel, pero ¿y despuésqué?¿Sesuponequedebocreerquepuedoseguirasíporsiempre?¿Sesuponequedebocreer que seré lo bastante bueno para ella sólo porque he decidido no recurrir al vodka cada vez que me pongofurioso? Estoseríamuchomássencillosinoestuvieradispuestoaadmitirlojodidoqueestoy.Noséqué voyahacer,peronovoyaencontrarlarespuestaaquíyahora.Estanochemeiréamiapartamentoy veré las series favoritas de Tessa, las peores series, llenas de guiones ridículos y actores terribles. Probablemente hasta fingiré que ella está allí conmigo, explicándome cada escena aunque yo las esté viendojustoasuladoyentendiendotodoloqueestápasando.Mevuelvelococuandohaceeso.Esmuy molesto,peromeencantaloapasionadaquesemuestraporlospequeñosdetalles.Comoquiénllevaun abrigorojoyestáacosandoaesasinsoportablespequeñasmentirosas. Sigoplaneandominochecuandosalgodelascensor.Acabaréviendoesamierda,despuéscenaré, medaréunaduchayprobablementemelapelaréimaginandolabocadeTessaalrededordemipolla,y harétodoloposiblepornohacernadaestúpido.Puedequeinclusolimpieeldesastrequeorganicéayer. Medetengofrentealapuertademiapartamentoymiroarribayabajodelpasillo.¿Quécoñohace lapuertamedioabierta?¿HavueltoTessaoesquealguiensehacoladodenuevo?Noestoysegurode quérespuestapodríacabrearmemás. —¿Tessa? Empujolapuertaconelpieysemecaeelalmaalospiesalverasupadremediodesplomadoy cubiertodesangre. —Pero¡¿quécoño...?!—gritocerrandolapuertadeungolpe. —Cuidado...—gimeRichard,ymisojossiguenlossuyoshastaelpasillo,donde,porencimadesu hombro,captounmovimiento. Hayunhombreahí,inclinándosesobreél.Cuadroloshombros,dispuestoacargarcontraelsujeto siesnecesario. PeroentoncesmedoycuentadequeeselamigodeRichard...Chad,creoquesellama. —Pero¿quécojoneslehapasadoyquécoñoestáishaciendoaquí?—lepregunto. —Esperabaencontraralachica,perotúmeservirás—seburla. MehiervelasangreporeltonoenqueestetíohabladeTessa. —¡Lárgatedeaquíyllévatelocontigo!—Señaloaltrozodemierdaquehatraídoaestetíoami apartamento.Susangremeestáestropeandoelsuelo. Chad endereza los hombros y mueve la cabeza de un lado a otro. Me doy cuenta de que intenta mantenerlacalmaperoque,aunasí,estámuyalterado. —Elproblemaesquemedebeunmontóndepastaynotieneformadepagarme—explica,conlas uñassuciasrascandolospequeñospuntosrojosdesusbrazos. «Putoyonqui.» Alzolapalmadelamano. —Noesmiproblema.Novolveréadecirtequetelargues,ypuedesestarsegurodequenovoya dartedinero. PeroChadselimitaasonreír. —¡Nosabesconquiénestáshablando,chaval! YledaunapatadaaRichardjustodebajodelascostillas.Ungemidopatéticoescapadesuslabios mientrassedeslizahastaelsueloyyanoselevanta. Noestoydehumorparatratarconmalditosdrogadictosasaltadoresdeapartamentos. —Meimportáisunamierdatantoélcomotú.Estásmuyequivocadosicreesquetetengomiedo— gruño. «¿Quémáspodríaocurrirenestamalditasemana?» No,espera.Noquierosaberlarespuestaaeso. AvanzohaciaChadyélretrocede,justocomosabíaqueharía. —Sóloporseramabletelorepetiréunavezmás:largaosollamaréalapoli.Ymientrasesperamos aqueaparezcanparasalvarte,tedaréunapalizaconelbatedebéisbolquetengosiempreamanoporsi algúnjodidoimbécilintentaalgunagilipollezcomoésta. Voyhastaelarmariodelvestíbulo,sacoelarmadedondelatengosiempreapoyadacontralapared ylaagitolentamenteparaprobarmidecisión. —Si me voy sin el dinero que me debe, cualquier cosa que le haga será culpa tuya. Su sangre estaráentusmanos. —Meimportaunamierdaloquelehagas—digo.Perodeprontonoestoysegurodesilodigoen serio. —Claro—diceél,yleechaunvistazoalasala. —¿Cuántapasta?—pregunto. —Quinientos. —Nopiensodartequinientosdólares. SécómosevaasentirTessacuandodescubraquemissospechassobreelhechodequesupadrees undrogatasonciertas,ymedanganasdetirarlelacarteraaChadalacaraydarletodoloquetengo sóloparalibrarmedeél.Odiosaberqueteníarazónsobresupadre;ahoramismoellasólomecreea medias,peroprontovaacomprendertodalaverdad.Ojalátododesapareciera,incluidoelcapullode Richard. —Notengotantodinero—añado. —¿Doscientos?—pregunta.Casipuedoversuadicciónsuplicándomeatravésdesusojos. —Vale. Nopuedocreerquedeverdadvayaadarledineroaesteyonquiquesehacoladoenmicasayleha dadounapalizademuertealpadredeTessa.Nisiquieratengodoscientosdólaresenefectivo.¿Quése suponequevoyahacer?,¿llevarmealtíoésteauncajero?Estoesunamierda. Pero¿quiénvuelveasucasaparaencontrarseconalgoasí? Yo. Porella,sóloporella. Mesacolacarteradelbolsillo,lelanzolosochentadólaresqueacabodesacardelbancoyentroen midormitorioconelbateaúnenlamano.CojoelrelojquemipadreyKarenmeregalaronporNavidad ytambiénselolanzo.Paraseruntipotanesqueléticoyhechopolvo,Chadlocazaalvueloconbastante agilidad.Debedeansiarlomucho...,omásbienloqueledaránacambio. —Elrelojvalemásdequinientospavos.¡Yahoralárgatedeaquí!—legrito,peroenrealidadno quieroquesevaya,quieroqueintenteatacarmeparapoderabrirlelacabeza. Chadseríe,despuéstoseyvuelveareír. —Hastalapróxima,Rick—amenazaantesdecruzarlapuerta. Losigoyloseñaloconelbate,diciendo: —Eh,Chad...Sivuelvoaverte,temataré. Ylecierrolapuertaenlasnarices. Capítulo73 Hardin Empujo el muslo de Richard con mi bota. Estoy más que cabreado y todo este lío es por mi maldita culpa. —Losiento—gimoteamientrasintentaincorporarse;alospocossegundoshaceungestodedolor yvuelveadeslizarsesobreelsuelodehormigón. Loúltimoquequieroestenerquelevantarsupatéticoculodelpiso,perollegadosaestepuntoya noséquémáshacerconél. —Tevoyasentarenlasilla,peroniteacerquesalsofá,nohastaquetedesunaducha. —Vale —murmura, y cierra los ojos mientras me inclino para levantarlo. No pesa tanto como esperaba,especialmenteparaalguiendesuestatura. Loarrastrohastaunasilladelacocinay,encuantolosiento,sedoblaporlamitadrodeándoseel torsoconunbrazo. —Y¿ahoraqué?¿Quésesuponequevoyahacercontigoahora?—lepreguntoenvozbaja. ¿QuéharíaTessasiestuvieseaquí?Conociéndola,leprepararíaunbañocalienteyalgodecomer. Yonovoyahacerningunadelasdoscosas. —Llévamedevuelta—sugiere. Susdedostemblorososlevantanelcuellodesuandrajosacamiseta,unamíaqueTessaledio.¿La ha estado llevando desde que se fue de aquí? Se seca la sangre de la boca, restregándosela perezosamenteporlamejillayporelpelogruesoehirsutoquelecreceahí. —¿Devueltaadónde?—pregunto. Quizádeberíahaberllamadoalapolicíanadamásentrarenelapartamento,quizánotendríaque haberledadoelrelojaChad...Nopensabaconclaridadenesemomento,todoloquepodíapensarera enmanteneraTessafueradetodoesto. Pero,claro,ellayaestácompletamentefueradeesto...,ymuylejos. —¿Porquélohastraídoaquí?SillegaaestarTessa...—Mivozsepierde. —Sehamudado,sabíaquenoestaríaaquí—seesfuerzaendecir. Séquelecuestahablar,peronecesitorespuestasysemeestáacabandolapaciencia. —¿Tambiéntecolasteencasahaceunosdías? —Sí.Sólovineacomeryadu...ducharme—jadeaRichard. —¿Vinistehastaaquísóloparacomeryducharte? —Sí,laprimeravezcogíunautobús.HoyChad...—tomaalientoyaúlladedolorantesdecambiar elpesodelado—seofrecióatraerme,peroencuantoentramossevolvióenmicontra. —¿Cómocoñohasentrado? —CogílallavederepuestodeTessie. «¿Lacogió...oellaseladio?»,mepregunto. Richardcabeceahaciaelfregadero. —Delcajón. —Aversiloheentendidobien:¿robasteunallavedemiapartamentoaunquepodíasvenircuando quisierasadarteunaduchayluegotrajisteaChadelYonquiEncantadoramicasaparaquetemolieraa palosenmisaladeestarporqueledebesdinero? ¿Cómoheacabadoenmitaddeuncapítulode«Intervention»? —Nohabíanadieencasa.Nopenséqueimportara. —Nopensaste...,¡éseeselproblema!¿YsihubiesesidoTessalaquehubieravenido?¿Acasote importacómopuedasentirsesiteveasí? Estoy completamente descolocado. Mi primer instinto es sacarlo a rastras de nuestro... de mi apartamento y dejar que se desangre en el pasillo. Pero no puedo hacer eso porque resulta que estoy desesperadamenteenamoradodesuhija,ysilohicieratodocuantoconseguiríaseríaherirlaaúnmásde loqueyalohehecho.¿Aqueelamoresjodidamenteincreíble? —Bueno,y¿quévamosahacerahora?—Merascolabarbilla—.¿Tellevoalhospital? —Nonecesitounhospital,sólounvendajeodos.¿PuedesllamaraTessiepormíydecirlequelo siento? Rechazosusugerenciaconunasacudidadelbrazo. —No,noloharé.Nadielevaacontarnadadeesto.Noquieroquesepreocupeporestamierda. —Vale—accede,yvuelvearesbalardelasilla. —¿Desdecuándotemetes?—lepregunto. Éltragasaliva. —Nolosé—dicedócilmente. —Nomemientas,nosoyidiota.Sólodímelo. Pareceperdidoensuspensamientos,distraído. —Haráunaño,peroheestadointentandodejarlodesdeeldíaquemeencontréconTessie. —Selevaaromperelcorazón...,losabes,¿verdad? Esperoquelosepa.Ysino,notendréproblemaalgunoenrecordárselomilesdevecessienalguna ocasiónloolvida. —Losé,mevoyaponermejor,porella—measegura. «Comohacemostodos...» —Bueno,querrásacelerarturehabilitación,porquesiteveahora...—Noacabolafrase. Considero la idea de llamarla y preguntarle qué diablos se supone que debo hacer con su padre, pero sé que ésa no es la respuesta. No necesita que la moleste con esto, ahora no. No cuando está intentandohacerrealidadsussueños. —Mevoyamihabitación—digofinalmente—.Puedesducharte,comeroloqueseaqueplanearas hacerantesdequellegaraacasayosinterrumpiera. Salgodelacocinaparairamidormitorio.Cierrolapuertatrasdemíymeapoyoenella.Éstashan sidolasveinticuatrohorasmáslargasdemivida. Capítulo74 Tessa NopuedoborrarestaridículasonrisademicaramientrasKimberlyyChristianmeenseñanminuevo despacho.Lasparedessondeunblanconítido,lasmoldurasylapuertasongrisoscuroyelescritorioy lasestanteríassonnegros,elegantesymodernos.Eltamañodelasalaeselmismoqueeldemiprimer despacho, pero las vistas son increíbles, de hecho quitan el aliento. La nueva oficina de Vance se encuentraenelcentrodeSeattle;laciudadasuspiesespróspera,enconstantemovimientoydesarrollo, yyomehallojustoenelmeollodetodo. —Esto es increíble... ¡Muchísimas gracias! —les digo, probablemente con más entusiasmo de lo quemuchaspersonaspodríanconsiderarprofesional. —Todo lo que necesitas está a un paseo de distancia, café y cualquier tipo de cocina que pueda apetecerte,todoestáaquí.—Christiancontemplalaciudadconorgulloyrodeaconunbrazolacintura desuprometida. —Dejadealardear,¿quieres?—bromeaKimberly,yleplantaunsuavebesoenlafrente. —Bueno,yanosvamos.Yahora,ponteatrabajar.—Christianmeregañadebroma.Kimberlylo agarraporlacorbatayprácticamentelosacaarastrasdelaoficina. Ordeno las cosas sobre mi escritorio tal y como me gustan y leo un poco, pero para la hora de comeryaleheenviadoalmenosdiezfotosdeminuevodespachoaLandon...yaHardin.Sabíaque Hardinnomecontestaría,peronohepodidocontenerme.Queríaqueapreciaralasvistas,talvezesolo haría cambiar de opinión respecto a mudarse aquí, ¿no? Sólo estoy buscando excusas para mi breve lapsusdejuicioalenviarlelasfotos.Peroesqueloechodemenos...Yaestá,yalohedicho.Loecho terriblementedemenos,yesperabaunarespuestaporsuparte,aunquesólofueraunmensajito.Algo. Peronomehaenviadonada. Landon sí que me manda una animada respuesta a cada foto, incluso cuando le envío una muy tontaenlaquesalgoconunatazadecaféconellogodelaeditorialimpresoenunlado. CuantomáspiensoenmiimpulsivadecisióndeenviarleesasfotosaHardin,másmearrepiento. ¿Ysiselotomaporloquenoes?Tienetendenciaahacerlo.Podríaconsiderarlocomounrecordatorio delhechodequesigoadelante,inclusopuedellegarapensarqueseloestoyrestregandoporlacara.De verdadqueésanoeramiintenciónysóloesperoquenoselotomeasí. Quizá debería mandarle otro mensaje explicándoselo. O decirle que le he enviado las fotos por accidente.Noséquéresultaríamáscreíble. Ningunadelasdosopciones,seguro.Estoydándoledemasiadasvueltasaesto;despuésdetodo, sonsólofotos.Ynopuedoserresponsabledecómodecidainterpretarlas.Nopuedoresponsabilizarme asídesusemociones. Cuando entro en la sala de descanso de mi planta me encuentro a Trevor sentado a una de las mesascuadradasconunatabletafrenteaél. —BienvenidaaSeattle—mediceconsusojosazulesbrillando. —Hola.—Ledevuelvoelsaludoconunasonrisa. A continuación inserto mi tarjeta de débito en la rendija de la enorme máquina expendedora. Presionounoscuantosbotoncillosnumeradosysoyrecompensadaconunpaquetedegalletassaladas conmantequilladecacahuete.Estoydemasiadonerviosaparatenerhambre,asíqueyasaldrémañanaa comer,despuésdequehayatenidolaoportunidaddeexplorarlazona. —¿TegustaSeattledemomento?—mepreguntaTrevor. Lomiropidiendopermisoy,cuandoasiente,medeslizoenlasillafrenteaél. —Aúnnohepodidovermucho.Justolleguéayer,peromeencantaestenuevoedificio. Dos chicas entran en la sala y le sonríen a Trevor; una de ellas se vuelve para sonreírme a mí tambiényyolasaludoconlamano.Empiezanahablarentresí,yentonceslamásbajitadeellas,que tieneelcabellonegro,abreelfrigoríficoysacaunplatopreparadoparamicroondasmientrassuamiga semuerdelasuñas. —Entonces deberías explorar un poco. Hay demasiadas cosas que hacer aquí. Es una ciudad preciosa—declaraTrevoraltiempoqueyomordisqueounagalleta,pensativa—.LaAgujaEspacial,el CentrodeCienciasdelPacífico,museosdearte...,loquequieras. —Me gustaría ver la Aguja Espacial y el mercado de Pike Place —le digo. Pero empiezo a sentirmeunpocoincómodaporque,cadavezquemiroalasdoschicas,medoycuentadequemeestán observandoyhablandoenvozbaja. Hoyestoyunpocoparanoica. —Deberíashacerlo.¿Yahasdecididodóndetequedarás?—preguntadeslizandoeldedoíndicepor lapantallaparacerrarlaventanadesutabletaydedicarmetodasuatención. —De momento estoy en casa de Kimberly y Christian... Sólo será durante una o dos semanas, hastaquepuedaencontrarunlugardondevivir. La urgencia en mi voz resulta embarazosa. Odio tener que quedarme con ellos después de que Hardinfastidiaramioportunidaddealquilarelúnicoapartamentoquepudeencontrar.Quierovivirsola ynoestarpreocupadaporsisoyunamolestiaparanadie. —Podríapreguntarporahíyversihayalgúnapartamentolibreenmiedificio—seofreceTrevor. Seajustalacorbataysealisalatelaplateadaantesdepasarselasmanosporlassolapasdesutraje. —Gracias,peronocreoquetuedificioentredentrodemipresupuesto—lerecuerdoenvozbaja. Éleseljefedefinanzas,yyosoyunabecaria...conunsueldodecente.Nisiquieraestoysegurade quepudieraalquilarelcontenedordebasuradedetrásdesuedificio. Trevorsesonroja. —Vale—dicealdarsecuentadelagrandiferenciaentrenuestrossueldos—.Perodetodosmodos puedopreguntarporahí,porsialguiensabedealgúnotrositio. —Gracias. —Sonrío convencida—. Seguro que Seattle me parecerá más acogedora en cuanto encuentremipropiohogar. —Estoy de acuerdo; te llevará algo de tiempo, pero sé que te encantará estar aquí. —Su media sonrisaescálidayagradable. —¿Tienesplanesparadespuésdeltrabajo?—lepreguntoantesdepoderevitarlo. —Puessí—dice,convozsuaveytitubeante—.Peropuedocancelarlos. —No,noimporta,sólopensabaque,comotúconoceslaciudad,mepodríasllevarporahí,perosi yatienesplanesnotepreocupes.—EsperopoderhaceramigosenSeattle. —Meencantaríaenseñartelaciudad.Sóloibaasalirahacerjogging,esoestodo. —¿Jogging?—Arrugolanariz—.¿Porqué? —Pordiversión. —Amínomesuenamuydivertido.—Merío,yélsacudelacabezaconfingidodisgusto. —Normalmente voy todos los días después del trabajo. Yo también estoy conociendo la ciudad aún,yesunabuenaformadeexplorarlosalrededores.Deberíasacompañarmealgúndía. —Nolosé...—Laideanoacabadeentusiasmarme. —Opodríamoscaminar.—Seríe—.YovivoenBallard,esunbarriobastantebueno. —De hecho, he oído hablar de Ballard —comento, recordando haber pasado por páginas y más páginas web donde se mostraban los barrios de Seattle—. De acuerdo, sí. Entonces pasearemos por Ballard.—Cierrolasmanosfrenteamíylasdejosobremiregazo. NopuedoevitarpensarcómoHardinsetomaríaesto.DespreciaaTrevoryyaestápasándolomal connuestroacuerdode«darnosespacio».Noesqueéllohayadicho,peromegustapensarqueesasí. No importa cuánto espacio haya entre Hardin y yo, literal o metafóricamente, yo sólo veo a Trevor como a un amigo. Lo último que tengo en este momento en mente es un romance con nadie, especialmenteconalguienquenoseaHardin. —Entoncesdeacuerdo.—Sonríe,claramentesorprendidodequehayaaccedido—.Mihoradela comida ha acabado, así que tengo que volver a mi despacho, pero te enviaré un mensaje con mi dirección,opodemosirdirectamentedespuésdeltrabajosiquieres. —Mejorvamosdirectamentedesdeeltrabajo.Llevozapatoscómodos—yseñalomisbailarinas, dándomepalmaditasmentalesenlaespaldapornollevarhoytacones. —Meparecebien.¿Quedamosentudespachoalascinco?—proponeélponiéndoseenpie. —Sí,genial. Yotambiénmelevantoytiroelenvoltoriodelasgalletasalabasura. —Puesyasabemoscómoconsiguióeltrabajo—oigoquediceunadelaschicasamiespalda. Cuando, por curiosidad, miro hacia el lugar donde están sentadas, las dos se callan de golpe y bajanlavistaalamesa.Nopuedoevitarpresentirqueestabanhablandosobremí. AdiósamiideadehaceramigosenSeattle. —Esas dos no hacen otra cosa más que cotillear, ignóralas —me dice Trevor, poniéndome una manoenlaespaldayguiándomefueradelasaladedescanso. Cuando regreso a mi despacho, rebusco en el cajón de mi escritorio para sacar mi móvil. Dos llamadasperdidas,ambasdeHardin. ¿Deberíadevolvérselasahoramismo? «Mehallamadodosveces,puedequehayapasadoalgomalo.Deberíallamar»,piensodiscutiendo conmigomisma. Élcontestaaltercertonoydiceatodaprisa: —¿Porquénohascontestadocuandotehellamado? —¿Hapasadoalgo?—Melevantodemisillón,presadelpánico. —No, no pasa nada. —Respira, y puedo imaginar la forma exacta en que sus labios rosados se muevenmientraspronunciaesassimplespalabras—.¿Porquémehasenviadoesasfotos? Miroalrededordemidespacho,preocupadaporsilodisgusto. —Esqueestabaemocionadaconminuevaoficinayqueríaquelavieras.Esperoquenocreyeras queestabafanfarroneando.Sientoque... —No,esqueestabaconfuso—intervienecontranquilidad,ydespuéssequedaensilencio. Despuésdeunossegundos,digo: —Noteenviaréningunamás,nodeberíahabertemandadoésas.—Apoyolafrentecontraelcristal delaventanaymirohaciaabajo,alascallesdelaciudad. —No te preocupes, está bien... ¿Qué tal es aquello? ¿Te gusta el sitio? —La voz de Hardin es sombría,yquierosuavizarelceñoqueséqueacabadeaparecerensucara. —Esprecioso. Actoseguidomellamalaatención,sabíaqueloharía: —Nohascontestadoamipregunta. —Megustaellugar—digoenvozbaja. —Parecesabsolutamenteeufórica. —No,deverdadquemegusta,sóloestoy...adaptándome,nadamás.¿Quéestápasandoporahí? —preguntoparacontinuarconlaconversación.Aúnnoestoypreparadaparadejardehablarconél. —Nada—seapresuraacontestar. —¿Estoteresultaincómodo?Séquedijistequenoqueríashablarporteléfono,perohasllamado tú,asíque... —No, no es incómodo —me interrumpe—. Nunca me siento incómodo contigo, y lo que quise decirensumomentofuequenocreíaquedebiéramoshablardurantehorascadadíasinovamosaestar juntos,porquenotienesentidoysóloserviríaparatorturarme. —Entonces,¿quiereshablarconmigo?—preguntoporquesoypatéticaynecesitooírcómolodice. —Sí,claroquesí. Seoyeelclaxondeuncochedefondoeimaginoquedebedeestarconduciendo. —Yentonces,¿qué?¿Vamosahablarporteléfonocomoamigos?—preguntaélsinrabiaenlavoz, sólocuriosidad. —Nolosé...¿Nopodríamosintentarlo? Estaseparaciónesdiferentedelaúltima;estaveznoshemosseparadodebuenrolloynohasido una ruptura total. No estoy lista para decidir si una ruptura total con Hardin es lo que realmente necesito,asíqueapartoesepensamiento,loarchivoyprometovolveraélmástarde. —Nofuncionará—replica. —No quiero que nos ignoremos el uno al otro y no volvamos a hablar, pero no he cambiado de idearespectoalodedarnosespacio—contesto. —Vale,entoncesháblamedeSeattle—dicefinalmentecontraelauricular. Capítulo75 Tessa DespuésdepasarmediatardealteléfonoconHardinydenohabertrabajadonada,miprimerdíaenla nuevaoficinaacabayesperopacientementeaTrevorenlapuertademidespacho. Hardin estaba tan tranquilo, parecía tan seguro de sí mismo... como si estuviera concentrado en algo.Depieenelpasillo,nopuedocontenerlaalegríaporseguirencontacto;esmuchomejorahora quenonosestamosevitandoelunoalotro.Enelfondoséquenoserásiempretanfácil,hablandoasí, engañándomeamímismaconpequeñasdosisdeHardincuandoenrealidadloquieroaél,todoél,todo eltiempo.Quieroqueestéaquíconmigo,abrazándome,besándome,haciéndomereír. Asíescomodebedefuncionarlanegación. Porahorameconformoconesto.Estábastantebiencomparadoconmiotraopción:latristeza. Suspiro y recuesto la cabeza contra la pared mientras continúo esperando. Estoy empezando a desear no haberle preguntado a Trevor si estaba libre después del trabajo. Preferiría estar en casa de KimberlyhablandoconHardin.Ojalámehubieraacompañado,asíseríaélquienvendríaarecogerme. Podríatenerunaoficinacercadelamía,podríapasarseporaquívariasvecesaldíay,entrevisitas,yo buscaríaexcusasparairalasuya.EstoyseguradequeChristianledaríauntrabajoaHardinsiselo pidiera.UnpardevecesdejóbastanteclaroquequeríaqueHardinvolvieraatrabajarparaél. Podríamoscomerjuntos,talvezinclusorecrearalgunosdelosrecuerdosquecompartimosenla antigua oficina. Empiezo a imaginar a Hardin a mi espalda, yo doblada sobre la superficie de mi escritorio,micabellofuertementeatrapadoensupuño... —Sientollegarunpocotarde,lareuniónsehaalargado.—Trevorinterrumpemiensueñoydoyun saltoporlasorpresaylavergüenza. —Oh, hum..., no pasa nada, sólo estaba... —me acomodo un mechón de cabello tras la oreja y tragosaliva—esperando. Sisupieraloqueestabapensando...Menosmalquenotieneniidea.Nisiquierasédedóndehan salidoesospensamientos. Trevorinclinalacabezaaunlado,echandounvistazohaciaelpasillovacío. —¿Listaparairnos? —Sí. Charlamos de banalidades mientras recorremos el edificio. Casi todo el mundo ha acabado su jornada, dejando la oficina en silencio. Trevor me habla del nuevo empleo de su hermano en Ohio y tambiénmecuentaquehaidoacomprarseuntrajeparalabodadeunacompañeradetrabajo,Krystal, quesecasaelpróximomes.NoséporquémepreguntocuántostrajesdebedetenerTrevor. Cuando llegamos a nuestros coches, sigo el BMW de Trevor mientras conduce a través de la congestionadaciudadhastafinalmentellegaralpequeñobarriodeBallard.Segúnlosblogsquehabía leído antes de mudarme, es uno de los barrios más hippies de Seattle. Cafeterías, restaurantes vegetarianos y bareshipsters flanquean las estrechas calles. Entro con mi coche en el garaje que hay bajoeledificiodeapartamentosdeTrevorymeríoalrecordarqueseofrecióabuscarmeunoeneste sitiotancaro. Élsonríeyseñalasutraje. —Obviamentenecesitocambiarme. Una vez en su apartamento, él desaparece y yo curioseo por su carísimo salón. Fotografías de familia y artículos recortados de periódicos y revistas llenan la repisa de su chimenea; una intrincada pieza hecha de botellas de vino fundidas y moldeadas ocupa toda la mesita de café. No hay ninguna esquinadondesepermitalaacumulacióndepolvo.Estoyimpresionada. —¡Listo!—anunciaTrevorsaliendodesudormitorioaltiempoquesesubelacremalleradeuna sudaderaroja. Siempremesorprendocuandoloveovestidodemanerataninformal.Estandiferentedecomolo hacenormalmente... Trasrecorrertansólodoscallesdesdesuedificio,yaestamostiritandodefrío. —¿Tienes hambre, Tessa? Podríamos comer algo —dice. Nubes blancas de aire frío acompañan cadaunadesuspalabras. Asiento ansiosa. Mi estómago ruge de hambre, recordándome lo insuficiente que resulta un paquetedegalletassaladasdemantequilladecacahuetecomocomida. Le pido a Trevor que escoja el restaurante que prefiera y acabamos en un italiano a sólo unos metrosdedondeestamospaseando.Eldulcearomadelajollenamissentidosysemehacelabocaagua mientrasnosescoltanhastaunpequeñoreservadoalfondodellocal. Capítulo76 Hardin —Pareces mucho más... higiénico ahora —le digo a Richard cuando sale del baño secándose su cara reciénafeitadaconunatoallablanca. —Llevabamesessinafeitarme—contestafrotandolasuavepieldesumejilla. —Nomedigas.—Pongolosojosenblancoyélmededicamediasonrisa. —Graciaspordejarquemequede...—Suvozprofundasepierde. —No es algo permanente, así que no me des las gracias. Estoy más que cabreado con toda esta situación —replico, y le doy otro mordisco a la pizza que he encargado para mí solo... y que acabo compartiendoconRichard. Tengo que encontrar alguna forma de quitarle cierta presión a Tessa. Ahora mismo ya tiene demasiadoentremanos,ysipuedoayudarladealgúnmodoocupándomedellíoconsupadre,loharé. —Losé.Mesorprendequenomehayasechado—diceélconunacarcajada.Comosiestofuera algosobreloquebromear. Lo miro fijamente. Sus ojos parecen demasiado grandes para su cara, con unos círculos oscuros transparentándosebajosublancapiel. Suspiro. —Yotambiénestoysorprendido—admitomolesto. Richardtiemblamientraslomiro,ynodemiedo,sinoporlaabstinenciadecualquiermierdaque semeta. Quiero saber si trajo drogas a nuestro apartamento mientras se quedó la semana pasada. Sin embargo,silepreguntoydicequesí,perderélosnerviosyestaráfueradelapartamentoencuestiónde segundos.PorTessa,ypormí,mepongoenpieydejolasaladeestarconmiplatovacíoenlamano.La piladeplatosenelfregaderohadobladosutamaño,ycargarellavavajillasesloúltimoquemeapetece hacerahoramismo. —¡Friegalosplatoscomopago!—legritoaRichard. Oigo su risa profunda desde el pasillo, y entra en la cocina justo cuando yo llego hasta el dormitorio,memetoenélycierrolapuerta. QuierollamaraTessadenuevosóloparaoírsuvoz.Quierosabercómolehaidoelrestodeldía..., ¿quéplaneahacerdespuésdeltrabajo?¿Sequedócontemplandosuteléfonoconunaestúpidasonrisaen lacaradespuésdecolgarhaceunrato,comomepasóamí? Probablementeno. Ahoraséquetodosmispecadosanterioresporfinestánpasándomefactura,poresollegóTessaa mivida.Uninmisericordecastigodisfrazadodehermosarecompensa.Tenerlaamiladodurantemeses sóloparaqueahoramelaarrebaten,peroaúnapareciéndosefrenteamicaraenformadeocasionales llamadas telefónicas. No sé cuánto aguantaré hasta sucumbir a mi destino y permitirme ponerle fin a estafasedenegación. Porqueesoesprecisamenteloquees,lafasedenegación. Aunque no tiene por qué serlo. Puedo cambiar el resultado de todo esto. Puedo ser quien ella necesitaqueseasinarrastrarladenuevoalinfierno.Tengounavisióndesucaraflotandoantemisojos, yescomosimeestuvieramirandoatravésdelosbarrotesdeunaprisiónqueyomismohecreado.Su imagenmelevantadelsueloymehacebuscarunasalida. Alamierdatodo,voyallamarla. Suteléfonosuenaysuena,peronolocoge.Soncasilasseisdelatarde.Aestahoradeberíahaber acabadodetrabajaryestardevueltaencasa.¿Adóndemáspodríair?Mientrasmedebatoentrellamaro noaChristian,metolospiesenlaszapatillasdedeporte,lasatoconperezaypasolosbrazospormi chaqueta. Séqueestaríamolesta,másquecabreada,dehecho,silallamara,peroyalahellamadoseisveces y no ha contestado ni una. Gruño y me paso los dedos por mi cabello sucio. Esta mierda de darnos espaciomeestáfastidiandodeverdad. —Voyasalir—leanuncioamiindeseadoinvitado. Élasiente,incapazdehablardebidoalpuñadodepatataschipsqueestámasticando.Almenos,el fregaderoyaestálibredeplatossucios. Pero¿adóndecoñosesuponequevoy? Al cabo de unos minutos aparco el coche en el solar detrás del pequeño gimnasio. No sé qué mejoraráocómopodríaayudarmeestaraquí,peroahoramismomeestoycabreandocadavezmáscon TessayenloúnicoquepuedopensareseninsultarlaoenconducirhastaSeattleparaencontrarla.Sin embargo,nonecesitohacerningunadeesascosas...Sóloempeoraríanlasituación. Capítulo77 Tessa Para cuando mi plato está vacío, estoy prácticamente saltando en mi asiento. En el momento en que pedimoslacenamedicuentadequemehabíadejadoelmóvilenelcoche,yesomeestávolviendomás locadeloquedebería.Total,nadiemellamatanto.Sinembargo,nopuedoevitarpensarqueHardinlo hahecho,oquealmenosmehaenviadounmensaje.IntentocontodasmisfuerzasescucharaTrevor mientras me habla de un artículo que ha leído en el Times, tratando de no pensar en Hardin y en la posibilidaddequemehayallamado,peronopuedoevitarlo.Estoydistraídadurantetodalacenayestoy seguradequeTrevorlohanotado,peroesdemasiadoamableparacomentarlo. —¿Noestásdeacuerdo?—LavozdeTrevormesacademiensueño. Repasolosúltimossegundosdelaconversaciónintentandorecordardequépodríaestarhablando. Elartículosobrecuidadosclínicos...creo. —Sí,porsupuesto—miento.Notengoniideadesiestoydeacuerdoono,peroojaláelcamarero sedéprisaentraernoslacuenta. Comosimehubieseoído,eljovencolocaunapequeñacarpetaennuestramesayTrevorsacasu carterarápidamente. —Yopuedo...—comienzoadecir. Sinembargo,éldeslizavariosbilletesdentroyelcamarerodesapareceenlacocinadelrestaurante. —Yoinvito—responde. Le doy las gracias en voz baja y le echo un vistazo al gran reloj de piedra que cuelga sobre la puerta.Sonlassietepasadas;llevamosunahoraenesterestaurante.Dejoescaparunsuspirodealivio cuandoTrevorexclama: —Bueno...—Daunapalmadayselevanta. DecaminoasucasapasamospordelantedeunapequeñacafeteríayTrevoralzaunacejaamodo desilenciosainvitación. —¿Quizáotranochedeestasemana?—sugieroconunasonrisa. —Pareceunbuenplan—dice,yelevalacomisuradelabocaformandosufamosamediasonrisa mientrascontinuamoselcaminoasuedificio. Conunrápidoadiósyunabrazoamistoso,suboamicocheeinmediatamentecojoelteléfono.Me sientoexhaustaporculpadelaansiedadyladesesperación,peroempujotodosesossentimientoshacia laoscuridad.Nuevellamadasperdidas,todasdeHardin. Lo llamo de inmediato, pero salta el buzón de voz. El trayecto desde el apartamento de Trevor hastacasadeKimberlyeslargoyfastidioso.EltráficodeSeattleeshorrible,lentoyruidoso.Cláxones sonando,cochespequeñoszigzagueandodecarrilacarril...Resultabastanteagobiantey,paracuando aparcoenlaentradadelacasa,tengoundolordecabezaterrible. EntroporlapuertaprincipalyveoaKimberlysentadaenelsillóndecueroblancoconunacopade vinoenlamano. —¿Quétaleldía?—pregunta,yseinclinaparadejarlabebidaenlamesitadecristalasulado. —Bien,peroeltráficodeestaciudadessurrealista—gimoteo,ymedejocaerenlabutacacarmesí juntoalaventana—.Lacabezameestámatando. —Síqueloes.Tomaalgodevino.Tesentarábien—dicelevantándoseycruzandolasaladeestar. Antesdequepuedaprotestar,sirveunburbujeantevinoblancoenunacopadetallolargoymela acerca.Traselprimersorbodescubroqueesfrescoyvigoroso,dulcealpaladar. —Gracias—digoconunasonrisa,ydoyotrosorbo. —Así que... estabas con Trevor, ¿no? —Kimberly es tan entrometida..., de la forma más dulce posible,esosí. —Sí,hemosquedadoparacenar.Comoamigos—contestoconinocencia. —Tal vez deberías tratar de responder de nuevo y usando un poco más la palabra amigos — bromea,ynopuedoevitarecharmeareír. —Sólointentodejarclaroquenosomosmásque...,esto...,amigos. Susojoscastañosbrillanconcuriosidad. —¿Hardinsabequeeres«amiga»deTrevor? —No,peropiensodecírseloencuantoconsigahablarconél.Poralgunarazón,Trevornolecae muybien. Kimberlyasiente. —No puedo culparlo. Trevor podría ser modelo si no fuera tan tímido. ¿Te has fijado en esos ojazosazulesquetiene?—Miamigaseabanicalacaraconlamanoparaenfatizarsuspalabrasylasdos nosreímoscomocolegialas. —¿Noquerríasdecir«ojazosverdes»,miamor?—intervieneChristianapareciendoderepenteen elvestíbuloyhaciendoquecasisemecaigalacopadevinosobreelparquet. Kimlesonríe. —Porsupuesto. Peroélsimplementesacudelacabezaynosdedicaunasonrisaladina. —Supongoqueyotambiénpodríasermodelo—comentaconunguiño. Pormiparte,mealegrodequenoestémolesto.Hardinyahabríavolcadolamesasimehubiera oídohablardeTrevordelaformaenquelohahechoKimberly. ChristiansesientaenelsillónjuntoaellayKimtrepaasuregazo. —Y¿cómolevaaHardin?Supongoquehablasconél,¿no?—pregunta. Apartolamirada. —Sí,unpoco.Estábien. —Esuncabezota.Aúnsigoofendidoporquenohayaaceptadomioferta,dadasusituación. ChristiansonríecontraelcuellodeKimylabesasuavementebajolaoreja.Estáclaroqueestos dosnotienenproblemasparamostrarsuafectoenpúblico.Intentoapartarlavista,peronopuedo. Unmomento... —¿Quéoferta?—pregunto.Misorpresaesevidente. —Puesladetrabajoquelehice.Teloconté,¿verdad?Ojaláhubiesevenidocontigo.Quierodecir quesólolequedauntrimestre,ysegraduaráantesdetiempo,¿no? «¿Qué? ¿Por qué no sabía nada de eso?» Ésta es la primera vez que oigo que Hardin vaya a graduarseantes,peroigualmentecontesto: —Esto...,sí...,creoquesí. ChristianrodeaaKimberlyconlosbrazosylameceunpoco. —Esechicoesprácticamenteungenio.Siseaplicaraunpocomás,sacaríamatrículadehonoren todo. —Sí,esmuylisto...—afirmo,yesverdad.LamentedeHardinnuncadejadesorprendermeyde intrigarme.Esunadelascosasquemásmegustandeél. —Ytambiénesbuenoescribiendo—continúaChristian,sorbiendodelvinodeKimberly—.Nosé porquédejódehacerlo.Estabadeseandoleermásdesustrabajos. ChristiansuspiramientrasKimberlyleaflojaelnudodelacorbata. Estoy abrumada por toda esta información. Hardin... ¿escribiendo? Recuerdo que una vez mencionódepasadaquehizosuspinitosdurantesuprimerañoenlauniversidad,peronuncaentróen detalles.Cadavezqueyosacabalaconversación,élcambiabadetemaodesechabalaidea,dándomela impresióndequenoeramuyimportanteparaél. —Sí.—Meacaboelvinoymelevanto,señalandolabotella—.¿Puedo? Kimberlyasiente. —Por supuesto, sírvete más si te apetece. Tenemos una bodega entera —dice con una dulce sonrisa. Tres copas de vino blanco más tarde, mi dolor de cabeza se ha evaporado y mi curiosidad ha crecidoexponencialmente.EsperoaqueChristiansaquedenuevoeltemadelosescritosdeHardinode laofertadetrabajo,peronolohace.Selanzaaexplicarconpelosyseñalessusnegociacionesconun grupodecomunicaciónconelfindeexpandireldepartamentodecineytelevisióndeVance.Pormuy interesantequesea,quieroiramihabitacióneintentarlocalizaraHardindenuevo.Asípues,encuanto se presenta la ocasión, les deseo a ambos buenas noches y me retiro a toda prisa a mi dormitorio provisional. —¡Llévate la botella! —me sugiere Kimberly cuando paso junto a la mesa donde descansa la botelladevinomediollena. Ledoylasgraciasconuncabeceoyhagoloquemedice. Capítulo78 Hardin Entro en el apartamento con las piernas aún temblorosas después de patear el saco de arena del gimnasio como un loco. Agarro una botella de agua de la nevera e intento ignorar al hombre que duermeenmisofá.Esporella,merecuerdo.Todoporella.Mebebomediabotelladeuntrago,buscoel móvilenlabolsadelgimnasioyloenciendo.Justocuandointentollamarla,sunombreapareceenla pantalla. —¿Hola?—contestomientrasmequitolacamisetaempapadaensudorporencimadelacabezay latiroalsuelo. —Hola—estodocuantodice. Su respuesta es corta. Demasiado corta. Quiero hablar con ella, necesito que quiera hablar conmigo. Ledoyunapatadaalacamisetaperolaacaborecogiendo,sabiendoquesiTessapudieravermeme pegaríalabroncaporsertanguarro. —¿Quéhasestadohaciendo?—pregunto. —Heestadoexplorandolaciudad—respondeenvozbaja—.Intentédevolvertelasllamadas,pero saltóelcontestador.—Elsonidodesuvozaplacamitemperamento. —Hevueltoaesegimnasio—digo,ymetumboenlacamadeseandoqueestuvieraamilado,con sucabezasobremipecho,envezdeestarenSeattle. —¿Enserio?¡Esoesgenial!—exclama,paraluegoañadir—:Meestoyquitandoloszapatos. —Vale... Seríe. —Noséporquétehedichoeso. —¿Estásborracha?—Meincorporoapoyandomipesosobreuncodo. —Hetomadounpocodevino—admite.Tendríaquehaberlonotadoenseguida. —¿Conquién? —ConKimberlyyelseñorVance...,quierodecir,Christian. —Oh.—Nosécómomesentaríaquesalieradecopasenunaciudadextraña,peroséquenoesel momentodesacaresetema. —Dicequeeresunescritorincreíble—continúaconuntonoacusadorenlavoz. «Mierda.» —Y¿porquéhabrádichoalgoasí?—replicoconelcorazónlatiéndomeatodaprisa. —Nolosé.¿Porquéyanoescribes?—Suvozestállenadevinoycuriosidad. —Nolosé.Peronoquierohablarsobremí.QuierohablarsobretiySeattleysobreporquéhas estadoevitándome. —También me ha dicho que te graduarás el próximo trimestre —continúa ella, ignorando mis palabras. EsevidentequeChristiannosabemeterseensuspropiosasuntos. —Sí,¿y? —Nolosabía—dice.Laoigomoverseygruñir,claramenteirritada. —Noteloestabaocultando,simplementenosurgióeltema.Atiaúntefaltamuchoparagraduarte, asíquenoimporta.Noescomosimefueraairaalgunaparte. —Espera—dicealteléfono.¿Quédiablosestáhaciendo?¿Cuántovinohabrábebido? Trasoírlemurmurarpalabrasincomprensiblesyperdereltiempohaciendoveteasaberqué,porfin pregunto: —¿Quéhaces? —¿Qué? Oh, es que se me ha enganchado el pelo en los botones de la blusa. Lo siento, estaba escuchando,teloprometo. —Y¿porquéestabasinterrogandoatujefesobremí? —Élsacóeltema.Yasabes,comoteofreciótrabajounpardevecesylorechazaste,eraseltema deconversaciónideal—diceconénfasis. —Esoeshistoriaantigua.—Norecuerdohaberlemencionadolaofertadetrabajo,perotampocose loestabaocultandoapropósito—.MisintencionesrespectoaSeattlesiemprehansidobienclaras. —Nohacefaltaquelojures...—resoplaella,ycasipuedoverlaponiendolosojosenblanco...otra vez. Cambiodetemarápidamente: —Nohascontestadoalteléfono.Tehellamadounmontóndeveces. —Losé,medejéelmóvilenelcochecuandoaparquéencasadeTrevor...—Sedetieneamedia frase. Melevantodelacamaycomienzoarecorrerlahabitación.Joder,esquelosabía. —Sólomeestabaenseñandolaciudad,comounamigo,esoestodo—seapresuraadefenderse. —¿No cogiste el teléfono porque estabas con el jodido Trevor? —gruño; el pulso se me acelera concadasegundodesilencioquesigueamipregunta. Y,depronto,ellaestalla: —NiseteocurradiscutirconmigoporTrevor.Essólounamigoytúereselquenoestáaquí.No tienesderechoaelegiramisamigos,¿entiendes? —Tessa...—laadvierto. —¡HardinAllenScott!—exclama,yderepentesueltaunacarcajada. —Pero¿porquéteríesahora?—pregunto,aunquenopuedoevitarqueunasonrisaaparezcaenmi cara.Mierda,soypatético. —Yo...¡nolosé! Elsonidodesurisaresuenaenmisoídosyvadirectoamicorazón,templandomipecho. —Deberíasdejarelvino—bromeoconella;desearíapodervercómoponelosojosenblancopor mipequeñabronca. —Oblígame—mereta,convozprofundayjuguetona. —Siestuvieraahíloharía,puedesestarseguradeello. —¿Quémásmeharíassiestuvierasaquí?—inquiere. Me dejo caer de nuevo en la cama. ¿Pretende hacer lo que imagino? Con ella nunca se sabe, especialmentecuandohabebido. —TheresaLynnYoung...,¿estástratandodetenersexotelefónicoconmigo?—laprovoco. Deprontoseponeatoserviolentamente,atragantándoseconunsorbodevino,deduzco. —¡¿Qué?!¡No!Yo...¡sólopreguntaba!—chilla. —Claro,intentanegarloahora—bromeoriendoantesutonodehorror. —Anoser...quetúquierashacerlo—susurra. —¿Lodicesenserio?—Sólodepensarenello,mepalpitalapolla. —Puede...,nolosé.¿EstásenfadadoporlodeTrevor?—Eltonodesuvozesmásembriagador quecualquiervinoquepudieraconsumir. Joder,sí,mecabreaquehayaestadoconél,peronoesdeesodeloquequierohablarprecisamente ahora.Laoigotragarruidosamenteydespuésoigoeltintineodeunacopa. —AhoramismomeimportaunamierdaelputoTrevor—miento.Entoncesleordeno—:Nobebas elvinotandeprisa.—Laconozcodemasiadobien—.Tepondrásmala. Oigounpardetragossonorosatravésdelteléfono. —No puedes darme órdenes desde la distancia. —Está bebiendo vino de nuevo, para infundirse valor,seguro. —Puedo darte órdenes desde cualquier distancia, nena. —Sonrío pasándome los dedos sobre los labios. —¿Puedodecirtealgo?—preguntaenvozbaja. —Porfavor. —Hoyestabapensandoenti,recordandocuandovinisteamioficinaaquelprimerdía... —¿Pensabasencómotefollabamientrasestabasconél?—pregunto,rezandoparaquedigaquesí. —Enesemomentoloestabaesperando. —Cuéntamemássobreeso,dimequépensabas—lapresiono. Estoestanconfuso...Cadavezquehabloconellasientoquenonosestamostomandounrespiro, quetodosigueigualqueantes.Laúnicadiferenciaesquenopuedoverlaenpersona,otocarla.Joder, quierotocarla,pasarlalenguaporsusuavepiel... —Estabarecordandocómo...—comienza,peroentoncestomaotrotrago. —Notengasvergüenza—laanimoacontinuar. —...cómomegustó,ymehizodesearhacerlootravez. —¿Conquién?—preguntosóloporelplacerdeoírselodecir. —Contigo,sólocontigo. —Bien —digo con una sonrisa suave—. Sigues siendo mía; aunque me hayas obligado a darte espacio,aúneressóloparamí.Losabes,¿verdad?—lepreguntodelaformamásamableposible. —Losé—contesta. Semeinflaelpechoydoylabienvenidaalacorrientedealivioquemerecorrealoírsuspalabras. —Y¿túeresmío?—preguntaconunaconfianzaenlavozqueantesnotenía. —Sí,siempre. «Notengootraopción.Nolahetenidodesdeeldíaqueteconocí»,quieroañadir,peropermanezco ensilencio,esperandonerviososurespuesta. —Bien—diceTessaconautoridad—.Yahoradimequémeharíassiestuvierasaquí,ynoolvides niunsolodetalle. Capítulo79 Tessa Mispensamientosestánborrososysientolacabezallenaypesada,peroenelbuensentido.Sonríode orejaaoreja,borrachaporelvinoyporlavozprofundadeHardin.Meencantaesteladojuguetónque tieney,siquierejugar,jugaremos. —Oh,no—diceconesetonofríosuyo—.Primerotendrásquedecirmetúloquequieres. Tomountragodirectamentedelabotella. —Yalohehecho—ledigo. —Bebemásvino.Alparecer,sóloerescapazdedecirmeloquequierescuandohasbebido. —Vale. —Deslizo el dedo índice por el frío armazón de madera de la cama—. Quiero que me tumbessobreestacamay...ymetomescomolohicistesobreaquelescritorio. Envezdevergüenzasólosientounacálidaoleadadecalorsubiéndomeporelcuelloyhastalas mejillas. Hardinmaldicesinaliento;séquenoesperabaunarespuestatangráfica. —¿Ydespués?—preguntaenvozbaja. —Bueno...—empiezo,haciendounapausaparatomarotrolargotragoyganarconfianza. Hardinyyonuncahemoshechoalgoasí.Élmehamandadounoscuantosmensajespicantes,pero esto...estoesdiferente. —Simplementedilo,noseastímidaahora—apremia. —Mecogeríasporlascaderascomomecogessiempre,yyomeagarraríaalassábanasintentando mantenermeestable.Tusdedosseclavaríanenmí,dejandomarcasasupaso...—Juntolosmusloscon fuerzacuandolooigocontenerelalientoatravésdelalínea. —Tócate —me dice, y rápidamente miro alrededor de la habitación, olvidando por un momento quenadiepuedeoírnuestraconversaciónprivada. —¿Qué?No—susurroconaspereza,sosteniendoelteléfono. —Sí. —Novoyahacerlo...aquí.Meoirán...—Siestuvierahablandoasíconotrapersonaquenofuera Hardin,estaríacompletamentehorrorizada,borrachaono. —No,noteoirán.Hazlo.Quiereshacerlo,lonoto. «¿Cómopuede...? »¿Quierohacerlo?» —Túmbateenlacama,cierralosojos,abrelaspiernasytediréloquehacer—indicasuavemente. Suspalabrassoncomoseda,perollegancomounaorden. —Peroyo... —Hazlo. Laautoridaddesuvozhacequemeretuerzamientrasmimenteymishormonasbatallanentresí. NopuedonegarquelaideadeHardinanimándomeatodoestoporteléfono,diciéndometodaslascosas suciasquemeharía,elevanlatemperaturadelahabitaciónalmenosdiezgrados. —Bien,yahoraquetehasentregado—comienzasinqueyohayadichonada—,avísamecuando tequedesenbraguitas. «Oh...» Sinembargo,meacercosilenciosamentealapuertaygiroelpestilloentrelosdedos.Lahabitación deKimberlyydeChristian,asícomoladeSmith,estánenelpisosuperiordelacasa,pero,porloque sé,aúnpodríanestarenlaplantabaja,cercadeaquí.Escuchoatentamenteporsioigomovimientoy, cuandounapuertasecierraenelpisodearriba,mesientomejor. A toda prisa cojo la botella de vino y me la acabo. El calor de mi interior ha pasado de ser una chispaauninfiernoabrasador,ytratodenopensarmuchoenelhechodequemeestoyquitandolos pantalonesysubiendoalacamacontansólounacamisetadealgodónpuestayunasbraguitas. —¿Siguesahí?—preguntaHardin,seguramentesonriendoconmaldad. —Sí,estoy...preparada.—Nomepuedocreerquedeverdadestéhaciendoesto. —Dejadepensartanto.Luegomeloagradecerás. —Ytúdejadesabertodoloquepienso—meburlo,deseandoquetengarazón. —Recuerdasloqueteenseñé,¿verdad? Asiento,olvidandoquenopuedeverme. —Tomaréesenerviososilenciocomounsí.Bien.Presionaconlosdedosdondetedijelaúltima vez... Capítulo80 Hardin Oigo a Tessa jadear y sé que está siguiendo mis instrucciones. La puedo imaginar perfectamente, tumbadaenlacamaconlaspiernasabiertas. «Hostiaputa.» —Joder,ojaláestuvieraahíahoramismoparaverte—gruño,intentandoignorarlasangrequeme bajadegolpehastalapolla. —Esotegusta,¿verdad?Mirarme...—jadeaatravésdelalínea. —Sí,joder,sí,megusta.Yatitegustaquetemiren,losé. —Sí,tantocomoatitegustacuandotetirodelpelo. Mi mano se mueve sin pensar entre mis piernas. Imágenes de ella retorciéndose bajo mi lengua, consusdedostirándomedelpelomientrasgimeminombrellenanmimenteyaprietolamanocontra mímismo.SóloTessaescapazdeponermedurotanrápido. Susgemidossonsilenciosos,demasiadosilenciosos.Necesitamásestímulo. —Másrápido,Tess,muevelosdedosencírculos,másrápido.Imaginaqueestoyahí,quesoyyoy quesonmisdedoslosquetetocan,haciéndotesentirtanjodidamentebien,haciendoquetecorras—le digomanteniendoeltonodevozbajoporsimimolestoinvitadoestáenelpasillo. —Oh,Dios...—jadeaella,yvuelveagemir. —Mi lengua también, nena, moviéndose contra tu piel, mis pecaminosos labios presionando los tuyos,chupando,mordiendo,jugueteando... Me quito los pantalones de deporte y empiezo a acariciarme lentamente. Cierro los ojos y me concentroensussuavesjadeos,ensussúplicasysusgemidos. —Haz lo que yo estoy haciendo..., tócate —susurra, y en mi mente puedo ver la imagen de su espaldaarqueadasobreelcolchónmientrassedaplacerasímisma. —Yaloestoyhaciendo—murmuro,yellagime. «Joder,quieroverla.» —Sigue hablando —me suplica Tessa. Adoro la forma en que su inocencia desaparece en estos momentos...Leencantaquelehableutilizandoestelenguajeobsceno. —Quierofollarte.No...,quierotumbartedeespaldasenlacamayhacerteelamor,rápidoyduro, contantafuerzaquegritarásminombremientrasempujounayotravez... —Me...—gimedesdelomásprofundodesugarganta.Selecortaelaliento. —Vamos,nena,suéltalo.Quierooírte... Dejodehablarcuandolaoigocorrerse,jadeaygimemientrasmuerdelaalmohada,oelcolchón. No tengo ni puta idea, pero la imagen me lleva al límite y me corro en los calzoncillos gimiendo su nombredeformaestrangulada. Nuestros jadeos acompasados son el único sonido en la línea durante segundos, o minutos, no podríacalcularlo. —Hasido...—empiezaadecirjadeandosinaliento. Abrolosojosyapoyoloscodosenelescritoriofrenteamí.Mipechosubeybajamientrastratode recuperarmipropioaliento. —Sí... —Necesito un momento. —Tessa se ríe. Una lenta sonrisa tira de las comisuras de mi boca y entoncesellaañade—:Yyoquepensabaqueyalohabíamoshechotodo. —Oh,hayunmontóndecosasmásquequierohacerte.Sinembargo,ypordesgracia,tendríamos queestarenlamismaciudadparapracticarlas. —Entonces,ven—seapresuraareplicar. Conectoelaltavozdelteléfonoymeexaminolamano,lapalmayelreverso. —DijistequenoqueríasquefueraaSeattle.Necesitamosespacio,¿recuerdas,nena? —Lo sé —contesta un poco triste—. Sí que necesitamos espacio..., y creo que nos está funcionando,¿noteparece? —No—miento. Sin embargo, sé que tiene razón: he estado intentando ser mejor para ella, y me temo que, si volvieraaperdonarmedemasiadopronto,perderíalamotivaciónylodejaría.Sí...,cuandoencontremos la forma de volver a estar juntos, quiero que sea diferente para ella. Quiero que sea algo permanente paraquepuedademostrarlequeelpatrón,elciclointerminable,comoellalollama,terminará. —Teechotantodemenos...—confiesa. Séquemequiere,perocadavezquemeofreceunabriznadeseguridadcomoéstaescomosime quitaranunpesodeencima. —Yotambiénteechodemenos—digo.Másqueanadaenelmundo. —No digas «también». Suena como si me dieras la razón o algo —repone con sarcasmo, y mi pequeñasonrisacrece,alcanzandotodomiser. —Nopuedesusarmisideas.Vayaformadeseroriginal—laregañoenbroma,yellaseríe. —Sí que puedo —replica de forma infantil. Si estuviera aquí seguro que me habría sacado la lenguaconundesafíoburlón. —Joder,estanocheestásguerrera—digorodandofueradelacama.Necesitounaducha. —Ésasoyyo. —Eincreíblementeosada.¿Quiénibaaimaginarqueteconvenceríaparamasturbartealteléfono? —Meríoysalgoalpasillo. —¡Hardin!—chillaconhorror,comosabíaqueharía—.Y,porcierto,aestasalturasyadeberías saberquepuedesconseguirquehagacasidetodo. —Siesofueraverdad...—murmuro. Silofuera,ahoraellaestaríaaquí. Elsuelodelpasilloestáfríobajomispiesdesnudosyhagounamueca.Perocuandooigounavoz queempiezaahablar,semecaeelteléfonoalsuelo. —Losiento,tío—diceRichardcercademí—.Estoseestabacalentandoy... Sedetienecuandomeverecogerelmóvilatodaprisa,peroyaesdemasiadotarde. —¿Quiénes?—oigoexclamaraTessaatravésdelauriculardemimóvil.Lachicamediodormida yrelajadaqueerahastahaceunossegundoshadesaparecidoyahoraestáenalerta—.Hardin,¿quién era?—preguntaconmásfuerza. Mierda.Boqueounrápido«Lahascagado»asupadreycojoelteléfono,desconectoelaltavozy meencierroatodaprisaenelbaño. —Es...—empiezo. —¿Esmipadre? Quieromentirle,peroesoseríaunaestupidezyestoyintentandonosertanestúpido. —Sí,esél—confieso,yesperoaquegritecontraelauricular. —¿Quéhaceahí?—pregunta. —Yo...,bueno... —¿Hasdejadoquesequedecontigo? Su pregunta me libera del pánico que me supone tener que buscar las palabras correctas para explicarestajodidasituación. —Algoasí. —Estoyconfusa. —Yotambién—admito. —¿Durantecuántotiempo?Y¿porquénomelohabíasdicho? —Losiento...Sólollevaaquíunpardedías. Losiguientequeoigoeselsonidodelaguacayendoenlabañera,asíquedebedeestarbiensise hapuestoahacereso.Peroaunasí,pregunta: —Y¿cómoesquesehapresentadoahí? Nosoycapazdecontarletodalaverdad,almenosnoahora. —Supongoquenoteníaningúnotrositioalqueir.—Abroelaguadeladuchacuandoellasuspira. —Vale... —¿Estásenfadada?—pregunto. —No, no estoy enfadada, estoy confusa... —dice, con la voz llena de sorpresa—. No me puedo creerquehayasdejadoquesequedeentuapartamento. —Yotampoco. Elpequeñobañosellenadeunaespesanubedevaporylimpioelespejoconlamano.Parezcoun puñeterofantasma,apenasuncascarónvacío.Bajomisojoshanaparecidocírculososcurosporlafalta desueño.LoúnicoquemedalavidaeslavozdeTessa,quellegaatravésdelalínea. —Significamuchoparamí,Hardin—diceporfin. Estoestáyendomuchísimomejordeloqueesperaba. —¿Enserio? —Sí,porsupuestoquesí. De pronto me noto aturdido, como un cachorrillo al que su dueño ha recompensado con una galleta...y,sorprendentemente,mesientoperfectamentebienporello. —Bien. Noséquémásdecirle,mesientounpococulpablepornocontarlelodelos...hábitosdesupadre, perodetodosmodostampocoescuestióndehacerloporteléfono. —Espera..., entonces mi padre estaba ahí mientras tú estabas..., ya sabes... —susurra, y oigo un pequeñorugidoalotroladodelalínea.Debedehaberencendidoelextractordelbañoparaamortiguar suvoz. —Bueno, no estaba en la habitación, no me van ese tipo de cosas —bromeo para quitarle importancia,yellaseríe. —Seguroquesíquetevan—seburla. —Quéva,mecreasono,ésaesunadelaspocascosasquenomevan—digoconunasonrisa—. Nuncatecompartiríaconnadie,nena.Nisiquieracontupadre. Nopuedoevitarreírcuandoellaemiteunsonidodeasco. —¡Estásenfermo! —Ytanto—replico,yellaseríe. Elvinolahavueltoatrevidayhaelevadosusentidodelhumor.¿Yyo?Bueno,yonotengoexcusa algunaparaestaridículasonrisaquemecruzalacara. —Necesitodarmeunaducha.Estoyaquídepiecontodalacorridaporencima—informomientras mequitoloscalcetines. —Sí,yotambién—diceella—.Nolapartedetenerporencima...,yasabes,peroyotambiénestoy hechaunascoynecesitaríaunaducha. —Vale...,supongoquedeberíamosacabar... —Yalohemoshecho—seríe,orgullosadesupenosointentodebroma. —Ja,ja—meburlo.Peroenseguidaañado—:Buenasnoches,Tessa. —Buenasnoches—responde,alargandoelmomento,ycuelgoantesdequeellapuedahacerlo. El agua caliente cae sobre mi cuerpo. Aún no me he recuperado del todo de la idea de Tessa tocándose mientras estábamos al teléfono. No es sólo que me ponga un montón, es... más que eso. Demuestraqueaúnconfíaenmí,aúnconfíalosuficientecomoparaexponerseantemí.Perdidoenmis pensamientos,mepasoladurapastilladejabónpormipieltatuada.Esdifícilimaginarquehacesólo dossemanasestábamosjuntosbajoestaducha... —Creoqueésteesmifavorito—medijomientrastocabaunodemistatuajesymeobservabaa travésdesuspestañasmojadas. —¿Porqué?Yoloodio—repusemirandohaciaabajo,hacialospequeñosdedosquereseguíanla granflortatuadacercademicodo. —Nosé,resultahermosoquetengasunaflorrodeadadetodaestaoscuridad—dijo,mientrassu dedosemovíasobreelmalditodiseñodeunacalaveramarchitajustodebajo. —Nuncalohabíavistodeesamanera.—Puseunpulgarbajosubarbillaparahacerlealzarlos ojoshaciamí—.Túsiempreveslaluzenmí...¿Cómoesposible,sinohayninguna? —Haymuchas.Ytútambiénlasverás,algúndía. Me sonrió y se puso de puntillas para posar la boca sobre la comisura de la mía. El agua caía sobrenuestroslabiosyellasonriódenuevoantesdeapartarse. —Esperoquetengasrazón—susurrébajolacascadadeagua,envoztanbajaqueellanisiquiera meoyó. El recuerdo me persigue, repitiéndose mientras intento alejarlo de mí. No es que no quiera recordarlaaella,esoquierohacerlo.Tessaesmiúnicopensamiento,siempreloes.Sóloquieroolvidar losrecuerdosylasvecesenlasquemehaelogiadodemasiado,cuandohaintentadoconvencermede quesoymejordeloquesoy,esoesloquemevuelveloco. Ojalápudieravermeamímismocomoellameve.Ojalápudieracreerlacuandomedicequesoy buenoparaella.Pero¿cómopuedeserciertocuandoestoytanjodido? «Significamuchoparamí,Hardin»,mehadichohaceapenasunosminutos. Quizá, si sigo haciendo lo que estoy haciendo ahora y me mantengo alejado de la mierda que podríametermeenproblemas,puedacontinuarhaciendocosasquesignifiquenmuchoparaella.Talvez puedahacerlafelizenvezdedesgraciada,yquizá,sóloquizá,podríaveralgodeesaluzenmíqueella afirmaver. Talvezaúnhayaesperanzaparanosotros. Capítulo81 Tessa No puedo evitar que me invada la ansiedad mientras conduzco a través del campus. El campus de la WCUdeSeattlenoestanpequeñocomoKenhabíasugerido,ytodaslascarreterasparecenestarllenas decurvasocolinasquesubirybajar. Me he preparado lo mejor que he podido para asegurarme de que hoy todo salga como lo he planeado.Hesalidodoshorasantesparaestarseguradellegarpuntualalaprimeraclase.Lamitaddel tiempo lo he pasado sentada entre el tráfico escuchando un programa de radio matinal. Nunca había entendidoesanuevamodahastaestamañana,cuandounamujerdesesperadahallamadoyhacontadola historia de cómo su mejor amiga la traicionó acostándose con su marido. Los dos se fugaron juntos llevándose al gato,Mazzy, consigo. Entre lágrimas, aún ha sido capaz de conservar cierta dignidad..., bueno,todaladignidadquealguienquellamaaunaemisoraderadioparacontarsupropiaversióndel infierno podría tener. Me he mantenido enganchada a su dramática historia, y al final he tenido la sensacióndequeinclusoellasabíaqueestaríamejorsinesetipo. Paracuandoheaparcadoanteeledificiodeadministraciónyherecogidomicarnetdeestudiantey elpaseparaelparking,sóloquedabantreintaminutosantesdeclase.Tengolosnerviosaflordepiely nopuedocalmarlaansiedadantelaposibilidaddellegartardemiprimerdía.Porsuerte,encuentroel parkingdeestudiantesfácilmenteyestácercadedondetengolaclase,asíquellegoconquinceminutos demargen. Al sentarme en primera fila no puedo evitar sentirme un poco sola. No ha habido reunión con Landonenlacafeteríaantesdeclase,ynoestásentadojuntoamíenestaaula,mientrasrecuerdomi primermedioañodefacultad. Lasalasellenadeestudiantesyempiezoaarrepentirmedemidecisióncuandomedoycuentade que,apartedemíydeotrachica,elrestodelaclasesontodochicos.Penséenmeterestaasignatura, querealmentenoqueríahacer,entrealgunasotrasdeltrimestre,peroahoramismodesearíanohaberme apuntadojamásacienciaspolíticas. Unchicoatractivodetezmorenasesientaenlasillajuntoamíyyointentonomirarlofijamente. Sucamisablancadevestirestáimpecable,conlascosturasperfectamenteplanchadas,yhastallevauna corbata.Pareceunpolítico,sonrisadeslumbranteincluida. Notaqueloestoymirandoymesonríe. —¿Puedoayudarteenalgo?—pregunta,conunavozllenadeencantoyautoridadapartesiguales. Sí,decididamentellegaráaserunpolíticoalgúndía. —No,losi...siento—tartamudeo,sinatrevermeamirarloalosojos. Cuandolaclaseempiezaevitomirarloy,enlugardeeso,meconcentroentomarapuntes,consultar elprogramarepetidamenteyestudiarelmapadelcampushastaquelalecciónacaba. Misiguienteclase,historiadelarte,esmuchomejor.Mesientocómodarodeadadeunamultitud deestudiantescorrientes.Unchicoconelpeloazulsesientacercademíysepresentadiciéndomeque sunombreesMichael.Cuandoelprofesornospidequenospresentemosunoauno,descubroquesoyla única estudiante de Filología Inglesa de la sala. Sin embargo, todo el mundo se muestra amistoso, y Michaeltieneungransentidodelhumor,sepasaelratohaciendobromasyentreteniendoalagente, inclusoalprofesor. Miúltimaclaseesladeescrituracreativa,ysindudaeslaquemásdisfruto.Mezambulloenel procesodevolcarmispensamientossobreelpapelyesliberador,entretenidoymeencanta.Cuandoel profesornosdejair,tengolasensacióndequeapenashanpasadodiezminutos. Elrestodelasemanatranscurremásomenosigual.Pasodesentirqueyamemuevomejoreneste nuevomundoacreerqueestoytanconfusacomosiempre.Pero,sobretodo,mesientocomoalaespera dealgoquenuncallega. Paracuandollegaelviernes,estoyexhaustaytengotodoelcuerpotenso.Estasemanahasidotodoun reto,tantodeformapositivacomonegativa.Echodemenoslafamiliaridaddelviejocampusytenera Landonamilado.EchodemenosquedarconHardinentreclases,einclusoechodemenosaZedylas radiantesfloresquellenaneledificiodeCienciasMedioambientales. Zed. No he vuelto a hablar con él desde que me rescató de Steph y Dan en la fiesta y me llevó hastacasademimadre.Mesalvódeservioladayhumillada,ynisiquieralehedadolasgracias.Cierro milibrodetextodecienciaspolíticasycojomimóvil. —¿Diga? —La voz de Zed suena extraña a pesar del hecho de que no ha pasado más de una semanadesdequelaoí. —¿Zed?SoyTessa.—Memuerdouncarrilloyesperosurespuesta. —Eh,hola. Tomoaireyséquetengoquedecirloquesesuponequedebodecir. —Oye, siento no haberte llamado antes para darte las gracias. Todo ha ido tan rápido esta semana..., y creo que una parte de mí intentaba no pensar en lo ocurrido. Sé que no es excusa suficiente...Mira,soyunaidiotaylosientoy...—Laspalabrasacudencomountorrenteamiboca,tan rápidoqueapenaspuedoprocesarloqueestoydiciendo,peroélmeinterrumpeantesdeacabar. —Estábien,séqueestabasmuyliada. —Aun así, debería haberte llamado, sobre todo después de lo que hiciste por mí. No sé cómo expresarloagradecidaqueestoydequefuerasaesafiesta—digo,desesperadaporhacerleentenderlo mucho que le debo. Me estremezco al recordar los dedos de Dan recorriendo mi muslo—. Si no hubiesesaparecido,quiénsabeloquemehabríanhecho... —Oye —interviene para silenciarme con amabilidad—. Los detuve antes de que pasara nada, Tessa.Intentanopensarenello.Ynotienesqueagradecermenada. —¡Claroquesí!YnosabeslomuchoquemeduelequeStephhicieraloquehizo.Yonuncalehe hechodaño,niaellanianingunodevosotros... —Porfavor,nomemetasenelmismosaco—diceZed,sintiéndoseclaramenteinsultado. —No, no, lo siento... No quería decir que tú tuvieras nada que ver. Me refería a tu grupo de amigos.—Medisculpoporlaformaenquemibocasehaestadomoviendoantesdequemimentehaya aprobadolaspalabras. —Está bien —murmura—. De todos modos, ya no somos precisamente un grupo. Tristan va a marcharse a Nueva Orleans, en unos días, de hecho, y no he visto a Steph por el campus en toda la semana. —Oh...—Hagounapausayechounvistazoaestahabitaciónenlaquemehospedo,enestacasa enormeydealgúnmodoextraña—.Zed,tambiénsientohaberteacusadodeenviarmemensajesdesdeel teléfono de Hardin. Steph admitió que fue ella durante el incidente de Dan. —Sonrío para intentar contrarrestarelescalofríoqueestehombremeprovoca. Éldejaescaparelaire,otalvezseaunarisa. —Debo admitir que yo parecía el mejor candidato a haberlo hecho —replica dulcemente—. ¿Y bien?¿Cómovatodo? —Seattlees...diferente—digo. —¿Estásahí?PenséquecomoHardinhabíaidoacasadetumadre... —No,estoyaquí—lointerrumpoantesdequepuedacomentarqueéltambiénesperabaqueme quedaraconHardin. —¿Hashechonuevosamigos? —¿Túquécrees?—Sonríoyalcanzoelvasomediovacíodeaguaquehayalotroladodelacama. —Prontolosharás—diceriendo,ymeunoaél. —Lo dudo. —Pienso en las dos chicas que cotilleaban el otro día en la sala de descanso de la editorial. Cada vez que las he visto esta semana parecían estar riéndose entre sí, y no puedo evitar pensarquesereíandemí—.Deverdadquesientohabertardadotantoenllamarte. —Tessa,estábien,paradedisculparte.Lohacesdemasiado. —Losiento—digo,ymegolpeolafrenteconlapalmadelamano. Tanto el camarero, Robert, como Zed me han dicho que me disculpo demasiado. Quizá tengan razón. —¿Creesquevendrásavisitarnospronto?¿Oaúnnosenospermiteser...amigos?—preguntaen vozbaja. —Podemosseramigos—remarco—.Peronotengoniideadecuándopodréirdevisita. Enrealidadesperabavolveracasaestefindesemana.EchodemenosaHardinylascallescasisin tráficodeleste. Peroespera...,¿acabodeconsiderarla«micasa»?Sisólohevividoahíduranteunospocosmeses... Yentoncesmedoycuenta:Hardin.EsporHardin.Cualquierlugardondeélestésiempreserámi hogar. —Vaya,esunapena.TalvezhagayounaescapadaaSeattlepronto.Tengoalgunosamigosporallí —diceZed—.¿Tepareceríabien?—preguntasegundosdespués. —¡Oh,sí!Porsupuesto. —Genial. —Se echa a reír—. Este fin de semana vuelo hasta Florida para ver a mis padres. De hecho,llegotardeamivuelo,perotalvezpodríaintentarirelfindesemanaquevieneoalgoasí. —Sí,claro.Túavísame.DiviérteteenFlorida—ledigoantesdecolgar. Pongoelmóvilsobreunapiladenotasyapenasunossegundosmástardecomienzaavibrar. El nombre de Hardin aparece en la pantalla y, tras tomar aire, ignoro el palpitar de mi pecho y contesto. —¿Quéestáshaciendo?—preguntadeinmediato. —Eh...,nada. —¿Dóndeestás? —EncasadeKimyChristian.¿Dóndeestástú?—replicoconsarcasmo. —Encasa—dicecontranquilidad—.¿Dóndeibaaestar,sino? —Puesnosé...,¿enelgimnasio? Hardinhaestadoyendoregularmentealgimnasio,cadadíadelasemana. —Acabodevolver.Ahoraestoyencasa. —Y¿cómotehaido,capitánBrevedad? —Comosiempre—respondecortante. —¿Pasaalgo?—lepregunto. —No,estoybien.¿Cómotehaidoeldía?—Seapresuraacambiardetemaymepreguntoporqué, peronoquieropresionarlo,noconlallamadadeZedyasobremiconciencia. —Haidobien.Largo,supongo.Siguesingustarmelaclasedecienciaspolíticas—gimo. —Yatedijequeladejaras.Puedescogerotraasignaturaentretusoptativasdecienciassociales— merecuerda. Metumboenlacama. —Losé...,peroestarébien. —¿Nosalesestanoche?—pregunta;sutonoesdealerta. —No,yaestoyenpijama. —Bien—dice,cosaquemehaceponerlosojosenblanco. —He llamado a Zed hace unos minutos —suelto de golpe. Mejor sacármelo de encima cuanto antes. SehaceelsilencioenlalíneayesperopacientementeaquelarespiracióndeHardinsecalme. —¿Quehashechoqué?—dicecortante. —Lohellamadoparadarlelasgracias...porlodelfindesemanapasado. —Pero ¿por qué? Pensé que estábamos... —Su fuerte respiración sobre el auricular me dice que apenasescapazdecontrolarlarabia—.Tessa,creíaqueestábamossolucionandonuestrosproblemas. —Yloestamoshaciendo,peroselodebía.Sinohubieseaparecidocuandolohizo... —¡Losé!—saltaHardin,comositrataradecontenerse. Noquierodiscutirconél,peronopuedoesperarquelascosascambiensileocultoinformación. —Dijoquehabíapensadovenirdevisita—loinformo. —Élnovaair.Findeladiscusión. —Hardin... —Novaair.Estoyesforzándomealmáximo,¿vale?Estoyintentandocontodasmisputasfuerzas noperderlosnerviosahoramismo,asíquelomínimoquepuedeshaceresayudarmeaconseguirlo. Suspiroderrotada. —Vale. Pasar tiempo con Zed no podría ser bueno para nadie, Zed incluido. No puedo volver a darle esperanzas, no es justo para él, y tampoco creo que podamos mantener una relación estrictamente platónica,almenosnoaojosdeHardin,oalosdelpropioZed. —Gracias.Sisiemprefueratanfácilhacerteobedecer... «¿Qué?» —Hardin,yonotengoqueobedecerteennada,esoes... —Tranquila, tranquila, sólo te tomaba el pelo. No hace falta que te mosquees —se apresura a replicar—.¿Hayalgomásquenecesitesaber,yaqueestamos? —No. —Bien.Yahoracuéntamequéhaestadopasandoenesaemisoraderadiodemierdaquetetiene tanobsesionada. Mientraslecuentolahistoriadeunamujerquebuscabaasulargamenteperdidoamordeinstituto mientras ya estaba preñada de su vecino, todos los sórdidos detalles y el escándalo resultante me mantienenanimadayriendo.Almencionarelgato,Mazzy,mepongoareírcomounahistérica.Ledigo quedebedeserdifícilenamorarsedeunhombrecuandoseestáesperandoelhijodeotro,peroHardin no está de acuerdo. Por supuesto, él cree que el hombre y la mujer se buscaron el escándalo ellos mismos,yseburlademíporobsesionarmeconunprogramaradiofónicodeentrevistas.Seríeconmi historia,yyocierrolosojoseimaginoqueestátumbadojuntoamí. Capítulo82 Hardin —¡Losiento!—diceRichardconlarespiraciónentrecortada. Unacapadesudorlecubretodoelcuerpomientrasselimpiaelvómitodelabarbilla.Meapoyoen elmarcodelapuertadebatiéndomesientrarolargarmeydejarlosoloconsupropiamiseria. Llevatodoeldíaasí,vomitando,temblando,sudandoylloriqueando. —Prontoestaráfuerademisistema,asíque... Vuelveainclinarsesobrelatazadelváteryvomitamás,comosifueseungéiser.Deputamadre. Almenosestavezhaconseguidollegarallavabo. —Esoespero—ledigo,ysalgoalpasillo. Abro la ventana de la cocina para que entre la brisa fría y cojo un vaso limpio del armario. El fregaderocrujecuandoabroelgrifoparallenarelvasoysacudolacabeza. «¿Quédemoniossesuponequevoyahacerconél?»Seestádesintoxicandoportodomibaño.Tras unúltimosuspiro,cojoelvasodeaguayunpaquetedegalletassaladas,melosllevoallavaboylos colocoenelbordedellavamanos. Ledoygolpecitosenelhombro. —Comeesto. Asienteenseñaldereconocimiento,oporeldelíriumtrémensy/oelsíndromedeabstinencia.Su piel está tan pálida y sudada que me recuerda a una nutria. En realidad no creo que comer galletitas saladasloayude,perolaposibilidadestáahí. —Gracias—gimeporfin,ylodejoasolasparaquevomiteportodaspartes. Estedormitorio,midormitorio,noeselmismosinTessa.Lacamanuncaestábienhechacuando me meto en ella por la noche. He intentado una y otra vez remeter las esquinas de la sábana bajo el colchón tal y como lo hace Tessa, pero no hay manera. Mi ropa, tanto la limpia como la sucia, está desperdigada por el suelo, botellas de agua vacías y latas de soda abarrotan las mesillas de noche, y siemprehacefrío.Lacalefacciónestáencendida,perolahabitaciónestá...fría. Leenvíounúltimomensajeparadesearlebuenasnochesycierrolosojos,rezandopordisfrutarde unrepososinsueños...porunavez. —¿Tessa?—llamodesdeelpasillo,anunciandoqueestoyencasa. Elapartamentoestáensilencio,sólopequeñossonidosllenanelaire.¿EstáTessaalteléfonocon alguien? —¡Tessa!—lallamodenuevomientrashagogirarelpomodelapuertadeldormitorio. Laescenaquecaptanmisojosmedetieneenseco.Tessaestátendidasobreelcubrecamablanco, con el rubio cabello pegado a la frente por el sudor; con los dedos de una mano se agarra a la cabeceradelacamayconlosdelaotratiradeunoscabellosnegros.Mientrasgiralascaderaspuedo sentircómoelhieloreemplazalaardientesangrequecorrepormisvenas. LacabezadeZedestáenterradaentresussuavesmuslos.SusmanosrecorrenelcuerpodeTessa. Intentomovermehaciaellosparacogerlodelagargantayarrojarlocontralapared,peromispies estánpegadosalsuelo.Intentogritarles,peromibocaseniegaaabrirse. —Oh,Zed—gimeTessa. Metapolosoídosconlasmanos,peronofunciona.Suvozllegahastamicerebro;nohayformade escapardeella. —Erestanhermosa—murmuraélconadmiraciónmientrasellavuelveagemir.Unadesusmanos semuevehastalospechosdeTessaylosacariciaconlasyemasdelosdedosmientrassubocasigue enterradaenella. Estoyparalizado. Nomeven,nisiquierahannotadoqueestoyenlahabitación.Tessagritasunombreunavezmás y, cuando él alza la cabeza de entre sus muslos, por fin me ve. Mantiene contacto visual conmigo mientrassuslabiosrecorrenelcuerpodeellahastallegarasumandíbula,mordisqueandosupiel.Mis ojos no se apartan de sus cuerpos desnudos, y mis entrañas me han sido arrancadas del cuerpo y lanzadassobreelfríosuelo.Nopuedosoportarveresto,peroestoyforzadoahacerlo. —Tequiero—lediceélmientrasmesonríeamí. —Yotambiéntequiero—gimoteaTessa. Clava las uñas en su espalda tatuada cuando él la penetra. Por fin recupero la voz y grito, silenciandosusgemidos. —¡Joder!—grito. Agarroelvasodeencimadelamesilladenochey,conunestallido,sehaceañicoscontralapared. Capítulo83 Hardin Empiezo a caminar arriba y abajo del dormitorio, tirándome con furia de mis cabellos empapados en sudor,ytodalaropayloslibrosquepisoteoamipasovandejandomarcasenmispiesdescalzos. —¿Hardin?¿Estásbien?—LavozdeTessasuenaprofundaconelsueño. Mealegrotantodequehayacontestadocuandolahellamado...Necesitotenerlaaquí,juntoamí, aunquesóloseaatravésdeunhilotelefónico. —Yo...nolosé—graznoalteléfono. —¿Quépasa? —¿Estásenlacama?—lepregunto. —Sí,sonlastresdelamadrugada,¿dónde,sino,ibaaestar?¿Quépasa,Hardin? —Esquenopuedodormir,esoestodo—admitoconlavistafijaenlaoscuridaddenuestro...mi dormitorio. —Oh...—Dejaescaparunlargosuspirodealivio—.Porunsegundomehabíasasustado. —¿HasvueltoahablarconZed?—lepregunto. —¿Qué?No,nohehabladoconéldesdequetecontéquepensabaveniraSeattle. —Llámaloydilequenopuedeir.—Séqueparezcounlunático,peromeimportaunamierda. —Nopiensollamarloaestashoras,pero¿sepuedesaberquétepasa? Estátanaladefensiva...,aunquesupongoquenopuedoculparladeello. —Nada,Theresa.Noimporta—suspiro. —¿Quéesloquepasa,Hardin? —Nada,es...nada. Cuelgolallamadaypresionoelbotóndeapagadohastaquelapantallasetornanegra. Capítulo84 Tessa —No irás a pasarte todo el día en pijama, ¿verdad? —me pregunta Kimberly a la mañana siguiente cuandomevesentadaalabarradelacocina. Memetounacucharadademueslienlabocaparanotenerquecontestarle.Porqueesoesjustolo queplaneohacerhoy.NodormíbiendespuésdelallamadadeteléfonodeHardin.Desdeentoncesme ha enviado unos pocos mensajes de texto, pero en ninguno de ellos menciona su extraño comportamientodeanoche.Quierollamarlo,perolaformaenquemecolgótanrápidamentehaceque lopiensemejor.Además,noheestadomuchoporKimberlydesdequellegué.Pasolamayorpartede mitiempolibrehablandoporteléfonoconHardinorealizandomiprimeratandadetrabajosparamis clases.Lomínimoquepuedohacerescharlarconelladuranteeldesayuno. —Nuncallevasropa—intervieneSmith,ycasiescupoelmueslisobrelamesa. —Claroquesí—replico,aúnconlabocallena. —Tienes razón, Smith, nunca lleva. —Kimberly suelta una carcajada y yo pongo los ojos en blanco. EnesemomentoChristianentraenlacocinayledaunbesoenlasien.Smithsonríeasupadreya sufuturamadrastraantesdevolveramirarme. —Los pijamas son más cómodos —le explico, y él asiente dándome la razón. Sus ojos verdes recorrensupropiopijamadeSpider-Man—.¿TegustaSpider-Man?—lepregunto,esperandogenerar unaconversaciónquenoseasobremí. Susdeditoscogenunatostada. —No. —¿No?Perosillevaspuestoeso—replicoseñalandosuropa. —Ellamelocompró.—SeñalaaKimconlacabezaymesusurra—:Noledigasqueloodio;se pondríaallorar. Merío.Smithtienecincoañoscaminodeveinte. —Noloharé—leprometo,yacabamosnuestrodesayunoenagradablesilencio. Capítulo85 Hardin Landon sacude el agua de su sombrero sobre el suelo y apoya el paraguas contra la pared con un exageradogestoteatral.Quierequeveaelgran«esfuerzo»queestáhaciendoparaayudarme. —¿Y bien? ¿Qué es tan urgente como para que me hagas venir con este tiempo de perros? — pregunta medio molesto, medio preocupado. Al fijarse en mi torso desnudo, añade—: ¿Sabes? Yo he tenidoqueponermeropaencimaparaveniraayudarte.¿Cuáleselproblema? SeñaloaRichard,queestádespatarradoenelsofá,dormido. —Él. Landonseinclinahaciaunladoparamirardetrásdemí. —¿Quiénesése?—pregunta.Deprontoseenderezaymemiraconlabocaabierta—.Espera..., ¿noeselpadredeTessa? Pongolosojosenblancoantesupregunta. —No,esotrosintechoescogidoalputoazaralquedejodormirenmisofá.Esloquetodoslos hipstersestamoshaciendoúltimamente. Élignoramisarcasmo. —¿Quéhaceaquí?¿LosabeTessa? —Sí,losabe.Loquenolehecontadoesquellevacincodíasrehabilitándoseyvomitandodetodo pormimalditoapartamento. RichardgruñeensueñosyyocojoaLandonporlamangadesucamisadecuadrosescocesesytiro deélendirecciónalpasillo. Estáclaroqueestoquedaunpocolejosdelaligademihermanastro. —¿Rehabilitación?—repite—.¿Comodelasdrogas? —Sí,ydelalcohol. Parecereflexionarduranteunsegundo. —¿Aúnnohaencontradotualijodelicor?—mepregunta,yentoncesalzaunaceja—.¿Oyaselo hatomadoentero? —Yanotengonadadelicoraquí,capullo. Vuelveaespiardesdelaesquinaalhombrequeduermetiradoenelsofá. —Aúnnoséquépintoyoentodoesto. —Vasahacerledeniñera—loinformo,ydeinmediatoretrocede. —¡Nihablar!—tratadesusurrar,perosuvozsuenamáscomoungritoapagado. —Relájate.—Ledoyunaspalmaditasenelhombro—.Sóloseráporunanoche. —Queno.Novoyaquedarmeconél.¡Perosinisiquieraloconozco! —Yotampoco. —Túloconocesmejorqueyo,algúndíapodríallegarasertusuegrosinofuesestanidiota. LaspalabrasdeLandonmegolpeanconmásfuerzadelaquedeberían.«¿Suegro?»Eltítulosuena rarocuandolorepitoenmimente...mientrascontemploaesemontóndemierdahumanaenmisofá. —Quieroverla—confieso. —¿Aquién?...¿ATess? —Sí,aTes-sa—locorrijo—.¿Aquién,sino? Landoncomienzaajuguetearconsuspropiosdedoscomounniñonervioso. —Bueno,y¿porquénopuedeellaveniraquí?Nocreoqueseaunabuenaideaquemequedecon él. —Noseasnenaza,noespeligrosoninadadeeso—ledigo—.Sóloasegúratedequenoabandone elapartamento.Tengomontonesdecomidayagua. —Niqueestuvierashablandodeunperro—remarcaLandon. Mefrotolassienescansado. —Tío,tampocoesquesediferencientanto.¿Mevasaayudaroqué? Élmemirafijamenteyyoañado: —¿PorTessa? Esungolpebajo,peroséquefuncionará. Despuésdeunsegundoserindeyasiente. —Sólounanoche—accede,ysevuelveparaocultarunasonrisa. NosécómoreaccionaráTessacuandoignorenuestroacuerdode«espacio»,peroserásóloporesta noche. Una simple noche con ella es lo que necesito ahora mismo. La necesito a ella. Las llamadas telefónicas son suficientes durante la semana pero, tras la pesadilla que tuve, necesito verla más que nadaenelmundo.Necesitoconfirmarquenohayningunamarcaensucuerpoapartedelasqueyole dejé. —Y ¿ya sabe que vas a ir? —me pregunta Landon mientras me sigue de vuelta al dormitorio, dondebuscoporelsuelounacamisetaconlaquecubrirmitorsodesnudo. —Losabráencuantollegue,¿no? —Mehacontadolovuestroconelteléfono. «¿Enserio?Esoesmuypocohabitualenella.» —¿Porquéibaacontartequenoscorremoshablandoporteléfono?...—lepregunto. LosojosdeLandonseabrencomoplatos. —¡¿Eh?!¡¿Qué?!¡¿Qué?!Nomerefería...Oh,Dios—gime. Intenta cubrirse los oídos con las manos pero es demasiado tarde. Sus mejillas se vuelven de un rojointensoymirisallenaeldormitorio. —Tienes que ser más específico cuando hables de Tessa y de mí, ¿es que aún no lo sabes? — Sonrío,deleitándomeenlosrecuerdosdesusgemidosatravésdelalínea. —Pareceserqueno.—Frunceelceñoyserecompone—.Queríadecirquehabéisestadohablando unmontónporteléfono. —¿Y? —¿Ellateparecefeliz? Misonrisadesaparece. —¿Porquélodices? Lainquietudapareceensurostro. —Sólomelopreguntaba.Estoyalgopreocupadoporella.Nopareceestartanemocionadayfeliz porlodeSeattlecomocreíqueestaría. —Nosé...—Mefrotolanucaconlapalmadelamano—.Tienesrazón,noparecefeliz,peronosé siesporqueyosoyunimbéciloporquenolegustaSeattletantocomocreíaquelegustaría—contesto conhonestidad. —Esperoqueseaporloprimero.Quieroqueseafelizallí—diceLandon. —Yotambién,másomenos—convengo. Landonpateaunosvaquerososcurossuciosquehayenelsueloparaapartarlosdesupie. —Oye,quemelosibaaponer—salto,ymeinclinopararecogerlos. —¿Esquenotienesropalimpia? —Enestemomento,no. —¿Haspuestoalgunalavadoradesdequesefue? —Sí...—miento. —Ajá...—Señalalamanchaenmicamisetanegra.¿Mostaza,talvez? —Mierda... —Me quito la camiseta y la lanzo de vuelta al suelo—. ¡No tengo una mierda que ponerme! Abrodegolpeelúltimocajóndelacómodaydejoescaparunsuspirodealiviocuandolocalizo unapiladecamisetasnegrasplanchadas. —¿Quéteparecenéstos?—Landonseñalaunpardevaquerosazuloscurocolgadosenelarmario. —No. —¿Porquéno?Nuncallevasnadaquenoseanvaquerosnegros. —Puesporeso—replico. —Bueno,elúnicopardepantalonesqueparecequetienesparaponerteestánsucios,asíque... —Tengocincopares—locorrijo—.Loquepasaesquesontodosdelmismoestilo. Con un resoplido paso por su lado para descolgar los vaqueros azules de su percha. Odio esta mierda.MimadremeloscompróporNavidadyjurénollevarlosjamás.Y,sinembargo,aquíestoy.Por elamorverdaderooalgoasí.ProbablementeTessasedesmayará,fijo. —Sonunpoco...ajustados—comentaLandon,ysemuerdeellabioinferiorparanoreír. —Quetejodan—digo,yleenseñoeldedocorazón. Despuésacabometiendomásmierdaenmibolsa. Veinte minutos más tarde estamos de vuelta en la sala de estar. Richard sigue dormido, Landon continúahaciendocomentariossobremisputosvaquerosajustadosyestoylistoparairaveraTessaa Seattle. —¿Quécreesquedeberíadecirlecuandosedespierte?—mepreguntaLandon. —Loquequieras.Seríabastantedivertidosiletomaraselpelounrato.Podríasfingirqueeresyoo quenosabescómohallegadoélhastaaquí.—Merío—.Estaríamásconfuso... Landonnoveelhumorenmiideayprácticamentemeempujaporlapuerta. —Conduceconcuidado,lascarreterasestánmojadas—meavisa. —Loharé. Mecuelgolabolsadelhombroymelargoantesdequehagaalgúnotrocomentariodesabihondo. Duranteeltrayectonopuedoevitarrecordarmipesadilla.Eratannítida,tanjodidamentevívida...Podía oíraTessagimiendoelnombredeesecabrón;inclusopodíaoírcómosusuñaslerecorríanlapiel. Pongo la radio para ahogar mis pensamientos, pero no funciona. Decido pensar en ella, en recuerdosdelosdosjuntos,paradetenerlasimágenesquemeacechan.Deotromodo,ésteseráelviaje máslargodetodamivida. —¡Miraquébebéstanmonos!—Tessachillandomientrasseñalabaunpelotóndepequeñosseres inquietos.Bueno,enrealidadsólohabíadosbebés,peroaunasí... —Sí,sí,monísimos—repliquéponiendolosojosenblancoylaarrastréatravésdelatienda. —Inclusollevanlazosajuegoenelpelo.—Estabasonriendotantoquesuvozadquirióesetono agudoqueusanlasmujerescuandoseencuentranalrededordeunniñopequeñoyalgunahormonau otralasgolpea. —Quesí—repuse,ycontinuérecorriendolosestrechospasillosdeConner’s. Tessa estaba buscando un queso en particular que necesitaba para nuestra cena de esa noche. Perolosbebéscortocircuitaronsucerebro. —Admitequeeranmonos.—Mesonrió,yyosacudílacabezaparadesafiarla—.Vamos,Hardin..., sabesqueeranmonos.Sólodilo. —Eranmonos...—contestéinexpresivo,yellaapretólabocamientrascruzabalosbrazosfrentea supechocomounaniñacaprichosa. —Quizáresultaqueeresunadeesaspersonasquesóloencuentranmonosasuspropioshijos— dijo,ypudeobservarcómodeprontounasospechalerobabarápidamentelasonrisa—.Esosiesque algunavezquierestenerhijos—añadiósombría,haciendoquequisieraborrarelceñodesuhermosa caraabasedebesos. —Claro,talvez.Aunqueesunapenaquenoquieratenerlos—dijeintentandograbarlanoción permanentementeensucorazón. —Losé...—contestóellasuavemente. Poco después encontró lo que había estado buscando y lo dejó caer en el cesto con un golpe sordo. Susonrisaaúnnohabíaregresadoparacuandollegamosalacolaparalacaja.Lamirédesde arribaylediunsuavecodazo. —Oye... Cuandomemiró,susojosestabanempañados,yeraobvioqueesperabaqueyohablara. —Acordamosnoseguirhablandodehijos...—comencémientrasellaclavabalavistaenelsuelo, cercademibota—.Mírame. Cubrísusmejillasconmismanosyapoyélafrenteenlasuya. —Estábien,noestabapensandocuandohedichoeso—admitióencogiéndosedehombros. Laobservémientrasmirabaalrededordelpequeñomercado,fijándoseencuantonosrodeaba,y casipodíaverlapreguntarseporquélaestabatocandoasíenpúblico. —Mira, volvamos a acordar no sacar el tema de los niños. No hace más que causar problemas entre nosotros —le dije, y le di un rápido beso en los labios, seguido de otros. Mis labios se entretuvieronsobrelossuyosysuspequeñasmanossecolaronenlosbolsillosdemichaqueta. —Te quiero, Hardin —dijo cuando Gloria la Gruñona, la cajera de la que nos habíamos reído tantasveces,seaclarólagarganta. —Tequiero,Tess.Ytequerrétantoquenisiquieranecesitaráshijos—leprometí. Volvió la cabeza para esconder el ceño de preocupación, lo sé. Pero por aquel entonces no me importóporqueimaginéquelacuestiónestabaresueltaymehabíasalidoconlamía. Mientrassigoconduciendomepreguntosihahabidoalgúnmomentodemividaenelquenome hayacomportadocomouncapulloegoísta. Capítulo86 Tessa Mientras voy de mi dormitorio al sofá con una copia de Cumbres borrascosas en la mano, Kimberly diceconunahermosayampliasonrisa: —Estásdebajón,Tessa,ycomotuamigaymentora,esmiresponsabilidadsacartedeahí. Sucabellorubioeslisoybrillanteysumaquillajedemasiadoperfecto.Esunadeesasmujeresa lasqueelrestodelasmujeresadoranodiar. —¿Mentora?¿Enserio?—Meríoyellaponeenblancosusojossombreados. —Vale,talveznounamentora,perosíunaamiga—secorrige. —Noestoydebajón.Simplementetengounmontóndetrabajosquehacer,ynomeapetecesalir estanoche—alego. —Tienes diecinueve años, chica, ¡actúa como tal! Cuando yo tenía diecinueve pasaba todo el tiempofuera.Apenasaparecíaporclase.Yteníacitasconchicos,conmuchosmuchoschicos—dice, mientrassustaconesrepiqueteansobreelsuelodeparquet. —Asíqueesohacías,¿eh?—intervieneChristianalentrarenlasala.Estádesenrollandoalgúntipo decintadealrededordesusmanos. —Ningunotanmaravillosocomotú,porsupuesto.—Kimleguiñaunojoyélseríe. —Estoesloquemepasaporsalirconunamujertanjoven—diceél—.Tengoquecompetirconel recuerdoaúnfrescodehombresenedaduniversitaria.—Susojosverdesbrillanconhumor. —Oye,queyonosoymuchomásjovenquetú—diceKimberlydándoleungolpecitoenelpecho. —Doceaños—señalaél. Ellaponelosojosenblanco. —Sí,perotualmaesjoven.NocomoladeTessa,quesecomportacomosituviesecuarenta. —Claro,cielo.—Tiralacintausadaaunapapelera—.Ahoraveeiluminaalachicasobrecómo no comportarse en la universidad. —Le dedica una última sonrisa, le da una palmada en el culo y desaparece,dejándolasonriendodeorejaaoreja. —Quierotantísimoaesehombre...—mediceKimberly,yyoasientoporqueséqueescierto—. Deverdadquequeríaquesaliesesconnosotrosestanoche.Christianysussociosacabandeabrirun nuevoclubdejazzenelcentro.Espreciosoyestoyseguradequelopasarásmuybien. —¿Christiantieneunclubdejazz?—pregunto. —Sólo ha invertido en él, así que en realidad no ha hecho ningún esfuerzo —susurra con una sonrisa ladina—. Tienen músicos invitados los sábados, una especie de noche de micrófono abierto o algoasíconmuchasactuacionesendirecto. Meencojodehombros. —¿Talvezelfindequeviene? Loúltimoquequieroahoramismoesvestirmedenuevoysaliraunclub. —Vale,elfindesemanaqueviene.Tetomolapalabra.Smithtampocoquierevenir.Heintentado convencerlo,peroyasabescómoes.Mehadadolacharlasobrecómoeljazznopuedecompararsecon lamúsicaclásica.—Seechaareír—.Asíquesuniñerallegarádentrodeunashoras. —Puedovigilarloyo—meofrezco—.Alfinyalcabo,estaréaquí. —No,cielo,notienesquehacerlo. —Losé,peromeapetece. —Bueno,esoseríagenialymuchomássencillo.Poralgunarazón,nolegustasuniñera. —Yotampocolegustomucho.—Merío. —Cierto, pero él habla más contigo que con la mayor parte de la gente. —Se mira el anillo de compromisoeneldedoydespuésalzalavistahacialafotodeclasedeSmithquecuelgasobrelarepisa de la chimenea—. Es un niño muy dulce, pero tan reservado... —dice en voz baja, casi como una reflexión. Eltimbredelapuertasuenaentonces,rompiendoelmomento. Kimberlymemiraconextrañeza. —Vaya,¿quiéndemoniosvendráenmitaddelatarde?—pregunta,comosiyopudieraconocerla respuesta. Mequedoaquídepie,mirandolapreciosafotodeSmithquecuelgadelapared.Esunniñotan serio...,comounpequeñoingeniero,ounmatemático. —Bueno,bueno,bueno...¡Miraquiénhavenido!—exclamaKimberlydesdelapuerta. Cuandomedoylavueltaparaverdequéestáhablando,mequedoconlabocaabierta. —¡Hardin! —Su nombre cae de mis labios sin pensarlo siquiera, y un inmediato subidón de adrenalina me hace cruzar la habitación. Mis calcetines hacen que me deslice sobre el parquet, casi consiguiendoquemecaigadebruces.Encuantorecuperoelequilibriosaltosobreélyloabrazomás fuertedeloqueloheabrazadojamás. Capítulo87 Hardin CasimedaunataquecuandoTessatropiezayestáapuntodecaerse,peroserecuperarápidamenteyse lanzaamisbrazos. Éstanoes,nidelejos,lareacciónqueesperaba. Penséquemerecibiríaconunincómodo«hola»yunasonrisaquenolellegaríaalosojos.Pero, joder, qué equivocado estaba. Muy equivocado. Tessa aprieta los brazos alrededor de mi cuello y yo entierro la cabeza en su pelo. La dulce esencia de su champú me embota los sentidos y me siento momentáneamenteabrumadoporsupresencia,cálidayreceptivaentremisbrazos. —Hola—digoporfincuandoellaalzalavistahaciamí. —Estáshelado—comenta.Susmanossemuevenhastamismejillas,calentándolasdeinmediato. —Es que está lloviendo hielo ahí fuera... y en casa es aún peor. En mi casa, quiero decir —me corrijo. Susojosseclavanenelsueloantesdevolveramirarme. —¿Qué estás haciendo aquí? —prácticamente susurra, intentando ocultar la pregunta al resto de lospresentes. —HellamadoaChristiandecaminoaquí—informoaKimberly,quecontinúamirándomeconaire enigmáticoyunasonrisajugandoensuslabiospintados. «Nopodíasmantenertealejado,¿verdad?»,articulaensilencioaespaldasdeTessa.Estamujeres lamayortocapelotasqueconozco,nosécómoChristianlaaguanta,yvoluntariamente. —PuedesquedarteenlahabitaciónfrentealadeTessa,ellatelaenseñará—anunciaKimberly,y despuésdesaparece. MeseparodeTessaylededicounapequeñasonrisa. —Lo... ¡lo siento! —tartamudea ella, mirando alrededor y ruborizándose—. No sé por qué he hechoeso.Es...esqueestanagradableverunacarafamiliar... —Yotambiénmealegrodeverte—ledigointentandolibrarladesubochorno. Noesquemehayaapartadoporquenoquieraabrazarla.Sufaltadeconfianzasiemprehaceque interpretelascosasdemaneranegativa. —He resbalado en el suelo —suelta, entonces vuelve a ruborizarse y yo me muerdo un carrillo paranoreírmedeella. —Sí, ya lo he visto —digo. No puedo evitar la risita que se me escapa, y ella sacude la cabeza riéndosedesímisma. —¿Deverdadquetequedas?—pregunta. —Sí.¿Teparecebien? Susojosbrillanytienenuntonodegrismásclarodelhabitual.Llevaelpelosuelto,ligeramente onduladoysinestilo.Niunrastrodemaquillajeestropeasurostro,yestáabsolutamenteperfecta.La cantidad de horas que he pasado imaginando su cara frente a mí no me habían preparado para el momento en que finalmente volvería a verla. Mi mente no puede captar todos los detalles; las pecas justosobresuescote,lacurvadesuslabios,elbrillodesusojos...,esjodidamenteimposible. Lacamisetalequedasueltayesoshorriblespantalonesdefelpaconnubescubrensuspiernas.No para de ajustarse la camiseta tirando hacia abajo, jugueteando con el cuello; es la única chica que he conocido que puede ponerse esa ropa horrorosa para dormir y aun así parecer sexi. A través de la camiseta blanca puedo verle el sujetador. Lleva ese de encaje que tanto me gusta. Me pregunto si es conscientedequepuedoverloatravésdelatela... —¿Porquéhascambiadodeidea?Y¿dóndeestánelrestodetuscosas?—preguntaTessamientras meguíapasilloabajo—.Lashabitacionesdetodoslosdemásestánarriba—meexplicasinsospechar mispervertidospensamientos.Oquizásí... —Estoestodocuantohetraído.Serásólounanoche—leaseguro,ysedetienefrenteamí. —¿Sólotequedasunanoche?—repite;susojosbuscanmicara. —Sí,¿quécreías?¿Quememudabaaquí? Claroquelocreía,ellasiempretienedemasiadafeenmí. —No.—Desvíalamirada—.Nolosé.Supongoqueesperabaquetequedarasmásqueeso—dice, yahoraescuandolacosaseponeincómoda.Sabíaqueocurriría—.Aquíestálahabitación.—Abrela puertaparamí,peronoentro. —¿Tuhabitaciónestájustocruzandoelpasillo?—Lavozsemerompeysuenocomounauténtico idiota. —Sí—murmuraellamirándoselosdedos. —Genial—señalotontamente—.Estásseguradequeestábienquehayavenido,¿verdad? —Sí,porsupuesto.Sabesqueteheechadodemenos. Laexcitaciónensucaraparecedesvanecersecuandoelrecuerdodemisaccionesprevias—serun gilipollasengeneralynegarmeaveniraSeattlesobretodo—seciernesobrenuestrascabezas.Nunca olvidarélaformaenquehavenidocorriendohaciamí,literalmente,cuandomehavistoenlapuerta; había tanta emoción en su rostro, tanta añoranza... y yo también lo he sentido, más incluso que Tess. Creíaquemevolveríalocosinella. —Sí, pero la última vez que estuvimos juntos en ese apartamento yo te eché a patadas. —Veo cómosuexpresióncambiacuandomispalabraslerecuerdanloocurrido.Escomosipudieraverelputo murolevantándoseentrenosotrosmientrasellamededicaunasonrisafalsa—.Noséporquéhedicho eso—confieso,ymepasolamuñecaporlafrente. Sus ojos se mueven hacia otra habitación: la suya. Entonces, señalando la puerta frente a la que estamos,dice: —Puedesdejarahítuscosas. Mecogelabolsadelamano,entraenelcuartoylaabresobrelacama.Laobservomientrassaca delabolsacamisetasenrolladasycalzoncillosyarrugalanariz. —¿Estánlimpios?—pregunta. Niegoconlacabeza. —Loscalzoncillos,sí. Sostienelabolsaaunbrazodedistancia. —Nisiquieraquierosabercómoestáelapartamento. Lascomisurasdesuslabiosseelevanenunasonrisapetulante. —Entonces,menosmalquenovasavolveraverlo—bromeo. Susonrisasedesvaneceenelacto.Menudabromademierda...Pero¿quécoñomepasa? —Nomereferíaaeso—meapresuroaañadir,desesperadoporrecuperarmedemipésimaelección depalabras. —Estábien.Relájate,¿vale?—Suvozesamable—.Soyyo,Hardin. —Losé.—Tomoaireycontinúo—:Essóloqueparecequehayapasadomuchotiempo,yestamos enesteextrañopuntomuerto,unamediarelacióndemierdaqueencimasenosdafatal.Ynonoshemos visto,yteheechadodemenos,yesperoquetútambiénmehayasechadodemenosamí. «Vaya,lohesoltadotododemasiadorápido.» Ellasonríe. —Sí. —¿Sí,qué?—Lapresionoenbuscadelaspalabrasexactas. —Queteheechadodemenos.Telohedichotodoslosdíasquehemoshablado. —Losé.—Meacercoaúnmásaella—.Sóloqueríaoírtelodecirotravez. Meinclinoparacolocarleelcabellotraslasorejasusandoambasmanos,yellaseapoyaenmí. —¿Cuándohasllegado?—intervienedeprontounapequeñavoz,yTessaseseparadeunsalto. Genial,simplementegenial. YahíestáSmith,depiefrentealnuevodormitoriodeTessa. —Justoahora—contesto,esperandoquesevayadelahabitaciónparaquepodamoscontinuarlo quehemosempezadohaceunosmomentos. —¿Porquéhasvenido?—pregunta,yentraenlahabitación. Señalo a Tessa, que ahora está como a dos metros de mí, sacando mi ropa de la bolsa y recogiéndolaentrelosbrazos. —Hevenidoaverlaaella. —Oh—replicaenvozbajamirándoselospies. —¿Nomequieresaquí?—pregunto. —Nomeimporta—diceencogiéndosedehombros,ylesonrío. —Bien,porquenomehabríaidoaunquefueseasí. —Losé.—SmithmedevuelvelasonrisaynosdejaaTessayamíasolas. Menosmal. —Legustas—diceella. —Elcríoestábien—replicoencogiéndomedehombros,yellaseríe. —Atitambiéntegusta—meacusa. —No,paranada.Sólohedichoqueestábien. Tessaponelosojosenblanco. —Claaaaro. Tienerazón,elcríomegusta.Másdeloquemehagustadoningúnotroniñodecincoaños. —EstanochemetocacuidardeélmientrasKimyChristianvanalainauguracióndeunclub—me explica. —Y¿túporquénovasconellos? —Nosé,simplementenomeapetecía. —Mmm...—Mepellizcoellabioparaesconderlemisonrisa. Meemocionaquenoquierasalirporahí,ymedescubroamímismoesperandoquehayaplaneado pasarlatardehablandoconmigoporteléfono. Ellamededicaentoncesunaextrañamirada. —Túpuedesirsiteapetece,notienesquequedarteaquíconmigo. Lelanzounamiradaindignada. —¿Qué?Noheconducidohastaaquíparairaunclubdemierdasinti.¿Esquenoquieresqueme quedecontigo? Susojosseencuentranconlosmíosyaprietamiropacontramipecho. —Sí,porsupuestoquequieroquetequedes. —Bien,porquenomehabríaidoaunquehubiesesidoasí. EllanosonríecomoSmith,peroponelosojosenblanco,ungestoigualdeadorable. —¿Adóndevas?—lepreguntoalverquesedirigehacialapuertaconmiscosas. Melanzaunamiradaquees,almismotiempo,divertidaysensual. —Alavarturopa—contesta,ydesapareceenelvestíbulo. Capítulo88 Tessa Mis pensamientos vuelan mientras pongo en marcha la lavadora. Hardin ha venido, a Seattle, y ni siquierahetenidoquepedírseloosuplicar.Havenidoporsupropiavoluntad.Aunquesóloseaporuna noche, significa muchísimo para mí, y espero que sea un paso en la dirección correcta para nosotros. Aúnmesientomuyinseguraenloquerespectaanuestrarelación...,tenemossiempretantosproblemas, tantaspeleassinsentido...Somosdospersonasmuydiferentes.Yahoramismoestoyenunpuntoenel quenosésiestovaafuncionar. Peroahoramismo,ahoraqueestáaquíconmigo,noquieronadamásqueprobaraversifunciona estamediarelación/mediaamistadadistancia,yveradóndenoslleva. —Sabíaqueaparecería—diceKimberlyamiespalda. Cuandomevuelvoveoqueestáapoyadacontraelmarcodelapuertadelcuartodelavar. —Puesyono—confieso. Ellamelanzaunamiradatipo«¡Vengaya!». —Teníasquesaberqueloharía.Nuncahevistounaparejacomovosotros. Suspiro. —Nosomosexactamenteunapareja... —Tehasechadoensusbrazoscomoenunapelícula.Élllevaaquímenosdequinceminutosyya leestáshaciendolacolada—replicamientrascabeceahacialalavadora. —Bueno,esquesuropaolíafatal...—explico,ignorandolaprimerapartedesudiscurso. —No podéis estar separados el uno del otro, realmente es algo digno de ver. Me encantaría que salierasconnosotrosestanocheparaquepudierasarreglarteyenseñarletodoloqueseestáperdiendo pornoveniravivircontigoaSeattle—añade,meguiñaunojoyseva,dejándomesolaenelcuartode lavar. TienerazónsobreHardinysobremí,nosomoscapacesdepermanecerseparadoselunodelotro. Siemprehasidoasí,desdeeldíaqueloconocí.Inclusocuandotratodeconvencermeamímismade que no lo quiero, no puedo ignorar el cosquilleo que siento en mi interior cada vez que nos encontramos. AntesHardinsiempreaparecíadondequieraqueyoestuviera.Porsupuesto,yomepasabaporla casadesufraternidadcadavezquesurgíalaoportunidad.Odiabaaquelsitio,peroalgoenmiinterior mearrastrabahastaallí,sabiendoquesiibalovería.Noloadmitíenesemomento,nisiquieraparamí misma,perodeseabasucompañía,inclusocuandoeracruelconmigo.Parecequehagatantotiempode eso...,escasicomopartedeunsueño,yrecuerdolaformaenquesolíamirarmefijamentedurantelas clasesparadespuésponerlosojosenblancocuandolosaludaba. Lalavadoraemiteunbrevepitido,devolviéndomealarealidad,ymeapresuropasilloabajohacia elcuartodeinvitadosquelehasidoasignadoaHardinparapasarlanoche.Lahabitaciónestávacía;su bolsasiguesobrelacama,peroaélnoloveoporningúnlado.Cruzoelpasilloyloencuentrodepie delantedelescritoriodemihabitación.Susdedosacaricianlastapasdeunodemiscuadernosdenotas. —¿Quéestáshaciendoaquí?—pregunto. —Sóloqueríaverdóndeestásviviendo...ahora.Queríavertuhabitación. —Oh.—Notolaformaenquesuscejassejuntancuandolallamatuhabitación. —¿Estoesparaalgunaasignatura?—preguntasosteniendoelcuadernodecueronegro. —Esparaescrituracreativa—asiento—.¿Lohasleído? Nopuedoevitarsentirmeunpoconerviosaantelaideadequelohayahecho.Hastaahorasólohe conseguido escribir uno de los trabajos, pero como todo lo demás en mi vida, al final acabé relacionándoloconél. —Unpoco. —Es sólo un trabajo —digo tratando de explicarme—. Nos pidieron que escribiéramos una redaccióndetemalibrecomoprimertrabajodelcursoy... —Esbueno,realmentebueno—mehalaga,ycolocaelcuadernodevueltasobrelamesadurante unmomento,antesdevolveracogerloyabrirloporlaprimerapágina. —«¿Quiénsoy?»—Leelaprimeralíneaenvozalta. —Porfavor,no—lesuplico. Élmededicaunasonrisitainterrogativa. —¿Desdecuándotedavergüenzaenseñartustrabajosdeclase? —Noesvergüenza.Essóloque...esunensayomuypersonal.Nisiquieraestoyseguradequerer entregárseloalprofesor. —Heleídotudiariodereligión—dicedepronto,ysemeparaelcorazón. —¿Qué?—Rezoparahaberlooídomal. —Loheleído.Telodejasteenelapartamentoyloencontré. Esto es humillante. Guardo silencio mientras Hardin me mira fijamente desde el otro lado de la habitación.Ésoseranpensamientosíntimosquenoesperabaquenadiellegaraaleernunca,salvoquizá miprofesor.MeavergüenzaqueHardinhayaescudriñadomispensamientosmáspersonales. —Nodeberíashaberlosleído.¿Porquélohashecho?—pregunto,intentandonomirarlo. —Minombreestabaportodaspartes—sedefiende. —Ésa no es la cuestión, Hardin. —Me noto el estómago en la garganta, y me cuesta respirar—. Estabapasandounarachamuymala,yésoseranpensamientosíntimosparamidiario.Notendríasque haberlos... —Eranmuybuenos,Tess.Increíbles,Medoliósaberquetesentíasasí,perolaspalabras,loque teníasquedecir...eraperfecto. Séqueintentahacermeuncumplido,peroasísóloconsigueabochornarmemás. —¿Cómotesentiríastúsialguienleyeraalgoqueescribisteparaexpresarloquesentíasdeforma privada? —Paso por alto sus halagos sobre mi forma de escribir. A sus ojos asoma una mirada de pánico,yladeolacabeza,confusa—.¿Qué? —Nada—selimitaadecir,sacudiendolacabeza. Capítulo89 Hardin Lamiradaensusojoscasihacequemedetenga,perodeboserhonesto,yquieroquesepalointeresante queencuentrosuescritura. —Loheleídoalmenosdiezveces—admito. Susgrandesojosabiertoscomoplatosnoseencuentranconlosmíos,perosuslabiosseseparan ligeramenteparacontestar: —¿Enserio? —Noseastímida.Soyyo...—Lesonrío,yelladaunpasohaciamí. —Losé,peroprobablementesonabapatética.—Nopensabaconclaridadcuandoloescribí. Colocoundedosobresuslabiosparasilenciarla. —No,paranada.Esbrillante. —Yo...—Intentahablartrasmisdedos,yaprietoconmásfuerza. —¿Hasacabado?—Lesonrío,yellaasiente. Lentamenteretirolosdedosdesuslabios,ysulenguaasomaparahumedecerlos.Nopuedoevitar mirarlafijamente. —Tengo que besarte —susurro, nuestras caras apenas están a unos centímetros de distancia. Sus ojossemiranenlosmíosytragasalivaruidosamenteantesdevolverahumedecerseloslabios. —Vale —susurra también en respuesta. Me agarra la camisa con voracidad. Tira de mí, con la respiraciónpesada. Justoantesdequenuestroslabiospuedantocarse,ungolperesuenaenlapuertadeldormitorio. —¿Tessa?—LavozunpocochillonadeKimberlylallamaatravésdelapuertaentreabierta. —Líbratedeella—murmuro,yTessaseapartademí. Primeroelcríoyahoralamadre.YadepasopodríamosinvitartambiénaVanceaqueseunaala fiesta. —Nosvamosenunosminutos—diceKimberlysinllegaraentrar. «Bienporti.Yahoralárgateatomar...» —Vale,enseguidasalgo—contestaTessa,ymiirritaciónaumenta. —Gracias,cielo—diceKimberly,ysevatarareandounacancioncillapop. —Joder,nisiquieratendríaquehaber...—empiezo. Cuando Tessa me mira me detengo antes de acabar la frase. Pero no era verdad... Nada podría habermeimpedidoestaraquíahora. —TengoquesalirycuidardeSmith.Siquieresquedarteenmicuarto,puedeshacerlo. —No,quieroestardondeestéstú—ledigo,yellasonríe. Joder,quierobesarla.Laheechadotantodemenos...yelladicequetambiénmeañora...,asíque, ¿porquéno?...Susmanossecierranalrededordelapecherademicamisetanegrayaprietaloslabios contralosmíos.Mesientocomosialguienmehubieraconectadoaunatomadecorriente,cadafibrade mí se enciende y vibra. Su lengua penetra suavemente en mi boca, presionando y acariciando, y mis manosseaferranasuscaderas. Tirodeellaatravésdelahabitaciónhastaquemispiernastropiezanconlacama.Metumboyella caesuavementesobremí.Rodeosucuerpoconlosbrazosygirohastaquequedadebajodemí.Puedo sentirsupulsomartilleandopormislabioscuandolosdeslizobajosuescoteydenuevohaciaarriba, haciaesedulcelugarjustodebajodelaoreja.Jadeosysuavesgemidossonmirecompensa.Lentamente empiezo lo que sé que son movimientos de tortura, girando las caderas contra las suyas, clavándola contraelcolchón.LosdedosdeTessasemuevenparatocarlaardientepielbajomicamiseta,ysusuñas mearañanlaespalda. La imagen de Zed penetrándola se me aparece de pronto y me pongo en pie en apenas unos segundos. —¿Quépasa?—preguntaella.Suslabiossondeunprofundocolorrosadoyestáninflamadostras elsuaveasalto. —Na...nada,noesnada.Deberíamos...,hum...,salir.Cuidardelpequeñocabroncete—respondoa todaprisa. —Hardin...—mepresiona. —Tessa,olvídalo.Noesnada. «Sóloque,yasabes,soñéqueZedtefollabahastacasiromperlacamayahoranopuedodejarde imaginármelo.» —Vale. Selevantadelacamaysesecalasmanoscontralasuaveteladesuspantalonesdepijama. Cierrolosojosporunmomentointentandoliberarmimentedeesasrepugnantesimágenes.Siese cabróninterrumpeunsolosegundomásdemitiempoconTessa,leromperécadahuesodesumaldito cuerpo. Capítulo90 Tessa Después de que le planten demasiados besos para el gusto de Smith, Kimberly y Vance por fin se marchan.Cadaunadelastresvecesquenosrecordaronquesipasabaalgolosllamásemos,Hardiny Smith revolvieron los ojos con aire dramático. Cuando ella señaló la lista con los números de emergencia de la encimera de la cocina, ellos intercambiaron una miradita de incredulidad de lo más cuca. —¿Quéquieresver?—preguntoaSmithcuandoperdemosdevistaelcoche. ÉlseencogedehombrosenelsofáymiraaHardin,quemiraalniñocomosifueseunpequeño huróngraciosooalgoporelestilo. —Bueno... —Vale, y ¿qué tal un juego? ¿Quieres jugar a algún juego? —sugiero cuando ninguno de ellos habla. —No—contestaSmith. —Creoquequierevolverasuhabitaciónyhacerloquefueraqueestuvierahaciendoantesdeque Kimlosacaradeallí—diceHardin,ySmithasiente,completamentedeacuerdo. —Bueno..., está bien. Vuelve a tu habitación, Smith. Hardin y yo estaremos aquí por si nos necesitas.Pedirélacenapronto—ledigo. —¿Puedesvenirconmigo,Hardin?—preguntaelchiquilloeneltonomássuaveposible. —¿Atuhabitación?No,estoybienaquí. Sin una palabra más, Smith baja del sofá y camina hasta la escalera. Fulmino a Hardin con la miradayélseencogedehombros. —¿Qué? —Veasuhabitaciónconél—susurro. —Noquieroirasuhabitación.Quieroestaraquícontigo—replicatranquilamente. Pero,pormuchoquedeseequeHardinsequedeconmigo,mesientofatalporSmith. —Vamos.—Señaloalniñorubiomientrascomienzaasubirlentamentelosescalones—.Sesiente solo. —Está bien, joder —Hardin gruñe y cruza el salón enfurruñado para seguir a Smith escaleras arriba. Aúnestoyunpocomolestaporsuextrañareacciónanuestrobesoeneldormitorio.Creíqueestaba yendogenial,inclusomásalládeeso,peroélhabajadodelacamatandegolpequehepensadoquese había hecho daño. ¿Es posible que después de haber pasado tanto tiempo separados ya no sienta lo mismo? Tal vez ya no se sienta atraído por mí... sexualmente, como antes. Sé que llevo puesto un pantalónbombachodepijama,peroesonuncaanteslehabíamolestado. Incapazdedarconunaexplicaciónrazonableparasucomportamiento,yenlugardepermitirque mi imaginación se desboque, cojo la pequeña pila de folletos de comida rápida que Kimberly nos ha dejado para que podamos encargar la cena. Me decido por la pizza y cojo mi teléfono antes de ir al cuartodelavar.MetolaropadeHardinenlasecadoraymesientoenelbancoquehayenelcentrodela salamientrasobservocómoeltambordelamáquinagiraygira. Llamoalapizzeríayespero. Capítulo91 Hardin MientrasSmithvadeunladoaotrodesudormitorio,yomequedodepieenelumbraldelapuertay hagouninventariomentaldetodalamierdaquetieneahídentro.Joder,estecríoestásupermimado. —¿Quéquiereshacer?—lepreguntoalentrarenlahabitación. —Nosé.—Sequedamirandolapared.Tieneelpelorubiopeinadodeladodemaneratanperfecta quecasidamiedo. —Entonces,¿paraquémehashechosubir? —Nosé.—Repite.¡Menudocapullocabezón! —Vale...,mira,estononosllevaaninguna...—Noacabolafrase. —¿Ahoravasaviviraquí,contuchica?—sueltaSmithdegolpe. —No,sólohevenidoavisitarlaestanoche. —¿Porqué?—Susojosmebuscan.Losnotosintansiquieratenerquemirarlo. —Porquenoquieroviviraquí. —¿Porqué?¿Notegusta?—Pregunta. —Sí, me gusta. —Me echo a reír—. Es sólo que..., no sé... ¿Por qué haces siempre tantas preguntas? —Nosé—respondesimplemente,ysacaunaespeciedetrendedebajodelacama. —¿Notienesamigosconlosquepuedasjugar?—lepregunto. —No. Esonomeparecebien.Esunbuenchaval. —¿Porquéno? Élseencogedehombrosyseparaunapiezadelavíadeltren.Suspequeñasmanosseparanotra piezamásysustituyelapartemetálicapordospiezasdevíanuevadelacajaqueestáalospiesdesu cama. —Estoysegurodequepuedeshaceramigosenelcole. —No,nopuedo. —¿Loschicosdelcolesonunoscapullosquesemetencontigooalgoasí?—pregunto. Nimemolestoencorregirmilenguaje.Vancetienelabocadeunjodidocamionero.Estoyseguro dequeelchicohaoídocosaspeores. —Aveces.—Retuercelaspuntasdealgúntipodecableyloconectaaunapequeñalocomotora. El cable chisporrotea en sus manos pero él ni se inmuta. Al cabo de unos segundos el tren comienzaamoverseporlavía,primerolentamente,paraluegoircogiendovelocidad. —¿Quéhasidoeso?¿Quéhashecho?—lepregunto. —Hacerquevayamásrápido.Esqueeramuylento. —Nomeextrañaquenotengasamigos.—Meechoareír,peroenseguidamedetengo.Mierda.Él estáahísentado,mirandosutren—.Loquequeríadeciresqueeresmuylisto;avecesalagentelistase ledafatalloderelacionarseynolegustaanadie.ComoTessa,porejemplo.Avecesesdemasiadolista yesohacequelagentesesientaincómoda. —Vale... Levantalacabezaysemequedamirandofijamente,ynopuedoevitarsentirmemalporél.Seme danmuymallosconsejos,ynoséniporquélointentosiquiera. Yo sé lo que es crecer sin amigos. No tuve ninguno de niño, hasta que llegué a la pubertad y empecéabeber,afumarmaríayaquedarcongentedemierda.Noeranexactamenteamigosmíos,de todosmodos,sólolesgustabaporqueyohacíatodoloquemeapetecíayesoera«guay»paraellos.No disfrutabanleyendocomoyolohacía;sólolesgustabasalirdemarcha. Siemprefuielcríocabreadodelrincónconquiennadiehablabaporqueleteníanmiedo.Hastahoy, lacosanohacambiadomucho... Pero entonces conocí a Tessa; ella es la única persona a la que le importo de verdad. Aunque a veces también me teme. Imágenes de las Navidades y del vino rojo extendiéndose por su cárdigan blancomehacenreaccionar.SospechoqueLandontambiénsepreocupapormí.Perolasituaciónconél aúnresultarara,yestoybastantesegurodequesepreocupaacausadeTessa.Ellatiendeateneresetipo depodersobrelagente. Especialmentesobremí. Capítulo92 Tessa —¿Estáricatupizza?—lepreguntoaSmith,sentadofrenteamí.Élmemira,labocallena,yhaceun gestoafirmativoconlacabeza.Comeconcuchilloytenedor,algoquenomesorprende. Cuandotermina,selevantadelamesayvaametersusplatosenellavavajillas. —Mevoyamihabitación,alacama—anunciaelpequeñocientífico. Hardinsacudelacabeza,lediviertelamadurezdelniño. Yomelevantoypregunto: —¿Necesitasalgo?¿Aguaoquetellevemosatucuarto? Peroélrehúsaycogelamantadelsofáantesdedirigirseasudormitorio. SigoconlamiradaaSmith,quedesaparecearriba,ydespuésmesientootravezymedoycuenta dequeHardinapenasmehadirigidolapalabraenlaúltimahora.Estáguardandolasdistancias,yno puedoevitarcompararsucomportamientodeestanocheconlaformaenquehablabadurantenuestras llamadasdeestasemana.Unapequeñapartedemídesearíaqueestuviéramosahoraalteléfonoenvez deestarsentadosensilencioenelsofá. —Tengoquemear—anuncia. Sevayyozapeoporloscanalesdelatelevisióndepantallaplana. Unpocodespués,KimberlyyChristianentranporlapuertaprincipalseguidosporotrapareja.Una mujerrubiayaltavestidaconunvestidocortoydoradorecorreelsuelodeparquet.Lesechounvistazo asusaltísimostaconesdeagujaymistobillosseresientenensolidaridadconlossuyos.Ellamesonríe ysaludaconlamanomientrassigueaKimberlyatravésdelvestíbuloyhastalasaladeestar.Hardin apareceenelpasilloperonointentaentrarenlahabitación. —Sasha,éstossonTessayHardin—nospresentaKimberlyconamabilidad. —Encantada de conocerte. —Sonrío, odiándome por no haberme puesto unos pantalones de pijamamejores. —Igualmente—respondeSasha,peroestámirandodirectamenteaHardin,queporunmomentole devuelvelamiradaperonisaludanientradeltodoenlasaladeestar. —SashaesunaamigadelsociodeChristian—nosexplicaKimberly. Bueno,meloexplicaamí,porqueHardinnolesprestaningunaatención,concentradocomoestá enunprogramasobrevidaanimalenelqueheaterrizado. —YésteesMax,quetienenegociosconChristian. El hombre, que ha estado bromeando y riendo con Christian, sale de detrás de Sasha y, cuando finalmentepuedoecharleunvistazo,mesorprendoalveralamigodeuniversidaddeKen,elpadrede aquellachica,Lillian. —Max —repito, mirando discretamente a Hardin e intentando llamar su atención sobre la cara familiarqueestáantenosotros. LaquesíquesedacuentaesKimberly,quenosmiraalternativamenteaMaxyamí. —¿Vosotrosdosyaosconocíais? —Sólonosvimosunavez,enSandpoint—contesto. Los oscuros ojos de Max son amenazadores y tiene una presencia poderosa que de inmediato parecereclamarlaestanciacomosuya,perosusfríasfaccionesparecensuavizarseligeramenteantemi recuerdo. —Ah, sí. Tú eres la... amiga de Hardin Scott —dice pronunciando la palabra amiga con una sonrisa. —Enrealidadellaes...—comienzaadecirHardinuniéndosefinalmenteanosotrosenlasala. Observo molesta cómo los ojos de Sasha siguen cada movimiento de Hardin cuando cruza la habitación.Seajustalostirantesdoradosdesuvestidoysehumedeceloslabios.Nopodríaestarmás enfadadaconmigomismaporllevarestosmalditospantalonesdenubesniaunquelointentara.Losojos deHardinseposanenellayveocómorecorrensucuerpolentamente,quedándoseconcadadetallede sualtaperocurvilíneafiguraantesdevolverlaatenciónhaciaMax. —Noessólounaamiga—acabaHardinjustocuandolamanodeMaxseextiendepararecibirun rápidoperoincómodoapretón. —Yaveo.—Elhombremásmayorsonríe—.Bueno,encualquiercaso,esunajovenencantadora. —Síqueloes—murmuraHardin.PuedonotarsuirritaciónantelapresenciadeMax. Kimberly, como siempre la anfitriona perfecta, se acerca al bar y saca unas copas para sus invitados.PreguntaeducadamentequéquierecadaunomientrasyointentonomiraraSashacuandose presenta a Hardin por segunda vez. Él le dedica un rápido asentimiento y se sienta en el sofá. Una punzadadedecepciónmeasaltacuandodejaunamplioespacioentrenosotros.¿Porquémesientotan posesiva de golpe? ¿Es porque Sasha es tan guapa, o es por la forma en que los ojos de Hardin han recorridosucuerpo,oporloraraquehasidotodalanoche? —¿CómoestáLillian?—preguntopararomperlaextrañatensiónyloscelosqueseagitanenmi interior. —Bien.Haestadoocupadaconlauniversidad—explicaMaxconfrialdad. Kimberlyleofreceunacopaconunlíquidomarrónyélsetragalamitadencuestióndesegundos. LuegoalzalascejasendirecciónaChristian. —¿Bourbon? —Sólolomejor—respondeChristianconunasonrisa. —DeberíasllamaraLillianalgunavez—diceentoncesMax,ymiraaHardin—.Seríasunabuena influenciaparaella. —Nocreoqueellanecesiteningunainfluencia—replico. No es que Lillian me importe mucho, debido a mis celos, pero siento la poderosa necesidad de defenderla ante su padre. No puedo evitar pensar que se está refiriendo a la orientación sexual de Lillian,yesomemolestainmensamente. —Oh, siento disentir. —Max muestra una sonrisa hiperblanqueada y yo vuelvo a dejarme caer contraloscojinesdelsofá. Todoesteintercambiohasidomuyincómodo.Maxesencantadoryrico,peronopuedoignorarla oscuridad que se vislumbra en el interior de sus profundos ojos marrones y la malicia oculta en su ampliasonrisa. «Y¿quéhaceaquíconSasha?» Es un hombre casado y, por la brevedad del vestido de ella y por la forma en que le sonríe, no parecensersóloamigos. —Lillianesnuestraniñerahabitual—intervieneKimberly. —Quépequeñoeselmundo.—Hardinponelosojosenblancoparaparecerlomásdesinteresado posible,peroséqueestáqueechahumo. —¿Aquesí?—lesonríeMax.SuacentobritánicoesmáscerradoqueeldeHardinoChristian,o almenosnotanagradablealoído. —Tessa,vealpisodearriba—meindicaHardinenvozbaja. MaxyKimberlylomiranatentamente,haciéndolesaberqueamboshanoídolaorden. La situación se vuelve aún más incómoda que hace unos segundos. Ahora que todos han oído a Hardin decirme que me vaya arriba, no quiero hacerle caso. Sin embargo, lo conozco y sé que se asegurarádequesubaalpisosuperior,aunquetengaquesubirmeenbrazos. —CreoqueTessadeberíaquedarseytomarunpocodevino,ountragodebourbon.Tienebuena añadayesexcelente—diceKimberlycomportándosecomolaperfectaanfitrionaquees.Seponeenpie yseacercaalminibar—.¿Quéteapetecetomar?—Sonríe,desafiandoclaramenteaHardin. Éllelanzaunamiradafuribundayaprietaloslabioshastaformarunalíneafinaydura.Quieroreír oabandonarlasala,preferiblementeambascosas,peroMaxestáobservandonuestrointercambiocon máscuriosidaddelanecesaria,asíquememantengofirme. —Tomaréunacopadevino—digo. Kimberlyasiente,sirveellíquidoblancoenunacopadetallolargoymelaacerca. ElespacioentreHardinyyoparececreceracadasegundo,ycasipuedoverelcalorqueemanade élenpequeñasoleadas.TomounpequeñosorbodelvinofrescoyMaxporfinapartalavistademí. Hardinestámirandolapared.Suhumorhacambiadodrásticamentedesdequenoshemosbesado, yesomepreocupadeverdad.Penséqueestaríaemocionado,felizy,sobretodo,creíqueseexcitaríay quequerríamás,comosiemprelepasa,igualquemepasaamí. —¿Losdosvivísaquí,enSeattle?—lepreguntaSashaaHardin. Tomootrosorbodevino.Últimamenteheestadobebiendounmontón. —Yono—diceélsinmirarlasiquiera. —Mmm...,y¿dóndevives? —NoenSeattle. Si la conversación tuviera lugar bajo otras circunstancias lo regañaría por ser tan brusco, pero ahoramismomealegrodequelosea.SashafrunceelceñoyserecuestacontraMax.Élmemiraantes deguiarlaamablementeendirecciónopuesta. «Yaséquetenéisunaaventura,asíqueahoranodisimuléis.» Sasha permanece en silencio y Kimberly mira a Christian en busca de un poco de ayuda para dirigirlaconversaciónhaciaasuntosmásplacenteros. —Bueno...—Christianseaclaralagarganta—.Lainauguracióndelclubhasidogenial;¿quiéniba aimaginarquetendríamossemejanteéxito? —Fuebrillante,esabanda...,norecuerdoelnombre,perolaúltima...—empiezaMax. —¿LosRefordalgo?—sugiereKimberly. —No,noeranésos,cariño.—ChristianseríeyKimberlyvahaciaélparasentarseensuregazo. —Bueno, fueran quienes fuesen, necesitamos contratarlos para el próximo fin de semana —dice Max. A los pocos minutos de que empiecen a hablar de trabajo, Hardin da media vuelta y desaparece pasilloabajo. —Normalmenteesmáseducado—lecomentaKimberlyaSasha. —No,noloes.Peronoloquerríamossifueradeotramanera—seríeChristian,yelrestodelos presentessesumanaél. —Voya...—empiezo. —Ve.—Kimberlymehaceungestoconlamanoymedespidodetodosconunbuenascolectivo. Paracuandollegoalfinaldelpasillo,Hardinyaestáenlahabitacióndeinvitadosytienelapuerta cerrada.Dudoporunmomentoantesdegirarelpomoyabrirla.Cuandofinalmenteentro,compruebo queestárecorriendolahabitacióndearribaabajo. —¿Algovamal?—lepregunto. —No. —¿Estásseguro?Porquehasestadorarodesde... —Estoybien.Sólofurioso.—Sesientaalbordedelacamayrestriegalasmanoscontralasrodillas desusvaqueros. Me encantan sus nuevos vaqueros. Me suena haberlos visto en nuestro... en su armario en el apartamento.TrishselosregalóporNavidadyéllosodiaba. —Y¿esoporqué?—lepreguntoenvozbaja,asegurándomedequenopuedanoírmedesdelasala. —Maxesuncapullo—explotaHardin.Esevidentequeaélnoleimportasilooyen. —Sí,loes—susurroriendo. —Cuandosehapuestobordecontigomeestabapidiendoagritosqueperdieralapaciencia. —Noestabasiendobordeconmigoespecíficamente.Creoqueessupersonalidad.—Meencojode hombros,ungestoquenoletranquiliza. —Bueno,comosea,nomegusta,yesunamierdaquejustolaúnicanochequetenemosparaestar juntos,lacasaestéllena.—Hardinseapartaelpelodelafrenteyagarrauncojínparaponersecómodo. —Losé—asiento.EsperoqueMaxysuamantesevayanpronto—.Odioqueengañeasumujer. Deniseparecíamuymaja. —Esoamímeimportaunhuevo,laverdad.Simplementenomegustaél—afirmaHardin. Mesorprendeunpocoquelequiteimportanciainmediatamenteasemejantetraición. —¿Notesientesmalporella?¿Nisiquieraunpoquito?SeguroquenosabenadadeSasha. Élhaceungestoconlamanoydespuésapoyalacabezaenelbrazo. —Puesyoestoysegurodequelosabe.Maxesuncabrón.Ellanopuedesertanestúpida. Imagino a su mujer sentada en una mansión en las colinas en algún sitio, llevando trajes caros, peluquería y maquillaje a diario, aguardando a que su infiel esposo vuelva al hogar. La idea me entristeceyespero,ensecreto,queellatambiéntengaun«amigo».Mesorprendedesearquelepague conlamismamoneda,peroaquíelqueloestáhaciendomalessumarido,yapesardequecasinola conozco,quieroqueseafeliz,aunqueésanoseaprecisamentelamejordecisión. —Seacomosea,sigueestandomal—insisto. —Ya,peroesoeselmatrimonio.Engaños,mentirasymásymás. —Nosiempreesasí. —Nuevedecadadiez—replicaHardinencogiéndosedehombros.Odiolaformatannegativaque tienedeverelmatrimonio. —Esonoesverdad. —¿Vasavolveradiscutirconmigosobrematrimonio?Nocreoquedebamosentrareneso—me avisa.Susojosencuentranlosmíosytomaaire. Quieropelearporestoconél,decirlequeseequivocayhacerlecambiardeideaalrespecto,pero sé que no tiene sentido. Hardin ya había tomado una decisión sobre estos temas mucho antes de conocernos. —Tienesrazón,nodeberíamoshablardeesto.Especialmentesiyaestásmosqueado. —Noestoymosqueado—bufa. —Vale—digoponiendolosojosenblanco,yélselevanta. —Dejadeponerlosojosenblanco—salta. Nopuedoevitarvolveraponerlosojosenblanco. —Tessa...—gruñe. Me mantengo firme, sin moverme ni vacilar. No tiene motivos para perder los nervios conmigo. QueMaxseauncapullopomposonoesculpamía.ÉstaeslatípicarabietadeHardinScott,yestavez nolavoyasufriryo. —Has venido sólo por una noche, ¿recuerdas? —le digo, y veo cómo la dureza y la energía abandonansurostro. Élcontinúaestudiándome,comoesperandounapeleaquenopiensodarle. —Malditasea,tienesrazón—suspiraporfin,impresionándomeconsurepentinocambiodehumor ysuhabilidadparacalmarse—.Venaquí. Abrelosbrazoscomosiemprehace,ymedejorodearporelloscomohacíatiempoquenolohacía. Élnodicenada,sólomeabrazayapoyalabarbillaenloaltodemicabeza.Suesenciaesabrumadora, surespiraciónsehacalmadodesdesupequeñocabreo,yahoraescálida,tancálida...Segundos,otal vezminutosmástarde,seapartademíyponeelpulgarbajomibarbilla. —Sientohabermecomportadocomouncapullo.Noséporquémehepuestoasí.CreoqueMax mecabrea,oquizáfuelodehacerdeniñero,oesainsoportableStacey.Nolosé,perolosiento. —Sasha—locorrijoconunasonrisa. —Eslomismo.Unazorraesunazorra. —¡Hardin!—exclamo,golpeándolosuavementeenelpecho. Losmúsculosbajosupielestánmásdurosdeloquerecordaba.Haestadoentrenandocadadía... Por un momento mi mente vuela imaginando el aspecto que tendrá bajo su camiseta negra, y me preguntosisucuerpohabrácambiadodesdelaúltimavezqueleechéunvistazo. —Sóloesuncomentario.—Seencogedehombrosymepasalosdedosporladelicadalíneadela mandíbula—.Deverdadquelosiento.Noquieroecharaperdermitiempocontigo.¿Meperdonas? Tienelasmejillasruborizadas,suvozesdulceysusdedosacariciansuavementemipiel,ymehace sentirtanbien...Cierrolosojoscuandotrazalaformademislabiosconelpulgar. —Contéstame—mepresionaenvozbaja. —Siempre lo hago, ¿no? —murmuro con un suspiro. Apoyo las manos en sus caderas; mis pulgares aprietan la piel desnuda bajo su camiseta. Espero a sentir sus labios contra los míos, pero cuandoabrolosojossusescudosvuelvenaestaralzados.Dudo,peroalfinalpregunto—:¿Pasaalgo? —Yo...—Sedetieneamediafrase—.Meduelelacabeza. —¿Necesitasalgo?PuedopedirleaKimsi... —No,aellano.Creoquesólonecesitodormiroalgo.Detodosmodos,yaestarde. Se me cae el alma a los pies al oírlo. ¿Qué está pasando y por qué no quiere volver a besarme? Hacesólounmomentomeestabadiciendoquenoqueríaecharaperderelpocotiempoqueteníapara estarconmigo,y¿ahoraquiereirseadormir? Suspiro un «de acuerdo» casi inaudible. No voy a suplicarle que se quede despierto para pasar tiempoconmigo.Meavergüenzasurechazoy,sinceramente,necesitounmomentoasolassinsualiento mentoladoacariciándomelasmejillasysusojosverdesclavándoseenlosmíos,nublandoelpocojuicio quetodavíamequeda. Aun así, me quedo un poco más, esperando a que me pregunte si puede dormir conmigo o viceversa. Nolohace. —¿Nosvemosporlamañana?—pregunta. —Sí,claro. Abandono la habitación antes de humillarme más y cierro con llave la puerta de mi habitación. Patéticamente,vuelvosobremispasosyquitoelcerrojo,esperandoquetalvez,sólotalvez,élvengaa visitarme. Capítulo93 Hardin «Mierda. »Mierda.» Heestadoconteniendomirabiadurantelamayorpartedelasemana.Yseestáhaciendocadavez másymásdifícilcuandoZednohacemásquecolarsedentrodemicabezayvolvermeloco.Séque estoy como una puta cabra por obsesionarme con este asunto, y no tengo ninguna duda de que Tessa estaríadeacuerdosileexplicaraporquéestoytanmosqueado.NosetratasólodeZed,esMaxysu tono burlón con Tessa, la forma en que me mira su zorrita, Kimberly desafiándome cuando le dije a Tessaquesubieraalahabitación...Todosehaconvertidoenunagranyjodidamolestiaymicontrolse estáesfumando.Puedosentircómomisnerviossetensan,estánapuntodeestallar,ylaúnicaformade poderrelajarlosesgolpeandoalgooenterrándomeenTessayolvidandotodolodemás;peronisiquiera puedohacereso.Ahoramismotendríaqueestarhundiéndomedentrodeella,unayotravezhastaque salgaelmalditosol,paracompensartodaestasemanademierdasintocarla. Es muy propio de mí joder del todo esta noche. Aunque seguro que a ella no le sorprende en absoluto.Esloquesiemprehago,cadavezysinfallar. Metumboenlacamaymiroalternativamentealtechoyalreloj.Deprontoyasonlasdosdela mañana. Las molestas voces del salón pararon hace una hora, y me alegré cuando oí las lejanas despedidasydespuéslospasosdeVanceyKimsubiendolaescalera. Puedo sentirlo desde el otro lado del pasillo, puedo sentir cómo tira de mí, la jodida carga magnética que me acerca a Tessa, suplicándome que vaya a su lado. Ignorando la abrumadora electricidad, salgo de la cama y me pongo los pantalones negros de deporte que Tessa ha doblado y colocadoenelarmarioconesmeroymeticulosidad.SéqueVancetieneungimnasioenalgúnlugarde estagrancasaenlaquetepierdes.Necesitoencontrarloantesdeperderlapocacorduraquemequeda. Capítulo94 Tessa Nopuedodormir.Heintentadocerrarlosojosybloquearelmundoentero,dejarelcaosyelestrésdel lío que es mi vida amorosa, pero no puedo. Es imposible. Es imposible luchar contra el irresistible poderquemeatraehacialahabitacióndeHardin,quemesuplicaquemeacerqueaél.Estátandistante quetengoquesaberporqué.Tengoquesabersiseestácomportandoasíporalgoquehehechoopor algoquenohehecho.TengoquesaberquenoestárelacionadoconSashaysudiminutovestidodorado, oporqueHardinhaperdidointerésenmí. Tengoquesaberlo. Vacilando, salgo de la cama y tiro del cordoncito que enciende la lámpara. Me saco la estrecha gomaquemerodealamuñecaymerecojoelpeloconlasmanos,peinándoloenunacoladecaballo. Tansilenciosamentecomomeesposible,cruzodepuntillaselpasilloyempujoensilenciolapuertade la habitación de invitados. Ésta se abre con un leve crujido y me sorprende encontrar la lámpara encendida y la cama vacía. Un mar de sábanas negras y mantas se apila al borde del colchón, pero Hardinnoestáenelcuarto. SemeencogeelcorazónalpensarquesehaidodeSeattledevueltaacasa...sucasa.Séquelas cosasestabanrarasentrenosotros,perodeberíamossercapacesdehablarsobrecualquiercosaquele estépreocupandoaHardin.Mirandoporlahabitaciónsientoalivioalverquelabolsasigueenelsuelo, laspilasderopalimpiassehancaído,peroalmenoscontinúanahí. Me ha encantado ver los cambios en Hardin desde que llegó hace apenas unas horas. Está más tranquiloyesmásdulce,einclusomehapedidodisculpasdeformavoluntaria,sintenerquearrancarle laspalabrasdelaboca.Apesardelhechodequeahoraestásiendofríoydistante,nopuedoignorarlos cambiosqueunasemanaseparadosparecehaberprovocado,yelimpactopositivoqueladistanciaentre nosotroshatenidoenél. En silencio, camino por el pasillo en su búsqueda. La casa está a oscuras, la única claridad provienedelaspequeñaslucesnocturnasdelsueloalolargodelospasillos.Losbaños,lasaladeestar ylacocinaestánvacíos,ynooigoniunsonidoenelpisodearriba.Perotienequeestararriba...,¿tal vezenlabiblioteca? Mantengolosdedoscruzadospidiendonodespertaranadiedurantemibúsqueda,yjustocuando cierrolapuertadelaoscurayvacíabiblioteca,veounafinalíneadeluzsaliendopordebajodelapuerta alfinaldeunlargopasillo.Durantemibreveestanciaaquínohellegadoaexplorarestapartedelacasa, aunque creo que Kimberly me indicó vagamente que aquí es donde están la sala de proyección y el gimnasio.Alparecer,Christianpasahorashaciendoejercicio. Lapuertanoestácerradaconllaveyseabrefácilmentealempujarla.Duranteunmomentotemo estarapuntodecometerunerroralimaginarqueesChristianynoHardinquienestáenlahabitación. Esopodríasertremendamenteincómodo,yrezoparaquenoseaelcaso. Las cuatro paredes de la sala tienen cristales del techo al suelo, y hay toda una colección de máquinasintimidantes,entrelasquesólosoycapazdereconocerlacintadecorrer.Pesasymáspesas cubrenlaparedmásalejada,ylamayorpartedelsueloestáacolchado.Misojosvuelanalasparedesde espejosymiinteriorsedeshacecuandolosveo.Hardin,cuatroHardinsenrealidad,sereflejanenlos espejos.Nollevacamisetaysusmovimientossonagresivosyrápidos.Susmanosestánenvueltasenla mismacintanegraquehevistoenlasdeChristiantodoslosdíasdeestasemana. Hardinmedalaespalda;susdurosmúsculossetensanbajolapielbronceadacuandoelevaelpie parapatearungransaconegroquecuelgadeltecho.Suspuñosgolpeanacontinuación;unruidosordo sigue a cada uno de sus movimientos y los repite con el otro puño. Lo contemplo mientras va propinandopuñetazosypatadasalsacosincesar,parecetanenfadado,yguapo,ysudoroso...,ycasino puedonipensarmientraslomiro. Conmovimientosrápidosgolpeaconsupiernaizquierda,luegoconladerecha,ydespuésestrella ambospuñoscontraelsacocontantafacilidadqueresultaincreíbleobservarlo.Supielbrillacubiertade sudor,supechoysuestómagoparecenligeramentedistintos,másdefinidos.Simplementeparece...más grande.Lacadenametálicaquecuelgadeltechopareceapuntodepartirsebajolafuerzadelaagresión de Hardin. Mi boca se seca y mis pensamientos se ralentizan mientras lo veo y oigo los furiosos gruñidosqueemitecuandoempiezaausarsólosuspuñoscontraelsaco. Nosésieselsuavegemidoqueescapademislabiosalmirarlo,osidealgunaformahanotadomi presencia,perodeprontosedetiene.Elsacocontinúabalanceándosemientrascuelgadesucadenay,sin apartarlosojosdemí,Hardinalzaunamanoparadetenerlo. Noquieroserlaprimeraenhablar,peronomedejaalternativacuandocontinúamirándomeconlos ojosmuyabiertosyfuriosos. —Hola—digoconlavozronca. Supechosubeybajarápidamente. —Eh—jadeaél. —¿Qué...?Esto...—Intentocontenerme—.¿Quéestáshaciendo? —Nopodíadormir—explicarespirandopesadamente—.¿Quéhacestúdespierta? Recogesucamisetanegradelsueloysesecaelsudordelacara.Tragosaliva,parezcoincapazde encontrarlafuerzaparaapartarlosojosdesucuerpoempapadoensudor. —Oh...,lomismoquetú,nopodíadormir.—Sonríodébilmenteymisojossevenatraídoshaciasu torsotonificado;losmúsculossemuevenensincroníaconsutrabajosarespiración. Élasiente;susojosnobuscanlosmíos,ynopuedohacerotracosaquepreguntar: —¿Esquehehechoalgo?Siesasí,podemoshablarysolucionarlo. —No,túnohashechonada. —Entonces dime qué es lo que va mal, por favor, Hardin. Necesito saber qué está pasando. — Reúno tanta confianza como me es posible y comienzo—: ¿Tú...? No importa —digo. El atisbo de confianzasedesvanecebajosufijamirada. —¿Siyoqué? Sesientasobreunlargocojínnegro,quecreoqueesalgúntipodebancoparapesas.Traspasarse nuevamentelacamisetaporlacara,selaanudaalrededordelacabezaparamantenerarayasusudoroso cabello. La bandana improvisada resulta extrañamente adorable y muy atractiva, lo suficiente como para quedeprontonoencuentrelaspalabrasapropiadas. —Estoyempezandoapreguntarmesitalvez...siseríaposiblequetú...sialomejoryanotegusto comotegustaba. La pregunta sonaba mucho mejor en mi cabeza. Cuando la digo en voz baja, suena patética y necesitada. —¿Qué?—Dejacaerlasmanossobrelasrodillas—.¿Dequéestáshablando? —¿Siguessintiéndoteatraídopormí...físicamente?—preguntopatéticamente. No me sentiría tan avergonzada o insegura si no me hubiese rechazado al principio de la noche. Eso, y si la señorita Piernas Largas Falda Corta no hubiese estado revoloteando a su alrededor justo delantedemisnarices.Pornomencionarlamaneraenqueéllerecorrióelcuerpoconlosojos... —¿Qué...? ¿De dónde ha salido eso? —Mientras su pecho sube y baja, el gorrión tatuado justo bajosuclavículapareceestaraleteandoalcompásdesurespiración. —Bueno...—comienzo.Aunqueherecorridoalgunospasoshaciaelinteriordelasala,measeguro de dejar varios metros de distancia entre Hardin y yo—. Hace unas horas... cuando nos estábamos besando...,paraste,yapenasmehastocadodesdeentonces,ydespuésdeaquellotelevantasteytefuiste alacama. —¿De verdad crees que ya no me siento atraído por ti? —Abre la boca para continuar, pero a continuaciónlavuelveacerrarypermaneceensilencio. —Semehapasadoporlacabeza—admito.Elsueloacolchadodeprontosehavueltofascinantey meloquedomirandofijamente. —Estoesunaputalocura—replica—.Mírame. MisojosseencuentranconlossuyosyHardinsuspiraprofundamenteantesdeproseguir. —No puedo ni empezar a imaginar por qué se te ha ocurrido pensar siquiera que no me siento atraídoporti,Tessa.—Pareceanalizarsupropiarespuestayañade—:Bueno,supongoquepuedover porquéhaspensadoeso,despuésdecómoheactuadoúltimamente,peronoesverdad;es,dehecho, literalmentelomásalejadoposibledelaputarealidad. Eldolordemipechoempiezaadisolverse. —Entonces,¿porqué? —Vasapensarquesoyunjodidomorboso. «Oh,no...» —¿Porqué?Dímelo,porfavor—lesuplico. Observocómosepasalosdedosporlaligerapelusilladelmentón;casinohay,probablementesea elresultadodeundíasinafeitarse. —Escúchameantesdeenfadarte,¿vale?—dice. Asiento lentamente, una acción que contradice completamente los pensamientos paranoicos que empiezanaabordarme. —Verás,tuveunsueño...Bueno,másbienunapesadilla... Elpechomedueleyrezoparaquenoseaalgotanmalocomoestádandoaentender.Partedemíse siente aliviada de que esté enfadado por una pesadilla y no por un hecho real, pero la otra mitad lo sienteporél.Haestadotodalasemanasoloyhacedañosaberquesuspesadillashanvuelto. —Sigue—loanimoamablemente. —Erasobretú...yZed. «No...» —¿Quéquieresdecir?—pregunto. —Élestabaennuestro...enmiapartamento,yyolleguéacasaparaencontrarloentretuspiernas. Túestabasgimiendosunombrey... —Vale,vale,lopillo—locorto,alzandounamanoparadetenerlo. La expresión de dolor de su cara me impulsa a sostener la mano en alto durante unos segundos paramantenerloensilencio,peroentonceséldice: —No,dejaqueteloexplique. MesientoextremadamenteincómodaportenerqueescucharcómoHardinhabladeZedydemíen la cama, pero es evidente que necesita decírmelo. Si contármelo va a ayudarlo a que lo supere, me morderélalenguayescucharé. —Estabaencimadeti,follándote,ennuestracama.Túdecíasqueloquerías.—Haceunamueca dedolor. ¿AsíquetodaestatensiónyelextrañocomportamientodeHardindesdequellegóaSeattleviene de un sueño que tuvo sobre Zed y yo? Al menos eso explica las demandas a medianoche para que llamaraaZedyleretiraralainvitaciónavisitarSeattlealaqueaccedí. Mientrascontemplodesdeelotroladodelasalaaestehombredeojosverdesconsumidoporla pena que esconde la cara entre las manos, mi anterior paranoia y mi frustración se deshacen como el azúcarenmilengua. Capítulo95 Hardin Cuandominombreescapadesuslabioslohacecomounsuspiro,suave,comosisulenguaacariciarala palabra.Comosialdeciresaúnicapalabraellainvocaratodossussentimientospormí,todaslasveces quelahetocado,queellahademostradoquemeama...,inclusosipartedemíaúnnopuedecreerlo. Tessasemeacercaypuedoverlacomprensiónensusojos. —¿Porquénomelocontasteantes?—pregunta. Bajolavistaycomienzoatirardelagruesacintaenrolladaalrededordemismanos. —Sóloeraunsueño.Sabesquealgoasínopodríaocurrirjamás—measegura. Cuandoalzolacabezaparamirarla,lapresiónenmisojos,enmipecho,esinsoportable. —Lotengograbadoenmicabeza,nopuedodejardeverlounayotravez.Seestababurlandode mítodoelrato,riéndosemientrastefollaba. LaspequeñasmanosdeTessasemuevenrápidamenteparacubrirsusorejasyarrugalanarizcon disgusto.Entonces,alvolveramirarme,dejacaerlosbrazoslentamente. —¿Porquécreesquesoñasteeso? —Nolosé,probablementeporquetúaceptastesupropuestadevisitarteaquí. —Nosabíaquéotracosadecir,ytúyyoestábamos...,bueno,aúnestamosenunextrañomomento denuestraextrañarelación—murmura. —Noquieroqueseteacerque.Séqueesunagilipollez,peronomeimporta.Deverdad,Zedeslo peorparamí;siempreseráasí.Nitodoelkickboxingdelmundovaacambiareso.Estemosonoenun momentoextraño,túeressólomía.Nosólosexualmente,sinocompletamente. —Él no ha estado cerca de mí desde que me llevó a casa de mi madre... aquella noche —me recuerda. Pero el pánico que arde en mi interior no se apaga. Miro al suelo, inspirando y espirando profundamenteparaintentarcalmarmeunpoco. Tessadaunpasohaciamí,aunquepermanecefuerademialcance. —Sinembargo—añade—,siesovaahacerquedejesdepensarenesascosas,lediréquenome visite. Misojossecentranensuhermosacara. —¿Loharías? Esperabaqueseresistieramuchomás. —Sí,loharé.Noquieroquetepongasasíporalgocomoeso—dicemientrasmemiraelpechoy denuevolacaraconojosnerviosos. —Venaquí.—Alzounamanovendadaparainvitarla. Comosuspiessemueventanlentamente,meinclinohaciaadelanteylacojodelbrazo,pasandola manoalrededordesucodoparatenerlaamiladomásdeprisa. Mirespiraciónyavuelveasernormal.Tengotodaesaadrenalinaquecorrepormicuerpo.Nohe podidoevitardesquitarmegolpeandoelmalditosaco,peroahorameduelenlasmanosylospies,yaún nohedescargadotodalarabia.Hayalgoenmicabeza,sentadoenlapartedeatrásdemimentequeme molestatodoeltiempo,ymeimpideacabarconmiodiohaciaZed. Hasta que sus labios tocan los míos. Ella me sorprende: empuja la lengua dentro de mi boca y enredasuspequeñasmanosentremicabelloempapado,tirandoconfuerza,quitándomelacamisetade lacabezaydejándolacaeralsuelo. —Tessa... Empujosuavementecontrasupechoyapartolabocadelasuya.Comoestoysentadoenelbanco depesas,puedoverquesusojosseentornan. Nodiceniunapalabramientrassemuevehastaquedardepiefrenteamí. —Noaceptaréquemesigasrechazandoporculpadeunsueño,Hardin.Sinomedeseas,entonces vale,peroestoesunagilipollez—murmuraentredientes. Porretorcidoquesea,surabiaagitaalgoenmiinteriorquehacequetodalasangremebajeala polla.Hedeseadoaestamujerdesdelaúltimavezqueestuvedentrodeella,yahoraesellalaqueme deseaamí,yseenfadaporqueleestoyimpidiendotomarloquequiere. Oírlacorrerseatravésdelteléfononuncaserásuficiente.Necesitosentirlo. Unaguerraselibraenmiinterior.Conunaenergíasalvajequeaúnsedeslizapormisvenascomo fuego,porfindigo: —Nopuedoevitarlo,Tessa,séquenotienesentido,pero... —Entonces fóllame —dice ella, y me quedo con la boca abierta—. Deberías follarme hasta que olvidesesesueño,porqueestásaquísóloporunanocheyteheechadodemenos,peroestásdemasiado obsesionadoconimaginarmeconZedparadedicarmelaatenciónquequiero. —¿Laatenciónquequieres? Nopuedoevitarladurezaeneltonodemivozaloírsusridículasyfalsaspalabras.Ellanotieneni ideadecuántasvecesmelahepeladofingiendoqueestabaconella,imaginandosuvozenmisoídos quemedecíalomuchoquemenecesita,lomuchoquemeama. —Sí,Hardin.La-que-yo-quiero. —Y¿quéquieresexactamente?—lepregunto.Sumiradaesdurayligeramentedesafiante. —Quiero que pases el tiempo conmigo sin obsesionarte con Zed, que me toques y me beses sin apartarte.Eso,Hardin,esloquequiero.—Frunceelceñoycolocalasmanosensuscaderas—.Quiero quemetoques...sólotú—añade,relajandounpocosupose. Suspalabrasmetranquilizanymehalagan,ycomienzanaapartarlospensamientosparanoicosde mimente,yentoncescomienzoadarmecuentadeloestúpidoqueestodoestesufrimientoporelque estamospasando.Ellaesmía,nosuya.Élestásentadoenalgúnsitiosolo,yyoestoyaquíconella,y ellamedesea.Nopuedoapartarlosojosdesuslabiosentreabiertos,desufuriosamirada,delasuave curvadesuspechosbajolafinacamisetablanca.Lacamisetadeberíaserunadelasmías,peronoloes. Loquetambiénesresultadodemicabezonería. Tessarecorreladistanciaquenossepara,ymiporlogeneraltímida,aunquebastantesuciachica meestámirando,esperandounarespuestamientrassumanosemuevehastamihombroymeempujalo suficientecomoparasubirseamiregazo. A la mierda. Me importa un carajo cualquier sueño estúpido, o cualquier regla estúpida sobre la distancia.Todoloquequieroesqueestemosellayyo,yoyella:Tessayeldesastreandantequeesel jodidoHardin. Suslabiosencuentranelcaminohastamicuelloymisdedosseclavanensuscaderas.Noimporta cuántasveceslohayaimaginadodurantelasemana;ningunafantasíapuedecompararseconsulengua recorriendomihúmedaclavículayregresandohastaelmalditopuntobajomioreja. —Cierralapuerta—leordenocuandosusdientesseclavansuavementeenmipielycomienzaa menearsuscaderascontralasmías.Estoydurocomounajodidapiedracontrasusridículospantalones defelpaylanecesitoya. Ignoroeldolorosopalpitarentremispiernasmientrasellacruzalasalaatodaprisatalycomole hedichoquehaga.Nopierdounsolosegundocuandoregresa.Lebajolospantalones,yacontinuación los siguen sus braguitas negras, y forman una mancha alrededor de sus tobillos y sobre el suelo acolchado. —Mehetorturadodurantetodalasemanapensandoquéaspectoteníascuandoestásasí—gimo; mis ojos beben cada maldito detalle de su cuerpo medio desnudo—. Tan hermosa —susurro con reverencia. Cuando se quita la camiseta por la cabeza no puedo evitar inclinarme y besar la curva de sus anchascaderas.Unlentoescalofríolarecorreysellevalasmanosalaespaldaparadesabrocharseel sujetador. Hostiaputa.Detodaslasvecesquelehehechoelamor,nopuedorecordarhaberestadojamástan cachondo.Nisiquieraesasvecesenquemedespiertaconlabocaalrededordemipolla,nuncamehabía sentidotansalvaje. Voyaporella,tomandounodesuspechosconlabocayelotroconlamano.Lassuyassemueven hastamishombrosparamantenerelequilibriomientrasyocierroloslabiosalrededordelasuavepiel. —Oh, Dios —gime; sus uñas se clavan en mi hombro y chupo más fuerte—. ¡Más abajo, por favor! Intenta guiar mi cabeza hacia abajo con un suave empujón, así que uso los dientes contra ella, provocándola.Pasolaspuntasdelosdedospordebajodeambospechos,lentaytortuosamente...Estoes loquemereceporsertantentadorayjuguetona. Suscaderassemuevenhaciaadelanteydeslizoelcuerpohaciaabajoligeramenteparaquemiboca quedealaalturaperfectaparapresionarelhinchadonudodeterminacionesnerviosasentresusmuslos. Con un suave gemido me anima a ir más allá, y mis labios la rodean, succionando y saboreando la humedadqueyasehaformadoahí.Estancálidaytandulce... —Tusdedosnotehansatisfechomucho,¿verdad?—Meretirounpocoparapreguntarle. Ella respira agitadamente; sus ojos grises me observan mientras inclino la cabeza y le paso la lenguaporelmontedeVenus. —Nojueguesconmigo—lloriqueatirándomedelpelootravez. —¿Has vuelto a tocarte esta semana, después de nuestra conversación telefónica? —La pongo a prueba. Tessaseretuerceyjadeacuandomilenguaaterrizaenellugarexactoqueelladesea. —No. —Mientes—laacuso. Puedonotarporelruborquelesubeporelcuellohastalasmejillas,yporlaformaenquesusojos sedesvíanhacialapareddeespejosquenomeestádiciendolaverdad.Sehatocadodesdelaúltimavez al teléfono... y la imagen de ella ahí tumbada, con las piernas bien abiertas y los dedos moviéndose sobresímisma,encontrandoelplacerenloqueleheenseñado...mehacejadearcontrasupielcaliente. —Sólounavez—vuelveamentir. —Muymal.—Meseparocompletamentedeella. —Tresveces,¿vale?—admitealfin,convergüenzaevidenteensuvoz. —¿Enquépensabas?¿Quéfueloquetehizocorrerte?—preguntoconunasonrisamalvada. —Tú,sólotú—dice.Susojosestánllenosdeesperanzaynecesidad. Suadmisiónmeemocionayquierodarlemásplacerdelquelehedadojamás.Séquepuedohacer quesecorraenmenosdeunminutousandolalengua,peronoquieroeso.Conunúltimobesoalvértice desusmuslos,meapartoymepongoenpie.Tessaestácompletamentedesnuda,ylosespejos...,joder, losespejosreflejansucuerpoperfecto,multiplicandopordiezesascurvastansensualesquetiene.Su suave piel me envuelve, me bajo los pantalones y el bóxer hasta los tobillos con una sola mano. Empiezoatirardelacintaenrolladaalrededordemisnudillos,perosumanomedetienerápidamente. —No,déjala—mepide,mientrasunbrillodeoscuralujuriacentelleaensusojos. Asíquelegustalacinta...,oquizálegustevermeentrenar...olosespejos... Hagoloquemepideyaprietoelcuerpocontraelsuyo,mibocareclamalasuya,ylatumbosobre elsueloacolchadoconmigo. Susmanosmerecorrenelpechodesnudoysusojosseoscurecenhastavolversegrishumo. —Tucuerpoesdiferenteahora. —Sólollevoentrenandounasemana. Hagorodarsucuerpodesnudohastaclavarlaenelsuelobajomipeso. —Perolonoto... Se pasa la lengua por sus carnosos labios tan lentamente que no dudo en aplastarme contra ella paradejarlesaberloincreíblementeduroqueestoy.Ellaessuaveylanototanhúmedacontramíqueun solomovimientobastaríaparaestardentrodeella. Entoncescaigo. —Notengoniunputocondónaquí—maldigo,enterrandolacaraensuhombro. Ellasueltaungemidodefrustraciónperomeclavalasuñasytirademí. —Tenecesito—gime,pasándomelalenguaporlaboca. Mepegoalacarnecaliente,empapada,ylapenetrodespacio. —Pero... —Hago el intento de recordarle los riesgos, pero sus ojos se cierran y la sensación me abrumamientrasflexionolascaderasparallegarmásadentro,tandentrodeellacomoseaposible. —Joder,teheechadodemenos—gimo. No puedo dejar de pensar en lo increíblemente cálida y suave que la siento sin la barrera del condón.Todomisentidocomúnhadesaparecido,todaslasadvertenciasquemehehechoamímismoy a ella se han desvanecido. Sólo necesito unos pocos segundos. Unos pocos empujones dentro de su hambrientoydeseadocuerpoypararé. Alzo mi peso sobre los brazos, estirándolos para ganar ventaja. Quiero mirarla mientras entro y salgodeella.Halevantadolacabezadelsueloacolchadoyestámirandoellugarexactodondenuestros cuerposseunen. —Miraenelespejo—ledigo. Pararédespuésdetresmás...,vale,cuatro.Nopuedoevitarseguirmoviéndomemientrasellagira lacabezaparavernosenlapareddeespejos.Sucuerpoparecetansuaveyperfecto,eincreíblemente limpiocomparadoconlosnegroschurretonesquecubrenelmío.Somoslapurapasiónpersonificada, demonioyángel,ynuncaheestadotanjodidamenteenamoradodeella. —Sabíaquetegustabamirar,inclusosiessóloportimisma,losabía. Susdedosseclavanenlapartebajademiespalda,acercándomeaúnmás,enterrándomeaúnmás profundamenteenellay,joder,tengoquepararahora,sientoquelapresióncreceenlapartebajademi espinadorsal,desplazándosehaciamiinglecuandodescubrootradesusfantasías.Tengoqueparar... Me retiro lentamente de ella, dándonos el tiempo suficiente para disfrutar del momento de conexión.Susgemidossehacenmáscortosydesesperadoscuandodeslizolosdedosensuinteriorcon facilidad. —Ahora voy a hacer que te corras y luego te llevaré a la cama —le prometo, y ella esboza una sonrisadesenfocadaantesdevolveramirarhaciaelespejo,observándome—.Shhh,nena,despertarása losdemás—susurrocontraella. Meencantanlosruiditosquehace,laformaenquegimeminombre,peroloúltimoquenecesitoes queunodelosVancenoscorteelrollollamandoalapuerta. Ensegundosnotocómosetensaalrededordemisdedos.Mordisqueoysuccionoelpequeñobotón sobresuentradayellametiradelpelosindejardeobservarcómolafolloconlosdedoshastaquese corre,jadeandoygimiendominombreunayotravez. Capítulo96 Tessa La boca de Hardin deja un rastro de humedad hasta mi estómago y sobre mis pechos hasta que finalmente deposita un suave beso en mi sien. Me quedo tumbada en el suelo junto a él tratando de recuperar el aliento y revivo los hechos que nos han llevado a este momento. Tenía la intención de mantenerunaseriaconversaciónconélsobresu...,no,sobrenuestrafaltadecomunicación,peroverlo asaltarfuriosamenteesesacodearenamehizojadearygemirsunombreencuestióndeminutos. Meincorporosobreuncodoylomirodesdearriba. —Quierocompensarte. —Adelante.—Sonríeconloslabioscubiertosdemihumedad. Me muevo rápidamente tomándolo en mi boca antes de que pueda recuperar el más mínimo aliento. —Joder—gime. El sensual ruido hace que abra demasiado la boca y se me escapa de entre los labios. Hardin levantaentonceslascaderasdelsueloparareencontrarseconellos,metiéndoseélmismodenuevoen miboca. —Tessa,porfavor...—suplica. Puedosaborearmeamímismaenél,peroapenaslonotomientrasgimeminombre. —No voy..., joder..., no voy a durar mucho —jadea, y yo incremento la velocidad. Demasiado prontoélmetiradelpeloparaecharmelacabezahaciaatrás. —Mevoyacorrerentubocaydespuéstevoyallevaralacamaytefollaréotravez.—Mepasael pulgarporloslabiosyyo,juguetona,lemuerdocondelicadezaeldedo.Echalacabezahaciaatrásyme agarraconmásfuerzadelpelocuandoselachupo. Notoqueelpenelevibra,suspiernasseagarrotancuandocasiestáapunto. —Joder,Tessa...meencanta,nena—gimecuandosucalormellenalaboca.Meloquedotodo,me tragotodoloquetienequedarme.Despuésmepongoenpieymepasoundedoporloslabios. —Vístete—meordenalanzándomeelsujetador. Mientrasnosvestimosatodaprisa,lopillomirándomedevezencuando.Noesqueesoseauna sorpresa...,yotampocohedejadodemirarlo. —¿Lista?—pregunta. AsientoyHardinapagalasluces,cierralapuertaanuestropasocomosinadahubierasucedidoen esa habitación y me guía pasillo abajo. Caminamos en un silencio confortable, una gran diferencia despuésdetodalatensiónanterior.Cuandollegamosdelantedenuestrashabitaciones,élsedetieney mecogesuavementedelcodo. —Deberíahabertecontadoanteslodelapesadillaenvezdedistanciarmedeti—dice. Las luces nocturnas del suelo arrojan la suficiente claridad sobre su rostro como para que pueda verlasinceridadylaamabilidadtrassusojos. —Ambostenemosqueaprenderacomunicarnos. —Eresmuchísimomáscomprensivadeloquemerezco—susurra,yacercamimanoasucara. Sus labios rozan cada uno de mis nudillos y mis rodillas casi se doblan ante un gesto tan conmovedor. Hardinabrelapuerta,mecogedelamanoymeguíahastalacama. Capítulo97 Tessa LasmanosdeHardinaúnestáncubiertasconlarugosacintanegra,perolassientotantiernascuandose cierranalrededordelasmías... —Esperonohabertecansadomucho.—Sonríe,ymepasasusnudillosrecubiertosdecintaporlos pómulos. —No. —Sus dedos se han encargado de deshacer la mayor parte de la tensión que había estado sintiendomicuerpo.Sinembargo,elansianotansutilquesientoporélsigueahí.Siempreestáahí. —Estoestábien,¿verdad?Quierodecirquequeríasespacio...yestonoesprecisamenteespacio. —Susbrazosmerodeanmientraspermanecemosdepieantelacama,dudando. —Aúnnecesitamosespacio,peroestoesloquequieroahoramismo—leexplico. EstoyseguradequetodoestonotienemuchosentidoparaHardinporque,siendosincera,tampoco tienemuchosentidoparamí,especialmenteahoraquesuabrumadorapresenciaestájustoaquí,frentea mí. —Yotambién.—Tomaaireeinclinalacabezahaciamicuello—.Estoeslobuenoparanosotros..., estarjuntosasí—susurra. Sus brazos se estrechan alrededor de mi cuerpo y usa las rodillas para guiarnos hasta la cama mientrassuslabiossuccionansuavementemipielcosquilleante. —Teheechadotantodemenos...,echabademenostucuerpo—sisea. Memetelasmanospordebajodelafinacamisetadealgodónymelaquitaporlacabeza.Micola decaballoseenredaconelescote,peroHardinmesueltaelpeloconsuavidadysusdedosmequitanla goma,dejandoqueelpelocaigasobreelcolchón.Despuésmebesaconternuraenlafrente:suactitud hacambiadodesdequeseaprovechódemíenelgimnasio.Allíestuvoduro,sexyyautoritario,pero ahoraestásiendomiHardin,elhombredelicadoycariñosoqueseocultatraslafachadadetipoduro. —La forma en que tu pulso... —sus labios se mantienen a centímetros de los míos y sus dedos presionan el delicado latido en mi cuello mientras respira— enloquece cuando te toco, especialmente aquí... Su mano se desliza hacia abajo, sobre mi estómago, hasta desaparecer bajo mis pantalones de pijama. —Siempreestástanapuntoparamí...—gruñe,moviendoeldedocorazónarribayabajo.Notoque la piel se me enciende: es una quemadura permanente, en lugar de una explosión, acorde con su delicadaformadetocarme.Hardinretiralamanoysellevaeldedoaloslabios—.Tandulce...—dice,y sulenguahúmedasalelentamenteparacubrirlapuntadesudedo. Sabeexactamenteloquemeestáhaciendo.Sabelomuchoquesussuciaspalabrasmeafectanylo muchoquemehacendesearlo.Losabe,yestáhaciendounmuybuentrabajoconsiguiendoqueardade deseodedentroafuera. Capítulo98 Hardin Séexactamenteloqueleestoyhaciendo.Sélomuchoquelegustamibocasuciay,cuandolamiro,ni siquierasemolestaenocultarlo. —Estás siendo tan buena chica... —le digo con una oscura sonrisa, arrancándole un gemido sin apenastenerquerozarsuardientepiel—.Dimequédeseas—lesusurroaloído.Prácticamentepuedo oírsupulsoerráticobajolapiel.Laestoyvolviendoloca,ymeencanta. —Ati—diceelladesesperada. —Quierohacerlolentamente.Quieroquesientascadamomentoquehaspasadolejosdemí. Tirodesupantalóndepijamaylededicounamiradaautoritaria.Sinpronunciarunapalabra,ella asienteyselobaja.Entoncesenganchosusbraguitasdealgodónconlospulgaresytirodeellashacia mí.Susojosseabrenenlaoscuridad,suslabiosestánrosadosehinchados.Lafuerzademimovimiento laacercaamíyellaseaferraconlasmanosamisbrazos,clavándomesuspreciososdedos. —Cogeelcondón—merecuerda. Joder,estánalotroladodelpasillo,enlahabitaciónquenadiedeberíahabercreídoqueutilizaría teniendoaTessasóloadosmetrosdedistancia.Sinembargo,curiosamente,lamesilladenocheestaba biensurtidadepreservativosalllegar. —Cogetúelcondón—replicojuguetón,sabiendoquenidecoñavoyadejarlacruzaresepasillo medio desnuda. Suavemente, pongo las manos bajo su espalda y desabrocho su sujetador, después le bajolostirantesylodejotodoenelsuelodetrásdenosotros. —Elcond...—comienzaarecordarmeella. Perosupropiojadeocortanteinterrumpesuspensamientoscuandosuccionosusreciénexpuestos pezones.Estansensibleamitoque...,yquierosaborearcadasegundodeella. —Shhh...—lasilenciomordisqueandosupiel. Pero tras un momento, me pongo en pie. No gasto mi tiempo vistiéndome, al menos yo llevo el bóxer...,yaunquenolollevaratampocoperderíaeltiempovistiéndomeahoramismo. Regresoaldormitorioconcuatrocondonesenlamano.Soyunpocoambiciosoymegustaestar siemprepreparado,peroporlaformaenqueTessaseestácomportandoestanoche,podríamosllegara necesitarelcajónentero. —Teheechadodemenos—comentadulcementeconunasonrisatímida.Yentoncesapareceun destellodevergüenzaensusojoscuandocomprendequelohadichoenvozalta —Yyoati—lecontesto,ysuenatancursicomosabíaquesonaría. Sinmáspreámbulos,mequitoelbóxerymereúnoconellaenlacama.Tessaestásentadaconla espaldacontralacabeceradelacamaylasrodillasligeramentedobladas.Estácompletamentedesnuda; sólolassábanasdecolorcremalecubrenlosmuslos,fundiéndoseconsucremosapiel. Tengo que controlarme ante semejante visión, detenerme para no saltar literalmente sobre ella, arrancarlelasábanaquelacubreytomarloqueesmío.Estanoche...,bueno,yaesdemadrugadamás bien...,quieroirdespacioynovoyacorrer. Sonrío y contemplo a la mujer en nuestro aposento. Ella me devuelve la mirada; sus ojos son amablesycálidos,susmejillasestánteñidasdeunrosaprofundo.Cuandomereúnoconellaenlacama, sus ansiosas manos se mueven directamente hacia la cinturilla de mi bóxer, y me lo bajan hasta los muslos.Suspiesacabandehacereltrabajoymetomaenlamano,apretandosuavemente. —Joder—siseo,yporunmomentoloúnicoqueexisteparamíessucontacto. Tessacomienzaabombear,supequeñamuñecaseretuerceligeramentealmoversearribayabajo, y me encanta la forma en que parece saber cómo tocarme exactamente. Cuando se tumba, su mano continúamoviéndoseconunritmoperfecto,ylepasoelcondón,altiempoqueledigoensilencioqué debehaceracontinuación. Ella asiente y se apresura a obedecer. Mientras el látex me va cubriendo yo nos maldigo en silencio,aellayamí,pornohaberseguidoconlaideadelapíldora.Lasensacióndepielconpielcon ellaescelestial,yahoraquelohesentidolodeseomásymás. Tessasesubeencimademíatodaprisa,cabalgándomelacintura;mipollaestásóloaunsuspiro deentrarenella. —Espera...—Ladetengo,lerodeoeltalleconlasmanosyvuelvoatumbarlacondelicadezasobre elcolchónamilado. Laconfusiónapareceensuspreciososojos. —¿Quépasa? —Nada...,sóloqueantesquierobesarteunpocomás—leaseguro,ylepongounamanoenlanuca paraacercarsucaraalamía. Mibocacubrelasuyaydesciendosobresucuerpo,obligándomeairlentamente.Consucuerpo desnudoapretadocontraelmío,tengoquetomarmeunmomentoparadarlasgraciasporelhechode que,apesardetodalamierdaporlaquelehehechopasar,ellasigueaquí,siempreestáaquí,yyava siendo hora de que la compense por ello. Apoyo mi peso en un brazo y me tumbo encima de ella, abriéndolelaspiernasconlasrodillas. —Tequiero...,tequierotanto...Aúnlosabes,¿verdad?—lepreguntoentrecariciaycariciademi lenguasobrelasuya. Ellaasiente,peroporunterriblemomentolacaradeZedapareceenmimente.Suconfesiónde amorpormiTessaysuagradecidaaceptación.«Yotambiéntequiero»,habíagemidoella. Unlentoescalofríomerecorreymedetengo. Alnotarmisdudas,ellapasalosdedosentremisrebeldescabellosysubocatomaposesióndela mía. —Vuelveamí—mesuplica. Esoestodocuantonecesito. Todo desaparece excepto la suavidad de su cuerpo bajo el mío, la humedad entre sus piernas mientras la penetro lentamente. La sensación es exquisita. No importa cuántas veces la tome, nunca seránsuficientes. —Tequiero.—Tessarepitelaspalabrasyyopasounbrazobajosucuerpoparaqueestemostan pegadoselunoalotrocomoseaposible. Me lamo los labios y vuelvo a enterrar la cara en su cuello, susurrándole guarradas al oído y moviéndomeparabesarlacadavezquegimeminombre. Siento que la ola de presión sube por mi espalda encendiendo cada puta vértebra. Las uñas de Tessaseclavanenmipiel,justoentreloshombros,comosiestuvieraintentandoalcanzarlaspalabras tatuadasenella.Esaspalabrasdedicadasaellaysóloaella. «Yanadapodrásepararmedeti»,dicen.Voyahacertodoloposibleparamanteneresapromesa permanentemente. Meinclinoparamirarla.Unamanoaúnreposabajosuespalda;laotrarecorresutorso,pasasobre suspechosydescansaensugarganta. —Dimecómotesientes—lepidoconungruñido. Casinopuedocontenerelplacerquemerecorrepordentro.Quieromantenerloahíparalosdos, hacerlodurar.Quierocrearesteespacioquelosdospodamoshabitar. Aceleromismovimientosyellabajaunamanoparaaferrarsealassábanas.Cadapecaminosogiro de mis caderas, cada embestida violenta contra su cuerpo hambriento intensifica y sella irremediablementeelpoderdeellasobremí. —Tan bien, Hardin... Me siento tan bien... —Su voz es espesa y ronca, y devoro el resto de sus gemidoscomoelansiosobastardoquesoy. Noto que su cuerpo comienza a tensarse y no puedo aguantar más. Con un suave grito de su nombre,mecorroenelcondónconempujoneslentosydesacompasadosantesdederrumbarme,casisin respiración,juntoaella. Extiendounamanoparaatraersucuerpohaciaelmíoy,cuandoabrolosojos,veoqueunafina capadesudorcubresupielsedosa,tienelosojosabiertosyestámirandoelventiladordeltecho. —¿Estás bien? —le pregunto. Sé que he sido un poco bruto hacia el final, pero también sé lo muchoquelegustaquelosea. —Sí,claro. Seinclinaparadepositarunbesosobremipechodesnudoysaltadelacama.Gimodecepcionado cuandoveoqueseponesucamisetablancaporlacabeza,cubriendosucuerpo. —Aquí tienes tu diadema. —Sonríe, orgullosa de su comentario irónico, y me lanza la camiseta sudadaquemeatéalrededordelacabezaenelgimnasio. Enrollolatelaymelavuelvoaponerenlacabezasóloparavercómoreacciona. —¿Notegusta?—pregunto,yellaseríe. —Dehecho,sí. Tessaestámontandotodounespectáculomientrasseinclinapararecogersusbraguitasnegrasdel sueloyselassubehastalosmuslos.Cuandoagitaelcuerporesultamaravillosamenteevidentequeno llevasujetador. —Bien,esmásfácilasí—digoseñalandoelrecogidodemicabeza. Deverdadquenecesitounputocortedepelo,perosiempremelohahecholaamigadeSteph,una tipa con el pelo color lavanda llamada Mads. La sangre me empieza a arder al pensar en Steph. Esa estúpidayjodida... —¡TierrallamandoaHardin! LavozdeTessamesacademispensamientosllenosdeodio.Levantolacabezahaciaella. —Losiento—digo. Conelpijamaotravezpuesto,seacurrucajuntoamíy,loqueesmásextraño,cogeelmandoa distanciadelateleyempiezaazapearintentandoencontraralgoparaver.Estoyunpocomareado,así queagradezcotenerunosmomentospararecuperarme,perotrasvariosminutosasímedoycuentade que ella ha suspirado varias veces. Y, cuando la miro, hay un profundo ceño en su cara, como si encontrarunbuenprogramaparaverfueramásfrustrantedeloquedebería. —¿Algovamal?—pregunto. —No—mienteella. —Dímelo—lapresiono,yelladejaescaparelaire. —Noesnada...,sóloestoyunpoco...—Susmejillasenrojecen—.Tensa. —¿Tensa?Despuésdeestodeberíasestardetodomenostensa—replico,ymeapartounpocopara mirarla. —Esqueno...,yasabes.Yono...—tartamudea. Sutimideznuncadejadesorprenderme.Unminutoestágimiendoenmioídoquelafolleconmás fuerza,másrápidoymásprofundo,yalsiguientenisiquierapuedeformarunafrase. —Suéltalo—exijo. —Noheacabado. —¿Qué?—Meatraganto. ¿Cómo he podido estar tan consumido por mi propio placer como para no notar que ella no se corría? —Parastejustoantes...—explicaenvozbaja. —¿Porquénomelohabíasdicho?Venaquí.—Tirodesucamisetaparaquitárselaporlacabeza. —¿Quévasahacer?—pregunta,conevidenteexcitaciónensutono. —Shhh... Enrealidadnoséquévoyahacer...Quierovolverahacerleelamor,peronecesitomástiempopara recuperarme. «Espera...,yalotengo.» —Vamosahaceralgoquesólohemoshechounavez.—Sonríoconmaliciaysusojosseabrenaún más—.Porque,yasabes,laprácticallevaalaperfección. —¿Quées?—pregunta,yenunsegundosuexcitaciónsevereemplazadaporelnerviosismo. Metumboapoyandoelpesoenloscodosylehagogestosparaqueseacerque. —Noloentiendo—diceella. —Ven,ponlosmuslosaquí—ypalmeoelespacioaambosladosdemicabeza. —¿Qué? —Tessa,venysiéntatesobremicaraparaquepuedacomértelocomoesdebido—leexplicoclara ylentamente. —Oh—exclamaella. Veo la duda en sus ojos y extiendo una mano para apagar la luz. Quiero que se sienta lo más cómoda posible. A pesar de la oscuridad, aún alcanzo a distinguir la suave silueta de su cuerpo, la plenituddesupecho,lacurvasexidesuscaderas. Tessa se quita las braguitas y en cuestión de segundos está siguiendo mis instrucciones y arrodillándosesobremí. —Menudasvistastengoaquí—bromeo,ymivisióndesaparece.Meacabadebajarmicamiseta sobrelosojos. —Bueno,asíresultainclusomásexcitante.—Sonríocontrasusmuslos.Ellamegolpealacabeza debroma—.Enserio...,esdelomássexi—añado. Laoigoreírenlaoscuridadylevantolasmanoshastasuscaderas,guiandosusmovimientos.Una vezmilengualatoca,ellaempiezaamoverseasupropioritmo,tirándomedelpeloysusurrandomi nombrehastaquesepierdeenelplacerqueleestoydando. Capítulo99 Tessa Vuelvoalarealidad,despacio,demalagana,perofelizdequeHardinestétumbadoamilado. —Eh.—Sonríe,besándomeenloslabios. Me río: es un sonido perezoso, no quiero moverme. Tengo el cuerpo algo dolorido, pero de la mejormaneraposible. —Ojalánotefuerasmañana—musitomientraspasolapuntadelosdedosporunadelasramasde su tatuaje. El árbol es oscuro, inquietante e intrincado. Me pregunto: si Hardin se hiciera el tatuaje ahora, ¿volvería a tatuarse ese árbol muerto? O ahora que está más contento, más animado, ¿habría algunashojasenlasramas? —Ojalá—merespondesimplemente. Nopuedoocultarladesesperacióntrasmisúplicacuandoañado: —Entonces,nolohagas. LosdedosdeHardinseextiendenpormiespaldayaprietamicuerpodesnudoaúnmáscontrael suyo. —Noquierohacerlo,peroséquesóloloestásdiciendoporqueacabodeconseguirquetecorras variasvecesseguidas. Unjadeohorrorizadoescapademislabios. —¡Eso no es verdad! —El cuerpo de Hardin se agita suavemente con una risa asombrada—. Bueno,noeslaúnicarazón...Talvezpodríamosvernoslosfinesdesemanadurantealgúntiempoyver quétalfunciona. —¿Esperasqueconduzcahastaaquícadafindesemana? —No todos. Yo también iría. —Inclino la cabeza para mirarlo a los ojos—. Hasta ahora está funcionando. —Tessa...—suspiraél—.Yatehedichocómomesientoconestamierdadelarelaciónadistancia. Desvíolavistahastaelventiladordeltecho,quegiralentamenteenlapenumbradeldormitorio. Enlateleestándandounepisodiode«Friends».RachelestávertiendosalsaenelbolsodeMonica. —Síy,aunasí,aquíestás—lopresiono. Hardinsuspiraymetirasuavementedelpeloparaobligarmeamirarlodenuevo. —Touché. —Bueno,creoquehayalgúntipodecompromisoalquepodríamosllegar,¿nocrees? —¿Cuálestuoferta?—preguntaenvozbaja,cerrandolosojosduranteunossegundosytomando aire. —Noloséexactamente...,dameunmomento—lepido. ¿Quéleestoyofreciendoenconcreto?Permanecerdistanciadoselunodelotroseríalomejorpara nuestra salud mental. Por mucho que mi corazón olvide las cosas terribles por las que Hardin y yo hemospasado,micerebronomepermitirárendirlapocadignidadquemequeda. EstoyenSeattle,siguiendomisueño,solaysinapartamentoacausadelanaturalezaposesivade Hardinydelaincapacidaddeambosdecedersobrelosdetallesmástriviales. —Nolosé—confiesofinalmentecuandonopuedollegaraningunasugerenciasólida. —Vale,pero¿aúnmequieresporaquí?¿Almenosdurantelosfinesdesemana?—pregunta.Sus dedosjugueteanconmipelo. —Sí. —¿Cadafindesemana? —Lamayoría.—Sonrío. —¿Quieresquehablemoscadadíaporteléfonocomohemoshechoestasemana? —Sí. MehaencantadolaformaenqueHardinyyohemosestadohablandoporteléfono,ningunodelos dosconscientesdelosminutosylashorasquepasaban. —Asíquetodoseríaigualquehasidoestasemana.Nosésimeconvence—dice. —¿Porquéno? Hastaahoraparecíahaberfuncionadotambiénparaél,¿porquéseoponeacontinuardelamisma manera? —Porque,Tessa,estásenSeattlesinmíynoestamosrealmentejuntos,podríasveraotrapersona, conoceraalguien... —Hardin... Meincorporosobreuncodoparamirarlo.Susojosseclavanenlosmíosmientrasunmechónde mis rizos rubios cae sobre su cara. Sin romper contacto visual o parpadear siquiera, sus dedos se muevenparacolocarmeelcabellotraslaoreja. —No planeo ver o conocer a nadie. Todo cuanto busco es algo de independencia y que seamos capacesdecomunicarnos. —¿Porquéderepenteestanimportanteparatilaindependencia?—pregunta. Supulgarysuíndiceacaricianelbordedemioreja,enviandounescalofríoportodamiespalda.Si loqueintentaesdistraerme,loestáconsiguiendo. A pesar de su suave toque y de sus ardientes ojos de jade, continúo mi cruzada para hacerle entenderloquenecesito. —Noesalgorepentino.Telohabíamencionadoantes.Tampocohabíanotadolodependienteque mehevueltodetihastahacepoco,ynomegusta.Nomegustaserasí. —Amísí—diceenvozbaja. —Yaséqueatitegusta,peroamíno—repito,negándomeaperderlaconfianzaenmivoz.Una partedemímedaunapalmaditaenlaespaldaydespuésponelosojosenblancoporquenosecreelo queestoydiciendo. —Y¿quépintoyoentodaestamierdadetuindependencia? —Sólotepidoquesigashaciendolomismoquehastaahora.Debosercapazdetomardecisiones sinpensarensimedarástupermisooenquéopinarásalrespecto. —Estáclaroquenohaspensadoquenecesitasmipermisoahora,onoharíaslamitaddeloque haces. Noquierodiscutir. —Hardin—leadvierto—.Estoesimportanteparamí.Necesitosercapazdepensarpormímisma. Deberíamossercompañeros...,iguales,ningunodenosotrosdeberíatenermás...poderqueelotro.— Tengoquehacerlo.Estoformapartedequiénsoyodequiénquieroser.Estoyesforzándomemuchopor averiguarquiénsoypormicuenta,conosinHardin. —¿Iguales?¿Poder?Esevidentequetútienesmuchomáspoder.Osea...,vengaya... —Noessólopormí...,tambiénhasidobuenoparati,reconócelo. —Supongoquesí,pero¿quédicedenosotroselhechodequesólonosvayabiencuandoestamos enciudadesdiferentes?—pregunta,pronunciandoenvozaltaloquemehaestadopreocupandodesde quellegó. —Esoyalopensaremosmásadelante. —Claro. Ponelosojosenblancoperosuavizaelgestobesándomeenlafrente. —¿Recuerdasloquedijisteacercadequehabíaunadiferenciaentreamaraalguienynosercapaz devivirsinél?—pregunto. —Noquierovolveraoíresonuncamás. Leapartoelflequillohúmedodelafrente. —Túfuisteelquelodijo—lerecuerdo.Misdedosrecorrenelpuentedesunarizysiguenhasta suslabioshinchados—.Heestadopensandomuchoalrespecto—admito. Hardingime. —¿Porqué? —Porquelodijisteporunarazón,¿verdad? —Estaba cabreado, eso es todo. Ni siquiera tenía idea de lo que significaba. Sólo me estaba comportandocomouncapullo. —Bueno,seacomosea,yoheseguidopensandoenello.—Midedogolpeasuavementelapuntade lanariz. —Pues desearía que no lo hicieras porque no hay diferencia entre ambas. —Sus palabras caen lentamenteentrenosotros,sutonoespensativo. —¿Yeso? Mededicaunapequeñasonrisa. —Yonopuedovivirsintiytequiero.Lasdoscosasvandelamano.Sipudieravivirsinti,no estaríatanenamoradodeticomoloestoy,yesevidentequenopuedoestaralejadodeti. —Esoparece. Contengolarisaqueamenazaconsurgir. Élnotaqueestoymástranquila. —Séquenoestáshablandodemí...Túcasiterompistelacrismacorriendoparasaltarmeencima cuandollegué. Inclusoenlaoscuridaddelahabitaciónpuedoversuampliasonrisaycontengolarespiraciónal repararensucrudabelleza.Cuandoestáasí,conlaguardiabajayactuandodeformanatural,noexiste nadiemejorenmimundo. —¡Sabía que acabarías echándomelo en cara! —Le doy un manotazo en el pecho y sus largos dedossecierransobremimuñeca. —¿Intentasvolveraponerteviolentaconmigo?Miraloquepasólaúltimavez. Levantalacabezadelcolchónyelfuegoempiezaabajarpormicuerpohastaanidarentremisya doloridosmuslos. —¿Puedes quedarte un día más? —pregunto, ignorando su comentario sobre ponerme violenta. Necesito saber si voy a tener más tiempo con él mañana para poder pasar el resto de la mañana..., bueno,siendoviolentos—.Porfavor...—añadoescondiendolacabezaenelhuecodesucuello. —Vale—concede.Puedonotarcómosumandíbulasemuevealsonreírcontramifrente—.Pero sólosivuelvesavendarmelosojos. En un solo movimiento me rodea con los brazos y rueda para poner mi cuerpo bajo el suyo, y segundosdespuésnosperdemoselunoenelotro...unayotravez... Capítulo100 Hardin Cuandoentroenlacocina,Kimberlyestásentadafrentealabarradedesayuno.Nosehamaquilladoy llevaelpelorecogidohaciaatrás.Creoquenolahabíavistonuncasinunatoneladadeporqueríaenla cara,yjuroporVancequehepensadoenesconderleesamierdaporqueestámuchomejorsinella. —Vaya,miraquiénsehalevantadoporfin—diceentonoalegre. —Sí, sí —gruño pasando junto a ella, y voy directo a la cafetera que está en una esquina de la encimeradegranitooscuro. —¿Aquéhoratevas?—mepreguntamientraspicoteaunbolconlechuga. —Meirémañana,sinoteimporta.¿Oquieresquemevayaya?—Llenounatazaconcaféyme vuelveparamirarla. —Claroquepuedesquedarte.—Sonríe—.Siemprequenoteestéscomportandocomouncapullo conTessa. —Noloestoyhaciendo.—PongolosojosenblancocuandoVanceentraenlahabitación—.Aésta síquetienesqueatarlacorto,puedequehastaponerleunbozal—ledigo. SuprometidosueltaunarisotadamientrasKimberlymemiralevantandoeldedocorazón. —Esoesclase—meburlo. —Teveodemuybuenhumor.—ChristiansonríeconmaliciayKimberlylofulminaconlamirada. ¿Dequécoñovatodoesto? —¿Tepreguntasporquépuedeser?—añade,yellaledauncodazo. —Christian...—loregaña. Élniegaconlacabezaylevantalamanoparaimpedirquerepitaelataquejuguetón. —SeguramenteporqueechabademenosaTessa—sugiereKimberly,quesigueaChristianconla miradamientrasrodealaenormeisladelacocinaparacogerunplátanodelfrutero. Susojosbrillandivertidosmientraspelalafruta. —Creoqueesoloarreglanlosejerciciosdemadrugada. Semehielalasangre. —¿Cómohasdicho? —Tranquilo...,apagólacámaraantesdequeempezaralobueno—measeguraKimberly. ¿Unacámara? Mierda.Estáclaroqueestecapullodebedetenerunacámaraenelgimnasio...Joder,seguramente todoslosaccesosalashabitacionesprincipalesestánequipadosconcámarasdeseguridad.Siempreha sidomásparanoicodeloqueaparentasuactitudpasota. —¿Quéviste?—gruñointentandocontenerlarabia. —Nada. Sólo que Tessa entraba en la sala... y prefirió no seguir mirando... —Kimberly reprime unasonrisayungranaliviorecorremicuerpo. Estaba demasiado inmerso en lo que pasaba, inmerso en Tessa, como para pensar en chorradas comocámarasdeseguridad. —Y ¿qué hacías tú viendo esas imágenes? —le digo a Vance frunciendo el ceño—. Es un poco raritoquememiresmientrashagoejercicio. —Noseascreído.Estabacomprobandoelmonitordelacocinaporquefallaba,yeldelgimnasio resultóserelqueseveíaalladojustoenesemomento. —Ya—exclamoalargandolapalabra. —Hardinsevaaquedarotranoche.Nopasanada,¿no?—lepreguntaKim. —Claroquenopasanada.Detodasformas,noentiendoporquénohasmovidoelculohastaaquí paraquedarte.SabesquetepagaríamásqueenBolthouse. —Nolohicistelaprimeravez,ésefueelproblema—lerecuerdoconunamuecadesuficiencia. —Esoesporqueacababasdeempezarlauniversidadporaquelentonces.Tuvistesuertedetener unasprácticasremuneradas,pornohablardeuntrabajoreal,sintenerunatitulación.—Seencogede hombros,intentandodesecharmiargumento.Yocruzolosbrazosaladefensiva. —EnBolthousenoopinanlomismo. —Son gilipollas. ¿Tengo que recordarte que sólo en el último año la editorial Vance los ha superadodelargo?HeabiertounasedeenSeattleytengopensadoabrirotraenNuevaYorkelañoque viene. —¿Tantofanfarroneoesporalgo?—lepregunto. —Sí.QueVanceesmejor,másgrande,yresultaquetambiénesdondeellatrabaja. NohacefaltaquedigaelnombredeTessaparaquesientaelpesodesuspalabras. —Tegraduaráselpróximotrimestre;notomesunadecisiónimpulsivaahoraquepodríaafectaral restodetucarreraantesdequeempiecesiquiera. Le da un bocado a la fruta que tiene en la mano y yo lo miro con el ceño fruncido intentando encontrarunarespuestacortante,aunqueparecequenoencuentroninguna. —BolthousetieneunasedeenLondres. Memiraconburlonaincredulidad. —¿QuiénvaavolveraLondres?¿Tú?—replicasinocultarelsarcasmoensuvoz. —Puede.Esloqueplaneaba,ysigopensandoenello. —Sí,yotambién.—Miraasufuturaesposa—.Novolverásavivirallí,niyotampoco. Kimberlyseponecoloradaysederritealoíresaspalabras,yyollegoalaconclusióndequesonla parejamásrepulsivaqueheconocido.Puedesnotarlomuchoquesequierenalverlosinteractuar.Es incómodoymolesto. —Demostrado—ríeChristian. —Noestoydeacuerdocontigo—ledigo. —Sí —Kimberly se mete como la buena tocapelotas que es—, pero tampoco estás en total desacuerdo. Sin mediar palabra, cojo mi taza de café y mis pelotas y me las llevo lo más lejos de ella que puedo. Capítulo101 Tessa Lamañanallegaenseguiday,cuandomedespierto,estoysolaenlacama.Elladovacíodelcolchónaún conservalahuelladelcuerpodeHardin,asíqueseguramentehacepocoquesehalevantado. Enesemomento,entraenlahabitaciónconunatazadecaféenlamano. —Buenosdías—medicecuandosedacuentadequeestoydespierta. —Hola. Tengolagargantacerradayseca.MetensoalrecordaraHardinentrandoysaliendodemiboca confuriosasembestidas. —¿Teencuentrasbien? Dejalatazadecaféhumeantesobrelacómodayseacercaalacama.Sesientaamilado,enel bordedelcolchón. —Cuéntame—añadeconcalmacuandovequetardoenresponder. —Sí,sólodolorida. Estirolosbrazosylaspiernas.Sí...,estoydolorida. —¿Adóndehasido? —Heidoaporcafé,yteníaquellamaraLandonparadecirlequenovolveréhoy—mecuenta—. Esositodavíaquieresquemequede. —Quiero—asiento—.Pero¿porquéselotienesquedeciraLandon? Hardin se pasa una mano por el pelo y sus ojos se concentran en interpretar la expresión de mi cara.Sientoquehayalgoquesemeescapa. —Cuéntame—digousandosusmismaspalabras. —Estáhaciendodecangurodetupadre. —¿Porqué? «¿Porquéibaanecesitarmipadreuncanguro?» —Tupadreestáintentandopermanecersobrio,poreso.Ynosoytanestúpidocomoparadejarlo soloeneseapartamento. —Tienesalcoholallí,¿verdad? —No,lotiré.Dejemoseltema,¿vale?—Sutonoyanoesamable,esinsistenteyestáclaramente allímite. —No voy a dejar el tema. ¿Hay algo que deba saber? Porque vuelvo a sentirme como si me quedarafueradealgunacosa. Cruzolosbrazossobreelpechoyélinspiraprofundaydramáticamente,cerrandolosojosmientras lohace. —Sí,hayalgoquenosabes,perotesuplicoque,porfavor,confíesenmí,¿vale? —¿Esmalo?—preguntoaterrorizadaporlasposibilidades. —Confíaenmí,¿deacuerdo? —¿Queconfíeentiparahacerqué? —Que confíes en que voy a encargarme de esta mierda para que, cuando te cuente lo que ha pasado,yanisiquieraimporte.Yabastantetienesencimaahora;porfavor,confíaenmípararesolver esto.Déjamehacerloportiyolvídalo—meinsta. Laparanoiayelpánicoquesuelenacompañaraestetipodesituacionespalpitanenmiinterior,y estoyapuntodequitarleelmóvilaHardinyllamaraLandonyomisma.Sumirada,sinembargo,me detiene.Meestápidiendoqueconfíeenél,queconfíeenquesolucionaráloqueseaqueestépasandoy, para ser sincera, por mucho que quiera saber de qué se trata, no creo que pudiera asumir ni un solo problemamásdelosqueyatengoahoramismo. —Vale—suspiro. Frunceelceñoyladealacabeza.Estáalucinadodelofácilquehasidoconvencermeparaqueno memeta,estoysegura. —Sí.Harétodoloquepuedaparanopreocuparmeporloquepasaconmipadresimeprometes queesmejorparamínosaberlo. —Loprometo—.Asiente. Locreo,másomenos. —Vale.—Ultimoelacuerdoconesapalabrayhagocuantoestáenmimanoparaquitarmedela cabeza la necesidad obsesiva que tengo de saber qué está pasando. Necesito confiarle esto a Hardin. Necesitoconfiarleladecisiónquehetomado.Sinosoycapazdeconfiarleesto,¿cómovoyapensaren unfuturocomún? Suspiro,yHardinsonríealverqueconsiento. Capítulo102 Tessa —Parece que voy a pasarme todo el día escribiendo notas de agradecimiento para los invitados que anoche hicieron que la inauguración del club fuera todo un éxito —dice Kimberly con una sonrisa irónica mientras me saluda agitando un sobre en el aire cuando entro en la cocina—. ¿Qué tienes pensadohacerhoy? Echounaojeadaalmontóndetarjetasqueyahaescritoyalapilaenlaquesiguetrabajandoyme preguntocuántohabráinvertidoChristianensusnegociossitodaesagentealaqueestánescribiendo sonalgúntipode«socios».Sóloeltamañodeestacasadebedesignificarquetienemásempresasen marchaademásdelaeditorialyunclubdejazz. —No lo sé. Cuando Hardin salga de la ducha, veremos —le digo, y dejo un montón de sobres nuevossobrelaencimeradegranito. HetenidoqueobligaraHardinaentrarenelbañoyadarseunaduchasolo,seguíaenfadadopor nohaberlodejadoentrarmientrasyomedabalamía.Pormuchasvecesqueheintentadoexplicarlelo incómodo que sería si los Vance supieran que nos estamos duchando juntos en su casa, él insistía en mirarmeraroyresponderquehemoshechocosasmuchopeoresensucasaqueducharnosjuntosenlas pasadasdocehoras. Heaguantadoeltipoapesardesussúplicas.Loquesucedióenelgimnasiofuelujuriapuraysin premeditaciónalguna.Ynopasanadaporquehiciéramoselamorenmicuartoporquedemomentoes mi habitación y soy una adulta que mantiene relaciones sexuales consentidas con mi..., con lo que quieraqueseaHardinmíoahoramismo.Sinembargo,lodeladuchalosientodeotraforma. ConlocabezotaqueesHardin,seguíasinestardeacuerdo,porloqueheacabadopidiéndoleque me trajera un vaso de agua de la cocina. He hecho pucheros y ha picado. En cuanto se ha ido de la habitación he corrido por el pasillo hasta el baño, he cerrado la puerta con pestillo al entrar y lo he ignoradocuandohaempezadoapedirmeenfadadoquelodejaraentrar. —Tendríasquepedirlequetelleveahacerturismo—mediceKimberly—.Talvezsumergirosen laculturadelaciudadloayudeadecidirseaveniraviviraquícontigo. Enestosmomentosnoquieroenfrentarmeasemejanteconversación. —Pues... Sasha me pareció simpática —le digo en un intento no muy encubierto de desviar la conversacióndemisproblemasdepareja. —¿Sasha?¿Simpática?Tampocotanto—diceKimberlyconunresoplido. —SabequeMaxestácasado,¿verdad? —Claroquelosabe.—Sehumedeceloslabios—.Y¿acasoleimporta?No,enabsoluto.Legusta sudineroylasjoyascarasquerecibealverseconél.Nopodríanimportarlemenossumujerysuhija. EltonodedesaprobacióndeKimesduro,ymealiviasaberqueestamosdeacuerdoenesteasunto. —Maxesuncapullo,peromesiguesorprendiendoquetengaelvalordellevarlaadondepuedan verloconella.Osea,¡¿esqueledaigualsiDeniseoLillianseenteran?! —SospechoqueDeniseyalosabe.ConuntíocomoMax,habráhabidomuchasotrasSashasalo largo de los años, y la pobre Lillian ya desprecia a su padre, así que dudo que el hecho de saberlo cambienada. —Estantriste...Estáncasadosdesdelauniversidad,¿no? NosécuántosabeKimberlydeMaxysufamilia,perodadalaformaenlaquehabla,creoqueno espoco. —Secasaronjustoalterminar,fueunescándalodemiedo. LosojosdeKimberlyseiluminanporelansiadecontarlesamisignorantesoídosunahistoriatan suculenta. —Alparecer,aMaxlehabíanconcertadomatrimonioconotra,unamujercuyafamiliaeraamiga delasuya.Erabásicamenteunacuerdodenegocios.ElpadredeMaxvienedeunafamiliaadinerada, creo que ésa es en parte la razón por la que Max es tan gilipollas. A Denise se le partió el corazón cuandoéllecontósusplanesparacasarseconotramujer. Kimberlyhablacomosiellahubieraestadopresentedeverdadcuandosucedióynocomosifuera uncotilleo.Sinembargo,talvezseaasícomosonsiempreloscotilleos. Bebeuntragodeaguaantesdecontinuar. —Elcasoesque,traslagraduación,Maxserebelócontrasupadreydejóalamujerliteralmente plantadaenelaltar.Elmismodíadelaboda,aparecióencasadeTrishyKenconsuesmoquinyesperó enlapuertahastaqueDenisesalió.Aquellamismanoche,loscincosobornaronaunsacerdoteconuna botella de whisky de marca y el poco dinero que llevaban en los bolsillos. Denise y Max se casaron justoantesdelamedianoche,yellasequedóembarazadadeLilliansemanasmástarde. A mi mente le cuesta imaginarse a Max como un joven enamorado corriendo por las calles de Londresenesmoquinbuscandoalamujerqueamaba.Lamismamujeralaqueahoratraicionaunavez trasotrallevándosealacamaatíascomoSasha. —No pretendo entrometerme, pero la... de Christian... —no sé cómo llamarla—, quiero decir, la madredeSmith,¿estaba...? Conunasonrisacomprensiva,Kimberlyacabaconmiabsurdotartamudeo. —Roseaparecióañosmástarde.Christiansiemprefueelquintomosqueteroentrelasdosparejas. Una vez él y Ken dejaron de hablarse y Christian volvió a Estados Unidos..., entonces fue cuando conocióaRose. —¿Cuántotiempoestuvieroncasados? MiroaKimberlybuscandoalgunaseñaldeincomodidad.Noquieroentrometerme,peronopuedo evitarsentirmefascinadaporlahistoriadeestegrupodeamigos.EsperoqueKimberlymeconozcalo bastantebiencomoparanosorprendersedelacantidaddepreguntasqueestoydeseandohacer. —Sólodosaños.Llevabansaliendonomásqueunosmesescuandoellasepusoenferma.—Sele rompelavozytragasaliva,conlosojosllenosdelágrimas—.Secasóconelladetodasformas...,la llevóalaltar...Supadre,ensilladeruedas...,insistióenhacerlo.Amediocaminodelaltar,Christianse acercóyacabódellevarlaélmismo. Kimberlyrompealloraryyomesecolaslágrimasquecaendemisojos. —Lo siento —dice con una sonrisa—. Hacía mucho tiempo que no contaba esta historia, ¡y me emocionatanto! Seinclinasobrelaencimeraparacogerunpuñadodepañuelosdepapeldeunacajaymetiende uno. —Elsimplehechodepensarenellomedemuestraque,trasesainsolenciayesamentebrillante, hayunhombreincreíblementecariñoso. Memirayluegomiradenuevolosmontonesdesobres. —Mierda,¡hemojadolastarjetasconlaslágrimas!—exclama,ysereponerápidamente. MegustaríapreguntarlemáscosassobreRoseySmith,KenyTrishensuépocauniversitaria,pero nodeseoforzarla. —Quería a Rose y ella lo curó, incluso cuando se estaba muriendo. Él sólo había amado a una mujerentodasuvidayellaconsiguióromperesabarrera. La historia, por bonita que sea, no hace sino confundirme más. ¿Quién era esta mujer a la que Christianamó?Y¿porquénecesitócurarsedespués? Kimberlysesuenalanarizylevantalavista.Yovuelvolacabezahacialapuerta,dondeHardin nosmirararoaKimberlyyamí,tratandodeentenderlaescenaquesedesarrollaenlacocina. —Bueno,esobvioquellegoenmalmomento—dice. Nopuedoevitarsonreírpensandoenlapintaquedebemosdetener,llorandosinmotivoaparente, condosenormesmontonesdesobresfrenteanosotrassobrelaencimera. Hardintieneelpelohúmedodeladuchayestáreciénafeitado.Estáguapísimoconunacamiseta negralisayunosvaqueros.Enlospiesnollevanadamásqueloscalcetinesysuexpresiónesderecelo cuandomehaceseñasparaquemeacerque. —¿Osesperamosparacenarestanoche?—preguntaKimberlymientrascruzolahabitaciónparair juntoaél. —Sí—digo. —No—respondeHardinalmismotiempo. Kimseríeysacudelacabeza. —Bueno,mandadmeunmensajecuandoospongáisdeacuerdo. Minutosmástarde,cuandoHardinyyollegamosalapuertaprincipal,Christianaparecederepentede unahabitacióncercanaconunagransonrisa. —Fuerahaceunfríoquepela.¿Dóndeestátuabrigo,jovencito? —Primero,nonecesitounabrigo.Segundo,nomellamesjovencito—replicaHardinponiendolos ojosenblanco. Christiansacaunabrigogordoazulmarinodelarmarioquehayjuntoalapuerta. —Toma,póntelo.Escomounamalditaestufapordentroyporfuera. —Nihablar—semofaHardin,yyonopuedoevitarreírme. —Noseasidiota,fueraestamosasietebajocero.Puedequetudamatenecesiteparanopasarfrío. ChristianlopicayHardinevalúamijerseymoradogrueso,miabrigomoradoymigorrotambién morado,delquenohadejadodeburlarsedesdequemelohepuesto.Mepuseesomismolanocheque mellevóapatinarsobrehieloyaqueldíahizoigual.Haycosasquenuncacambian. —Vale—gruñeHardin,ymetesuslargosbrazosenlasmangasdelabrigo. Nomesorprendecomprobarquenolequedamal,inclusolosgrandesbotonesdecolorbronceque llevalachaquetaenlapartedelanteraadquierenuntoquemasculinoalmezclarseconelestilosimplede Hardin.Susnuevosvaqueros,quecadavezmegustanmás,ysucamisetanegralisa,susbotasnegrasy ahora el abrigo hacen que parezca recién sacado de las páginas de alguna revista. Es injusto que esté perfectosinhacerelmásmínimoesfuerzo. —¿Quémirastanto?—mesuelta. Doyunsaltitoaloírlo.Acambio,recibounasonrisayunamanocalientecogelamía. Justoenesemomento,Kimberlycorreporelpasillohastaelrecibidor,seguidadeSmithgritando: —¡Esperad!Smithquierepedirosalgo. Bajalacabezaparamirarasufuturohijastroconunasonrisaafectuosa. —Adelante,cariño. ElniñorubiomiradirectamenteaHardin. —¿Podemoshacerteunafotoparalodemicole? —¿Qué? Hardinpalideceunpocoymemira.Séloquesienterespectoaquelehaganfotos. —Esunaespeciedecollagequeestáhaciendo.Dicequetambiénquiereunafototuya—leexplica KimberlyaHardin,yyolomirosuplicándoleparaquenoleniegueesoaunniñoqueclaramentelo idolatra. —Hum...,claro—dicealfinal.GirasobrelostalonesymiraaSmith—.¿Tessatambiénpuedesalir enlafoto? —Supongo—contestaelcríoencogiéndosedehombros. Lesonríoperonoparecedarsecuenta.Hardinmemiracomodiciendo«Legustomásquetúyni siquieratengoqueintentarlo»,yyoledoyundiscretocodazomientrasnosdirigimosalsalón.Mequito elgorroyusolagomaquellevoenlamuñecapararecogermeelpeloparalafoto.LabellezadeHardin estanpocoforzadaynaturalqueloúnicoquetienequehacerparaestarperfectoesquedarsedepiecon elceñofruncidoporloincómododelasituación. —Laharérápido—diceKimberly. Hardinseacercamásamíymerodealacinturaconunbrazoperezoso.Dibujomimejorsonrisa mientrasélintentasonreírsinenseñarlosdientes.Ledoyunempujoncitoysusonrisaaparecejustoa tiempoparaqueKimberlyhagalafoto. —Gracias—dice,yveoqueestásatisfechadeverdad. —Vamos—meapremiaHardin,yyoasientoyledigoadiósconlamanoaSmithantesdeseguirlo porelpasillohastalapuertaprincipal. —Hasidomuyamableportuparte—comento. —Loquetúdigas. Sonríeycubremibocaconlasuya.Entoncesoigoelsuaveclicdeunacámaraymeapartodeél paraveraKimberlydenuevoconlacámaraenlasmanos.Hardingiralacaraparaesconderlaenmi peloyellahaceotrafoto. —Bastaya—gruñe,ymearrastrahaciafueradelacasa—.Pero¿quélepasaaestafamiliaconlos vídeosylasfotos?—murmura,ycierralapuertadegolpetrasdemí. —¿Vídeos?—inquiero. —Daigual. Elairefríonosgolpeayyomesueltorápidamenteelpeloyvuelvoaponermeelgorro. —Primeroiremosabuscartucocheyharemosquelecambienelaceite—diceHardinporencima delrugidodelviento. Metolamanoenelbolsillodelabrigoparabuscarlasllavesydárselas,peroélsacudelacabezay balanceasullaverodelantedemicara.Ahorallevaunallaveconunagomaverdequemesuena. —Notellevastelallavecuandodejastetodostusregalos—medice. —Ah... Mimentesellenaconelrecuerdodehaberdejadomisposesionesmáspreciadasenunapilasobre lacamaquesolíamoscompartir. —Megustaríarecuperartodasesascosaspronto,siesposible. Hardinsesubealcochesinmirarmesiquiera. —Hum,sí.Claro—murmura. Una vez dentro del coche, pone la calefacción a tope y alarga el brazo para cogerme la mano. Apoyalamanoylamíaenmipantorrillaysusdedosresiguenconprecisiónellugardondesolíallevar lapulseraenmimuñeca. —Nomegustaqueladejarasallí...Deberíaestaraquí—dicepresionandolabasedemimuñeca. —Losé.—Mivozesapenasunsusurro. Echo de menos esa pulsera todos los días, y también mi libro electrónico. Además, quiero recuperarlacartaquemeescribióparaleerlaunayotravez. —Talvezpuedastraerlacuandovuelvaselpróximofindesemana—digoesperanzada. —Claro—asiente,perosusojossiguenfijosenlacarretera. —¿Porquéhayquehaceruncambiodeaceite?—lepregunto. Llegamosalfinaldelsenderodeentradaytomamoslacalleresidencial. —Lonecesitas—respondeseñalandolapegatinadelparabrisas. —Vale... —¿Qué?—Memiraenfadado. —Nada,esunpocorarollevarelcochedealguienaquelecambienelaceite. —He sido el único que ha llevado durante meses tu coche a que le cambien el aceite, ¿por qué tendríaquesorprenderteahora? Tienerazón,siempreeselqueseencargadecualquiertipodemantenimientoquepuedanecesitar yavecessospechoqueesunparanoicoyarreglaocambiacosassinqueseanecesario. —Nosé.Supongoquesemeolvidaqueaveceséramosunaparejanormal—admitomoviéndome inquietaenmiasiento. —Explícate. —Cuestarecordarlascosaspequeñasynormalescomocambiarelaceitedelcocheolavezqueme dejaste hacerte una trenza —sonrío al recordarlo—, cuando siempre parecía que estuviéramos atravesandoalgunaespeciedecrisis. —Primero —sonríe—, no vuelvas a mencionar el tema de la trenza. Sabes perfectamente que la únicarazónporlaquedejéquelohicierasfueporquemesobornasteconunasgalletas.—Meaprietala piernaconcariñoysientounaoleadadecalorbajolapiel—.Y,segundo,supongoqueenpartetienes razón. Sería genial que tus recuerdos no estuvieran empañados por mi costumbre de joderlo todo siempre. —Noeressólotú,amboscometemoserrores—locorrijo. Los errores de Hardin suelen causar muchos más daños que los míos, pero yo tampoco soy inocente.Tenemosquedejardeculparnosanosotrosmismosoalotroeintentarllegaraalgunaespecie depuntomediojuntos.YesoesimposiblesiHardinnodejadefustigarseporcadaerrorquecometióen elpasado.Tienequeencontrarlaformadeperdonarseasímismo...yasípoderavanzaryserlapersona quedeverdadquiereser. —Túnohicistenada—mereplica. —Enlugardeestardiscutiendoporquiéncometióerroresyquiénno,vamosadecidirquévamosa hacerhoycuandolehayamoscambiadoelaceitealcoche. —TendrásuniPhone—dice. —¿CuántasvecestengoquedecirtequenoquierouniPhone?—gruño. Mi teléfono es lento, sí, pero los iPhone son caros y complicados, dos cosas que no puedo permitirmeahoramismoenmivida. —TodoelmundoquiereuniPhone.Sóloeresunadeesasquenoquierenrendirsealamoda.—Me mira y veo cómo sus hoyuelos se marcan con malicia—. Por eso seguías llevando faldas largas en la facultad. Loqueacabadedecirleparecetronchante,yelcochesellenaconsurisa. —Detodasformas,nopuedopermitirmeunoahora—replicoimitandosuformadefruncirelceño —.Tengoqueahorrarparaalquilarunapartamentoyhacerlacompra.Yasabes...,necesidades—digo poniendolosojosenblancoparaquitarlehierro. —Imagina todo lo que podríamos hacer si tú también tuvieras un iPhone. Tendríamos aún más formasdecomunicarnosy,además,sabesquetelovoyacompraryo,asíquenovuelvasahablarde dinero. —Lo que me imagino es que podrías rastrear mi teléfono para saber adónde voy —lo pico, ignorandosunecesidadincontrolabledecomprarmecosas. —No,peropodríamoshacervideochats. —Y¿porquétendríamosquehacereso? Memiracomosimehubieransalidodosojosmásysacudelacabeza. —ImagínatepodervermetodoslosdíasenlabrillantepantalladetunuevoiPhone. Inmediatamente me vienen a la cabeza imágenes de sexo telefónico y videochats y recorro mentalmente,avergonzada,fotosdeHardintocándoseasímismofrentealapantalla.¿Sepuedesaber quémepasa? Meardenlasmejillasynopuedoevitarecharleunamiradaasuentrepierna. Conundedobajomibarbilla,Hardinmelevantalacabezaparaquelomire. —Estabaspensandoenello...,entodaslasguarradasquepodríahacertevíaiPhone. —No,quéva—miento. Concabezonería,meniegocontodasmisfuerzasacambiardemóvil,asíquehablodeotracosa. —Laoficinanuevaesmuyagradable...,tieneunasvistasincreíbles—digo. —¿Ah,sí?—EltonodeHardinsehaapagadoderepente. —Sí,ylasvistasdesdeelcomedordelpersonalsonaúnmejores.EldespachodeTrevortiene...— Meinterrumpoamitaddefraseperoesdemasiadotarde.Hardinmeestámirandofijamente,esperando aquelatermine. —No,no.Continúa. —El despacho de Trevor es el que tiene las mejores vistas —digo, y mi voz suena mucho más clarayfirmedeloquesientoenmiinterior. —¿Puedosaberconquéfrecuenciavasasudespacho,Tessa?—LosojosdeHardinvandemíala carretera. —Heestadodosvecesestasemana.Comimosjuntos. —¡¿Cómo?!—meespeta. SabíaquetendríaquehaberesperadohastadespuésdecenarparasacareltemadeTrevor.Omejor, nisacarlo.Nisiquieradeberíahaberlomencionado. —Suelocomerconél—admito. Pordesgraciaparamí,enesemomentomicocheseparaenunsemáforo,loquenomedejaotra alternativaqueaguantarlamiradadeHardin. —¿Cadadía? —Sí... —Y¿hayalgúnmotivo? —Eslaúnicapersonaqueconozcoquetieneelmismohorarioparacomerqueyo.Kimberlyestá tanliadaayudandoaChristianquenisiquierahaceunapausaalmediodía—digomoviendolasmanos delantedelacaraparaayudarenmiexplicación. —Puesquetecambienlahoradecomer. El semáforo se pone en verde, pero Hardin no pisa el acelerador hasta que se oye un claxon impacientedetrásdenosotrosentreeltráfico. —Novoyacambiarlahoradecomer.Trevoresuncompañerodetrabajo,esoestodo. —Bueno—exhala—,preferiríaquenocomierasconeljodidoTrevor.Nolosoporto. Riendo,bajolasmanosamiregazoyapoyounadeellassobreladeHardin. —Tus celos son irracionales —repongo—; no tengo a nadie más con quien comer, sobre todo cuando las otras dos chicas con las que comparto la hora de la comida llevan toda la semana siendo cruelesconmigo. Memiradereojomientrascambiadecarrilconsuavidad. —¿Quéquieresdecirconquehansidocruelescontigo? —Nohansidoexactamentecrueles.Nosé,talvezsóloseaunaparanoiamía. —¿Quéhapasado?Dime—meinsta. —Noesnadagrave,sólotengoelpresentimientodequenolesgustoporalgúnmotivo.Siempre laspilloriendoocuchicheandomientrasmemiran.Trevordicequelesgustacotillear,yjuroquelashe oídodeciralgoacercadecómoheconseguidoeltrabajo. —Y¿quédijeron?—preguntaHardinenfadado.Tienelosnudillosblancosdelafuerzaconlaque agarraelvolante. —Hicieronuncomentario,algoasícomo«Yasabemoscómohaconseguidoeltrabajo». —Y¿leshasdichoalgo?¿OaChristian? —No, no deseo causar problemas. Sólo llevo allí una semana y no quiero ir de acusica como si fueraunaniñapequeña. —Y una mierda. O les dices a esas tías que te dejen en paz o yo mismo hablaré con Christian. ¿Cómosellaman?Puedequelasconozca. —Tampoco es para tanto —le digo intentando desactivar la bomba que sin duda yo misma he activado—.Entodaslasoficinashayungrupitodemujeresmalintencionadas.Loúnicoquepasaesque lasquehayenlamíasehanfijadoenmí.Noquierohacerunamontañadeesto,sóloquierointegrarme ytalvezhaceramigos. —Cosaquenocreoqueocurrasisiguesdejandoqueactúencomoarpíasopasandotodoelrato conelputoTrevor—replicaél.Sehumedeceloslabiosyrespirahondo. Yotambiénrespirohondoylomiro,debatiéndomeentredefenderaTrevorono. «Alamierda.» —Trevoreslaúnicapersonaallíqueseesfuerzaenseramableconmigoyyaloconozco—digo—. Poresocomoconél. Miroporlaventanillayveocómopasamiciudadpreferidamientrasesperoquelabombaexplote. CuandoHardinnocontesta,loobservoymirafijamentelacarreteracomosilaatravesara;luego añado: —EchomuchodemenosaLandon. —Éltambiénati.Ytambiéntupadre. Suspiro. —Quierosabercómoestá,perosihagounapregunta,harétreinta—digo—.Yasabescómosoy. Lapreocupaciónestallaenmipechoyhagotodoloquepuedoparacontenerlaeignorarlayque desaparezca. —Claroquelosé,yporesonolasresponderé—contestaHardin. —¿CómoestáKaren?¿Ytupadre?¿Estristequelosechedemenosmásaellosqueamispropios padres?—lepregunto. —No, teniendo en cuenta quiénes son tus padres. —Arruga la nariz—. Y, respondiendo a tu pregunta,estánbien,supongo.Nolesprestomuchaatención. —Espero que pronto esto empiece a parecerse a mi hogar —digo sin pensar al tiempo que me hundoenmiasientodepiel. —NoparecequedemomentotegustemuchoSeattle;¿quéestáshaciendoaquíentonces? Hardinmetemicocheenelaparcamientodeunpequeñoedificio.Enlaentradahayungranletrero amarilloqueafirmaquehacencambiosdeaceiteenquinceminutosyqueelservicioesmuyamable. Noséquéresponderle.TengomiedodecompartirconHardinmismiedosymisdudassobreloque acabodehacer.Noporquenoconfíeenél,sinoporquenoquieroqueéllosusecomoalgoconloque obligarme a dejar Seattle. No me iría mal un discurso motivacional ahora mismo, pero prefiero el silencioal«Telodije»queseguramentemediríaél. —Noesquenomeguste—leexplico—,esquetodavíanomeheacostumbrado.Sólohapasado unasemanadeltrasladoyaloqueestoyacostumbradaesamiantiguarutina,aLandonyati. —Mepondréalacolayteveodentro—diceHardinsinmediarpalabrasobremirespuesta. Asiento, bajo del coche y en el frío me apresuro a entrar en el pequeño taller. El olor a goma quemadayacaféranciollenanlasaladeespera.Mequedomirandounafotoenmarcadadeuncoche antiguocuandonotolamanodeHardinposarseenlapartebajademiespalda. —Nodeberíantardarmucho. Mecogedelamanoymellevaalpolvorientosofádepielenelcentrodelasala. Veinteminutosmástarde,estádepieycaminadeaquíparaallásobreelsuelodebaldosasblancas ynegras.Entoncessuenaunacampanillaenlasalaqueanunciaquealguienhaentrado. —En el cartel pone que tardan quince minutos —le espeta Hardin al chico del mono de trabajo manchadodeaceite. —Sí,asíes—replicaélencogiéndosedehombros.Selecaesobreelmostradorelcigarrilloque llevadetrásdelaorejayseapresuraarecogerloconlasmanosenguantadas. —¿Meestástomandoelpelo?—gruñeHardin;supacienciaestállegandoallímite. —Yacasiestá—leaseguraelmecánicoantesdesalirdelasalatanderepentecomohaentrado. Noloculpo. MedoylavueltahaciaHardinymepongoenpie. —Nopasanada,notenemosprisa. —Estáechandoaperdermitiempocontigo.Tengomenosdeveinticuatrohorasparapasarcontigo yélmelasestáhaciendoperder,joder. —Tranquilo. Cruzoelsuelodebaldosasymequedodepiefrenteaél. —Estamosjuntos—ledigo. MetolasmanosenlosbolsillosdelabrigodeChristianyHardinaprietaloslabiosparaevitarque suceñofruncidoacabeenunasonrisa. —Sinohanacabadodentrodediezminutos,nopiensopagarporestamierda—amenaza. Yolomirosacudiendolacabezayluegolahundoensupecho. —Y no le pidas disculpas a ese tío por mí —añade. Pone el pulgar debajo de mi barbilla y me levantalacaraparamirarmealosojos—.Séquepensabashacerlo. Mebesasuavementeenloslabiosyderepentemesientohambrientayansiosa,quieromás. Lostemasdediscusiónenelcochehandemostradoserpuntosdébilesnuestrosenelpasado,pero aun así hemos hecho el camino hasta aquí sin mayores daños. Me siento sorprendentemente mareada por eso, o tal vez sean los cálidos brazos de Hardin rodeando mi cintura o su perfume habitual mentoladounidoalacoloniaquelehacogidoprestadaaChristian. Sealoquesea,medoycuentadequesomoslosúnicosqueestamosesperandoeneltaller,yme sorprende lo afectuoso que está Hardin cuando vuelve a besarme, esta vez más fuerte y sacando la lengua para buscar la mía. Mis manos encuentran el camino hasta su pelo y tiro suavemente de las puntas,haciendoquegimaymeabracemásfuertelacintura.Élpegaelcuerpoalmío,subocasigue ansiando la mía, hasta que suena de nuevo la campanilla de la puerta, que me hace dar un salto y apartarmedeélmientrasmecolocoelgorronerviosa. —¡Teeerminadooo!—anunciaeltipodelcigarrillodeantes. —Yaerahora—señalaHardinentonoborde,ysacasucarteradelbolsillodeatrásymedirigeuna miradadeadvertenciacuandoyohagolomismo. Capítulo103 Hardin —Nomeestabamirandoamí—diceintentandoconvencermecuandoporfinllegamosalcoche,quehe tenidoqueaparcarlomáslejosposibledelrestaurante. —Estabajadeandoencimadelalasaña.Sihastalecolgabaunhilodebabadelabarbilla. Los ojos del hombre estaban pegados a Tessa mientras intentaba disfrutar de mi plato de pasta demasiadocaroycondemasiadasalsa.Quieroinsistireneltema,peroalfinaldecidoquemejornolo haré. Tessa ni siquiera se había dado cuenta de que había llamado la atención de ese tío, estaba demasiadoocupadasonriéndomeyhablandoconmigocomoparamirarlodosveces. Sus sonrisas son brillantes y sinceras, ha tenido mucha paciencia conmigo ante mis comentarios acerca de esperar tanto para que nos dieran una mesa, y parece encontrar siempre alguna forma para tocarme.Unamanoenlamía,elrocedesusdedosenmibrazo,susuavemanoacariciándomeelpelo de la nuca, me toca constantemente y yo me siento como un puto crío el día de Navidad. Eso si realmentesupieraloemocionadoqueestáuncríoenNavidad. Pongolacalefaccióndelcocheatopeporquequieroqueentreencalorloantesposible.Tienela narizylasmejillasdeunadorablecolorrojizoynopuedoevitaracercarmeyrozarconmimanohelada suslabiostemblorosos. —Enesecaso,esunapenaquevayaapagartantoporcomerseunalasañallenadebabas,¿no?— Sonríe,ymeacercoparaacallarsucomentariocursicubriendosubocaconlamía. —Venaquí—gruño. La atraigo con cuidado a mi regazo tirando de las mangas de su abrigo morado. No protesta; al contrario,saltaelapoyabrazosparapodersentarsesobremí.Subocasiguesobrelamíayyo,posesivo, la reclamo para mí atrayendo su cuerpo hacia el mío hasta acercarlo todo lo que permite el extraño diseñodeestecoche.Cuandoaccionolapalancadelasientoqueloreclinaporcompleto,Tessajadeay sucuerpocaesobreelmío. —Sigodolorida—medice,ylaapartounpocosuavemente. —Sóloqueríabesarte—respondo. Esverdad.Noesquefueraarechazarhacerleelamorenelasientodelanterodelcoche,peronoes loqueteníaenmente. —Peroquiero—admitecontimidez,girandounpocolacabezacomoparaquenolavea. —Podemosiracasa...,bueno,atucasa. —¿Porquénoaquí? —¿Hola?¿Tessa? Agitolamanodelantedesucarayellamemiradesconcertada. —¿HasvistoaTessaporaquí?Porqueestaobsesasexualdehormonasrevolucionadasquetengo sentadaencimanoesella—lapico,yalfinallopilla. —Nosoyunaobsesasexual. Haceunpucherosacandoellabioinferioryyomeapresuroacazarloentrelosdientes.Muevelas caderas sobre mí, y examino el aparcamiento con la mirada. El sol ya empieza a ocultarse, y la atmósfera densa y el cielo nublado hacen que parezca que es más tarde de lo que es en realidad. Sin embargo, el parking está lleno de coches, y lo último que me apetece es que nos pillen follando en público. Separasubocadelamíaymerecorreelcuelloconloslabios. —Estoyestresada,ytúnohasestadoconmigo,ytequiero. Apesardelairecalientedelacalefacción,unescalofríomerecorrelaespaldayunadesusmanos consiguedeslizarseentrenosotrosbajomispantalones. —Ytambiénpuedequetengalashormonasunpocorevolucionadas,yacasies...,bueno,yasabes quésemana.—Mesusurralasúltimaspalabrascomosifueranunsecretoobsceno. —Vaya,ahoraloentiendo.—Sonrío,preparandomentalmentebromassubidasdetonoparapicarla todalasemana,comosiemprehago. Meleelamente. —Nodigasnada—meregaña,apretandoytocandomipollamientrassubocasigueenmicuello. —Entonces deja de hacer eso antes de que me corra en los pantalones. Ya me ha pasado demasiadasvecesdesdequeteconozco. —Sí,tehapasado.—Sonríe. Me muerde y mis caderas me traicionan elevándose para unirse a la tortura de sus movimientos sinuosos. —Volvamosacasa...—insisto—.Comoalguienteveaasí,montándomeenmitaddeunparking, tendréquematarlo. Tessamiraalrededordelaparcamientopensativa,inspeccionandolosalrededores,yentoncesveo cómoempiezaaserconscientededóndeestamos. —Vale—dice,yconotropucherovuelveasuasiento. —Miracómosehagiradolatortilla...—replico. Sumanovuelveaagarrarmeyaprieta,yyohagounamuecadedolor.Tessasonríecondulzura, comosinoacabaradeintentarcastrarme. —Túconduce—ordena. —Mesaltarétodoslossemáforosenrojoparallevarteacasaydartetumerecido—respondopara picarla. Ellaponelosojosenblancoyapoyalacabezaenlaventanilla. Paracuandollegamosalsemáforosehaquedadodormida.Latocoparaasegurarmedequenose ha enfriado; tiene la frente cubierta de gotitas de sudor, lo que hace que apague la calefacción inmediatamente.Decidodisfrutardelossuavessonidosdesusueñoligeroytomarelcaminolargopara volveracasadeVance. Concuidado,lasacudodeunhombro. —Tessa,yahemosllegado. Abrelosojosyparpadearápidamenteparaevaluardóndeseencuentra. —¿Yaestantarde?—preguntamirandoelrelojdelsalpicadero. —Habíatráfico—ledigo. La verdad es que he conducido por toda la ciudad intentando averiguar qué es lo que la ha cautivadotantodeella.Sinembargo,nohahabidoforma.Nohepodidoencontrarloatravésdelaire helado.Odelosatascosdeltráfico.Odelpuentelevadizoqueprovocabaelatasco.Loúnicoquetenía sentidoparamíeralachicaquedormíaenmicoche.Apesardeloscientosdeedificiosquesealinean dibujandoeiluminandolaciudad,ellaesloúnicoquepodríahacerqueSeattlemerecieralapena. —Aúnestoymuycansada...—Sonríe—.Creoquehecomidodemasiado.—Ymeapartacuando meofrezcoallevarlaasuhabitación. Camina como una zombi cruzando la casa de Vance y, en cuanto su cabeza se posa sobre la almohada,sequedadormidadenuevo.Ladesvistoconcuidado,cubrosucuerposemidesnudoconel edredónydejomiviejacamisetajuntoasucabezaesperandoqueselapongacuandosedespierte. Mequedomirándola.Tieneloslabiosentreabiertosyrodeaconlosbrazosunodelosmíoscomosi estuvieraabrazandounaalmohadamullida.Nopuedeestarcómoda,peroestáprofundamentedormida, agarrándomecomosituvieramiedodequedesaparezca. Creoque,sisigosincomportarmecomouncapulloadiario,semerecompensaráconmomentos comoéstetodoslosfinesdesemana,yesomebastaparaaguantarhastaqueellatambiénlovea. —¡¿Cuántasvecesvasallamarme?!—gritoenelauricular. Miteléfonollevatodalanochevibrandoconelnombredemimadreparpadeandoenlapantalla. Tessanodejadedespertarsey,asuvez,medespiertaamí.Juroquelaúltimavezlodejéensilencio. —¡Tendríasquehabercontestado!—diceella—.Tengoalgoimportantequecontarte. Suvozesdulce,ynorecuerdolaúltimavezquehabléconella. —Pues adelante, habla —gruño, e instintivamente me incorporo para encender la lamparilla. Su luz es demasiado brillante para estas horas de la mañana, así que tiro de la cuerdecita y devuelvo la habitaciónasuantiguaoscuridad. —Bueno,alláva...—Respirahondo—.Mikeyyovamosacasarnos. Sueltaungritoymeapartoelteléfonodelaorejaparaprotegermioído. —Vale...—digo,esperandomás. —¿Noestássorprendido?—pregunta,obviamentedecepcionadapormireacción. —Me dijo que te lo iba a pedir, y supongo que le has dicho que sí. ¿Por qué tendría que sorprenderme? —¿Telodijo? —Sí —respondo mirando las formas rectangulares y oscuras de algunas fotos que cuelgan de la pared. —Bueno,y¿quéteparece? —¿Acasoimporta?—inquiero. —Puesclaroqueimporta,Hardin. Mimadresuspirayyomeincorporodeltodo.Tessasemueveensueñosymebusca. —Sea como sea, no me importa. Me sorprendió un poco, pero ¿qué más me da si te casas? — susurrorodeandoconlapiernalossuavesmuslosdeTessa. —No te estoy pidiendo permiso. Sólo quería saber cómo te sentías al respecto para que pueda decirteporquéllevotodalamañanallamándote. —Estoybien,yahoradime. —Comosabes,aMikeleparecequeseríaunabuenaideavenderlacasa. —¿Y? —Bueno, está vendida. Los nuevos propietarios se trasladarán el mes que viene, después de la boda. —¿Elmesqueviene? Mefrotolasienconelíndice.Sabíaquenoteníaquecogerelmalditoteléfonoaestashoras. —Íbamos a esperar al año que viene, pero ya tenemos una edad y, con el hijo de Mike marchándose a la universidad, no habrá mejor momento que ahora. Debería empezar a hacer calor dentro de unos meses, pero no queremos esperar. Puede que haga frío, pero no será insoportable. Vendrás,¿no?YtraerásaTessa,¿eh? —Asíquelabodaeselmesqueviene,¿odentrodedossemanas?—Elcerebronomefuncionatan temprano. —¡Dossemanas!—merespondemimadreemocionada. —Nocreoquepueda...—replico,ynosigo. No es que no quiera unirme a la feliz fiesta del amor correspondido y toda esa mierda, pero no quiero ir a Inglaterra, y sé que Tessa no vendrá conmigo avisándola con tan poco tiempo, sobre todo teniendoencuentaelestadodenuestrarelaciónenestosmomentos. —¿Porquéno?—diceella—.Selopreguntaréyomismasi... —No,noloharás—lacortoenseco. Medoycuentadequeestoysiendounpocobruscoyreculo. —Nisiquieratienepasaporte—digo.Esunaexcusa,peroesverdad. —Puedeconseguirunoendossemanassiseloexpidenurgente. Suspiro. —Nolosé,mamá,dameunpocodetiempoparapensarenello.Sonlasputassietedelamañana —gruño,ycuelgo. Luegomedoycuentadequenisiquieralehedadolaenhorabuena.Joder.Enfin,tampocoesque loesperarademínecesariamente. Entoncesoigoquealguienestárebuscandoenlosmalditosarmariosdelfinaldelpasillo.Metapo lacabezaconelgruesoedredónparaamortiguarelruidodeportazosyelodiosopitidodellavavajillas, perolossonidosnocesan.Lacacofoníacontinúahastaquesupongoquemequedodormidoapesarde ella. Capítulo104 Hardin Son algo más de las ocho y puedo ver a través del salón, hasta la cocina, donde Tessa está vestida y arreglada,desayunandoconKimberly. Mierda, ya es lunes. Ella tiene que ir a trabajar y yo tengo que coger el coche para volver a la universidad.Meperderélasclasesdehoy,peronopodríaimportarmemenos.Tendrémitítuloantesde dosmeses. —¿Vasadespertarlo?—lepreguntaKimberlyaTessajustocuandoentro. —Estoydespierto—gruñoaúnmediogroguiporelsueño. Hedormidomejorestanochequeentodalasemana.Laprimeranochequepaséaquíestuvimos despiertoscasitodoeltiempo. —Hola. —La sonrisa de Tessa ilumina la oscura habitación, y Kimberly discretamente baja del tabureteenelqueestabasentadaynosdejaasolas.Loquesignificaqueanotaunnuevorécordparano molestarme. —¿Cuántollevasdespierta?—lepregunto. —Dos horas. Christian me ha dicho que podía quedarme una hora más porque aún no te habías levantado. —Tendríasquehabermedespertadoantes. Recorrovorazmentesucuerpoconlamirada.Llevaunablusadecolorburdeosmetidaenunafalda detubonegrahastalarodilla.Latelaenvuelvesuscaderasdeunaformaquemehacequerervolverlaen esetaburete,subirlelafaldahastaqueseleveanlasbragas(deencaje,talvez)yposeerlaaquíyahora... Peroentoncesmedespiertademispensamientos: —¿Qué? Lapuertaprincipalsecierraymealiviasaberqueporfinestamossolosenlaenormecasa. —Nada —miento, y camino hacia la cafetera medio llena—. Claro, ¿cómo iban a tener una Keurig?...Malditosricachones. Tessaseríepormicomentario. —Mealegrodequeno,nomegustannadaesostrastos. Apoyaloscodossobrelaisladelacocinaysupelocaeenmarcándolelacara. —Yotambién. EchounamiradaalaespaciosacocinaydevueltaalpechodeTessa,queahoraestádepiemuy erguida. —¿Aquéhoratienesqueirte?—lepregunto. Secruzadebrazosymedejasinvistas. —Dentrodeveinteminutos. —Mierda —suspiro, y ambos nos llevamos la taza de café a los labios a la vez—. Tendrías que habermedespertado—insisto—.DileaVancequenovas. —¡No!—replica,ysoplaelcaféhumeantequetieneenlamano. —Sí. —No —dice con voz firme—, no puedo aprovecharme de mi relación personal con él de esta manera. Laspalabrasquehaelegidoparadecirlomecabrean. —Noesuna«relaciónpersonal».VivesaquíporqueeresamigadeKimberlyybásicamenteporque yotepresentéaVance—lerecuerdo,completamenteconscientedelomuchoquelemolestaquesaque estetema. Ponesusojosgrisesenblancocondramatismoyatraviesaellujososuelodemadera,sustacones sonando con fuerza al pasar por mi lado. Le agarro el codo con los dedos, deteniendo su dramática salida. Laatraigohaciamipechoybesolabasedesucuello. —¿Adóndetecreesquevas? —Amihabitación,acogerelbolso—dice. Perolaformapesadaenlaqueseelevaycaesupechocontradicecompletamentesutonofríoysu miradaaúnmásfría. —Dilequenecesitasmástiempo—lepidocasirozandoconloslabioslafinacapadepieldesu nuca. Tessaintentafingirquenoleafectaquelatoque,peroyosélaverdad.Conozcosucuerpomejor queella. —No—replica. Haceunesfuerzomínimoparaliberarse,sóloparapoderdecirseasímismaquelohahecho. —Noquieroaprovecharmedeél.Yamehadejadoquedarmeaquígratis. Nopiensorendirme. —Entonceslollamaréyo—ledigo. Hoy no la necesita en la oficina. Ya la tiene tres días a la semana. Yo la necesito más que la editorial. —Hardin... Alcanzamimanoantesdequeyopuedameterlaenelbolsilloparacogerelmóvil. —LlamaréaKim—dicefinalmente. Frunceelceñoymesorprende,yleagradezcoquesehayarendidotanrápido. Capítulo105 Tessa —HolaKim,soyTessa.Ibaa... —Adelante—mecorta—.YalehedichoaChristianqueseguramentenovendríashoy. —Sientopedírtelo.Yo... —Tessa,nopasanada.Loentendemos. LasinceridaddesuvozmehacesonreírapesardemienfadoconHardin.Esagradableteneruna amigaporfin.MecuestamuchoaliviarlapresiónquesientoenelpechoporlatraicióndeSteph.Miro mihabitacióntemporalymerecuerdoamímismaqueestoyahorasdedistanciadeella,delcampus,de todoslosamigosquepensabaquehabíahechoenmiprimertrimestreenlafacultad,todosfalsos.Ésta esmividaahora.MisitioestáenSeattleynovoyatenerquevolveravernuncamásaStephnialos demás. —Muchísimasgracias—ledigo. —Notienesporquédármelas.Sólorecuerdaquetodaslashabitacionesprincipalesdelacasaestán vigiladas—ríeKimberly—.Estoyseguradeque,traselincidentedelgimnasio,noseteolvidará. AtraviesoaHardinconlamiradacuandoentraenlahabitación. Susonrisaexpectanteylaformaenlaqueesosvaquerosazulesbajosseapoyanensuscaderasme distraendelaspalabrasdeKimberly.Tengoqueesforzarmepararecordarloquemehadichohaceunos segundos. «¿Elgimnasio?Ostras,no...»SemehielalasangreyHardinvienedirectohaciamí. —Hum,sí—murmuro,levantandounamanoparaevitarqueseacerqueniunpocomás. —Pásalobien—añadeKimberly,ycuelga. —¡Haycámarasenelgimnasio!¡Nosvieron!—ledigoaHardinaterrorizada. Élseencogedehombroscomosinofueranadaimportante. —Lasapagaronantesdepodervernada. —¡Hardin!Sabenque...,yasabes,¡ensugimnasio! Mismanosvuelanfrenteamí. —¡Esterrible!—MecubrolacaraconellasyHardinmelasapartaenseguida. —Novieronnada.Yahehabladoconellos.Tranquilízate.¿Nocreesquemehabríavueltolocosi séquehanvistoalgo? Merelajounpoco.Tienetodalarazón,habríaestadomuchomásenfadadodeloquepareceeneste momento,peroesonosignificaquemesientatotalmentehumilladaporquelosaben,aunquepararanla grabaciónatiempo. Pero, espera, ¿qué significa grabación aquí? Todo es digital. Podrían decir que apagaron las cámarasperoenrealidadquedarsemirandotodoelrato... —Lasimágenes...noestángrabadasniguardadasenningunaparte,¿verdad?—Nopuedoevitar preguntarlo.DibujoconlayemadeldedolapequeñacruztatuadaenlamanodeHardin. Élbajalacabezaymemiraaladefensiva. —¿Quéquieresdecirconeso? Las...viejasaficionesdeHardinreaparecenenmimente. —Noquierodecireso—digorápidamente.Puedequedemasiadorápido. —¿Estássegura?—pregunta. Veocómoseleendurecenlasfaccionesysusojossellenandeculpa. —Ya,y¿cómosabesloquemepreocupaqueestuvieraspensandosinolohaspensadoyaporti misma? —No—leaseguro,yacortoelespacioquehayentrenosotros. —No,¿qué?—inquiere. Puedoleersuspensamientosenestemomento,puedoverlorevivirlashorriblescosasquehizo. —Nohagaseso,novuelvasahí. —Nopuedoevitarlo. Sefrotalacaraconlamanodeformalentayenajenada. —¿Esesoloquepensabas?¿Quesabíalodelagrabaciónyquelesdejéverla? —¿Qué?¡No!Nuncapensaríaeso—ledigosinceramente—.Sóloheconectadolagrabacióndel gimnasioconloquepasóantesdequedijerasnada.Hasidopuraparanoiamía. »Tansólomelorecordó:enningúnmomentopenséqueloestuvierashaciendoahora.—Leagarro elandrajosocuellodelacamisetanegra—.Séquenoleenseñaríasanadieunacintamía.—Lomiroa losojos,obligándoloaquemecrea. —Sialgunavezalguientehicieraalgoasí...—Haceunalargapausayrespirahondo—.Nosélo queleharía,aunquefueraVance—admite. EltemperamentodeHardinesalgoaloquemeheacostumbradodesobraenlosúltimosmeses. Mepongodepuntillasparapodermirarloalosojos. —Esonovaasuceder. —PeroestuvoapuntodesucederalgoterriblelasemanapasadaconStephyDan. Unescalofríohacequeletiemblenloshombrosyyobuscodesesperadamentelaspalabrasjustas parasacarlodeeseoscurolugar. —Nopasónada—replico. Loirónicodeseryolaqueloconsuelecuandoeltraumaesenrealidadalgoquemeocurrióamí noesalgonuevo;peroesteintercambiodepapelesrevelalaverdaderanaturalezadenuestrarelacióny lanecesidaddeHardindeculparseporcosasquenopuedecontrolar.Igualqueconsumadre,igualque conmigo.Ahoraloveo. —Sihubieraestadodentrodeti... Esaspalabrastraenimágenesvagasderecuerdosdeaquellanoche,imágenesdelosdedosdeDan subiendopormipantorrilla,deStephquitándomeelvestido. —Noquierohablardehipótesis. Mepegoaélyasusbrazosrodeándomelacintura,aprisionándome,protegiéndomedelosmalos recuerdosydelasamenazasinexistentes. Frunceelceño. —Apenashablamosdeello. —No quiero hacerlo —contesto—. Ya hablamos lo suficiente en casa de mi madre y no es así comoquieropasareldíalibrequeheconseguido. Leregalolamejordemissonrisasintentandosinéxitoaliviarlatensión. —Nosoportaríaquealguientehicieradañoasí.Nosoportolaideadequeteviolara.Hacequeme entrenganasdeasesinar:loveotodorojo.Nopuedoconello.—LaexpresióndeenfadodeHardinno seharelajado,tansólosehavistointensificada.Susojosverdesatraviesanlosmíos,ysusrudasmanos meaprisionanlascaderas. —Entoncesserámejorquenohablemosdeello.Quieroqueintentesolvidarlo,comohehechoyo. —Le acaricio la espalda, suplicándole con suavidad que lo olvide todo. No nos hará ningún bien a ningunodelosdosseguirsiempreconlomismo.Fuetremendoyasqueroso,peronoestoydispuestaa permitirquemecontrole—.Tequiero.Tequieroconlocura. Su boca envuelve la mía, y enredo mis brazos en los suyos, acercándolo a mí. Cuando paramos paracogeraliento,digo: —Céntrateenmí,Hardin.Sóloenm... Me interrumpe la presión de su boca en la mía de nuevo, poseyéndome, demostrándome su compromiso conmigo y con él mismo. Su lengua dura se abre paso entre mis labios para acariciar la mía.Lasyemasdesusdedosseclavanaúnmásenmiscaderasymehacengemircuandosedeslizan pormibarrigayhastamipecho.Meagarralastetasyyomepegoconmásfuerzaasucuerpo,llenando susávidasmanos. —Demuéstramequesoyelúnico—susurraenmiboca,yyoséexactamenteloquequiere,loque necesita. Mepongoderodillasfrenteaélytirodelúnicobotóndesusvaqueros.Lacremalleraresultaser másproblemática,yporunmomentoconsideroarrancarlascosturasydestrozarlotodo.Sinembargo, no puedo permitirme tal cosa, más que nada por lo bueno que está con estos vaqueros azules. Lentamente,rozoconlosdedoselvellofinoquellevadesdesuombligohastalagomadesubóxer,yél gimeimpaciente. —Porfavor—mesuplica—,noseascruel. Asientoylebajoloscalzoncilloshastalostobillossobrelosvaqueros.Hardinvuelveagemir,esta vezmásfuerte,másprimitivo,yyolocojoconlaboca.Losmovimientoslentosyrápidosdemilengua dicenlascosasqueintentoquesegrabenensumenteparanoica,asegurándolequeestosactosdeplacer sondistintosdecualquiercosaquepudieseobligarmeatraeraalguien. Loquiero.Medoycuentadequeloqueestoyhaciendotalveznosealaformamássanadeatajar suenfadoysupreocupación,peromisansiasdeélsonmásfuertesquemisubconsciente,que,eneste momento,balanceaconsuficienciaunlibrodeautoayudaenmisnarices. —Me vuelve loco ser el único hombre que ha poseído tu boca —dice, y gime cuando uso una manoparacogerloquemibocanopuede—.Esoslabiossólomehanagarradoamí. Unrápidomovimientodesuscaderasmeprovocaunaarcadayélrecorremifrenteconelpulgar. —Mírame—meordena. Yyoobedezcoencantada.Estoydisfrutandodeestotantocomoél.Siemprelohago.Meencanta vercómocierralosojosconcadacariciademilengua.Meencantacómogimeygruñecuandosucciono conmásfuerza. —Joder,sabesexactamente... Echalacabezaatrásysientocómolosmúsculosdesuspiernassecontraenbajomimano,quehe apoyadoenélparamantenerelequilibrio. —Soyelúnicohombrefrentealquetepondrásderodillas... Aprietolosmuslosparaaliviarunpocolatensiónquesusobscenaspalabrasestánprovocandoen mí. Hardin se apoya con una mano en la pared mientras mi boca lo acerca cada vez más y más al clímax.Noapartolamiradadelasuya,algoqueséquelovuelvecompletamenteloco,mientrasdisfruto dándoleplacer.Sumanolibrevadeencimademicabezaamiboca,recorreconlayemadesupulgar milabiosuperiorylometeylosacademibocaaunritmocadavezmásfrenético. —Joder,Tess. Sucuerposetensamientrasmedicelomuchoquelegusta,lomuchoquemequiere,cuandoestáa puntodecorrerse. Melacomoentera,gimiendomientrasmellenalaboca...yélgime,vaciándoseenmilengua.Sigo chupando,sacándolecadagotadelechemientrasélmeacaricialamejillaconelpulgar. Meabandonoasuroce,gozandodesuternura,ymeayudaalevantarmecondelicadeza.Yadepie juntoaélmerodeaconsusbrazos,estrechándomeenungestoíntimoquecasimeabruma. —Sientohabersacadotodaesamierda—susurracontramipelo. —Shhh...—susurroyoamivez,puestoquenoquierovolveraesaoscuraconversaciónquehemos dejadominutosatrás. —Inclínatesobrelacama—mediceentonces. Mecuestaunpocoprocesarsuspalabras,peronomedalaposibilidadderesponderantesdeque meempujesuavementeponiendolapalmadelamanoenlapartebajademiespalda,guiándomeasíal bordedelcolchón.Meagarralosmuslosymesubelafaldahastaquemitraseroquedaaldescubierto paraél. Lodeseotantoquemeduelefísicamente,undolorquesóloélpuedecalmar.Cuandomemuevo paraquitarmeloszapatos,vuelveapresionarmiespaldaconlapalmadelamano. —No,déjatelospuestos—gruñe. Gimocuandomeapartalasbragasymemeteundedo.Seacercamás,suspiernascasitocandolas mías,supollarozandoconsuavidadmismuslos. —Estanjugoso,nena,yestátancalentito.—Añadeotrodedo,yyogimo,apoyandotodomipeso enloscodos,sobreelcolchón.Arqueolaespaldacuandoencuentraelritmo,introduciéndoseenmíde maneraconstante,metiendoysacandosuslargosdedos—.Hacesunosruiditostansexis,Tess—dice,y pegasucuerpoalmío,demaneraquenotosupolladuracontramí. —Porfavor,Hardin.—Gimo,ahoralonecesito.Encuestióndesegundosmesaciacomosóloél mesabesaciarycomonuncaloharánadie.Lodeseo,peroesonoesnadaencomparaciónconelamor incontenible, absorbente, conturbador que siento por él, y en el fondo (en ese fondo que sólo él y yo podemosver)séqueélsiempreseráelúnico. Mástarde,tumbadosenlacama,Hardingimotea«Noquieroirme»,yenungestomuypocopropiode él, hunde la cabeza en mi hombro y me rodea con los brazos y las piernas. Su pelo grueso me hace cosquillas.Intentopeinarloconlosdedos,peroessimplementedemasiado. —Necesitouncortedepelo—anunciacomosirespondieraamispensamientos. —Amímegustaasí—digoacariciandolosmechoneshúmedos. —Sinofueraasí,nomelodirías—mereta. Tienerazón,perosóloporquenomeimaginounsolocortedepeloquenolesentarabien.Detodas formas,resultaquemeencantacómolollevaahora.—Tuteléfonovuelveasonar—leadvierto,yél levantalacabezaparamirarme—.Podríaestarpasándolealgomaloamipadre.Estoyhaciendoloque puedoparanovolvermelocaydeverdadquieroconfiarenti,asíque,porfavor,contesta—lesueltode golpe. —Silepasaalgoatupadre,Landonpuedeocuparsedeello,Tessa. —Hardin,sabeslodifícilqueesparamí,¿verdad? —Tessa —dice para acallarme, pero entonces se pone en pie y coge el móvil del escritorio—. ¿Ves?Esmimadre. LevantalapantallaparaquepuedaverelnombredeTrishdesdeallí.Meencantaríaquemehiciera casoycambiaraelcontactoa«Mamá»ensuteléfono,peronoquiere.Loquemerecuerdaamímisma. —¡Contesta!—loapremio—.Podríaserunaemergencia. Melevantodelacamaeintentoquitarleelmóvil,peroélesmuyrápido. —Estábien.Llevadándomeporsacotodalamañana. Hardinsostieneelmóvilenalto,sobremicabeza. —¿Yeso?—lepreguntoyloveoapagarelteléfono. —Nadaimportante.Yasabeslopesadaquepuedeser—dice. —Noespesada—replicoendefensadeTrish.Esmuydulceymeencantasusentidodelhumor. Algoquenolevendríamalasuhijo. —Túeresigualdepesadaqueella,sabíaquediríaseso. Sonríe.Suslargosdedosmecolocanelpelodetrásdelasorejas.Lomiromalenbroma. —Estássiendoterriblementeencantadorhoy.Sincontarqueacabasdellamarmepesada,claro. No me quejo, pero teniendo en cuenta nuestro historial, me temo que este comportamiento terminaráencuantoterminenuestromaravillosofindesemana. —¿Preferiríasquefuerauncabrón?—replicalevantandounaceja. Sonrío,disfrutandodesucomportamientojuguetón,noimportalopocoquedure. Capítulo106 Hardin Porsielmalditoyeternotrayectobajolalluviaheladanohubierasidolobastantedesagradable,cuando llegoamiapartamentomebombardealaimagendelpadredeTessadespatarradoenmisofáconropa mía puesta. Lleva unos pantalones de pijama de algodón y una camiseta negra que le van demasiado pequeños,ysientoliteralmentecómoelbagelqueTessamehapreparadoparadesayunarestamañana vuelveamigargantaymesuplicaqueloregurgitesobreelsuelodehormigón. —¿QuétalestáTessie?—mepreguntaRichardencuantocruzolapuerta. —¿Por qué has vuelto a ponerte mi ropa? —gruño sin esperar una respuesta por su parte pero sabiendoquemelavaadardetodasformas. —Sólotengolacamisaquemedisteynoconsigoquitarleelolor—contestaponiéndoseenpie. —¿DóndeestáLandon? —Landonestáenlacocina.—Lavozdemihermanastrollegaalasaladeestarpormiespalda. Unminutomástardesereúneconnosotros,conuntrapodecocinaenlasmanos.Caengotasde jabónalsueloyloreprendopornohacerqueRichardlavelosmalditosplatos. —Entonces,¿cómoestá?—pregunta. —Estábien,joder.Y,porsiaalguienleinteresa,yotambiénestoybien—suelto. El apartamento se ve mucho más limpio de lo que estaba cuando me fui. Los montones de manuscritos de mierda que pensaba tirar se han evaporado, la torre de botellas de agua vacías que construíenlamesitadecaféyanoestá,einclusoelmontículodepolvoquemehabíaacostumbradoa vercrecerhadesaparecidodelasesquinasdelamesadelatele. —¿Quédemonioshapasadoaquí?—lespregunto.Mipacienciaseestáagotandobastanterápido parahacersólodosminutosqueheentrado. —Siterefieresaquéhapasadoporquehemoslimpiado...—empiezaadecirLandon,perolocorto. —¿Dóndeestámimierda?—inquierocaminandoporlahabitación—.¿Oshepedidoaalgunode losdosquetoquéismimierda? Mepellizcoelpuentedelanarizconlosdedosyrespirohondointentandocontrolarmiinesperada rabia.¿Porquécoñohanlimpiadomiputoapartamentosinconsultarmeantes? Miroaunoyluegoalotrounayotravezantesdelargarmeamicuarto. —Menudohumortenemos...—oigodeciraRichardcuandollegoalapuerta. —Nolehagascaso...,laechademenos—respondeLandonrápidamente. Comodiciendo«Queosjodanalosdos»,doyunportazolomásfuertequepuedo. Landon tiene razón. Sé que la tiene. Lo sentía a medida que me alejaba en el coche de aquella maldita ciudad, distanciándome de ella. Podía sentir cómo se tensaban más todos y cada uno de mis músculosytendonescuantomásmealejabadeella.Cadaputokilómetrohaciendomásymásgrandeel agujeroqueseibaabriendoenmí.Unagujeroquesóloellapuedellenar. Maldecir a cada capullo con que me cruzaba en la autopista me ha ayudado a mantener la rabia controlada,peroestabaclaroquenoibaadurarmucho.TendríaquehabermequedadoenSeattleunas horasmás,haberlaconvencidodetomarselasemanalibreydevolveracasaconmigo.Talycomoiba vestida,nodeberíahabertenidoelección. Cuanto más profundizo en mis pensamientos, más veces me descubro visualizando su cuerpo semidesnudo. La falda enrollada en la cintura, dejando al descubierto la visión más sexi posible. Mientras su cuerpo y el mío chocaban sin parar, me prometió que no me olvidaría en toda esta larga semanaymedijocuántomequería. Cuantomáspiensoencómomebesabayluegovolvíaabesarme,másmeexcito. Lanecesidadquetengodeellaesmásfuertequenunca.Esdeseoyamorentremezclados,ono,la necesidad que tengo de ella va más allá del deseo. La forma en la que estamos conectados cuando hacemoselamoresindescriptible,susgemidos,elmodoenquemerecuerdaquesoyelúnicohombre quelahahechosentirasí.Mequieroylaquiero,findelaputahistoria. —Hola—digoalteléfono.Lahellamadoantesdeserconscientedeloquehacía. —Hola,¿pasaalgo?—mepregunta. —No.—Miromihabitación.Mireciénrecogidahabitación—.Sí. —¿Quépasa?¿Estásencasa? «Noesmicasa.Túnoestásaquí...» —Sí,tuputopadreyLandonyamehansacadodequicio—respondo. Seleescapaunarisita. —Hace,¿cuánto?,¿diezminutosquehasllegado?¿Quéhanhechoya? —Hanlimpiadotodoelapartamento,hancambiadotodamimierdadesitio,noencuentronada. Meencantaríaquehubieraunacamisetasuciaoalgoenelsueloaloquedarleunapatada. —Y¿quéestásbuscando?—mepregunta. Peroentonces,alotroladodelalínea,oigounavozdefondo. Tengoquehacerunesfuerzosobrehumanoparanopreguntarleconquiéndemoniosestá. —Nadaenconcreto—admito—.Aloquemerefieroesque,siquisieraencontraralgo,nopodría. Seríe. —¿Asíqueestásenfadadoporquehanlimpiadoelapartamentoynoconsiguesencontraralgoque nisiquieraestásbuscando? —Sí—digoconunamueca. Meestoycomportandocomounputocrío,ylosé.Ellatambiénlosabe,peroenlugardereñirme seríe. —Deberíasiralgimnasio. —DeberíavolveraSeattleyfollarteencimadetucama.Otravez—disparodevuelta. Ellajadeayelsonidosehaceecomuydentrodemí,loqueprovocaquelanecesiteaúnmás. —Mmm,sí—susurra. —¿Conquiénestás?—Heaguantadoalmenoscuarentasegundos.Estoymejorando. —TrevoryKim—mecontestalentamente. —¿Metomaselpelo? ElputoTrevorsiempreestáahí.EmpiezaasermásmolestoqueZed,yesoyaesmuchodecir. —Har-din... Notoquesesienteincómodayquenoquieredarexplicacionesdelantedeellos. —The-re-sa. —Voyunmomentoamihabitación—seexcusaeducadamente,ymientrasoigosurespiraciónme impacientocadavezmás. —¿Qué hace el puto Trevor en tu casa? —digo, sonando más trastornado de lo que era mi intención. —Éstanoesmicasa—merecuerda. —Ya,bueno,perovivesahíy... Meinterrumpe: —Deberíasirtealgimnasio,estásfurioso. Percibolapreocupaciónensuvoz,yelsilencioquelesiguelodemuestra. —Porfavor,Hardin. Aellanopuedodecirlequeno. —Tellamocuandovuelva—acepto,ycuelgoelteléfono. No puedo decir que no haya visto la asquerosa cara de modelo del puto Trevor impresa en el saco mientras le daba patadas, puñetazos, patadas y puñetazos durante dos horas seguidas. Pero tampoco puedodecirquemehayaayudado,laverdadesqueno.Sigo...cabreado.Nisiquieraséporquéestoy cabreadoexceptoporqueTessanoestáaquíyyonoestoyallí. Joder,vaaserunasemanamuylarga. No tenía pensado pasarme tanto rato haciendo ejercicio, pero estaba claro que lo necesitaba. CuandollegoalcochemeesperaunmensajedeTessa: Heintentadoaguantardespierta,peroestoyagotada Agradezcoquefueraestéoscuroporqueasínadieverálacaradeidiotaquesemehaquedadocon suindirecta.Esjodidamenteadorablesinproponérselo. CasiignorounmensajedeLandonquemerecuerdaquenosestamosquedandosinprovisiones.No he comprado comida de verdad para mí desde... nunca. Cuando vivía en la hermandad comía la porqueríaquecomprabanlosdemás. Sinembargo,Tessapuedequeseenfadesiseenteradequenodoydecomerasupadre,yLandon seguroquenodudaendelatarme. NosécómomeveoyendoaTargetenlugardeaConner’sparahacerlacompra.Estáclaroque Tessameinfluyehastacuandonoestá.PasatantotiempoenConner’scomoenTarget,aunquepuede tirarse horas explicándome por qué Target es mucho mejor que cualquier otra tienda. Me aburre mortalmenteperoheaprendidoaasentirenlosmomentosjustosparaquesecreaquelaescuchoyque estoymásomenosdeacuerdoconella. En cuanto meto una caja de Frosties en el carrito de la compra, veo aparecer fugazmente una melenapelirrojaalfinaldelpasillo.SéqueesStephantesdequesevuelva.Susmugrientasbotasaltasy negrasconcordonesrojossoninconfundibles. Rápidamentepiensoenlasdosopcionesquetengo.Una,puedoacercarmeyrecordarlelomuyhija de... Antesdequepuedapensarenlasegundaopción,queseguramentehabríapreferido,sevuelveyme ve. —¡Hardin, espera! —Su voz suena fuerte cuando giro sobre los talones y dejo el carrito de la compraenmitaddelpasillo.Aunquevengademachacarmeenelgimnasio,nohayformahumanade quepuedacontrolarmedelantedeSteph.Nolahay. Oigo sus fuertes pisadas sobre el suelo laminado mientras me sigue a pesar de mis claras intencionesdeignorarla. —¡Escúchame!—gritacuandoestájustodetrásdemí. Cuandodejodeandar,chocacontramiespaldaysecaealsuelo. Mevuelvoylegrito: —¡¿Quécoñoquieres?! Seponerápidamenteenpie.Mepercatodequeelvestidonegroquellevaestátodomanchadode polvoblancodelsuelosucio. —PensabaqueestabasenSeattle. —Y lo estoy, pero justo ahora mismo no —miento. No tengo ni idea de qué me ha impulsado a enfrentarmeaella,peroyaestardeparaecharseatrás. —Séqueahorameodias...—empieza. —Es el primer pensamiento sensato que has tenido en mucho tiempo —le suelto, y luego la observo detenidamente. Sus ojos verdes casi desaparecen bajo las líneas negras que los rodean. Está horrible—.Noestoydehumorparatuschorradas—leadvierto. —Nuncalohasestado.—Sonríe. Aprietolospuñosamiscostados. —Notengonadaquedecirte,yyasabescómomepongocuandonoquieroquememolesten. —¿Meestásamenazando?¿Enserio? Levanta los brazos frente a sí y luego vuelve a dejarlos caer. Me quedo en silencio mientras imágenesdeunaTessaapenasconscientepasanpormicabeza.TengoquealejarmedeSteph.Nuncale haríadañofísico,perosétodalamierdaquepuedollegarasoltarleparahacerlemuchomásdañodel quepuedallegaraimaginar.Esunademismuchasaptitudes. —Noesbuenaparati—tieneelvalordedecirmeSteph. Nopuedoevitarreírmeantelaosadíadeestazorra. —Noerestanestúpidacomoparaintentarhablarconmigodeeso—replico. PerosialgohasidoalgunavezStephesseguradesímisma.Orgullosadesímisma. —Sabesqueescierto—contesta—.Noessuficienteparati,ytúnuncaserássuficienteparaella. Elfuegoqueardeenmiinteriorseavivamientrasellasigue: —Tecansarásdeesasanturrona,ylosabes.Seguramenteyatehayascansado. —¿Santurrona?—Metragootracarcajada.NoconocealaTessaalaquelegustaqueselafollen delantedeunespejoyquesefollaasímismaconsusdedoshastagritarminombre. Stephasiente. —Yaellaselepasarálafijaciónporelchicomaloquetienecontigoysecasaráconunbanqueroo algoasí.Nocreoqueseastanidiotacomoparapensarqueestovaparalargo.Séquevistecómoestaba conNoah,esecapullodelaschaquetasdepunto.Erancomolaparejamodeloqueestánhechoseluno paralaotra,ylosabes.Nopuedescompetirconeso. —¿Yqué?¿Quieresdecirquetúyyofuncionaríamosmejor? Mivozacabasonandomuchomenosexigentedeloquepretendía.Seestáentrometiendoenmis mayoresinseguridadesyestoyhaciendoloquepuedopornovacilar. Poneenblancosusojosdemapache. —No,claroqueno.Séquenotegusto,nuncatehegustado.Sóloesquemepreocupas—dice. Apartolamiradadeellaparamirarlospasillosvacíos. —Sé que no quieres creerme y sé que te gustaría partirme el cuello por meterme con tu Virgen María,peroeneseoscurocorazoncitotuyosabesqueloqueestoydiciendoesverdad. Me muerdo un carrillo al oír el mote con el que mis supuestos amigos bautizaron a Tessa hace tiempo. —Enelfondosabesquenofuncionará.Esdemasiadopijaparati.Túestásllenodetatuajes,ysólo escuestióndetiempoqueellasecansedeavergonzarsedequelaveancontigo. —Tessanoseavergüenzadequelaveanconmigo—replicodandounpasohacialaarpíapelirroja. —Sabesquesí.Inclusomelollegóadeciramícuandoempezabaisasalir.Seguroquesigueigual. —Sonríe,elpendientedelanarizbrillabajolaluzyyomeavergüenzoconelrecuerdodesusmanos tocándome,haciendoquemecorriera. Metragolarabiayreplico: —Intentasmanipularmeporqueestodoloquetequedaynotevaafuncionar. Lahagoaunladoparairme. Sueltaunacarcajadaasquerosa. —Sieressuficienteparaella,¿porquéseibaconZedtanamenudo?Yasabesloquedecíanpor ahí... Meparoenseco.RecuerdoaTessavolviendodeaquellacomidaconSteph.Estabamuyenfadada trasmarcharsedeApplebee’seldíaqueStephsellevóaMollyylasdosledieronaentenderaTessa quecorríaelrumordequesefollabaaZed.MecabreétantoquellaméaMollyparaadvertirledeque novolvieranameterseentreTessayyo.EstáclaroqueStephnorecibióelmensaje,apesardequeera deelladequiendebíapreocuparmedesdeelprincipio. —Túteinventasteesosrumores—laacuso. —No,fueelcompañerodepisodeZed.FueélquienlaoyógemirsunombreylacamadeZed golpeandolaparedcuandoélintentabadormir.Molesto,¿verdad? LasonrisamalévoladeStephmedejasinelpocoautocontrolquemequedabadesdequeTessase fueaSeattle. «Tengoquelargarmeahoramismo.Tengoquelargarmeahoramismo...» —Zed dijo que no lo hizo nada mal, por cierto; al parecer, hace eso... eso que hace ella con las caderasoalgoasí.Ah,yeselunar...yasabescuál. Segolpeasuavementelamejillaconsusuñasnegras. Nopuedosoportarlo. —¡Cállate! —Me tapo las orejas con las manos—. ¡Cállate de una vez! —le grito desde el otro ladodelpasillo. Stephsealeja,sigueriendo. —Créemeonomecreas—añadeencogiéndosedehombros—.Medaigual,perosabesqueesuna pérdidadetiempo.Ellaesunapérdidadetiempo. Haceunamuecadeburlaydesaparecejustocuandomipuñoimpactaconlaestanteríametálica. Capítulo107 Hardin Lascajascaendelaestanteríaalsueloconestrépito.Vuelvoagolpearelmetal,dejandounamancha rojayespesaenél.Elescozorfamiliardelacarneabriéndoseenmisnudillossóloconsiguehacerquela adrenalinasubayquelafuriaquesientocrezca.Escasireconfortanteelaliviodepermitirmeexpresarla rabiadelaformaenquesolíahacerlosiempre.Notengoquecontenerme.Notengoquepensarenmis actos.Puedorendirmealaira,dejarquesalga,dejarquemehunda. —¿Quéestáshaciendo?¡Quevengaalguien!—gritaunamujer. Cuandogirolacabezahaciaella,éstadaunpasoatrásendirecciónalfinaldelpasilloyentonces veoque,pegadaasufalda,hayunaniñarubia.Losojosdelamujerestánllenosdemiedoycautela. Cuandolosojosazulclarodelaniñaseencuentranconlosmíos,nopuedoapartarlamirada.Con cadarespiraciónfuriosaqueabandonamicuerpo,robounpocodelainocenciaquelosinunda.Cortola conexiónconlamiradadelaniñaymiroelcaosqueheorganizadoenelpasillo.Ladecepciónsustituye alarabiaenunsegundoyreciboundurogolpealdarmecuentadequelaestoyarmandoenmediode unTarget.Silapolillegaantesdequepuedasalirdeaquí,estoyjodido. Conunaúltimamiradaalaniñadelvestidolargoyloszapatosbrillantes,corroporelpasillohacia la puerta principal. Evitando el caos que crece alrededor de mí, paso de un pasillo al otro mientras intentoquenadiemevea. Nopuedopensarconclaridad.Nadadeloquepiensotienesentido. TessanosefollóaZed. Nolohizo. Nopudohacerlo. Silohubierahecho,losabría.Alguienmelohabríadicho. Ellamelohabríadicho.Ellaeslaúnicapersonaqueconozcoquenomemiente. Derepenteestoyfuerayelaireinvernalmecortalapielsincompasión.Centrolamiradaenmi coche,queestáaparcadoalfondodelparking,agradeciendoquelaoscuridaddelanochemeproteja. —¡Joder! —grito una vez llego al coche. Mi bota se estampa contra el parachoques y el sonido chirriante del metal al doblarse hace que mi frustración disminuya—. ¡Sólo ha estado conmigo! — chillo,yluegosuboalcoche. Estoymetiendolallaveenelcontactocuandodoscochesdepolicíaentranenelaparcamientocon laslucesylassirenaspuestas.Salgodelparkingpocoapocoparanollamarlaatenciónyveocómo aparcanenelbordilloycorrenadentrocomosisehubieracometidounasesinato. En cuanto consigo salir, siento un gran alivio recorrerme el cuerpo. Si llegan a detenerme en el Target,Tessasehabríapuestocomounamoto. Tessa...yZed. NosoytanidiotacomoparacreermelasmentirasdeStephcuandodicequeTessaselofolló.Sé quenolohizo.Séquesoyelúnicohombrequehaestadodentrodeella,elúnicoquehahechoquese corraensuvida.Noél. Nadiemás,joder.Sóloyo. Sacudolacabezaparaapartarlavisióndeellosdosjuntos,susdedosagarrandolosbrazosdeél mientrasentraysaledeella.Joder,otravezesto,no. Nopuedopensarconclaridad,literalmente.Nopuedoverconclaridad.Tendríaquehaberagarrado aStephporelcuelloy... No, no puedo permitirme acabar de imaginarlo. Ha conseguido lo que quería de mí y eso me cabreaaúnmás.SabíaexactamenteloquesehacíaalmencionaraZed,meestabatomandoelpeloa propósito,intentandohacermesaltar,yfuncionó.Sabíaqueestabatirandodelaanilladeunagranaday luegoalejándose.Peronosoyunagranada,tendríaquepodercontrolarme. LlamoaTessainmediatamenteperonoresponde.Suteléfonosuena...ysuena...ysuena.Antesme hadichoqueseibaadormir,peroséperfectamentequesiempretieneelteléfonoenmodovibracióny quenosoportadormirconruido. —Vamos,Tess,cogeelputomóvil—gimoteo,ytiroelteléfonoalasientodelacompañante. TengoquealejarmedeTargettodoloquepuedaantesdequelospoliscompruebenlascámarasde seguridaddelparkingyconsiganlamatrículaoalgoasí. LaautovíaesunajodidapesadillaysigointentandollamaraTessa.Sinomedevuelvelallamada antesdeunahora,telefonearéaChristian. TendríaquehabermequedadoenSeattleunanochemás.Mierda,tendríaquehabermeidoavivir allí desde el principio. Todos mis motivos para no querer ir ahora me parecen absurdos. Todos los miedosquetenía,ytodavíatengo,sólosemantienenvivosporladistanciaquehaydedondeviveellaa dondeyovivo. «Enelfondosabesquenofuncionará.» «Túestásllenodetatuajes,ysóloescuestióndetiempoqueellasecansedeavergonzarsedeque laveancontigo.» «Fijaciónporelchicomalo...» «Secasaráconunbanquerooalgoasí.» La voz de Steph martillea mis oídos una y otra vez. Me voy a volver loco. Estoy perdiendo literalmente la cabeza en esta carretera. Todos los esfuerzos que llevo haciendo esta semana no significannadaahora.EsavíborasehacargadolosdosdíasquehepasadoconTessadeunplumazo. «¿Vale la pena todo esto? ¿Todo este esfuerzo constante conduce a algo? ¿Voy a tener que prohibirmedeciryhacerloqueestámal?Ysicontinúoconestatransformaciónpotencial,¿deverdad me querrá después o se sentirá como si hubiera terminado una especie de proyecto para una clase de psicología? »Cuando todo acabe, ¿quedará lo bastante de mí para que me quiera? ¿Seré siquiera el mismo hombredelqueseenamoróoéstaessuformadetransformarmeenquienelladesearíaquefuera,en alguiendequiensehartará?» ¿Estáintentandoquemeparezcaaél?¿QueseacomoNoah? «Nopuedescompetirconeso...» Stephtienerazón.NopuedocompetirconNoahylarelaciónsencillaquetenían.Ellanuncatuvo quepreocuparsepornadacuandoestabaconél.Lesibabienjuntos.Lesibabienyerafácil. Élnoestádestrozadocomoyo. RecuerdoeltiempoenquesolíapasarhorassentadoenmicuartoesperandoaqueStephmedijera queTessahabíavueltodepasarunratoconél.Meentrometíatodocuantopodíay,sorprendentemente, mesalióbien.Meeligióamíynoaél,elchicoquehabíaqueridodesdepequeña. SemerevuelveelestómagodeimaginaraTessadiciéndoleaNoahqueloquiere. «Fijación por el chico malo...» Soy más que una fijación para Tessa. Tengo que serlo. Me he folladoamuchastíasquesóloqueríancabrearasuspadres,peroTessanoesunadeellas.Hatragado muchamierdamíaparademostrarlo. Mispensamientossonunrevoltijodelirantequenosoycapazdeseguir. ¿PorquédejoqueStephsemetaenmicabeza?Notendríaquehaberescuchadoniunasolapalabra deloquehadichoesazorra.Restriegolosnudillossangrientosydestrozadosenlospantalonesyaparco elcoche. Cuandolevantolamirada,veoqueestoyenelparkingdeBlindBob’s.Heconducidohastaaquísin pensarmuchoenello.Nodeberíaentrar...,peronopuedoevitarlo. Ydetrásdelabarraveoaunavieja...amiga.Carly.Carly,conmuypocaropayloslabiospintados derojo. —Vaya...,vaya...,vaya...—Mesonríe. —Nodigasnada—gruño,ymesientoenuntaburetejustodelantedeella. —Ni lo sueñes. —Sacude la cabeza; su cola de caballo rubia se mueve de un lado a otro—. La últimavezqueteservítodoacabóenunaespiraldedrama,ynotengonieltiemponilapacienciacomo pararepetirmiactuaciónestanoche. LaúltimavezqueestuveaquípillétalciegoqueCarlymeobligóadormirensusofá,loquellevó aunterriblemalentendidoconTessa,quetuvounaccidentedetráficoaqueldíapormiculpa.Porla mierdaconlaquellenosuvida,quedeotromodoseríaperfecta. —Tutrabajoesservirmeunacopacuandolapido—digoseñalandolabotelladewhiskyoscuroen laestanteríaquehaytrasella. —Ahímismohayunaseñalquedicejustolocontrario.—Apoyaloscodosenlabarrayyovuelvo asentarmeeneltaburete,poniendoentrenosotrostantadistanciacomopuedo. ElpequeñocartelquediceRESERVADOELDERECHODEADMISIÓNestápegadoenlaparedynopuedo evitarreírme. —Nopongasmuchohielo,noquieroqueseagüe. Vuelvoaignorarlacuandoponelosojosenblancoyseincorporaparacogerunvasovacío. UngranchorrodelicorcaeenmivasomientraslavozdeStephsuenaenmicabezaunayotravez. Éstaeslaúnicaformadelibrarmedesusacusacionesymentiras. LavozdeCarlymesacademiaturdimiento: —Teestállamando. MirohaciaabajoyveolafotoquelehiceaTessamientrasdormíaestamañanaparpadeandoenla pantalladelmóvil. —Mierda. Instintivamente aparto el vaso y vuelco el contenido recién servido sobre la barra. Ignoro las maldicionesquesueltaCarlyymelargodelbartanrápidocomohellegado. Fuera,deslizoelpulgarsobrelapantalla. —Tess. —¡Hardin!—dicenerviosa—.¿Estásbien? —Tehellamadomuchasveces.—Sueltounsuspirodealivioaloírsuvozatravésdelpequeño auricular. —Losé,losiento.Estabadormida.¿Estásbien?¿Dóndeestás? —EnBlindBob’s—admito.Denadasirvementir,siempreaverigualaverdaddeunaformauotra. —Ah...—susurra. —Hepedidounacopa.—Puedocontárselotodo,yaqueestoy. —¿Sólouna? —Sí,ynohetenidolaoportunidaddeprobarlasiquieraantesdequellamaras. Nosécómomesientorespectoaeso.Suvozesmisalvavidas,perotambiénsientoalgoqueme pidequevuelvaaentrarenelbar. —Esoestábien—dice—.¿Yatemarchas? —Sí,ahoramismo. Abrolapuertadelcocheymeacomodoenelasientodelconductor. TrasunosinstantesTessamepregunta: —¿Porquéhasidoallí?Nopasanada,pero...sólomepreguntoelporqué. —HevistoaSteph. Resopla. —¿Quéhapasado?¿Has...hapasadoalgo? —Nolehehechodaño,siesloquepreguntas. Pongoelcocheenmarchaperomequedoenelaparcamiento.QuierohablarconTessasinestar distraídoconduciendo. —Me ha dicho unas cuantas mierdas que... que me han cabreado muchísimo. He perdido los nerviosenTarget. —¿Estásbien?Espera,pensabaqueodiabasTarget. —¿Esoesloúnicoque...? —Losiento,estoymediodormida. Lodicecomosiestuvierasonriendo,peroenseguidasutonocambiaysevuelvedepreocupación. —¿Estásbien?¿Quétehadicho? —HadichoquetefollasteaZed—contesto.Noquierorepetirelrestodelamierdaquehadicho deTessaydemíyquenosomosbuenoselunoparaelotro. —¿Qué?Sabesquenoesverdad.Hardin,tejuroquenopasónadaentrenosotrosquetúno... Golpeoelparabrisasconundedo,viendocómoseacumulanmishuellas. —Dicequesucompañerodepisoosoyó. —No la crees, ¿verdad? No puedes creerla, Hardin, me conoces, sabes que te lo habría dicho si alguienademásdetimehubieratocado...—Suvozserompeysientoundolorenelpecho. —Shhh... Nodeberíahaberladejadoseguir.Deberíahaberledichoquesabíaquenoeraverdadpero,como soyunmalditoegoísta,necesitabaoírselodecir. —¿Quémástehadicho?—Estállorando. —Gilipolleces. De ti y de Zed. Se ha aprovechado de todos mis miedos e inseguridades con respectoanosotros. —Y ¿por eso has ido al bar? —No me está juzgando, sólo siento una comprensión que no me esperaba. —Supongo—suspiro—.Sabíacosas.Detucuerpo...,cosasquesóloyodeberíasaber. Unescalofríomerecorrelaespalda. —Eramicompañeradehabitaciónenlaresidencia.Meviocambiarmeunmontóndeveces,porno mencionarquefuelaquemedesnudóaquellanoche—diceintentandorespirar. Larabiavuelveainvadirme.PensarenTessaincapazdemoversemientrasStephladesnudabaen contradesuvoluntad... —Nollores,porfavor.Nopuedosoportarlo,nocuandoestamosahorasdedistancia—lesuplico. AhoraquetengoaTessaalotroladodelteléfono,laspalabrasdeStephnoparecenserverdad,yla locura(lamalditalocura)quesentíahacesólounosminutossehadisuelto. —Hablemosdeotracosamientrasvuelvoacasa. Doymarchaatrásconelcocheypongoelteléfonoenmanoslibres. —Vale,sí...—dice,ylaescuchomientraspiensa—.Ah,KimberlyyChristianmehaninvitadoa acompañarlosasuclubestefindesemana. —Novasair. —Simedejasterminar...—replica—.Perocomoesperoqueestésaquíyséquenoibasaquerer venir,hemosquedadoenqueentoncesiréelmiércolesporlanoche. —¿Quéclasedeclubestáabiertounmiércoles?—Echounvistazoalretrovisor,contestandoami propiapregunta—.Iré—ledigofinalmente. —¿Qué?Atinotegustanlosclubes,¿recuerdas? Pongolosojosenblanco. —Irécontigoestefindesemana.Noquieroquevayaselmiércoles. —Voy a ir el miércoles. Podemos volver el fin de semana si quieres, pero ya le he dicho a Kimberlyqueiréynotengomotivosparanohacerlo. Notengolapacienciaparamantenerestaconversaciónconellaahora. —Exceptoyo.Soyelmotivo,¿no?—Mivozsuenacomoungimoteopatético. —Sitienesunmotivodepesoparaquenovaya,sí.EstaréconKimyChristian,novaapasarme nada. —Prefieroquenovayas—digoentredientes.Estoyallímiteymeestáponiendoaprueba—.O tambiénpuedoirelmiércoles—leofrezcointentandoserrazonable. —Notienesqueconducirtantashoraselmiércolessiyatienespensadovenirelviernes. —¿Esquenoquieresqueteveanconmigo?—Losueltoantesdequepuedaimpedirlo. —¿Qué?—Escuchodefondoelcliccuandoenciendelalámpara—.¿Porquédiceseso?Sabesque noesverdad.NodejesqueStephsetemetaenlacabeza.Porquesetratadeeso,¿no? Entroenelaparcamientodeledificioyaparcoelcocheantesdecontestar.Tessaesperaensilencio unaexplicación.Alfinalsuspiro. —No.Nolosé. —Tenemosqueaprenderalucharjuntos,noelunocontraelotro.NodeberíaserStephcontratiy túcontramí.Tenemosqueestarjuntosenesto—continúa. —Noesesoloqueestoyhaciendo... «Tienerazón.Siemprelatiene,joder.» —Iréelmiércolesymequedaréhastaeldomingo. —Tesaltaráslasclases. —Tengoclasesytrabajo. —Suenaaquenoquieresquevaya.—Miparanoiaseabrepasoenmiyamaltratadaconfianza. —Claroquequieroylosabes—repone. Saboreolaspalabras:joder,laechotantodemenos... —¿Yaestásencasa?—preguntaTessajustocuandoapagoelmotor. —Sí,acabodellegar. —Teechodemenos. Latristezaensuvozhacequetodoseparedegolpe. —Nolohago.Losiento.Meestoyvolviendolocosinti,Tess. —Yotambién—suspira,yhacequequieravolverapedirledisculpas. —SoyuncapullopornohabermeidoaSeattlecontigodesdeelprincipio. Laoigotoseralotrolado. —¿Qué? —Yamehasoído.Novoyarepetirlo. —Vale.—Alfinaldejadetosercuandosuboalascensor—.Séquepodríanohaberteoídobien,de todasformas. —Bueno,¿quéquieresquehagaconStephyDan?—Cambiodetema. —¿Quépuedeshacer?—mepreguntaconcalma. —Noquieresquecontesteaeso. —Entoncesnada,déjalostranquilos. —SeguramentelecuentelodeestanocheatodoelmundoysigaesparciendoelrumordeZedytú. —Yanovivoallí.Nopasanada—diceTessa,intentandoconvencerme.Sinembargo,séloqueun rumorcomoésepuedellegaraherirla,loadmitaono. —Noquierodejarloasí—leconfieso. —Noquieroquetemetasenlíosporellos. —Vale—asiento,ynosdamoslasbuenasnoches. NovaaestardeacuerdoconmisideasdecómodeteneraSteph,asíquemejordejarlo.Abrola puertadecasayveoaRicharddespatarradoenelsofá,durmiendo.LavozdeJerrySpringerresuenapor todalacasa.Apagolateleymevoydirectoamicuarto. Capítulo108 Hardin Me paso la mañana entera como un muerto viviente. No recuerdo haber ido a la primera clase, y empiezoapreguntarmeporquémemolestosiquiera. Cuandovoyacruzarpordelantedeledificiodeadministración,veoaNateyaLoganalpiedela escalera.Mepongolacapuchaypasoporsuladosinmediarpalabra.Tengoquelargarmedeestesitio comosea. Sinembargo,cambiodeopiniónydoymediavueltaysubolaempinadaescalinatahastaeledificio principal.Lasecretariademipadremerecibeconlasonrisamásfalsaquehevistoenmuchotiempo. —¿Puedoayudarte? —HevenidoaveraKenScott. —¿Habías pedido cita? —me pregunta la mujer con dulzura, sabiendo perfectamente que no. Sabiendoperfectamentequiénsoy. —Estáclaroqueno;¿estáahímipadreono?—inquieroalavezqueseñalolapesadapuertade maderafrenteamí.Elcristalahumadodelcentrohacedifícilsabersiestádentro. —Estáahí,peroestáenmitaddeunavideoconferenciaahoramismo.Sitesientas,te... Pasopordelantedesumesayvoydirectoalapuerta.Cuandogiroelpomoyabro,mipadrese vuelveparamirarmeylevantaundedotranquilamenteparapedirmequeledéunsegundo. Comoeleducadocaballeroquesoy,pongolosojosenblancoymesientodelantedesumesa. Tras otro minuto, más o menos, mi padre devuelve el teléfono a su sitio y se pone en pie para saludarme. —Noteesperaba. —Yotampocoesperabaestaraquí—admito. —¿Algovamal? Sumiradavadelapuertacerradaamiespaldayamicaradenuevo. —Tengounapregunta—digofinalmente. Apoyolasmanosensuescritoriodemaderadecerezocasigranateylomiro.Veomanchasoscuras debarbaincipienteensucara,loquemedejaclaroquellevadíassinafeitarse,ylacamisablancatiene lospuñosalgoarrugados.Creoquenolohabíavistollevarunacamisaarrugadadesdequemevinea viviraEstadosUnidos.Esunhombrequevaadesayunarconunchalecodepuntoyunospantalones reciénplanchados. —Teescucho—diceél. Haymuchatensiónentrenosotrospero,apesardeello,tengoquehacerunesfuerzopararecordar elprofundoodioquelleguéasentirunavezporestehombre.Ahoranoséquésentirporél.Nocreoque seacapazdeperdonarlonuncadeltodo,peromantenertodaesarabiahaciaélmeconsumedemasiada energía.Jamástendremoslarelaciónquetieneconmihermanastro,perodigamosqueesagradableque cuando necesite algo de él intente hacer todo lo que pueda por ayudarme. Aunque la mayoría de las vecessuayudanomellevaaningunaparte,dealgunaformavalorosuesfuerzo. —¿CómodecomplicadoseríaparatitrasladarmiexpedientealcampusdeSeattle? Mipadrelevantaunacejacondramatismo. —¿Enserio? —Sí.Noquierotuopinión,quierounarespuesta. Hedejadoclaroquemirepentinocambiodeparecernoesdiscutible. Memiracondetenimientoantesderesponder. —Bueno, eso retrasaría tu graduación. Lo mejor sería que te quedaras aquí lo que queda de trimestre.Paracuandohayaspedidoeltraslado,tematriculesytemudesaSeattlenohabrávalidola penaellíoyeltiempo...logísticamentehablando. Vuelvoaapoyarmeenelrespaldodepielylomiro. —¿Nopodríasayudaraacelerarelproceso? —Sí,peroaunasíretrasaríalafechadetugraduación. —Asíque,básicamente,tengoquequedarmeaquí. —No tienes que hacerlo —se frota la barba incipiente del mentón—, pero sería lo más sensato ahoramismo.Yacasilohasconseguido. —Nopiensoasistiraesagraduación—lerecuerdo. —Teníalaesperanzadequehubierascambiadodeopinión.—Mipadresuspirayapartalamirada. —Puesnohasidoasí... —Esundíamuyimportanteparati.Losúltimostresañosdetuvida... —Medaigual.Noquieroir.Meparecebienquememandeneldiplomaporcorreo.Novoyair, findeladiscusión. Mimiradarecorrelaparedasuespaldaylosmarcosquecuelganenlasparedesmarrónoscurode sudespacho.Loscertificadosydiplomasenmarcadosenblancodestacansuslogros,yséporlaforma enquelosmiraconorgulloquesignificanmásparaéldeloquejamássignificaránparamí. —Siento oír eso —dice mientras sigue mirando los marcos—. No volveré a pedírtelo —añade frunciendoelceño. —¿Porquéestanimportanteparatiquevaya?—meatrevoapreguntar. Lahostilidadentrenosotrosesahorapalpable,laatmósferasehahechopesada,perolasfacciones demipadreserelajancadavezmásamedidaquepasanunosminutosdesilencioentrenosotros. —Porque —suelta un largo suspiro— hubo un tiempo, un largo tiempo, en el que no estaba seguro...—otrapausa—deloqueseríadeti. —¿Yesosignifica...? —¿Seguroquetienestiempodehablarahora? Su mirada se dirige a mis nudillos pelados y mis pantalones manchados de sangre. Sé que en realidadquieredecir:¿estássegurodequeestásmentalmenteequilibradoparahablarahora? Sabía que tendría que haberme cambiado los vaqueros. Esta mañana no tenía ganas de nada. He rodadoliteralmentefueradelacamayhecogidoelcocheparaveniralcampus. —Quierosaberlo—respondoconseveridad. Asiente. —Hubountiempoenelquenisiquieracreíaquefuerasaterminarelinstituto,yasabes,portodos losproblemasenlosquesiempretemetes. Ante mis ojos desfilan imágenes de peleas de bar, robos en tiendas, lágrimas, chicas medio desnudas,vecinoscabreadosyunamadremuydecepcionada. —Losé—coincido—.Técnicamentesigometidoenlíos. Mipadremelanzaunamiradaquedicequenoestáparanadasatisfechoconqueestésiendotan frívoloconalgoqueparaélfueunapreocupaciónconsiderable. —Nimuchomenostantocomoloestabas—replica—.Nodesde...ella—añadeconsuavidad. —Ellacausalamayorpartedemisproblemas. Merascolanuca,sabiendoquesoyunbocazas. —Yonodiríaeso. Entorna sus ojos marrones y sus dedos juegan con el botón superior de su chaleco. Ambos nos quedamossentadosensilenciounmomento,sinsabermuybienquédecir. —Me siento tan culpable, Hardin... Si no hubieras conseguido acabar el instituto y llegar a la universidad,noséquéhabríahecho. —Nada,habríasvividotuvidaperfectaaquí—leespeto. Seencogecomosilohubieraabofeteado. —Eso no es cierto. Sólo quiero lo mejor para ti. No siempre lo he demostrado, y lo sé, pero tu futuroesmuyimportanteparamí. —¿PoresohicistequemeaceptaranenlaWCUdesdeelprincipio? Nunca hemos hablado del hecho de que sé que utilizó su posición para matricularme en esta malditauniversidad.Séquelohizo.Nodipaloalaguaenelinstitutoymiexpedienteloprueba. —Eso,yquetumadreestabaenunasituaciónlímitecontigo.Queríaquevinierasaquíparapoder conocerte.Noereselmismochicoqueerascuandomefui. —Siqueríasconocerme,deberíashabertequedadocercamástiempo.Ybebermenos. Fragmentosderecuerdosquemeheesforzadoenolvidarseabrencaminoenmimente. —Tefuisteynuncatuvelaoportunidaddesersólounniño—añado. A menudo me preguntaba lo que debía de sentirse siendo un niño feliz en una familia sólida y cariñosa.Mientrasmimadretrabajabadesolasol,solíasentarmesoloenelsalónamirarlasparedes sucias y desgastadas durante horas. Me preparaba cualquier porquería que fuera mínimamente comestibleymeimaginabaqueestabasentadoaunamesarepletadegentequemequería,quesereían y me preguntaban qué tal me había ido el día. Cuando me metía en una pelea en el colegio, a veces deseabatenerunpadrequeobienmefelicitaraomepatearaelculopormetermeenlíos. Lascosasfueronmuchomásfácilesamedidaquecrecía.Enmiadolescenciamedicuentadeque podíahacerdañoalagenteylascosasfueronmásfáciles.Podíavengarmedemimadrepordejarme solomientrastrabajaballamándolaporsunombredepilaynegándolelasimplealegríadeoírasuúnico hijodecirle«Tequiero». Podía vengarme de mi padre no hablándole. Tenía un objetivo: hacer que todos los que me rodeaban se sintieran tan desgraciados como yo lo era y así podría ser por fin uno de ellos. Usaba el sexoylasmentirasparahacerlesdañoalaschicasyloconvertíenunjuego.Eltemasefastidiócuando unaamigademimadreempezóapasarmuchotiempoconmigo,sumatrimoniosefuealamierdajunto con su dignidad, y mi madre estaba destrozada porque su hijo de catorce años hubiera sido capaz de haceralgoasí. ParecequeKenloentiende,comosisupieraexactamenteloquepienso. —Losé—dice—,ysientotodoloquehastenidoquepasarpormiculpa. —Noquieroseguirhablandodeeso. Empujolasillahaciaatrásymepongoenpie. Mipadrecontinúasentadoynopuedoevitarsentirmepoderosoalestarplantadoasídelantedeél. Mesiento...superior,entodaslasformasposibles.Suculpaysuarrepentimientolopersiguenyyopor finestoyconsiguiendoreconciliarmeconlosmíos. —Pasarontantascosasquenoentenderías...Ojalápudieracontártelas,peroesonocambiaríanada. —Yatehedichoquenoquierohablarmásdeesto.Hetenidoundíahorribleyestoesdemasiado. Lopillo,tearrepientesdehabernosdejadoytodaesamierda.Lohesuperado—miento,yélasiente.En realidadnoesdeltodomentira.Estoymáscercadesuperarlodeloqueloheestadonunca. Cuandollegoalapuerta,mevienealgoalamenteymevuelvoparamirarlo. —Mimadresevaacasar,¿losabías?—lecomentoporcuriosidad. Porsumiradainexpresivaylaformadebajarlascejas,estáclaroquenoteníaniidea. —ConMike,yasabes,elvecino—añado. —Ah.—Frunceelceño. —Dentrodedossemanas. —¿Tanpronto? —Sí—asiento—.¿Hayalgúnproblemaoalgo? —No,enabsoluto.Sóloestoyunpocosorprendido,nadamás. —Sí,yotambién. Apoyoelhombroenelmarcodelapuertayveoquelaexpresiónabatidademipadresetornaen unadealivio. —¿Vasairalaboda? —No. KenScottseponeenpieyrodeasuenormeescritorioparaacercarseamí.Tengoqueadmitirque estoyunpocointimidado.Noporél,claro,sinoporlapuraemociónensusojoscuandomedice: —Tienesqueir,Hardin.Leromperáselcorazónatumadresinovas.Sobretodoporquesabeque vinisteamibodaconKaren. —Sí,ambossabemosporquéfuialatuya.Noteníaelección,ytubodanoeraenlaotrapuntadel putoplaneta. —Comosilohubierasido,porquenollegamosahablar.Tienesqueir.¿Tessalosabe? Joder.Nohabíapensadoeneso. —No,ynotienesporquédecírselo.NiaLandon;siseenteranoserácapazdecallarse. —¿Seloestásocultandoporalgúnmotivo?—preguntaconlavozllenadereproche. —Noseloestoyocultando.Esquenoquieroquesepreocupeporir.Nisiquieratienepasaporte. NuncahasalidodelestadodeWashington. —Sabesquelegustaríair.ATessaleencantaInglaterra. —¡Nohaidonunca!—replicolevantandolavoz. Acontinuación,respiroprofundamenteintentandocalmarme.Mesacadequicioqueactúecomosi fuerasupropiahija,comosilaconocieramejorqueyo. —Nodirénada—measeguralevantandolasmanoscomoparaaplacarmiira. Mealegrodequenoinsistaeneltema.Yahehabladodemasiadoyestoyjodidamenteagotado.No hedormidonadaestanochedespuésdelallamadadeTessa.Mispesadillashanregresadocontodasu malditafuerzaymeheobligadoapermanecerdespiertounavezmehedespertadoymeheprovocado elvómitoporterceravez. —TienesqueveniracasaaveraKarenpronto.Anochemepreguntabaporti—medicejustoantes dequesalgadeldespacho. —Hum,claro—murmuro,ycierrolapuertadetrásdemí. Capítulo109 Tessa Enclase,elchicoquehedecididoqueesunfuturopolíticoseacercaymesusurra: —¿Aquiénvotasteenlaselecciones? Mesientounpocoincómodacercademinuevocompañero.Esencantador,demasiado,ysuropa eleganteysupieltostadahacenqueseaunavisiónquemedistrae.Noesatractivodelamismaforma queloesHardin,peronohaydudadequeloes,yéllosabe. —Novoté—respondo—.Noteníalaedadsuficiente. Seríe. —Cierto. Laverdadesquenoqueríahablarconél,peroenlosúltimosminutosdeclasenuestroprofesornos hapedidoquehabláramosentrenosotrosmientrasélatendíaunallamada.Mesientoaliviadacuandoel relojmarcalasdiezyeshoradeirse. Losintentosdelfuturopolíticoparaseguircharlandoconmigomientrassalimosdeclasefracasan miserablementey,trasunossegundos,sedespideysevaendirecciónopuesta. Llevo toda la mañana distraída. No puedo dejar de pensar en lo que Steph debió de decirle a Hardinparaquesepusieraasí.SéquecreyóloquelecontérespectoalrumordeZed,perosealoque sealoqueledijolemolestólosuficientecomoparanoquererrepetirlo. Odio a Steph. La odio por lo que me hizo y por meterse en la cabeza de Hardin y herirlo utilizándomedealgunaforma.Paracuandollegoalauladehistoriadelarte,yahepensadounasdiez formasdecómoasesinaraesahorriblechica. MesientoalladodeMichael,elchicodelpeloazuldelotrodíaquetienesentidodelhumoryme paso la clase de historia del arte riéndome de sus chistes, lo que es una buena distracción de mis pensamientoshomicidas. Porfineldíaseacabaymedirijoalcoche.Encuantollegoymesubo,elmóvilempiezaavibrar. EsperoqueseaHardinpero,almirarhaciaabajo,veoqueno.Tengotresmensajesdetexto,dosdelos cualesacabandeaparecer. Decidoleerprimeroeldemimadre: Llámame.Tenemosquehablar. ElsiguienteesdeZed;respirohondoantesdedarlealpequeñoiconoconformadesobre. EstaréenSeattledejuevesasábado.Dimecuándopodemosvernos Mefrotolassienes,agradecidaporhaberdejadoeldeKimberlyparaelfinal.Nadapuedesertan estresantecomodecirleaZedqueyanoquieroverlonihablarconélotenerunaconversaciónconmi madre. ¿SabíasquetuchicosevaaLondresafinalesdelasemanaqueviene? Hehabladodemasiadopronto. ¿Inglaterra?¿AquéibaairseHardinaInglaterra?¿Sevaairavivirallícuandosegradúe?Vuelvo aleersumensaje... ¡Lasemanaqueviene! Apoyolacabezaenelvolanteycierrolosojos.Miprimerimpulsoesllamarloypreguntarlepor quémeestáocultandoeseviaje.Nolohagoporqueéstaesunaoportunidadperfectaparaintentarno sacar conclusiones sin preguntarle antes. Hay una posibilidad, una pequeña, de que Kimberly esté equivocadayHardinnosevayaaInglaterralasemanaqueviene. Siento una punzada en el pecho al pensar que todavía quiera volver a vivir allí. Sigo intentando convencermedequesoylosuficientementebuenaparaélcomopararetenerloaquí. Capítulo110 Hardin Parece que hace siglos que no venía aquí. He estado dando vueltas con el coche durante una hora, pensandoenlasposiblesconsecuenciasquetendríaelhechodevenir.Trasescribirunalistamentalde prosycontras,algoquenuncajamáshago,apagoelmotorysalgoalfríoairedelatarde. Doyporsentadoqueestáencasa,sino,sólohabréperdidotodalatardeyestarémásenfadadode loqueyaestoy.Echounvistazoalaparcamientoyveosucamionetacercadelaentrada.Eledificiode apartamentosmarrónestáapartadodelacalleyunaescaleraoxidadallevaalasegundaplanta,enlaque estásucasa.Concadapisadademisbotasenlaescalerametálica,merepitolosprincipalesmotivospor losqueestoyaquí. JustocuandollegoalapartamentoC,miteléfonovibraenelbolsillodeatrás.ObienesTessao bienmimadre,ynoquierohablarconningunadeellasahoramismo.SihabloconTessa,miplanseirá alamierda.Ymimadresóloconseguiríacabrearmeconlosasuntosdelaboda. Llamoalapuerta.AlcabodeunossegundosZedabre,llevandosólounospantalonesdechándal. Vadescalzoymellamalaatenciónelcomplejotatuajedelmecanismodeunrelojqueseextiendeensu abdomen.Nolohabíavistonunca.Debiódehacérselodespuésdeintentartirarseamichica. Zednomesaluda.Ensulugar,memirafijamentedesdelapuertaconairedeclarasorpresayde sospecha. —Tenemosquehablar—digoporfin,ymeabropasoparaentrarensucasa. —¿Tengoquellamaralapolicía?—preguntaenesetonosuyotanseco. Mesientoensusofádecuerogastadoylomiro. —Esodependerádesicolaborasono. Su mandíbula está cubierta de pelo oscuro que enmarca su boca. Parece que han pasado meses desdequelovidelantedelacasadelamadredeTessaenlugardeunosdías. Suspirayapoyalaespaldaenlaparedopuestadesupequeñosalón. —Bueno,suéltalo—dice. —YasabesqueesporTessa. —Hastaahíllego.—Frunceelceñoycruzasusbrazostatuados. —NovasairaSeattle. Levantaunaespesacejaantesdesonreír. —Síquevoy—replica—.Yahehechoplanes. «Pero¿quécoño...?¿PorquélechesvaairaSeattle?»Estáponiéndomelascosasmásdifícilesde loqueesnecesario,yempiezoamaldecirmeporpensarqueestaconversaciónibaaacabardecualquier formamenosdejándolopostradoenunacamilla. —Eltemaes...—respirohondoparacalmarmeyceñirmealplan—,quenovasairaSeattle. —Voyavisitaraunosamigos—mecontestadesafiante. —Mentira.Séexactamenteloquevasahacer—seladevuelvo. —VoyacasadeunosamigosenSeattlepero,porsiteinteresa,mehainvitadoavisitarla. Encuantolaspalabrassalenporsuboca,mepongoenpie. —Nomepiques,estoyintentandohacerbienesto.Notienesporquéiraverla.Esmía. Levantaunaceja. —¿Tedascuentadecómosuenaeso?¿Decirqueestuyacomosifueradetupropiedad? —Meimportaunamierdacómosuene,eslaverdad. Doy otro paso hacia él. El ambiente ha pasado de ser tenso a totalmente primitivo. Ambos intentamosreclamarlonuestroaquíyyonovoyarecular. —Siestuya,¿porquénoestásenSeattleconella?—mepincha. —Porquemegradúocuandoacabeeltrimestre,poreso. ¿Quéhagocontestandoaesapregunta?Hevenidoahablar,noaescucharnia«entablardiálogo», comosolíadecirunprofesormío.Siintentavolverestocontramí,estoyjodido. —QueyonoestéenSeattleesirrelevante.Túnovasaverlamientrasestésallí. —Esotendráquedecidirloella,¿nocrees? —Sicreyeraeso,noestaríaaquí,¿noteparece? Aprietolospuñosaloscostadosyapartolamiradadeélparaverunmontóndelibrosdeciencias enlamesadecentro. —¿Porquénoladejasenpaz?¿Estoesporloquelehicea...? —No—meinterrumpe—.Notienenadaqueverconeso.Tessameimporta,tantocomoati.Pero, alcontrarioquetú,yolatratocomosemerecequelatraten. —Notienesniideadecómolatratoyo—gruño. —Sí,tío,síquelosé.¿Cuántasveceshavenidoamícorriendoentrelágrimasporalgoquelehas dichoohecho?Demasiadas.—Meapuntaconundedo—.Sólolehacesdaño,ylosabes. —Para empezar, ni siquiera la conoces, y segundo, ¿no crees que es patético que no dejes de intentar conseguir algo que no podrás tener jamás? ¿Cuántas veces hemos tenido esta conversación y sobrecuántaschicas? Memiracondetenimiento,asimilandomirabiaperosinmorderelanzueloquelehelanzadosobre suhistoriaconlaschicas. —No. —Saca la lengua para humedecerse los labios—. No es patético. De hecho, es una genialidad. Con Tessa, estaré esperando a un lado el día en que inevitablemente vuelvas a cagarla y, cuandolohagas,estaréahíparaella. —Eresunjodido... Doyunpasoatrásparaponerelmáximodedistanciaentrenosotrosantesdequesucabezaacabe estampadacontralapared. —¿Quénecesitas?—leespeto—.¿Quieresqueellamismatedigaquenotequierecerca?Pensaba queyalohabíahechoy,sinembargo,aquíestás... —Hasvenidotú. —¡Maldita sea, Zed! —grito—. ¿Por qué coño no puedes dejarlo estar? Sabes lo que significa Tessaparamíysiempreestásintentandometerteentrenosotros.Encuentraaotraconlaquedivertirte. Elcampusestállenodezorras. —¿Zorras?—repiteentonoburlón. —SabesquenoestoyhablandodeTessa—gruño,esforzándomepormantenerlospuñospegadosa loscostados. —Si tanto significara para ti, no le habrías hecho la mitad de lo que le has hecho. ¿Sabe que te tirasteaMollymientrasibasdetrásdeella? —Sí,losabe.Seloconté. —¿Ynoleimportó? Sutonoesdeltodoopuestoalmío.Élestátranquiloysereno,mientrasqueyoluchocontodasmis fuerzasporquenosaltelatapaqueretienemifuria. —Tessasabequenosignificónadaparamí,yfueantesdetodo.—Lomirointentandovolvera concentrarme—.Peronohevenidoaquíparahablardemirelación. —Vale,entonces¿aquéhasvenidoexactamente? «Putoengreído.» —ParadecirtequenolavasaverenSeattle.Pensabaquepodríamoshablarlodeunaformamás... —buscolapalabraexacta—civilizada. —¿Civilizada? Lo siento, pero me cuesta creer que hayas venido aquí con intención de ser «tolerante»—semofaseñalandoelbultoenelpuentedesunariz. Cierrolosojosunmomentoyveosunarizdestrozadaysangrando,rebotandocontralabarrerade metalcuandoestrellosucabezacontraella.Elrecuerdodeesesonidomeprovocaunnuevosubidónde adrenalina. —¡Esto es civilizado para mí! —replico—. He venido aquí para hablar, no para pelear. Sin embargo, si no vas a alejarte de ella no me dejas más opción. —La postura de mi cuerpo cambia un poco. —¿Cuál?—preguntaZed. —¿Qué? —¿Qué opción? Ya hemos estado en esta misma situación otras veces. No puedes atacarme muchasmáshastaqueconsigasquetedetengan.Yestavezseguiréadelanteconloscargos. En eso tiene razón. Lo que me saca de quicio todavía más. Odio no poder hacer nada excepto asesinarlo,literalmente,loquenoesunaopción...almenosdemomento. Respirounpardeveceseintentorelajarlosmúsculos.Tengoqueintentarloconlaúltimaopción. Unaquenoqueríatenerqueutilizar,peroesquenomeestádejandomuchomargen. —Hevenidopensandoquepodríamosllegaraalgúntipodeacuerdo—ledigo. Zedladealacabezaconchulería. —¿Quéclasedeacuerdo?¿Esotraapuesta? —Meloestásponiendodifícil,enserio...—ledigoentredientes—.Dimequéquieresacambiode dejarlaenpaz.¿Quépuedodarteparahacerquedesaparezcas?Diloylotendrás. Memirayparpadeadeprisa,comosiacabarandesalirmecuatroojosenlacara. —Venga,vamos.Todoelmundotieneunprecio—murmuroconironía. Meexasperatenerquenegociarconalguiencomoél,peronohaynadamásquepuedahacerpara queselargue. —Déjalaquemeveaotravez,unavezmás—sugiere—.EstaréenSeattleeljueves. —No,nihablar. «¿Estetíoessubnormaloquélepasa?» —Noteestoypidiendopermiso—replica—.Sólointentoquetesientasmáscómodoconello. —Esonovaasuceder.Notenéisningunarazónparapasarunratojuntos,noestádisponiblepara ti,niparaningúnotrohombre,ynuncaloestará. —Yaestásotravezconelrolloposesivo. PonelosojosenblancoymepreguntoquédiríaTessasipudieraverestafacetasuya,laúnicaque yoheconocido.¿Quéclasedenovioseríasinofueraposesivo,simeparecierabiencompartirlacon alguien? Me muerdo la lengua mientras Zed mira al techo como si estuviera meditando sus próximas palabras. Esto es una mierda, una puta mierda. La cabeza me da vueltas y empiezo a preguntarme sinceramentecuántomásvoyapoderaguantar. Porfinélmemiraysonríelentamente.Luegodice: —Tucoche. Mequedoboquiabiertoaloírloynopuedoevitarreírme. —¡Nidecoña!—Avanzodospasoshaciaél—.Novoyaregalartemiputocoche.¿Setehaidola ollaoqué?—replicomanoteandoenelaire. —Losiento,parecequenovamosapoderllegaraunacuerdodespuésdetodo. Susojosbrillanatravésdelaspestañasespesasysefrotalabarbaconlosdedos. Enmicabezaempiezanaflotarimágenesdemipesadilla,élpenetrándola,haciendoquesecorra... Sacudolacabezaparadeshacermedeellas. Finalmentesacolasllavesdelbolsilloylaslanzosobrelamesadecentroquehayentrenosotros. Zedlasmiraboquiabiertoyseacercaalamesaparacogerelllavero. —¿Vaenserio?—Estudialasllavesgirándolasenlapalmadesumanounascuantasvecesantes devolveramirarme—.¡Teestabatomandoelpelo! Metiralasllavesperonolascojoatiempo,yéstascaenalsueloapocoscentímetrosdemibota. —Meretiro...,joder.Noesperabaquemedieraslasllavesdeverdad.—Seríe,burlándosedemí —.Nosoytancapullocomotú. Lomiroamenazante. —Nomeestabasdejandomuchasopciones. —Unavezfuimosamigos,¿recuerdas?—comentaentonces. Mequedoensilenciomientrasambosrecordamoscómoeratodoantesdeestamierda,antesdeque nadameimportara...,antesdeella.Sumiradahacambiado,sushombrossetensantrassupregunta. Esdurorecordaraquellosdías. —Estabademasiadoborrachocomoparaacordarmeahora. —¡Sabesqueescierto!—exclamalevantandolavoz—.Dejastedebeberdesdeque... —Nohevenidoaquíahacerunviajepormisrecuerdoscontigo.¿Tevasaretirarono?—Lomiro. Estáalgodiferente,másduro. Seencogedehombros. —Sí,claro. «Estohasidodemasiadofácil...» —Lodigoenserio—insisto. —Igualqueyo—replicaconungestodelamano. —Esosignificanotenerningúntipodecontactoconella.Ninguno—lerecuerdo. —Sepreguntaráporqué.Lehemandadounmensajeestamañana. Prefieroignorareso. —Dilequeyanoquieresseramigosuyo. —Noquieroherirsussentimientosdeesaforma—medice. —Meimportaunamierdasihieressussentimientos.Tienesquedejarleclaroquenovasavolvera irdetrásdeellanuncamás. La calma que he notado durante un momento se ha diluido, y mi mal genio vuelve a aflorar. La posibilidaddequeTessasesientaheridaporqueZedyanoquieresersuamigomesacadequicio. Caminohacialapuerta,sabiendoporquemeconozcoquenopuedosoportarnicincominutosmás en este mohoso apartamento. Estoy muy orgulloso de mí mismo por haber mantenido la calma tanto ratoconZeddespuésdetodoloquehahechoparaentrometerseenmirelación. Encuantomimanocogeelpomo,dice: —Porahoraharéloquetengoquehacer,peroesonoalteraráelresultadodetodoesto. —Tienesrazón—coincido,sabiendoqueloqueélquieredecirsignificaexactamenteloopuestode loqueyovoyahacer. Antesdequesumalditabocapuedadecirunasolapalabramás,salgodesuapartamentoybajola escaleraatodaprisa. Paracuandollegoalaentradadecasademipadre,elsolseestáponiendoyaúnnohepodidohablar conTessa.Cadavezquelallamosaltaelbuzóndevoz.HetelefoneadodosvecesaChristian,peroél tampocoharespondido. TessasevaacabrearporqueheidoacasadeZed,sientealgoporélquejamáscomprenderéni toleraré.Apartirdehoyrezarépornotenerquepreocuparmemásporél. «Amenosquenoquierasepararsedeél...» No.Nomepermitodudardeella.SéqueStephmehallenadolacabezadementirasquesehan coladoencadagrietademiestructura.SirealmenteZedsehubierafolladoaTessa,podríahaberusado estatardecomoexcusaperfectaparaechármeloencara. EntroencasademipadresinllamarybuscoaLandonoaKarenporlaplantabaja.Karenestáen lacocina,depiejuntoalosfogonesyconunbatidordevarillasenlamano.Sevuelveymesaludacon una sonrisa cálida, aunque su mirada se ve triste y fatigada. Un sentimiento de culpa familiar se extiendeportodomicuerpoalrecordarlasmacetasquerompísinquererensuinvernadero. —Hola, Hardin. ¿Estás buscando a Landon? —me pregunta dejando el batidor en un plato y secándoselasmanosenelextremodesudelantalestampadoconfresas. —Laverdad...esquenolosé—admito. «¿Quéestoyhaciendoaquí?» ¿Cuánpatéticaesmividaahoramismoquemeconsuelaveniraestacasaantesqueaningúnotro lugar?SéqueesporlosrecuerdosquetengodecuandoestabaaquíconTessa. —Está arriba, hablando por teléfono con Dakota —dice entonces.Hay algo en su tono que me descoloca. —¿Ha...? —No soy muy bueno interactuando con otras personas que no sean Tessa, y soy especialmentemaloenfrentándomealasemocionesdelosdemás—.¿Hatenidounmaldíaoalgo?—le preguntosonandocomounidiota. —Esocreo.Loestápasandomal.Nomehacontadonada,peroparecemuyenfadadoúltimamente. —Sí...—asiento,aunqueyonohenotadonadadistintoenelhumordemihermanastro.Además, heestadodemasiadoocupadoyesolohaobligadoacuidardeRichardhastaahora—.¿Cuándovuelvea irseaNuevaYork? —Dentrodetressemanas.—Intentaocultareldolorensutonoalpronunciaresaspalabras,pero fracasaestrepitosamente. —Ah.—Cadaminutoquepasamesientomásincómodo—.Bueno,tengoqueirme. —¿Noquieresquedarteacenar?—mepreguntailusionada. —Hum...,no,gracias. Entrelacharlaconmipadreestamañana,elratoquehepasadoconZedyahoraestacosararacon Karen,estoydesbordado.NopuedoarriesgarmeaquelesucedaalgoaLandon.Noseríacapazdetratar conéleneseestado,hoyno.Aúnmequedallegaracasa,dondemeesperaunyonquienrehabilitación yunaputacamavacía. Capítulo111 Tessa Kimberlymeestáesperandoenlacocinacuandovuelvodelafacultad.Tienedelantedoscopasdevino, unallenaylaotravacía,loquemedicequemisilencioleconfirmóqueyonosabíaqueHardintenía pensadoirseaInglaterra. Meofreceunasonrisacomprensivacuandodejolabolsaenelsueloymesientoeneltabureteque hayjuntoaella. —Hola,guapa. Vuelvolacabezacongestoexageradoparaverlelacara. —Hola. —¿No lo sabías? —Hoy lleva el pelo rizado y le cae perfectamente sobre los hombros. Sus pendientesnegrosconformadelazoresplandecenbajolaslucesbrillantes. —No.Nomelohabíadicho—suspiroagarrandolacopadevinollena. Seríeycogelabotellaparallenarlacopavacía,laqueeraparamí. —ChristianmehadichoqueHardinaúnnolehadadounarespuestadefinitiva.Nodeberíahaberte contadonadahastasaberlocontotalseguridad,peroteníalaimpresióndequenotehabíamencionado lodelaboda. Rápidamente,metragoelvinoblancopormiedoaescupirlo. —¿Québoda? Meapresuroapegarleotrotragoantesdeabrirdenuevolaboca.Semeocurreunaidealoca...Que Hardin se va a Inglaterra para casarse. En plan matrimonio de conveniencia. Eso todavía se hace en Inglaterra,¿no? No, no se hace. Pero sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta mientras espero a que Kimberlysigahablando.¿Yaestoyborracha? —Sumadrevaacasarse.HatelefoneadoaChristianestamañanaparainvitarnos. Rápidamentebajolavistaalaencimeradegranitooscuro. —Nosabíanada. La madre de Hardin se casa dentro de dos semanas y Hardin ni siquiera lo ha mencionado. Entoncesmeacuerdo...deloraroqueestabaantes. —¡Poresohaestadollamándolotanto! Kimberlymemiraconunosojosquepareceninterrogantesdeneónybebeunsorbodesucopade vino. —¿Qué debo hacer? —le pregunto—. ¿Finjo que no sé nada? Hardin y yo nos hemos estado comunicandomuchomejorúltimamente...—divago. Sé que sólo hace una semana que las cosas han mejorado, pero para mí ha sido una semana alucinante. Siento como si hubiéramos progresado más en los últimos siete días que en los últimos meses.Hardinyyohemosestadohablandodeproblemasqueantessehabríanconvertidoengrandes peleasagritos;sinembargo,ahoraestoydevueltaenelpasado,acuandomeocultabalascosas. Siemprelopillo.¿Esqueaestasalturasaúnnosehadadocuenta? —¿Teapeteceir?—preguntaKimberly. —Nopodríaniaunquemehubieraninvitado.—Apoyolamejillaenlamano. Ellamuevesutaburetehaciaunladoycogeelbordedelmíoparagirarloytenermecaraacara. —Tehepreguntadositeapeteceir—insiste.Elalientolehueleunpocoavino. —Claro,meencantaría,pero... —¡Entoncesdeberíasir!Tellevarédeacompañantesiesnecesario.Estoyseguradequealamadre deHardinlegustarátenerteallí.Christiandicequeteadora. ApesardequeelsecretodeHardinmehapuestodeunhumordeperros,suspalabrassoncomo músicaparamisoídos.YotambiénadoroaTrish. —Nopuedoir.Notengopasaporte—digo.Además,nopuedopermitirmeunbilletedeaviónde últimahora. Kimquitaimportanciaamisperos. —Esosepuedeacelerar. —Nosé...—contesto. LasmariposasenelestómagoquesientosólodepensarenInglaterrahacenquemedenganasde correr pasillo abajo, encender el ordenador y buscar cómo se consigue un pasaporte, pero el desagradabledescubrimientodequeHardinmehaestadoocultandolabodaapropósitomeobligaano levantarmedelasiento. —Nilodudes.ATrishleencantaríaquefueras,yDiossabequeHardinnecesitaunempujoncito paracomprometerse.—Bebedesucopadevinoydejaunaenormehuellarojadecarmínenelborde. EstoyseguradequeHardintienesusmotivosparanohabérmelocontado.Siva,esprobableque noquieraqueloacompañeaInglaterra.Séqueloatormentasupasadoy,pormuchoqueparezcauna locura, es posible que sus demonios sigan vagando al acecho por las calles de Londres, esperando encontrarnos. —Hardinnoesasí—ledigo—.Cuantomásinsista,másseresistirá. —Puesentonces...—medaunpequeñotoqueconlapuntadesuzapatodetacónrojo—vasatener queplantarteynocederniunsolopalmo. Meguardosuspalabrasparaanalizarlasmástarde,cuandoyanoestébajosuatentamirada. —AHardinnolegustanlasbodas. —Atodoelmundolegustanlasbodas. —A Hardin, no. Las detesta, y también el concepto de matrimonio —le digo, y observo con especialcuriosidadcómoabrelosojosydejasucopaencimadelabarradedesayunoconcuidado. —Pues...entonces...loque...quierodecir...—Parpadea—.¡Nosemeocurrequédecir,yesoyaes decirmucho!—replicaechándoseareír. Nopuedoevitarreírmeconella. —¿Melodicesomelocuentas? LarisadeKimberlyescontagiosaapesardemimalhumor,esalgoquemeencantadeella.Desde luego,avecessemetedondenolallaman,ynosiempremesientocómodaconcómohabladeHardin, pero es muy sincera y abierta, dos cualidades que aprecio mucho en ella. Llama a las cosas por su nombre,yescomounlibroabierto.Notienedoblez,adiferenciademuchaspersonasqueheconocido últimamente. —Y¿quévaisahacer?¿Sernovioseternamente?—pregunta. —Esomismoledijeyo. Nopuedoevitarreírme.Puedequeseaelvinoqueyameheterminado,puedequeporquellevo toda la semana sin pensar en el hecho de que Hardin ha rechazado cualquier clase de compromiso a largoplazo...Nolosé,perosientabienecharseunasrisasconKimberly. —Y¿quéhaydeloshijos?¿Noteimportatenerniñossinestarcasada? —¡Niños!—Meechoareírotravez—.Noquieretenerniños. —Estoseponecadavezmejor.—Ponelosojosenblanco,cogesucopaylaremata. —Eso dice ahora, pero espero que... —No termino de formular mi deseo. Dicho en voz alta me haceparecerdesesperada. Kimberlymeguiñaelojo. —¡Tepillé!—diceconcaradeentendermealaperfección. Agradezcoentoncesquecambiedetemayempieceahablardeunapelirrojadelaoficina,Carine, quesehapilladodeTrevor.Selosimaginaenlacama,comodoslangostaschocandolaunacontrala otrasinsabermuybienquéhacer,ymeentralarisaotravez. Paracuandollegoamihabitaciónsonlasnuevepasadas.Heapagadoelmóvilparapoderpasarunrato conKimberlysininterrupciones.LehecontadoqueHardintienepensadoveniraSeattlemañanaenvez delviernes.Sehaechadoareírymehadichoqueyasabíaellaquenoibaapoderaguantartantosin verme. Todavía tengo el pelo mojado tras salir de la ducha y ya he preparado la ropa para mañana. Lo estoy posponiendo, lo sé. Seguro que cuando encienda el móvil tendré que lidiar con Hardin, enfrentarmeaél,ono,conrespectoalaboda.Enunmundoperfecto,simplementesacaríaeltemay Hardin me invitaría a ir con él. Me explicaría que estaba esperando a encontrar el mejor modo de convencermeantesdeinvitarme.Peroestemundonoesperfectoymeestoyponiendomuynerviosa. MeduelesaberqueloqueledijoSteph,fueraloquefuese,lesentótanmalquehavueltoaocultarme cosas.Laodio.QuieroaHardinconlocuraysólodeseoqueabralosojosyveaquenadadeloqueella ocualquieraledigapodrácambiareso. Indecisa, saco el móvil del bolso y lo enciendo. Tengo que llamar a mi madre y mandarle un mensajeaZed,peroprimeroquierohablarconHardin.Hayvariasnotificacionesenlapartesuperiorde lapantallayeliconodelosmensajesparpadea.Aparecenunotrasotro,todosdeHardin.Lollamosin leerlos. Locogealaprimera. —Tessa,¿quécoñopasa? —¿Hasintentadollamarme?—preguntotímidamentecontodalainocenciadelmundo,tratandode queningunodelosdospierdalacalma. —¿Me preguntas si he intentado llamarte? ¿Me tomas el pelo? Llevo tres horas llamándote sin parar—resopla—.InclusohellamadoaChristian. —¿Qué?—exclamo,peronoquieroempezarconlosgritos,asíquerápidamenteañado—:Estaba pasandounratoconKim. —¿Dónde?—exigesaberalinstante. —Aquí,encasa—digo,yempiezoadoblarlaropasuciayacolocarlaenelcestodelacolada.La meteréenlalavadoraantesdeacostarme. —Ya, pues la próxima vez que necesites... —Deja escapar un gruñido de frustración y cuando empieza a hablar de nuevo su voz es un poco más dulce—: La próxima vez podrías enviarme un mensajedetextooalgoasíantesdeapagarelmóvil.—Suspirayañade—:Yasabescómomepongo. Agradezco el cambio de tono y el hecho de que se haya mordido la lengua antes de soltarme la perlaquemeibaasoltaryqueprefieronooír.Pordesgracia,laalegríaquemehabíaproporcionadoel vino casi ha desaparecido por completo, y el hecho de haber descubierto que Hardin planea irse a Inglaterramepesacomounalosaenelpecho. —¿Qué tal tu día? —le pregunto con la esperanza de que me cuente lo de la boda si le doy la oportunidaddehacerlo. Suspira. —Hasido...largo. —El mío también. —No sé qué decirle sin delatarme y preguntárselo a las claras—. Zed me ha escrito. —¿Ah,sí?—Lodiceconcalma,perodetectounpuntobordequenormalmentemeintimidaría. —Sí,estamañana.DicequeeljuevesvendráaSeattle. —Y¿quélehascontestado? —Nada,demomento. —¿Porquémelocuentas?—pregunta. —Porquequieroqueseamossinceroselunoconelotro.Seacabaronlossecretosyelocultarnos cosas.—Hagoénfasisenestoúltimoconlaesperanzadeanimarloaquemecuentelaverdad. —Ya...Puesgraciasporcontármelo,enserio—dice.Noañadenadamás. «¿Estádebroma?» —Sí... ¿No hay nada que tú quieras contarme? —pregunto. Todavía me estoy aferrando a la esperanzadequecorrespondaamisinceridad. —Pues...Hoyhehabladoconmipadre. —¿Deveras?¿Sobrequé?—Menosmal.Yasabíayoqueentraríaenrazón. —ParatrasladarmealaUniversidaddeSeattle. —¿Enserio?—Mesalemásungrititoqueotracosa,ylaprofundacarcajadadeHardinresuenaal otroladodelalínea. —Sí, pero dice que eso retrasaría mi graduación y que no tiene sentido que me traslade con el trimestretanavanzado. —Vaya...—Creoquemicorazónhahechounmohín.Dudouninstanteantesdepreguntarle—:¿Y después? —Sinproblema. —¿Sinproblema?¿Asídefácil?—Lasonrisaquesemedibujaenlacaraesmayorquetodolo demás.Ojaláestuvieraaquí:locogeríadelacamisetayleplantaríaunbesodepelículaenlosmorros. Entoncesdice: —¿Paraquéposponerloinevitable? Semeborralasonrisadelacara. —LodicescomosiSeattlefuerapeorquelacárcel. Nocontesta. —¿Hardin? —Noloveoasí.Sóloesquetodoestomemolesta.Hemosperdidomuchotiempoyesomecabrea. —Loentiendo—digo.Nohaescogidolaspalabrasmáselegantesdelmundo,peroessumanerade decirmequemeechademenos.Estoyquedoysaltosdealegría.¡VaatrasladarseaSeattleconmigo! Llevamosmesespeleándonosporlomismoyderepentehaaccedidosinmás—.Entonces¿tevienesa Seattle?¿Estásseguro?—Tengoquepreguntárselo. —Sí.Estoylistoparaempezardecero.Seattleestanbuensitiocomocualquierotro. Merodeoelcuerpoconlosbrazosdelaemoción. —¿NovasairteaInglaterra?—ledoyunaúltimaoportunidadparaquemecuentelodelaboda. —No.NomevoyaInglaterra. Ya he ganado la gran batalla de Inglaterra, así que cuando el enfado por la boda resurge, me aguanto y no le busco las cosquillas a mi chico. Ya veremos qué pasa con eso. De momento, voy a conseguirloquequiero:aHardinenSeattle,conmigo. Capítulo112 Tessa Alamañanasiguiente,cuandosuenalaalarmademimóvil,estoyagotada.Apenashedormidonada. Mehepasadohorasdandovueltas,siempreapuntodequedarmedormidaperosinconseguirlo. NosésihasidoporlaemocióndequeHardinporfinaccedieraavenirseaviviraSeattleoporla discusiónquevamosatenersobreInglaterra,peronohepegadoojoytengomalacara.Noestanfácil disimularlasojerasagolpedecorrectorcomodicenlasfirmasdecosméticos,ytengoelpelocomosi hubierametidolosdedosenunenchufe.Porlovisto,laalegríaquesientoalsaberquevoyatenerlo aquíconmigonobastaparamitigarlaansiedadquemeproducequemeestémintiendo. AceptoelofrecimientodeKimberlyynosvamosatrabajarjuntas,asídispongodeunosminutos másparaaplicarmeotracapaderímelmientrasellacambiadeuncarrilaotrosinningúncuidadoporla autopista.MerecuerdaaHardin:maldicealosdemáscochesypegabocinazossinparar. HardinnohamencionadosisiguepensandoenvenirhoyaSeattle.Cuandoselopreguntéanoche, justoantesdecolgar,medijoquemeloconfirmaríaporlamañana.Soncasilasnueveynosénadade él.Noparodepensarquelepasaalgoyque,sinoloresolvemosbien,nosdaráproblemas.Stephha sembradoladudaenél,loséporcómoreceladetodoloqueledigo.Vuelveaocultarmecosasyme aterraladeconflictosqueesopodríacausarnos. —Alomejordeberíasirtúaverloestefindesemana—mesugiereKimberlysindejardeinsultar auncamiónyaunMini. —¿Resultatanevidente?—lepreguntodespegandolamejilladelfríocristaldelaventanilla. —Saltaalavista. —Perdonaqueestétandepre—suspiro. Noestanmalaidea.EchomuchísimodemenosaLandon,yestaríabienvolveraveramipadre. —Sí,loestás.—Mesonríe—.Peronadaquenoarregleunatazadecaféyunpocodepintalabios. Asientoyrápidamentesaledelaautopista,conungirodecientoochentagradosenmitaddeuna intersecciónconmuchotráfico. —Conozcounapequeñacafeteríaporaquícerca—dice—.Esfantástica. Para cuando llega la hora de la comida, mis agobios matutinos han desaparecido, y eso que sigo sin noticiasdeHardin.Leheescritodosvecesperoheconseguidonollamarlo.Trevormeestáesperando sentadoaunamesavacíadelasaladedescansocondosplatosdepasta. —Mehanenviadolacomidadosvecesyhepensadoque,almenosporundía,podríalibrartedela fiambrera.—Sonríeymepasaunpaqueteconcubiertosdeplástico. La pasta sabe tan bien como huele. La deliciosa salsa Alfredo me recuerda que hoy casi no he desayunado,ymesonrojocuandosemecaelababaalllevarmealabocaeltenedorporprimeravez. —Está buena, ¿verdad? —sonríe Trevor limpiándose con el pulgar la comisura del labio para recogerunagotadelasalsacremosa.Sellevaeldedoalabocaynopuedoevitarpensarenloraroque resultaelgestoenunhombrevestidocontraje. —Mmm...—Nosoycapazdecontestarleporqueestoydemasiadoocupadacomiéndomemiplato. —Me alegro... —responde él apartando sus ojos azul oscuro de los míos y revolviéndose en su asiento. —¿Vatodobien?—lepregunto. —Sí...Esque...queríacomentarteunacosa. Derepentemepreguntosinohabrápedidodosplatosdepastaapropósito. —Adelante...—contestorezandoparaqueestonosepongademasiadoincómodo. —Puedequesueneunpocoraro—dice. «Genial.» —Adelante—contestoanimándoloconunasonrisa. —Vale... Allá voy. —Hace una pausa y se pasa el dedo por uno de los gemelos de la camisa—. CarinemehapedidoquevayaalabodadeKrystalconella. Aprovechoymemetomáspastaenlabocaparanotenerquedecirnadademomento.Deverdad, noséporquémelocuentaniquésesuponequedebocontestar.Asiento,animándoloaseguir,eintento noreírmepensandoenlobienqueKimberlyimitabaayeraCarine.Fuelamonda. —Mepreguntabasihayalgunarazónporlaquedebadecirlequeno...—diceTrevor,ymemira comosiesperaraunarespuesta. Estoy segura de que se asusta cuando me atraganto, pero cuando me mira con preocupación levantoundedoysigomasticando,aconciencia,ytragoconfuerzaantesdecontestar: —Noveoporquénodeberíasaceptar. Esperoqueconesobaste.Peroentoncessiguehablando: —Lo que quiero decir es que... —Mi única esperanza es que adivine que, en realidad, sé exactamenteloquequieredecirynoacabelafrase. Nohaysuerte. —Sé que tienes una relación intermitente con Hardin y que ahora mismo no estáis juntos. Sólo queríaestarsegurodequepuedodedicarletodomiafecto,sindistracciones,antesdeaceptar. Noséquédecir,asíquepreguntoenvozbaja: —¿Soyunadistracción? Esto es muy incómodo, pero Trevor es muy dulce y se ha sonrojado tanto que me dan ganas de consolarlo. —Sí,lohassidodesdequellegasteaVance—diceatropelladamente—.Notelotomesamal,es queheestadoesperandoyqueríadejarclarasmisintencionesantesdeexplorarlaposibilidaddeiniciar unarelaciónconotrapersona. YaquítengoamiseñorCollins,aunqueesmuchomásguapoqueeloriginal.Mesientotanmal porélcomoElizabethBennettenOrgulloyprejuicio. —Trevor,losientomucho,yo... —No pasa nada, de verdad. —Su mirada es tan sincera que me hace daño—. Lo entiendo. Sólo queríaconfirmarloporúltimavez.—Escarbaunpococoneltenedorensuplatodepastayañade—: Supongoquenohetenidobastantecontodaslasvecesanteriores. Seríenervioso,envozbaja,yporsimpatíameríoconél. —Esmuyafortunada—digoesperandoaliviarlavergüenzaqueséquesiente. NodeberíahaberlocomparadoconelseñorCollins,Trevornoesnitanagresivonitanmolesto. Mebebounenormetragodeaguayesperoqueconestoacabetodo. —Gracias —dice, pero añade con una pequeña sonrisa—: A lo mejor así Hardin dejará de llamarmeelputoTrevor. Tengoquetaparmelabocaconlamanoparanoescupirtodaelaguaquehebebido.Tragoamucha velocidadyexclamo: —¡Nosabíaquelosabías!—Meríodelomalquemesientoporél. —Sí, se le ha escapado alguna vez —explica él de buen humor, y me alegro de que podamos reírnosjuntos,comoamigos,sinlugaralaconfusión. Sinembargo,lobuenoseacabapronto.ATrevorseleborralasonrisadelacara.Mevuelvo,está mirandohacialapuerta. —¡Québienhuele!—diceunadelascotillasalaotraalentrar.Mesientounpocomezquinaporlo muchoquelasdetesto,peronopuedoevitarlo. —Deberíamosirnos—mesusurraTrevormirandodereojoalamásbajita. Mequedomirándoloperpleja,peromelevantoytirolabandejavacíadepoliestirenoalabasura. —Hoyestásespectacular,Tessa—medicelamásalta. Noséinterpretarsuexpresión,peroséqueseestáburlandodemí.Séquehoyestoyhorrorosa. —Ya,gracias. —Elmundoesunpañuelo,¿HardinsiguetrabajandoparaBolthouse? Semeresbalaelbolsodelhombroycojolatiradecueroatodavelocidadantesdequellegueal suelo. «¿ConoceaHardin?» —Asíes—digoenderezándomeparafingirquenomeafectaquelomencione. —Mándalerecuerdosdemiparte—diceconunasonrisaburlona. Damediavueltaydesaparececonsupérfidasegundona. —¿Aquédemonioshavenidoeso?—lepreguntoaTrevordespuésdecomprobarquesehanido deverdadynonosestánespiando—.¿Túsabíasqueibanadecirmealgo? —Noestabaseguro,perolosospechaba.Lasheoídohablardeti. —¿Quédecían?Sinisiquierameconocen. Vuelveaestarincómodo.Trevoreslapersonamástransparentequeconozco. —Nohandichonadasobretienconcreto... —EntoncesestabanhablandodeHardin,¿no?—pregunto.Asienteymeconfirmamissospechas —.¿Quéhandichoexactamente? Trevorsemetelacorbatarojapordentrodeltraje. —Pues...preferiríanotenerquedecírtelo.Serámejorqueselopreguntesaél. La reticencia de Trevor me da muy mala espina, y me estremezco al pensar que Hardin pueda haberseacostadoconunadeesastipas.Oconlasdos.Nosonmuchomayoresqueyo:veinticincocomo mucho,yhedeadmitirquelasdossonguapas.Vanmuchomásarregladasyexageradasqueyo,perono dejandeseratractivas. El camino de vuelta a mi despacho se me hace largo y los celos se apoderan de mí. Si no le preguntoaHardinporesachica,mevoyavolverloca. Lollamonadamásentrarenmidespacho.Tengoquesabersivaavenirestanoche,necesitoun pocodeseguridad. El nombre de Zed aparece en la pantalla de mi móvil antes de que pueda marcar el número de Hardin.Hagounamuecaperodecidoquecuantoanteslocoja,mejor. —Hola—digo,peronomesalenatural.Suenafalso,demasiadoalegre. —Hola, Tessa, ¿cómo te va? —pregunta él. Siento que hacía siglos que no oía su voz aterciopelada,aunqueséquenoesasí. —Va...—Apoyolafrenteenelfríoescritorio. —Noparecesmuycontenta. —Estoybien,sóloesquellevomuchoentremanos. —Precisamenteporesotellamo.SéquetedijequeestaríaenSeattleeljueves,perohahabidoun cambiodeplanes. —¿Yeso?—«Quéalivio.»Miroaltechoyrespirohondo.Nomehabíadadocuentadequeestaba conteniendolarespiración—.Nopasanada.Lapróximavez... —No, quiero decir que ya estoy en Seattle —dice, y de inmediato se me acelera el pulso—. He viajado de noche, con la camioneta, ha sido genial. Sólo estoy a unas manzanas de tu oficina y no quieromolestarteeneltrabajo,peropodríamoscenarjuntosoalgocuandosalgasdetrabajar. —Pues... —Miro el reloj. Son las dos y cuarto y Hardin no ha respondido a ninguno de mis mensajes—.Nosésiesbuenaidea.Hardinvieneestanoche—confieso. PrimeroTrevoryahoraZed.¿Esqueladoblecapaderímelmehagafadooqué? —¿Estássegura?—mepreguntaZed—.Loviayerdefiesta...,eramuytarde. «¿Qué?»Hardinyyoestuvimoshablandoporteléfonoanochehastalasonce.¿Quéhayabiertoa esahora?¿Haestadomatandoelratootravezconésosalosqueélllamasusamigos? —Nosé...—digodándomedecabezazoscontralamesa.Nomehagodaño,peroséqueZedpuede oírlos. —Sólovamosasaliracenar.Luegotedejaréseguirconloqueseaquetengasplaneado—insiste —.Seráagradableverunacaraconocida,¿quémedices? Comosiloestuvieraviendo:estásonriendo,esesasonrisaquetantomegusta.Asíquepregunto: —He venido a trabajar con una compañera y no tengo aquí el coche. ¿Te importa venir a recogermealascinco? Ycuandoaccedelamardecontento,estoyemocionadaymuertademiedo. Capítulo113 Tessa AlascincomenoscincointentollamaraHardin,peronolocoge.¿Dóndesehabrámetidotodoeldía? ¿Estaba Zed en lo cierto y anoche estuvo por ahí hasta las tantas? ¿Es posible que esté de camino a Seattleparadarmeunasorpresa?Nomelocreoniyo.Sientounaopresiónenelpechohorribledesde queheaccedidoaveraZed.SéqueaHardinnolegustanadaqueseamosamigos.Ledatantarabiaque inclusotienepesadillasyaquíestoyyo,echándoleleñaalfuego. Nomemolestoenarreglarmeelpelonienretocarmeelmaquillajeantesdecogerelascensory bajar al vestíbulo, y decido ignorar la atenta mirada de Kimberly. No debería haberle contado mis planes.VeolacamionetadeZedatravésdelospanelesdecristalydagustoverla.Meapetecemucho verunacaraconocida.PreferiríaquefueraladeHardin,peroZedestáaquíyélno. Saltadesucamionetaparasaludarmeencuantosalgodeledificio.Sonríedeorejaaorejayveo quellevalacaracubiertadevellonegro.Vavestidoconvaquerosnegrosyunacamisetagrisdemanga larga.Estátanguapocomosiempreyyoparezcounazombi. —Hola.—Sonríeymeesperaconlosbrazosabiertos. Noséquéhacer,peroporeducaciónmelanzoarecibirsuabrazo. —Cuántotiempo—diceconlabocaenmipelo. Asientoypregunto: —¿Quétalelviaje?—mientrasmeseparodeél. Suspira. —Largo.Perohepodidoaprovecharparaescucharbuenamúsicaporelcamino. Meabrelapuertadelacompañanteymeapresuroasubirparaescapardelairefrío.Enelinterior delvehículohacecaloryhueleaél. —¿Cómoesquehasvenidoundíaantes?—preguntoparainiciarlaconversaciónmientrasélse incorporaaltráficovacilante. —Hecambiadodeplanes,esoestodo.—Susojosvandeunretrovisoraotro. —Daunpocodemiedoeltráficodeestaciudad—ledigo. —Mucho.—Sonríesinapartarlavistadelacarretera. —¿Sabesadóndequieresiracenar?Nohetenidotiempodeverlaciudad,asíquetodavíanosé cuálessonlossitiosbuenos. Miro el móvil. Hardin sigue sin dar señales de vida. Busco restaurantes en una aplicación y en cuestióndeminutosZedyyodecidimosiraunpequeñogrilldeestilomongol. Yo me pido pollo con verduras y contemplo admirada cómo el chef prepara la comida delante de nosotros. Nunca había estado en un sitio así, y a Zed le parece muy divertido. Nos hemos sentado al fondo del pequeño restaurante. Tengo a Zed justo enfrente y permanecemos tan callados que resulta incómodo. —¿Quépasa?—preguntoescarbandoenmicomida. LamiradadeZedrebosapreocupación. —Nosésideberíamencionarlo...Parecequeahoramismoestásunpocodesbordadayquieroque telopasesbien. —Estoybien.Dimeloquetengasquedecir.—Mepreparoparaelgolpequeséquevoyarecibir. —AnocheHardinvinoamicasa. —¿Qué?—Nopuedoocultarlasorpresaenmivoz.¿Porquéhabráhechoeso?Ysilohahecho, ¿cómo es que Zed está sentado aquí conmigo sin un rasguño, sin un moratón?—. ¿Qué quería? — pregunto. —Decirmequenomeacercaseati—contestaalinstante. CuandolemencionéanocheaHardinelmensajedeZedparecíacompletamenteindiferente. —¿A qué hora? —pregunto esperando que fuera después de que hablásemos al respecto de no ocultarnoslascosas. —Porlatarde,pronto. Dejoescaparunsuspirodeexasperación.AvecesHardinnotienelímites,ysulistadeofensases cadavezmáslarga. Memasajeolassienes.Derepenteheperdidoelapetito. —¿Quétedijoexactamente? —Queledabaigualcómolohiciera,ositeníaqueherirtussentimientos,peroquenecesitabaque nomeacercaraati.Estabatantranquiloquedabamiedo.—Leclavaeltenedoraunfloretedebrócoliy selollevaalaboca. —Y¿aunasíhasvenido? —Sí. La batalla cargada de testosterona entre estos dos me tiene más que harta, y yo me mantengo al margen,intentandoimponeralgodepazyfracasandomiserablemente. —¿Porqué? Susojosdecolorcarameloencuentranlosmíos. —Porquesusamenazasyanofuncionanconmigo.Nopuededecirmedequiénpuedoseramigo,y esperoquetúopineslomismo. DecirquemecabreaqueHardinfueraacasadeZedesquedarsecorto.Memolestatodavíamás que no me dijera nada anoche y que quisiera que Zed hiriese mis sentimientos con tal de poner fin a nuestraamistadmientrasélmanteníaocultosupapelenlaintriga. —OpinoigualenloquerespectaaqueHardincontrolemisamistades.—Encuantopronunciolas palabras,aZedlebrillanlosojosconunamiradatriunfal,cosaquetambiénmecabrea—.Perotambién creoquetienebuenasrazonesparanoquererqueseamosamigos,¿noteparece? Élmenealacabezaconciliador. —Síyno.Novoyaocultarloquesientoporti,perotampocovoyainsistir.Yatedijequeaceptaré loquepuedasofrecermey,sisólopodemosseramigos,esoseremos. —Séquenovasainsistir.—Elijorespondersóloalamitaddesucomentario. Zednuncamepresionaparaquehaganadaynuncaintentaobligarmeahacernada,perodetesto cómohabladeHardin. —¿Puedesdecirlomismodeél?—meretamirándomeintensamente. ElimpulsodedefenderaHardinmehacecontestar: —No,nopuedo.Sécómoes,peroesqueélesasí. —Siempresalesadefenderlo.Noloentiendo. —Nifaltaquetehace—respondocortante. —¿Túcrees?—contestaZedconcalma,frunciendoelceño. —Sí.—Pongolaespaldarectaymeyergotodoloquepuedo. —¿Notemolestaqueseatanposesivo,quetedigaaquiénpuedestenercomoamigo...? —Memolesta,pero... —Seloconsientes. —¿HasvenidohastaSeattlepararecordarmequeHardinescontrolador? Abrelabocaparahablar,perovuelveacerrarla. —¿Qué?—lopresiono. —Eressuyaymepreocupas.Tenotoestresada. Suspirovencida.Estoyestresada,demasiado,peropelearmeconZednovaasolucionarnada.Sólo hacequemesientaaúnmásfrustrada. —Novoyaexcusarlo,perotúnosabesnadadenuestrarelación.Nosabescómoescuandoestá conmigo.Nolocomprendescomoyo. Apartoelplatoymedoycuentadequelaparejadelamesadealladonosestámirando.Bajola vozydigo: —Noquierodiscutircontigo,Zed.Estoyagotadaymehacíamuchailusiónquepasáramosunrato juntos. Sereclinaensusilla. —Meestoycomportandocomouncapullo,¿verdad?—diceconojostristes—.Perdóname,Tessa. Podríaecharlelaculpaallargoviaje...Peronoesexcusa.Losiento. —Nopasanada.Noqueríapagarlacontigo.Noséloquemeocurre.—Estáapuntodevenirmela regla,seguroqueporesoestoyquemuerdo. —Esculpamía,deverdad—dice,ymecogelamanoporencimadelamesa. LatensiónsepodríacortarconuncuchilloynopuedodejardepensarenHardin,peromegustaría pasarlobienunrato.Poresolepregunto: —Y¿cómovatodolodemás? Zedempiezaacontarmehistoriasdesufamilia,delcalorquehacíaenFloridalaúltimavezque estuvo allí. La conversación recupera su flujo normal, fácil, disperso. La tensión se evapora y puedo acabarmeelplatodepollo. TerminamosdecenaryestamossaliendodelrestaurantecuandoZedpregunta: —¿Tienesplanesparaestanoche? —Sí,voyairalclubdejazzdeChristian.Loacabandeinaugurar. —¿Christian?—preguntaél. —Sí,mijefe.Estoyviviendoensucasa. Arquealascejas. —¿Estásviviendocontujefe? —Sí.FuecompañerodeuniversidaddelpadredeHardinyesamigodetodalavidadeKenyde Karen—leexplico. NomehabíaparadoapensarqueZeddesconocelosdetallesdemivida.Aunquevinoarecogerme traslafiestadecompromisoqueChristianledioaKimberly,nosabenadadeellos. —Ah,asíescomoconseguistelasprácticasremuneradas—señala. «Ayyy.» —Sí—confieso. —Esgenialigualmente. —Gracias.—Miroporlaventanillaysacoelmóvildelbolso.Nada—.¿Quétienespensadohacer enSeattle?—lepreguntomientrasintentoindicarlecómollegaralacasadeChristianyKimberly.Me doy por vencida a los pocos minutos y tecleo la dirección en mi móvil. La pantalla se congela y se apagadosvecesantesdecooperar. —Noestoyseguro.Voyaverquétienenpensadomisamigos.¿Ysiquedamosunratomástarde? ¿Oantesdequemevayaelsábado? —Estaríabien.Tellamaréparaconcretarlo. —¿CuándovieneHardin?—Eltonoviperinodesupreguntanosemeescapa. Vuelvoamirarlapantalladelmóvil,estavezporcostumbre. —Nolosé.Puedequeestanoche. —¿Ahora mismo estáis juntos? Sé que no íbamos a hablar más del asunto, pero estoy algo confundido. —Yotambién—reconozco—.Últimamentenosestamosdandoalgodeespacio. —Y¿funciona? —Sí.—Hastahaceunpardedías,cuandoHardinempezóadistanciarse. —Esoestábien. Tengoquesaberquélerondaporlacabeza.Séqueleestádandovueltasaalgo. —¿Qué? —Nada.Noquieressaberlo. —Sí,síquequiero.—Séquevoyaarrepentirme,peromepuedelacuriosidad. —Esquenoveoeseespacio.TúestásaquíenSeattle,viviendoconunosamigosdesufamilia,con tujefenadamenos.Aunqueestéaunoscuantoskilómetrosdedistancia,tetienecontrolada,eintenta apartardetialospocosamigosquetienes,esocuandonoestáaquícontigo.Yonoveoelespaciopor ningunaparte. LaverdadesquenosemehabíaocurridoverlodemiestanciaencasadeChristianyKimberly desde esa perspectiva. ¿Es otra de las razones por las que Hardin me saboteó el alquiler del apartamento?¿Paraque,sidecidíaveniraSeattle,tuvieraquevivirbajolavigilanciadelosamigosde sufamilia? Meneolacabezaintentandonopensar. —Nosvabien.Séqueparatinotienesentido,peroanosotrosnosfunciona.Sé... —Intentósobornarmeparaquemealejaradeti—meinterrumpeZed. —¿Qué? —Sí. Me estuvo amenazando y me dijo que le hiciera una oferta. Me dijo que me buscara otra zorraenlauniversidadconlaquedivertirme. «¿Zorra?» Zedseencogedehombroscomosinada. —Me dijo que nadie más te tendrá nunca y que estaba muy orgulloso de que siguieras con él incluso después de que te dijera que se había acostado con Molly cuando vosotros dos ya habíais empezadoasalir. Que mencione a Hardin y a Molly es una puñalada trapera, y Zed lo sabe. Por eso lo ha dicho, sabíaqueibaadolerme. —Esoyalohemossuperado.NoquierohablardeHardinydeMolly—mascullo. —Sóloquieroquesepasloquetienesentremanos.Cuandotúnoestás,élnoeslamismapersona. —Esonoesmalo—replico—.Túnoloconoces. Sientoungranalivioenelmomentoenquenosacercamosalasafuerasdelaciudad,señaldeque estamosamenosdecincominutosdecasadeChristian.Cuantoanteslleguemos,mejor. —Tútampoco,ésaeslaverdad—dice—.Tepasastodoeldíadiscutiendoconél. —¿Adóndequieresiraparar,Zed?—Odioelrumboquehatomadonuestraconversación,perono sécómovolveraencauzarlaporterritorioneutral. —Aningunaparte.Sóloesperabaque,despuésdetodoestetiempoydetodalamierdaqueteha hechotragar,vieraslaverdad. Entoncessemeocurreunacosa. —¿Lehasdichoqueibasavenir? —No. —Noestásjugandolimpio—ledigo.Lohepillado. —Niéltampoco.—Suspira,desesperadopornosubirlavoz—.Mira,séquelodefenderáshastael final,peronopuedesculparmeporquerertenerloqueéltiene.Quieroquemedefiendasamí,quiero queconfíesenmíinclusocuandonodeberías.Siempreestoyaquíparatiyélno.—Sepasalamanopor labarbaycogeaire—.Noestoyjugandolimpioyéltampoco.Hajugadosuciodesdeelprincipio.A vecesjuraríaquesóloleimportastantoporquesabeloquesientoporti. PoresoprecisamenteZedyyonuncapodremosseramigos.Nuncafuncionaráapesardelodulcey comprensivo que es. No se ha dado por vencido y supongo que eso le honra. No obstante, no puedo darleloquequiereynoquierosentirquetengoqueexplicarlemirelaciónconHardincadavezquelo veo.Haestadoahísiemprequelohenecesitado,perosóloporqueyoselohepermitido. —Nosésiquedalosuficientedemícomoparapoderdartemiamistad. Memiraconexpresiónimpasible. —Esoesporquetehaagotado. Permanezcoensilencio,mirandolospinosquebordeanlacarretera.Nomegustalatensiónque sientonitenerquecontenerlaslágrimas.EntoncesZedmusita: —Noqueríaqueestanocheacabaseasí.Imaginoquenoquerrásvolveraverme. Señaloporlaventanilla. —Yahemosllegado. Unsilencioincómodoytensollenalacabinadelacamionetahastaquelagigantescacasaaparece. CuandomiroaZed,estáobservandolacasadeChristianconunosojoscomoplatos. —Esaúnmásgrandequelaotra,lacasaalaquefuiabuscarteunavez—diceintentandoaliviarla tensión. Porhacerlomismo,empiezoacontarlequetienegimnasioyunacocinamuyespaciosa,ycómo ChristiancontrolalacasamedianteeliPhone. Yentonceselcorazónsemesubealagarganta. ElcochedeHardinestáaparcadojustodetrásdelAudirelucientedeKimberly.Zedlovealmismo tiempoqueyoperoniseinmuta.Mequedolívidaydigo: —Serámejorquevayaadentro. AparcamosyZeddice: —Tepidodisculpasdenuevo,Tessa.Porfavor,notevayasenfadadaconmigo.Yatienesbastante. Nodeberíahabertehechosentiraúnpeor. Seofreceaentrarconmigoperoleaseguroquenopasanada,quetodoestábien.SéqueHardin estarácabreado,másqueeso,peroyolaheliadoysoyyolaquetienequearreglarlo. —Todo irá bien —afirmo con una sonrisa falsa antes de salir del coche y prometerle que le mandaréunmensajeencuantopueda. Soyconscientedequecaminomuydespaciohacialapuerta,peronoquieroirmásrápido.Estoy intentandopensarquédebodecir,sideboonoenfadarmeconHardin,odisculparmeporhabervueltoa veraZed.Entonceslapuertaseabre. Hardin sale vestido con unos vaqueros oscuros y una camiseta blanca. Se me acelera el pulso a pesardequesólollevodosdíassinverloymemueroportenerlocerca.Loheechadomuchodemenos estosdías. EstáimpertérritoysigueconunamiradaglaciallacamionetadeZed,quedesaparecedenuestra vista. —Hardin,yo... —Entra—medicedemalamanera. —Nome...—empiezoadecir. —Hacefrío.Entra.—Melanzacuchillosconlamiradaquemeimpidendiscutir. Mesorprendecuandomeponelamanoenlacinturacondelicadezaymeconducealacasa,donde KimberlyySmithjueganalascartasenelsalón,ydeahíamihabitaciónsinmediarpalabra. Con calma, cierra la puerta y echa el pestillo. Luego me mira y el corazón casi se me sale del pechocuandomepregunta: —¿Porqué? —Hardin,nohapasadonada,telojuro.Mehadichoquehabíacambiadodeplanesyyomehe sentidomuyaliviadaporquecreíaquenoibaavenir,peroacontinuaciónmehadichoqueyaestabaen Seattleyquequeríaquefuéramosacenar.—Meencojodehombros,enparteparacalmarme—.Nohe sabidodecirlequeno. —Nuncahassabido—meespetasosteniéndomelamirada. —Séqueayertepresentasteensucasa.¿Porquénomelodijiste? —Porquenonecesitabassaberlo.—Respiraconfuerza,apenaspuedemantenerelcontrol. —Noeresquiénparadecidirloquenecesitosaber—arremetocontraél—.Nopuedesocultarme lascosas.¡Tambiénsélodelabodadetumadre! —Sabíaqueibasareaccionarasí.—Levantalasmanos,intentandodefenderse. Pongolosojosenblancoyechoaandarhaciaél. —Yunamierda. Nisiquierapestañea.Selemarcanlasvenasbajolospocossitiosquequedandepielblanca,azul claroentrelazadocontintanegra.Aprietalospuños. —Unacosadetrásdeotra. —Seréamigadequienmedélagana,ytúvasadejardehacercosasamisespaldas,comopor ejemploirporahíteniendopataletascomouncrío—leadvierto. —Medijistequenoibasavolveraverlo. —Losé.Antesnoloentendía,perodespuésdeestanochehedecididoquenovamosaseramigos. Peronoporquetúlodigas. Ahora sí que parpadea, pero de sorpresa. Por lo demás, mantiene el mismo nivel de potente intensidad. —Entonces,¿porqué? Desvíolamiradauntantoavergonzada. —Porqueséquetesientafatalynodeberíaseguirprovocándote.Sélomuchoquemedoleríaque vieras a Molly... o a cualquier otra mujer. Dicho esto, no tienes derecho a controlar mis amistades, aunquenopuedomentirydecirquenomesentiríaexactamenteigualquetúsiestuvieraentulugar. Secruzadebrazosyrespirahondo. —Y¿porquéahora?¿Quétehahechoparaquederepentehayascambiadodeopinión? —Nada. No me ha hecho nada. Sólo que he tardado mucho en comprenderlo. Tenemos que ser iguales,ningunodelosdosdeberíatenermáspoderqueelotro. Porcómolebrillanlosojosséquequieredeciralgo,peroselimitaaasentir. —Venaquí.—Abrelosbrazos,esperándome,comohacesiempre.Notardoencobijarmeenellos. —¿Cómosabíasqueestabaconél?—Pegolamejillaasupecho.Sufraganciamentoladainvade missentidosymequitaaZeddelacabeza. —MelohadichoKimberly—explicaconlabocapegadaamipelo. Frunzoelceño. —Nosabemantenerlabocacerrada. —¿Noibasadecírmelo?—Melevantalabarbillaconelpulgar. —Sí,perohabríapreferidocontárteloyo.—SupongoqueleestoyagradecidaaKimberlyporser tansincera.SeríamuyhipócritapormipartequererquesólofuerasinceraconmigoynoconHardin—. ¿Por qué no has venido a buscarnos? —pregunto. Si sabía que estaba con Zed, lo lógico es que lo hubierahecho. —Porque—suspira,mirándomealosojos—noparasdedecirqueescomouncicloqueserepitey queríaromperlo. Surespuesta,sinceraybienpensada,mellenaelcorazóndealegría.Loestáintentandodeverdad yesosignificamuchoparamí. —Aunqueestoycabreado—añade. —Lo sé. —Le acaricio la mejilla con la yema de los dedos y sus brazos me estrechan con más fuerza—.Yotambiénestoyenfadada.Nomehascontadolodelabodayquierosaberporqué. —Estanocheno—meadvierte. —Sí,estanoche.HasdicholoquequeríasdecirsobreZedyahorametocaamí. —Tessa...—Aprietaloslabios. —Hardin... —¡Ereslopeor!—Mesueltayempiezaaandardeunladoparaotro,poniendounadistanciaentre nosotrosquenopuedosoportar. —¡Igualquetú!—contraatacoylosigoparaacercarmeaél. —Noquierohablardelaputaboda.Yameestácostandobastantecontrolarme.Nomebusqueslas cosquillas,¿vale? —¡Bien!—digocasiagritos,aunquedoymibrazoatorcer.Noporquemedémiedoloquevayaa decirme, sino porque acabo de pasar dos horas y media con Zed y sé que la rabia de Hardin es en realidadunaformadeenmascarareldolorylaansiedadqueleacabodecausar. Capítulo114 Tessa Abroelcajóndelacómodaybuscounasbragaslimpiasyunsujetadorajuego. —Voyadarmeunaducha.Kimberlyquieresaliralasochoyyasonlassiete—ledigoaHardin, queestásentadoenelbordedemicamaconloscodosapoyadosenlasrodillas. —¿Vasair?—seburla. —Sí.Yatelohedicho,¿noteacuerdas?Paraesohasvenido,¿no?,paraquenovayasola. —Nohevenidosóloporeso—dicealadefensiva.Lomiroconunacejaenaltoyélponelosojos enblanco—.Noesquenoseaunodelosmotivos,peronoeselúnico. —¿Siguesqueriendovenir?—lepreguntotentándoloconlaropainteriorquellevoenlamano. Recibounasonrisapicaronacomorecompensa. —No,noquieroir.Perositúvas,yotambién. Lededicounaampliasonrisaperonomesiguecuandosalgodelahabitación.Quésorpresa.Ojalá lohubierahecho.Nosémuybiendóndeestamosenestemomento.SéqueestáenfadadoporlodeZed yyoestoymolestaporquemehaestadoocultandocosasotravez,peroengeneralmeencantaqueesté aquíynoquieroperdereltiempodiscutiendo. Meenvuelvoelpeloconunatoalla.Notengotiempoparalavármeloysecármeloantesdesalir.El aguacalientealiviaenpartelatensióndemishombrosydemiespaldaperonomedespejalacabeza. Tengoqueestardemejorhumorenunahora.EstoyseguradequeHardinsepasarálanochedemorros. QuieroquenosdivirtamosconKimberlyyconChristian,noquierosilenciosincómodosniescenasen público. Quiero que nos llevemos bien y que los dos estemos de buen humor. No he visto nada de Seattledenochedesdequellegué,yquieroquemiprimerasalidanocturnasealomásdivertidaposible. No paro de sentirme culpable por lo de Zed, pero es un gran alivio cuando mi enfado y mis pensamientosirracionalessepierdenporeldesagüejuntoconelaguacalienteylosrestosdejabón. Encuantocierroelgrifodeladucha,Hardinllamaalapuerta.Meenrollounatoallaalrededordel cuerpoyrespirohondoantesdecontestar. —Salgodentrodediezminutos.Tengoqueverquéhagoconmipelo. Perocuandomemiroalespejo,ahíestáHardin. Entornalosojosalverlamataencrespadasobremicabeza. —Y¿ahoraquélepasa? —Estáfueradecontrol—replicoechándomeareír—.Notardarénada. —¿Vasaponerteeso?—dicemirandoelvestidonegroeincómodoquecuelgadelacortinadela duchaporqueestabaintentandoquesedesarrugaraunpoco.Laúltimavezquemelopuse,durantelas «vacacionesfamiliares»,lanocheacabóendesastre...Bueno,lasemana. —Sí.Kimberlydicequesonmuyestrictosconelvestuario. —¿Cómodeestrictos?—Hardinsemiralosvaquerosconmanchasylacamisetanegra. Me encojo de hombros y sonrío para mis adentros. Me imagino a Kimberly diciéndole a Hardin quesecambiederopa. —Nopiensocambiarme—dice,yvuelvoaencogermedehombros. Hardin no deja de mirar mi imagen en el espejo mientras me maquillo y me peleo con el pelo armada con la plancha. El vapor de la ducha me lo ha encrespado mucho y está horrible. No tiene arreglo. Al final, me lo recojo en la nuca. Al menos el maquillaje me ha quedado muy bien, para compensarquemipelotieneundíadeperros. —¿Vasaquedartehastaeldomingo?—lepreguntoponiéndomelaropainterioryembutiéndome enelvestido.Quieroasegurarmedequemantenemoslatensiónbajocontrolynonospasamoslanoche discutiendo. —Sí,¿por?—respondeconcalma. —Estaba pensando que, en vez de pasar el viernes aquí, podríamos volver para que pueda ver a LandonyaKaren.Ytambiénatupadre,porsupuesto. —Y¿quéhaydeltuyo? —Ah...—SemehabíaolvidadoquemipadreestabaviviendoconHardin—.Heestadointentando nopensarenesasituaciónhastaquepuedascontarmemás. —Nocreoqueseaunabuenaidea... —¿Porquéno?—pregunto.EchomuchodemenosaLandon. Hardinsefrotalanucaconlamano. —Nolosé...TodaestamierdaconStephyconZed... —Hardin,novoyavolveraveraZedy,amenosqueStephaparezcaporelapartamentooporcasa detupadre,tampocovolveréaverlaaella. —Sigopensandoquenodeberíasir. —Vasatenerquerelajarteunpoco—suspirorecolocándomeelmoño. —¿Relajarme?—diceentonodeburla,comosilaideanuncaselehubierapasadoporlacabeza. —Sí,tienesquerelajarte.Nopuedescontrolarlotodo. Levantalacabezadegolpe. —¿Nopuedocontrolarlotodo?Y¿melodicestú? Meechoareír. —VoyadejarquetesalgasconlatuyaencuantoaZedporqueséqueestámal.Peronopuedes mantenermealejadadetodalaciudadsóloporquetepreocupequemeloencuentreaéloaunachica desagradable. —¿Yahasterminado?—inquiereapoyándoseenellavabo. —¿Dediscutirodearreglarmeelpelo?—replicomirándoloconunasonrisadesuperioridad. —Ereslopeor.—Medevuelvelasonrisaymedaunapalmadaenelculocuandomedoylavuelta parasalirdelbaño. Mealegrodequeestétanjuguetón.Lanochepintabien. AtravesamoselpasillohaciamihabitacióncuandoChristiannosllamadesdelasaladeestar. —Hardin,¿todavíaestásaquí?¿Tevienesaescucharunpocodejazz?Noesheavymetal,pero... No oigo el resto porque estoy muerta de risa. Hardin se ha puesto a imitar a Christian Vance de improviso.Ledoyunempujoncitoenelpechoyledigo: —Veconél.Notardonadaenarreglarme. Devueltaenmihabitación,cojoelbolsoysacoelmóvil.Tengoquehablarconmimadre.Nohago másqueposponerloynovaaparardellamarme.TambiéntengounmensajedeZed: Porfavor,noteenfadesconmigoporlodeestanoche.Hesidouncapullo.Noeramiintención.Lo siento. Borroelmensajeymetootravezelmóvilenelbolso.MiamistadconZedacabaaquí.Heestado dándole falsas esperanzas demasiado tiempo y cada vez que me despido de él acabo por dar marcha atrásyempeorarlasituación.NoesjustoniparaélniparaHardin.Hardinyyoyatenemosbastantes problemas.Comomujer,memolestaqueintenteprohibirmequeveaaZed,peronopuedonegarque seríamuyhipócritapormiparteseguirsiendosuamiga.NoquieroqueHardinseaamigodeMollyni quequedenparapasarunrato.Sólodepensarlomedanganasdevomitar.Zedhadejadomuyclarolo quesientepormíynoesjusto,paranadie,quesigamosviéndonosyloalienteensilencio.Seportamuy bienconmigoyhaestadoamiladocuandolohenecesitadomuchasveces,peroodiocómomehace sentir,comosituvieraquedarleexplicacionesydefendermirelación. Bajolaescaleradisfrutandodelagrannochequemeimaginoquevoyapasarconmichico...Yme llevotodaunasorpresacuandoentroenlasaladeestarymeencuentroaHardinconlasmanosenel pelo,furioso. —¡Nihablar!—resoplaalejándosedeChristian. —Unacamisetasuciayunosvaquerosmanchadosdesangrenosonunatuendoapropiadoparael club,pormuchoqueconozcasaldueño—diceChristianrestregándolealgodecolornegroaHardinpor elpecho. —Puesentoncesnovoy—diceélconunmohín,dejandoquelaprendanegracaigaalospiesde Christian. —Noseascríoyponteladichosacamisa. —Mepongolacamisasipuedoirenvaqueros—reponeHardin,negociando,mirándomeenbusca deapoyo. —¿Tehastraídoalgoquenoestémanchadodesangre?—diceChristiansonriente.Seagachapara recogerlacamisa. —Puedesponertelosvaquerosnegros,Hardin—sugierointentandomediarentrelosdos. —Vale.Damelaputacamisa.—LearrancaaChristianlacamisadelasmanosylesacaeldedo mientrasdesapareceporelpasillo. —¡Y,yapuestos,podríascortarteelpelo!—legritaChristian. Nopuedoevitarecharmeareír. —Déjaloenpaz.Tevaaponerunojomoradoynovoyaimpedírselo—bromeaKimberly. —Ya...,ya...—Christianlacogeentresusbrazosyledaunbesoenlaboca. Medoylavueltajustocuandosuenaeltimbredelapuerta. —¡DebedeserLillian!—anunciaKimsoltándosedeél. HardinvuelveaentrarenlasaladeestarencuantoLillianatraviesaelumbral. —¿Quéhaceaquí?—gruñe.Sehapuestolacamisanegra,quenolequedanadamal. —Noseasmalo—ledigo—.VaaquedarseconSmithyesamigatuya,¿noteacuerdas? Es verdad que mi primera impresión de Lillian no fue buena, pero ha acabado por gustarme, aunquenolaveodesdequevolvimosdelasVacacionesInfernales. —No,noloes. —¡Tessa!¡Hardin!—exclamaconunasonrisatanbrillantecomosusojosazules.Menosmalque nollevaelmismovestidoqueyo,comolaprimeravezquelavi,enelrestaurantedeSandpoint. —Hola.—LedevuelvolasonrisayHardinselimitaasaludarconungestodelacabeza. —Estásestupenda—mediceLilliandándomeunrepasoconlamirada. —Gracias,igualmente.—Ellallevaunarebecadelanayunoscaquis. —Siyahabéisterminado...—refunfuñaHardin. —Yotambiénmealegrodevolveraverte,Hardin.—Leponelosojosenblancoyélsesuavizaun pocoyleofreceunamediasonrisa. Mientras, Kimberly corre de un lado a otro poniéndose los tacones y retocándose el maquillaje delantedelespejogigantequehayencimadelsofá. —Smith,vearriba.Volveremosamedianochecomomuytarde. —¿Lista,amor?—lepreguntaChristian. Ellaasienteyélextiendelosbrazoshacialapuerta. —Nosotrosiremosenmicoche—anunciaHardin. —¿Porqué?Hemospedidouncoche—diceChristian. —Porsiqueremosvolverantes. Christianseencogedehombros. —Hazloquequieras. Mientras salimos me fijo en la camisa de Hardin. No es muy distinta de la que suele ponerse cuando no tiene más remedio que arreglarse. La diferencia es que ésta tiene un discreto, casi imperceptible,estampadoanimal... —Niunapalabra—meadviertecuandosedacuentadequeestoymirandosucamisa. —Nohedichonada.—Memuerdoellabioygruñe. —Esfeaarabiar—dice,ynoparodereírhastaquellegamosalcoche. El club de jazz está en el centro de Seattle. Las calles están llenas, como si fuera sábado noche, no miércoles.EsperamosenelcochedeHardinhastaqueunelegantecochenegroaparcajuntoanosotros ydeélsalenChristianyKimberly. —Estos ricachones... —dice Hardin dándome un apretón en el muslo. Nosotros también salimos delcoche. Con una rápida sonrisa, el portero desengancha el cordón de terciopelo del poste plateado y nos dejapasar.Almomento,Kimberlynosguíaporlaoscuridaddelclubynosenseñaelinteriormientras Christiansevaporsucuenta.Bloquesdepiedragrishacenlasvecesdemesasyhaysofásnegroscon cojines blancos aquí y allá. La única nota de color en todo el club son los ramos de rosas rojas que descansan encima de los enormes bloques de piedra gris. La música es suave y relajante pero estimulantealavez. —Muypijo—diceHardinponiendolosojosenblanco. Está guapo a más no poder bajo la luz tenue. La camisa de Hardin combinada con los vaqueros negrossonmásdeloquemilibidopuedesoportar. —Bonito,¿verdad?—nospreguntaKimberlyconunagransonrisa. —No veas —contesta Hardin. En cuanto llegamos a las mesas llenas de gente, me coge de las caderasymeatraehaciasí. —Christianestáenlazonavip.Estodanuestra—nosinformaKimberly. Caminamoshacialapartedeatrásdelclubyunacortinadesaténseabreydesvelaunespaciode buentamañoconmáscortinasnegrasamododeparedes.Cuatrosofásdelimitanelespacioyhayuna enormemesadepiedraenelcentro,cubiertadebotellasdebebida,unacubiterayvariosaperitivos. Estoy tan distraída que ni siquiera veo a Max, que está sentado en uno de los sofás, delante de Christian. Genial.MaxmecaefatalyséqueHardintampocopuedesoportarlo.Losbrazosdemichicose tensanenmiscaderasylelanzaunamiradaasesinaaChristian. Kimberlysonríecomolabuenaanfitrionaquees. —Encantadadevolveraverte,Max. Éllesonríe. —Igualmente,cielo.—Lecogelamanoyselallevaaloslabios. —Disculpa—diceentoncesunavozdemujerdetrásdemí. HardinyyonoshacemosaunladoySashasecontoneaporelpequeñoespacio.Entreloaltaque esyelvestidotandescaradoquelleva,sehaceelamadelasala. —Genial —dice Hardin repitiendo mis pensamientos de hace unos segundos. Se alegra tanto de verlacomoyodeveraMax. —Sasha.—Kimberlyintentafingirquesealegradeverlaperofracasa.Unadelasdesventajasde lasinceridaddemiamigaesquelecuestaocultarsusemociones. Sashalesonríeysesientaenelsofá,alladodeMax.Susojossiniestrosbuscanlosmíos,comosi meestuvierapidiendopermisoparasentarseconsuamante.DesvíolamiradayHardinmellevaalsofá que está justo enfrente de ellos. Kimberly se sienta en el regazo de Christian y coge una botella de champán. —¿Quéteparece,Theresa?—preguntaMaxconsuacentomarcadoyaterciopelado. —Pues...—tartamudeoaloírminombrecompleto—.Es...esbonito. —¿Osapeteceunpocodechampán?—nosofreceKimberly. Hardincontestapormí: —Amíno,peroaTessasí. Meapoyoensuhombro. —Sitúnovasabebernada,yotampoco. —Adelante,nomeimporta.Amínomeapetece. LesonríoaKim. —Paramínada,gracias. Hardinfrunceelceñoycogeunacopadeencimadelamesa. —Deberíastomartealmenosuna.Hastenidoundíamuylargo. —Lo que quieres es que me emborrache para que no te haga preguntas —susurro poniendo los ojosenblanco. —No.—Sonríedivertido—.Quieroquetelopasesbien.Esoeraloquequerías,¿no? —Nomeapetecetenerquebeberparapasarlobien.—Cuandomiroalrededor,veoqueningunode lospresentesestáescuchandonuestraconversación. —Nohedichoquelonecesites.Sólodigoquetuamigateestáofreciendochampángratis,delque cuesta más que tu vestido y mi ropa juntos. —Sus dedos bailan por mi nuca—. ¿Por qué no vas a disfrutardeunacopa? —Tienesrazón.—MeapoyootravezenélyHardinmeentregalacopaalargada—.Perosólovoy atomarmeuna—ledigo. Alostreintaminutosyameheterminadomisegundacopayestoyplanteándomesimetomouna terceraparanosentirmetanincómodaviendoaSashadesfilardeaquíparaallá.Dicequesóloquiere bailarpero,siesofueracierto,saldríaalazonapúblicadelclub. Lafulanaquiereatención. Metapolabocaconlamanocomosilohubieradichoenvozalta. —¿Qué? SéqueHardinseaburre.Mucho.Loséporcómomiralacortinanegraymeacaricialaespalda, ausente. Niego con la cabeza a modo de respuesta. No debería pensar esas cosas de la mujer cuando ni siquieralaconozco.Loúnicoquesédeellaesqueseacuestaconunhombrecasado... Yconesomebasta.Nopuedoevitarquemecaigamal. —¿Podemosirnosya?—mesusurraHardinaloído,dándomeotroapretónenelmuslo. —Sólounratitomás—ledigo. Noesquemeaburra,esqueprefieroestarasolasconHardinaestaraquíevitandomiraraSashao suropainterior. —Tessa,¿vienesabailar?...—sugiereKimberly,yHardinsetensa. Me acuerdo de la última vez que estuve en un club con Kimberly y bailé con un tío sólo para cabrearaHardin,queseencontrabaakilómetrosdedistancia.Entoncesteníaelcorazónrotoyestaba tantristequenopensabaconclaridad.Aqueltíoacabóbesándomeyyoacabéprácticamenteviolandoa HardinenlahabitacióndemihoteldespuésdequeaparecieraporsorpresayencontraraallíaTrevor. Fueunmalentendidoépicopero,ahoraquemeacuerdo,lanochenoacabónadamalparamí. —Nosébailar,¿recuerdas?—ledigo. —Bueno,puesdaremosunavueltaoalgo.—Sonríe—.Parecequeteestásquedandodormida. —Vale,unavuelta.—Mepongodepie—.¿Quieresvenir?—lepreguntoaHardin. Medicequenoconlacabeza. —Nolevaapasarnada.Volvemosenunminuto—leaseguraKimberly. Élnoparecemuycontentoconquevayanasepararmedesulado,perotampocointentadetenerla. Seestáesforzandopordemostrarmequepuederelajarseyporesoloadoro. —Silapierdes,notemolestesenvolver—lecontesta. Kimberlysueltaunasonoracarcajadaymesacaarastrasdelazonavip,endirecciónalclublleno degente. Capítulo115 Hardin —¿AdóndecreesquesehabrállevadoaTheresa?—mepreguntaMaxsentándoseamilado. —Tessa—locorrijo.¿CómocoñosabequesellamaTheresa?Vale,puedequeseaunpocoobvio, peronomegustaquelodiga. —Tessa.—Mesonríeyledaunlargotragoasuchampán—.Esunachicaencantadora. Cojounabotelladelamesaeignorosuprovocación.Notengoelmenorinterésenhablarconel tipo.DeberíahabermeidoconTessayconKimberly,adondefuera.Estoyintentandodemostrarleami chicaquepuedo«relajarme»yestoesloqueconsigo.Estarsentadojuntoaesteseñorenunclubdonde lamúsicadaasco. —Vuelvo enseguida. El grupo acaba de llegar —nos informa Christian. Se mete el móvil en el bolsillodelospantalonesdevestiryseva. MaxseponedepieylosiguetrasdecirleaSashaquelopasebien,quebebamáschampán. Noiránadejarmeasolasconella... —Parecequesóloquedamostúyyo—medicelamuyguarra,loquemeconfirmaque,enefecto, esoesloqueacabandehacer. —Ya...—Hagorodareltapóndeunabotelladeplásticoporlamesadepiedra. —¿Qué te parece el sitio? Max dice que se llena todas las noches desde la inauguración. —Me sonríe. Finjo que no he visto que se ha desabrochado un botón de su vestido casi inexistente para enseñarmeelcanalillo... —Sólollevaunosdíasabierto,normalqueestésiemprelleno—replico. —Aunasí,esbonito.—Descruzalaspiernasylasvuelveacruzar. Se la ve desesperada. Llegados a este punto, ya ni siquiera sé si de verdad está intentando algo conmigoosiestátanacostumbradaahacerselafulanaquelesalesolo. Seinclinasobrelamesaqueseinterponeentrenosotros. —¿Te apetece bailar? Hay espacio de sobra. —Me roza la manga de la camisa con sus uñas infinitasymeaparto. —¿Estásloca?—leespeto,ymesientoenlaotrapuntadelsofá. Elañopasadotalvezmehabríallevadosuculodesesperadoalbañoymelahabríafolladohasta dejarlainconsciente.Ahorasólodepensarlomedanganasdevomitarensuvestidoblanco. —¡Oye!Sólotehepreguntadosiqueríasbailar. —Bailacontunoviocasado—lesuelto,yestiroelbrazoparadescorrerlacortinaconlaesperanza deveraTessa. —Nomejuzguestanrápido.Nisiquierameconoces. —Teconozcolosuficiente. —Ya,puesyoatitambién.Asíque,entulugar,meandaríaconcuidado. —¿Ah,sí?—Meechoareír. Memirademalamanera,intentandointimidarme,estoyseguro. —Sí. —Sisupierasalgosobremiformadeser,sabríasqueahoramismonoteconvieneamenazarme— leadvierto. Levantaunacopadechampánymededicaunpequeñobrindis. —Erestalycomodicen... Yconesafrasemevoy.DescorrolacortinayvoyabuscaraTessaparaquepodamoslargarnosde aquí. ¿Quién le ha hablado de mí? ¿Quién se cree que es? Christian tiene suerte de que le haya prometidoaTessaunanochesinincidentes.Delocontrario,Maxtendríaquerendircuentasdelosucia quesunoviatienelaboca. DoyvueltasporelclubbuscandoelvestidobrillantedeTessayelpelorubiodeKimberly.Menos mal que no es la clase de sitio en el que todo el mundo está dando brincos en la pista de baile. Casi todoslosclientesestánsentadosjuntoaunamesa,cosaquefacilitamuchomibúsqueda.Alfinal,las encuentro en la barra principal, hablando con Christian, Max y otro tío. Tessa está de espaldas a mí, peroporsuposturaséqueestánerviosa.Alospocossegundosselesuneotrotipoy,amedidaqueme acerco,elprimertíoempiezaaresultarmeconocido. —¡Hardin!Porfinapareces.—Kimberlyalargaelbrazoparatocarmeelhombro,perolaesquivoy meacercoaTessa. Cuandomemira,tienelosojosgrisesrecelososyguíanmimiradahaciaelinvitado. —Hardin,tepresentoamiprofesordereligióninternacional,elseñorSoto—dicesonriendocon educación. «¿Teestásquedandoconmigo?¿EsqueahoratodoelmundosevaaveniraviviraSeattle?» —Jonah—lacorrigeél,ygesticulaparaquenosdemosunapretóndemanos. Yoestoydemasiadoalucinadoparanegárselo. Capítulo116 Hardin ElprofesordeTessasonríeylepegaunsutilrepasoconlamirada,peroyoloveoentecnicolor. —Mealegravolveraverte—dicepero,porcómosemueveconlamúsica,nosésimelodiceamí oaella. —ElprofesorSotoviveahoraenSeattle—meinformaTessa. —Québien—digoporlobajo. Tessameoyeymedauncodazo.Lerodeolacinturaconelbrazo. AJonahelgestonolepasadesapercibido.Luegovuelveamirarlaalacara. «Estáconmigo,capullo.» —Sí—diceél—,metrasladéalcampusdeSeattlehaceunpardesemanas.Solicitéelpuestohace unpardemesesyporfinmelohandado.Yaerahoradellevarseelgrupoaotraparte—nosdicecomo sidebieraimportarnos. —The Reckless Few van a tocar aquí esta noche, y más noches si podemos convencerlos — presumeChristian. Jonahlesonríeysemiralasbotas. —Creoqueesosepuedearreglar—comentalevantandolavistaconunasonrisa.Seacabalacopa conunsolomovimientoydice—:Serámejorquenospreparemosparalaactuación. —Sí—reponeChristian—.Noconsientasqueosdistraigamos. LedaunapalmadaaSotoenelhombroyelprofesorsevuelveparasonreírleaTessaporúltima vezantesdeabrirsepasoentrelagentehaciaelescenario. —Sonincreíbles.¡Esperadaoírlos!—exclamaVancedandopalmasantesderodearlacinturade Kimberlyconelbrazoyconducirlaaunamesaenprimerafila. Yalosheoído.Nosonparatanto. Tessamemiranerviosa. —Esbuenapersona—señala—.Recuerdaquedeclaróentufavorcuandoestuvieronapuntode expulsarte. —No,yonorecuerdonadadeeso.Loúnicoqueséesquelegustasyquemisteriosamenteestá viviendoenSeattleydaclasesentucampus. —Yalohasoído,hacemesesquesolicitóeltraslado...Ynolegusto. —Síquelegustas. —Atiteparecequelegustoatodoelmundo—contraataca. Esimposiblequeseataningenuacomoparacreerqueesepavoestrigolimpio. —¿Hacemosunalista?—replico—.TenemosaZed,alputoTrevor,alcretinodelcamarero...¿Me dejoaalguien?Ah,ahorapodemosañadiralprofesorpervertido,queteestabamirandocomosifueras elpostre.—Miroalcapulloenelminúsculoescenario,semuevecomosifueraeltíomásimportante delmundoperofingenodarleimportancia. —El único que cuenta de esa lista es Zed. Trevor es un encanto y no supone ningún peligro. A Robertesposiblequenovuelvaaverlo,ySotonoesunacosador. Hadichounapalabraquemechirría. —¿Es«posible»? —Estáclaroquenovoyavolveraverlo.Estoycontigo,¿vale?—Mecogedelamanoymerelajo. Hedeasegurarmedequemarotirarporelretreteelnúmerodeesecamarero.Porsilasmoscas. —Sigo creyendo que ese capullo es un acosador. —Señalo el escenario con la cabeza, hacia el desgraciadoconcazadoradecuero. Puede que tenga que hablar con mi padre para asegurarme de que no es tan turbio como me lo pareceamí.Tessasemeteríadirectaenlabocadellobo,siempreseequivocarespectoalcarácterdela gente. Melodemuestraconunasonrisaradiante,memiracomounaidiotaportodoelchampánquele correporlasvenas.Aquísigue,conmigo,despuésdetodalamierdaquelehehechotragar... —Creíaqueeraunclubdejazz.Estegrupoesmás...—Tessaempiezaaintentardistraermedela listainterminabledehombresquedeseansuafecto. —¿Penosa?—lainterrumpo. Mepegaunmanotazoenelbrazo. —No,sóloquenoesjazz.SonmásdelrollodeTheFray... —¿The Fray? Por favor, no insultes a tu grupo favorito. —Lo único que recuerdo del grupo del profesoresqueeranpatéticos. Mepegaconelhombro. —Yeltuyo. —Vaaserqueno. —Nofinjasquenotegustan.Séqueteencantan. Meestrechalamanoymeneolacabeza.Novoyanegarlo,perotampocovoyaadmitirlo. MiroalaparedyalastetasdeTessamientrasesperoquelabandadepacotillaempieceatocar. —¿Nosvamosya?—pregunto. —Sólounacanción—diceTessa. Tienelasmejillassonrosadas,losojosbrillantesylaspupilasdilatadas.Setomaotracopa.Sealisa elvestidoyledauntirónalbajodesuvestido. —¿Almenospuedosentarme?—digoseñalandolafiladetaburetesvacíosjuntoalabarra. CojoaTessadelamanoymelallevohaciaallí.Lasientoeneltaburetequehayenunodelos extremos,elqueestámáscercadelaparedymáslejosdelagente. —¿Quévanatomar?—nospreguntaunhombrejovenconperillayunacentoitalianofalsocomo élsolo. —Unacopadechampányunagua—digomientrasTessasecolocaentremispiernas.Lacojode lacinturaysientolaslentejuelasdesuvestidocontralapalmadelamano. —Sólo servimos la botella entera de champán, señor —me dice el camarero con una sonrisa de disculpa,comosinoestuvierasegurodequepudierapermitirmeunabotelladesuputochampán. —Sírvelesunabotellaentera—dicelavozdeVanceamilado,yelcamareroasientemirándonosa losdos. —Loquierefrío—recalcoconchulería. Elchicoasientedenuevoyseapresuraairaporlabotella.«Capullo.» —Dejadevigilarnos,quenoeresnuestrocanguro—ledigoaVance. Tessamemiramal,peronolehagonicaso. Élponelosojosenblanco,comoelpetardosarcásticoquees. —Esevidentequenoosestoyvigilando.Tessanotieneedadparabeber. —Ya,ya—digo. AlguienlollamaentoncesyChristianmedaunapalmadaenelhombroantesdeirse. Al instante, el camarero descorcha una botella de champán y vierte el líquido en una copa para Tessa. Ella le da las gracias con educación y él le responde con una sonrisa más falsa que su acento. Estapantomimameestámatando. Sellevalacopaaloslabiosyapoyalaespaldacontramipecho. —Québuenoestá. EntoncesdoshombrespasanjuntoanosotrosyledanunrepasoaTessa.Ellasedacuenta.Losé porcómoseaprietacontramíyapoyalacabezaenmihombro. —AhíestáSasha—diceporencimadelruidoqueemitelaguitarradelprofesorAcosador,queestá haciendolapruebadesonido. Larubiaaltaestábuscandoalgo:asunoviooaalgúntipejoalquecepillarse. —¿Aquiénleimporta?—replico,lacojodelcodocondelicadezayhagoquesevuelvaparaverle lacara. —Nomegusta—diceTessa. —Nolegustaanadie. —¿Notegusta?—pregunta. «¿Estáloca?» —¿Porquéibaagustarme? —Nolosé.—Susojosseposanenmiboca—.Porqueesguapa. —¿Y? —Nosé...Estoyrara.—Menealacabezaintentandohacerdesaparecerelresentimientoqueveoen suexpresión. —Tessa,¿estáscelosa? —No—diceconunmohín. —Notienesporqué.—Abromáslaspiernasylaestrechocontramí—.Ellanoesloquequiero. —Mirosupechocasialdescubierto—.Yotequieroati.—Dibujolalíneadesuescoteconelíndice, comosinoestuviéramosenunclubllenoarebosar. —Sólopormistetas—dicesusurrandolaúltimapalabra. —Evidentemente.—Merío,provocándola. —Losabía.—Sehacelaofendidaperoséqueseestáriendoporencimadelbordedelacopa. —Sí.Yahoraqueyasabeslaverdad,¿medejasquetelasfolle? Unaduchadechampánmanadesubocayaterrizaenmicamisayenmiregazo. —¡Perdona!—chillacogiendounaservilletadelabarra.Melapasaporlacamisa,queesfeaque tecagas,yluegoempiezaasecarmelaentrepierna. Lecojolamuñecaylequitolaservilleta: —Yodetinoloharía. —Ah—dice,yseruborizahastaelcuello. Unodelosmiembrosdelabandaseponealmicrófonoyhacelaspresentaciones.Intentoqueno medenarcadascuandoempiezaasonarelhorror.Tessaestáembobadamientrastocanunacancióntras otrayyomeencargodequesucopaestésiemprellena. Doy gracias por cómo estamos sentados. Bueno, yo estoy sentado. Ella está de pie entre mis piernas, de espaldas a mí, pero puedo verle la cara si me apoyo en la barra. Los tonos rojizos de la iluminación,elchampányellasiendo...ella...Estáresplandeciente.Nisiquierapuedoponermeceloso porquees...preciosa. Comosimeleyeraelpensamiento,sevuelveymeregalaunasonrisa.Meencantaverlaasí,tan despreocupada...,tanjoven.Tengoquehacerquesesientaasímásamenudo. —Sonbuenos,¿verdad?—Muevelacabezaalritmodelamúsica,lentaperointensa. Meencojodehombros. —No—replico.Nosonterribles,peroabuenosnollegannidelejos. —Callaaaaa —dice exagerando la palabra, y me da la espalda. Momentos después, empieza a balancearlascaderasalritmodelavozlloronadelcantante.Joder. Bajolamanoasuscaderasyseaprietamáscontramísindejardemoverse.Elritmodelacanción seacelera,igualqueTessa.Joder... Hemos hecho muchas cosas... Yo he hecho casi de todo, pero nadie nunca había bailado así conmigo.Algunaschicas,einclusoalgunasstrippers,semehandespelotadoenelregazo,peronoasí. Estoeslento,embriagador...Ymeponemogollón.Lesujetolaotracaderaconlamanoysevuelveun pocoparadejarlacopaenlabarra.Conlasmanosvacías,mesonríeconlujuriaymiraendirecciónal escenario.Levantaunamanoymepasalosdedosporelpelo.Colocalaotraencimadelamía. —Nopares—lesuplico. —¿Seguro?—Metiradelpelo. Mecuestacreerqueestachicaseductoraconunvestidocorto,quemenealascaderasymetiradel pelo,sealamismaqueescupeelchampáncuandohablodefollarlelastetas.Meponeamil. —Joder,sí—susurro,ylacojodelanucaparaatraersubocahacialamía—.Muévetepegadaa mí...—Ledoyunapretónenlacadera—.Máscerca. Yesohace.Laalturadeltabureteesperfecta,estoyenellugarjustoparaquemerestriegueelculo contraelsitioquemásganastienedeella. Mirounmomentoalrededor.Noquieroquenadiemáslaveabailar. —Estásmuysexi...—ledigoaloído—cuandobailasasíenpúblico...Sóloparamí. Juroquelaheoídogemirynopuedomás.Ledoylavueltaylemetolamanodebajodelafalda. —Hardin—protestacuandoapartolasbragas. —Nadie nos está mirando y, aunque nos mirasen, no verían nada —le aseguro. No lo haría si supiera que alguien puede verlo—. Te ha gustado montar el numerito, ¿verdad? —le digo. No puede negarlo:estáchorreando. No contesta. Apoya la cabeza en mi hombro y me tira del bajo de la camisa, agarrándolo como suele agarrarse a las sábanas. Entro y salgo de ella, intentando seguir el ritmo de la canción. Casi al instanteseletensanlosmuslosyestáapuntodecorrerseenmisdedos.Gimeparaquesepaelplacer queledoy.Sepegamásamí,mechupaelcuello.Suscaderassehundenenmíysiguenelritmodemis dedos,queentranysalendesucoñohúmedo.Lamúsicaylasvocesahogansusgemidosyesposible quemeestéhaciendosangreenelvientreconlasuñas. —Estoyapunto—gruñeconlabocapegadaamicuello. —Esoes,nena.Córreteparamí.Aquímismo,Tessa.Córrete—lainvitocondulzura. Asiente y me muerde un tendón del cuello. La polla me palpita en los pantalones, intentando escapardelosvaqueros.Tessdejacaertodosupesosobremícuandosecorreylasujetoconfuerza.En cuantolevantalacabezaestájadeando,colorada,felizyencendidabajolasluces. —¿Cocheobaño?—preguntacuandomellevolosdedosalabocaymeloschupo. —Coche —contesto, y se acaba el champán. Que page Vance. No tengo tiempo para buscar al camarero. Tessamecogeentoncesdelamanoytirademíhacialapuerta.Metieneganasyyolatengocomo unapiedragraciasasujueguecitoenlabarra. —¿Ésenoes...?—Tessafrenaensecopocoantesdellegaralasalidadelclub. Pelonegrodepunta...Juraríaquelaparanoiameprovocaalucinaciones.Peroellatambiénloha visto. —¿Quécoñohaceaquí?¿Lehasdichoqueíbamosavenir?—leespeto. Hemantenidolacalmatodalanocheyahoraapareceestegilipollasparajodérmela. —¡No! ¡Por supuesto que no! —exclama Tessa, defendiéndose. Por su mirada sé que dice la verdad. Zednosveyfrunceelceñoconmalicia.Comolegustametercizaña,senosacerca. —¿Quéhacestúaquí?—lepreguntocuandoseacerca. —Lomismoquetú.—SeyergueymiraaTessa.Quéganastengodesubirleelescoteparataparle elcanalilloyromperleaesecretinolosdientes. —¿Cómosabíasqueestábamosaquí?—lesuelto. Tessamedauntiróndelbrazoynosmiraaunoyaotro. —Nolosabía.Hevenidoavertocaralgrupo. EntoncessenosacercauntíoconlamismapielbronceadaqueZed. —Deberíaislargaros—lesdigo. —Hardin,porfavor—mesuplicaTessadetrásdemí. —No—lesusurro.YaestoyhartodeZedytodassusmierdas. —Oye...—Eltíoseplantaentrenosotros—.Vanatocarmás.Vamosadecirlesquehemosllegado. —¿ConocéisaSoto?—lepreguntaTessa. «Joder,Tessa.» —Sí—contestaelextraño. CasipuedoverlasteoríasconspiranoicasvolandoporlacabezadeTessa,preguntándosecómoes queseconocen.ComoloquequieroesnoveraZed,lacojodelbrazoylallevoalasalida. —Yanosveremos—diceélponiendoparaTessasumejorsonrisade«soyuncachorritoyquiero que te sientas mal por mí y me quieras porque soy patético» antes de seguir al otro tío hacia el escenario. Salgoatodavelocidadhaciaelairefríodelanoche.Tessamesiguedecerca,insistiendoconlo mismo: —Tejuroquenosabíaqueibaaveniraquí.¡Telojuro! Leabrolapuertadelacompañante. —Losé,losé—ledigoparaquesecallemientrashagoloposibleportranquilizarme—.Déjalo estar,porfavor.Noquieroquenosestropeelanoche. Rodeoelcocheymesientojuntoaella. —Deacuerdo—accedeyasiente. —Gracias—suspiro. MetolallaveenelcontactoyTessamecogedelamejillaymeobligaavolvermehaciaella. —Teagradezcomuchoelesfuerzoqueestáshaciendoestanoche.Sélomuchoquetecuesta,pero significaunmundoparamí.—Sonríocontralapalmadesumanomientraslaescucho. —Bien. —Lodigoenserio.Tequiero,Hardin.Muchísimo. Ledigolomuchoquelaquieromientrastrepaporsuasientoysesientaahorcajadasenmiregazo. Medesabrochalabraguetaymebajalospantalonesatodavelocidad.Sumanosecierrarápidamenteen micuelloymearrancalacamisa,delaquesaltanlosdosbotonessuperiores.Lesuboelvestidopara versucuerpodesnudoyellametelamanoenmibolsillodeatrásparasacarelcondónqueimaginaba queíbamosanecesitar. —Sólotedeseoati.Siempre—measeguraparatranquilizarmimenteinquietamientrasmepone elcondón. Lacojodelascaderasylalevanto.Enelcoche,todoestanpequeñoquelasientomáscerca,más adentro,cuandosedejacaersobremí.Lalleno,deltodo,esmía,ysiseoposesivo.Metapalabocacon susbesosysetragamisgemidosmientrasmuevelentamentelascaderas,igualqueenelclub. —Telahemetidohastaloshuevos—ledigocogiéndoladelmoñoytirandodeélparaobligarlaa quememire. —Megusta—gimesintiéndolatoda,hastaelfondo. Una de sus manos se hunde en mi pelo y con la otra me coge del cuello. Está muy sexi por el alcohol, la adrenalina y las ganas que me tiene..., lo mucho que necesita mi cuerpo y esta conexión apasionada y en estado puro que sólo nosotros compartimos. No la encontrará con nadie más, y yo tampoco.ConTessalotengotodo,yellanopodrádejarmenunca. —Joder,tequiero—gimoensubocamientrasmetiradelpeloymeagarraconfuerzadelcuello. Noesincómodo,sólounalevepresión,peromevuelveloco. —Tequiero—jadeacuandolevantolascaderasparairasuencuentroyselametoconmásfuerza queantes. Lamirofijamenteydisfrutoconcómoflexionalosmúsculosdelapelvis.Elplaceraumentapoco apocoenlabasedemicolumnaynotoqueellasetensamientraslasigoayudandoconmiscaderas. Tienequeiraqueledenlapíldora.Necesitosentirlasinbarrerasotravez. —Memueroporestardentrodetisincondón...—lesusurroenelcuello. —Nopares—medice.Leencantaqueledigaguarradas. —Quieroquesientascómomecorrodentrodeti...—Lechupolaclavícula,saboreandolasgotas desudor—.Séquetevaagustarquetemarqueasí.—Sólodepensarlomepongoacien. —Ya casi... —gime, y con un último tirón de pelo nos derretimos los dos juntos, jadeantes, gimiendo,guarros.Somosasí. Laayudoabajardemiregazoybajolaventanillamientrassearreglaelvestido. —Pero¿qué...?—empiezaadecircuandomevetirarelcondónporlaventanilla—.¡Dimequeno acabasdetiraruncondónusadoporlaventanilla!¿YsiChristianlove? Lesonríoconmalicia. —Estoysegurodequenoseráelúnicoqueseencuentreenelaparcamiento. Intentasubirmelabraguetaparaayudarmeavestirmeyquepuedaconducir. —Otalvezno—replicaasomandolanarizporlaventanillaymirandoelaparcamientomientras pongoelcocheenmarcha—.Aquíhueleasexo—añade,yseechaareíracarcajadas. Asientoyescuchocómotarareatodaslaspuñeterascancionesqueponenporlaradiodecaminoa casadeVance.Meapeteceburlarmedeella,peroesunsonidoencantador,sobretododespuésdehaber tenidoqueescucharaesegrupodemierda. «¿Unsonidoencantador?»Empiezoahablarcomoella. —Voyatenerquearrancarmelostímpanoscuandoacabelanoche—ledigo,aunquenomehaceni caso.Mesacalalenguaconungestoinfantilysiguecantando,aúnmásfuerte. CojoaTessadelamanoparaquenosecaigamientrasrecorremoslacortadistanciaquehaydesdeel senderodegravahastalapuertaprincipal.Porcómoactúa,estoysegurodequecasitodoelcontenido delabotelladechampányaestáensuhígado. —¿Ysinopodemosabrir?—mepreguntaconunarisitatonta. —Lacanguroestáencasa—lerecuerdo. —¡Esverdad!Lillian...—Sonríe—.Esmuymaja. Yomeríodeloborrachaqueestá. —Creíaquenotecaíabien. —Ahoraqueséquenolegustascomotúmehicistecreer,yamecaemejor. Leacaricioloslabios. —Nomehagasmorritos.Separecemuchoati...Sóloqueesmásmolesta. —¿Perdona?—Hipa—.Nofuebonitoportupartehacermesentircelosdeella. —Perofuncionó—lecontestomuysatisfechodemímismocuandollegamosalapuerta. Lillian está sentada en el sofá cuando entramos en la casa. Me paro a darle un tirón al bajo del vestidodeTessa.Memiramal. Alvernos,Lillianseponedepie. —¿Quétaltodo? —¡Hasidogenial!¡Elgrupoeraalucinante!—lediceTessaconunasonrisadeorejaaoreja. —Estápedo—informoaLillian. Seríe. —Ya lo veo. —Y, tras una pausa, añade—: Smith está durmiendo. Esta noche casi hemos mantenidounaconversación. —Bienporti—digollevandoaTessahaciaelpasillo. MinoviaborrachalediceadiósaLillianconlamano. —¡Encantadadevolveraverte! NosésideberíadecirleaLillianquesevayaacasaoesperarhastaqueVancevuelva.Mecallo. Además,queseencargueelladelpequeñorobotsisedespierta. CuandollegamosalahabitacióndeTessa,cierrolapuertaydeinmediatosedesplomaenlacama. —¿Puedesquitármelo?—diceseñalandosuvestido—.Picamucho. —Sí,levanta. Laayudoasacarseelvestidoymedalasgraciasconunbesoenlapuntadelanariz.Esmuypoca cosa,peroelgestomepillaporsorpresaylesonrío. —Mealegrodequeestésaquíconmigo—dice. —¿Sí? AsienteymedesabrochalosbotonesquelequedanalacamisadeChristian.Medeslizalaprenda porloshombrosyladoblaconcuidadoantesdelevantarseydejarlaenelcestodelaropasucia.Nunca entenderéporquédoblalaropasucia,peroyameheacostumbrado. —Sí,mucho.LaverdadesqueSeattlenoestangenialcomoyocreía—confiesaalfin. «Puesvuelveconmigo»,medanganasdedecirle. —¿Yeso?—esloquedigoenrealidad. —Nolosé.Simplementenoloes.—Frunceelceñoymesorprendeque,envezdequererescuchar lo infeliz que es aquí, me apetezca cambiar de tema. Landon y yo sospechábamos cómo se sentía en realidad,peroaunasímesabemalqueSeattlenosealoqueellaesperaba.Deberíasacarlamañanapor ahíparaanimarlaunpoco. —PodríasvenirteaviviraInglaterra—ledigo. Melanzaunamiradaincendiariaconlasmejillassonrosadasylosojosbrillantesporelchampán. —¿Nomellevasallícontigodebodaperoquieresquemevayaavivircontigo?—mesuelta.Me hapillado. —Yalohablaremosluego—digoconlaesperanzadequelodejeestar. —Sí...,sí...,siempreparaluego.—Vuelveparasentarseenlacamaperonocalculabienyacaba rodandoporelsueloydesternillándosederisa. —Ten cuidado, Tessa. —La cojo de la mano y la ayudo a levantarse. El corazón me late a toda velocidadenelpecho. —Estoybien.—Seríeysesientaenlacama,llevándomeconsigo. —Tehedadodemasiadochampán. —Esoesverdad—sonríeymeempujacontraelcolchónhastatumbarme. —¿Teencuentrasbien?¿Notienesganasdedevolver? Apoyalacabezaenmipecho. —Dejadehacerdepadre,estoybien.—Memuerdolalenguaparanosoltarleunaperla. —¿Quéteapetecehacer?—pregunta. —¿Qué? —Meaburro.—Memiraconesacara.Selevantaymemira,hayalgosalvajeensusojos. —¿Quétegustaríahacer,borrachuza? —Tirartedelpelo.—Sonríeytirademilabioinferiorconlosdientesdelmodomáspecaminoso posible. Capítulo117 Hardin —¿Nopuedesdormir?—Christianenciendelaluzyyasomosdosenlacocina. —Tessanecesitabaunvasodeagua—leexplico. Empujolapuertadelaneveraperoélnodejaquesecierre. —Kimtambién—dicedetrásdemí—.Eselpreciodebeberdemasiadochampán. Las risas de Tessa y su sed insaciable de placer me tienen agotado. Estoy convencido de que empezaráavomitarsinobebeagua.Mepasanporlacabezaimágenesdelanoche,Tessatumbadaenla cama,abiertadepiernasparamímientrashacíaquesecorrieraconlosdedosyconlalengua.Haestado increíble,comosiemprequememontalapollahastaquemevacíoenuncondón. —Sí.Tessahapilladounabuena.—Mecontengoparanoecharmeareíralrecordarcómoseha caídodelacama. —Entonces...¿Inglaterralasemanaqueviene?—dicecambiandodetema. —No,novoyair. —Eslabodadetumadre. —¿Y?Noeslaprimera,ytampocoserálaúltima—replico. Sidigoquenomeesperabaquemetiraselabotelladeaguadelamanodeunmanotazo,mequedo corto. —¿Quécoñohaces?—exclamoagachándomearecogerlabotella. Cuandomelevanto,Vancemeestámirandofijamenteconcaradepocosamigos. —Notienesderechoahablarasídetumadre. —Y¿esoatiquéteimporta?Noquieroirynovoyahacerlo. —Dimeporqué.Dimelaverdaderarazón—medesafía. «Pero¿quécojoneslepasa?» —Noledeboexplicacionesanadie.Yamehanobligadoairaunaesteañoynopiensopasarpor otra. —Vale. Ya he mandado hacer el pasaporte de Tessa. Imagino que estarás bien aquí sin ella mientrasellavisitaporprimeravezInglaterracomoinvitadadeKim. Labotellasemecaealsuelo.Ahísequeda. —¿Qué?—Lomirofijamente.Meestátomandoelpelo.Seguro. Seapoyaenlaisletaysecruzadebrazos. —Envié los formularios y aboné las tasas en cuanto supe lo de la boda. Tendrá que pasarse a recogerloyaquelehaganlafoto,perolodemásyaestáhecho. Estoyqueechohumo.Notocómoempiezaahervirmelasangre. —¿Porquélohashecho?Nisiquieraeslegal—digo,comosimeimportaraunamierdalaley... —Porquesabíaqueibasaserungilipollastestarudoytambiénporquesabíaqueellaesloúnico quepuedehacerquevayas.Paratumadreesmuyimportantetenerteallí,ylepreocupaquenoquieras ir. —Hacebienenpreocuparse.¿OscreéisquepodéisusaraTessaparaobligarmeairaInglaterra? Queosjodanalosdos,atiyamimadre. Abro la puerta de la nevera para coger otra botella de agua, sólo por fastidiar, pero Christian la cierradeunapatada. —Séquehastenidounavidademierda,¿vale?Yotambién,asíqueloentiendo.Peroamínovasa hablarmecomoleshablasatuspadres. —Puesdejademeterteenmiputavidaigualquehacenellos. —Nomemetoennada.SéqueaTessaleencantaríaquefuerasaesaboda,ytútambiénsabesque tesentirásfatalporhaberlerobadolaoportunidaddeestarallísóloporqueeresuncretinoegoísta.Más tevaleolvidartedelcabreoquetienesconmigoydarmelasgraciasporhacertelasemanamuchomás fácil. Mequedomirándolounmomentoparaasimilarloquehadicho.Enpartetienerazón:yamesiento malpornoquereriralabodasóloporquesélomuchoqueaTessalegustaríair.Estanocheyameloha dichobastantesvecesymepesaenlaconciencia. —Interpretaré tu silencio como un «gracias» —dice Vance con una sonrisa de superioridad, y le pongolosojosenblanco. —Noquieroqueseconviertaenunacostumbre—replico. —¿Elqué?¿Laboda? —Sí. ¿Cómo voy a poder llevarla a otra boda y ver cómo pone ojos de cordero degollado sólo porquerecuerdaqueellanuncatendrálasuya? Christiansellevalosdedosalabarbillaydaunpardegolpecitos. —Ah, ya entiendo. —Me sonríe aún más—. ¿Ése era el problema? ¿No quieres que se haga ilusiones? —No.Yasehahechoilusiones.Esachicatienelacabezallenadepájaros,éseeselproblema. —¿Porquéesunproblema?¿Noquieresquehagaunhombredecentedeti? Aunquemeestáprovocando,mealegrodequenomeguarderencorporlostacosdeantes.Poreso mecaebienVance(másomenos):noestansensiblóncomomipadre. —Porquenovaapasar—contesto—,yesunadeesaslocasquesacaneltemaalmesdeempezara salir.Rompióconmigoporqueledijequenoibaacasarmeconella.Avecesestácomounaregadera. Vance se echa a reír y le da un trago a la botella de agua que iba a llevarle a Kimberly. Tessa también está esperando que le lleve agua. Tengo que ponerle fin a esta conversación. Ya ha durado demasiadoyesdemasiadopersonalparamigusto. —Deberías dar las gracias porque quiera estar contigo. No eres precisamente el chico más encantadordelmundo,yellalosabemejorquenadie. Empiezoapreguntarmequécoñosabráéldemirelación,peroentoncesmeacuerdodequeestá comprometido con la mujer más bocazas de Seattle. Mejor dicho, con la mujer más bocazas de Washington...PuedequedetodoEstadosUnidos. —¿Heacertado?—Interrumpeelhilodemispensamientossobresuinsoportableprometida. —Sí,peroaunasí...Esabsurdopensarenelmatrimonio.Nisiquierahacumplidoaúnlosveinte. —Esolodiceelquenopuedesepararseniunmetrodeella. —Gilipollas—mascullo. —Eslaverdad. —Nosignificaquenoseasgilipollas. —Es posible. Pero me hace gracia: no quieres casarte con ella, sin embargo eres incapaz de controlartuprontootuansiedadcuandotemesperderla. —¿Quécoñoquieresdecir?—Creoqueprefieronosaberlarespuesta. Demasiadotarde.Vancememiraalosojos. —Tuansiedad...sedisparacuandoestáspreocupadoporquetemesquetedejeocuandootrotíole prestaatención. —¿Quiénhadichoqueyotengaan...? Peroelviejocabezotanomehacenicasoysiguehablando. —¿Sabesloquesueleobrarmaravillasenesoscasos? —¿Qué? —Unanillo.—Levantalamanoysetocaeldedoenelqueprontohabráunaalianza. —Lamadrequemetrajo...¿Atitambiéntehacomidoelcoco?¿Quéhahecho?,¿tehapagado?— Meechoareírdepensarlo.Noesnadadescabellado,teniendoencuentaloobsesionadaqueestáconel matrimonioyloencantadoraquees. —¡No,zopenco!—Metiraalacabezaeltapóndelabotelladeplástico—.Eslaverdad.Imagínate poderdecirqueestuyayqueseacierto.Ahorasonsólopalabras,unafanfarronadasinsentidoqueles sueltasalostiposqueladesean,yseránmuchos,perocuandoTessaseatuesposa,entoncesserátuyade verdad.Entoncesserárealynadaresultamássatisfactorio,especialmentealosparanoicoscomotúy yo. Paracuandoterminadepronunciarsudiscurso,tengolabocasecayquierosaliratodapastillade estacocinacondemasiadaluz. —Menudomontóndemierda—ledigodesopetón. Echaaandaryabreunarmariodelacocina. —¿Hasvistolaserie«SexoenNuevaYork»? —No. —«SexoenNuevaYork»o«SexoyNuevaYork»,nomeacuerdo... —No,noyno—lecontesto. —AKimleencanta,laveatodashoras.TienetodaslastemporadasenDVD. Christianabreunpaquetedegalletas. Sonlasdosdelamadrugada.Tessameestáesperandoyaquíestoyyo,hablandodeunaestúpida seriedetelevisión. —¿Y? —Hay un episodio en el que las chicas hablan de que uno sólo tiene dos grandes amores en la vida... —Vale,bien.Estoempiezaasermuyraro—digodándomelavueltaparamarcharme—.Tessame estáesperando. —Yalosé...Losé...Enseguidaacabo.Teloresumirédelmodomásmasculinoposible. Girosobrelostalonesylomiroimpaciente.Venga. —Decían que uno sólo tiene dos grandes amores en toda su vida. Lo que quiero decir es que... Bueno,noséloquequierodecir,peroséqueTessaestugranamor. Meheperdido. —Hasdichoqueteníamosdos. —Bueno,entucasotuotrogranamorerestúmismo.—Seríe—.Creíaqueesoeraevidente. Enarcounaceja. —¿Ytú,qué?¿DoñaBocazasylamadredeSmith? —Cuidadito...—meadvierte. —Perdona. Kimberly y Rose. —Pongo los ojos en blanco otra vez—. ¿Son tus grandes amores? Esperoportubienquelaspavasdelaserieesaseequivoquen. —Eh,sí.Ellassonmisgrandesamores—tartamudeaconunaemociónquenoconsigoidentificary quedesapareceantesdequepuedahacerlo. Loapuntoconlabotelladeaguaydeclaro: —Vale,ahoraquenomehasaclaradonada,mevoyalacama. —Ya...—diceunpocovacilante—.Nosénidequéhablo.Yotambiénhebebidodemasiado. —Bien...Vale—respondo,ylodejosoloenlacocina. Noséaquéhavenidotodoeso,perohasidomuyraroveralúnicoeinimitableChristianVancesin palabras. Paracuandovuelvoalahabitación,Tessaduermeensuladodelacama,conlasmanosdebajode lamejillaylasrodillasflexionadas. Apagolaluzyledejolabotelladeaguaenlamesilladenocheantesdedeslizarmeasulado.Su cuerpodesnudoemanacalorcuandoloacaricio,ynopuedoevitarestremecermecuandolapuntademis dedosleponelacarnedegallina.Mereconfortaverlo,merecuerdaqueinclusoensueñosmiscaricias despiertanalgoenella. —Hola—mesusurraadormilada. Mesobresaltoaloírsuvozyhundolacabezaensucuello.Laacercoamí. —LasemanaquevienenosvamosaInglaterra—ledigo. Rápidamentegiralacabezaparamirarme.Lahabitaciónestáaoscurasperolaluzdelaluname bastaparaverlelacaradesorpresa. —¿Qué? —NosvamosaInglaterra.Túyyo.Afinalesdelasemanaqueviene. —Pero... —No.Tevienes.Séquequieresir,asíquenointentesnegármelo. —Peronotienes... —Theresa,déjaloestar.—Letapolabocaconlamanoymelamordisqueaconlosdientes—.¿Vas aserunaniñabuenayaestartecalladitasiquitolamano?—leprovocorecordandoquemehaacusado desercondescendienteconella. Asienteconlacabezaylaaparto.Tessaseincorporasobreuncodoymemira.Nopuedohablar conellaenseriocuandoestádesnudayconganasdeguerra. —¡Peronotengopasaporte!—protesta,yocultolasonrisa.Sabíaquenoibaapodercallarse. —Yaestáenmarcha.Lodemásloarreglaremosmañana. —Pero... —Theresa... —¿Dosvecesenunminuto?Muymal.—Sonríe. —No vas a volver a beber champán. —Le aparto el pelo enmarañado de la cara y dibujo el contornodesulabioinferiorconelpulgar. —Puesnoheoídoquetequejarasantescuandoestaba... Cierrosubocadeborrachaconunbeso.Laquierotanto,laquierotantísimoquemeasustapensar enlaposibilidaddeperderla. ¿Deverdaddeseomezclarlaaella,miposiblefuturo,laúnicaoportunidadquetengodeserfeliz, conmiretorcidopasado? Capítulo118 Tessa Cuandomedespierto,Hardinnomeestáenvolviendoconsucuerpo,yenlahabitaciónhaydemasiad
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